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La ola: Dispositivo pedagógico de la obediencia extrema (página 2)

Enviado por Emilia claes


Partes: 1, 2

Los resultados fueron temibles y se vieron abrumadoramente rápido: si a principios de la primera semana Jones estaba proponiendo la fundación de esta comunidad con nombre, contraseña, uniforme, un líder y un conjunto de reglas rígidas y excluyentes; para el miércoles de esa misma semana la "comunidad" ya superaba los doscientos miembros, muchos de ellos agresivamente dispuestos a reclutar nuevos fieles y a ejercer de agentes policíacos del "movimiento", denunciando a desacatados, refractarios y dubitativos.

El grupo llega incluso al extremo de inventar un saludo e implementar una camisa blanca como uniforme. Más tarde, el grupo decide llevar como nomenclatura "La Ola", y a medida que pasaban los días, "La Ola" comenzaba a hacerse notar mediante actos de vandalismo, todo a espaldas del profesor.

El film transcurre gran parte en la escuela donde el profesor les explica a sus alumnos qué es una comunidad, describe la fuerza que proviene del sentimiento de pertenencia, de sentirse parte de un movimiento, rescata los aspectos motivaciones que entran en juego en esta representación autoritaria.

La estructura del film está reflejada por días y la velocidad del tiempo parece fundir las horas en acciones plenas.

Ante la advertencia de Marco –uno de los alumnos- el profesor decide terminar con el experimento. Allí, convoca a sus seguidores y hace un anuncio. Les dice que todo aquello no es tan sólo un experimento escolar sino un movimiento nacional que abarca más de mil escuelas, y que ahora deberán reunirse para ver a su líder por televisión. Los cita en una gran asamblea a realizarse en la escuela el viernes al mediodía. A la hora acordada, recibe a cientos de alumnos en una gran aula a puertas trabadas.

La ola trata de una historia tan real que habla por sí misma. En la escena final del film todo parece estar disparado y fuera de sí. En esa escena, el docente parece sumiso y contempla la psicosis de la que formó parte sin anhelarlo.

Pero he aquí, un pequeño ensayo a nivel personal pondría las cosas en su lugar. ¿Qué hacer ante semejante suceso? ¿Qué estrategias implementar? ¿Cómo prevenir tanta violencia en solo una semana de tiempo cronológico?

La violencia escolar ya es considerada por la Organización Mundial de la Salud como una pandemia, porque está generalizada en Europa, Asia y América. Por ello, un trabajo previo seria alentador. Trabajar sobre la temática del mal ya planteada por numerosos filósofos y pensadores como F. Nietzsche, G. Bataille o H. Arendt. Es decir, incorporar de una vez por todas las malas palabras, los malos conceptos, sacar afuera el prejuicio, la sexualidad, el racismo y todos los males sociales que nos convierten en seres culpables en la escena de la vida real, cotidiana y social.

Pero más allá de esto debemos entender lo que nos pasa como sociedad necesitamos enmarcar esta tragedia en una perspectiva social más amplia y profunda: la de la violencia explicita e implícita dentro de nuestro curriculums preescritos y ocultos de las instituciones educativas entre otras.

Ejemplos de situaciones violentas sobran: Chicos que les temen a sus compañeros, docentes que llegan a desarrollar fobias hacia la escuela, padres que descuidan a sus hijos porque deben trabajar muchas horas para subsistir son parte del triste recuento de problemas que cruzan a la educación.

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Quedaría pendiente rescatar las causas que generan la violencia escolar en las instituciones escolares así como también los factores prevenibles o sendas alternativas ante este tipo de sucesos que se repiten en la cotidianidad áulica y fuera de ella.

Actualmente no son pocas las voces que se levantan para culpabilizar a la escuela y/o al sistema frente a cualquier acto de violencia.

Lo cierto es que nuestra sociedad está siendo atravesada, cada día con más rigor, por distintos tipos de violencia: física, ejercida por la propia inseguridad por la cual atraviesa nuestro país pero también por quienes deberían cuidarnos de ella.

En este contexto, responsabilizar principalmente a la escuela parece poco prudente y, fundamentalmente, no ayuda a resolver el problema de fondo ni a evitar futuras tragedias.

Por su parte, la ola nos ofrece una nueva manera de pensar las instituciones y la reproducción sociopolítica en la cual se encuadra la escuela en la actualidad. Un profesor que debe enseñar al alumnado de su clase el tema de la autocracia como forma de gobierno. Allí vuelven a aparecer los fantasmas del pasado. Los estudiantes se muestran escépticos ante la idea de que pudiera volver una dictadura como la del Tercer Reich en la Alemania de nuestros días. Creen que ya no hay peligro de que el nacionalsocialismo vuelva a reaparecer en el poder. Basta una semana de tiempo cronológico para comprobar como los aparatos reproductores del estado pueden llevar a cabo el experimento desconociendo límites y el respeto por la integridad grupal generando nuevos mecanismos de poder y sumisión autoritaria.

Hoy sabemos y reconocemos a la escuela como una institución social de capital importancia. A través de ella se transmite el conocimiento que brindan las herramientas académicas necesarias para enfrentar los desafíos del desarrollo personal, se educa a las personas en valores morales, se forman en valores ciudadanos. En el ámbito escolar, se construyen relaciones sociales que generan un sentido de identidad y pertenencia en los individuos. Desde la niñez, la asistencia a la institución escolar permite que se construya en los individuos la capacidad de entablar relaciones interpersonales formadoras de una conciencia "social", ya que permiten al niño identificarse tanto como individuo y como miembro de un conjunto.

Pero también sabemos que como afirma Tenti Fantani (1998)[2] la escuela de la modernidad pierde su poder disciplinador, en la medida en que la noción de autoridad de que dispone no es asimilable por los sujetos y, al mismo tiempo, no puede ofrecer figuras de identificación adecuadas a la "demanda". En este sentido, se debilita, también su capacidad socializadora, en términos de modelos de comportamiento y construcción de hábitos.

Indudablemente esto deriva en un interrogante: ¿Qué demanda actualmente la sociedad de la educación y de la escuela?

En la sociedad actual la vida del hombre se fue complejizando progresivamente y a pasos agigantados.

El desafío en la encrucijada de lo social requiere de una maduración de los criterios y los medios de inversión social que conviven en las propias contradicciones básicas de la democracia. En este espacio se deberá encontrar otro camino más alentador o menos desesperanzado. De lo que se trata es de promover espacios de reflexión, critica y toma de conciencia compartidas que permitan promover la toma de decisiones, la posibilidad de elegir y formular dispositivos en los que aparezcan la apertura a grietas en los que, la posición subjetiva se exprese y despliegue en sus mayores posibilidades desterritorializando las malas palabras, los prejuicios y la consolidación de nuevas redes de poder totalitarios.

Detrás de escena

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El director y guionista Dennis Gansel sigue bastante de cerca la historia original del film "Las olas", con pocas modificaciones; la película esta basada en hechos reales. El tema de autarquía y el totalitarismo vuelven a visitarnos, cambiando de forma[3]

En una entrevista realizada al director afirmaba: "Siempre me ha interesado mucho este tema. Las preguntas de si el fascismo puede ocurrir de nuevo, de cómo funciona el sistema fascista, de cómo la gente puede dejarse llevar, tienen un gran interés para mí. Supongo que tiene algo que ver con mi propia historia familiar.

Mi abuelo fue un oficial del Tercer Reich, un hecho con el que mi padre y mis tíos han tenido grandes problemas. De joven solía preguntarme cómo me hubiera comportado en una situación como aquélla…

"¿Cómo eran las cosas entonces? ¿Cómo engañaron los Nazis a la gente?" En La Ola, la pregunta es "¿Cómo se nos podría engañar de nuevo hoy? ¿Cómo podría funcionar el fascismo hoy de nuevo? ¿Sería posible? ¿Podría algo así suceder aquí y ahora en una escuela normal?"

El interrogante resulta imprescindible para comprender la estructura propia del film.

Por su parte, Jones –el protagonista real de esta ficción- ha vuelto a contar la historia en un teatro de San Francisco ante un público compuesto por sobrevivientes del Holocausto, y hace poco acompañó a una mujer que en su infancia fue prisionera en Auschwitz, para hacer una suerte de "exorcismo" en las habitaciones privadas de Hitler en Nuremberg.

Allí narró una vez más su experiencia escolar. "De una forma u otra –dice–, no puedo escaparle a La Ola. Para mí es como una historia de fantasmas; el relato acechante de aquello en lo que podemos convertirnos."

Durante los siguientes treinta años, Jones se dedicó a trabajar en instituciones para gente con problemas mentales ("la antítesis de La Ola: la inclusión en lugar de la exclusión", dice), pero nunca en todos estos años dejaron de llegarle consultas sobre aquel experimento, consultas de todo tipo: desde estudiantes y profesores interesados en replicar la experiencia, hasta miembros de sectas, evangelistas, neonazis.

Ron Jones (nacido en 1941), es un profesor de Historia Contemporánea en Palo Alto, California, Estados Unidos, conocido por ser el iniciador de la llamada «Tercera Ola» en 1967, consistente en un experimento psicológico con adolescentes en torno al nacimiento del nazismo. Su trabajo sirvió de inspiración para La Ola, un famoso libro de Todd Strasser, y para la película homónima. Ha pasado los últimos 30 años trabajando con personas con discapacidad mental. Jones afirma que fue expulsado de la Escuela Secundaria Cubberley debido a sus actividades contra la guerra.

Bibliografía

  • TENTI FANFANI, EMILIO: "Una Escuela para Adolescentes" Editorial Losada. Cap. I. 1999

  • En Internet: Página/12: Suplemento radar : Un Reich de cinco días 02/09/09.

 

[1] Jones fue el docente que llevó a cabo en EEUU la experiencia de la Tercera Ola.

[2] TENTI FANFANI, EMILIO (1999) "Una Escuela para Adolescentes" Editorial Losada. Cap. I.

[3] http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/suplementos/radar/9-5490-2009-08-17.html Página/12 :: radar :: Un Reich de cinco días 02/09/09.

 

 

Autor:

Lic. y Prof. Emilia Claes

Licenciada y Prof. en Ciencias de la Educación Docente Epes Nº 35 Dr. Arturo Jauretche,

Instituto Superior de Arte "Alberto Albertazzi" y

"Universidad de la Cuenca del Plata" (Formosa)

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