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La cinta de medir (página 5)

Enviado por Frank Denke


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DEFINICIÓN: La forma de un gobierno, entre otras cosas, se determina por la manera en que un soberano sucede al otro, por la distribución de autoridad dentro del gobierno, y por la manera en que se determinan las leyes.

PROPÓSITO: El propósito de la "forma" de un gobierno es para servir mejor al Bien Común.

FUNDAMENTO: Dios permite que la gente establezca la forma del gobierno que va a recibir Su autoridad.

EJEMPLO: Ejemplos de varias formas básicas del gobierno son: (1) Monárquica (la última responsabilidad de servir el Bien Común es de un solo hombre o "rey"), (2) Aristocrática (la última responsabilidad de servir el Bien Común es de un grupo de individuos que juntamente gobiernan para servir el Bien Común), (3) Republicana (la idea de que los ciudadanos participen en varios aspectos de su gobierno por sus representantes), y (4) Democrática (la idea de que el Bien Común se logra por la participación directa de ciudadanos en varios aspectos de su gobierno).

ABUSO: Cualquier forma de gobierno es abusada cuando se utiliza para lograr un propósito opuesto al Bien Común de los ciudadanos.

DISCUSIÓN

NINGUNA forma del gobierno permite que CADA UNO gobierne. Es lógicamente IMPOSIBLE que cada uno, en una nación, gobierne. (Piénselo… En una línea de la autoridad, de arriba abajo, empezando con el presidente, y cada persona gobernando a la persona abajo de él, a quién va a gobernar la ultima persona en esta línea de autoridad?). Por eso, en TODAS LAS formas de gobierno, hay una diferencia entre los que gobiernan y los gobernados. También, entre los que gobiernan, hay diferentes niveles de autoridad.

Tres formas básicas del gobierno

Dejando de lado las formas corruptas de gobernar, existen tres formas básicas de gobernar: (1) una monarquía, (2) una aristocracia, (3) una democracia.

La cosa interesante de estas formas, o de cualquier combinación de estas formas de gobierno, es que TODAS tienen el mismo propósito (el servir al Bien Común); TODAS reciben su autoridad del mismo origen (Dios); TODAS tienen las mismas obligaciones hacia Dios y humanidad; TODAS, con su armada y policía, tienen un monopolio de poder entre el Estado, y por eso, TODAS pueden ayudar o abusar a la humanidad. por el buen o mal uso de su poder.

De la corrupción humana, ninguna forma de gobierno, y ninguna constitución va a proteger a los que gobiernan, ni a los gobernados. La unión Soviética tuvo una constitución "democrática" pero los ciudadanos sufrieron mucho, y no pudieron cambiar su gobierno. Los ciudadanos de cualquier país sufren con la existencia de la corrupción dentro de su gobierno, y entre su pueblo.

El único remedio para proteger las verdaderas libertades de un país es el deseo de los que gobiernan, y el deseo de los gobernados, de manejarse según las leyes de Dios. Si la tendencia de los que gobiernan es ejercer más poder sobre los gobernados (en contra de la ley de subsidiaridad), el alcance de ese mal depende de la habilidad de los gobernados para defenderse.

Esto significa, que para lograr el Bien Común, ningún rey, presidente o grupo de gente debe de hacer cualquier cosa que desee, aunque pueda. También significa que ninguna mayoría de ciudadanos deben de votar por cualquier cosa que deseen, aunque puedan. Para lograr el Bien Común, siempre hay que medir lo que queremos hacer con lo que Dios nos ha mandado.

Formas mezcladas de gobierno

El hecho de que diversas naciones sean gobernadas bajo diversas formas de gobierno, es simplemente un hecho de la vida. Cuando hay diferencias entre las cosas, estamos siempre interesados en saber "cuál será la mejor" de las opciones. Aristóteles se dirigió al lado práctico de esta pregunta,

diciendo que la mejor forma de gobierno era la que sus ciudadanos aceptarían.

Aristóteles y Santo Tomás de Aquino, sin embargo, vieron el mejor gobierno posible (si la gente lo aceptaba) como uno que combina tres formas: (1) monarquía (una sola persona es responsable por el Bien Común); (2) aristocracia (un grupo de los más capaces son responsables por el Bien Común); y (3) democracia (que permite que los ciudadanos participen directamente, y por sus representantes, para conseguir su Bien Común). Las mezclas de estas tres formas para gobernar son comunes.

Una república bien constituida, por ejemplo, es una forma mezclada de gobierno. Es "monarquía", como se relaciona con la presidencia; aristocrática, como se relaciona con el senado; y democrática, como se relaciona con el proceso electoral.

Sin embargo, sea cual sea la forma de un gobierno, la autoridad siempre se comparte, entre la persona que ocupa el cargo supremo del país, y los que gobiernan abajo de él; entre reyes y príncipes; entre presidentes y gobernadores; entre alcaldes y diputados. Esto es natural, porque ninguna persona, ni ningún grupo de gente, puede servir a todas las necesidades que fomenta el Bien Común de una nación entera. (Imagínese a una persona, o a un pequeño grupo de gente intentando solucionar, jurídicamente, todos los conflictos entre todos los ciudadanos de una nación, mas el resto de los problemas económicos, del trabajo, del comercio exterior, del manejo de un ejército y una marina, etc.).

Al mismo tiempo, si no hay nadie "en la cima de la autoridad" para tomar decisiones finales, cuando hay "empates", la capacidad de gobernar para el Bien Común de una nación sufriría por irresolución e indecisión. Por esta razón, la forma más eficaz (de llegar a las decisiones necesarias y ponerlas en acción), y más común, tomando en cuenta la manera en que se gobierna una tribu, o una empresa, es la monárquica. Es interesante que aún en los EE.UU., con su forma de gobierno republicana-democrática, cuando hay una emergencia, se convierte en una forma muy monárquica, dando al presidente poderes de autoridad como si fuera el rey de su país.

Reinos

Lo primero hay que tomar en cuenta es que la corrupción de una monarquía se convierte en una dictadura. Durante la edad media, la estructura MONÁRQUICA incluía varias formas ARISTOCRÁTICAS y DEMOCRÁTICAS de gobernar. Los que manejaban el sistema judicial de un reino podrían ser considerados como una ARISTOCRACIA, al igual que los príncipes (como gobernadores) que estaban a cargo de varias partes del reino.

Los reyes, en esos tiempos, permitieron que los ciudadanos se organizaran en varias asociaciones DEMOCRÁTICAS, que sirvieron directamente al Bien Común. Las organizaciones comerciales, así como millares de confraternidades y de asociaciones que existieron en los reinos, durante la edad media, fueron formadas y manejadas por los ciudadanos, para servir al Bien Común, dentro del contexto de una monarquía.

Formas Monárquicas de las Empresas

En la cima de muchas empresas está el "presidente", o "CEO" (Chief Executive Officer – "Supremo Jefe Ejecutivo") – el "rey" responsable de Bien TOTAL de su compañía. Con menos autoridad, está la junta directiva (como "nobles") que aconsejan al presidente. Sirviendo a estos directores están varios encargados (como "señores") quienes son responsables por una parte del bienestar de la compañía, y por el bienestar de sus empleados inmediatos.

Las formas democráticas también existen dentro de la estructura monárquica de una empresa. En las empresas más grandes, como en IBM, los empleados frecuentemente pertenecen a varias asociaciones "democráticas" que manejan ciertas funciones relacionadas con el bien común de sus miembros. Tales asociaciones logran los bienes comunes de sus miembros, al solucionar problemas del grupo, sin dañar al Bien Común de la empresa entera.

Forma de gobierno de los EE.UU.

Los EE.UU. son gobernados por una forma mezclada de gobierno. La Rama Ejecutiva del gobierno tiene una forma monárquica, gobernada por un presidente, que puede hacer cumplir con sus "órdenes ejecutivos" en su "campo de responsabilidad".

La Rama Legislativa, llamada el "congreso", contiene algunos elementos de una democracia representativa. Sin embargo, mientras está dada la autoridad para formular las leyes, no puede hacerlas cumplir, ni decidir su constitucionalidad.

La Suprema Corte, establecida originalmente para decidir la "constitucionalidad" de las leyes de ese país, formuladas por la rama legislativa, se volteó en una "oligarquía", hace años, cuando legalizó el aborto, imponiendo una nueva ley como "Ley del País", no escrita por la rama legislativa, y en contra de casi 200 años de leyes estatales y Federales en ese país. (La ley de cada estado de los EE.UU. protegía la vida humana desde su principio). Esta desgracia prueba que ninguna forma de gobierno, ni ninguna forma de constitución, pueden proteger a un país, cuando los que gobiernan se deslizan de su responsabilidad de gobernar, según las leyes de Dios, para seguir la voluntad de las personas.

La forma de gobierno de la Iglesia

La Iglesia está gobernada por una forma no-hereditaria, monárquica de gobierno, que incluye, dentro de ella, otras formas, y en la cual un pobre campesino sacerdote puede ser elegido Papa. El Papa es protegido por la promesa de Nuestro Señor Jesucristo, solamente en decisiones de Fe y Moral, pertenecientes a toda la Iglesia, una protección que ningún gobierno estatal ha recibido. (Es por eso que es tan importante que el gobierno de una nación escuche a la Iglesia, con respecto a las leyes que afectan a la Fe y la Moral de sus ciudadanos).

La Iglesia Católica también tiene la promesa de Dios de existir hasta el fin del mundo, una promesa no dada a NINGUNA nación, ni a su gobierno, ni a ninguna otra iglesia.

Mientras que la Iglesia Católica tiene, sobre todo, una forma monárquica, esta forma abarca una forma aristocrática (idealmente, el "gobierno de los más capaces") en su "Colegio de los Cardenales" cuyos miembros eligen (democráticamente) al Papa, y gobiernan varias jurisdicciones en el mundo. Cada obispo es responsable por el bien común espiritual de TODOS, dentro de su diócesis.

Dentro de cada diócesis hay asociaciones libres de la parroquia, tales como la "Legión de María", para hombres y mujeres, la asociación de los "Santos Nombres de Jesús y María", para hombres, la "Sociedad del altar" para mujeres, etc. Estas asociaciones tienen una forma "democrática", porque sus miembros eligen a su "presidente" y trabajan directamente para algún bien común en su parroquia.

Que la Iglesia y los EE.UU. se gobiernan a través de formas mezcladas de gobierno es una realidad. Es también una realidad que de estos dos, solamente la Iglesia prohíbe el aborto, mientras que los EE.UU. le dan una protección legal. Esto demuestra que se necesita más que una forma de un gobierno, o una constitución, para asegurar que una nación satisfará su deber de gobernarse, según las leyes de Dios.

Formas de gobierno y su relación con la Iglesia

La forma de gobierno no exime a los que gobiernan de servir al ÚNICO origen de su autoridad: Dios. Por esta razón, la Iglesia no condena a una democracia, mientras que los que gobiernen reconozcan que tienen la obligación de servir a Dio, al gobernar para el Bien Común de los ciudadanos.

Las respuestas a cuatro preguntas resumen la relación de la Iglesia con cualquier gobierno, sea cual sea su forma: (1) ¿Si reconoce a Dios como el origen de su autoridad? (2) ¿Si están sus leyes en conformidad con la Ley Natural y Sobrenatural de Dios? (3) ¿Si protege los legítimos derechos de la Iglesia? (4) ¿Si sirve de verdad al Bien Común de sus ciudadanos?

Cualquier gobierno, sea cual sea su forma, que pueda contestar "sí" a estas cuatro preguntas, desde la monarquía a la democracia, no estará en contra de lo que enseña la Iglesia.

La degeneración de las formas de gobernar

El grado en que un gobierno, CUALQUIERA QUE SEA su forma, destruye el Bien Común, niega a la Iglesia su libertad de llenar sus responsabilidades hacia la humanidad, se rehúsa a reconocer a Dios como el origen de su autoridad, o hace cumplir leyes opuestas a las leyes de Dios; tales acciones injustas son evidencia de una tiranía.

Los que gobiernan pueden corromper CUALQUIER forma de gobernar. Esto es porque, los que utilizan un gobierno para servir a sus propios intereses egoístas, en vez de servir al Bien Común, son corruptos. Esto significa que, un monarca que intenta utilizar su posición de autoridad para servir a sus intereses egoístas, en vez de servir al Bien Común, es corrupto. Esto también significa que los que gobiernan en una democracia, si usan sus posiciones de autoridad para servir sus propios intereses egoístas, en vez de servir al Bien Común, también son corruptos.

Una monarquía degenerará en una tiranía cuando el rey intente servir a sus propios intereses. Una aristocracia degenerará en una oligarquía (el gobierno de un grupo para intereses egoístas), y una democracia degenerará en el dominio de la turba, cuando los ciudadanos intenten servir a sus propios intereses, en vez de servir al Bien Común. El dominio de la turba es llamada, por Aristóteles, "una tiranía nada menos terrible que la tiranía de los pocos".

En Conclusión…

De todas las formas de gobernar, la relación de un rey verdaderamente católico, es decir, un rey justo y misericordioso con su gente, refleja lo más posible la relación entre Jesucristo, Dios y "Rey de los Reyes", con los miembros de su "Cuerpo Místico", que es la Iglesia. Al mismo tiempo, el lograr el Bien Común de los ciudadanos depende más de las virtudes de los que gobiernan y los gobernados, que de la forma de su gobierno.

CAPÍTULO XVI… GÉNEROS de GOBIERNOS

Preguntas

1. Nombra tres formas básicas de los gobiernos.

2. ¿Cuál forma de gobierno consideraban Santo Tomás de Aquino y Aristóteles ser la mejor forma?

3. ¿Cuales son los dos dones que Dios dio a su Iglesia y que no se le dio a ningún gobierno laico?

4. ¿Cuales son las cuatro cosas que la Iglesia pide de un gobierno seglar?

PREGUNTA DE ENSAYO/DISCUSIÓN

1. Discute de qué manera la forma monárquica de gobernar aparece en todas las formas de gobernar, aún en las formas que se llaman "democráticas". Menciona dos ejemplos.

CAPÍTULO XVII… BUENOS y FALSOS PRINCIPIOS PARA GOBERNAR

DEFINICIÓN: Un principio es una regla que nos guía hacia algún bien.

PROPÓSITO: Los principios explícitos e implícitos en los Diez Mandamientos y la enseñaza de Jesucristo, sirven como guías para unir acciones humanas con la voluntad de Dios, para el bien de toda la humanidad.

FUNDAMENTO: La realidad de nuestra naturaleza humana es el fundamento de todos los buenos principios para gobernar.

EJEMPLO: Una realidad es que todos nosotros tenemos una naturaleza humana caída. Los gobiernos toman en cuenta esta realidad cuando hacen leyes justas y castigos apropiados para frenar las acciones injustas o inmorales de la humanidad caída.

ABUSO: Los gobiernos que piensan que la naturaleza humana es naturalmente buena, no aprobarán leyes y castigos apropiados para refrenar el mal que hace la gente.

DISCUSIÓN

Este capítulo utilizará lo que se llama la "igualdad del hombre", el "Bien Común" y el "orden público", para explorar el efecto de principios correctos y falsos para gobernar.

El "QUÉ", el "QUIÉN" y la igualdad

En el Capitulo III, hablamos del "qué" y del "quién" somos, con referencia a nuestros derechos. Ahora vamos a dar un repaso sobre este tema, con referencia a los principios para gobernar.

Cada persona, hecha a "imagen y semejanza" de Dios, comparte la misma naturaleza humana. En este sentido, la "igualdad del hombre", refiere correctamente a la "materia prima" de la humanidad, el hecho de que todos nosotros tenemos un cuerpo y un alma, y el don de "pensamiento racional". Desde el punto de vista de que todos somos seres humanos, (el "QUÉ" de nuestra existencia), todos somos iguales.

Qué aptamente fue expresada esta idea en la ceremonia del entierro usada por la familia real de los reyes de Habsburgo. Después de la Misa de Réquiem, el cuerpo real fue llevado a una puerta bloqueada, que conducía a donde se le iba a enterrar al rey difunto. Un representante de la familia real entonces golpeó la puerta, anunciando todos los títulos reales poseídos durante la vida del rey difunto, y pidió entrada. Al oír todos estos títulos reales, una persona dentro de este cuarto le negó la entrada. Los títulos fueron repetidos otra vez, y la entrada fue negada otra vez. Entonces el representante de la familia real demandó, en el nombre del difunto, el título que todos nosotros compartimos, pidiendo la entrada en el nombre "de un alma mortal y pecadora", y la puerta se abrió para su entrada.

Dios también agrega a nuestra "materia prima" (cuerpo y alma) una variedad de cualidades únicas que distinguen a un ser humano de todos los demás. Ni los gemelos tienen la misma personalidad. En este sentido, cada uno de nosotros es un "QUIÉN". Por esta razón, podemos decir que, mientras que todos nosotros somos iguales en "qué" somos, no somos iguales en "quiénes" somos.

¿Entonces, de qué manera podemos entender la "igualdad del hombre"? La única respuesta honesta que podemos dar es que somos iguales en el "QUÉ" somos, pero no en el "QUIÉN" somos.

Abusos del "qué" y del "quién" somos

Algunos sistemas de pensamiento atacan directamente al "QUÉ" somos. El comunismo, por ejemplo, ataca directamente al "QUÉ" somos, porque trata a los seres humanos como si fueran solamente una máquina de trabajo. La verdad es que aún un bebé deformado, todavía no nacido, posee la "materia prima" de la existencia humana (cuerpo y alma), y es igual en su esencia (lo que es) a la naturaleza humana del rey más grande del mundo. Por eso, no solamente el comunismo, sino el aborto, por tratar a un niño no nacido como si fuera algo deshechable, ataca al "QUÉ" somos.

Otros sistemas de pensamiento atacan la DESIGUALDAD del "QUIÉN" somos. El error que enseña que la Madre de Nuestro Señor Jesucristo – Dios, era "solamente una mujer", es un ejemplo de no reconocer suficientemente nuestras diferencias.

Los sistemas que no toman en cuenta nuestras diferencias, también atacan la jerarquía natural, que ordena la relación de una persona con otra, tanto dentro del Estado como dentro de la Iglesia. Por ejemplo la relación entre el padre y el niño, el obispo y el sacerdote, el rey y el vasallo, depende de las diferentes responsabilidades de cada "quién." Los sistemas que no hacen caso de esta jerarquía natural, por sobre enfatizar la igualdad del "QUÉ" somos, tienden a igualar el ciudadano al presidente y el laico al sacerdote. Estos sistemas introducen Des-orden en una sociedad, porque no pueden (en justicia) dar, a los que ocupen un cargo de autoridad, el respeto y la obediencia debidos.

La jerarquía normal de prioridades, que pone los propósitos sobrenaturales por encima de los propósitos naturales, también es atacada por falsos sistemas de "la igualdad". Tales sistemas "planos", imponiendo una "igualdad falsa", sobre cosas que no son iguales, son como una orquesta sinfónica que permita a los integrantes tocar solamente una nota.

El "pensamiento plano" se manifiesta por no poder diferenciar entre la verdad y el error. No puede distinguir entre las cosas como son y como no son, y, por eso, carece del juicio sano necesitado para alcanzar el Bien Común. El "pensamiento plano" describe cosas usando clisés, por ejemplo, "todas las monarquías son malas", o "todas las democracias son buenas". La verdad es absolutamente diferente, y mucho más interesante.

El Bien Común y el Orden Público

La igualación del "Bien Común" con el "Orden Público" es muy frecuente entre los gobiernos de estos días. A algunos, estos dos términos les parecen ser la misma cosa. Sin embargo, la diferencia entre estos dos términos efectuará diferencias importantes entre el Estado y sus ciudadanos.

El Bien Común se relaciona con todas las cosas que, tomadas juntas, provean a la humanidad una felicidad temporal y eterna. En este contexto, el orden público (paz pública), mientras que es muy importante, es solamente UNA de las muchas cosas necesarias para lograr un Bien Común duradero.

Si el Estado iguala al Bien Común con el "orden público", o pone más importancia al "orden público" que al Bien Común, el fundamento de su ley civil no serán las leyes de Dios, con su justicia y misericordia, sino, solamente, lo que el Estado piensa simplemente que va a guardar la "paz".

Los ciudadanos de buena voluntad sufren cuando la prioridad más alta del Estado es mantener el "orden público", en vez del Bien Común. Por ejemplo, cuando el Estado legaliza algo, como el aborto, ahora son los que se OPONEN a esta ley inmoral, los que son culpables de "estorbar al orden público". El resultado es que, a los que públicamente protestan al aborto, se les echa a la cárcel, mientras que, aquéllos que matan a los niños no nacidos, siguen libremente haciendo sus matanzas, protegidos por la ley.

El condenar a la gente que no ha violado la ley de Dios, para proteger a los que sí la violan, es verdaderamente un abuso de la justicia. ¿Si el Bien Común excluye la injusta matanza de los inocentes no nacidos, para que sirve el "orden publico", si no sirve al Bien Común?

La Deificación del Hombre

Hay personas que tienen un concepto de la libertad que es diferente de la que hemos presentado. Su pensamiento es que cualquier limitación de lo que quieran hacer, lo que sea, disminuye no solamente su libertad, sino también su dignidad. Quieren forjar su "mundo", sin referencia a nadie fuera de sí mismos, ni a Dios. No les importa que piense Dios. La única cosa que les importa es lo que ellos mismos piensan.

Su lema político es: "libertad, igualdad, y fraternidad". Mientras que estas palabras en sí mismas significan algo bueno, ellos las tuercen, para darles un significado muy diferente all significado normal.

La "Libertad" trata con nuestro derecho de hacer algo justo o bueno. Para ellos, la "Libertad" significa que tenemos el "derecho" de rechazar los Mandamientos de Dios. Simplemente dicho, ellos enseñan que la gente tiene un derecho de hacer no solamente lo justo, sino también lo injusto. La palabra que ellos deben de usar, en vez de "libertad", es "libertinaje".

La "Igualdad" significa que cada persona, en lo que es (un ser humano), tiene las mismas obligaciones y los mismos derechos ante las leyes de Dios. Para ellos, la "igualdad" significa que "la gente" tiene el "derecho" de rechazar las leyes (la voluntad) de Dios, y para ellos, cada persona es un "soberano". Lógicamente, si todos son soberanos, nadie es soberano. La palabra que ellos deben de usar, en vez de "igualdad", es "egoísmo".

La "Fraternidad" significa que toda la gente, trabajando en armonía con las inescapables leyes de Dios, pueden unirse para lograr algún bien común. Para ellos, la palabra "fraternidad" significa la unión, muchas veces secreta, de los que quieren derrocar a los gobiernos que reconocen la soberanía de Dios sobre nosotros, incluso el gobierno de la Iglesia. La palabra que ellos deben de usar, en vez de "fraternidad", es "conspiración".

Un monarca que gobierna ásperamente, que piensa que su voluntad es suprema, incluso sobre los Mandamientos de Dios o sobre la enseñanza moral de la Iglesia, demuestra esta manera de pensar. Pero también la idea de que "la voluntad de la gente" es soberana sobre las leyes de Dios y sobre la enseñanza moral de su Iglesia, pertenece a este mismo modo de pensar. Esta equivocada manera de pensar se refleja también en una economía, cuya fundamento es el egoísmo, o por un proceso de inflación e intereses injustos que beneficia solamente a una minoría.

Principios para gobernar bien

En estos capítulos que trataron de los gobiernos, hemos presentado varios principios. Aquí están, para recapitular, algunos de los principios más importantes:

(1). El Estado se establece cuando la totalidad de las comunidades de familias, y los recursos naturales que poseen, pueden proveer para el Bien Común de todos, y se forma un gobierno para lograrlo.

(2). La autoridad de un gobierno viene solamente de Dios. Esta autoridad se ejercita por los que ocupan un cargo de responsabilidad dentro del gobierno.

(3). El ÚNICO propósito de un gobierno es servir a Dios, al servir al Bien Común de los ciudadanos. Este Bien Común incluye su bien espiritual.

(4). Ya que los individuos del Estado pueden instituir la forma de su propio gobierno, varias formas de gobierno pueden existir entre la "familia de naciones", es decir, entre todos los Estados.

(5). Ninguna forma política de gobernar, por su forma, asegura el Bien Común ni la salvación de los ciudadanos.

(6). La Iglesia no condenará ninguna forma de gobierno que: (a) sirve al Bien Común de sus ciudadanos, (b) reconoce a Dios como el origen de su autoridad, (c) conforma sus leyes con las leyes naturales y sobrenaturales de Dios, y (d) permite a la Iglesia trabajar para la salvación eterna de todos los ciudadanos.

(7). El Bien Común de los ciudadanos se alcanza cuando su gobierno mantiene la paz a través de la justicia, establece una defensa común contra los enemigos extranjeros y domésticos, permite la libertad, pero no el libertinaje para los ciudadanos, y coopera con la Iglesia Católica para lograr la salvación eterna de sus ciudadanos.

(8). El Bien Común de una nación no se alcanza si el gobierno viola el principio de la subsidiaridad.

(9). Para lograr el Bien Común, las leyes del Estado deben de estar en armonía con la realidad de nuestro ser humano, y según las leyes morales de Dios.

(10). El propósito de la soberanía que pertenece a cualquier gobierno, es el de servir a Dios, al lograr el Bien Común de sus ciudadanos.

Al fin de cuentas, viendo los éxitos y las fallas de TODAS LAS formas del gobierno, a través de la historia, podemos concluir que el feliz destino de un pueblo depende más de la virtud de su gente y de sus líderes, que de su forma de gobierno.

CAPÍTULO XVII… BUENOS y FALSOS PRINCIPIOS PARA GOBERNAR

Preguntas

1. ¿Cuál es el fundamento de cualquier principio que se debe de usar para gobernar bien?

2. Menciona un "ismo" que se opone a lo que todos somos por naturaleza.

PREGUNTAS DE ENSAYO/DISCUSIÓN

1. ¿Qué le falta a un sistema político que considera que no hay ninguna diferencia entre hombres y mujeres?

2. ¿En qué manera puede fallar la justicia de un gobierno que pone más importancia en mantener un orden público, que buscar el Bien Común por reconocer la ley moral de Dios?

3. ¿Hasta qué punto debe un gobierno tolerar el mal uso de la "libertad del discurso"?

4. ¿Por cuáles principios consigue un gobierno el Bien Común?

5. Para conseguir el Bien Común, ¿qué es mas importante: la forma de un gobierno o los principios y virtudes de los que gobiernan y los de los gobernados?

6. ¿Cómo contestar a una persona que dice, "la libertad de la gente consiste en creer lo que quiera, y hacer lo que quiera."?

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CAPÍTULO XVIII… VOTACIÓN

DEFINICIÓN: La votación es un medio por el cual la gente expresa su preferencia u opinión.

PROPÓSITO: La votación es una manera de llegar a una decisión.

FUNDAMENTO: La preferencia (no necesariamente la verdad, la justicia, etc.) es el Fundamento de la votación.

EJEMPLO: Las personas votan por lo que, o por quienes prefieren.

ABUSO: El usar la votación para legalizar una preferencia inmoral o injusta, tal como el aborto, ofende a la justicia.

DISCUSIÓN

La votación es solamente una, entre VARIAS maneras posibles, de influenciar directamente (para mejor o peor) al Bien Común. El Bien Común es, muchas veces, mejor servido directamente por el uso de nuestros talentos, y la constante práctica de las virtudes personales, que por el voto. La votación es, simplemente, una manera, entre varias posibles, de conseguir algo para el bien o mal de la gente, así como se puede usar nuestro don de hablar para el bien o mal de la gente.

La pregunta fundamental con respecto a la votación es, "¿cuándo es buena, y cuándo es mala?" Para contestar a esta pregunta, hay que juzgar la votación por la manera en que sirve al Bien Común.

Cuándo la votación es útil

En 1934, nací en los EE.UU., un país "democrático". He experimentado la realidad de esta idea utópica y, lo que sigue, se escribe por mi experiencia.

En grupos pequeños, como entre un grupo de artesanos decidiendo dónde sería mejor la venta de sus productos, la votación, después de oír toda la información, puede servir bien. En muchos países, se usa la votación de un jurado para determinar la inocencia o culpabilidad de una persona, después de oír todos los argumentos en favor y en contra del acusado. Un jurado de seis o doce personas, después de que todos hayan oído los mismos argumentos, vota, para determinar si la persona acusada es o no culpable. Aunque no lo es sin fallas, generalmente trabaja bien.

El votar de un jurado es muy diferente que el votar de la gente que se encuentra en una democracia. Por ejemplo, si el acusado es culpable de un crimen capital, en los EE.UU., todos los miembros del jurado tienen que votar UNÁNIME para decidir su culpabilidad. En una democracia, se deciden muchos asuntos con la aprobación de solamente una mayoría (la mitad de los que votan más uno), que es usualmente mucho menos que la simple mayoría de la gente que puede votar.

Nota también que en un país democrático no toda la gente que vota ha oído todos los argumentos (algo muy diferente de lo que pasa durante un juicio). Usualmente se oye más la propaganda de un lado u otro, dependiendo del dinero que apoya un lado o el otro, y los argumentos de los que no tienen suficiente dinero para introducir los no se oyen. Así, entra un elemento de la ignorancia, que juega un rol grande en la votación de los países democráticos.

La votación puede también trabajar bien en las comunidades PEQUEÑAS, cuando los que votan conocen personalmente a los candidatos. La votación puede trabajar bien como medio de elegir a un presidente de un grupo de artesanos (si los que votan conocen a TODOS los candidatos), o como un medio de servir a los intereses comunes de éstos en una comunidad pequeña, como dónde construir un camino.

La "voluntad de la gente" y la votación

La forma de un gobierno es como el diseño de una casa. Ambos son diseñados por gente. Ambos tienen sus limitaciones. Sabemos, por experiencia, que un diseño que trabaja bien para dos personas, no va a trabajar bien para doscientas personas.

La votación sobre materias no opuestas a la Fe o a los Diez Mandamientos, PUEDE trabajar bien en una pequeña COMUNIDAD seglar o religiosa, o entre un grupo de pares (tales como un grupo de representantes, o entre los cardenales, para elegir a un nuevo Papa), pero extender el voto para incluir a TODA la gente de una nación, o de la Iglesia, puede producir más problemas que el usar un hogar de un solo cuarto para servir a una multitud, sin cambiar el diseño de la casa.

Para comenzar, la experiencia ha demostrado que, cuando hay que decidir un asunto al nivel NACIONAL, por la votación de todos los que pueden votar, este asunto se decide solamente contando los votos de los ciudadanos que votaron, y no contando los votos de todos los que PODRÍAN haber votado. Por eso, los elegidos y las leyes que se aprueban en un país democrático resultan, usualmente, de una minoría de la población, y ni el Estado, ni La Iglesia, pidiendo año tras año a toda la población que vote, han podido cambiar esto. Por esta razón, cualquier cosa decidida por una elección nacional, normalmente no es la expresión de la voluntad "de la mayoría". ¿Quién sabe cuál era la voluntad de todos los que no votaron?

Un buen ejemplo de esta falla del sistema democrático al nivel nacional, es cuando en los EE.UU., en 1992, un hombre llamado "Bill Clinton" (que está en favor de legalizar el aborto y otras inmoralidades), fue electo presidente por los votos de menos del 25% de los ciudadanos estadounidenses que podían haber votado.

Mientras que la gente PIENSA que son ellos los que están "encargados" de su futuro, la realidad es que los ciudadanos de los EE.UU. son gobernados, no solamente por la votación, sino, entre otras cosas, por: (1) las decisiones de varios jueces, de varias cortes, que aplican una mezcla de la ley constitucional y no-constitucional del país; (2) las regulaciones hechas por los burócratas del gobierno (y no por los ciudadanos); (3) las opiniones de los funcionarios elegidos por una no-mayoría; (4) la fuerza de la "opinión pública", generada por los medios de comunicación sobre los que votan; (5) la influencia sobre los senadores y representantes, ejercida por varios grupos con mucho dinero e intereses especiales; y (6) las órdenes ejecutivas, ("leyes presidenciales"), cuando hay una "emergencia".

La "voluntad de la gente" y el pecado original

Tomando en cuenta la falla de los que podrían votar en elecciones nacionales, pero que no lo hacen, algunas personas piensan que el Bien Común sería servido, lo mejor posible, si toda la gente que pudiera votar, votara. Ellos piensan que toda la gente es "naturalmente buena", y por eso, que una mayoría de "gente buena" podría decidir lo que debe ser lo mejor para todos. Si eso fuera verdad, la gente de una nación siempre elegiría lo mejor posible.

El problema con esta idea es que, en vez de portarnos naturalmente bien, como resultado del Pecado original, tenemos una tendencia de no siempre elegir la mejor opción posible. Mientras que nuestra naturaleza espiritual, (nuestra imagen de Dios), se inclina hacia la verdad, nuestra naturaleza corporal, desordenada, está inclinada hacia el vicio. La prueba de ésto se ve alrededor de todos nosotros, y en las noticias y periódicos de cada día.

La razón de que tengamos la policía y nuestros ejércitos, es para protegernos contra los defectos duraderos del Pecado original, que todos sufrimos. El hecho de que los EE.UU. ha legalizado el aborto, hasta cuando esté naciendo el niño, demuestra que, el depender de la "bondad natural" de la humanidad, para dirigir a los legisladores de un país, no es solamente absurdo, sino es un FUNDAMENTO de gobernar. Al respecto de guiar la moralidad nacional, la enseñanza moral de la Iglesia Católica siempre será una mejor guía que la "voluntad de la gente".

Más que al diablo que combatir

No había TV, malos libros o música, educación corrompida ni la mala presión de grupos "pro aborto" en el jardín de Edén. Nuestros primeros padres ni sufrieron de los malos efectos del Pecado original. No obstante, nuestros primeros padres eligieron desobedecer a Dios.

Los ciudadanos de países modernos no solamente sufren por el Pecado original; ellos viven en un mar de viciosa presión, que les influye a desobedecer las leyes de Dios y a abandonar la práctica de virtud, por las influencias de los malos libros, la TV mundana, los malos programas de la radio, las actuales costumbres inmorales, el deseo de obtener la comodidad material más allá de lo que realmente necesitan, y por el resto de las influencias modernas del día, que influyen en contra de la virtud, y POR las cuales muchas personas votan cuando hay la oportunidad. Debido a todo esto, es muy fácil entender cómo "la voluntad de la gente" puede desear que su gobierno legalice lo que prohibiría Dios.

Al contrario de la voluntad de Dios, la "voluntad de la gente" es como la arena que cambia de un lugar a otro con cada viento que pasa; un año puede preferir lo que es mejor, otro año preferir lo que es peor. La "voluntad de la gente", por ser, usualmente, nada mas que una expresión de opiniones, no es un FUNDAMENTO firme para CUALQUIER forma de gobierno.

Avaricia

La avaricia es otro síntoma de la naturaleza humana caída. Muchas veces la avaricia se anima a votar, porque la votación da a la gente una ocasión de elegir a un candidato que les prometa "algo por nada". Dada una opción entre el votar por un candidato que promete darle "algo por nada", y uno que dice que hay que pagar un precio justo por lo que quieren, ¿por cuál candidato votarías tú? El hecho de que nada es "gratis" en este mundo, no parece ser muy importante; a los que piensan que pueden conseguir algo por nada, o que algún otro ciudadano tenga que pagar el costo por ello, es lo que es injusto.

La Ignorancia Puede Ganar

La votación a nivel nacional puede herir al Bien Común por otra razón: la ignorancia. Por ejemplo, la mayoría de los ciudadanos de una nación, realmente no sabe nada sobre cómo manejar sus bosques, su fauna y la política extranjera de su país, porque no tiene acceso a datos importantes, ni la educación o experiencia para manejar bien estos asuntos. El conocimiento profundizado sobre muchos asuntos en un país es compartido, generalmente, solamente por una minoría, que tiene acceso a los datos y el entrenamiento y la experiencia necesarios para entender bien y manejar bien estos asuntos.

Debido a esta ignorancia, la votación de la gente a quienes les faltan muchos datos, educación y experiencia, no parece la mejor manera de gobernar o de decidir muchos asuntos. ¿Cómo se sentiría usted en un avión dirigido por la mayoría de votos de sus pasajeros, en vez de la educación y experiencia de su piloto y navegador? Los aviones vuelan seguros porque son reinos volando, y no son democracias votando.

Cómo decidir asuntos sin votar

Los gobiernos pueden decidir mejor muchos asuntos legítimamente, por ciudadanos bien informados, que por la preferencia general, expresada por la votación de "la gente".

Las decisiones tomadas, usando asesoramiento de expertos, serán sabias SOLAMENTE si no están en conflicto con el Bien Común. Por esta razón, SOLAMENTE las personas motivadas por el Bien Común, y no por un grupo de intereses egoístas, se motivan correctamente para tomar buenas decisiones.

Desafortunadamente, algunos se designan a las posiciones del gobierno por razones políticas (por ej., porque pertenecen al partido que ganó), y no porque tengan la capacidad y el deseo de servir verdaderamente al Bien Común de su Nación.

¿Quién es igual?

Algunos proponen que cada uno vote porque "todos los hombres (y las mujeres) son iguales". En una sección anterior, discutimos que somos solamente iguales en lo que somos (seres humanos), pero no en QUIÉNES somos: (aviadores, albañiles, doctores, maridos, esposas). Cada persona, con su propia especialidad, educación, experiencia, inteligencia, habilidad, temperamento, etc., etc., es diferente.

Respecto a muchos asuntos para los cuales se dice que es "la gente" la que debe de decidirlos al votar, algunos conocen bien el asunto por el que están votando, otros no. Algunos saben más. Algunos saben menos. Si toda la gente fuera VERDADERAMENTE igual, todos los ciudadanos votarían por lo mismo. La verdad es que, en cualquier grupo, los que voten lo harán en tantas maneras diferentes como opciones hayan.

Votando por el "menor de dos males"

Hay muchas personas que dicen que, dadas dos opciones malas, hay que votar por "el menor de los dos males". En realidad, si los dos males se diferencian solamente por ser una variación del mismo mal, escogiendo cualquiera de las dos opciones va a llevarnos al mismo fin. No hay diferencia en lo que va a pasar por votar entre manejar el coche hacia el abismo a 10 o a 20 millas por hora, aunque el llegar al precipicio menos rápido parece mejor.

Para hacer firme este punto, vamos a relatar lo que pasó, en los EE.UU., con el progreso del aborto legalizado en ese país. Cuando empezó la batalla en contra de la vida, en los EE.UU., casi nadie hubiera votado para permitir el aborto de un niño al momento de nacer. En ese entonces, todas las leyes de los EE.UU. fueron en contra del aborto intencional. Para conseguir el último fin de los "pro abortos", usaron la estrategia de que es mejor votar por el menor de dos males. Así lo hicieron.

Primero, dijeron los "pro-abortos", que sería mejor legalizar el aborto que forzar a una mujer a sufrir con un niño no deseado, o morir tratando de procurar un aborto ilegal en las manos de un doctor mal entrenado. Ofrecieron dos opciones: el aborto no regulado por la ley, o el aborto regulado por la ley. La gente, pensando que sería mejor controlar los abortos intencionales por una ley, que no controlarlos, votaron por permitir el aborto controlado por la ley, como "el menor de los dos males". (Ahora la ley permitía abortos intencionales).

Entonces ofrecieron los "pro-abortos" otras dos opciones a la ciudadanía: o permitir el aborto durante los primeros tres meses, o permitir el aborto durante los primeros seis meses. La gente, pensando que el menor de los dos males era el permitir el aborto solamente durante los primeros tres meses, votaron así.

Entonces los "pro-abortos" ofrecieron dos opciones más: permitir el aborto durante los primeros seis meses, o durante todos los nueve meses. Otra vez, escogiendo el "menor de los dos males", la gente votó permitir el aborto hasta los seis meses. Así llegó la ley para "controlar el aborto", en los EE.UU., hasta permitir el aborto hasta que nazca el niño, que es la ley actual.

Se permite "elegir el menor de dos males" solamente cuando usted no tenga NINGUNA otra opción. Cuando hablan de votar, algunos dicen que dadas dos malas opciones, hay que votar por una de ellas. Usted realmente tiene una tercera opción. Usted puede elegir no votar.

La Votación No puede Determinar la Verdad

No tiene ningún sentido común que la gente vote sobre lo que es verdad. Algo es verdad o no lo es. Una mayoría de votos no puede cambiar eso.

Dos y dos o son cuatro. Dejar a la gente votar sobre cuánto son dos y dos no va a cambiar nada.

La Votación y la Iglesia

Algunos piensan que la Iglesia Católica, confiada por Dios con la responsabilidad del Bien Común Sobrenatural del mundo entero, debe de funcionar como una democracia. Después de la discusión anterior, el lector puede entender mejor por qué la sabiduría de la Iglesia dice "no", al funcionar en materias doctrinales y morales como una democracia. El propósito de la Iglesia es preservar las verdades contenidas en el "Depósito de la Fe", confiado a Ella por Jesucristo Dios, para transmitir estas verdades a toda la humanidad, hasta el fin del mundo. La Iglesia, dirigida y protegida (solamente en su doctrina) por la infalibilidad de Dios, nunca podría mejorarse por sujetar sus decisiones morales o doctrinales a una mayoría de votos de la humanidad caída.

En conclusión, parece que la votación sirve mejor para decidir cuestiones de conveniencia, si se confina la votación a la gente directamente afectada por el asunto. Cuando el asunto está relacionado a cosas de moralidad, mejor buscar la voluntad de Dios, oyendo lo que dice la Iglesia, y no solamente las opiniones de la gente que tan fácilmente cambian y, muchas veces, se oponen a la voluntad de Dios.

CAPÍTULO XVIII… VOTACIÓN

Preguntas

1. ¿Cuál es el propósito de la votación?

2. ¿Es encontrar una verdad un propósito legítimo de la votación?

3. ¿Cuáles son las debilidades humanas que interfieren con el uso de la votación, para conseguir el Bien Común?

¿Cuáles de las siguientes declaraciones son verdades?

4. Se puede determinar lo moral por una mayoría de votos.

5. En elecciones nacionales, es la mayoría de la gente que puede votar la que determina quién gana.

6. La Iglesia es sabia para decidir cuestiones de la Fe o Moralidad por el uso del don de infalibilidad, que solamente tiene el Papa, y no solamente por el voto de los obispos.

PREGUNTA DE ENSAYO/DISCUSIÓN

1. ¿Cuándo es la votación útil?

2. ¿Cuáles son los problemas que se presentan cuando la gente vota sobre un asunto al nivel nacional?

3. ¿Por qué sería incorrecto que la Iglesia sometiera sus enseñanzas doctrinales y morales solamente a un voto "democrático"?

4. ¿Por qué es mejor que un gobierno rija en el campo de moralidad según la voluntad de Dios, expresada por su Iglesia, que según la voluntad de la gente expresada por votación?

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CAPÍTULO XIX… La "Calidad de Estadista" y la JUSTICIA

DEFINICIÓN: La "Calidad de Estadista" es el arte de gobernar bien.

PROPÓSITO: El propósito de esta calidad es resolver puntos en disputa, solamente según el Bien Común de los ciudadanos de un país.

FUNDAMENTO: El Fundamento de esta "Calidad de Estadista" es la justicia y el valor.

EJEMPLO: Santo Tomás Moro (de Inglaterra) tenía esta "Calidad de Estadista", porque tenía el valor de oponerse a la injusticia y la inmoralidad de su rey.

ABUSO: La "Calidad de Estadista" es abandonada por los que piensan que es más importante complacer a los que le eligieron, que complacer a Dios.

DISCUSIÓN

Cualquier país tiene sus grupos de intereses especiales. Muchas veces, estos grupos se oponen sobre opciones. Es común oír al ganador de una elección democrática decir que él representará a "todos", pero eso no tiene ningún sentido, cuando se relaciona a la representación de cada uno los intereses individuales de los ciudadanos. Si una persona elige no votar por un candidato, es porque piensa que el candidato no representará su interés o creencia en un área importante. ¿Cómo puede la gente ser representada en algo por una persona que crea lo contrario?

Por la misma razón podemos decir que ningún grupo de gente puede representar los intereses individuales de otros grupos. Dado cualquier tema o área de interés, es seguro que van a encontrar oposición entre algunos de estos grupos. Unos grupos pueden desear utilizar los árboles para construir casas. Otros grupos no quieren que los árboles sean tirados, porque un búho vive en sus ramas.

Como se puede ver, NINGUNA persona, ni NINGÚN grupo de gente, puede representar los intereses individuales de todos. La única manera que un hombre en el gobierno pueda decir que él representa los intereses de cada uno, es si coloca el Bien Común de todos los que él representa sobre los intereses especiales de sí mismo, y de los que lo eligieron. Tales personas tienen la "Calidad de Estadista". Tales personas forman un especie de ser humano verdaderamente en peligro de extinción.

Hombres con la "Calidad de Estadista"

El reto de un hombre de "Calidad de Estadista" es oír los argumentos de todos lados, respecto a una situación y, como un juez justo, decidir cuál es la mejor opción para servir al Bien Común de todos los afectados, incluso si va en contra de los intereses de los que lo eligieron. Por otra parte, alguien que no toma en cuenta el Bien Común de todos los afectados, con sus decisiones, sino que decide SOLAMENTE por los intereses de aquellos que le eligieron, para mantenerse en su posición de autoridad, se le llama un "político".

Por Bien o por Mal, con Votación, lo más Grande Triunfa

De un modo u otro, una nación es gobernada por una mezcla de políticos, hombres de "Calidad de Estadista", y por varios grupos de diferentes intereses particulares. ¿Cómo es posible resolver las diferencias entre estos grupos al votar?

El mejor ó peor resultado de dejar a todos los miembros de estos grupos (o sus representantes) decidir sus conflictos de intereses al votar, será que los grupos más grandes vencerán a los más pequeños. Esto presenta una pregunta importante. ¿Si siempre triunfan los intereses de los grupos más grandes en una democracia, qué protegerá los intereses JUSTOS de los "más pequeños"?

La Justicia Protege

La protección de las minorías en una nación depende, en gran parte, de la justicia de sus leyes y cómo las hacen cumplir. Por ejemplo, si la justicia de una nación se basa sobre los Diez Mandamientos de Dios, cada persona tendrá una verdadera base de protección en la ley de su país, porque los Diez Mandamientos ponen límites a lo que "la gente", incluso el gobierno mismo, pueden tratar de imponer por su "gusto".

Si la base de gobernar de un país permite la injusticia, esta falla de tener un límite justo a lo que se puede legalizar, aunque sea impuesto por un rey o por "la voluntad de la gente", daña no solamente a los ciudadanos afectados, sino a la seguridad de todos/as de una nación, porque nadie puede sentirse protegido por las efímeras leyes de su nación.

La Práctica de la Justicia

La justicia, para servir al Bien Común, no puede dejarse "dividir", es decir, servir a algunos y a otros no. La justicia, para servir al Bien Común, debe de servir y proteger a todos en una nación, no solamente a algunos. Si los que gobiernan pueden tratar a ALGUNOS de sus ciudadanos con justicia, pueden decidir tratar a otros con injusticia, y nadie está seguro. Es por eso que decimos que la justicia debe de ser "indivisible". La justicia debe de servir a CADA UNO igualmente, para proteger la inocencia o castigar la culpabilidad, en quienes quiera que sea encontrada.

Sabemos, por experiencia, que las leyes cambian en una nación. Si la base de su justicia es la efímera "voluntad de la gente", esta base inestable va a producir leyes a veces para lo mejor, y a veces para lo peor. Por ejemplo, las leyes de los EE.UU., por muchos años, protegieron fuertemente a los niños nonatos, pero ahora protegen a los que matan a estos mismos niños.

De esto podemos ver que se necesita algo, aparte de la inestable "voluntad de la gente", para proteger los inalterables derechos justos de todos los ciudadanos. La única base que sirve para proteger a todos, sin alterarse, es una base formada por las inalterables leyes de Dios, y sostenida por hombres con "Calidad de estadista".

CAPÍTULO XIX… LA "Calidad de Estadista" y la JUSTICIA

Preguntas

1. ¿Puede un hombre representar cada uno los intereses individuales en su país?

2. ¿Cuál es el propósito de la "Calidad de Estadista"?

3. ¿Cuál es El Fundamento de la "Calidad de Estadista"?

4. ¿Por qué decimos que la justicia debe ser "indivisible"?

5. ¿Es verdad que una persona con "Calidad de Estadista" llega a sus decisiones solamente dependiendo de la voluntad de los que lo eligieron?

PREGUNTA DE ENSAYO/DISCUSIÓN

1. ¿Cuál es la diferencia entre un hombre con "Calidad de Estadista" y una persona que haga solamente lo qué la mayoría de los que lo eligieron quisiera que él hiciera?

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CAPÍTULO XX… IGLESIA y ESTADO

DEFINICIONES: El Estado, como la Iglesia, son "cuerpos perfectos", es decir, que cada uno tiene todo lo necesario, en sí mismo, para cumplir con su razón de existir. En la tierra, La Iglesia es la parte visible del eterno Cuerpo Místico de Cristo, instituida por Cristo mismo para la salvación de la humanidad. El Estado es una institución temporal, implícita en la Creación de Dios y formada por la gente para lograr su Bien Común.

PROPÓSITO: La Iglesia y el Estado sirven para satisfacer dos peticiones expresadas en el Padre Nuestro: "Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo."

FUNDAMENTO: En cualquier Estado, la relación entre la Iglesia y el Estado depende de la relación con Jesucristo, entre los que gobiernan el Estado, y los que gobiernan la Iglesia.

EJEMPLO: Un ejemplo de una buena relación entre la Iglesia y el Estado era en el Ecuador católico durante la presidencia de García Moreno. Durante esa época, el Estado profesaba su fidelidad a Jesucristo, y cooperaba con la Iglesia, para servir al Bien Común de sus miembros.

ABUSO: La relación correcta entre La Iglesia y el Estado (unión de principios morales y separación de responsabilidades) puede ser abusada por la mala conducta de los representantes de cualquier lado. Los representantes de la Iglesia no deben de usar el poder del Estado para imponer la Fe, ni tratar de controlar los asuntos del Estado, y el Estado no debe de fomentar un sentimiento anti-católico entre sus ciudadanos, ni tratar de controlar los asuntos de la Iglesia.

DISCUSIÓN

El Padre Nuestro hace dos peticiones: "Venga a nosotros tu reino" y "Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo." El Reino de Dios Trino no se confina solamente a su Iglesia. Por haber creado todo, todo pertenece al Dios Trino. La Iglesia Y el Estado tienen la misma obligación de conformarse a la autoridad Divina de su Creador. Los que gobiernan al Estado tienen la misma obligación de someterse al Creador, como los que gobiernan a la Iglesia.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
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