En noviembre de 1999 un grupo de muy importantes personalidades del mundo fueron convocados a Florencia para discutir en torno a dos temas cruciales: La nueva economía: igualdad y oportunidad y Las democracias del siglo XXI: valores, derechos y responsabilidades. Entre las figuras políticas mas promisorias reunidas se encontraban el matrimonio Clinton y los señores Blair y Cardoso, primer ministro de Gran Bretaña y Presidente de Brasil. La declaratoria de los temas permitía distinguir que se encontraban a debate los destinos y la posibilidad de gobernabilidad del mundo.
La vida parece haber demostrado al paso de los años, que los intentos de entonces de tratar de encontrar los caminos que permitieran ejercer una dirección política y económica racional del mundo no fueron encontrados.
Y no pueden aparecer esos caminos siempre que persista la lógica de pensar al mundo desde el norte. Y que conste que no se trata de una definición geográfica, sino geopolítica. Para las ciencias políticas, con su misión de asumir el estudio del fenómeno político en todas sus condicionantes y magnitudes, el mundo se está explicando desde una visión primermundista. A eso hace años se le llamó eurocentrismo, tendremos que añadirle hoy noramericanismo. Muchos son los factores que condicionan esa realidad. Entre ellos destaca el hecho cierto de que los grandes centros de producción teórica, así como los centros de pensamiento más importantes, se han ido estableciendo en universidades europeas y norteamericanas. Por otro lado suele ser usual que quienes despuntan por su creación en otras regiones del planeta, sean llamados a ocupar cátedras en las universidades referidas.
Claro que existen importantes excepciones, como es el hecho real de destacados grupos de creación teórica que se han afianzado en México, Argentina y Brasil, pero son sólo eso, excepciones. Otra razón está en el hecho de que para las ciencias políticas ha sido tradicional su desarrollo en la Europa que pudiéramos considerar clásica, tanto en Alemania, como en Inglaterra, Francia e Italia.
La capacidad de reacción de los círculos teóricos de América Latina, Africa y Asia ha sido hasta ahora limitada para crear un pensamiento político independiente acuñado desde posiciones tercermundistas. Esa es una tarea que queda por desarrollar y en la cual se requiere el empleo a fondo y de manera consciente de todos los que puedan contribuir a esa misión.
Una elaboración propia imprescindible requiere categorías tan cruciales para el mundo de hoy, como la que motiva el presente trabajo: GOBERNABILIDAD. De ella se desprenden importantes y complejas interrogantes como las siguientes: ¿cuáles pueden ser los caminos para establecer, rescatar o reforzar la gobernabilidad de un sistema social, sobre todo en nuestras maltrechas sociedades latinoamericanas?, ¿podrían buscarse, a través de la categoría Gobernabilidad los fundamentos para revelar las sucesivas y cíclicas crisis políticas que viven los gobiernos de la región, en los que fenómenos como la corrupción se han vuelto recurrentes?.
La impostergable necesidad de esa tarea lo explica el hecho de que los fines explicativos y pronosticadores del fenómeno político se realizan desde el aparato teórico – categorial y la visión que brindan las elaboraciones de los grandes tanques de pensamiento occidentales. De esta suerte sucede que el mundo sociopolítico que se escribe y se vende en las librerías del mundo no es muy exacto respecto al que existe. Ejemplo de ello es el papel que suele atribuirse a los mecanismos de mercado y las dolarizaciones como grandes reguladoras de la sociedad global.
Ejemplos más prácticos se brindan cuando se busca una explicación a la presencia inmediata de Fujimori en los Estados Unidos a sólo unos días de haber caído en bancarrota su recién estrenado nuevo mandato luego del derrumbe por corrupción de su asesor para la seguridad interna. ¿Buscaría resortes de Gobernabilidad en lo que se conoce como Procedimentalismo?. Si fue así le sirvió de bien poco. ¿Podría explicarse su estrepitosa caída a través de la categoría Gobernabilidad?.
¿O la que pudiera parecer increíble decisión de Vicente Fox, sin haber asumido aún el poder, de regular a 500 usd el monto de los regalos que podrían recibir sus colaboradores?. ¿A qué límites puede llegar la conciencia de la corrupción que habita los predios gubernamentales de la mayor parte del planeta?. ¿Resolverán técnicas de producción de consenso, o de procedimentalismo, o de institucionalismo, de ingeniería política el rescate de la perdida Gobernabilidad en esas condiciones?.
¿ O Será la visión contemporánea de la "diplomacia de las cañoneras" que proclamara Madeline Albright al finalizar el holocausto que protagonizó la OTAN en Yugoslavia una vía para restablecer la gobernabilidad de un país?. ¿Tendría sentido actuar así en pos de instaurar un sistema social gobernable? Y además, y lo que parece ser más importante: ¿gobernable para quién?.
Sin dudas, las técnicas que cada día colman los despachos de los asesores gubernamentales, para buscar con su introducción una relativa estabilidad social "legitimadora", se dirigen a buscar una gobernabilidad para las oligarquías transnacionales y sus mercachifles nacionales, pero nunca para las mayoritarias y cada vez más marginadas poblaciones.
En el recuento de hechos políticos mencionados, ¿se llegó a la médula determinante de la gobernabilidad de un sistema?. ¿O estuvieron estas acciones dictadas por las deformaciones que a la vida política moderna han infringido la corrupción, la globalización neoliberal, el hegemonismo, etc?.
La explicación de estos fenómenos exige tratamientos teóricos desde el marxismo. Al mismo tiempo, la reflexión en cuanto a los modelos de gobernabilidad realizables como vehículo de enfrentamiento a la globalización neoliberal, requiere también una postura desde el marxismo. La irrupción de una elaboración marxista de la teoría de la gobernabilidad no es sólo un importante salto epistemológico, sino además, y sobretodo, un reclamo teórico y práctico para la comprensión y transformación revolucionaria del mundo que irrumpe ante el siglo XXI. Algunas pautas en esa dirección conforman la razón de ser del presente trabajo, que sólo da continuidad a un esfuerzo que ha venido abriéndose espacios no sistematizados aún entre los investigadores sociales de la Cuba de hoy.
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Habiendo entrado a escena desde los laterales de la derecha, la categoría GOBERNABILIDAD, a juicio de este autor, se torna imprescindible para erigir las utopías transformadoras desde la izquierda. En el confuso mundo que viven las mayorías desposeídas del planeta, indeseados espectadores de la obra teatral del desarrollo , que sentados en un inmenso teatro observan como no más de 10 actores les muestran las "bondades" del mundo, esta categoría se torna instrumento muy provechoso para realizar la disectomía de los sistemas políticos al uso en el mundo de hoy y revelar tanto su esencia de clases como los necesarios caminos contemporáneos para su transformación.
Sin lugar a dudas las concepciones de la gobernabilidad centran la atención, de politólogos, sociólogos, analistas y lideres de la vida política en las diferentes naciones y organismos internacionales junto a las teorías de la democracia y las teorías de la transición,
Existe coincidencia en la literatura al apuntar el origen de los estudios acerca de la gobernabilidad de los sistemas sociales adjudicándolos a la primera mitad de los 70 y el conocido Informe de la Comisión Trilateral. Este Informe fue publicado en 1975 teniendo como centro el tratamiento de la categoría referida de las ciencias políticas. Ello tiene sus causales en las profundas convulsiones que venían apareciendo tanto en los centros del poder imperial como en su llamada periferia, lo cual surge como colofón de sucesos políticos, económicos y militares que mostraban la verdadera esencia del imperialismo mundial. La guerra de Viet Nam, el escándalo Watergate, la crisis económica que abatía desde los primeros años de los 70 a los grandes centros del poder mundial, la irrupción de regímenes facistoides militaristas en América Latina y el avance de las fuerzas de izquierda y del bloque socialista, conducían a un severo cuestionamiento de la legitimidad de las estructuras y sujetos del poder político en los países centrales del imperialismo.
La irrupción de la Gobernabilidad como preocupación social de estadistas y líderes puede verse, sin embargo, desde el propio momento en que el desarrollo de la vida social condujo a una división del trabajo que concebía la administración y la dirección como funciones sustantivas de la organización de la vida social. Desde ese momento, en el que un grupo de hombres se da a la tarea de administrar la vida comunitaria y decidir en torno a ella, aparecen los motivos para el cuestionamiento del grado de eficacia en el ejercicio de la administración apareciendo así nociones de "buena gobernabilidad". Se puede encontrar en la literatura referencias a periodo tan temprano de la vida humana como el año 165 A. de C. en la antigua China de Kao-Tsu y Hsiao-Wen.
Claro que en esas preocupaciones no podríamos encontrar formulaciones sistematizadas, sino que se trataba de abordar desde un enfoque muy pragmático las preocupaciones sociales y gubernamentales por el buen desenvolvimiento de la acción de gobernar, desenvolvimiento medido desde las ópticas de los intereses clasistas de la dinastía en el poder.
La situación de la década de los 70 del siglo ya pasado fundamenta que ese empirismo, o pragmatismo, que caracterizo durante siglos el tratamiento del cuestionamiento de la eficacia del gobierno, encuentra formulaciones teóricas muy avanzadas que se abren paso desde los círculos de la extrema derecha mundial, pero luego van encontrando formas teóricas avanzadas y empiezan a ser tomadas en cuenta por diferentes corrientes de pensamiento y practica política convirtiéndose en nuestros días en una de las categorías cruciales e imprescindible para el estudio de los sistemas políticos contemporáneos.
Esta ultima afirmación no es quizás muy generalmente aceptada en algunos círculos de estudiosos marxistas de nuestros días. Podemos estar analógicamente, ante una situación similar a la que envolvió la irrupción en el marxismo contemporáneo de la categoría "sociedad civil", a la cual algunos atribuyeron connotaciones únicamente validas para los razonamientos provenientes desde el neoconservadurismo y en general de las posiciones de extrema derecha. La vida fue demostrando el valor que posee dicha categoría para el estudio de las sociedades contemporáneas, luego de los análisis que el joven Marx realizara en su época y que no pensamos reemplazara luego por el término "relaciones de producción", según se ha dicho.
Con la categoría Gobernabilidad sucede algo similar. Se puede encontrar entre profesores e investigadores marxistas el rechazo a su valor como herramienta metodológica para el análisis de las sociedades contemporáneas, e incluso para el estudio de la etapa actual de la Revolución Cubana.
Sin embargo, somos del criterio de que existen razones que otorgan a la categoría "Gobernabilidad "un valor metodológico indiscutible para su introducción en los estudios marxistas de nuestros días.
Entre esas razones quisiéramos apuntar:
-"El valor practico metodológico para el tratamiento de la actividad social en sentido amplio y en particular de la actividad política desde posiciones marxista leninistas consecuentes, que es decir, ni anquilosadas – dogmáticas, ni eclécticas y liberales."
-"el tan necesario enriquecimiento del fundamento de una ideología y una practica revolucionarias que aun tiene mucho que hacer (el marxismo-leninismo)… frente al patrimonio exclusivo que pretenden abrogarse otros enfoques, con una clara intención conservadora".
A estas razones quisiéramos añadir:
- La categoría Gobernabilidad se acompaña de Valores, Componentes y Dimensiones que se erigen en elementos sistematizadores para comprender la praxis política contemporánea tanto en los Estados nacionales, inmersos en la profunda complejización creciente de los procesos internacionales, como en la practica política mundial.
- Brinda vías de esclarecimiento y discernimiento de los fines sociales de las practicas políticas nacionales e internacionales;
- Permite identificar con carácter previsorio el desenvolvimiento de los procesos de crisis políticas, sus razones mas profundas, el rol de los diferentes sectores y clases sociales (me sumo a la pregunta de Carlos Vilas: "Actores, sujetos, movimientos: ¿donde quedaron las clases?");
- Brinda pautas en el estudio de la interrelación economía – política – ideología.
La Gobernabilidad se relaciona además, con componentes cruciales de la vida social, lo que subraya su importancia metodológica. Nos referimos a:
- la capacidad de desarrollo de una sociedad;
- la capacidad de resolver pacíficamente los conflictos internos;
- la calidad de vida de los ciudadanos; y
- la capacidad de sobrevivencia de un Estado – Nación como tal
Es por estas razones, y otras que se pudieran añadir, que 25 años mas tarde de su debut, cuando la humanidad abre las puertas a un nuevo siglo y milenio, el concepto de Gobernabilidad ha sufrido profundas modificaciones desde la visión original en su manera de asumir la practica política, tanto desde su interpretación neoconservadora, como desde la lectura que desde las izquierdas hacemos de su valor metodológico para el estudio del mundo actual.
La Gobernabilidad encuentra en la literatura diferentes tratamientos conceptuales. Se le concibe como "…una capacidad social y una relación social". Es decir, "la capacidad social de trazar y lograr objetivos en organizaciones, localidades, naciones, regiones y seres humanos (gobernabilidad corporativa, local, nacional, regional y social). Esta capacidad social consiste en relaciones sociales entre grupos, organizaciones, localidades, naciones, regiones y seres humanos. De esta manera, gobernabilidad es igualmente un concepto social como relacional. La capacidad de gobernabilidad puede ser optimizada al generar sinergias positivas entre entidades involucradas en relaciones de gobernabilidad"
Y continua: "Las relaciones de gobernabilidad que permiten a una sociedad nacional trazar y conseguir objetivos incluyen aquellos que se dan al interior del poder ejecutivo, el legislativo y el poder judicial del estado, así como también las que se dan entre estos".
Este tratamiento conceptual aborda un grupo de componentes sobre los cuales resulta imprescindible llamar la atención. En primer lugar, la conclusión del carácter social y relacional de la gobernabilidad. No es entonces, y no puede ser, una categoría absoluta, extrapolable, sino que posee un marcado condicionamiento histórico – concreto.
En segundo lugar, resulta imprescindible identificar, caracterizar, y calificar los diferentes sujetos sociales que componen el universo relacional que define la gobernabilidad. Los autores del informe referido consideran los grupos, organizaciones, localidades, naciones, regiones y seres humanos. No nos parece casual, ni olvido involuntario, el hecho de que no aparezcan las clases sociales en ese universo relacional. Se ignora que la relación esencial que en última instancia califica y define la gobernabilidad de un sistema social dado es la relación interclases sociales. Estamos analizando una propuesta conceptual en la cual los autores parten además del presupuesto teórico de que la división de poderes y la concepción de los contrapesos y balances siguen marcando la esencia de la gobernabilidad. Entonces la omisión de las clases sociales no puede ser una involuntaria omisión.
Es nuestro concepto de que el paradigma conformado por la práctica de ambas concepciones (división de poderes y contrapesos y balances) ha venido evidenciando su agotamiento, y el ejemplo mas notable lo hemos visto en la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos que ha impuesto a la sociedad civil un Presidente por el cual aquella no se pronunció, o al menos, si existió ese pronunciamiento de la sociedad civil ello no ha podido ser demostrado (aunque ahora sospechosamente sea el Nuevo Herald miamense el que balbucee las primeras ideas de que de haber continuado el conteo manual Bush hubiera salido airoso). Una acción de profundo carácter antidemocrático acaba de ser resguardada tras la concepción de los contrapesos y balances y la división de poderes.
La laguna creada al no incluir el concepto de clases sociales como sujeto social portador relacional de la gobernabilidad pudiera considerarse resuelta con la definición que la concibe como "las posibilidades del gobierno para mantener el control político de la sociedad y orientarla hacia los objetivos y fines que interesan a las clases y sectores populares en condiciones de respaldo de la mayoría de la población y de ausencia de disturbios políticos. La gobernabilidad es inseparable de la legitimidad".
Sin embargo en este caso la autora apunta una definición circunscrita al análisis de la experiencia cubana y de ahí involucra en la definición el respaldo de la mayoría y la ausencia de disturbios políticos.
Por otra parte, en sus orígenes se apunto acerca de la gobernabilidad e ingobernabilidad: "Originariamente una y otra estaban referidas al fenómeno de la estabilidad de la economía, a su funcionamiento fluido, tal como él aparece en el periodo de entreguerras, según una secuencia inestabilidad monetaria-inestabilidad productiva-inestabilidad social, que exigen un procesamiento mediante las instituciones y los sujetos sociales. En la ciencia social, en cambio, se emplea él termino para hacer referencia al control político institucional del cambio social transformador".
Destaca esta propuesta conceptual únicamente el vínculo POLITICA – ECONOMIA, en una relación determinadora de la política por la economía que ha sido, a nuestro juicio, mal interpretada incluso en los predios marxistas, cuando se refieren a la idea de Lenin de la política como expresión concentrada de la economía. En trabajos anteriores este autor ha dedicado espacio a subrayar el papel mediador determinante que desempeña el sujeto social en la relación también determinante ECONOMIA – POLITICA. Y vale una modificación a la conocida traducción de las obras completas de Lenin del ruso. Es la concepción del sujeto social la que otorga primacía a la política en su vínculo con la determinadora economía. Si la política tiene primacía es porque se la otorga la actividad humana que pasa por la visión de ese hombre, sujeto social del desarrollo societal. Evidentemente los señores del Seminario referido siguen viendo a la política cual esclava de la economía, definición muy apropiada para concluir la prevalencia neoliberal del mercado y la necesaria reducción del protagonismo del Estado en la arena social. Como se aprecia las consecuencias de una errada comprensión teórica de esta delicada relación casi nos conduce de la mano a justificar el neoliberalismo.
En otra propuesta teórica se subraya: "la relación entre la ciudadanía, el Estado, el partido y el gobierno determina la estabilidad social, la gobernabilidad (igualando estabilidad social y gobernabilidad, apuntes del autor). "Partimos del criterio de que las coordenadas de la gobernabilidad se conforman por la racionalidad, coherencia, competencia e identificación real y practica con los intereses de la mayoría en el ejercicio del poder, que alimenta la confianza del pueblo en las instituciones del sistema, y por la cultura política de la sociedad".Y más adelante apunta: "En la medida en que las instituciones basan su actividad: definición de política, leyes, acciones concretas, en el consenso de las mayorías, y en la medida en que el pueblo tenga conciencia de lo lógico, lo racional y lo posible, en esa medida también, sin excluir otros factores, pero estos fundamentalmente, se genera la estabilidad social y el proceso social es regulable, gobernable, o sea, apto para cumplir objetivos consensuados".
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Uno de los matices que ha adquirido el tratamiento de la Gobernabilidad, y en general de los temas relacionados a la actividad política en el ámbito de las diferentes naciones e internacional, es la aparición de intentos de mediciones cuantificadoras de los resultados y el estado de la actividad política. Coincidiendo con la irrupción de la categoría Gobernabilidad en los anos 70, aparecieron también los primeros trabajos teóricos que buscaban el vinculo o la implicación de factores de índole ideológica o económica en las decisiones del ámbito político. Ello tiene que ver con los primeros cuestionamientos sistematizados de las pretensiones electorales en las decisiones gubernamentales. Sin embargo el fin que movía estos estudios no estaba precisamente en el cuestionamiento de las pretensiones electorales de los partidos, sino ponían su mira en las posibles políticas a aplicar para influir previsoramente en la intención de voto de los electores.
Así se identifican los ciclos ideológicos y los ciclos políticos, conceptos llamados a evaluar la influencia de intereses económicos o ideológicos en el comportamiento gubernamental durante los periodos de mandato. Unido a ello comienzan a aparecer teorías cuantificadoras de ese comportamiento de las fuerzas políticas en el gobierno.
Sus primeras expresiones se dan con la irrupción del llamado INDICE DE MISERIA, que correlaciona la tasa de inflación y de desempleo. Le siguen el llamado INDICE DE SUFRIMIENTO AMPLIADO de R.J. Barro.. A partir de estos primeros pasos se busca la interrelacion cuantificable de los indicadores económicos y ciertos indicadores políticos. Resulta de sumo interés en esta dirección para el tratamiento del concepto de Gobernabilidad y su práctica, la propuesta del llamado INDICE DE ESTABILIDAD POLITICA.
Sáez Lozano trabaja inicialmente el indicador INDICE DE SUFRIMIENTO ECONOMICO, como un perfeccionamiento de los referidos anteriormente de Okun y Barro, considerando que "ello nos va a permitir evaluar la situación económica en cada momento y, por extensión, la EFICACIA DE LA POLITICA ECONOMICA ARTICULADA". A partir de este indicador pasa a medir lo que denomina INDICE DE ESTABILIDAD POLITICA Y GOBERNABILIDAD.
Parte para ello de los índices de estabilidad política y gubernativa propuestos anteriormente por Alesina A., Cutright,P., Roubini, N. y Sachs, J y otros. El Indice de estabilidad política que ha propuesto Saez Lozano correlaciona cuatro componentes políticos. Ellos son: la estabilidad gubernativa, las remodelaciones y ceses de gobiernos, la duracion del ejecutivo y las crisis políticas.
Estos indicadores se analizan en función de las peculiaridades de la situación del sistema político español, sin embargo nos da la visión de cuales derroteros están influyendo o comenzaran a influir con relativa fuerza en los análisis cualitativos de fenómenos tan complejos de la vida social como lo es la gobernabilidad de un sistema social.
Sáez Lozano, al presentar la propuesta hasta ahora más actual de este tema, considera como indicador de importancia el indice de estabilidad gubernativa, correlacionando los gobiernos con mayoría absoluta (considera en ellos aquellos que están respaldados por un solo partido) y gobiernos de coalición, vinculando esos indicadores con las variables gobierno y periodo.
Involucra además el índice de remodelación (cese) de gobierno, otorgando magnitudes a los procesos de cese del gobierno sin motivo electoral, a las remodelaciones del gobierno y al resto de los periodos del mandato en los cuales no ocurre ninguno de los fenómenos referidos.
Acoge el concepto de "DURACION DEL GOBIERNO" a partir de la definición de ello como el promedio de periodos que transcurren entre un ejecutivo y otro acotándole el "INDICE DE DURACION GUBERNATIVA RELATIVO", con el que pretende reflejar que "cuando avanza el mandato y el gobierno permanece en su cargo, mayor es la estabilidad política del país" .
Por ultimo, Saez Lozano incluye en su índice de estabilidad política y gubernativa el concepto de "Crisis Políticas", las que define por "eventos, hechos y acontecimientos que ponen en riesgo el orden político: votos de censura, crisis de los partidos del gobierno, huelgas generales, intentos de golpes de estado, ..".
Define entonces el Indice de Estabilidad Política mediante la formula:
i i i i
IEP = IEG + IRG + IDG + ICP
T T T T
Donde i es el gobierno, t el mes, IEG es el Indice de Estabilidad Gubernativa, IRG el Indice de Remodelación y Ceses del Gobierno, IDG es la Duración del Ejecutivo y el índice ICP el que identifica las Crisis Políticas.
Consideramos que para el estudio contemporáneo del comportamiento de la Gobernabilidad de un sistema social estos intentos de cuantificación pudieran brindar ciertos elementos informativos correlacionados que permiten evaluar el comportamiento de algunos componentes indiscutibles de la gobernabilidad que se expresan en los índices referidos. Pero pudiera caerse en la pretensión de evaluar la gobernabilidad, como el índice de estabilidad, como el resto de los índices mencionados, a partir únicamente de indicadores cuantitativos que son muy relativos para el estudio del comportamiento de la conducta humana. Somos del criterio de que los estudiosos de estos temas deben incursionar en estos esfuerzos cuantificados, y tomar en consideración los índices que ellos brindan y las categorías y practicas que correlacionan, para emplearlos cual material fáctico que permita una mayor información a añadir a los análisis del comportamiento cualitativo sistemático de la vida política de la sociedad y las relaciones internacionales.
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Por otro lado, en la década de los 90 la categoría Gobernabilidad alcanzo realce internacional para encaminar las acciones de agencias y organismos internacionales de carácter mundial dirigidas a la adopción de programas de ayuda al desarrollo del llamado Tercer Mundo o eufemisticamente Mundo en Desarrollo. Fue apareciendo en calidad de concepto rector en diferentes documentos, programas y eventos internacionales. Entre ellos:
I) Banco Mundial. 1989. Se publica el reporte "Africa al sur del Sahara: De la crisis hacia el crecimiento sostenible. (Se considera que la categoría Gobernabilidad apenas era referida en los círculos vinculados al desarrollo hasta la aparición de este documento).
II) Banco Mundial. 1991. Se emite el documento "Manejo del desarrollo. La dimensión de Gobernabilidad".
III) Banco Interamericano de Desarrollo. 1991. Se constituye el centro de Investigación sobre la relación "Estado-Sociedad Civil".
IV) Banco Interamericano de Desarrollo. 1992. Se publican las monografías "Gobernabilidad y Desarrollo: estado de la cuestión" y " Estado, Gobernabilidad y Desarrollo".
V)Banco Mundial. 1992. Se publica el documento "Gobernabilidad y Desarrollo".
VI) Banco de Desarrollo Africano. 1993. Se publica el documento "Gobernabilidad y desarrollo en Africa: El papel del Banco de Desarrollo Africano y otras instituciones multilaterales".
VII) Banco Mundial. 1994. Se publica el Informe "Gobernabilidad: la experiencia del Banco Mundial".
VIII) Banco Asiático de Desarrollo. 1995. Se publica el documento "Gobernabilidad: acertado manejo del desarrollo".
IX). Se aprueba el proyecto Canadá – ASEAN (1995) para innovaciones de Gobernabilidad.
X). Se realiza el Seminario "Innovaciones en Gobernabilidad: Lecciones de la experiencia", en Manila, 1996.
XI) PNUD. 1996. Se realiza una reunión ministerial del Asia sobre el tema "Gobernabilidad para crecimiento sostenible y equidad", en Pakistán.
XII) Se realiza la Cumbre de Jefes de Estado o de Gobierno de países de Iberoamérica en Santiago de Chile, 1996. Posee como tema central el estado de la gobernabilidad en las naciones iberoaméricanas. Condujo a la Declaración de Viña del Mar.
XIII) Banco Asiático de Desarrollo. 1997. Se celebra la Conferencia "Gobernabilidad: promoviendo el manejo acertado del desarrollo", en Fukuoka, Japón.
XIV) PNUD. 1999. Se inicia el Programa Regional de Gobernabilidad para Asia y el Pacifico con una duración de tres anos.
La explicación acerca de las causas que llevaron al desplazamiento de la categoría "desarrollo" por "Gobernabilidad" en los programas de asistencia al llamado Tercer Mundo pasa por las siguientes ideas: "El concepto de Gobernabilidad aparece en la literatura sobre desarrollo y cooperación, en el contexto de los debates sobre la efectividad de la ayuda al desarrollo para Africa: deficiencias en gobernabilidad obstaculizaban el desarrollo y comprometieron enormemente la efectividad de la ayuda.
El argumento era que los donantes así como los países en desarrollo deberían dedicar sus esfuerzos a promover gobernabilidad como parte de la ayuda al desarrollo".
Sin embargo, si bien esta explicación refleja hechos reales, también es cierto que este desplazamiento revela una pretensión de imponer modelos políticos para encauzar programas de ayuda al desarrollo económico, y ese desplazamiento se realiza en el marco en el cual el neoliberalismo esta visualizándose como triunfador efectivo de la guerra fría (1989-1991).
Pasar el centro de los programas de ayuda al desarrollo al tema de la gobernabilidad es el camino para el condicionamiento político de esos planes de ayuda económica. A partir del concepto de Gobernabilidad del Banco Mundial, que es el que rectorea estos programas de ayuda, visto como "la manera como se ejerce el poder en la administración de los recursos sociales y económicos de un país en favor del desarrollo" y la identificación de los componentes diferentes de la gobernabilidad dados para el Banco Mundial en 1. la forma de régimen político, 2. el proceso en el que se ejerce autoridad en el manejo de los recursos económicos y sociales de un país y 3. la capacidad del gobierno de designar, formular e implementar políticas y ejercer sus funciones", se establecen los programas de ayuda para encontrar las vías de realización practica de esos conceptos en el tercer mundo, aparece así una cierta noción de certificación de los países como mecanismo de acreditarlos como elegibles para esos programas, y esa suerte de certificación por la buena gobernabilidad de los países seleccionados, define a los países que reciben el apoyo económico.
Por supuesto que esta historia nos recuerda la dramática realidad de la deuda externa en América Latina y los prestamos del propio Banco Mundial. Solo lo reciben si cumplen con los preceptos neoliberales que acunan mercado libre, elecciones (también libres) y pluripartidismo como rasgos definitorios de la gobernabilidad democrática certificada.
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Entramos en otro concepto de necesaria reflexión: la "GOBERNABILIDAD DEMOCRATICA".
Para los autores del articulo "La Globalización Neoliberal y su modelo de Ingobernabilidad como factor adverso al desarrollo socioeconómico en América Latina" la acotación del carácter democrático de la gobernabilidad se asocia a la situación económica, política y social de la América Latina de los 70 y los 80. "La búsqueda de una salida a la crisis de dominación, mediante gobiernos electos que contaran con la mayor legitimidad, conllevo la necesidad de asociar gobernabilidad y democracia, se utilizo entonces el termino "gobernabilidad democrática" en oposición a modelos no democráticos de gobernabilidad".
Abundando sobre el problema teórico y practico contenido en la identificación de modelos democráticos y no democráticos de gobernabilidad, los autores hablan de gobernabilidad conservadora, o liberal, o socialdemócrata, o revolucionaria. Y concluyen: "Solo mediante el análisis de un proyecto en su aplicación practica es posible determinar el grado de legitimidad de su carácter democrático". Difícil coincidir con la connotación epistemológica de esta conclusión.
Todo parecería indicar que para poder evaluar el carácter democrático de la gobernabilidad tendríamos que esperar los desmanes que puede provocar la implementación practica del modelo que se propone. Entonces seria tarde para que la sociedad tratara de evitar las consecuencias de esos desmanes para la vida social y sobre todo para las personas, sectores y clases desposeídas. Entonces consideramos que el tratamiento marxista del concepto de gobernabilidad democrática ha de partir de otros supuestos epistemológicos que tomen distancia de la practica cognoscitiva basada en el método "ensayo-error".
¿ Cual es entonces el camino para descubrir la expresión democrática de la gobernabilidad y desvirtuar el fariseismo de los paradigmas occidentales de la Gobernabilidad democrática?.
Los autores del informe "La Construcción de la Gobernabilidad democrática: marco epistemológico, bases conceptuales con opciones de acción y marco metodológico" subrayan el inexcusable enfoque integral de todo estudio teórico e implementación practica de modelos de gobernabilidad democrática. Destacan además que ello "no tiene que ver con el Gobierno, sino con la sociedad (que incluye al gobierno), y no se refiere a la autoridad sino al poder (que incluye la autoridad), en suma, es la sociedad por definición la que debe de estar como centro de la gobernabilidad democrática"
Se subrayan dos aspectos medulares: su carácter integral y la identificación de la sociedad como su centro.
Y concluyen: "…los procesos contemporáneos de construcción de la gobernabilidad democrática conducen a la transición de sociedades autoritarias y burocráticas a sociedades participativa y sinérgicas".
Se destaca entonces:
1. Enfoque integral,
2. identificación de la sociedad como centro de la Gobernabilidad democrática,
3. Definir dichas sociedades en función de su carácter substantivamente participativo y sinérgico.
Como entender la operatividad de estos aspectos.
Si el paradigma de la democracia occidental en la practica sigue identificándose por la máxima: "Los partidos desarrollan políticas para ganar elecciones y no ganan elecciones para desarrollar políticas" y se identifica a esos procesos electorales como el sostén político de la gobernabilidad seria imposible materializar así los aspectos inexcusables referidos. ¿Se podría entonces hablar de gobernabilidad democrática liberal, neoliberal, conservadora, neoconservadora?.
Estamos seguros de que los derroteros de las llamadas elecciones libres, sociedades multipartidistas y de ejercicio de la soberanía del mercado libre quedan muy lejos de poder sintetizar los aspectos que los autores del Informe citado identifican como valederos de la gobernabilidad democrática. Por el contrario, lo que esta enraizándose es una profunda apatía de las multitudes respecto a las practicas electorales y decisorias gubernamentales, incluso en los grandes centros del poder mundial.
Sin embargo, el discurso y la practica política, así como los estudios politológicos de los más importantes centros de estudios de occidente (no sin excepción), conciben al mercado, el pluripartidismo y las elecciones que llaman libres como el camino más certero, e incluso el paradigma de esa Gobernabilidad.
En este orden de cosas pudiera servir de ejemplo la siguiente conclusión sobre la América Latina de nuestros días: "En dos décadas, la región dejo de ser el epitome del autoritarismo y el escenario de golpes militares recurrentes, para convertirse en la región más democrática del mundo en desarrollo".
El punto que genera la disfuncionalidad de que se ha identificado como gobernabilidad democrática en la practica política actual, reside en nuestra opinión, en la comprensión de la democracia que le sirve de basamento. Al considerar "la privatización, el ajuste económico y el crecimiento por medio de la exportación como generadoras de la mayor revolución política y económica de América Latina" y concebir que ello ha permitido "el establecimiento de regímenes democráticos legítimos en la región, se puede entender que la noción de democracia que prevalece no se asienta en la mas legitima consagración de los intereses populares, no privilegia el poder del pueblo, sino la preponderancia del espíritu de la economía de libre mercado, que con creces ha mostrado cuan excluyente puede llegar a ser de los grandes sectores populares".
La Gobernabilidad democrática pierde cualquier noción legitimadora al asentarse en la economía de libre mercado, el seudopluripartidismo, la seudopluralidad y las mal llamadas elecciones libres. De tal suerte hablar de expresión conservadora, liberal o neoliberal de la gobernabilidad democrática no es mas que un triste eufemismo. Aceptar esa burla terminologica y no arremeter a descubrir las tristes verdades que encierran es una imperdonable concesión.
Sobre todo cuando hasta en círculos de teóricos y políticos de clarísima filiación distante de la izquierda empiezan a acuñarse términos como el de "ANTIPOLITICA", definida como "un hastío de la ciudadanía con respecto a los partidos, el Estado y la política en general; el ciudadano común y corriente pierde la (poca) confianza que tenía en la dimensión de la política y en sus actores principales. La consecuencia de todo esto – de enorme relevancia para el futuro de la democracia – consiste en una clara pérdida de legitimidad del sistema de partidos y hasta del Estado, por una parte, y en la disminuida facultad de los partidos para captar y articular los anhelos y las exigencias de la población , por otra"
Entonces, el tratamiento del concepto de Gobernabilidad desde el marxismo exige:
- Ser definido desde el descubrimiento de su profundo caracter y esencia clasista que la define substantivamente;
- Partir de su marcada condicionalidad histórico – concreta;
- Reconocer el carácter integral y sistemico de la sociedad y de los vínculos con todos los sujetos sociales (llámese grupos, organizaciones, instituciones, etc.);
- Identificar desde una visión sistemica los componentes económicos, políticos, sociológicos, culturales e ideológicos de la gobernabilidad;
- Caracterizar las expresiones de la gobernabilidad en la autoreproduccion del sistema político, económico e ideocultural al nivel de la vida individual, familiar, grupal, institucional, etc. de la sociedad;
- Definir los valores trascendentes de la gobernabilidad, los cuales varían según la evolución histórica del organismo social, según la ocurrencia de eventos sociales relevantres, como lo es la realización de una revolución social, por ello si la gobernabilidad posee un condicionamiento histórico, también lo poseen los valores trascendentes de la vida social a los cuales responde, y esos valores los vemos en la responsabilidad, honestidad, efectividad, eficacia, diversidad, legalidad, seguridad, previsibilidad, capacidad organizativa y al que vemos como definitorio esencial de la gobernabilidad de un sistema: la LEGITIMIDAD.
- Reconocer y subrayar el papel rector de los intereses raigales de los sectores populares en la definición de la actividad del Estado como base real y única de la Gobernabilidad democrática;
- Desarrollar la teoría marxista de la gobernabilidad en franca y abierta crítica de las concepciones conservadoras, liberales y neoliberales, entre otras.
El tratamiento marxista de la Gobernabilidad exige, a nuestro juicio, la irrupción de las dimensiones definidas por
- la esencia socio- clasista de la Gobernabilidad;
- su contenido económico, político, cultural, social, ideológico;
- las formas que al adquirir el poder permiten autoreproducir la gobernabilidad del sistema.
Nos parece imprescindible que todo estudio marxista de la expresión concreta de la gobernabilidad en un país determinado transcurra en algunas de sus fases por los derroteros que se han propuesto. Ello permitirá revelar de manera más íntegra la esencia final del sistema social de que se trate. Permitirá ayudar a conducir las posturas de la izquierda en un mundo tan complejo en el que cada vez los laberintos de la vida política se ven sumergidos con mas fuerza en el difícil entramado de los procesos globalizadores.
Autor: Dr.C. Luis Orlando Aguilera García. Profesor Titular. UNIVERSIDAD DE HOLGUIN. CUBA.