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Colonización y hegemonía: Ruanda, en el camino del capital (página 2)

Enviado por lucas griego


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Antes de proseguir es necesario realizar una aclaración en relación con el concepto de hegemonía. Cuando Gramsci realiza este aporte para la comprensión de las sociedades lo hace desde un determinado contexto histórico y político. Sus apreciaciones por ende están condicionadas, mas aún debido a que gran parte de su pensamiento esta enfocado en la comprensión del capitalismo europeo. El análisis gramsciano tiene como esquema el materialismo dialéctico, y el motor de esta dialéctica es la lucha de clases, por ende su objeto son las clases sociales[12]como categoría fundamental. Es por ello que resultaría conveniente, dado el peso que tiene en el caso de Ruanda, establecer brevemente cual es el nexo entre lo étnico[13]la etnia[14]y la clase.

La base de la cual partimos es la propuesta por Héctor Díaz Polanco. Polanco se centra en la relación que existe entre la cuestión étnica y las clases sociales. En principio, al igual que el autor, no concebimos que ningún extremo es útil para comprenderla: ni la negación de la validez del fenómeno étnico, ni la imposibilidad de aplicar el análisis clasista al mismo. En por ello que asumimos que "la etnicidad debe ser considerada como una dimensión de las clases, o si se quiere, como un nivel de las mismas. De esta manera todo grupo social o clase posee una dimensión étnica propia" (Héctor Díaz Polanco, 1995: 62).

Plantear la etnicidad como una dimensión o componente de la clase permite desarrollar formas de identidad y solidaridad bajo condiciones históricas particulares, que no sea un elemento extraño ni mucho menos y permite, además, una absoluta y necesaria compatibilidad con la clase, "los grupos étnicos no pierden por ser tales su carácter y raíz de clase" (Polanco, 1995:63).

Por otro lado, es importante recalcar que el modo de producción capitalista si bien tuvo su auge histórico en Europa, no ocurrió solamente en Europa. Intentamos establecerlo como un proceso complejo que involucró tanto a los países centrales como a los países periféricos, los primeros a través del colonialismo intentando incorporar al sistema nuevas áreas de comercio para sus industrias.

A partir de lo precedente, la hegemonía adquiere otra relevancia. Puede aplicarse para comprender con mayor precisión el periodo de colonización belga en Ruanda entre 1920 y 1940. Podemos sostener que para efectivizarse la hegemonía Belga y convertirse en dirección política y moral, se hacia necesario quebrar cualquier rastro de solidaridad entre los ruandeses "para incrementar al máximo la infiltración capitalista y dar espacio a las formas políticas que facilitarían esa transformación (cada uno de esos cambios separaba al ruandés de su red de pertenencia social y de sus relaciones de parentesco" (Pamela Leach, 2002: 326).

4.2.1 Hegemonía económica.

Estructura de una colonia:

  • Grupos tradicionales dominantes: presente en el territorio antes de la llegada de los europeos. Los colonizadores se sirven de ellos para garantizar el orden.

  • Burguesía europea: Grupo minoritario.

  • Burguesía nacional: pequeña y mediana, ligada a los sectores de exportación. Los que van a estudiar a la metrópoli.

  • Administradores y militares.

  • Campesinos: gran mayoría de la población.

  • Proletariado (asalariados): muy incipiente.

El sistema de colonización se basa en:

  • 1. Explotación del trabajo forzado y de los recursos que dispone el lugar.

  • 2. Colonización permanente basada en la esclavitud.

  • 3. Surgimiento de una nueva sociedad estructurada que se caracteriza por el encuentro y fusión de grupos humanos diferentes.

Además de la creación de caminos y transportes, de pozos de agua e infraestructura, los belgas inculcaron el individualismo mercantil y la estratificación de la sociedad mediante un sistema de clases. Los colonialistas se rehusaron a reconocer el valor dado por los indígenas a la responsabilidad colectiva y comunitaria. El sistema clientelar que había constituido un orden flexible, evolucionó hasta institucionalizar la subordinación individual. La disolución del antiguo orden jerárquico amplió la brecha entre ricos y pobres. En la medida en que la emancipación alimentaba la competencia, se iba erosionando la interdependencia comunitaria.

El trabajo físico adquirió dos formas nuevas relacionadas entre si: el trabajo forzado y el trabajo asalariado. El trabajo asalariado se contrataba por sueldos que implicaban una gran explotación. A diferencia de las anteriores prácticas agrícolas indígenas, la agricultura mercantilizada no tenía relación con las necesidades. No ofrecía seguridad alguna en tiempos de incendios ni de sequía.

Los campesinos sufrían, al igual que los asalariados, la realidad del trabajo forzado como una doble tarea, este labor era el apéndice del sistema clientelar: se individualizaba y se exigía a cada persona una cierta cantidad de trabajo.[15]

Los colonos belgas consideraban "inutilizados" los terrenos de propiedad productiva, el estado los expropiaba para luego venderlos. De esta manera se expropiaron terrenos hutus, para convertirlos en propiedades modernas legales de los tutsis. La modernidad termina por exigir todo vestigio de propiedad colectiva.[16]

Por otro lado, se incrementó notablemente la imposición fiscal convirtiéndose en un asunto individual, cada persona debía concebirse a si misma como un ente autónomo.

Esta presión impositiva tenía como objetivo secundario que los individuos se integraran a la labor asalariada. El mercado evolucionó en la medida en que los campesinos se iban viendo cada vez mas expuestos a los cambios de precio a nivel mundial, el sistema provocaba que los productores absorbieran todos los riesgos asociados a la agricultura mientras que las autoridades se quedaban con las ganancias.

4.2.2 Hegemonía política.

Los colonizadores belgas consideraban al estado ruandés como protomoderno, por su centralización y homogeneidad. Los tres ministerios que incluían invariantemente a un hutu, fueron fusionados en uno solo ocupado por un tutsi. A partir de 1917 la autoridad del nwani se fue desvaneciendo, los belgas le quitaron el poder para decidir la vida o la muerte de los individuos en su reino.

En 1922 el nwani Musinga debió aceptar la participación de los belgas en los procesos judiciales y en el nombramiento de los jefes. Debió aceptar además la libertad religiosa, esto hizo que su poder (y el de su pueblo) como jefe supremo y divinidad perdiera su valor. Los administradores modificaron el ububake, este podía darse entre más de dos personas, los belgas impusieron el intercambio solo entre dos individuos que por lo general era un tutsi rico y un hutu pobre.

La rivalidad entre hutus y tutsis se fue agudizando debido a la creación, por iniciativa belga, de partidos políticos a partir de 1930 con criterios étnicos: la Unión Nacional Ruandesa (UNR), de tendencia antihutu, la Unión Democrática Ruandesa (RADER), el Partido del Movimiento de Emancipación Hutu y la Asociación para la Promoción Social de las Masas (Aprosoma) de orientación antitutsi.

En el mismo año se realiza el "programa Voisin" (gobernador belga en el territorio) que implicaba la modificación territorial, concentrando todas las funciones de los jefes en un solo poder. Son elegidos así jefes en su mayoría tutsis educados en escuelas belgas, si bien estos formaban una clase privilegiada, estaban sumamente endeudadas con los administradores. Esta elite garantizaba la defensa de los intereses en la región.

Entre 1926 y 1940 las reformas de los belgas concebían a un Ruanda moderno, centralizado, eficiente y católico:

Las poblaciones de nativos no son exterminadas y forman parte primero del estado colonizador, y después del estado que adquiere una independencia formal (Los pueblos minorías o naciones que son colonizadas por el estado nación sufren las siguientes condiciones: habitan en un territorio sin gobierno propio; se encuentran en situación de desigualdad frente a las elites de las etnias dominantes y de las clases que la integran; su administración y seguridad responsabilidad jurídico-política concierne a las etnias dominantes, a las burguesías y oligarquías del gobierno central; por lo general los colonizados pertenece a una raza distinta a la que domina en el gobierno nacional"(Pablo González Casanova, 2006:410).

4.2.3 Hegemonía militar.

El ejercito belga apostado en la zona de Ruanda-Burundi a partir de 1920 se estima en aproximadamente 25.000 hombres.

4.2.4 Hegemonía cultural o simbólica.

Los europeos consideraban a los países extraños como un barómetro moral de su propia civilización. Estos eran incivilizados y " nobles salvajes", su comportamiento natural y admirable no hacia mas que ilustrar la corrupción de la sociedad civilizada.

Los padres blancos y los belgas se conformaron paulatinamente en clase dirigente, propiciando un cambio drástico en la cultura ruandesa que abarcaba tanto lo que la gente comía, vestía, la forma en que caminaban y hablaban, la manera en que se enfrentaban a la muerte, etc. En 1919 se construye en Nyanza la primera escuela, a la cual solo iban los hijos de los jefes que tenían vinculo con la corte, todos tutsis. Allí aprendían tanto lengua europea como indígena. Los jóvenes tutsis graduados fueron destituyendo a los jefes tradicionales, desplazando así a los sectores antieuropeos.

Sin embargo, los hutus también pudieron acceder a la educación, paulatinamente el número que asistía a las misiones fue creciendo. Los belgas veían a la alfabetización como un gran peligro. Por ello realizan un contrato con la iglesia en donde le otorgan toda la responsabilidad en el sistema educativo, como consecuencia se cierran todas las escuelas públicas existentes dejando que tan solo los tutsis privilegiados pudieran educarse. Los misioneros, los administradores y los tutsis privilegiados formaron la clase dirigente de Ruanda.

La cristiandad se convirtió en requisito para ser admitido en el poder colonial, esto conllevo a conversiones masivas pero a la vez a "la solidificación de las diferencias de clase" (Pamela Leach, 2002:326). Por otro lado el cristianismo estuvo a punto de eliminar la fuente de cohesión social del sistema de creencias, el kubwanda (percibir a Ruanda como centro del universo y reconocer al nwani su derecho divino) pero la llegada de los clérigos belgas flamencos (de clase baja) en reemplazo de los viejos sacerdotes walones lo impidió. Los nuevos eclesiásticos se identificaron con la población hutu y su opresión.[17]

Los belgas querían reformar la realeza, en 1931 sustituyeron al nwani Musinga, por su hijo Mutara IV, este había sido educado bajo los preceptos europeos y además era cristiano. En la coronación del nuevo nwani se eliminaron los tambores y cánticos tradicionales, la ceremonia fue absolutamente europea y como muestra de los nuevos tiempos que corrían llamaron al nuevo rey nwani wazungu es decir "el rey de los blancos".

Como sosteníamos anteriormente, en la edad pre colonial existían tres universos sociales: hutu, tutsi y twa, no había ningún tipo de discriminación fundamental: era una relación basada en un orden económico. Si bien las categorías no fueron creadas por los colonizadores, las políticas practicadas por alemanes y belgas fueron incentivar el divisionismo. "las diferencias sociales se alteraron e identificaron en la medida en que ambas categorías asumían connotaciones jerárquicas vinculadas a la proximidad al poder" (Maria Molpeceres, 2007: Párr. 22).

Mientras que los alemanes ejercieron un dominio indirecto, los belgas "identificaron y evaluaron los aspectos negativos de estas estructuras y relaciones sociales, con el fin de reforzarlos mediante leyes europeas favorables a los intereses de su colonización" (Yarisse Zoctizoum, 1997:384). Según estos últimos en la Ruanda colonial no había tres grupos étnicos, solo razas. En 1933 se impone un carnet étnico, los habitantes tenían que identificarse legalmente como hutu o tutsi, por primera vez en la historia de Ruanda las identidades fueron permanentes convirtiéndose en una identidad de poder.

El colonialismo convirtió a lo "tutsi" y "hutu" en los dos aspectos cada vez mas opuestos de una identidad política bipolar. La identidad "tutsi" equivalía a una conciencia de estar dentro o cerca del poder, los belgas estructuraron simbólicamente estas identidades.

Las relaciones de comunicación son siempre, inseparablemente relaciones de poder que dependen, en su forma y contenido del poder material o simbólico acumulado por los agentes comprometidos en esas relaciones y que como el don puede permitir acumular poder simbólico. En cuanto a instrumentos estructurados y estructurantes de comunicación y conocimiento, los "sistemas simbólicos" cumplen su función de instrumento o de imposición y legitimación que contribuyen a asegurar la dominación de una clase sobre otra (violencia simbólica) aportando el refuerzo de sus propias fuerzas a las relaciones de fuerza que la fundan y contribuyendo así, según la expresión de Weber, a la "domesticación de los dominados" (Pierre Bourdieu, 2000:65).

CONCLUSION

El fenómeno de la colonización[18]debe necesariamente ser vinculado al marco histórico que lo engendra. El auge del capital es resultado de una interacción entre distintos pueblos o naciones, con asimetrías en el plano material y diferencias de poder. El medio que hizo posible que estas asimetrías se profundizaran y que nuevos sectores del planeta sean incorporados al modo de producción capitalista, fue el imperialismo y su instrumento fue el colonialismo.

Las potencias europeas fueron "empujadas" por su propia dinámica de crecimiento, es decir lo que el mismo auge del capital produjo. Para fundamentar su expansión fue necesario la construcción de teorías que le den sustento en el plano de las ideas a ese dominio: "el buen salvaje", el criterio racial, el darwinismo social, la inferioridad de los bárbaros, deben ser vistos como parte de un mismo proceso histórico.

Sin embargo, estas construcciones tienen que ser sustentadas desde el plano material. Los colonizadores subyugaron a los pueblos nativos e introdujeron distintas lógicas de dominación de acuerdo a su conveniencia coyuntural. Se valieron del poderío económico, militar, de la religión cristiana y de la fomentación de luchas entre los mismos nativos.

Si bien el eje principal de todo este proceso histórico es la cuestión económica, detrás de esta consideración es evidente que surgieron múltiples relaciones que no pueden (ni deben) limitarse a este criterio. Por eso, es importante considerar además la legitimación jurídica, las políticas promovidas desde el estado, ya sea el estado nación europeo colonial hasta la autoridad del nwani y la manera en como se cohesionaba a los grupos presentes en el territorio de los grandes lagos.

Sumado a esto, adquiere relevancia las construcciones previas a la aparición de "blanco", los ritos y costumbres, la administración de justicia y los valores que establecían los jefes. La identidad de un pueblo no nace de si misma, nace de un encuentro; de maneras muy diversas; la aportan los colonizadores o en cambio la reciben de aquellos que lo someten. Pero, siempre los pueblos reciben estas influencias y paulatinamente se van acoplando, las asimilan, las desarrollan y las utilizan para vivir.

Los universos sociales que existían en Ruanda, hutu, tutsi, twa lograron cierto equilibrio y pudieron convivir. El grado de cohesión social logrado no negaba las diferencias que como grupos étnicos poseían, a decir verdad se nutrió de ellas. Con el paso del tiempo, la amalgama fue limando estas diferencias que en un principio eran mas evidentes hasta que quedó solamente como criterio étnico el lugar que ocupaban en torno a las relaciones de producción (pastores, agricultores, jornaleros).

La colonización barrió con todo el tejido social precedente, des sacralizo la realeza, se apoyó fuertemente en la religión cristiana aboliendo todos los rituales que formaban parte de la identidad nativa, introdujo una nueva lengua y el término etnia, para crear un concepto de superioridad-inferioridad y así justificar la dominación de los tutsi y la esclavitud de los hutu.

Si bien pareciera que a través de la hegemonía los colonizadores, y sobre todo los belgas, pudieron imponer de forma unilateral sus principios, el proceso no estuvo exento de contradicciones y retrocesos. Cualquier acción tiene como contrapartida una reacción. Los colonizadores también fueron condicionados y adquirieron hábitos y costumbres, el entorno siempre condiciona.

Este trabajo se detiene en 1940, aproximadamente 20 años después Ruanda a través de una guerra civil (rebelión hutu desplaza del poder a los tutsi) declara su independencia, como todo fenómeno social, lo que rige su "naturaleza" es el movimiento, la dinámica. Para comprenderlo, es necesario despojarse de visione estáticas y esencialistas, y asumir posiciones históricas y estructurales.

BIBLIOGRAFIA

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Bordieau, Pierre. Sobre el poder simbólico. Buenos Aires, UBA/EUDEBA editores, 2000.

Campione, Daniel. Para leer a Gramsci. Ediciones del CCC, Buenos Aires, 2007.

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Diaz Polanco, Hector comp. Etnia y nacion en america latina. Consejo nacional para la cultura y las artes, México, 1995.

Fusaschi, Michela. Hutu, Tutsi. Bollati Boringieri ediciones, Italia, 2000.

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Gonzalez Fernandez, Fidel. Historia contemporánea de la iglesia en África. Roma, universidad pontifica urbaniana, 1996.

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Sacristan, Manuel. Antologia: Antonio Gramsci. Siglo XXI editores, Buenos Aires, 2006.

Sunkel, Osvaldo; Paz, Pedro. El subdesarrollo latinoamericano y la teoría del desarrollo. Buenos Aires, Siglo XXI editores, 2004.

Zoctizoum, Yarisse. Asia y África actuales. Estudios de Asia y África XXXVIII, México, 1997.

ANEXO

Mapa de Ruanda.

edu.red

Explorador Stanley.

edu.red

Leopoldo II.

edu.red

Reparto de África.

edu.red

Otto Von Bismarck.

edu.red

 

 

Autor:

Gamarra Lucas Miguel Ángel

Universidad Nacional de la Matanza

Carrera: Ciencia política

Materia: Demografía Social

Docentes: Dra. Rodríguez de la Vega Lía y Lic. Meza Miguel

Segundo cuatrimestre 2010

Partes: 1, 2
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