Son los ingleses quienes ejercen presiones de diferentes signos hasta que en 1815 el Congreso de Viena prohíbe el tráfico de negros por el Atlántico. Pero este continuó por el sur del Ecuador, camino al gigantesco Brasil, hasta la primera mitad del siglo XIX. En el año 1855 se prohibió definitivamente la trata entre Angola y Brasil y sucesivamente ocurrió en otros países donde fue abolida la esclavitud; surgiendo así muevas formas de esclavitud, dando continuidad a tan perversa historia. Los niños junto a las mujeres, son la mercaduría por excelencia en los tiempos actuales.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hay cinco redes internacionales de trata de niños: de América Latina a Europa y Oriente Próximo; de Asia Meridional al norte de Europa y Oriente Próximo, un mercado regional europeo, otro árabe y un tercero en África Occidental.
Otro informe, en este caso de la Organización Internacional para las Migraciones (IOM), sostiene que las bandas criminales que operan en todos los continentes se dieron cuenta que el tráfico de personas es más lucrativo que el de las drogas. Además, como buenos businessmen que son, a menudo combinan ambas cosas para obtener mayores éxitos pecuniarios. (3)
La UNICEF sostiene que son más de un millón las mujeres y niños vendidos anualmente en todo el mundo, 35 por ciento de ellos son menores de 18 años y provenientes en su gran mayoría de las zonas rurales de los países más pobres.
Actualmente existe una cruda realidad, la transportación de "carne" de un país o un continente a otro, se ha convertido en un negocio tan rentable, que aporta a quienes lo sustentan billones de dólares anuales a nivel planetario.
Como dato que nos llama poderosamente la atención se encuentra el que cada año, más de 20 mil niños de los países pobres de América Latina son adoptados por parejas provenientes de Estados Unidos, Canadá y Europa, quienes luego los transportan hacia otras realidades.
Estas operaciones, en su gran mayoría de carácter ilícito, reportan a los traficantes más de 200 millones de dólares anuales. Se trata de un tema polémico, porque aunque estas adopciones internacionales son bien vistas por algunos sectores sociales que consideran una ventaja pasar de hijos pobres a familias pudientes, se conoce que entre el 6 y el 10 por ciento de estos infantes las labores domésticas de sus padres adoptivos y en no pocas ocasiones, engrosando las cifras de la prostitución infantil, el tráfico de órganos e incluso la mano de obra esclava.
Realizamos indagaciones sobre el procedimiento utilizado, que varía en diferentes modalidades, primando el de hacer amistad con las víctimas y sus familiares, derritiéndose en falsas promesas; o el acoso a las madres indigentes en los barrios marginales, hospitales, terminales de ómnibus y otros lugares públicos. Obtienen la presa mediante el pago de una suma modesta, los llevan a lo que se conoce por casas de engorde y luego los revenden hasta por 30 mil dólares.
Para ilustrar sobre lo lucrativo de la empresa y las ganancias que se obtienen por la compra a bajos precios y las ganancia obtenidas, recurrimos al caso de Nepal donde 10 mil menores entre 9 y 16 años son vendidos con destino a prostíbulos de Bombay a un precio que es mucho menor a los de un búfalo o a un aparato de vídeo. En Argentina, postmoderna y globalizada donde cada año son vendidos y exportados clandestinamente unos 250 mil infantes, los precios oscilan de acuerdo al color de la piel, los ojos y el pelo de los pequeños.
Luego de estos análisis cabe preguntarnos:
¿Será necesario advertir la necesidad que tiene el mundo de movilizarse para proteger de tan infame comercio a tantas víctimas de esta otra dimensión de la condición humana.
La respuesta está en sus corazones.
La explotación infantil
Hay alrededor de 250 millones de niños en el planeta que trabajan para vivir, o mejor dicho, subsistir, con edades que oscilan entre 5 y 14 años, de ellos 120 millones lo hacen en condiciones de auténtica explotación y virtual esclavitud.
Se considera que Asia es el continente más golpeado por este fenómeno con el 70 por ciento de niños que laboran , África le sigue los pasos con el 32 por ciento y por último en América Latina se cree que el por ciento asciende a siete. Los números no son absolutos.
En la zona centroamericana las cifras que se han investigado son de horror. En Panamá trabajan 60 mil niños; en Costa Rica 121 mil 863; en Nicaragua 160 mil 686; en Honduras 300 mil y otros tantos en El Salvador; y en Guatemala dos millones y medio son explotados en áreas agrícolas, industriales y del comercio. En tanto, en las cien ciudades más importantes de México laboran 114 mil infantes.
Sobre las labores que realizan son varias e inhumanas, en Malasia trabajan 17 horas en plantaciones de caucho; en Marruecos permanecen encorvados en telares durante largas horas a cambio de un ínfimo salario, tejiendo los hilos de lujosas alfombras para la exportación. Fabrican carbón en Brasil, ropa en Honduras, carteras de cuero en Italia, venden periódicos en Moscú, colocan ladrillos en Portugal, acarrean ladrillos sobre sus cabezas desde la fábrica hasta un camión ganando 25 centavos de dólar por cada cien viajes en Nepal; permanecen agachados 16 horas diarias en telares en la India y Pakistán. En Asia cientos de miles de criaturas son entregadas a empleadores para pagar durante toda su vida una deuda familiar.
Como reflejan los datos, el trabajo infantil se localiza en continentes ricos y pobres y es como un ciclón que atrapa en su vórtice muchos más, tal es el caso de Europa Central y del Este, como resultado del desplome de la experiencia socialista, va creciendo con celeridad la venta de mano de obra infantil.
Según los estudiosos en la materia, se citan varias causas como factores que promueven esta tara universal: las tradiciones en algunas áreas del planeta, la carencia de educación; pero la abanderada de todos los males, sin dudas es la pobreza.
Para las familias de escasos recursos y padres desempleados, el exiguo salario de sus hijos pueden ser la frontera del pasar hambre o ganar lo justo para vivir.
Ahora podríamos preguntarnos; ¿Cuál es la razón por la que se emplean los niños existiendo sus padres sin trabajo.
La respuesta es muy sencilla: a los niños se les paga menos, son más indefensos y no recurren a organizarse para luchar contra la dominación; en conclusión, son mas fáciles de explotar.
Hace diez años, la UNICEF precisó cuándo el trabajo infantil reviste condiciones de explotación, caracterizándolo de la forma siguiente: trabajo a tiempo completo a una edad demasiado temprana; horario laboral prolongado; trabajos que producen tensiones indebidas de carácter físico, social o psicológico; trabajo y vida en la calle en malas condiciones; remuneración inadecuada; demasiada responsabilidad; trabajos que obstaculizan el acceso a la educación; trabajos que socavan la dignidad y la autoestima de los niños; trabajos que perjudican el pleno desarrollo social o psicológico.
Según la definición anterior apreciamos como pueden ser diversas las condiciones de explotación que los niños a diario sufren en el mundo y estas revisten diferentes formas o modalidades que se han agrupado por los especialistas en siete principales: trabajo doméstico, trabajo servil o forzoso, el trabajo industrial y en plantaciones, el trabajo en la calle, el trabajo para la familia, el trabajo de las niñas el cual es expresión de una doble discriminación al utilizarlas en las labores fuera del hogar y después en jornadas caseras y la explotación sexual con fines comerciales.
Sobre esta última formas de explotación queremos realizar algunas reflexiones por la magnitud que ha adquirido, convirtiéndose en una multimillonaria industria la cual se desenvuelve en la clandestinidad lo que hace difícil reunir datos fidedignos; no obstante, las Organizaciones no gubernamentales que trabajan sobre el tema calculan que al menos dos millones de niñas al año caen en todo el mundo mediante engaños o por la fuerza, en las redes de esta forma de trabajo que bordea la esclavitud. Los varones también son explotados a menudo sexualmente.
La prostitución infantil está muy extendida en los países industrializados, en los Estados Unidos se calcula que al menos 100 mil niños están involucrados en la prostitución.
En América Latina casi un millón de niñas y niños sufren explotación sexual directa o indirecta; de este total, 40 mil son venezolanas, 25 mil dominicanas, 7 mil colombianas 4 mil 200 chilenos y 500 mil son brasileños. Sobre estos últimos, sacerdotes de la Pastoral del Menor de Sao Pablo, sostienen que "…en el negocio participan bandas organizadas que obtienen enormes ganancias. Los niños son inducidos a la prostitución por policías que se sortean entre ellos a sus víctimas y las someten a sus deseos bajo amenaza de detenerlos; en el nordeste brasileño son reclutados por una red que organizó un sistema de pornoturismo para suizos, franceses y alemanes. Las vírgenes son subastadas y las que tienen 18 o 19 años son consideradas como viejas y se abandonan o se les da muerte para sustituirlas por otras más jóvenes, las que sobreviven se convierten en drogadictas. Los cadáveres de las asesinadas son arrojados a los afluentes del mítico Amazonas…"(5)
En el mundo existe un grupo proclive a ser víctima por las condiciones en que viven, son los llamados "hijos de la calle" quienes con apenas 3 ó 4 años se arrojan a las calles en busca de sustento cayendo en el olvido y desprecio, En América Latina, 40 millones de niños y niñas viven en las calles. El 80 por ciento de los infantes callejeros provienen de hogares desintegrados, se encuentran presos del desamparo y la violencia, se venden por comida y como es de imaginar están sometidos por narcotraficantes y jefes de bandas de delincuentes; corren por ellos los mayores riesgos de abuso sexual y son presa fácil para matar o resultar asesinados.
Escogimos algunos casos que ilustran acertadamente la afirmación anterior:" Guatemala; niñas de entre 12 y 16 años cambian sexo por un lugar donde dormir o por comida. Panamá: 11 mil niñas de la calle se dedican a la mendicidad el robo y la venta de sus órganos. En la capital de Nicaragua existen más de 5 mil infantes callejeros. En Honduras unos 160 mil menores piden limosnas, trabajan o se prostituyen a diario; en Mexico el secuestro, robo y tráfico de menores se ha convertido en los delitos de mayor incidencia en los últimos años."(6)
La Organización de Naciones Unidas y las agencias que de ella dependen, dedicadas a la infancia (UNICEF) o a las cuestiones laborales (OIT) llevan tiempo sumando esfuerzos y han convocado diversas Convenciones para discutir sobre el asunto y adoptar acuerdos para romper con esta malformación que aqueja a todos los continentes, sin embargo, estas leyes internacionales de protección a la infancia que existen desde el año 1990, cuando la ONU convocó a celebrar en Nueva York la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, no se cumplen. A Aquella cita asistieron representantes de más de 189 países, entre ellos 70 presidentes y jefes de gobierno. Todos firmaron un documento que en su artículo 34 establece que los Estados se comprometen a proteger al niño de todas las formas de explotación y de violencia.
En el informe del Estado Mundial de la infancia de 1997 se plantean soluciones para contribuir a erradicar y prevenir el problema, y se impulsa la formación de coaliciones amplias que involucren a la mayor cantidad de individuos, organizaciones y gobiernos.
Pero la piedra angular de este conflicto sigue en pie, y no es otra que la pobreza. El dilema es que todos reconocen el mal sin conseguir el medicamento para curarlo.
¿Complicidad. ¿Pasividad. ¿Olvido. Lo cierto es que junto a los millones de niños que viven y se arrojan a las calles, se está tirando cada día por la borda una parte invaluable del futuro.
Nuestra realidad. Experiencia cubana
En Cuba la protección de la infancia se traduce en la estructuración y desarrollo de políticas sociales concretas como las de la salud, la educación, la seguridad social y otras que han permitido alcanzar indicadores reconocidos en todo el mundo.
Cumpliendo los acuerdos adoptados en la Cumbre Mundial a favor de la infancia Cuba cuenta con un programa Nacional de Acción que opera como instrumento de Política Social, en apoyo a los Programas que el país lleva adelante para el desarrollo integral de la infancia.
Desde 1992, todos los años, se rinde un Informe de Seguimiento y Evaluación del Programa Nacional de Acción, cumpliendo lo establecido en la Convención de los Derechos del Niño, que entró en vigor en el año 1990 y consta de 54 artículos, cada uno con detalles sobre un tipo particular de derecho y que se agrupan en cuatro amplias categorías, de las cuales realizaré una valoración de su cumplimiento en nuestro país.
La primera que aparece recogida y reviste especial importancia es el Derecho a la Supervivencia protegida por el Estado al garantizar el derecho a la vida a todos los niños desde mucho antes de su nacimiento, al proporcionar a las madres los conocimientos y cuidados especiales, que se traducen en una tasa de mortalidad infantil de las más bajas del mundo.
Una vez nacidos, todos los niños tienen derecho una identidad y ciudadanía.
Las relaciones familiares y las responsabilidades de los padres aparecen refrendadas en el Código de Familia, Código de la Niñez y la Juventud y en la Constitución de la República. En ellos se reconoce a la familia como la célula fundamental de la sociedad y se plantea el deber de dar alimentos a sus hijos, asistirlos en la defensa de sus intereses y contribuir activamente a su formación y desarrollo.
El Código de Familia, establece y dispone la protección y defensa de la persona incapacitada por minoría de edad y a la vez de sus bienes apuntando que: "el ejercicio de la patria potestad corresponde a ambos padres conjuntamente, poseyendo deberes y derechos primordiales referidos a su educación, dirigir la formación de sus hijos para la vida social, cuidar sus bienes, entre otros. Corresponderá a uno solo de los padres por fallecimiento del otro o porque se le haya suspendido o privado de su ejercicio".
Los casos excepcionales de niños abandonados o sin familiar alguno son atendidos por el Estado y se regula su atención a través del Decreto ley 76 a través del cual se dispuso la creación de una red de centros de asistencia social para alojar atender menores de edad, carentes de amparo filiar; con tales fines funcionan los hogares de menores y los círculos infantiles mixtos con condiciones de vida que se asemejan a un hogar normal.
Para lograr la supervivencia y sano desarrollo del niño, es necesario no solo exigir a los padres el cumplimiento de sus obligaciones, sino ofrecerles las posibilidades y apoyo para la atención de sus hijos.
Con ese fin existe un Programa Nacional de Atención Materno Infantil cuyo propósito fundamental es elevar el nivel de salud y el grado de satisfacción de la población.
La segunda categoría regulada es el Derecho al Desarrollo, constituyendo uno de los más conocidos. Las garantías para el desarrollo físico e intelectual están recogidas en los textos legales y son desarrolladas en la práctica de la sociedad cubana.
La educación es considerada un derecho humano inalienable y nuestra Constitución regula que "la enseñanza en función del Estado y es gratuita" y que "todos tienen derecho a la educación".
Este derecho está garantizado por el amplio y gratuito sistema de escuelas, seminternados, internados y becas en todos los tipos y niveles de enseñanza y por la gratuidad del material escolar, lo que proporciona a cada niño y joven cualquiera que sea la situación económica de su familia, la oportunidad de cursar estudios de acuerdo con sus aptitudes, las exigencias sociales y las necesidades del desarrollo económico-social. (ANEXO 1)
En la actualidad existen en el país 1118 círculos infantiles con más de 146 mil 920 niños lo que favorece a 137 mil 625 madres trabajadoras.
La enseñanza primaria está garantizada en todo el país, aún en los lugares más apartados.
Está garantizada la continuidad de los estudios al culminar cada nivel de enseñanza.
La integración del estudio con el trabajo es uno de los principios rectores y eje director que se aplica en todo el Sistema Nacional de Educación.
En las escuelas, con independencia de lo propiamente curricular, se realizan diversas actividades extradocentes dirigidas al esparcimiento de los niños: competencias deportivas a diferentes niveles, creación de grupos de plástica, danza y canto entre otras manifestaciones artísticas, excursiones al campo y a la playa, visitas a museos y muchas otras opciones.
Los medios de difusión al ser estatales, dedican grandes recursos al diseño y producción de una programación dirigida a niños y jóvenes de carácter educativo y recreativo.
El tercero es el Derecho a la Protección siendo prioridad del Estado que expresa ese interés mediante el diseño y puesto de ejecución de políticas dirigidas a promover su máximo bienestar y desarrollo.
El Estado Cubano no solo proscribe la discriminación racial, social, por razón de sexo o religión, sino que la sanciona por ley, pues todos los ciudadanos gozan de iguales derechos y están sujetos a iguales deberes. En consecuencia se educa a todos, desde la más temprana edad, en el principio de igualdad de los seres humanos.
La Constitución de la República establece la igualdad de derechos de todos los hijos, sean habidos dentro o fuera del matrimonio.
Los agentes educativos (familia, escuela, órganos estatales, organizaciones de masas y sociales) brindan especial atención a los menores en desventaja social o grupos en riesgo, cuando estén desatendidos (con familia pero con poca atención por parte de ella), abandonados (sin representación legal), los padres reclusos o alcohólicos, con trastornos psiquiátricos o con conductas inadecuadas.
En la protección de la infancia desempeña una función importante la Educación Especial, constituida por una red de escuelas e instituciones, modalidades de atención, recursos, ayudas, servicios de orientación y capacitación puestos a disposición de niñas y los niños de grupos de riesgo, con necesidades educativas especiales, sus familias, educadores y entorno en general.
Durante estos años se han ampliado y diversificado los servicios para la atención a los niños con dificultades: deficiencias visuales, auditivas, con trastornos en el lenguaje, discapacitados físicos motores; así como otros con trastornos de conducta, retraso mental y retardo en el desarrollo psíquico.
El Código de trabajo en Cuba establece que excepcionalmente podrán establecer contratos laborales a adolescentes de 15 y 16 años de edad.
Este Código dedica un capítulo al trabajo de los adolescentes, que establece la obligatoriedad de exámen médico preempleo y el derecho de los adolescentes a la preparación o capacitación inicial que los adiestre para el trabajo, así como su ubicación en labores apropiadas para su desarrollo físico y mental, fijándose prohibiciones para el desempeño por ellos de labores de estiba, trabajos de subsuelo, de altura, nocturno, de extracción de minerales o en lugares donde se utilicen sustancias reactivas, nocivas y tóxicas, así como cualquier tipo de trabajo en los que su seguridad o la se otras personas esté sujeta a su responsabilidad.
Se ha autorizado en los casos de adolescentes de 14 años la concertación de contratos de trabajo en condiciones especiales de aprendizaje con las entidades laborales, previa autorización del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, en labores apropiadas para su desarrollo físico y mental y en condiciones que no impidan la educación para estos.
La jornada de trabajo no excederá de 7 horas diarias ni de 40 semanales y tampoco se les permite laborar en los días de descanso.
La cuarta categoría es el Derecho a la Participación , siendo por esencia la sociedad cubana participativa por excelencia. Los niños, desde la más temprana edad, se inician en el aprendizaje del ejercicio de la democracia y la expresión. La incorporación en las organizaciones estudiantiles desde temprana edad y de forma voluntaria los enseña y ayuda a hacer valer sus derechos y a conocer sus deberes ciudadanos, debatiendo sus criterios desde la institución escolar hasta congresos a nivel nacional.
El respeto a la opinión del niño se concreta en una acción educativa dirigida a lograr su autovalidismo e independencia.
Los niños cubanos tienen acceso a los medios de difusión nacionales y locales y cuenta con programas y publicaciones donde escriben y ofrecen sus criterios.
Desde la escuela se educa en el ejercicio de los derechos ciudadanos a la vez que el ejercicio de asumir las responsabilidades ciudadanas con un profundo sentimiento de pertenencia.
Como apreciamos, nuestro país tiene en cuenta a los niños, trata por todos los medios que no sufran los males que aquejan a infantes en otras latitudes y por delante de todo lucha por su bienestar y desarrollo.
Conclusiones
El tráfico de seres humanos y la esclavitud de los más débiles a favor de los más poderosos es un fenómeno tan antiguo como la humanidad.
El tráfico de menores, que en su generalidad es ilegal, encierra un trasfondo oscuro que va desde la prostitución infantil hasta el tráfico de órganos, pasando por la explotación laboral y los niños soldados.
La explotación del trabajo infantil es un fenómeno negativo que afecta a países ricos y pobres; en Asia existen u 70 por ciento de niños que laboran; en Africa un 32 por ciento y en América Latina un 7 por ciento.
La explotación sexual se ha convertido en una multimillonaria industria, que se desenvuelve en la clandestinidad, alrededor de dos millones de niños en todo el mundo sufren explotación sexual directa o indirecta.
Los menores más proclives a ser víctimas en sentido global son los llamados hijos de la calle, los que se convierten en presa fácil del abuso sexual y el tráfico de menores.
Las organizaciones internacionales vienen desplegando ingentes esfuerzos por acompañar a los países en un conjunto de acciones que ayudan a atenuar el impacto que estos males causan a la infancia, se han convocado diversas Convenciones y adoptado leyes las cuales no se cumplen en gran número de países.
La piedra angular de este conflicto, que es la pobreza, aún sigue en pie.
Cuba cuenta con un Programa Nacional de acción que opera como instrumento de política social, en apoyo a los programas que el país lleva adelante para el desarrollo integrado de la infancia.
Las cuatro categorías que se regulan en la Convención de los Derechos del Niño, referidas a la Supervivencia, Desarrollo, Protección y Participación; son refrendadas por las leyes de nuestro país y cumplidas con el apoyo de la familia y las instituciones involucradas.
Recomendaciones
Continuar sin tregua los esfuerzos de las Organizaciones Internacionales para que se cumplan los acuerdos adoptados en las Convenciones para garantizar los Derechos de los niños y mitigar la explotación a la que muchos están sometidos.
Continuar divulgando, a través de los medios de difusión masiva tanto nacionales como a nivel mundial, que la piedra angular de la explotación en los menores es la pobreza y por lo tanto es un mal que hay que apalear .
Bibliografía
Ministerio de Justicia. Código de Familia. La Habana. 1975.
Constitución de la República de Cuba. La Habana. 1992
Ministerio de Educación. "Los Niños y sus Derechos" Ed. Pueblo y Educación. La Habana. 1997.
Revista Bohemia No. 24 de 21 de noviembre de 1992
Revista Bohemia No. 11 de 2 de mayo de 1998
Revista Bohemia No. 12 de 5 de junio de 1998
Revista Bohemia No. 19 de 28 de agosto de 1998
Titulo: Menores en Peligro. Requiem por el Futuro. Autor: Lic. Roberto Fonseca Feris.
Autor:
Lic. Arlena Elisa Guzmán Dieguez
Lic. Patricia Maria García Garrido
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