América es un torbellino de pasión, un indómito continente
un frenético accionar de las almas en la inquietante lucha por ese mundo mejor.
REBELDÍA DE LA PALABRA Y RESISTENCIA
Ha llegado por el mar la bola de fuego yanqui
en el cruce imperial del juego eterno
se reparten la botija por las tierras rojizas y dracónicas,
viejos y taciturnos imperios cobijados y repartidos a los intereses más mezquinos;
quise decir las carabelas inglesas, las velas francesas y los submarinos cruzados
de engaños de toda tierra guerrera e imperial
cristo es un dios que los acompaña a todos, que los perdona
y los concilia a muchos
cristo también es un dios de otros tantos, de un solo libro, de un solo índex
donde aparecen los juzgados, los torturados, los dilapidados, los deshonrados;
llegados por acá un fraile quemó mis ideas
del pergamino rebelde de Atahualpa y asesinó mi causa.
Yo soy de América, es decir americano,
me bañé en el Río Grande mexicano
y me tomé el sol en la Patagonia Argentina suspirando el aire de Las Malvinas.
Soy como un frailejón de las alturas andinas,
en el vuelo del cóndor soy como el aire donde transita
serenidad, ímpetu y anhelo
fuerza motriz y torbellino sobre el agua toda
pueblo multiplicado como balas en guerra desigual
cardo, ingratitud, amor y violencia
en esa mezcla pido que no me violenten los violentos
que no me animen los mediocres, es decir los hijos de Colón
De Isabel La Católica, de Fernando de Aragón
desde Castilla hasta la Casa Blanca, desde el Palacio de Bukingham
hasta las murallas chinas pasando por la plaza de los zares rusos,
que no me animen a ser tan guerreristas como ellos.
Yo no naci rebelde sino desnudo
aunque mi primer grito al nacer fue de libertad y protesta
pero me vistieron, me condicionaron, me regalaron por honor una patria
entregada , envilecida, amarrada al credo infame de una creencia religiosa
mientras mi dios verdadero tan natural,
crecía tan libre y tan distante
pero también por siglos me obsequiaron una bala,
una maleta de antivalores
para cuando llegue el momento hacerla estallar en el cráneo de los mediocres
quiero sencillamente, como americano originario no estar allí.
EL PRIMER PÁRRAFO
Al escribir este comienzo
se abre la carátula de un libro y suena la página de inicio
revolotea el inquieto merodear de los ojos que van rotando hasta la última frase
en su final se detiene una palabra, una letra encontrada en trance.
Así se va rebosando un extraño entendimiento de todo un ser elaborado
compendiado y articulado en fracciones como es propio de la anatomía
de las cosas sistemáticas que engranan
que se persiguen como las células y sus núcleos.
De nuevo recito o escribo lo que traduce o informa a mi alma el entendimiento
mientras transcurre la atención inédita en el avance de la trama,
figuras ordenadas, cambios de tiempo, diversos actores o personajes,
paisajes diáfanos, oscuros presentimientos, formalidad de escritores
redacción y congruencia de vanidades terrenales
antologías, meras especulaciones de la grandeza extendida,
propietaria de conocimientos, de talentos privilegiados
rigor, amor y esencia
renacer de renacimientos modernos, de la cúspide de otra era.
Poesía indígena fusionada en la proeza americana
semilla de segadores regada desde el fruto hispano
nacidos ya en América con el canto de Francisco Terrazas en México
y cuál gama de ilustres poetisas y poetas
de nombres inmortales en cada sitio poblado.
Escribir sobre las hojas curtidas de leyendas, caballería y nobleza
fábulas literarias, abnegación de las musas que se esfuerzan por llegar
al punto final de letras al parecer interminables
de palabras comprendidas en universo mudo de cuentos y versos que hablan
de un Mundo Nuevo.
SIMPATIAS POÉTICAS
Algunas veces he revisado las dificultades que desordenan los escritos
cuando los ruidosos amigos me bloquean la poderosa ocasión de consultar
los versos más intrínsecos que salen de la sombra de las poetisas o poetas,
esculcar los mismos antecedentes para ir subiendo
la tela de araña del suave mapa genealógico de tan insignes representantes.
Podría presentar una pléyade de sonrisas, alegrías o desconsuelos
signados en toda la teoría del verso por un camino de logros,
vasto y prolijo, inmenso caudal de brillantes entornos
con duros y valientes pronunciamientos en Cuba
en el verso de José María de Heredia y Gabriel de la Concepción Valdés.
Sigo asistiendo a la prosa y a los escritos que se encuentran en la independencia
envueltos en la rebeldía
que se ve derramada en el principio de las realidades más sencillas.
Emociona encontrar el eco de la gente que todavía se oye caminar
entre la hojarasca de aquellos días aciagos
represiones y desapariciones forzosas no minaron este grito
de fortaleza y compromiso, torbellino de sacrificios
para la causa humana, brazos unidos al querer y a las memorias
destellos que apuntalan el destino
de un continente soberbio, grande y austero.
LA PATRIA GRANDE EN EL SACRIFICIO DE TODOS
La Patria Grande no puede ser un concepto ideológico
un arrebato de las generaciones para enfrentar al mundo
es un mosaico de las patrias soberanas que surge de la idea de si mismo
hacia la posteridad escribiéndose cada momento en cada individuo.
La Patria Grande es el ímpetu transformador que sobrevive
contra el desastre, la guerra o la barbarie
es un libro colosal de muchos folios que se escribe con finura
y se dibuja apresurada con los trazos del trópico;
podrá ser un sueño, una utopía
un delirio de Libertadores, un relámpago en la intimidad del pensamiento.
Es además una fluctuación de las manos que convergen al propósito
de unificar a un mundo necesario lleno de paz y justicia
mundo de iguales en obligaciones y derechos.
La patria Grande se puede rotular con nombres que la ilustran
Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Pablo Neruda, Gabriela Mistral
Mario Benedetti, Delmira Agustini, Rubén Darío, Julio Cortázar; Jorge Isaac,
Octavio Paz, Horacio Quiroga, Arturo Uslar Pietri, José Martí,
Gabriel García Márquez, Alejandra Pizarnik, Mario Vargas Llosa,
Juan Rulfo, César Vallejo, Alfonsina Storni, Isabel Allende;
de unos y otros tiempos, de todos los tiempos
no habiendo espacio posible en la Patria Grande
para recordarlos y copiarlos en las paredes de los pueblos,
a todos, y de todos su empeño
de hacerla una patria de mujeres y hombres, libres y útiles.
ECOLOGÍA, TECNOLOGÍA Y VALOR AGREGADO
Al dar un paseo por la calle del antiguo sonajero
se fue llenando mi mente de esos sonidos felices de la niñez,
un sonajero es un niño domado en su ternura o mecido por el viento.
Pude llenarme de vastos e incongruentes pensamientos
rememorar con ello a celebres escritores y escribidores
que trataban temas que significan la vida portentosa y feliz de la especies,
no de otros planetas, sino de uno muy elegante cubierto de aguas como un pez.
Me dio estima saber que hay gente preocupada por la dulce existencia
y traté de ahogar el egoísmo que hay en mí, así como orientar la misión
que se ha perdido en la evolución económica del orbe.
Al planificar mi tecnológica posición para los emprendimientos futuros
estuve observando o balanceando la reservas forestales o ambientales
y una libélula se aproximó para posarse sobre la Selva Amazónica
e indicarme así la enorme potencialidad que poseemos,
pero pude afligirme al ver la codicia destructora
imponerse y dejar los rastros de la miseria y el hambre,
enseñorearse, despojando de todo recursos inmerso en la tierra.
Al impedirme por sí mismo seguir viendo toda esta hecatombe económica
y ambiental, redirigí mis proyectos a una visión más humana
con la firme intención de que la melodiosa y traviesa, libélula
se posara sobre un suspiro de la inmensa espesura verde
como valor agregado de esta historia.
LAS HOJAS DE LA MÚSICA
Las hojas de la música son pequeñas láminas de fina inspiración
que suenan al tocar el papel o al precipitarse ininterrumpidamente,
gotas de relámpagos con truenos sonoros.
Un chasquido que se colorea al oído, rima y sensación del alma
principio y final de coros,
un accionar de aves silvestres
en tonalidad y majestuosidad.
Si el libro que las contiene les proporciona la dinámica,
entonces es un pan que acompaña al arte en toda su expresión,
un bordado sobre el lienzo trazado con pinceles;
al engrapar esas cuartillas suenan los corazones rellenos de paz
que trabajan como abejas formando el panal.
Las hojas de la música se encuentran en un gran recinto
ventiladas por los ecos de los instrumentos que las generan,
viento, percusión o cuerda
rimas de la canción americana
sabor de pueblos con raíces autóctonas
combinadas con la evolución ontológica de los seres,
la comprensión de la realidad sonora y vibrante
que hace más llevadera y feliz a la existencia.
ALZAR EL VUELO DESDE LA TIERRA PROMETIDA
Puedo nombrarte en cada murmullo o frase mutilada
en el silencio permanente de lo que se piensa,
dialoga la sordera de los entes materiales rudos
atrapados en las indefinidas formas curvilíneas,
heterogéneas, inverosímiles, espantosas
vinculadas irremediablemente a tu forma de ser
a la manera de escribir tu belleza literaria.
Un panorama, un mosaico, una bailarina rotada
de momentos cumbres, con momento físico
sobre el ecuador de las sonrisas que han gravitado con paralelos,
facetas, episodios que se traducen en la vida de notables
antiguos, modernos, tan contemporáneos como una nota prendida
en la perspectiva del desarrollo, austero, bravío con sabor a pueblos,
a razas convidadas o invitadas a un gran encuentro,
convocados para una gran hazaña hermética o misionera.
Se fue componiendo una canción a lo largo de un vasto territorio
hermosos, diversos y grandes monumentos naturales brotaban de los ríos míticos
cuando las gotas de la llovizna mojaban la tenue piel de las memorias
configurándose un iris de tantos e infinitos matices
y se nombraban en un orden de letras como hazañas gloriosas:
Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil,
Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador,
Estados Unidos, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México,
Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana,
San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam,
Trinidad y Tobago, Uruguay, Venezuela.
Treinta y cinco luminarias con sus destellos de emancipación
en cada bandera izada por una causa que tiene su bondad y su tiempo
cuando su idea la fortalece;
América, amante de seres nobles, emprendedores
América un colibrí mostrando su intenso aletear
su inmenso amor al cobijar a la gran esperanza de una tierra prometida.
Autor:
Ramón Fréytez Oliveros
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