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La Educación Actual en el Perú (página 4)

Enviado por Jonatan


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Es más una radio como RPP también aporta a la educación cívica, no solo en la difusión y cobertura de los eventos cívicos centrales del país, sino en su manera de asumir una conducta democrática al debatir los temas, presentando y tolerando diversas opiniones contrapuestas sobre un mismo tema, colocando en agenda aquellos que son de importancia nacional

En las primeras ediciones, por ejemplo, como el concurso escolar "Los que más Saben", los colegios que se ilusionaron con el proyecto fueron muy pocos, luego la cifra de sintonía subió a 16 y al año siguiente llegó a 32. En estos primeros encuentros los estudiantes y profesores encontraron en RPP el medio ideal para dejar escuchar sus voces y hacer conocer los problemas que atravesaban sus colegios.

Reflexión sobre la Influencia de los MCM en la Educación

Otro gran reto que debe afrontar la educación, está constituido por los estímulos ambientales más potentes de nuestro tiempo: los medios de comunicación social, como el cine, prensa, radio y televisión, que ejercen su influjo en la educación como parte importante de la dinámica social.

Los fines atribuidos a estos medios, que han hecho posible el diálogo social tecnificado, son tres: informar, educar y divertir. Fácilmente podemos observar que la finalidad de educar es hasta ahora la más desatendida y que estos medios no acaban de pagar el tributo que deben a la educación. Ciertamente, sólo tienen carácter de medios auxiliares en el terreno educativo, pero son ricos en posibilidades de aportar lo suyo.

Considerados en sí mismos, estos medios son indiferentes como cualquier otro instrumento de carácter técnico. Dependerá del uso que se haga de ellos el que sirvan o no a la persona para ayudarla a ser más y mejor persona.

Veamos un ejemplo en la televisión, por ser el medio que mayores implicaciones tiene. Los profesores pueden constatar el empobrecimiento del lenguaje como resultado de la exagerada exposición del medio televisivo, en donde la imagen es lo que prima y la palabra, por naturaleza del medio, tiene un papel secundario.

En el terreno de la educación, esto incide con resultados poco favorables si consideramos que la palabra es el medio de comunicación propio del hombre y por el que se expresan las ideas. Mientras la televisión ofrece un conocimiento inmediato a través de la imagen, el lenguaje, en cambio, permite construir ideas complejas, siguiendo una progresión lógica. Sobre todo, tiende a ser más abstracto y estimula el uso de la imaginación. Al ver televisión, en cambio, no se pone en juego la capacidad de abstracción. Basta observar las reacciones de los niños, incluso de los adultos (en un mundial de fútbol, por ejemplo) para advertir hasta qué punto despierta las emociones.

En el colegio se hace sentir esta influencia del hábito televisivo. La capacidad de atención ha disminuido en el niño y en la gente joven. Por eso es normal que en seguida quieran saber y pregunten: ¿para qué sirve esto? , o que digan "esto es aburrido". Acostumbrados al conocimiento inmediato y emotivo propio de la televisión, soportan mal la enseñanza escolar. Se distraen, y como a nadie le gusta enseñar a niños distraídos es grande la tentación del profesor de sustituir la verdadera enseñanza por algo que sea lo suficientemente llamativo y que capte la atención de los niños.

No siempre esto está mal, pero no puede convertirse en el único criterio de la enseñanza (sería renunciar al verdadero ejercicio de la docencia) donde el profesor enfrenta a los alumnos con la idea de que el aprendizaje exige pasar por unas etapas previas y que la recompensa del conocimiento está al final.

Los efectos derivados de la naturaleza del medio televisivo constituyen un desafío para el profesor que, en cierto modo, compite que sus clases ganen la partida, poniendo en juego sus cualidades personales, su formación pedagógica, su preparación científica, con más esmero que nunca.

A través de los contenidos de los programas televisivos podemos observar que se proponen y afirman valores, actitudes y modos de comportamiento, Si se trata de valores objetivos que perfeccionan al hombre, bien. Pero en caso contrario no podemos ignorar el daño que puede ocasionarse. Un sentido crítico alerta nos debe llevar a descubrir los pseudos valores y antivalores propuestos en los contenidos de los programas, Por ejemplo, cuando en los personajes de algunas series de la televisión glorifica el lado menos admirable de la naturaleza humana, o cuando se les presenta de un modo atractivo y capaces de conseguir lo que quieren aun a costa de acciones ilegales e inmortales porque, al parecer, lo que cuenta a través de la emoción de la acción es cuan vivo resulta para manejar la situación y salirse con la suya.

Así se va alterando un orden de valores objetivos y la ley, más que unida a un código de moral, pierde esa dimensión y se concibe como un asunto de control social. Ni qué decir de los programas que presentan la vida regulada exclusivamente por las leyes de sexo y violencia.

Capítulo VI: "Crisis en la Educación" Análisis y Propuestas

Conclusiones

No es posible negar que en el Perú la intervención del estado en la educación, si bien, de todo punto indispensable, no ha sido ejemplar. Lo prueban las marchas en lo que respecta a las orientaciones generales o los planes de estudio, que unas veces han obedecido a teorías pedagógicas indebidamente aplicadas y a otras manifestaciones de carácter ideológico o político. Se ha visto también la adopción de disposiciones que han contribuido a rebaja los niveles de instrucción y de normas burocráticas que no sólo han dificultado en ocasiones la labor educativa sino que han dejado de lado la convivencia de estimular a los maestros competentes y alentar iniciativas.

Creemos en cambio, que los propósitos de la educación deben ser definidos con la mayor claridad en sus grandes rasgos esenciales para contar así con una guía duradera. Deberán hacerse luego evaluaciones periódicas de los resultados de enseñanza, mediante procedimientos objetivos que no es difícil imaginar ni es costoso realizar. Los resultados de esa evaluación darán indicaciones, precisas en lo posible, acerca de los ajustes y correcciones que sean requeridos para lograr que la educación dé los frutos que se espera. Dentro de ese orden de ideas y para los fines que tienen estas líneas, puedo admitir que la educación básica tiene por objeto dotar a cada individuo de la capacidad necesaria para pensar y actuar correctamente en todas las circunstancias de la vida. Significa esto que debe ser tal que, además de dar formación moral, cívica y religiosa, debe proporcionar de manera efectiva los conocimientos y las habilidades prácticas que requieren los hombres para satisfacer las exigencias de su propio bienestar y para contribuir con su esfuerzo para que la sociedad mejore. Todo esto en el entendimiento de que contribuye una necesidad nacional superar el atraso y el subdesarrollo con el auxilio de los recursos que ofrecen hoy la ciencia y la tecnología. Son muchos los juicios autorizados que han denunciado defectos e ineficiencia de la educación básica. Puede observarse en primer término un empleo imperfecto del idioma, tanto hablado como escrito. Esta deficiencia puede notarse no solamente en los jóvenes sino también en personas mayores, lo cual prueba que las causas que se deben no son recientes. Se trata de una manifestación de incultura que puede apreciarse diariamente a través de medios de comunicación y que ha sido objeto de repetidas críticas y comentarios. Ello guarda indudablemente relación con la escasa inclinación a la lectura y a la falta de disposición para el estudio independiente, que suponen de manifiesto en quienes intentan ser admitidos a estudios superiores.

Puede reconocerse, en segundo lugar, muy serias deficiencias en la capacidad para razonar correctamente, así como para exponer ordenadamente las ideas, enunciar claramente las suposiciones y deducir verazmente sus consecuencias. Esa capacidad no es indispensable únicamente para adelantar en la ciencia y en la técnica, sino en todos los dominios del saber y aún, para todas las personas, cuando las circunstancias obligan a tomar decisiones de verdadera importancia.

En tercer lugar, se comprueba un conocimiento casi nulo acerca de la naturaleza y de sus leyes, del mundo en que vivimos, de nuestro medio geográfico.

También, podemos mencionar la falta de habilidades manuales y de inclinaciones prácticas, así como de un conocimiento primario de los materiales, de sus aplicaciones, de su uso y empleo de herramientas. Se trata de un aspecto de la educación al que se le da importancia en los países desarrollados y que no es atendido como se debe en nuestro sistema educativo.

Sería injusto negar que entre los propósitos de la educación que se da en el Perú no tiene lugar el de superar las deficiencias que he señalado, pero sí puede afirmarse que estos propósitos no se cumplen cabalmente, debido a que no se hace uso de todos los medios que son indispensables para realizarlos. Por consiguiente, se requiere que el esfuerzo estatal pueda identificar y luego corregir los errores que sean descubiertos. Es necesario que se tome plena conciencia de que los buenos resultados no se deben a los entusiasmos ni a la elocuencia con que se expresan aspiraciones y deseos. Dependen exclusivamente de los adecuados decisiones prácticas que se adopten para aprovechar bien los largos años que dura la educación básica.

Para una revaloración de la carrera docente se debe establecer roles reflexivos y mecanismos evaluativos. La docencia no se puede seguir sustentando en un discurso de confianza moral, de nacionalismo y patriotismo, sino en diálogos y propuestas de cambio en función a las expectativas de la sociedad. Ello implica mecanismos sociales de evaluación, sin que ello sea percibido como una amenaza a la estabilidad laboral del docente, sino como una forma de potenciar su desempeño y de mejorar su nivel profesional.

Los roles del maestro están en proceso de cambio. Es importante en ese sentido revalorar el papel de la maestra, no sólo por ser la mayor proporción de la población docente, sino porque el conocimiento de sus expectativas y el desarrollo de sus capacidades debería orientarse en función de los cambios en la sociedad, para evitar la reproducción de roles y estereotipos tutelares, discriminatorios y disciplinarios.

El sistema de titulación no garantiza mejores oportunidades laborales, por lo que tendría que estudiarse mecanismos de inserción laboral acordes con la demanda profesional, así como regularizar y evaluar la oferta de las ISPs, no solamente en función al desarrollo de las capacidades del docente, sino principalmente según las condiciones en que se forma y ejerce sus prácticas.

La asociación entre los aspectos morales y éticos dentro de una formación humanista, no toma en cuenta los problemas inherentes a la propia organización y ejercicio del poder, particularmente en el espacio de la escuela, como parte de un sistema que la integra con la sociedad. Es decir, la redefinición del rol social del maestro requiere de una redefinición del rol de la escuela en la sociedad, y de la sociedad con respecto a la institución y al sistema educativo.

El mal desempeño docente puede ser atribuido a la falta de un proyecto nacional. Es decir, no solo es una cuestión de salarios e incentivos económicos, sino de incapacidad estatal en articular la heterogeneidad de situaciones que subyacen en la elección de la carrera docente. La aspiración a un cambio de status, en la medida que no logra esa función, genera distintos mecanismos de defensa, que afectan la autoestima personal y promueven conductas autoritarias. Por ello deberían estudiarse propuestas de apoyo emocional y social que, sin disminuir la importancia del rol docente, tenga en cuenta el impacto que la sobreimposición de roles puede tener en los docentes.

El Estado debe generar mayores vías de intercambio y dialogo con el sindicato de docentes, el cual debería contar con una plataforma propositiva y menos partidarizada. Ello implica la reconstrucción de la institución sindical, en base a objetivos comunes, e incluso, con la consideración de renovar generacional y políticamente las dirigencias.

Existe una heterogeneidad de realidades y de condiciones culturales que repercuten en el desempeño de los y las maestros (brechas regionales, prácticas escolares y docentes, concepciones sobre la docencia, crisis de autoestima), que requieren de políticas que atiendan cada especificidad, de acuerdo con la población y con las expectativas de cada localidad. Por ello, las propuestas pueden coincidir en revalorar los aspectos profesionales y en la necesidad de disminuir las brechas salariales, pero políticamente hay divergencias respecto a los mecanismos de evaluación docente. No puede mejorarse la calidad educativa forzando la realidad a la idea, sino adaptando las ideas a las realidades.

Es necesario generar mecanismos de dialogo y reflexión, desde la sociedad civil, sobre las practicas escolares y sobre el rol del docente en los contextos rurales y urbanos, facilitando y promoviendo su inserción en la vida comunal. Esto implica una revaloración de la diversidad cultural, dentro de un proyecto de desarrollo que involucre activamente a la población, en base a una política de gestión cultural de largo alcance, en el cual se incluya una política educacional para docentes y escolares de todos los niveles, con énfasis en el nivel universitario.

La dificultad en mejorar la calidad de la docencia no radica en un solo factor (que puede ser percibido como el económico o el pedagógico), sino que constituye parte de la implementación de una política intercultural, como perspectiva transversal que permita reorientar los modelos de docencia, en función a los contextos diferenciados en que se ejerce la profesión. La interculturalidad no es solamente una manera de concebir la integración de las culturas, sino un diálogo entre distintas realidades culturalmente dinámicas, en donde siempre está presente el conflicto.

Materializar el perfil deseado del docente peruano requiere de un compromiso y de una formación integrales, de exigencia en la calificación y que esté de acuerdo a las necesidades del país. Sin embargo, en la medida que no se establezcan mecanismos de incentivos y compensatorios que alivien a los docentes de la sobrecarga de roles, y que integren la interculturalidad como eje articulador de todas las propuestas curriculares y pedagógicas, no se podrá revalorar la imagen del docente, ni potenciar sus capacidades. Por ello es necesaria una política que promueva efectiva y sostenidamente el diálogo y la participación, tanto de los docentes, como de los padres, los alumnos y la comunidad en su conjunto.

Nuestra situación hoy y la deseada al 2021

                  

Situación actual

Situación meta al 2021

Los alumnos tienen un bajo rendimiento académico.

Se elevará sustancialmente el rendimiento de los alumnos del Perú, los que alcanzarán el rendimiento medio de la población mundial.

Los alumnos egresan de a escuela primaria sin el dominio pleno de las habilidades lecto-escritura y matemáticas.

Todos los niños en el 4to grado de la educación primaria habrán adquirido el dominio de la lecto-escritura y la aritmética básica.

La educación no provee a los jóvenes de recursos adecuados para enfrentar serios problemas en campos como el familiar, psicofísico, educacional, sexual, social, ocupacional, de salud y recreación.

La juventud peruana habrá tenido la oportunidad de cultivar su salud y su equilibrio emocional de la mano con los aprendizajes científicos y tecnológicos. Habrá asumido una cultura de prevención a conductas de riesgo.

Los maestros estarán capacitados para intervenir tanto en el desarrollo psicológico y ético de los alumnos, como en el desarrollo cognitivo e intelectual.

La información sobre la evolución de los componentes de calidad y eficiencia del sistema educativo es escasa.

La sociedad estará informada sobre los resultados obtenidos con las políticas y programas educativos locales y nacionales, y participará en las discusiones y decisiones respecto a continuarlas o cambiarlas.

Los peruanos estarán al tanto de las metas de mejora de la calidad educativa que el país se plantee y muchos de ellos tomarán parte activa en sistemas locales de participación y vigilancia ciudadana para su cumplimiento.

La formación es concebida básicamente como una responsabilidad del sistema escolar.

Se configurará una sociedad del aprendizaje a lo largo de toda la vida, en la que se multiplicarán los lugares y tiempos de aprendizaje, así como los sistemas que influyen en los procesos de aprendizaje, incluido el de acreditación de instituciones y programas.

Los trabajadores tendrán posibilidad de una actualización profesional frecuente.

La función educadora será una responsabilidad de toda la sociedad, empezando por los profesionales de la educación y la familia, seguidos por la comunidad, los políticos, los periodistas y los empresarios, entre otros agentes sociales públicos y privados. 

El sistema educativo es centralista, burocrático, rígido y vertical.

El sistema educativo será descentralizado y participativo, flexible y en permanente evolución, creativo, orientado a la vida activa y al adecuado uso del tiempo libre; todo ello enmarcado en el ejercicio de valores éticos.

Hay ausencia de estrategias focalizadas de atención que respondan a las necesidades educativas de la población.

Existirá igualdad de oportunidades. Además se desarrollarán instituciones de calidad que sean el referente para el resto del sistema.

Tanto los más talentosos como los excepcionales tendrán derecho a los más altos niveles de formación.

Las nuevas demandas al maestro no siempre van de la mano con condiciones medianamente satisfactorias de trabajo. Están mal remuneradas, la gran mayoría de las escuelas tienen déficit de equipamiento y material educativo, su capacitación es insuficiente y no siempre asociadas a aulas compuestas por alumnos culturalmente cada vez más heterogéneos.

Los maestros estarán contentos de pertenecer a una profesión prestigiada, bien remunerada y reconocida socialmente.

Hay una creciente insatisfacción por la existencia de una educación secundaria mal definida, no renovada y desarticulada con la economía y es sistema educativo.

La educación secundaria estará conectada con un sistema de educación de por vida, que facilite varios reencuentros con la educación, articulada al mundo laboral y a la educación superior.

Las tecnologías de la información y comunicación son aprovechadas en forma escasa y desigual.

Se habrá universalizado el acceso de alumnos y docentes a las redes de conocimiento y la información.

Metas cuantitativas

 

La educación promedio de la población es de 8.3 grados.

La población tendrá en promedio 15 grados educativos.

En la población económicamente activa hay más de 700 mil analfabetos.

El 44% de niños de 3 a 5 años, y más de medio millón de niños de 6 a 16 años, están fuera de la escuela.

En cinco años, se eliminará el analfabetismo entre la población de 15 a 60 años.

La escolaridad para la población de 4 a 18 años de edad será universal.

Se promoverán estrategias de cultura de crianza y estimulación oportuna para la población de 0 a 3 años.

La educación primaria y secundaria tiene una duración de 11 años.

La educación básica obligatoria será de 14 años, incluidos dos años de educación inicial y un año adicional de secundaria.

El 20% de la población mayor de 15 años tiene estudios superiores.

Ninguna persona que tiene potencialidad para seguir estudios superiores se quedará sin posibilidad de hacerlo.

La participación del gasto educativo en el Producto Bruto Interno es de 3.5%.

Habrá un crecimiento anual del 0.5% del gasto educativo público respecto del PBI, hasta llegar a una participación mínima del 6% y luego mantenerlo constante.

Los más altos índices de repetición y abandono, así como los niveles más bajos de calidad se dan en la educación que reciben los más pobres.

El tiempo dedicado al aprendizaje escaso, se encuentra por debajo del promedio latinoamericano.

Las 300 escuelas que eran pobres habrán alcanzado estándares por encima del promedio nacional de rendimiento académico.

Los alumnos tendrán 1000 horas cronológicas de clases durante la escolaridad primaria y secundaria.

 

Bibliografía

Título: Escuela y Participación en el Perú

Autor(a): Francesca Ucceli

Artículo: Docentes en las Calles: Magisterios, SUTEP y el reto de los aprendizajes.

Editorial: IEP Ediciones

Edición: I Edición, mayo de 2006

Páginas: 206-207

Título: Lexus

Edición: 2000

Páginas: 1037, 1057, 1092, 1093

Título: Ciencias Sociales: Historia y Geografía

Autor(a): Rocio Chirinos Montalbetti

Editorial: Tercer Milenio

Páginas: 207 y 232

Título: La Educación en la Noticia

Autor: Agustín Campos Arenas

Editorial: UNIFE

Páginas: 8 – 160

 

 

Autor:

Jonatan

Perú

2008

Partes: 1, 2, 3, 4
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