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Análisis del libro Marcada (La casa de la noche) de P.C. Y Kristin Cast (página 8)


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

"¡Rápido! Colocaos en vuestros sitios", grite antes de que el seductor olor de la sangre afectara a mi concentración.

Rodeé a Aphrodite, que miraba a Heath y Erik con la mano sobre la boca como si intentara contener gritos. Cogí la vela morada y corrí hacia Damien.

"¡Viento! Te llamo a este círculo", grité, tocando con la vela morada a la amarilla. Quise llorar de alivio cuando el familiar torbellino se elevó de repente, arremolinándose alrededor de mi cuerpo y levantando mí pelo alocadamente.

Protegiendo la vela morada con la mano, corrí hacia Shaunee.

"¡Fuego! ¡Te llamo a este círculo!" El calor golpeó el remolino de aire cuando encendí la vela roja. No me detuve, sino que seguí moviéndome alrededor del círculo en el sentido de las agujas del reloj. "¡Agua! ¡Te llamo a este círculo!" Allí estaba el mar, salado y dulce al mismo tiempo. "Tierra! ¡Te llamo a este círculo!" Toqué la vela de Stevie Rae, tratando de no retroceder al ver las vendas que cubrían sus muñecas. Estaba anormalmente pálida, pero sonrió cuando el aire se llenó con la esencia del heno recién cortado.

Heath gritó de nuevo, y corrí de vuelta al centro del círculo y levanté la vela púrpura. "¡Espíritu! ¡Te llamo a este círculo!" La energía chisporroteó dentro mí. Miré alrededor el borde de mi círculo y, en efecto, pude comprobar cómo la franja de poder marcaba su circunferencia. Cerré los ojos por un instante. ¡Oh, gracias, Nyx!

Entonces puse la vela sobre la mesa y agarró el cáliz de vino ensangrentado. Me coloqué frente a Heath y Erik y la horda fantasmal.

"¡Aquí está vuestro sacrificio!" Grité vertiendo el líquido del cáliz en un arco a mí alrededor, de modo que formara un círculo de color sangre en el piso del templete. "No se os convocó aquí para matar. Se os llamó porque es Samhain y queríamos honraros." Derramé mas vino, tratando de ignorar el seductor aroma de la sangre fresca mezclada con vino.

Los fantasmas detuvieron su ataque. Me concentré en ellos, no queriendo distraerme con el terror en los ojos de Heath y el dolor en los de Erik.

"Preferimos esta sangre joven y fresca, Sacerdotisa". El eco de la voz fantasmagórica llegó hasta mí y provocó un escalofrío en mi piel. Juro que pude oler su aliento que apestaba a carne podrida.

Tragué saliva. "Lo comprendo, pero no os corresponde a vosotros tomar esas vidas. Esta noche es una noche de celebración, no de muerte".

"Y sin embargo, elegimos la muerte-nos es mas grata". Una risa fantasmal flotó en el aire como el humo contaminado de la hierba dulce, y los espíritus comenzaron a reunirse otra vez contra Heath.

Tire el cáliz al suelo y levanté las manos. "Entonces, ya no os lo pido, os lo exijo. Viento, fuego, agua, tierra, y espíritu! Ordeno el nombre de Nyx que cerréis este círculo, trayendo de vuelta a él a los muertos a los que se les ha permitido escapar.¡Ahora!! "

El calor recorrió mi cuerpo y salió disparado de mis manos extendidas. En una racha de viento ardiente y de aroma salado, una brillante niebla verde salio disparada escaleras abajo y azotó alrededor de Heath y Erik, haciendo que sus ropas y pelo se agitaran con violencia. El viento mágico atrapó a las figuras de humo, las arrancó de sus víctimas, y con un rugido ensordecedor, las succionó de vuelta dentro de los límites de mi círculo. De repente estaba rodeada por formas fantasmales, de las cuales podía sentir peligro y hambre de forma tan clara como había sentido la sangre de Heath con anterioridad. Aphrodite estaba acurrucada sobre la silla, muerta de miedo ante los espectros, uno de ellos se rozó contra ella, haciendo que dejara escapar un gritito, lo que pareció agitarles aun más y se apretujaron con violencia alrededor de mí.

"Zoey!" Stevie Rae gritó mi nombre, su voz temblorosa de miedo. Vi como daba un paso vacilante hacia mí.

"¡No!" dijo bruscamente Damien. "No rompas el círculo. No pueden herir a Zoey-no pueden lastimarnos a ninguno de nosotros, el círculo es demasiado fuerte. Pero sólo si no se rompe".

"No iremos a ninguna parte", dijo Shaunee.

"No. Me gusta estar aquí", dijo Erin, sonando un poquito falta de aliento.

Sentí su lealtad y confianza y aceptación como si fuera un sexto elemento. Me llenó de confianza. Estiré la espalda y miré a los arremolinados y enojados fantasmas.

"Pues-no nos vamos. Lo que significa que tenéis que marcharos chicos".

Señale la sangre y el vino derramados en el suelo. "Tomad vuestro sacrificio y largaos de aquí. Esta es toda la sangre que se os debe esta noche."

La horda humeante cesó en su irritación. Sabía que ya los tenía. Respiré profundamente y terminé.

"Con el poder de los elementos que os lo ordeno: ¡Marchaos!"

De repente, como si un gigante invisible los aplastara, se disolvieron en el suelo empapado de vino del templete, absorbiendo de alguna manera el líquido teñido de sangre con ellos.

Solté un largo e irregular suspiro de alivio. Automáticamente, me volví hacia Damien.

"Gracias, viento. Puedes marcharte." Comenzó a soplar su vela, pero no fue necesario, por que un pequeño soplo de aire, sorprendentemente juguetón, lo hizo por él. Damien me sonrió. Y entonces sus ojos se pusieron enormes y redondos.

"Zoey! ¡Tu marca!"

"¿Qué?" Levanté la mano hasta mi frente. Notaba un cosquilleo, al igual que en los hombros y en el cuello (lo cual encajaba, pues siempre había notado dolor de hombros y cuello cuando estaba estresada), y además todo mi cuerpo estaba todavía estremeciéndose con los efectos del poder de los elementos, así que ni me había dado cuenta.

Su mirada de asombro cambio a felicidad. "Termina de cerrar el círculo. Después puedes usar uno de los muchos espejos de Erin para ver lo que ha sucedido".

Me volví a Shaunee decir adiós al fuego.

"Vaya… increíble," dijo Shaunee, mirándome.

"Oye, ¿cómo sabes que tengo más de un espejo en mi bolso?" Erin se quejaba a Damien desde el otro lado del círculo cuando me volví hacia ella y despedí el agua. Sus ojos también se abrieron de par en par cuando pudo echarme un vistazo. "¡La hostia puta!" dijo.

"Erin, no deberías maldecir en un círculo sagrado. Ya sabéis que no es-" decía Stevie Rae en su dulce acento de Oklahoma cuando me giré para despedir la tierr, y sus palabras recortaron de repente cuando soltó un grito ahogado, "¡Oh, Dios mío!"

Suspiré. Joder ¿y ahora qué? Volví a la mesa y levanté la vela del espíritu.

"Gracias, espíritu. Puedes marcharte", le dije.

"¿Por qué?" Aphrodite se puso de pie tan abruptamente que tiró la silla. Como todo el mundo, ella me estaba mirando con una ridícula expresión de asombro. "¿Por qué? ¿Por qué no yo?"

"Aphrodite, ¿de qué estás hablando ahora?"

"Habla de esto." Erin me tendió una polvera que sacó de su bolso de cuero que siempre llevaba colgado del hombro.

La abrí y me miré. Al principio no entendía lo que estaba viendo, -era demasiado ajeno, demasiado sorprendente. Entonces, desde mi lado, Stevie Rae susurró: "Es precioso…"

Y me di cuenta de que tenía razón. Era precioso. Se había añadido algo a mi marca. Un delicado tatuaje azul zafiro en espiral enmarcaba mis ojos. No era tan intrincado y grande como el de un vampiro adulto, pero nunca presente antes en un iniciado. Dejo que mis dedos trazaran el diseño ondulado, pensando que se veía como algo que debía decorar la cara de una exótica princesa… o tal vez la de la Alta Sacerdotisa de una diosa. Me miré con intensidad el yo que no era yo…aquella extraña que se estaba volviendo cada vez más y más familiar.

"Y eso no es todo Zoey. Mira tu hombro," dijo Damien suavemente.

Bajé la mirada hacia mi amplio escote palabra de honor de mi vestido personalizado y sentí cómo un escalofrió recorría mi cuerpo. Mi hombro también estaba tatuado. Extendiéndose desde mi cuello, bajando por el hombro y hacia la espalda, había tatuajes azul zafiro en un patrón espiral muy parecido al que tenía en la cara, salvo que las marcas azules de mi cuerpo aun parecían más antiguas, más misteriosas, porque estaban entrelazadas con sinobles con forma de letras.

Abrí la boca, pero las palabras no me salían.

"Z, el necesita ayuda." Erik interrumpió mi trance y miré por encima de mi hombro. Entró tambaleándose en el templete, llevando a rastras a un inconsciente Heath.

"Da igual. Déjalo aquí", dijo Aphrodite. "Alguien lo encontrará en la mañana. Tenemos que salir de aquí antes de que despierten los guardias."

Me acerqué a ella. "¿Y preguntas por qué yo y no tú? Quizá por que Nyx esta harta de tu actitud egoísta, malcriada, consentida, odiosa…" Hice una pausa, tan cabreada que no podía pensar en mas adjetivos.

"Sucia!" añadieron a la vez Erin y Shaunee.

"Sí, sucia y abusona". Di otro paso más hacia ella y le hable a la cara. "Todo esto del cambio es bastante difícil, sin alguien como tú. A menos que queramos ser tus" miré a Damien y le sonreí "adláteres, nos haces sentir como si no perteneciésemos aquí-como si no fuéramos nada. Eso se acabó, Aphrodite. Lo que hiciste esta noche ha estado total y absolutamente mal. Casi has provocado que Heath muera. Y puede que incluso Erik y quién sabe quién más, y todo ha sido por tu egoísmo. "

"No fue mi culpa que tu novio te haya seguido hasta aquí," gritó.

"No, lo de Heath no ha sido culpa tuya, pero esa es la única cosa que no fue tu culpa esta noche. Ha sido tu culpa que las que llamas amigas no se quedaran a tu lado par mantener el círculo. Y también ha sido culpa tuya que los espíritus negativos entraran en el círculo." Parecía confundida, lo que me enfadó aun más. "Salvia, maldita bruja! Se supone que hay que usar salvia para limpiar la energía negativa antes de utilizar la hierba dulce. Así que no es sorprendente que atrajeras espíritus tan horribles".

"Sí, porque tu eres horrible," dijo Stevie Rae.

"No tienes una mierda que opinar en esto, nevera," Dijo Aphrodite con desdén.

"¡No!" Puse mi dedo en su cara. "Esa mierda de la nevera se termina."

"Oh, así que ahora vas a fingir que no ansías el sabor de la sangre más que cualquiera de nosotros?"

Miré a mis amigos. Nuestras miradas se encontraron sin decir palabra. Damien sonrió dándome ánimos. Stevie Rae asintió. Las gemelas me guiñaron un ojo. Y me di cuenta de que había sido una tonta. No iban a huir de mí. Eran mis amigos, debería haber confiado más en ellos, incluso aunque todavía no hubiese aprendido en confiar en mi misma.

"Todos ansiaremos la sangre en algún momento", dije simplemente. "O vamos a morir. Pero eso no nos hace unos monstruos, y es hora de que las Hijas Oscuras dejen de comportarse como tales. Estás acabada, Aphrodite. Ya no eres la líder de las Hijas Oscuras."

"Y supongo que ahora crees que tú eres la líder ¿verdad?"

Asentí. "Lo soy. No vine a la Casa de la Noche pidiendo estos poderes. Todo lo que quería era un lugar donde encajar. Bueno, supongo que esta es la forma de Nyx de contestar a mi oración." Les sonreí a amigos y ellos me devolvieron la sonrisa. "Esta claro que la diosa tiene sentido del humor."

"Zorra estúpida, no puedes limitarte a tomar el mando de las Hijas Oscuras. Sólo una Alta Sacerdotisa puede cambiar su liderazgo".

"Entonces parece apropiado que yo este aquí, ¿no?" dijo Neferet.

Capítulo 29

Neferet salió de entre las sombras y en el templete, yendo a toda prisa hacia Heath y Erik. En primer lugar, tocó el rostro de Erik e inspeccionó las marcas ensangrentadas en los brazos, con los que había luchado inútilmente para apartar los fantasmas de Heath. Cuando paso las manos sobre las heridas pude ver cómo la sangre se secaba. Erik dejó escapar un suspiro de alivio, como si el dolor hubiese desaparecido.

"Se curarán. Ven a la enfermería cuando volvamos a la escuela y te daré algún bálsamo que calmará el picor de tus heridas". Le dio unos golpecitos en la mejilla y él se puso rojo como un tomate. "Has mostrado el valor de un guerrero vampiro al quedarte a proteger al chico. Estoy orgullosa de ti, Erik Night, y también lo está la diosa."

Sentí una oleada de placer ante su aprobación; yo también estaba orgullosa de él. Entonces oí un murmullo de acuerdo a mí alrededor y me di cuenta de que las Hijas y los Hijos Oscuros habían regresado y se aglomeraban en las escaleras del templete. ¿Cuánto tiempo habían estado observando? Neferet dirigió si atención hacia Heath y me olvidé de todos los demás. Ella levantó las piernas de sus vaqueros desgarrados y examinó las marcas ensangrentadas que tenía allí y sobre los brazos. Después, cubrió su rostro pálido y rígido con las manos y cerró los ojos. Observé cómo su cuerpo y se tensaba aún más y convulsionaba, y a continuación él suspiró y, al igual que Erik, se relajó. Después de un momento, parecía estar durmiendo pacíficamente en vez de luchar en silencio contra la muerte. Aún de rodillas a su lado, Neferet dijo: "Se recuperará, y no recordará nada de esta noche, salvo que se emborrachó y luego se perdió tratando de encontrar a su casi ex-novia." Me miró mientras decía la última parte, con una mirada amable y llena de compresión.

"Gracias", le susurré.

Neferet asintió ligeramente, antes de dirigirse a Aphrodite.

"Soy tan responsable de lo que ha ocurrido aquí esta noche como tú. Hace años que se de tu egoísmo, pero elegí pasarlo por alto, ya que esperaba que la edad y el toque de la diosa te hicieran madurar. Me equivoqué." La voz de Neferet adquirió el tono claro y poderoso de una orden. "Aphrodite, te relevo de forma oficial de tu puesto al frente de las Hijas e Hijos Oscuros. Has dejado de estar en preparación para ser Alta Sacerdotisa. Desde ahora, ya no eres diferente de cualquier otro iniciado" Con un rápido movimiento, Neferet estiró la mano, agarró el collar de plata y granate de rango que pendía entre los pechos de Aphrodite y lo arrancó de su cuello.

Aphrodite no emitió sonido alguno, pero su cara estaba blanca como la cal y miraba a Neferet sin pestañear.

La Alta Sacerdotisa, dio la espalda a Aphrodite y se acercó a mí. "Zoey Redbird, sabía que eras especial desde el día en que Nyx me permitió saber que serías Marcada". Me sonrió y puso un dedo bajo mi barbilla, levantando mi cabeza para poder ver mejor el nuevo añadido a mi marca. Luego, me apartó el pelo hacia un lado para que los tatuajes que habían aparecido sobre mi cuello, hombros y espalda pudieran verse también. Oí como las Hijas e Hijos Oscuros, soltaban un grito ahogado cuando pudieron ver también mis inusuales marcas. "Extraordinario, realmente extraordinario", musitó, dejando caer la mano de nuevo a su costado mientras continuaba. "Esta noche has puesto de manifiesto la sabiduría de la Diosa, que ha elegido dotarte con poderes especiales. Te has ganado la posición de líder de las Hijas e Hijos Oscuros y de aprendiz de Alta Sacerdotisa, gracias a tus dones concedidos por la diosa, así como por tu compasión y sabiduría." Me entregó el collar de Aphrodite. Sentí su peso y calor en mis manos. "Lleva esto con mayor sabiduría de lo que lo hizo tu predecesora." A continuación hizo un gesto realmente asombroso. Neferet, Alta Sacerdotisa de Nyx, me saludó con el puño cerrado sobre el corazón e inclinó la cabeza de modo formal, de acuerdo con la señal de respeto de los vampiros. Todo el mundo que nos rodeaba, salvo Aphrodite la imitó. Las lágrimas me empañaron los ojos cuando mis cuatro amigos me sonrieron y se inclinaron junto con los demás Hijas e Hijos Oscuros.

Pero incluso en mitad de aquella perfecta felicidad sentí la sombra de la confusión ¿Cómo podría haber dudado por un solo momento de que podía contarle a Neferet cualquier cosa?

"Regresa a la escuela. Yo me ocuparé de lo que sea necesario aquí", me dijo Neferet. Me abrazó con rapidez y me susurró al oído, "Estoy muy orgullosa de ti, Zoeybird". Luego me di un pequeño empujón hacia mis amigos. "¡Dad la bienvenida a la nueva líder de las Hijas e Hijos Oscuros!", dijo.

Damien, Stevie Rae, Shaunee, Erin encabezaron los vítores. Y entonces todos me rodearon y pareció como si me arrastrara del templete una exuberante ola de risas y felicitaciones. Asentí y sonreí a mis nuevos "amigos", pero no era idiota. Me recordé a mí misma en silencio, que sólo unos momentos antes habían estado de acuerdo con todo lo que había dicho Aphrodite.

Sin duda llevaría un tiempo cambiar las cosas.

Llegamos al puente y recordé a los que ahora estaban a mi cargo que debíamos ir en silencio mientras recorríamos el barrio de vuelta a la escuela, indicándoles que pasaran por delante de mí. Cuando Stevie Rae, Damien, y las gemelas empezaron a cruzar el puente les susurré: "No, chicos, vosotros caminad conmigo".

Con una sonrisa tan amplia que parecían atontados, los cuatro permanecieron junto a mí. Mis ojos se encontraron con la mirada radiante de Stevie Rae. "No deberías haberte ofrecido para ser la nevera. Sé lo asustada que estabas." Stevie Rae perdió la sonrisa ante el tono de reproche de mi voz.

"Pero si no lo hubiera hecho, no hubiéramos sabido donde se iba a celebrar el ritual, Zoey. Lo hice para poder enviarle un mensaje a Damien y que él y las gemelas pudieran reunirse aquí conmigo. Sabíamos que nos necesitarías".

Levanté las manos y paró de hablar, pero parecía a punto de llorar. Le sonreí con ternura. "No me has dejado terminar. Iba a decir que no deberías haberlo hecho, pero estoy muy contenta de que lo hicieras!" La abracé y sonreí entre lágrimas a los tres. "Gracias, -me alegro de que estuvieseis allí".

"Oye, Z, eso es lo que hacen los amigos", dijo Damien.

"Sí," dijo Shaunee.

"Exactamente," dijo Erin.

Y se cerraron a mí alrededor en un enorme y asfixiante abrazo grupal-el cual me encantó.

"Oye, ¿puedo unirme a esto?"

Levanté laminada y vi que Erik se había acercado.

"Sí, claro, desde luego que puedes", dijo Damien alegremente.

Stevie Rae se deshizo en risitas, y Shaunee suspiró y dijo: "Olvídalo, Damien. Es de otro equipo, ¿te acuerdas?" Erin entonces me empujó fuera del centro del grupo hacia Erik. "Dale un abrazo al chico. Ha intentado salvar a tu novio esta noche", dijo.

"Mi ex-novio", me apresuré a decir, cayendo en los brazos de Eric, más que un poco abrumada por la mezcla del olor de la sangre fresca que todavía estaba presente en él y el hecho de que estaba, bueno, abrazándome. A continuación, para acabar de rematarlo, Erik me besó con tanta pasión que pensé que mi cabeza iba a salir despedida.

"Oh vamos, por favor", le oí decir a Shaunee.

"Id a una habitación!" dijo Erin.

Damien soltó una risilla cuando al final me aparté de los brazos de Erik. "Me estoy muriendo de hambre", dijo Stevie Rae. "Todo esto de la nevera te deja hambrienta".

"Bueno, vayamos a buscarte algo comer", le dije.

Mis amigos empezaron a cruzar el puente y podía oír a Shaunee discutiendo con Damien sobre si deberíamos tomar pizza o sándwiches.

"¿Te importa si camino a tu lado?" me preguntó Erik.

"No, ya me estoy acostumbrando a ello", le dije, sonriéndole.

Él se rió y caminó hacia el puente. Entonces proveniente de la oscuridad que había a mi espalda, oí un inconfundible y enojado, "¡Mi-aaauf!"

"Continúa, os alcanzaré en un minuto", le dije a Erik y luego caminé de nuevo en dirección a las sombras, al borde de los jardines del Philbrook. "¿Nala? Gatito, gatito, gatito…", llamé. Y, por supuesto, una descontenta bola de pelo salió trotando de los arbustos, quejándose todo el tiempo. Me incliné y la recogí, y de inmediato empezó a ronronear. "Bueno, niña tonta, ¿por qué me has seguido todo el camino hasta aquí si no te gusta alejarte tanto? Como si no hubieras pasado ya por suficiente esta noche" murmuré, pero antes de que pudiera volver al puente, Aphrodite salió de las sombras y me bloqueó el paso.

"Puede que hayas ganado esta noche, pero esto aún no ha acabado", me dijo. Me hizo sentir muy cansada.

"No intentaba" ganar "nada. Estaba tratando de hacer lo correcto".

"¿Y eso es lo que crees que has hecho?" Sus ojos iban con nerviosismo hacia delante y hacia atrás de mí al camino que llevaba al templete, como si alguien la hubiera seguido. "En realidad no tienes ni idea de lo que ha ocurrido aquí esta noche. Tan solo has sido utilizada-todos hemos sido utilizados." Se frotó la cara con enfado y me di cuenta de que estaba llorando.

"Aphrodite, que no tiene que ser así entre nosotras", le dije con dulzura.

"¡Claro que sí!" me cortó. "Son los papeles que se supone que debemos interpretar. Ya lo verás… ya lo verás. …" Aphrodite comenzó a alejarse.

Un pensamiento surgió de forma inesperada de mi memoria. Era sobre Aphrodite, durante su visión. Como si pasara de nuevo, podía oírla decir: ¡Están muertos! No. No. ¡No puede ser! No está bien. No. ¡No es natural! No lo entiendo… No… Tú… tú lo sabes!. Su grito dejó un eco fantasmagórico en mi cabeza. Pensé de Elizabeth… en Elliott… en el hecho de que se me hubieran aparecido a mí. Demasiado de lo que decía tenía sentido.

"¡Aphrodite, espera!" Me miró por encima del hombro. "La visión que tuviste hoy en el despacho de Neferet, ¿de qué iba en realidad?"

Lentamente negó con la cabeza. "Es sólo el principio. Se volverá mucho peor". Se dio la vuelta y de repente vaciló. Su camino estaba bloqueado por cinco chicos-mis amigos.

"No pasa nada," les dije. "Dejadla ir."

Shaunee y Erin se apartaron. Afrodita levantó la cabeza, se echó el pelo hacia atrás y pasó entre ellos como si fuera la dueña del mundo. Observé cómo cruzaba el puente, con el estómago en un puño. Aphrodite sabía algo acerca de Elizabeth y Elliott, y, en algún momento iba atener que averiguar lo que era.

"Oye", dijo Stevie Rae.

Miré a mi compañera de habitación y nueva mejor amiga.

"Pase lo que pase, estamos en esto juntas".

Sentí como se liberaba el nudo de mi estómago. "Vayámonos", les dije. Rodeada por mis amigos, nos fuimos todos a casa.

[…FIN…]

Bibliografía

Basado en el libro "análisis del libro marcada (la casa de la noche),de P.C. CAST Y KRISTIN CAST.

 

Enviado por:

Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo S.

"A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA LIBERTAD DE INFORMACION"®

edu.red

Santiago de los Caballeros,

República Dominicana,

2014.

"DIOS, JUAN PABLO DUARTE Y JUAN BOSCH – POR SIEMPRE"®

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
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