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El pensamiento económico de José Martí: legado fundacional para la integración de América Latina (página 2)


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"La genialidad de su pensamiento político estriba en haber planteado la revolución de independencia sobre bases que garantizaran el ulterior desarrollo en la república. Esta concepción suya lo convierte en pionero de la lucha antiimperialista en América…"[3]

La preparación teórica de Martí sobre temas económicos carecieron de una base científica sólida, se caracterizaron por el predominio de la Economía Política Burguesa de corte liberal y los posibles vínculos con las ideas marxistas tal vez fueron mediatizados por las concepciones anarquistas vigentes en los Estados Unidos.

Durante sus estudios universitarios en España Martí recibió por primera vez un curso de Economía Política como componente curricular de la carrera de Derecho. La materia era estudiada por un texto del profesor francés José Garnier que seguía con fidelidad las ideas liberales de Adam Smith, David Ricardo y Jean Baptiste Say[4]Es muy posible que esa primera formación influyera en la preferencia de Martí por las ideas del liberalismo económico hasta bien entrada la década de 1880, Martí siguió adscrito al librecambio y a la defensa del derecho de propiedad, si bien siempre exaltó la función social de la misma. Tampoco debemos olvidar que para el Apóstol lo injusto era la mala distribución de la riqueza y no el mecanismo capitalista de su obtención.

En su pensamiento de libre cambio José Martí subrayaba: "A nadie daña tanto el sistema proteccionista como a los trabajadores. La protección ahoga a la industria, hincha los talleres de productos inútiles, altera y descalabra las leyes del comercio, amenaza con una tremenda crisis, crisis de hambre y de ira, a los países en que se mantiene. Sólo la libertad trae consigo la paz y la riqueza"[5] 

Agregaba además: "…la tarifa proteccionista, que cierra el país al comercio extranjero por favorecer una industria ambiciosa, y por sustentar  los falsos beneficios de un número reducido de empresarios mantiene la vida cara, las fábricas sin trabajo suficiente, el comercio desigual y rastrero, y los ánimos en la exasperación  y el desasosiego que precede a las guerras"[6]

Martí asevera su perspectiva librecambista cuando dice: "Lo que en naturaleza humana se llama sociabilidad en la naturaleza del derecho se llama reciprocidad, y en la naturaleza de la economía libre cambio. El libre cambio es la prenda de amistad entre los pueblos, como las reciprocidades entre ellos la garantía de la justicia." Planteando además "la amistad de las naciones se basa en su interés mutuo; por cuidar cada uno del suyo alimenta el ajeno." Por tanto, "de estas compensaciones resulta el progreso común."[7]A pesar de no contar con las herramientas epistemológicas necesarias Martí pudo abordar los complejos problemas económicos de su tiempo haciendo observaciones que demuestran su comprensión realista. Es innegable la proyección de un rico pensamiento económico en José Martí, considerado, sobre todo, en su visión genial de los cambios que se producían en el capitalismo de su época, con el nacimiento del imperialismo.

De ese conocimiento profundo se nutre su concepción republicana que a pesar de que "sus fundamentos están enraizados en el orden social capitalista, Martí quiere que la república cubana- amiga cordial del vecino poderoso, pero sin interferencias, ni sumisiones, ni hipotecas que la subordinen, esclavizándola, al interés político y económico de su gobierno y de sus banqueros-satisfaga el anhelo y la necesidad de cada ciudadano, sin distinción de de razas ni de clases, mediante la abolición de todas las desigualdades sociales y de una equitativa distribución de la riqueza"[8]Según el profesor Enebral Veloso[9](2008) los principales rasgos del pensamiento económico de Martí permite apuntar los siguientes: "Primero, es un pensamiento original, creativo. Esto está en plena correspondencia con su concepción de que el problema de la nuestra América es nuevo y por tanto las respuestas no podemos encontrarlas en los estereotipos que ofrecen los libros y experiencias europeas y estadounidense. Planteaba que "… cada país crea su especial Economía. Esta ciencia no es más que el conjunto de soluciones a distintos conflictos entre el trabajo y la riqueza: no tiene leyes inmortales: sus leyes han de ser y son, reformables por esencia. Tienen en cada país especial historia el capital y el trabajo: peculiares son de cada país ciertos disturbios entre ellos… A propia historia, soluciones propias. A vida nuestra, leyes nuestras". De aquí se deriva la necesidad de proyectar políticas económicas propias como respuesta a los problemas que en cada lugar han de ser objeto de solución.

De América Latina le preocupaba que la educación siguiera con los vicios que tenía en la colonia y la educación tenía en su pensamiento un peso fundamental, por eso sus ideas pedagógicas sobre el futuro hombre latinoamericano van de la mano con su pensamiento económico. No se puede construir la libertad con una educación enajenada de las realidades autóctonas y es interesante esta reflexión suya:

"En los pueblos que han de vivir de la agricultura, los gobiernos tienen el deber de enseñar preferentemente el cultivo de los campos. Se está cometiendo en el sistema de educación en la América Latina un error gravísimo: en pueblos que viven casi por completo de los productos del campo, se educa exclusivamente a los hombres para la vida urbana, y no se les prepara para la vida campesina. Y como la vida urbana sólo existe a expensas y por virtud de la campestre, y de traficar en sus productos, resulta que con el actual sistema de educación se está creando un gran ejército de desocupados y de desesperados; se está poniendo una cabeza de gigante a un cuerpo de hormiga. Y cada día, con la educación puramente literaria que se viene dando a nuestros países se añade a la cabeza, y se quita al cuerpo."[10]Segundo, es un pensamiento que asume la realidad con espíritu crítico, lo que significa no atarse servilmente a las reglas que se hayan aplicado en otros momentos aun en el mismo país que las inspiró. En esto se percibe su asunción dialéctica de la realidad socioeconómica. Y tercero, en el pensamiento socioeconómico de Martí tiene cardinal importancia su clara comprensión de la relación entre economía y política."[11] Estas dos formas de la conciencia social están mutuamente condicionadas. "Elabora una doctrina, desarrolla la filosofía de la independencia y un pensamiento humanista excepcional….desarrolla una concepción integradora para América Latina"[12]

La experiencia latinoamericana fue muy importante en formación y maduración del pensamiento económico martiano. El camagüeyano Rafael Almanza dice:

"En México, en Guatemala, fugazmente en Venezuela, desde La América, Martí diseña todo un programa de progreso económico que, reconociendo la propiedad privada y apoyándose en ella, intenta promover la capitalización autónoma. El caso guatemalteco es definitorio: tal capitalismo no podía darse aquí. La proyección martiana choca una y otra vez con los procesos políticos que, en el último cuarto del siglo, transformaron definitivamente el capitalismo mercantil colonial en moderno capitalismo del subdesarrollo en Latinoamérica." [13]

En México (1875-1876) enfrenta al caudillismo, el cual, en este caso, será representado por el general Porfirio Díaz. La victoria militar de este jefe, a finales de 1876, sobre el gobierno legalmente constituido, allanó el camino a una parte de la burguesía mexicana subordinada a los intereses económicos norteamericanos. Martí rebate con la misma fuerza el golpe de Estado de Díaz y abandona el país. En sus artículos "Alea jacta est", "La situación" y "Extranjero", publicados el 7, el 10 y el 16 de diciembre Martí plantea con mucha valentía y claridad sus ideales contra el caudillismo, que se va a convertir en la cruda realidad latinoamericana con la que va a chocar repetidamente.

En "Alea jacta est" el 7 de diciembre de 1876, dice: "En pueblos que están en crisis siempre está latente el peligro de la tiranía; es que una facción quiere a toda costa levantar a su caudillo a la presidencia definitiva de la república; es que una falange de partidarios azuza a su jefe y le extravía; es que un grupo de voluntades desordenadas han hecho garra en el corazón destrozado del país". [14]

Plantea con claridad su posición como liberalista al adherirse a las soluciones democráticas, siempre respetando al país: "…ese militarismo nos irrita: esa falta de respecto a la patria exalta nuestra indignación. Tenemos leyes hechas, caminos precisos, vías directas para venir al Gobierno de la patria: como los grandes afectos, nuestro amor a la ley no se ha hecho sentir aquí sino en el momento en que la hemos visto irrespetada y vulnerada: cada hombre es un sacerdote de esa religión que no hemos querido respetar".[15] En esta frase observamos la influencia del pensamiento de los paradigmas del liberalismo burgués de su época.

Su arribo a Guatemala (1877-1878) se produce en un momento en que el hervidero liberal estremecía a Centroamérica y en esta nación gobernaba una nueva generación de políticos liberales que se distinguía por su pragmatismo y su adhesión a las ideas positivistas sobre el progreso. A principios de 1871 había triunfado el liberalismo guatemalteco en el que resaltaba la figura de Justo Rufino Barrios, un caudillo joven y pudiente, hacendado cafetalero, con grandes extensiones de tierras cercanas a la frontera con México.

Barrios presidió Guatemala entre 1873 y 1879, y puso en práctica el pensamiento liberal. Eliminó la posición de jerarquía y los privilegios que tenía la Iglesia católica y proclamó la educación laica como una función estatal. Esta idea entusiasmó a Martí quien participó en el proyecto y lo enriqueció con su pensamiento. En Guatemala Martí se relacionó con importantes figuras del mundo político e intelectual, conoció al ministro de relaciones exteriores, Joaquín Macal; más tarde también conoció personalmente al presidente Justo Rufino Barrios.

En una carta a Valero Pujol fechada el 27 de noviembre de 1877, refiriéndose a su situación política en Guatemala martí dice: "Vivir humilde, trabajar mucho, engrandecer a América, estudiar sus fuerzas y revelárselas, pagar a los pueblos el bien que me hacen: éste es mi oficio". [16]

Debido al ambiente hostil en los círculos oficiales en su contra, en marzo de 1878 decide irse del país. Escribe a su amigo Manuel Mercado[17]una carta fechada el 30 de marzo de 1878, contándole su realidad en la Universidad y le comenta:

"Aquí, por celos inexplicables del Rector de la Universidad, hombrecillo de cuerpo y alma, a quien no he hecho más mal que elogiar en un discurso mío otro discurso-lectura suyo que no merecía elogio -me he quedado siendo catedrático platónico de Historia de la Filosofía, con alumnos a quienes no se permite la entrada en clase; y sin sueldo. En cambio, se me anuncia que se me nombrará catedrático de la Ciencia de la Legislación. Se me abriría con esto un vasto campo, y yo sembraría en él la mayor cantidad de alma posible. Doy gratuitamente una clase de filosofía: el mejor sueldo es la gratitud de mis discípulos". [18]

Se va a Venezuela, donde vive la primera mitad del año 1881; allí vuelve a conocer el perfil despótico del dictador, en la persona del presidente Antonio Guzmán Blanco. La situación con este general presidente se hace inadmisible sobre todo en el mes de julio, en la que Martí publica el primer número de la Revista Venezolana y sus trabajos en La Opinión Nacional. Martí sigue siendo un vehemente defensor de las ideas liberales, hecho que confirma su admiración por el pensador venezolano Cecilio Acosta, quien pereciera el 8 de julio de 1881.

El 21 de julio publica en la Revista Venezolana un elogioso trabajo en memoria de Cecilio Acosta[19](en la foto a la derecha) que era un decidido opositor de Guzmán Blanco. El 27 de julio un ayudante del general-presidente le comunica a José Martí que debe abandonar el país. El 28 abandona las tierras de Venezuela, pero en su mentalidad se acaba de conformar el modelo del caudillo dictador, y se propone que esa práctica no fuera a ocurrir en la futura república cubana.

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Almanza señala que: "Martí aparece, hasta 1884, como vocero y teórico, quizás el más completo, el más fino, el más progresista por su declarada vocación popular, de ese imposible afán de capitalización autónoma. Si Martí hubiese muerto en 1884, aún debiéramos admirarle el haber elaborado ese proyecto, cuyas virtudes —muy especialmente su carácter democrático y humanista y su condición de precursor de la transferencia tecnológica—…" [20]

Escribe Almanza: "Felizmente no se quedó allí. La idea del progreso económico adquiere en él, en los diez años restantes, tres importantes cualidades: su condición de irrenunciable, urgentísimo instrumento de lucha contra el colonialismo económico imperialista; su visión pos-liberal de las relaciones económicas internacionales, que le convierten en precursor del Nuevo Orden Económico Internacional; y lo que es decisivo, la vinculación definitiva del progreso económico con la justicia social y su alianza estratégica con el proletariado económico ". [21]

Sobre las formas de alcanzar el progreso en Latinoamérica escribe Almanza: "Es preciso, pues, tener muy en cuenta que existen dos momentos en la idea martiana del progreso latinoamericano. El optimismo liberal define al primero; el segundo está mechado de angustia y orientado por el antiimperialismo. El primero es una extensa meditación de toda una década: sólo tres años a lo sumo, de 1891 a 1894, alcanzó el segundo, que además aparece como concepto al paso, con muy pocos textos en los que es el tema central. La acción de Martí como hombre de letras, publicista y movilizador social, es el instrumento del primero; en el segundo el autor es el líder de una revolución que apunta al progreso económico como objetivo. Y si en el primero Martí enfrenta la realidad del atraso, en el segundo se acerca considerablemente a descubrir sus raíces históricas". [22]

En la reflexión económica de José Martí era esencial el hecho de "… de que no habría independencia verdadera sin progreso económico, e incita a lograrlo[23]sobre esto manifiesta con mucha certeza Rafael Almanza "… esa es la razón por la que decide "desatar a América". Pero no para imitar el señorío de las sociedades europeas: en el continente nuevo los pueblos tendrán abundancia común y libertad real: sutil adjetivación que indica que aquellas sociedades poseían una abundancia mal distribuida y una falsa libertad". [24]

Sigue Almanza su idea diciendo que: "…el proyecto de progreso económico que finalmente propone nuestro héroe para Latinoamérica, además de estar en oposición a los designios del imperialismo y ser un arma contra él, tenía un carácter intrínsecamente distinto al del desarrollo norteamericano y europeo: aquí no debían repetirse esos errores: la abundancia debía estar equitativamente distribuida y la libertad debía ser real, no meramente jurídica. Toda la meditación de José Martí —especialmente su georgismo— está detrás de esa proyección". [25]

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José Martí simpatizó mucho con las ideas reformistas y críticas de Henry George[26](En la foto a la derecha) quien en su obra Progress and Poverty (1879), declaraba; tal vez influenciado por el pensamiento económico de la fisiocracia, que todo hombre tiene derecho material a aplicar su trabajo al cultivo de la tierra, mientras que la propiedad privada monopolista de la tierra anula ese derecho, pues cada año los terratenientes aumentan de manera injusta sus ingresos en forma de renta, lo que trae como consecuencia un mayor dominio entre los ricos y los pobres, ya que la renta se eleva con el progreso de la sociedad y los ingresos del obrero disminuyen relativamente.

Henry George proponía confiscar mediante un impuesto único los ingresos de la renta del suelo, sin por ello oponerse radicalmente a la propiedad privada capitalista. La admiración de Martí por George se pone de manifiesto: " Solo Darwin en las ciencias naturales ha dejado en nuestros tiempos una huella comparable a la de George en la ciencia de la sociedad"[27].

Las dos razones básicas que llevan a Martí a aceptar el georgismo (Según Almanza) son:

1. Provocó un gran movimiento reformador entre las masas trabajadoras en Estados Unidos.

•  Uno de los problemas más graves que padecía América Latina era la explotación monopolista de la tierra; estaba convencido de que la tierra era la fuente original de toda riqueza y por tanto estaba contra el latifundio.

El propio título de su obra fundamental: "Progreso y Miseria", identifica el punto de partida de su análisis: " Me propongo buscar la ley que asocia la pobreza con el progreso y que aumenta la necesidad al crecer la riqueza; y creo que en la explicación de esta paradoja encontraremos la explicación de aquellos reiterados períodos de parálisis industrial y mercantil que, considerados independientemente de sus relaciones con un fenómeno más general, parecen tan inexplicables" [28]

La práctica revolucionaria comprometida y responsable, que ejecuta dentro de los Estados Unidos para organizar las fuerzas y medios y sumar las voluntades para intentar la independencia de Cuba condicionan la reflexión económica de José Martí y a través de ella llega a una posición antiimperialista militante, que le permite describir la génesis del fenómeno monopolista en sus propias entrañas. En la obra de Rafael Almanza que hemos usado como literatura de apoyo fundamental el autor delimita cuatro momentos básicos de esta reflexión.

"El primero corresponde a los años 1882-1885, en el que aparecen sus dos vertientes principales: la crítica de las proyecciones internacionales del imperialismo y de la tiranía de los monopolios dentro de Estados Unidos, en ese orden. Martí comprende, primero, las consecuencias que se derivarían del tratado de reciprocidad proyectado entre Estados Unidos y México; luego, en 1885, denuncia abiertamente la táctica de estos tratados como un nuevo método de colonización, esta vez económico. Al mismo tiempo, en 1884, "descubre" el monopolio y los cambios que introduce en la economía y la vida social y política norteamericana: constata el fin de la libre concurrencia y la creciente esclavización del obrero y del ciudadano". [29]

" El segundo momento corresponde al año 1888: en él lo esencial es la denuncia de la subida al poder de la oligarquía financiera —caracterizada por el autor en la candidatura republicana— y el descubrimiento de que la política proteccionista, a la que ha estado atribuyendo los males económicos de la nación, es un simple instrumento de los monopolios: a partir de ese momento el liberalismo económico de Martí retrocede, pasa a tercer plano, y prevalece en él la proyección popular y antimonopolista ". [30]

"El tercer momento es inmediato a este —1889-1891—; y si se le distingue es porque en el anterior prima la denuncia de la vertiente interna del imperialismo: y en éste, la internacional. En La Edad de Oro, retoma su antigua preocupación —de 1881, y aun antes—, sobre la penetración colonialista en Asia y África: erige, en contraste, a Latinoamérica como la vanguardia de los pueblos pobres del mundo en trance de liberación y de progreso. En los artículos, cartas y documentos sobre la Conferencia Internacional Americana[31]y la Conferencia Monetaria Internacional[32]expone su nueva visión acerca de las relaciones económicas internacionales, muy lejos del optimismo liberal ricardiano de 1875, y propone una política económica internacional antiimperialista. Al mismo tiempo, se solidariza con la lucha obrera antimonopolista en Estados Unidos, y se adhiere a la idea de las nacionalizaciones, refiriendo con simpatía la posibilidad de la estatificación de las industrias monopolizadas". [33]

"El cuarto y último momento corresponde a los años 1892-1894,… se proyecta con su proyecto de estructura económica para la nueva república. (…) en estos años el líder del Partido Revolucionario Cubano desarrolla las ideas del momento anterior: propone el desarrollo cubano como instrumento de lucha contra el imperialismo y por el equilibrio económico y político mundial. Pero además, su juicio sobre la realidad interna de Estados Unidos se endurece definitivamente. Con motivo de la crisis económica de 1893, que afectó duramente a la emigración y a través de ella al PRC, Martí publicó dos artículos en Patria que constituyen sus últimas reflexiones sobre la economía norteamericana. "El Norte ha sido injusto y codicioso (escribe en "La crisis y el PRC); ha pensado más en asegurar a unos pocos la fortuna que en crear un pueblo para el bien de todos: ha mudado a la tierra nueva americana los odios todos y todos los problemas de las antiguas monarquías…" Identifica, pues, en este y otros textos, a Estados Unidos con Europa, muy en consonancia con aquella generalización sobre las "sociedades europeas"… [34]

Estos cuatro momentos permiten comprender, que José Martí estaba consciente, desde el punto de vista económico, de lo que representaba el fenómeno imperialista para Latinoamérica y las formas de enfrentar este proceso desde nuestros países, en especial desde Cuba, propone como finalidad el desarrollo cubano como instrumento de lucha contra el imperialismo y por el equilibrio económico y político mundial.

Es interesante observar algunos de los más importantes momentos de este pensamiento para desplegar en toda su dimensión el ideario económico martiano, tan importante ahora, en este momento de grandes cambios que está viviendo Nuestra América.

El gobierno de los Estados Unidos se lanza a inicios de 1889 a materializar la conquista de América Latina y convoca a la primera conferencia de la naciones americanas, que se desarrolla en Washington, "y sus objetivos eran: la creación de una unión aduanera, la construcción de un ferrocarril panamericano y el establecimiento de una moneda y un banco de carácter hemisféricos, pero los resultados obtenidos estuvieron por debajo de lo esperado. A partir de 1889, estas conferencias fueron la base de tratar de aplicar la política exterior de los EE.UU., con el fin de obtener, principalmente, una hegemonía económica y política en todo el continente y eliminar la mencionada influencia inglesa en la región."[35]

La reacción de Martí se caracteriza por su profundidad y carácter visionario: "Jamás hubo en América, de la independencia para acá asunto que requiera más sensatez, ni obligue a más vigilancia, ni que pida examen más claro y minucioso, que el convite que los estados Unidos potentes, repletos de de productos invendibles, y determinados a extender su dominio en América, hacen a las naciones americanas de menos poder, ligadas por el comercio libre y útil con los pueblos europeos, para ajustar una liga contra Europa y cerrar tratos con el resto del mundo"[36]

Su genialidad se observa mejor al plantear las consecuencias del desequilibrio en el comercio y la dependencia de un solo mercado cunado dice:

"…el pueblo que compra, manda. El pueblo que vende sirve. Entonces, hay que equilibrar el comercio, para asegurar la libertad.[37]"

Esta advertencia es vital dentro del legado revolucionario de José Martí y mantiene en las circunstancias actuales plena vigencia.

Conclusiones

De estas ideas resumimos que para el bien más ansiado para Nuestra América es la libertad, y esta se defiende también en el comercio, porque cayendo en las tupidas redes del convite yanqui, estaría América Latina perdiendo su independencia económica y la otra consecuencia sería la pérdida gradual de la independencia política.

Esta es la razón por la que incursiona Martí en el pensamiento económico, porque observa el tremendo peligro que representa el poder de los monopolios yanquis. Un pueblo que pierde el control sobre sus riquezas, pierde también su libertad.

En la víspera de su muerte escribe a Manuel mercado: "…ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber, puesto que lo entiendo y tengo fuerzas con qué realizarlo, de impedir a tiempo con la independencia de Cuba, que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más sobre nuestras tierras de América…"[38]

La independencia de Cuba, en el ideario del Apóstol además de mera cuestión de patriotismo nacional, es una acción importante dentro de una idea estratégica superior que era salvar a Nuestra América de la profunda voracidad del naciente imperialismo yanqui que intentaba alterar el equilibrio del mundo realizando un nuevo reparto colonial a expensas de los restos del Imperio español y de las nuevas naciones aún indefensas surgidas de las Guerras de Independencias de la primera mitad del Siglo XIX.

Hoy, el engañoso convite sigue en pie, hace poco los pueblos han derrotado el ALCA; pero el peligro se mantiene latente, por tanto el ideario avanzado de José Martí es ahora arma indispensable en el arsenal ideológico de las nuevas hornadas de pensadores y hombres de acción que han proclamado en el siglo XXI "la segunda independencia" de Nuestra América. El pensamiento económico del Apóstol de la independencia de Cuba es un arma poderosa para enfrentar el reto imperialista y vencerlo en batalla de ideas.

Bibliografía

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Benítez., José A. 1983. Martí y los Estados Unidos. La Habana.: Editora Política.

García., Raúl Roa. 1977. Retorno a la alborada. Vol. 1. La Habana.: Editorial de Ciencias Sociales. .

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Morales., Salvador. 1985. Martí en Venezuela, Bolívar en Martí. La Habana.: Editora Política.

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Ruz., Fidel Castro. 2006. Cien horas con Fidel. Conversaciones con Ignacio Ramonet. Tercera edición. ed. La Habana. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado.

Sosa., Vicente E. Escandell. 2006. José Martí: ALCA ¿Apariencia o realidad?

Veloso, Luís Enebral. 2008. José Martí ¿Doctrina económica o pensamiento económico?

http://www.centrovision.cu/Especiales/Marti/Mdoctrina06128.htm

 

 

 

 

 

 

Autor:

Lic. Roberto Garcés González[39]

Milagros Hernández García[40]

Lic. Belkis Lázara García Bello[41]

[1] Lezama Lima, José. 1998. Para leer debajo de un sicomoro. Editorial Letras Cubanas. La Habana. Pp.79.

[2] Lezama. Ibíd. Pp. 65.

[3] Roa, Raúl. 1977. Retorno a la Alborada. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. Tomo1. pp.707.

[4] Jean-Baptiste Say, economista francés nacido el 5 de enero de 1767 en Lyon y fallecido el 15 de noviembre de 1832 en París. Es uno de los principales exponentes de la Escuela Clásica de economistas. Admirador de la obra de Adam Smith, e influenciado por otros economistas franceses como Turgot, Say ganó reconocimiento en toda Europa con su Tratado de Economía Política. (Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Jean-Baptiste_Say)

[5] Martí, José. 1963. "Libertad, ala de la industria." OC. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. Tomo 9. Pág. 452.

[6] Ibídem. "Cartas de Martí". Obra citada. Tomo 11. Pág. 173.

[7] Martí, José. . 2000. Obra citada. Edición crítica. CEM. La Habana. Tomo 2. Pág. 196

[8] Roa, Raúl. Op. Cit. Pp710.

[9] Luís Enebral Veloso. Profesor de la Escuela Provincial del PCC de Santi Spíritus.

[10] Martí, José. 1975. Obras completas. Editorial de Ciencias. La Habana. Tomo 8 pp.369.

[11] Enebral Veloso, Luís. 2008. José Martí: ¿Doctrina económica o pensamiento económico? http://www.centrovision.cu/Especiales/Marti/Mdoctrina06128.htm

[12] Castro Ruz, Fidel.2006. Cien horas con Fidel. Conversaciones con Ignacio Ramonet. Tercera edición. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado. La Habana. Pp.45.

[13] Almanza, Rafael. 1990. En torno al pensamiento económico de José Martí, Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. pp. 408.

[14] Martí, José. 1992. Alea jacta est. El Federalista, México, 7 de diciembre de 1876, en Obras Escogidas, Tomo 1, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, , , p. 98

[15] Martí, José. Ob.cit. pp. 99.

[16] Martí, José. 1992."Carta a Valero Pujol, Director de El Progreso ", Obras completas , tomo 7, p. 112

[17] Gran amigo mexicano de José Martí. Manuel Antonio Mercado y de la Paz nació en La Piedad de Cabadas, Michoacán, México, el 28 de enero de 1838 y murió en Ciudad México, el 9 de junio de 1909.

[18] Martí, José Ibíd. , tomo 20, p. 46.

[19] Importante escritor, periodista y exponente del humanismo durante la segunda mitad del siglo XIX venezolano.

[20] Almanza, Rafael. Op. cit. pp. 408-409

[21] Ibíd.

[22] Ibíd. Pp. 410.

[23] Ibíd.

[24] Ibíd.

[25] Ibíd., pp. 411

[26] Henry George (Filadelfia, 2 de septiembre de 1839 – Nueva York, 29 de octubre de 1897) fue un economista estadounidense y el representante más influyente del los defensores del Single Tax (impuesto único o impuesto simple) sobre el suelo. Inspiró la filosofía y la ideología económica conocida como Georgismo, que sostiene que cada uno posee lo que crea, pero que todo lo que se encuentra en la naturaleza, y como más importante el suelo o la tierra, pertenece igualmente a toda la humanidad. Autor del libro Progress and Poverty (Progreso y Pobreza), escrito en 1879. (Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Henry_George )

[27] Martí, José. 1975. Obras Completas, Editorial Ciencias, La Habana, T 11, p. 146

[28] George, Henry.1996. Progreso y Miseria, Robert Schalkenbach Foundation, New York, p. 12

[29] Almanza. Rafael. Op. Cit. pp. 416.

[30] Ibíd.

[31] Realizada en Washington, 2 de Octubre de 1889-19 de Abril de 1890.

[32] Se celebró en Washington, en marzo de 1891, allí la delegación norteamericana propuso el uso del oro y la plata para la moneda, con relación fija.

[33] Ibíd. Pp.417.

[34] Ibíd.

[35] Escandell Sosa, Vicente E. 2006. José Martí: ALCA ¿Apariencia o realidad? http://www.cubasocialista.cu/texto/cs0230.htm

[36] Martí José. Op. Cit. Pp.46.

[37] Martí José. Op. Cit. Tomo 6. Pág. 159

[38] Martí José. Op. Cit. Tomo 4. Pág. 168.

[39] Licenciado en Ciencias Sociales. Subdirector de Investigaciones y Postgrado de la Sede Universitaria Municipal de Remedios. Profesor de Historia de la Filosofía y Pensamiento Filosófico y Social Contemporáneo. Miembro de la Asociación cultural José Martí.

[40] Estudiante de Tercer año de Contabilidad y Finanzas en la Sede Universitaria Municipal de Remedios. Gerente de CADECA en Remedios.

[41] Licenciada en Matemáticas. Coordinadora de la carrera de Contabilidad y Finanzas de la Sede Universitaria Municipal de Remedios. Profesora de Cálculo y Marketing.

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