Descargar

Las reglas de enfrentamiento (ROE) (página 3)

Enviado por Miguel Alía Plana


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

ROE collectively were in a state of disorganization following Vietnam because there was no standardized method for either developing or disseminating ROE within the military.[63]

Además, las ROE de Vietnam eran profundamente restrictivas. La presencia de "asesores militares" norteamericanos en apoyo del ejército de Vietnam del Sur se remonta a la Administración Kennedy. Pero no fue hasta la emisión de la llamada "Resolución del Golfo de Tonkin" ("Southeast Asia Resolution, Public Law 88-408 [64]emitida por el Congreso de los Estados Unidos el 7 de agosto de 1964, por la que se autorizaba al Presidente Lyndon B. Johnson para actuar de manera integral contra la República Democrática de Vietnam, a la cual acusaba de agresiones en contra de naves norteamericanas en el Golfo de Tonkin, cuando empezó la intervención masiva norteamericana, sin que los Estados Unidos declaran formalmente la guerra a Vietnam del Norte. Estados Unidos temían que tanto la URSS como China participasen activamente en el conflicto, con unidades propias, como hizo China en la de Corea. Por ello se dictaron ROE muy restrictivas, con el fin de impedir el hipotético caso de un enfrentamiento directo con las supuestas unidades chinas y soviéticas. Además, la opinión pública, azuzada por posiciones izquierdistas, simpatizantes de las fuerzas comunistas vietnamitas, se enfrentó contra el gobierno, destacando los errores militares y los crímenes de guerra norteamericanos, y ocultando los vietnamitas[65]Sin embargo, las ROE dictadas para la Guerra del Golfo fueron menos restrictivas que las anteriores, pero no olvidaron dotarse de dos elementos fundamentales: el sometimiento al Derecho de los Conflictos Armados, por un lado, dado que ello era una exigencia derivada de su carácter menos restrictivo; y la voluntad de reducir daños colaterales[66]no siempre con un éxito pleno. Se introdujeron, por primera vez en la Fase de Planeamiento de la Operación, varias células encargadas de su redacción, formadas no solamente por oficiales de estado mayor, sino también por jurídicos, que jugaron un nuevo papel operacional[67]y se tuvieron en cuenta las "lessons learned" de tal manera que se estableció toda una doctrina al respecto, vigente hasta nuestros días[68]

El nuevo papel operacional de los jurídicos militares se puso especialmente de manifiesto cuando los Auditores de los tres ejecitos y del Marine Corps de los Estados Unidos "negociaron acuerdos con los países anfitriones, elaboraron reglas de enfrentamiento, asesoraron a los comandantes militares sobre objetivos y armas a utilizar e instruyeron sobre el derecho de la guerra. Fueron tales las necesidades de asesores que hubo que movilizar reservistas"[69].

Según Zarranz, para hacerse una idea de la importancia que el mando dio en esta misión a la función asesora, hay que tener en cuenta que en la Zona de Operaciones tan sólo el US Army utilizó 200 asesores jurídicos. En una División del US Army durante la Segunda Guerra Mundial estaban destinados 1 ó 2 jurídicos; cuando el Mayor General Prugh, famoso Auditor de Guerra del US Army, llegó a Vietnam, en 1964, tenía a su cargo 7 jurídicos, que conseguiría aumentar a 100 cuando las fuerzas norteamericanas pasaron de 20.000 a 500.000 efectivos. El 20% del Cuerpo Jurídico del US Army (el "Judge Advocate General"s Corps") se encontraba desplegado en Vietnam[70]Durante la Segunda Guerra del Golfo, la 1ª División de Infantería dispuso de 13 asesores jurídicos, lo que llevó a afirmar al Coronel Raymond Rupert, asesor del general Norman Schwarzkopt, que "la Tormenta del Desierto fue la mayor guerra legalista en la que hemos combatido" y por su parte el General Colin Powell reconoció que "todas las decisiones fueron sometidas a consideraciones legales en cada nivel. Los asesores jurídicos resultaron inestimables en el proceso de toma de decisiones"[71]. En las operaciones llevadas a cabo en Afganistán tras el 11-S, y en Irak, después de la invasión de 2003 (Operación "Iraqi Freedom") se incluyeron asesores jurídicos en las unidades del US Marine Corps a nivel de regimiento e incluso de batallón[72]La doctrina del "Operational Law" canadiense abunda en este extremo, cuando señala que "Legal considerations have become an essential part of the conduct of military operations":

As is reflected in General Powell's statement the laws applicable to military operations impact at every level of command. The modern commander must have a knowledge of, and appreciation for, the legal aspects of the conduct of operations. This article will outline the wide scope of "operational law" and provide insight into the assistance available to the commander in the form of the operational lawyer.[73]

La importancia creciente de los asesores jurídicos en operaciones se ha reflejado, por ejemplo, en la siguiente cita:

To give the right legal advice, you must be at the right place at the right time. But being a good lawyer is not enough to put you there; you must also be a good staff officer, able to do any mission supporting the operation.[74]

Lo anterior ha llevado a afirmar a algunos profesionales, respecto a los jurídicos que participan en operaciones, que "We are soldiers who happen to be lawyers" [75]cita que nos recuerda a la opinión que sustentaba Bartolomé Scarión de Pavía sobre los auditores de los Tercios españoles, en la época del Imperio:

Los Auditores de Tercio deben ser letrados y más soldados que letrados, pues aunque han de terminar las causas civiles que acontecen entre soldados, y las criminales cuando se les remiten es necesario que consideren que las leyes para las gentes de guerra no han de ser tan graves ni severas como las de los ciudadanos por respeto de las libertades que desde antiguamente trae consigo la guerra y se le permiten (…). El Auditor General ha de ser muy buen letrado y debe andar siempre donde va la persona del general.[76]

En España, desde las primeras Agrupaciones desplegadas en Namibia y en la Antigua Yugoslavia (a finales de los ochenta y principios de los noventa del siglo XX) hasta las más recientes misiones abiertas en el mundo (Afganistán, Líbano, Congo, Chad, etc.), un número cada vez más elevado de oficiales Auditores del Cuerpo Jurídico Militar han participado en ellas, como asesores jurídicos e incluso en distintas células de gobierno civil o apoyo cívico-militar; se han integrado en Cuarteles Generales multinacionales; han participado en ejercicios, se han embarcado, se han integrado como asesores en campaña en diversos "escalones de apoyo al mando", en una palabra, se han involucrado cada vez más en operaciones militares, sobre todo de proyección, en las que, hasta hace poco, parecía que estaban excluidos. Este fenómeno no ha sido exclusivo de las Fuerzas Armadas españolas, también se ha producido en la práctica totalidad de las fuerzas aliadas de la NATO:

I have heard General Schwartzkopf, General Powell and just about any other general officer who I run into, say that they consider the lawyer to be absolutely indispensable to military operations[77]

En algunas tan lejanas a las españolas como las australianas se ha producido el mismo fenómeno y así podemos citar lo siguiente, respecto a sus asesores jurídicos navales:

A lawyer on a warship? Not too long ago the only explanation for such an occurrence would have been that the lawyer was rescued from sea after having capsized a cruising yacht. Now, however the appearance of lawyers on warships is becoming far more common.

Modern "warfare" is conducted under the auspices of the UN and takes place in unique operational environments. Operations such as peacekeeping, peace enforcement and Service Protected or Assisted Evacuations, all present unique legal challenges to the commander on the ground, in the air or at sea. An entirely new legal specialty has developed to assist the commander in operating in these unique environments. International law, environmental law, international relations and domestic law have been brought together under the mantra, "operational law". Operational law has become an indispensable factor and component in the planning and execution of today"s military operations.[78]

Efectivamente, ha aparecido un nuevo Derecho, llamado "Operacional", formado por normas nacionales e internacionales. Ante este nuevo fenómeno, cabe preguntarse, ¿qué es el Derecho Operacional? Podríamos entender por tal aquel conjunto de normas nacionales e internacionales que regulan la actuación de las Fuerzas Armadas en operaciones, lo cual es tanto como decir que regulan la actuación de las Fuerzas Armadas en campaña[79]Esta nueva rama del Derecho no ha merecido atención de la mayoría de los comentaristas, centrados en el Común, hasta tiempos recientes, porque era opinión extendida la resumida en el viejo brocardo acuñado por Cicero Marcus Tullius, "cuando hablan las armas, las leyes callan" (" que pretende ser la piedra angular del pensamiento político realista. Esta frase, que ha gozado de un éxito cierto (tiene en Internet unas cien mil entradas, según el buscador Google) ha sido refutada tanto por la práctica como por la moral (con Walzer a la cabeza[80]y el Derecho, desde el Código liebre norteamericano, las propuestas de Moynier, Lemkin y tantos otros académicos, y por supuesto, desde la creación y funcionamiento Naciones Unidas y de los tribunales de Nüremberg, Tokio, la Antigua Yugoslavia, Ruanda y la Corte Penal Internacional. Por si fuera poco, dada la especial naturaleza de los conflictos armados actuales, el Derecho Operacional se ha convertido en un auténtico "sistema de armas" llamado en argot militar norteamericano "lawfare"[81], que es tan importante como el fuego o la logística, porque las consideraciones legales de las operaciones militares son cada vez más relevantes[82]

Operational law is going to become as significant to the commander as fire support and logistics.[83]

En cuanto a su objeto, los manuales norteamericanos señalan que está formado por todas las "materias legales que tienen impacto o trascendencia en el desarrollo de las operaciones militares y cuya aplicación ayuda a su éxito"[84]. Lo anterior se puede afirmar en el caso español.

1.6. Somalia: el caso James Mowris

Otro caso que forjó la teoría de las ROE en Estados Unidos de Norteamérica fue el denominado "caso James Mowris". En la mañana del 14 de febrero de 1993, el pelotón del "Army Specialist"[85] James Mowris fue designado para llegar a cabo una operación de control y requisa de armas y municiones en una aldea somalí, designada previamente por observadores de unidades de inteligencia (HUMIT), en la que la noche anterior se habían producido enfrentamientos entre bandas rivales. El pelotón en cuestión pertenecía a la 984 Compañía de Policía Militar ("984th Military Police Company"), sus miembros estaban supuestamente entrenados en el cumplimiento de misiones tanto policiales como de infantería[86]con lo cual debían estar dotados de las suficientes herramientas legales y psicológicas para enfrentarse a situaciones comprometidas, de muy diversa naturaleza, que no pasaban, necesariamente, por el combate clásico, pero en las que se debía demostrar una sensibilidad especial en el trato con la población civil. El ambiente en que se iba a desarrollar la misión de ese día era muy hostil, lo cual pudo interferir negativamente en el estado psicológico de los soldados implicados, sumado a la hostilidad general de la propia operación: Somalia era (y es) un país de condiciones climáticas y geográficas muy duras, pobre, sin Estado ni autoridades, presa de bandas y clanes, en la más profunda de las anarquías, en guerra civil, donde cualquier comunicación con la población local (hambrienta, muy violenta y armada) debía hacerse mediante intérpretes. No eran abundantes los somalíes que hablaban inglés ni los soldados americanos que dominaran el somalí o árabe, y menos en los escalones más bajos de las unidades desplegadas, con lo cual la comunicación con la población era, cuando menos, problemática. Además, la misión asignada consistía en establecer un ambiente seguro, para la distribución de ayuda humanitaria, pero numerosas bandas lo impedían, frecuentemente con las armas. Los militares norteamericanos se encontraban, por ello, en un estado de amenaza permanente muy estresante.

Los soldados de la 984 Compañía de Policía Militar portaban sus M-16 preparados ("the soldiers of the platoon bear M-16A2 rifles, which are locked and loaded"[87]) y se encontraban en una situación de alarma RED, es decir, en prevención de ataque o amenaza de ataque real. Una vez que la unidad entró en el pueblo, se registraron casas y se hallaron armas ligeras y munición de mortero. Cuando la unidad patrullaba el pueblo, su sargento observó que dos somalíes corrían entre las casas y ordenó su detención para que fueran interrogados. Para ello, dispararon al aire y, como uno de ellos, llamado, Osman Asir, no se detenía, fue perseguido por Mowris hasta una zona de matorrales. Entonces, después de gritar "¡ahí está!", abrió fuego en lo que más tarde definiría como "a warning shot in the dirt"[88]. Osman Asir murió como consecuencia de los disparos recibidos. Mowris fue sometido a un consejo de guerra y declarado culpable de "homicidio negligente" ("negligent homicide"[89]) por haber aplicado una fuerza excesiva, en contra de las ROE, de acuerdo con los hechos:

…the court-martial panel found that the warning shots fired in and around the village were excessive under the circumstances.[90]

Ello determina que las ROE debían ser enseñadas, asimiladas y perfectamente conocidas por la tropa, para lo cual el mando debía considerarlas como un elemento más del combate, como las propias armas individuales, con lo cual la tropa debía ser profundamente formada en su comprensión y aplicación.

2. Requerimientos operacionales

Los requerimientos operacionales establecen, mediante las ROE, limitaciones concretas al ejercicio del mando militar, puesto que determinan cómo, dónde, cuánto, cuándo y contra quién debe ser empleada la fuerza. Esto significa que las ROE catalogan una gama de acciones que van más allá del mero empleo de la fuerza, y que se agrupan por actividades, combinando medidas permisivas y prohibitivas, más o menos violentas[91]en relación con una escala de incremento de la fuerza, desde las meras amenazas a las acciones de combate. El uso de los mejores medios, a través tales medidas, aumenta la efectividad de las operaciones militares, asegura que las hostilidades se someten al Derecho de los Conflictos Armados, especialmente en lo relativo al principio de distinción entre civiles y combatientes; y reduce los daños colaterales en porcentajes aceptables a nivel político y de opinión pública[92]ya sean sobre la población civil, ya sean sobre fuerzas propias o aliadas ("fratricidios" o bajas "blue on blue"[93]). De hecho, al establecerse unas ROE específicas para una misión concreta, se pretende asegurar, mediante el control de la violencia, la reducción e incluso eliminación de los daños colaterales y los fratricidios. Ahora bien, ¿qué se entiende por daño colateral y fratricidio? Lo veremos en el siguiente apartado.

2.1. Daño colateral y "targeting"

Se entiende por daño colateral el no intencionado, ocurrido como resultado del empleo de armamento; y por fratricidio, las muertes causadas en fuerzas propias y aliadas como consecuencia de tales daños, al confundirlas con un blanco enemigo, aunque las definiciones del daño colateral son abundantes y prolijas[94]Así pues, el daño colateral se produce cuando las unidas empeñadas en un combate confunden sus objetivos y atacan y dañan a otras unidades de su propio ejército o de aliados, y también cuando se producen daños a la población civil que se encuentra, por cualquier motivo, en el "espacio de la batalla". Las relaciones entre el daño colateral, el sistema de "targeting", las ROE y el Derecho de los Conflictos Armados son, evidentemente, directas y muy importantes.

Hemos hablado del "targeting" y de sus relaciones con las ROE. ¿Qué se entiende por tal palabra inglesa? El empleo de fuego por unidades terrestres, navales o aéreas exige el cumplimiento de unos protocolos de actuación predeterminados. La fuerza no es aplicada sin lógica ni proporcionalidad, según el libre albedrío de los comandantes militares y sus estados mayores, ni en conflictos bélicos clásicos ni en operaciones de paz o de imposición de la paz[95]contra cualquier tipo de objetivos ("targets"), sino con los susceptibles de ser batidos, de acuerdo con la legalidad de los conflictos armados, que se definen como sigue:

A target is a geographical area, complex, or installation planned for capture or destruction by military forces.[96]

Aunque el espectáculo del combate pueda parecer ilógico e incluso irracional, las Fuerzas Armadas, cuando emplean la fuerza, adoptan sus decisiones a través de procesos normalizados, divididos en etapas, con asignación de competencias y tareas a elementos predeterminados, flujos de información, prioridades, responsabilidades y formas de control. En el caso que nos ocupa, el empleo de la fuerza con fuego aéreo, terrestre o naval se realiza mediante el "Proceso de targeting" o de "Sincronización e Inteligencia de Objetivos", en el que participan Asesores Jurídicos, con el fin de asegurar que la fuerza empleada, los métodos de combate y los objetivos batidos no son contrarios al Derecho de los Conflictos Armados, a tenor del artículo 82 del Protocolo Adicional I a los Convenios de Ginebra, de 1977[97]Nos encontramos ante un aspecto propio de la función de Combate, Mando y Control, que implica a los Sistemas de Combate, Maniobra, Inteligencia y Apoyos de Fuego; y al Asesor Jurídico en operaciones.

La Sincronización e Inteligencia de Objetivos consiste en un proceso mediante el que se determina qué objetivos se deben atacar, cómo emplear los medios de adquisición para localizarlos y cuál es la forma más idónea de combatirlos, todo ello de acuerdo con la legalidad nacional e internacional[98]Es "el proceso de seleccionar objetivos y proporcionar la mejor respuesta posible, teniendo en cuenta las necesidades y capacidades operativas"[99]. Su finalidad es "conseguir el mejor empleo posible de los medios de apoyo, tanto de fuego como de combate, integrándolos completamente en la maniobra prevista por el Mando. Es, por tanto, una herramienta para la gestión eficaz de los medios, y resulta fundamental para disponer de una velocidad de respuesta adecuada"[100].

A su vez, se entiende por objetivo aquellos bienes "que, por su naturaleza, ubicación, finalidad o utilización, contribuyan eficazmente a la acción militar y cuya destrucción total o parcial, captura o neutralización ofrezcan una ventaja militar definida" (Protocolo I Adicional, artículo 52). El Derecho de los Conflictos Armados es muy importante en este proceso, y la necesidad de que participe en él un Oficial Auditor, una exigencia derivada del mismo.

La doctrina militar española determina que el proceso está formado por cuatro fases: decidir, detectar, atacar y evaluar[101]o, si se prefiere, decidir, detectar/seguir, batir y evaluar[102]Las primeras se denominan, a su vez, "adquisición de objetivos", y consiste en aquellas acciones encaminadas a "detectar, identificar y localizar y situar objetivos con la precisión suficiente para permitir el empleo eficaz de las armas contra los mismos"[103]. Se realiza mediante procedimientos estandarizados y normalizados, por la denominada "célula de targeting", integrada en G-3 (operaciones), que puede permanecer activa permanentemente u "on call". La selección de blancos a los que atacar requiere del cumplimiento del "proceso de targeting", que, de acuerdo con la doctrina militar norteamericana, está formado por los siguientes pasos:

1.-Encontrar ("Find"): Los sistemas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento, teniéndose presentes las prioridades tácticas concretas, deben hallar e identificar los "Time Sensitive Targets" (TSTs) en la Zona de Operaciones.

2.-Ubicar ("Fix"): Después de encontrar un TST, los medios de inteligencia, vigilancia y reconocimiento tienen que determinar su ubicación con exactitud, para que se pueda atacar el blanco con éxito. También se trata de usar los medios de inteligencia de distintos sistemas para verificar que el blanco es real.

3.-Seguir la Trayectoria ("Track"): Al ubicar el blanco, hay que seguir sus movimientos, ya que el ataque se puede dilatar unos minutos después del descubrimiento.

4.-Decidir ("Target"): En esta fase hay que tomar la decisión sobre la conveniencia de realizar el ataque o no, previa determinación de la tanto de fiabilidad de la información, como de la posibilidad, o no de atacar, dependiendo de las normas del Derecho de los Conflictos Armados; estudiar el área ante la probabilidad de daños colaterales y encontrar un medio disponible para conducir el ataque. En esta fase del procedimiento tienen participación los Asesores Jurídicos del JAGC, en tiempo real.

5.-Atacar ("Engage"): En esta fase se transmite por el Mando, a través de la célula oportuna, la orden de ataque a una unidad determinada. La unidad elegida tiene que entender la orden, encontrar el blanco y realizar un ataque contra él.

6.-Asesorar ("Assess"): Tras un ataque, hay que evaluar el blanco para determinar si ha sido destruido. Si no ha sido destruido, puede ser necesario otro ataque.

Como podemos ver, no se diferencia gran cosa de la española[104]No pretendemos exponer su funcionamiento al detalle, ya que es materia de "difusión limitada", pero cabe destacar que es un ciclo cerrado que comienza con la detección del blanco y termina con la ejecución del ataque y su valoración[105]En este ciclo, tienen especial importancia ciertos elementos: satélites, aviones tripulados y no tripulados, elementos humanos sobre el terreno (señaladotes-guía), etc.; todos imprescindibles de lo que se ha denominado "battle space management"[106], propiciado por ciertos avances técnicos alcanzados a principios del siglo XX, tales como las minas, el submarino, la aviación y la radiotelegrafía sin hilos[107]Y es que el "targeting" se basa en dos elementos: uno técnico (formado por los sistemas C4I, los apoyos a la decisión, las armas empleadas, etc.), por un lado; y el sometimiento de la acción militar al Derecho de los Conflictos Armados y a las ROE que sean de aplicación, para cada operación, por otro.

"Targentig", ROE, Derecho y víctimas se unen en el campo de batalla, como elementos diversos de una ecuación que produce, con su resolución, la victoria o la derrota. Y cuando hablamos de victoria, evidentemente, debemos tener en cuanta la aceptable por su número de bajas, tanto militares como civiles, o, en el caso de las operaciones de paz, la consecución de los objetivos operativos señalados en oportuno mandato, ya que la derrota o la victoria pierden los perfiles característicos que les asignan las tareas "clásicas" de las fuerzas armadas, como el combate. Los conflictos modernos no solamente han producido un aumento considerable en el número de bajas civiles, en relación con las militares, sino que éstas también se han visto incrementadas, incluso por fuego propio[108]En la mayoría de las recientes operaciones NATO, el daño colateral infligido ha socavado el éxito en la consecución de los objetivos deseados. Además, la posibilidad de causarlo ha restringido el ámbito de las misiones a realizarse, especialmente en las de mantenimiento o imposición de la paz. En alguna de ellas, se ha preferido aumentar el riesgo de los militares desplegados a costa de disminuir posibles daños colaterales, que, a pesar de ello, se han seguido produciendo[109]especialmente los fratricidios. No se puede obviar que el índice de fratricidios sufrido desde 1939 ha sido el siguiente: 16% del total de bajas en la Segunda Guerra Mundial; en Corea, del 7%; en Vietnam, del 14 %; en la Operación "Causa Justa", del 13 %; y en la Operación "Tormenta del Desierto", del 24 %. Los estudios de la Guerra del Golfo de 1991 muestran que este índice de fratricidios se encuentra muy por encima de la media histórica de entre el 12 y el 15% de los anteriores conflictos del siglo XX (de estas cantidades, aproximadamente, el 60% ocurrieron en escenarios tierra-tierra y el 35% en aire-superficie).

Algunos ejemplos de fratricidios en esta guerra fueron los siguientes: en 1991 un avión A-10 anticarro de la USAF atacó por error un convoy británico de reconocimiento, causando la muerte de nueve soldados ingleses. Al menos dos incidentes fratricidas más fueron protagonizados por aviones A-10 en esta guerra; en 1994, dos F-15 de la USAF, derribaron por error dos helicópteros UH-60 Black Hawk del US Army en la zona de exclusión aérea establecida al norte de Irak. Los veintiséis ocupantes resultaron muertos. En escenarios tierra-tierra fueron numerosos los incidentes de fuego amigo, protagonizados sobre todo por carros M1A1 Abrahms, contra otros vehículos amigos o unidades[110]Según Maldonado, un factor contribuyente común a todos estos sucesos fue la baja visibilidad provocada por las fuertes lluvias, oscuridad, tormentas de arena, etc.[111]. De acuerdo con este autor, el número de sucesos fratricidas en Afganistán ha sido muy elevado. Entre ellos parece conveniente destacar el ocurrido en Kandahar, al sur de Afganistán, el día 17 de abril de 2002, y que tuvo como resultado la muerte de cuatro soldados canadienses y otros ocho heridos graves, debido al impacto de una bomba lanzada por un cazabombardero F-16 norteamericano, punto 2 de una formación de estos aviones. El suceso motivó la creación de una comisión investigadora conjunta Canadá-EEUU y los pilotos de los dos cazas fueron acusados de homicidio involuntario.

Irak ha sido escenario de numerosas acciones fraticidas. El 23 de marzo de 2003, un Tornado GR-4 de la RAF fue derribado por un misil, cuando se recuperaba a su base en Kuwait, resultando muertos sus dos pilotos. Dos días después, dos soldados británicos resultaron muertos durante un intercambio de disparos entre dos carros British Challenger, cerca de Basora. El 29 de marzo del mismo año, un soldado británico murió y cinco más resultaron heridos en un incidente de fuego amigo al norte de Basora. Durante las operaciones en Irak, cuando las fuerzas de la coalición progresaban hacia Bagdad, se realizó la célebre pausa operacional de dos días de duración y se desplegaron dispositivos de identificación para cada combatiente tras un incidente fratricida. Después de esos dos días, la mayoría de las tropas terrestres llevaban dispositivos identificadores en los cascos.

El 2 de abril 2003, dos F/A-18 norteamericanos fueron derribados en el sur de Irak. Los dos pilotos fueron dados por desaparecidos; posiblemente, la causa fue un misil. Al día siguiente, tres soldados americanos resultaron muertos al ser víctimas de un F-15 que atacaba una posición de artillería al sur de Bagdad.

El 6 de abril de 2003, un avión estadounidense provocó una masacre al bombardear por error un convoy de civiles kurdos, al que acompañaban miembros de las fuerzas especiales norteamericanas, cuando circulaban por la carretera que une Chamchamal con Kirkuk, en el norte de Irak. EEUU confirmó la pérdida de tres soldados americanos y otros cinco heridos. El convoy estaba formado por diez vehículos, dos de ellos con militares norteamericanos. Por parte kurda murieron dieciocho personas y cuarenta y cuatro resultaron heridas. Entre estas últimas se encontraba el jefe de las fuerzas especiales kurdas, Wajih Barzani, hermano del jefe del Partido Democrático del Kurdistán (PDK). El editor de Internacional de la BBC, John Simpson, narró en la televisión, cuando acababa de ocurrir el incidente, lo siguiente: "He contado diez o doce muertos… ya se han recuperado doce cuerpos, es una escena infernal. Hay vehículos ardiendo, cuerpos tendidos y restos humanos a mi alrededor…", relataba cuando veía lo sucedido. "Han alcanzado a su propia gente… han asesinado a gente corriente, sólo veo cuerpos", comentaba el periodista, muy afectado por lo que acababa de presenciar[112]

Hasta de abril de 2003, el número de bajas de soldados británicos causado por las fuerzas iraquíes era igual que el de pérdidas por fratricidios. A 20 de abril de 2003, Estados Unidos había tenido un total de 128 muertos (94 en combate y 34 en otras situaciones, principalmente en accidentes), que aunque pueda parecer chocante, es un número bajo comparado con otros conflictos: en Líbano, entre 1982 y 1984, murieron 265 marines; en la Segunda Guerra Mundial se perdía una media de 211 hombres al día y en Vietnam, 18. Sin embargo, el índice de bajas debido al fuego amigo se considera inaceptablemente alto, al menos el 12%, aunque el dato no es exacto en este momento.

¿Cómo es posible que se produzcan estos incidentes? Porque la guerra no es un asunto matemático, en el que la certidumbre sea la columna principal de la toma de decisiones y de su ejecución. No obstante, la unión de los modernos medios de información y apoyo a la decisión, con el desarrollo tecnológico del propio armamento, permiten aplicar lo que se denomina "combate de precisión"[113], que debería impedir o limitar al máximo, en teoría, estos sucesos. El mariscal del aire británico Jones declaró, en relación con la campaña aérea sobre Kosovo, lo siguiente:

La nueva exigencia clave (para la potencia aérea en una nueva era) es aumentar la capacidad de neutralización de las armas de lanzamiento de precisión milimétrica, a fin de lograr el máximo de efecto estratégico, con un mínimo de daños colaterales y un mínimo de riesgo para el que transporta y el que lanza el arma.[114]

Entre las causas de este fenómeno se ha señalado lo siguiente[115]

There are eight causes of collateral damage from air attack. Each is distinct enough in its own right to warrant separate consideration by any airpower planner or commander attempting to keep collateral damage to a minimum. This essay makes no attempt to determine which cause occurs most often or which is easiest to control. The fog, friction, and chance present in war make such distinctions unique to each conflict.

The following section presents examples of collateral damage from various operations. The most likely cause of each incident is explained. Some examples may have more than one cause. In such cases, a subjective assessment of the primary cause determines the proper category. A strict interpretation could include every example in the first category because collateral damage is possible anytime an aircraft is aloft with armed weapons. This is because in every case the attacking commander made the decision that the military necessity of the attack outweighed any harm that might befall noncombatants.

He proceeded with the attack because he believed any resultant collateral damage was

worth risking for the potential military advantage he could gain. However, that type of categorization would not consider the practical causes of collateral damage that the following list contains:

1.Attacks pursued using the principle of proportionality.

2. System inadequacies.

3. Human error.

4. Incomplete intelligence.

5. Enemy defenses.

6. Environmental conditions.

7. Inadequate comprehension.

8. Brute force.

2.2. Las ROE como forma de delimitar el espacio del conflicto: ROE y RUF ("Rules for the Use of Force", Reglas para el Uso de la Fuerza)

Las ROE, entendidas como un instrumento de control de la violencia y de limitación de las operaciones militares, pueden quedar referidas no solo a formas o métodos de combate concretos, sino al mismo espacio de la batalla o el conflicto; dentro de él, a objetivos concretos (lo cual se relaciona con el "targeting"); y todo ello, además, con la idea de causar un número aceptable de bajas militares y civiles[116]

La US Navy distingue entre dos tipos de órdenes sobre el uso de la violencia, de acuerdo con criterios geográficos o espaciales: las ROE y las RUF ("Rules for the Use of Force", Reglas para el Uso de la Fuerza). Las primeras se aplican en el territorio y las aguas estadounidenses (y espacio aéreo suprayacente) y las segundas, en aguas internacionales (y espacio aéreo suprayacente)[117], sin que exista una diferencia sustancial entre ambas. Esta distinción también se aplica a unidades terrestres, sobre todo a raíz del caso "Clemente Bañuelos" [118]y básicamente consiste en considerar que las ROE son propias del las operaciones en ultramar ("overseas operations") y las RUF, en operaciones en territorio nacional llevadas a cabo en apoyo de las autoridades civiles[119]

Las ROE determinan el espacio del conflicto cuando se establece una vigencia territorial para la mismas, al permitirse aplicarlas en determinadas áreas. Así, por ejemplo, durante la Guerra de Corea, se adoptaron medidas y se dictaron órdenes para tratar de no implicar a la URSS ni a China en el conflicto, por lo que inicialmente, las operaciones terrestres y navales se condujeron dentro de los límites territoriales de Corea del Sur, mientras que las operaciones aéreas no se acercaron a más de cinco millas del la frontera china-norcoreana. Las ROE prohibían expresamente el ataque en ese espacio de menos de cinco millas[120]Semejantes restricciones geográficas se usaron también en Vietnam, con mayor o menor éxito y con poco respeto por el propio mando norteamericano, en relación con Laos y Camboya[121]pero no se atacaron ciudades, fábricas, buques ni puertos de Vietnam del Norte[122]En análogo sentido, podemos citar como muestra de ROE con implicaciones políticas las contenidas en la "Executive Order 11, 850" del mando norteamericano, que prohibió el uso de herbicidas sin aprobación presidencial, después de que la opinión pública presionara a Nixon contra el uso de defoliantes en las selvas vietnamitas y camboyanas.

Otros ejemplos son la limitación a la navegación, mediante ROE su permitan abrir fuego contra buques, incluso neutrales, mediante la creación de las denominadas "Zonas de Exclusión Marítima". Tales han sido fruto de la guerra naval moderna. Surgieron a principios del siglo XX y fueron propiciadas por ciertos avances técnicos, tales como las minas, el submarino, la aviación y la radiotelegrafía sin hilos. Estos progresos permitieron a las escuadras ejercer un control sobre áreas extensas de la mar, con una fuerza y una intensidad desconocidas hasta entonces, mediante lo que se ha denominado "battle space management"[123]. El uso de las nuevas tecnologías propició un cambio en la conducción de las operaciones navales que hizo, a su vez, factible restringir la navegación marítima en las zonas dominadas, sin necesidad de establecer las medidas propias del bloqueo o del control del contrabando[124]que quedaron pronto obsoletas[125]Estados en conflicto declaraban una Zona de Exclusión Marítima y, gracias a los nuevos desarrollos técnicos y armamentísticos, limitaban la libertad de navegación en ella, de tal manera que los buques que navegaran en la Zona sin autorización eran confiscados o hundidos, mediante el puro ejercicio del poder naval. La tecnología proporcionó los medios y aumentó la voluntad de dominio necesaria, en los comandantes navales, para ejercer ese poder. Hoy en día, en la que podríamos definir como la "era del misil", tenemos medios mucho más avanzados que a principios del siglo XX, tales como las actuales plataformas de misiles, los "fast attack crafts"[126], los "stealth crafts" o "buques invisibles o furtivos"[127], los "high speed military supply vessels" o "buques de apoyo de alta velocidad", y los submarinos nucleares, que son todos ellos, a la postre, herramientas militares que facilitan esa voluntad de dominio, hasta grados cada vez más altos. En esta "era del misil", en la que la supervivencia de un buque depende más de rápidas decisiones adoptadas de acuerdo con información procedente de sensores electrónicos que de la obtenida visualmente, las Zonas de Exclusión Marítima tienen como fin el control del mar, por un lado, y por otro, la reducción de posibles ataques accidentales o producción de daños colaterales en la navegación neutral, así como el establecimiento de un mecanismo que legitime tales incidentes, caso de producirse[128]

Una de las primeras dificultades con las que nos encontramos es la falta de criterio único en cuanto a la denominación de las Zonas de las que hablamos. El Almirantazgo alemán de la Primera Guerra Mundial, las llamaba "Zonas de Guerra", el Gobierno británico durante la Guerra de las Malvinas, "Zona de Exclusión Marítima y Zona de Exclusión Total". También se han usado los términos "Zona de Bloqueo", "Áreas sujetas de bloqueo de larga distancia" o "Zonas Marítimas Operacionales"[129]. Fleck las define como aquellas áreas de la mar (y su espacio suprayacente) en las que una parte de un conflicto ejercita derechos de control y prohíbe el acceso a buques y aeronaves, con el fin de facilitar la identificación de objetivos militares y la defensa contra actos hostiles[130]Este autor distingue entre diversos tipos de áreas sobre las que se admiten consuetudinariamente ciertas limitaciones a la libertad de los mares: las "zonas de guerra o combate", el "cordon sanitaire", las "static exclusion zones", y las "movable exclusión zones" o "defence bubbles". Es decir, de modo genérico, se entiende por tales zonas aquellas áreas del océano, y su espacio aéreo suprayacente, sobre las cuales una nación pretende restringir la libertad de navegación y/o de sobrevuelo de otros buques o aeronaves, o limitarlas de cualquier otra manera, mediante la aplicación de la fuerza regulada en ROE concretas. Evidentemente, los problemas jurídicos y políticos que nacen de su existencia son de gran calado, porque ante todo suponen una limitación al principio de libertad de los mares, impuesta por la fuerza de las armas.

3. Requerimientos políticos

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente