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América: remembranzas de emprendedores (Poesía) (página 2)


Partes: 1, 2

América es un torbellino de pasión, un indómito continente

un frenético accionar de las almas en la inquietante lucha por ese mundo mejor.

REBELDÍA DE LA PALABRA Y RESISTENCIA

Ha llegado por el mar la bola de fuego yanqui

en el cruce imperial del juego eterno

se reparten la botija por las tierras rojizas y dracónicas,

viejos y taciturnos imperios cobijados y repartidos a los intereses más mezquinos;

quise decir las carabelas inglesas, las velas francesas y los submarinos cruzados

de engaños de toda tierra guerrera e imperial

cristo es un dios que los acompaña a todos, que los perdona

y los concilia a muchos

cristo también es un dios de otros tantos, de un solo libro, de un solo índex

donde aparecen los juzgados, los torturados, los dilapidados, los deshonrados;

llegados por acá un fraile quemó mis ideas

del pergamino rebelde de Atahualpa y asesinó mi causa.

Yo soy de América, es decir americano,

me bañé en el Río Grande mexicano

y me tomé el sol en la Patagonia Argentina suspirando el aire de Las Malvinas.

Soy como un frailejón de las alturas andinas,

en el vuelo del cóndor soy como el aire donde transita

serenidad, ímpetu y anhelo

fuerza motriz y torbellino sobre el agua toda

pueblo multiplicado como balas en guerra desigual

cardo, ingratitud, amor y violencia

en esa mezcla pido que no me violenten los violentos

que no me animen los mediocres, es decir los hijos de Colón

De Isabel La Católica, de Fernando de Aragón

desde Castilla hasta la Casa Blanca, desde el Palacio de Bukingham

hasta las murallas chinas pasando por la plaza de los zares rusos,

que no me animen a ser tan guerreristas como ellos.

Yo no naci rebelde sino desnudo

aunque mi primer grito al nacer fue de libertad y protesta

pero me vistieron, me condicionaron, me regalaron por honor una patria

entregada , envilecida, amarrada al credo infame de una creencia religiosa

mientras mi dios verdadero tan natural,

crecía tan libre y tan distante

pero también por siglos me obsequiaron una bala,

una maleta de antivalores

para cuando llegue el momento hacerla estallar en el cráneo de los mediocres

quiero sencillamente, como americano originario no estar allí.

EL PRIMER PÁRRAFO

Al escribir este comienzo

se abre la carátula de un libro y suena la página de inicio

revolotea el inquieto merodear de los ojos que van rotando hasta la última frase

en su final se detiene una palabra, una letra encontrada en trance.

Así se va rebosando un extraño entendimiento de todo un ser elaborado

compendiado y articulado en fracciones como es propio de la anatomía

de las cosas sistemáticas que engranan

que se persiguen como las células y sus núcleos.

De nuevo recito o escribo lo que traduce o informa a mi alma el entendimiento

mientras transcurre la atención inédita en el avance de la trama,

figuras ordenadas, cambios de tiempo, diversos actores o personajes,

paisajes diáfanos, oscuros presentimientos, formalidad de escritores

redacción y congruencia de vanidades terrenales

antologías, meras especulaciones de la grandeza extendida,

propietaria de conocimientos, de talentos privilegiados

rigor, amor y esencia

renacer de renacimientos modernos, de la cúspide de otra era.

Poesía indígena fusionada en la proeza americana

semilla de segadores regada desde el fruto hispano

nacidos ya en América con el canto de Francisco Terrazas en México

y cuál gama de ilustres poetisas y poetas

de nombres inmortales en cada sitio poblado.

Escribir sobre las hojas curtidas de leyendas, caballería y nobleza

fábulas literarias, abnegación de las musas que se esfuerzan por llegar

al punto final de letras al parecer interminables

de palabras comprendidas en universo mudo de cuentos y versos que hablan

de un Mundo Nuevo.

SIMPATIAS POÉTICAS

Algunas veces he revisado las dificultades que desordenan los escritos

cuando los ruidosos amigos me bloquean la poderosa ocasión de consultar

los versos más intrínsecos que salen de la sombra de las poetisas o poetas,

esculcar los mismos antecedentes para ir subiendo

la tela de araña del suave mapa genealógico de tan insignes representantes.

Podría presentar una pléyade de sonrisas, alegrías o desconsuelos

signados en toda la teoría del verso por un camino de logros,

vasto y prolijo, inmenso caudal de brillantes entornos

con duros y valientes pronunciamientos en Cuba

en el verso de José María de Heredia y Gabriel de la Concepción Valdés.

Sigo asistiendo a la prosa y a los escritos que se encuentran en la independencia

envueltos en la rebeldía

que se ve derramada en el principio de las realidades más sencillas.

Emociona encontrar el eco de la gente que todavía se oye caminar

entre la hojarasca de aquellos días aciagos

represiones y desapariciones forzosas no minaron este grito

de fortaleza y compromiso, torbellino de sacrificios

para la causa humana, brazos unidos al querer y a las memorias

destellos que apuntalan el destino

de un continente soberbio, grande y austero.

LA PATRIA GRANDE EN EL SACRIFICIO DE TODOS

La Patria Grande no puede ser un concepto ideológico

un arrebato de las generaciones para enfrentar al mundo

es un mosaico de las patrias soberanas que surge de la idea de si mismo

hacia la posteridad escribiéndose cada momento en cada individuo.

La Patria Grande es el ímpetu transformador que sobrevive

contra el desastre, la guerra o la barbarie

es un libro colosal de muchos folios que se escribe con finura

y se dibuja apresurada con los trazos del trópico;

podrá ser un sueño, una utopía

un delirio de Libertadores, un relámpago en la intimidad del pensamiento.

Es además una fluctuación de las manos que convergen al propósito

de unificar a un mundo necesario lleno de paz y justicia

mundo de iguales en obligaciones y derechos.

La patria Grande se puede rotular con nombres que la ilustran

Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Pablo Neruda, Gabriela Mistral

Mario Benedetti, Delmira Agustini, Rubén Darío, Julio Cortázar; Jorge Isaac,

Octavio Paz, Horacio Quiroga, Arturo Uslar Pietri, José Martí,

Gabriel García Márquez, Alejandra Pizarnik, Mario Vargas Llosa,

Juan Rulfo, César Vallejo, Alfonsina Storni, Isabel Allende;

de unos y otros tiempos, de todos los tiempos

no habiendo espacio posible en la Patria Grande

para recordarlos y copiarlos en las paredes de los pueblos,

a todos, y de todos su empeño

de hacerla una patria de mujeres y hombres, libres y útiles.

ECOLOGÍA, TECNOLOGÍA Y VALOR AGREGADO

Al dar un paseo por la calle del antiguo sonajero

se fue llenando mi mente de esos sonidos felices de la niñez,

un sonajero es un niño domado en su ternura o mecido por el viento.

Pude llenarme de vastos e incongruentes pensamientos

rememorar con ello a celebres escritores y escribidores

que trataban temas que significan la vida portentosa y feliz de la especies,

no de otros planetas, sino de uno muy elegante cubierto de aguas como un pez.

Me dio estima saber que hay gente preocupada por la dulce existencia

y traté de ahogar el egoísmo que hay en mí, así como orientar la misión

que se ha perdido en la evolución económica del orbe.

Al planificar mi tecnológica posición para los emprendimientos futuros

estuve observando o balanceando la reservas forestales o ambientales

y una libélula se aproximó para posarse sobre la Selva Amazónica

e indicarme así la enorme potencialidad que poseemos,

pero pude afligirme al ver la codicia destructora

imponerse y dejar los rastros de la miseria y el hambre,

enseñorearse, despojando de todo recursos inmerso en la tierra.

Al impedirme por sí mismo seguir viendo toda esta hecatombe económica

y ambiental, redirigí mis proyectos a una visión más humana

con la firme intención de que la melodiosa y traviesa, libélula

se posara sobre un suspiro de la inmensa espesura verde

como valor agregado de esta historia.

LAS HOJAS DE LA MÚSICA

Las hojas de la música son pequeñas láminas de fina inspiración

que suenan al tocar el papel o al precipitarse ininterrumpidamente,

gotas de relámpagos con truenos sonoros.

Un chasquido que se colorea al oído, rima y sensación del alma

principio y final de coros,

un accionar de aves silvestres

en tonalidad y majestuosidad.

Si el libro que las contiene les proporciona la dinámica,

entonces es un pan que acompaña al arte en toda su expresión,

un bordado sobre el lienzo trazado con pinceles;

al engrapar esas cuartillas suenan los corazones rellenos de paz

que trabajan como abejas formando el panal.

Las hojas de la música se encuentran en un gran recinto

ventiladas por los ecos de los instrumentos que las generan,

viento, percusión o cuerda

rimas de la canción americana

sabor de pueblos con raíces autóctonas

combinadas con la evolución ontológica de los seres,

la comprensión de la realidad sonora y vibrante

que hace más llevadera y feliz a la existencia.

ALZAR EL VUELO DESDE LA TIERRA PROMETIDA

Puedo nombrarte en cada murmullo o frase mutilada

en el silencio permanente de lo que se piensa,

dialoga la sordera de los entes materiales rudos

atrapados en las indefinidas formas curvilíneas,

heterogéneas, inverosímiles, espantosas

vinculadas irremediablemente a tu forma de ser

a la manera de escribir tu belleza literaria.

Un panorama, un mosaico, una bailarina rotada

de momentos cumbres, con momento físico

sobre el ecuador de las sonrisas que han gravitado con paralelos,

facetas, episodios que se traducen en la vida de notables

antiguos, modernos, tan contemporáneos como una nota prendida

en la perspectiva del desarrollo, austero, bravío con sabor a pueblos,

a razas convidadas o invitadas a un gran encuentro,

convocados para una gran hazaña hermética o misionera.

Se fue componiendo una canción a lo largo de un vasto territorio

hermosos, diversos y grandes monumentos naturales brotaban de los ríos míticos

cuando las gotas de la llovizna mojaban la tenue piel de las memorias

configurándose un iris de tantos e infinitos matices

y se nombraban en un orden de letras como hazañas gloriosas:

Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil,

Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador,

Estados Unidos, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México,

Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana,

San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam,

Trinidad y Tobago, Uruguay, Venezuela.

Treinta y cinco luminarias con sus destellos de emancipación

en cada bandera izada por una causa que tiene su bondad y su tiempo

cuando su idea la fortalece;

América, amante de seres nobles, emprendedores

América un colibrí mostrando su intenso aletear

su inmenso amor al cobijar a la gran esperanza de una tierra prometida.

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Autor:

Ramón Fréytez Oliveros

Partes: 1, 2
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