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Propuesta de desarrollo local, a partir de la inserción del Hotel Rancho Luna (página 2)


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Decía Carlos Rafael Rodríguez en el temprano año 1960, que "Una economía puede crecer sin que avance hacia su real desarrollo. El desarrollo es una clase especial de crecimiento que asegura a un país crecer constantemente y a través de la autoimpulsión de su economía." Este supuesto parte de una situación problémica que desde mediados del siglo pasado puso a los intelectuales y científicos de todo el mundo, frente a frente a las realidades objetivas de una desaceleración en el desarrollo socio económico internacional, en contraposición a los continuos avances económicos tenidos en esa fecha. Como parte de esta explosión de investigaciones e interrogantes, en la actualidad se cuenta con distintas y no siempre hermanadas teorías del desarrollo socio económico, que han involucrado cada vez más, en su cuerpo el apellido de: local, es decir, teniéndose en cuenta lo general del desarrollo socio económico y lo particular del desarrollo local.

El desarrollo económico ha logrado demostrar, a pesar del interés de sus detractores, que no es posible considerar a la entidad económica como un elemento aislado dentro de un sistema, sino que hay que hacer confluir en un mismo espacio las relaciones de interdependencia que existen entre ella y el todo al que está integrada (entiéndase medio ambiente local). Por lo que hoy en día hay que actuar más sobre los territorios y sus fortalezas y debilidades, así como amenazas y oportunidades pero del conjunto, pues a la hora de producir o vender un servicio se tienen que tener en cuenta las individualidades territoriales, para que el sentido de pertenencia por parte de los trabajadores y habitantes se convierta en una herramienta de empuje para que la empresa compita con opciones de dentro del sector en que se desarrolle, no ocurriendo así si la empresa compite aislada.

A la par del surgimiento de desarrollo surgen las desigualdades regionales y, junto a ello, los países y regiones comienzan a tomar mayor conciencia de las desigualdades espaciales existentes en sus territorios. Estas desigualdades, ya sean inter o intra regionales, y los diferentes niveles de desarrollo son, en el fondo, la verdadera justificación para actuar en el territorio y constituyen el aspecto definitorio de las políticas regionales, las cuales forman parte inseparable del tema de las desigualdades o desequilibrios regionales.

Es precisamente a raíz de todo este proceso de constante búsqueda de nuevos conceptos, que reúnan y sinteticen la actual tendencia a concentrar más la vista hacia las localidades, que resurge el interés por los problemas del crecimiento a largo plazo, por los análisis de los diferentes enfoques de la convergencia, que ponen sobre la palestra pública nuevamente, los planteamientos neoclásicos. Son los modelos de crecimiento endógeno, quienes tras su aparición, producen una reacción por parte de los estudiosos, que hasta ese momento consideraban que el modelo neoclásico continuaba teniendo vigencia como punto de referencia en los estudios del crecimiento del PIB per cápita. Esencialmente los argumentos de los nuevos planteamientos, explican cómo las regiones más desarrolladas (con mayor capacidad de innovación), disfrutan de los beneficios del progreso tecnológico, pero también corren con el coste del proceso, es decir, las regiones menos desarrolladas pueden beneficiarse prácticamente de las mismas ventajas que las desarrolladas, asumiendo los distintos mecanismos de difusión tecnológica, pero con costes mucho menores(los de absorción y adaptación); por lo tanto, como consecuencia de los rendimientos decrecientes de todos los factores, incluido el progreso técnico, y de la difusión, el sistema evoluciona hacia la convergencia.

Entre las principales teorías del crecimiento y del desarrollo económico que es preciso analizar con vistas a comprender mejor las bases que sustentan teóricamente el desarrollo en una localidad determinada, se encuentran los modelos de corte Keynesiano constituyen otras de las aristas dentro de las teorías del crecimiento y del desarrollo económico, presentando como primera característica, que apenas van a considerar los problemas relativos a las relaciones y desigualdades interregionales, como sí hacen el resto de las teorías previamente comentadas. El gasto en infraestructuras queda justificado dentro de un planteamiento macroeconómico y algo similar podía hacerse con las transferencias públicas y con la participación directa (como empresario) del Estado en la producción, considerando además que los principios redistributivos en favor de las regiones más atrasadas, pudieran justificarse a través de estos modelos, en términos de su contribución a mantener y/o impulsar la demanda agregada regional, vía consumo o inversión.

Otro modelo que no puede dejar de mencionarse es el de causalidad, que ha sido desarrollado para explicar lo mismo las relaciones entre países como entre las regiones de un único país. Las propuestas de Myrdal y Hirschman sostienen que, "a partir de una determinada desigualdad en las posiciones de las regiones (que puede deberse a múltiples causas: naturales, locacionales, históricas, etc.) el mercado libre tiende a favorecer a las regiones que consiguieron una ventaja inicial y a perjudicar a las menos desarrolladas, que pierden, en favor de las primeras, su ahorro y una buena parte de su mejor mano de obra. Los efectos de atracción y de difusión, además de las economías externas y de aglomeración, explican el desarrollo posterior del proceso, que siempre es de carácter claramente desequilibrado. La conclusión conduce a la necesidad de que el Estado (que normalmente se ve requerido con intensidad por los problemas y peticiones de las regiones más ricas) intervenga directamente para corregir la situación, que por si sola no tenderá nunca hacia el equilibrio". Esto último trae ciertas discrepancias en el análisis realizado hasta ahora en la presente investigación, pues supone que los factores derivados de la excesiva concentración no puedan dar lugar al desarrollo de alguna zona aislada más alejada las áreas más industrializadas, cuando otros modelos que categorizar menos, dan más margen a la improvisación.

En concordancia con las teorías de la divergencia, está el modelo centro-periferia que también tiene su origen en el análisis de las relaciones entre países. El principal exponente de su aplicación es Friedmann, que fue el primero en apuntar hacia la necesidad de analizar el origen de las desigualdades regionales teniendo en cuenta algunos factores distintos de los estrictamente económicos, como son los de carácter político y social, que juegan un papel decisivo en todo el proceso de gestación y consolidación de las relaciones entre el "centro" y la "periferia"; por lo que las ideas, los recursos financieros, la tecnología, las actitudes positivas frente al desarrollo económico tienen su origen en el "centro" o se reciben allí en primer lugar desde el exterior. La consecuencia más clara que se deduce del modelo es que el mercado no puede en ningún caso resolver la situación creada y que es precisa una política de intervención activa para alterar las relaciones centro-periferia. Por lo que para resumir, se pudiera decir que los modelos centro-periferia son una versión ampliada de la tesis de la causalidad-acumulativa, que complementan el énfasis puesto en variables económicas con argumentos de otra índole, y proporcionan una alternativa al punto de vista neoclásico según el cual la competencia interregional es una lucha entre iguales.

Es preciso, (para tener una idea más clara de cómo cada concepto que involucre las diferentes etapas y formas del desarrollo funciona como un todo dentro de la localidad) mencionar un acápite relativamente reciente dentro de los estudios acerca del desarrollo y es el denominado desarrollo endógeno. Endógeno es "Que nace en el interior. Aquello que se origina en virtud de causas internas"[2] y desarrollo, visto desde esta perspectiva es "el incremento sostenido de la producción social, corrección de desigualdades y sustentabilidad ecológica" (Freddy Muñoz, 2001), por lo tanto, desarrollo endógeno sería: desarrollo desde adentro. Modelo socioeconómico en el que las comunidades desarrollan sus propias propuestas. Liderazgo que nace en la comunidad, y las decisiones parten desde adentro de la comunidad misma. Proceso que busca la satisfacción de las necesidades básicas, la participación de la comunidad, la protección del ambiente y la localización de la comunidad en un espacio determinado y que intenta que los procesos locales y globales se complementen. Su meta es el desarrollo en el nivel local, de la comunidad, pero que trascienda hacia arriba, hacia la economía del país, hacia el mundo (Boissier, 2004).

El desarrollo endógeno se corresponde más a un conjunto de características que por contraste revelan las debilidades de otros procesos de desarrollo, intentados en ámbitos específicos y se caracteriza por la decisión local de las opciones de desarrollo, el control local sobre estos procesos y la retención de los beneficios del desarrollo en la misma localidad. Aún cuando la definición parece privilegiar la dimensión económica es importante rescatar lo que se entiende por producción social. Por producción social se refiere a todo lo que el ser humano, individual y colectivamente, produce en su entorno geográfico y humano. Con ello, el proceso de desarrollo adquiere la connotación del despliegue de las capacidades del hombre en su entorno. Visto así, el proceso entonces va mucho más allá de la creación de un modelo productivo intermedio que articule la acción de las comunidades organizadas en unidades productivas con los agentes dinamizadores para conformar núcleos de desarrollo adecuadamente ubicados en el territorio, "a fin de lograr una distribución equilibrada de las actividades productivas, las inversiones y la población. Implica poder articular la dimensión social, política por encima de los dictados de lo económico. Esto sólo será posible si se lograra consolidar aquellos tres aspectos que idealizan al desarrollo endógeno: a) Decisión local sobre las potencialidades a cultivar b) Control local del Desarrollo c) Retención de los beneficios para las localidades" (Boissier, 2004).

Aunque resultan evidentes las diferencias existentes entre los diversos enfoques teóricos mencionados anteriormente, uno de los rasgos que permite establecer evidentes relaciones entre ellos es el tipo de argumentación utilizada a la hora de interpretar la presencia de innovaciones y el dinamismo de los territorios. En dichas localidades, la presencia de una cierta cantidad de recursos y activos específicos, acompañados por un conjunto de actores locales capaces de ponerlos en valor para responder así de forma positiva al nuevo contexto que supone la globalización, suele asociarse a la construcción de espacios caracterizados por la presencia conjunta de procesos de interacción y aprendizaje colectivo. A todo esto se suma una forma de organización productiva donde se han construido redes de empresas identificables con el concepto genérico de sistema productivo local, que colaboran de forma activa en el impulso de las innovaciones y pueden también detectarse; en ambos casos, la influencia ejercida por la proximidad en la construcción de tales redes resulta hoy un aspecto ampliamente destacado y de evidente interés geográfico.

El desarrollo local en Cuba, tiene por obligación referente en antiguos modelos socialistas y la particularidad que en los argumentos teóricos siempre tienen los temas relacionados con el país. Debido a la carencia que existe en el mundo, acerca de postulados y análisis por parte de los especialistas de la génesis del socialismo y más aun, se insiste, cuando se trata de adaptar lo poco antes escrito a las condiciones de la transición socialista cubana, es que se hace necesario abundar más en cómo se ve desde un enfoque teórico, la construcción del socialismo desde el subdesarrollo.[3]

Como se sabe, la revolución proletaria que previeron Marx y Engels debía desatarse en los países hegemónicos de los pueblos dominantes, lo que daría inicio a la transición de este último a otro" cabalmente desarrollado como condición sine qua nom de la existencia de un sistema capaz de producir los bienes necesarios para la plena satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de la sociedad" (Agüero, 2006) y a la formación de un hombre liberado de la explotación, un hombre emancipado.

A partir de esta perspectiva, la teoría del desarrollo suponía que las naciones atrasadas del mundo, accederían después paulatinamente por gravitación económico-política, primero, a la revolución política y más tarde a la revolución económica en plazos más prolongados, – como afirmara Engels a finales del siglo XIX – pasando por diversas etapas que no podían precisarse de antemano, contando con las particularidades nacionales y el apoyo incondicional de los centros ya revolucionados.

Ante la inminente interrogante que surge por sí misma de ¿Cómo calificar el modelo económico que se desarrolló en la URSS en aquellos años? Valdría aclarar que en realidad, no era más que un modelo especial de acumulación originaria socialista para promover el desarrollo desde el capitalismo monopolista atrasado de Rusia, hasta alcanzar, bajo el mando del proletariado, las fuerzas productivas existentes en Europa y Norteamérica. Esta transición ocuparía todo un largo proceso histórico mucho más prolongado en virtud de que el modelo soviético de desarrollo constituía un proceso dual, diferenciado y simultáneo: primero, el de Rusia que avanzaría del capitalismo monopolista y monopolista de estado atrasado hacia las fuerzas productivas del capitalismo monopolista de Estado occidental mucho más avanzado; y, segundo, el paso (salto) de las ex colonias de la era precapitalista mediante etapas sucesivas de desarrollo por la vía socialista. Tal conjugación de tareas en medio del acoso externo revela la enorme complejidad y los plazos imposibles de determinar a priori de la construcción socialista para el conjunto de aquel país multinacional.

Muchos de los aportes teóricos y prácticos de Lenin quedaron sepultados bajo el peso de la declaración política de conclusión del período de transición en la URSS una vez que se cumplieron el primer plan quinquenal de industrialización a marchas forzadas y la colectivización forzosa del campesinado. Con este paso se universalizaron la forma estatal y cooperativa de economía. El salto prematuro a la construcción directa del comunismo en la URSS entrañó serias deformaciones al ideal socialista y humanista del marxismo. Esta violentación de las etapas del desarrollo condujo a un doble atolladero: al .pragmatismo inconsistente. en la praxis económica y a la "apologética" como rasgo genérico de la economía política del socialismo que pretendió interpretarlo. Lo dicho no desconoce ciertos aportes específicos y aislados del pensamiento soviético y de otros países ex socialistas a la economía política del socialismo, pero se reitera la insuficiencia principal.

El derrumbe del campo socialista sobrevendría tras 74 años bajo el influjo de múltiples factores económicos, políticos y sociales internos y externos, dando inicio a la restauración del capitalismo. El desplome del socialismo en Europa se tradujo en un descrédito temporal del marxismo, de la teoría socialista y de los movimientos de izquierda en el mundo que dura casi hasta nuestros días; a su vez reforzó el predominio del modelo neoliberal y la potenciación de la globalización capitalista neoliberal. La globalización ha cambiado la fisonomía geopolítica del Planeta, renovando la necesidad de una teoría revolucionaria que refleje y asuma las nuevas realidades del mundo actual para la lucha revolucionaria.

La teoría económica del período de transición al socialismo quedó – como ya se dijo- sumida en la llamada .economía política del socialismo., o como simple apéndice de aquella que fuera encargada precisamente por Stalin en sus últimos años de vida y apareciera en forma de manual. El acceso de países subdesarrollados, pequeños y periféricos a la órbita de la construcción del socialismo debió impulsar necesariamente el desarrollo de la teoría de la transición, sin embargo poco se avanzó en esta dirección.

En fin, la falta de desarrollo de la economía política de la transición al socialismo no permitió establecer las diferencias objetivas de los modelos de construcción económica en correspondencia con los niveles de desarrollo y particularidades de cada país; al mismo tiempo impidió esclarecer las bases teórico-críticas para dar una oportuna y revolucionaria respuesta al llamado "socialismo real". La economía política fue obligada a suicidarse como concreto pensado.[4]

En el caso específico de Cuba, la academia cubana cultivó durante largo tiempo la enseñanza de la doctrina económica de factura soviética. Salvo las críticas del Che y Fidel al economicismo y a la apologética, todos o casi todos quedamos embelesados por las verdades que enunciaba. La economía política manualizada del socialismo con sus dogmas hizo pensar incluso a algunos que Cuba había rebasado la etapa de la transición del capitalismo al socialismo, muy a pesar de la dura realidad de continuar siendo un país pobre, subdesarrollado, no obstante exhibir resultados paradigmáticos a favor del desarrollo económico y social, especialmente en esta última esfera con niveles semejantes al de muchos países industriales. La teoría en los años 70ta y 80ta se dedicó por entero al mecanismo económico importado de la URSS y a su instrumentación. En los ochenta sorprendió la recesión de 1986-1987. Se tuvo al fin conciencia de que el mecanismo económico había agotado sus posibilidades y también de sus perversidades, pero se carecía de un sistema científico-metodológico capaz de apoyar fórmulas de cambio integrales. La reforma económica en los noventa está aquejada todavía de esa insuficiencia.

La economía política de la transición socialista desde la experiencia cubana es una obra inconclusa. Los primeros intentos teóricos provienen del Comandante Ernesto Guevara con sus trabajos acerca del sistema presupuestario de financiamiento, cuya esencia verdadera consistía en el diseño de una nueva concepción de la construcción socialista frente a la experiencia del modelo eurosoviético. El debate se entabló inmediatamente en torno a las tesis del Guerrillero Heroico y la de los partidarios del modelo eurosoviético. En 1965 diseñó un esquema de libro de economía política con un prólogo, la estructura del texto y un conjunto de tesis críticas sobre el contenido del manual de economía política soviético. Esta obra quedó sin terminar: al morir el Che en Bolivia. No es hasta 1989-1990, en pleno vórtice de la crisis y derrumbe de Europa del Este, y en el ápice de la perestroika, preámbulo al colapso también de la URSS, y todavía bajo su influencia innegable, que un colectivo de académicos cubanos preparó los textos "Lecciones de la Economía Política de la Construcción del Socialismo" (para carreras económicas y no económicas), que se editaron en 1991 para sustituir a los manuales soviéticos. El mismo título del texto estaba sugiriendo explícitamente el gran objetivo, ciertamente no alcanzado, de diseñar una economía política específica de la transición al socialismo desde la periferia.

Los años noventa confirmaron la tesis marxista de que nada impulsa más a la ciencia que las necesidades de la práctica. En estos años de crisis, ajustes y reformas se ha producido un serio y multilateral cambio positivo en las ciencias sociales, particularmente en el pensamiento económico. El país cuenta con capacidad suficiente y pensamiento propio para enfrentar estos y otros retos de la práctica y la teoría.

Sin embargo, a pesar de la situación creada, desfavorable para el desarrollo del proceso de construcción del socialismo, Cuba ha mantenido su opción socialista, se han logrado preservar los logros de la Revolución, se ha avanzado en campos significativos y estratégicos del desarrollo científico-técnico y social —propósitos centrales de las políticas aplicadas a partir de inicios y mediados de la década del noventa del siglo pasado—, y no ha habido crisis política en el país. Además, se han logrado avances significativos en materia de eficiencia económica y energética, además de diversificar las relaciones internacionales con muchos países del mundo.

La importancia de estudiar, analizar, criticar constructivamente y proponer cambios conceptuales que tengan en cuenta la especificidad de cada territorio, está dada por la necesidad de responder sintética y eficazmente al conjunto de la población local, dejando atrás las insuficiencias y limitaciones de las políticas centralistas y sectoriales, practicadas en el mundo entero y de la que Cuba aún es alumna. Pues resulta imperante alcanzar una visión más integral de los distintos aspectos del desarrollo, con un planteamiento del mismo, más abierto horizontalmente que estimule la vinculación territorial de las diferentes políticas de desarrollo.

Abordar el estudio de un territorio cubano requiere, evidentemente, de un sustento teórico inicial. Considerando (como se hace evidente dadas las especificidades del sistema cubano), que la bibliografía internacional, mucho más voluminosa en la temática, responde a un sistema institucional diferente y a sistematizaciones teóricas devenidas de políticas de desarrollo que han fundamentado un sistema distinto al construido por Cuba a partir de 1959 y no siempre coincidentes en cuanto a las concepciones del desarrollo social futuro.

Como parte de las diferentes formas en que el Estado interviene en el funcionamiento de la nación o de cada territorio, hay un instrumento básico a utilizar por las administraciones, para fomentar, preferenciar e implementar medidas que, aplicadas coherentemente desemboquen en un desarrollo local e integral, siendo entonces referencia y factor determinante en el desarrollo de unidades de estudio más grandes, llámense municipios, provincias o país, este instrumento son las Políticas Públicas Locales. Como teoría ajena muchas veces a la práctica, suena hasta lógico y sería el ideal a perseguir por los gobiernos en sus diferentes estructuras, pero en la práctica pasa por procesos muy complejos, que en Cuba (en particular) se constituyen en obstáculos insalvables, por la política de centralización extrema y burocrática aplicada nacionalmente. Cienfuegos como provincia, municipio y Rancho Luna como localidad, no escapan a esta realidad[5]

El hotel Rancho Luna – Faro Luna pertenece al Ministerio de Turismo, sector que con un desarrollo acelerado del turismo en Cuba tuvo su reflejo inmediato en el proceso de recuperación económica del país. En la actualidad, el turismo es una de las actividades económicas de mayor importancia, la que aporta aproximadamente el 8 por ciento a la conformación del Producto Interno Bruto (PIB)5, emplea al 7,8 por ciento del total de ocupados y constituye el 30 por ciento de las exportaciones totales. En el 2007 el destino recibió unos 2,3 millones de visitantes internacionales, lo que generó 2169,3 millones de pesos en ingresos turísticos. Sin embargo, la actual etapa de desarrollo del turismo en Cuba, influenciada por acontecimientos económicos, sociales, políticos y climáticos significativos a nivel mundial, que han impactado en las corrientes turísticas y en el desempeño de los destinos, exige de la implementación de políticas y acciones estratégicas que permitan conformar un destino turístico más competitivo que posibilite a la actividad turística seguir consolidando su papel dentro de la estructura económica del país.

La localidad de Rancho Luna, es una zona que a pesar del impacto socio-económico que significa ser la mayor y más visitada playa de la provincia y tener a su alrededor 3 hoteles dedicados a prestar servicio al turismo internacional, ha sido continuamente olvidada a la hora de plantearse por parte de las administraciones públicas de la provincia, políticas sinceras de desarrollo. Decidiéndose desde la capital, las inversiones, los intereses y el destino de los ingresos y los aportes, no se puede pretender alcanzar un desarrollo homogéneo en todos los lugares, que además, la historia cubana ha demostrado que el desarrollo monocéntrico atenta contra el desarrollo de la sociedad en su conjunto. Si a través de políticas públicas concretas y más flexibles, se impulsara la toma de decisiones a nivel local, se pudiera insertar al hotel de Faro Luna – Rancho Luna en el proceso franco de retroalimentación con su entorno más directo, logrando con políticas más sostenibles, no sólo interacción local de la relación riesgo – beneficio que fomente un crecimiento del nivel de vida de los habitantes de la localidad, sino que sentaría bases para que otras instalaciones del mismo tipo, e igualmente desvinculadas del medio que los rodea, preferencien la gestión local de su administración, aprovechando las fortalezas antes mencionada para tratar de minimizar las debilidades que trae promover un servicio turístico a través de agentes externos que no conocen la realidad y potencialidades del hotel. La administración pública responsable en el entorno local tiene que consolidar la identificación consigo misma y salvar al recurso humano de los actuales fenómenos de enajenación y falta de identidad que provocan la ineficiente asignación de recursos y, peor aún, provoca el aprovechamiento con propósitos que no tributan al desarrollo local y social y, menos aún, a la sostenibilidad de los procesos socio económicos

Por lo tanto, si el gobierno, como rector de las políticas de desarrollo, diera más libertad a los decisores locales, seguro que se incrementaría en valores la eficiencia de la instalación y cualitativa y cuantitativamente también, la calidad de vida de los vecinos de la localidad de Rancho Luna.

Para intentar hacer un estudio serio, que defina y logre influir sobre los actores de las políticas públicas locales, se hará un análisis prospectivo del hotel Rancho Luna – Faro Luna para que con la mejora de sus índices de eficacia y eficiencia, se pueda insertar con más peso dentro del desarrollo sustentable de la ciudad de Cienfuegos. Ahora por lo tanto se impone definir qué es la prospectiva: en pocas palabras, es la reflexión antes de la acción pues permite anticiparse y preparar las acciones con menores dosis de riesgo e incertidumbre. Según Michel Godet (1993), "permite hacer del futuro la herramienta del presente".

Conclusiones

  • La evolución de los diferentes conceptos, teorías, enfoques en la dirección de las empresas, así como su aplicación en el mundo y en el contexto cubano, ponen de manifiesto la necesidad y posibilidad de su aplicación en las condiciones concretas de una empresa cubana. El hotel Rancho Luna – Faro Luna, reúne las características o condiciones suficientes y necesarias para demostrar la validez de la aplicación del procedimiento propuesto.

  • La concepción integral del desarrollo asumida por el modelo socio-económico cubano se hace realidad, se concreta y se alcanza en los territorios, municipios y localidades, por tanto es necesario analizar su evolución a escalas menores y para ello deben considerarse al menos las dimensiones económicas, demográficas y sociales en el espacio—con sus correspondientes interrelaciones—en que habita la persona humana, que es el verdadero sujeto central del desarrollo.

  • Una unidad importante para la medición de los desequilibrios intra regionales es el municipio y, en el caso cubano, constituye la unidad menor de tipo regional sobre la cual es posible recopilar un volumen de información útil para medir, analizar y validar la evolución del desarrollo socio-económico y caracterizar sus rasgos distintivos en un período de tiempo dado.

  • El potencial de desarrollo endógeno de un territorio va a estar dado por la capacidad que tenga de generar una determinada cantidad de riqueza, que sea dedicada a garantizar la elevación del bienestar actual y al progreso futuro de la población. En función de cómo sea ese potencial y de la organización del sistema institucional, así serán los resultados del desarrollo del territorio. Así, la primera fuente de desarrollo es el potencial que posee el sistema territorial.

  • La proyección del desarrollo local en la construcción socialista necesariamente será una concepción de desarrollo en un contexto de integración que tribute sostenidamente al crecimiento del carácter social de la producción, con ello del grado de socialización real de la vida social, del trabajo, de la producción y de las condiciones de reproducción del hombre mismo

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Autor:

Lic. Gilfredo Torres Rodríguez

[1] Satisfacción de las necesidades básicas, tanto materiales como espirituales.

[2] Hacia una Cultura Global de Paz, UNESCO. Manila, Islas Filipinas, noviembre de 1995

[3] No olvidar que las experiencias socialistas hasta hoy en día, siempre se han dado en países subdesarrollados, donde las propias incapacidades y lagunas prácticas del capitalismo como modelo ideal han llevado a los habitantes a perseguir un modelo alternativo.

[4] “Socialismo teórico desde el subdesarrollo” Dr. Víctor M. Figueroa Albelo Departamento de Economía. Facultad de Ciencias Empresariales Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas Noviembre/2003

[5] Precisamente en la construcción del socialismo, la tendencia que ha predominado, tanto en la teoría como en la práctica, ha sido hacer depender el desarrollo regional directamente del desarrollo nacional en su conjunto mediante la conjugación de la planificación nacional con la territorial. Si bien esta posición es en esencia correcta, no hay dudas que parte de un esquema centralizado— para algunos excesivamente — donde lo territorial es solo una parte geográfica de lo general sin concederle posibilidades reales de autogestión y, lo que ha sido más dañino, dejando sin utilizar las enormes posibilidades que genera la disposición al desarrollo partiendo de la responsabilidad compartida de todos los factores nacionales y territoriales. En este esquema no superado, las fuerzas endógenas del territorio han sido relegadas a un papel esencialmente pasivo.

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