Descargar

Apuntes sobre la música popular en Cali (Colombia) en la 2ª mitad del siglo XX (página 2)


Partes: 1, 2

SEPARACIÓN DE LAS CLASES SOCIALES

La división de las clases sociales en Cali se dió al mismo tiempo que el crecimiento de la misma, por ejemplo, en las primeras décadas del siglo XX la construcción de los barrios Granada El Peñón y San Fernando se dio casi paralelo a la extensión de los barrios el Calvario y San Nicolás – dos de los mas antiguos — algunos años después, se extendería el Barrio Obrero signo del crecimiento de la población popular en nuestra ciudad.

A mediados del siglo XX se comenzó a gestar un proceso de sectorización debido a la creación de nuevos barrios lo que hizo que todas las dinámicas sociales, económicas, políticas y culturales se vieran afectadas de manera significativa. Es de esta manera como se da una nueva separación de clases en la ciudad: el norte, oeste y el sur, para las clases media y alta, el oriente y la ladera para las clases populares, la avenida sexta y Juanchito, el Club San Fernando, Campestre y Colombia. La caseta de guadua en el vallano (Antiguo barrio ubicado entre las calles 15 hasta la 26 y la carrera primera hasta la carrera 10) Los bailes populares, las zonas llamadas de tolerancia que fueron importantísimas en el desarrollo cultural popular de la ciudad entre los años 50, 60, 70 y 80 y así sucesivamente. Lo mismo sucedió y sucede aún con los lugares de recreo. Los ríos de la ciudad y los centros de diversión dentro del mismo barrio siempre han sido el lugar de paseo y de recreo de las clases populares. Para la clase "media "y "alta", los lugares de recreo y diversión se han caracterizado por encontrarse casi siempre ubicados en las afueras de la ciudad, mas concretamente en clubes, en fincas y centros de descanso. Solo en las dos últimas décadas los centros Comerciales se han convertido en centros de reunión donde convergen casi todas las clases sociales.

Respecto a la conformación de los habitantes de los barrios mencionados arriba y las diferencias en los aspectos sociales, culturales y económicos veamos lo que se logró investigar.

Barrio Granada:

"regresemos a la avenida sexta norte con calle 13 donde residían un buen número de familias. Don Abraham Domínguez, don Álvaro Lloreda y su familia residían en un pequeño castillo de la calle 14 norte. Las familias Villalobos y Palacios. El gran escritor y poeta don Gilberto Garrido. Otra familia era la de doña Beatriz Borrero, Racines Blum, los Malca, también la familia de don Belisario Zamorano que ocupó la alcaldía. Los Irragori, don Ernesto Mejia Arbelaez, los Lenis Burckard. Los Córdoba Velasco y Garcés Córdoba que ocupaban tres lindas mansiones de grandes antejardines. Se conservan sobre esta avenida, grandes mansiones de una y dos plantas donde habitaban también familias extranjeras".

Tan contundente ha sido esta relación que por ejemplo, uno de los primeros Clubes que se construyó en la ciudad fue el Club Colombia, este se encontraba ubicado en el barrio Granada, cuando lo trasladaron de lugar en los años 60 no fue a parar muy lejos; hoy día se encuentra ubicado a unas cuantas cuadras de la avenida sexta y prácticamente en el mismo barrio.

Barrio El Peñón:

"sobre el oeste el barrio el Peñón también antiguo. Donde vivieron grandes poetas e intelectuales el más destacado, el poeta y escritor Jorge Isaacs. Las familias Escobar, Cobo Arizabaleta, los Lloreda, Tafur González, Calero, los Vallejo Peláez, Caicedo Figueroa, Ricardo Price. Poetas como Ricardo Nieto y Margarita Gamboa. En este barrio se construyo el Hotel Intercontinental y los primeros mejores colegios de la ciudad: la Sagrada Familia, Santa Rita Del Peñón, El Colegio El Amparo. Centros culturales como la Biblioteca el Centenario y el Teatro la Tertulia".

Barrio san Fernando:

"algunas eran casas quintas como la de los doctores Magaña, Valencia, Daza y otros. Poblaba entonces el barrio San Fernando un conglomerado del mayor aprecio y distinción, donde todos nos conocíamos y visitábamos, según la antigua costumbre del Valle. También residían allí ciudadanos alemanes como los Neyman, Schultz, Brueck. Franceses de apellido Thorin y el Conde Belleville, los suizos Jean Frey y Ernest Senz, los Españoles Emilia y Manuel Jordán, los Vascos Manuel Aranzabal y el Presbítero Alejandro Hunkele".

Estas familias y sus apellidos, contrastan enormemente con la de los barrios San Nicolás y El Obrero. Leamos el relato.

Barrio San Nicolás:

"recuerdo que la plaza san Nicolás fue cementerio. Como la ciudad se fue extendiendo el cementerio se fue corriendo hasta que llego a la calle 27. Recuerdo que en el barrio San Nicolás nacieron grandes artistas en la pintura, como Angelino Arce, Cruz Bravo, Pablo Aedo, Esteban Bravo, este fue escultor y también arreglaba muñecas, había Herreros, Carpinteros, Zapateros, Serenateros".

Barrio Obrero:

"los primeros habitantes de este sector, fueron personas nacidas en el barrio San Nicolás pero que luego se vinieron para acá, lo mismo que ferroviarios, Artesanos, y personas venidas de otros departamentos, especialmente de la costa pacifica. Estas familias fueron: Palomino, Echeverri, Marcera, Varela, Rivas, Racines, Soto, Mina, Saucedo, Lasprilla, Casañas, Lerma, Estupiñán, Mera, Martínez, Salinas, Murillo etc.

En el año de 1942 este barrio sufrió el primer recorte para separarlo de la zona de tolerancia o de las mujeres de vida alegre".

Ya en los años 40 y 50 desde el punto de vista musical que es nuestro objeto de estudio, se habían dado los comienzos para esta ruptura entre las clases populares y la élite, esto, porque estaban llegando a nuestra ciudad desde Buenaventura, las primeras melodías cubanas interpretadas por Benny Moré, Celia Cruz, Trío Matamoros y otros artistas.

"En la zona, la Sodoma de nuestra ciudad, que comprendía un sector del barrio Obrero y del Sucre, se oía esta música antillana a todas horas, acompañada por un baterista solitario que se sabía de memoria todas las canciones y todos los ritmos".

De la Argentina ya sonaban los tangos, los valses y las milongas, de la costa atlántica y Venezuela estaban llegando nuevos ritmos que luego se conocerían como música tropical, de México nos sonaban las rancheras y los boleros. Estos ritmos contrastaban enormemente con la música Colombiana como el bambuco, pasillo y torbellino, la que más gustaba y, además de la que se nutría la mayoría de la población vallecaucana.

"En Cali por esas épocas existían conjuntos dedicados al arte criollo, así lo atestiguan las remembranzas del maestro Álvaro Romero Sánchez, quien comentó que esos conjuntos llevaban serenatas a las novias "mulatas" de los barrios populares y animaban bailes y jaranas en cualquier lugar. Posteriormente el maestro Romero Sánchez deleitó a los presentes con algunas de sus obras más sentidas y conocidas, una de ellas fue "la Marcha Turca".

Respecto a la llegada de música extranjera a la ciudad Alejandro Ulloa nos dice:

….Poco a poco los géneros Irán decantando su propio público y en la recepción múltiple darán forma a esa memoria musical que bien representaban los Panchos, Jorge Negrete, Gardel, Agustín Lara, Matamoros o la Sonora Matancera. Hemos visto que muchos de ellos llegaron triunfantes a la ciudad para consolidar una imagen que ya se promovía en el disco – canción, ese nuevo objeto de consumo material y simbólico, real e imaginario; en la radio, esa voz amiga que entra a ser parte del entorno familiar; en el Cine, que forma un mundo de ilusiones; y en teatros y radioteatros hasta donde llegan los artistas patrocinados por la industria radiofónica y compañías nacionales o extranjeras que buscan desarrollar un mercado en el país. Todas las estrellas de la canción Latinoamericana pasaron por Cali, a excepción de uno que murió cuando venia en camino y dejó esperando a su público en la entrada del teatro Isaacs. Hablamos de Gardel, muerto en 1936….

Más o menos esta es la misma opinión de Rocío Cárdenas haciendo referencia a la llegada de la música extranjera a nuestra ciudad:

Estos son los patrones formales de la música cubana y puertorriqueña que empezaron al incursionar por esta tierra en la década de los cuarenta cuando las casas disqueras como la RCA víctor difundieron las voces y conjuntos de entonces; nos han quedado de esa época el trío Matamoros, el Conjunto de Pedro Florez, el Sexteto de Ignacio Piñeiro, el Cuarteto Marcaino, el Conjunto Victoria y Rafael Hernández, sin nombrar otros muchos que nos trajeron la música cubana y puertorriqueña creándonos un gusto por los géneros que proyectaron entre ellos el Son que hacia su aparición en la isla y que los Matamoros difundieron e hicieron conocer fuera de ella como en el caso nuestro.

Con el crecimiento de la ciudad se presentó entonces un giro lógico en las formas culturales, musicales y cotidianas de la población.

Ya no solo era el paseo al río los domingos, o las tardes de ocio en el parque Caicedo, o los encuentros esporádicos de los pocos intelectuales existentes, en los bares y cafés de la ciudad entre otros. También se hizo parte indispensable de los modos de diversión el consumo musical, no solo en los centros nocturnos o en las fiestas familiares donde algunos tocadores interpretaban instrumentos de cuerda, se volvió también una necesidad apremiante abrir un mercado para los artistas locales ya que la población por su rápido crecimiento, estaba urgida de consumir estos nuevos productos:

"Yo comencé mi trabajo como músico, tocando con una batería hechiza que hacían aquí en Cali con material de aluminio en el año 1949. El sitio donde tocaba quedaba donde ahora es la portada al mar, yendo paraTerrón Colorado, y lo que hacía era seguir la música que en ese tiempo se colocaba en esas radiolas grandotas" .

Es de esta forma como comienzan a integrarse algunos músicos locales con los llegados de otras regiones y establecen relaciones musicales entre ellos, conformando las primeras agrupaciones bailables, los primeros pequeños grupos, los primeros tríos, todos estos de música popular, que se presentaban casi con regularidad en la zona de tolerancia donde se encontraban conocidos y frecuentados lugares de diversión tales como: "Tabaré", "El Patio", "El Arbolito", "Chapinero", "Todos Vuelven", "Rancho Alegre", "La Terraza De Paulina", "El Copacabana" que era uno de los más prestigiosos, "El Fantasio" que era donde llegaban todos los músicos y artistas conocidos a rematar etc.. En estos lugares solían presentarse las orquestas de Sebastián Solarí, Lino Bernabeu, Los "Chavales" de Alfonso Haya, los Hermanos Ospino, Los "Alegres del Valle" de Emiro Caicedo, Los "Tejanos" de Eliberto Balanta, la orquesta de Rafael Bolaño y otras más que tenían sus lugares donde laboraban continuamente como los clubes de la ciudad y fiestas privadas. Además, estas orquestas competían con las orquestas nacionales e internacionales que eran las que más se escuchaban y contrataban para la época.

Con este nuevo auge surgen también los músicos "callejeros", los cuales iban de negocio en negocio interpretando canciones por algo de dinero y licor y los que tiempo después se establecerían en lugares específicos de la ciudad cuando se crearon los primeros centros artísticos como "Aquí es Miguel", el negocio de "Calandria" centro artístico "El Peñón"(sesteo), La "Tasca", "El Rumaguay" de los que eran propietarios los integrantes de los tríos "Rubireños", "Magual" y "Guayacanes". También estaba el centro artístico del trío "Montecarlo" y el del "Gago" Israel que se llamaba el "Gago". Estos centros artísticos con sus tríos fueron pioneros en crear la cultura de ir a buscar quien diera una serenata o ir a escuchar canciones en alguno de los centros artísticos que pulularían en la década de los años 80 con el apogeo y boom del narcotráfico.

"Nosotros nos íbamos para la calle 24 con carrera 2ª que era donde llegaban los camioneros, allí había unas cantinas donde ellos tomaban trago y nosotros llegábamos a cantarles. Ellos nos pagaban 5 centavos por cada canción que cantábamos."

Los bailes donde hay música en vivo (tríos, orquestas, mariachis, papayeras etc.) siempre fue y ha sido una constante en la historia cultural de nuestra región. La música, de hecho, ha sido parte de nuestro entorno en todo momento, no solo en las ocasiones de jolgorio y alegría, (ferias comunales y municipales), o en los eventos más relevantes de la vida regional, (léase fiestas nacionales o entregas de mando), ritos religiosos, (funerales, casamientos, primeras comuniones, bautizos), celebraciones privadas (cumpleaños, grados, acontecimientos de relevancia personal), la música y los músicos por supuesto, siempre han estado presentes.

Hacía mediados del siglo XX cuando la ciudad de Cali comenzó a adquirir un nuevo rol en la vida social y cultural de sus habitantes, La música de manera importante, también emergió como foco de integración y catalizador de los distintos eventos privados y públicos que se realizaban en esta. Orquestas internacionales como la Billos Caracas Boys, la Sonora Matancera, y nacionales como la de los Maestros Pacho Galán, Edmundo Arias y Lucho Bermúdez comenzaron a llegar a la ciudad a deleitar en ese entonces, sobretodo, a la elite vallecaucana en particular.

Las clases populares encontraron en el acetato, en las recién llegadas radiolas, en las emisoras de radio que también presentaba artistas populares en vivo, en los recién conformados conjuntos y tríos, junto con la música cubana, el tango y otros ritmos, la posibilidad de enriquecer su entorno social y cultural. La música cubana es la que les abre la posibilidad a los músicos locales de comenzar a conformar pequeños grupos musicales debido al gran auge que había constituido la llegada de estas melodías que habían sido traídas por algunos contratistas extranjeros, principalmente cubanos y que fueron fundamentales para el enriquecimiento musical de los músicos locales. Estos músicos y sus grupos, después competirían con las orquestas venidas de otras partes del mundo y del país, Y es esta también, la génesis de lo que seria Cali algunas décadas después en su aspecto cultural musical.

En síntesis, el camino hacia la variedad musical que hoy caracteriza a Cali, se da con la ruptura y la polarización de las clases sociales en lo que va de los años cuarenta hasta la década de los ochenta. Esto, claro, no es lo principal. Lo importante y relevante es dar a conocer cómo fue el proceso de consolidación de la música popular en la ciudad.

HACIA UNA NUEVA PERSPECTIVA MUSICAL

Con el crecimiento urbano y el desarrollo logístico, la ciudad se vio ante nuevas necesidades. Necesidades primarias: (vivienda, educación, salud.) y necesidades "secundarias": (diversión, recreación, entretenimiento). La ciudad y sus dirigentes fueron consecuentes con esta nueva realidad. Fue así como comenzaron a gestarse los proyectos de ampliación y construcción de espacios y barrios que proporcionaran un mejor estilo de vida para los habitantes de la nueva urbe.

Es en este contexto que aparecen las orquestas locales con mas de diez integrantes, los pequeños conjuntos musicales que con unas tumbadoras, Bongoes, Maracas, guitarras y bajo, comenzarían a tocar los primeros Son, Son montuno y Guarachas. Por supuesto también los tríos que interpretaban ya no solo música colombiana; los boleros de los panchos, los tangos de Gardel y otros ritmos, hacían ya parte de su repertorio. En este sentido Rocío Cárdenas comenta:

Nuestros géneros musicales a nivel latinoamericano y caribeño son portadores de elementos comunes en sus parámetros rítmico, melódico y armónico. Voy a demostrar entonces como estos elementos comunes cumplen una función cohesionadora, para nuestro caso musical, de la cultura artística de nuestros países corroborando nuestra unidad cultural. Tales elementos comunes los he denominado referenciales puesto que ellos mismos refieren el mensaje afectivo musical característico de cada país y región intercomunicándonos y a su vez diferenciándonos.

Son estos artistas locales los que abren el camino para que se consolide una pequeña estructura en el ámbito artístico urbano, permitiendo incluso crear una figura de talla internacional como fue el caso del cantautor Tito Cortés.

Este tumaqueño que había llegado a Cali muy joven, es una de las principales cartas en la nueva integración de pequeños grupos musicales en la ciudad. Tito hacía parte de un trío con el que daba serenatas y se presentaba en lugares de tradición social. Además, fue quizás el primero o uno de los primeros que organizó un conjunto donde había más de cuatro músicos puede decirse que fue el primer artista local que alcanzo la gloria a nivel nacional e internacional, también, fue uno de los primeros que tuvo acogida en todas las clases sociales de la época en la ciudad. Con el tiempo, y por la influencia de la música antillana, finalmente fueron las clases populares quienes más acogieron su música. Tito Cortés entonces es artífice, de lo que después sería la ola enorme de tríos musicales, grupos, sextetos, orquestas masculinas y femeninas que se conformarían en esta ciudad en las décadas de los setenta y ochenta. Estos grupos musicales que se conformaron entre los años sesenta y setenta fueron consecuencia de las necesidades propias de una población que ya comenzaba a darse cuenta que era importante para la vida cultural y social, tener nuevas formas de consumo musical. Ya no era solo escuchar música a través de la recién llegada radiola, escuchar a los artistas preferidos a través de la radio o ir a grilles a escuchar a alguna agrupación en vivo; que casi no habían. las orquestas, los pequeños conjuntos, y los tríos principalmente, ya hacían parte del ajuste del presupuesto económico para festejar el cumpleaños, la llegada o salida de algún miembro de la familia hacia el exterior, los matrimonios y otros eventos sociales que podían celebrarse en salones privados, en clubes o en el mismo hogar.

Con el crecimiento de la ciudad comienzan a aparecer también artistas de todo tipo que serían claves en el proceso cultural y musical de la que después llegaría a ser vista y es considerada una de las ciudades más importantes de Latinoamérica en el ámbito musical. Los diferentes ritmos musicales que habían llegado a la ciudad a través del puerto de Buenaventura, se mezclaron rápidamente con los ritmos colombianos que durante largo tiempo habían sido los consentidos de la población en general. No era Danza, Pasillo, Bunde, Bambuco únicamente lo que se escuchaba y bailaba, el son, el bolero, el Cha Cha Chá los ritmos norteamericanos y otros, ya hacían parte del consumo cultural musical de la población caleña. Lo que sucede actualmente con nuestra música es el reflejo de lo que sucedió hacía los años cuarenta por cuenta de la música cubana y norteamericana, la población en aquella época acogió estos ritmos de manera abierta y sin reticencia, los pocos que protestaron por la llegada de estos nuevos géneros no tuvieron más remedio que aceptar que estos eran parte del crisol social y cultural heredado y llegado de otras regiones (internas y externas). No era mucho lo que se podía hacer.

La consolidación de los grupos musicales en la ciudad y de los músicos como tal, hace parte de este proceso iniciado en estas décadas. Mas adelante, con el crecimiento demográfico, la ciudad experimentaría grandes cambios en su estructura musical. La creación y posterior afianzamiento de institutos musicales importantes como el Conservatorio Antonio María Valencia, el Instituto Popular de Cultura, la Escuela de Música de la Universidad del Valle, posteriormente academias musicales privadas y músicos extranjeros que llegaron a la ciudad y le dieron formación a muchos artistas; hicieron que estos comenzaran a conformar nuevas orquestas, grupos musicales, papayeras, bandas de rock, músicos callejeros y por supuesto los tríos, logrando todos con base en su trabajo y educación, sobrevivir algunos, otros vivir cómodamente, algunos incluso enriquecerse.

En general, los músicos caleños que comenzaron en los años cuarenta a conformar conjuntos y orquestas para deleitar a una franja muy pequeña de la sociedad; finalmente dio como resultado que en las décadas posteriores Cali se consolidara como una urbe musicalmente importante en Latinoamérica. Este avance musical de la ciudad se debió especialmente a todos esos artistas que gracias al proceso cultural de esta y al apoyo de los entes municipales, finalmente lograron crear una identidad cultural importante que se hizo conocer en todo el país y también en el exterior. Al respecto en 1956 en un artículo de la revista del Club Colombia Elvira Garcés de Hannaford, una de las primeras alumnas del conservatorio decía:

"Cali, por intermedio de su conservatorio, ha puesto en contacto a la juventud colombiana con la mejor música del mundo; y ha dado también a nuestro país una escuela pianística que no admite parangón, a la vez que le está proporcionando la mejor escuela de canto que hoy existe".

Más adelante refiriéndose a la Universidad del Valle manifestaba:

"la Universidad del Valle también tuvo un nacimiento modesto; y muchos pensaron con tosudez que en el mejor de los casos nunca pasaría de ser un discreto instituto provinciano. Para sorpresa de los más, es hoy un centro de altos estudios que no puede ser ignorado al intentar el balance del desarrollo cultural y técnico de Colombia en los últimos años".

La consolidación de los grupos musicales, esta relacionada principalmente con el crecimiento demográfico y el posterior auge económico de la ciudad en las décadas de los 70 y 80. Fue en estas décadas donde todos los sectores culturales, Sociales, Económicos y Políticos, crecieron de manera inusitada, todo esto, producto de la gran demanda existente en la ciudad por parte de un sector social emergente asociado con la economía del narcotráfico.

Muchos de los artistas que se consolidaron y le dieron un realce importante a la música local en ese momento fueron el maestro chileno Mario Gómez Vigñes en la escuela de música de la Universidad del Valle; el baterista argentino Mario Yarussi que trabajaba en los clubes y hoteles más importantes de la ciudad, Julián Angulo de la ciudad de Guapi, que muy joven se radicó en Cali y conformó su propia orquesta; reconocidos pianistas como William Jacson y Jaime Henao que integraban reconocidas orquestas populares pero también hicieron un aporte importante en la difusión del Jazz en la ciudad. En el ambiente salsero se destaca la familia Manyoma cuyos integrantes han hecho parte de orquestas como la de Fruco y sus Tesos, la orquesta la Ley y los del Caney, orquestas que fueron muy populares en las décadas de los 70 y 80. En este mismo orden esta la familia Ospino y los Oliveros cuyo núcleo familiar es destacado en la comarca y en el país como de los más destacados músicos y cantantes. En cuanto a conjuntos musicales se debe destacar la labor musical que en los primeros años de los 80 hicieron grupos como el "Son De Uterpe", "Renacer Antillano", el Conjunto de María del Carmen, Luz Dari y el Sexteto "Rumbahabana", "Sonero Clásico Calima", La Orquesta los "Famosos de Cali", también estaban los grupos musicales que hacían folclor latinoamericano como es el caso de "Sentir Latino",Grupo "Argé", "Los Del Zaguan del Viejo Conde" (dirigido por Gerardo de Francisco), el grupo de "Papeto" y muchos más que se presentaban cada fin de semana en los establecimientos que tenían sus grupos de planta.

Los músicos "callejeros" y los tríos en particular, conformarían un circulo de amigos a manera de asociación, logrando cohesionarse montando una especie de lugar de encuentro donde llegaban los clientes a invitarlos; más bien contratarlos para dar una serenata, o simplemente sentarse en esos lugares a escuchar música de cuerda mientras consumían algo de licor: Este sería el principio de los Centros Artísticos de los cuales la ciudad quedaría saturada hacia los años 80 y parte de los 90.

LA MÚSICA A PARTIR DE LOS AÑOS 70

En los años 70 comienza para la música, y los músicos, un nuevo proceso debido a cambios en varios aspectos relacionados con el ámbito artístico. El crecimiento de la ciudad y la coyuntura política y económica del país, dio como resultado que Cali se viera envuelta en sucesos que a la postre le cambiarían el estilo de vida a sus habitantes en las dos décadas siguientes. El alto consumo y la activación de la vida nocturna en proporciones exageradas, produjo una burbuja económica que se vio reflejada en la alta demanda y la posterior consolidación de muchos artistas que se convirtieron en estrellas de la música popular en el país, incluso en el exterior.

En los años 70 ya se había consolidado el ritmo Salsa en el continente Americano a partir de la fusión de varios ritmos latinos promovido por músicos exiliados cubanos, músicos Puertorriqueños y neoyorquinos. Este ritmo también se estaba consolidando en la ciudad de Cali a partir de la llegada de grandes intérpretes del género como la Fania All Star, Richy Ray And Boby Cruz, Nelson y Sus Estrellas, Celia Cruz, La Sonora Matancera y otros. Además, desde los años cuarenta en la ciudad se estaba escuchando el son, género musical que según algunos es el origen próximo y la matriz del ritmo llamado Salsa.

Para Cali fue fundamental el reconocimiento cultural que adquirió a partir de los años setenta a causa del fenómeno musical liderado por este ritmo que se quedó pegado en la ciudad y al cual le debe en cierta medida el reconocimiento que hoy día se destaca en el mundo entero.

En el plano local, este nuevo auge cultural musical trajo consecuencias importantes para los artistas de la vieja y nueva generación. La gran demanda que se generó en la ciudad de toda clase de bienes y servicios a partir de la llegada de divisas producto de operaciones ilegales en el exterior, produjo un cambio radical en el consumo musical y en las relaciones entre los músicos y los clientes – Sobre estas operaciones, en 1976 Álvaro Gómez Hurtado escribió un editorial que en alguna parte decía:

"si Colombia se destaca en el mundo, no debe ser ciertamente por el elevado consumo interno de estupefacientes, sino por que se ha convertido en un centro de producción y comercialización de la droga. Ello se debe a condiciones peculiares, como la inmensidad de su suelo y su fertilidad, a la habilidad manual y comercial de sus habitantes y, sobre todo, al bajo costo de esta mano de obra inteligente que tiene, en términos de dólares, un ingreso desproporcionadamente bajo. Nos cayó en suerte que todas estas condiciones, más la ubicación geográfica, nos convirtieran en una estupenda base de operaciones para las actividades ilícitas de la droga.

Ya no era solo "tocarle" al amigo del barrio por algo de licor y comida, o al cliente camionero en la calle segunda con 24 cerca al ferrocarril por algunas monedas, o a los "borrachos" de bares y cantinas que se encontraban en distintos sectores de la pequeña ciudad entre los años cincuentas y sesentas por una cerveza o algo de dinero; no. La relación en los años setenta cambió abruptamente; no solo cambió, se convirtió en una relación casi cómplice, en la que el músico llegó a convertirse en el amigo y confidente, en el artista preferido y acompañante, en el "razonero" y alcahuete, algunas veces incluso; en su socio. En la década siguiente, Con la entrada de más divisas, esta relación entre los músicos y el narco ó "Patrón", continuó consolidándose.

"una vez yo iba por la calle en una moto vieja que tenía, cuándo se me arrimaron unos manes en unos carros y me pararon, era un pana mío con el que yo había tocado en un grupo de música folclórica, además, era compadre mío. Me dijo "hermano usted que hace en esa moto, tome yo le doy este cheque". Con ese cheque fui y compre una moto nueva".

Los años70 marca entonces el principio de lo que sería para Cali el auge y boom de grupos musicales, grandes orquestas, un número interminable de tríos, dúos, solistas, cuartetos, músicos callejeros, músicos educados, grandes maestros, directores de orquesta, músicos extranjeros. Esto, haciéndole seguimiento solo a los músicos; en todas las ramas de las artes el auge fue igual, incluso presentándose alguna de las mismas particularidades.

Para finales de los 70 ya se había consolidado en la Ciudad un mercado musical que generaría en términos de mercado, una avalancha inusitada de establecimientos que ofrecían grupos musicales en vivo, orquestas internacionales en reconocidas y recién creadas discotecas, en conciertos que se ofrecían en los escenarios deportivos más grandes y de mayor entrada, las actividades culturales que se apreciaban de ser las mejores en el país, los grandes encuentros y conciertos con los artistas más famosos para la época que salían y entraban a la ciudad como si esta fuera su segundo hogar. También estaban los artistas nacionales y las orquestas y los conjuntos más importantes del país que vieron en esta ciudad la puerta más importante para desarrollar su actividad artística. No en vano a esta ciudad vinieron a radicarse artistas y músicos de renombre internacional que encantados por la generosidad de sus coterráneos y de sus clientes, se rehusaron a salir de ésta conformando aquí sus hogares, su centro de operación y sede principal.

La música en Cali siguió su curso y con ella más posibilidades de abrirse hacia un mercado que cada día era más propenso a los avatares de los nuevos consumidores que ya no solo se habían consolidado si no que habían establecido una nueva dinámica en las relaciones cliente músico. Ya entrados los años 80 se vivió en todo el país una transformación en su vida política, económica y social; Cali fue una de sus máximas protagonistas ya que desde esta ciudad se manejó gran parte de lo que el país y el mundo conocieron como los carteles de la mafia que comercializaron e introdujeron el 80 % de la droga (Cocaína) que se consumió entre los años 70 y 80 en el mundo entero. A partir de estos sucesos los consumos relacionados con el narcotráfico dieron un giro de 360 grados y se establecieron y robustecieron las relaciones que desde la década de los 70 se habían ido consolidando de manera pausada. Para la música fue una situación bastante particular y compleja; a la vez que se convirtió en una de las grandes dinamizadoras de las artes en la ciudad, también produjo una ola enorme de nuevos artistas que por razones de educación y preparación, dejaron ver finalmente, que la ciudad no estaba preparada en muchos aspectos, para recibir este gran flujo de divisas que ahora sí, habían inundado todos los sectores de la economía local.

EL BOOM DEL NARCOTRÁFICO EN LOS AÑOS 80 (S. XX)

Se ha dicho que la década de los 80 fue para el país, una de las décadas más turbulentas de su historia como República, y los hechos así lo demostraron. El robustecimiento y consolidación de actores armados que durante las décadas anteriores no se habían hecho notar suficientemente, para la década de los 80 se convirtieron en la principal preocupación y agenda del gobierno nacional liderado en ese momento por el entonces Presidente Belisario Betancourt. Las FARC el ELN el EPL y principalmente el M-19, habían proporcionado varios golpes importantes a la infraestructura económica, política y social del país. En el plano político, estas fuerzas armadas irregulares estaban conformando células urbanas que contaban con el respaldo y la simpatía de alguna parte de las clases populares. Algunos de estos grupos guerrilleros (FARC) habían logrado conformar alas políticas (como la Unión Patriótica) de sus movimientos, vía prediálogos con el gobierno del entonces Presidente Belisario Betancourt. Para finales de la década, varias de estas organizaciones firmaron acuerdos de paz con el gobierno del Presidente Virgilio Barco (1986 – 1990), que dió como resultado cambios políticos importantes para el futuro del país como fue el caso de la instauración de una nueva Carta política (Constituyente de 1991), ésta, de corte más liberal, participativa e incluyente.

De lo que no se pudo librar la década de los 80 fue del efecto dañino y perverso del narcotráfico. Al contrario, en ésta década el narcotráfico y sus máximos lideres declararon al país enemigo de sus intereses e iniciaron una guerra que en términos de vidas humanas tuvo un alto costo para la Nación. Las masacres, el terrorismo, los asesinatos políticos, los desplazamientos, la conformación de grupos paramilitares y su consecuencia, fue lo que dejó la década de los 80 como resultado de la guerra declarada por uno de los Carteles de la droga .

Con este panorama lleno de conflictos y de desesperanza tuvo que afrontar la generación de los 80 su vida cotidiana y sus proyectos en toda la Nación. Para la ciudad de Cali las cosas no fueron diferentes. La ciudad estaba inmersa y atollada del dinero fácil, las autoridades eran las mandaderas y las cómplices de los señores dueños de ésta.

Los Rodríguez aún tienen el buen gusto de financiar equitativamente las campañas de los liberales y conservadores, de apadrinar fundaciones de investigación científica, de sostener las asociaciones ecologistas y, sobretodo, de ayudar al mantenimiento del orden en su ciudad: "en Cali existe un fondo compensatorio de ayuda a la policía, creado por las autoridades: Visecali. "Este fondo recoge dinero para financiar las motos, la gasolina, los gastos generales de la policía. Rodríguez (Miguel) es de lejos el primer donador. Compró a toda la policía".

La moda, la estructura arquitectónica de la ciudad, el comportamiento de sus ciudadanos, las artes y la cultura estaban hasta cierto punto, permeadas por el auge y boom de los negocios ilícitos. En síntesis; la ciudad estaba inundada de narcotráfico.

Ésta fue para los músicos la que ellos han considerado la mejor época para su trabajo como artistas. En los años 80 era tal la demanda, que los músicos se daban el gusto de despreciar el trabajo.

"Nosotros manteníamos jugando billar en petrochelly, un bar que había allí en la carrera 15 con 11. Cuando de pronto venía alguien y nos decía que necesitaban un trío para ir a dar una serenata nosotros le contestábamos que le dijera que buscara a otros por que apenas habíamos comenzado a jugar el chico".

La cantidad de lugares que presentaban artistas dio como resultado que la ciudad se volcara hacia nuevas maneras de consumo cultural musical. Con relación a esta nueva coyuntura, es difícil establecer cuántos lugares artísticos se abrieron en la ciudad en esa década, ni cuántos conjuntos musicales de todo tipo se crearon; lo que sí se ha podido evidenciar es que con esta avalancha de sitios presentando show en vivo, era lógico que se necesitaran músicos para que integraran la nómina de los establecimientos nocturnos. Para este tiempo, no fue raro que muchos negocios tuvieran orquesta de planta con más de ocho integrantes y que además de orquesta de planta, contrataran uno o dos shows por aparte. Con todo y esto, a veces los dueños de los establecimientos no encontraban un artista para presentar en su negocio; lo ideal era presentar por lo menos tres grupos diferentes en la noche, a veces esto no se lograba porque los buenos grupos estaban comprometidos, otras veces contrataban grupos, y estos no tenían el nivel requerido para un público que se había vuelto bastante exigente.

"nosotros en 1985 conformamos un grupo que le pusimos JUVENTUD CAÑAVERAL, ninguno de nosotros era músico preparado, pero sabíamos tocar cada uno nuestro instrumento. Un día fuimos a un grill que se llamaba el Viejo Tonel que quedaba en el centro, hablamos con el administrador y le dijimos que queríamos presentarnos, que nosotros no le cobrábamos por que queríamos hacernos conocer. El señor nos citó para que tocáramos en la noche, cuando estábamos en la tercera canción; nos hizo bajar del escenario por que la clientela se le estaba retirando del lugar a raíz del mal espectáculo."

Esto sucedía en el plano local y con los músicos que trabajaban en lugares tradicionales. En el contexto de los artistas locales que tenían cierta categoría, las orquestas y grupos nacionales importantes y los foráneos, las cosas eran a otro nivel. Antes de los 80 en Cali existían los bailaderos de tradición estaban instalados casi todos en el otrora puerto de "Juanchito". También estaban los bailaderos que se encontraban ubicados en algunos barrios tradicionales para este tipo de encuentros como es el caso de la avenida sexta, Siloé y Meléndez. En la década de los 80 estos lugares tuvieron cambios significativos, no solo en la parte tradicional que era lo que más llamaba la atención; en la parte estructural y arquitectónica, estos también dieron un giro enorme. De las casetas de guadua y las encerradas como eran conocidos ciertos lugares entre los años 50 y 60; en los años 80 pasaron a convertirse en lujosas discotecas con vidrios polarizados y enormes pistas de baile con parqueadero y vigilancia extrema en todos sus alrededores. A estas discotecas llegaban las orquestas más importantes de la ciudad y los grupos internacionales más cotizados de la época a amenizar con actuaciones que superaban casi siempre las dos ó tres salidas en la noche. Ya no solo fue Juanchito el lugar tradicional de la rumba. La calle quinta, la Avenida Roosevelt, el Centro de la ciudad, y los lugares a las afueras, se habían convertido en centros de diversión donde llegaban clientes casi todos los días. No en vano hubo un tiempo en el que cada día tenía un lugar tradicional para irse de rumba. La ciudad no paraba.

Todo esto que sucedía en Cali con las grandes orquestas y los grupos que trabajaban de planta en los lugares de tradición, se daba paralelo al trabajo que estaban ejerciendo los tríos y los pequeños grupos de la ciudad. Con la gran demanda que había, era lógico que los músicos serenateros estuvieran viviendo su mejor momento. Fue para esta época que surgieron los mejores tríos y grupos que tuvo la ciudad, el caso de el Trío Montecarlo (de los más antiguos), Clásicos Trío, que estuvo en un festival internacional en Cuba o los Patuma que se hicieron en esta comarca y ahora son los más conocidos junto con Lina y Julián que comenzaron su carrera artística siendo unos niños. Para esta época la ciudad también contaba con varios Centros Artísticos ("La Piragua", "Los Trinantes", "Pentagrama del Recuerdo", "Reminiscencias", "El Alambique", "Colombia Linda"), estos lugares tenían en su nómina un promedio de diez artistas, más el grupo de planta que los acompañaba o les servía de marco musical. También estaban los lugares de encuentro nocturno donde se reunían los tríos de música de cuerda que se habían especializado en interpretar la música de los mejores tríos del mundo. Estos centros nocturnos llegaron a albergar hasta ciento cincuenta músicos que se paraban a esperar a que llegara algún cliente para que se los llevaran para alguna de las tantas fincas que también eran lugares donde se acostumbraba a terminar las imparables noches de "farra". Dentro de este contexto se movieron casi todos los artistas populares de la ciudad en el transcurso de esta década. Las interminables horas de trabajo que les impuso la demanda, específicamente por parte de clientes relacionados con el narcotráfico, transcurrió durante toda la década de los 80 sin ningún contratiempo; solo la nueva coyuntura que vivió el país para finales de ésta década, dejó ver que todo este auge económico, había sido transitorio, la burbuja económica que duró aproximadamente tres lustros, se vino abajo de manera repentina, todos los sectores productivos de la ciudad se vieron seriamente afectados por este colapso económico que comenzó en los años 90 y dejó al sector musical particularmente, en situación de crisis permanente. Los años 90 es la década de la crisis económica de los músicos, muchos de estos tuvieron que volver a sus antiguos oficios, otros, que nunca habían tenido una labor diferente a la música tuvieron que tomar empleos que nunca se habían imaginado ejercer.

Con la crisis, comienza una nueva etapa para los artistas locales. Hasta principios de los años noventa muchos artistas habían logrado sostenerse, pero para finales de ésta década las perspectivas de lograr recursos por los medios artísticos se había convertido en toda una odisea. La crisis había tocado fondo.

"En el año 1994 a mi me ofrecieron veinte mil dólares para llevar droga en el estómago. La cuestión era relativamente sencilla. Yo tenía visa de entrada permanente a los Estados Unidos por ser director de una importante orquesta de la ciudad, lo cual me "facilitaba" de alguna manera las cosas. Además, no iba solo, en ese negocio íbamos tres compañeros. Cuando llegamos a Miami nos detuvieron y nos interrogaron durante varias horas por considerarnos sospechosos. Finalmente y después de contradecirnos en las versiones, y la cohersión de los federales, decidimos reconocer que llevábamos estupefacientes en el estómago. Yo estuve preso en varias cárceles de Miami hasta el año 2001 cuando me dieron libertad y me deportaron para Colombia".

LOS AÑOS 90 Y LA CRISIS ACTUAL

La primera mitad de los años 90 fue la época de consolidación de las orquestas femeninas en la ciudad. Estas muchachas que a finales de los años 80 habían comenzado un experimento musical liderado por ellas mismas, en los años 90 las llevó a convertirse en las artistas más populares y cotizadas, no solo en Cali, también en el país y en el continente entero. Orquestas como Son De Azúcar, D´ Caché, Canela, Marabá, Chicas Madera, Tumbadora, eran conformadas por mujeres que habían comenzado estudios musicales en las más importantes escuelas y academias de música de la ciudad. También había dentro de estas nuevas orquestas algunas artistas que no tenían ningún tipo de estudios musicales pero que gracias a su talento lograron ingresar al mercado laboral musical de Cali. Un ejemplo es el de una de las cantantes de la orquesta "Son de Azúcar" que sin ningún estudio musical, logró estar en los niveles más altos de los artistas de nuestro país:

Yo comencé a cantar en la orquesta de la Universidad San Buenaventura y de allí pasé a un grupo que trabajaba de planta en las "Terrazas de la sexta". En ese mismo año (1991), ingresé a la Orquesta "Son de Azúcar" con la que hice giras a Europa y todo el continente americano, (Canadá, el Caribe hasta Argentina), y en la que estuve hasta el año 1996 cuando se dio la crisis de las orquestas de la ciudad".

También los primeros años de los 90 dieron paso a la consolidación internacional y mundial de la que es quizá la orquesta más conocida que tiene nuestro país: El Grupo Niche.

En el plano local, las cosas estaban empezando a cambiar. Primero, el país estaba mostrando los primeros síntomas de lo que sería la recesión económica de finales de los 90, por ende, el mercado musical estaba igualmente manifestando su propia recesión. Segundo, las nuevas políticas gubernamentales contra los carteles de la droga, había afectado el nivel de ingreso de muchos lugares nocturnos que se sostenían principalmente con clientes que manejaban dinero producto del negocio del narcotráfico. A esto debió sumársele que en los primeros años de los 90, el país tuvo que afrontar el famoso apagón, que no solo sumió a la nación en la penumbra; todos los sectores productivos del país se vieron afectados por tan inoportuna situación. Finalmente con la desarticulación de todo el aparato productivo ilegal del Cartel de Cali, la ciudad se sumergió en la que ha sido considerada la peor crisis económica de los últimos tiempos. Para comienzos de la primera década del Siglo XXI, tanto la ciudad como el país estaban soportando su peor momento económico dado por la crisis mundial y el efecto dominó que ésta había provocado. Para los músicos en general, no quedaron muchas opciones económicas. Muchos artistas importantes de la música popular tuvieron que irse de la ciudad a raíz de la crisis, otros, tomaron caminos espirituales y se dedicaron al servicio evangélico. Muchos más, se quedaron en la ciudad tratando de sobrevivir llevando consigo eso que no se puede dejar: el amor por el arte, la música, la bohemia.

LOS AÑOS RECIENTES

En los últimos cuatro años (2003 – 2006) se le hizo seguimiento como trabajo de campo a varios grupos musicales que iban desde un dúo, hasta un septeto.

Estos grupos musicales hacen presentaciones artísticas en diferentes actividades que van desde cumpleaños, hasta celebraciones eucarísticas. Como conclusión de estos datos se pudo establecer que la ciudad tiene económica, social y culturalmente una estrecha relación con los consumos musicales, dicho de otra manera, la música es directa dinamizadora social económica y cultural.

Los vínculos que se establecen a partir de una presentación artística son principalmente tres. Lo primero que se puede destacar es la parte de la relación familiar: regularmente todos los contratos que se realizan tienen como objetivo la celebración de algún importante acontecimiento (cumpleaños, grado, matrimonio, salida y regreso al país, algunos eventos litúrgicos entre otros) cabe aclarar que los grupos musicales a los que se le hizo el seguimiento laboral no están dentro de los grupos que realizan actividad artística litúrgica que tiene una alta demanda en la ciudad, sin embargo, hubo ocasiones en que algunos de estos grupos (dueto) fue contratado para tocar en una sala de velación o en un cementerio. En segundo lugar se encuentra el vínculo comercial o económico. Este es el que realiza un empresario o una organización para reunir fondos o beneficiarse económicamente de las actividades artísticas.

Quienes más realizan este tipo de eventos son las discotecas de la ciudad y algunos clubes y organizaciones empresariales que ven en los grupos musicales y los artistas destacados de la región, la posibilidad de generar recursos para la sostenibilidad de sus negocios. Por ultimo, están las actividades patrocinadas especialmente por organizaciones sin ánimo de lucro y las secretarías de cultura y turismo del Municipio y el Departamento. Estos entes son los que menos contratan actividades artísticas ya que sus presupuestos son limitados y mas bien recurren a los institutos y escuelas de música más importantes de la ciudad para que sean sus alumnos y los grupos representativos de estas instituciones los que realicen las actividades musicales que ellos requieran. Solo en ocasiones importantes como festivales, encuentros musicales internacionales, ferias municipales o fechas importantes, los entes municipales adquieren los servicios de las orquestas y los grupos de música de la ciudad. Se puede decir entonces, que los grupos musicales se sostienen principalmente de la demanda de sectores específicos que hacen parte de las dinámicas y los consumos musicales regulares de Cali y que son estos mismos sectores los que han sostenido el consumo musical en las décadas anteriores, exceptuando el período que va desde finales de los setenta hasta la mitad de los años noventa cuando la mayoría de grupos musicales y orquestas se sostuvieron en gran parte por el servicio que prestaban en los distintos y concurridos lugares que presentaban show casi a diario. Para finales de los noventa y lo que va del siglo XXI, el servicio musical volvió a su curso normal, dicho de otra manera, son las élites y las clases medias quienes sostienen el dinamismo y el consumo musical de la ciudad con sus fiestas y sus celebraciones cotidianas junto con sus negocios y sus actividades comerciales donde casi por obligación, deben como gancho, adquirir los servicios de algún conjunto musical sea orquesta, mariachi, grupo, papayera, parrandón o solista.

Los datos recogidos para esta investigación ayuda a comprender de que manera se consume la música en vivo actualmente en la ciudad y como esta ha sido una constante en las últimas décadas. Veamos las estadísticas del año 2003.

CUADRO ESTADISTICO

AÑO 2003 TOTAL PRESENTACIONES 124

ESTRATO

PRESENTACIONES

EVENTOS

PRESENTACIONES

1

0

RESTAURANTES Y BARES

3

2

0

HOTELES Y CLUBES

11

3

16

COLEGIOS

2

4

16

ACTOS POLITICOS

2

5

31

ACTOS CULTURALES

1

6

27

FIESTAS MUNICIPALES

0

EMPRESAS

15

Fuente: investigación de campo realizada por el autor entre los años 2003 hasta 2006 con grupos musicales de los cuales él hace parte.

Observando el cuadro se puede establecer que las dinámicas musicales están regidas en una alta proporcionalidad por los entes privados y por las clases sociales altas. Para este año la participación de los estratos bajos de la ciudad en la adquisición de servicios musicales para los grupos a los que se le hizo seguimiento fue nula. Únicamente el estrato tres que suele contratar servicios musicales regularmente hace contrapeso con respecto a los estratos sociales medio y alto. Entre los entes se puede ver que son los clubes, hoteles, restaurantes, bares y empresas quienes más dinamizan el sector. Para este año, no se presentaron actividades relacionadas con fiestas municipales y eventos políticos solo se presentaron en dos ocasiones, este dato es interesante por tratarse de un dinamizador cultural que en los años 80 en época electoral su proselitismo incluía un sinnúmero de artistas que se encargaban de deleitar a los concurrentes antes y después de las intervenciones de los candidatos. En la parte cultural solo en una ocasión, alguno de estos grupos fue invitado a participar en una actividad.

AÑO 2004 TOTAL PRESENTACIONES 205

ESTRATO

PRESENTACIONES

EVENTOS

PRESENTACIONES

RESTAURANTES Y BARES

50

1

0

HOTELES Y CLUBES

18

2

3

COLEGIOS

4

3

17

ACTOS POLITICOS

0

4

14

ACTOS CULTURALES

6

5

28

FIESTAS MUNICIPALES

0

6

26

EMPRESAS

39

En el cuadro estadístico del año 2004 se observa la misma constante. Los sectores privados y las clases altas son indiscutiblemente quienes sostienen la dinámica económica del sector musical. Aunque las presentaciones aumentaron, los sectores populares y los entes gubernamentales no mostraron un incremento importante dentro del consumo musical en vivo.

Para corroborar esta constante miremos los datos del año 2005 y los siete primeros meses del año 2006.

AÑO 2005 TOTAL PRESENTACIONES 168

ESTRATO

PRESENTACIONES

EVENTOS

PRESENTACIONES

RESTAURANTES Y BARES

20

1

0

HOTELES Y CLUBES

6

2

0

COLEGIOS

3

3

13

ACTOS POLITICOS

0

4

19

ACTOS CULTURALES

3

5

27

FIESTAS MUNICIPALES

0

6

35

EMPRESAS

42

 

AÑO 2006 TOTAL PRESENTACIONES

HASTA EL MES DE JULIO 108

ESTRATO

PRESENTACIONES

EVENTOS

PRESENTACIONES

1

0

RESTAURANTES, BARES

17

2

1

HOTELES Y CLUBES

2

3

11

COLEGIOS

5

4

7

ACTOS POLITICOS

0

5

24

ACTOS CULTURALES

4

6

15

FIESTAS MUNICIPALES

1

EMPRESAS

21

En el cuadro que sigue a continuación se puede hacer la observación final de toda la investigación estadística. Se debe aclarar que esto es solo parte de toda la labor que realizan los grupos musicales de la ciudad, pero estos datos muestran una constante dentro de las dinámicas propias del sistema de mercado y la relación profunda entre el sector privado y el trabajo musical en la comarca.

CUADRO ESTADISTICO FINAL

TOTAL PRESENTACIONES 605

ESTRATO

PRESENTACIONES

EVENTOS

PRESENTACIONES

1

0

RESTAURANTES Y BARES

90

2

4

HOTELES Y CLUBES

37

3

57

COLEGIOS

14

4

56

ACTOS POLITICOS

2

5

110

ACTOS CULTURALES

14

6

103

FIESTAS MUNICIPALES

1

EMPRESAS

117

Por último, con esta investigación se marca un precedente en el conocimiento que con respecto a la vida económica de los artistas (músicos) se sabe en el ámbito de la cultura de la ciudad. Los músicos, fueron, han sido y son, un sector importante de la dinámica económica de Cali. Estas últimas décadas nos dejaron como herencia, un crecimiento demográfico, urbanístico y económico de proporciones gigantescas si comparamos lo que era la ciudad a principios del siglo XX. La ciudad seguirá creciendo, y con ella crecerán las dinámicas culturales como ha sucedido en los últimos tiempos. El sector musical, al igual que todos los sectores dinamizadores de la economía; seguirá creciendo al lado de ellos.

BIBLIOGRAFÍA

BERTRAND RUSSELL, Ensayos Filosóficos, editorial altaya S.A., 1993. Pag 90

CÁRDENAS ROCÍO, La Música Caribeña, en: La Salsa en Cali, entre lo ancestral y el consumo, pag 116, centro editorial Universidad del Valle, 1992, Cali Colombia.

D.A.N.E Departamento del Valle del Cauca.

EDGAR VÁSQUEZ BENÍTEZ. Historia de Cali en el S. XX. En Apogeo Industrial en la vieja ciudad. Santiago de Cali. 2001. pag 188.

ENTREVISTA a Alberto Ramírez, nov 2000.

ENTREVISTA a Carmen Eugenia González. 8 de agosto de 2006

ENTREVISTA a Francisco Javier Álvarez. Julio 2002

ENTREVISTA a Hardany Cortés, hijo de Tito Cortés.Julio. 2003.

ENTREVISTA a José Rafael Ledesma. Abril 21 del 2004.

ENTREVISTA A Josué García músico del sector. Febrero 2000.

ENTREVISTA a Laureano Rengifo el popular "Conejo" Enero 18 del 2006.

HISTORIA DE LOS BARRIOS DE CALI, Biblioteca Departamental, No 54, pag 9 y 11

HUMBERTO VALVERDE. Celia Cruz Reina Rumba, editorial Atenas, 2002… pág. 6.

MYLÉNE SAULOY. YVES LE BONNIEC. ¿A quién beneficia la cocaína?, tm editores s.a. Bogotá, 1994. Pag 72

PALACIOS EUSTAQUIO, el Alférez Real, editorial panamericana ltda., febrero de 1996 pag 151

REVISTA DEL CLUB COLOMBIA en Cali en la cultura colombiana,

Revista nº 8 año 2, Cali, junio de 1.956.

REVISTA SEMANA, edición nº 1.227 noviembre 7 2005, pag, 74.

SOBRE NARCOS en

TERTULIAS DEL CALI VIEJO, cámara de comercio de Cali, centro de estudios históricos y sociales "Santiago de Cali" pag…41.

ULLOA ALEJANDRO, LA salsa en Cali, Cáp. XII, pag. 403

A Patricia Patiño y todos los compañeros músicos

que colaboraron en la elaboración de este modesto

trabajo, y en memoria de otros que fallecieron

y en vida hicieron valiosos aportes

a esta investigación

AGRADECIMIENTOS

Al Estado colombiano y al ente público representado en la Universidad del Valle que me brindaron la posibilidad y la oportunidad de llevar a cabo mis estudios secundarios y superiores (soy producto de las ventajas que brinda el Estado para que personas que no hayan seguido los conductos regulares académicos, puedan acceder a la educación superior presentando examen de ICFES). A mis padres, hermanos, esposa e hijos con quienes he compartido los mejores momentos de mi existencia. Un agradecimiento muy especial al profesor Alonso Valencia Llano, pues su valioso aporte y dirección, definitivamente me encausó por el camino correcto para la finalización de esta investigación. A todo el Dpto. de Historia y su planta de profesores y trabajadores, especialmente a Mara, quien tanto nos ayuda y aconseja.

 

PRESENTADO POR

Leonadi Ledesma Lara

UNIVERSIDAD DEL VALLE

SANTIAGO DE CALI

JUNIO 2006

MONOGRAFÍA PARA OPTAR EL TÍTULO DE

Licenciado En Historia

JUNIO 2006

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente