Y para hallarlo, debemos renunciar al caparazón personal, la armadura que nos hemos impuesto en esta sociedad posmoderna, ajetreada y estresante; ya que va a toda máquina arrasando con lo más esencial de las personas, el derecho a ser humano, esto es, a su sensibilidad crítica, de regalarse un tiempo, un espacio de amor así mismo: a su cuerpo-emocional, mental y espiritual. De amar la vida y vivir para amarla.
Las etapas emocionales del ser humano
Es de vital importancia pedagógica comprender que el ser humano en su desarrollo emocional pasa por varios estadios del amor antes de llegar al amor maduro.
Algunos de esos amores pueden ser: amor a los padres, a sus amigos, a sus juguetes, al perro, al gato, enseres de la casa, amor de adolescente, entre otros. Veamos solo algunos de ellos.
El amor en el vientre materno
Los nueve meses de vida en el vientre materno son los más importantes y maravillosos remansos cristalinos de miel de todo ser humano. Aquí puedes comenzar a desarrollar junto con tu pareja el fruto del amor más puro y tierno; en esta etapa es donde se debe empezar a cultivar la emoción del amor mutuo para la convivencia democrática de hombres y mujeres amorosos: seres que interaccionen de manera tal que sus formas de vida tengan que ver con el bienestar y armonía de aceptación de sí mismos, de los demás, en intimo con-tacto y respeto con la supremacía soberana de la madre naturaleza, esto es, de esa fuente de vida clara dar a luz a los futuros preciudadanos en sentir y pensar la convivencia respetuosa.
Vivencialmente y en pareja podemos empezar a acariciar corporal y sutilmente al bebé bajo la energía amorosa y sana que desciende de las manos como un manto mágico que sacia de calor y bienestar a tan anhelada vida, de tal forma que se sienta acogido y aceptado legítimamente ante el nuevo núcleo familiar.
Otra manera comunicativa es dialogar con él: decirle cuanto lo aman, cantarle, declamarle poesías, chistes, cuentos, y, en tal diálogo tengan por seguro que él o ella les contestará, ya sea, con una sonrisa interior, un abracito, una burbuja de amor o una patadita con alas de manera natural y espontánea, como un milagro que no solo pasa una vez, sino que empieza a suceder todo el tiempo hasta que como padres anclemos nuestra existencia en la faz de la tierra.
Pero, si por el contrario, no nos quitamos el velo racional de lo ojos para poder ver la luz de amor, pues, tales preciudadanos crecerán cual fugaz flor marchita no le llega el calor del sol y el agua de vida, como desplazados afectivos. Así que tengan presente que el amor es el camino de evolución para educar organizacionalmente a la nueva generación, la del amor universal y multiversal.
El amor a los padres:
Empieza en la infancia a través del mecanismo de apertura sensible en su estructura biológica: espontaneidad de la emoción la cual permite un mayor aprendizaje y relación con el entorno ecológico, los padres y los demás seres humanos; pero en el paso de transición de la pubertad a la juventud, al aprehender los roles, responsabilidades y comportamientos de los adultos, empieza a disminuir dicha capacidad de emanación emocional con los demás y su entorno ecológico, cuando adquiere e incorpora las nuevas estructuras de control y sumisión de conductas a su biología, lo que genera la disminución o que se vaya cerrando dicho canal de emanación emocional de intercambio de amor, energía e información; cosa que no pasa cuando la institución familiar vive en una convivencia armoniosa, es decir, donde políticamente cada miembro, de parte y parte respeta el lugar del otro: aceptándolo tal como es y que comparte y expresa libremente lazos afectivos a través de relaciones de cooperación, confianza y paz, por ejemplo, en la relación corporal de la madre con el niño (a) en la noche: al dormir la estructura de la madre activa unos sensores como mecanismos biológicos de alerta, los cuales le avisan cuando el niño tiene alguna molestia nocturna y es por amor que se genera la disposición corporal para acudir y atender amorosamente a su hijo. Como también sucede cuando la niña (o) se cae, la madre coloca sus manos en el moretón aliviando su dolor, y ello es intuitivamente porque mediante sus manos emite la energía amorosa que da bienestar armonizando nuevamente la corporalidad del niño gracias al poder del amor.
El amor por los juguetes
En esta etapa infantil, los preciudadanos, mediante el hechizo encantador de la energía creativa en plena pista de interacción cósmica pluricelular empiezan a proyectar toda la bioética del amor a través del juego, es decir, el trabajo lúdico, serio y trascendental por excelencia del derecho hacer niño, por el cual, expresan sus más hermosos sentimientos que florecen en el resplandeciente paraíso tropical de fragantes colores, formas, olores, sabores y humores corporales, en donde sus vidas están en continuo cambio de movimiento en consonancia con la energía universal inmediata.
Los infantes con los juguetes naturales tales como, piedras, palos, hojas, ramas, arena, barro, tierra, plastilina, inclusive aquello que creemos es basura, como una lata de gaseosa, que se puede convertir en todo un OVNI, objeto volador no identificado. Construyen, innovan y ponen a funcionar mundos fantásticos y luminosos como proyectos de vida, en los cuales, manifiestan todos sus intereses, valores, emociones y comportamientos modelados por sus padres, por ejemplo, cuando los niños juegan con las muñecas a la familia, inmersas en tales historias podemos analizar pues, la vida de los niños y niñas y poder dar pasos para aplicar el paradigma del amor.
Por lo tanto, no anulemos desde las Instituciones Educativas en tanto, familias y escuelas del mundo entero, "el derecho hacer niños y niñas felices", bajo la política lógica arrazante, y, despiadosa curricular formal; que no tiene nada que ver con el amor y la intuición infante de la imaginación que pone en contacto cósmico la emanación emocional con Dios, la energía amorosa y creativa por la cual coexistimos en este ecosistema, nuestra casa, el planeta tierra.
El amor de amistad:
Comienza desde la etapa pre-escolar y escolar en adelante, cuando el niño (a) entra al colegio, entonces empieza a tener amigos. El amor de amistad es el amor más grande de todos porque es incondicional. Implica la entrega solidaria y mutua en la interacción cotidiana con el otro de forma desinteresada, sin esperar nada a cambio, sólo con la intención de dar, que es la fuerza vital más grata que la de recibir. Significa el compartir la energía propia hacia al otro como un regalo personal, esto es, una caricia que tu campo energético sede voluntariamente a la otra persona.
Con los amigos el ser humano innova, creando espacios para jugar, por ejemplo, a las mímicas, adivinanzas, a la rueda rueda, al escondite, y, después, a diseñar conjuntamente propuestas funcionales tanto para divertirse, como para mejorar la calidad de vida.
Y la amistad se cultiva en el terreno fértil de la confianza mutua, de donde puede nacer las aguas claras de la confidencia intima para que el otro pueda por ejemplo: contar sus angustias, desilusiones, alegrías o fantasías sexuales. El ser amigo (a) es ser comprensivo, amoroso, crítico y un excelente consejero.
Así como se debe ser amigo fiel consigo mismo, también se ha de ser fiel con los demás amigos; pero advertencia: es mejor siempre dar, que esperar recibir después, algo a cambio, porque algunos (as) no siempre te pagaran bien, en gratitud; a sí que es mejor compartir sin mirar a quién, dicho en otros términos, ayudar y compartir de corazón.
El amor de adolescente:
Empieza en la pubertad por el interés hacia el otro sexo, hombre o mujer. Es el amanecer de la aurora corporal-emocional en su más instintiva expresión animal de metamorfosis estructural anatómica del paso de la infancia a la juventud: de niño a hacer hombre joven.
En esta etapa los padres deben integrar toda la comprensión amorosa posible volcada como las neblinas del amanecer cubren la diversidad del ciclo natural de la vida, porque en esta fase los adolescentes enfrentan variadas transformaciones energéticas: de cambio hormonal, por ejemplo, empieza la producción de espermatozoides en el hombre y en la mujer la producción de óvulos, la menstruación y, tal naturaleza es básica para el desarrollo del crecimiento en cuanto huesos, músculos, sistema nervioso etc.
Pero también en tales conversiones energéticas el adolescente empieza a buscar en su proceso autoformativo su propio rol de identidad aunque de manera insegura, todavía no sabe asertivamente lo que quiere, debido a que se encuentra en proceso de desarrollo transitivo su esquema intuitivo-emocional: en un Estado de Conmoción de interacciones de odio, felicidad, tristeza, temor, bloqueando la energía amorosa que fluye por las mansas y densas quebradas y ríos del corazón, y, pues, en el proceso heteroformativo, o sea, con los otros, comienza a liberar o distencionar toda su energía contraria, afortunadamente con sus seres queridos más cercanos: algunos roban cosas, dicen mentiras, groserías y pueden llegar a enfrentar a sus familiares corporalmente.
Se pueden llegar a convertir realmente en unos monstruos; lo chistoso es que al pasar esta etapa de metamorfosis vuelve toda esta energía a reinsertarse al ciclo vital familiar, así que paciencia sabia, la cual puede brindarnos la sabiduría del amor para que todo converja y fluya en convivencia armoniosa nuevamente.
Sin embargo, para algunos adolescentes el paso por este proceso es menos tormentoso cual volcán voraz sediento a eyacular su transmutación genética, ello es, cuando desde la infancia se le vienen cultivando algunos hábitos por ejemplo: a la lectura poética u otra, la música, la pintura, la carpintería, el deporte, eceptera, en donde económica y políticamente pueden invertir todas sus energías amorosas y creativas a dichas empresas.
El enamoramiento:
Empieza en algunos en la infancia y, en especial en la adolescencia hacia la juventud en adelante. Se da por el interés hacia el otro en el mutuo intercambio emocional al mismo nivel de energía e información, la cual influye a nivel celular generando el fluido químico hacía la amígdala produciendo en ambos el fluir de atracción que necesitan para acoplarcen como una danza en el fluir y dejarse fluir de la corriente cósmica universal entre sus estructuras biológicas.
A más, el adolescente se enamora de sus ídolos de moda, llegando muchas veces a modelar como tales ante su pareja o grupo de aceptación en el desarrollo de su sexualidad, entendida como la forma de interactuar emocional-sensual en reciprocidad consigo mismo corporalmente y con los demás agentes activos que le reconocen como miembro del grupo.
Es importante aquí, que los padres y maestros desarrollen una potente Educación de la Sexualidad a niveles: emocional, intelectual, corporal, espiritual y biológico desde la infancia. En donde políticamente se les oriente sobre las consecuencias que pueden conducir las determinaciones no pensadas en sexualidad referente por ejemplo biológicamente a realizar el sexo, el acto de hacer el amor sin ninguna protección, condón y más aún, sin conocer el fundamento del amor.
El amor erótico en pareja:
Consiste en el acoplamiento corporal-sensible de ambos sexos en la relación de pareja y se da a través de las caricias amorosas de las manos por las cuales, se entrega todo el amor sensual y exploratorio del cuerpo ya que el cuerpo es el órgano más sensible del ser humano y por ello, necesita ser conocido y palpado la totalidad de su relieve en sus múltiples formas para construir teoría mediante tal práctica exploratoria.
Haciendo especial énfasis en la mujer, puesto que es más sensible que el hombre y por lo cual, necesita ser más amada: brindándole una mayor calidad de caricias a la piel mediante el empleo calidoso de las manos.
Las manos poseen las cualidades necesarias para acoplarse a cualquier forma del cuerpo trasmitiendo a la otra persona seguridad emocional, el sentirse acogida, protegida y amada en toda su integridad y dignidad humana, porque es por las manos que se emana toda la energía amorosa y curativa de entrega mutua, de aceptación corporal.
Pero el amor erótico no sólo tiene que ver con la ternura y lo sensual, sino también con lo sexual; así que estos tres aspectos son claves para las relaciones de pareja. Sin embargo hay que aclarar que los dos primeros son las energías primordiales y sagradas antes de iniciar el acto de hacer el amor.
El amor espiritual:
Se da con la adultez, nace el amor maduro o espiritual. Fruto de los años de aprendizaje mediados por la experiencia personal en el contacto interaccional emocional-social en la red energética del universo la cual alimenta nuestro ecosistema, el planeta tierra. Tal experiencia fluye en la práctica del vivir mentalmente con la emoción del amor, básica para curar, por ejemplo, las grietas del alma a través del perdón. La renovación espiritual de la forma de pensar ayudará mucho a la curación del agretamiento proporcionando mayor dominio y paz a las reacciones emocionales. La técnica del pensamiento, de vivir políticamente en la emoción del amor, puede cambiar la vida de toda persona si decide aceptarla, puesto que puede hacer bien, mental, corporal y espiritualmente. Proporciona dominio mental, lo que mejora el sistema nervioso y la salud física en general. Hace dueño de sí mismo a toda persona. La validez de esta experiencia espiritual se demuestra por la colaboración total y la amistosa ayuda que se puede proporcionar al que antes era enemigo por ejemplo.
El amante
El (la) amante es la persona con una inmensa capacidad evolutiva de amar a otra persona. Entonces tenemos el amante que ama a su hermano y hermana, a sus padres el amante que ama a su amigo (a), la amante que ama su trabajo, su estudio, su composición de arte o música, la mascota, el jardín, el amante que ama a su esposa; pero también está el amante infiel, es aquel que sin el consentimiento por ejemplo, de la esposa, es decir, sin su permiso y autorización realiza una interacción emocional-social clandestina, pues, obviamente la ejecución estratégica y política de una relación bajo cuerda, extramatrimonial y pasional con otra persona, dicho mejor, de currículum oculto. Lo que implica el asumir las consecuencias, las acciones que generan tal decisión de libertinaje, por ejemplo, la desilusión que puede llegar a causar a su pareja oficial, por no haberle consultado pedagógicamente tal decisión, a través de un diálogo horizontal moderno, abierto y sensible que permita ya sea la crítica, la aceptación mutua o finalmente la confianza en su pareja.
La solevidad
Hay momentos trascendentales en nuestras vidas que necesitamos hacer un alto en el camino para estar a solas: saber cuáles son los motivos que dan sentido a nuestras vidas y evaluarnos en plena autointimidad. Su importancia radica en ejercer el derecho a la meditación autónoma.
Esto implica el retirarse a un espacio adecuado para estar a solas en libertad consigo mismo, libre del acoso de la apresurada globalización moderna, con el propósito de poder reflexionar sobre las consecuencias e impactos que han traído consigo la decisión de tomar algunas determinaciones, ya sea para reafirmarlas si son de interés común; pero si el balance es otro, interpretar pues, el ¿Por qué? Y el ¿Para qué? Tal saldo pedagógico se refiere al aprendizaje del error propio que consiste en identificar por un lado, nuestras fallas para así reconocerlas y aceptarlas como tales y pilares que hacen parte de nuestro crecimiento evolutivo, y por otro lado, el descifrar el sentido del mensaje por el cual la vida misma ha conspirado para que cambiemos y transformemos mediante el fluir sistémico algún aspecto de nuestro interior y del cual no nos habíamos dado cuenta.
La solevidad nos brinda pues, la oportunidad para hacer un alto en nuestra vida cotidiana y reconsiderar otros caminos que la vida nos posibilita en nuestro derecho de autorrealización como proyecto de vida, de compromiso intimo en el aquí y ahora, con ello, nos damos apertura estructural para amarnos así mismos dándole cuerpo a un nuevo concepto de identidad personal, digamos, innovar en la forma de vernos y de interpretar el mundo de la vida.
Universidad del amor.
Desafortunadamente son pocos los que llegan al final del camino. Así como a la universidad llega un alto porcentaje de educandos (as) sin haber logrado la madurez intelectual, también a la universidad del amor llega un gran número de hombres y mujeres que no han logrado la madurez emocional, el amor espiritual. Y como algunos nunca llegan a la madurez intelectual, también hay personas que nunca maduran emocionalmente: son unos niños grandes hasta el fin de sus días.
¿Cómo evolucionar interiormente en la universidad del amor?
Antes que nada debemos reconocer que el proceso es largo, pero que puede ser más corto cuando se desea y se quiere con el corazón llegar a tal meta. Dicho en otras palabras, permitirnos hacer apertura en la sincronía emocional hacia el mejoramiento personal.
Para ello es importante ir desarrollando en cada instante las siguientes pistas pedagógicas: pensamientos nobles, amables, como también, manifestar y compartir de corazón habilidades emocionales de alegría y confianza que son la mayor muestra y señal de la evolución interior del ser humano, lo mismo debe hacerse con las acciones, es decir, procurar el bien al prójimo sin causarle daño alguno.
Esta forma de vida habitual que desarrolla las habilidades emocionales, implica la voluntad de aplicarlas primero a uno mismo para después con los demás. Puesto que el hábito es la costumbre desarrollada por la organización intencional y repetitiva para lograr alcanzar un comportamiento deseable para algún fin. Por ejemplo, en la familia el hábito de amar a la madre y al padre, mediante un abrazo, beso o sonrisa.
Gerencia Democrática
La gerencia democrática entendida como la administración horizontal, de diálogo abierto que genera la descentralización social, es decir, que permite la participación de los ciudadanos en la red de interacciones (red conversacionales-emocionales-corporales) en la práctica de ejercer la democracia participativa desde las instituciones sociales, tales como las familias, escuelas, colegios, universidades, como también, en los barrios, localidades, ciudades, departamentos y el país, se fomenta y desarrolla pues, mediante las relaciones políticas propias del amor, las cuales, constituyen la convivencia social y que están inmersas en las habilidades emocionales del amor.
Habilidades emocionales del amor
La habilidad emocional se refiere a la capacidad evolutiva de trasmitir desde nuestro interior hacia el exterior toda la ola del amor, al otro, lo otro y la madre naturaleza dejándola fluir libre y espontáneamente en el entrelazamiento de lo emocional con lo corporal y el lenguaje en la interacción social como un milagro que no solo pasa sino que sucede constantemente gracias al universo entero.
La alegría de vivir: es la capacidad evolutiva de trasmitir e irradiar desde el interior la fuerza de vivir, de buscar un sentido personal como un proyecto de vida realizable en la cotidianidad, la esfera del convivir, esto es, de vivir con el otro y lo otro: en la interacción multicultural.
Su penetrante energía amorosa se ve manifestada corporalmente desde nuestras entrañas por la sonrisa interior que emana desde el océano del corazón donde sus oleadas irrigan con su elipse los ríos vitales que reestablecen y conservan a nivel celular la integridad del ciclo de vida y produce hacia el exterior el éxtasis de la alegría de vivir cuyo mar moja con sus cascadas de amor todo lo que le rodea y con ello, crea, el remanso de bienestar, de convivencia armoniosa y social.
El fluir de la confianza: es la capacidad evolutiva de compartir tanto los espacios de interacción íntima como es el sistema familiar y público como el grupo de amigos o el de compañeros de trabajo, entre otros espacios de la vida cotidiana.
Consiste pues, en que se deben conservar los límites que se han brindado y compartido a nivel personal, puesto que vulnerarlos implica que el otro u otros nos cierran las puertas de integración social, o sea, las posibilidades políticas de participación y diálogo horizontal democrático.El respeto mutuo: se trata de reconocer el lugar del otro en su dignidad humana haciéndoselo saber, tal como es, aceptarlo en su manera de ser y hacer en el fluir de la vida. En consecuencia es concederle el pleno derecho a su libre desarrollo armonioso de la personalidad, con el propósito de que se sienta digno de su autonomía como sujeto social que es; así como también todos los seres humanos lo somos sin ninguna discriminación de razas, credos o culturas.
Aplica también en la acogida amorosa a las personas que han elegido y asumido su diferencia sexual, como aquellos y aquellas que la sociedad los ha tipificado de gueys, lesbianas, etc. Cuando la verdad es que son seres humanos amorosos; política, económica y democráticamente productivos en la gestiones laborales cotidianas.
Recuerda: cuando una persona te irrespete, es esa persona que se está irrespetando así misma y no a ti, porque es la realidad que fluye de ese ser humano mediante lo que dice y hace, y no la realidad tuya, lo que indica que de lo que se dice y se hace describe quien es esa persona, para decirlo mejor, describe como está fluyendo su energía en ese momento, en ese caso sería de algún tipo de bloqueo energético.
Responsabilidad social: es la capacidad referida a la toma de conciencia en las decisiones. Implica hacer balance político, esto es, reflexionar sobre las consecuencias que puedan traer consigo las elecciones de nuestras determinaciones, digamos, las atmósferas emocionales que puedan generar tales acciones en los diferentes ámbitos de la convivencia cotidiana como es una empresa.
Se trata de ser consecuente e intuitivo con la elección personal que se va a tomar puesto que ella, puede determinar nuestra alegría o tristeza orgánica por ejemplo, al elegir una carrera, un trabajo o su pareja. Entonces, nuestras determinaciones nos pueden hacer independientemente felices o dependientemente tristes como el ejercer un trabajo que no te gusta pero te toca, esto, te hace esclavo, por el motivo de que no te gusta; caso contrario, el ejercer el derecho a tu profesión te hace feliz y libre, porque te gusta y es tu proyecto de vida.
Cooperación política: es la capacidad de emanar amorosamente ayuda hacia los demás bajo la estratégica participación personal en los proyectos del otro o los otros para reconocerlos, asesorarlos y apoyarlos a través de la orientación pedagógica con el fin de darles una mayor gestión participativa y cobertura sostenibles.
También implica la seducción benévola y radiante como el sol del amanecer sobre la realización de encuentros frecuentes cuando las relaciones de pareja, de amigos o de equipo laboral se han resquebrantado por algún error humano, esto es, una oportunidad de aprendizaje para reconquistar nuevamente nuestras interacciones humanas.
Por lo tanto, es el mantenimiento participativo civilizado y tierno de las interacciones corporales de mutua aceptación bioenergética, con el fin de volver a restablecer emocionalmente la convivencia armoniosa en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana, como en la empresa, el grupo de amigos, inclusive en las adversidades y diferencias políticas entre gobernantes.
La evaluación de las etapas del amor
La evaluación emocional es una herramienta pedagógica para examinar reflexivamente con criterios específicos las etapas del amor sobre las situaciones o cosas en tanto la ecología interdisciplinaria de la educación.
Del fluido anterior, lo que se propone es pues, una evaluación al servicio de la pedagogía del Amor para reflexionar si las acciones educativas en acuerdo con la comunidad educativa son acordes a la educación integral, que debería tener en cuenta la dimensión emocional (el sentir), que afecta las demás esferas cósmicas integrales del ser humano, por consiguiente la presente evaluación alternativa, no es absoluta, pero permitirá una aproximación que servirá para el ejercicio pedagógico en la crianza ecológica, esto es, en el contexto con los primeros pedagogos, los padres y, en el contexto educativo, los maestros.
Veamos.
No hemos todavía comprendido el inmenso poder que nos proporciona la emoción del amor. Cuando lo comprendamos empezaremos a convivir en armonía como un cambio cultural caracterizado por relaciones amorosas de aceptación multicultural, las cuales permitan generar nuevas generaciones de personas cálidas, sensibles, críticas y constructivas en la proyección de políticas que permitan la permanente construcción de espacios de convivencia pacífica como forma espiritual de apreciar y valorar la vida: emoción, mente y cuerpo sanos que amplíen las expectativas de coexistencia, de vivir felizmente con uno, el otro, lo otro y la madre tierra.
El amor nos brinda la fuente de vida que necesitamos todos los seres humanos de este planeta tierra y que da vida nueva y eterna en la preservación de la esencia bioenergética humana. El amor es tan necesario para poder perdonar, porque libera las energías marchitas que carcomen nuestro ser y el de los demás; por ende nos devuelve la vida, para decirlo mejor, nos permite nacer de nuevo.
En fin, sin el templo del amor en el remanso de nuestro corazón, no seremos libres jamás, porque estaremos inmersos ya sea en las aguas del rencor, el miedo, la sumisión, digamos que seguiremos siendo esclavos de nosotros mismos, en nuestra propia armadura comportamental, por depender del otro como cuando lo excluimos de su lugar, de lo que la persona es; y todo por no querer escuchar nuestro corazón para amarnos a nosotros mismos y a los demás.
Económicamente podemos aceptar el amor como el tesoro más preciado que toca empezar a compartir mediante transacciones en equidad de géneros, con toda la humanidad para terminar de una vez por todas con la desigualdad emocional-social en nuestra actual posmodernidad.
Gestión de la salud emocional
La gestión de la salud emocional que aquí se trata, se refiere a la reflexión, al manejo y control de los diferentes tipos de emociones que ya se han mencionado y, los cuales son inherentes a todo ser humano, con el firme propósito de desarrollar unas mejores relaciones de calidad y armonía con uno mismo, con los demás y con el entorno ecológico. Es por esto, que es esencial comprender dos fundamentos o recursos encaminados a tal fin.
1. Recursos fundamentales de salud y vitalidad que proporcionan una forma de emocionarse: sentir y pensar apropiados, con el fin de armonizar el libre fluir de nuestra energía vital en nuestra corporalidad con la energía universal, acompañados de la vibración curativa de la fe. Mediante la aplicación de unas formas de sentir y pensar correctas, especialmente un modo de amar y pensar espiritual, basados en la experiencia humana de justicia social, es decir, de política de acción participativa en pro del bienestar de uno, del prójimo y del multiecosistema.
2. Secreto de la salud emocional y física: paz interior generada por la tranquilidad y confianza que se obtiene por ejemplo, al practicar el amor hacia la humanidad; al meditar y realizar ejercicios respiratorios; como también el realizar con las manos las caricias de exploración corporal-sensual con la ayuda de un espejo. Y finalmente puede ser de gran ayuda emocional el escuchar los sermones amorosos de la madre, digamos, comprenderlos amorosamente, interpretarlos y descifrar los mensajes que se encuentran inmersos en su lenguaje cultural.
El lenguaje del amor
Pedagógicamente el lenguaje del amor es aquel lenguaje que llega al corazón de los seres humanos hablando el lenguaje de las emociones, esto es, mediante las habilidades del amor, como también, con parábolas, fábulas y relatos. De hecho, el símbolo y el ritual religioso, entre otros, tienen poco sentido desde el punto de vista racional; puesto que se expresan en la lengua del corazón.
Los símiles, las metáforas y las imágenes hablan directamente de lo emocional. Lo mismo que el arte: las pinturas, los cuentos, las novelas, las películas, poesías, canciones, etc.
Por lo anterior, es de vital importancia política que desde la infancia se estimulen experiencias de vida: se creen los espacios, digamos, los lugares adecuados; las condiciones externas e internas necesarias: la buena predisposición del maestro y los recursos o materiales que se requieran; internas, como es la predisposición del estudiante, para que los educandos produzcan sus propios cuentos, poesías, canciones, pinturas, con el fin de que les den forma, textura y color a sus sentimientos humanos, que son las expresiones de las emociones como es la felicidad o la tristeza como una forma sana de aprender haciendo en convivencia armoniosa.
Biografía del autor.
Andrés Felipe es colombiano, nació el 7 de julio de 1973 en la ciudad de Palmira, Valle del Cauca, es Magíster en Ciencias de la Educación: Convivencia Democrática. Capacitado para evaluar, intervenir y fortalecer el mejoramiento de los procesos éticos de enseñanza aprendizaje: Dificultades de aprendizaje, adaptación y bajo rendimiento académico. Ha Diseñado programas de Pedagogía Familiar y Ética Organizacional, Escuela de Padres, Convivencia familiar y Educación en Negocios e Inversiones, Pedagogía Democrática, Orientación Profesional y proyecto de vida. Ha sido gestor y facilitador de diversas capacitaciones y asesorías relacionadas con Evaluación por Competencias, Evaluación e intervención en Procesos de Convivencia Respetuosa y Manejo del conflicto, Habilidades sociales pedagógicas, Equipos de trabajo con alto rendimiento orientados a la pedagogía, liderazgo, Comunicación asertiva, Transformación y crecimiento personal. Ha realizado talleres comunitarios de Pedagogía en solución de conflictos. Evaluaciones y selecciones de estudiantes aspirantes a los diferentes niveles de la educación a través de entrevistas a profundidad y pruebas T.A.T Pedagógicas. Ha tenido experiencia como asesor y miembro de equipos de trabajo en diferentes proyectos organizacionales, educativos, comunitarios, de bienestar social e institucional por trece (13) años.
Andrés Felipe es Graduado como Magíster en Educación, además es Licenciado en Educación Básica Primaria egresado de la Pontificia Universidad Javeriana. Y, posee estudios de Bachiller Técnico Comercial (7) años, del Instituto Técnico Comercial Palmira Valle.
Andrés Felipe Herrera Pupiales
Colombia, Bogotá D.C., Marzo 11 de 2007
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