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Cultura

Enviado por napoi


    1. La motivación del turismo cultural
    2. Turismo y masas

    1.- INTRODUCCION

    1.1 ETIMOLOGÍA Y USOS DEL CONCEPTO DE "CULTURA"

    La palabra cultura proviene de la palabra cultüra, Latín , cuya última palabra trazable es colere, . Colere tenía una amplio rango de significados: habitar, cultivar, proteger, honrar con adoración. Eventualmente, algunos de estos significados se separaron, aunque sobreponiéndose ocasionalmente en los sustantivos derivados. Así, 'habitar' se convirtió en colonus, de colonia. 'Honrar con adoración' se desarrolló en cultus, de culto. Cultura tomó el significado principal de cultivo o tendencia a (cultivarse), aunque con el significado subsidiario medieval de honor y adoración. Por ejemplo, en inglés cultura como 'adoración' en Caxton (1483) -La forma francesa de cultura fue couture- francés antiguo- la que se ha desarrollado en su propio significado especializado y más tarde culture, la que para el siglo XV temprano pasó al inglés. Por lo tanto, el significado primario fue labranza: la tendencia al crecimiento natural.

    En castellano la palabra cultura estuvo largamente asociada a las labores de la labranza de la tierra, significando cultivo (1515); por extensión, cuando se reconocía que una persona sabía mucho se decía que era "cultivada". Según una fuente2, es solo en el siglo XX que el idioma castellano comenzó a usar la palabra cultura con el sentido que a nosotros nos preocupa y habría sido tomada del alemán kulturrell. Si bien es posible pensar que nuestra preocupación por conocer el concepto "cultura" desde las ciencias sociales proviene más bien de la fuerte influencia que el saber norteamericano ha tenido sobre nuestra propia cultura hacia las décadas de los 50 y 60.

    En resumen:

    • "Honrar con adoración" se convirtió en culto (hacer crecer la fe interior, lo que brota del alma)
    • Habitar un lugar" se convirtió en colono (el surgir de la gente en un lugar no habitado antes)
    • "cultivar la tierra" se convirtió en cultivar (hacer brotar al reino vegetal, como en "agricultura", agrícola, etc.)
    • mientras que, "lo que brota del ser humano" se convirtió en cultura3.

    1.2.- USOS, ACEPCIONES Y CONCEPCIONES DE LA PALABRA CULTURA

    Aparece una confusión de cultura cuando se le usa como expresión y manifestación de las bellas artes, especialmente en diarios y revistas; de donde se interpreta que las personas instruidas y conocedoras de las artes y de otras gentes son muy instruidas, asumiéndose que hay toda una gradación hasta los "incultos" ,también dicha palabra se usa para denominar a grupos humanos no conocidos, como la cultura Diaguita o Mapuche, pero muchas personas quedan confundidas con esta doble significación.

    1.3 .- EL CONCEPTO SOCIOLÓGICO

    Mucho menos conocido y apreciado, el concepto sociológico se entiende como "el concepto abstracto que describe procesos de desarrollo intelectual, espiritual y estéticos" del acontecer humano, incluyendo la ciencia y la tecnología, como cuando se habla del desarrollo cultural de un pueblo o país; Fischer dice que para la concepción sociológica la cultura se define como "el progreso intelectual y social del hombre en general, de las colectividades, de la humanidad". En general se usa el concepto de cultura en su acepción sociológica, cuando el hablante se refiere a la suma de conocimientos compartidos por una sociedad y que utiliza en forma práctica o guarda en la mente de sus intelectuales. Es decir, al total de conocimientos que posee acerca del mundo o del universo, incluyendo todas las artes, las ciencias exactas (matemáticas, física, química, etc.) las ciencias humanas (economía, psicología, sociología, antropología, etc.) y filosofía. Teniendo presente que por mucho que ese pueblo o sociedad sepa del universo, siempre hay áreas de conocimiento que no posee o desconoce. Por ejemplo ¿Cree Ud. que los chilenos sabemos todo sobre matemáticas, física química, o cualquier campo del conocimiento? La respuesta es que no, que hay muchísimos campos del conocimiento y su aplicación práctica que debemos aprehender como país, al mismo tiempo que debemos aprender cómo y cuando usarlo. Por ellos es justamente el sentido sociológico el que usa los agentes del gobierno, la planificación o la política cuando proponen planes "para desarrollar la cultura nacional".

    El concepto sociológico de cultura tiene una fuerte connotación con la apreciación del presente pensando en el desarrollo o progreso futuro de la sociedad para alcanzar aquello que llamamos el patrimonio cultural de la humanidad o simplemente "la cultura universal". Es en este sentido que debe entenderse la expresión "desarrollar la cultura de un país", implicando desarrollar y ampliar el conocimiento nacional de lo que el hombre (universal) ha sido capaz de desarrollar hasta hoy8.

    Es en este sentido sociológico que se entiende –por ejemplo– las expresiones de Umberto Eco: "Una prudente política de los hombres de cultura como corresponsables de la operación televisión será la de educar aun a través de la televisión a los ciudadanos del mundo futuro, para que sepan compensar las recepción de imágenes con una rica recepción de información escrita"

    "Organización social" versus "cultura"

    1.4.- CULTURA Y CONTEXTO CULTURAL.

    CON, +TEXTO. (CON: Junto a. TEXTO: Viene de la palabra latina texere luego text, que significa paño y/o entramado, trama, tejido.) De esta forma la palabra contexto se refiere al entramado o tejido de significados provenientes del medioambiente o entorno, que impresionan el intelecto o campo de conocimientos (¿sistema cognitivo?) de un grupo humano, como parte integrante de su cultura y su visión de mundo o cosmovisión. En otras palabras el contexto cultural es todo aquello que forma parte del medioambiente o entorno y resulta significativo en la formación y desarrollo de la cultura de un grupo humano específico. Por lo que:

    "Contexto es el entorno ambiental, social y humano que condiciona el hecho de la comunicación"

    "El contexto no es un molde estático de representaciones culturales sino que es una "arena" activa en la cual el individuo construye su comprensión del mundo y que está conformada tanto por los contenidos culturales tradicionales, como por las necesidades y expectativas individuales y colectivas que surgen del contacto con la sociedad amplia."

    En otras palabras, el contexto en que viven y nos desenvolvemos los seres humanos nos proporcionan conjuntos de significados que usamos constante y cotidianamente, pero asociándolos de la forma en que nos permita comunicarnos mejor, de esa manera y como compartimos los mismos contextos significantes podemos entender lo que nos dicen los demás; contrariamente, cuando intentamos comunicarnos o interactuar personas que no compartimos los mismos contextos significantes, se crean malentendidos, confusiones y hasta conflictos. También puede decirse que cuanto más lejano o desconocido se hace el contexto del "otro" con quien me comunico, más aumentan las posibilidades de no entender exactamente lo que se comunican mútuamente. Por ejemplo, los cerros que nos rodean pueden tener muchos significados: lugares de esparcimiento, paisajes coloridos, referencias para ubicarse en las calles de Temuco, nombres románticos para poesías y canciones, lugar de amores, espacios para meriendas, etc. Cualquier persona de nuestra cultura local que oiga decir "Voy de paseo al Ñielol con unos parientes" entenderá perfectamente el sentido de lo que se dice; pero, aun tratándose de otro chileno, si no conoce o no ha estado nunca en Temuco, no entenderá lo que se ha dicho.

    1.5.-La Identidad Cultural es la cultura "contextuada".

    La extrema variabilidad del fenómeno cultural, es uno de los aspectos que más confunden a los estudiantes y estudiosos de la cultura. Los párrafos anteriores justifican que no se pueda decir que un grupo humano es "idéntico" a otro, por similar, próximo o parecido que sea. En realidad, la cultura de un grupo humano es como su huella dactilar: no hay dos grupos humanos que tengan la misma cultura. Para Kottak, la identidad cultural es "todos aquellos rasgos culturales que hacen que las personas pertenecientes a un grupo humano y a un nivel cultural (…) se sientan iguales culturalmente" (Kottak).

    El otro elemento es la historia, la que proporciona el marco temporal de la vida cotidiana, ligando los hechos pasados y sus significados, a las cosas y fenómenos del presente, dándole un nuevo sentido cargado de significados y valores, o proyectándonos al futuro imaginario. Muchísimas cosas de nuestro quehacer cotidiano tienen un significado histórico, desde el idioma que hablamos, que no existía en esta tierra hace cinco siglos atrás, pasando por los nombres de la gente, de los lugares, etc., o bien, cobran importancia (es decir, adquieren más significado) cuando se redescubre su pasado histórico.

    Por su parte, los procesos productivos proporcionan los substratos restantes. Representan las transformaciones que la gente hace para vivir y desarrollarse: en cualquiera de las actividades primarias (extraer de la naturaleza para uso directo o materias primas), secundaria (la actividad fabril de transformación de la materia prima en bienes de uso y de consumo) o terciaria (los servicios de unos para otros). Estas actividades que llamamos procesos productivos son parte del contexto cultural, porque establecen también su parte de los significados de los ambientes en que se producen las relaciones entre los hombres –formando sociedades— con sus divisiones, uniones, estratificaciones, objetivas y subjetivas, proveyendo también su parte de significación del diario vivir.

    Los elementos del contexto cultural entregan cada uno su aporte connotativo al significado común de las cosas en la vida cotidiana, estableciendo lo que se valora y con ello las normas de convivencia, es decir, lo que se debe y no debe hacer, de manera que cada lugar tiene una identidad cultural que no es similar a ninguna otra, aunque pueda haber similitud entre ellas. A esto se refiere Cardoso de Oliveira cuando dice que "la identidad pasa a desempeñar el papel de una brújula que posiciona al grupo y sus miembros en mapas cognitivos (u horizontes) colectivamente construidos"42

    De manera que al tener en cuenta los elementos nombrados: geografía y clima, historia y procesos productivos, se explica que el concepto de identidad cultural sea a menudo definido o descrito a partir de la existencia de elementos que nacen de ellos, tales como territorio común, una lengua, un conjunto de tradiciones o costumbres y sistema de valores y normas comunes al grupo étnico o cultural en estudio.43

    En suma, la cultura es un entramado de significados compartidos, significados que obtienen su connotación del contexto (geografía, clima historia y proceso productivos), pero que habita en la mente de los individuos dándoles una identidad cultural específica; justificándose el argumento teórico que nos dice que la cultura está tanto en la mente de los individuos como en el ambiente en que ellos viven.

    Los contextos son muy variados, puede ser el contexto de un lugar de trabajo, de una familia, de un barrio o lugar poblacional, de una localidad, de una región o nacional, algunos de estos contextos culturales son más amplios que los otros y los contiene a los demás recursivamente, como las capas de una cebolla.

    2.- LA MOTIVACION DEL TURISMO CULTURAL

    El orden de los substantivos de por si ya representa un problema. Qué viene primero? La cultura o el turismo? El turismo no sería producto de nuestra cultura? Cómo quedan entonces expresiones como "turismo cultural"? Quizás un reprospecto histórico del turismo pueda arrojar alguna luz sobre el tema.

    Cuando decimos que el turismo es producto de la cultura, pensamos en la cultura como el quehacer humano, los usos y costumbres que históricamente han hecho parte del modo de ser de las varias etnias que componen la especie humana.

    En esta perspectiva diacrónica, se puede decir que los desplazamientos hacen parte del modo de vida de esta especie, ya que, desde que se conoce la humanidad, se la conoce dispersándose por el mundo.

    Qué es lo que fue cambiando a lo largo de los siglos y milenios? La motivación, el objeto de ese desplazamiento.

    Al principio, los desplazamientos obedecían a una sola motivación: buscar nuevas fuentes de alimento natural. En las Américas, estos movimientos en busca del sustento entraron en declinio en el siglo pasado, con la subyugación de las poblaciones indígenas. En Australia y África se mantuvieron por este siglo y están llegando a su fin a medida que los Bosquimanos, considerados los últimos nómades, enfrentan las dificultades del cercado de las tierras.

    Con la cultura greco-romana los desplazamientos pasaron a tener un carácter de busca de dominio y poder de territorios y poblaciones. Desde las conquistas del Imperio Romano hasta los intereses no religiosos que estuvieron detrás de las Cruzadas, los primeros doce siglos de nuestra era estuvieron caracterizados por grandes movimientos de personas, que, a diferencia de los nómadas, tenían una "base", a la que regresaban, en algún momento.

    Esta propensión al movimiento que se observa a lo largo de la historia, puede estar en la raíz de lo que se dio en llamar TOUR ( vuelta, en francés), que será un tipo de desplazamiento específico que surgirá, tímidamente, en el siglo XVI, en la estera de los viajes de descubrimiento promovidos por portugueses y españoles y de la necesidad de expansión del incipiente capitalismo de Inglaterra.

    La aristocracia inglesa vió que sus hijos precisaban tener más acceso a niveles superiores de educación y que precisaban conocer mejor otros lugares y, a falta de otros medios de comunicación, el viaje se presentó como la opción por excelencia para que los jóvenes completasen sus estudios y maduraran endureciendo su carácter fuera de casa.

    Poco a poco, la prensa y la literatura inglesa se encargaron de difundir la designación del TURISMO para la practica de ese paseo por Europa, que tenia ciertas particularidades. Era practicado solamente por hombres, jóvenes, nobles, acompañados de un preceptor.

    Ya en esta época es que empiezan las discusiones sobre los beneficios y maleficios del turismo, que van a estar tan presentes como hoy en el medio científico-académico.

    En aquella época la discusión era sobre si el turismo era bueno o malo para esos jóvenes, ya que muchos , buscando endurecer su carácter, encontraban la muerte en duelos de espada, y otros aprovechaban la distancia de casa para dedicarse a la farra y a la bebida. Asi se encuentran en los siglos XVII y XVIII escritos que defienden el turismo como fuente de cultura y otros que, al contrario, lo ven como fuente de vicios.

    El cambio radical llegará en la segunda mitad del siglo XIX, con una coyuntura muy especial. Un predicador llamado Thomas Cook, buscando la forma de llevar 600 personas a un congreso anti-alcohólico, va a tener la idea de comprar todos los pasajes juntos, y a partir de allí va a crear los viajes agenciados, los paquetes con hotel y alimentación incluidas (all inclusive tour). Al mismo tiempo, la revolución industrial propiciaba dos cosas: la mejoría del tren a nivel nacional y la de los navíos a nivel internacional y el hacinamiento en las ciudades industriales, principalmente Londres.

    Necesidad de salir de un cotidiano opresivo, medios de transporte buenos, relativo abaratamiento de los precios por el agenciamiento, y conquistas sindicales para vacaciones remuneradas, van a hacer con que el llamado TURISMO MODERNO -1850-1950- crezca de una forma exponencial, siguiendo la lógica de la expansión del capitalismo industrial, transformándose paulatinamente en el fenómeno de masas que conocemos hoy.

    Durante la segunda mitad de este siglo , con el perfeccionamiento del avión como medio de transporte , con los créditos y las operadoras, el turismo paso a ser el mayor fenómeno de desplazamiento de masas con fines pacíficos de la historia.

    Gran parte de los empresarios y economistas ven los 600 millones de turistas internacionales traducidos en números, en millones de dólares, en PBI.

    Ven en el turismo la salida económica para el desempleo, para la pobreza, para pagar la deuda externa. En fin, lo ven como una industria más dentro del sistema.

    Gran parte de los ambientalistas ven hordas que invaden y destrozan la naturaleza, que contaminan los ríos con el aceite de los motores de sus lanchas, que contaminan los mares con sus detritos, que transforman bosques en praderas de jugar golf.

    Gran parte de los sociólogos y antropólogos ven ricos de piel clara que se hacen servir por pobres de piel oscura, que prostituyen niñas pobres, que transforman los buenos indígenas en aculturados corruptos, que macdonalizan el mundo.

    Quien tiene razón? Qué es al final el turismo? El turismo contemporáneo es un tipo especifico de viaje, que se realiza durante el tiempo libre de las personas. Implica la utilización de una serie de equipamientos y servicios que fueron creados para atender a los viajantes, el llamado "trade" turístico, compuesto por agencias, hoteles y similares, transportadoras, restaurantes y similares e implica en la existencia de un ATRACTIVO, algo que hará que el turista visite determinado lugar.

    Cuando el atractivo que llama al turista es algún tipo de producción humana, una obra de arte o un conjunto de ellas, una tradición culinaria, una construcción o un conjunto arquitectónico de características muy peculiares, una ceremonia única en su genero, una danza, allí tendremos turismo cultural.

    Para decirlo técnica y fríamente, el turismo cultural es aquel que tiene como atractivo, un recurso producido por el hombre.

    Solo que las cosas no son tan sencillas.

    La clasificación de turismo cultural se aplica a un abanico realmente grande de opciones. Es turismo cultural visitar museos, galerías de arte, barrios históricos, ruinas, sitios arqueológicos, teatros. Pero también es turismo cultural la convivencia con comunidades indígenas o de pescadores.

    Esa convivencia, a la larga termina cambiando los hábitos de las poblaciones autóctonas.

    La discusión que se coloca en la actualidad es hay que congelar las poblaciones en el tiempo, impidiendo su inclusión en el llamado "proceso civilizatorio" para que continúen "autóctonas" para deleite de los turistas? Hace 20 años se prolongan las discusiones sobre la legitimidad o no de utilizar las culturas como atractivo turístico, porque cultura significa personas. Y si se utiliza la cultura producida por personas, existe el riesgo de estar utilizando las personas.

    Hace la misma cantidad de tiempo que se discute si el turista prefiere ver la cultura "autentica" o la cultura "puesta en escena", preparada para él, reflejando un cotidiano del pasado.

    Hace algunas décadas que tímidamente se estudian los impactos del turismo en la cultura de las poblaciones anfitrionas, pero casi no hay estudios sobre los impactos de las culturas visitadas en el turista. También se discute si se puede hablar de "el" turista como ser genérico.

    La relación cultura y turismo ofrece la posibilidad de una enorme gama de investigaciones y discusiones y esperamos que pagina sea un buen comienzo

    2.1.- PROBLEMAS ALOS QUE SE ENFRENTA EL TURISMO CULTURAL

    Hoy en día, el patrimonio cultural se enfrenta a varios problemas:

    • Insuficiencia de recursos económicos.
    • Ausencia de planes y programas de recuperación y puesta en valor de este patrimonio.
    • Falta de utilización de las potencialidades culturales, económicas y sociales del patrimonio.
    • Infrautilización de los espacios culturales.
    • Desvinculación de la población local en la gestión y valorización del patrimonio.
    • Falta de motivación en las administraciones.
    • Ausencia de planes y diseños turísticos en los que se compaginen el patrimonio con el desarrollo sostenible.
    • Falta de profesionales cualificados con las habilidades técnicas y la sensibilidad para realizar proyectos en Turismo Cultural.

    Son derivados de 1 actividad humana en 1 destino. Hechos humanos de índole cultural están estrechados y forman 1 complejo tejidos de factores naturales. Hay 3 que influyen en localización :

    Culturales: Está presente en cualquier tipo de viaje como motivación principal o complementaria. Los factores culturales engloban 1 amplia variedad de recursos entre los que sobresalen los monumentales, museísticos, gastronómicos, la arquitectura popular, artesanías y fiestas. El principal componente es el monumental apreciado en grandes ciudades. (x ej: ciudades declaradas patrimonio de la humanidad) q incentiva el desarrollo tco no solo a nivel nacional sino tb internacional (x ej: Salamanca, casco viejo de Cáceres, Ávila, Segovia, Toledo, Cuenca, Alcalá d Henares). Tb este factor monumental se puede apreciar en rutas o itinerarios monumentales (Ej: Camino de Santiago), o tb espacios monumentales. Dispersos. (x ej: Las Médulas). Los museos constituyen 1 importante factor de localización tca. Espacios cerrados cuyo contenido son esculturales y pinturas, xo tb pueden acoger diferentes temas: calzado, joyas, vestimenta. Normalmente se sitúan en espacios urbanos xo tb se encuentran en zonas rurales y junto yacimientos arqueológicos. La intensidad de uso es variable en función del prestigio e interés del museo; los + conocidos (Prado es + importante de todo el Estado y es 1 de los principales atractivos de la capital sp y solo superado en ámbito europeo x el Louvre y museo británico. A gran distancia con nº de importancia el museo de Dalí de Figueras. El siguiente museo de arte romano de Mérida. Tb arte abstracto. Tb de arte abstracto de Cuenca, museo Picasso de Barcelona). Se sitúan los museos q cifran su valor en unciones itinerantes (Reina Sofía en Madrid, La Fundación de Miró en Barcelona, El Guggenheim). En otra línea están los museos centrados en la ciencia y tecnología (ej: Valencia); o los de arqueología industrial (x ej: Reino Unido, Alemania y Países Bajos). Los museos etnográficos son valiosos xq muestran cultura y sociedad de 1 determinado pueblo y suelen estar ubicados en enclaves minoritarios (el de la cultura Aranesa).

    Otro de los factores son las fiestas del folclore, son de gran trascendencia tca. En los últimos años ha habido 1 importante crecimiento del tmo de origen nacional y tb va en aumento valoracional de mov festivos x parte tmo internacional. Está clara la vinculación de los principales actos festivos con religiosos, sobretodo dsd 1 perspectiva cronológica. Así coinciden todas las fechas claves del calendario cristiano con fechas + importantes: Navidades, carnaval, S. Santa, San Juan, La Ascensión y festividad de todos los Sanos. De las fiestas claves las de mayor envergadura tca x su espectacularidad son: carnavales de Canarias, Sitges, Cádiz, la Semana Santa de Sevilla, Valladolid, Murcia, Bajo Aragón. La de San Juan (Fiesta de fuego) Alicante, Las fallas de Isil (Lérida) y las de San Pedro Manrique (Soria). Tb hay 1 serie de festividades de trascendencia estatal con 1 flujo de habitantes masivo y suele ser en centros urbanos: Fallas de Valencia, San Fermines de Pamplona, El Pilar de Zaragoza, El Rocío en Almonte, San Isidro en Madrid y La Mercé en Barcelona.

    La gastronomía es 1 factor de tipo complementario, no es 1 factor decisivo xa desplazamiento tco xo juega 1 papel trascendental en el grado de satisfacción de1 turista. Gastronomía es el valor cultural q en los alimentos o forma de prepararlos identifican a 1 grupo cultural. La cocina española es x definición 1 cocina mediterránea en la q sus valores gastronómicos son populares y tradicionales extendiendo en España tan solo 2 focos dnd su cocina es reconocida x su alta calidad y sofisticación en la elaboración de los platos: Cataluña y País Vasco. Existen, no obstante, algunos espacios menores dnd la especialización de los productos es tan característica q realmente se convierten en 1 importante elemento de atracción: los vinos de la Rioja, los cavas del Penedés, paella valenciana.

    La artesanía como atractivo cultural está empezando a captar 1 mercado tco q va en aumento y q va ligado al auge del tmo rural, ad+ del interés x los trabajos manuales y tradicionales. En general se desarrolla en espacios no masivos. Los turistas tienen x costumbre la adquisición de 1 recuerdo físico del viaje: el souvenir. Sea como sea, esta industria se ha caracterizado x su mal gusto y los turistas poco a poco han adquirido conciencia del valor de lo tradicional x lo q la artesanía se ha convertido en el principal recuerdo del viaje, pues ella se unen las manifestación física con el valor de 1 pieza artística. Es indudable q el tmo ha conseguido mantener ciertas tradiciones artesanas xo tb ha cambiado muchas manifestaciones tradicionales hacia formas + tcas. Algunas consejerías tcas se han encargado de buscar artesanos y ayudarles económicamente a recuperar sus producciones tradicionales y así crear tb 1 atractivo + xa la visita de esa zona rural. La producción artesana en España utiliza los más diversos materiales siendo los + extendidos y consumidos: cerámica, alfarería, los textiles y los productos metálicos. Los + consumidos: cerámica de Sargadelos, de Talavera de la Reina, de Manises, la cuchillería de Albacete, las piezas de cobre de Guadalupe, platería de Córdoba y Salamanca, la azabachería de Santiago de Compostela y Asturias, los damasquinados de Toledo, los encajes de bolillo: Galicia, Almagro, bordados de La Gartera.

    2.2.- EL TURISTA CULTURAL Y LA CALIDAD

    Podemos considerar turista cultural aquella persona cuyo principal motivo para visitar una ciudad es conocer su patrimonio histórico (trama urbana, murallas, calles, plazas, palacios, iglesias, museos, etc.); observar y participar de las costumbres, idiosincrasias y modos de vida de la población residente (mezclarse en la calle, parques, restaurantes,.. con las población, comprar en sus tiendas, beber en sus bares, …); asistir a manifestaciones de cultura tradicional (participar de la fiestas, gastronomía y folklore en general); presenciar representaciones culturales contemporáneas (conciertos, exposiciones de arte y otros espectáculos). 

    El turismo cultural es una actividad de ocio cada vez más generalizada que ofrece, como valor añadido sobre otro tipo de turismo, experiencias relacionadas con el saber y el aprendizaje. Esta forma de turismo activo se ha incrementado en los últimos tiempos y está influyendo en el descenso del tradicional mes de veraneo en la playa y a favor de períodos más cortos de vacaciones, distribuidos durante todo el año (Navidad, Semana Santa, etc.), en diversos destinos, nacionales e internacionales. A él hay que añadir el turismo de "puentes" fin de semana y el excursionismo, con un componente muy elevado de turismo cultural. 

    Dentro de la categoría de turista cultural podemos clasificar a los visitantes de las ciudades en tres tipos o segmentos, según sus diferentes actitudes o comportamientos: 

             - Turista de inspiración cultural, que elige destinos famosos por su patrimonio cultural (Toledo, Venecia, …) para visitarlo una vez en la vida y con pocas intenciones de repetir. Suele viajar en grupos organizados con visitas en ruta a varias ciudades, sin una estancia prolongada en ninguna de ellas. Es el segmento de visitantes más abundante en las ciudades históricas y lo más parecido a turismo de masas por su forma de comercialización, comportamiento y consumo.  

             - Turista atraído por la cultura. Pasa sus vacaciones en un destino no cultural, como la playa o la montaña, pero no le importa, de forma ocasional, visitar lugares históricos y aprovechar las oportunidades culturales disponibles (ciudades, fiestas locales, museos, sitios arqueológicos, etc.). Es una forma de turismo creciente y en España tiene un ejemplo claro en los veraneantes extranjeros de la Costa de Sol que un día visitan la Alhambra.  

             - Turista de motivación cultural. Elige los lugares que visita en función de la oferta cultural que ofrecen. Está altamente motivado por aprender y prepara su viaje con antelación, informándose de lo que quiere ver. Pasa varios días en la ciudad o región elegida y realiza desplazamientos de corta duración por el entorno inmediato. (Jansen-Verbeke, M. 1997).  

    – El turista de motivación cultural, nacional o extranjero, suele ser residente en una metrópolis o gran ciudad, de mediana edad, de considerable nivel educativo, medio o alto nivel adquisitivo y que viaja con asiduidad. En los países occidentales cada vez son más las personas adultas con tiempo libre, buena salud, que disfrutan viajando y perciben la visita a ciudades culturales como una experiencia de ocio por la que están dispuestos a pagar. 

    2.3.- ACCESIBILIDAD 

    Utilizaremos el concepto de accesibilidad desde una consideración más amplia que en su uso habitual. Diferenciamos entre la accesibilidad física y la accesibilidad intelectual. La primera va referida a que el patrimonio y los recursos culturales estén suficientemente publicitados en guías, planos o folletos; señalizados para ser fácilmente localizables; abiertos al visitante con un horario amplio, públicamente anunciado; y que su correcta conservación nos permita acceder y disfrutar sin riesgo físico. 

    Cuántas veces hemos visitado ciudades en las que no hemos podido ver monumentos porque no estaban anunciados ni señalizados. Cuando los hemos por fin localizado están cerrados o con un horario de apertura muy restringido. Otras veces su estado de conservación es lamentable, no apto a la visita pública, con peligro de nuestra integridad física y de la del edificio. Por tanto, la primera norma de calidad en turismo cultural debería ir referida a que el patrimonio para su uso tiene que estar conservado, señalizado y abierto. 

    2.4.-  AUTENTICIDAD

    Pero quizá lo que cada día es más complejo ofertar es autenticidad. Es aquí donde radica el reto de las ciudades que quieran en el futuro competir en el mercado del turismo cultural urbano.

    La autenticidad es un tema habitual en los foros profesionales del patrimonio cultural. Este concepto tradicionalmente se ha referido al alto grado de conservación de los objetos materiales que han pervivido del pasado: obras de arte, edificios singulares, conjuntos urbano o paisajes no transformados por la industrialización. También ha sido y todavía es muy valorado, y motivo de atracción turística, aquello relacionado con los usos y costumbre de los habitantes: modos de vida, fiestas, artesanías y cultura en general. Que todos estos elementos se conserven lo más inalterado posible siempre ha sido de gran valor para la industria turística.

    2.5.- SUPUESTA AUTENTICIDAD BASADA EN LA POBREZA Y LA DESIGUALDAD  

    La autenticidad basada en la pobreza es propia de países o zonas territoriales subdesarrolladas que ofrecen al turista un lugar supuestamente "detenido en el tiempo" que conserva inalterado sus construcciones y sus costumbres, para ser disfrutadas por el visitante. Si entendemos por ciudades las aglomeraciones con cierto número de habitantes y medios de comunicación básicos (carreteras, televisión, teléfonos, …), quedan pocas o ninguna "fuera del tiempo". Tras esa supuesta autenticidad suele esconderse atraso e injusticia social que condena a vivir a la mayoría de los ciudadanos en condiciones inaceptable para cualquier habitante de un país desarrollado. 

    Uno de los efectos añadidos de la globalización o mundialización es lo que podemos denominar "la pérdida de la inocencia". En otros tiempos el turista cultural, normalmente un norteamericano o centro europeo residente en una gran ciudad, era una persona privilegiada que podía visitar el patrimonio que habían creado las diversas culturas, desaparecidas o no, a lo largo el mundo y asombrarse de la grandeza, belleza y originalidad de los distintos lugares. La miseria la achacaba a regímenes políticos injustos y tiranos, costumbres arcaicas y atrasadas o ni siquiera se lo planteaba sus motivos. 

    En la actualidad somos cada vez más conscientes de que como habitantes de denominado primer mundo estamos en buena parte en el origen de numerosas catástrofes y miserias humanas en todo el planeta; que nuestras posibilidades económicas de viajar están vedadas a la inmensa mayoría de los seres humanos; que con nuestra presencia contribuimos a la destrucción de la originalidad cultural que por un lado vemos y admiramos; que lo que es atractivo y exótico para nosotros puede ser no más que atraso y miseria para sus poseedores. 

    2.6.- SUPUESTA AUTENTICIDAD BASADA EN EL SIMULACRO 

    En los países desarrollados hay cierto consenso sobre el interés de la conservación física del patrimonio y es una necesidad plenamente asumida por nuestros gobernantes, técnicos urbanistas y por los ciudadanos. El debate se centra más en el cuánto y en el cómo.  

    En cuatro podemos agrupar los principales peligros que amenazan la autenticidad de la ciudad histórica y que por tanto repercuten en la calidad del turismo cultural: degradación, terciarización, gentrificación y banalización. 

    Entendemos por degradación el abandono físico de sectores o barrios de la ciudad por envejecimiento de la población, deterioro de la edificación, infravivienda, deficiente infraestructura urbana, ausencia de servicios y marginalidad. Esto puede llegar a desembocar en la destrucción física de los edificio, del espacio urbano y la degradación social. 

    Terciarización es el proceso por el cual los centros urbanos que fueron residenciales o multifuncionales en otro tiempo, por su centralidad, acaban destinados para uso exclusivo del sector servicios: comercios, restaurantes, edificios públicos y oficinas. El hábitat pierde importancia y fuera del horario comercial estos lugares céntricos de las ciudades quedan desiertos. 

    La gentrificación o aburguesamiento es la sustitución de la población residente tradicional, de composición social diversa, por otra con un perfil más uniforme y alto poder adquisitivo. A partir de la rehabilitación hay un proceso de transformación y sustitución del tejido social dentro del centro histórico. El coste económico de los edificios rehabilitados es por lo general más elevado que los de nueva planta, por lo que los precios de venta o de alquiler aumentan cada vez más a medida que la rehabilitación progresa y da una fisonomía más atractiva al centro. La población tradicional residente, sobre todo las familias de bajos ingresos, son progresivamente empujadas hacia las periferias en beneficio de aquellos capaces de asumir alquileres y precios más altos, con el consiguiente empobrecimiento de la diversidad social que siempre ha caracterizado los centros urbanos de nuestras ciudades.

     La banalización es sobre todo resultado del turismo, al concentrar y especializar sectores de la ciudad en esta actividad. Es una forma de terciarización de gran impacto paisajístico, que favorece nuevas arquitecturas historicistas, falsos decorados, tiendas de recuerdos de baja calidad, restaurantes con publicidad agresiva, masificación turística, etc. Pero sobre todo influye en que eleva los precios de la vivienda en el sector y expulsa actividades comerciales normales y equipamientos básicos para los residentes: tiendas de comestibles, colegios, etc. 

    Degradación, terciarización, gentrificación y banalización, juntos o por separado, juegan en contra de la autenticidad. Estos cuatro fenómenos son consecuencia del abandono de la ciudad a su suerte o a intereses privados. En la última década han primado visiones productivistas o simplemente especulativas que han afectado muy negativamente a la autenticidad de la ciudad. 

    En algunas ciudades las actuaciones públicas para la recuperación de los centros históricos se han centrado en sus aspectos puramente físicos y ha consistido en la mejora de las infraestructura de saneamiento, restauración de monumentos, peatonalización y puesta en valor para la visita turística de ciertas zonas con un aspecto histórico patrimonial. La rehabilitación del caserío, salvo ayudas puntuales, se ha dejado completamente a la iniciativa privada y al mercado inmobiliario, con ausencia de programas de vivienda social, lo que ha dado como resultado centros históricos llenos de estudios, apartamentos de alquiler o casas unifamiliares de elevados precios. Es difícil encontrar una vivienda normal de tres dormitorios a un precio razonable para una familia media. Esto trae como consecuencia centros históricos vacíos o escasamente habitados por una población en alquiler y de paso. 

     2.7.- POLÍTICAS PÚBLICAS Y MODELO DE CIUDAD 

    Los turistas de motivación cultural vienen a las ciudades históricas por su patrimonio y su cultura. Pero la industria turística no invierte en la protección, conservación y puesta en valor del patrimonio cultural. Ellos sólo se ocupan de la infraestructura turística (hoteles, restaurantes, agencias, etc.), a lo más en marketing promocional. ¿Quién se encarga entonces de sensibilizar a la población en la protección del paisaje urbano y la conservación del patrimonio edificado,? ¿Quién se ocupa de educar a los habitantes para que conozcan su patrimonio cultural y puedan compartirlo con los visitantes?. La complejidad de la conservación de una ciudad histórica no se puede basar únicamente en una labor "restauradora de la piedra". Los ciudadanos tienen que querer su ciudad y para ello deben conocer su historia y valorar sus peculiaridades, su estilo de vida.  

    Una ciudad es siempre una realidad más compleja que un espacio para el turismo. Una ciudad es una comunidad de intereses, con tensiones y contradicciones entre sus ciudadanos. Por ello se diferencia de un parque temático, exclusivamente diseñado para la satisfacción de sus visitantes/clientes. El turista de motivación cultural viene a ver ciudades originales que han conservado su personalidad y de algún modo participar de su contemporaneidad, no a parques temáticos o escenificaciones que ofrezcan la cultura como simulacro.  

    La autenticidad es también resultado de la vitalidad del patrimonio. Las ciudades deben estar vivas, habitadas, no convertidas en museos. El turista huye cada día más de los entornos esterilizados, estáticos y museificados en que se están convirtiendo muchos centros históricos. Hay que reforzar la autenticidad de las ciudades, sobre todo mediante la consolidación del hábitat y la reinserción de las funciones propias de las zonas urbanas. Sólo teniendo en cuenta a los usuarios locales se puede conseguir eso. Los turistas vendrán después, atraídos por la vitalidad y la veracidad del lugar. La restauración de los edificios y del paisaje debe estar subordinada al objetivo primordial de rehabilitar la vida urbana. (Viau S. 1992)  

    2.8.- TURISMO Y POLÍTICA CULTURAL

    El turista de motivación cultural cada día es más experto conocedor de lugares de cultura y aprecia una serie de cosas, entre ellas, que detrás del patrimonio cultural haya una actitud resuelta hacia su conservación y dinamización. Demanda ciudades actuales y reales, con una vida cultural propia, donde al turista se le pueda ofrecer la autenticidad producto de un desarrollo peculiar y no escenarios "demasiado petrificados" y "limpios", o "demasiado auténticos", producto de un atraso económico secular. Al visitante le gusta sentir que la ciudad es dinámica culturalmente hablando y no un cascarón vacío. Le gusta que los artesanos y artistas recrean nuevas formas a partir de la tradición, que haya equipamientos culturales que funcionen y una vida cultural intensa y diversa. La autenticidad estriba en sentir que la ciudad esta viva y vibrante de contemporaneidad.  

    El patrimonio cultural y el modo de vida local singulariza una ciudad o región, contrarrestando el fenómeno homogeneizador de la cultura globalizada a través de los medios de comunicación de masas. Pero si el pasado y la tradición no es capaz de innovarse, queda anquilosada. Desde la singularidad de lo local debemos ser capaces de operar en un entorno global: hay que integrar tradición (pasado, patrimonio material e inmaterial) con modernidad e innovación. Local/global, tradición/innovación; espacio y tiempo. El cruce de estos vectores marca el ámbito conceptual sobre el que construir estrategias de desarrollo.[ii]  

    La mejor inversión que una ciudad puede hacer en turismo cultural es reforzar su autenticidad, propiciando un modo vida urbana propio, original y diversa. Los turistas vendrán después, atraídos por su veracidad y vitalidad.  

    La ciudad y la vida urbana es el principal espacio creador de cultura. La cultura a su vez es un elemento estratégico para la ciudad, un recurso fundamental para el desarrollo local. El sector cultural tiene potencialidad para genera empleo directo y es fundamental para sectores cercanos como el turismo. Atrae la inversión al generar valor añadido al entorno donde se desarrolla y dinamiza la innovación de cualquier sector económico. Tiene capacidad para integrar y cohesionar a los ciudadanos, facilitando el acceso al conocimiento y mejorarando la igualdad de oportunidades.  

    Todo municipio tiene que afianzar y desarrollar su identidad y poseer un proyecto de futuro donde la cultura sea parte fundamental. Para ello, independientemente de su tamaño y localización, debe contar con unos equipamientos y servicios básicos mínimos y adoptar una política cultural propia enmarcada en una política municipal que tenga en cuenta sus particularidades históricas y territoriales, los agentes existentes, las propuestas asociativas y privada. También debe contar con recursos económicos y humanos y establecer estrategias culturales globales vinculadas a sus programas de planificación y desarrollo. Un sector cultural fuerte, operativo, adaptado al contexto, abierto a la creación y a los avances tecnológicos, capaz de llegar al conjunto de los ciudadanos.

    Por tanto:  

    • Todo municipio, independientemente de su tamaño, localización o riqueza, debe poseer los medios suficientes para poder plantear y ejecutar una política cultural, sólo o en cooperación con otras entidades, acorde con sus necesidades, sus posibilidades y sus aspiraciones.  
    • Cada ciudad necesita una política cultural única, no dispersa, enmarcada en una política municipal que tenga en cuenta la realidad territorial, los agentes existentes, las propuestas asociativas y privadas, el desarrollo progresivo de las iniciativas y propuestas para captar nuevos públicos, nuevos creadores, nuevas producciones.

     Las políticas culturales deben ser plurales, participativas, integradoras y enriquecedoras. Tradicionalmente han sido cuatro las orientaciones claves que han guiado la intervención pública en cultural:  

    • reforzar la identidad de los ciudadanos con su comunidad, con su pasado y con su patrimonio;
    • posibilitar la diversidad de las manifestaciones culturales (culta, popular, étnicas, etc.);
    • fomentar la creatividad y la producción de nuevas obras que serán el patrimonio del futuro;
    • animar a la participación y posibilitar el acceso de todos los ciudadanos a la vida cultural de la forma más activa posible.

    La misión de la administración es facilitar que surja la "vida cultural", democratizarla, no ser competidor de otras iniciativas públicas o privadas y corregir los defectos de forma subsidiaria, sin olvidar en ningún momento que los verdaderos protagonistas de la cultura son los ciudadanos como creadores, organizadores de eventos, conservadores y transmisores de su pasado, productores y comercializadores.  

    Toda ciudad debe contar con un área de cultura que aúne investigación y conocimiento, conservación, puesta en valor, dinamización y fomento de la creación, así como una política de turismo cultural basada en la puesta en valor de esos recursos. Los sectores posibles de actuación pública municipal en cultura son:  

    • preservación del patrimonio cultural; planificar la acción sobre el patrimonio local;
    • fomento de la creación; garantizar el desarrollo de las formas de creación menos comerciales;
    • posibilitar el acceso a las nuevas tecnologías o nuevas formas de creación, producción y consumo cultural;
    • promoción de las producciones culturales locales, industriales o artesanales, facilitando su comercialización.;
    • cultura y turismo; hacer accesible físicamente y comprensible la cultura a los visitantes;
    • cultura y comunicación; presencia activa de las producciones y actuaciones locales en los medios de comunicación;
    • cultura y educación; acercar la cultura a la escuela y colaborar estrechamente con la red educativa;
    • fomento de la fiesta y la cultural en vivo; facilitar la función social de la cultura;
    • apoyo al asociacionismo y voluntariado cultural.  

    En conclusión, el turismos cultural se deben explotar las diferencias culturales, no las similitudes. Por tanto, hay que reforzar esas diferencias, ponerlas en valor y difundirlas, de forma que haya interacción entre el turista y la cultura local. Los retos de las ciudades que quieran promocionar turísticamente su cultura son:  

    que el turismo sirva a las necesidades de la ciudad y de los ciudadanos y no al contrario;

    que las estrategias turísticas enriquezcan el patrimonio y la cultura de la ciudad en lugar de simplificarla, banalizarla o destruirla.

      Las localidades con un importante patrimonio cultural que quieran promocionarse turísticamente deben supeditar el turismo a una política cultural que asegure la autenticidad y sostenibilidad del sistema. El turista debe percibir que detrás de los lugares de su interés hay un modelo social de ciudad, una política local, en la cual el patrimonio y la cultura cumplen una misión fundamental como elementos simbólicos, identitarios de la comunidad y no un escenario adaptado al negocio turístico. El reto es transformar la calidad de vida de la población local en garantía de autenticidad y que revierta en la calidad de la experiencia turística del visitante.

    3.- TURISMO Y MASAS

    3.1.-EL TIEMPO LIBRE EN LAS SOCIEDADES INDUSTRIALIZADAS

    El acto turístico se apoya y sustenta en una porción de TIEMPO sustraído al trabajo y en un cierto nivel de NECESIDADES primarias, básicas, previamente satisfechas.

    Este TIEMPO y este nivel de NECESIDADES básicas son factores contingentes, en la medida en que dependen de la valoración personal que de ellos hace cada individuo, pero resultan necesarios a la hora de programar un viaje.

    El factor TIEMPO resulta en las sociedades actuales, un bien escaso, por lo cual el individuo debe cuidar que su distribución sea lo mas equitativa posible en las distintas áreas de su empleo.

    Es un bien, pero no acumulable como el capital, por lo tanto, su medida y su empleo colocan al sujeto frente a la mas pura inmediatez.

    El tiempo posee, en las sociedades altamente industrializadas, un valor en el mercado, por lo cual, al ser escaso, la organización en el uso del mismo, resulta una tarea compleja al hombre de hoy.

    Los autores marxistas hablan de una alienación del tiempo libre en las sociedades capitalistas, en tanto que los representantes de las corrientes burguesas, sostienen que el individuo posee plena y absoluta libertad en las decisiones y en el empleo que hace de su tiempo ocioso.

    Resulta claro que, un crecimiento en el nivel de desarrollo económico no conlleva a una MAYOR disposición de tiempo libre, como se empeñan en sostener algunos analistas del fenómeno que no ven el hecho de que son justamente las sociedades con más nivel de desarrollo, las que imponen a sus miembros mayores sacrificios en su tiempo libre.

    Diferente es, plantearnos la calidad en las actividades que se desarrollan durante el tiempo de ocio en las sociedades desarrolladas, y aquí el análisis se centra en dos aspectos: cantidad de tiempo libre disponible, por un lado, y la calidad en el uso del mismo, por otro.

    El tiempo libre es un excedente allí donde mayor es la pobreza, y es escaso, en las sociedades donde el nivel de desarrollo socioeconómico alcanzado es mayor.

    Si el acto turístico descansa sobre un bien escaso, resulta lógico que las planificaciones se basen en ofertas que ofrecen al viajero numerosos destinos en lapsos reducidos de tiempo, alterando de este modo lo que se considera la finalidad del acto turístico: el conocimiento pleno y genuino del lugar visitado, su idiosincracia, su cultura, sus costumbres.

    De este modo, el factor TEMPORAL resulta a menudo inhibidor en la medida en que el viajero debe adaptar su curiosidad y su mirada a la tiranía del calendario. Podemos decir, o plantearnos, si acaso, el turismo de masas, no impone al viajero un acto que es la repetición de esquemas preconcebidos, y en el cual su rol es la de asistir a él en calidad de espectador de una "escena" de la cual no es protagonista.

    La espectacularidad de las imágenes que percibe no dependen únicamente de su forma de mirarlas, sino más bien, de un escenario sobresaturado de estímulos que ha sido montado para que lo goce pasivamente, debiendo acomodarse asi,  a las modalidades de un turismo masivo, y un modo de gozar del paisaje, instaurado por la cultura de masas.

     

    FERNANDO IRIARTE CESPEDES

    MATERIA:SOCIOLOGIA

    COCHABAMBA- BOLIVIA