En el período comprendido desde finales de la década del 60 y durante la guerra de los Diez Años no se conformó una sólida tendencia educativa. Las figuras que se destacaron fueron. José Martí, Rafael Morales y Glez (Moralitos) 1845-1872, autor de la cartilla cubana de lectura, publicada en Camaguey en 1872.
TERCERA ETAPA: Del 1879 al 1898 entró en crisis del ideario educativo hispano escolástico, gran parte de la burguesía cubana perdió, no sólo su posición económica, sino su aliento progresista; abandonó además las ideas más avanzadas y se afilió al partido autonomista.
La corriente independentista fue mantenida por un sector minoritario de la burguesía y por otros sectores sociales que se fortalecieron en esta etapa. Esta tendencia se fue consolidando, al adquirir con el pensamiento martiano un sólido fundamento político-social y un serio nivel organizativo que predominó ampliamente.
Características de la etapa:
En 1880 ley de Instrucción pública autorizó a establecer un Instituto Público de segunda enseñanza en cada provincia.
En este mismo año se pone en vigor un nuevo Plan de Estudios que no reanimó la enseñanza colonial en la Isla pues reflejó claramente la crisis total del proyecto educativo que resultaba antihistórico
En 1892 se reformaron las escuelas normales
Hacia 1898 el 77 % de la población rural en Cuba era analfabeta. La educación superior era metafísica lo que se unía a la tendencia hacia las posiciones del Krausismo español.
En este período España estableció 3 planes de estudio (1842, 1863, 1880).
Al reiniciarse la lucha armada entre 1895-1898 el gobierno cerró la mayoría de los centros educativos.
Resultados de la educación durante la dominación española:
1- De una población de 1 572 792 habitantes era analfabeta el 63, 9 %.
2- El 5% de los niños entre 6 a 14 años asistía a las 312 escuelas primarias.
3- En los 6 Institutos Públicos de segunda enseñanza provinciales la matrícula representaba el 0,7 por cada mil habitantes.
4- En 1900 la UH tenía 318 estudiantes y 107 profesores. En sus 170 años de existencia había graduado 8 600 alumnos blancos y 198 negros
Educadores destacados en esta etapa:
Enrique José Varona y Pera (1849-1933)
Manuel Valdés Rodríguez (1849-1914)
José Martí Pérez (1853-1895)
María Luisa Dolz y Arango (1854-1928)
CUARTA ETAPA: De 1899 a 1902. Fue el período de la concepción político educativa de los EEUU en Cuba. Desde el inicio mismo de la ocupación las autoridades norteamericanas detectaron en la educación pública una oportunidad de promover en Cuba el desarrollo de actitudes y valores compatibles con los objetivos más amplios de la política norteamericana. Pensaron en la reorganización del sistema político en correspondencia con sus propios patrones lo que implicaba que los cubanos abandonaran sus tradiciones y valores y adquirieran nuevos hábitos culturales. Para este fin el sistema educacional resultaba un medio idóneo para divulgar los presupuestos ideológicos de la hegemonía norteamericana.
La estrategia diseñada por los EEUU contenía una concepción político educativa especial para a partir de ella socavar la conciencia del cubano. En esta etapa se introdujo la lengua inglesa en las aulas, se ajustaron la estructura y el contenido de los planes de estudio a las prácticas norteamericanas. La instrucción se basaba en prácticas educacionales de los EEUU, al principio se importaron maestros desde ese país; luego maestros seleccionados se trasladaron allá a pasar cursos de superación en diferentes universidades. Se ampliaron los servicios educacionales, se adecentaron las escuelas, las dotaron de materiales docentes, nuevos planes de estudio y se prepararon a los maestros.
Las ideas educativas introducidas tuvieron una concepción ecléctica, en las que entraron fuertes elementos de la teoría de Spencer y Pestalozzi. Un sector de la burguesía cubana aceptaba estas ideas. Otro no las aceptaba.
La política educativa norteamericana en Cuba debía cumplir las siguientes funciones:
1. fortalecer la transformación económica-social y política que promoviera el control económico y político de la Isla por los EEUU.
2. favorecer la socialización del lenguaje, los valores y las normas norteamericanas y promover la degradación del ideal de lo cubano.
QUINTA ETAPA: Del 1902 al 1958. Se pone de manifiesto el ideario educativo en la República. Desde el punto de vista teórico, la educación en la República, se distingue por la presencia de dos líneas, de una parte los defensores de la cubanía, continuadores de las mejores tradiciones pedagógicas nacionales y de otra parte una línea opuesta, interesada en asimilar las pedagogías foráneas.
La educación cubana estaba significativamente deteriorada, se calcula que alrededor del 58% de la población estaba sumida en el analfabetismo, se empleaban formas rudimentarias de enseñanza, todo esto evidenciaba la necesidad de propiciar la defensa de la nacionalidad cubana a través de la educación.
En el primer período (1902-1933) se destacaron pesadores y pedagogos que como Varona se dedicaron a enfatizar sus ideas educativas en función de la vida pública, así como consolidaron su madurez intelectual: Arturo Montori, Luciano Martínez, Alfredo Aguayo, Ramiro Guerra y otros que trataron de enfrentar el atraso en materia educativa, tanto el la teoría como con acciones prácticas, a través de la defensa de la tradición pedagógica cubana. Se publicó la obra "Filosofía y nuevas orientaciones de la educación" (1932) de Aguayo, la cual constituyó un importante texto para los estudiantes de esa asignatura en los Centros de Educación Superior del país. A partir de este momento se abre una nueva etapa en el desarrollo de la pedagogía cubana, caracterizado por una preocupación por los problemas teóricos, por el establecimiento de estrechos vínculos con la filosofía y otras ciencias afines tales como la psicología y la sociología.
Varona ocupaba el cargo de Secretario de instrucción pública durante los primeros años de la República, desde su posición, que reflejaba la influencia de la tendencia positivista, impulsó importantes reformas a la educación, se manifestó a favor de: la educación laica; de la fundación de nuevas facultades universitarias que incluyeran a la pedagogía. Comprendía que la elevación del nivel científico, cultural y moral del pueblo mediante la educación, se revertiría favorablemente en el fortalecimiento de la nacionalidad cubana.
Una de las respuestas a los peligrosos intentos de americanizar la ideología de los cubanos, fue el llamado Programa de Acción Pedagógica surgido alrededor de los años 20 y considerado como un proyecto político–pedagógico alternativo. Fue este programa uno de los primeros esfuerzos por sentar las bases de una pedagogía cubana ante la situación en que la misma estaba sumida.
Las Escuelas Racionalistas, habían sido creadas en 1922 por la Federación Obrera de la Habana (FOH) , dirigidas por el maestro canario José Miguel Pérez en las mismas ejercieron la docencia, entre otros Carlos Baliño, José Peña Vilaboy. Estas experiencias se extendieron a la región oriental, se desempeñaban económicamente gracias a colectas y donativos, funcionaban en locales de los sindicatos. Daban testimonio de estas acciones la prensa obrera de la época. Como su nombre lo indica, la educación que se previó brindar en esas escuelas estaba basada en los procedimientos de la razón, para demostrar el alcance de la razón misma, la enseñanza impartida era considerada científica y natural. Entre los alcances de estas instituciones se pueden mencionar: el intento de la formación de una pedagogía nacional cuyo fin estaba dirigido a la formación de una conciencia social autónoma; desarrollar una educación antidogmática y que respondiera a los logros científicos del momento. Este sistema de escuelas racionalistas fue aniquilado por Machado en 1925 al asumir la presidencia de la República, exponiendo el país a maniobras extranjerizantes.
La figura ejemplar de Julio A. Mella marcó un momento significativo en la trayectoria educacional cubana, ya que fue uno de los promotores de la creación de la Universidad Popular José Martí, en el seno del Congreso Estudiantil Universitario de 1923, la cual tenía el objetivo de educar a la clase obrera. En sus inicios las clases sesionaron en la facultad de derecho de la Universidad de la Habana, pasando después a otros locales sucesivamente hasta se clausurada en 1927.
La enseñanza brindada en la Universidad Popular José Martí era científica, contenía elementos del pensamiento educativo de Martí, se propiciaba la discusión acerca del acontecer político y social del país así como sobre las condiciones de vida de la clase obrera. Algo significativo de esta Universidad era continuar la defensa de la soberanía nacional, la cubanía, la modernización de la educación desde la perspectiva de los elementos más revolucionarios del acontecer educativo cubano y universal.
En el segundo período (1934-1958) las ideas educativas habían sido blanco de la situación económica-política y social de la nación cubana de entre dictaduras. La escuela cubana estaba ladeada por los rasgos más perjudiciales del tradicionalismo educacional, expresado claramente en: el retraso en relación a las necesidades del progreso económico y social al que anhelaba el país; la falta de vinculación de la escuela con la vida; el autoritarismo; la desocupación respecto al desarrollo espiritual del individuo.
Entre los elementos que definen esta etapa es preciso señalar la introducción en el territorio nacional de los postulados del llamado Movimiento de la Escuela Nueva: enfoque fundamentado en el positivismo, pragmatismo, liberalismo y otras tendencias del pensamiento filosófico y social del siglo XIX. Este movimiento educacional, que tenía las intenciones de combatir y eliminar el deterioro de la educación cubana, perseguía el marcado propósito de formar un hombre real, concreto y positivo en correspondencia con los ideales del mundo occidental.
En Cuba este movimiento contó entre sus seguidores a Alfredo M. Aguayo, con su obra "Didáctica de la escuela nueva" (1943) Diego González, con la obra "Didáctica o dirección del aprendizaje" (1946) Ana Echegoyen, Piedad Maza y otros. Este movimiento fue considerado renovador dentro de la concepción de la educación, se asumió como una tendencia auténtica por la solidez de sus opciones, por la coherencia de sus planteamientos, pero su mayor limitación estaba en su concepción de analizar los problemas educacionales al margen de la situación económico, político y social del país.
Estos pensadores resolvieron enriquecer las ideas que llegaban del exterior con métodos que estuvieran acorde con el fin y los objetivos de la educación y la formación de valores, a fin con la realidad cubana del momento. Entre los divulgadores de las corrientes pedagógicas educativas estaba Herminio Almendros quien también se proyectaba actualizar la educación en Cuba. La Escuela Nueva se centró en el niño, en las necesidades de aprendizaje acorde a los intereses de los individuos.
Otra de las tendencias del pensamiento educativo cubano de la segunda etapa de la República fue el incremento del movimiento socio-político, cuyos antecedentes se habían gestado en la etapa anterior. Algunos de los cubanos que presentaron acciones educativas, fundamentadas en el ideario martiano, fueron: Juan Marinello, Juan Mier Febles, Gaspar Jorge García Galló, Raúl Ferrer entre otros, que continuaron la lucha por el efectivo ascenso social de la educación cubana. Se publicaron las obras "Introducción a la filosofía de la educación" y "Filosofía de la educación" (1947) de Diego González los que constituyeron importantes fuentes para el estudio de estas asignaturas para los estudiantes de la Universidad de la Habana y otros centros de Estudios Superiores del país. Así como artículos del filósofo y ensayista Medardo Vitier: "Notas sobre la formación humana (1948) y "Fines de la educación" (1952). Obras como estas se registran en nuestra tradición como momentos cumbres del pensamiento cubano en el ámbito de la filosofía y la pedagogía por su aporte a la conformación histórica de importantes paradigmas de nuestra cultura, por su alcance y visión en cuanto al ideal del hombre a formar, sobre el ideal educativo, sobre los fines de la educación, sobre el modelo del educador, en fin demuestran la conformación de un ideario pedagógico que se proyecta alcanzar una educación acorde al desarrollo alcanzado por la pedagogía a nivel mundial.
Este movimiento socio-político contó además con: El Programa Nacional Revolucionario de la Joven Cuba: La Joven Cuba era la organización revolucionaria, dirigida por Antonio Guiteras, que contenía una intensa reforma educacional, con un alto sentido popular y nacional, la misma conservó su ideal hasta el asesinato de su líder. Entre sus intereses estaban que el Estado debía destinar igual cantidad de fondo del presupuesto para la educación como para cualquier otro sector social; la necesidad imperiosa de eliminar el analfabetismo; la reorganización de las Escuelas Normales y de Segunda Enseñanza; la depuración del magisterio; la reorganización del Consejo Nacional de Educación y de inspección escolar; facilitar el estudio universitario para obreros y campesinos.
A raíz de la celebración en La Habana el Primer Congreso Campesino, en 1937, se intensificó en el país la demanda de la creación de escuelas para los niños campesinos, surge así el Movimiento de Creación de Escuelas para los Campesinos el cual se proyectó por el incremento de las escuelas rurales, las cuales contribuyeron desde sus predios a la defensa de la cubanía, a la difusión de la situación social del país y las demandas por el bienestar y la democracia de la nación.
Otro de los movimientos sociopolíticos de la etapa analizada es el Programa Nacional Revolucionario de la Educación en el Segundo Frente Oriental "Frank País", el cual había surgido a partir de la reorganización de la vida civil en las zonas liberadas por el Ejército Rebelde, luego de el reinicio de la lucha revolucionaria contra la dictadura batistiana.
En la región nombrada Segundo Frente Oriental Frank País, habitada fundamentalmente por campesinos, se organizaron las instituciones educativas, se crearon decenas de escuelas que contaban entre sus maestros a los propios combatientes. Siguiendo los ideales trazados por el Movimiento 26 de Julio, se proponían un Proyecto de Educación Fundamental que se planteaba, entre otras cosas, consolidar una amplia labor de alfabetización. Se creó así, la llamada Escuela Primaria Fundamental, la misma tenía el objetivo de formar en corto plazo un estado de bienestar en los ciudadanos del territorio libre de Cuba. Esta manifestación educativa incipiente era similar a la corriente Funcional, impulsada por la UNESCO y asimilada en algunos países latinoamericanos.
Desde entonces se aprecia una orientación educacional que va alejando los métodos tradicionales que dilatan el alcance de los objetivos propuestos y se proponen nuevos métodos en función de lograr una educación plena del individuo. Se orientan las estrategias hacia una educación que le permita al individuo trazarse metas de mayor alcance. Además se delimitan los campos de enseñanza según las necesidades de los adultos y de los niños en condiciones de analfabetismo. Se proyectan realizar una educación Participativa, comunicativa, abierta, que propicie la interacción maestro-alumno.
Este singular proyecto enunciado por el Programa Nacional Revolucionario de la Educación en el Segundo Frente Oriental "Frank País", duró sólo unos meses, pero tuvo el mérito de sentar las bases de un proceso que se consolidaría sólo con el triunfo de la revolución en 1959.
SEXTA ETAPA: La Revolución Cubana.
Primeras medidas educacionales del Gobierno Revolucionario: La generalización de la Educación Primaria, la Reforma Integral de la Enseñanza, Contingente de Maestros Voluntarios, Brigada de Maestros de Vanguardia "Frank País", Plan de Educación para Campesinas "Ana Betancourt", Campaña Nacional de Alfabetización. Ley de Nacionalización de la Enseñanza.
Principios Básicos de la Educación:
2. Estudio y trabajo,
3. Participación democrática de toda la sociedad en las tareas de la educación del pueblo,
4. Coeducación y de la escuela abierta a la diversidad.
5. El enfoque de género en la educación cubana.
6. Atención diferenciada y la integración escolar.
7. Gratuidad.
La Estructura del Sistema Nacional de Educación
El Sistema Nacional de Educación de la República de Cuba está concebido como un conjunto de subsistemas orgánicamente articulado en todos los niveles y tipos de enseñanza. Los subsistemas que integran la estructura del Sistema Nacional de Educación son:
1. Educación Preescolar
2. Educación General Politécnica y Laboral
3. Educación Especial
4. Educación Técnica y Profesional
5. Formación y Perfeccionamiento del Personal Pedagógico
6. Educación de Adultos
7. Educación Superior.
Las líneas de acción principales en el último decenio en la educación superior cubana
El Curso de Superación Integral para Jóvenes es uno de los Programas de la Revolución que mayor impacto social ha tenido en los jóvenes, la familia y la comunidad. Con este se ha creado un nuevo concepto en la Revolución: el empleo de estudiar. Hoy contamos con 119 575 jóvenes matriculados. De ellos 75 854 son mujeres, lo que representa el 63,4% del total de la matrícula y 92 820 son hijos de obreros, que representan el 78,6%.
Otro de los Programas de la Revolución con que cuenta la Educación de Adultos es el Programa Educacional para la Agroindustria Azucarera. Este ministerio se encuentra en proceso de reestructuración en correspondencia con la situación actual y perspectiva del mercado azucarero. En el programa antes mencionado están superándose 49 358 trabajadores – estudiantes, los cuales no han sido abandonados a su suerte, se les continua pagando su salario y hoy se encuentran en una nueva tarea que la Revolución les ha dado: la de estudiar y prepararse para el mañana.
Educación Superior
La formación de pregrado tiene como objetivo preparar la fuerza de trabajo calificada de nivel superior, se consolida con la estructura de carreras basadas en un perfil amplio, lo que permite mayores alternativas de ubicación laboral al recién graduado e implica un proceso de adiestramiento laboral una vez que el interesado se encuentra en su puesto especifico de trabajo.
La universidad, además de continuar trabajando en todas esas direcciones, enfrenta nuevos y complejos retos asociados a los nuevos conceptos de justicia social que en el país se desarrollan como resultado de la Batalla de Ideas, asumiendo la responsabilidad de llevar la universidad a cada municipio del país, en lo que hemos denominado "Universalización de la Educación Superior", que no es otra cosa que una nueva y más amplia etapa de la universalización de la universidad, basada en los conceptos antes expuestos.
La creación de más de 350 Sedes Universitarias Municipales en todo el país da una medida de la dimensión de esta labor, que actualmente abarca los 169 municipios que conforman la división político-administrativa actual de Cuba. En el año académico 2002-2003 se encuentran estudiando en la Enseñanza Superior en el nivel de pregrado unas 200 mil personas, mientras que la cifra de profesores es de unos 22 miles. El Subsistema se estructura en una red diversificada de 64 instituciones de Educación Superior, de ellas 52 centros entre universidades, institutos superiores, escuelas y academias, centros, filiales, la Escuela Latinoamericana de Ciencias Médicas y la Escuela Internacional de Cultura Física y Deportes. El resto de la red lo conforman 9 facultades independientes, 2 sedes universitarias y una filial. En este periodo, asociada igualmente a las nuevas transformaciones que tienen lugar como consecuencia de la Batalla de Ideas, se crea la Universidad de las Ciencias Informáticas, institución docente-productiva en la que los estudiantes combinan sus tareas docentes con la producción de diferentes tipos de software.
Dado los niveles alcanzados por la red de instituciones de Educación Superior se ha iniciado un perfeccionamiento de dicha red en busca de un carácter más multidisciplinario y un uso más eficiente de los recursos humanos y materiales. Como resultado del nuevo programa de continuidad de estudios se han creado en la base de la división político administrativa del país (los municipios) las sedes universitarias encargadas de ofrecer los servicios a estos estudiantes; en el futuro el surgimiento de estas sedes deberá determinar cambios estructurales en las instituciones actuales. En este esfuerzo participan las entidades científicas, productivas y de servicio a partir de las relaciones establecidas por los diferentes centros docentes.
En las instituciones de Educación Superior, los métodos y procedimientos de enseñanza basados en la resolución de problemas, en hacer del estudiante el centro de la actividad. Una de las políticas a la que se está prestando atención preferente para alcanzar mayor calidad en los resultados se refiere a la superación del claustro, de manera que se logren los mayores niveles posibles de excelencia, tomando en cuenta las condiciones actuales y con la cooperación entre sí de las diferentes instituciones que integran el Subsistema. Como parte de ello todas las instituciones tienen previsto en sus planes estratégicos la formación creciente de doctores en ciencia. El diseño curricular para una profesión toma como eje la necesidad social, lo que permite una mejor vinculación entre el proceso de formación y sus resultados, con las exigencias y necesidades del mundo del trabajo.
En la educación de postgrado, se continuó la etapa de aplicación de los nuevos enfoques con el objetivo de hacer más efectiva estas actividades. Así se dio atención preferente a las prioridades nacionales, entre ellas el programa alimentario, el sector del turismo, la biotecnología y la producción de medicamentos, educación y otros. En el momento actual, la Educación Superior desempeña un papel significativo en los principales programas de investigación del país. Entre los principales elementos y principios organizativos que han contribuido al alto nivel alcanzado, se encuentran los siguientes: La creación de grupos de trabajo científicos de carácter temporal, con amplia flexibilidad para dar respuesta a determinados problemas. La organización de grupos multidisciplinarios, aprovechando las ventajas que presentan las instituciones de Educación Superior de contar con personal de diversas especialidades. Esta organización ha permitido romper con barreras estrechas de departamento, carrera o facultad y ha abierto nuevas perspectivas de identificación de problemas científicos en los cuales, de forma colectiva se trabaja en sus soluciones.
Conclusiones
La Educación en Cuba ha tenido sus etapas, marcadas por las características de la época, la colonia evidencia el atraso y la decadencia de un sistema agonizante, injusto y desigual; la neocolonia, por su parte, con avances reconocibles en la enseñanza, dejó a muchos fuera de ella, con modelos burgueses e ideología extranjera en las aulas, que solo pudieron ser extirpados con la Revolución Cubana de 1959, momento en que se iniciaron una serie de trasformaciones con vistas a la solución de problemas latentes en aquel entonces como lo fueron el analfabetismo, y la miseria de las escuelas, sobre todo las rurales, lo que significó el comienzo de un camino de ascenso hasta el nivel de excelencia que gozamos hoy.
Los avances de la Revolución desde 1959 hasta la actualidad han permitido disponer de un gran número de profesionales y científicos en las diferentes ramas de la economía y los servicios del país. Estos hechos, unidos al fortalecimiento de la planificación y la atención a la garantía del empleo a cada graduado de los cursos regulares diurnos, y las atenciones a otras modalidades de estudio, han permitido realizar los ajustes convenientes en la estructura de las carreras, en las necesidades de egresados y en las matrículas de ingreso a cada año académico en la búsqueda del balance más adecuado de acuerdo con esas proyecciones.
La Educación cubana de nuestros días es prueba viva de lo que con sacrificio y dedicación se puede lograr. Cuba a pesar de ser un país pobre, subdesarrollado y bloqueado por uno de los países más poderosos del planeta se impone como potencia en la educación. El futuro deseado no está lejos y es alcanzable, por encima de cualquier obstáculo, sea cual sea la situación del país, la educación nunca quedará atrás, no mientras existan maestros formados en el seno humilde de nuestras aulas, sin miedo a desvelos, riesgos y esfuerzos que sigan haciendo avanzar a la educación en Cuba.
Bibliografía
Almendros, Herminio. La escuela moderna. Edit. de Ciencias Sociales, 1985.
Arbesú, María Isabel. La educación en Cuba: un estudio histórico del sistema educativo cubano posrevolucionario. México, 1993.
Artículos y ensayos de revistas especializadas: Cuba Socialista, Revista Internacional Marx Ahora, Revista Cubana de Ciencias Sociales, Contracorriente, Temas, Debates Americanos, Catauro (Revista Cubana de Antropología), Cuba Siglo XXI (revista electrónica) y otras.
Colectivo de autores: Política y Sociedad Contemporáneas, Editorial "Félix Varela", La Habana, 2007 (En proceso de publicación).
Autor:
Roberto Luis Elizalde Consuegra
CENTRO UNIVERSITARIO JOSE MARTI DE SANCTI SPIRITUS
CENTRO DE ESTUDIOS DE CIENCIAS DE LA EDUCACION
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