Una aproximación a la vida y obra de José Martí y su vigencia en la ciencia, tecnología y sociedad
Enviado por Rafael Plasencia Delgado
Introducción
El desarrollo de la personalidad ha sido el objetivo central de la política educativa cubana, formulada de forma expresa en diferentes documentos estratégicos, normativos, indicaciones, entre otros. En estos momentos la formación integral es el centro de atención, porque se apoya en investigaciones educativas, que la fundamentan en lo interno y en el contexto sociocultural mundial. El trabajo Multimedia: "Una aproximación a la vida y obra de José Martí", se orienta en el pensamiento de nuestro Héroe Nacional por ser este una de las claves de la Educación Superior que pone al docente y a los estudiantes en el camino de descubrir la "utilidad de la virtud" para lograr el "equilibrio del mundo". Se potencia el estudio de la obra martiana por estudiantes universitarios a través de una multimedia que aborda aspectos como: biografía mínima de José Martí (la misma contiene un resumen ofreciendo una ubicación temporal del apóstol, los pilares y aristas de su pensamiento); fotos y datos biográficos de la familia de Martí; videos sobre su vida y obra y lo más importante es que contiene un curso para estudiantes universitarios centrado en 4 temas fundamentales brindándose todas las herramientas para su aplicación con la bibliografía consultada y para consultar.Los textos que aparecen en la obra martiana encierran un inmenso caudal de sabiduría y conocimientos sobre el revolucionario de cuerpo entero, el más grande de todos los cubanos, de todos los americanos y uno de los hombres más grandes del mundo, a la par que nos muestra un exquisito gusto estético.
Hay un sostenido intento por perfeccionar al ser humano, elevar sus virtudes y destacar las esencias del pasado para darle sentido al presente, se revelan constantemente las preocupaciones éticas en las que resalta el sentido del deber, el altruismo revolucionario que es portadora de altos valores morales, sustentados en el sentido de pertenencia a la nación cubana y el internacionalismo. Tener la plena conciencia de ser cubano es ser martiano. Ser martiano es interiorizar, asumir, encarnar, poner en práctica en todo momento por convicción íntima el ideario de quien fue un clásico de la modernidad hispanoamericana y el servidor más apasionado que pueden tener los hombres.Hoy constituye una prioridad educar a las nuevas generaciones en consonancia con el momento que les toca vivir, introducirlos en el desarrollo científico y tecnológico, que es uno de los factores más influyentes en la sociedad contemporánea. La globalización mundial, polarizadora de la riqueza y el poder, sería impensable sin el avance de las fuerzas productivas que la ciencia y la tecnología han hecho posible. Los poderes políticos y militares, la gestión empresarial, los medios de comunicación masiva, descansan sobre pilares científicos y tecnológicos. También la vida del ciudadano común esta notablemente influida por los avances tecnocientíficos.Cada día se hace más claro, que la ciencia y la tecnología son procesos sociales profundamente marcados por la civilización donde han crecido; el desarrollo científico y tecnológico requiere de una estimación cuidadosa de sus fuerzas motrices e impactos, un conocimiento profundo de sus interrelaciones con la sociedad. Todo ello determinó un auge extraordinario de los estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS) y su institucionalización creciente por medio de programas de estudio e investigación en numerosas universidades, fundamentalmente de los países desarrollados.
Hoy día esos estudios constituyen una importante área de trabajo en investigación académica, política pública y educación, donde se trata de entender los aspectos sociales del fenómeno científico y tecnológico, tanto en lo que respecta sus condicionantes sociales, como en lo que atañe a sus consecuencias sociales y ambientales. En correspondencia con lo expresado, Cutcliffe, Núñez y otros plantean que la misión fundamental de estos estudios es: "exponer una interpretación de la ciencia y la tecnología como procesos sociales, es decir, como complejas empresas en las que los valores culturales, políticos y económicos ayudan a configurar el proceso que, a su vez, incide sobre dichos valores y sobre la sociedad que los mantiene". (Citado por: Núñez, 2007; 9).En Cuba se le presta significativo impulso a los estudios CTS, a partir, de la prioridad que el Estado cubano ha dado al desarrollo de la cultura, la educación y la ciencia, expresado no sólo en avances significativos en estos campos, sino también en una cierta mentalidad y estructura de valores entre los profesionales, en particular los vinculados con el campo científico-técnico, donde el sentido de responsabilidad social se halla ampliamente extendido. Existe una percepción ético-política del trabajo científico dirigido a satisfacer las urgencias del desarrollo social y la satisfacción de las necesidades de los ciudadanos. Esta es compartida por las personas involucradas en los procesos científicos-tecnológicos y de innovación, que tiene sus raíces en las transformaciones sociales que el país ha vivido y la ideología revolucionaria que lo ha conducido. Pudiera decirse que los estudios de CTS en Cuba pretenden participar y fecundar tradiciones de teoría y pensamiento social, así como estrategias educativas y científico-tecnológicas que el país ha fomentado durante las últimas décadas. En particular el problema de las interrelaciones entre ciencia, tecnología, innovación y desarrollo social, con múltiples consecuencias en los campos de la educación y la política científico-tecnológica merece colocarse en el centro de atención. Las ideas y pensamientos martiano tienen una total vigencia y actualidad en el campo CTS y se ve reflejado en uno de ellos, cuando expresó: "Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido: es hacer de cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive; es ponerlo a nivel de su tiempo, para que flote sobre él y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podría salir a flote; es preparar al hombre para la vida".
Apoyado en el dialéctico materialista como método rector y en el histórico-lógico que permitió el estudio del problema en su propio desarrollo, analizando su esencia y sus distintas manifestaciones en relación con su contexto histórico, el autor considera que el presente trabajo encierra excelentes potencialidades para formar estudiantes universitarios más comprometidos con su historia y su país, ya que en el se abordan los elementos fundamentales para fortalecer el estudio de la obra martiana no solo en estudiantes universitarios y docentes, sino en todo cubano interesado en profundizar en la misma.
Desarrollo:
Ciencia, Tecnología y Sociedad. Definiciones y relación
Los estudios sobre ciencia, tecnología y sociedad (CTS), constituyen hoy un vigoroso campo de trabajo donde se trata de entender el fenómeno científico-tecnológico en contexto social, tanto en relación con sus condicionantes sociales como en lo que atañe a sus consecuencias sociales y ambientales. El enfoque general es de carácter crítico, con respecto a la clásica visión esencialista y triunfalista de la ciencia y la tecnología, y también de carácter interdisciplinario, concurriendo en él disciplinas como la filosofía y la historia de la ciencia y la tecnología, la sociología del conocimiento científico, la teoría de la educación y la economía del cambio técnico. El análisis de la problemática que nos ocupa exige de una comprensión de la ciencia y la tecnología como procesos sociales, como dimensiones de la totalidad social, por lo que es necesario el establecimiento de conceptos amplios acerca de la ciencia y la tecnología capaces de proporcionar el énfasis social que se requiere. En la comprensión de las interrelaciones existentes entre estos conceptos, el autor asume una visión o imagen que comprende a la ciencia y la tecnología como procesos, cuyas trayectorias son socialmente construidas a partir de las propias circunstancias sociales, valores e intereses que actúan en la sociedad y en consecuencia, se defiende el criterio de la democratización del conocimiento a partir del derecho de la sociedad a intervenir en el curso tecnocientífico.A la luz de las consideraciones precedentes se revelan diferentes manifestaciones del fenómeno que llamamos ciencia, mostrando las profundas transformaciones que ha experimentado en su devenir y el cambio en su posición social, de ahí, que resulta difícil ofrecer una caracterización breve y precisa de lo que entendemos por ciencia. Desde la antigüedad hasta el renacimiento, la ciencia constituye un conocimiento que se apoya en la contemplación de la naturaleza. Es por medio de la observación y el razonamiento que es posible acceder a la esencia de la naturaleza. La ciencia moderna, lidereada por Galileo, modificó parcialmente esto, desplazando la contemplación y la especulación sobre la esencia y promueve una racionalidad apoyada en la experimentación y el descubrimiento de las leyes matemáticas, que están detrás de los fenómenos sensibles.Al ocuparse de la naturaleza, la ciencia contemporánea lo hace por medio de un conjunto de mediaciones que a lo largo de su desarrollo la propia ciencia y la técnica han venido construyendo: modelos, teorías, instrumentos, tecnologías, y es gracias a ellas que se realiza la investigación.Agazzi resume este proceso diciendo que el ideal de la ciencia antigua fue la observación y la contemplación, el de la ciencia moderna el descubrimiento que apela fundamentalmente al recurso de la experimentación y la matematización, en tanto la ciencia actual realiza la investigación en sentido escrito. Hoy, la ciencia definida por diferentes investigadores, se le puede analizar como sistema de conocimientos que modifica nuestra visión del mundo real y enriquece nuestra imaginación y nuestra cultura. Kröber, Núñez y que el autor comparte coinciden al resumir toda una diversidad de aspectos relevantes relacionados con la ciencia, los que permiten su comprensión "no solo como un sistema de conceptos, proposiciones, teorías, hipótesis, etc., sino también, simultáneamente, como una forma específica de actividad social dirigida a la producción, distribución y aplicación de los conocimientos acerca de las leyes objetivas de la naturaleza y la sociedad. Aún más, la ciencia se nos presenta como una institución social, como un sistema de organizaciones científicas, cuya estructura y desarrollo se encuentran estrechamente vinculados con la economía, la política, los fenómenos culturales, con las necesidades y las posibilidades de una sociedad dada". (Citado por: Núñez, 2007; 37)
Este enfoque de la ciencia como actividad ofrece un importante punto de partida para explorar sus relaciones con el marco cultural en que ella actúa. Núñez plantea que examinar los rumbos de la creatividad y sus obstáculos es decisivo para entender las diferentes sociedades, sus tendencias de desarrollo, vitalidad y capacidad de respuesta al reto que plantea el ambiente físico y social, así como las relaciones competitivas o hegemónicas que entre ellas se establecen.Otras definiciones que sobre ciencia se citan es que se le puede comprender como proceso de investigación que permite obtener nuevos conocimientos, los que a su vez ofrecen mayores posibilidades de manipulación de los fenómenos (Citado por Núñez, 2007; 23); es posible atender a sus impactos prácticos y productivos, caracterizándola como fuerza productiva que propicia la transformación del mundo y es fuente de riqueza; también se nos presenta como una profesión debidamente institucionalizada portadora de su propia cultura y con funciones sociales bien identificadas.
Asociado a los diversos elementos que permiten comprender el fenómeno conocido como ciencia, insistiendo en su naturaleza social, la tecnología también guarda complejas relaciones con la sociedad. De un lado, se encuentra sujeta a un cierto determinismo social al ser movida por intereses sociales, del otro, es preciso tener presente sus características intrínsecas y la manera en que ellas influyen directamente sobre la organización social y la distribución del poder. Más que un resultado único e inexorable, debe ser vista como un proceso social, una práctica, que integra factores psicológicos, sociales, económicos, políticos y culturales, siempre influidos por valores e intereses. La tecnología ha sido un proceso acumulativo clave en la experiencia humana. Es posible que esto se comprenda mejor en un contexto histórico que traza la evolución de los primeros seres humanos, desde un periodo de herramientas muy simples a las redes complejas a gran escala que influyen en la mayor parte de la vida humana contemporánea. Algunos historiadores científicos argumentan que la tecnología no es sólo una condición esencial para la civilización avanzada y muchas veces industrial, sino que también la velocidad del cambio tecnológico ha desarrollado su propio ímpetu en los últimos siglos. Las innovaciones parecen surgir a un ritmo que se incrementa en progresión geométrica, sin tener en cuenta los límites geográficos ni los sistemas políticos.
Estas innovaciones tienden a transformar los sistemas de cultura tradicionales, produciéndose con frecuencia consecuencias sociales inesperadas. Por ello, la tecnología debe concebirse como un proceso creativo y destructivo a la vez. La Revolución Científico Técnica que se desarrolla en la sociedad contemporánea ha convertido a la ciencia en una fuerza productiva directa, dada la rapidez con que los descubrimientos científicos y las nuevas tecnologías se aplican a la producción, este elemento constituye el fundamento básico que sustenta el proceso de globalización que tiene lugar en la época actual. Los cambios producidos en el desarrollo de las fuerzas productivas han conducido a modificaciones no solo en la fisonomía de la producción social, en el contenido y carácter del trabajo, en la división social del trabajo, en la estructura clasista de la sociedad, en las comunicaciones humanas, sino que también se orienta hacia nuevas estructuras para el trabajo científico y para el sistema social en su conjunto. Se concuerda con Núñez cuando plantea que un análisis social de la tecnología exige hacer explícitos los elementos contenidos en dos de sus definiciones básicas, una restringida y otra general. "En la primera se le aprecia sólo en su aspecto técnico: conocimientos, destrezas, herramientas, máquinas.
La segunda incluye también los aspectos organizativos: actividad económica e industrial, actividad profesional, usuarios y consumidores, y los contenidos culturales: objetivos, valores y códigos éticos, códigos de comportamiento… aspectos entre los que existen tensiones e interrelaciones que producen cambios y ajustes recíprocos". (Ibíd., 46) Se sugiere que el fenómeno tecnológico sea estudiado y gestionado en su conjunto, como una práctica social, haciendo evidentes siempre los valores culturales que le subyacen. En párrafos anteriores se hace referencia a diversos elementos que permiten acercarnos a la definición de tecnología, siendo muy diversas las mismas lo que demuestran su complejidad: según Price (1980) "Definiremos la tecnología como aquella investigación cuyo producto principal es, no un artículo, sino una máquina, un medicamento, un producto o un proceso de algún tipo"(p.169). Para Quintanilla (1991) "los términos 'técnica' y 'tecnología' son ambiguos. En castellano, dentro de su ambigüedad, se suelen usar como sinónimos […]se tiende a reservar el término 'técnica' para las técnicas artesanales precientíficas, el de 'tecnología' para las técnicas industriales vinculadas al conocimiento científico […] Los filósofos, historiadores y sociólogos de la técnica se refieren con uno u otro término tanto a los artefactos que son producto de una técnica o tecnología como a los procesos o sistemas de acciones que dan lugar a esos productos, y sobre todo a los conocimientos sistematizados (en el caso de las tecnologías) o no sistematizados (en el caso de muchas técnicas artesanales) en que se basan las realizaciones técnicas.
Por último, el concepto de técnica se usa también en un sentido muy amplio, de forma que incluye tanto actividades productivas, artesanales o industriales como actividades artísticas o incluso estrictamente intelectuales, como la técnica para hallar la raíz cuadrada. (p.33).Este autor también define tecnología como "técnicas industriales de base científica. Para estas reservamos el término tecnología". (p.33) y también: "Las tecnologías son complejos técnicos promovidos por las necesidades de organización de la producción industrial, que promueven a su vez nuevos desarrollos de la ciencia" (p.42).Sábato y Mackenzie (1982) definen tecnología a partir de la noción de "paquete" el cual subraya el carácter de sistema de los conocimientos que conforman la tecnología. "Tecnología es un paquete de conocimientos organizados de distintas clases (científico, técnico, empírico) provenientes de distintas fuentes (ciencias, otras tecnologías) a través de métodos diferentes (investigación, adaptación, desarrollo, copia, espionaje, etc." (p.30).
Otras definiciones que sobre tecnología se citan y que el autor asume es el dado por Tirso W. Sáenz (2007), donde plantea que es el conjunto de conocimientos científicos y empíricos, habilidades, experiencias y organización requeridos para producir, distribuir y utilizar bienes y servicios. Incluye, por tanto, conocimientos teóricos, prácticos, medios físicos know-how, métodos y procedimientos productivos, gerenciales y organizativos, entre otros; identificación y asimilación de éxitos y fracasos anteriores, capacidades y destrezas de los recursos humanos, etcétera. Asociado a los diversos elementos que permiten comprender el fenómeno conocido como ciencia, insistiendo en su naturaleza social, la tecnología también guarda complejas relaciones con la sociedad. De un lado, se encuentra sujeta a un cierto determinismo social al ser movida por intereses sociales, del otro, es preciso tener presente sus características intrínsecas y la manera en que ellas influyen directamente sobre la organización social y la distribución del poder. Más que un resultado único e inexorable, debe ser vista como un proceso social, una práctica, que integra factores psicológicos, sociales, económicos, políticos y culturales, siempre influidos por valores e intereses.Como se observa, los enfoques relativos al estudio de la ciencia y la tecnología como aproximaciones que desbordan, poseen una relativa juventud, asociadas con el camino histórico que ha transitado la sociedad moderna que las ha incluido en sus modos cotidianos de vida. Esa razón justifica el hecho de que su enfoque sociocultural prevalezca y gane fuerza dentro de las tradiciones, de la que somos herederos.
La actualidad de la nueva orientación, comúnmente conocida como CTS (Ciencia-Tecnología-Sociedad), es el resultado de una comprensión humanista justa del modo de ser, creativo y cognoscitivo, además de valorar las posibilidades de nuestro control sobre ello. La CTS es un campo que se ha desarrollado exitosamente en las últimas cuatro décadas.
Este avance ha tenido que ver con dos series de factores, muy relacionados entre si; de un lado encontramos las tensiones sociales asociados al desarrollo científico y tecnológico en la segunda mitad del siglo XX: su utilización con fines bélicos, los daños ambientales, residuos contaminantes, accidentes nucleares, envenenamiento farmacéuticos, entre otros impactos, generaron una compresible preocupación por los efectos sociales del desarrollo científico y tecnológico, los factores sociales que lo determinan y los impactos sociales que genera. De otro lado, esas preocupaciones difícilmente encontraban acogida y explicación en los paradigmas interpretativos de la ciencia dominantes en el pensamiento occidental hasta inicios de los años 60.La imagen benefactora y neutral de la ciencia, y su producto, la tecnología; la comprensión de la ciencia como una empresa teórica, sometida a su lógica interna ajena a determinismos sociales, había sido muy bien respaldada por el trabajo intelectual de la filosofía de la ciencia, tanto el empirismo lógico como el racionalismo crítico popperiano y también por la sociología funcionalista vinculada a los trabajos de R. K. Merton y la historiografía internalista bien representada en los trabajos de A. Koyré.Esto es así y hoy es bastante respaldado dentro de la CTS, de que la ciencia y la tecnología son procesos sociales, entonces resulta indiscutible la necesidad de disponer de teorías sociales amplias que den cuenta de cómo los actores, intereses y estructuras que actúan en lo social influyen decisivamente en el desarrollo de la ciencia y la tecnología.
La temprana comprensión por Marx de cómo la ciencia se venía convirtiendo en elemento subordinado a los procesos de la reproducción del capital, es hoy imprescindible para comprender la inserción social de la tecnociencia contemporánea.Puede completarse la caracterización de CTS diciendo que se trata de un campo de trabajo donde se intenta entender el fenómeno científico- tecnológico en contexto social, con especial atención a sus condicionantes sociales, así como a sus consecuencias sociales y ambientales. Representa un enfoque crítico respecto a aquellas perspectivas que ignoraban la naturaleza social de la tecnociencia y aporta un proyecto interdisciplinario que reúne a la filosofía, la sociología y la historia de la ciencia y la tecnología, la teoría de la educación, la economía del cambio técnico, entre otras.Cuba es un terreno sumamente fértil para los estudios CTS. En la medida en que el proyecto cubano se desmarca del neoliberalismo e insiste en el protagonismo de la cultura, el conocimiento, la ciencia y la tecnología en la construcción de un socialismo de hondo humanismo, es preciso también desarrollar y divulgar paradigmas teóricos alternativos a aquellos que promueve el llamado "pensamiento único".
Los enfoques tecnocráticos y economicistas, o la "neutralidad objetivista" que en otros contextos son parte de la cultura institucional y sus ideologías, no tienen sentido en nuestro país. Las raíces de un pensamiento social sobre la ciencia atraviesan la historia de la cultura nacional. Bastaría recordar la obra fundadora de Félix Varela y la contribución decisiva de José Martí.Lo que se desea destacar ahora es que ese enorme esfuerzo social por conectar el conocimiento al desarrollo social, por impulsar hasta sus límites máximos la apropiación social del conocimiento, el énfasis en la dimensión ética del saber, el acento en la responsabilidad social de las instituciones y actores del conocimiento, constituye un excelente estímulo al debate sobre las interrelaciones entre ciencia, tecnología, innovación y sociedad, propio del campo CTS.En virtud de su inserción en la práctica social, la comunidad científica cubana, los profesionales que brindan servicios científico-técnicos, el profesorado a todos los niveles, los trabajadores vinculados de diversos modos a movimientos de participación social orientados a la innovación; los estudiantes, obreros y campesinos, participan habitualmente de experiencias profundamente marcadas por el contexto social que han demandado formas variadas de participación social. Todo ello legitima la posibilidad del tipo de enfoques que CTS impulsa. También sugiere que entre nosotros CTS no puede reducir su ámbito de interés a unas u otras manifestaciones del conocimiento, a unas u otras instituciones o actores, sino a la totalidad de las interacciones conocimiento-sociedad.
El ámbito de la educación no ha sido ajeno a las corrientes de activismo social y de investigación académica que, desde finales de los 60, han reclamado una nueva forma de entender la ciencia-tecnología y una renegociación de sus relaciones con la sociedad. Esto ha producido, ya en los 70, la aparición de numerosas propuestas para llevar a cabo un planteamiento más crítico y contextualizado de la enseñanza de las ciencias y de los tópicos relacionados con la ciencia y la tecnología, tanto en enseñanza media como en enseñanza superior. Se trata de la educación CTS.En efecto, decíamos antes que dos objetivos principales de la investigación académica y de la política pública de inspiración CTS son, por un lado, la contextualización (desmitificación) de la ciencia y la tecnología, y, por otro, la promoción de la participación pública en contra de los estilos tecnocráticos de ordenamiento institucional. En este sentido, una forma de entender la educación CTS es como una aplicación de los puntos anteriores en el ámbito educativo, lo cual implica, por un lado, cambios en los contenidos de la enseñanza de la ciencia-tecnología, y, por otro, cambios metodológicos y actitudinales por parte de los grupos sociales involucrados en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Se trata de cambios que, en última instancia, tienen por objeto acercar las dos célebres culturas, la humanística y la científico-tecnológica, separadas tradicionalmente por un abismo de incomprensión y desprecio (Snow, 1964): alfabetizando en ciencia y tecnología a ciudadanos que sean capaces de tomar decisiones informadas, por una parte, y promoviendo el pensamiento crítico y la independencia intelectual en los expertos al servicio de la sociedad, por otra. Todos los niveles educativos son apropiados para llevar a cabo esos cambios en contenidos y metodologías, aunque el mayor desarrollo de la educación CTS se ha producido hasta ahora en la enseñanza secundaria y en la enseñanza universitaria, En esta última, según hemos visto, podemos hablar de un complejo educación superior-ciencia-tecnología que en su conjunto juega un papel fundamental en la capacidad nacional en materia de producción/difusión/aplicación de conocimientos. La Educación Superior Cubana de las últimas cinco décadas ha desenvuelto su actividad y se ha desarrollado en un contexto de cambios sociales profundos que han tenido una notable influencia en la vida universitaria y en la relación de la Universidad con la sociedad.El vínculo Universidad-Sociedad en Cuba no se considera una función, entre otras, sino una cualidad de todas las funciones que la Universidad realiza. Para designar ese vínculo estrecho de las instituciones universitarias con la sociedad, se emplea el concepto de pertinencia social, entendida como las múltiples relaciones que se construyen entre la universidad y el entorno; vínculos, nexos, interacciones, en los que
universidad y sociedad experimentan profundas transformaciones.El conocimiento universitario está comprometido con el desarrollo social en todas sus dimensiones, lo que puede contribuir al avance hacia un modelo de desarrollo social basado en el conocimiento (Núñez, Montalvo, Pérez, 2006) o "nuevo desarrollo" (Arocena y Sutz, 2005). Las universidades cubanas están estrechamente relacionadas con la sociedad. Las estrategias de formación e investigación universitarias se construyen en interacción con la sociedad. Por ello denominamos al modelo cubano de relación universidad-sociedad como un "modelo interactivo" (Núñez y Castro, 2005). La universidad cubana asume que sociedad es mucho más que mercado. El conocimiento, la ciencia, pueden atender exigencias comerciales, pero sobre todo, necesidades sociales. Las agendas de formación e investigación son conducidas por el objetivo de promover la más amplia apropiación social del conocimiento y sus beneficios, en procura de la equidad y justicia social. Para ello son potencialmente útiles todos los conocimientos: los que aportan la ciencia y la tecnología y también las el arte, las ciencias sociales y las humanidades. Esa relación Universidad-Sociedad, intensa y probablemente singular respecto a las experiencias de otros países en desarrollo, se revela en todas las funciones que desarrollan las instituciones universitarias en Cuba (formación profesional, postgrado, investigación y extensión universitaria).La "Nueva Universidad", modelo que promueve el acceso universal de los ciudadanos a los estudios universitarios y fomenta espacios de aprendizaje en todas las localidades del país, es un recurso importante para impulsar el desarrollo.
El compromiso social de la universidad puede apreciarse en cualquiera de las funciones que ella cumple.La formación de profesionales vincula el estudio con el trabajo e incorpora la formación en investigación. Los procesos de creación de carreras, modificación de planes de estudio, realización de prácticas laborales, realización de investigaciones estudiantiles, creación de espacios de formación en las empresas y otras organizaciones, e incluso la creación de universidades, se relacionan muy directamente con la solución de demandas sociales, económicas, culturales, ambientales. De esta manera, el conocimiento involucrado en la formación de profesionales, guarda una estrecha relación con el desarrollo del país.La pertinencia social, como principio que conduce la política universitaria, se orienta a la multiplicación de los vínculos de la formación profesional, el postgrado, la investigación y la extensión con el sistema productivo y con toda la sociedad. Según creemos ese "modelo interactivo" facilita la participación de la universidad en el sistema de ciencia e innovación. Más aún, ese modelo contribuye al objetivo social de avanzar hacia un modelo de desarrollo social basado en el conocimiento.Fortalecer el estudio de la obra martiana en consonancia con las excelentes potencialidades que encierra para formar estudiantes universitarios mas comprometidos con su historia y su país.
Una aproximación a la vida y obra de José Martí y su relación con la ciencia, la tecnología y la sociedad.
Una aproximación a la vida y obra de José Martí llevada a una multimedia tiene en su contenido la intencionalidad de consolidar la formación político-ideológica de los estudiantes universitarios a partir de conocimientos que le permitirán una actividad política activa y conciente, acorde al sentido del momento histórico. También permite darle salida a la Estrategia de Lengua Materna, de Historia de Cuba, a los contenidos principales relacionados con la educación patriótica militar e internacionalista, jurídica, laboral económica, estética, ética y ambiental.José Martí consideraba necesaria la educación para la vida y con sentido práctico, lo que se pone de manifiesto cuando al referirse a esto escribió" Puesto que a vivir viene el hombre, la educación ha de prepararlo para la vida. En la escuela se ha de aprender el manejo de las fuerzas con que en la vida se ha de luchar." En esta idea escrita por el Apóstol se pone de manifiesto la utilización y relación entre ciencia, tecnología, sociedad y desarrollo, pues la educación le da al hombre ciencia, el aprendizaje y manejo de las fuerzas le da tecnología, la aplicación de esa fuerza adquirida para luchar por la vida en común unión con los restantes hombres que conforman la sociedad, lo vinculan a este y permite el desarrollo de ella. José Martí, aporta al progreso de la moral, un pensamiento ético como elemento integrador y fundamento de su coherente proyecto político-social de la Revolución cubana y de su propia vida. Es llegada y partida; cumbre de una cordillera hasta que se avizoran nuevas cumbres; hombre-enlace; hombre de todos los tiempos, porque él es la historia. Su ser no se agota en la brevedad de una vida y en el marco geográfico de su archipiélago. Como actuó conforme a lo esencial de su tiempo y lugar tiene la relativa eternidad y universalidad del género humano".
La multimedia propuesta para potenciar el estudio de la obra martiana en los estudiantes universitarios aborda aspectos fundamentales como:
Biografía mínima de José Martí: La misma contiene un resumen ofreciendo una ubicación temporal del apóstol, los pilares y aristas de su pensamiento.
Fotos y datos biográficos de la familia de Martí.
Videos sobre la vida y obra del Apóstol.
Proyección del filme: El ojo del canario con su guía de observación.
Sitios WEB martianos.
Bibliografía consultada y para consultar por los estudiantes.
Un curso para estudiantes universitarios centrado en 4 temas
Los temas a tratar, que constituyen el centro del trabajo nos aproxima en un primer momento a la etapa inicial de vida y primeras acciones martianas emprendidas por el destierro a que fue sometido abordan los años entre 1853 y 1880 y se titula: tema 1: Etapa inicial de la vida y la acción martianas. (1853-1880) El tema 2: José Martí y su estancia en los Estados Unidos de América. (1881- 1895), etapa esta que lo llevó a conocer muy de cerca al que el definió como "el gigante de siete leguas".El tema 3: El Partido Revolucionario Cubano y la Guerra Necesaria, trata sobre las actividades realizadas por Martí en la organización de la guerra necesaria, donde une a todos los cubanos como única vía para lograr la independencia, creando el Partido Revolucionario Cubano.
El tema 4: Vigencia, pertinencia y actualidad del pensamiento martiano, encamina el análisis a cada pensamiento, obra o acción de Martí que nos demuestra que las mismas, hoy a más de 115 años de su muerte tienen plena vigencia y actualidad y debe ser estudiada y puesta en práctica no solo por estudiantes universitarios, si no por niños, jóvenes y trabajadores en su quehacer diario.En cada unos de estos temas hay escritos, pensamientos, discursos, cartas, entre otros, que se vinculan y relacionan con los problemas de la ciencia, la tecnología, la sociedad y el desarrollo. Nos referiremos a algunos de ellos, realizados en lugares y momentos diferentes y no solo se aprecia con claridad los mismos, sino que mantienen total vigencia en la actualidad.La influencia de la escuela fue decisiva en la formación de la personalidad y el pensamiento revolucionario de José Martí, especialmente su maestro Rafael María de Mendive, quien forjó su pensamiento patriótico y estimuló sus posibilidades intelectuales. Con solo 15 años, al pronunciarse el Grito de Independencia, el 10 de octubre de 1868, Martí se entrega a la causa de los rebeldes cubanos, publicando artículos y poemas de carácter revolucionario. A los 16 años es condenado por un tribunal militar a seis años de trabajos forzados en las canteras. El horror del presidio político en Cuba le lacera el cuerpo, lo conmueve profundamente y le sirve de fuente para su obra homónima, de gran valor político y literario, publicada en España, en 1871. De su peregrinar por países latinoamericanos extrajo Martí numerosas experiencias que, sumadas a sus estudios de la historia americana y de la realidad de su época, fueron analizadas por su intelecto y convertidas en trascendentales enseñanzas para los hombres y mujeres de la región y fundamento para su concepción de Nuestra América: en primer lugar, la necesidad del conocimiento profundo de la historia americana, pues "No habría poema más triste y hermoso que el que se puede sacar de la historia americana".
Sus análisis del proceso de la conquista demuestran que fue la división entre los pueblos amerindios lo que hizo a los europeos dueños de este gran hemisferio, destacando que es ridículo pensar que unas pocas armas de fuego y bestias de guerra pudieran destruir el poder de los ejércitos aztecas. Y de aquí extrae una enseñanza política, que sigue resonando en nuestros días con plena vigencia: "Puesto que la desunión fue nuestra muerte ¿qué vulgar entendimiento, ni corazón mezquino, ha menester que se le diga que de la unión depende nuestra vida?"Para el Maestro, Nuestra América era una región de vastas perspectivas, donde los problemas de la humanidad se reproducían, pero donde podrían hallarse las grandes soluciones. Por ello asegura que: "Es América la taza enorme, hervidero nuevo de las fuerzas del mundo, que llevan a las espaldas unos cuantos héroes y unos cuantos apóstoles, comidos, cono de jauría, de todos los egoístas, cuyo reposo turba la marcha de la santa legión: la pelea eterna del vientre contra el ala." Martí defiende la necesidad de elaborar un pensamiento autóctono, que de respuesta a los problemas de la región, a partir de un criterio electivista, adecuando las corrientes mundiales al tiempo histórico latinoamericano; por ello sostiene: "El primer deber de un hombre de estos días es ser un hombre de su tiempo. No aplicar teorías ajenas, sino descubrir las propias. No estorbar a su país con abstracciones, sino inquirir la manera de hacer prácticas las útiles."Los Estados Unidos, donde Martí se asentara por la existencia de fuertes núcleos de cubanos en varias ciudades y sus costumbres liberales, era un país muy distinto a los vividos por él con anterioridad. Al decir de Marx y de Martí, era un gigante que avanzaba con las botas de siete leguas.
Su impetuoso desarrollo industrial, basado en la aplicación de los más modernos avances de la ciencia y la técnica; la expansión territorial, principalmente a expensas de México y de las tierras arrebatadas a los indios; la gran población inmigrante (unos 14 millones, entre 1860 y 1900); el proceso acelerado de concentración y centralización de la producción y el capital, dando lugar a los primeros monopolios; la riqueza desbordante en un polo y la explotación despiadada de la clase obrera en el otro, provocando una aguda lucha de clases; y el predominio del pragmatismo en la ideología y la psicología sociales, hacían de la sociedad norteamericana algo novedoso, aunque no desconocido, para Martí, quien se consagró con ahínco al estudio de aquella experiencia social, llegando a convertirse en el latinoamericano que mejor conocía a los Estados Unidos.Para José Martí era muy importante llegar a comprender y dominar la política de los Estados Unidos, por el interés manifestado desde siempre por sus gobernantes en apoderarse de la Isla de Cuba. En los Estados Unidos, desplegaría una actividad extraordinaria, realizando disímiles ocupaciones: crítico de arte, traductor, maestro, periodista, empleado de una casa comercial, redactor y director de varias publicaciones, representante diplomático de naciones latinoamericanas (Uruguay y Paraguay), poeta,
orador y, como siempre, político revolucionario.Especial atención dedicó Martí a los problemas sociales del naciente capitalismo monopolista en los Estados Unidos, llegando a afirmar que: "El Monopolio está sentado, cono un gigante implacable, a la puerta de todos los pobres. Sobre la cabeza, le penden los rayos. A los pies, le arden volcanes." Martí es testigo del crecimiento del movimiento obrero y, aunque no comparte los métodos violentos del anarquismo, predominante entre los obreros inmigrantes, llega a solidarizarse con los Mártires de Chicago, injustamente condenados a la horca por un crimen no cometido.
El Maestro aprovechó su estancia en los Estados Unidos, fundamentalmente el período entre 1882 y 1884, en que dirigió la revista "La América", editada en español para los lectores hispanoamericanos, para propagandizar los adelantos de la ciencia, la técnica y la cultura que se aplicaban en aquel país y era posible generalizar en Latinoamérica, así como especial atención dedicó a las experiencias pedagógicas de avanzada.
En ese país, Martí llega a percibir con mayor claridad la interrelación entre la lucha independentista en Cuba, los intereses comunes de Nuestra América y los asuntos mundiales, tan inestables en aquella época de reacomodo de las potencias y de sus esferas de influencia. En el "invierno de angustia" de 1889 vive momentos tensos y felices al apreciar como los delegados de Latinoamérica, encabezados por los argentinos, no caen en las redes tendidas por los delegados norteamericanos para atar a los pueblos de América mediante un tratado comercial que los separara de Europa.
En 1894, ya en vísperas de iniciar la guerra necesaria, publica, en su periódico "Patria", un artículo cardinal: "La verdad sobre los Estados Unidos" (23-3-1894), donde señala las causas reales de las similitudes y diferencias entre las dos Américas; valora
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