En el Estado (o la Iglesia), la autoridad que se origina en Dios, llega primero al cargo que ocupa la responsabilidad más alta en la sociedad, y de éste a los cargos que tienen menos responsabilidades, hasta el cargo que tiene la menor responsabilidad y autoridad. Esto significa que cada persona está bajo una cierta autoridad, que viene a él de arriba. También significa que esta "cadena de autoridad" nos acerca, por nuestra obediencia, no solamente a otros, sino que nos acerca a Dios mismo.
El último propósito de la autoridad y de la obediencia
El punto a recordar es que no solamente las cosas "visibles", sino incluso las "cosas invisibles", como por ejemplo, el amor, la autoridad y la obediencia, sirven para unir a la gente con Dios y con otros. Le gustaría a tu madre recibir de ti un regalo (visible), una rosa, pero aún más le gustaría tu constante obediencia a la autoridad que ella recibió de Dios para criarte. Si entendemos que cualquier don dado a los seres humanos por Dios, incluyendo su autoridad, y nuestra habilidad para obedecer, tienen solamente un propósito, y ése es para atraernos libremente a Él, estaremos listos para echar una mirada a lo que se llama el "gobierno" y el "Estado".
CAPÍTULO XI… La OBEDIENCIA
Preguntas
1. ¿Cuál es el propósito de la obediencia?
2. ¿De qué depende la obediencia que alguien ejerce?
3. Menciona un ejemplo del uso correcto de la obediencia.
4. Menciona un ejemplo del uso incorrecto de la obediencia
5. ¿Puede una autoridad lograr un buen propósito sin obediencia?
PREGUNTAS DE ENSAYO/DISCUSIÓN
¿Cómo es que la obediencia puede establecer un orden de tranquilidad en la familia?
¿Cómo es que la autoridad y obediencia trabajan juntas para unirnos con la voluntad de Dios?
*******************************
CAPÍTULO XII… GOBIERNOS y ESTADOS
DEFINICIÓN: El gobernar al Estado es ejercer la autoridad de Dios por el Bien Común de los miembros del Estado.
PROPÓSITO: El propósito de un gobierno es servir a Dios, gobernando para el bien común de sus ciudadanos.
FUNDAMENTO: El Fundamento de un gobierno (de gobernar) es la autoridad recibida de Dios, para satisfacer las responsabilidades de pertenecer al gobierno.
EJEMPLO: La gente que ocupa los cargos de un gobierno tienen la obligación de mantener la justicia, fomentar la verdad, derrotar a los enemigos del "Bien Común" de los ciudadanos, y promover el respeto por la autoridad de Dios entre sus ciudadanos. El resultado de la justicia será la paz; el resultado de la verdad será la libertad; el resultado de derrotar a los enemigos será la seguridad, y el resultado del respeto por la autoridad de Dios será la salvación.
ABUSO: Los que ocupan cargos en un gobierno abusan de su derecho de ejercer autoridad cuando no la usan para mantener la justicia, la verdad y el respecto por la autoridad de Dios.
DISCUSIÓN
¿De dónde vinieron las naciones y los estados? De hecho es por un proceso muy normal y natural. Que Dios hizo a hombres y a mujeres como seres sociales, es evidente, por el hecho de que Dios nos dio el regalo del habla. Es natural que la gente se asocie, unos con otros, para satisfacer sus necesidades comunes. Es, según nuestra naturaleza, que formamos familias, clubes, sociedades, naciones y estados. Al más grande de estas asociaciones naturales, el Estado, lo llamamos un "cuerpo social completo" – "completo", porque posee, entre otros estados, un alto nivel de independencia. Podemos entender mejor lo que es un "cuerpo social completo" usando nuestro propio cuerpo como ejemplo.
Mira a las diversas células que se unen para formar tu cuerpo humano completo. Mientras que cada célula es única, y diversos grupos de células tienen diversos trabajos que hacer, todas juntas forman la totalidad de tu cuerpo físico, trabajando juntas para el propósito común de sostener tu vida. El resultado es que cada uno de nosotros es un individuo completo, poseyendo, entre otros seres humanos, un alto nivel (aunque no sea total) de independencia.
Familias, comunidades y estados
La familia es la "célula básica" del Estado, porque de una familia vienen sus miembros. Es cierto que la familia puede abastecer para ciertas necesidades de sus miembros, pero no para todas. Para abastecer otras necesidades no alcanzables dentro de una sola familia, esta "célula básica" tiene que buscar abastecerlas de entre los talentos y habilidades de otras familias. También es muy natural que varias familias se unan para alcanzar algún propósito que tienen en común, pero que está fuera del alcance de una sola familia. Cuando un grupo de familias, o "células básicas", se unen para alcanzar algún propósito en común, como construir un lugar central donde todos pueden vender sus productos, se forma lo que se llama una "comunidad".
Pero la "comunidad" que formaron las familias para poder vender sus productos en nuestro ejemplo, tampoco puede abastecer todas las necesidades de sus miembros. Para abastecer otras necesidades, como la ayuda médica, o la educación de sus hijos, es necesario que las familias de esa comunidad de trabajadores vayan a una "comunidad" médica (como es un hospital), o una "comunidad" de maestros (como es una escuela).
Este proceso del intercambio de talentos puede continuarse, hasta que TODAS las necesidades naturales de las "células básicas" (familias) se encuentren un gran conjunto de diferentes familias y comunidades, incluyendo los recursos naturales de la tierra que ocupan. Este conjunto de familias, comunidades y recursos, cuando puede abastecer TODAS LAS NECESIDADES BÁSICAS de TODOS sus miembros, ahora forma un cuerpo social que es independiente (no tiene necesidad) de otros cuerpos sociales.
Esta comunidad se volvió independiente cuando entre sus familias y comunidades combinadas se encontraron suficientes doctores, profesores, carpinteros, dentistas, mecánicos, ingenieros, policías, soldados, granjeros, tierra y materia prima, y cualquier otra cosa necesaria, para abastecer las necesidades básicas de todos sus miembros. Y cuando los miembros de este cuerpo social, ya independiente, comparten los mismos principios morales (algo espiritual), ahora hay todo lo necesario para formar "el Estado".
Cuando un cuerpo social alcance este punto de autosuficiencia y unidad, el único rasgo que le falta a esta sociedad, para convertirse en un Estado, es establecer su forma de gobierno independiente, que se convertirá en un receptáculo de la autoridad de Dios. Una vez que la autoridad de Dios se haga presente, el Estado ahora tiene TODO lo necesario para sobrevivir al nivel natural (los talentos humanos, y materia prima), Y sobrenatural (la autoridad de Dios para gobernarse); esta gran sociedad se convierte en lo que se llama una "sociedad perfecta" – "perfecta", porque ya nada le falta para cumplir con sus responsabilidades de ayudar a sus miembros.
Esta "sociedad perfecta", que depende de las familias para la existencia de sus miembros, es tanto una "criatura" de Dios, como lo es la familia. El Estado, al igual que la familia, es simplemente el resultado natural de cómo Dios nos creó. Desde el principio del mundo, nunca hubo ni habrá una sola persona, desde sus primeros momentos, al nacer, totalmente autosuficiente y, por eso, cada persona necesita la ayuda de alguien – necesita asociarse con alguien para realizarse a sí mismo, y para realizar su función social; maridos con esposas para formar familias; grupos de familias con otras familias para formar comunidades, hasta formar de todos, y para todos, una sociedad, que se llama el "Estado", para conseguir el Bien Común de todos.
El propósito del Estado
La diferencia entre el Estado, y las familias que forman el Estado, es que el Estado, usando su propia autoridad (recibida de Dios), puede proporcionar algunas cosas, a las familias, que ellas mismas no pueden abastecerse por sí mismas. Tales cosas incluyen una defensa suficiente, para proteger a todas las familias del Estado contra invasores extranjeros.
Otra cosa que el Estado puede proporcionar a sus familias, que ninguna familia puede tener por sí misma, es la capacidad de mantener el orden entre todas las familias que forman el Estado. El orden y la defensa común son, obviamente, dos cosas que son BUENAS para TODOS los que viven en el Estado, y por eso se llaman "bienes comunes".
Bienes Comunes
Podemos entender la idea de lo que es un "bien común" utilizando un barco. Represéntate un barco, lleno de gente, navegando a través de un océano durante el invierno, en agua media congelada, cuando llega una fuerte tormenta. El mar está tan picado que incluso los botes salvavidas se llenarían de agua, si fueran utilizados. El barco parece hundirse, y los pasajeros desean brincar al agua y aventurase en las aguas tempestuosas y casi congeladas, y tres de ellos brincan al mar.
El capitán, sabiendo que la única posibilidad de salvarse todos es mantener el barco a flote, ordena a su tripulación ir a sus estaciones de emergencia, y al hombre de la radio enviar un S.O.S. (Save our Ship – Salve nuestro Barco). El capitán asigna a cada uno de los pasajeros un trabajo que hacer, y dirige su barco a través de la tormenta. Los tres pasajeros murieron en el mar, pero felizmente, los esfuerzos unidos de los que obedecieron al capitán fueron exitosos, y todos los demás se salvaron.
En esta situación vemos claramente el uso propio de la autoridad, para unir, dirigir y proteger. Podemos, también, notar otras dos cosas: (1) la necesidad de la autoridad de servir al bien de los que lo obedezcan, y (2) que la voluntad de las personas que no querían obedecer a su capitán (que querían brincar al mar) les trajo un destino muy diferente al que era mejor para ellos.
La autoridad sirve el Bien Común
El capitán utilizó su autoridad para organizar las acciones de cada uno a bordo del barco y bajo su autoridad, para el "bien común" de todos, que, en este ejemplo, era permanecer a flote. Por este ejemplo, podemos ver el POR QUÉ hay que tener alguien con autoridad en un barco, es decir, para el "bien común" de todos los de a bordo. De hecho, la ÚNICA razón que Dios permite para que su autoridad se use, es para servir al bien común de la humanidad.
De nuestro ejemplo, vemos que un "bien común" es algo (como la defensa y orden) que beneficia a todos. En nuestro barco, el bien común de sus pasajeros era, ciertamente, su supervivencia.
Obviamente, algunos de los bienes comunes de la humanidad son más importantes que otros. En una nación, el bien común TEMPORAL más importante de sus ciudadanos, como en la nave de nuestro ejemplo, es su supervivencia. Además de la supervivencia, los bienes comunes temporales de los ciudadanos de una nación incluyen cosas talas como la paz, justicia, verdad, seguridad contra los enemigos, y el orden público.
Al mismo tiempo, puesto que todos los bienes temporales pierden su importancia para nosotros, cuando viene la muerte, el MÁS IMPORTANTE de todos nuestros bienes comunes es nuestra SUPERVIVENCIA ESPIRITUAL, porque solamente este bien común nos trae una felicidad duradera.
Los bienes y el "Bien Común"
Cuando capitalicemos las palabras, "Bien Común", estas significan el "bien" que no solamente incluye, sino es aún más grande, que la mera suma de todos los bienes individuales, temporales o espirituales, que sirven a los miembros de una nación. Como un ser humano vivo es más que solamente el conjunto de todos sus partes físicas, porque incluye algo invisible que se llama "la vida", por la integración e interacción de todas sus partes funcionando correctamente, así es que el Bien Común de una nación es más que la mera suma de las partes naturales y sobrenaturales de que está formada.
Para clarificar este punto, piensa en un coche. Toma todas sus partes y pónlas en una caja. No dirías que esta caja de partes es un coche, aunque cada parte fue hecha bien y ninguna hace falta. Un coche completamente formado y funcionando correctamente es algo MÁS que solamente el total de sus partes. Un coche es el total de sus partes, más el orden y unidad entre las partes, que le permiten funcionar como debe de funcionar un coche.
De la misma manera, en un cuerpo humano, cuando todas sus partes individuales están funcionando correctamente, cada parte sirve para el Bien Común de todas las demás partes, ayudando a mantener la vida de todo el cuerpo, que es el Bien Común de todas sus partes. Así es que el Bien Común de una nación se produce por la ordenada unión de todas sus "partes", de tal manera que todos los bienes individuales funcionen para alcanzar el Bien Común de todos.
El Bien Común, el Estado, y la Iglesia
Ambos, el Estado y la Iglesia, existen para servir al mismo individuo, pero es imposible separar a un individuo en dos partes, (natural y sobrenatural). Por eso, decimos que el Estado existe principalmente para servir al Bien Común temporal (natural) de la humanidad, y que la Iglesia existe principalmente para servir al Bien Común espiritual (sobrenatural) de la humanidad.
Al mismo tiempo, los asuntos morales abren un área de intereses mutuos entre el Estado y la Iglesia, porque cada acto inmoral daña la salud natural y sobrenatural de un ser humano. El aborto mata al bebé no nacido, daña físicamente y psicológicamente a la mamá, y es una ofensa mortal contra la vida espiritual. Mientras podemos reconocer que la mayor responsabilidad de cuidar lo natural pertenece al Estado, así como la mayor responsabilidad de cuidar lo espiritual pertenece a la Iglesia, si no hay cooperación entre el Estado y la Iglesia, para conseguir el bienestar del individuo entero, ¿cómo se pueden evitar conflictos que resultan en herir a un ser humano? ¿Si el psicólogo y el médico recetan remedios conflictivos para el mismo paciente, qué va a pasar con el pobre paciente, si los dos doctores no llegan a un acuerdo?
Para evitar un daño innecesario a sus "pacientes", en asuntos morales, es la cooperación entre los dos "doctores", el Estado y la Iglesia, lo que mejor consigue el Bien Común de todos. Una separación extrema entre el Estado y la Iglesia, que prohíbe esa cooperación cuando se necesita, lo mismo que el control del uno por el otro, destruye la debida independencia del ambos, son dos extremos que hacen daño al Bien Común de los ciudadanos. El punto medio entre estos dos extremos, que preserva la independencia de ambos, el Estado y la Iglesia, es la cooperación.
No puede haber una sociedad más feliz que la que obedece a las leyes de Dios. Los que llevan la autoridad de Dios en la Iglesia y en el Estado, tienen que satisfacer enormes responsabilidades hacia Dios y hacia sus miembros para fomentar esta felicidad, y la mejor manera de hacerlo es por la cooperación, cuando se le necesita.
CAPÍTULO XII… GOBIERNOS y ESTADOS
Preguntas
1. ¿Cuál es el propósito de gobernar?
2. ¿Cuál es El Fundamento de cualquier gobierno?
3. Dé TRES ejemplos de cómo un gobierno puede servir al Bien Común.
PREGUNTAS DE ENSAYO/DISCUSIÓN
1. ¿Cómo se forma un Estado?
2. ¿Es algo natural que cualquier sociedad se dividida en dos grupos: los que gobiernan, y los que obedecen?
3. Discuta el Bien Común (lo que es, y cuál es su propósito).
4. ¿Como está repartida la autoridad de Dios en un Estado?
5. Usando las palabras "Bien Común", "Orden", y "Autoridad", describe el propósito de un gobierno.
6. ¿Entre el Estado y la Iglesia, cuál es la relación que mejor consigue el Bien Común de los miembros que ambos tienen en común?
*******************************
CAPÍTULO XIII… La AUTORIDAD del GOBIERNO – Primera Parte
DEFINICIÓN: La autoridad del gobierno refiere al poder legítimo del Estado, recibido de Dios, para regir.
PROPÓSITO: El propósito de la autoridad de un gobierno es unir, proteger y obligar, por la justicia, (sin olvidar la misericordia), a sus ciudadanos, de modo que sus acciones se conformen con las leyes naturales y sobrenaturales de Dios, para lograr el Bien Común de todos.
FUNDAMENTO: El origen de toda la autoridad legítima del gobierno es Dios. No la gente.
EJEMPLO: Que Dios es el origen de la autoridad del gobierno está demostrado por la declaración de Cristo a Pilatos: "No tendrías ningún poder sobre Mí, si no te hubiera sido dado desde lo alto". (Juan 19:11)
ABUSO: El proponer que la gente es, de cualquier manera, el origen de la autoridad legítima de su gobierno.
DISCUSIÓN
En el capítulo titulado, La Autoridad, escribimos que "Dios pone su autoridad en las manos de los que dirigen a las instituciones en las cuales vivimos, por ejemplo, la familia, el Estado, y la Iglesia, para establecer el orden que todos necesitamos, para estar en paz con Dios y con nuestro prójimo". También discutimos que el propósito del Estado es servir a Dios al gobernar, para lograr el Bien Común de los ciudadanos, y que nuestro Bien Común incluye nuestra felicidad temporal y eterna.
De esto, podemos ver que la autoridad es dada a un Estado por Dios, para establecer un orden temporal dentro del Estado, con lo cual podemos satisfacer, lo mejor posible, nuestras obligaciones hacia Dios y hacia nuestro prójimo. El Fundamento de este orden es la JUSTICIA. El resultado de este orden, cuando incluya la misericordia, es la PAZ.
Cuando estamos cumpliendo con nuestras propias obligaciones hacia Dios y hacia nuestro prójimo, todo anda bien, y sería incorrecto que el Estado interfiriera con su autoridad para cambiar lo que estamos haciendo bien. Sin embargo, cuando las acciones de varios ciudadanos atacan al orden justo que debe de prevalecer entre todos los ciudadanos, la responsabilidad del Estado es defender este orden (y así servir al Bien Común) con el uso propio de su autoridad.
El origen de la autoridad no es una persona, ni su consentimiento
Algunos creen que "el consentimiento de los gobernados" es el origen de la autoridad de un gobierno. Vamos a examinar este concepto, primero en el contexto de una sola persona, y después en el contexto de un grupo (una sociedad) de personas.
Los que piensan que una persona puede "pasar" la autoridad sobre sí mismo a cualquier otra persona, proponen que si consientes (convienes) en dejar a la otra persona el "poder" de mandarte a ti qué hacer, has dado a la otra persona una cierta "autoridad" sobre ti que, al principio, no poseyó. Implícita en este argumento está que tenías una cierta autoridad sobre ti mismo que podía ofrecerse a otros.
Para comenzar, ¿tenemos lo que se puede llamar "autoridad" sobre nosotros, y, si es así, dónde reside? La siguiente pregunta sería, "¿Podemos ofrecerla a otros?"
Nuestra alma tiene una variedad de facultades (habilidades), como la habilidad de pensar o juzgar, pero no se llama "autoridad" la habilidad de una parte de un ser humano de controlar a otra parte de la misma persona. Nuestro cuerpo se mueve por las facultades de nuestra alma, como la facultad de nuestra inteligencia que puede influir la facultad de nuestra voluntad para motivarnos a hacer algo, como obedecer, o aceptar lo que alguien quiera que hagamos.
Del mismo modo que no podemos pasar a otra persona nuestra habilidad de pensar, esta habilidad (facultad) del alma que manda a nuestro cuerpo qué hacer, tampoco es algo que podemos pasar a otros. De hecho, no podemos pasarle a nadie nuestra habilidad de pensar, o de elegir, o de obedecer, es decir, el funcionamiento de todo nuestro libre albedrío y cuerpo, y tampoco podemos pasarle a alguien nuestra alma.
Podemos someternos a lo que dice alguna otra persona. Por ejemplo, podemos decirle a un doctor, "hágame lo que quiera", es decir, decidir someternos a la sabiduría del que ocupa el cargo de doctor, pero no hemos creado la "autoridad" de su cargo que existe por su responsabilidad de curar a los enfermos. Podemos decidir obedecer a este doctor en particular, por la confianza que tenemos en él (para ayudarnos a cumplir con nuestra responsabilidad de cuidarnos), pero ni por reconocer sus habilidades, ni por decidir tener confianza en lo que nos dice, hemos creado en el doctor una autoridad nueva, ni hemos quitado de nosotros nuestra responsabilidad de cuidarnos.
En contraste con la autoridad, el consentimiento se origina dentro de nosotros. Aunque no podemos pasarle a otra persona nuestra habilidad de consentir, podemos ofrecer a cualquier otra persona nuestro consentimiento, sin conferirle una autoridad que ninguno de nosotros tuvimos.
El origen de la autoridad no es una sociedad, ni su consentimiento
Ahora, vamos a examinar la idea que "la gente", en el contexto de una sociedad de personas, es el origen de la autoridad de su gobierno.
La necesidad de una sociedad de tener alguna manera de gobernarse está arraigada en nuestra naturaleza humana (en la manera en que nos hizo Dios) y, por eso, el reconocimiento y expresión de esta necesidad es totalmente natural. También, es natural que los miembros de un país, dentro del marco de las leyes de Dios, decidan entre sí la forma de su gobierno, los límites de su poder, los derechos intocables de los ciudadanos, las leyes que todos los que se encuentran en ese país tienen que obedecer, etc., y terminan escribiendo sus conclusiones en un documento ("Constitución", o "Carta Magna").
Al mismo tiempo, desde el inicio de este proceso, no toda "la gente", en tal país, va a pensar igual sobre la forma de su gobierno, ni de quién debe de gobernar, etc., etc. Esta situación tan normal trae una buena pregunta: ¿Cuántas personas, en un país democrático, van a decidir, por todas, cuáles serán sus leyes, quién va a gobernar, etc., etc.
Aceptamos que la frase "la gente" significa la mayoría (el 51%) de todos los ciudadanos. Aunque todas las escuelas gubernamentales, mas la Iglesia misma, dicen que todos tenemos la obligación de votar, la experiencia de países "democráticos" nos enseña que siempre son menos, y a veces muchos menos, los ciudadanos que expresan su voluntad votando en cualquier elección. El resultado es que mucho menos de 51% de los ciudadanos son los que van a decidir cuáles serán las leyes del país y quiénes van a gobernar. Es decir que, casi siempre, son una minoría los ciudadanos que pueden votar, en cualquier país, los que deciden por todos.
Considere que la "voluntad de la gente" es muy susceptible a la propaganda de los que tienen acceso a los medios de comunicación para presentar su "punto de vista". Por eso, no es imposible que la "voluntad de la gente" sea manipulada. Recuerden que los que gritaban "hosanna" el domingo, gritaban "crucifícalo" el siguiente viernes.
Además, son muy pocas las personas que realmente han tenido el tiempo de estudiar un asunto importante, mas sus consecuencias, para votar realmente inteligentemente. Es por eso que, en un país democrático, hay tantos anuncios políticos, cada grupo tratando de influir en la voluntad de los demás; cada candidato proclamándose como el candidato de "toda la gente" con argumentos emocionales, para influir hasta aceptar su punto de vista.
Aunque la mayoría de los ciudadanos quieren vivir en paz y no van a luchar en contra de su gobierno, ¿cómo podemos decir que en un país democrático, la minoría activa (usualmente menos de 30% de todas las personas del país, que pueden votar) es el "origen de la autoridad" de su gobierno? ¿Y cómo es que el que gana puede decir que su "victoria" representa la voluntad de (toda) la gente? La única manera que el, o los que ganan una elección pueden servir "a toda la gente" de un país, es por servir al Bien Común de todos.
¿Son los ciudadanos, de cualquier manera, el origen de la autoridad?
También podemos ver el tema de la autoridad de un gobierno usando la regla que "una persona no puede dar lo que no ha recibido". ¿Puede un hombre (que no ocupa un cargo de autoridad) poseer la autoridad de gobernar solamente a una persona, más que a un país entero? Obviamente que no. Intente tocar ligeramente el hombro de alguien y decirle, "de ahora en adelante, yo le voy a gobernar a usted".
Si un solo hombre no puede darse a sí mismo la autoridad de gobernar a solamente una persona, ¿cómo pueden dos, tres o mas de ellos juntos dar lo que ninguno de ellos posee (la autoridad de gobernar a otros) a un rey, a un presidente, o a un gobierno entero? Puede un grupo de gente, por ser un grupo, crear u ofrecer una autoridad que ninguno de sus miembros posee? Obviamente que no.
La autoridad, ejercida por ciertas personas (debido al cargo que ocupan) para gobernar sobre una nación entera (o la Iglesia entera) viene, no de abajo, sino de arriba; no de la gente, sino de Dios, el Único que tiene en sí mismo el derecho de gobernar sobre cualquier parte de Su Creación (porque la creó). Dios comparte su autoridad SOLAMENTE con los que ocupen un cargo de Su autoridad, ya sea el cargo de un papá, una profesora, un sacerdote, un obispo, un presidente, un rey, etc.
Los miembros de una nación pueden ponerse de acuerdo en reconocer la necesidad de un cargo de autoridad sobre ellos mismos; pueden establecer la forma de su gobierno, y también pueden definir la manera de funcionar o aplicar la autoridad, que reside en los cargos, dentro del marco de la Ley Moral de Dios, pero la necesidad de que existan estos cargos, y la autoridad que reside en todos estos cargos de su gobierno, vienen del Creador de todo, y no de ninguna mayoría o minoría de los ciudadanos.
La Autoridad: Nace de Dios. Puedes reconocerla, o no. Puedes obedecerla, o no. Puedes respetarla, o no. Si la tienes, puedes compartirla, o no. Puedes, con otros, designar a quien va a recibirla, pero, no nace de ti, ni de otros.
El Consentimiento: Nace de ti. Puedes ofrecerlo o no. Puedes expresarlo por tu obediencia, o no. Puede facilitar el funcionamiento de la autoridad que posee alguien por su cargo de responsabilidad, pero el origen de su autoridad no lo es, ni la de cualquier otra persona.
CAPÍTULO XIII… la AUTORIDAD del GOBIERNO – Primera Parte
Preguntas
1. ¿Cuál es el propósito de la autoridad?
2. ¿Pueden las leyes de un gobierno, cuando se oponen a las leyes de Dios, servir al Bien Común?
¿Cuáles de las declaraciones siguientes son verdades?
3. El origen de TODA la autoridad que existe en el mundo es solamente Dios.
4. El origen de la autoridad de un gobierno es la "voluntad de la gente".
5. Se puede utilizar la autoridad que reside en un gobierno solamente por el Bien Común de los ciudadanos.
6. Los ciudadanos pueden designar a los que van a usar la autoridad de Dios.
7. Los gobiernos existen para servir SOLAMENTE al Bien Común de los ciudadanos.
PREGUNTAS DE ENSAYO/DISCUSIÓN
¿Por qué es que la autoridad de un hombre sobre los demás tiene que venir de Dios, y no del hombre mismo?
¿Cuál es la relación entre el "consentimiento de los gobernados" y la autoridad que reside en su gobierno?
¿Debe un gobierno seguir las leyes de Dios, o lo que se llama "la voluntad de la gente" cuando hay un conflicto entre ellas?
*******************************
CAPÍTULO XIV… La AUTORIDAD del GOBIERNO – Segunda Parte
DISCUSIÓN (Continúa) –
Como hemos visto, el consentimiento de un ser humano, o un grupo de seres humanos de obedecer a alguien no tiene nada que hacer con crear su autoridad. No son los hijos el origen de la autoridad de sus padres, ni son los ciudadanos el origen de la autoridad de su gobierno.
La autoridad puede funcionar aún sin nuestro consentimiento
¿Reciben los papás su legítima autoridad para regir sobre su familia "del consentimiento de los gobernados"? Por supuesto que no. Los niños que piensan en obedecer a sus papás solamente cuando quieran, se arriesgan a no poder sentarse por un ratito.
Otras personas, por el cargo que ocupan, pueden tener una legítima autoridad sobre nosotros, aunque no deseemos reconocerla. Si un policía nos dice "párese" cuando estamos manejando, es mejor reconocer que tiene alguna autoridad sobre nosotros, aunque sea sin nuestro amable consentimiento. Si no queremos reconocer su autoridad, puede ser que pasemos un ratito en la cárcel, para reconsiderar nuestra posición.
Obediencia y obediencia ciega
La obediencia no crea la autoridad de un cargo de responsabilidad, y la desobediencia no quita la autoridad que reside en un cargo de responsabilidad. Podemos decidir obedecer (o no obedecer) a cualquier persona, ya sea un amigo, un doctor, un papá, hasta al presidente del país, sin darle o quitarle la autoridad que posee por ocupar un cargo de responsabilidad.
Aunque los ciudadanos tienen la obligación de obedecer las leyes justas de su Estado, esto no significa que los ciudadanos les deben una "obediencia ciega" a los oficiales de su gobierno. Todos sabemos que cada persona que ocupa un cargo del gobierno sufre de los mismos efectos del pecado original que todos llevamos. Dios no dio a los del gobierno una protección infalible respecto a sus leyes o conducta. Los ciudadanos tienen el deber de comparar las leyes y acciones del Estado con lo que enseña Dios por sus Mandamientos y por su Iglesia.
Cuando haya un conflicto verdadero entre lo que una persona del gobierno quisiera que hiciéramos y lo que Dios ha ordenado que hagamos con sus Diez Mandamientos, o con las enseñanzas morales de Su Iglesia, tenemos el deber de obedecer a Dios y no al hombre. Una buena regla a seguir, para vivir en paz con aquellos alrededor nuestro, es obedecer lo que pide alguien con autoridad que hagamos, mientras no esté en contra de la Fe o la Ley Moral de Dios.
El derecho del gobierno de decir "no".
También sería absurdo para esas personas en el gobierno obedecer ciegamente (es decir, solamente) la "voluntad de la gente", porque "la gente" también lleva los efectos del pecado original. Ten esto en cuenta cuando oyes que los gobiernos "deben de seguir (solamente) la voluntad de la gente, porque los gobiernos son instituidos por la gente". Mientras que "la gente" puede "instituir" a su gobierno, la autoridad que "respira" ese gobierno viene sólo de Dios, y ningún gobierno tiene el derecho de emplearla en contra del Bien Común, aunque lo quiera "la gente".
Mientras que un gobierno tiene la responsabilidad de escuchar los agravios de los gobernados, debe actuar solamente para promover el verdadero Bien Común de todos, y eso puede significar que diga "no" a lo que quieren hacer algunos, o posiblemente muchos de los ciudadanos. Un ejemplo del uso del "no" en estos días, trata con lo que se llama la "clonación". Muchos gobiernos del mundo han dicho "no" a este atentado de sus ciudadanos en contra de la Ley Natural-Moral de Dios.
De hecho, un gobierno puede gobernar solamente si tiene el poder de decir "no" a sus ciudadanos. Esto conduce a una pregunta interesante: ¿Si un gobierno se instituye solamente para "seguir la voluntad de la gente", cómo puede decir "no" a la gente para su propio bien? Los ÚNICOS gobiernos, sean cuales sean sus formas, en que los gobernados pueden confiar que van a servir a su Bien Común y a la voluntad de Dios, son los que pueden decir "no" a una inmoral o injusta petición de sus ciudadanos.
Los ciudadanos que crean que tienen una "soberanía" que no poseen, hacen daño al Bien Común, porque piensan que puedan tener "derechos" y "libertades" (como destruir una vida humana por el aborto) que la Iglesia y el Estado, usando su justa soberanía, deben de negarles, para el Bien Común de todos.
El derecho de los ciudadanos a decir "no"
El "otro lado de esta moneda" es el derecho de los ciudadanos a decir "no" a los del gobierno que utilicen su cargo de autoridad para dañar al Bien Común. Las acciones de un gobierno que disminuyen la práctica de la Fe o de la moralidad, dentro de una nación, NUNCA van a servir a su Bien Común.
El recurso final de los ciudadanos que sufren bajo un gobierno (o de un oficial del gobierno) que TOTALMENTE rechaza su responsabilidad de servir al Bien Común, es unirse, para cambiarlo por otro que los sirva de verdad.
Soberanía y Consentimiento de la Gente
La idea de que el conjunto de los ciudadanos poseía una cierta "soberanía" sobre su gobierno surgió de la necesidad de la gente de protegerse de varias injusticias de su gobierno. Aunque la necesidad (y derecho) de protegerse de la injusticia de su gobierno existe, el concepto de la "soberanía de los ciudadanos" no es su fundamento. El derecho de cualquier persona, hasta una sociedad entera, de protegerse de cualquier mal es de ellos por justicia y no por una supuesta "soberanía" sobre los demás.
Si alguien utiliza su posición de autoridad PARA DESTRUIR el Bien Común, los ciudadanos de esa nación tienen el derecho de protegerse, para cambiar a esa persona por otra que va a servir al Bien Común. Recuerde que es el propósito de la justicia el proporcionar a cada uno lo que debe ser. El derecho de los ciudadanos de formar un gobierno que sirva a su Bien Común es de ellos por JUSTICIA, y no por su supuesta "soberanía". Es la dignidad (no la "soberanía") de cada ser humano, por reflejar la imagen de Dios, lo que pone un límite a lo que cualquier persona o gobierno puede hacer en su contra.
Aunque nuestro Consentimiento no es el origen de ninguna autoridad, el general "consentimiento de la gente" puede designar o aceptar la forma de su gobierno, puede no oponerse al establecimiento de los cargos de responsabilidad y quiénes los van a ocupar, los límites de la autoridad (responsabilidad) de cada cargo, etc., pero la autoridad que ejercita este gobierno, aunque depende de ese consentimiento para funcionar pacíficamente, le vino de arriba. De ahí en adelante, el "consentimiento de los gobernados" trata, principalmente, con su obediencia.
El propósito de la soberanía del gobierno
Un criado tiene un rango más bajo que la persona a la que él sirve. Un rey rige. En nuestras mentes, tenemos el concepto de que los reyes son "soberanos", porque mandan a otros.
Pero Jesucristo, el Rey de los reyes, demostró a sus Apóstoles durante la Última Cena, al lavar los pies de sus Apóstoles, que Él vino para servir a la humanidad. ¿Hay una conexión entre gobernar y servir? Para entender mejor el propósito de la "soberanía", miremos cómo Nuestro Señor Jesucristo, el Rey de reyes, ejercitó su divina soberanía mientras estuvo en la tierra.
Por obedecer la voluntad de Su Padre hasta la cruz, Jesucristo enseñó, con su ejemplo, que los soberanos deben de OBEDECER a su Dios, Padre. Al lavar los pies de los Apóstoles, Jesucristo enseñó que la manera de gobernar es SERVIR. Al reprocharle a Pedro, Jesucristo enseñó que los soberanos deben de GOBERNAR por la voluntad de Dios, y no de los hombres. Al morir en la cruz, Jesucristo enseñó que el último propósito de la soberanía es ayudar a toda la humanidad para unirse a Dios.
Siguiendo estos ejemplos, los que gobiernan deben de: (1) obedecer a Dios, Padre; (2) servir a aquéllos para quienes son responsables; (3) gobernar para el Bien Común de todos, y (4) tratar de unir a los gobernados con Dios.
En Conclusión…
Porque Dios es el Supremo Soberano, un cargo de autoridad es "soberano" solamente hasta la medida en que Dios le comparte algo de su autoridad, y SIEMPRE es menos soberano que Dios.
Nuestro Señor, al morir en la Cruz y al lavar los pies de sus discípulos, nos dio un ejemplo de que el "líder" esta al servicio de los demás. En este sentido, el propósito del gobierno, siguiendo el ejemplo de Nuestro Señor, es usar su "soberanía" para servir a sus ciudadanos. El servirle a alguien no significa darle autoridad (o "soberanía"), sino significa el uso correcto de la autoridad ("soberanía").
Autoridad es como el fuego y, como al fuego, hay que usarla con mucho cuidado. Es un don de Dios que se encuentra en los cargos de responsabilidad, para ayudar a todos nosotros a vivir humanamente. Como el fuego, se puede usar para el bien de la humanidad, pero como el fuego, se puede abusar. El abuso de cualquier don de Dios nos hace daño, y el abuso del don de la autoridad puede hacernos mucho daño, también.
Para satisfacer la responsabilidad de hacer lo que es posible y necesario para obtener su propio Bien Común, los miembros del cuerpo social llamado "el Estado" pueden designar o elegir a quién entre ellos va a gobernar; pueden decidir entre sí mismos la "forma" de su gobierno y definirla en una constitución, pero la pasajera "Voluntad de la gente" (en realidad, la voluntad de solamente una parte de "la gente") no es y nunca será el origen de la autoridad, ni de la "soberanía" que gobierna su país.
Al fin de cuentas, NO es "la gente", ni su "consentimiento", el ORIGEN de la autoridad que reside en su gobierno. Es Dios. Sólo Dios es el origen de toda autoridad, que AMBOS, la gente y sus gobiernos, deben de servir por su obediencia, para conseguir su propio Bien Común.
CAPÍTULO XIV… la AUTORIDAD del GOBIERNO – Segunda Parte
Preguntas
1. ¿Cuál es el propósito de la soberanía?
¿Cuáles de las declaraciones siguientes son verdades?
2. Los ciudadanos son los soberanos de su país.
3. Hay veces que un gobierno debe de decir "no" a lo que desean sus ciudadanos.
4. Hay veces que los ciudadanos, para proteger a su Bien Común, deben de decir "no" a los deseos de su gobierno.
5. El gobierno de una nación sirve al Bien Común para mantener la justicia, para proteger a los ciudadanos de daños morales y físicos, para mantener la libertad, y para suprimir la licencia, para el bien de todos los ciudadanos.
PREGUNTAS DE ENSAYO/DISCUSIÓN
¿Que dirías a alguien que dice que los ciudadanos son el origen de autoridad de su gobierno?
Escribe, con tus palabras, cuáles son las cuatro cosas que un soberano debe hacer para satisfacer sus obligaciones hacia Dios y hacia los hombres.
¿Que dirías a alguien que dice que son los ciudadanos quienes tienen la soberanía sobre su gobierno?
*******************************
CAPÍTULO XV… GOBIERNOS Y EL ORDEN CORRECTO
DEFINICIÓN: Los asuntos del Estado están en su "orden correcto" cuando se realizan en armonía con las leyes naturales y sobrenaturales de Dios.
PROPÓSITO: Cuando los asuntos del Estado están en su "orden correcto", facilitan que los ciudadanos vivan en paz con Dios y con los demás.
FUNDAMENTO: Las leyes de Dios (natural, moral y sobrenatural) son el fundamento de todo el orden correcto.
EJEMPLO: Las leyes de Dios gobiernan la relación entre todas las partes de Su Creación. La ley de la gravedad establece un orden entre todos los objetos físicos del universo. Las Leyes Morales de Dios, como la de la Justicia, establecen un orden correcto entre todas las personas de un país. Cuando nuestras acciones están en armonía con las leyes de Dios, el orden que resulta siempre nos trae buenas consecuencias.
ABUSO: El desorden resulta por cualquier acción que ignora las leyes naturales y sobrenaturales de Dios. Aparte de los milagros, estas leyes de Dios nunca dejan de funcionar, y el ignorarlas siempre nos trae dolorosas consecuencias.
DISCUSIÓN
El orden físico que vemos en el universo resulta por la operación de las leyes físicas de Dios. La Luna permanece a la distancia correcta de la tierra, según las leyes de la gravedad y las de la fuerza centrífuga.
Como existen las leyes físicas de Dios para mantener cosas físicas "en su pista" a través del universo, existen las leyes morales de Dios para mantener cosas humanas "en su pista" dentro del Estado. Un gobierno que no hace caso de las leyes de Dios trastornará el orden del Estado, tanto como un planeta, por no hacer caso (si pudiera) a la ley de la gravedad, trastornaría el orden dentro del universo.
La ley de Dios y la ley positiva
Al fin de cuentas, todo se gobierna por las leyes de Dios, y muchas de estas leyes que gobiernan Su Creación se aprenden por nuestra inteligencia y experiencia.
Cuando Dios hizo toda su Creación física, creó con ella todas las leyes físicas necesarias para las estrellas, planetas, océanos, etc., para que cada cosa física pueda cumplir con su propósito. Los científicos descubren estas leyes y las apuntan en ecuaciones llamadas las "leyes de la física", pero la manera de funcionar estas leyes es también visible por la experiencia humana.
Dios también creó las leyes necesarias a la naturaleza humana para poder cumplir con su propósito, es decir, para obtener la felicidad eterna y un reflejo de esta felicidad aquí en la tierra. Estas leyes se encuentran en los Diez Mandamientos de Dios y la enseñanza de Jesucristo, que se explican por la enseñanza de la Iglesia Católica. La manera de funcionar estas leyes también es visible por la experiencia humana.
Al redactar las Leyes Naturales de Dios, les llama la "Ley Positiva". Idealmente, esta Ley debe de ser la ley del Estado, que influye en las acciones de los ciudadanos, así que todos puedan lograr su Bien Común. El IDEAL es que la Ley Moral de Dios se refleje en las leyes de cualquier nación. La OBLIGACIÓN de los que gobiernan el Estado es gobernar según este ideal. Lo más cerca a este ideal que un Estado se gobierne, más completa será la justicia y paz experimentadas por sus ciudadanos.
Que unos gobiernos no cumplen con su obligación de lograr este ideal es evidente, por varias leyes encontradas entre las naciones. El hecho de que la Suprema Corte de los EE.UU. legalizó el aborto demuestra la distancia entre la ley de algunos gobiernos y la Ley de Dios, que dice, "no matar". Cuando la ley de una nación se opone a la Ley de Dios, tal ley no obliga a los ciudadanos a conformarse con ella, de ninguna manera. Al contrario, el mismo gobierno y los ciudadanos tienen la obligación de hacer todo lo posible y prudente para corregirla.
Subsidiaridad
Cualquiera que sea la forma de un gobierno, son seres humanos a quienes gobiernan. Algunos, cuando ocupan un cargo de autoridad, tienen la tendencia de gobernar demasiado. Cuanto más un gobierno domina, más grande se vuelve. Hay un cierto equilibrio entre el poder del gobierno, por un lado, y la independencia de la gente y sus instituciones, por el otro. Un gobierno que gobierna tanto, consigue destruir la libertad de sus instituciones (como la institución de la familia), en vez de protegerlas.
La luna permanece a la distancia correcta de la tierra porque la fuerza de la gravedad (que la jala hacia la tierra) y la fuerza centrífuga (que la jala por la otra dirección) están en equilibrio. La ley de balance que mantiene el poder de un gobierno a su propia distancia (no tan lejos, ni tan cerca) de lo que gobierna, se llama "Subsidiaridad".
Para entender este equilibrio recuerde que, para formar a una nación, varias familias individuales se unieron en comunidades, para lograr su bien común. Tales comunidades pueden hacer ciertas cosas INDEPENDIENTEMENTE, para sí mismos, SIN la necesidad de un gobierno nacional, por ejemplo, proporcionarse una protección local de bomberos y de policía.
También, las familias pueden hacer ciertas cosas INDEPENDIENTEMENTE de la comunidad en que se encuentren, por ejemplo vestir y enseñarles muchas cosas a sus hijos. (Recuerde que el ESTADO fue formado para proporcionar, a esas familias y comunidades, SOLAMENTE las cosas necesarias que, ni las familias, ni las comunidades podían proporcionarse a sí mismas). Así es que el orden dentro del Estado refiere al orden dentro y entre todas las familias, comunidades y asociaciones que se encuentran en el Estado. Estas familias, comunidades, asociaciones, etc., se llaman "elementos".
El gobierno del Estado existe para servir a todos sus "elementos", y una parte de lo que el gobierno protege, para lograr el Bien Común de sus ciudadanos es la INDEPENDENCIA apropiada de cada uno de sus elementos. El gobierno ideal del Estado es el que deja a cada uno de sus elementos manejar sus propios deberes lo mas independientemente que sea posible, y que le presta ayuda a un elemento SOLAMENTE cuando se necesita, sin quitarle su independencia. Así es que, los que gobiernan, puedan preservar la propia independencia, y no destruirla, de cada elemento que forma el Estado.
Subsidiaridad en la familia
Quizás una "mirada" a la familia hará más claro el significado del principio de la "subsidiaridad".
Dentro de una familia, (como dentro del Estado), hay muchos quehaceres que alguien tiene que hacer. Alguien tiene que ganar el dinero necesario para comprar alimentos, para pagar a los doctores y para comprar un hogar, pagar la electricidad, etc. Alguien tiene que enseñar, vestir y alimentar a los niños. Alguien tiene que cocinar y limpiar los hogares y trastos. Hay tareas que hacer, como tender las camas, lavar las sábanas, alimentar a los animales domésticos, y cada uno de estos trabajos necesita a alguien.
Para el buen funcionamiento de la familia, hay que repartir (ordenar) todos esos trabajos entre los miembros de la familia, según sus cargos y sus habilidades, y eso establecerá un orden, dentro de la familia, que le ayude a funcionar para el bien de todos. Por ejemplo, decimos que es el papá el que tiene el cargo de proteger a su familia, y de ganar el dinero necesario para poder alimentar y cuidar a todos los miembros de su familia; que es la mamá la que va a cocinar y vestir a los niños; que son las hijas las que van a extender las camas y lavar los trastos, y que son los hijos los que van a alimentar a los animales.
Cuando cada miembro de la familia haga el trabajo asignado, los demás miembros tienen tiempo para cumplir con los suyos. Cuando un miembro se enferma, es por caridad que un hermano le ayude a cumplir con su quehacer, durante la temporada de la enfermedad. Pero, si un miembro, por flojera, no hace su deber, se introduce en la familia un desorden, que daña la tranquilidad de la familia.
Por otra parte, si una persona hace lo que debe y puede hacer algún otro miembro de la familia, se disminuye la independencia de ese otro miembro. Por ejemplo, si el papá hace las tareas matemáticas de su hijo y no deja a su hijo hacerlas por sí mismo, ese hijo, por no tener la práctica necesaria para aprender las matemáticas, ha perdido la parte de su futura independencia que depende de su habilidad matemática.
Este orden correcto dentro de una familia, que se establece cuando el papá deja a cada persona que haga su propio trabajo, y ayude a los hijos solamente cuando es necesario, y de tal manera que no le quite su futura independencia, beneficia, obviamente, a la familia entera. Este orden dentro de la familia que hemos descrito, cuando se aplica al Estado, ejemplifica el principio católico de la subsidiaridad.
El principio de subsidiaridad preserva el equilibrio, así que cada elemento del Estado cumple con sus deberes, mientras los elementos "superiores" protegen la independencia apropiada de cada elemento inferior. El resultado es que el Estado, dejando a cada uno de sus elementos cumplir con sus deberes a su nivel sin una interferencia innecesaria de un elemento superior, así se protege la independencia de cada elemento, qúe conduce al desarrollo personal de todos sus miembros.
El deber de establecer y mantener el orden de la subsidiaridad dentro de la familia corresponde a los padres. El deber de establecer y mantener el orden de la subsidiaridad dentro del Estado corresponde a los que gobiernan el Estado, así como el deber de establecer y mantener el orden de la subsidiaridad dentro de la Iglesia corresponde a los que gobiernan la Iglesia.
Los errores del Totalitarismo y de la Anarquía
Totalitarismo es un "ismo" que influye a los gobiernos a controlar virtualmente todo, del nivel de las familias hacia arriba, incluyendo a los negocios y asociaciones privadas. Totalitarismo viola el principio de la subsidiaridad, por gobernar demasiado. Su nombre viene de la palabra "total".
Este mismo "ismo" se practica cuando los que ocupan cargos de autoridad, tratan de controlar asuntos fuera del área de su propia responsabilidad. Por ejemplo, si autoridades del gobierno se pusieran en control directo de los sindicatos, o si miembros de la jerarquía de la Iglesia se pusieran en control directo de las organizaciones laicas de su parroquia, sería un acto "totalitario".
El contrario de totalitarismo es la anarquía. (An-arquía significa literalmente "sin regla"). Por ejemplo, anarquía ocurre cuando no hay aplicación de la justicia. Esta carencia de justicia resulta en caos, destruyendo el Bien Común. Anarquía es un ataque terrible en contra del orden propio del Estado, es decir, del Bien Común de los ciudadanos, y viola el principio de la subsidiaridad por falta de gobierno.
Todos los métodos legítimos de gobernar evitan estos dos extremos.
Cómo la Autoridad pasa de una Persona a Otra
Hay dos maneras legítimas para seleccionar quién va a gobernar: (1) por la sucesión, (2) por elección o nombramiento (elegir a alguien es simplemente una manera de nombrarlo).
Usualmente, cuando muere un rey, el nuevo sube al trono por su consanguinidad con el rey anterior. El designar así al futuro rey proporcionó una manera mucho más pacífica de seleccionar al siguiente rey, que permitir a todos los que querían gobernar la oportunidad de juntar a sus soldados para decidir, en un campo de batalla, quién era el "más fuerte", y por la mera fuerza, decidir quién iba a gobernar.
La sucesión pacífica, basada sobre herencia, también ofrecía un conocimiento de quién podría ser el "siguiente", y por eso, la oportunidad de proporcionarle un entrenamiento bien intensivo, y así prepararlo para la responsabilidad que él va a tener cuando llegue al trono.
Otra forma de sucesión pacífica se practica en varios países, que es por elección. Pero si muere el presidente durante su sexenio, en vez de decidir quién va ser el presidente por elección o consanguinidad, usualmente la sucesión inmediata es una decisión política. Si un presidente no puede servir, el vicepresidente asume el cargo de presidente. Si el vicepresidente no puede servir, el orden de la sucesión depende de la Constitución del país. Esto significa que es posible que alguien que no fue elegido pueda gobernar a un país "demócrata" por una temporada, posiblemente años.
Orden correcto y el deber de los ciudadanos
Los ciudadanos tienen la obligación de asistir a mantener un orden pacífico en su Estado. Mucho depende de nosotros. El uso correcto del don de hablar ayuda mucho a establecer un orden pacífico (en ambos, la Iglesia y el Estado) para alabar a Dios, expresar gratitud, pedir perdón, enseñar y decir solamente lo que es verdad, etc., etc.
Por otra parte, el mal uso de la palabra (elogiar hechos malvados, mentir, promover la injusticia), siempre causa un descuerdo entre los ciudadanos, que ataca al orden pacífico del Estado. Por esta razón, SOLAMENTE el uso CORRECTO del "discurso libre" está al servicio de toda la humanidad, al servicio del orden público y, por eso, digno de defender. Al contrario, el mal uso del "discurso libre" para proteger la pornografía no es digno de defender.
Mientras que los gobiernos toleren algunas "malezas" en el jardín del Estado para proteger el "trigo" del "discurso libre", o cualquier otra libertad anhelado por los hombres, como en cualquier jardín, cuanto más se toleren las malas hierbas, menos bueno será el jardín.
En Conclusión…
Hemos hablado de cuatro clases diversas del "orden", y cómo se relacionan con el Estado. (1) El orden del balance, llamado "Subsidiaridad"; (2) El orden de "Sucesión"; (3) El orden de la Justicia que produce la paz, y (4) el orden producido por las leyes Naturales y Sobrenaturales de la Creación, que la soberanía tiene que servir para lograr el Bien Común.
Concluimos mencionando la obligación que tenemos todos nosotros de utilizar nuestras libertades, tales como la libertad del "discurso", solamente para promover el Bien Común de nuestro Estado.
CAPÍTULO XV… GOBIERNO Y el ORDEN CORRECTO
Preguntas
1. ¿Cuál es el propósito de un orden correcto?
2. ¿Cuál es la base de un orden correcto?
3. ¿Cuáles son las dos maneras legítimas por las cuales una persona llega a ser el rey o el presidente de su país?
Menciona cuál de estas declaraciones es correcta o incorrecta
4. Subsidiaridad significa que un gobierno debe de hacer todo lo que le piden los ciudadanos, aún las cosas que los ciudadanos pueden hacer por sí mismos.
5. Subsidiaridad significa que un gobierno debe hacer solamente para sus ciudadanos lo que ellos no pueden hacer por sí mismos.
6. La libertad del discurso da a la gente el derecho de esparcir errores religiosos.
PREGUNTAS DE ENSAYO/DISCUSIÓN
¿Cuál debe de ser la relación entre las leyes de Dios, y la ley positiva (escrita) de los hombres?
¿Cómo pueden los ciudadanos fomentar un orden tranquilo en su país?
¿Cómo debe de trabajar el concepto de "subsidiaridad" en el Estado? (Usa un ejemplo).
*******************************
CAPÍTULO XVI… GÉNEROS de GOBIERNOS
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |