Construcción y destrucción del ideario humano
- Globalización, un término ambiguo y abarcador
- De la caída del muro a la unificación del globo
- En busca de la "aldea global"
- Integración mundial, ¿Positiva o negativa?
- Nuestro tiempo, ¿Globalizado?
- Utopía.Tomás Moro y su sociedad perfecta
- Utopía, deseo de la humanidad
- Pensar globalmente, actuar localmente
- Convergencia.Durmiendo con el enemigo
- Conclusión
- Bibliografía
"La globalización es una de esas palabras engañosas
que forman parte de las nociones instrumentales que,
bajo el efecto de las lógicas mercantiles y a espaldas de
los ciudadanos,se han adaptado hasta el punto de
hacerse indispensables para establecer la comunicación
entre ciudadanos de culturas muy diferentes."
-Armand Mattelart, La mundialización de la comunicación
La globalización es un fenómeno que nos afecta en todos los ámbitos. Aunque es un término relativamente joven, ha adquirido un protagonismo tan grande que es piedra angular de nuestas discusiones retóricas actuales.
Las comunicaciones están estrechamente ligadas con este concepto, ya que constituyen uno de los motores para su origen y desarrollo. Esto no nos debe parecer extraño porque actualmente, como diría Héctor Sepúlveda, "es imposible analizar la realidad sin los medios" de comunicación y éstos son una influencia sustancial en nuestra vida.
Las utopías son tan antiguas como la humanidad pues representan lo que anhelamos. Encontramos pensamientos utópicos en todas las áreas de nuestra vida, que se encamina a la sociedad global.
Exposición del proceso
El tema asignado es uno muy abarcador. Por lo tanto, recurrimos inmediatamente a diversas fuentes de información para empaparnos de todo lo relacionado con globalización y utopía. Le adjudicamos especial importancia a los textos de los teóricos de la comunicación, ya que es nuestra área de especialización.
A diferencia de la forma en que normalmente los estudiantes tratan las actividades en grupo, dividiéndose el trabajo para luego conglomerarlo, realizamos todo lo concerniente al proyecto juntos, desde comprar los libros para la referencia hasta redactar el trabajo.
Comenzamos por leer los textos y anotar las ideas más importantes. Luego recurrimos a la Internet para buscar otras visiones y enlazarlas con lo leído. Entrevistamos al economista Juan Lara, catedrático del Departamento de Economía de la Universidad de Puerto Rico, para aclarar los conceptos y recibir opiniones "locales" acerca de la globalización. Después de haber buscado, leído y anotado la información que consideramos suficiente, procedimos a esquematizar la investigación para redactar el escrito, en el cual nos basamos para preparar nuestra presentación para los compañeros de clase.
Descripción de la investigación
Esta investigación presenta los rasgos generales de los conceptos de globalización y utopía. Pretende que el lector pueda entender en qué se basan los términos, sus orígenes, desarrollo, acepciones y actualidad teórica.
Se ha dividido la investigación en tres partes: la primera describe el fenómeno de la globalización; la segunda expone los elementos de la utopía; y la tercera muestra la convergencia que existe entre estos dos conceptos.
El objetivo de la investigación es comparar y contrastar la globalización frente a la utopía para descubrir cómo se conectan y, en segundo plano pero no menos importante, observar la influencia de la comunicación en estas situaciones.
Globalización, un término ambiguo y abarcador
La globalización es uno de los conceptos más utilizados hoy día en la retórica intelectual y popular mundial. A pesar de esto, es imposible construir una definición total, precisa y ampliamente aceptada del término, porque simplemente es una palabra de uso muy extendido y, por tanto, es difícil trazar una línea absoluta de su significado.
Ciertamente, estamos hablando de un fenómeno sin precedentes, que se manifiesta en múltiples aspectos de la raza humana. Es importante que se entienda que la globalización no es un sistema, ni un régimen. Observamos que la globalización es un proceso evolutivo dentro de la historia global. La mayoría de los estudiosos consideran que es un conjunto de fases y, más aún, un intento de unificar el mundo por medio de un orden común global. A través de la globalización, se trata de homogeneizar todos los aspectos de la vida humana, con el fin último de crear un sistema perfecto y armónico en el que todos los individuos comparten una visión común del mundo.
Cada rama del saber y cada teórico le dan su propio giro al concepto de globalización. Las múltiples acepciones, dependiendo de los distintos campos de estudio, provocan la ambigüedad que nos impide dar una definición clara del término.
Economía sin barreras
Esto se explica si tomamos en cuenta que la mayoría de los autores que escriben sobre el tema son economistas, que perciben el mundo como unidad operativa y ven el concepto como la homogeneización del consumo, donde los protagonistas son las empresas transnacionles. "El consenso globalizador monta su visión en varias premisas centrales: intensificación del intercambio comercial, creciente importancia de los servicios en el mismo que, junto a los flujos de información, da lugar a la desmaterialización de los bienes, desterritorialización de la actividad económica, difusión generalizada de la tecnología y movilidad de los factores de producción." (Catalá Olivares 2000). Se considera que vivimos en una fábrica global, donde el modo de producción y organización capitalista rompen fronteras: dejan de ser internacionales o multinacionales para convertirse en globalizadas.
Se propone que la globalización funge como una unificación financiera del mundo, es decir que el intercambio monetario mundial ha adquirido un matiz global, amparado en la circulación de órdenes de compra y venta de valores bursátiles. Hace 20 años la economía financiera (venta y compra de divisas y valores de "la bolsa" de todo tipo) representaba un 5% de la economía mundial y el otro 95% estaba ocupado por la economía real (la economía del sector primario de la agricultura, del sector secundario de la industria o del sector terciario de los servicios, o sea la que crea bienes concretos y palpables y la que crea trabajo). Actualmente, los números se invierten; el 95% de la economía es financiera y el 5% es real. Así, la mayor parte de la economía es pura especulación, pues no crea empleos ni bienes; es una simple circulación de flujos financieros. Esta característica de la economía global surge como consecuencia de la revolución que ha habido en la comunicación.
Néstor García Canclini argumenta que "la globalización es un conjunto de estrategias para realizar la hegemonía de macroempresas industriales, corporaciones financieras, majors del cine, la televisión, la música y la informática, para apropiarse de los recursos naturales y culturales, del trabajo, del ocio y el dinero de los países pobres, subordinándolos a la explotación concentrada…" (1999; 31).
Algunos exponen que la globalización económica pone a la política bajo la autoridad de la dictadura del mercado. Otros sostienen que a partir de ésta es que surgen nuevas alternativas políticas que reordenan los procesos económicos para reintegrarlos al control político.
Un gobierno mundial
El concepto de globalización alcanzó su apogeo tras el derrumbe de los sistemas políticos del mundo comunista. Existían dos polos económicos y políticos: los Estados unidos de América y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. La bipolaridad mundial terminó con la globalización; aunque muchos creen que, tras la caída del muro, se pasa a la unipolaridad mundial por la actitud hegemónica de los Estados Unidos. Si un país tiene más poder que otros, no vivimos la globalización.
La globalización política sugiere la democratización mundial bajo un mismo régimen. La homogeneización política es descrita por Octavio Ianni con estas palabras: "El mundo ya no es exclusivamente un conjunto de naciones, sociedades nacionales, estados-naciones, en sus relaciones de interdependencia, dependencia, colonialismo, imperialismo, bilateralismo, multilateralismo… han sido subsumidos formal o realmente por las configuraciones y los movimientos de la globalización." (1997; 3).
Las finanzas y las compañías multinacionales debilitan el poder de los estados nacionales, contribuyendo a la sociedad global. Con la globalización, nos vamos haciendo cada vez más "iguales" y nos convertimos en ciudadanos del mundo y no de nuestros respectivos países.
Las fronteras se desdibujan
La "aldea global" implica que el mundo está unificado en una misma masa consonante. La globalización desvanece las barreras geográficas. A través de las telecomunicaciones, se trascienden las delimitaciones territoriales, uniendo al mundo mediante ondas y cables. "Espacio ya no es solo el lugar geográfico, sino también el virtual de la comunicación". (Mires 2000; 48).
La comunidad global
La comunicación es el elemento básico de una comunidad. El mundo de las comunicaciones ha sido uno de los gestores más significativos para la globalización. La industria de la comunicación afecta directamente el proceso de interrelación de economía, política, y cultura que hace posible el fenómeno de la globalización, por esto las comunicaciones tienen un papel protagónico en la construcción de la globalidad. "El movimiento hacia una cultura mediática global tiene varias fuentes, de las cuales destacan el tremendo incremento de la capacidad de transmitir, con bajo coste, sonidos e imágenes (en movimiento), más allá de las propias fronteras y por todo el mundo, superando los límites de tiempo y espacio, y el crecimiento de los negocios mediáticos mundiales (y de los mercados mundiales para los productos mediáticos), que proporcionan el marco de la organización y la fuerza motriz de la globalización." (McQuail 2000; 183).
La aceleración de los flujos comunicacionales, a causa de la invención de la web, los sátelites y la telefonía móvil, redujeron el tiempo y la dificultad al intercambiar información. "La posibilidad de enviar mucha información para comunicar" (Ramonet, en-línea) hizo posible que el mundo comunicacional se eclipsara en una revolución digital de eficiencia, logrando lazos culturales y sociales entre individuos de todo el globo.
La comunicación como vehículo de intercambio de flujos informacionales, funciona como transporte de imaginarios, simbolismos y visiones, primordialmente de la sociedad capitalista, promoviendo así este ideal de una aldea global. Tal como postula S. Caballero: "El papel de los medios de información en el proceso de transnacionalización cultural ha sido definido por la determinación de los valores transversales que integran los objetivos de la producción capitalista: mantener en funcionamiento el sistema productivo mediante la instauración de la norma acrítica del consumo; sostener la estructura del poder político que consolida el orden económico y la desigualdad social; reforzar una cosmovisión atomizada de lo social en el control de las actitudes y valores; y reducir la capacidad crítica de los comunicadores en función de patrones ideológicos de corporativismo profesional." (2000, citado en Álvarez, en-línea).
El teórico de la comunicación, Armand Mattelart, expone que: "Las redes de comunicación en tiempo real están configurando el modo de organización del planeta. Los dispositivos de comunicación, al ampliar progresivamente el ámbito de circulación de las personas y bienes materiales y simbólicos, han acelerado la incorporación de las sociedades particulares en unos conjuntos cada vez más vastos, y no han cesado de desplazar las fronteras físicas, intelectuales y mentales." (1998; 7). El gran desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación de los últimos cincuenta años ha posibilitado la mundialización de la civilización occidental.
"Macdonalización" del mundo
Según el antropólogo Claude Lévi-Strauss, "la humanidad se está instalando en la monocultura" (citado en Mattelart 1998). Las grandes empresas, en su afán comercial, han logrado reglamentar nuestra cultura, adaptándola a sus intereses particulares y cancelando nuestro sentido de idiosincracia, creando una nueva identidad común y estándar en todos los individuos: la "macdonalización".
El cambio o intercambio cultural constituye un proceso normal en la evolución humana; adquirimos costumbres, modos de comportamiento y expresión de distintos grupos. La fusión cultural es natural, pero la homogeneización global acelera este desarrollo. La globalización es un componente de la cultura contemporánea, "pero no es la única lógica capaz de modelar los destinos de nuestro planeta" (Mattelart 1998; 107). Cuando encontramos que la cultura global responde solamente a los intereses socioeconómicos de un grupo nos topamos con un intercambio desigual y un imperialismo cultural.
Muchos teóricos plantean que el concepto de globalización es un eufemismo para no decir "americanización". Esto se refiere a la invasión y asimilación mundial en torno a un centro, que controla todos los aspectos de la vida social: la nación estadounidense. Lo vemos reflejado en los medios de comunicación, donde el idioma imperante es el inglés y la información más difundida es la que promueve el sueño americano; donde el mayor imperio del mundo ejerce su poder para controlar la cultura "massmediática" y crear una cultura global.
De la caída del muro a la unificación del globo
No se puede determinar un significado preciso para la palabra globalización; igualmente, tampoco es posible determinar la fecha exacta en que comienza. Autores como Chesnaux y Wallerstein, la sitúan en el siglo XVI, al iniciarse la expansión capitalista y de la modernidad occidental. Otros estudiosos colocan el origen a mediados del siglo XX, con el surgimiento de las innovaciones tecnológicas y comunicacionales, que articulan los mercados a escala mundial.
Las teorías más aceptadas sobre el origen de la globalización son las que lo ubican entre finales de los años 80’s y principios de los 90’s, determinado por la caída del Muro de Berlín en el 1989 y la desaparición de la Unión Soviética en 1991. Estos dos sucesos perfilan un mundo nuevo, de rápidos cambios, donde ha muerto la bipolaridad mundial y ya no existe una visión alternativa. Con la caída de la URSS, el bloque del primer mundo hegemoniza a los demás países bajo su visión.
Estos dos acontecimientos crearon un mundo geopolítico nuevo; pero hubo otros factores de influencia en este proceso. La globalización suele vincularse con los avances en la tecnología de la transportación y de la comunicación y las consecuencias de éstos en la superación de la barrera de la distancia. La invención de la Web (que casualmente coincide con la fecha de la caída del Muro de Berlín), de los satélites y la telefonía móvil, la reducción de los costos de transporte, la apertura de las fronteras, la fragmentación geográfica de la producción, la mejoría del comercio internacional, en general, la financiación global y las nuevas alianzas estratégicas entre la tecnología y las empresas/instituciones, trajeron como consecuencia la explosión de la globalización.
Las navegaciones a través de los océanos y las aperturas comerciales, dan paso a la internacionalización de la economía y la cultura. Este proceso da pie a la transnacionalización, donde los mercados tienen su empresa base y "sucursales" en diferentes puntos del mapa. La globalización surge de estos dos conceptos, pero no deben confundirse entre ellos. Los movimientos internacionales se basan en el contacto entre dos grupos de naciones diferentes; mientras que las transnacionales presentan una mayor fusión, al no estar anclados exclusivamente en una nación; finalmente, la globalización busca la desterritorialización total y no pertenece a un grupo, sino a todos.
A partir de las influencias económicas de las transnacionales y el intercambio de flujos comunicacionales, tanto políticos como sociales y culturales, se empieza a ver un efecto concreto en el mundo. Ya las fronteras no son un probema: las posibilidades de poder comunicarte rápida y eficientemente con personas del otro lado del mundo, con culturas e idiomas diferentes; el comienzo de un intercambio financiero mundial que unifica a países separados geográficamente en relaciones económicas mundiales; la factibilidad de transportar personas, mercancías, información, imaginarios… en tiempos cortos, entre países y a través de fronteras; la democratización progresiva de las naciones del mundo bajo un solo sistema; la universalización de los derechos humanos y ecológicos; la desaparición de intermediarios inútiles; la diversificación del sistema de producción y comercio, empiezan a perfilar un mundo nuevo, sin fronteras, donde mueren las distancias y se unifican las culturas. Esto va haciendo que desaparezca el concepto de localidad y que nos preocupemos de las situaciones del globo; ya no somos un pueblo, ahora somos un mundo.
Integración mundial, ¿positiva o negativa?
Algunos sectores ven la globalización como la nueva cara del imperialismo, otros como un proceso interesante y unificador. Igual que la definición del concepto, la valorización de la globalización depende de la óptica con la cual se observa. Los estudiosos se han dividido entre críticos y entusiastas de esta tendencia.
"La visión positiva de la transnacionalización reviste varias formas, empezando con la noción de que la comunicación de masas podría ser el primer <multiplicador de movilidad> para la difusión de las prácticas modernas y de la democracia." (McQuail 2000; 185). La globalización ayuda a vencer las limitaciones de espacio y tiempo; a entender otras culturas y enriquecernos a través de ellas; y a promover la paz entre las naciones.
Resulta imposible argumentar que toda integración mundial sea beneficiosa para todos. Con los intereses privados controlando la mundialización se agravan problemas como el desempleo, la contaminación, la violencia y el narcotráfico. Otro aspecto negativo es el exceso de poder que quedaría en manos de unos pocos. "No deja de ser interesante destacar que la mayoría de los autores globalistas tienden a presentar la globlización como una suerte de catástrofe universal, ocurrida como consecuencia del desarrollo capitalista a escala mundial. Particularmente, entre los autores de inspiración marxista o postmarxista, la globalización aparece como la fase superior del imperialismo, que ha conducido al mundo, presuntamente, a una situación sin salida." (Mires 2000; 121).
Muchos teóricos exponen que todavía no vivimos una globalización real; que carecemos del marco conceptual para abordar lo global y que solemos confundirlo con lo internacional. El economista Francisco Catalá observa que: "La visión de una aldea cibernética así como la de una línea de ensamblaje global articulada por corporaciones globales no se ajusta a los hechos. Es cierto que alrededor de una tercera parte del comercio mundial está inscrito en redes de producción transnacional, pero es igualmente cierto, como ya se consignó, que dicho comercio se concentra eminentemente entre los países desarrollados. Esto sugiere que las multinacionales suelen estar atadas a una particular base nacional." (2000).
Por lo tanto, nos preguntamos si la globalización existe o es sólo una utopía.
Tomás Moro y su sociedad perfecta
Utopía (latín, isla imaginaria), palabra proveniente del latín moderno, formada de las palabras griegas ou y topos que unidas significan lugar que no existe. Utilizada por primera vez por el escritor inglés Tomás Moro, en su obra maestra Utopía (1516), que es un tratado filosófico en el que plantea un estado pefecto, armónico e ideal en el que todos los individuos se despojan de sus pretensiones personales y se unen en pro del bien común bajo un sistema de cooperación comunal. Moro plantea que el hombre no es malo por naturaleza, sino todo lo contrario; éste postula que las instituciones cimentadas en la propiedad privada corrompen la ingenuidad humana haciendo a los individuos malos, egoístas y ambiciosos. Moro plantea que la única forma de gobierno total y perfecta es una en la que la política quede subordinada a la libertad y en la que la felicidad común de los hombres, no como individuos sino como un conglomerado, sea el fin último. Siguiendo este postulado, Moro nos presenta un lugar en el que la razón de todos los males, la búsqueda de enriquecimiento, ha desaparecido gracias a la anulación de la propiedad privada y en donde todos los individuos viven en armonía.
La utopía es la perfección común a la que se pretende llegar; es un ideal alejado de la realidad. Existen diferentes utopías. La más famosa es el comunismo o la utopía marxista, que promete que nadie sufrirá de necesidades materiales pues todos compartirán el bien común. En distintos momentos, han surgido postulados de sociedades perfectas, con las utopías de distintos grupos: capitalista (libre comercio y oportunidad de alcanzar fortuna), democrática (igualdad de derechos y representación), ambientalista (salvar el medio ambiente y conservar los recursos naturales, a la par con el progreso tecnológico)…
Michel Chevalier describe la utopía de la comunicación: "La comunicación reduce las distancias no sólo de un punto a otro, sino también de las clases sociales. La mejora de la comunicaciones equivale, por consiguiente, a <actuar por la igualdad y la democracia>" (citado en Mattelart 1998; 25).
La utopía del Estado Mundial, donde la sociedad civil responde a un mismo gobierno y se borra la noción de estados nacionales, se ve muy clara en el discurso de la globalización, pero no es algo completamente nuevo. Napoleón y Hitler intentaron unificar el globo mediante la imposición de sus grandes ejércitos; Lenin y Stalin lo trataron con la creación de microdespotismos; hoy se quiere lograr a través de las redes de Internet.
Actualmente, la utopía más popular es la cibernética, que concibe un mundo unido por las telecomunicaciones, donde la transmisión de información y conocimiento forma una sociedad global, liberada y culturalmente armónica.
"Existe un marcado contraste entre el discurso utópico sobre las promesas de un mundo mejor, alcanzado por la mediación de las técnicas y la realidad de las luchas, por el control de los equipos e instrumentos de la comunicación; así como por la hegemonía respecto a normas y sistemas." (Mattelart 1998; 28). Hay una gran diferencia entre lo que estas utopías nos proponen y nuestra realidad social.
Los posmodernos atacan a las utopías porque piensan que la humanidad no debe buscar lo irrealizable, mientras que los marxistas consideran que la vida sin utopía no tiene razón de vivirse, ya que el ser humano siempre debe buscar un ideal; o como expresa el cantautor catalán Joan Manuel Serrat: "sin utopía la vida sería un ensayo para la muerte".
Pensar globalmente, actuar localmente
Las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) representan la comunicación alternativa y son la respuesta de los sectores marginados al poder de los medios de información masiva. Éstas comenzaron como grupos minoritarios, pero ya se han diversificado y se han dado a conocer en los principales planos de la comunicación internacional, usando los medios cabalmente para convertir sus causas en acontecimientos. "El modo de actuar de las organizaciones no gubernamentales desestabiliza a las grandes sociedades hacia las que apuntan y les obliga a pensar en la gestión de lo irracional", señala Mattelart (2000; 398).
El término globalización se ha convertido en la consigna de las ONG, quienes se oponen al Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio, el Libre Comercio de América Latina y otras entidades como éstas porque entienden que promueven la explotación de los pobres por los poderosos. Esto se da porque el globalismo motiva la toma de conciencia acerca del medio ambiente, la contaminación, la calidad de vida y otros problemas que afectan el globo.
Durmiendo con el enemigo
La globalización y la utopía son términos que se conectan; pueden parecer contrarios y a la misma vez son análogos. Algunos ven la globalización como el fin de las utopías; la globalización terminó con la utopía marxista porque llevó a la caída de la URSS. También porque se considera a la globalización como el fin de la historia o del mundo ya que al unificarse la humanidad bajo un mismo orden social, político, geográfico, económico y cultural, no son necesarias las utopías; estaríamos viviendo en un mundo perfecto. Así, nos encontramos con el otro extremo de la globalización: la máxima utopía.
La globalización es una utopía donde se busca que la humanidad sea una sola sociedad, conectada globalmente por las telecomunicaciones, con una producción capitalista global, donde todos somos iguales y nos beneficiamos de los progresos económicos y los avances culturales que produce la aldea global. Dentro de la sociedad global florecen nuevas utopías.
Globalización versus utopía
La globalización es un concepto polisémico, que no está claramente definido. Como diría Jesús Martín Barbero: "todo depende del lugar desde el cual se mira" y las múltiples acepciones que tiene la globalización se crean de acuerdo al punto de vista del teórico y al campo de estudio al que pertenece éste. Todas las definiciones tienen un elemento en común: el espacio global.
En el mundo perfecto y utópico de la globalización no existirían barreras, estaríamos consumados en una misma cultura global, operaríamos bajo un mismo sistema económico, se estandarizarían los conceptos morales y de aceptación social, y las relaciones interpersonales serían armoniosas.
La globalización, como proceso, construye y destruye nuestros imaginarios sociales. Nos encontramos ante un fenómeno ambiguo, que a la misma vez que condena las utopías es, él mismo, una utopía.
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Por:
Mariana Muñiz Lara
Jorge L. Suárez Rodríguez