Descargar

Análisis del libro Marcada (La casa de la noche) de P.C. Y Kristin Cast (página 6)


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

Mastiqué el sándwich y reflexioné sobre ello. Quizá debería hacerlo. Neferet me parecía demasiado lista para caer en los jueguecitos de Aphrodite. Probablemente ya sabía que algo pasaba con las brujas. Quizá lo único que necesitaba era que alguien se decidiera y le dijese algo.

"Entonces, ¿nadie ha intentado nunca contarle a Neferet lo de Aphrodite?" , Le pregunté.

"No que yo sepa."

"¿Por qué no?"

Stevie Rae parecía incómoda. "Bueno, creo que parecería un poco hacer de chivato. De todos modos, ¿Qué íbamos a decirle a Neferet? Que creemos que Aphrodite podría estar ocultando sus visiones, pero la única prueba que tenemos es que ella es una perra odiosa". Stevie Rae negó con la cabeza. "No, la verdad es que no veo que eso vaya a funcionar con Neferet. Además, si por alguna milagrosa razón nos creyera, ¿qué iba a hacer ella? No es que vaya a echarla a patadas de la escuela para que se muera en la calle. Seguiría por aquí con su banda de brujas y todos esos tíos que harían cualquier cosa por ella con tan solo chascar sus pequeñas garras. Supongo que simplemente no vale l pena."

Stevie Rae tenía un punto, pero no me gusta. No me gustaba nada de nada.

Las cosas podrían ser diferentes si un iniciado más poderoso ocupara el lugar de Aphrodite como líder de la Hijas Oscuras.

Di un respingo de culpabilidad y lo disimilé dando un gran trago de la bebida. ¿En qué estaba pensando? No estaba hambrienta de poder. No quería ser una alta sacerdotisa ni verme envuelta en una incómoda lucha con Aphrodite y a media escuela (la mitad más atractiva en este caso). Tan solo quería encontrar mi propio lugar en esta vida, un lugar en el que sentirme en casa-un lugar en el que encajara y fuese como el resto de los chicos.

Entonces recordé la sacudidas eléctricas que había sentido durante la invocación de ambos círculos y cómo los elementos parecían chisporrotear a través de mi cuerpo, también cómo había tenido que obligarme a mí misma a permanecer en el círculo y no unirme a Aphrodite en la invocación.

"Stevie Rae, cuando se invoca en el círculo, ¿Se siente algo?" Le pregunté bruscamente.

"¿Qué quieres decir?"

"Bueno, como cuando se llama al fuego al círculo. ¿Se llega a sentir calor?"

"No. Quiero decir, realmente me gusta el rollo del círculo y, a veces, cuando Neferet está rezando siento un golpe de energía que lo recorre, pero nada más."

"¿Así que nunca has sentido una brisa cuando invoca al viento, u olido lluvia con el agua, o sentido hierva bajo tus pies con la tierra?"

"Que va. Sólo una Alta Sacerdotisa con una gran afinidad por los elementos podría-" se calló de pronto y sus ojos se hicieron enormes. "¿Estás diciendo que tu has sentido eso? ¿Alguna de esas cosas?"

Pude gesto avergonzado. "Tal vez".

"¡Tal vez!" chilló. "Zoey! ¿Tienes alguna idea de lo que esto podría significar?"

Negué con la cabeza.

"Precisamente la semana pasada en clase de sociología hemos estado estudiando a las vampiras altas sacerdotisas mas famosas de la historia. No ha habido una sacerdotisa con afinidad por los cuatro de los elementos en cientos de años."

"Cinco", dije abatida.

"¡Los cinco! ¡También has sentido algo con el espíritu!"

"Sí, creo que sí."

"¡Zoey! Esto es increíble. No creo que haya habido nunca una Alta Sacerdotisa que haya sentido los cinco elementos." Hizo un gesto con la cabeza hacia mi marca. "Es por eso. Significa que eres diferente, y realmente lo eres".

"Stevie Rae, ¿podemos mantener esto entre nosotras por un tiempo? Quiero decir, ¿ni siquiera decírselo a Damien o las gemelas? Solo-sólo quiero asimilar todo esto un poco. Siento como si todo esto ocurriera demasiado rápido".

"Pero Zoey, yo-"

"Y puede que me equivoque", la interrumpí enseguida. "¿Qué pasa si yo sólo estaba emocionada y nerviosa porque nunca había estado antes en un ritual? ¿Sabes la vergüenza que me daría decir la gente "oye, soy la única iniciada que ha tenido afinidad con todos los elementos" y que luego resultara ser por los nervios? "

Stevie Rae chasqueó la lengua. "No sé, pero sigo pensando que deberías decírselo a alguien".

"Sí, y entonces, Aphrodite y su sequito estarían allí para regodearse si resultase que me lo estaba imaginando todo."

Stevie Rae palideció. "Oh, tío. Tienes toda la razón. Eso sería realmente horrible. No diré nada hasta que no este totalmente preparada. Prometido."

Su reacción me recordó algo. "Oye, ¿qué es lo que te hizo Aphrodite?"

Stevie Rae bajó la mirada hacia su regazo, juntó las manos y encorvó los hombros como si de pronto sintiera un escalofrío. "Me invitó a un ritual. No llevaba aquí mucho tiempo, tan solo un mes o así, y estaba algo mocionada con la idea de que el grupo de moda me quisiera." Negó con la cabeza, todavía sin mirarme. "Fue una estupidez por mi parte, pero aún no conocía a casi nadie, y pensé que quizá serían mis amigos. Así que fui. Pero no querían que fuera uno de ellos. Querían que fuera una-una-donante de sangre para el ritual. Incluso me llamaron "nevera", como si no valiese para otra cosa que para suministrarles sangre. Me hicieron llorar y cuando dije que no, se rieron de mi y me echaron a patadas. Así es como conocí a Damien, y luego a Erin y Shaunee. Estaban dando una vuelta juntos y me vieron salir corriendo del salón de entretenimiento, así que me siguieron y me dijeron que no me preocupara por ello. Han sido mis amigos desde entonces." Al fin me miró. "Lo siento. Te hubiera dicho algo antes, excepto que sabía que no intentaría usarte de esa manera. Eres demasiado fuerte, y Aphrodite siente demasiada curiosidad por tu marca. Además eres lo suficiente bonita como para ser una de ellas. "

"Oye, y tú también!" Me sentí mal del estómago al en Stevie Rae en aquella silla como Elliott… y en beber la sangre de Stevie Rae.

"No, yo sólo soy un poco mona. No soy ellos."

"¡Yo tampoco soy come ellos!" Grité, haciendo que Nala se despertase y refunfuñase otra vez.

"Ya sé que no. Eso no es lo que quise decir. Lo que quiero decir es que sabía que te querrían en su grupo, y que por eso no intentarían utilizarte de esa manera."

No, lo que consiguieron fue engañarme e hicieron todo lo posible por volverme loca. Pero, ¿por qué? ¡Espera! Ya sabía que es lo que pretendían. Erik dijo que la primera vez que bebió la sangre la había odiado, y había salido corriendo a vomitar. Tan solo llevaba aquí dos días. Querían hacerme algo que me desagradara tanto que me mantuviese alejada de ellos y de su ritual para siempre.

No querían que me uniera a las Hijas Oscuras, pero tampoco querían decirle a Neferet que no me querían. En lugar de ello, querían que yo rechazase unirme a ellas. Por la retorcida razón que fuese, la abusona de Aphrodite quería mantenerme fuera de las Hijas Oscuras. Los abusones siempre me han tocado las narices, lo cual quería decir, por desgracia, que sabía lo que debía hacer.

¡Ah, mierda!. Que iba a unirme a las Hijas Oscuras.

"Zoey, estás enojada conmigo, ¿verdad?" dijo Stevie Rae en voz muy baja.

Parpadeé, intentando aclarar mis ideas. "¡Por supuesto que no! Tenías razón, Aphrodite no intentó que hiciera algo como donar sangre". Me eché el último bocado de sándwich en la boca, masticando deprisa. "Oye, estoy molida. ¿Crees que podrías ayudarme a encontrar una caja de arena para Nala para que pueda dormir un poco?"

La mirada de Stevie Rae se iluminó al instante, y saltó de la cama con su habitual animación. "Echa un vistazo a esto." Casi legó al lateral de la habitación de un salto y levantó una enorme bolsa verde que llevaba escrito en gruesas letras blancas:

TIENDA AGRÍCOLA SUREÑA DE FELICIA, 2616 S. HARVARD, TULSA.

Sacó de ella una caja, platos para comida y agua, una caja de comida para gatos de Friskies (con protección extra para bolas de pelo) y un saco de arena.

"¿Cómo supiste?"

"No lo sabía. Estaba frente a nuestra puerta cuando llegue de la cena." Buscó en el fondo de la bolsa y sacó un sobre y un adorable collar rosa que tenía diminutas púas plateadas alrededor.

"Toma, esto es para ti".

Me entregó el sobre, en el cual ahora podía ver mi nombre impreso, mientras le ponía el collar a Nala. Dentro, escrita en una letra preciosa y fluida sobre papel de color hueso, había una línea.

Skylar me dijo que iba a venir. Estaba firmado con una única letra: N.

Capítulo 20

Iba a tener que hablar con Neferet. Pensé en ello mientras Stevie Rae y yo tomábamos el desayuno a toda prisa a la mañana siguiente. No quería contarle nada sobre mi supuesta extraña reacción hacia los elementos, quiero decir, no le había mentido a Stevie Rae. Podría habérmelo imaginado. ¿Y si se lo contaba a Neferet y ella me hacía pasar alguna extraña prueba de afinidad (en esta escuela, vete a saber) y descubría que no tengo otra cosa que no sea una imaginación demasiado activa? De ninguna manera quería pasar por algo así. Me limitaría a mantener la boca cerrada hasta que descubriera algo más al respecto. Asimismo, no quería decirle nada sobre que pensaba que había visto el fantasma de Elizabeth. ¿Es que quería que Neferet creyera que era una zumbada? Neferet era guay, pero era una adulta, y casi podía oír la charla de "era sólo tu imaginación, por que has pasado por muchos cambios" que me echaría si le decía que había visto un fantasma. Pero sí necesitaba hablar con ella de l tema de la sed de sangre. (Agh-si me había gustado tanto, ¿por qué el solo pensarlo me hacía sentir mareada?)

"¿Crees que te seguirá a clase?" dijo Stevie Rae, apuntando a Nala.

Miré a mis pies, donde la gata yacía acurrucada, ronroneando con satisfacción. "¿Puede?"

"¿Quieres decir, si se le permite?"

Asentí.

"Claro, los gatos pueden ir a cualquier lugar que deseen."

"Huh," dije, agachándome para rascarle la cabeza. "Entonces, supongo que podría seguirme todo el día a cualquier parte".

"Bueno, me alegro de que sea tuya y no mía. Por lo que he visto cuando apagué la alarma, es una auténtica acaparadora de almohada".

Reí. "Tienes razón en eso. No se como una pequeñaja como ella puede echarme de mi propia almohada." Le rasqué la cabeza una vez más. "Vamos. Llegaremos tarde".

Me levanté con el tazón en la mano y casi me choqué con Aphrodite. Estaba como de costumbre, flanqueada por Terrible y Belicosa. Avispa no estaba a la vista (quizá se había dado una ducha por la mañana y se había derretido cuando tocó el agua-jeje). La desagradable sonrisa de Aphrodite me recordó a una piraña que había visto en el acuario de Jenks cuando mi clase de biología fue de visita el año pasado en una excursión.

"Hola, Zoey. Dios, te fuiste tan deprisa anoche que no tuve la oportunidad de despedirme. Siento que no lo pasaras bien. Es una lástima, pero las Hijas Oscuro no es para cualquiera" Miró a Stevie Rae y retorció el labio.

"En realidad, lo pasé muy bien anoche, y ¡me encanta el vestido que me diste!" dije deshaciéndome en agradecimientos. "Gracias por haberme invitado a unirme a las Hijas Oscuras. Sin duda, acepto".

La sonrisa salvaje de Aphrodite se aplanó. "¿En serio?"

Sonreí como una completa idiota ignorante. "¡En serio! ¿Cuando es la próxima reunión o ritual o lo que sea-o debo preguntárselo a Neferet? Voy a verla esta mañana. Sé que se alegrará de oír la grata bienvenida que me diste anoche y que ahora soy una Hija Oscura".

Aphrodite dudó durante un instante. Luego sonrió de nuevo e imitó a la perfección mi tono despreocupado. "Sí, apuesto a que Neferet estará encantada de escuchar que te has unido a nosotras, pero yo soy la líder de las Hijas Oscuras y conozco nuestro calendario de memoria, por lo que no hay necesidad de molestarla con preguntas tontas. Mañana es nuestra celebración del Samhain. Ponte tu vestido", hizo hincapié en la palabra, y mi sonrisa se amplió. Había querido picarla y lo había conseguido. "Y reúnete conmigo en el salón justo después de la cena, a las cuatro en punto."

"Genial. Allí estaré".

"Bueno, qué agradable sorpresa", dijo con habilidad. Después, seguida por Terrible y Belicosa (que parecían ligeramente aturdidas), abandonaron la cocina.

"Brujas del Infierno", murmuré en voz baja. Miré a Stevie Rae, que me estaba mirando con expresión afligida en la cara.

"¿Te vas a unir a ellas?" susurró.

"No es lo que piensas. Ven, te lo contaré de camino a clase." Puse nuestros platos en el lavaplatos y conduje a la demasiado silenciosa Stevie Rae fuera de los dormitorios. Nala caminaba detrás de nosotras, bufando a cualquier gato que se atreviera a caminar demasiado cerca de mí por la acera. "Estoy reconociendo le terreno, justo como tu dijiste anoche" Expliqué.

"No. No me gusta", dijo, negando con la cabeza con tanta fuerza que hizo que su pelo corto botara alocado.

"¿Has oído el viejo dicho de" mantén cerca a tus amigos y más aún a tus enemigos'? "

"Sí, pero-"

"Eso es todo lo que estoy haciendo. Aphrodite se está librando de demasiada mierda. Es mala y egoísta. No puede ser lo que quiere Nyx espera de una Alta Sacerdotisa.".

Stevie Rae abrió mucho los ojos. "¿Vas a detenerla?"

"Bueno, voy a intentarlo". Y mientras hablaba, sentí un cosquilleo en la luna creciente color zafiro de mi frente.

* * *

"Gracias por las cosas que conseguiste para Nala", le dije.

Neferet levantó la vista del ensayo que estaba calificando y sonrió. "Nala- es un bonito nombre para ella, pero debes agradecérselo a Skylar, no a mí. Fue el quien me dijo que iba a venir". Entonces miró a la bola de pelo naranja que se enroscaba impaciente entre mis piernas. "Parece muy unida a ti." Levantó sus ojos de nuevo para encontrarse con los míos. "Dime, Zoey, ¿alguna vez escuchas su voz dentro de tu cabeza, o sabea exactamente donde está, aun cuando ella no está en la misma habitación que tú?"

Parpadeé. ¡Neferet pensaba que podría tener una afinidad con los gatos! "No, yo-yo no la escucho en mi cabeza. Pero no se me queja a menudo. Y no sabría decir si sé donde está cuando no está conmigo. Siempre está conmigo. "

"Es encantadora". Neferet hizo una seña a Nala y dijo: "Ven aquí, pequeña."

Al instante, Nala caminó hacia ella y saltó sobre la mesa de Neferet, esparciendo los papeles por todas partes.

"¡Oh, Dios, lo siento, Neferet." Intenté coger a Nala, pero Neferet me hizo un gesto para que no lo hiciera. Rascó la cabeza de Nala, y el gato cerró los ojos y ronroneó.

"Los gatos son siempre bienvenidos, y los documentos son fáciles de reorganizar. Ahora, ¿qué es lo que realmente querías hablar conmigo, Zoeybird?"

Su uso del apodo de mi abuela me provocó una punzada en el corazón, y de repente la eché de menos con una intensidad que me hizo luchar por contener las lágrimas.

"¿Hechas de menos tu viejo hogar?" me preguntó.

"No, en realidad no. Bueno, a excepción de la abuela, pero he estado tan ocupada que supongo que no me había dado cuenta hasta ahora," dije sintiéndome culpable.

"No echas de menos a tu madre y a tu padre."

No es como si hubiera hecho una pregunta, pero sentí que tenía que responder. "No. Bueno, en realidad no tengo padre. Él nos dejó cuando era pequeña. Mi madre volvió a casarse hace tres años y, bueno…"

"Puedes contármelo. Te doy mi palabra de que lo voy a entender", dijo Neferet.

"¡Lo odio!" Dije con más rabia de la que esperaba sentir. "Desde que se unió a nuestra familia-"dije con sarcasmo la última palabra "nada ha estado bien. Mi madre cambió por completo. Es como si ella no pudiera ser su esposa y mi madre al mismo tiempo. Ha dejado de ser mi hogar hace mucho tiempo".

"Mi madre murió cuando yo tenía diez años. Mi padre no volvió a casarse. En vez de eso, empezó a usarme a mi como su mujer. Desde que tenía diez años hasta que Nyx me salvó marcándome cuando tenía quince, él abusó de mí." Neferet hizo una pausa y dejó que yo asimilara el impacto de lo que estaba diciendo antes de continuar. "Como puedes ver, cuando digo que entiendo lo que es que tu hogar se convierta en un lugar insoportable, no lo digo por decir".

"Eso es horrible." No sabía qué más decir.

"Lo era entonces. Ahora es simplemente otro recuerdo. Zoey, los seres humanos de tu pasado, e incluso de tu presente y futuro, se volverán menos y menos importantes para ti, hasta que, finalmente, sientas muy poco hacia ellos. Lo entenderás a medida que vayas cambiando. "

Había una fría rotundidad en su voz que me hizo sentir rara y me escuché decir: "No quiero que deje de preocuparme mi abuela".

"Por supuesto que no." Volvía a ser cálida y atenta de nuevo. "Solo son las nueve, ¿por qué no la llamas? Puedes llegar tarde a la clase de Teatro; le diré a la profesora Nolan que tienes permiso. "

"Gracias, me encantaría. Pero no es eso de lo que venía a hablarte". Respiré profundamente. "Bebí sangre ayer por la noche."

Neferet asintió. "Sí, las Hijas Oscuras a menudo mezclan sangre de iniciados con su vino ritual. Es algo que les gusta hacer a los jóvenes. ¿Te disgustó mucho, Zoey?"

"Bueno, no supe nada hasta después. Entonces, sí, me disgustó."

Neferet frunció el ceño. "No es muy ético por parte de Aphrodite el no decírtelo con antelación. Deberías haber tenido la opción de elegir antes de participar. Hablaré con ella."

"¡No!" Dije con demasiada rapidez y, a continuación, me esforcé para sonar más tranquila. "No, realmente no hay ninguna necesidad. Yo me ocuparé. He decidido unirme a las Hijas Oscuras, por lo que no quiero empezar buscándole problemas a Aphrodite."

"Probablemente tengas razón. Aphrodite puede ser bastante temperamental, y confío en que puedes cuidarte por ti misma, Zoey. Nos gusta animar a los iniciados a resolver los problemas que tienen entre ellos siempre que sea posible." Me estudió, con evidente preocupación en su rostro. "Es normal que las primeras veces la sangre no sea muy apetitosa. Sabrías eso si llevaras mas tiempo con nosotras."

"No es eso. Es que-sabía realmente bien. Erik me dijo que la mía era una reacción inusual."

Las cejas de Neferet se elevaron de repente. "Lo es, en efecto. ¿Te sentiste también mareada o eufórica?"

"Ambas", le dije suavemente.

Neferet me miró la marca. "Eres única, Zoey Redbird. Bueno, creo que sería mejor sacarte de esta clase de Sociología, y pasarte a la de Sociología 415.

"La verdad es que preferiría que no lo hicieras", dije rápidamente. "Ya me siento suficientemente como un bicho raro con todo el mundo mirándome la marca y mirando a ver si hago algo extraño. Si me cambias a una clase con chicos que llevan aquí tres años, pensarán que soy verdaderamente rara. "

Neferet dudó, rascando la cabeza de Nala mientras reflexionaba.

"Entiendo lo que quieres decir, Zoey. Hace casi cien años que no soy una adolescente, pero los vampiros tiene recuerdos precisos y duraderos y aún recuerdo lo que es pasar por el cambio." Suspiró. "Muy bien, ¿por qué no hacemos un trato? Dejaré que te quedes en esa clase de sociología, pero quiero darte el libro de texto que se estudia en el nivel avanzado y que te comprometas a leer un capítulo cada semana y que me prometas que me comentarás cualquier duda que tengas. "

"Trato hecho", le dije.

"Sabes, Zoey, como el cambio, te conviertes en un ser diferente por completo. Un vampiro no es un humano, pero lo es en sus valores. Puede parecerte algo censurable ahora, pero tu deseo de sangre es tan normal en tu nueva vida como lo ha sido tu deseo de" -hizo una pausa y sonrió-" las bebidas de cola en la antigua. "

"¡Jesús! ¿Lo sabes todo?"

"Nyx me ha concedido dones con generosidad. Además de mi afinidad con nuestros hermosos felinos y mis habilidades curativas, soy también muy intuitiva".

"¿Puedes leer mi mente?" Le pregunté nerviosamente.

"No exactamente. Pero puedo recoger pedazos de cosas. Por ejemplo, sé que hay algo más que necesitas contarme sobre anoche."

Respiré hondo. "Estaba disgustada cuando me enteré de lo de la sangre, por lo que salí corriendo del salón. Así es como encontré a Nala. Estaba en un árbol muy cercano al muro de la escuela. Pensé que estaba atrapada allí, de modo que trepé a lo alto del muro para cogerla y, así, mientras hablaba con ella dos chicos de mi antigua escuela me encontraron".

"¿Qué pasó?" La mano de Neferet se había detenido, ya no acariciaba a Nala, y tenía toda su atención.

"No fue bien. Ellos-ellos estaban pasados, colocados y borrachos". ¡Vale, no había querido decir eso!

"¿Trataron de hacerte daño?"

"No, nada de eso. Eran mi ex mejor amiga y mi casi ex-novio."

Neferet me miró levantando las cejas de nuevo.

"Bueno, había dejado de salir con él, pero él y yo todavía sentíamos algo el uno por el otro."

Asintió, como si entendiera. "Continua".

"Kayla, y yo medio nos peleamos. Ella me ve diferente ahora y supongo que yo también a ella. A ninguna de las dos le gusta la nueva versión." Al decir aquello me di cuenta de que era verdad. No era que K hubiese cambiado-de hecho, era exactamente la misma. Es sólo que las pequeñas cosas que solía pasar por alto, como su balbuceo sin sentido y parte malvada, eran ahora demasiado irritantes para soportarlas. "De todos modos, se fue y me quedé a solas con Heath." Me detuve, no muy segura de cómo seguir con el resto.

Neferet entrecerró los ojos. "Sentiste sed de sangre hacia él."

"Sí", susurré.

"¿Bebiste de su sangre, Zoey?" Su voz era severa.

"Tan solo probé una gota. Le había arañado. No pretendía hacerlo, pero cuando escuché su pulso latiendo-me hizo arañarle."

"¿Entonces no bebiste en realidad de la herida?"

"Empecé a hacerlo pero Kayla, regresó y nos interrumpió. Se puso totalmente histérica y así es como conseguí que Heath se marchara".

"¿Él no quería?"

Negué con la cabeza. "No. No quería." Sentí de nuevo como si fuese a llorar. "¡Neferet, Cuanto lo siento! No quería. Ni siquiera sabía lo que estaba haciendo hasta que Kayla gritó."

"Por supuesto que no te diste cuenta de lo que estaba sucediendo. ¿Cómo se supone que iba a saber algo sobre la sed de sangre una iniciada recién marcada?" Tocó mi brazo de forma tranquilizadora y maternal. "Probablemente no conectaste con él."

"¿Conectar?"

"Es lo que suele ocurrir a menudo cuando los vampiros beben directamente de los seres humanos, especialmente si hay un vínculo que se ha establecido entre ellos antes de la toma de sangre. Esta es la razón por la que se prohíbe a los iniciados beber sangre de los seres humanos. En realidad, también se les desaconseja a los vampiros adultos que lo hagan. Hay toda una secta de vampiros que lo consideran moralmente incorrecto y desearían hacerlo ilegal ", dijo.

Observé como sus ojos se oscurecían mientras hablaba. La expresión que había en ellos de repente me puso muy nerviosa e hizo que me estremeciera. Entonces Neferet parpadeó y sus ojos volvieron a ser normales. ¿O simplemente había imaginado aquella extraña oscuridad en ellos?

"Pero esa es una discusión que es mejor que dejemos para mi clase de sociología de sexto."

"¿Qué debo hacer con respecto a Heath?"

"Nada. Dímelo si intenta verte de nuevo. Si él te llama, no contestes. Si empieza a conectar, incluso el sonido de tu voz le afectará como reclamo para atraerle hacia a ti".

"Suena como algo sacado de Drácula", murmuré.

"¡No tiene nada que ver con ese maldito libro!" me cortó. "Stoker envileció a los vampiros, lo que ha causado a los nuestro innumérales problemas con los humanos."

"Lo siento, no pretendía-"

Hizo un gesto con la mano quitándole importancia. "No, no debería haber dejado salir mi frustración con el libro de ese viejo estúpido delante de ti. Y no se preocupe por tu amigo Heath. Estoy segura de que va a estar bien. ¿Dices que estaba borracho y fumado? Supongo que te refieres a marihuana"

Asentí. "Pero yo no fumo," agregué. "En realidad, el no solía y tampoco Kayla. No entiendo que es lo que les ocurre. Creo que están saliendo con esos futbolistas drogatas de la Unión, y ninguno de ellos tiene suficiente sensatez para decir que no".

"Bueno, su reacción hacia ti puede haber tenido mas que ver con su nivel de intoxicación que con una posible conexión". Hizo una pausa, tirando de un bloc de notas del cajón de su escritorio, y ofreciéndome un lápiz. "Pero sólo si acaso, por qué no escribes los nombres completos de tu amigos y dónde viven. Ah, y añade los nombres de jugadores de fútbol de la Unión, también, si los sabes".

"¿Para que necesitas sus nombres?" Sentí como se me caía el alma a los pies. "No vas a llamar a sus padres, ¿verdad?"

Neferet rió. "Por supuesto que no. El mal comportamiento de los adolescentes no es algo que me preocupe. Sólo lo quiero para poder centrar mis pensamientos en el grupo y quizá recoger algún indicio entre ellos de un posible conexión."

"¿Y qué ocurre si es así? ¿Qué pasará con Heath?"

"Él es joven y la conexión será débil, así que el tiempo y la distancia deberían hacer que acabara desapareciendo. Si esta conectado por completo, hay formas de romperlo". Estaba a punto de decir que tal vez deberíamos seguir adelante y hacer lo que tuviera que hacer para romper la conexión, cuando ella prosiguió cuando ella continuó. "Ninguna de ellas es placentera".

"Oh, vale."

Escribí los nombres y direcciones de Kayla y Heath. No tenía ni idea de donde vivían los chicos de la Unión, pero recordaba sus nombres. Neferet se levantó y se fue al fondo del despacho para coger un grueso libro de texto cuyo título en letras plateadas decía Sociología 415.

"Empieza con el capítulo uno y ve recorriendo todo el libro. Hasta que lo hayas finalizado, serán tus deberes en vez del trabajo que mando al resto de tu clase de sociología".

Cogí el libro. Era pesado y la cubierta se sentía fría contra mi mano caliente y nerviosa.

"Si tienes alguna pregunta, la que sea, ven a verme enseguida. Si no estoy aquí puedes venir a mi apartamento en el Templo de Nyx. Entra por la puerta principal y sigue las escaleras de la derecha. Soy la única sacerdotisa en la escuela ahora mismo, por lo que toda la segunda planta me pertenece. Y que no te preocupe molestarme. Eres mi iniciada-es tu trabajo molestarme", dijo ella con una cálida sonrisa.

"Gracias, Neferet."

"Trata de no preocuparte. Nyx te ha tocado y la diosa se preocupa por los suyos." Me abrazó. "Ahora, voy a decirle a la profesora Nolan que es lo que te ha entretenido. Adelante, utilice el teléfono de mi escritorio para llamar a tu abuela." Me abrazó de nuevo y, a continuación, cerró la puerta suavemente al irse.

Me senté en su escritorio y pensé en lo genial que era, y el tiempo que hacía que mi mamá no me abrazaba así. Y por alguna razón, empecé a llorar.

Capítulo 21

"Hola abuela, soy yo".

"¡Oh! Mi Zoeybird! ¿Estás bien, cariño?"

Sonreí y froté los ojos. "Estoy bien, abuela. Te echaba de menos."

"Pajarito, yo también te echo de menos." Hizo una pausa y luego dijo: "¿Te ha llamado tu madre?"

"No."

La abuela suspiró. "Bueno, cariño, tal vez ella no quiere molestarte mientras te estás adaptando a tu nueva vida. Le conté que Neferet me había dicho que tus días y noches se invertirían".

"Gracias, abuela, pero no creo que esa sea la razón por la que no me ha llamó."

"Tal vez lo ha intentado y no has visto su llamada. Yo te llamé al móvil ayer, pero me saltaba el buzón de voz."

Sentí una punzada de culpabilidad. Ni siquiera había comprobado los mensajes del móvil. "Olvidé enchufarlo. Lo tengo en la habitación. Siento haberme perdido tu llamada, abuela." Entonces, para hacer que se sintiera mejor (y para que dejase de hablar de ello), dije, "Lo comprobaré cuando regrese a mi habitación. Tal vez mamá me haya llamado. "

"Tal vez lo hizo, cariño. Entonces, dime, ¿cómo te va por ahí?"

"Está bien. Es decir, hay un montón de cosas que me gustan de esto. Las clases son muy chulas. Oye, abuela, incluso tengo clases de esgrima y de equitación."

"¡Eso es maravilloso! Recuerdo cuánto te gustaba montar a Conejito".

"¡Y tengo un gato!"

"Oh, Zoeybird, estoy muy contenta. Siempre te han encantado los gatos. ¿Has hecho amistad con los otros chicos?"

"Sí, mi compañera de habitación, Stevie Rae, es genial. Y también me gustan sus amigos."

"Por lo tanto, si todo va tan bien, ¿por qué las lágrimas?"

Debería haber sabido que no podía ocultarle nada a mi abuela. "Es sólo que… algunas de las cosas del cambio son muy difíciles de tratar."

"Estás bien, ¿no?" La preocupación era intensa en su voz. "¿Tu cabeza está bien?"

"Sí, no tiene nada que ver con eso. Es-" me detuve. Quería contárselo, tenía tantas ganas que iba a explotar, pero no sabía como. Y tenía miedo-miedo de que ya no me volviera a querer. Quiero decir, mamá había dejado de quererme, ¿no? O, al menos, mamá me había cambiado por su nuevo marido, lo cual de alguna manera era peor que dejar de quererme. ¿Qué iba a hacer si la abuela también me abandonaba?

"Zoeybird, sabes que puedes contarme cualquier cosa", dijo suavemente.

"Es difícil, abuela." Me mordí el labio para no llorar.

"Entonces deja que te lo ponga más fácil. No hay nada que puedas decirme que haga que deje de quererte. Soy tu abuela hoy, mañana, y el año que viene. Seré tu abuela, incluso después de unirme a nuestros antepasados en el mundo de los espíritus, y desde allí aún te seguiré queriendo, Pajarito".

"Bebí sangre y me gustó!" solté.

Sin ninguna duda, la abuela dijo: "Bueno, cariño, ¿no es eso lo que hacen los vampiros?"

"Sí, pero no soy un vampiro. Tan solo soy una iniciada desde hace unos días."

"Eres especial, Zoey. Siempre lo has sido. ¿Por qué debería cambiar eso ahora?"

"No me siento especial. Me siento como un monstruo".

"Entonces recuerda esto. Aún sigues siendo tú. No importa que hayas sido marcada. No importa que estés pasando por el cambio. En el interior, tu espíritu sigue siendo tu espíritu. En el exterior puede que parezcas una extraña familiar, pero no necesitas más que mirar en el interior para descubrir el yo que has conocido durante estos dieciséis años."

"La extraña familiar…", susurré. "¿Cómo sabes eso?"

"Eres mi chica, cariño. Eres hija de mi espíritu. No es difícil entender lo que debes sentir-es muy parecido a lo que imagino que yo sentiría".

"Gracias, abuela."

"De nada, U-we-tsi ge-hu-tsa".

Sonreí, enamorada de la manera en que sonaba la palabra Cherokee para hija-tan mágica y especial, como si fuera un titulo concedido por una diosa. Por una diosa…

"Abuela, hay algo más."

"Dime, pajarito".

"Creo que puedo sentir los cinco elementos cuando se invoca un círculo".

"Si eso es verdad, te ha sido otorgado un gran poder, Zoey. Y sabes que con gran poder conlleva una enorme responsabilidad. Nuestra familia tiene una rica historia de los ancianos de la tribu, chamanes y mujeres sabias. Ten la precaución, pajarito, de pensar antes de actuar. La diosa no te ha concedido poderes especiales por un simple capricho. Úsalos con cuidado, y haz que Nyx, así como tus antepasados, te miren y sonrían. "

"Lo haré lo mejor que pueda, abuela."

"Eso es lo único que te pediría, Zoeybird".

"Hay aquí una chica que también tiene poderes especiales, pero ella es horrible. Es una abusona y una mentirosa. Abuela, creo que… creo que…" Respiré hondo y dije lo que había estado cociéndose en mi mente toda la mañana. "Creo que soy más fuerte que ella y creo que tal vez Nyx me ha Marcado para que pueda sacarla de la posición en la que está. Pero, -pero eso significa que tengo que tomar su lugar, y no se si estoy preparada para eso, ahora no. Tal vez nunca".

"Sigue lo que tu espíritu te dice, Zoeybird". Vaciló, y luego dijo: "Cariño, ¿te acuerdas del ritual de purificación de nuestro pueblo?"

Pensé en ello. No podría contar las veces que había ido con ella a la pequeña corriente de detrás de la casa de la abuela y la había visto darse un baño ritual en la corriente de agua, pronunciando el rezo de purificación. A veces me metía en la corriente con ella y repetía la oración. La oración se había entrelazado a lo largo de mi infancia, repetida en los cambios de estación, en agradecimiento por la cosecha de lavanda, o como preparación para la llegada del invierno, así como cada vez que la abuela se enfrenta a decisiones difíciles. A veces no sabía por qué se purificaba y rezaba la oración. Simplemente había ocurrido desde siempre.

"Sí", le dije. "Lo recuerdo".

"¿Hay agua corriente dentro de los terrenos de la escuela?"

"No lo sé, abuela."

"Bueno, si no la hay, busca algo para usarlo como manojo de hierbas naturales. Salvia y lavanda mezcladas es lo mejor, pero puedes usar incluso pino fresco si no tienes otra opción. ¿Sabes qué hacer, Zoeybird?"

"Ahumarme, comenzar por los pies y subiendo por todo mi cuerpo, por delante y por detrás," recité, como si fuera una niña pequeña y la abuela me estuviese enseñando las costumbres de nuestro pueblo. "Y después mirar al este y hacer el rezo de purificación".

"Bien, lo recuerdas. Pida la ayuda de la diosa, Zoey. Creo que te escuchará. ¿Podrás hacerlo antes del amanecer de mañana?"

"Creo que sí."

"Yo también realizaré el ritual y añadiré mi plegaria para pedir a la diosa que te guíe".

Y de repente me sentí mejor. La abuela nunca se equivoca con este tipo de cosas. Si ella creía que iría bien, entonces iría bien de verdad.

"Rezaré la oración antes de que amanezca. Te lo prometo."

"Bien, pajarito. Ahora, será mejor que esta anciana te deje marchar. En este momento estás en medio de tu jornada escolar, ¿no?"

"Sí, ahora iré a clase de Teatro. Y, abuela, tu nunca serás vieja."

"No mientras pueda oír tu joven voz, pajarito. Te quiero, U-tsi-a-ge-hu-tsa".

"Yo también te quiero, abuela."

Hablar con la abuela había levantado un terrible peso de mi corazón. Todavía estaba asustada e histérica por el futuro, y no es que me volviera loca la idea de derrocar a Aphrodite. Por no hablar de que realmente no tenía ni idea de cómo hacerlo. Pero tenía un plan. Bueno, tal vez no era un "plan", pero al menos era algo que hacer. Llevaría a cabo la oración purificadora, y luego… bueno… luego pensaría en lo que hacer después de eso.

Sí, eso funcionará. O al menos eso es lo que me decía a mi misma sin para durante las clases por la mañana. En el almuerzo decidí el lugar que usaría para mi ritual-bajo el árbol junto al muro en el que había encontrado a Nala. Pensé en ello mientras me abría camino por la barra de ensaladas detrás de las gemelas. Los árboles, especialmente robles, eran sagrados para el pueblo Cherokee, por lo que parecía ser una buena opción. Además, estaba apartado y era de fácil acceso. Claro, Heath y Kayla me habían encontrado por allí, pero planeaba sentarme en lo alto del muro de nuevo, y no podía imaginar a Heath apareciendo al amanecer dos días seguidos, estuviera conectado o no. Quiero decir, hablamos del chico que dormía hasta las dos de la tarde en verano, todos los días. Hacían falta dos despertadores y el grito de su madre para que se levantara para ir a la escuela. El chico no iba a estar levantado antes del amanecer de nuevo. Probablemente tardaría meses, en recuperarse de lo de la noche anterior. No de hecho, es probable que se escabullera para encontrarse con K (salir a hurtadillas siempre había sido fácil para ella, sus padres no se enteraban de nada), y que estuvieran levantados toda la noche. Lo que significaba que iba a faltar a la escuela, diría que estaba enfermo y dormiría los próximos dos días. De todos modos, no me preocupaba que pudiese aparecer.

"¿No crees que el maíz tierno da miedo? Hay algo en esas diminutas formas que no me gusta".

Salté y casi se me cayó el cucharón de aliño ranchero en el recipiente de líquido blanco. Levanté la vista hasta encontrarme con los ojos azules de Erik.

"Oh, hola", le dije. "Me asustaste".

"Z, creo que me estoy acostumbrando a aparecer de repente ante ti."

Solté una risilla nerviosa, muy consciente de que las gemelas estaban vigilando cada movimiento que hacíamos.

"Pareces recuperada de lo de ayer."

"Sí, no pasa nada. Estoy bien. Y esta vez no estoy mintiendo."

"Y he oído que te has unido a las Hijas Oscuras".

Shaunee y Erin inspiraron a la vez. Tuve cuidado de no mirar hacia ellas.

"Sí".

"Eso es genial. Ese grupo necesita algo de sangre nueva".

"Dices " ese grupo " como si no pertenecieras a el. ¿No eres un Hijo Oscuro?"

"Sí, pero no es lo mismo que ser una Hija Oscura. Estamos solo de adorno. Algo contrario de cómo es en el mundo humano. Todos los chicos saben que estamos ahí para decorar y mantener a Aphrodite entretenida. "

Le miré, y leí algo más en sus ojos. "Y es que lo que estás haciendo, ¿entretener a Aphrodite?"

"Como dije anoche, ya no, lo cuál es una razón por la que en realidad no me considero un miembro del grupo. Estoy seguro de que me echarían a patadas si o fuera por esa cosilla que hago de interpretación".

"¿Te refieres con "cosilla" a eso que ha despertado el interés de Broadway y Los Ángeles por ti?"

"A eso me refiero." Me sonrió. "No es real, sabes. Actuar es fingir. No es lo que realmente soy". Se inclinó para susurrarme al oído. "De verdad, soy un empollón".

"¡Oh, por favor. ¿Esa actitud te funciona?"

Exageró el gesto de estar ofendido. "¿Actitud? No, Z. No es ninguna actitud, y puedo probarlo."

"Claro que puedes."

"Si que puedo. Ven conmigo al cine esta noche. Veremos mis DVD"s favoritos."

"¿Y qué demuestra eso?"

"Es La guerra de las galaxias, las originales. Me sé todos los diálogos de todos los personajes". Se inclinó aún más cerca y susurró de nuevo. "Puedo hacerlo incluso las partes de Chewbacca".

Me reí. "Tienes razón. Eres un empollón".

"Te lo dije."

Habíamos llegado al final de la barra de ensaladas y anduvo conmigo a la mesa en la que Damien, Stevie Rae, y las gemelas ya estaban sentados. Y, no, no estaban haciendo ningún intento de ocultar el hecho de que todos ellos nos miraban boquiabiertos.

"Por lo tanto, vas a venir… conmigo… esta noche?"

Pude escuchar a los cuatro contener el aliento. Literalmente.

"Me gustaría, pero esta noche no puedo. Yo-eh-Ya tengo planes."

"Oh. Bien. Bueno… la próxima vez. Nos vemos." Saludo con la cabeza a los de la mesa y se alejó.

Me senté. Todos me estaban mirando. "¿Qué?" Dije.

"Has perdido por completo la cabeza", dijo Shaunee. "Justo lo que yo opino, gemela," dijo Erin.

"Espero que tengas una muy buena razón para rechazarle", dijo Stevie Rae. "Es evidente que has herido sus sentimientos."

"¿Creéis que me dejara consolarle?" preguntó Damien, todavía siguiendo a Erik con una mirada soñadora.

"Olvídalo," dijo Erin.

"No juega en tu liga", dijo Shaunee.

"Shush!" dijo Stevie Rae. Se volvió a mirarme directamente a los ojos. "¿Por qué le dijiste que no? ¿Qué podría ser más importante que una cita con él?"

"Deshacerse de Aphrodite", le dije.

Capítulo 22

"Parece una buena razón", dijo Damien.

"Se ha unido a las Hijas Oscuras", dijo Shaunee.

"¡Qué!" chilló Damien, elevando la voz casi veinte octavas.

"Déjala en paz", dijo Stevie Rae, saliendo en mi defensa al instante. "Esta reconociendo el terreno".

"¡Reconociendo el terreno! ¡Joder! Si se ha unido a las Hijas Oscuras está entablando combate directo con el enemigo", dijo Damien.

"Pues se ha unida a ellas", dijo Shaunee.

"Lo hemos oído," dijo Erin.

"¡Hola! Todavía estoy aquí", le dije.

"Entonces, ¿qué vas a hacer?" me preguntó Damien.

"En realidad no lo sé", le dije.

"Mas te vale tener un plan y que sea rápido o las brujas se te van a merendar", dijo Erin.

"Sí," dijo Shaunee, mordiendo brutalmente su ensalada para enfatizar.

"¡Ey! No tiene por que hacer todo esto sola. Nos tiene a nosotros." Stevie Rae cruzó los brazos sobre su pecho y fulminó con la mirada a las gemelas.

Sonreí a Stevie Rae en agradecimiento. "Bueno, tengo una especie de idea".

"Bien. Cuéntanos y lo estudiaremos", dijo Stevie Rae. Todos me miraron con expectación. Suspiré. "Bueno. Eh…,"

Empecé a dudar, temerosa de sonar como una estúpida, y después decidí que lo mejor era contarles lo que me había estado rondando la cabeza desde que hablé con la abuela, así que acabé a toda prisa. "Había pensado en llevar a cabo un antiguo ritual de purificación basado en la costumbre Cherokee y pedir la ayuda de Nyx para idear un plan."

El silencio en la mesa pareció durar eternamente. Entonces Damien dijo finalmente: "Pedir la ayuda de Nyx no es una mala idea".

"¿Eres Cherokee?" preguntó Shaunee.

"Te ves Cherokee", dijo Erin.

"¡Hola! Su apellido es Pájaro Rojo. Ella es Cherokee", dijo Stevie Rae con firmeza.

"Bien, eso es bueno", dijo Shaunee, aunque parecía tener dudas.

"Creo que Nyx podrían escucharme y-tal vez-darme algún tipo de pista sobre lo que debo hacer con la horrible Aphrodite". Miré a cada uno de mis amigos. "Algo dentro de mí me dice que es malo para dejar que se salga con la suya en todo lo que hace".

"¡Déjame contárselo!" dijo de repente Stevie Rae. "No se lo dirán a nadie. En serio. Y ayudarían que lo supieran."

"¿Lo que?" dijo Erin.

"Bien, ahora que no tienes otra opción", dijo Shaunee, apuntando a Stevie Rae con su tenedor. "Ella sabía que si decía eso te acosaríamos de tal manera que al final tendrías que contarnos eso de lo que esta hablando."

Miré a Stevie Rae frunciendo el ceño, y ella se encogió de hombros y dijo con cara de estar avergonzada: "Lo siento".

De mala gana, bajé la voz y me incliné hacia adelante. "Prometed que no se lo diréis a nadie ".

"Prometido", dijeron.

"Creo que puedo sentir los cinco elementos cuando se convoca un círculo". Silencio. Se me quedaron mirando. Tres de ellos conmocionados, Stevie Rae presumiendo.

"Entonces, ¿todavía creéis que no puede derrocar a Aphrodite?" dijo Stevie Rae.

"Sabía que pasaba algo mas con tu marca aparte de lo de caerte y golpearte la cabeza!" dijo Shaunee.

"Wow," dijo Erin. "Hablando de un cotilleo bueno".

"¡Nadie puede saberlo!" repliqué enseguida.

"Por favor", dijo Shaunee. "Estamos diciendo que algún día esto va a ser un gran chisme".

"Sabemos como esperar para los grandes chismes", dijo Erin.

Damien ignoró a ambas. "No creo que haya antecedentes de una Alta Sacerdotisa que haya tenido afinidad con los cinco elementos." La voz de Damien fue ganando emoción mientras hablaba. "¿Sabes lo que eso significa?" No me dio una oportunidad para responder. "Esto significa que podrías llegar a ser la alta sacerdotisa más puissante que los vampiros hayan conocido nunca."

"¿Huh?" Dije. ¿Puissante?

"Fuerte-poderosa", dijo con impaciencia. "¡Incluso podrías ser capaz de echar a Aphrodite!"

"Bueno, esas sí que son noticias buenas de verdad", dijo Erin, al tiempo que Shaunee asentía con entusiasmo.

"Así que ¿cuando y donde vamos a hacer la cosa esa de la purificación?" preguntó Stevie Rae.

"¿Vamos?" dije.

"No estás sola en esto, Zoey", dijo.

Abrí la boca para protestar, -quiero decir, ni siquiera yo estaba segura de lo que iba a hacer. No quería involucrar a mis amigos en algo que podría resultar- de hecho es probable que lo fuera- un auténtico desastre. Pero Damien no me dio tiempo para decirles que no.

"Nos necesitas", se limitó a decir. "Incluso la más Puissante Alta Sacerdotisa necesita su círculo."

"Bueno, en realidad no había pensado en formar un círculo. Tan solo iba a llevar a cabo una especie de oración purificadora".

"¿No puedes formar el círculo y luego rezar la oración y pedir la ayuda de Nyx?" preguntó Stevie Rae.

"Parece lógico", dijo Shaunee.

"Además, si realmente tienes afinidad con los cinco elementos, apuesto a que seremos capaces de sentido cuando formes tu propio círculo. ¿No es así Damien?" Dijo Stevie Rae. Todos miramos al erudito gay de nuestro grupo.

"Me parece bastante lógico", dijo.

Todavía pensaba discutir, aunque en mi interior me sentí aliviada, feliz y agradecida de que mis amigos estuvieran ahí conmigo, de que no me dejaran afrontar toda aquella incertidumbre sola.

Tenlos en cuenta. Son perlas de gran valor.

La familiar voz flotó en mi cabeza y me di cuenta de que no debía cuestionar aquel nuevo instinto dentro de mí que parecía haber nacido cuando Nyx me besó la frente y cambió para siempre mi marca y mi vida.

"Vale, voy a necesitar un manojo de hierbas rituales". Me miraron sin comprender y continué para explicárselo. "Es para la parte de la purificación en el ritual, por que no tengo una corriente de agua a mano. ¿O si?"

"¿Quieres decir, como un arroyo o un río o algo así?" preguntó Stevie Rae.

"Sí".

"Bueno, hay un pequeño arroyo que corre por el patio fuera del comedor y desaparece en algún lugar bajo la escuela", dijo Damien.

"Eso no vale, es demasiado público. Tendremos que usar el manojo de hierbas rituales. Lo que mejor funciona es la lavanda y salvia secas mezcladas entre sí, pero si es necesario puedo usar también pino".

"Puedo conseguir la salvia y lavanda", dijo Damien. "Tienen este tipo de cosas en la tienda de suministros de la escuela para la clase de hechizos y rituales de quinto y sexto. Diré que estoy ayudando a un alumno de último curso recogiendo alguno de eso componentes. ¿Qué más necesitas?"

"Bueno, en el ritual de purificación de la abuela siempre agradece a las siete direcciones que el pueblo Cherokee honra: norte, sur, este, oeste, sol, tierra, y el yo. Sin embargo, creo que voy a hacer la oración mas específica hacia Nyx". Me mordí el labio, pensativa.

"Eso me parece buena idea", dijo Shaunee.

"Sí," añadió Erin. "Quiero decir, Nyx no está aliada con el sol. Ella es la noche".

"Creo que deberías seguir tu instinto," dijo Stevie Rae.

"Una de las primeras cosas que aprende a hacer un Alta Sacerdotisa es confiar en si misma", dijo Damien.

"Bien, entonces también necesitamos una vela para cada uno de los cinco elementos", decidí.

"Pan comido", dijo Shaunee.

"Sí, el templo nunca está cerrado y hay tropecientas velas para el círculo allí."

"¿Está bien que cogerlas?" Desde luego robar en el Templo de Nyx no parecía una buena idea.

"Está bien siempre y cuando las devolvamos", dijo Damien. "¿Qué más?"

"Eso es todo." Creo. Joder, no estaba segura. No es que supiera exactamente lo que estaba haciendo.

"¿Cuándo y dónde?" preguntó Damien.

"Después de la cena. Digamos a las cinco. Y no podemos ir juntos. Lo último que necesitamos es que Aphrodite o cualquiera de las demás Hijas Oscuras piensen que tenemos algún tipo de reunión y sientan curiosidad por nosotros. Así que nos encontraremos en el roble junto al muro este". Les sonreí torciendo la boca. "Es fácil de encontrar si finges que acabas de salir corriendo de uno de los rituales de las Hijas Oscuras en el salón de entretenimiento y quieres alejarte lo mas posible de ellas".

"Para eso no hace falta fingir demasiado", dijo Shaunee.

Erin resopló.

"Bueno, traeremos el material", dijo Damien.

"Sí, nosotros traemos las cosas; y tu trae tu parte pisante", dijo Shaunee, dando a Damien una mirada de listilla.

"Esa no es la forma correcta de la palabra. Sabes, realmente debería leer un poco más. Quizás tu vocabulario mejoraría." Dijo Damien.

"Tu madre tiene que leer más". Dijo Shaunee y, luego ella y Erin se deshicieron en risitas ante el chiste malo sobre "su madre".

Por una vez estaba contenta de que cambiaran el tema de mí, a otra cosa y me puse a comer la ensalada y a pensar con relativa intimidad mientras ellos seguían discutiendo. Masticaba e intentaba recordar todas las palabras del ritual de purificación cuando Nala subió de un salto junto a mí en el banco. Me miró con sus ojos grandes y después se apoyo contra mí y empezó a ronronear como el motor de un avión. No sé por qué, pero me hizo sentir mejor. Y cuando la campana sonó y todos salimos corriendo a clase, cada uno de mis cuatro amigos me sonrió, me dio un secreto guiño, y dijeron: "Hasta luego, Z." También me hicieron sentir mejor, a pesar de su fácil adopción del apodo con el que Erik se dirigía a mí, lo que hizo que el corazón me diera un vuelco.

La clase de español paso volando: toda una clase para aprender como decir las cosas que nos gustan o no nos gustan. La Prof. Garmy me mataba de risa. Decía que cambiaría nuestras vidas. Me gusta gatos. (I like cats.) Me gusta it de compras. (I like shopping.) No me gusta cocinar. (I don't like to Cook) No me gusta lavantar el gato. (I don't like to wash the cat.) Esas eran las frases preferidas de la profesora Garmy, y pasábamos la hora buscando las nuestras.

Intenté no garabatear cosas como me gusta Erik… y no me gusta el hag-o Aphrodite. Bueno, seguro que el hag-o no es cómo se dice "bruja" en español, pero bueno. De todos modos, la clase fue muy divertida y realmente entendí lo que estábamos diciendo. La clase de equitación no paso tan rápido. Limpiar las caballerizas era bueno para pensar, -repase una y otra vez la oración de purificación, -pero la hora desde luego pareció una hora. Esta vez, Stevie Rae no tuvo que venir a por mí. Estaba demasiado ansiosa como para perder la noción del tiempo. En cuanto sonó la campana ya estaba dejando la almohaza, contenta de que Lenobia me hubiera dejado cepillar a Persephone de nuevo, y preocupada porque también me había dicho que a partir de la siguiente semana creía que ya podría empezar a montarla. Salí a toda prisa de los establos, deseando que la hora no fuera tardía allá en el mundo "real". Me hubiera encantado llamar a la abuela y contarle lo bien que me iba con los caballos.

"Sé lo que está pasando."

Juro que casi me ahogo. "Dios, Aphrodite! ¡Podrías hacer ruido o algo! ¿Qué eres, medio araña? Me has dado un susto de muerte".

"¿Qué pasa?" ronroneó ella. "¿Remordimiento de conciencia?"

"Uh, cuando te acercas a hurtadillas por detrás a la gente, les asustas. LA culpa no tiene que ver con ello."

"¿Entonces no eres culpable?"

"Aphrodite, no sé de que estás hablando."

"Sé lo que estás planeando para esta noche."

"Y, sin embargo, todavía no sé de que estás hablando." ¡Ah, mierda! ¿Cómo es posible que lo haya descubierto?

"Todo el mundo cree que eres tan condenadamente encantadora e inocente y están condenadamente impresionados por esa extraña marca tuya. Todos menos yo". Se giró para mirarme de frente y nos detuvimos en mitad de la acera. Sus ojos azules se estrecharon y se le torció el rostro hasta volverse como el de una bruja aterradora. Huh. Me pregunté (brevemente) si las gemelas eran conscientes de lo preciso que era el apodo con el que se referían a ella. "No importa la mierda que hayas oído, el sigue siendo mío. Siempre será mío."

Mis ojos se abrieron de par en par y sentí un baño de alivio tan intenso que me hizo reír ¡Hablaba de Erik, no del ritual de purificación! "Wow, hablas comos i fueras la madre de Erik. ¿Sabe él que le espías?"

"¿Parecía la madre de Erik cuando me viste comerle la polla en el pasillo?"

Así que lo sabía. Qué más daba. Supongo que era inevitable que tuviéramos esta conversación. "No, no me parecías la madre de Erik. Parecías lo que eres- una desesperada-mientras intentabas de forma patética tirarte encima de un tío que te decía de forma clara que ya no te quería."

"¡Maldita zorra! ¡Nadie me habla así!"

Levantó la mano y, en forma de garra, la lanzó para cortarme en la cara. Entonces el mundo pareció detenerse, dejándonos a ambas en un apequeña burbuja a cámara lenta. Cogí su muñeca, deteniéndola con facilidad-demasiada facilidad. Fue como si ella fuera una niña pequeña y enferma que me había atacado con rabia, pero que era demasiado débil para hacer daño alguno. La mantuve así durante un momento, mirando a sus odiosos ojos.

"No vuelvas a intentar pegarme jamás. No soy uno de esos chicos de los que puedes abusar. A ver si pillas esto, y que sea ahora. No te tengo miedo." Entonces lancé su muñeca lejos de mi y me quedé asombrada por completo al ver cómo se tambaleaba hacia atrás varios pasos.

Frotándose la muñeca, me fulminó con la mirada. "No te molestes en aparecer mañana. Considérate no invitada y fuera de las Hijas Oscuras".

"¿En serio?" Me sentía increíblemente tranquila. Sabía que llevaba el triunfo en la partida y jugué mi carta. "¿Así que quieres que explicarle a mi mentora, la Alta Sacerdotisa Neferet, la vampiresa que tuvo la idea de que me uniera a las Hijas Oscuras, en primer lugar, que me estás echando por que tienes celos de que le guste a tu exnovio?"

Su cara palideció.

"Oh, y puedes estar segura de que estaré total y absolutamente disgustada cuando Neferet me pregunte por ello." Con un mohín, sollocé un poco como si fingiera llorar.

"¿Sabes lo que significa ser parte de algo y no tener a nadie más en el grupo que te quiera allí?" gruñó entre dientes apretados.

Sentí un presión en el estomago y tuve que hacer un esfuerzo para ocultarle que había tocado nervio. Sí, sabía exactamente lo que era ser parte de algo-una supuesta familia-y sentir como si nadie me quisiera allí, pero Aphrodite no iba a saberlo. En su lugar, sonreí y dije con una voz muy dulce: "¿Por qué? ¿A que te refieres, Aphrodite? Erik es parte de Hijos Oscuros y precisamente hoy me ha dicho lo feliz que estaba de que me hubiera unido a las Hijas Oscuras. "

"Ven a la ritual. Imagina finge ser parte de las Hijas Oscuras. Pero más te vale recordar esto. Son mi s Hijas Oscuras. Tú eres una extraña; la que no es bienvenida. Y recuerda esto también. A Erik Night y a mí nos une un lazo que nunca comprenderás. No es mi ex nada. No te quedaste a ver el final de nuestro jueguecito en el pasillo. Él era entonces, y as ahora, justo lo que yo quiero que sea. Mío". Entonces se echó hacia atrás su largo y rubio pelo y se largó sin decir más.

Unos segundos más tarde, Stevie Rae asomó la cabeza desde detrás de un viejo roble que no estaba muy lejos de la acera y dijo: "¿Se ha marchado?"

"Afortunadamente". La miré negando con la cabeza. "¿Qué estás haciendo ahí?"

"¿Estás bromeando? Estoy escondida. Me da un miedo que te cagas. Vine a encontrarme contigo y os vi a las dos discutiendo. Tía, ¡Intentó pegarte!"

"Aphrodite tiene un serio problema de control de la ira". Stevie Rae rió.

"Uh, Stevie Rae, ya puedes salir de ahí detrás". Todavía riendo, Stevie Rae prácticamente saltó sobre mi y enganchó su brazo con el mío. "¡Le hiciste frente de verdad!"

"Realmente lo hice."

"Te odia a muerte".

"Realmente lo hace".

"¿Sabes lo que eso significa?" Dijo Stevie Rae.

"Sí. Que ahora ya no tengo elección. Voy a tener que acabar con ella."

"Sí".

Pero sabía que no había tenido elección incluso antes de que Aphrodite intentara arrancarme los ojos. No había tenido elección desde que Nyx colocara su marca sobre mí. Mientras Stevie Rae y yo caminábamos juntas en la noche generosamente iluminada por la luz de gas, las palabras de la diosa se repetían una y otra vez en mi cabeza: Eres mayor de lo que indican tu años Zoeybird. Cree en ti misma y encontrarás tu camino. Pero recuerda, la oscuridad no siempre equivale al mal, así como la luz no siempre trae el bien.

Capítulo 23

"Espero que el resto puedan encontrarlo", dije, mirando a mi alrededor, mientras que Stevie Rae y yo esperábamos junto el gran roble. "No parecía estar tan oscuro anoche."

"No lo estaba. Es noche está bastante nublado, así que la Luna tiene problemas para filtrar su resplandor. Pero no te preocupes, el cambio está aportando grandes cosas a nuestra visión nocturna. Joder, creo que puedo ver tan bien como Nala". Stevie Rae rascó la cabeza de la gata de forma afectuosa y Nala cerró los ojos y ronroneó. "Nos encontrarán".

Me apoyé contra el árbol, preocupada. La cena había estado bien-pollo asado rico de verdad, arroz con especias y guisantes enanos (una cosa que se podía decir de este lugar, era que sabían cocinar bien) -sí, todo había estado genial. Hasta Erik se había acercado a nuestra mesa y había dicho "hola". Bueno, en realidad no era un "hola, Z, todavía me gustas". Fue un "hola, Zoey". Punto. Sí. Eso fue todo. Había cogido su comida y caminaba con un par de tíos a los que las gemelas llamaron macizos. Admito que ni me fijé en ellos. Estaba demasiado ocupada fijándome en Erik. Vinieron a nuestra mesa. Levanté la mesa y sonreí. El me miro a los ojos durante un milisegundo, dijo "hola, Zoey" y siguió caminando. Y de repente el pollo ya no me supo ni mucho menos tan delicioso.

"Has herido su ego. Se agradable y volverá a pedirte que salgas con el," dijo Stevie Rae, trayéndonos a mis pensamientos y a mi, al presente, bajo el árbol.

"¿Cómo sabías que estaba pensando en Erik?", Le pregunté. Stevie Rae había dejado de acariciar a Nala, así que baje la mano y empecé a rascarle la cabeza, antes de que empezara a protestar.

"Porque eso en lo que yo estaría pensando."

"Bueno, debería estar pensando en el círculo que tengo que invocar, pero que nunca antes en toda mi vida he invocado, y en el ritual de purificación que tengo que realizar, y no en cualquier chico."

"Él no es cualquier chico. Es un bueeen chico", dijo Stevie Rae, arrastrando la palabra y haciéndome reír.

"Debéis estar hablando de Erik", dijo Damien, saliendo de la sombra del muro. "No te preocupes. Vi la forma en que te miraba hoy en la comida. Te pedirá salir de nuevo."

"Sí, fíate de el", dijo Shaunee.

"Él es el experto del grupo en todo lo referente a los penes," dijo Erin mientras se reunían bajo el árbol.

"Es cierto", dijo Damien.

Antes de que me provocaran dolor de cabeza, cambié de tema. "¿Has conseguido las cosas que necesitamos?"

"Tuve que mezclar la salvia seca y la lavanda yo mismo. Espero que sirva como las he atado." Damien sacó el manojo de hierbas secas de la manga de su chaqueta y me lo tendió. Era espeso y de casi treinta centímetros de largo, y casi al instante percibí el familiar olor dulce de la lavanda. Lo había atado todo bien apretado en un extremo con lo que parecía hilo extragrueso.

"Es perfecto." le sonreí.

Pareció aliviado y luego dijo con algo de timidez: "Usé el hilo de mi punto de cruz"

"Oye, ya te he dicho que no tienes por que avergonzarte de que te guste el punto de cruz. Creo que es una afición muy chula. Además, se te da muy bien", dijo Stevie Rae.

"Ojala mi padre pensara lo mismo" dijo Damien.

Odiaba escuchar esa tristeza en su voz. "Me gustaría que me enseñaras alguna vez. Siempre he querido aprender a hacer punto de cruz", mentí, y me alegró ver como la cara de Damien se iluminaba.

"Cuando quieras, Z", dijo.

"¿Y qué hay de las velas?" Les pedí a las gemelas.

"Oye, ya te lo dijimos. Pan…" Shaunee abrió su bolso y sacó votivos verdes, amarillos y azules en sus correspondientes copas de cristal coloreado.

"Comido". De su bolso Erin sacó votivos de color rojo y morado con el mismo tipo de recipientes.

"Bien. Vale, veamos. Pongámonos por aquí, un poco apartados del tronco, pero lo suficientemente cerca como para que sigamos bajo las ramas." Me siguieron a medida que me alejaba unos pasos del árbol. Miré las velas. ¿Qué debía hacer? Tal vez debería… Y mientras pensaba en ello, lo supe. Sin detenerme a preguntarme cómo o por qué o cuestionar el conocimiento intuitivo que de repente me había llegado, simplemente me limité a actuar. "Voy a daros una vela a cada uno. Entonces, al igual que los vampiros en el Ritual de la Luna Llena de Neferet, vais a representar a ese elemento. Yo seré el espíritu." Erin me pasó el votivo dorado. "Yo soy el centro del círculo. Cada uno os situareis en vuestro puestos alrededor de mí". Sin dudarlo cogí la vela roja de Erin y se la entregué a Shaunee. "Tú serás el fuego."

"Eso suena bien. Quiero decir, todo el mundo sabe lo caliente que soy".

Sonrió y fue contoneándose hasta el borde sur del círculo. La vela verde era la siguiente. Me giré hacia Stevie Rae. "Eres la tierra."

"¡Y el verde es mi color favorito!" Dijo moviéndose alegremente hasta detenerse frente a Shaunee.

"Erin, tu eres el agua."

"Muy bien. Solía gustarme estar tumbada al sol, lo cual implica darse un baño cuando necesitaba refrescarme." Erin se trasladó a la posición occidental. "Entonces yo debo ser el aire", dijo Damien, cogiendo la vela amarilla

"Lo eres. Tu elemento abre el círculo".

"Al igual que me gustaría poder abrir las mentes de la gente", dijo, situándose en la posición del Este.

Le dirigí una sonrisa cálida. "Si. Algo así".

"Está bien. ¿Qué sigue?" preguntó Stevie Rae.

"Bueno, vamos a usar el humo del manojo ritual para purificarnos." Coloqué la vela morada a mis pies para poder concentrarme en el manojo ritual. "Vaya, maldita sea. ¿Alguien se ha acordado de traer unas cerillas o un mechero o lo que sea? "

"Naturalmente", dijo Damien sacando un encendedor de su bolsillo. "Gracias, aire", le dije.

"No hay de que, Alta Sacerdotisa", dijo.

No dije nada, pero cuando él me llamó eso, un escalofrío de emoción recorrió mi cuerpo.

"Así es como se usa el manojo ritual", dije, contenta de que mi voz sonara mucho mas calmada de lo que en realidad me sentía. Me paré en frente de Damien, decidiendo que debía empezar donde el círculo daría comienzo. Me di cuenta de que estaba imitando de manera extraña a mi abuela y las lecciones de mi infancia, y empecé a explicar el proceso a mis amigos. "Ahumar es una forma de ritual de limpiar a una persona, un lugar o un objeto de energías negativas, espíritus o influencias. La ceremonia de ahumado consiste en quemar plantas sagradas especiales y resinas de hierbas, pasando un objeto a través del humo o abanicando el humo alrededor de una persona o lugar. El espíritu de la planta purifica lo que quiera que se esté ahumando". Le sonreí a Damien. "¿Listo?"

"Afirmativo", dijo al típico estilo Damien.

Encendí el manojo ritual y dejé que el fuego quemara las hierbas secas por un tiempo, y después soplé para apagarlas de forma que todo lo que quedara fuese una bonita ascua humeante. Luego, empezando por los pies de Damien, envié humo hacia arriba por su cuerpo mientras continuaba mi explicación de la ancestral ceremonia.

"Es muy importante recordar que estamos pidiendo a los espíritus de las plantas sagradas que estamos utilizando que nos ayuden, y debemos mostrar el debido respeto reconociendo sus poderes".

"¿Qué es lo que hacen la lavanda y la salvia?" preguntó Stevie Rae desde el otro lado del círculo.

Mientras recorría el cuerpo de Damien hacia arriba, le conteste. "La sabia blanca se usa mucho en ceremonias tradicionales. Expulsa las energías negativas, los espíritus y las influencias. En realidad, la salvia del desierto hace lo mismo, pero me gusta más la salvia blanca por que tiene un olor mas dulce." Había llegado a la cabeza de Damien y le sonreí. "Buena elección, Damien".

"A veces pienso que podría ser un poco adivino", dijo Damien. Erin y Shaunee rieron, pero las ignoramos.

"Bien, ahora date la vuelta en el sentido de las agujas del reloj y terminaré con tu espalda", le dije. Se dio la vuelta y seguí. "Mi abuela siempre utiliza la lavanda en todos sus manojos rituales. Estoy segura de que parte se debe a que ellas es propietaria de una plantación de lavanda".

"¡Qué guay!" Dijo Stevie Rae.

"Sí, es un lugar impresionante". Le sonreí por encima del hombro, pero continué ahumando a Damien. "La otra razón por la que usa lavanda es porque es capaz de restablecer el equilibrio y crear una atmósfera pacífica. También atrae a la energía afectuosa y a los espíritus positivos". Palmeé el hombro de Damien para que se diera la vuelta. "Ya estás listo". Luego me moví alrededor del círculo hacia Shaunee, que representaba el elemento fuego, y comencé a ahumarla.

"¿Espíritus positivos?" dijo Stevie Rae, sonando como una niña asustada. "No sabía que llamaríamos a otra cosa que no fueran los elementos del círculo".

"Por favor. Venga ya, Stevie Rae," dijo Shaunee, frunciendo el ceño por el humo. "No se puede ser un vampiro y tener miedo de los fantasmas".

"No. Ni siquiera suena lógico", dijo Erin.

Dirigí una mirada hacia Stevie Rae y nuestros ojos se encontraron brevemente. Ambas pensábamos en mi encuentro con lo que podría hacer sido el fantasma de Elizabeth, pero ninguna de las dos parecía dispuesta a hablar de ello.

"No soy un vampiro. Todavía no. Sólo soy una iniciada. Así que es normal para mí tener miedo de los fantasmas".

"Espera, ¿no habla Zoey de espíritus Cherokee? Probablemente no van a prestar mucha atención a una ceremonia realizada por un a panda de vampiros iniciados que superan el cheroquismo de nuestra alta sacerdotisa por cuatro a uno", dijo Damien.

Terminé con Shaunee y pasé a Erin. "No creo que importe tanto lo que somos por fuera", le dije, sintiendo al instante que lo que decía era cierto. "Creo que lo que importa es nuestra intención. Es algo como esto: Aphrodite y su grupo son algunos de los chicos y chicas más guapos y con más talento de la escuela, y las Hijas oscuras deberían ser un club fantástico. Pero en lugar de eso, les llamamos brujas y que son básicamente un grupo de abusonas y niñatas consentidas." Me pregunto como encajaba Erik en todo esto. ¿Pasaba en realidad del grupo como me dijo o estaba más implicado en él caso, como insinuaba Aphrodite?

"O chicos que han sido forzados a unirse y están ahí por estar", dijo Erin.

"Exactamente". Intenté despejarme la cabeza. Ahora no era el momento para fantasear con Erik. Terminé de ahumar a Erin y caminé hasta situarme enfrente de Stevie Rae. "Lo que quiero decir es que creo que los espíritus de mis ancestros nos pueden escuchar, como creo que los espíritus de la lavanda y la salvia funcionan para nosotros. Pero no creo que haya nada que temer, Stevie Rae. Nuestra intención no es llamarlos para que vengan aquí y así podamos utilizarlos para patearle el culo a Aphrodite." Pareé de ahumarla y añadí: "A pesar de que la chica necesita definitivamente una buena patada en culo. Y no creo que haya ningún fantasma al que temer rondando por aquí esta noche", dije con firmeza, y después le entregué a Stevie Rae el manojo ritual y le dije:" Bien, ahora házmelo tu a mi". Comenzó a imitar mis movimientos y me relajé con el familiar aroma dulce mientras me recorría.

"¿No vamos a pedirles que nos ayuden a patearle el culo?" preguntó Shaunee sonando decepcionada.

"No. Estamos purificándonos para solicitar el consejo de Nyx. No quiero darle una paliza a Aphrodite." Recordé lo bien que me había sentido al empujarla para apartarla de mi "Bueno, podría disfrutarlo, pero lo cierto es que eso no soluciona el problema de las Hijas Oscuras".

Stevie Rae ya había acabado conmigo. Volví a coger el manojo y lo froté con cuidado en el suelo. Luego regresé al círculo donde Nala estaba acurrucada con satisfacción, formando una bola anaranjada junto a la vela del círculo. "Es cierto que no nos gusta Aphrodite, pero creo que es importante no centrarse en pensamientos negativos como patearle el culo o echarla de las Hijas Oscuras. Eso es lo que haría ella en nuestro lugar. Lo que queremos es hacer lo correcto. Más justicia que venganza. Somos diferentes a ella, y si de alguna manera logramos arrebatarle el puesto en las Hijas oscuras, ese grupo será diferente también. "

"Ves, es por eso que tú serás la alta sacerdotisa y Erin yo seremos tan solo tus atractivas compañera. Debido a que somos superficiales y sólo queremos arrancarle esa cabeza de chorlito de los hombros", dijo Shaunee mientras Erin asentía.

"Sólo pensamientos positivos, por favor", dijo Damien bruscamente. "Estamos en medio de un ritual de purificación!

Antes de que Shaunee pudiera lanzarle una mirada de odio a Damien, Stevie Rae dijo alegremente: "¡Vale! Estoy pensando solo en cosas positivas, como lo fantástico que sería si Zoey fuera líder de las Hijas Oscuras."

"Buena idea, Stevie Rae," dijo Damien. "Estoy pensando lo mismo".

"¡Ey! Ese es mi pensamiento feliz, también," dijo Erin. "Únete a mi, gemela," llamó a Shaunee, que paró de mirar mal a Damien y le dijo: "Tú sabes que estoy siempre lista para pensamientos alegres. Y sería genial si Zoey estuviera a cargo de las Hijas Oscuras y de camino a ser una alta sacerdotisa de verdad. "

Alta Sacerdotisa de verdad… me pregunté por un momento si era algo bueno o malo que aquellas palabras me hicieran sentir como si fuese a vomitar. Otra vez. Con un suspiro, encendí la vela morada. "¿Listos?" Les pregunté a los cuatro.

"¡Listos!" dijeron juntos.

"Bueno, coged vuestras velas."

Sin vacilar (lo que significaba que no me daba tiempo a mí misma para echarme atrás), llevé la vela hasta Damien. No tenía la brillantez ni la experiencia de Neferet, ni tampoco era seductora ni tenía la confianza de Aphrodite. Tan solo era yo misma. Zoey-aquella extraña familiar que había pasado de ser un achica de instituto casi normal a una iniciada vampira verdaderamente inusual. Respiré profundamente. Como diría mi abuela, lo único que podía hacer era intentar hacerlo lo mejor posible.

"El aire está en todas partes, así que es lógico que sea el primer elemento en ser llamado al círculo. Te pido que me escuches aire, y te convoco a este círculo". Encendí la vela amarilla de Damien con la mía morada y al instante la llama comenzó a parpadear enloquecida. Observé como Damien abría los ojos de par en par asustado, cuando el viento azotó de repente en un pequeño torbellino alrededor de nuestros cuerpos, levantándonos el pelo y rozándonos suavemente la piel.

"Es cierto", susurró, mirándome. "Puedes hacer manifestarse a elementos."

"Bueno", le devolví el susurro, algo aturdida ", uno de ellos por lo menos. Intentemos el segundo".

Avancé hacia Shaunee. Levantó su vela con entusiasmo y me hizo sonreír cuando dijo, "Estoy listo para el fuego- ¡haz que salga!"

"El fuego me recuerda las frías noches de invierno y el calor y la seguridad d la chimenea que calienta la cabaña de mi abuela. Te pido que me escuches, fuego, y te convoco a este círculo." Encendí la vela roja y la llama ardió, mucho más brillante de lo que hubiera sido posible en un votivo ordinario. El aire que nos rodeaba se llenó de pronto de una rica esencia de madera y de la hogareña calidez de una chimenea rugiente.

"Wow!" exclamó Shaunee, mientras sus ojos bailaban con el reflejo de la resplandeciente llama de la vela. "¡Oye, esto es genial!"

"Van dos", oí decir Damien.

Erin estaba sonriendo cuando me coloqué frente a ella. "Estoy lista para el agua", dijo rápidamente.

"El agua es un alivio en de un cálido día de verano en Oklahoma. Es el asombroso océano que me encantaría ver algún día, y es la lluvia que hace crecer la lavanda. Te pido que me escuches, agua, y te convoco a este círculo".

Encendí la vela azul y sentí un frescor instantáneo sobre mi piel como el olor de una esencia limpia y salada que solo podía ser el océano que nunca había visto.

"Increíble. Realmente, realmente impresionante," dijo Erin, tomando una profunda bocanada de aire oceánico.

"Con ese van tres", dijo Damien.

"Ya no tengo miedo", dijo Stevie Rae cuando me situé frente a ella.

"Bien", le dije. Entonces me concentré en el cuarto elemento, la tierra. "La tierra nos apoya y rodea. No seríamos nada sin ella. Te pido que me escuches, tierra, y te convoco a este círculo." La vela verde se encendió con facilidad, y de repente a Stevie Rae y a mí nos abrumó el dulce aroma de la hierba recién cortada. Oí el susurro de las hojas del roble y miramos hacia arriba para ver cómo el gran roble literalmente inclinaba sus ramas sobre nosotras como si nos protegiera de todo daño.

"Absolutamente increíble", dejó escapar Stevie Rae.

"Cuatro", dijo Damien, su voz llena de emoción.

Caminé rápidamente hacia el centro del círculo y levanté mi vela púrpura.

"El último elemento es uno que llena todo y a todos. Nos hace especiales e insufle vida en todas las cosas. Te pido que me escuches, espíritu, y te convoco a este círculo".

De forma increíble, pareció de repente que me rodeaban los cuatro elementos, que estaba en medio de un remolino formado por el aire y el fuego, el agua y la tierra. Pero no daba miedo, en absoluto. Me llenaba de paz, y al mismo tiempo sentí una oleada candente de poder y tuve que apretar los labios con fuerza para evitar reír de pura felicidad.

"¡Mirad! ¡Mirad el círculo!" gritó Damien.

Parpadeé para aclararme la vista y al instante sentí los elementos apaciguarse, como si fueran gatitos juguetones que se sentaban a mi alrededor, esperando alegres a que los llamase a jugar. Sonreía ante la comparación cuando vi la luz resplandeciente que envolvía la circunferencia del círculo, uniéndose a Damien, Shaunee, Erin, y Stevie Rae. Era brillante y clara, y del luminoso plateado de la luna llena.

"Y con ese hacen cinco", dijo Damien.

"¡Joder!" solté, no muy al estilo- de una Alta Sacerdotisa, y los cuatro se rieron, llenando la noche con los sonidos de la felicidad. Y entendí, por primera vez, por qué Neferet y Aphrodite habían bailado durante los rituales. Quería bailar y reír y gritar de felicidad. En otra ocasión, me dije. Aquella noche teníamos cosas mas serías que hacer.

"Bueno, voy a decir la oración de purificación," les dije a mis cuatro amigos. "Y mientras lo hago, me pondré frente a cada uno de los elementos, uno cada vez."

"¿Qué quieres que hagamos?" preguntó Stevie Rae.

"Que os centréis en la oración. Concentraos. Creed que los elementos la llevaran hasta Nyx, y que la diosa contestará ayudándome a saber lo que debo hacer", dije con mas certeza de la que sentía.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente