Como se comprueba a partir de las declaraciones anteriores, las voces respecto a esta temática son de lo más variadas. Desde mi punto de vista, nunca sabremos con exactitud si las historias que se presentan son verdaderas o falsas. Muchas veces hasta los propios participantes de los realitys, en los castings inventan historias porque sabe que son un pasaporte casi directo a tener un lugar dentro de los elegidos. Así, estos secretos pueden "nacer y morir" dentro de la propia conciencia de los concursantes.
Por este motivo, propongo redireccionar este conflicto hacia otro ángulo. Hacia el pensamiento de que, estos programas, se disfrazan de ficciones pero sus historias pueden o no ser reales. Pasaré a explicarlo.
Muchas veces hemos visto informes de programas que se ríen de cosas que pasan en la pantalla. Marley es objeto de risas de más de uno. No sólo por su torpeza y su aparente inocencia (por no decir tontera). Cuando estuvo al frente de Operación Triunfo, se destacó por mostrar una gran sensibilidad hacia los chicos: cuando eran llamados a que le den la devolución su cara expresaba nerviosismo, si resultaban nominados les daba un fuerte abrazo, y cuando eran eliminados se emocionaba y lagrimeaba. Esto, junto con música de fondo, luces y planos cortos construía un show realmente atractivo para el público, que al ver todo esto también se sensibilizaba con los participantes. Algo similar ocurrió con Soledad Silveyra y su "Adelante mis valientes", frase que colocaba a los participantes de GH 1 como verdaderos héroes y personas dignas de ser felicitadas por el hecho de efectuar semejante "sacrificio". Actualmente sucede lo mismo con Talento Argentino, donde Catherine Fulop oficia de jurado y donde más de una vez llora y emite palabras de aliento y congratulación hacia los concursantes.
Casi con total seguridad, puedo decir lo mismo de todos los reality shows. Retomando las palabras de Eliseo Verón, éste afirma que 'Show es todo lo que aparece en pantalla, incluida la información"[32].
En definitiva, todos los reality shows utilizan elementos del formato de la telenovela. Hay una historia que se narra, cuyos personajes atraviesan pasiones, alegrías, peleas, conflictos. Todo esto es seleccionado, recortado y editado por el equipo de producción. Al final lo que se pone al aire es una construcción, un compendio de lo que sucede entre los participantes. Ya no es "la realidad tal cual es": realidad y ficción se entremezclan. La realidad se ficcionaliza.
"¿Será que el éxito del entretenimiento actual depende de la dosis de reality show que sea capaz de contener? Para el cineasta y actor Sebastián De Caro, panelista de Gran Hermano, la respuesta va en sentido contrario: "Lo que la TV busca siempre es una novela, no la realidad -sentencia-. El botón de muestra es Bailando por un sueño. En términos puros, el programa, ¿qué es? La reunión de unas personas que bailan para ayudar a otros, con un jurado que determina quién bailó mejor. Pero a la televisión eso no le alcanza. Necesita un romance, rumores, tensión dramática, que en el último bloque del viernes alguien diga algo tremendo para que el público espere con ansias el programa del lunes. Eso es novela, no realidad"[33].
Desde esta perspectiva, entonces, todo programa de TV tiende a la ficción. No me parece tan errado este pensamiento. Muchas veces hemos visto informes de Telenoche (lejos de los formatos a los que hago referencia), a cargo de Julio Bazán, cuya narración de las problemática que presenta son bastante particulares, dándole un tono dramático y poético mediante los términos utilizados.
De todas maneras, creo que lo que resulta primordial de establecer es si los televidentes son concientes de que lo que ven no es "la vida misma" o, por el contrario, si confían plenamente en los discursos de los canales y productores. Mi pensamiento es que en los orígenes, tal vez sí se trató de "vender humo" y que el telespectador lo compró. Se fomentaron programas que aparentemente reflejaban la realidad, pero el trasfondo apuntaba a ser algo armado. Poco a poco la audiencia fue cambiando, y comenzó a aceptar las reglas del juego. "Compró" eso que le proponían los programas, posiblemente porque en definitiva los divertían, sin importar si era algo verdadero o falaz.
Al principio del trabajo se dijo que la TV pone al aire lo que da rating, es decir, lo que el público quiere ver y lo que consume. Entonces, ¿no será una demanda del televidente consumir continuamente ficciones?
Frente a este punto, Marcos Gorban señala que "hace ya mucho que el público sabe leer esos condimentos televisivos como propios". Diego Guebel, responsable de Cuatro Cabezas, hace lo propio y opina que "Los espectadores tienen claro que cuando miran TV miran TV; no están mirando la vida real, es una realidad recortada"
Esto significa que, después de más de diez años de presencia televisiva de estos formatos, el televidente conoce perfectamente el contenido de lo que consume. De ser así, no podemos entonces asignarle culpa alguna a los productores de plantear el concepto de realidad, cuando en verdad muestran ficción, y mucho menos de tratar de engañar al público.
Como conclusión, entonces, podemos afirmar que el público es perfectamente conciente de lo que consume, de lo que mira, y responsable de lo que cree y lo que no. Porque en definitiva, como dice Abraham Lincoln:
"SE PUEDE ENGAÑAR A ALGUNOS TODO EL TIEMPO, SE PUEDE ENGAÑAR A TODOS ALGÚN TIEMPO. PERO NO SE PUEDE ENGAÑAR A TODOS TODO EL TIEMPO"
3.5 Las críticas
Las críticas a estos formatos han sido generadas desde muchísimos puntos y personalidades. Empecemos por el principio.
En la época de oro de los TS y RS ("95-"07 aprox.) mucho se habló de que estos formatos le estaba sacando lugar a las ficciones, y el trabajo a muchos actores que quedaban ociosos. En la entrega de los Martín Fierro del 2000, surgió el debate por este tipo de programas que desprestigiaban la TV y que le sacaban el trabajo a los actores. María Valenzuela y Soledad Silveyra fueron quienes llevaron la voz cantante, cuando en el escenario dijeron frases como "Somos actores, queremos actuar", "la ficción está en agonía porque se muere por los realitys".
Tiempo después, la gente del medio fue comprendiendo y entendiendo que la culpa no residía en los reality ni talk shows. De echo, Solita al siguiente año estaba conduciendo la primer edición de Gran Hermano. Por ejemplo, un componente muy relacionado, era que el país vivía un momento crítico: estaba en la antesala de lo que sería una crisis que atacaría de forma devastadora a la industria de la televisión y a todos los argentinos.
Hoy sabemos que ningún formato le quita lugar a otro: en la pantalla hay una amplia variedad de programas para todos los gustos y preferencias (y sino, siempre puede recurrirse al cable o a una película- o, por qué no, a ese elemento tan olvidado y relegado por la computadora: un libro).
Hemos dicho que la televisión responde a lo que demanda el televidente. El televidente es un individuo, que a medida que crece va evolucionando en gustos, adquiere experiencias, y atraviesa un proceso de socialización en el que adquiere conocimientos, valores y normas. Me quedaré con la característica de la dinamicidad: el hombre tiene una naturaleza cambiante.
Por eso, puede decirse que la programación televisiva responde a un ciclo que se va desarrollando a partir de lo que requiere y quiere ver el telespectador. Un ejemplo muy claro de esto fue Showmatch 2009. El ciclo fue iniciado con la intención de festejar los 20 años, retomando los segmentos humorísticos (aquellos característicos de Videomatch), y proponiendo una carta pensada para arrasar con el rating: Gran Cuñado VIP. Éste segmento, después de sólo 17 emisiones (en las que se presentaron a los famosos e ingresaron a la casa), fue eliminado del programa. ¿Razones? El bajo rating. Se detectó que cuando llegaba este segmento, la gente cambiaba de canal. No gustó.
"Hay épocas en que la gente tiene ganas de ver realitys. Otras en que los vientos que corren son mejores para la ficción, y no cualquiera, sino de las que hablan de determinado tipo de historias. El humor de la gente, el contexto, las corrientes televisivas en el mundo te hablan de tendencias y fenómenos. De saber interpretarlas, y de poder leer lo que la gente tiene ganas de ver en determinados momentos es que nacen las programaciones" (Marcos Gorbán).
Es verdad que en 2001, Gran Hermano eliminó cualquier tipo de competencia. Nada ni nadie hacía que su rating baje.
"Terminó Gran Hermano y volvió la ficción, después apareció Operación Triunfo y bajó la ficción. Y este año (2010) no hubo una ficción fuerte. Convengamos que Mal Parida está haciendo 21, 22 puntos de Rating, y es la ficción más fuerte de la TV argentina, y el año pasado con Valientes que marcaba 33 y nosotros marcábamos 22, o sea que la relación era a la inversa. Como que la gente un año elige ficción, el otro reality, otro año, de entretenimientos. ¿En dónde quedó el programa de entretenimientos de Berugo? ¿o Leonardo Simmons? La gente se aburre de los realitys y se pasa a la ficción, cuando hay una buena propuesta de ficción. Si es aburrida la ficción se van al entretenimiento o al deporte"[34]
En las siguientes planillas de IBOPE, se muestra este ciclo de gustos e intereses del televidente:
Domingo 1 de mayo de 2011
Miércoles 4 de mayo de 2011
En las primeras dos observamos el rating de la final del certamen GH 1: el porcentaje es realmente altísimo. Lidera ambas tablas: la de programas más vitos por día (la final junto con la previa) y la correspondiente al programa más visto en canales de aire. Tres días después, una vez finalizado el reality, vemos como se invierte esta estadística. En la tercer tabla ya se ve como las tres ficciones principales de Canal 13 Y Telefé lideran el ranking de los programas más vistos del día, y aún con la presencia de un programa referido a Gran Hermano (el debate). Esto no significa nada más ni nada menos que lo siguiente: después de cuatro meses de reality, el público se saturó y cambió rotundamente su preferencia.
Entonces, no podemos hablar de culpas de un formato hacia otro. La decisión final, siempre la tiene el espectador y su naturaleza dinámica.
Otra variable muy criticada fue y es el factor violencia que reflejan estos formatos.
A partir de 2001, la televisión en general y particularmente los talk shows comenzaron a aumentar el grado de violencia que mostraban. Ya no se apuntaba a programas como Causa Común (que de hecho terminó sus transmisiones en el 2000), tal vez el talk show más serio que se haya hecho en nuestro país. Este estilo ya no era lo que el televidente buscaba ver, no lo consumía. La sociedad dejó de demandarlo. Los gustos cambiaron, la gente se inclinó y demandó otro tipo de talk show. Y no es una coincidencia que esto ocurra justo en el año en que el país atravesó una situación en la que todo se vino abajo. En este punto María Teresa Faisal, productora de Entre Moria y vos, señala que "el aumento de violencia en el programa coincide con el aumento de violencia social y con ciertos cambios que sufren las personas por las dificultades económicas que atraviesan. Hay muchos casos de matrimonios que tuvieron que irse a vivir a la casa de los suegros, de la madre, de la hermana…".[35]
Una vez más, la televisión cambió porque el público cambió. Y el medio de expresión de estos cambios –y de la gente- no fue nada más ni nada menos que la televisión. En este programa, las discusiones cada vez eran más candentes hasta que llegó un momento en que la violencia física era moneda corriente. Los invitados de estos programas, a falta de argumentos (o de control por parte de la producción) y a sobra de exaltación comienzan con los improperios, insultos y "se van a las manos". Hasta Moria Casán expresó su rechazo y su miedo a ese tipo de reacciones, diciendo que "Un día termino yo acá tirada en el piso. Un día me dan una piña a mí. Me la veo venir. Que alguien me ayude porque siempre veo pasar las piñas".
¿Por qué no frenar estas situaciones? Posiblemente estas peleas tenían rating y los productores optaban por dejar actuar a los participantes libremente. Ésta es una crítica que siempre se le hizo a este tipo de programas y a otros donde sucedía lo mismo. Faisal dice "Yo me resisto a eso (…) Es como decirles a quienes participan: "Vengan, mátense, que los vamos a separar". No sólo intentamos que la gente no se mate, sino que no grabamos durante los cortes. No especulamos con esos entretelones. Usamos los cortes para calmar a los invitados y para hacerles entender que en esos términos no podemos seguir."
A pesar de este tipo de declaraciones, me surge un interrogante: ¿por qué se comenzó a dar este fenómeno repetitivamente en los programas de estos géneros? Lo peor es que, este tipo de cosas se mostraban – y muestran- en horarios de protección al menor. Y esto, a pesar de recibir sanciones, continuó sucediendo. Gustavo López, quién fue titular del COMFER, aseguraba que "la mayoría de las infracciones cometidas por los canales eran por violación del horario de protección al menor, sobre todo por el uso de lenguaje inapropiado, y el resto por la emisión de escenas de sexo y violencia". El Bar, Gran Hermano y Entre Moria y vos son algunos de los infractores que en su momento debieron pagar multas que iban desde los 10000 a los 20000 pesos pero que, pesar de esto, continuaron con su metodología.
¿Más ejemplos? En el reality SuperM 20/02 una chica llamada Gisela fue apodada Perú por su condición de extranjera. Aunque se insita en que es un apodo "cariñoso", intrínsecamente se sabe que no lo es. Un apodo cariñoso, bien podría ser Gise o Gi. Y ni hablar de las discriminaciones por rasgos físicos que se daban en dicho programa.
Hoy en día se siguen viendo escenas inadecuadas en horarios de protección al menor. Lo sorprendente es que ya es moneda corriente. Sería divertido buscar aquellos programas que sí cumplan a rajatabla lo que impone la ley.
Un ejemplo contemporáneo es Showmatch, con el certamen "Bailando por sueño" y Cantando por un sueño". Ropa ligera, escenas de insinuación, violencia verbal entre jurado y participantes. Ante esto, Alejandro Ripoll comenta:
"A mi me dicen: mostrás dos personas del mismo sexo besándose, ¿vos no tenés hijos?" y sí. Prefiero que mis hijos vean una cola y sepan que hay distintos grados de amor, y no que vean un balazo o la violencia que hay en la sociedad".
Hay que reconocer creo, un grado de veracidad en esta afirmación. La violencia inundó la televisión. Ya no se trata de una característica de reality y talk shows.
"De gran hermano se dice "meten ahí 12 O 14 estupidos, son todos vagos"… La gente tiene derecho a elegir si le gusta mirarlo o no (…) Al que no le gusta que ponga un programa político. Y tal vez me decís que un programa así con grandes estudiosos y no se cuantas cosas más, es lo mismo porque los políticos mienten, y tampoco querés mirar eso." (Néstor Grisalena)
En definitiva, lo más importante de resolver es el siguiente interrogante: ¿Pueden estos sucesos de violencia influir en los espectadores –especialmente en los menores- de manera que terminen produciendo acostumbramiento en lo gusto televisivos? ¿Pueden estos elegir lo que quieren ver? Mi pensamiento es que el hombre aprende mediante estímulos. Si al público se lo bombardea con programas similares entre sí y de baja calidad y nivel, siendo la única opción, terminará por pensar que eso es lo normal. El famoso mecanismo de la NATURALIZACIÓN. Así, "lograrán deformar el gusto del público que los reciba" (Hugo Di Guglielmo, La Programación televisiva en guerra", Pág. 122).
"Si bien se han escrito miles de libros sobre la televisión y su influencia en la sociedad, el tema lejos de resolverse se complica cada vez más. Productores y emisores defienden su libertad de expresión y está muy bien que así sea. Pero entonces ¿cómo elevar el criterio del público para elegir, siendo que los mismo medios cuyo contenido juzgará son los que alimentan, en su mayor proporción, su contacto con la realidad?"
Esta proposición de Di Guglielmo afirma la famosa premisa de que la TV es una ventana al mundo. O tal vez un espejo. Un espejo que confirma la realidad. Que confirma lo que somos y lo que hacemos.
Capítulo 4
Entrevistas
Néstor Grisalena
– Antes que nada, contame un poco tu experiencia laboral en el formato del reality.
Arranque con GH 1, en todo lo que fue pre-producción. Era toda una novedad, porque era el primer GH. Participé de unas cámaras que se les hacían a los chicos, una vez ya seleccionados antes de ingresar. Era un tipo de Cámara Gesell para probar si eran agresivos: yo era como un participante más y los trataba de hacer enojar, a ver si reaccionaban violentamente. Hacían distintos ejercicios y preguntas y yo trataba de "pincharlos" para ver su reacción. Después, estuve con los chicos los 15 días aislados en el hotel, aislados en el hotel y ahí estaba yo más diez más de la producción, éramos una banda. Hacíamos un seguimiento de lo que precisaban, que no se cruzaran entre ellos, etc. Ya durante el programa, empecé a editar: de las grabaciones de las 24 hs del día, tenías que ver todos los clips que estaban guardados y de eso editabas: una discusión, una cosa cómica, la estadía de los chicos en la casa (por ejemplo la recopilación de los 70 días de fulanito en la casa). Después estuve en GH2, GH3 y en Operación triunfo. Allí también hice los móviles de exteriores, me mandaban a las provincias (Mendoza, Córdoba, Salta). Cuando se seleccionaban a los participantes, se iba a su pueblo, se habla con la familia, personas del colegio, etc. y se armaba la biografía de cada uno. Y también organizaba los móviles para las galas. Tenia que ir al lugar, hablar con la familia, ir a hablar con la policía para buscar un lugar o una plaza o algo así para hacer el evento. Juntar la gente, ir a ver al Secretario de Cultura y explicarle un par de números: que se junten 500, 1000, 2000 personas. Y el enlace con el móvil del canal, en vivo, con el programa de acá. Marley mandaba la conexión con el móvil y allá arengábamos a la gente, mostrar la mayor cantidad de gente posible. Otra cosa que hice fue producción de exteriores
-¿Tenés idea de la inversión total de GH 1?
Monetariamente no… no tengo ni una aproximación a los números. Pero tené en cuenta que trabaja mucha gente ahí, hay cabinas de edición que están las 24 hs. (son tres turnos de 8 horas), se labura siempre, hay gente trabajando continuamente. En el control hay mucha gente, donde graban lo que pasa, se chequea lo que pasa, después se edita, se arma. Hubo un auto para cada participante cuando ingresaron, un helicóptero que hacía toma aérea… Fue una movida muy grande de guita. Montar una casa de cero, el control es algo enorme… algo de 30 cámaras monitoreadas robóticamente, micrófonos por todos lados, camarógrafos permanentes las 24 horas, sonidistas, producción, técnicos… que vengan las familias de todos lados, que eso corre todo por cuenta de la producción, pagarla el viaje, la estadía. Los médicos, locutores, equipo de psicólogos…Había catering todo el tiempo, porque había gente continuamente asique había desayuno, almuerzo, merienda, cena…te hablo de GH uno eh…
-¿Se recupera lo invertido en un reality de la magnitud de GH? ¿Cómo?
La principal fuente de ingreso es el llamado telefónico. Mucha gente llamaba y participaba. También la publicidad, las marcas querían estar en ese horario. Y no te olvides que estaba la gala, el debate, etc… Todo el canal se alimentaba de eso. La final hizo como 40 puntos de rating.. Fue un re despliegue también, tribuna, pasarela, papeles, gente de todos lados, la lata que se le pagó a los ganadores.
-¿Las historias son verídicas?
Si, son verídicas… era gente cualquiera, como que me metan a mi o a vos.. y cada uno tiene una historia.. y ahí bueno, convivían. Después bueno, a uno le costará mas que a otros, algunos entenderán mejor que es un juego… Pero la gente discutía ahí adentro, los chicos se ponían mal, se volvían locos. Había todo un equipo de psicólogos detrás.
-Vos más que nadie, que desarrollaste ese papel, podes contestarme esta pregunta: ¿no hay manipulación o sobre exageración de algunas historias?
Mira, desde el casting nosotros ya apostábamos a quien iba a ganar.. y muchas veces nos equivocamos. Sabemos que hay algunas historias y personajes que miden más, que gustan más…el canal o la producción tiene que ir buscándole la vuelta como para que tal vez se apunte a estos personajes, pero no se manipula ni modifica nada. Muchas veces se han ido de la casa personas que eran interesantes, porque los votaban y se tenían que ir, aunque digas "ese se tiene que quedar", no podes hacer nada… En el primero rogábamos que, por ejemplo, no se vaya Gastón
-Y en esos casos se trata de buscarle la vuelta para que no pase? Por ejemplo, en la última edición que Cristian U abandonó peor volvió a entrar
Si, bueno, eso yo mucho no lo entendí…que se yo, eso en GH1 no pasaba.. Ahí si te ibas, te ibas y listo…de hecho se fue Gustavo, entro Marcelo Coraza y ganó…
-Por que crees que la gente se sigue enganchando con el formato?
Yo creo que a la gente le interesa mucho el tema de las relaciones, el conflicto.. al margen de que en esta época mucha gente no quiera ver noticieros, no quiera ver tanto drama, despelote… entonces este es un programa que dentro de todo no le hiere la susceptibilidad de nadie: es una pareja, otro que tiene una táctica, otro que se acerca, ver a quién nominan… Y hasta mi vieja se engancha, que dice "ay, a ver si tal nomina a este… ay lo nominó…le agarra esa bronca sana de ver qué pasa… putea pero no es esa bronca de rutiar porque ven una violación o un robo que matan a cinco.. y esperan a ver si salen los que les gustan. La gente se va identificando con cada uno, y siguen mirando el programa para ver si quedan, si lo nominan, si gana…a la gente le gusta mucho el formato.
-Vos mismo cuando hablamos me das a entender de que entre GH 1 y los siguientes hubo cosas que se fueron relegando. ¿El aislamiento es una de ellas?
GH 1 fue el comienzo, era un proyecto nuevo en el que había apostado un montón el canal. Se hacía falta mucha gente. Estuvieron 15 días en el Sheraton de Pilar, nadie se juntaba con nadie, cada uno en una habitación distinta. Cada uno de la producción tenia a dos o tres participantes a quien cuidar. Nos hablábamos entre nosotros para que no se crucen, para que no venga la prensa, porque cuando se enteraron que estábamos acá querían saber todo. Había mucha gente de seguridad. Fue, la verdad, un "tole tole". El camino del hotel hacia la casa fue también algo muy caótico, cada uno en un auto, en fila… El primer GH estuvo lindo, fue muy intenso. El aislamiento se recontra cumplió: los chicos no se conocían. Y tampoco salían, la gente decía "eh, estos salen que se yo" y no, estaban todo el día ahí adentro, se volvían locos.
-¿Crees que en muchos casos lo ven como una novela?
Hay gente que lo mira identificándose con alguien y ve todo enfocado en ese, hay otros que lo miran como una novela, otro lo mirará con más drama:"uh, mirá la historia de este, pobrecito, se tiene que operar, a ver qué cuenta, que le pasa, cómo le va". Entonces tenés gente que lo mira de todos los puntos de vista posibles. Lo mira como quiere cada uno: novela, atracción, divertimento, etc.
-Me dijiste también que estuviste en talento argentino
Si, estuve en la primera edición. Me tocó editar también. Es muy, lindo a mí me gustó mucho. Además tenés de todo. Gente que de verdad muere por estar ahí y ganar y otros, que son parte del segmento humorístico del programa, que van por apuestas, bromas, etc. Eso también es todo verdad, no los ponemos nosotros. Hay gente para todo. Y de hecho al televidente también le gusta ver eso, porque mide. En TA es muy importante el trabajo de equipo: armar los escenarios, cambiar la escenografía de cada uno, el vestuario, el sonido, las luces… todo lo que se ve y que a la gente le gusta.
–Operación triunfo y Talento argentino apuntan a un público y/u objetivo diferente?
TA se orienta más a buscar artistas de cualquier tipo, no sólo a buscar voces, ese es el principal componente que los diferencia. Si bien tiene algo de reality, tampoco lo es en su forma pura.
En OT conviven todo el día, es un gran hermano más orientado al canto, tenés clases de teatro, baile, escenografía, técnica vocal…
-¿Cuál es el objetivo de cualquiera de estos reality shows?
El objetivo es hacer un buen casting para que el programa mida. Para que la gente lo mire. En el caso de OT, encontrar la próxima estrella del pop es más una excusa, una variante. Un tipo que canta bien y en la semana no produce nada… canta genial en la gala, la gente lo mira pero no dice nada y la gala la miran igual. El objetivo es que el programa mida, que ande bien. Obviamente tiene que haber gente que sepa cantar, que tenga talento… OT es muy rico, la enseñanza que se le da a los participantes es muy grande… un jurado muy reconocido tenía y los couches eran buenos profesionales. Las visitas de artistas.. Montaner, Roxana, Daddy Yankee, etc.
-Hace unos años se catalogó a los realitys, talk shows y programas de chimentos como TV basura. ¿Qué opinión te merece esa calificación?
A mi, la verdad, eso de calificar de TV basura porque es un programa de chimentos, o un reality.. no lo veo bien. De gran hermano se dice "meten ahí 12 a 14 estupidos, son todos vagos"… La gente tiene derecho a elegir si le gusta mirarlo o no. Y si mucha gente quiere mirarlo, como decir lo de Tinelli: muchos dicen "¿A vos te parece?, sigue robando con eso! gente desnuda, bailando".. y el tipo hace 30 puntos de rating, la gente lo mira. Al que no le gusta que ponga un programa político. Y tal vez me decís, que un programa así con grandes estudiosos y no se cuantas cosas más, es lo mismo porque los políticos mienten, y tampoco querés mirar eso. O un noticiero que me esté hablando todo el día de muerte, tampoco lo quiero mirar. O una película
-¿Qué tiene que tener un reality para que sea exitoso?
Lo fundamental es hacer un buen casting. El pilar es hacer una buena selección de los participantes, la gente que metés. Buenas historias, los caracteres, el objetivo de cada uno de los que metés. Con un buen casting, con una buena muestra de gente, la gente se enganche. Lo segundo, es tener un grupo grande de laburo que esté bien aceitado. Hay que tener muchas ganas de estar, y tratar de involucrarse lo más posible. Porque sino vas a cumplir un horario y así no funciona un equipo. Es mucha gente, son muchos lugares… no es como un actor que vos le decís "vos párate acá porque la cámara esta allá y decí esto". No, estos están cada uno donde quiere, a veces ni se ven. Entonces para mi tiene que haber un compromiso de todos, de toda la parte de la producción, post producción, la música, todo. Parece una pavada pero no lo es. Cuando hay tanta gente trabajando para el mismo proyecto, todo tiene que estar bien aceitado, porque sino se cae, no se sostiene al aire. Errores hay siempre, pero el espíritu del equipo de ir para adelante tiene que estar intacto
-¿Qué miras en la TV?
Deportes en general: fútbol tenis, automovilismo, voley, etc. Después miro muchas películas de todo tipo: drama, documentales, acción. Tiras y novelas no. La verdad que entre canales de aire y cable me quedo con los segundos, toda la vida. Miro algún que otro programa de política. Pero escucho mucha música. Y no porque trabaje en la tele.
Marcos Gorbán (por mail)
-Contame antes que nada como llegaste a ser productor de GH.
R: En 1995 Claudio Villarruel me propuso sumarme a VideoMatch. La idea fue que desarrollara un concepto nuevo de bromas con cámaras ocultas que hasta el momento no se habían hecho en Argentina. Eran cámaras con más producción que las que se hacían hasta entonces, y que de la mano de un "gancho" (así se le decían en España), ayudara a hacerle una broma a una persona con más desarrollo que lo que se hacía hasta el momento. Trabajé un par de meses mirando material de todo el mundo y analizando las claves de ese formato hasta que finalmente nació la Cámara Cómplice. Después vinieron los programas falsos. Vale Valeria, Borocotó, la Mesa de Andrea, la Ventana de América y muchas más. Estuve a cargo del equipo de cámaras ocultas de VideoMatch desde el 95 hasta diciembre del 98. Ahí me fui a buscar otras cosas. No sabía qué, pero a producir otro tipo de contenidos. Trabajé unos meses en Puerto Rico. Volví y fui el productor ejecutivo de Todos al Diván, con Petinatto y la negra Vernacci, después fui el productor general de un ciclo periodístico de Canal 7 que se llamó Tierra de Periodistas, y en eso estaba cuando Claudio, ya director artístico de Telefé me vuelve a llamar y me dice: "Hay un formato nuevo que explota en todo el mundo. Lo vamos a comprar. Y me parece que la persona que mejor lo puede producir acá sos vos". Era septiembre u octubre del 2000. Volví a Telefé, armé el equipo, y en marzo del 2001 salía al aire la primera edición de Gran Hermano.
-¿Producir el reality fue un antes y un después en tu carrera profesional? ¿Por qué? ¿Qué cosas destacás que te aportó este tipo de programa?
R: Sí. Fue un antes y un después. Fue el proyecto más grande que me tocó encarar. Empecé solito en una oficina de 2 x 2 y con una pequeña Biblia fotocopiada y terminó en semejante portaaviones. Fue increíble el éxito, la dimensión del proyecto y el grado de exposición que tuvo. Y en la misma dimensión todo lo que aprendí. Todo lo enriquecedor de los debates y las búsquedas que hacíamos con el equipo cuando lo pensábamos, hacíamos el casting, y demás. Discusiones y análisis con psicólogos, sociólogos, politólogos. Fue un trabajo muy serio, muy profundo de análisis de una sociedad lo que nos permitió plasmarlo con el éxito que se plasmó. Creo que esa fue la gran diferencia entre el trabajo que hicimos con los demás proyectos que quisieron ser parecidos y no llegaron a esos niveles de audiencia y adhesión. De todas maneras, al atravesar esa experiencia, no me cabe deuda que los que más aprendimos fuimos nosotros. Las discusiones con tipos como Ana Laura Deluso, Sergio Vainman, Beto Quevedo o los psicólogos eran verdaderos postgrados.
-¿Qué se pone en la balanza a la hora de decidir qué tipo de formato se pone al aire? Por ejemplo, optar entre un reality o una telenovela.
R: Yo no hacía ese trabajo. Eso le correspondía a la dirección artística del canal. Ellos son los que me decían cuál era el formato que yo tenía que producir. De todas maneras, por supuesto que opinaba. Pero no era mía la decisión.
Y lo que se tiene en cuenta suele ser las tendencias del momento. Hay épocas en que la gente tiene ganas de ver realitys. Otras en que los vientos que corren son mejores para la ficción, y no cualquiera, sino de las que hablan de determinado tipo de historias. El humor de la gente, el contexto, las corrientes televisivas en el mundo te hablan de tendencias y fenómenos. De saber interpretarlas, y de poder leer lo que la gente tiene ganas de ver en determinados momentos es que nacen las programaciones. A eso tenés que sumarle, además, el vínculo que con los años los canales pueden (si es que lo saben hacer) construir en código con la audiencia. Si un canal logra proponer un hábito, y eso es años de construir en común con la gente y ser aceptado, bueno, eso puede trascender a los cambios de programación a lo largo de las coyunturas. El mejor ejemplo de esto son las tiras de la noche de Pol-ka. O el éxito continuado de ShowMatch. O ahora AM, a la mañana de Telefé.
-¿Crees que los realitys, de gran éxito en su mayoría, le sacan posibilidad a que se desarrollen productos locales? ¿Por qué?
R: No, en lo más mínimo. Eso es un prejuicio viejo que el tiempo se encargó de demostrar que era falso. Todos los datos de la realidad dicen lo contrario. El canal que más realitys produjo fue Telefé. El mismo que más ficciones y entretenimientos produjo. En A eso, ¿con que se lo contrasta? Al principio se decía que GH le iba a sacar trabajo a los actores. Hace mucho tiempo quedó demostrado que no fue así. Ahora… hablemos al revés: Los actores que le quitan trabajo a los conductores, a los productores… Evidentemente el trabajo en los medios va mutando. Los prejuicios sólo impiden ver hacia donde es que se corren las tendencias.
Al mismo tiempo, lo que dan los fenómenos globales son ideas y estructuras probadas y que funcionan. Si los sabes adaptar, tenés grandes posibilidades de tener un éxito. Pero tenés que saber adaptarlo al público local, sino, estás perdido. En el mismo sentido, cuando una formula funciona en el ámbito local, puedo funcional en el mundo: Montecristo, CQC, Simuladores son el mejor ejemplo. Es de ida y vuelta.
-Imagino que un show de esta índole requiere una alta inversión. Sé también que el objetivo de todo programa es tener un buen rating para que sea rentable. ¿Lo invertido en GH, se recupera? ¿De qué manera? ¿Hubo alguna edición en la que el margen de rentabilidad fue poco? Si la respuesta es sí, ¿qué cambios introdujeron para que esto se modifique?
R: En la "división de poderes" de la estructura empresarial de Telefé, a mi me tocó administrar el presupuesto previo y hacer la dirección y puesta artística de GH. Las ventas, la facturación dependieron siempre de otra dirección. Es el directorio el que junta los "debe" y los "haber". Se que todas las ediciones fueron rentables y ganaron. No siempre tienen una directa relación con el rating, Por ejemplo: GH 1 tuvo más rating que el 2, pero el 2 ganó más dinero porque la casa y la tecnología se compraron para el 1, por lo que la gran inversión ya estaba hecha. De todas maneras esto lo se grosso modo, no conozco los números exactos.
– Mucho se ha hablado de la famosa "TV basura". Normalmente se incluyen en ese rótulo a los realitys (especialmente Gran Hermano) ya que se exponen situaciones violentas, lenguaje inapropiado, etc. Contame qué pensas sobre esa clasificación y el papel de GH en la TV.
R: También se habló de los negros y de los judíos. Mucho antes de los cristianos. Y de todas las lacras que atacan a la sociedad. Ah! No nos olvidemos de los peronistas.
No creo estar a la altura de lo que los inteligentes suelen recomendar para que la gente común consuma. Soy gente común. Trabajo para gente común. Y no le falta el respeto a lo que consumen mis pares.
– ¿Por qué crees que recibe muchas críticas pero, en definitiva, lo termina viendo mucha gente?
R: A mi siempre me da por compararla con la masturbación: ¿quién la confiesa abiertamente?
Insisto: No discuto con los que son demasiado inteligentes porque no lo soy. Ellos saben lo que tenemos que consumir los consumidores. Ya lo producirán o harán algo para que lo consumamos. Por el momento, sólo opinan desde afuera.
Pero de todas maneras, a lo largo de estos 10 años me tocó polemizar con 3 vertientes críticas: Los que juzgan en tercera personal del plural: "dicen", "critican", "dicen". No suelo contestarles porque pretenden que otros se hagan cargo de lo que ellos mismos piensan. Cuando se hagan cargo, hablamos. En segundo lugar los que dicen que no pueden mirar "esa basura" más de 5 minutos. Me tocó en una universidad un profesor que decía eso y después daba una charla de 75 minutos cuestionando eso que sólo había visto 5 minutos. Creo que estaba todo dicho en los tiempos de investigación del objeto de estudio para sacar semejantes conclusiones.
Y en tercer lugar, están los críticos que denostan eso que no dejan de consumir. Estos son parte de tu pregunta: ¿Para que lo critican si lo ven? Habría que preguntárselo a ellos. En la tele, lo que no se ve, se levanta. Si está, es porque se ve. Y si es visto, debería ser analizado con un poco más de apertura mental.
También están los que critican desde ese lugar. De esas críticas solemos aprender mucho. Y cuando no, es una pasión increíble polemizar. Porque son esas discusiones que nos hacen crecer.
– ¿Pensás que lo que pasa dentro de las paredes de la casa es un fiel reflejo de la sociedad? ¿O que pone a la luz de todos las características y valores socio-culturales con los que nos manejamos? Si es así, ¿por qué parte de la audiencia critica el formato, si en definitiva se ven a sí mismos?
R: Varias preguntas en una. Vamos por partes: No, no son un reflejo de la sociedad. Es ingenuo creer que una sociedad sea representada por 18 personas que juegan un juego de resistencia, convivencia y aislamiento. Ni siquiera nos sentimos representados por los más de 250 diputados que sí deberían representarnos, así que…
Lo que sí es cierto que es si a esas 18 personas no los atraviesa la misma realidad que atraviesa a la gente que es público, no vas a poder construir un éxito con ese casting. Tienen que padecer de las mismas alegrías, inseguridades y miedos que la gente común. Eso no los hace representantes, pero sí tenés que apuntar a que las problemáticas que surjan en el programa no sean de extraterrestres.
Y cuando la audiencia es la que critica, es porque se ve a sí misma. Eso es difícil y apasionante. ¿Quién no se critica cuando de una u otra manera se ve frente al espejo? Es como es con esos presidentes de los que nadie se hace cargo pero siempre ganan elecciones. Al que habría que poner bajo la lupa ahí es a la sociedad, ¿no? Ese es uno de los debates que el prejuicio bobo nunca dejó plasmar.
– Aunque se trate de mostrar "la realidad tal cual es", desde la producción se le puede dar un sentido y moldear la realidad (informes orientados a supuestas estrategias entre participantes, historias de amor, preponderancia de unas historias sobre otras). Eso, agregado a la música, el estilo del conductor, etc. forman una especie de "novela" para el televidente. Entonces, ¿Poner al aire un reality show es la forma barata de hacer una ficción?
R: Bueno, hablando de prejuicios, en esta pregunta encuentro varios: 1 – ¿Quién te dijo que es barata? Eso es un prejuicio. Y falso. Producir un reality es más caro que una ficción.
En segundo lugar otro prejuicio: "¿La realidad tal cual es?" Hay muchas interpretaciones a esa pregunta. No, disculpame. Cualquiera sabe que no es así: Dentro de la casa de Gran Hermano, por ejemplo, no hay inseguridad. No te secuestran, no hay inflación. Ni metrobus, ni bici sendas. Ni te hacen la boleta por estacionar mal, ni llega Clarín. Ni escuchás a Cristina. No te joden tus viejos. Ni tus novios o novias. No comés lo que querés, pero sabés que igual comés… hay un millón de razones para saber que no es la realidad "tal cual es".
Y respecto a todo el compendio de "manipulaciones" que manipulan esta pregunta para llevarla a semejante formulación, sólo se me ocurre sugerir que son antiguas. Hace ya mucho que el público sabe leer esos condimentos televisivos como propios. Deberías sumarle además la activa participación y protagonismo de las redes sociales e Internet en la "hechura" de esta clase de programas. Quizás por ahí llegues a un producto un poco más cercano a lo que es en realidad. Los programas cocinados en laboratorios de producción son los que más lejos del reality están. Las señales 24 hs en vivo suman a esto mismo. El secreto del triunfo de un reality es la impotencia de la producción. Ahí es cuando funciona de verdad. El que lo quiso producir y no entendió esto, hizo un fracaso.
Nada más reñido con esta respuesta que tu pregunta!
-Después de tanta experiencia debés tener una idea de por qué gusta y es tan visto GH. ¿Qué mecanismos crees que se dan en el público que hace que sintonice el reality?
R: Uf, creo que en todas las respuestas anteriores vas a encontrar hilos que te lo expliquen.
– Algo que me llama la atención es que de GH hablan todos: adolescentes, gente de la 3era edad, adultos y de todos los sectores sociales. ¿Cómo se hace para llegar a un abanico tan grande de público?
R: También creo habértelo respondido en las largas respuestas anteriores.
– Leí en una entrevista que dijiste que hubo una especie de crisis en el formato de GH, dado que los que se presentaban a los castings tenían como objetivo, a cambio de la exposición, obtener fama. ¿Se dio únicamente en la versión local? ¿Que explicaciones encontrás a esto? ¿En cuál de las ediciones de GH notaste ese quiebre?
R: No, es un fenómeno de todo el mundo. Sólo que en algunos países se nota más. Por lo general los peores castings son los que se hacen después de un gran éxito. GH 2 y 5 son el mejor ejemplo. El 1 y el 4 (2007) fueron los mejores castings. El primero era justamente el primero. Y el del 2007 se hizo después de 4 años de que el programa no estuviera en el aire.
– Sacando ésta problemática, ¿notás alguna evolución desde el GH 1 al actual? ¿Positiva o negativa? ¿Cuáles crees que son las causas de estos cambios?
R: Ni positiva ni negativa. Ya nadie es ingenuo respecto al formato. Ni el público, ni los participantes ni la producción. Esa es la más importante de las evoluciones. En la lectura de los ganadores podés encontrar una respuesta a esto. Gastón era "maldito" por trazar estrategias en el 1. Marianela y Cristian U ganaron con estrategias. Ahí el salto. Ahí el cambio en la mirada de la gente y de los que juegan. Ahí la pérdida de candidez. Y también en las preguntas que se hacen respecto al programa: Por suerte ya no nos preguntan tonterías tales como: "¿Está guionado?", "¿Les dan drogas?", ¿Les dan alcohol para que tengan sexo?". Evidentemente ya se sabe de qué se habla. ¿Hacia donde vamos? Ni idea. En el 2007 cuando hicimos 3 gran hermanos no sabíamos ni lo que era el twitter. Y el twitter fue el protagonistas del 2011. Creo que eso dice mucho.
– ¿Esa crisis del formato se puede relacionar con la irrupción de Operación Triunfo en la pantalla? ¿Es OP una variante de GH? ¿Comparten un mismo objetivo, público, contenido?
R: No. Para nada. Son dos formatos de un mismo género. El reality es un género como el periodístico y la ficción. OT, GH,. Talento Argentino y mil más son formatos. Y la existencia de cualquier formato de cualquier género no implica la muerte del otro.
– Esa fama que aparentemente van a buscar los participantes, suele ser abundante en los primeros meses pero luego desaparece. Sólo algunos de GH hoy tienen una carrera exitosa, pero en el caso de OT, ninguno. ¿Se les "suelta la mano" por parte del canal, los participantes no pueden lidiar con la exposición o simplemente es algo característico de los realitys producir estrellas "fugaces"?
R: No es lo mismo. Y compararlos es un error. Vamos por partes: GH no es un casting de talentos. Fama no es talento. Los de GH pueden ser famosos un tiempo y ya. Lo que hagan después con esa fama depende de ellos. Puedan ganar plata yendo a un boliche y después pasar al olvido, o estudiar periodismo o locución y terminar al frente de un noticiero como Daniela Ballester, o baile y actuación como la negra Capristo. Pero ese camino ya es de ellas. No de GH. Nadie dijo que cuando hacíamos el casting de GH buscáramos talentos.
Respecto a OT el problema es otro. Te sugiero que lo corras de este malentendido. El problema en OT es la quiebra de la industria discográfica. Las empresas editoras de discos ya no pueden empujar nuevos artistas porque la piratería las quebró. No se venden discos. No pueden invertir en Marketing, ni en afiches, ni en giras ni en la formación de una carrera. Ese problema no sólo les cortó la carrera a los que salieron de OT, sino que encuentra el mayor problema en la casi nula cantidad de nuevos artistas que hay en el mercado. Y ninguno de ellos es empujado por la industria discográfica. Ese es un mundo en plena reformulación. Y esa crisis es la crisis del mundo de la música, no de OT.
– Concluyendo, ¿Qué ítems consideras fundamentales para que un reality sea exitoso?
R: Que interprete y cuente historias que la gente tenga ganas de ver. Y que respete el género. Igual que con cualquier otro productor exitoso, sea de ficción o periodístico.
– ¿Miras TV abierta? ¿Qué tipo de programas? ¿Qué pensás de la TV de hoy en general?
R: Miro de todo. Y con respeto. Pero cada vez soy más público de cable. Es lógico. El 75 por ciento del público de la TV abierta es "D", 20 % es "C" y sólo el resto es "AB". En consecuencia es lógico que cada vez tenga programas que sean menos atractivos para mi gusto en la TV abierta. Pero a esto lo entiendo como una evolución lógica del mercado y no como un pecado o una condena. Es el fenónemo de estos tiempos que hay que saber leer para entender que lo que vemos está cada vez más y mejor targeteado.
Lara Rodríguez
-Primero que nada, contame cómo decidiste entrar al reality.
R: Yo trabajaba en Hindu club, un country en Don Torcuato, y me ofreció una compañera y amiga, que, ella hablando con su marido tenían ganas de anotarse y bue!! Le dije que sí y el marido de ella a su vez le dijo a un amigo, los equipos eran de 4 personas!!!! Así fue que largamos!!!!
-¿Cuánto tiempo estuviste? ¿A qué instancia llegaste?
R: Estuve una semana, pero más de paseo que de programa… jajaj!!! El programa lo filmamos en un día, más algunas reuniones y cursos que tuvimos que hacer para entender el funcionamiento, pero no más que eso. Llegue a la instancia final, dónde tuve la suerte de participar con el cantante de los Pericos El Bahiano, un capo total, la re peleo con nosotros para que pudiéramos ganar el viaje a Punta de Este.
-¿Qué otro reality show conocías? ¿Te gustaba verlo/s?
R: La verdad que ninguno, jamás imagine participar de uno. No le daba ni cinco de bola, es más, ni tele veía me la pasaba trabajando.
-¿Nunca tuviste miedo a tanta exposición? ¿O fuiste a buscar eso?
R: Ufff!!! Tenía un miedo!!! Casi muero de la vergüenza!!! Jamás busque exposición, todo lo contrario…. Lo único que me interesaba, me atrapaba y me desafiaba era viajar a Francia, a ese castillo hermoso, con historia y hacer todos esos desafíos físicos, ya que soy una amante del deporte y su entorno…
– Y entonces qué experiencia en cuanto a lo físico te llevás de tu paso por la TV? ¿Era lo que pensabas? ¿Volverías?
R: Si volvería!!! Pero por el contenido del programa en el que participe, por la experiencia física vivida, pero no por la fama, las cámaras, las luces y más… no no no, la tele no es lo mío!!! De todos modos no me arrepiento!
-¿Cómo fue el proceso del casting? ¿Se interesaron por la historia personal de c/u?
R: Bien, el proceso de casting fue largísimo y tedioso!! Más que un casting fue superar pruebas, miles, test psico-físicos, pruebas de natación, de laboratorio, chequeos clínicos generales, entrevistas, pruebas de ropa….
Se interesaron más en lo grupal que en lo personal, como funcionábamos como equipo, de hecho tuvimos que ponernos un nombre al equipo, nos llamábamos
"Carcajada" nos pintamos una remera y tuvimos que inventar una canción de presentación como equipo, fue buenísimo… disfrutamos muchísimo el armado… Teníamos un capitán y todo…
-¿Hubo aislamiento previo al comienzo del reality? ¿Cómo se manejaba allá el tema de la privacidad de c/u de los participantes?
R: No, no hubo aislamiento, estábamos en un hotel todos juntos, participantes y famosos, cada uno dormía con quien quería, era un descontrol, conocimos mucha gente, imaginate… eran 16 equipos compuestos de 4 participantes y un famoso!!!!
-¿Solés ver reality shows? ¿Qué pensas de éstos? ¿Ves diferencias entre Expedición Robinson, Gran Hermano y Operación triunfo? ¿O crees que todos persiguen y logran los mismos objetivos?
R: No la verdad que no los veo, para nada, pero escucho mucho los comentarios de la gente… Te doy mi opinión.. si el reality tiene como contenido aprender a cantar, bailar, hacer deportes y demás, más alla de que el objetivo de la fama siempre este implícito creo que no es lo mismo que la idiotez de gran hermano…
-¿Alguna otra observación, comentario, apreciación sobre estos formatos y/o tu paso por éstos?
R: Para terminar te diría que la tele tiene magia… mucha magia, primero arranque con una vergüenza terrible, y después estar ahí, tiene un tinte especial que según la personalidad de cada uno podrá o no manejarlo para detenerse a tiempo o seguir inmerso en esa magia.
Conclusión
Informar. Entretener. Educar.
Estas tres funciones son las que, históricamente, se le han atribuido a la televisión. Hoy este trabajo nos encuentra cuestionando si los "formatos basura" cumplen alguna de estas funciones o, en cambio, son un mal que poco a poco irá degradando la calidad de nuestra televisión.
La televisión es comunicación. Y ésta se sostiene mediante dos patas: el emisor, por un lado, y el receptor por el otro. Dentro de la pantalla hay un grupo de individuos que emite los mensajes; fuera de ella hay otro que los decodifica.
Actúa un tercer elemento en el proceso mencionado anteriormente: la retroalimentación. Dicho elemento se encuentra más acentuado todavía en los últimos años, debido al protagonismo tomado por el telespectador en la TV.
El interrogante es uno solo: ¿Por qué la TV basura –si lo es- es exitosa?
La respuesta es más que simple si tenemos en cuenta el proceso de comunicación: es exitosa porque lo que se ofrece, es consumido. Esta dualidad emisor-receptor es olvidada por gran parte de los que critican y estigmatizan la televisión de hoy. Echan la culpa únicamente a una de las "patas"(al emisor) y se olvidan de la otra. Es importante decir que, si hay de haber culpas o responsabilidades, éstas son repartidas.
De todos modos no creo que éste sea un problema de culpas. Pienso que si se pone empeño en encontrar un culpable, nos encontraríamos envueltos en una encrucijada, al igual que si tratamos de descubrir qué fue primero, la gallina o el huevo.
Después de todo, lo que se esta sentenciando es el contenido de los talk y reality shows. ¿Por qué el contenido atrae al televidente? Se ha dicho que el espectador se ve reflejado, se reconoce, se identifica con las historias, con la gente, con las situaciones. Ahora bien, esta identificación en la cual se ve inmersa la sociedad, ¿nos habilita para tildar de estos shows de reflejar "la realidad tal cual es"?
El debate se amplifica, porque los detractores de estos formatos niegan rotundamente que esto suceda en la vida cotidiana, mientras que desde "la cocina" de estos programas, en las publicidades se venden como "la vida misma".
El trabajo nos ha demostrado que ninguna de las partes tiene la razón. Y esto es así porque no existen las verdades absolutas. Hugo Di Guglielmo, un hombre con una amplia trayectoria en la televisión, está en lo cierto cuando afirma que la TV "edita, selecciona, arma un discurso sobre la realidad". Esto es así por el simple hecho de que no la puede abarcar en su totalidad. Es imposible. Marcos Gorbán lo pone en evidencia muy claramente cuando dice que "Dentro de la casa de Gran Hermano, por ejemplo, no hay inseguridad. No te secuestran, no hay inflación. Ni metrobus, ni bicisendas. Ni te hacen la boleta por estacionar mal, ni llega Clarín. Ni escuchás a Cristina. No te joden tus viejos. Ni tus novios o novias. No comés lo que querés, pero sabés que igual comés…".
Pero sí hay en ese, en otros realitys y en la vida misma competencia, engaños, amores, alianzas, compañerismo, discusiones. Y eso sí se refleja en la tele. Se refleja lo que pasa. No podemos negar que existe. Podemos afirmar entonces que los participantes de estos formatos representan algunos aspectos de los argentinos, pero no lo tratan de plasmar y reflejar como si la verdad fuese así.
El entrevistado agrega que "Es ingenuo creer que una sociedad sea representada por 18 personas que juegan un juego de resistencia, convivencia y aislamiento. Ni siquiera nos sentimos representados por los más de 250 diputados que sí deberían representarnos". Y si nos ponemos a pensar, lo mismo sucede con las ficciones. Abundan las historias de los ricos dueños de extensas hectáreas de campos que se enamoran de chicas sirvientas. Pocos se pueden identificar con esa historia, pero sí lo harán con las distintas situaciones y sentimientos que atraviesan los protagonistas.
Una pregunta frecuente entre los críticos es: ¿hasta dónde se puede llegar con lo que se muestra?
"Creo que quienes somos responsables de qué se pone en el aire debemos saber que nuestro deber es generar un show q entretenga con las mejores armas. No se trata de tirar gente a la pantalla porque a la propia gente le gusta y de paso se bajan los costos"[36]
Es verdad. Muchos de los productores y/o programadores no tienen en cuenta la dimensión de lo que se pone al aire: violencia, sexo, lenguaje inapropiado. Se olvidan de que la televisión, como todos los medios, forma parte de la socialización y del aprendizaje. Tanto de chicos, como de grandes. Pero si analizamos objetivamente, encontramos que la televisión de hoy –cualquiera sea el formato- alude a esas temáticas: noticieros, informativos, programas políticos, magazines, ficciones, etc. Esto es así porque todos estos elementos están presentes en la vida, y, debido a la ya mencionada retroalimentación, es impensado que no estén en la pantalla.
Creo fehacientemente que el interrogante respecto al éxito ha sido resuelto. Un programa es un éxito cuando el público dice "sí". Y está claro que, en gran parte de los casos expuestos, el público dijo sí una y mil veces. Dijo sí ante la primer experiencia, Gran Hermano 1. Volvió a decir sí con una variante, como lo fue Expedición Robinson. Hoy en día, más de diez años después, el público los sigue eligiendo. Como afirma el entrevistado "En la tele, lo que no se ve, se levanta. Si está, es porque se ve".
No podemos, entonces, atribuirle a este fenómeno televisivo la causa de "desconocimiento" por parte de la audiencia o echarle la culpa al que pone al aire un programa de este tipo. Este "sí", es una elección pura y exclusiva del individuo. Y como en la vida, las elecciones se hacen porque –gracias a Dios- somos personas libres. Y como tales, debemos y tenemos que afrontar la responsabilidad de nuestras decisiones y elecciones. Muchos niegan que consumen estos formatos, otros directamente no los ven porque, sin saberlo, los tildan de anti-culturales. En ambos casos se da el prejuicio. Y como dice nuestro entrevistado Marcos Gorbán, "Los prejuicios sólo impiden ver hacia donde es que se corren las tendencias". Vistas las dos caras de la moneda, podemos afirmar que la televisión –y la calidad de ésta- es responsabilidad de todos.
La respuesta a nuestro interrogante principal está explícita. Los programas –o mejor dicho sus contenidos- se basan y manejan respecto a lo que pasa en la vida real. Esto es necesario, ya que caso contrario no motivarían al público para consumirlos y no tendrían éxito. Todo se mueve bajo un solo elemento: el interés. Es un dar y recibir constante. Por ende, como ya se dijo, la responsabilidad de lo que hoy en día esta en la TV, es responsabilidad de todos.
El fragmento del libro Vivir de Aire de Hugo Di Guglielmo lo explica claramente: "La televisión confirma, con la imagen que emite, la realidad que supuestamente refleja. No es un fiel reflejo de la realidad porque no puede abarcar toda la realidad. Sí puede decirse que arma un discurso sobre la realidad. Por eso, la televisión no es responsable de nada, es una herramienta, un medio."
Entonces no. La televisión actual no está en decadencia. Si ésta es una concepción de gran parte de la sociedad, creo conveniente declarar abiertamente que la que esta en decadencia es la sociedad misma –aunque no creo que así sea. Sí creo que es una sociedad que no se puede mirar a los ojos, y que si se mira no se reconoce. Una sociedad que niega lo que le pasa, y que cuando se plasman esas cosas en la TV, gran parte se horroriza y otra gran parte lo acepta. Lo que todavía no se dio cuenta es que la funcionalidad de la televisión cambió. Ya no es aquella "caja boba". Como dice Hugo Di Guglielmo, "hoy más que nunca es un poder en sí mismo, en todo el planeta".
5. Bibliografía
LIBROS
-Hugo Di Guglielmo. "Vivir del Aire"
– Caminos, Alfredo, "Reality Games, la otra cara de los reality shows", UAB, Barcelona, España. Mayo 2001.
-Carlos Ulanovsky, Silvia Itkin, Pablo Sirven. "Estamos en el aire"
-Pablo Sirven. "Quién te ha visto y quien TV".
-Carlos Ulanovsky."Qué desastre la TV! (pero como nos gusta)"
-Hugo Di Guglielmo."La programación televisiva en guerra". 1ª ed. –Buenos Aires. La Crujía Ediciones. 2010
-Gustavo Orza. "Programación televisiva: un modelo de análisis instrumental"
– Eliseo Verón. "Esta ahí, lo veo, me habla" (ficha). Facultad de Ciencias Sociales, UBA, s/f. Traducción de María Rosa del Coto, ed. or: 1983.
– Casetti, Francesco – ODIN, Roger, "De la paleo a la neo-televisión", Communications, 51, 1990
SITIOS DE INTERNET
– www.televisión.com.ar
– www.elargentino.com
www.razonypalabra.org.mx
www.exitoina.com
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www.infobae.com/
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www.ibope.com.ar
www.wikipedia.com
Autor:
Agustina Belén Dussert
UNIVERSIDAD DE MORÓN
Licenciatura en Relaciones Públicas
Medios de Comunicación II
[1] Chasqui, Revista Latinoamericana de Comunicación. “Talk Shows: Fascinación o rechazo”, por Jorge Acevedo Rojas, comunicador social. 2001
[2] Entre Moria y vos, por ejemplo, durante su emisión fue líder en rating en la franja de la tarde, obteniendo un promedio durante su duración de 10 puntos.
[3] “Trabajo exploratorio acerca de la temática de los talk shows”. COMFER. Publicaciones Digitales.
[4] Primicias Ya, enero de 2011
[5] Andrea Politti, entrevista en Tiempo Argentino. 31 de diciembre de 2010
[6] El nombre del programa hace referencia a la novela que George Orwell publicó en 1949, "Mil novecientos ochenta y cuatro", en la que el Gran Hermano es el líder que todo lo ve y todo lo puede, en la distópica Oceanía.
[7] España, Estados Unidos, Francia, Italia, Australia, Tailandia, Arabia, Sudáfrica, Portugal, Suecia, Bélgica y Alemania son algunos de los países en los que se hicieron versiones de gran éxito.
[8] “Reality show: el espectáculo de la intimidad en la televisión argentina”, Alfredo Caminos y Mariana Aranguren. Texto presentado en el evento "Estrategias Comunicacionales en el siglo XXI. Tres Encuentros para el análisis, reflexión y proyección". Facultad de Periodismo y Comunicación, Universidad Nacional de La Plata. Agosto 2001.
[9] Revista Alambre. Comunicación, información, cultura. Nº 1, marzo de 2008
[10] Pág. 119
[11] En nuestro país se destaca Ideas del Sur, Pol-Ka, Telefé Contenidos, 4 Cabezas, Mandarina TV, etc.
[12] “La programación televisiva en guerra”, de Hugo Di Guglielmo. Pag 27
[13] “La programación televisiva en guerra”, de Hugo Di Guglielmo. Pag 20-21.
[14] Director de Showmatch. Dirigió también, GH 1, 2, 3 y la primera y segunda temporada de OT
[15] Portal de Las Relaciones Públicas.
[16] Martín Kweller. La Nación, 24 de julio de 2003.
[17] “Hasta la última gota de rating”, La Nación, 6 de diciembre de 2000.
[18] Leonardo Tarifeño y Natalia Gelós en “La TV: ¿reality o show?” La Nación, 28 de enero de 2011.
[19] “Vivir del aire”, de Hugo Di Guglielmo. Pág. 134
[20] “La programación televisiva en guerra”, de Hugo Di Guglielmo. Pag, 55.
[21] Revista Noticias, 2007.
[22] Revista Noticias, 2007
[23] “La programación televisiva en guera”, de Hugo Di Guglielmo. Pág. 63
[24] “Usame y tirame”, en Página 12. 19 de febrero de 2004.
[25] Franja horaria con mayor audiencia, comprendida entre 20:00 y 23:00 horas aprox.
[26] Entrevista a Luciano Elizalde, “Ilusión de la realidad cotidiana y entretenimiento evasivo, las claves de los realities”. Blog de la Comunidad de graduados de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral.
[27] “Telebasura: de la telerrealidad a la tele-ficción (la hipervisibilidad televisiva)”, de Gerard Imbert. El País, 10 de enero de 2005.
[28] Trabajo exploratorio acerca de la temática de los talk shows”. COMFER. Publicaciones Digitales.
[29] “Sexo, escándalos y TV”, La Nación. 16 de julio de 2002
[30] “La programación televisiva en guerra”. Pág. 138
[31] “Sexo, escándalos y TV”, por Miriam Molero. La Nación, 16 de julio de 2002
[32] “Ni realidad ni ficción”. Clarín, 5 de enero de 2001.
[33] La TV, ¿Reality o show? La Nación, 28 de enero de 2011
[34] Entrevista a Alejandro Ripoll, director de Showmatch
[35] “Sexo, escándalos y TV”, La Nación. 16 de julio de 2002.
[36] “Vivir del aire”, de Hugo Di Guglielmo.
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