[a ciudad tiwanakota durante la época de esplendor se constituyó en un centro cívico – ceremonial, con templos como el de Kalasasaya y Pumapunku, así como palacios y edificios administrativos, todos ellos rodeados de construcciones de arquitectura muy singular a base de adobe, donde habitaba el grueso de la población, sin olvidar que en torno a la ciudad se destacaban los sukakollus a manera de verdaderos jardines, alimentados con canales de agua que cumplían la función de verdaderas carpas solares para proteger a los cultivos de las heladas.
En cuanto al centro ceremonial estaba organizado en función de construcciones de planta rectangular, con espacios abierto entre ellos, a manera de calles de circulación, el punto central de todo este complejo arquitectónico lo constituía la pirámide escalonada de Akapana, la cual con sus siete terrazas superpuestas, dominaba con su volumen la ciudad, como una muestra del poder de sus gobernantes. Al respecto se puede consultar los trabajos de los arqueólogos Ponce Sangínes y Javier Escalante.
EL COLAPSO DEL IMPERIO
En cuanto al misterio de las causas que provocaron la desaparición del imperio de Tiwanaku, el mismo se va develando paulatinamente puesto que recientes investigaciones de arqueología de campo vislumbran que a mediados del siglo XII, cambios globales de origen climático doblegaron a Tiwanaku, cuyo poder se debilitó por una continua y persistente sequía que resquebrajo los cimientos de su estructura económica, provocando su colapso (Rivera 1993) y originando como consecuencia el surgimiento de un verdadero mosaico de Señoríos independientes entre sí en su mayoría de habla aymara, ocasionando conflictos sociales internos que culminaron en la caída y migración de las élites y población productora tiwanakota a los valles meso térmicos, donde construyeron ciudades fortificadas, como el caso de Iskanwaya.
LOS SEÑORIOS POS TIWANAKU
Referente a quienes poblaron el Área Cultural de los Andes Centrales, después del colapso de Tiwanaku, los padrones de indios elaborados con fines de tributo durante la colonia, describen que la población asentada en lo que fue el Núcleo y la Macro Área Andina del imperio Tiwanakota estaba compuesta por diversos grupos étnicos con supremacía aymara, a los cuales propusimos denominarlos con el titulo de Señorios, que habitaban tres pisos ecológicos bien diferenciados, en un verdadero eje de control estratégico: la costa, sierra y selva.
Si bien los Señorios cuando estaban sujetos al control del Estado tiwanakota contaron con estructuras socio-económicas jerarquizadas y muy similares entre si, con status intermedio de militares y artesanos, mostraban a su vez ciertas diferencias en cuanto a poder económico, independencia, soberania y presencia de rasgos culturales que les permitieron identificarse unos con otros, pero tal vez lo más relevante fue el vestimenta que usaban y las creencias religiosas que practicaron.
En cuanto se refiere a la actividad militar de los señorios, consideramos que esta ha debido ser importante, para el momento cultural en el que se desarrollaban, dentro de la periferia de la Macro Área Andina Tiwanakota sumida por ese entonces en un verdadero estado de guerra. conformando grupos étnicos con tendencia a transformarse en verdaderos Estados de conquista (Waldo Villamor 1978; 1996).
La presencia de ciudadelas fortificadas conocidas con el nombre de pukaras y las torres funerarias se constituyeron en el patrón arquitectónico de esta época de transición entre dos imperios, vale decir de Tiwanaku al Incario, ejemplo de esto son la ciudadela de Jimoko del Señorio Umasuyu; Taypi y Jacha Phasa, del Señorio Pakajes (Oswaldo Rivera 1993).
Finalmente el extenso territorio del Estado Tiwanakota, que conformaba el estadio imperial, que concluyó hacia el 1200 de nuestra era, quedó dividido a su ocaso en cuatro grandes regiones culturales, quedando atrapados dentro de su perimetro señorios rivales de carácter regional, como en el caso del Kollasuyu en el que varios de ellos ocuparon la región circumlacustre del lago Titikaka, llegando por el sur hasta Antofagasta y Umawaka, (Luis Lumbreras 1988),
A fin de comprender objetivamente el espacio que controlaron, dentro del actual territorio boliviano, indiquemos que estos Señorios prehispánicos geográficamente se ubicaban dentro de la jurisdicción de los actuales departamentos de: La Paz, Oruro, Potosi, parte de Chuquisaca y Cochabamba,
Umasuyu, Pakasa, Karanka, Lipi, Chicha, Charka, Karakara, Yampara y Chui, fueron los Señorios que en un lapso de cerca a 250 años, vale decir hasta la conquista inkaica, habitaron enormes territorios en áreas geográficamente definidas del mundo precolombino, en lo que fuera durante la colonia la Audiencia de Charcas y hoy es el Estado Plurinacional de Bolivia.
Por lo expuesto anteriormente consideramos razonable afirmar que el periodo pre-incaico, constituye para el mundo andino una verdadera protohistoria, la cual cubriria desde la instalación de los señorios regionales, que surgieron a consecuencia del colapso de Tiwanaku, hasta el gobierno del ultimo inca legendario Pachakutej.
SEÑORIO CHARKA: El grupo étnico Charka, con su capital Sakaka, se extendió en lo que son los departamentos de: Potosi y Cochabamba, a lo largo y ancho de las provincias: Alonso de Ibañez, Bilbao, Bustillos, Charcas, y Quillacollo, con más de 8.000 Km2 de superficie. Dentro de su jurisdicción se encontraban las antiguas poblaciones de: Chayanta, Sakaka (capital), Santiago del Paso, San Miguel de Tikipaya y Cochabamba.
SEÑORIO CHICHA: Otro grupo étnico de singular importancia fue el Chicha, ubicado dentro del territorio del departamento de Potosi,en las provincias: Nor Chichas, Sur Chichas y Modesto Omiste. Sus más antiguas y principales poblaciones fueron los repartimientos de : Tolima, Tupiza, Chokaya, Kotagaita, Charkas, Esmoraka, Vitichi, y Suipacha. Con un total de 19.755 Km2.
SEÑORIO CHUI: Con relación a este grupo étnico de origen aymara conocido con el nombre de Chui, lamentablemente no se cuenta con datos exactos, que nos ayuden a ubicarlo geográficamente, pero es posible que se encontraba en parte de lo que es hoy en dia el departamento de Cochabamba (Oswaldo Rivera 1995 comunicación personal; a su vez debemos remarcar que en territorio chileno, cerca a la frontera con Bolivia, existe un sitio arqueológico con este nombre.
SEÑORIO KARAKARA: Dentro de los limites del departamento de Potosi, vale decir en las provincias Quijarro, Linares, Saavedra, Tomás Frias y Chayanta se encontraba el señorio Karakara, cuya capital se llamaba Macha.
Durante el régimen colonial las poblaciones que la integraban fueron distribuidas en los repartimientos de: Chayanta y Porko. Sus principales poblaciones se las detalla a continuación: Bisisa, Kaisa, Chaki, Kakuma, Pikachuri, Puna, Potobamba, Moromoro, Karakara y Macha, cubriendo una superficie de 32.800 Km2.
SEÑORIO KARANKA: El departamento de Oruro sirvió de escenario para el desarrollo de la etnia aymara conocida con el nombre de Karanka, encontrándose dentro de las actuales provincias: Sajama, Atahuallpa, Carangas y Litoral, las que totalizan en su conjunto 28.390 Km2. Durante la época colonial este señorio lo conformaban los repartimientos de: Totora, Kolkemarka (capital), Andamarka, Chukikota, Urinkota, y Sabaya.
SEÑORIO LIPI: En el departamento de Potosi, dentro de la jurisdicción de las provincias Nor Lipez, Sur Lipez y Daniel Campos se encontraba la población aymara que conformaba el Señorio Lipi, extendiéndose en unos 57.607 Km2.convirtiéndolo en la de mayor tamaño, al respecto debemos indicar que en 1571, las autoridades españolas aún no habian visitado el territorio en su totalidad. Según Lozano Machuka, sus pueblos más antiguos fueron: Kolcha, Chukilla, Kime, Cheucha, Bekaya, Ojas, Tuka, Patana y Abaná.
SEÑORIO PAKASA; El grupo étnico Pakasa se encontraba ubicado dentro de lo que es hoy el departamento de La Paz, comprendiendo dentro de su jurisdicción a la provincias de Pakajes, Aroma, Ingavi, Murillo y Villarroel, con una superficie aproximada de 29.000 Km.2, es de suponer que el territorio precolombina de este señorio, penetraba hasta Carangas y la cordillera de Pakajes, en territorio chileno, puesto que limitaba: " por el sudoeste y oeste con la jurisdicción de la provincia de Arica, mediando la cordillera" ( Cosme Bueno 1951).
Su capital fue Kakiawiri a la cual" solían asistir en el los gobernadores que el Inga, tenía de la provincia de los Pacaxas" (Pedro Mercado de Peñaloza 1685), contando hacia l548 con los siguientes repartimientos: Waki, Machaka, Kakiawiri, Kakingora y Tiwanaku.
SEÑORIO UMASUYU; En el departamento de La Paz, en plena hoya lacustre se encontraba ubicado el señorio Umasuyu, abarcando las provincias de Omasuyus, Manko Kapac, Los andes y Camacho.
La unidad de espacio geográfico del mencionado señorío, no sufrió cambios de importancia, durante la colonia y parte de la república, puesto que recién con la creación de la provincia Camacho, comenzó su desintegración hasta quedar en sus límites actuales, los repartimientos coloniales que originalmente la constituían fueron: Laja, Kinakitara, Warina, Achakache, Yaye, Ankoraime, Kopacawana, Wankaso, Karabuco, Pukarani y Waychu. Su antiguo territorio sobrepasaba los 6.170 Km2
SEÑORIO YAMPARA: Estaba situado en el actual departamento de Chuquisaca, en las provincias Yamparáez, y Oropeza, en una extensión de aproximadamente 5 407 Km2.
Durante la colonia su territorio se fracciono en once repartimientos, conformada en su mayoría por población Yanakona, sus principales poblaciones registradas en aquella época fueron: Pacha, Palabache, Amparáes, Churumata, Moyo, Barba, Koata, Kopavilke, Moyo de Luna, Moyos de Pacina, Moyos de su Magestad, Moyos de Marmolejo, y Moyos de Gallardo.
Los grupos étnicos conocidos con los nombres de Sora y Killaka, de acuerdo al Memorial de Charcas (1582), corresponden a población de origen mitma, enclavados en lo que es hoy los departamentos de Oruro y Cochabamba, en las provincias Cercado, Poopó, Dalence, Sacarí, Avaroa, Ladislao Cabrera, Tapacarí, Capinota y parte de Quillacollo.
EL IMPERIO INKA La incursión Inka en territorio aymara se efectuó a principios del siglo XV y se prolongó hasta la invasión hispánica. En este lapso de dominio foráneo es de suponer que se respetó los límites naturales de las étnias altiplánicas aymaras del Kollasuyu, dedicándose el gobierno del Tawantinsuyu a una labor de índole administrativa y de control económico en el mosaico que presentaban por entonces estos pueblos, quienes a su vez, habrían mantenido su independencia y su organización durante el imperio y aún durante los primeros tiempos de la conquista hispánica.
La capital del imperio deTiwanaku, fue un sitio de importancia dentro del imperio Inka, puesto que según el cronista Pedro Sarmiento de Gamboa (1590), el Inka Topa Yupanqui, "tenía dos gobernadores generales en toda la tierra llamados Suyoyoc Apo, el uno residía en Xauja y el otro en Tiaguanaco". Encontrándose cerca a las ruinas los aposentos del Gobernador Inka, que tenía bajo su control el Kollasuyu y la casa donde nació Mango Inga, hijo de Guaynacapac " (Pedro de Cieza de León 1553).
La cita del cronista español Pedro de Cieza de León (1553), referida a la presencia Inka en el valle de Tiwanaku, muestra la importancia que tenía para el estado kusqueño la antigua capital aymara puesto que según el mencionado cronista cerca de las ruinas estaban los "aposentos de los Inkas, y la casa donde nació Mango Inka, hijo de Wayna Kapak".
Durante el Incario, el camino que pasaba por Tiwanaku era utilizado para unir el Cusco, con la provincia del Kollasuyu, posteriormente durante la colonia facilitó la penetración y dominio español de lo que se llamaría la Audiencia de Charcas
Una vez consolidada la conquista Inka, y conformado el Tawantinsuyu en base al Chinchaysuyu, Antisuyu, Contisuyu y Kollasuyu, el gobierno del inkario procedió al control y administración de los señoríos aymaras que fueron parte del imperio tiwanakota a través de gobernadores regionales Inkas, a fin de garantizar la sumisión de la población aymara.
Si bien el colapso de Tiwanaku propicio el desarrollo de los señoríos de habla aymara la ocupación del ejército inkaico, facilito la administración de sus territorios por autoridades kusqueñas, en base a una distribución decimal de la siguiente manera:
IMPERIO; Organizado en base a cuatro suyus
Cuatro SUYUS: Organizados cada uno en base a dos Sayas y mandado por un SUYU APO
Ocho SAYAS: Organizados cada uno en base a cinco Señorios y mandado por un TUNKA WARANKA
Cuarenta SEÑORIOS: Organizado cada uno en base a diez Markas y mandado por un KAPAJ KURAKA
Cuatrocientas MARKAS: Organizados cada uno en base a diez ayllus y mandado por un WARANKA KURAKA
Cuatro mil AYLLUS: Organizados cada uno en base a 100 familias y mandado por un PACHAJ KURA
CAPITULO III
La población en los Andes centrales
El control de la población que ejercía el Estado en todo el territorio halla testimonio en la crónicas españolas que recogieron información con relación al modo de vestir de la población andina de aquella época, al respecto es notable el mito recogido por el Padre Cristóbal de Molina el Cuzqueño, quien relató que en Tiwanaku, el supremo hacedor Wirajocha: " empezó a hacer las gentes y naciones, que en ésta tierra hay; haciendo de barro cada nación pintoles los trajes y vestidos que cada uno había de tener y traer; y a cada nación dio la lengua que habían
de hablar, de los cantos que habían de cantar, y las simientes y comidas que habían de sembrar" (Juan de Betanzos 1551 y Pedro Sarmiento de Gamboa 1590).
Es digno de mencionar que este mito encuentra soporte documental en las cuarenta y dos pequeñas esculturas de origen tiwanakota halladas en la ciudad de Pikillajta, correspondiente a la época Wari, las cuales muestran a través de su iconografía variedad de indumentarias, las cuales bien podrían corresponder a diferentes pueblos que mantuvieron en boga esta antigua tradición no solamente durante Tiwanaku sino también durante el Inkario. ( Valcarcel 1927; Roger Ravines 1982).
Al respecto el cronista mestizo Garcilaso de la Vega 1609), recogió en su crónica la información que: "las señales que traían en las cabezas eran maneras de tocados que cada nación y cada provincia tenía diferente de la otra" añadiendo que el uso de estos distintivos no fueron " invención de los Inkas, sino uso de aquellas gentes".
A su vez Luis Capoche en su obra titulada: "Relación histórico literaria de la América meridional", afirmaba que: " había otra diferencia entre ellos, que los indios de una nación no usaban el vestido y traje de la otra, sino que se diferenciaban los vestidos en colores y labores con que estaban hechos y los tocados con diversas insignias".
LOS AYMARAS
Pedro de Mercado de Peñaloza (1585), al describir el señorío aymara de los Pakasa, dentro de cuya jurisdicción se encontraba el repartimiento de Tiwanaku, anotó que: " la gente de esta provincia es de mediana estatura; es bien vestida, de buena contratación; las mujeres no de muy pequeña. Hablan la lengua aymará. Comen en el suelo sin manteles; hechan en el suelo un poco de hicho limpio, que es paja; duermen en el suelo sin colchón ni camas altas. En tiempos pasados, antes que se hicieran las reducciones, estaban poblados en diversos pueblos, y después acá de la reducción, en cada repartimiento hay dos y tres pueblos donde residen los dichos indios".
LOS KECHUAS
En comparación con los Aymaras, el origen y la evolución de la Kechua tiene características más complejas, puesto que se considera razonable pensar que grupos étnicos de origen Kechua ubicados al suroeste del nudo de Vilkanota fueran parte del imperio Tiwanaku y que una vez conquistado el Kollasuyu por el Inkario, grandes contingentes de población Kechua fue reubicada principalmente en los extremos de la cordillera Oriental. y límites de la región andina amazónica boliviana, como parte del proceso de expansión del imperio Inka en esta región. Generando un clima de inestabilidad constante.
El proceso de poblamiento inkaico fue exitoso puesto que actualmente se encuentran en siete países Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador y Perú. Sin
embargo, los países donde tiene mayor presencia son Bolivia, Ecuador y Perú.
Posteriormente durante la colonia española las haciendas y el espacio potosino fueron escenarios que fomentaban la expansión de esta población. Con el paso del tiempo la interacción y convivencia entre la población Aymara y la Kechua provenientes de distintos puntos de los Andes, se tornó más estrecha y tolerante.
En la actualidad los pueblos indígena de Bolivia se dividen en dos ramas: Las etnias de los Andes asentadas en mayor parte en las regiones altiplánicas y valles; y las Etnias de los Llanos Orientales que se localizan en las regiones cálidas al nororiente de la cordillera central y las regiones del sudeste o Gran Chaco.
La población Aymara ocupa la alta meseta de los departamentos de La Paz, Oruro, Potosí y algunas cabeceras de los llanos tropicales Mientras que la población Quechua se encuentra principalmente en los valles de Cochabamba y Chuquisaca, y zonas cordilleranas de Potosí y Oruro. También existen enclaves quechuas en las provincias de Inquisivi, Camacho y Muñecas del departamento de La Paz. Perteneciendo por ejemplo a la nación quechua los Tarabucos (provincia Yamparaes del departamento de Chuquisaca), los Ucumaris (Provincias Chayantas y Bustillos del departamento de Potosí), los Calchas, Chaquies, y otros.
En cambio las etnias de los Llanos Orientales Guaraníes: están constituidos por los: Guarayos, Pausernas, Sirionós, Chiriguanos, Matacos, Chulipis, Taipetes, Tobas y Yuquis.
Los Tacanas: Formados por: Lecos, Chimanes, Araonas y Maropas. Los Panos: Formado por: Chacobos, Caripunas, Sinabos, Capuibos y los Guacanaguas. Los Aruacos: Formados por: Apolistas, Baures, Moxos, Chanés, Movimas, Cayabayas, Carabecas, Paiconecas Paucanacas; Los Chapacuras: Formado por: Iténez o Moré, Chapacuras, Sansinonianos, Canichanas, Itonamas, Yuracarés, Guatoses y Chiquitos. Los Botocudos: Formado por: Bororos y Otuquis. Los Zamucos: Formado por: Ayoreos. etc.
Todos estos pueblos del amazónicos si bien no fueron sometidos por los tiwanakotas ni por los Inkas, en cambio mantuvieron comercio de intercambio de productos propios de altiplano y los valles, con los de la región amazónica .
LOS URU: Formando parte del estado tiwanakota habitaron las costas del océano Pacífico y riberas e islas del lago Titikaka y es posible que su nombre designe el status de pescador (María Rostworonski 1985: ver también Mercado de Peñaloza). Asimismo Natham Wachtel (1988), afirma que estos se llaman a si mismos Kot¨suña que significaría hombres del lago.
Al respecto el Visitador Mercado de Pañaloza (siglo VI), al describir la provincia de los Pakajes, indicaba que: " cuando los Inkas, vinieron conquistando esta provincia de los Pacajes, hicieron salir a estos indios Uros de junto al agua y les hicieron vivir con los aymaraes y les enseñaron a arar y cultivar la tierra, y les mandaron que pagasen de tributo pescado y hiciesen petacas de paja.
Por ser gente muy tosca, no les dieron orden cómo habían de adorar al Sol y servirle, y con la comunicación que han tenido con los indios serranos, han venido a hablar la lengua Aymará y casi han dejado su lengua, que era Puquina, viven en casas, habitan en pueblos, tienen sus caciques y principales, y sirven como los demás indios aymaras; aunque, por ser gente para poco, se cuentan dos indios Uros, por un serrano.
Como ejemplo de la resistencia al cambio y desaparición de la estructura interna de las antiguas Markas, tenemos el caso del repartimiento de Tiwanaku, puesto que desde 1693 hasta 2013 esta vez con el nombre de, cantón se mantuvieron dentro de su jurisdicción un total de siete ayllus con población original aymara: Achaka, Achuta, Aparo, Chambi, Kasa, Wankollu, Waraya, y tres ayllus de raigambre Uru: Chiu, Kalaoka y Lupi.
A principios del siglo XVIII, se consolidó la existencia de las estancias a expensas de las tierras de los ayllus, con población Aymara de Yanakona procedente de otras provincias, de cuyo resultado tenemos que surgieron nueve estancias que tomaron el nombre de comunidades, con la característica singular, que sobrevivieron sus nombres originales hasta el día de hoy (2013): Chusekani, Pillapi, Kaluyo Suriri, Kapiri, Wakullani. Kausaya y Yanarico.
LOS MITMAS: En otro orden de consideraciones mencionemos que enclaves mitmas tiwanakotas habrían servido como unidades de recurso económico a los Señoríos, esto explicaría en alguna forma porque, colonias mitmas de trascendencia pre – Inka, llevaban el nombre de Tiwanaku. Posteriormente los Inkas y españoles continuarían con esta tradición con el mismo objetivo de control territorial y explotación de recursos naturales.
El padre Bernabé Cobo, al referirse a los mitma, relata que los Inkas, castigaban con severidad a quienes no obedecían , puesto que al: " indio mitma que se iba de donde lo había puesto el Inka, le atormentaban por la primera vez y por la segunda, lo mataban" (Bernabé Cobo 1653). A su vez controlaban a la población que por orden del Inka, se trasladaban de sus pueblos originales "con sus mujeres y casas, para residir de asiento con sus hijos y descendientes, como residían, en los dichos valles, para entender en la guarda y beneficio de las chacras de sus caciques y comunidades, estos, aunque moraban en tierra ajena, eran sujetos a sus caciques y no a los de la tierra donde residían" (Bernabé Cobo).
El cronista español Cobo dio la información que: "cuando alguna provincia era estéril de comidas, tenían cuidado los caciques de enviar a otras tierras gente que lo hiciese, los cuales, cogida su cosecha, se tornaban con ella a sus pueblos" (Bernabé Cobo).
Durante la colonia los indígenas originarios con frecuencia ya no pudieron retornar a sus localidades originarias a consecuencia que el Oidor español Juan de Matienzo, sugirió al Rey de España, que mandase: "que los indios que se mudaran de sus pueblos a otros por mandato del Inka, no se les consienta mudar de donde están e irse a sus pueblos" (Juan de Matienzo).
Por otra parte según la ley del 3 de noviembre de 1536, se mandó que: "si constare que los indios se han ido a vivir de unos lugares a otros de su voluntad, no los impidan las Justicias, ni Ministros y déjenlos vivir y morar alli, excepto donde por las Reducciones, que por nuestro mandado estuvieren hechas, se haya dispuesto lo contrario y no fueren perjudicados los Encomenderos".
Resultado de esta administración fue que muchos mitmas no volvieran a sus tierras de origen y muchas regiones fueran quedando desiertas de población, al extremo por ejemplo, que la población del Repartimiento de Tiwanaku compuesta de aproximadamente 4300 personas a mediados del siglo XVI, quedara reducida a menos de 50 habitantes, el año 1658.
En otro orden de consideraciones los Kuraka de los Repartimientos, estaban obligados a enviar cada año indigenas, para que sirvan en la construcción y servicios de las Iglesias o en las estancias propiedad de la mencionada institución, y servir a la mita de Potosi con la séptima parte de la población tributaria según se puede apreciar en la "Providencias juridicas por la Justicia Real", correspondientes a los años 1619, 1620,1627, 1628 y 1631 (ALP).
LOS YANAKONAS: Sus origenes se remontan a una época anterior al Tahuantinsuyu, pero donde tuvieron mayor presencia fue dentro de la sociedad inka, al ser los yanaconas una clase hereditaria de sirvientes instituidos por el Inka Túpac Yupanqui cuando éste los convirtió en sirvientes perpetuos, posteriormente en el gobierno de Wayna Cápac la cantidad de Yanakonas aumento a consecuencia de la expansión del imperio inka, dentro del territorio del reino de Quito.
Los yanaconas adquirieron la condición sirvientes perpetuos por sus acciones rebeldes, por decisión personal del Inka y por herencia, esto último debido a que los hijos de yanaconas eran considerados como tales debido a su origen familiar. Durante el gobierno del Tahuantinsuyo la entrega de yanaconas a un miembro de sangre real o inka de privilegio era potestad exclusiva del Sapa Inca.
En el imperio Inca cuando un hatunruna era convertido en yanacona perdia sus vinculos con su ayllu original, por ello no realizaba faenas colectivas, ni era considerado tributario; los yanaconas pasaban a depender de su amo, con ellos no funcionaba la reciprocidad, pues ya no pertenecian a un ayllu controlado por un kuraka.
Dentro del grupo yanacona habian dos rangos claramente definidos, el primero de ellos estaba conformado por los yanapacos quienes eran yanas al servicio directo del Inca o el estado, estos yanas podian ser kurakas; eran mantenidos por el aparato estatal Inka, recibian tierras y cabezas de ganado de sus amos para que las usufructúen. y se les permitia organizarse en ayllus los cuales no se relacionaban con su ayllu original. En un segundo rango estaban los yanakonas quienes realizaban diversas actividades serviles para los miembros de las familias nobles y no tenian ningún privilegio.
Durante el imperio Inka, las categorias de yanakona y mitma, los calificaba "en una categoria de exclusión dependientes del poder, resaltando la condición de
los yana de polígamos en un contexto donde primaba una absoluta monogamia". (Franklin Pease 1982).
A manera de corolario es conveniente indicar que a fines de la colonia, vale decir el siglo IX comenzó para la Audiencia de Charcas, con una marcada depresión económica por la caída de la economía minera que desato un profundo impacto en sus poblaciones urbanas y rurales a lo que se añadió la encarnizada guerra de la independencia, con el resultado de miles de víctimas; ciudades saqueadas; haciendas convertidas en cenizas: minas destruidas y una economía en ruinas, habiendo nacido la república Bolivar, con un territorio casi desierto, con una población indígena que no llegaba a las 800.000 personas y una urbana de 100.00 habitantes.
CAPITULO IV
Propuesta teórica del origen de la geopolítica de Bolivia
Consideramos que el Continente Americano, correspondió a lo que llamamos una América Nuclear con su respectiva periferia bien determinada y que en su interior existieron dos Núcleos Polares de máximo desarrollo: Mesoamérica (Mayas con su proyección Azteca y los Andes Centrales (Tiwanaku con su proyección Inka), con sus respectivas Areas intermedias o zonas de contacto cultural llamadas también Areas de Contradicción.
Entendemos como Macro Area Andina la comprendida por las áreas de los: Andes del Norte, Andes del Centro y Andes del Sur, con sus respectivas sub áreas culturales.
Area Cultural, la definimos como un territorio en cuyo interior se encuentran un conjunto de elementos culturales, cuya recurrencia establece un patrón que define el Area y permite precisar su perímetro o ámbito.
Se identifica un Area Cultural, elaborando un inventario de elementos culturales y analizando su distribución espacial, Este método permite identificar, Areas Nucleares, Núcleos Culturales; Periferias, Areas Intermedias, Areas de Contacto y Areas de Amortiguamiento.
Si bien consideramos que en el Area Cultural Andina, no existieron fronteras, los límites entre cada territorio se transformaron en zonas de integración regional, lo que se contrapone con la perspectiva geopolítica contemporánea en donde los límites acordados entre Estados delimitan y dividen a los países.
Siguiendo los indicadores del Area Cultural, llamada también Area de Contradicciones, cuya configuración, uso y dispersión varía mucho de acuerdo con las condiciones macro-ambientales, el resultado fue que desde el principio las Areas Culturales coincidieron con las condiciones medio ambientales, de modo que generalmente cada Area correspondía a macrosistemas ecológicos dadas, sin caer en el determinismo geográfico.
Considerando que era necesario establecer el origen y dispersión de los indicadores culturales involucrados, surgió la pregunta ¿cuando y donde empieza un área cultural? Para a continuación determinar su Núcleo y Periferia.
Para determinar lo que es un Área Cultural de debe variables como la dimensión temporal, identificando los modos y capacidad de producción, tecnologia e instrumentos utilizados.
Con un análisis previo del medio ambiente (por ejemplo recursos, clima) podremos entender mejor las variables tecno-económicas.
La separación de áreas de desarrollo que proponen territorios de integración no debe confundirse con el concepto politico de las fronteras puesto que ocurre que entre una Área y otra Área Cultural no existen lineas fijas de separación a modo de limites aduaneros.
Cualquier identificación y determinación de las Áreas y Limites culturales no tienen nada que ver con las fronteras Nacionales modernas, por lo tanto son independientes a la Geopolitica actual.
En general la separación entre una y otra área, estaba dada por zonas de dificil condición productiva (por ejemplo, un desierto), habiéndose convertido estas en zonas de intercambio de productos.
Consideramos razonable pensar que los factores de base que condicionaron el modo de vida andino son en su origen geográficos y ecológicos, los cuales fueron condicionando morfológicamente las costumbres, desarrolladas por las poblaciones de los Andes Centrales quienes mostraron una capacidad creativa con el fin de dominar el variado mosaico de geomorfologias y ecosistemas, en una geografia múltiple que se constituyó en el factor pivote de su desarrollo en función de los roles del agua, los bosques, las praderas, las montañas y la altiplanicie.
A su vez es razonable pensar que habia en los Andes Centrales pueblos de origen subtropical, desértico y boscoso o por lo contrario los agricultores altiplánicos adoptaron su tecnologia a las condiciones naturales, generando un proceso dinámico de distintas aceleraciones que a su vez provocó un desarrollo desigual por zonas y áreas, que al combinarse produjeron articulaciones diacrónicas, que es lo que aparece como secuencias armónicas de área, en todo caso, el medio ambiente es solo un factor que solo adquiere importancia en su relación con el nivel de desarrollo productivo.
Las modificaciones del ambiente de acuerdo a las necesidades humanas propiciaron una suerte de identidad entre los pueblos que se enfrentaron a condiciones iguales o parecidas, sin olvidarse las variantes que originaron los contactos, intercambio o el aislamiento de un grupo humano determinado de los demás.
La base estructural la constituyó los modos de producción determinando por
ejemplo como hacer los canales de riego, la cerámica, el estilo de los templos o la forma de los poblados mientras que los elementos de identidad fueron mayormente súper estructurales, puesto que las costumbres y el arte operan en constante mutación a nivel de las relaciones sociales.
Los pueblos andinos lograron dominar el variado ambiente natural, sometiéndolo y logrando constituir sociedades con personalidad definida, lo que permitió crear patrones de conducta similares, las cuales se reconocen fácilmente a través de manifestaciones artísticas como la música, la danza, el sentido de la forma y estética; el uso de colores, la tecnología y la manera de enfrentar y dominar a la naturaleza, en si el desarrollo de un ethos cultural fácil de ser captado por los ojos de un extranjero sea de otro continente o del nuestro cuando tenemos la oportunidad de compararnos y reconocernos. Pero esa oportunidad ahora casi no existe y la idea de que pertenecemos a distintos países es dominante resultado del esquema Geopolítico establecido, aunque en el fondo tenemos rasgos culturales comunes en latinoamérica.
Consideramos razonable afirmar que la Cultura Popular y la Arqueología, son excelentes fuentes de identidad nacional. El estudio de la primera nos resuelve el conocimiento del largo proceso de construcción de nuestra sociedad antes de la dominación española y la segunda nos muestra las evidencias de la fuerza creativa autóctona de nuestro pueblo.
La perspectiva occidental tiene el valor de universalizar la visión del mundo, en cambio elude la singularidad de nuestra historia particular, al extremo que para algunos es más importante la cultura Helénica que la americana, que es vista como exótica.
Por otra parte es necesario analizar el rol importante de la Amazonía en el proceso Andino y su participación en la articulación del eje económico transversal costa-> sierra -> selva, de gran espectro para la economía andina prehispánica.
Los bosques orientales, que se inician en la cordillera misma y se prolongan en la selva amazónica fueron un factor importante en el proceso histórico – económico de los Andes Centrales, donde se desarrollaron pueblos con un alto nivel tecnológico, compactándose en una Área Oriental Andina, diferente a las otras, con modos de producción basados en la construcción de islas artificiales y campos elevados de cultivo con el fin de controlar las frecuentes inundaciones en las épocas de lluvia.
En aparente paradoja, la unidad del territorio andino está determinado por su diversidad en un territorio en donde se dan los elementos de mayor contraste ambiental, mientras que en algunas regiones al norte del Perú no deja de llover, en otros no llueve jamás.
Han corrido miles de años desde el momento en que surgió el imperio de Tiwanaku. De las cruentas luchas en que estuvieron empeñados los Señoríos Aymaras frente a los ejércitos Inkas; de la conquista castellana en tierras americanas, hasta el nacimiento de nuestro país donde se han fundido en un gigantesco crisol, pueblos, idiomas, costumbres y tradiciones para formar en el corazón de los Andes Centrales en una obra titánica y prodigiosa, lo que hoy es Bolivia.
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Autor:
Ing. Waldo Villamor Michel
COMANDO EN JEFE DE LAS FF.AA. DEL ESTADO COMANDO EN JEFE DE LAS FF.AA. DEL ESTADO ATENEO DE ESTUDIOS GEOPOLITICOS Y ESTRATÉGICOS
"GRAL. DIV. CESAR RUIZ VELARDE"
"GRAL. DIV. CESAR RUIZ VELARDE" LA PAZ-BOLIVIA LA PAZ – BOLIVIA
Enviado por:
Wilson Mercado Vargas
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