Es deber del Estado el convertirse en la "Ciudad de Dios", donde se santifica el nombre de Dios, y se hace Su voluntad "así en la tierra como en el cielo." Eso es posible solamente cuando haya una buena relación entre ambas "Sociedades Perfectas": la Iglesia y el Estado.
La Iglesia y el Estado son "Sociedades Perfectas"
Que la Iglesia y el Estado son "sociedades perfectas", significa que cada uno tiene toda la autoridad y todos los recursos necesarios para: (1) servir a sus miembros, para (2) gobernarse a sí mismo, y para (3) cumplir con su razón de existir. En este sentido, cada uno es independiente. El Estado no necesita otro Estado para cumplir con sus deberes, y la Iglesia Católica no necesita otra iglesia para cumplir con sus deberes.
Cada una de estas dos sociedades tiene su propia área de responsabilidad. El Estado existe principalmente para servir al bien temporal de algunos hombres, y la Iglesia para servir al bien espiritual del todos los hombres. De los dos, la IGLESIA tiene una preeminencia, siendo fundada directamente por Dios-Jesucristo para la salvación eterna de todos, mientras que cada Estado se funda indirectamente por Dios (directamente por hombres) para el bien temporal de algunos.
La Iglesia misma enseña que ninguna Sociedad Perfecta tiene el derecho de controlar las cosas por las cuales no es del todo responsable. Las religiosos no deben de ocupar cargos de poder mundano. Nuestro Señor, mientras reconoció el poder mundano de Poncio Pilatos, no ocupó ninguna posición estatal para establecer sus enseñanzas. Mas, nuestra experiencia nos enseña que el deseo de poseer un poder mundano, o riquezas, aunque sea para alcanzar algún propósito aparentemente bueno, muy fácilmente corrompe a cualquiera. Por eso, la Iglesia prohíbe a sus sacerdotes y monjas el ocupar posiciones de poder político del Estado.
El propósito del Estado es buscar el bien temporal de sus ciudadanos, de la mejor manera posible, (ojalá poniendo en práctica los principios de Nuestro Señor). Si no es correcto para la Iglesia el manejar directamente las responsabilidades del Estado, es también incorrecto para el Estado a manejar directamente las responsabilidades de la Iglesia. Por eso, sería un gran error si el Estado tratara de manejar los asuntos espirituales de la Iglesia. Por ejemplo, sería incorrecto que el Estado dijera a la Iglesia cómo administrar los Sacramentos.
El propósito de la Iglesia es proclamar, predicar, enseñar y vivir el evangelio de Nuestro Señor. Mientras que la responsabilidad de la Iglesia es la de predicar los principios de Nuestro Señor al Estado, depende de los laicos el ponerlos en practica, si ocupan un cargo de autoridad en el Estado. Sería un error si los religiosos de la Iglesia trataran de controlar directamente la manera en que el Estado pone en práctica estos principios, para conseguir el Bien Común de sus ciudadanos, en el orden temporal.
Al mismo tiempo, la responsabilidad de la Iglesia y del Estado de fomentar el Bien Común de los hombres crea campos de intereses mutuos. Un área obvia del interés mutuo es la perfección con la cual las leyes escritas del Estado determinan la culpabilidad o inocencia del acusado (la justicia de las leyes con respecto al asesinato, robo, aborto, etc., mas la misericordia debida, según las circunstancias). Tales áreas de responsabilidad mutua parecen mejor servidas con la COOPERACIÓN entre la Iglesia y el Estado. Sin embargo, una cooperación fructífera entre Estado e Iglesia depende de la verdadera catolicidad de los ciudadanos (su verdadero amor a Dios y al prójimo), la de los que gobiernan el Estado, así como la de los que representan a la Iglesia.
Debido a los efectos del pecado original en toda la humanidad, las relaciones
entre la Iglesia y el Estado están, a veces, lejos de ser perfectas, así que esto ha influido a muchos Estados a creer que la separación "completa" de la Iglesia y el Estado es mejor que una cooperación en áreas de intereses mutuos. Curiosamente, para prevenir una guerra entre Estados, estos mismos Estados piden a la Iglesia su cooperación.
La Relación Normal de la Iglesia y el Estado
El trabajo de la Iglesia, mientras que es, sobretodo, para el bien sobrenatural de todos los hombres, también promueve el bien natural de los hombres. La vida en la tierra es ciertamente más pacífica para todos cuando los hombres desean tratarse con caridad y justicia, por el amor de Dios.
Por otra parte, el trabajo del Estado, mientras que es sobretodo para el bien temporal de los hombres, también puede promover su bien espiritual. Por ejemplo, el Estado, por sus leyes, puede ofrecer a la Iglesia un ambiente tranquilo para predicar las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo y para distribuir los Sacramentos.
El Estado, como la Iglesia, reciben su autoridad del mismo origen, Dios. El Estado, como la Iglesia trata con los mismos seres humanos, hechos de carne y espíritu. Por eso, parece normal que busquen una manera de cooperar para el bien de todos.
Puesto que los hombres no pueden ser divididos en cuerpo y alma mientras que viven en la tierra, el bien temporal del hombre (servido, sobretodo, por el Estado) no se puede separar totalmente de su bien espiritual (servido sobre todo por la Iglesia). Por lo tanto, es natural que lo que Dios ha hecho responsable del bien temporal del hombre coopere, en vez de oponerse a lo que Dios ha hecho responsable por el bien espiritual del hombre.
Un católico es miembro de ambas sociedades, Iglesia y Estado, y no debemos tratarlo como si fuera dividido en dos partes (cuerpo y alma). El alma, con todas sus potencias espirituales (el intelecto, la voluntad, etc.), sirve al "ser humano" entero (alma y cuerpo) para que viva mejor en la tierra y consiga su salvación. Semejantemente, la Iglesia, con sus potencias espirituales (enseñanza divina, y sacramentos) es para servir a todos los del "cuerpo social". El impedir que la Iglesia ejercite su propia influencia en el Estado para que todos vivan mejor (con más tranquilidad) en la tierra, y que lleguen a su salvación, es poner en peligro el Bien Común de una nación.
"Separación"
Para hablar de la relación correcta entre la Iglesia y el Estado, hay que definir lo que significa la "separación" entre el Estado y la Iglesia. La Iglesia misma reconoce que estas dos sociedades son "perfectas", y como tal, enseña que cada una tiene su propia área de independencia. Si el Estado, o la Iglesia, manejara las responsabilidades de la otra, sería una forma de "sobre control" en contra del orden correcto que debe de existir entre esas sociedades perfectas.
Al mismo tiempo, la Iglesia enseña que el alcance de la felicidad humana depende de poner en práctica las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo, porque es Dios, y que el alcance del Bien Común depende de la manera en que se les pone en práctica. Por eso, la paz y tranquilidad que se encuentra entre el Estado y la Iglesia, depende de la aceptación entre sus miembros de los principios de convivir revelados por Dios. Con eso entendido, podemos decir que la mejor relación entre el Estado y la Iglesia es el reconocer la separación de responsabilidades, pero la unión de principios para convivir.
En lo actual, lo que se entiende por "Separación" entre el Estado y la Iglesia no es la separación de responsabilidades (como enseña la Iglesia), sino que la mejor manera de gobernar es con una separación de principios. La "Separación" ahora significa que las enseñanzas de Nuestro Señor no deben de influenciar a las decisiones del Estado, de ninguna manera.
No Hay "Separación Total" entre el Estado y Alguna Creencia
Cada Estado se deja manejar por algunos principios filosóficos: que sean los principios de Nuestro Señor, enseñados por su Iglesia, o los principios del socialismo, o los principios del humanismo, o del comunismo, o la "voluntad de la gente", etc., etc. Cuando haya una separación total entre la Iglesia y el Estado (es decir que el Estado no siente ninguna obligación de cooperar con la Iglesia, en la formación de las leyes pertenecientes a lo moral), eso siempre resulta en que el Estado imponga su estilo de "fé" y "moralidad" con sus leyes, y con las enseñanzas en las escuelas publicas, sobre el cuerpo social que gobierna.
Por ejemplo, el gobierno de los Estados Unidos REQUIERE que su dogma religioso oficial, el HUMANISMO, (evolución, los "derechos homosexuales", etc.), se enseñe a todos los estudiantes dentro de las escuelas públicas, pero prohíbe a esas mismas escuelas presentar a los estudiantes las fallas del humanismo, aún menos los Diez Mandamientos, formulados para toda la humanidad por Dios, ni los hechos que demuestran que vivimos en una creación hecha por un poder infinito que se llama "Dios".
Donde existe la llamada "separación" entre el Estado e Iglesia, los gobiernos "laicos" ahora animan el aumento de la homosexualidad, el divorcio y la práctica del aborto electivo, por hacer estas prácticas legalmente protegidas, y por enseñarlas como "opciones legítimas" en las escuelas públicas de esos gobiernos, sin dejarles a los estudiantes una oportunidad de estudiar "el otro lado de la moneda".
La única manera que una relación normal entre Iglesia y Estado puede existir, es por la conversión de los ciudadanos, incluyendo los que gobiernan la nación, a la enseñanzas de Nuestro Señor, mientras que los que representan la Iglesia también practiquen las mismas enseñanzas.
De estas realidades nos hacemos unas preguntas: ¿si es impropio que la Iglesia imponga sus creencias sobre cualquier población, por qué es aceptable que el Estado imponga las suyas sobre la misma población? ¿Qué es mejor para el Bien Común de una nación: que la mayoría de los estudiantes reciban sus enseñanzas morales del Estado, o de la Iglesia?
"Separación Total" Y Unión Falsa entre Estado/Iglesia, Ambas Malas
La cooperación apropiada entre la Iglesia y el Estado sirve para refrenar lo malo. El resultado de evitar que la Iglesia de Dios coopere con el Estado en la formación de sus leyes, es que el mal se refrena menos. Que el bien común de los ciudadanos de una nación resulte dañado en la última instancia por una "separación completa" entre el Estado y la Iglesia, se puede ver por el nivel que la legalización del divorcio, aborto y los falsos "derechos humanos" están destruyendo la unidad familiar en naciones donde se practican estas desviaciones y, consecuentemente, están dañando a sus miembros. Si fuera posible tener una relación propia entre la Iglesia y el Estado, tales vicios trágicos no se habrían convertido en la "ley común" de estas naciones.
Por otra parte, muy mal puede ser el resultado si los representantes de falsas religiones se unen con el poder de un gobierno.
La experiencia demuestra que las mayores religiones protestantes pierden sus valores morales al pasar el tiempo, permitiendo que los mismos vicios sean legalizados en países dónde se practica la "separación completa" de la Iglesia y el Estado. La Iglesia Anglicana, formalmente unida al gobierno de Inglaterra, cuando al principio se separó de la Iglesia Católica, sostuvo la enseñanza moral de la Iglesia Católica en muchos temas, pero eso ya se ha cambiado.
Por ejemplo, el gobierno de la Iglesia Anglicana y de Inglaterra estaban una vez contra el aborto (como el gobierno de los Estados Unidos). Pero ahora, porque la Iglesia Anglicana permite el aborto, el gobierno de Inglaterra legalizó el aborto, tan libremente como el gobierno de los Estados Unidos, que no tiene ninguna unión entre la Iglesia y el Estado.
El propósito de formar una unión de cooperación entre la Iglesia y el Estado es para preservar la moralidad cristiana en una nación, para su propio bien. La inmoralidad del aborto está prosperando en Inglaterra como dentro de los Estados Unidos. El resultado de separar completamente la Iglesia (que enseña según lo que enseñó Nuestro Señor Jesucristo) del Estado, parece resultar tan malo como la unión del Estado con una religión fundada por los hombres.
En cualquier caso, el "menor de los dos males" sigue siendo un mal. Sabemos por experiencia que cualquier situación malvada, si no se corrige, conducirá a un mayor mal al pasar del tiempo, tal como una infección pequeña, si no se está limpiando, conducirá a una infección extensa.
La experiencia de varias naciones democráticas demuestra que, donde la Iglesia no puede influenciar al gobierno del Estado en asuntos morales, esa nación terminará, eventualmente, por legalizar el divorcio, el aborto, y otras formas de licencia, exigidas por sus ciudadanos, como los "derechos civiles de la humanidad".
Infalibilidad y Estabilidad
Dios dio a su Iglesia el regalo de la infalibilidad para ayudar a toda la humanidad, a los hombres y a sus gobiernos. Las naciones, en las cuales sus ciudadanos y gobiernos se separan de esta dirección, niegan a sus países una base necesaria de fuerza moral, de estabilidad pública, y de unidad nacional.
Mencionamos "estabilidad pública" porque en los asuntos morales, cuando son definidos por la infalibilidad de la Iglesia, se quedan definidos para siempre. Por otra parte, en los países "democráticos" los asuntos morales que son definidos por la mayoría de votos, realmente nunca son definidos. Cuando gana un grupo que propone su estilo de moralidad (o inmoralidad), el otro lado trabaja más enérgicamente, para asegurar su victoria en el voto siguiente.
Por esta razón, los países cuyas leyes se basan en "la voluntad de la gente" tendrán una carencia de estabilidad, con respecto a asuntos morales, y desarrollan el pensamiento, entre sus ciudadanos, de que la moralidad es algo cambiable, según lo que quiere una simple "mayoría de la gente". Pero como hemos presentado anteriormente, esa "mayoría de la gente" solamente refleja una mayoría de los que votan, que nunca son todos, y por eso, el votar para determinar la moralidad de algo, en vez de pedir una definición infalible de la Iglesia, es llegar, solamente, a una definición no confiable y, por ello, inconstante.
Problemas que resultan de una "Separación Total"
Un problema penoso conectado con la separación de la Iglesia y el Estado, surge cuando los hombres elegidos a una posición del gobierno, toman su "juramento de hacer cumplir todas las leyes existentes". Si algunas de estas leyes en su país se oponen directamente a los Mandamientos de Dios, (tales como la ley en los Estados Unidos que legaliza la matanza de un niño no nacido), los que ocupan los cargos de autoridad en el gobierno se encuentran sujetos a decidir como van a cumplir con las leyes civiles que se oponen a las leyes de Dios. Si existiera una relación apropiada entre la Iglesia y el Estado, ésto no sucedería.
Otro problema penoso del que nos damos cuenta por la experiencia es que la llamada "separación de la Iglesia y del Estado" conduce a la separación de los Mandamientos de Dios de las leyes del gobierno, desarrollando un pensamiento de que ni los Diez Mandamientos de Dios deben influir en el manejo de eventos diarios en la vida pública. El resultado de ésto, en un país democrático, es influir primero a los representantes gubernamentales del pueblo, y luego a los miembros de una nación, a pensar que es aceptable separar la "Iglesia" del "Estado" en sus propias vidas; en otras palabras, separar el manejo de la vida espiritual/personal (servir a Dios) de la vida pública (servir al pueblo sin Dios), viviendo una "doble vida" como si fuera posible separar el alma del cuerpo y seguir viviendo.
Frecuentemente en los Estados Unidos se oye a un político católico decir que se opone al aborto como un "católico", pero apoyará al aborto legalizado como un político. Es, debido a esa división entre lo que un hombre DICE que cree como individuo, y lo que HACE el mismo hombre en su vida pública, que muchas leyes malvadas están siendo aprobadas. Si lo que creemos no influye en todas nuestras decisiones y acciones, ¿A dónde vamos?
¿Soldado o Cobarde?
¿Cómo vamos a pensar de una persona que dice que ama a Dios, pero no defenderá a Sus Mandamientos, ni a los inocentes?
Imagina como será el día en que llegue esta persona frente a Dios, y oiga a Nuestro Señor Jesucristo, que va a juzgar a todos, decirle: "Te di vida para ser mi soldado. Morí en una cruz para permitirte ganar la recompensa más grande posible que un ser humano puede ganar – la vida y felicidad eternas. Te di mi Iglesia para enseñarte, mi Madre y los sacramentos para consolarte, y un ángel de la guardia para defenderte. Permití que te eligieran a un cargo público, para ser uno de los privilegiados que llevan Mi autoridad. Pero, en vez de usar estos regalos para defender a la más inocente de mis criaturas, tú me abandonaste, cuando les negaste tu apoyo, para ganar la aprobación y votos de los hombres. Tú conseguiste tu recompensa cuando te eligieron….."
Los deberes del Estado hacia Dios
Dios creó a la humanidad, de tal manera, que un ser humano, además de la Iglesia, necesita a la familia y al Estado para conseguir su bienestar completo. Por eso, decimos que Dios es el autor, no solamente de individuos, sino también de la familia y del Estado.
El hecho de que Dios sea el autor del Estado, significa que el Estado, como cada ser humano creado por Dios, tiene ciertas obligaciones hacia su Creador. Puesto que los hombres tienen el deber de obedecer los Diez Mandamientos de Dios, por las mismas razones, el Estado, gobernado por hombres, tiene ese mismo deber. Puesto que los cristianos tienen un deber de tratar de implementar las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo hacia todos los hombres, un Estado formado por cristianos tiene la misma obligación de implementarlas. Puesto que Cristo prohíbe específicamente a los correctamente casados divorciarse y casarse otra vez, el Estado cristiano tiene una obligación de no oponerse a lo que Jesucristo (el Rey de toda la humanidad, y de todas las naciones) enseñó específicamente.
TODOS LOS ciudadanos tienen el deber de agradecerle a Dios por su existencia, y el Estado comparte el mismo deber de sus ciudadanos de agradecer y adorar a Dios. El hecho actual de que entre los ciudadanos del Estado existan varias creencias, no quita al Estado su obligación de reconocer públicamente la soberanía de Dios sobre los miembros del Estado, sobre sí mismo, ni de su obligación de no oponerse a los Mandamientos de Dios. El Estado debe de reconocer sus obligaciones para con Dios en su constitución, que es el fundamento de todas su leyes.
La Dignidad de una Nación Católica
Si una nación cristiana está verdaderamente unida a Dios, se reflejará en sus leyes, en la vida virtuosa de su gente, y en la fidelidad de los oficiales de su gobierno en fomentar y no oponerse a las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo. Ya que la dignidad de un individuo depende de hacer la voluntad de Dios en todos sus quehaceres, privados y públicos, así es que la dignidad de una nación depende de la fidelidad de su gobierno, de buscar y servir a la Voluntad Divina, en todos sus quehaceres, secretos y públicos.
Justicia y orden correcto
Según lo mencionado antes, solamente hay dos tipos de "sociedades perfectas". En el orden natural, cada verdadero Estado es una sociedad perfecta, porque es capaz de servir al Bien Común, al nivel natural de sus miembros.
En el orden sobrenatural, hay solamente una sociedad espiritualmente perfecta, porque Cristo es su Creador y Cabeza: la Iglesia Católica. Porque la Iglesia es sobrenaturalmente perfecta (aunque sufre de la imperfección de sus miembros), es capaz de responder a TODAS las necesidades sobrenaturales de la humanidad.
Puesto que hay solamente una religión fundada directamente por Dios Jesucristo, posiblemente sería mejor llamar a las demás religiones "asociaciones religiosas".
La base de la perfección en la Iglesia Católica es totalmente divina, y por eso, es completa. La base de todas las "asociaciones religiosas" es imperfecta, siendo basada sobre una mezcla de la enseñanza de nuestro Señor Jesucristo y de varias opiniones humanas de sus fundadores. Es por eso que hay tantas religiones no católicas, cada una diferente de las demás, según las opiniones de sus fundadores.
Tomando todo eso en cuenta, uno puede ver la injusticia de poner una sociedad perfecta, llamada Iglesia Católica, al mismo nivel espiritual que una multitud de "asociaciones religiosas" imperfectas. Aunque hay en el mundo varios Estados independientes (naciones), y es justo tratar a cada Estado independiente como a cualquier otro Estado, tratar a la Iglesia (como la cual no hay igual), como si fuera una de las muchas asociaciones religiosas, será tan injusto como tratar al Estado como si fuera nada más uno de muchos sindicatos laicos.
En justicia, hay que respetar la fundación de ambos, Iglesia y Estado, como son: sociedades perfectas en su poder de cumplir con sus obligaciones hacia Dios y los hombres en sus campos de responsabilidad. El grado en que cada sociedad cumple realmente con sus responsabilidades, Dios lo ha puesto en manos humanas. Así sea.
En Conclusión…
Solamente la Caridad puede transformar la Ciudad del Hombre en la Ciudad de Dios.
El conformar su conducta a sólo obedecer leyes, aunque por una temporada produce un estándar aceptable de la conducta, no inflama su caridad. Es hacer algo solamente porque TENEMOS que hacerlo. El deber de obedecer formaba una gran parte del estándar de vida que se encontraba en el "Antiguo Testamento".
Jesucristo dio a la humanidad un nuevo estándar de comportamiento, que podemos llamar el estándar de la virtud. La virtud fluye por dentro de nosotros. No se impone. No es caridad ayudar a alguien porque TENEMOS que hacerlo. Es caridad, solamente, si el acto se hace voluntariamente, por amor a Dios y al prójimo.
Por esta razón, podemos decir que Cristo nos dio un estándar MÁS ALTO que el de simplemente obedecer reglas. La práctica de la virtud nos hace más felices que lo que podría hacernos el simple obedecer reglas. Si los hombres desean vivir bajo la más feliz de las condiciones, lo harán al ampliar la práctica de la virtud. El Estado y la Iglesia, ambos, tienen su papel en establecer este estándar más alto de conducta entre sus ciudadanos.
Mientras que ni el Estado ni la Iglesia pueden obligar a sus miembros a la virtud, sino solamente por la ley, es, por la presencia de Jesucristo dentro de su Iglesia, y así presente en el mundo, que hombres de buena voluntad logran la práctica de las virtudes naturales y sobrenaturales. Haremos nuestra parte como católicos si vivimos nuestras vidas según el estándar de la virtud, la expresión más grande de lo que es la caridad.
Piensa cómo será vivir en una sociedad en la cual el estándar de conducta entre todos sus miembros es la práctica de la virtud, especialmente la caridad.
Que Dios conceda a nuestra Nación suficientes santos entre nosotros, aquí en la tierra, que algún día la Ciudad de Dios sea más visible que la Ciudad del Hombre.
"Si el Señor no edificara la casa, en vano trabajan los que tratan de edificarla"
¡Viva Cristo Rey!
CAPÍTULO XX… IGLESIA y ESTADO
Preguntas
1. ¿Cuáles son las peticiones en el Padre Nuestro que son responsabilidad del Estado y de la Iglesia fomentar?
2. ¿Cuál es la base para la relación entre el Estado y la Iglesia?
3. ¿Cuál es el campo principal de responsabilidad del Estado?
4. ¿Cuál es el campo principal de responsabilidad de la Iglesia?
5. ¿Entre la Iglesia y el Estado, por qué es la Iglesia preeminente?
6. ¿Tienen la Iglesia y el Estado áreas de intereses mutuos?
7. Nombre un área de interés mutuo entre la Iglesia y el Estado.
8. ¿Cómo se mide la perfección de las leyes del Estado?
¿Cuáles de las siguientes declaraciones son verdades?
10. La Iglesia y el Estado, ambos, tienen la responsabilidad de ayudar a sus miembros para llegar a los cielos.
11. El menor mal de dos males puede ser algo bueno.
12. El menor de los dos males todavía es algo malo.
13. Cooperación entre la Iglesia y el Estado es la mejor manera de conseguir el Bien Común de sus miembros.
14. La llamada "separación de la Iglesia del Estado" puede forzar a funcionarios elegidos a tomar un juramento para apoyar leyes opuestas a la moralidad enseñada por nuestro Señor Jesucristo y de Su Iglesia Católica.
PREGUNTAS DE ENSAYO/DISCUSIÓN
1. ¿Por qué es una nación más fuerte cuando hay cooperación entre el Estado y la Iglesia, que cuando no hay esa cooperación?
2. ¿Qué diría a su senador si él dijera, "Personalmente estoy en contra del aborto, pero apoyaría una ley favoreciendo el aborto legalizado en el país, si es lo que quieren los que me eligieron"?
3. Discuta el problema de decidir asuntos morales por el voto.
4. Explique los deberes del Estado hacia Dios.
5. Discuta por qué el Estado necesita cooperar con la Iglesia para el Bien Común de sus ciudadanos.
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.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,HAY DOS CIUDADES…
EN LA CIUDAD DEL HOMBRE………,.,.,,.,.,.,.,.,..,.,., EN LA CIUDAD DE DIOS.,
.,.,.,.,. Se Maneja::,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,,.,.,.,.,.,..,.,.,.,.,.,.,.,Se Maneja:
.,La Voluntad de la Gente….,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,. ,.,.,.,.,La Voluntad de Dios
.,.,.,.,.,.,.,., |.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,..,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,., |
.,.,.,.,.,.,Errores.,.,.,.,.,.,.,.,.,…..,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,., Verdades
.,.,.,.,.,.,.,., |.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,..,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,., |
.,..,,Leyes Permisivas.,.,.,.,.,.,.,……..,.,.,.,.,.,.,.,..,.,.,.,.,.,.,La Ley Natural
.,.,.,.,.,.,.,., |.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,., |
.,.,.,.,Desobediencia.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,…….,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,., Obediencia
.,.,.,.,.,.,.,., |.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,., |
.,.,.,.,.,. Licencia.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,…,.,.,.,.,.,.,.,., Verdadera Libertad
.,.,.,.,.,.,.,., | ,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,., .,.,.,.,.,.,.,.,.,.,,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,. |
.,.,.,.,.,.,.,Vicio.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,…..,.,.,..,.,.,.,.,.,.,.,., Virtud
.,.,.,.,.,.,.,., | ,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,., |
.,.,.,.,., Egoísmo.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,…….,.,.,.,.,.,.,.,.,Justicia
.,.,.,.,.,.,.,., | ,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,,.,.,.,.,.,., |
.,.,.,.,., Aspereza.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,,.,.,……,.,.,.,.,., Caridad
.,.,.,.,.,.,.,., | ,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,,.,.,.,.,.,., |
.,.,.,.,., Rebelión.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,…..,.,.,.,., Orden
.,.,.,.,.,.,.,., | ,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,,., |
.,.,.,.,.,.,.,Caos.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,……,.,.,., Paz
En La Ciudad del Hombre;
Para formular sus leyes, el gobierno busca "LA VOLUNTAD DE LA GENTE," que contiene varios ERRORES humanos, que resultan en la formulación de LEYES PERMISIVAS, que animan a hombres a DESOBEDECER los Diez Mandamientos de Dios, transformándose en hombres de VICIO, que reconocen solamente a sus intereses EGOÍSTAS. Esto resulta en que la gente empiece a tratarse con ASPEREZA, produciendo una reacción de REBELIÓN, que es la fundación del CAOS.
En La Ciudad de Dios:
Para formular sus leyes, el gobierno busca la VOLUNTAD de DIOS, encontrando VERDADES DIVINAS que resultan en la formulación de leyes según la LEY Natural y Sobrenatural de Dios que, al ser OBEDECIDAS, conducen a una LIBERTAD verdadera, a través de la cual la práctica de VIRTUDES, tales como la JUSTICIA y la CARIDAD, establece un ORDEN en la sociedad, que permite que se alcance la PAZ.
BIBLIOGRAFÍA
Mucho de lo que fue escrito en este libro fue influido por las siguientes Encíclicas de la Iglesia Católica:
Papa Pío IX: "Quanta Cura" y "Sumario de Errores".
Papa Leo XIII: "Rerum Novarum" (La Condición de los que trabajan); "Satis Cognitum" (La Unidad de la Iglesia); "Immortale Dei" (La Base Cristiana del Estado); "Humanum Genus"; "Libertas Humana" (Libertad Humana).
Papa San Pío X: "Pascendi Dominici Gregis" (Sobre la Doctrina de los Modernistas); "Lamentabili Sane" (La Condenación de los Errores de los Modernistas).
Papa Pío XI: "Quadragesimo Anno" (La Reconstrucción del Orden Social); "Comunismo Ateísta"; "Quas Primas" (El Reinado de Cristo); "Mortalium Animos" (El Fomentar un Verdadera Unidad Religiosa); "Cassti Connubii" (Matrimonio Cristiano).
Papa Pío XII: "El Cuerpo Místico de Cristo"; "Humani Generis" (Con Respecto a Opiniones Falsas); "Sertum Laetitiae" (A la Jerarquía Americana); "La Función del Estado en el Mundo Moderno".
Las referencias a la historia Mexicana fueron tomadas de:
"Our Lady of Guadalupe and the Conquest of Mexico" ("Nuestra Señora de Guadalupe y de La Conquista de México") por Warren Carroll, Christendom Educational Corporation, 1983.
Biografia de Autor: Nacido en Montclair, New Jersey, EEUU en 1934. Graduado de la Universidad de St. Mary"s Collage, California, en 1962 (Matemáticas; Idiomas). Empleado por IBM por 27 anos; Después de jubilarse, fue Maestro de Matemáticas al nivel de preparatoria en los EEUU y en México. La Cinta de Medir, en ingles, se usa in la escuela católica de correspondencia mundial llamada: Our Lady of Victory, ubicada en Post Falls, Idaho, EEUU. Vive ahora en Zapopan, Jalisco, México. Espero que sea este texto una gran ayuda para que los estudiantes de la preparatoria formen una base de valores que les va a ayudar a si mismos, y a la sociedad en que viven.
La traducción por el autor de este texto, del ingles al español, fue realizado por el autor, Frank D. Denke, en Zapopan, Jalisco, y fue terminado en diciembre de 2006.
Autor:
Frank D. Denke
Zapopan; Jalisco
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