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El espejismo de la religión (página 3)

Enviado por Reflexion 21


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Resulta muy poco probable que el hecho que podamos respirar el aire, se deba a que hubiese sido puesto deliberadamente para ajustarlo a nuestras funciones pulmonares. Es más plausible que las formas terrestres hayan debido adaptar su metabolismo para poderlo respirar, de lo contrario nos habríamos extinto. A pesar de la enorme evidencia fósil y genética que da cuenta de esta naturaleza «evolutiva», la inmensa mayoría de seres humanos prefiere pensar en una divinidad como responsable de un proceso creativo ajustado a nuestra supuestamente privilegiada existencia.

Los últimos avances en la unificación de la Relatividad con la Mecánica Cuántica dan cuenta de un universo finito, pero sin fronteras; es decir, sin principio ni final (como lo es, por ejemplo, la superficie de un balón de fútbol). En palabras del célebre científico inglés Stephen Hawking "El Universo estaría completamente autocontenido y no existiría ninguna singularidad para la cual debiese recurrirse a Dios. El Universo no sería creado ni destruido. Simplemente «SERÍA», con una cantidad total de energía igual a cero."

Ahora bien, que sucede en el plano, llamémoslo, espiritual; aquí la fe en uno o más Dioses se basa principalmente en la creencia de que se puede vencer y trascender la muerte, que es un cambio irreversible. Para quienes tenemos hijos o hemos perdido un ser querido esta posibilidad resulta particularmente atractiva, pues supone que una vez dejemos de existir, será Dios quién seguirá cuidando de nuestros hijos, y nuestro «espíritu» logrará trascender eternamente y rencontrarse con quienes perdimos algún día, en un lugar maravilloso, lleno de paz, donde no existan los miedos ni males terrenales.

La forma más natural de evitar la muerte es negar su existencia. Este precepto resulta esencialmente lógico, tanto en el mundo actual como en el de nuestros antepasados. De allí entonces que desde los orígenes de la civilización, la creencia de una vida celestial después de la muerte, haya ocupado un sitial de suma importancia. Evidentemente, cualquiera de nosotros desearía que éste fuese, en efecto, nuestro destino póstumo y el de nuestros seres queridos; trascender y lograr para ellos la vida eterna y la paz de sus «almas» ¿Quién no podría desear algo así? Esto explica porque la humanidad se ha aferrado a estas ideas con tanto fervor.

Son justamente las esperanzas depositadas en estas transmigraciones y paraísos celestiales las que hacen la vida tolerable para la inmensa mayoría de las personas y les permite enfrentarse de mejor manera con la muerte. La inexistencia de estas vidas eternas, almas, paraísos y divinidades supondría un duro golpe a nuestros anhelos espirituales más profundos. Por ello, resulta comprensible que los asimilemos en nuestros corazones como verdades innegables y absolutas.

No tenemos, sin embargo, evidencia irrefutable alguna que permita apoyar la existencia de tales ideas y la posibilidad real de que exista vida después de la muerte, rencarnaciones del «alma» o un supuesto paraíso, tal y como los entendemos, parece ser en extremo remota. El Universo y sus procesos físicos y biológicos, parecen moverse, inexorablemente, hacia el desorden; esto se conoce como ley de Entropía, palabra que procede del griego que significa «evolución». Este principio físico señala que el nivel de «desorden» del Universo siempre aumenta o bien se mantiene constante.

Considere la siguiente pregunta: ¿por qué ocurren los sucesos de la manera en que ocurren y no al revés? se busca una respuesta que indique cuál es el sentido de los sucesos en la naturaleza. Por ejemplo, si se ponen en contacto dos trozos de metal con distinta temperatura, se anticipa que eventualmente el trozo caliente se enfriará, y el trozo frío se calentará, logrando al final una temperatura uniforme. Sin embargo, el proceso inverso, es decir, un trozo calentándose y el otro enfriándose es muy improbable a pesar de conservar igualmente la energía.

El universo tiende a distribuir la energía uniformemente, es decir, a pasar de estados ordenados a desordenados, a maximizar la entropía. Esto tiene fuertes implicancias para nuestra concepción del Universo que nos rodea, ya que marca un sentido a la evolución del mundo físico que apunta a una irreversibilidad de todos los procesos. Si llevamos esta idea al extremo, encontramos que cuando la entropía sea máxima en el universo, esto es, exista un equilibrio entre todas las temperaturas y presiones, llegará la muerte térmica del Universo. Toda la energía se encontrará en forma de calor y no podrán darse transformaciones energéticas. ¿Cómo podría entonces existir un paraíso o mucho menos la vida eterna, al menos en los términos que desearíamos que existiese?

Finalmente, mucha gente argumenta la existencia de Dios, la vida después de la muerte y los paraísos, sobre la base de que no sea posible demostrar que no existan. Este argumento podría parecer algo desesperado, sin embargo, es bastante frecuente entre personas que profesan algún tipo de fe. Existe en lógica un principio universalmente aceptado llamado «La navaja de Occam» atribuido al fraile franciscano inglés del siglo XIV Guillermo de Occam. Se basa en una premisa muy simple: en igualdad de condiciones la solución más sencilla es probablemente la correcta. Dicho de otro de modo; «no ha de presumirse la existencia de más cosas que las absolutamente necesarias». Cuando dos o más explicaciones se ofrecen para un fenómeno, la explicación completa más simple es preferible. Según este principio, siempre que se encuentren varias explicaciones a un fenómeno, se debe escoger la más sencilla que lo explique por completo.

Por ejemplo, para explicar la caída de una manzana al suelo, podríamos plantear las siguientes explicaciones:

Opción 1. Unos duendes traviesos invisibles e indetectables la han movido hasta el suelo, movidos por el afán de molestar.

Opción 2. La madurez propia de la fruta ha debilitado el rabito por el que está unida al árbol y, debido al peso excesivo, la gravedad ha propiciado su caída.

Ambas alternativas explican igualmente el fenómeno desde el punto de vista lógico y experimental. No podemos demostrar de manera irrefutable la existencia de los duendes, pero, a su vez, nadie puede tampoco demostrar que, de hecho, NO existan. Sin embargo, el criterio de Occam nos obliga a escoger la segunda como verdadera, ya que la primera nos obligaría a asumir una serie de postulados muchísimo más complicados.

Ahora bien, al aplicar este principio a la existencia de una divinidad creadora del Universo junto con la existencia de paraísos y vida eterna encontramos las siguientes explicaciones:

Opción 1. Existe un Dios todopoderoso, invisible e indetectable, que ha creado de una forma incomprensible y misteriosa todo el orden existente. El Universo y sus leyes fueron deliberadamente creados para nuestra privilegiada humanidad y se rige de acuerdo con su misterioso designio. De este modo, cada microrganismo, cada bacteria y todo ser viviente tiene un destino preparado por Dios. Por el mismo motivo existen los paraísos, el alma y la vida después de la muerte, siendo éstos de caracteres eternos e igualmente invisibles e indetectables.

Opción 2. Millones de años de evolución cósmica, primero, y selección natural, posteriormente, han permitido transformar la materia en seres inteligentes. No existen especies privilegiadas, sólo están las que se extinguen y las que no. De este modo, no puede haber un destino deliberado, ni para una bacteria ni mucho menos para otros seres vivientes; sólo procesos físicos y biológicos finitos e irreversibles. El Universo se encuentra autocontenido y no existe principio ni final para el cual deba recurrirse a un creador.

Ambas alternativas explicarían nuestra existencia y la del universo que lo rodea de manera plausible y completa. Según el principio de Occam, la explicación más simple y suficiente es la más probable (más no necesariamente la verdadera). En este caso, la segunda opción es la más probable, ya que la primera nos obligaría a suponer conjeturas mucho más intrigantes y postulados muchísimo más complicados.

Por muy atractivas que nos resulten las ideas de vida después de la muerte, de paraísos, de almas inmortales, de rencarnaciones y de seres celestes que intervienen en nuestra vida diaria, éstas parecen tener muy pocas posibilidades dado los modelos y observaciones actuales. Esto supone un fuerte impacto en nuestras creencias y explicaría por qué la inmensa mayoría de la humanidad prefiere continuar adelante con sus credos, aun cuando la evidencia científica pareciera echarlas por tierra de manera lapidaria y definitiva.

Nuestro rasgo distintivo de otras inteligencias terrestres es justamente que hemos logrado evolucionar más rápido (obviamente alguna especie tuvo que ser la primera, es muy improbable que muchas especies desarrollen exactamente el mismo grado de inteligencia al mismo tiempo) y hemos desarrollado la capacidad de imaginar y creer. Esta facultad nos ha permitido sobrevivir en las etapas tempranas. No es de extrañar entonces que abracemos con fervor estas creencias de divinidad (que según algunos serían reales y según otros meras figuras o invenciones de corte mitológico) pues forman parte nuestro proceso creativo colectivo; han acompañado a la humanidad por miles de años y se encuentran profundamente grabadas en nuestro cerebro como uno de nuestros anhelos.

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Ilustración 20. Malditos hackers. ¿Qué pasaría si Dios, de existir, fuese un científico que respeta la búsqueda honesta de la verdad, le guste a quien le guste, como virtud suprema? ¿No tendría que ser un científico el supuesto diseñador y creador del Universo?

Investigación: razones por las que las personas creen en Dios

"Los sentimientos de amor y temor de Dios no tienen su origen en Dios, sino en los seres humanos. Son sentimientos de frustración dirigidos por el hombre a un ser imaginario que pretende que sea su padre. Sería muy simpático que existiera Dios, que hubiese creado el mundo y fuese una benevolente providencia; que existieran un orden moral en el universo y una vida futura; pero es un hecho muy sorprendente el que todo esto sea exactamente lo que nosotros nos sentimos obligados a desear que exista."

Sigmund Freud

Justificación

Si te cuento que en mi jardín vive un duende mágico, obviamente me pedirás evidencia. A pesar de que no la hay, para ti será imposible convencernos de que el duende es una farsa, pues siempre tendremos respuestas y excusas para todas tus observaciones y objeciones. Las situaciones ambiguas, sean buenas o trágicas, como la recuperación de una enfermedad o un aumento de sueldo, lo interpretaremos de forma conveniente, de modo tal que apoye la existencia de nuestro duende. Incluso, posiblemente, nos mostremos hostiles hacia tu falta de fe y diremos cosas como que "ojalá nuestro duende te perdone" o que "sentimos pena por tu falta de fe". Desde nuestro punto de vista, la creencia en el duende nos da esperanza, identidad y cohesión; por ello, rechazaremos el método científico en favor del mito como forma de obtener la verdad.

Para ti es claro que yo y mi familia estamos desvariando y la pregunta que te naturalmente surge en ti es ¿por qué razón persistimos, mi familia y yo, en creer que el duende es real, aun cuando sabemos, positivamente, que es una completa farsa? Vivimos en un mundo que requiere que utilicemos nuestro pensamiento racional. Sin embargo, cuando se trata de nuestras creencias, lo abandonamos en favor de la actitud nada científica de creer sin pruebas. ¿Por qué?

Actualmente, en el mundo, el 95% de las personas creen en algún Dios. Esto tiene fuertes repercusiones en la forma en que ven el mundo, en sus perspectivas personales sobre el futuro e, incluso, en decisiones relevantes que tomarán durante su vida. Según algunos estudios, la consciencia ha evolucionado para crear un mecanismo que facilite la entrega de nuestras responsabilidades y destinos a un ser considerado superior. Por su parte, el autor sostiene la hipótesis de que creer o no en Dios podría depende del nivel de estudios que tengan las personas o, más concretamente, en el nivel de conocimientos científico que posean.

Este estudio busca indagar en cuanto hay de cierto en esta hipótesis. Es decir, el grado en que esas variables se relacionan con la fe religiosa (o falta de ella) de las personas. Posteriormente, el estudio se focalizará en las razones que esgrimen los creyentes para mantener su fe en pleno siglo veintiuno.

Metodología de la investigación

El autor ha elaborado y aplicado una encuesta electrónica con el propósito de indagar en las razones por las cuales las personas creen en Dios y determinar si existe alguna relación entre esa creencia y dos variables específicas: a) el nivel educacional alcanzado y b) el nivel de conocimientos científicos del encuestado. Otras variables como género, estado civil, país, etc. no han sido contempladas por considerarse, para efectos de este estudio, irrelevantes. Otros aspectos como rango etario o nivel socioeconómico tampoco fueron consultados, toda vez que se encuentran implícitos en las respuestas (Ejemplo: quintiles muy bajos suelen no tener acceso a internet, rangos etarios muy superiores suelen participar menos de las redes sociales, etc.).

El instrumento de recolección de opinión constó de tres preguntas, cada una con un grupo de alternativas de entre las cuales los encuestados pueden escoger sólo una. Las preguntas formuladas fueron las siguientes:

  • Pregunta 1: De entre las siguientes opciones selecciona por favor aquélla que mejor describe las razones por la que crees en Dios o en un ser superior.

  • Pregunta 2: Por favor selecciona el nivel educación que has alcanzado.

  • Pregunta 3: ¿Cómo catalogarías tu actual nivel de conocimientos científicos?

La primera pregunta contiene, entre sus alternativas, la opción "No creo en Dios" que permitió al autor identificar el subgrupo de encuestados no creyentes. La encuesta, tal y como fue vista por quienes la respondieron, se encuentra impresa en la página siguiente.

Las tres preguntas eran de carácter obligatorio por lo que no hay cuestionarios con respuestas parciales. La encuesta electrónica estuvo disponible mediante el sitio web www.encuestafacil.com El vínculo a la misma fue enviado a miembros de grupos religiosos y no religiosos disponibles en redes sociales como Facebook durante el mes de octubre de 2011. Se logró encuestar a un total de 191 personas, de las cuales 149 se declararon creyentes, mientras que 42, no creyentes. Una base de datos, que acompaña el presente estudio, está disponible para los fines de verificación, contraste y/o análisis que el lector estime pertinentes. Los resultados de la encuesta fueron procesados mediante el software SPSS, mientras que los gráficos, por razones estéticas, mediante MS Excel.

El autor ha encontrado correlación entre las variables en estudio. El detalle de estos hallazgos se presenta a continuación:

Instrumento de recolección de opinión (encuesta)

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edu.rededu.red

Resultados de la encuesta: creyentes versus no creyentes

Al separar a los encuestados en los grupos "creyentes" y "no creyentes" se obtienen los siguientes resultados:

  • a) Nivel de educación alcanzado: Los resultados muestran que, en promedio, quienes son creyentes tiene un nivel educacional similar a quienes no lo son. Así, el 71,8% de los creyentes declaró tener educación superior y/o de postgrado, mientras que, en el caso de los no creyentes, este porcentaje alcanzó el 83,3%.

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Gráfico 1. Nivel educacional alcanzado de los encuestados creyentes. El 71,8% de los encuestados creyentes declaró tener estudios de educación superior o de postgrado, mientras que el 28,2% de ellos declaró haber alcanzado sólo básica o secundaria.

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Gráfico 2 Nivel educacional de los encuestados no-creyentes. El 83,3% de los encuestados no-creyentes declaró tener estudios de educación superior o postgrado, mientras que el 16,7% declaró haber alcanzado sólo básica o secundaria.

Tabla 2. Cuadro comparativo del nivel educacional alcanzado por los encuestados.

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Tal como es posible apreciar en este cuadro comparativo, si bien existen diferencias entre los niveles de educación alcanzado por los encuestados creyentes versus quienes declararon no serlo, estas no son importantes. Ambos grupos poseen, en promedio, un alto o muy alto nivel de formación profesional.

¿Pueden deberse estas diferencias al simple azar? La hipótesis nula es que sí. Cuando se tiene una muestra grande, de más de 30 encuestados, se puede utilizar la prueba de independencia Chi-cuadrado (software SPSS) que permite determinar si existe o no correlación entre el nivel educacional y creencia religiosa.

Tabla de contingencia NIVEL EDUCACIONAL[7]

Categorías

Educación Básica

Educación Secundaria

Educación Superior

Educación de postgrado

Total

Creyente

7

35

95

12

149

No creyente

1

6

28

7

42

Total

8

41

123

19

191

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Dado que la significancia asintótica bilateral es menor a 0,05 podemos rechazar la hipótesis nula y afirmar que sí existe una relación entre las variables más allá del azar. Es decir, el nivel educacional influiría en que una persona crea o no en Dios. Con todo, esta influencia, en virtud de la información recabada, es considerada por al autor como leve.

  • b) Nivel de conocimientos científicos: Los resultados muestran que, en promedio, quienes son creyentes poseen un menor nivel de conocimientos científicos en comparación con quienes no lo son.

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Gráfico 3. Nivel de conocimientos científicos de los encuestados creyentes. La mayoría declaró un nivel básico o medio.

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Gráfico 4 Nivel de conocimientos científicos de los encuestados no-creyentes. La mayoría declaró tener un nivel avanzado.

Tabla 3. Cuadro comparativo del nivel de conocimientos científicos que poseen los encuestados.

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Tal como es posible apreciar en este cuadro, existe una marcada diferencias entre el nivel de conocimientos que poseen los encuestados creyentes versus quienes no lo son. Los encuestados creyentes poseen un nivel de conocimientos científicos que resulta ser muy inferior en comparación con quienes no son creyentes.

Tabla de contingencia CONOCIMIENTO CIENTÍFICO[8]

Categorías

Nada en lo absoluto.

Mínimo o muy básico.

Básico o medio

Avanzado o muy avanzado

Soy doctor en física

Total

Creyente

4

22

82

38

3

149

No creyente

0

1

10

29

2

42

Total

4

23

92

67

5

191

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Al igual que en el caso de la variable nivel educacional, la significancia es menor al valor 0,05, lo que permite rechazar la hipótesis nula y afirmar que el nivel de conocimientos científicos sí influye o está correlacionado con que una persona crea o no en Dios. Esta influencia es considerada por el autor, en virtud de la información recabada, como muy alta.

Análisis de resultados: razones por las que las personas creen en Dios

En virtud de la respuesta a la primera pregunta de la encuesta, en a cual se le preguntaba al encuestado por la razones que tendría para creer en Dios, el autor se ha concentrado en el grupo de encuestados creyentes. Sus respuestas han sido agrupadas de acuerdo con las siguientes categorías:

Categoría Necesidad de entender

Agrupa las siguientes respuestas de los creyentes a la primera pregunta de la encuesta:

  • Porque es la única manera de explicar la existencia de todo

  • Para encontrar sentido a la vida

  • Otros (favor especificar)

Estas alternativas, afines entre sí, reflejarían una necesidad del encuestado por encontrar sentido o propósito a la vida. Se incluye en esta categoría las respuestas "Otros" que dicen relación con ella. Así, por ejemplo, se incluyeron respuestas tales como (cita textual): "Porque siempre que estoy cerca de ÉL, mi vida cobra sentido".

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Gráfico 5. Nivel educacional de los encuestados creyentes que optaron por las alternativas que corresponden a la categoría "Necesidad de Entender". La mayoría posee educación superior.

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Gráfico 6. Nivel de conocimientos científicos de los encuestados creyentes que optaron por alternativas que corresponden a la categoría "Necesidad de entender". El 63,0%+28,3%=91,3% declaró conocimientos científicos medios o avanzados.

La mayoría de encuestados creyentes que se inclinaron por estas opciones posee educación superior y un nivel medio de conocimientos científicos. Presumiblemente, este subgrupo lo conformen profesionales del área humanista o bien de las ciencias sociales, con inquietud frente a preguntas fundamentales, lo que demostraría una preocupación intelectual por comprender aspectos significativos de la propia existencia.

Este subgrupo identifica a Dios como respuesta a la creación del universo y al surgimiento de la vida, llegando a esta conclusión, presumiblemente, luego de una reflexión desde el área humanista, sólo apoyados en nociones básicas de ciencia.

Categoría Autosugestión

Agrupa las siguientes respuestas de los creyentes a la primera pregunta de la encuesta:

  • Porque he tenido una(s) experiencia(s) religiosas(s)

  • Otros (favor especifique)

Estas alternativas reflejarían una fuerte tendencia a la mistificación. La creencia suele basarse en supuestas experiencia religiosas de tipo místico o imaginaria, para las cuales no pueden proveer evidencias, pero en las que creen como hechos reales, en forma similar a quienes afirman haber sido abducidas por extraterrestres o que escuchan voces de duendes o hadas. De hecho, es común que este grupo dé crédito con facilidad a todo tipo de ensoñaciones.

También, se incluyen en esta categoría, las respuestas "Otros" que dicen relación con la autosugestión. Así, por ejemplo, se incluyó la siguiente respuesta (cita textual): "Porque he tenido un encuentro personal con Cristo vivo" o "Porque escucho su voz en mi corazón".

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Gráfico 7. Nivel educacional de los encuestados creyentes que optaron por las alternativas que corresponde a la categoría "Autosugestión". Este subgrupo de encuestados posee, mayoritariamente, educación superior aunque un 34,3% alcanzó solo hasta la secundaria.

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Gráfico 8. Nivel de conocimientos científicos de los encuestados creyentes que optaron por las alternativas que corresponden a la categoría "Autosugestión". El 60,0%+20,0%=80% declaró tener un nivel de conocimientos científicos medios o mínimos.

La mayoría de los encuestados pertenecientes a este subgrupo de creyentes posee educación superior y un nivel de conocimientos científicos medio o básico. Los encuestados pertenecientes a este subgrupo, presumiblemente, no tienen mayor interés en cuestionar o investigar si la vivencia personal que declaran haber tenido es real, o bien se trató de una ensoñación, anteponiendo, de esta manera, la fe a la razón. Son más bien indiferentes hacia los temas científicos y eso podría explicar en parte esta conducta.

Este subgrupo se caracteriza por ser crédulo. Algunos, no lograr discernir entre alucinaciones y realidad, afirmando haber visto ú oído un fantasma, un ángel o, especialmente si se trata de mujeres jóvenes y católicas, la virgen María. Estas visiones que nadie más ve no son una buena base para la toma de decisiones, así lo creen quienes están mínimamente familiarizados con el funcionamiento del cerebro. Cualquier neurólogo sabe que, una vez recibidos los estímulos incompletos a partir de los sentidos, el cerebro es capaz de completar el resto. De hecho, muchos asesinos en serie aseguran, por ejemplo, distinguir con claridad la voz de Jesús o de ángeles diciéndoles que maten infieles.

Las supuestas experiencias religiosas o apariciones personales que declaran los encuestados pertenecientes a este subgrupo de creyentes suponen un enorme respaldo a su ego, pues significaría que, de algún modo, han sido considerados especiales a los ojos de Dios quien tendría "grandes planes" para ellos. Todo el cuadro genera una ilusión autoservida muy potente en la mente de este subgrupo de encuestados.

Categoría influencia del entorno

Agrupa las siguientes alternativas de respuesta a la pregunta uno de la encuesta:

  • Porque me fue inculcado por mi entorno desde que era un niño.

  • La verdad, no sé porque creo en Dios.

  • Otros (favor especifique)

Estas alternativas corresponden a encuestados que declaran que su creencia proviene del entorno en el cual nacieron y se encuentran inmersos, reforzado por la influencia cotidiana de miembros significativos de su vida o comunidad.

Es importante mencionar que este subgrupo de creyentes está consciente del hecho de que su fe no se basa en otra cosa que la opinión de terceros, usualmente, personas como los padres. Si no estuvieran conscientes de ello, habrían escogido otra alternativa. También, se incluye en esta categoría las respuestas "Otros" que dicen relación con el entorno. Así, por ejemplo, se incluyó en esta categoría respuestas como (cita textual): "Desde niña me educaron sobre Dios".

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Gráfico 9. Nivel educacional de los encuestados creyentes que optaron por las alternativas que corresponde a la categoría "Influencia del Entorno". Tres de cada cuatro encuestados de este subgrupo posee educación superior siendo, entre los encuestados creyentes, el subgrupo que alcanza el nivel educacional más alto.

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Gráfico 10. Nivel de conocimientos científicos de los encuestados creyentes que optaron por las alternativas que corresponden a la categoría "Influencia del Entorno". Un 45,0%+40,0%=85,0% declaró tener un nivel muy avanzado, avanzado o medio siendo, entre los encuestados creyentes, el subgrupo que alcanza el nivel más alto.

Este subgrupo de encuestados declara tener, en su enorme mayoría, educación universitaria y conocimientos científicos avanzados, siendo, entre los encuestados creyentes, el subgrupo de mayor nivel intelectual (si medimos nivel intelectual en estos términos). Se trata, probablemente, de personas inteligentes que fueron criadas en entornos familiares, presumiblemente, de buen nivel socioeconómico, donde, además, el fervor religioso estuvo muy presente durante la infancia. Para ellos, posiblemente, la religión sea considerada como una herramienta de validación y aceptación social que ofrece un sentido de pertenencia importante. En muchos casos, las familias en las que fueron criados suelen exagerar las supuestas bendiciones recibidas por Dios con objeto aumentar el sentimiento de valía o pertenencia a la comunidad o congregación.

Una parte importante de este subgrupo no cree honesta y verdaderamente en la religión de sus padres ni toman en serio su fe, pero ocultan este hecho en público, quizás porque temen perder sus ingresos o la aceptación de la comunidad en la que trabajan o se desenvuelven.

Categoría Miedo

Agrupa las siguientes alternativas

  • Porque tengo miedo de ir al infierno.

  • Porque cuando muera deseo ir al cielo y reencontrarme con quienes perdí.

  • Otros (favor especifique)

La fe de este subgrupo de encuestados podría estar fuertemente ligada al miedo natural que las personas tienen a la muerte. A éste, hay que sumar las supuestas represalias o consecuencias que, según la religión, tendrán los malos actos o la falta de fe una vez las personas dejen de existir.

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Gráfico 11. Nivel educacional de los encuestados creyentes que optaron por las alternativas que corresponde a la categoría "Miedo". Este subgrupo de encuestados declaró poseer educación superior y básica-secundaria casi en partes iguales.

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Gráfico 12. Nivel de conocimientos científicos de los encuestados creyentes que optaron por las alternativas que corresponde a la categoría "Miedo". El 57,1%+14,3%+14,3%=85,7% declaró tener un nivel medio, básico o nada en lo absoluto, siendo el subgrupo de creyentes con el nivel más bajo de conocimientos científicos.

Los encuestados de este subgrupo poseen el nivel de educación más bajo de entre los encuestados creyentes. Cerca de la mitad de ellos no alcanzó la educación superior. Asimismo, poseen el nivel más bajo de conocimientos científicos.

Posiblemente, este subgrupo lo conformen personas "temerosas" de Dios y, por ende, muy posiblemente temerosas de todo tipo de fenómenos místicos como fantasmas, espíritus, ovnis, etc. Con toda probabilidad, los encuestados pertenecientes a este subgrupo consultan horóscopos, tarotistas, médiums, chamanes, brujos, etc. También, es habitual que sean consumidores de libros de esoterismo, profecías y otras publicaciones pseudocientíficas a las cuales dan crédito fácilmente.

En muchos casos, es posible que se trate de personas víctimas del síndrome de la profecía autocumplida. La promesa de una vida eterna los lleva a aferrarse a sus creencias y están predispuestos para convertir cualquier coincidencia en una confirmación para sus credos. En otras palabras, estas personas, a menudo, actúan en función de cómo perciben las situaciones y, sobre todo, al significado que les atribuyen. Una vez se convencen a sí mismas de que una determinada situación tiene un significado místico, y al margen de lo tenga o no, estas personas adecuarán su conducta conforme a su percepción. Creerán lo que quieren creer[9]

Categoría Necesidad de afecto

Agrupa las siguientes alternativas de respuesta a la primera pregunta de la encuesta:

  • Porque necesito sentirme protegido(a) y amado(a).

  • Porque reconforta saber que hay alguien que nos cuida y ama.

  • Otro (Por favor especifique)

Los encuestados de este subgrupo de creyentes optan por estas alternativas, presumiblemente, por el hecho de que su fe es, en realidad, una necesidad de sentir cariño y afecto; un Dios amoroso sería la forma de suplirla. Se incluye en esta categoría todas las respuestas "Otros" que dicen relación con la necesidad o falta de afecto. Así, por ejemplo, se incluyó la siguiente respuesta (cita textual): "porque él me cuida, me ama y me guía cuando me siento sola." o "Porque me siento amada por él, siento que siempre ha estado cuidándome, protegiéndome, amándome."

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Gráfico 13. Nivel educacional de los encuestados creyentes que optaron por las alternativas que corresponde a la categoría "Necesidad de afecto".

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Gráfico 14. Nivel de conocimientos científicos de los encuestados creyentes que optaron por las alternativas que corresponde a la categoría "Necesidad de afecto". El 28,3%+63,0%=91,3% declaró tener conocimientos científicos medios o avanzados.

La mayoría de los encuestados pertenecientes a este subgrupo declaró tener educación superior, aunque hay un importante 36,6% que declaró haber alcanzado sólo hasta educación secundaria. Por otra parte, este subgrupo presenta un nivel de conocimientos científicos medio.

Presumiblemente, se trata de personas que, con independencia de su formación profesional, pueden presentar algún grado de dependencia o posible trastorno afectivo. De acuerdo con el psicoanálisis, todos los niños forman lazos con sus padres y adultos significativos de manera totalmente instintiva y, dicho lazo, permanece, inconscientemente, en la adultez. De esta manera, ven a un supuesto Dios como un padre cariñoso y protector.

Este subgrupo de creyentes mantiene, en realidad, una estrecha relación, pero no con Dios, sino consigo mismos: ellos son Dios. Esta es la razón por la que Dios "sabe" lo que ellos piensan, Dios "sabe" como se sienten, etc. Por eso, Dios les parece tan real: El creyente es Dios. Por esto, cuando se encuentran frente a personas que no comparten sus creencias, suelen mostrarse hostiles, pues sienten que el supuesto rechazo a Dios es, en realidad, un rechazo a ellos.

Conclusiones de la investigación

La primera conclusión es que, tanto creyentes como no creyentes, presentan niveles de formación educacional o profesional similares. En particular, los encuestados por el autor presentan, con independencia de sus creencias, y en su enorme mayoría, un nivel educacional alto, ya sea universitario o superior.

Si bien no se encontraron diferencias importantes en el nivel educacional, sí se encontraron en el nivel de conocimientos científicos. Los encuestados creyentes presentan, en promedio, un nivel muy inferior al que poseen los no creyentes. Presumiblemente, los no creyentes han estudiado carreras con una clara orientación al método científico, tales como ingeniería, medicina, química o física, mientras que los creyentes, carreras humanistas poco relacionadas con la ciencia, tales como teología, artes o literatura. Los resultados de este estudio sugieren que el nivel de conocimientos científicos se relaciona inversamente con las creencias religiosas de las personas.

¿Significa esto que quienes optan por carreras ligadas al método al científico son o se vuelven ateos? No, en lo absoluto, ya que la orientación o no a la ciencia de una carrera es un elemento más entre varios otros factores que contribuyen en las creencias que adoptan las personas. Sin embargo, a jucio del autor, la orientación científica, o la falta de ella, durante la formación de una persona puede ser un factor determinante.

De acuerdo con los hallazgos de este estudio, las principales razones por las cuales los creyentes se mantendrían firmes en su creencia religiosa son: a) La "necesidad de entender", es decir, la búsqueda de respuestas o sentido a la vida, con un 31,3% de las respuestas; b) La necesidad de afecto, es decir, sentir que alguien, supuestamente todopoderoso, cuida, guía y protege a nuestros seres queridos, con un 27,9% de las respuestas; y c) La "autosugestión", es decir, un autoconvencimiento de que se tendría una supuesta conexión personal con Dios, con el 22,4% de las respuestas.

También, hay un 13,6% de influencia del entorno, es decir, de personas significativas, como por ejemplo los padres. Si bien este porcentaje no es bajo, el autor lo considera subestimado, pues la categoría "autosugestión" está íntimamente ligada al entorno cultural. Un claro ejemplo de esto, es el hecho de que estos encuestados, claramente cristianos, declaren haber tenido experiencias religiosas con Cristo, la virgen u otro personaje cristiano, pero jamás con Krisha, Thor, Buda ú otra divinidad foránea. Todas las experiencias religiosas se correlacionan con las divinidades presentes en la familia o entorno del encuestado, confirmando así la tesis de que éstas son fuertemente inducidas por las creencias a las que los encuestados están permanentemente expuestos en su cultura.

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Gráfico 15. Razones por las que las personas encuestadas creen en Dios. La necesidad encontrar un sentido a la vida y la necesidad de afecto son las razones más frecuentemente señaladas, concentrando el 58,4% del total de respuestas. En contraposición, el miedo es la alternativa menos frecuentemente señalada con sólo un 4,7% de las respuestas.

En suma, la autosugestión, aunque de naturaleza personal e individual, es, en realidad, una consecuencia de la fuerte influencia del entorno cultural en que nacen y crecen las personas. Para reafirmar aún más este punto, pensemos, además, en la forma en que la enorme mayoría de niños son sutilmente condicionados para creer en la religión de sus padres, mediante sacramentos como el bautizo. Este es un ejemplo de la fuerte influencia que, desde la infancia temprana, ejerce el entorno sobre las creencias que adoptan las personas con el fin de fortalecer su identidad y sentido de pertenencia a la comunidad.

Entonces, si hacemos el ejericio de sumar ambas categorías (Autosugestión e Influencia del Entorno) éstas agruparían el 36,1% de las respuestas que dieron los creyentes a la encuesta, siendo de esta manera el entorno social y cultural la principal razón por la cual los creyentes creerían en Dios.

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Gráfico 16. Razones por las que las personas encuestadas creen en Dios. La necesidad encontrar un sentido a la vida y la necesidad de afecto son superadas cuando se agrupa la influencia del entorno con la autosugestión, producto ésta última, muy presumiblemente, del propio entorno. En contraposición, el miedo es la alternativa menos frecuentemente señalada con sólo un 4,8% de las respuestas.

Reflexión final

Ir por la vida creyendo una mentira es algo malo en sí mismo. Normalmente, las personas creyentes no se limitan sólo a declararlo; muchos entregan importantes sumas de dinero, cuyos montos, en algunos casos, pueden ascender hasta un décimo de sus ingresos durante toda la vida. Claramente, esto es gran desperdicio de tiempo y dinero si el objeto de culto no existe. La mayoría de los creyentes pasa parte importante de su tiempo rezando, convencidos de que, al hacerlo, esto les ayudará de algún modo, cuando en realidad, las personas que practican supersticiones imaginarias como la oración pierden totalmente su tiempo. Hablar con Dios o Jesús equivale a hablar con un amigo imaginario. Creer que se habla con seres imaginarios es estar delirando.

Si bien es cierto que, a través de los siglos, algunos de los valores representados por algunos líderes religiosos han inspirado a muchos a actuar de una manera socialmente responsable, tampoco es menos cierto que ha habido otros tantos cuyas influencias y diferencias religiosas han sido la causa principal de muchas guerras. Las religiones y sus Dioses han instigado la persecución, abusos, conflictos armados y muchos otros hechos sangrientos. Si bien grupos armados defienden causas diversas, cada vez es más común que el móvil sea la religión. El Jefe de Estado de una nación recibió la siguiente amenaza de un grupo terrorista: "no somos unos locos ni tenemos ansias de poder. Estamos al servicio de Dios y por eso es que nuestra postura es tan inflexible."[10]

Las creencias religiosas pueden ser muy perjudiciales, tanto a para quienes las practican como para sus familiares. Por ejemplo, si un maremoto se acerca y una persona decide quedarse y rezar en lugar de huir, esto puede ser muy perjudicial para su supervivencia. Si una persona necesita ayuda médica, pero la rechaza por motivos religiosos, le puede costar la vida. Muchos soldados ofrecen sus vidas a cambio de la recompensa en el cielo, cuando en realidad, el cielo es un lugar completamente imaginario.

Aún hoy, miles de personas en el mundo, habitantes de naciones teocráticas como Irán o Afganistán son condenadas a crueles, sádicos y abominables castigos por supuestos "crímenes" contra Dios, en virtud de leyes religiosas como la Sharia, las cuales carecen de cualquier sustento racional o científico. Hombres y mujeres son salvajemente mutilados por el hecho de sentir inclinaciones naturales hacia las personas —según Dios— incorrectas, por consumir alcohol o, incluso, por cosas tan triviales como hacer dibujos animados[11]

edu.red

Ilustración 21. Consecuencias de tomarse en serio a los amigos imaginarios: El Dios de los musulmanes, Allá, responsable de dictar estas "misericordiosas" leyes en contra de las mujeres, es nada menos que Yahvé, el mismo Dios en el que creen los cristianos: ambas religiones, cristiana y musulmana, son abrahámicas, es decir, comparten un origen común.

Las leyes religiosas como la sharia restringen los derechos humanos más básicos de las personas. La sola existencia de un gobierno basado en la religión es completamente incompatible con la libertad y dignidad de las personas, especialmente las mujeres. Este es un ejemplo extremo de lo corrupto y contraproducente que puede ser para nuestras sociedades continuar observando los crueles e inhumanos caprichos de nuestros imaginarios Dioses.

Como vimos en el transcurso de este documento, toda religión es, en realidad, una superstición. La religión convence a las personas de que hay fuerzas mágicas más allá de la física interactuando y produciendo cambios en nuestro mundo, lo cual ha sido demostrado como falso y absurdo en innumerables estudios científicos. Continuar con estas irracionales creencias nos ponen a todos en peligro, ya que generan patrones de conducta sin sustento, afectando negativamente los resultados que obtenemos como sociedad.

Su desmantelación y el fomento de la ciencia como método de obtención de resultados efectivos y constantes nos traerán beneficios más allá de lo que podemos imaginar y predecir.

Como fue demostrado en el estudio realizado por el autor, las personas que creen en Dios lo hacen motivadas, principalmente, por la influencia que sobre ellas ejerce el entorno en el cual fueron criadas. Es decir, fueron condicionadas desde su infancia temprana para creer que existe un ser que vive en el cielo y que lo sabe y puede todo. Las personas no se vuelven creyentes con base en la razón o el método científico, sino que han sido sistemáticamente condicionados desde niños para aceptar una idea sin pruebas, rechazando la evidencia científica.

Si las personas reflexionaran detenidamente sobre su religión, en lugar de estar saliendo al paso con caprichosas interpretaciones; si las personas leyeran de forma racional la Biblia, en lugar de limitarse sólo a leer los pasajes convenientemente escogidos por sus pastores o sacerdotes, se darían cuenta muy fácilmente de las garrafales contradicciones que contiene y llegarían a la única conclusión posible: de que la religión no es más que un cuento de hadas autoservido, inventado por nuestros ignorantes y primitivos antepasados.

Arcaicos textos mitológicos como la Biblia o los evangelios resultan totalmente obsoletos y anacrónicos en nuestro mundo tecnológico actual.

Es hora de que utilicemos nuestra inteligencia para librarnos de esta farsa.

Es tiempo de que comencemos a pensar como seres racionales del siglo veintiuno en lugar de seguir aferrándonos a los amigos imaginarios y las fantasías infantiles del pasado. Vivimos en un mundo de leyes predecibles donde la razón, la lógica y la investigación científica nos llevan a resultados reales y generan cambios en nuestras vidas. En el mundo tecnológico y científico actual ya no existe base alguna para que las actividades humanas y sus consecuencias sean influenciadas por la superstición, los mitos y las prácticas rituales arcaicas irrelevantes de la religión.

Si piensas racionalmente sobre tu fe, verás que no es un más que un cuento de hadas. Si reflexionas sobre ella, su espejismo se volverá obvio para ti y podrás comenzar el camino de tu recuperación. Puedes comenzar haciéndote preguntas como éstas:

  • 1) ¿Por qué será que todos los estudios científicos demuestran inequívocamente que rezar es completamente inútil?

  • 2) ¿Cómo es que yo, siendo una persona racional, creo en la existencia de un lugar completamente imaginario como el paraíso?

  • 3) ¿Por qué habría yo de creer en un ser llamado "Dios" para el cual no existe absolutamente ninguna evidencia empírica?

Querido(a) lector(a), tal como señalé al comienzo de este documento, mi intención no ha sido criticarte por tus creencias, sino que, en lugar de ello, ayudarte a que te des cuenta de lo disparatadas que son. Te invito a seguir reflexionando, juntos, en forma racional, sobre la fe. Al hacerlo, su castillo de naipes se caerá, y ya no tendrás necesidad de seguir autoconvenciéndote con intrincadas, enmarañadas e ilógicas interpretaciones. Verás lo absurdo que resulta seguir parchando sus contradicciones con rebuscadas e irracionales excusas.

Con algo de suerte, la burbuja de superstición que te rodea y condiciona desde tu infancia temprana se romperá y podrás ser una persona racional de siglo veintiuno, libre de su espejismo y su influencia contraproducente.

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Asimismo, por favor ayuda a otras personas a reflexionar sobre su fe, compartiendo y difundiendo este libro con ellas.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  • La ciencia frente a las creencias religiosas: Ciencia y religión en los albores del nuevo milenio, por Juan Antonio Aguilera Mochón del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada. http://www.ugr.es/~jmochon/Opin/Opin_archivos/Cfcr.pdf

  • Sitio web Dios es Imaginario: Ateísmo, escepticismo y ciencia.

http://www.diosesimaginario.com

  • Sitio web God is imaginary www.godisimaginary.com

  • Sitio web Why won"t god heal amputees? The most important question that we can ask about god. http://www.whywontgodhealamputees.com

  • Cosmos, Carl Sagan, Editorial Planeta, primera edición.

  • The God Delusion, Richard Dawkins.

  • The Venus Project, beyond politics, poverty and war. http://www.thevenusproject.com

  • Watchtower, Official Web Site of Jehovah"s Witnesses. www.watchtower.org

  • ¿Quién es realmente Dios? Por Dark Matter.

http://www.youtube.com/watch?v=gNtqdQf5SQI

  • The Bible on Line http://www.holybibleonline.net

  • Sitio web El Tamiz, antes simplista que incomprensible http://eltamiz.com

  • Study of the Therapeutic Effects of Intercessory Prayer (STEP) in cardiac bypass patients: A multicenter randomized trial of uncertainty and certainty of receiving intercessory prayer, Benson, Dusek, Sherwood y Peter Lam, American Heart Journal Vol. 151, 934-942, abril 2006.

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2006/03/31/salud_personal/1143806054.html

http://journals.elsevierhealth.com/periodicals/ymhj/home

  • Pepe Rodríguez, Mentiras fundamentales de la Iglesia Católica.

http://www.n260.com/mentiras_fundamentales_de_la_iglesia_catolica.pdf

 

 

Autor:

Reflexion 21

Santiago de Chile, marzo de 2012.

[1] Existe numerosa evidencia que apoya esta afirmación. Véase el estudio realizado por Hauser y Singer de la Universidad de Harvard realizado sobre más de 1.500 personas de todo el mundo. Puedes participar en: http://bibliotecaesceptica.wordpress.com/2008/09/21/moralidad-sin-dios-marc-hauser-peter-singer

[2] Study of the Therapeutic Effects of Intercessory Prayer (STEP) in cardiac bypass patients: A multicenter randomized trial of uncertainty and certainty of receiving intercessory prayer American Heart Journal Vol. 151, 934-942, abril de 2006 http://www.elmundo.es/elmundosalud/2006/03/31/salud_personal/1143806054.html

[3] Argumento expuesto por primera vez por el filósofo griego Epicuro (341-270 a.C.)

[4] http://es.wikipedia.org/wiki/Homosexualidad_en_animales http://www.youtube.com/watch?v=WRMXb4PkEsc

[5] En realidad, este argumento fue expuesto por primera vez por Aristóteles (384-322 a. C)

[6] Albert Einstein.

[7] La prueba chi-cuadrado requiere que no más de un 20% de las casillas de la tabla de contingencia tenga frecuencias observadas inferior a 5 casos. Dado que la tabla no cumple esta condición, el autor ha procedido a ponderar todas las frecuencias por un factor de 10. Este truco no afecta la significancia obtenida.

[8] La prueba chi-cuadrado requiere que no más de un 20% de las casillas de la tabla de contingencia tenga frecuencias observadas inferior a 5 casos. Dado que la tabla no cumple esta condición, el autor ha procedido a ponderar todas las frecuencias por un factor de 10. Este truco no afecta la significancia obtenida.

[9] http://es.wikipedia.org/wiki/Profec%C3%ADa_autocumplida

[10] Revista ¡Despertad! Edición de junio de 2011: Terrorismo, ¿por qué? ¿hasta cuándo?

[11] Véase Sharía http://es.wikipedia.org/wiki/Sharia

Partes: 1, 2, 3
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