- Mantener una mente abierta y flexible ante los conocimientos y cambios.
- Generar conflictos cognitivos dentro del aula, como.presentar información nueva, sorprendente, incongruente con los conocimientos previos del alumno para que éste sienta la necesidad de investigar y reacomodar sus esquemas mentales.
- Tratar de que los alumnos tengan más interés por el proceso de aprender y no por las recompensas que puedan tener.
- Cuidar los mensajes que se dan. Tratar de no desmotivar a los alumnos diciendo que algo es muy difícil y que no van a poder con ello. Al contrario, hay que alentarlos a que den su mayor esfuerzo y felicitarlos por ello.
Ken Bain hizo una investigación acerca de las concepciones y prácticas de motivación de un grupo de profesores universitarios y, respecto a las razones que esgrimían lo docentes para motivar, este autor afirma que los maestros que participaron en el estudio dijeron que motivaban por el deseo "de ayudar a todos a comprender, de motivar respuestas, de promover el aprendizaje en profundidad, de implicarse y de considerar múltiples perspectivas"
La visión del observador…
Cuando uno de los maestros dice que quiere premiar a los discentes, es porque el docente quiere reforzare en ellos determinada conducta o actitud que él considera como conveniente. Este testimonio evidencia el sesgo conductista que aún tienen algunos maestros en sus prácticas; con fundamento en premios o castigos. A pesar de lo anterior, las razones expuestas por casi todos los maestros para motivar giran en torno al aprendizaje de sus alumnos. Muy pocos exhiben razones egoístas como afirmó uno de los maestros entrevistados; "porque me siento bien" ¿qué les puede hacer sentir bien? Pues, ver a sus estudiantes entusiasmados con el aprendizaje de la asignatura que imparten.
Los maestros deben motivar positivamente porque sus estudiantes posiblemente estarán concentrados en su tarea y en consecuencia, el trabajo del maestro se hará más sencillo y satisfactorio. Con lo anterior, se cumple aquello que dijo uno de los maestros. , "Mi labor tiene sentido" y "Me rinde más el trabajo".
Se debe motivar porque de esta manera se hace más significativo y agradable el aprendizaje y, por lo mismo, más eficiente y se orienta a los estudiantes para que sean artífices de su propio aprendizaje, porque se quiere propiciar acercamientos desde distintos ángulos a la realidad que se estudia y por tanto, enriquecer la experiencia de conocer Un aprendizaje eficaz de conocimientos y valores propende por el mejoramiento del desarrollo humano sostenible de una sociedad.
Circunstancias para motivar, según los maestros
La voz del maestro…
"Ninguna en especial", "Hay clases que se prestan", "Según el tema", "según la clase, según el título del tema o sobre lo que se va a hacer", "Con los de primaria", "Si hay tiempo", "Si los estudiantes terminan de hacer el trabajo". También si los estudiantes "están calmaditos, que tengan los puestos en orden, que cuando llegue no estén haciendo bulla", "si terminan de hacer el ejercicio físico" "cuando tenemos dos horas seguidas", "si es planeado", "Si no estamos quedados en el tema", "Siempre que leo los logros, decido hacer la motivación…Siempre es fríamente calculado",, "cuando hemos avanzado en el tema", "Cuando hay tiempo y no es continuación de la clase", "cuando "veo a los chamos aburridos o cansados", "cuando noto que al final de la semana están un poco tensos o distraídos", "Cuando se portan bien", "cuando vengo de buen humor", "Hay días en los que vengo mamado y no tengo ganas de jugar ni de pasarlos al tablero. Entonces les hago una actividad", "esto lo hago más con los de primaria; con los de secundaria casi no, porque es mucho relajo. Sin embargo, "A veces uno omite el paso por tiempo", "uno a veces anda alcanzado y tiene que avanzar… en el tema", "Cuando no hay tiempo y es continuación de la clase o…cuando uno anda alcanzado con el tema y si la clase anterior quedó mocha porque se acabó el tiempo, pues en la otra uno entra de una a seguir con el tema", " no lo hago ahora porque SEREV jode mucho…", "Cuando estamos quedados en el programa, si los pone uno a mamar gallo, sí que menos terminamos y a final de año estamos alcanzados y empieza uno con el corre-corre".
Entre las circunstancias que citaron los docentes para hacer motivación, merece mención especial su concepción del alumno, ya que ésta determina si se hacen o no actividades de motivación. A continuación se presenta la concepción que tienen los maestros de sus estudiantes en la institución objeto de estudio.
Concepción del estudiante por parte de los docentes
Al revisar los testimonios, se pudo distinguir que la concepción que tienen los docentes sobre sus alumnos se remiten a dos aspectos: aquello que ellos creen que son los estudiantes y aquello que creen que hacen.
Aquello que los estudiantes suelen hacer, según los maestros, es: "indisciplina", "la ley del menor de esfuerzo", " Se echan a dormir", "Andan elevados… No están en clase", "Brincan", "Joden con los otros", "Vienen por venir", "Se ponen a molestar", "No lo dejan a uno quieto", "Unos vienen sólo a joder", "No hacen caso", "No corrigen", "Para ellos todo es juego". Ellos son: "Muy niños", "Acosadores", "Cansones", "Gamines", "Flojos", "Lentos", "No son personas que tengan interés en el estudio", "Sienten envidia", Nunca van a estar todos contentos". Sin embargo, uno encuentra concepciones no tan negativas: "Unos participan y otros no", "Algunos se preocupan", " son pelao’s inquietos", "Tienen comportamiento normal" y otras muy positivas: "Son chicos buenos", "Respetuosos", "afectuosos", "Atienden", "cuando uno les llama la atención ellos guardan silencio, no son respondones", "Se portan bien", son "muy pilosos", "salen bien…la inmensa mayoría responde" (académicamente).
La voz de Sophya
Las circunstancias para aplicar la motivación hacen alusión al ambiente que los maestros consideran propicio para tal actividad; eso incluiría cosas como el estado de ánimo de los agentes de la motivación o el tiempo y el espacio propicios para la misma, por ejemplo. Para García Hoz en la obra citada, el ambiente es el primer estímulo que reciben las personas, en este caso tanto los maestros como los estudiantes. Este autor afirma: "contorno, entorno, medio, ámbito, hacen referencia a realidades que están alrededor de los sujetos, pero que simplemente pueden estar, sin que ninguna fuerza o dinamismo establezca relación eficaz entre lo circundante y la cosa circundada"
Este autor, habla de organizar a los estudiantes en función de tres aspectos que él considera claves. Dichos aspectos describen muy bien las principales circunstancias que habría que considerar a la hora de realizar un ejercicio de motivación:
- La madurez personal y social, estimada normalmente a partir de la edad cronológica.
- El tipo de actividad que ha de ser desarrollada y los intereses de los discentes.
- Las exigencias del tipo de programa que tenga que ser impartido.
José Jaramillo Plitt, de la Universidad de Caldas, Colombia, aborda las circunstancias desde la perspectiva de los medios didácticos empleados para abordar una temática con los estudiantes. Este autor afirma:
¿Qué métodos de enseñanza son los mejores para que se cautive al estudiante y se logre su máximo interés y por ende su máximo aprendizaje?. Los estudiantes se interesan notablemente sólo cuando se les da una información interesante y bien presentada con los medios y métodos más adecuados
Walter Arana reseña uno de los requisitos que se deben cumplir antes de propiciar la motivación. En sus palabras; "Uno de los problemas que afrontan los programas o actividades motivacionales es que generalmente se obvia algo fundamental: conocer o identificar aquellos factores que realmente motivan a la persona de manera individual y colectiva". Y más adelante sentencia:"pretender motivar al personal para mejorar la productividad sin considerar su individualidad es una falacia". Lo anterior invita a que los maestros conozcan más a su alumnado con el prepósito de cualificar las estrategias de motivación.
Con anterioridad se expuso que uno de los factores que tienen en cuenta los maestros a la hora de sopesar si hacen o nó motivación es la concepción que ellos tienen sobre el grupo de discentes al que eventualmente motivarían. Llama poderosamente la atención las valoraciones negativas que emitieron algunos de los maestros. Al respecto cabe decir que una de las cosas que debe tener presente un maestro es que la escuela tiene como propósito la inclusión social de las nuevas generaciones. Carrasco y Basterretche , en la obra citada, afirman que los maestros deben "contemplar a los alumnos como personas que requieren ayuda y orientación y más adelante agregan "Si los maestros esperan de sus estudiantes que sean inteligentes y personas dignas de aprecio, esto se reflejará en su actitud hacia ellos, lo cual influirá en el autoconcepto que desarrollen sus alumnos.
Por su parte, Eduardo Terrén en un comentario sobre su obra titulada: incorporación o asimilación. La escuela como espacio de inclusión social, sirve para cuestionar la concepción de algunos maestros relacionada con que se debe expulsar a los estudiantes considerados problema. Al respecto, este autor afirma que: "una escuela inclusiva reconceptualiza el fracaso ante el aprendizaje que sufren los más afectados por su diversidad y lo entiende no como algo natural a cierto alumnado, sino como resultado de la falta de adaptación del sistema educativo y de su incapacidad para ofrecer una respuesta transformadora a un entorno más complejo"
La visión del observador…
Los maestros carecen de claridad conceptual con respecto a las circunstancias que afectan la motivación. SEREV por su parte afirma que la motivación es independiente del estado de ánimo de los estudiantes y acto seguido afirma que la aplica cuando "ve a los chamos aburridos"; Cuando otro docente dice que "ninguna circunstancia en especial" rodea o precede a sus actividades; lo anterior quiere decir que no existe un motivo u ocasión especial por la cual se trate de motivar a los discentes, sino que, por el contrario, es una actividad cotidiana. Sin embargo, en la entrevista más adelante declara que no se hace motivación "Cuando los alumnos se portan mal o cuando me siento cansado o bajo de ánimo, pero esto último es muy raro". Lo anterior implica que si el comportamiento de los estudiantes no es del agrado del profesor, entonces, a manera de castigo, no se hacen actividades de motivación. Llama la atención que si el profesor no tiene ánimo o se siente cansado, tampoco las realiza. ¿Se habrán puesto a pensar los profesores que quizá eso mismo le pasa a sus estudiantes?, esto es, ¿Respetará el deseo de un estudiante de no participar cuando "se sienta cansado o bajo de ánimo"?
Las circunstancias que los profesores dicen que se deben cumplir están relacionadas con el tiempo y la cantidad de contenidos que se supone deben ser vistos en la clase. Si los estudiantes se portan bien o si han hecho aquello que el maestro tenía previsto para hacer en la clase (con aquello que se evidencia que las actividades de motivación serían como un relleno) o el profesor los nota cansados, si se dispone de dos horas seguidas (para recuperar el "tiempo perdido"), si se planea con anterioridad, según el estado de ánimo del profesor
Todos los maestros manifestaron que e sus clases trataban de hacer motivación, lo cual puede sugerir, que son modestos o que no son conscientes de que motivan con algunas actividades a sus estudiantes. Quizá ignoran qué es la motivación. Respalda la anterior afirmación el hecho de que PEFG dude cuando se le pregunta si motiva a sus estudiantes y responda: "Humm.. yo les doy ánimo" o que confundan la motivación con juegos o con el cambio de ambiente. Estos son sólo algunos de los factores que podrían influir en la motivación de los estudiantes, de hecho, cuando se les consultó sobre por qué algunas clases les gustan más que otras, el 6666% manifestó que porque los sacaban de clase . Lo cierto es que cuando se les hizo la pregunta, la mayoría de los docentes consultados demoró unos segundos su respuesta mientras aparentemente reflexionaban al respecto.
La mayoría de docentes se preocupan más por cumplir un programa y la motivación e convierte en algo secundario "si el tiempo alcanza, entonces se hace. Por otro lado, no es bien visto que se haga motivación si ya se ha hecho. Se limita la motivación a un tema. Tal vez se concibe como una práctica ligada a contenidos. El maestro debe liberarse de la presión por cumplir con una determinada cantidad de contenidos para centrarse en el proceso de aprendizaje y, una vez liberado del lastre de cumplir con un cronograma basado en los contenidos, ensayar nuevas técnicas para atraerle interés de los estudiantes sin temor a alterar escenarios y modificar los contenidos que se traten en la clase. Lo anterior lleva a plantear que se le otrogue una mayor importancia al fenómeno de la motivación en el aula en los curricula de las carreras de licenciatura en el país
En los testimonios de los maestros se puede distinguir aquello que ellos creen que los estudiantes suelen hacer, y aquello que los maestros creen que sus estudiantes son. Con respecto al primer tópico, según los maestros, los estudiantes hacen: "indisciplina", "la ley del menor de esfuerzo", " Se echan a dormir", "Andan elevados… No están en clase", "Brincan", "Joden con los otros", "Vienen por venir", "Se ponen a molestar", "No lo dejan a uno quieto", "Unos vienen sólo a joder", "No hacen caso", "No corrigen", "Para ellos todo es juego". Y opinan que Ellos son: "Muy niños", "Acosadores", "Cansones", "Gamines", "Flojos", "Lentos", "No son personas que tengan interés en el estudio", "Sienten envidia", Nunca van a estar todos contentos". Sin embargo, uno encuentra concepciones no tan negativas: Algunos de los entrevistados afirmaron que "Unos participan y otros no", "Algunos se preocupan", " son pelao’s inquietos", "Tienen comportamiento normal" y otras muy positivas: "Son chicos buenos", "Respetuosos", "afectuosos", "Atienden", "cuando uno les llama la atención ellos guardan silencio, no son respondones", "Se portan bien", son "muy pilosos", "salen bien…la inmensa mayoría responde" (académicamente). Como se puede observar, en los testimonios hay dos tipos de respuestas diametralmente opuestas: las que tienen una noción negativa de aquello que creen que son y que consideran que hacen los estudiantes y las que son positivas sobre los mismos aspectos. Sin llegar a ser conclusivos, cabe indicar como hecho curioso que en este caso particular las concepciones negativas fueron emitidas por los maestros de más edad, mientras que los jóvenes tuvieron una visión opuesta. Al parecer, en las actitudes descritas con anterioridad influye la concepción que tienen los maestros de sus estudiantes.
Causa curiosidad los términos que emplea SEREV para referirse a los estudiantes a los que considera más "cansones": "acosadores", "gamines", "gañanes" Cuando dice que le gustaría que se hiciera "aseo", en su discurso subyace la concepción de que dichos estudiantes son basura, y como tales, que hay que deshacerse de ellos, es decir, excluirlos de la escuela, a la vieja usanza, cuando se expulsaba a los estudiantes sin mayores contemplaciones. Para este docente Mantener a los estudiantes motivados es tenerlos ocupados haciendo algún tipo de actividad, así sea para ellos aburrida. Al parecer lo más importante es la tranquilidad de este maestro. Según las afirmaciones de los estudiantes, no le gustaba que le preguntaran por las notas, ni que la llamaran al puesto para consultarle
Llama la atención que los maestros cuya concepción del estudiante fue desfavorable hayan sido los más cuestionados por sus estudiantes, tal como se refleja en la figura 9; en ella se muestran las preferencias de los discentes por las clases. Obsérvese que hay un claro rechazo a las asignaturas de PFEG y SEREV. Lo anterior sugiere la siguiente pregunta: ¿Habrá alguna relación entre la edad de los maestros y las clases menos motivantes? ¿Son maestros que se hallan fuertemente influidos por el paradigma anterior, los que hacen las clases menos motivantes? Un estudio realizado en Chile ofrece evidencia que apunta en ésa dirección.
Los autores, Manuel Pérez, Luis Antonio Reyes y Carmen Sepúlveda, revelaron en su libro que en la población objeto de estudio, aquéllos maestros con más de diez años de labores docentes, exhibían actitudes pesimistas, mientras que los maestros con entre seis y diez años de experiencia fueron calificados por sus estudiantes como más claros en sus explicaciones. Sería interesante realizar una investigación orientada a encontrar evidencias con el ánimo de formular, a partir de los resultados obtenidos, estrategias de motivación para quienes se espera que sean motivadores de sus discentes.
6. CONCLUSIONES
Los constantes avances científicos y tecnológicos de la humanidad hacen que la frontera del conocimiento se expanda generando de manera casi continua nuevas delimitaciones en los objetos de estudio. La miríada de conocimientos ha derivado, por un lado, en un incremento de la especialización y, por otro, en una mayor abstracción de la realidad. De tal forma, que la generación y difusión de conocimientos requiere del trabajo transdisciplinar y de la formulación de estrategias de enseñanza y aprendizaje alternativas al modelo tradicional. Dicho modelo se ha caracterizado por la existencia de la desmotivación de los estudiantes, la falta de interés de los alumnos, el fracaso escolar y la preponderancia del ejercicio del aprendizaje memorístico sin comprensión. Colombia, a pesar de su dinámica de subdesarrollo, no ha sido ajena a esta corriente mundial. Su juventud viene reclamando no sólo nuevas formas de expresión, diversión y estilo de vida, sino también acceso al conocimiento de una manera más sencilla y agradable, lo cual ha coincidido con el deseo de no pocos educadores y legisladores por cambiar aquéllas estructuras metodológicas que han imperado en los centros educativos y que se han caracterizado principalmente, por la puesta en marcha de procesos pedagógicos con propósitos que no necesariamente responden a los intereses y necesidades de los aprendices. En este contexto, surge la aplicación de la motivación en el ejercicio docente como una estrategia para captar el interés de los estudiantes por aprender y hacer de este ejercicio una actividad mucho más significativa, y por lo mismo, más duradera. En esta investigación se escogieron tres aspectos relacionados con este tópico: las concepciones de motivación de los maestros, las prácticas de motivación que éstos realizan en el aula y los sentimientos que surgen en los estudiantes como consecuencia de ellas. En primer término, con respecto a las concepciones de motivación de los profesores, se concluyó que:
- Los maestros conciben la motivación como una etapa del proceso de enseñanza y como tal, no es permanente; ocupa un tiempo limitado. Al ser una etapa, quien inicia o da la pauta para dichas actividades motivadoras es el maestro. Cuando se afirma que la motivación "implica algo lúdico", se evidencia que, para algunos, dicho término se asocia a juegos y a aquello que los juegos implican, esto es, un ambiente relajado, sin presiones, alegre e Informal. Para otros, la expresi{on se asocia al término "ocio" y específicamente a un ocio no productivo, lo cual es visto con desconfianza por ése grupo de maestros. Fue interesante descubrir que a pesar de que buena parte de las prácticas de motivación de los maestros son de índole conductista, los profesores no las reconocen como tales. El conductismo es recordado por las principales acciones que se realizaban antaño, cuando fueron educados tales maestros, esto es, los golpes; y si no hay tal práctica, conciben que no se aplica dicha doctrina. Existen dos aspectos que influyen en la decisión de un maestro relativa a si hace o no actividades de motivación: el primero es la concepción que tenga de sus estudiantes; si la concepción es positiva, puede mostrarse favorable a motivar, mientras que no lo hará en caso contrario. El segundo está relacionado con que el tema de la asignatura se vaya cumpliendo en los tiempos planeados. Si el maestro percibe que el tiempo es corto para la cantidad de tema que le hace falta abordar según el microcurrículo previsto, entonces pasará por alto la motivación. Por otro lado, se concluyó que en la concepción de motivación de los maestros no se manifiestan los aspectos cognitivos ni volitivos que reseña la teoría; sólo se asocia con los aspectos orécticos que señala la misma. Finalmente, a pesar de que todos los maestros reconocen el importante papel que juega en los estudiantes la motivación, en su discurso y en su práctica, se evidencia que ocupa un papel secundario.
El segundo aspecto de las conclusiones se refiere a lo que los maestros hacen en el aula. En este tópico se pudo concluir que:
- Entre las prácticas de motivación que realizaban los maestros en la institución objeto e estudio, figuraban: palabras de ánimo juegos, canciones, dibujos, trabajos y evaluaciones en grupo, películas, consultas, saludos dentro y fuera del salón, sonrisas, uso de colores, escritura legible y ordenada en el tablero, oportunidades de recuperación, lenguaje claro, diferentes escenarios, tareas sencillas, concursos, estímulo de la competencia y de las responsabilidades individual y colectiva, divulgación de los logros a alcanzar y de las expectativas del maestro, reconocimiento público, trabajos manuales, visitas a sitios de interés, cuentos y movimientos corporales. Estas prácticas de motivación están más relacionadas con lo que la teoría ha clasificado como: motivaciones de competencia, de logro o de los tipos extrínseco o intrínseco. También se identificó que los maestros intentaban despertar en los alumnos metas de valoración social y miedo al castigo o al rechazo .La mayoría de los profesores optaba por aplicar la motivación en pocos momentos, por ejemplo, al inicio del año lectivo o cuando se tiene tiempo libre. Las prácticas desmotivadoras detectadas en este estudio fueron: notas en el observador, quices como castigo y observaciones y correcciones escritas con color rojo. Estas prácticas, al desmotivar, dificultan el desarrollo de las competencias de los discentes y su acceso al conocimiento.
En síntesis, las concepciones y prácticas de motivación estudiadas se relacionan con varios factores, a saber: la actitud que asume y transmite el maestro frente a los discentes, los instrumentos de mediación que quiere y puede aplicar, la concepción que tiene el maestro de sus estudiantes, las acciones de motivación y las implicaciones prácticas que se deriven de dichas acciones, los propósitos que tiene el maestro al aplicarlas, sus razones y expectativas y las circunstancias de aplicación, así como su regularidad. Las actividades de motivación se centran en las circunstancias o ambiente de las clases y en las acciones que los estudiantes deben hacer en ellas; mientras que las concepciones y expectativas de los maestros con respecto a dichas actividades se centran en los resultados de los estudiantes en términos de su rendimiento académico. Aquí cabe una pregunta: ¿El hecho de que los estudiantes obtengan buenos resultados implica que sean competentes?
El último aspecto de las conclusiones se refiere a los sentimientos de los estudiantes frente a las prácticas de los maestros. Al respecto, se concluye que:
- En los sentimientos de los estudiantes, derivados de las acciones de motivación, juega un papel determinante las percepciones que tiene quien aprende sobre sí mismo y sobre sus capacidades. Lo anterior incluye su autoestima, su autoimagen. También influye en los sentimientos las percepciones que tiene el discente sobre el clima organizacional que le rodea: si es opresivo, se verá poco motivado; si es de creatividad y se le permite que actúe con algún margen de libertad, se verá más motivado. Por su parte, las valoraciones que hacen los estudiantes de las actividades motivadoras incluyen consideraciones referidas a los resultados percibidos por ellos como consecuencia de dichas actividades, las acciones que tengan que realizar, los sentimientos y deseos que surjan en él y las actitudes que le perciban al maestro. Las actitudes y actos de un profesor amargado provocan en los estudiantes ansiedad negativa, mientras que las actitudes y actos de un profesor chévere generan motivación en los alumnos. Un profesor amargado, también calificado como "regañón", o "cascarrabias," tiene actitudes o conductas desestimulantes, como cambiar en la marcha las reglas de juego sin informarles o sin buscar el consenso; hace dictados extensos, tiene preferencias por uno o más de los alumnos, les hace firmar el observador o les grita delante de terceros. Un profesor amargado es un docente aparentemente inconforme con sus estudiantes o con su trabajo. Estos maestros abusan del uso de la palabra al realizar explicaciones extensas, haciéndolas monótonas; no han hallado una estrategia de comunicación eficaz con el discente para hacerle a éste último más fácil el aprendizaje. Con lo anterior, el alumno tiene la percepción de que el tema de la asignatura es muy complejo y que excede sus capacidades. Cuando, según los estudiantes, los profesores son amargados, las clases se sumergen en la rutina, en actividades repetitivas sin sentido para ellos. Frente a lo anterior, los discentes manifiestan sentimientos de aburrimiento, rabia, decepción, temor, frustración y resentimiento, entre otros. Estos sentimientos no propician el aprendizaje. Por otro lado, Un maestro chévere es aquél que desee motivar a sus estudiantes y asume una actitud que demuestre que no sólo desea compartir sus conocimientos, sino que también disfruta con ello y quiere aprender con sus discentes; su principal propósito es darle sentido, desde la perspectiva de los alumnos, a un conjunto de conocimientos mientras genera en ellos sensaciones de bienestar y actitudes positivas ligadas a dichos conocimientos. Frente a lo anterior los estudiantes sienten agrado, confianza, entusiasmo, que participan, que se divierten, que el tiempo se pasa volando y, lo más importante, que aprenden. Finalmente, se puede concluir que no hay profesores chéveres ni amargados en términos absolutos sino que hay acciones, actitudes e instrumentos de motivación que son del agrado de los estudiantes y otros que no.
7. RECOMENDACIONES
En el marco teórico se expuso la postura de Maryellen Weimer y P. Printich, autores quienes coinciden en afirmar que pocos trabajos de investigación pedagógica se ocupaban de orientar a los maestros con instrucciones o recomendaciones que los ayudasen a mejorar sus prácticas en el aula. Haciendo eco a dicha crítica, a continuación se exponen unas aseveraciones que en esencia dos tópicos. El primero está relacionado con recomendaciones personales del autor para mejorar las clases, y el segundo está constituido por interrogantes y reflexiones que podrían orientar la continuación del presente trabajo.
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