La frase que sigue a los dos puntos fue agregada en 1915. -Nota agregada en 1910. Es verdad que el psicoanálisis no ha aportado hasta ahora un esclarecimiento pleno sobre el origen de la inversión; no obstante, ha revelado el mecanismo psíquico de su génesis y enriquecido sustancialmente el planteo del problema. En todos los casos indagados comprobamos que las personas después invertidas atravesaron en los primeros años de su infancia una fase muy intensa, pero también muy breve, de fijación a la mujer (casi siempre a la madre), tras cuya superación se identificaron con la mujer y se tomaron a sí mismos como objeto sexual, vale decir, a partir del narcisismo buscaron a hombres jóvenes, y parecidos a su propia persona, que debían amarlos como la madre los había amado. Además, con mucha frecuencia hallamos que presuntos invertidos no eran en manera alguna insensibles al encanto de la mujer,
sino que trasponían a un objeto masculino, sin solución de continuidad, la excitación que ella les provocaba. Así, durante toda su vida repetían el mecanismo por el cual se había engendrado su inversión. Su aspiración compulsiva al hombre aparecía condicionada por su incesante huida de la mujer.
En la edición de 1910, la nota proseguía así: «Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que hasta el momento un solo tipo de invertidos se sometieron al psicoanálisis: individuos cuya actividad sexual se hallaba en general menoscabada, y su residuo se manifestaba como inversión. El problema de la inversión es sumamente complejo y abarca tipos muy diversos de actividad y desarrollo sexuales. Debería trazarse una neta distinción conceptual entre diferentes casos de inversión según que se haya invertido el carácter sexual del objeto o el del sujeto».
Agregado en 1915. La investigación psicoanalítica se opone terminantemente a la tentativa de separar a los homosexuales como una especie particular de seres humanos. En la medida en que estudia otras excitaciones sexuales además de las que se dan a conocer de manera manifiesta, sabe que todos los hombres son capaces de elegir un objeto de su mismo sexo, y aun lo han consumado en el inconciente. Por otra parte, los sentimientos libidinosos en vinculación con personas del mismo sexo no desempeñan escaso papel como factores de la vida
sexual, y ese papel es mayor que el de los dirigidos al sexo opuesto en cuanto motores de contracción de neurosis. El psicoanálisis considera más bien que lo originario a partir de lo cual se desarrollan luego, por restricción hacia uno u otro lado, tanto el tipo normal como el invertido es la independencia de la elección de objeto respecto del sexo de este último, la posibilidad abierta de disponer de objetos tanto masculinos cuanto femeninos, tal como se la puede observar en la infancia, en estados primitivos y en épocas prehistóricas. En el sentido del psicoanálisis, entonces, ni siquiera el interés sexual exclusivo del hombre por la mujer es algo obvio, sino un problema que requiere esclarecimiento, respecto del cual cabe suponer una atracción en el fondo de carácter químico. La conducta sexual definitiva se decide sólo tras la pubertad, y es el resultado de una serie de factores que todavía no podemos abarcar
en su conjunto, y de naturaleza en parte constitucional, en parte accidental. Por cierto, algunos de estos factores pueden alcanzar una fuerza muy grande, en virtud de la cual gravitan sobre el resultado; pero, en general, la multiplicidad de los factores determinantes es reflejada por la diversidad de los desenlaces en la conducta sexual manifiesta de los seres humanos. En todos los tipos de invertidos es posible comprobar el predominio de constituciones arcaicas y de mecanismos psíquicos primitivos. La vigencia de laelección narcisista de objeto y la
retención de la importancia erótica de la zona anal aparecen como sus caracteres más esenciales. Pero no se gana nada si, sobre la base de esas propiedades constitucionales, los tipos más extremos de inversión son separados de los otros. Lo que creemos hallar en estos en calidad de fundamento suficiente puede rastrearse también, sólo que con fuerza menor, en la constitución de los tipos transicionales y en los fenotípicamente normales. Por más que las diferencias en los resultados puedan ser de naturaleza cualitativa, el análisis muestra que las diferencias en las condiciones son sólo cuantitativas. Entre las influencias accidentales sobre la elección de objeto hemos hallado, como digna de nota, la frustración (el amedrentamiento sexual temprano), y también hemos notado que la presencia de ambos miembros de la pareja parental desempeña un importante papel. La falta de un padre fuerte en la infancia
favorece no rara vez la inversión. Por último, es lícito exigir que se separe, en el plano conceptual, la inversión del objeto sexual de la mezcla de caracteres sexuales en el interior de un sujeto. Cierto grado de independencia es innegable también en esta relación.
Agregado en 1920. Ferenczi (1914) ha presentado una serie de importantes puntos de vista sobre el problema de la inversión. Critica, con razón, que bajo el nombre de « homosexualidad» (que él propone sustituir por el más adecuado de «homoerotismo») se confundan una cantidad de estados muy diversos, de desigual valor tanto en lo orgánico
como en lo psíquico. Pide que se distinga con claridad al menos entre estos dos tipos: el homoerótico en cuanto al sujeto, que se siente mujer y se comporta como tal, y el homoerótico en cuanto al objeto, que es enteramente masculino y no ha hecho más que permutar el objeto femenino por uno de su mismo sexo. A los primeros los reconoce como genuinos «intermedios sexuales» en el sentido de Magnus Hirschfeld; y a los segundos los caracteriza -menos felizmente- como neuróticos obsesivos. Sólo en el caso del homoerótico en cuanto al objeto puede haber una rebelión contra la tendencia a la inversión, así como la posibilidad de influencia psíquica [terapéutica]. Aun admitiendo estos dos tipos, es lícito agregar que en muchas personas hallamos, mezclados, cierto grado de homoerotismo en cuanto al sujeto con una cuota de homoerotismo en cuanto al objeto.
En los últimos años, los trabajos realizados por biólogos, en particular por Eugen Steinach, han arrojado viva luz sobre las condiciones orgánicas del homoerotismo y las de los caracteres sexuales.
Mediante el experimento de castrar individuos pertenecientes a diversas especies de mamíferos, con subsiguiente implantación de glándulas germinales del otro sexo, se logró mudar machos en hembras y a la inversa, La mudanza afectó más o menos completamente a los caracteres sexuales somáticos y a la conducta psicosexual (vale decir, al erotismo en cuanto al sujeto y en cuanto al objeto). Se consideró que esta virtud determinante del sexo no era portada por las glándulas germinales mismas, que producen las células genésicas, sino por el llamado tejido intersticial del órgano (las «glándulas de la pubertad»). En un caso se consiguió este vuelco sexual en un hombre que había perdido sus testículos a raíz de una tuberculosis. Se había comportado como un homosexual pasivo, femenino, y mostraba caracteres sexuales secundarios de índole femenina, muy marcados (ausencia de vello y barba, formaciones adiposas en las mamas y caderas) Tras la implantación de un testículo ectópico de otro hombre, empezó a comportarse virilmente y a dirigir su libido de manera normal a la mujer. Al mismo tiempo, desaparecieron los caracteres somáticos femeninos. (Lipschütz, 1919)
Sería injustificado afirmar que estos magníficos experimentos han colocado la doctrina de la homosexualidad sobre una base nueva, así como sería apresurado esperar que ellos nos abrieran un camino directo para la «curación» universal de la homosexualidad. Fliess señaló con acierto que tales experimentos no desvirtúan la doctrina de la disposición bisexual universal de los animales superiores. Me parece más probable que ulteriores indagaciones de esta clase proporcionen una confirmación directa de la hipótesis de la bisexualidad.
149 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1910. La diferencia más honda entre la vida sexual de los antiguos y la nuestra reside, acaso, en el hecho de que ellos ponían el acento en la pulsión misma, mientras que nosotros lo ponemos sobre su objeto. Ellos celebraban la pulsión y estaban dispuestos a ennoblecer con ella incluso a un objeto inferior, mientras que nosotros menospreciamos el quehacer pulsional mismo y lo disculpamos sólo por las excelencias del objeto.
150 (Ventana-emergente – Popup)
No puedo dejar de recordar a raíz de esto la crédula obediencia del hipnotizado a su hipnotizador, que me hace sospechar que la esencia de la hipnosis ha de situarse en la fijación inconciente de la libido sobre la persona del hipnotizador (por medio de los componentes masoquistas de la pulsión sexual). [Agregado en 1910:] Ferenczi ha vinculado este carácter de la sugestionabilidad con el «complejo parental» (1909). – [La relación del sujeto con el hipnotizador fue examinada por Freud mucho más tarde, en el capítulo VIII de Psicología de las masas y análisis del yo (1921c). Cf. también «Tratamiento psíquico (tratamiento del alma)» (1890a).
151 (Ventana-emergente – Popup)
[En las ediciones anteriores a 1920 se añadía al final de este párrafo la siguiente oración: «El surgimiento de estos traspasos anatómicos extremadamente variados implica una necesidad de variación que Hoche denominó "hambre de estímulo"». Las primeras dos oraciones de la nota que sigue se agregaron en 1915; antes de esa fecha la nota comenzaba así: «Ulteriores consideraciones me han llevado a concluir que I. Bloch sobrestimó la importancia teórica del factor del "hambre de estímulo"». En 1920 Freud dio su forma actual a toda la nota y al párrafo correspondiente del texto:] Cabe observar, no obstante ello, que la sobrestimación sexual no sedespliega a raíz de todos los mecanismos de la elección de objeto, y que más adelante tomaremos conocimiento de otra explicación, más directa, del papel sexual de las otras partes del cuerpo. El factor del «hambre de estímulo», aducido por Hoche y Bloch para
explicar el traspaso del interés sexual a otras partes del cuerpo además de los genitales, no me parece merecer la importancia que ellos le dan. Los diversos caminos por los que migra la libido se comportan desde el comienzo entre sí como vasos comunicantes, y es preciso tener en cuenta el fenómeno de la corriente colateral.
152 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1920. En casos típicos, falta en la mujer una «sobrestimación sexual» del hombre, pero rara vez se la echa de menos respecto del hijo dado a luz por ella.
153 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1915. Estas debilidades corresponden a la premisa constitucional. El psicoanálisis ha rastreado, como condición accidental, el amedrentamiento sexual temprano, que aparta de la meta sexual e incita a sustituirla.
154 (Ventana-emergente – Popup)
[Goethe, Fausto, parte I, escena 7.
155 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1920. Una indagación psicoanalítica llevada más a fondo permitió formular una justificada crítica a la afirmación de Binet. Todas las observaciones pertinentes contienen un primer encuentro con el fetiche en que este ya se había adueñado del interés sexual, sin que por las circunstancias concomitantes pudiera comprenderse cómo
llegó a hacerlo. Y todas estas impresiones sexuales «tempranas» corresponden al período posterior al quinto o sexto año, mientras que el psicoanálisis nos hace dudar de que unas fijaciones patológicas puedan ser neoformaciones tan tardías. He aquí el verdadero estado de cosas: tras el primer recuerdo de la emergencia del fetiche hay una fase sepultada y olvidada del desarrollo sexual que es subrogada por el fetiche como si fuera un «recuerdo encubridor», cuyo resto y decantación es entonces el fetiche. El vuelco al fetichismo de esta fase, que corresponde a los primeros años de la infancia, así como la elección del fetiche mismo, están determinados {determinieren} const itucionalmente.
156 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1910. Y correlativamente,el zapato o la pantufla son símbolos de los genitales femeninos
157 (Ventana-emergente – Popup)
Se refiere a las pieles de animales utilizadas como abrigo.
158 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1910. El psicoanálisis ha llenado una de las lagunas que subsistían en la comprensión del fetichismo señalando la importancia, en la elección del fetiche, de un placer de oler coprófilo, perdido por represión.
El pie y los cabellos son objetos fuertemente olorosos, elevados a la condición de fetiche tras la renuncia a la sensación olfativa devenida displacentera. De acuerdo con esto, en la perversión correspondiente al fetichismo del pie, sólo es objeto sexual el pie sucio y maloliente. Otra contribución al esclarecimiento de la preferencia fetichista por el pie resulta de las teorías sexuales infantiles, el pie sustituye al pene de la mujer, cuya falta se echa fuertemente de menos. Agregado en 1915. En muchos casos de fetichismo del pie puede demostrarse que lapulsión de ver, originariamente dirigida a los genitales y que quería alcanzar su objeto desde abajo, quedó detenida en su camino por prohibición o represión y por eso retuvo como fetiches al pie o al zapato. Y en ese proceso los genitales femeninos seimaginaron, de acuerdo con la expectativa infantil, como masculinos. La importancia de la represión del placer de olerhabía sido señalada por Freud a Fliess en sus cartas del 11 de enero Y el 14 de noviembre de 1897 (Freud, 1950a,Cartas 55 y 75), AE, í, págs. 282 y 310-1. Volvió sobre el tema al final de su historial clínico del «Hombre de lasRatas» (1909d), AE, 10, págs. 192-3, y lo examinó con extensión considerable en dos largas notas al pie de El
malestar en la cultura (1930a), AE, 21, págs. 97-8 y 103-4. El tema del fetichismo fue desarrollado en su trabajo de esetítulo (1927e), y de nuevo en un fragmento publicado póstumamente sobre «La escisión del yo en el procesodefensivo» ( 1940e), AE, 23, pág. 277, y en el Esquema de1 psicoanálisis ( 1940a), AE, 23, págs. 204-6.
159 (Ventana-emergente – Popup)
El inciso fue agregado en 1915.
160 (Ventana-emergente – Popup)
[Esta parece ser la primera vez que Freud usa la expresión «sublimar» en un escrito publicado, aunque mucho antes,el 2 de mayo de 1897, lo empleó en la correspondencia con Fliess (Freud, 1950a, Carta 61), AE, 1, pág. 288. También seregistra en el caso «Dora» (1905e), que de hecho se publicó después de la presente obra, aunque fue redactado en1901. E l concepto se reexamina más adelante, Nota agregada en 1915. Me parece indudable que el concepto de lo«bello» tiene su raíz en el campo de la excitación sexual y originariamente significó lo que estimula sexualmente. Lapalabra alemana Reiz significa tanto «estímulo» como «encantos». Se conecta con ello el hecho de que en verdadnunca podemos hallar «bellos» a los genitales mismos, cuya vista provoca la más poderosa excitación sexual
161 (Ventana-emergente – Popup)
En las ediciones anteriores a 1924 decía aquí «tras un solo análisis»
162 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1920. El análisis revela en esta perversión -así corno en la mayoría de las otras- una inesperadamultiplicidad en cuanto a sus motivos y significaciones. La compulsión exhibicionista, por ejemplo, depende tambiénestrechamente del complejo de castración; insiste una y otra vez en la integridad de los propios genitales(masculinos) y repite la satisfacción infantil por la falta del miembro en los de la mujer.
163 (Ventana-emergente – Popup)
[En las ediciones de 1905 y 1910, en este punto del texto aparecían las siguientes dos oraciones: «Con la mismacerteza puede derivarse al menos una de las raíces del masoquismo. Proviene de la sobrestimación sexual comoconsecuencia psíquica necesaria de la elección de un objeto sexual». Desde 1915 estas dos oraciones se suprimieron,intercalándose en su remplazo los dos parágrafos que siguen.]
164 (Ventana-emergente – Popup)
[Nota agregada en 1924:] Consideraciones posteriores, que pudieron apoyarse en determinadas hipótesis acerca de laestructura del aparato anímico y de las clases de pulsiones operantes en él, me hicieron modificar en buena medida mijuicio sobre el masoquismo. Me vi llevado a admitir un masoquismo primario -erógeno-, a partir del cual se desarrollan
después dos formas: el masoquismo femenino y el moral. Por reversión hacia la persona propia del sadismo que noencuentra aplicación en la vida, nace un masoquismo secundario que viene a añadirse al primario. (Cf. Freud, 1924c.)
165 (Ventana-emergente – Popup)
[Este breve párrafo figuraba ya en la primera edición (1905), pero los dos que le anteceden y el siguiente fueronagregados en la tercera ( 1915).]
166 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1915. Cf. sobre esto mi posterior comunicación sobre las fases pregenitales del desarrollo sexual,que confirman esta perspectiva.
167 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1924. Mis indagaciones antes mencionadas me han permitido derivar, para el par de opuestossadismo-masoquismo, una posición especial basada en su origen pulsional, posición que lo hace sobresalir en laserie de las otras «perversiones».
168 (Ventana-emergente – Popup)
En vez de multiplicar las pruebas en apoyo de esta afirmación, me limito a citar un pasajede H. Ellis, DasGescblechtsgefübl, 1903: «La investigación de historiales de sadismo y masoquismo, aun los comunicados porKrafft-Ebing (como en verdad ya lo señalaron Colin Scott y Féré), constantemente revela huellas de ambos grupos defenómenos en el mismo individuo»
169 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1915. Cf. más adelante mi examen de la «ambivalencia»
170 (Ventana-emergente – Popup)
[El último inciso no aparecía en las ediciones de 1905 y 1910. En 1915 se agregó lo siguiente: «cuyo significado sereduce en el psicoanálisis a la oposición entre activo y pasivo», frase remplazada en 1924 por el texto actual.]
171 (Ventana-emergente – Popup)
Goethe, Fausto, «Prólogo en el teatro». En una carta a Fliess del 3 de enero de 1897 (Freud, 1950a, Carta 54), Freud lesugería emplear esta misma cita corno epígrafe para un capítulo sobre «Sexualidad» que iba a formar parte de un libroproyectado. Esa carta fue escrita en momentos en que comenzaba a dirigir su atención a las perversiones. Su primera
referencia a la relación entre estas y las neurosis en la correspondencia con Fliess data del 1º de enero de 1896
(Manuscrito K), AE, 1, pág. 261; pero véase también la Carta 21, del 29 de agosto de 1894, AE, 1, pág. 239.
172 (Ventana-emergente – Popup)
Notaagregada en 1915. Por otra parte, en estos poderes que ponen un dique al desarrollo sexual -asco, vergüenza ymoral- es preciso ver también un sedimento histórico de las inhibiciones externas que la pulsión sexual experimentóen la psicogénesis de la humanidad. En el desarrollo del individuo se observa que emergen en su momento, como
espontáneamente, a una señal de la educación yde la influencia externa.
173 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1920. Anticipándome a lo que diré luego acerca de la génesis de las perversiones, hago notar quese puede suponer con buenos fundamentos que antes de que se fijasen preexistió, tal como ocurre en el caso delfetichismo, un esbozo de desarrollo sexual normal. La indagación analítica ha podido mostrar, hasta ahora en casosaislados, que también la perversión es el saldo de un desarrollo hacia el complejo de Edipo, tras cuya represiónreaparecen los componentes de la pulsión sexual que en la disposición del individuo eran los más fuertes.
174 (Ventana-emergente – Popup)
[Antes de 1915 esta frase terminaba así: « … llamada neurastenia y probablemente la paranoia».]
175 (Ventana-emergente – Popup)
En el «Epílogo» al historial clínico de «Dora»
176 (Ventana-emergente – Popup)
[En 1905, «diez años»; la cifra fue aumentando en cada edición hasta la de 1920 inclusive.]
177 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1920. No restrinjo ese enunciado, más bien lo completo, al modificarlo de este modo: Los síntomasneuróticos se basan, por una parte, en la exigencia de las pulsiones libidinales y, por otra, en el veto del yo, en lareacción contra aquellas.
178 (Ventana-emergente – Popup)
Breuer [en Breuer y Freud (1895), AE, 2, pág. 47] escribe, acerca de la paciente en la cual aplicó por primera vez elmétodo catártico: «El factor sexual estaba asombrosamente no desarrollado» [en realidad, Breuer escribió «elelementosexual»].
179 (Ventana-emergente – Popup)
[Tema desarrollado por Freud en su trabajo «Sobre los tipos de contracción de neurosis» (1912c).]
180 (Ventana-emergente – Popup)
Esta idea había sido formulada por Freud en esos mismos términos en una carta a Fliess del 24 de enero de 1897
(Freud, 1950a, Carta 57), AE, 1, pág. 284. Pero ya estaba implícita en las cartas del 6 de diciembre de 1896 y del 11 deenero de 1897 (Cartas 52 y 55), AE, 1, págs. 279 y 281. Se la hallará también en el historial de «Dora». Las fantasíasque los perversos tienen con conciencia clara (y que en circunstancias favorables pueden trasponerse en acciones),los temores delirantes de los paranoicos (que ellos proyectan sobre otros con intención hostil) y las fantasíasinconcientes de los histéricos (que es posible descubrir tras sus síntomas mediante psicoanálisis) coinciden hasta enlos detalles en cuanto a su contenido. Esto ya había sido destacado en Psicopatologíade la vida cotidiana (1901b),AE, 6, pág. 248, n. 28.
181 (Ventana-emergente – Popup)
La psiconeurosis se asocia también muy a menudo con una inversión manifiesta. En esos casos, la corrienteheterosexual ha sido víctima de una sofocación plena. Hago justicia si comunico que sólo presté atención a launiversalidad necesaria de la tendencia a la inversión en los psiconeuróticos a raíz de unas manifestaciones privadasque me hizo Wilhelm Fliess en Berlín, después que yo la había descubierto en casos aislados. Agregado en 1920. Estehecho, no apreciado suficientemente, no podía menos que ejercer una infl uencia decisiva sobre todas las teorías de lahomosexualidad.
182 (Ventana-emergente – Popup)
Esta es la primera vez que aparece la expresión «pulsión parcial» en las obras que Freud publicó, si bien el conceptoya había sido introducido
183 (Ventana-emergente – Popup)
[En las ediciones anteriores a 1920 se enumeraban tres de estas «particularidades». Con referencia a la primera,suprimida después, se decía: «Entre las ilaciones de pensamiento de las neurosis no se encuentra nada quecorresponda a una inclinación al fetichismo, circunstancia esta que arroja luz sobre la particularidad psicológica deesta bien comprendida perversión».]
184 (Ventana-emergente – Popup)
[Parece ser esta la primera oportunidad en que apareció en una publicación la frase «zona erógena». Freud ya la habíautilizado en una carta a Fliess del 6 de diciembre de 1896 (Freud, 1950a, Carta 52), AE, 1, pág. 280. También se laencuentra en el historial de «Dora», escrito presumiblemente en 1901. A todas luces, se la creó por analogía con«zona histerógena», expresión entonces en boga. Cf. «Observación de un caso severo de hemianestesia en un varónhistérico» (1886d), AE, 1, pág. 33, e «Histeria» (1888b), AE, 1, págs. 47-8.]
185 (Ventana-emergente – Popup)
[El pasaje que va desde este punto hasta el final del párrafo data de 1915. En las primeras dos ediciones (1905 y 1910),aparecía en su lugar lo siguiente: «Además de una "pulsión" no sexual en sí misma, proveniente de fuentes motricesde impulso, se distingue en ellas [en las pulsiones parciales] la contribución de un órgano que recibe estímulos (piel,mucosa, órgano de los sentidos). Este último debe designarse aquí como zona erógena: el órgano cuya excitaciónconfiere a la pulsión carácter sexual». La versión revisada data del período en que Freud escribió su ensayo sobre«Pulsiones y destinos de pulsión» (1915c), donde examina por extenso todo este asunto.]
186 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1924. La doctrina de las pulsiones es la pieza más importante, pero también la más inconclusa, de lateoría psicoanalítica. He desarrollado otras contribuciones a ella en mis obras posteriores Más allá del principio deplacer (1920g) y El yo y el ello (1923b).
187 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1915. No es fácil justificar aquí estas hipótesis, tomadas del estudio de determinada clase decontracción de neurosis. Pero, por otra parte, sería imposibleenunciar algo concluyente acerca de las pulsionesahorrándose la mención de estas premisas.
188 (Ventana-emergente – Popup)
Este inciso fue agregado en 1920.
189 (Ventana-emergente – Popup)
En este punto nos viene a la memoria la tesis de Moll, quien descompone la pulsión sexual en pulsión decontrectación y de detumescencia. La primera significa una necesidad de contacto con la piel. [Moll (1898) describióla pulsión de detumescencia como un impulso tendiente al alivio espasmódico de la tensión de los órganos sexuales,y a la pulsión de contrectacíón como un impulso a entrar eri contacto con otra persona. Creía que este último aparecíadespués que el primero en la evolución del individuo.- Al final de esta nota había en 1905 y 1910 la oración siguiente,más tarde suprimida: «Strohmayer ha inferido muy acertadamente de un caso observado por él que losautorreproches obsesivos tienen su origen en impulsos sádicos sofocados.]
190 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1915. Por cierto, no es posible individualizar la cuota correspondiente a la herencia antes deapreciar la que pertenece a la infancia.
191 (Ventana-emergente – Popup)
Tiempo después, la afirmación del texto me pareció a mí mismo tan osada que me impuse, la tarea de volver a cotejarlarecorriendo la bibliografía. Resultado de este reexamen fue dejarla intacta. El estudio científico de los fenómenos de lasexualidad en la infancia, tanto corporales como anímicos, se encuentra en sus primeros pasos. Un autor, Bell (1902,pág. 327), observa: «I know of no scientist who bas given a careful analysis ol the emotion as it is seen in theadolescent» {«No conozco ningún científico que haya hecho un cuidadoso análisis de la emoción tal como la vemosen el adolescente»}. Manifestaciones sexuales somáticas del período anterior a la pubertad han sido objeto deatención solamente a raíz de fenómenos degenerativos y como signos de degeneración. En ninguna de lasexposiciones de psicología infantil que he leído se encuentra un capítulo sobre la vida amorosa; esto vale para lasconocidas obras de Preyer 11882], Baldwin ( 1898), Pérez (1886), Strümpell (1899), Groos (1904), Heller (1904) ,Sully (1898) y otras. La revistaDie Kinderfebler {Las deficiencias del niño}, desde1896 en adelante, nosproporciona la impresión más clara del actual estado de cosas en este campo. No obstante, uno se convence de que
descubrir la existencia del amor en la infancia es innecesario. Pérez (1886, págs. 272 y sigs.) aboga en favor de ella;K. Groos (1899, pág. 326) menciona como cosa de todos conocida el hecho de que «muchos niños son accesibles amociones sexuales ya muy temprano, y sienten hacia el otro sexo un impulso de contacto»; el caso más reciente deemergencia de mociones amorosas sexuales (sex-love) en la serie deobservaciones de Bell (1902 [pág. 330])concierne a un niño a mediados de su tercer año. Sobre esto, cf. también Havelock Ellis, Das Gescblechtsgefühl(traducción de Von Kurella), 1903, Apéndice 11.
Agregado en 1910. El juicio formulado en el texto sobre la bibliografía acerca de la sexualidad infantil ya no puedesostenerse tras la aparición de la gran obra de Stanley Hall (1904). El libro reciente de A. Moll (1909) no ofrecemotivo para una modificación de esa índole. Véase, por otra parte, Bleuler (1908). Agregado en 1915. Después, unlibro de Hug-Hellmuth (1913b) ha tomado plenamente en cuenta el descuidado factor sexual.
192 (Ventana-emergente – Popup)
En mi ensayo «Sobre los recuerdos encubridores» (1899a) intenté solucionar uno de los problemas que se enlazancon los recuerdos infantiles más tempranos. [Agregado en 1924:] Cf. también el capítulo IV de mi Psicopatología dela vida cotidiana (1901b).
193 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1915. No puede comprenderse el mecanismo de la represión si se toma en cuenta uno solo deestos dos procesos que cooperan entre sí. A título de comparación puede servir el modo en que los turistas sonllevados hasta la cúspide de la gran pirámide de Giza: de un lado los empujan, del otro los atraen. [Cf. Freud, «Larepresión» (1915d).]
194 (Ventana-emergente – Popup)
Cf. la carta a Fliess del 10 de marzo de 1898 (Freud, 1950a, Carta84), AE, 1, pág. 316.
195 (Ventana-emergente – Popup)
Por ejemplo, en «La etiología de la histeria»'(1896c), AE, 3, pág. 201.
196 (Ventana-emergente – Popup)
Este último material se vuelve utilizable por la justificada expectativa de que la infancia de los que después sonneuróticos no puede diverger esencialmente de la infancia de los después normales agregado en 1915, sino sólo encuanto ala intensidad y claridad de los fenómenos involucrados.
197 (Ventana-emergente – Popup)
Una posible analogía con la trayectoriade la función sexual infantil, tal como yo la postulo, la proporcionaría eldescubrimiento de Bayer (1902) de que los órganos sexuales internos (útero) de los recién nacidos son, por logeneral, rnás grandes que en los niños de más edad. Empero, esta concepción de una involución posterior alnacimiento, que Halban comprobó también para otras partes del aparato genital, no está certificada. Según Halban(1904), este proceso termina tras unas pocas semanas de vida extrauterina. Agregado en 1920. Los autores queconsideran a la región intersticial de las glándulas germinales como el órgano determinante del sexo se vieronforzados, a raíz de ciertas investigaciones anatómicas, a hablar a su vez de sexualidad infantil y de período de latencia sexual. Cito un pasaje del libro de Lipschütz (1919, pág. 168), al que ya hice alusión: «Se responde mucho más a los hechos si se afirma que la maduración de los rasgos sexuales, tal como se produce en la pubertad, no consiste sino en el discurrir de unos procesos que en esaépoca se aceleran fuertemente, pero ya habían empezado mucho antes -según nuestra concepción, ya en la vida embrionaria». «Es probable que lo que hasta ahora se ha designado simplemente "pubertad" no sea sino una segunda gran fase de la pubertad, que se inicia a mediados de la segunda década de vida. ( – – – ) La infancia, contada desde el nacimiento hasta el comienzo de la segunda gran fase, podría designarse como la "fase intermediaria de la pubertad"». Esta concordancia entre los hallazgos anatómicos yla observación psicológica, destacada en una reseña [sobre el libro de Lipschütz] de Ferenczi (1920), desaparece por la indicación de que el «primer punto de inflexión» del desarrollo del órgano sexual cae dentro del período embrionario temprano, mientras que el temprano florecimiento de la vida sexual ha de situarse en el niño en su tercero y cuarto años. Desde luego, no se requiere la total simultaneidad de la conformación anatómica con el desarrollo psíquico. Las investigaciones de referencia se hicieron para las glándulas germinales del ser humano. Puesto que a los animales no les corresponde un período de latencia en sentido psicológico, importaría mucho saber si esos hallazgos anatómicos sobre cuya base los autores suponen dos puntos de inflexión del desarrollo sexual pueden rastrearse también en otros animales superiores.
198 (Ventana-emergente – Popup)
La designación «período de latencia sexual» la he tomado también de Fliess.
199 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1915. En el caso aquí considerado, la sublimación de las fuerzas pulsionales sexuales se realiza por la vía de la formación reactiva. Pero, en general, es lícito distinguir conceptualmente sublimación y formación reactiva como dos procesos diversos. También puede haber sublimaciones por otros caminos, más simples. [Un ulterior examen teórico de la sublimación se hallará en « Introducción del narcisismo» (1914c), AE, 14, págs, 91-2, y en varios pasajes de El Yo Y el ello (1923b), capítulos III, IV y V.]
200 (Ventana-emergente – Popup)
[Freud emplea aquí términos alemanes corrientes en la crianza de niños: «Ludeln» o «Lutschen» {chupeteo}, junto con «Wonnesaugen» {mamar con fruición}. El Conrad de Struwwelpeter, de F. H. Hoffmann, era un «Lutscher» {chupeteador}.]
201 (Ventana-emergente – Popup)
Ya se presenta aquí lo que tendrá vigencia toda la vida: la satisfacción sexual es el mejor somnífero. La mayoría de los casos de insomnio neurótico se reconducen a una insatisfacción sexual. Es sabido que niñeras inescrupulosas hacen dormir a l os niños que gritan sobándoles los genitales.
202 (Ventana-emergente – Popup)
Este párrafo fue agregado en 1915. En las ediciones de 1905 y 1910 aparecía en su lugar el siguiente: «Ningún observador tuvo jamás dudas acerca de la naturaleza sexual de esta actividad. Sin embargo, las mejores teorías creadas por adultos con respecto a este ejemplo de conducta sexual infantil nos dejan en ayunas. Considérese e¡ análisis que hace Moll [1898] de la pulsión sexual, a la que descompone en una pulsión de detumescencia y otra de contrectación.. El primero de esos factores no puede estar en juego en este caso, y al segundo sólo es posible reconocerlo con dificultad, dado que, según Moll, aparece después de la pulsión de detumescencia y está dirigido hacia las otras personas». -En 1910 se agregó, luego de la primera oración de este párrafo suprimido, la nota siguiente: «Con excepción de Moll (1909)»
203 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1920. En 1919, en el número 20 del Neurologisches Zentralblatt, un tal doctor Galant publicó, bajo el título «Das Lutscherli» {La chupeteada}, la confesión de una muchacha adolescente que no ha abandonado esta práctica sexual infantil y que describe la satisfacción que le procura el chupeteo como enteramente análoga a una satisfacción sexual, en particular cuando proviene del beso del amado. «No todos los besos se asemejan a una chupeteada. ¡No, no; ni m ucho menos! Es indescriptible el goce que a una le recorre todo el cuerpo cuando chupetea; simplemente, una está muy lejos de este mundo, totalmente satisfecha y en medio de una dicha que no conoce deseos. Es un sentimiento maravilloso; no se pide más que paz, paz, que no debe ser interrumpida. Es indeciblemente hermoso: no se siente ningún dolor ni pena; una se ve trasportada a otro mundo».
204 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1920. Es verdad que Havelock Ellis ha definido el término «autoerótico» de manera un poco distinta, en el sentido de una excitación que no es provocada desde fuera, sino que se engendra en la interioridad misma. Para el psicoanálisis, lo esencial no es la génesis, sino el vínculo con un objeto. – En todas las ediciones anteriores a 1920, esta nota rezaba como sigue: «Havelock Ellis no hace sino estropear el sentido del término que él inventó cuando incluye la histeria toda y la masturbación, en su íntegro alcance, dentro de los fenómenos del autoerotismo».
205 (Ventana-emergente – Popup)
Esta oración fue agregada en 1915. Cf. «Introducción del narcisismo» (1914c), AE, 14, pág. 84.
206 (Ventana-emergente – Popup)
En la primera edición decía aquí «Todas mis pacientes»
207 (Ventana-emergente – Popup)
Esta cláusula fue agregada en 1915; además, en las ediciones anteriores decía «dos caracteres» en lugar de «tres» en la primera oración de este párrafo
208 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1915. Posteriores reflexiones, así como la aplicación de otras observaciones, me llevaron a atribuir la propiedad de la erogenidad a todas las partes del cuerpo y a todos los órganos internos. Cf. más consideraciones sobre este tópico a propósito del narcisismo. En la edición de 1910 aparecía en este punto la siguiente nota al pie:
«Los problemas biológicos que se vinculan con la hipótesis de las zonas erógenas han sido examinados por Alfred Adler (1907)».
209 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1920. En elucidaciones de carácter biológico es muy difícil dejar de recurrir a giros conceptuales teleológicos, aunque uno sabe muy bien que en ningún caso singular está a cubierto de errores.
210 (Ventana-emergente – Popup)
Esta descripción de la forma en que se establece un deseo sexual determinado sobre la base de una «vivencia de satisfacción» no es más que una aplicación particular de la teoría general de Freud sobre el mecanismo de los deseos, tal como la expuso en el capítulo VII de La interpretación de los sueños ( 1900a), AE, 5, págs. 557-8. Esta teoría ya había sido esbozada por él en el «Proyecto de psicología» (1950a), AE, 1, págs. 373-5. En ambos pasajes el ejemplo utilizado es el de un bebé mamando. Este tema se vincula con las opiniones de Freud sobre el «examen de realidad», como lo consideró, por ejemplo, en su trabajo sobre «La negación» (1925h), AE, 19, págs. 255-6.
211 (Ventana-emergente – Popup)
Véase acerca de esto la bibliografía sobre el onanismo, muy abundante, pero casi siempre desorientada en cuanto a los puntos de vista que adopta; por ejemplo, Robleder (1899). Agregado en 1915. También, el informe del debate en torno de este tema en la Sociedad Psicoanalítica de Viena (Diskussionen, 1912) y en particular la contribución del propio Freud a dicho debate (1912f)
212 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1910. Cf. mi ensayo «Carácter y erotismo anal» (1908b) agregado en 1920. y «Sobre las trasposiciones de la pulsión, en particular del erotismo anal» (1917c).
213 (Ventana-emergente – Popup)
El párrafo siguiente se agregó en 1915. Su contenido fue ampliado en uno de los trabajos que se mencionan en la nota anterior(1917c).
214 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1920. En un trabajo que ahonda extraordinariamente nuestra comprensión de la importancia del erotismo anal, Lou Andreas Salomé (1916) consigna que la historia de la primera prohibición que recibe el niño, la prohibición de ganar placer con la actividad anal y sus productos, es decisiva para todo su desarrollo, A raíz de ella, el pequeño vislumbraría por primera vez la existencia de un medio hostil a sus mociones pulsionales, aprendería a separar su propio ser de ese otro, extraño, y consumaría después la primera «represión» de sus posibilidades de placer. Lo «anal» permanecería desde entonces como el símbolo de todo lo que hay que desechar {verwerfen}, segregar de la vida. El tajante divorcio que más tarde se le exige entre procesos anales y genitales es contradicho por las estrechas analogías y vínculos anatómicos y funcionales entre ambas clases de procesos. El aparato genital sigue vecino a lacloaca y [para citar a Lou Andreas-Salomé] «más aún: en el caso de la mujer no hace sino tomarle terreno en arriendo».
215 (Ventana-emergente – Popup)
En las ediciones de 1905 y 1910, la última parte de esta oración decía: «difícilmente puede desconocerse, entonces, que el propósito de la naturaleza ha sido establecer, mediante el onanismo del lactante (al que casi ningún individuo escapa), el futuro primado de estas zonas erógenas para la actividad sexual». Debido a su índole teleológica, esta argumentación en favor de la universalidad del onanismo infantil fue agudamente criticada por Rudolf Reitler al discutirse el tema, en 1912, en la Sociedad Psicoanalítica de Viena (Diskussionen, 1912. En su propia intervención en el debate, Freud reconoció que su manera de exponerla no había sido feliz, y se comprometió a modificarla en reimpresiones posteriores. Así fue como en la edición de 1915 sustituyó el pasaje anterior por el actual
216 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1915. Las técnicas inusuales para practicar el onanismo en años posteriores parecen remontarse a la influencia de una prohibición de onanismo superada.
217 (Ventana-emergente – Popup)
Este párrafo se agregó en 1915. En la edición de ese año se añadieron, asimismo, el subtítulo del apartado siguiente y, en la segunda oración de este, el inciso «por lo común antes del cuarto año». Además, en la primera oración del apartado, «tras breve lapso» vino a remplazar a «al comienzo del período de latencia», como figuraba en, 1905 y 1910.
En estas dos ediciones el párrafo siguiente comenzaba así: «Durante los años de la niñez (aún no ha sido posible establecer generalizaciones en cuanto a la cronología), vuelve la excitación sexual de la primera infancia … ». Todos estos cambios introducidos en 1915 estaban motivados, sin duda, por la necesidad de distinguir mejor la segunda de la primera fase de actividad sexual infantil, y de asignarle a aquella una fecha más precisa («hacia el cuarto año de vida»)
218 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1915. Aguarda todavía un esclarecimientoanalítico exhaustivo el hecho, reconocido hace poco por Bleuler [1913a], de que la conciencia de culpa de los neuróticos se ligueregularmente al recuerdo de la práctica onanista, casi siempre delperíodo de la pubertad. [Agregado en 1920:] Tal vez, el factor másgenera e importante en este condicionamiento es el hecho de que elonanismo constituye el poder ejecutivo de toda la sexualidad infantil, y por eso está habilitado para tomar sobre sí el sentimiento de culpa adherido a esta.
219 (Ventana-emergente – Popup)
[Véase el detallado examen que hace Freud de esto en su segundo trabajo sobre el papel de la sexualidad en las neurosis (1906a). HavelockEllis(1903) [Apéndice B] ha publicado, cierto número de informes autobiográficos, de personas que en su mayoría permanecieron normales en su vida posterior, acerca de sus primeras mociones sexuales en la infancia, y las ocasiones de estas. Tales informes adolecen, desde luego, del defecto de no contener la prehistoria de la vida sexual, encubierta por la amnesia infantil. Ella sólo puede ser completada mediante psicoanálisis en un individuo que se ha vuelto neurótico. Empero, son valiosos en más de un aspecto, e informaciones de la misma índole son las que me movieron a modifi car mis supuestos etiológicos, como lo consigno en el texto. Freud volvió a referirse a estos informes autobiográficos en «Sobre las teorías sexuales infantiles» (1908c), AE, 9, pág. 188.
220 (Ventana-emergente – Popup)
«Sexual» en 1905 y 1910.
221 (Ventana-emergente – Popup)
En la primera edición (1905), esta oración rezaba: «El correspondiente [ … ] se agrega sólo más avanzada la niñez, cuando … ». En 1910 se añadió la palabra « probablemente »; en 1915, «se agrega» fue remplazado por «se hace manifiesto»; y en 1920 se insertó «algo» delante de «más avanzada». El tema del exhibicionismo en los niños pequeños había sido examinado por Freud con cierta extensión en La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, págs. 254-6.
222 (Ventana-emergente – Popup)
[Las dos últimas oraciones recibieron su forma actual en 1915. En 1905 y 1910 se leían como sigue: «Tenemos derecho a suponer que las mociones crueles fluyen de fuentes en realidad independientes de la sexualidad, pero que ambas pueden entrar en conexión tempranamente, por una anastomosis [conexión trasversal] próxima a sus orígenes. No obstante, la observación enseña que entre el desarrollo sexual y el de la pulsión de ver y de crueldad persisten influencias recíprocas, que vuelven a restringir la aseverada independencia entre ambas clases de pulsiones».]
223 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1910. En 1905, eran esencialmente los resultados de la exploración psicoanalítica de adultos los que me autorizaban a formular las tesis expuestas en el texto acerca de la sexualidad infantil. En esa época no podía aún sacarse pleno partido de la observación directa del niño, que sólo había proporcionado indicios aislados y valiosas confirmaciones. Desde entonces se ha conseguido una intelección directa de la psicosexualidad infantil mediante el análisis de diversos casos de contracción de neurosis en la primera infancia. Puedo apuntar, con satisfacción, que la observación directa certificó plenamente las inferencias del psicoanálisis y, así, ha brindado un buen testimonio de la confiabilidad de este método de investigación. Por otra parte, el «Análisis de la fobia de un niño de cinco años» (1909b) nos ha enseñado muchas cosas nuevas para las cuales el psicoanálisis no nos había
preparado; por ejemplo, el hecho de que cierto simbolismo sexual, cierta figuración de lo sexual por objetos y relaciones no sexuales, llega hasta esos primeros años, en que recién se empieza a dominar el lenguaje. Además, me saltó a la vista una falla expositiva del texto, donde, en beneficio de la claridad, se describía la separación conceptual entre las dos fases, el autoerotismo y el amor de objeto, como sí fuese también una división temporal. Pero por los análisis citados, así como por las comunicaciones de Bell, nos enteramos de que niños de tres a cinco años de edad son capaces de una muy clara elección de objeto, acompañada por fuertes afectos. En la edición de 1910 esta nota continuaba así: «Otros aportes a nuestro conocimiento de la vida sexual infantil que aún no han sido mencionados en el texto se refieren a las investigaciones sexuales de los niños, las teorías a que ellas los llevan (cf. mi trabajo sobre este tema, 1908c), la gravitación de estas teorías en las neurosis ulteriores, el resultado de tales investigaciones infantiles y su relación con el desarrollo de las facultades intelectuales de los niños»
224 (Ventana-emergente – Popup)
Esta sección se incluyó por primera vez en 1915.
225 (Ventana-emergente – Popup)
En un trabajo posterior (1925i), Freud corrigió este aserto, declarando que no es válido para las niñas y no siempre lo es para los varones.
226 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1920. Tenemos derecho a hablar de un complejo de castración también en las mujeres. Tanto los varoncitos como las niñas forman la teoría de que también la mujer tuvo originariamente un pene que perdió por castración. En el individuo de sexo masculino, la convicción finalmente adquirida de que la mujer no posee ningún pene deja a menudo como secuela un permanente menosprecio por el otro sexo.
227 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1924. En estos últimos años de la infancia abundan mucho las teorías sexuales. En el texto se mencionan sólo unos pocos ejemplos.
228 (Ventana-emergente – Popup)
También esta sección se incluyó por primera vez en 1915. El concepto de «organización pregenital» de la vida sexual parece haber sido introducido por Freud en «La predisposición a la neurosis obsesiva» (1913i), donde se ocupa solamente, sin embargo, de la organización sádico-anal. En apariencia, la organización oral fue reconocida como tal por primera vez en el presente pasaje.
229 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregadaen 1920. Sobre los restos de esta fase en neuróticos adultos, cf. Abraham (1916). Agregado en 1924.
En otro de sus trabajos (1924), este mismo autor descompuso tanto esta fase oral como la posterior fase sádico-anal en dos subdivisiones, caracterizadas por una diferente conducta hacia el objeto.
230 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1924. En el ensayo mencionado en último término (1924), Abraham llama la atención sobre el hecho de que el ano proviene de la boca primordial {blastoporo} del embrión, lo cual parece un modelo biológico del desarrollo psicosexual.
231 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1924. Con posterioridad (1923) he modificado esta exposición intercalando, tras las dos organizaciones pregenitales en el desarrollo del niño, una tercera fase; esta merece ya el nombre, de fase genital, muestra un objeto sexual y cierto grado de convergencia de las aspiraciones sexuales sobre este objeto, pero se diferencia en un punto esencial de la organización definitiva de la madurez genésica. En efecto, no conoce más que una clase de genitales, los masculinos. Por eso la he llamado el estadio de organización fálico (Freud, 1923e [donde se cita casi íntegramente este párrafo del texto]). Según Abraham [1924], su modelo biológico es la disposición genital indiferenciada del embrión, de la misma clase para ambos sexos.
232 (Ventana-emergente – Popup)
En 1915 aquí decía «tres»; la modificación es de 1920.
233 (Ventana-emergente – Popup)
Estas dos corrientes fueron detenidamente examinadas en «Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa» (1912d), AE, 11, págs. 174-80.
234 (Ventana-emergente – Popup)
Muchas personas recuerdan haber sentido la presión del aire sobre sus genitales al hamacarse como un directo placer sexual. [Un ejemplo específico de esto se cita en una nota de La interpretación de los sueños (1900a), AE, 4, pág. 280, donde se examina todo este asunto.]
235 (Ventana-emergente – Popup)
Hasta 1924 decía «el mecanismo sexual».
236 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1910. El análisis de casos de perturbación neurótica de la marcha y de agorafobia no deja dudas sobre la naturaleza sexual del placer del movimiento. Como es sabido, la educación moderna se sirve en gran medida del deporte para apartar a los jóvenes de la actividad sexual; más correcto sería decir que sustituye en ellos el goce sexual por el placer del movimiento y circunscribe la práctica sexual a uno de sus componentes autoeróticos.
237 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1924. Aquí me refiero a lo que se conoce como masoquismo «erógeno».
238 (Ventana-emergente – Popup)
Se hallarán algunas puntualizaciones previas de Freud sobre este tema en «La sexualidad en la etiología de las neurosis» (1898a), AE, 3, pág, 265, y algunas más tardías en «Análisis terminable e interminable» (1937c), AE, 23, pág. 228.
239 (Ventana-emergente – Popup)
Freud citó este pasaje en «El problema económico del masoquismo» (1924r), AE, 19, pág. 169.
240 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1920. He aquí una consecuencia inevitable de las puntualizaciones hechas en el texto: es preciso atribuir a todo individuo un erotismo oral, anal y uretral, y la comprobación de los complejos anímicos que les corresponden no implica juicio alguno sobre anormalidad o neurosis. Las diferencias que separan lo normal de lo anormal sólo pueden residir en las intensidades relativas de los componentes singulares de la pulsión sexual y en el uso que reciben en el curso del desarrollo.
241 (Ventana-emergente – Popup)
Freud retomó la cuestión, con especial referencia a la perturbación psicógena de la visión, en su trabajo sobre este tema (1910i), AE, 11, p ágs. 213-5.
242 (Ventana-emergente – Popup)
En una carta que Abraham escribió a Freud el 14 de mayo de 1911 le solicitaba una breve aclaración sobre este párrafo. Freud
243 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1915. La exposición esquemática hecha en el texto se propone destacar las diferencias. Antes, en la pág. 181, se consignó en qué medida la sexualidad infantil se aproxima a la organización sexual definitiva por su elección de objeto, agregado en 1924 y el despliegue de la fase fálica.
244 (Ventana-emergente – Popup)
La frase «la tierna y la sensual» fue agregada en 1915.
245 (Ventana-emergente – Popup)
Esta oración fue agregada en 1920.
246 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1924. Cf. un intento de solucionar este problema en las observaciones introductorias de mi ensayo
«El problema económico del masoquismo» (1924c).
247 (Ventana-emergente – Popup)
Véase mi estudio El chiste Y su relación con lo inconciente, aparecido en 1905 [AE, 8, pags. 131-21. El «placer previo» obtenido por la técnica del chiste se emplea para liberar un placer mayor por la cancelación de inhibiciones interiores. [En un ensayo posterior dedicado a la creación literaria(1908e), Freud atribuyó un mecanismo similar al placer estético.]
248 (Ventana-emergente – Popup)
Es por demás instructivo que la lengua alemana tome en cuenta, en la acepción de la palabra «Lust», el papel de las excitaciones sexuales preliminares, mencionado en el texto, que simultáneamente ofrecen una cuota de satisfacción y contribuyen a la tensión sexual. «Lust» tiene doble significado, y designa tanto la sensación de la tensión sexual («lch habe Lust» = «Me gustaría», «Siento ganas de») como la de la satisfacción.
249 (Ventana-emergente – Popup)
Hipótesis ya examinada por Freud en su primer trabajo sobre la neurosis de angustia (1895b), AE, 3, pág. 108.
250 (Ventana-emergente – Popup)
Esta oración fue agregada en 1920.
251 (Ventana-emergente – Popup)
En las ediciones anteriores a 1920 figuraba en este punto la siguiente oración, más tarde suprimida: «Porque las glándulas genésicas no constituyen la sexualidad, y las observaciones efectuadas en hombres castrados no hacen sino confirmar lo que mucho antes había demostrado la extirpación de los ovarios: que es imposible anular los caracteres sexuales eliminando dichas glándulas». Asimismo, antes de 1920, en la oración siguiente se leía: « … caracteres sexuales; pero parecería que lo que entra en cuenta aquí no es la pérdida de las glándulas genésicas sino una inhibición … »
252 (Ventana-emergente – Popup)
Cf. la obra de Lipschütz (1919) a la que se hizo referencia
253 (Ventana-emergente – Popup)
En su forma actual, todo el párrafo hasta este punto data de 1920. En la primera edición (1905) y en las dos subsiguientes aparecía en su lugar el siguiente: «La verdad es que no podemos informar nada acerca de la naturaleza de la excitación sexual, sobre todo porque no sabemos a qué órgano u órganos está ligada la sexualidad, puesto que advertimos que hemos sobrestimado la importancia de las glándulas sexuales. Después que sorprendentes descubrimientos nos han enseñado el importante papel de la tiroides en la sexualidad, nos es lícito suponer que el conocimiento de los factores esenciales de esta última es todavía cosa del futuro. Quien experimente la necesidad de llenar esta gran laguna de nuestro conocimiento mediante alguna hipótesis provisional, puede formarse el siguiente cuadro, apoyándose en las sustancias eficaces que se han descubierto en la tiroides: Por la estimulación apropiada
de zonas erógenas, así como en las otras situaciones en que nace una coexcitación sexual, una sustancia diseminada por todo el organismo se descompone, y los productos de su descomposición aportan un estímulo específico a los órganos de la reproducción o al centro espinal enlazado con ellos (ya conocemos, en el caso de otras sustancias venenosas introducidas en el cuerpo como algo extraño, una trasposición así de un estímulo tóxico en un particular estímulo de órgano). Todavía no es tiempo de tratar por vía de hipótesis las combinaciones entre efectos de estímulos puramente tóxicos y fisiológicos, que se producen a raíz de los procesos sexuales. Por lo demás, no asigno ningún valor a la hipótesis propuesta, y estaría dispuesto a abandonarla en el acto en favor de alguna otra, siempre que esta conservara su carácter fundamental: la insistencia en el quimismo sexual». – Merece destacarse qué pocas modifi caciones debieron introducirse en la hipótesis de Freud por el descubrimiento de las hormonas sexuales, que en realidad él había anticipado no ya en 1905 sino por lo menos en 1896, como puede comprobarse en sus cartas a Fliess del l? de marzo y el 2 de abril de dicho año (Freud, 1950a, Cartas 42 y 44). Volvió a insistir en la importancia del quimismo en su segundo trabajo sobre el papel de la sexualidad en las neurosis (1906a), publicado más o menos simultáneamente con la primera edición de los Tres ensayos. Véanse también sus puntualizaciones al respecto en «Sobre la sexualidad femenina» (1931b), AE, 21, pág. 241.
254 (Ventana-emergente – Popup)
Excepto el último párrafo, esta sección data en su totalidad de 1915, y se basa en gran medida en «Introducción del narcisismo» (1914c).
255 (Ventana-emergente – Popup)
[Huelga decir que aquí y en otros lugares, cuando Freud sostiene que lalibido se concentra en los «objetos», es quitada de los «objetos», etc., se está refiriendo a las representaciones psíquicas de los objetos y no, desde luego, a los objetos del mundo externo.]
256 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1924. Esta restricción ha perdido su anterior validez desde que se han vuelto en buena medida accesibles al psicoanálisis otras neurosis además de las «neurosis de trasferencia».
257 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1924. Véase la nota anterior.
258 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1915. Cf. mi ensayo sobre el narcisismo (1914c). Agregado en 1920. El término «narcisismo» no fue acunado, como allí se dice erróneamente, por Näcke, sino por Havelock Ellis. [El propio Ellis examinó después (1927) este punto en detalle y juzgó que los honores debían compartirse entre ambos.]
259 (Ventana-emergente – Popup)
El párrafo que sigue se agregó en 1920
260 (Ventana-emergente – Popup)
Antes de 1924, la frase que va desde «la libido» hasta el final de la oración aparecía destacada tipográficamente.
Notaagregada en 1915. Es indispensable dejar en claro que los conceptos de «masculino» y«femenino», que tan unívocos parecen a la opinión corriente, en la ciencia se cuentan entre los más confusos y deben descomponerse al menos en tres direcciones. Se los emplea en el sentido de actividad y pasividad, o en el sentido biológico, o en el sociológico. El primero de estos tres significados es el esencial, y el que casi siempre se aplica en el psicoanálisis. A eso se debe que en el texto la libido se defina como activa, pues la pulsión lo es siempre, aun en los casos en que se ha puesto una meta pasiva. El segundo significado, el biológico, es el que admite la más clara definición. Aquí, masculino y femenino se caracterizan por la presencia del semen o del óvulo, respectivamente, y por las funciones que de estos derivan. La actividad y sus exteriorizaciones colaterales (mayor desarrollo muscular, agresión, mayor
intensidad de la libido) suelen, en general, ir soldados con la virilidad biológica; pero no es un enlace necesario, pues existen especies animales en las que estas propiedades corresponden más bien a la hembra. El tercer significado, el sociológico, cobra contenido por la observación de los individuos masculinos y femeninos existentes en la realidad.
Esta observación muestra que en el caso de los seres humanos no hallamos una virilidad o una feminidad puras en sentido psicológico ni en sentido biológico. Más bien, todo individuo exhibe una mezcla de su carácter sexual biológico con rasgos biológicos del otro sexo, así como una unión de actividad y pasividad, tanto en la medida en que estos rasgos de carácter psíquico dependen de los biológicos, cuanto en la medida en que son independientes de ellos. Un ulterior examen de este punto se hallará en El malestar en la cultura (1930a), AE, 21, págs. 103-4.
261 (Ventana-emergente – Popup)
En la edición de 1905 decía: «a través de Wilhelm Fliess».
262 (Ventana-emergente – Popup)
[La evolución de la sexualidad en las mujeres fue examinada más detenidamente por Freud en cuatro trabajos posteriores: «Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina» (1920a) «Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos» (1925j), «Sobre la sexualidad femenina» (1931b) y la 339 de sus Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1933a). La importancia del clítoris en la niñez fue mencionada por él en su carta a Fliess del 14 de noviembre de 1897 (Freud, 1950a, Carta 75), AE, 1, pág. 312.]
263 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1915. El psicoanálisis enseña que existen dos caminos para el hallazgo de objeto; en primer lugar, el mencionado en el texto, que se realiza por apuntalamiento en los modelos de la temprana infancia, y en segundo lugar, el narcisista, que busca al yo propio y lo reencuentra en otros. Este último tiene particular importancia para los desenlaces patológicos, pero cae fuera del contexto que tratarnos aquí. [El tema es desarrollado en detalle en el trabajo de Freud sobre el narcisismo (1914c), AE, 14, págs. 84-6. -El párrafo que figura en el texto, escrito en 1905, no parece armonizar con las observaciones que se hacen sobre este tema, escrito en 1915 y en 1920, respectivamente
264 (Ventana-emergente – Popup)
Si alguien considera «sacrílega» esta concepción, que lea el tratamiento que da Havelock Ellis (Das Geseblecbtsgefühl, 1903, pág. 16), casi en el mismo sentido, a las relaciones entre madre e hijo.
265 (Ventana-emergente – Popup)
Debo el esclarecimiento acerca del origen de la angustia infantil a un varoncito de tres años a quien cierta vez oí rogar, desde la habitación donde lo habían encerrado aoscuras: «Tía, háblame; tengo miedo porque está muy oscuro». Y la tía que le espeta: «¿Qué ganas con eso? De todos modos no puedes verme». A lo cual respondió el niño: «No importa, hay más luz cuando alguien habla». Por tanto, no tenía miedo a la oscuridad sino por el hecho de que echaba de menos a una persona querida, y pudo prometer que se apaciguaría tan pronto como recibiera una prueba de su presencia. Agregado en 1920. El hecho de que la angustia neurótica nace de la libido, es un producto de la trasmudación de esta y mantiene con ella la relación del vinagre con el vino es uno de los resultados más significativos de la investigación psicoanalítica. Para un ulterior examen de este problema, véanse mis Conferencias
de introducción al psicoanálisis (1916-17), 25º conferencia, aunque tampoco allí, es preciso confesarlo, se alcanzó el esclarecimiento definitivo. [Para las últimas concepciones de Freud sobre el tema de la angustia, véanseInhibición, síntoma y angustia (1926d) y la 32º de las Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1933a).
266 (Ventana-emergente – Popup)
Este subtítulo fue omitido, probablemente por error, en las ediciones posteriores a1924.
267 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1915. Cf. lo dicho sobre la elección de objeto en los niños y la «corriente tierna».
268 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1915. La barrera del incesto se cuenta probablemente entre las adquisiciones históricas de la humanidad, y, al igual que otros tabúes morales, quizás esté fijada en muchos individuos por herencia orgánica. (Cf. mi trabajo Tótem y tabú, 1912-13.) Empero, la indagación psicoanalítica muestra la intensidad con que los individuos deben luchar aún contra la tentación del incesto en las diversas etapas de su desarrollo, y la frecuencia con que lo trasgreden en sus fantasías y aun en la realidad. – Si bien esta es la primera vez que el «horror al incesto» aparece en una publicación de Freud, él ya lo había examinado el 31 de mayo de 1897 (Freud, 1950a, manuscrito N), AE, 1, pág. 299, o sea, algunos meses antes que tuviera su primera revelación del complejo de Edipo. También en ese manuscrito da razón de él aduciendo como fundamento el hecho de que el incesto es «antisocial»
269 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1920. Las fantasías del período de la pubertad prosiguen la investigación sexual abandonada en la infancia, aunque también se extienden un poco hasta el período de latencia. Pueden mantenerse inconcientes en su totalidad o en gran parte, y por eso a menudo no se las puede datar con exactitud. Tienen gran importancia para la génesis de diversos síntomas, pues proporcionan directamente los estadios previos de estos, vale decir, establecen las formas en que los componentes libidinales reprimidos hallan su satisfacción. De igual modo, son los moldes de las fantasías nocturnas que devienen concientes en calidad de sueños. Estos últimos a menudo no son otra cosa que reanimaciones de tales fantasías bajo el influjo de un estímulo diurno que quedó pendiente de la vigilia, y por apuntalamiento en él («resto diurno»). [Cf. La interpretación de los sueños ( 1900a), AE, 5, págs. 489-90.] Entre las
fantasías sexuales del período de la pubertad, sobresalen algunas que se singularizan por su universalidad y su considerable independencia de lo vivenciado por el individuo. Así, las fantasías de espiar con las orejas el comercio sexual de los padres, de la seducción temprana por parte de personas amadas, de la amenaza de castración [véase el examen de las '«fantasías primordiales» en la 2º de las Conferencias de introducción al psicoanálisis ( 1916-17)], aquellas cuyo contenido es la permanencia en el vientre materno y aun las vivencias que allí se tendrían, y la llamada «novela familiar», en la cual el adolescente reacciona frente a la diferencia entre su actitud actual hacia los padres y la que tuvo en la infancia. Con relación a este último ejemplo, Otto Rank (1909) ha demostrado los estrechos vínculos de estas fantasías con los mitos-[Véase también el trabajo del propio Freud sobre «La novela familiar de los neuróticos» (1909c), y el historial clínico del «Hombre de las Ratas» (1909d), AE, 10, págs. 162-3.1
Se ha dicho con acierto que el complejo de Edipo es el complejo nuclear de las neurosis, la pieza esencial del contenido de estas. En él culmina la sexualidad infantil, que, por sus consecuencias, influye decisivamente sobre la sexualidad del adulto. A todo ser humano que nace se le plantea la tarea de dominar el complejo de Edipo; el que no puede resolverla, cae en la neurosis. El progreso del trabajo psicoanalítico ha destacado con trazos cada vez más nítidos esta importancia del complejo de Edipo; su reconocimiento ha pasado a ser el shibbólet que separa a los partidarios del análisis de sus oponentes. {Alude a jueces, 12:5-6; los galaaditas distinguían a sus enemigos, los efraimitas, porque estos no podían pronunciar «shibbólet»; decían «sibbólet».}
[Agregado en 1924:] En otra obra (1924), Rank recondujo el vínculo con la madre a la prehistoria embrionaria, y así demostró el fundamento biológico del complejo de Edipo. Apartándose de lo que digo en este texto, deriva la barrera del incesto de la impresión traumática provocada por la angustia del nacimiento. [VéaseInhibición, síntoma y angustia (1926d), capítulo X.
270 (Ventana-emergente – Popup)
Véanse mis puntualizaciones sobre el hado inevitable en la fábula de Edipo (La interpretación de los sueños (1900a)
[AE, 4, págs. 270 y sígs.1).
271 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1920. Véase mi ensayo «Sobre un tipo particular de elección de objeto en el hombre» (1910h).
272 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1915. Innumerables particularidades de la vida amorosa de los seres humanos, así como el carácter compulsivo del enamoramiento mismo, sólo pueden comprenderse por referencia a la infancia v como efectos residuales de ella.
273 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1924. En este lugar cumple mencionar un libro de Ferenczi (Versuch einer Genitaltheorie, 1924), obra sin duda de fantasía desbordante, pero agudísima, en que la vida sexual de los animales superiores es deducida de la historia de su evolución biológica.
274 (Ventana-emergente – Popup)
[El resto de esta oración, y las dos que siguen, datan de 1915. En las ediciones de 1905 y 1910 ocupaba su lugar el siguiente pasaje: «Mientras que en la niña, que de todos modos ingresa en un período de represión con la pubertad, mociones de rivalidad contribuyen a apartarla del amor por las de su mismo sexo».]
275 (Ventana-emergente – Popup)
Nota agregada en 1915. Esto no vale solamente para las inclinaciones perversas que aparecen «negativamente» en la neurosis, sino también para las perversiones positivas, propiamente dichas. Por tanto, estas no se reconducen sólo a la fijación de las inclinaciones infantiles, sino a la regresión hacia ellas a consecuencia del taponamiento de otros canales de la corriente sexual. Por eso también las perversiones positivas son asequibles a la terapia psicoanalítica.
276 (Ventana-emergente – Popup)
[Las últimas siete palabras fueron introducidas por primera vez en 1915, aunque en la edición de ese año decía «entre los tres y los cinco años»; en 1920 se sustituyó «tres» por «dos»
277 (Ventana-emergente – Popup)
La frase entre paréntesis se agregó en 1915.
278 (Ventana-emergente – Popup)
Las palabras «no está centrada y al principio» se agregaron en 1920.
279 (Ventana-emergente – Popup)
Este párrafo y los dos siguientes fueron agregados en 1920.
280 (Ventana-emergente – Popup)
La frase entre paréntesis se agregó en 1924.
281 (Ventana-emergente – Popup)
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |