- Introducción
- Por qué es un problema social?
- Determinantes psicosociales del inicio del consumo del tabaco
- Tabaquismo y psicopatología
- El tabaquismo en el contexto social
- Causas que han propiciado la situación actual de tabaquismo en nuestros jóvenes
- Teoría
- Tabaquismo involuntario
- Tipos de fumadores
- Desarrollo
- Farmacología
- Sistemas de ingeniería y espacios libres sin humo
- Legislación internacional
- Posibles soluciones
- Acciones de un país en desarrollo
- Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía
- Anexos
Introducción
LA MAYOR parte de las personas de nuestro planeta hoy o fuman o se ven expuestas, en alguna ocasión, al humo que exhalan los fumadores. En casi todo lugar habitado está especialmente arraigado el hábito de fumar cigarrillos.
Por eso, años atrás, cuando se descubrió a la tribu tasaday en un bosque tropical de las Filipinas, el que ellos desconocieran el tabaco se consideró prueba convincente de su extraordinario aislamiento. Sin embargo, los cigarrillos son de origen relativamente reciente.
Hace menos de 500 años Cristóbal Colón llegó a ser el primer europeo que observó en otras personas el hábito de fumar. Los indios del nuevo mundo fumaban tabaco en pipas. Para el siglo diecisiete los europeos estaban fumando cigarrillos liados a mano. Entonces, en los años ochenta del siglo pasado, se inventó la primera máquina eficiente para la fabricación de cigarrillos.
Fue especialmente durante la I Guerra Mundial cuando ganó extensa popularidad el fumar cigarrillos. Y, en general, han pasado solamente 40 años, más o menos, desde que las mujeres comenzaron a fumar. Ahora el uso del cigarrillo es fenomenal
¡Durante 1978 se produjeron unos 4 200 000 000 000 de cigarrillos! ¡Eso representa suficientes cigarrillos como para que cada hombre, mujer y niño que hay en la Tierra pueda fumarse casi tres cigarrillos al día, o 1 000 al año! Puesto que más o menos la mitad de la población de la Tierra tiene menos de 20 años de edad, ¡eso representa 2 000 cigarrillos al año para cada miembro adulto de la familia humana!
Tan solo en China cientos de millones de personas fuman. Además, en los Estados Unidos más de 55 millones de personas fuman; en el Japón, 34 millones; en Gran Bretaña, 18 millones, y así sucesivamente. No es raro que alguien fume 10.000 cigarrillos o más al año. Usted tal vez suponga que ciertamente un hábito tan popular nunca ha de pasar de moda. No obstante, hay quienes tienen otro parecer.
Un ejecutivo de la industria de los cigarrillos declaró: "Nos estamos preparando para eliminar por etapas el tabaco. No el año que viene, pero tal vez en 20 años." Las compañías de cigarrillos de los Estados Unidos también están envolviéndose en empresas comerciales de otra índole. Todas han dejado de emplear la palabra "tabaco" en el nombre de su compañía.
John Pinney, director de la Oficina Estadounidense sobre el Fumar y la Salud, alega: "El fumar está pasando de moda." ¿Por qué diría él semejante cosa de un hábito al cual la mayor parte de la familia humana está esclavizada?
"Estamos en una nueva era de pandemias," escribió la Dra. Jean Mayer. Aproximadamente la mitad de los hombres de los países occidentales están muriendo de enfermedades cardíacas, y muchos de los demás mueren de cáncer. Los hechos revelan que estas terribles plagas tienen como causa principal el hábito de fumar cigarrillos.
El Colegio Real Británico de Médicos declaró que el fumar es "tan importante causa de muerte como lo fueron enfermedades epidémicas como la tifoidea, el cólera, y la tuberculosis." El Servicio Público de Salud de los Estados Unidos declara que el fumar es nuestra "causa principal de enfermedades y muertes evitables."
La prueba ha continuado amontonándose. En enero de 1979 el director general de Sanidad de los Estados Unidos publicó un informe sobre el fumar en el cual citó 30.000 obras de investigación como fuentes de referencia. El informe declara: "En los Estados Unidos, entre los factores ambientales que, funcionando por sí solos, contribuyen a las enfermedades, la incapacidad física y la muerte, el más evitable es el de fumar cigarrillos." En un comentario editorial sobre ese informe, el Times de Nueva York indicó: "Esa cizaña está matando a más de 350 000 estadounidenses cada año."
El informe de 1980 presentado por el director general de Sanidad de los Estados Unidos destacó los efectos desastrosos que el fumar tiene en las mujeres, entre las cuales el hábito de fumar se ha generalizado extensamente en época más reciente. El informe declaró: "Ya están presentándose entre las mujeres las primeras señales de una epidemia de enfermedades relacionadas con el fumar. Se calcula que dentro de tres años la cantidad de casos de cáncer pulmonar excederá a la de casos de cáncer mamario."
El Dr. Halfdan Mahler, director general de la Organización Mundial de la Salud, declaró en marzo del año pasado: "Entre las cosas evitables que, funcionando por sí solas, son causa de mala salud en el mundo, la mayor, probablemente, sea el fumar.
Hablar del tabaco en el caso de México, remontarnos hasta los pueblos prehispánicos, entre los cuales este producto ya estaba al alcance de los grupos sociales y formaba parte, sobre todo, de sus ritos y manifestaciones religiosas. Durante el siglo XVI, con el descubrimiento y la exploración de territorios antes desconocidos para los occidentales, en el Nuevo Mundo se encuentran ya testimonios de la presencia del tabaco en todo el continente americano. En su Historia de las Indias Fray Bartolomé de las Casas, relata el descubrimiento del tabaco por Rodrigo de Xerez y Luis Torres, miembros de la primera expedición de Cristóbal Colón.
"Hallaron estos dos cristianos por el camino mucha gente que atravesaban a sus pueblos, mujeres y hombres, siempre los hombres con tizón en las manos y ciertas hierbas para tomar sus ahumerios, que son unas hierbas secas metidas en una cierta hoja seca también, amanera de mosquete hecho de papel, de los que hacen los muchachos la pascua del Espíritu Santo, y encendida por una parte de él por la otra chupan o sorben o reciben con el resuello para adentro aquel humo, con el cual se adormecen las carnes y casi emborracha, y así dizque no sienten el cansancio. Estos mosquetes, o como los llamaremos, llaman ellos tabacos."
Es indudable la importancia que nuestros pueblos prehispánicos daban al tabaco y cómo éste fue uno de los productos más novedosos en Europa, desde que las primeras remesas de semilla de tabaco fueron enviadas, por encargo del misionero español Ramón Pané, desde la isla denominada La Española, hoy República Dominicana, a Sevilla, España.
Es por ello que la investigación documental y virtual que ahora se presenta tiene el objetivo de aportar un grano de conocimiento más al acervo cultural que ya existe sobre el tema y brindar una herramienta de defensa para detectar y prevenir consumo del tabaco y ayudar de alguna manera positiva a este problema social, porque hasta los que no fuman sentirán sus efectos como consumidores pasivos…porque considero que todos educamos y para muestra es este documento donde van autores de libros y sitios web, investigadores, opiniones y experiencias de los protagonistas, porque hasta los estudiantes nos enseñan a enseñar mejor y nosotros como educadores a que sepan construir sus propios aprendizajes propiciando su aprendizaje por descubrimiento o perspicacia cultural y biológica.
A mediados del siglo XVI, la costumbre de fumar fue introducida por los marinos que regresaban del Nuevo Mundo en España y Portugal, y de ahí se expandió su consumo al resto de Europa. Es a partir del siglo XVII, que el tabaco es conocido como planta fumable en la mayor parte del mundo, por lo cual las principales potencias colonizadoras de la época proceden a organizar, sistematizar y monopolizar su cultivo en las colonias a efecto de comercializarlo y obtener ingresos adicionales para sus coronas.
Con la revolución industrial, a finales del siglo XIX, se da el surgimiento de la industria tabacalera moderna y su crecimiento a lo largo y ancho del planeta, con la consecuente repercusión e interacción política y económica en cada país donde se establece. La difusión del hábito, la conducta y la adicción de fumar, llevó en los años 50 del siglo XX a la realización de los primeros informes sobre la relación entre el tabaquismo y la salud de la población.
Se empezó a encontrar una relación evidente entre el consumo de este producto y la adquisición de enfermedades pulmonares y cardiovasculares. Con la aparición, en 1964, del Reporte del Cirujano General de los Estados Unidos sobre "Tabaquismo y Salud", se destaca esta relación directa entre el tabaco y la enfermedad.
Sin embargo, la evidencia científica, generada en el mundo en los últimos 40 años, ha sido concluyente: el tabaco es hoy en día uno de los productos más nocivos para la salud, por lo que se ha convertido, en una de las principales causas prevenibles de enfermedad y muerte.
Por ejemplo, los consumidores habituales llegan a tener labios partidos, dientes manchados, mal aliento y encías ulcerosas, y nada de eso es asunto de risa. Además de atrofiarse el gusto y el olfato, se incrementan el pulso y la presión sanguínea, realmente malas noticias. Pero la peor noticia es que estudios realizados en Europa, India y Estados Unidos revelan que esta clase de tabaco ocasiona cáncer de la mejilla, las encías y la garganta, datos que no sorprenden a los especialistas. Un estudio menciona: "De los productos que entran en el cuerpo, el rapé tiene los niveles más altos de sustancias cancerígenas". No sorprende pues que "los consumidores inveterados de rapé tengan 50% más probabilidades de que se les desarrolle cáncer que los que no lo usan".
Las consecuencias del cáncer oral son graves. Los consumidores de tabaco no solo arruinan su salud, sino que a menudo acortan su vida. Una publicación de la Sociedad Americana contra el Cáncer narra esta lamentable anécdota: "Sean empezó a emplear tabaco a los 13 años. Pensaba que era más seguro que fumar. Llegó a consumir una lata o más diariamente, y se le ulceró la lengua. Se trataba de cáncer bucal. Los médicos le amputaron parte de la lengua, pero el cáncer se extendió al cuello. Aunque se le practicaron otras operaciones, solo lograron desfigurarlo. Murió a la edad de 19 años. Antes de morir, Sean escribió un mensaje en un pedazo de papel: "No consumas tabaco"".
La evidencia epidemiológica en el ámbito mundial es ilustrativa de lo que está ocurriendo. Datos de la Organización Mundial de la Salud señalan que hay casi 1,100 millones de fumadores en el orbe, de los cuales 300 millones son de países desarrollados (relación de dos hombres por cada mujer), comparados con los 800 millones de fumadores en países en vías de desarrollo (siete hombres por cada mujer).
Del total de la población mundial, 30% de los adultos son fumadores y de éstos, 4 millones de personas fallecen al año, lo que equivale a la muerte de casi 11 000 personas diarias. Se estima que para el año 2020 habrá más de 8.4 millones de muertes anuales por enfermedades atribuibles al consumo del tabaco.
En México, desde hace tres lustros, la realización de múltiples estudios e investigaciones impulsadas por diversas instituciones de salud y especialistas en la materia ha permitido conocer aún más sobre el comportamiento del tabaquismo en México, para establecer las políticas requeridas de combate frontal a esta epidemia.
Los gigantes del tabaco no se han quedado de brazos cruzados mientras los atacan desde todos los ángulos. En palabras del periódico The Wall Street Journal, el Consejo de Investigación del Tabaco de la ciudad de Nueva York realiza "la mayor campaña desinformativa de la historia económica de Estados Unidos".
Escudándose en los estudios independientes, el consejo ha invertido millones de dólares en la lucha con sus oponentes. Todo comenzó en 1953, cuando el Dr. Ernst Wynder, del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center, descubrió que la aplicación de alquitrán de tabaco en el lomo de los ratones les provocaba tumores. Las tabacaleras crearon el consejo para neutralizar con sus propios datos los hechos evidentes que se recopilaran.
¿Cómo es posible que los científicos del consejo extraigan conclusiones tan diferentes a las del resto de los investigadores? La reciente divulgación de ciertos documentos destapó una maraña de intrigas. Muchos investigadores del consejo, coartados por los contratos y bajo el constante escrutinio de abogados puntillosos, hallaron que la creciente preocupación por la salud tenía fundamento, pero al encararse a la realidad, —según The Wall Street Journal— "a veces rechazaban o mutilaban sus propios estudios si implicaban que fumar era un peligro para la salud".
A puerta cerrada, prosiguieron durante años la búsqueda de un cigarrillo más "seguro". De haberlo hecho en público, habrían admitido tácitamente que fumar es peligroso para la salud. A finales de los años setenta, un abogado decano de cierta tabaquera recomendó abandonar la búsqueda por fútil y ocultar todos los documentos al respecto.
Los años de experimentación aportaron dos conclusiones: la nicotina es claramente adictiva, y fumar es letal. Aunque en público nieguen los hechos con vehemencia, las tabacaleras demuestran con sus acciones que conocen muy bien la realidad.
David Kessler, comisionado de la Administración para los Fármacos y Alimentos de Estados Unidos, las acusó de manipulación deliberada del producto: "Algunos cigarrillos actuales son, en realidad, avanzados dosificadores que suministran la nicotina en las cantidades precisas […] para crear el hábito y perpetuarlo".
Según Kessler, las patentes que poseen las compañías revelan sus intenciones. Así, hay una variedad de tabaco, modificado genéticamente, que produce el mayor nivel de nicotina conocido. Otro proceso potencia dicho nivel tratando químicamente los filtros y papeles. Un método diferente consigue que las primeras inhalaciones tengan más nicotina que las últimas. Además, los documentos de la industria muestran que el tabaco contiene aditivos amoniacales para liberar más nicotina. "Ahora, cuando se inhala el humo, va a parar a la sangre del fumador casi el doble de la cantidad que antes", dice un informe del New York Times. La Administración para los Fármacos y Alimentos ha proclamado que la nicotina es una droga adictiva y pretende controlar con mayor firmeza los cigarrillos.
A su modo, los gobiernos tienen dependencia del tabaco. El de Estados Unidos, por ejemplo, recauda 12.000 millones de dólares al año en impuestos estatales y federales que gravan los productos del tabaco. Pero, según una evaluación de la Oficina de Tasación Tecnológica Federal, se pierden 68.000 millones de dólares anuales por gastos sanitarios y merma de la productividad.
Las compensaciones económicas y los abundantes empleos, el mecenazgo cultural y las negativas tajantes de que haya riesgos para la salud forman parte de los peculiares y endebles "globos" en que se escudan las tabacaleras. Queda por ver si serán más efectivos que la barrera londinense de globos.
Es evidente, pues, que las mastodónticas empresas no pueden ocultar lo que son. Han ganado millones matando a millones de personas, sin que parezca inmutarles el terrible costo
Desde 1988, con la primera Encuesta Nacional de Adicciones (ENA), aplicada en todo el país a personas de áreas urbanas de entre 12 y 65 años de edad, se empieza a tener una vigilancia epidemiológica más del comportamiento del tabaquismo. Esta encuesta nacional se ha llevado a cabo cada 5 años (1988,1993 y 1998), lo que ha permitido observar de manera detallada las tendencias que la epidemia muestra, mismas que se resumen de la manera siguiente:
a) Prevalencia estable del consumo.
b) Disminución en la edad promedio de inicio.
c) Mayor consumo en menores de edad.
d) Mayor consumo por mujeres.
Los datos de la Encuesta Nacional de Adicciones de 1998 indican que, 28% de la población entre 12 y 65 años de edad de área urbana, son fumadores activos, lo que representa más de 13 millones de personas fumadoras; además, 53% de la población son fumadores involuntarios o pasivos, lo que lleva a señalar que 7 de cada 10 personas en las ciudades de nuestro país, se encuentran en mayor o menor grado expuestas a los daños que el tabaco ocasiona.
En cuanto a la edad de inicio en el consumo del tabaco, el análisis de las Encuestas Nacionales de Adicciones demuestra que cada vez se empieza a fumar a más temprana edad; en la aplicada en 1998, si bien sigue predominando el inicio entre los 15 y 17 años (36.5%), se observa un incremento significativo en el grupo de menores de 15 años (21.7%), comparado con los resultados de las encuestas anteriores.
Si analizamos la proporción de fumadores que iniciaron antes de los 18 años, también podremos observar en los últimos años una tendencia creciente, mientras que en la ENA1988 esta proporción era de 52.2% (4 839 074 personas), en la ENA 1993 fue de 56.8% (6 060 762 personas) y en la ENA1998 se incrementó a 61.4 (8 135 772 personas).
De igual modo, señalamos una tendencia hacia el incremento en el número de mujeres fumadoras; en la ENA1988, 29.4% de los fumadores eran mujeres, mientras que en la ENA1998 esta cifra se incrementó al 33.4%. Al comparar la proporción de hombres fumadores con respecto a mujeres fumadoras, en la ENA de 1988 era de 3:1, mientras que en la ENA de 1998 se encontró que la proporción disminuyó a 2:1.
La recopilación y el análisis de diversas fuentes de información respecto al tabaco en México, tales como las encuestas nacionales de adicciones, encuestas de accesibilidad al tabaco por menores de edad, análisis de costos, estudios de medición de cotonina, encuestas en poblaciones específicas como estudiantes adolescentes, universitarios, aspirantes a residencias médicas, personal de salud y personal magisterial, así como el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones (SISVEA) que recientemente incorporó al tabaco como un componente básico de su red, permiten contar con información para los fines del
O b s e r v a t o r i o.
Este Observatorio, a su vez, permite establecer políticas congruentes y realizar las modificaciones que éstas requieren para detener y disminuir el avance de la epidemia.
Hasta el 1856, cuando los cigarrillos encontraron su primer mercado masivo, el empleo del tabaco había sido considerado como un lujo extravagante. Por esas fechas, los soldados británicos y franceses regresaron de la guerra de Crimea con "cigarros de papel" y un hábito que habían aprendido en aquella tierra. La moda del cigarrillo invadió Europa, creando una demanda inesperada de cigarrillos turcos o su imitación inglesa.
La "moda de Crimea" hizo del cigarrillo un sustituto económico de la pipa o el cigarro. Pero la moda murió. Además, como indicó Robert Sobel: "Hacia el comienzo de la década de 1860 no parecía que el hombre de la clase media estadounidense —el principal mercado para fumadores potenciales— se pasara a los cigarrillos". Aquellos cigarrillos primitivos no parecían seducir tanto como los cigarrillos modernos. Como ocurre con el humo del cigarro, el humo del cigarrillo era ligeramente alcalino y los fumadores lo retenían en la boca. No resultaba cómodo inhalarlo como hacen hoy normalmente los fumadores. Había llegado el momento de dar el siguiente y sorprendente paso.
La guerra civil norteamericana (1861-1865) introdujo un humo cuyo poder de adicción era mayor, logrando una adicción que, según Jerome E. Brooks, experto en el tema, tendría una "fuerza explosiva". Una vez más, la guerra llevó a los soldados el económico cigarrillo… primero a los Confederados y luego a los de la Unión. Pero esta vez no fue una moda pasajera.
Para la confección de estos cigarrillos se empleó tabaco estadounidense, y había algo que los hacía diferentes. Los cosecheros norteamericanos adoptaron un nuevo tipo de tabaco que, en un suelo bajo en nitrógeno como el suyo, se cultivaba bien. También descubrieron, por un accidente inesperado ocurrido en una granja de Carolina del Norte, un proceso de secado que daba a la hoja un color rubio brillante, así como un sabor suave y dulce. En 1860, la Oficina de Empadronamiento de los Estados Unidos denominó este fenómeno como "uno de los desarrollos en el campo de la agricultura más anormales que el mundo jamás ha conocido". Después de haber fumado unos cuantos cigarrillos de este nuevo tabaco, los nuevos fumadores sentían una necesidad irresistible de encender otro.
En el transcurso de 20 años los comerciantes de tabaco dieron con la idea de emplear anuncios publicitarios atractivos y basados en algún testimonio personal, con el fin de atraer a nuevos clientes. Una máquina patentada en 1880 producía cigarrillos en cantidades masivas con el fin de mantener los precios asequibles, mientras que láminas de héroes del deporte y mujeres sonrientes ofrecían la imagen publicitaria del cigarrillo al público masculino. Pero ¿qué hacía que cada vez lo compraran más? ¡La habituación a la nicotina! Como explicó Willian Bennet, M.D., un escritor sobre temas relacionados con la salud: "La mecanización, una publicidad inteligente y las técnicas de la comercialización han hecho su aportación, sin embargo, [sin la nicotina] nunca hubieran podido vender tanta paja seca".
Por qué es un problema social?
La epidemia actual del tabaquismo tuvo su origen en los países más industrializados; se inició a finales del siglo XIX y se intensificó durante las primeras décadas del XX. Dicho crecimiento se desencadenó al iniciarse la producción masiva de cigarros manufacturados. Muy pronto, y por razones básicamente económicas y de mercado, su utilización se popularizó. Los pitillos resultaban muy baratos para el gran público, a la vez que altamente rentables para los productores.
Este cambio de dimensiones comerciales y el desarrollo de nuevas técnicas de promoción fueron los factores que permitieron a las empresas elaboradoras invertir enormes esfuerzos económicos y técnicos en sofisticadas estrategias publicitarias, en una época en la que no existía limitación legislativa al respecto.Así, en muy poco tiempo el hábito de tabaco se ha generalizado en la mayoría de los países occidentales hasta alcanzar a más del 50% de la población adulta; lo que ha ocasionado uno de los problemas más sociales más graves ya que afecta la salud de los fumadores y de los que lo rodean, este problema es susceptible a ser prevenido y al que tiene que hacer frente la sociedad moderna.Los condicionantes que explican el despegue de este hábito masivo en la sociedad industrial de principios del siglo XX son los mismos en todos los países. Para describirlos se van a utilizar datos de lo sucedido en diversas naciones, incluida Guatemala, que por motivos de desarrollo, fue una de las últimas en incorporarse masivamente al consumo de esta droga.En la mayor parte del mundo industrializado, el tabaco es la droga más accesible para cualquier ciudadano, ya sea adulto, joven o adolescente, tanto en lo que se refiere a la facilidad de adquisición como de consumo.Existen muchas formas de venta desde expendedurías, hasta máquinas automáticas situadas en locales públicos. Además, es legal la venta de tabaco en bares, restaurantes, comercios de alimentación, supermercados, hipermercados, etcétera. Esto hace que sea el único producto del mercado que se encuentra a mano en cualquier sitio y a cualquier hora del día o de la noche, por lo que supera de forma destacada al número de puntos de venta de otros servicios básicos como alimentos, productos de limpieza, periódicos y revistas, medicamentos y, por supuesto, libros, artículos para el ocio y tiempo libre, etcétera.La globalización ha logrado que este tipo de productos se han propagado fácilmente hasta lo más recóndito del mundo y mediante los anuncios y todo tipo de publicidad han logrado entrar en la mente de la gente y que sus productos sean muy demandados y usados, además de ser hechos un habito de vida cotidiana hasta llegar a la necesidad de si, también el cigarro se ha vuelto una moda gracias al consumismo imperante en este Sistema Económico Neoliberal.
El tabaco tiene principalmente 2 ventajas de consumo sobre las otras drogas: es socialmente aceptada y es de consumo legal lo que contribuye a que sea más utilizadoHay dos grupos de personas que pueden presentar problemas de salud como consecuencia de fumar:El fumador activo, que voluntariamente se expone al humo, al fumar cigarros.El fumador pasivo, que de manera involuntaria se ve expuesto al humo del cigarro.
Esto se puede considerar injusto para el fumador pasivo y es aquí en donde podemos hacer énfasis cómo problema social, ya que los fumadores afectan la salud de los no fumadores sin ningún derecho. Hubo un dicho que se hizo popular hace algunos años que decía: "Tu derecho de fumar termina cuando empieza el mío de respirar". Es por ello que se han creado leyes que regulan áreas específicas donde es prohibido fumar, y muchos restaurantes tienen áreas especiales para fumadores.Otro problema se da cuando la persona adicta al tabaco deja de consumirlo, se presentan algunas alteraciones de carácter psíquico y físico, tales como: angustia, mal humor, nerviosismo, insomnio, temblores, etc.
El acto de pedir, sugerir o prohibir fumar despierta una diversidad de reacciones de unos contra otros. Indudablemente que en esto confluyen moduladores de la conducta individual, unos conocidos y otros no. Quienes están de acuerdo en no fumar, prefieren preservar su salud y defienden como legítimo derecho no exponerse a respirar aire contaminado; otros en cambio, admiten el peligro, lo prefieren, como un modo placentero de escapar de las presiones, del estrés, del aburrimiento que les depara la vida cotidiana, defienden el hecho de seguir fumando con sofisticadas justificaciones, falacias y sinrazones.
Las opiniones expresadas tienen importancia, pero también las percepciones no confesadas de los fumadores y no fumadores que lo toleran ampliamente. Es recurrente escuchar la reclamación "¿Por qué se me priva de mi derecho de libertad?" "Yo soy dueño de mí… a nadie más tengo que entregar cuentas".
Toda una expresión de conducta desviada, desorientada, equivocada, que evidencia egocentrismo; no obstante, susceptible de cambiar. Tómese en cuenta que pasa por alto el requisito para la convivencia armónica: Respetar el interés por el bien de la comunidad.
Éste tiene preferencia frente al individual. Así que, sedimentar estos conceptos socialmente da lugar a toda clase de respuestas polémicas. De todos modos, se cuenta con la firme esperanza de que llegue a prevalecer la razón por el bien común.
La Organización Mundial de Salud (OMS) indica que el hábito de fumar cigarrillos es causa directa o indirecta de cerca de 8 242 muertes por día y cuatro millones al año en el mundo, de las cuales la tercera parte ocurre en países en vías de desarrollo.
Las tendencias actuales indican que para el año 2020 más de 10 millones de personas morirán a causa del tabaco, la mitad de ellas durante la madurez productiva, con una pérdida individual de 10 a 20 años de vida, para el 2030 siete de cada 10 de las defunciones ocurrirán en países en vías de desarrollo.
El Banco Mundial señala que el tabaco es un problema mayor de las poblaciones pobres, jóvenes, de bajo nivel educativo y de bajos ingresos. Las muertes atribuibles al consumo de tabaco representan sólo 5% en las poblaciones con una educación media y superior mientras que este porcentaje se incrementa a 19% en los grupos que tienen primaria como máximo nivel académico.
Los adolescentes son considerados grupos de alto riesgo, ya que más del 60% de los fumadores se han iniciado desde los 13 años y más del 90 % antes de los 20 años.
En el transcurso de los últimos diez años, en el mundo se ha dado un contraste entre las tendencias y la magnitud del tabaquismo. Mientras que en los países desarrollados se observa una disminución del promedio de cigarros anuales consumidos, en los países en vías de desarrollo se presenta un incremento de cifras.
Sin embargo, cabe señalar que todas las naciones sufren pérdidas por el tabaquismo, particularmente por los riesgos asociados al consumo, de los cuales el cáncer pulmonar es el más grave. En Europa se calcula que 50% de todos los cánceres que aparecen en la población masculina son causados por el consumo de tabaco.
China es "el principal productor y consumidor mundial de tabaco —asegura la revista The Journal of the American Medical Association—. De los 1 200 millones de habitantes del país, más de 300 millones de hombres y más de 20 millones de mujeres son fumadores". Los médicos de la Academia China de Medicina Preventiva y la Asociación China del Tabaco y la Salud, de Pekín, junto con un grupo de facultativos occidentales, han dado a conocer los resultados de una encuesta nacional realizada a más de ciento veinte mil personas. ¿La conclusión? China se encuentra en "una fase temprana de una epidemia de tabaco" y "se calcula que al menos cincuenta millones de fumadores chinos morirán prematuramente". Desde 1984, el promedio de edad a la que se empieza a fumar en ese país ha disminuido en unos tres años, de los 28 a los 25, según el informe. Solo una minoría reconoció que el tabaco puede provocar cáncer de pulmón y enfermedades cardíacas.
Determinantes psicosociales del inicio del consumo del tabaco
La poli causalidad del problema de tabaquismo tiene una estrecha relación e importantes puntos de coincidencia entre sus aspectos: económicos, culturales, políticos y ambientales y las determinantes psico sociales.
El fumador atraviesa por distintas etapas en las que hay factores psico – sociales que inciden en su consumo y en el avance de su adicción. Las etapas del consumo de tabaco son las denominadas: preparatoria, iniciación, experimentación, consumo regular y adicción.
A estas etapas se suma la cesación, que cierra el ciclo. Considerando el consumo de tabaco como un proceso complejo, pueden distinguirse unos factores de inicio y unos factores mantenedores del mismo, que hay que conocer y tener en cuenta a la hora de plantear el abordaje integral del tabaquismo.
Podemos señalar que los factores que inciden en la iniciación del consumo son respuesta a diferentes modelos y múltiples factores que ejercen influencia y que se pueden agrupar en: factores sociales, factores ambientales y factores personales.
La presión social que en el medio ejerce sobre el individuo desde su infancia contribuye al inicio en el consumo del tabaco. Fumar es un comportamiento aprendido y favorecido por la mediación de la propia sociedad en cada etapa del desarrollo, en el que aún recibiendo múltiples influjos, predominan determinados tipos de influencias.
DETERMINANTES SOCIALES
La familia: en la primera infancia, la influencia más importante que recibe el niño es la familiar ejercida por sus propios padres, hermanos mayores, etc. Los niños que viven en hogares cuyos padres no fuman y desaprueban esa conducta, tienen menos posibilidades de convertirse en fumadores habituales.
Hace mucho tiempo que los investigadores saben de la adicción de muchos estudiantes de enseñanza secundaria al tabaco que no se fuma. No obstante, hasta hace poco no había información disponible sobre los hábitos relacionados con el tabaco de niños en edad preescolar o de estudiantes de enseñanza primaria. Una encuesta realizada entre 5.000 niños por los Centros de Control de Enfermedades de EE.UU. ha revelado que hay niños que con tan solo tres años de edad ya son adictos a productos derivados del tabaco. Se descubrió que el 17% de las niñas de cinco años que fueron encuestadas y el 10% de los niños de la misma edad habían estado usando productos como el rapé por un año o más. Según Health Letter, boletín sobre la salud publicado en Washington, D.C., "los muchos anuncios y la distribución de muestras gratuitas han convertido a los productos derivados del tabaco que no se fuman" en algo atractivo y al alcance de los jóvenes usuarios, muchos de los cuales no pueden leer las advertencias que la ley exige que lleven todos los paquetes. Los niños más pequeños probablemente son introducidos en ese hábito por amigos, hermanos mayores o hasta por sus padres.
Sin embargo, si los padres fuman, crean un ambiente favorable para que se inicien al consumo, al percibir el hecho de fumar como algo normal en la organización de su vida Cotidiana.
Educadores: En etapas posteriores, habrá que tener en cuenta la conducta de profesores y educadores, no se debe olvidar que ejercen una gran influencia en el niño y adolescente como modelo a imitar.
Pares: En los jóvenes, el grupo de amigos ejerce una gran influencia a la hora del inicio en el consumo de tabaco utilizándose esta iniciación, muy a menudo, como un mecanismo de integración en el grupo. La presión de los pares es un factor determinante y el temor a no ser admitidos en el grupo hace que muchos jóvenes se inicien.
El uso del tabaco es legal y aunque se plantean restricciones a fumar en determinados lugares, el fumar en la calle sin ningún reparo y la incidencia de la publicidad, más o menos encubierta, demuestran la aceptación social del tabaco y llevan al joven a pensar que fumar es lo "normal". Existe una relación importante entre fumar y el nivel económico o de educación. Diversos estudios han demostrado que existe una relación directa entre formación y fumar, descendiendo la prevalencia a mayor formación.
DETERMINANTES AMBIENTALES
Publicidad: la industria tabacalera para mantener su expansión en los mercados nacionales e internacionales, aumenta la inversión publicitaria con el objetivo primordial de incrementar el número de personas que se inician en el consumo de tabaco, y también para lograr la recaída de los ex fumadores.
Existencia de publicidades dirigidas a los niños (el futuro de la industria tabacalera) y a los adolescentes en sus propios ambientes (eventos deportivos,
conciertos de rock, etc.). La presentación fumando de personajes impactantes para los jóvenes, en películas y programas de televisión, crean un ambiente socialmente favorable para la iniciación al consumo. La publicidad, manipula los valores sociales intentado asociar algo tan dañino como el tabaco al deporte, a la aventura, al éxito, la libertad, el sexo, etc.
Defiende el consumo como un Derecho del individuo a la libre elección, sabiendo que no podemos hablar de libertad de elección, cuando a tan tempranas edades los individuos no son conscientes del daño que produce y cuando adquieren la conciencia y conocimientos, la nicotina les ha hecho dependientes.
Factores ambientales: accesibilidad y disponibilidad.
Otro factor inductor es la facilidad en la accesibilidad. Existen numerosos puntos de venta (clandestinos), que suministran, sin escrúpulos, tabaco a menores. La gran disponibilidad y el bajo costo son dos factores más a sumar en la lista de los que facilitan la iniciación al consumo.
Factores personales: Incluye factores genéticos, psicológicos y los específicos del género. Como factores genéticos, se ha demostrado algún grado de predisposición genética a fumar, la cual no es probablemente específica de la nicotina en sí misma, pero si para un uso mayor de las drogas psicoactivas en general incluyendo alcohol y cocaína, cuyo consumo está correlacionado al tabaquismo.
Factores psicológicos: hay ciertas características psicológicas individuales facilitadoras del inicio al consumo de tabaco. El adolescente puede empezar a fumar por: el deseo de emular la conducta de los modelos adultos de referencia, es decir, fumar para crecer. La publicidad vende al joven, a través del consumo, la falsa posibilidad de conseguir valores básicos para él en esta etapa tan crucial de su vida como: capacidad de relación, independencia, libertad, seguridad, imagen atractiva, etc. Entre los adolescentes, fumar se asocia con problemas de disciplina, con actitudes y patrones de comportamiento que se descubren como indicadores de baja auto estima.
En personas con enfermedades psiquiátricas se da un alto porcentaje de fumadores: 88% esquizofrénicos y 49% depresión mayor.
El estrés aumenta el consumo de cigarrillos habiéndose identificado como factor de riesgo en el inicio del consumo de los jóvenes y es así mismo, responsable de las recaídas en los procesos de deshabituación.
Factores de género: independencia, el fumar cigarrillos está asociado con la independencia de la mujer y la confianza que depositan en ellos, para crear una imagen determinada, pueden derivar en que algunas mujeres ofrezcan.
Tabaquismo y psicopatología
Como señalamos anteriormente el Tabaquismo es un problema poli causal abordado desde una mirada de totalidad. En esta parte del trabajo nos centramos en las características psicológicas individuales que son facilitadoras al inicio del consumo de tabaco, luego en cuáles son los factores que posibilitan el mantenimiento y por último siguiendo la línea de trabajo de E.
Begoña quien señala que cada vez es más frecuente encontrar relaciones significativas en los fumadores con la depresión, la ansiedad, el alcoholismo, la esquizofrenia. La relación entre fumar y estos trastornos psiquiátricos se traduce en una mayor dificultad de estas personas para dejar de fumar y, si lo consiguen, una mayor vulnerabilidad a la recaída.
Desde la perspectiva de Pichon – Riviere quien establece la diferencia entre lo que considera el concepto de salud y el concepto de enfermedad, debemos de realizar un señalamiento, toda persona que fuma está consciente o inconscientemente provocando un daño en su salud. Por salud entiende a la "adaptación activa a la realidad" y señala que cuando se da la adaptación activa estamos en presencia de un concepto de orden dialéctico, donde el sujeto al transformarse modifica al mundo y al modificarlo se modifica a si mismo, señala que se produce una actividad permanente, modificando estructuras en ese medio.
Cuando hablamos de Psicopatología vincular, siguiendo el pensamiento de Kesselman, podemos hacer alusión a las llamadas psicosis básicas: la confusión, la esquizofrenia y la melancolía.
El individuo cuyo diagnostico se acerca a las características: confesional, regresivo clínicamente, no discrimina los objetos protectores de los persecutorios, los buenos de los malos. Característica esquizofrénica y melancólica como dos formas de diferenciación de éste núcleo central confesional. El esquizofrénico con desconfianza en el exterior y confianza en sus objetos idealmente buenos dentro del yo. El melancólico con envidia hacia el exterior y desconfianza extrema hacia los objetos predominantemente malos ubicados en su interior.
Si bien, en todo ser humanos trataríamos de distinguir el predominio, sucesividad, simultaneidad o alternancia de los llamados núcleos psicóticos, para configurar el diagnóstico de estructura psicótica básica de toda personalidad. Ante un predominio de un determinado núcleo se realiza un diagnóstico para ese momento, esta situación y estos vínculos sociales, el sujeto presenta un predominio del núcleo confesional, esquizofrénico o melancólico.
Como se presento anteriormente se pueden dar múltiples relaciones entre fumar y las patologías: los factores de riesgo de cada trastorno pueden interactuar y traslaparse; determinadas psicopatologías puede servir como factor de riesgo para fumar; la adicción a la nicotina puede ser un factor de riesgo de la psicopatología; algunos trastornos psiquiátricos pueden emerger cuando el sujeto deja de fumar; la psicopatología puede modificar el curso de la adicción a la nicotina en términos de rapidez del curso, respuesta al tratamiento, cuadro sintomático y resultado a largo plazo, aspectos de mantenimiento (personal y social) del trastorno psiquiátrico pueden llevar a una progresión continuada, consolidación y recaída al consumo de cigarrillos.
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