- Así piensa Beatrice
- El hambre y sus paradojas revisitadas
- El hambre y la gordura, disorexias de espejo
- Historia de dos ciudades
- Bibliografía
La nación norteamericana, refiriéndonos aquí, a los Estados Unidos, y también a nuestros países latinos, se preparan en noviembre, para una orgía Epicuro-sensorial que empieza el cuarto jueves de este mes con la celebración del Thanksgiving, y que, en nuestros países, termina con la celebración de la epifanía.
Para todos quienes sufren de las disorexias, estas celebraciones son simbólicas de lo que más temen — ganar de peso, purgar para no ganarlo, luchar contra la familia reunida para no comer, o resignarse y engordar, o empezar la dieta en enero que es una fantasía injustificada.
Así piensa Beatrice
Beatrice nos escribe desde Maine, donde vive, y donde ejerce el derecho con su esposo — ambos abogados corporativos.
Ella siempre se preocupa, en anticipación a las festividades y celebraciones de familia, porque, más que nada, éstas se conducen en medio de mesas opíparas.
Ella y Dan, su esposo — no tienen hijos — no, por no haberlos querido — y, además, se preocupan con la demasía en comer, ya que ambos han luchado, con buena medida de éxito, contra ser obesos.
Para perder de peso de manera sensible, en lugar de dietar, en lo que tanto fallaran. Lo harían siguieron nuestro Plan, que aún los asiste; sin sacrificar sus vidas a la esclavitud de los sacrificios de las dietas, que nunca eliminan la gordura de modo permanente.
No la eliminan, porque eliminarla, no pueden, como, en la Opción de Hobson, decimos.
Por su parte, Beatrice y Dan, de poder hacerlo, sin despertar reacciones adversas, preferirían soslayar las celebraciones familiares y quedarse en su apartamiento, celebrando solos, junto al fuego, siempre confortable, de la chimenea.
Aquí suministramos un extracto de su carta, que inspirara el título de esta ponencia:
"Cuando mi esposo y yo leímos los comentarios del Dr. Melvin Konner en, su libro, The Tangled Wing. Nos quedamos atónitos, porque el renombrado académico, nos dice de manera directa: "sólo hay un método de perder de peso, y éste consiste en acostumbrarse a sentir hambre".
"Si, en ese principio, se basa el perder de peso, entonces todos estamos predestinados a fallar, ya que, aunque el hambre nos rodea por todo el mundo; nosotros no sabemos cómo tolerarla…"
Es la verdad, nadie tolera con gracia, las angustias asociadas al hambre.
Konner dice, en su libro, otras cosas, además de lo que Beatrice recita en su misiva, pero debemos reservarlas para otro artículo.
Del hambre ya hemos hablado bastante en cientos de disertaciones.
La Miseria por Cristóbal Rojas
¿Para qué ser repetitivos y mencionarlo de nuevo?
Lo mencionamos, porque el hambre es una fuerza instintiva que ejerce en todos, un poder, que parece ser, por la mayoría, tan ignorado como imposible de resistir.
El hambre, es asunto que, pocos entienden.
El hambre no es la pobreza, y, la pobreza no es el hambre.
Demográficamente
El hambre, es problema que nuestros políticos desconocen, por su amor a la pobreza y desdén por los pobres; y, que como asunto, se torna intrascendente para nuestros cursi y retocados líderes religiosos.
Pero el hambre y su contra-imagen, la gordura, existen como trastornos malévolos — y asimismo, malignos, del comer — como en otra ponencia por ese título expresamos.
Pregúntenles a quiénes más saben de esto. Pregúntenles a nuestros prelados católicos, los mismo "santos" narcisistas que pretenden hablar por un dios ausente.
¿Qué saben del hambre, de la sobrepoblación y qué saben del ser pobre?
Dios, ausente, para ellos, no porque no exista, sino porque a ellos, víctimas del humano, hubris, Dios evade.
Si Dios existe, me parece imposible que, deseara tener nada que ver con quienes su nombre profanan con sus inhumanas acciones. No creo que Dios se acerque, ni remotamente, a los prelados de nuestra iglesia católica apostólica y romana — o que desee ser controlado por las demás religiones, que usan su nombre para aprovecharse del mismo.
De qué hablamos?
No, de quién hablamos… Hablamos, por ahora, de Daniel Ortega…
Personas que preferimos no encontrar…
Daniel, nombre que, en el hebreo antiguo, significa, "Dios es mi juez", se ha metamorfoseado, no en hombre que otrora combatiera el imperialismo Yanqui y que propusiera el marxismo ateo de Fidel, sino, en un ser enclenque, sin coraje y en una marioneta irrelevante y sin rumbo — algo malgastado, porque no sabe ni cómo, con, dignidad conducirse.
Pero, veamos más acerca de Daniel, el padre de ocho hijos…
Sabemos que, en el año 1998, la hijastra de Daniel, Zoilamérica Narváez reveló que su padrastro, la abusó sexualmente de manera sistemática, por nueve años desde que ella tuviera once años.
No, no es que creemos en las noticias sensacionalistas. A Freud le costaría mucho disgusto confrontar memorias reprimidas de pacientes neuróticas.
Me refiero a otro abuso, al abuso por sexo.
Daniel Ortega, el antiguo amigo de Castro, hoy, es amigo de la Iglesia.
El Miami Herald, 9 de noviembre del 2007.
Las noticias pudo haberlas escrito el mismo arquitecto de la Inquisición, Santo Domingo de Guzmán, en persona:
Leamos
"Managua — Dos semanas luego de haber bailado, celebrando su boda, el cadáver hinchado y desfigurado de Olga Reyes, yacería en un ataúd, víctima de la abolición del aborto en Nicaragua.
"Reyes, una estudiante de derecho de 22 años de edad, sufrió, antes de morir de un embarazo ectópico.
"Los médicos, no actuaron, para salvar la vida de esta mujer, porque temieran represalias de una iglesia y de un estado, en contubernio corrupto".
La Inquisición, renacida en manos de los que, como Santo Domingo, ha sufrido del hubris que les autoriza, a creer que, verdaderamente, son santos — y que si así no lo aceptamos, nos incineran para que aprendamos…
¡Un embarazo ectópico!, y los médicos, obedeciendo a miedos de orígenes cavernarios, no se atreverían a salvar una vida, por temores a comprometer las suyas, frente a la "justica" divina que algunos bufones del clero personifican.
Aún los simios, son capaces de mayor coraje y del altruismo, que a tantos prelados y políticos, evaden.
Pero, ahora, a Ortega le conviene yacer en el lecho de la concupiscencia política para aferrarse al poder.
Con razón, Ortega pudiera decirnos: "Y qué, acaso, ¿no lo hacen todos…?"
No, otros simios no lo hacen…
Pero, los monos, "saben" que no son santos, excepto los del clero, que ignoran que son monos, y se creen santos…
En este caso, es más seguro, obedecer a los monos que a los "santos".
Siervo de los pobres…
La realidad es muy lúgubre para que nuestro mundo se abandone, como tantos lo han hecho, históricamente, a la malicia de quienes pretenden "guiarnos", en el nombre de un dios, prostituido al rico y al clero.
Una anécdota histórica, producto del legendario diarista británico, Samuel Pepys:
Durante una visita que hiciera a Holanda en el año 1660, Pepys decidió hacer un peregrinaje al poblado de Lansdune, cerca de la Haya.
En una iglesia local vio el monumento en memoria a los 365 niños que habían nacido a la Condesa Margaret, hija del Conde de Holanda, el Viernes Santo del 1278.
Pepys reporta: "Vimos la loma donde la casa estuviera… el mismo sitio donde los niños nacieran. Las palanganas donde los niños, varones y hembras fueran bautizados, se preservan bajo un signo donde la historia se narra en holandés y latín".
Obviamente, lo que la condesa tuviera fue una mola hidatidiforme y el párroco, desconocedor de las ciencias médicas, los bautizó a todos.
Así bautizados, como sucediera en La Isla de Los Pingüinos por Anatole France, entraron al cielo.
Las molas ya las conocería Aristóteles, quien las describiera.
Hoy, sabemos que éstas sólo contienen el ADN del esperma del padre, sin ninguno contribuido por la madre que produjo el huevo.
Las molas son generalmente machos genéticamente, y las vesículas que las constituyen, no son más que fragmentos de membrana placentaria sin traza alguna de un embrión.
A pesar de haber sido resultado de la actividad sexual, las molas carecen de condición moral o estado legal. Estas parodias de la concepción solamente sirven el propósito de recordarnos que la fertilización de un óvulo por un espermatozoide no indica la existencia inevitable de un embrión humano.
Mola completa
Santo Domingo, República Dominicana
No mucho después que veredictos se emitieran favoreciendo a algunos de los banqueros desfalcadores de un pueblo hambriento, que los exculpados, frívolamente, dan gracias a un dios meretriz por actuar en su favor.
El hambre y sus paradojas revisitadas
Cuando Thomas Robert Malthus escribiera, en junio del 1798, su famosa tesis, Essay on the Principle of Population as it Affects the Future Improvement of Society; Malthus tenía solamente 32 años de edad, viviendo una vida cómoda de soltero en Jesus College en Cambridge, donde aun estudiaba matemáticas y teología.
Su Essay, respondió, en principio, al optimismo exagerado de sus contemporáneos, quienes, inspirados por la Revolución Francesa, imaginaran un mundo utópico de abundancia universal, paz y prosperidad; donde todos serían iguales en riquezas, salud y felicidad.
Aunque el mundo, entonces sólo tuviera cerca de mil millones de habitantes, ya él predecía que deberían ponerse límites a un crecimiento demográfico desbocado que, en apariencias, se avecinaba rápidamente.
Malthus nunca supo articular con precisión, cuáles serían los límites, por él propuestos, para contener la expansión y el crecimiento de la población mundial de entonces.
Inicialmente, él previó un profiláctico en el matrimonio y la reproducción, casándose a los 38 años y limitando su progenie a tres hijos.
El demógrafo y economista, asimismo, habló de modo indirecto acerca del aborto.
Pero, lo que Malthus nunca pudo anticipar sería la importancia de la contracepción como método de controlar la expansión demográfica de nuestra especie.
La Iglesia, que personifica el control arbitrario, acompañada por el estado, rehúsa tomar una posición lógica para evitar que los pobres continúen viviendo en el hambre y la miseria.
La realidad es una: Nuestro mundo tiene demasiada hambre y demasiada gente.
Hablándonos a todos acerca de lo último, Sir Dugald Baird (British Medical Journal, 1965) nos dice:
"Ustedes recordarán que Franklin Delano Roosevelt, en un discurso el 6 de enero del 1941, nos dijo que: "En tiempos futuros, nosotros aspiramos a ver un mundo fundado en cuatro libertades esenciales. La primera, siendo, la libertad de la palabra y la expresión. La segunda, la libertad de todos de venerar a su propio dios en su propia manera. La tercera, la libertad de no padecer miserias. La cuarta, la libertad de no sufrir miedos". A lo que yo añado, que consideremos una quinta libertad, la libertad de no sufrir bajo la tiranía de la fertilidad excesiva".
Como propusiera en mi artículo, El Hambre y sus paradojas, el mundo ha llegado a un punto de saturación de sus recursos, e imperceptiblemente está llegando a los límites de su capacidad para proveer comida a todos los seres que siguen naciendo constantemente.
Si podemos o no, revertir este proceso, no sabemos. Pero la amenaza sigue su curso de progresión inexorable.
Las consecuencias del precio que, por ser civilizados pagamos, son enormes.
Mientras que los Estados Unidos vive en una opulencia inimaginable, más de la mitad de la población de la India, vive en diez dólares al mes.
Nosotros somos la especie a la cual la Evolución le asignara los mayores obstáculos para una reproducción y multiplicación ilimitada. Pero, gracias, a la falta de planeamiento demográfico, de control de la fertilidad, de la deforestación universal, de nuestro apetito por el petróleo, y de nuestra indiferencia a lo que nos cause incomodidad, estaremos destinados a legar a nuestros descendientes un mundo de miserias compartidas.
Ahí estarán los descendientes de Bush, Gates, Slim y el resto…
Aunque la iglesia esté dispuesta a retornar al usufructo de la simonía para evitar Armagedón a los ricos, nada va cambiar.
Los santos modernos de la Iglesia Católica, nos citan la Biblia, diciéndonos que en Génesis: I: 28 Dios ordenó a la primera pareja de esta manera: "Creced y multiplicaos y henchid la tierra". Sí pero, de acuerdo a las estadísticas, de entonces, la población global eran dos personas.
No podemos jugar dados con el futuro de nuestro planeta, basados en las éticas ilógicas y equivocadas de quienes carecen de la autoridad científica y moral para guiarnos.
El hambre y la gordura, disorexias de espejo
Ciacco, el glotón en el Infierno de Dante…
La gordura y el hambre son puntos opuestos en el mismo continuo. Yin y yang, polos opuestos. La refracción del prisma de la gula y el de la carencia, y la, del tenue, rayo incidente, de la alimentación normal.
Las neuronas de espejo actúan de modo preciso: se ve comer y se desea hacerlo.
Se ven tantos gordos, se sabe lo qué y cómo comen — mientras que los demás no comen y viven sin tener qué comer.
Pero, se sigue viendo a los gordos, y se sigue viendo cómo estos comen…
Eso nos da hambre…
Historia de dos ciudades
Historia de dos ciudades, es una de las novelas más conocidas de Charles Dickens (1812-1870). La crónica transcurre entre dos metrópolis, Londres y París, durante la época de la Revolución Francesa. La indiferencia deDickens por la política y su desprecio, proverbial, por los políticos alejan la novela de cualquier debate social o filosófico sobre la Revolución. Sin embargo, al suprimir dichos debates en torno a los acontecimientos resultados de la última, Dickens otorga a las masas populares francesas un protagonismo, autonomía y actividad histórica que no tuvieran, presentando además la sublevación como justo castigo a la aristocracia y al clero, por los siglos de explotación y maltrato del pueblo.
¡Aplauso!
Las ciudades opuestas, en este caso, son la carencia de alimentos y el exceso de los mismos. El hambre y la gordura.
La última nos mata porque en ella vivimos en medio de un debacle gastronómico que resulta insaciable, porque, la obesidad, a que nos referimos, ya es enfermedad — tal vez incurable.
Es enfermedad, porque ha creado un estado caótico en las respuestas del hipotálamo las que, en consecuencia, nos condenan al sufrimiento — el sufrimiento del acarreo de libras de más, que recordando el proverbio son, años de menos.
Pero, el hipotálamo, poderoso y sublime, no lo es todo — aunque, casi todo, lo es…
Cuando, a menudo, nos permitimos la indulgencia de expresarnos en el lenguaje poderoso y persuasivo que nos permiten las neurociencias, poco tomamos nota de una estructura vital, residente del cerebro, que va por el nombre del sistema de activación reticular (SAR).
En seguida lo describimos de modo esquemático
Sistema funcional del cerebro, fundamental para la vigilancia, atención, concentración e introspección. Comprende en sí la red de fibras nerviosas presentes en el tálamo, el hipotálamo, el tronco del encéfalo y en la corteza cerebral que también forma parte del sistema.
Su papel es simple, el de regular nuestro estado de excitación y condición de estar alerta y preparado.
Por medio de sus actividades y acciones, el SAR estimula respuestas fisiológicas y psicológicas en nosotros a través de sus actividades mediadas desde el tronco cerebral, el sistema nervioso autonómico, y el sistema endocrino. Conducentes a un ritmo cardíaco aumentado, y a una condición de vigilancia y receptividad de respuesta a cualquier eventualidad.
Las actividades de este sistema, tan importante, como poco conocido, son cruciales en el proceso de la motivación de ciertos comportamientos como son, la respuesta del estrés o de, la lucha o huida.
Esta última que fuera, por primera vez descrita, por Walter Cannon en el 1929. Hoy se reconoce como el primer paso de un conjunto de respuestas adaptivas que regula la reacción del organismo al estrés y a la estimulación sexual.
Por medio de sus conexiones, el SAR se comunica con todas, las partes más elevadas y las más simples, del conjunto total del sistema nervioso central. Tomando parte en lo que Masters y Johnson describieran en Saint Louis, como el Ciclo de la Respuesta Sexual Humana y en el Modelo de James-Lange en su Teoría de la Emoción.
Estamos dentro de un mundo científico que conjura la razón y dentro de una época en nuestra historia que evoca cambios estupendos.
¿Algún augurio favorable, en esto, para la mujer?
En menos del espacio de un lustro, este continente puede que tenga como cabezas de estado, tres mujeres.
¡APLAUSO!
Mujeres que, estamos seguros, no estarán de acuerdo con la imposición eclesiástica en la fertilidad desenfrenada, ni en llamar al producto de un embarazo ectópico, el de una concepción normal.
Veamos. Comenzando por la Casa Blanca, Hillary Rodham Clinton protestante, una hija. La Casa Rosada, Cristina Fernández de Kirchner, un varón y una hembra y en la Casa de la Moneda, Michele Bachelet, agnóstica, con tres hijos.
Además de la ganancia biológica de que, con menos testosterona, estas presidentas no enviarán a los hijos de sus compatriotas a morir para demostrar su machismo, ni ellas se encontrarán envueltas, en medio de una cumbre de presidentes, en un intercambio de groserías como hiciera el presidente de Venezuela, hace muy pocos días.
Pero, es la testosterona… dirían los guapos y los machos locales y tradicionales.
Pero, si se duda de el coraje de la mujer, de la leyendaria Golda Meir, nos asegura, en su autobiografía, un derrotado presidente de Egipto, Anwar al-Sadat: "A esa mujer, yo la quisiera al mando de mis ejércitos".
Acerca de enviar los hijos de Israel al campo de batalla, Meir nos aconsejó:
"Un líder que no titubea antes de enviar su nación al campo de la batalla, no es capaz de ser líder".
Concluimos esta ponencia de esta manera
Este es un mensaje de dar gracias. De desear a todos, paz, felicidad y harmonía. Aun celebraremos aquí a los tantos seres humanos que esta festividad pagana los encontrará con un estómago reducido, por no haber sabido cómo poner freno a una voracidad hedonista.
Celebramos a los pobres, porque no saben que, si bien es verdad, que ellos sí conocen y saben cómo pasar hambre, también, haciéndolo así logran prolongar sus vidas útiles, en espera de un mundo mejor.
Gracias damos a un Dios, no sexista, que haciendo la mujer, permitió la existencia del hombre y de nuestros hijos.
Concluimos con otra cita de Golda Meir:
"El prejuicio contra la mujer es necedad. Son los hombres contra quienes existe la discriminación. Ellos no pueden dar a luz o tener hijos. Algo, que no es probable que se pueda resolver". Newsweek 23-10-1972.
Bibliografía
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Larocca, F. E. F: Los Instintos Básicos
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Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca