- Prólogo
- Introducción
- Identificación del problema
- Factores determinantes de la problemática sexual
- Modelo alternativo a la situación actual
- Estrategias de acción para la consecución de éste modelo
- Conclusiones
- Notas
Prólogo
Los trabajos que se presentan para obtener un grado académico como las tesis de licenciatura, maestría o doctorado, adquieren un gran valor por haber sido evaluados y aprobados por un jurado, avalando con esa acción la calidad de los mismos.
Aparte de tener un valor sentimental para quien los elaboró y presentó ya que representan el logro de una meta que tomó años concretar, su contenido incluye análisis científicos y propuestas viables a problemáticas diversas, lo cual les da una significativa importancia académica y social.
Pero aquellos trabajos escritos que fueron utilizados en su momento para obtener un grado académico, y cuyos planteamientos incluidos en su contenido resisten el paso del tiempo y mantienen una vigencia que proviene de la realidad circundante, merecen ser retomados y no ser enviados al baúl de los recuerdos.
Cuando presenté mi examen profesional para obtener el grado de Licenciado en Psicología en la Universidad Veracruzana, lo hice basado en la romántica idea de que la tesis profesional debería ser un documento que reflejara haber obtenido una formación adecuada como profesional de la Psicología y contribuir como científico social a la solución del problema social elegido como objeto de estudio.
Basado en esa creencia, que lamentablemente ya no es compartida por las nuevas generaciones que ven el examen profesional como un trámite burocrático que tienen que presentar para obtener su título, me esforcé en presentar un tema que en verdad reflejara un problema social polémico y contribuir con mis análisis y propuestas a una posible solución del mismo.
Treinta y dos años después de haber presentado mi tesis profesional para obtener el grado de Licenciado en Psicología, veo con pesar que el problema social que elegí en aquel entonces, no ha desaparecido, ni siquiera solucionado y al contrario, ha empeorado al crecer y manifestarse en diferentes formas.
El lector puede juzgar por sí mismo si el ejercicio de la sexualidad concebido en la década de los ochentas por el suscrito como un problema social que estaba muy lejos de ser una fuente de placer y felicidad, ha dejado de serlo o al contrario ha aumentado en complejidad, calidad y sufrimiento social.
Este trabajo parte de la premisa de que para realizar un estudio objetivo y completo del hombre, sea joven o adulto, no se debe desligar por ningún motivo de la realidad social que lo rodea, misma que atañe a todos y cada uno de sus aspectos. Sólo sobre la base de una concepción dialéctica del individuo y su sociedad se puede llegar a conclusiones realmente acertadas y cercanas a la realidad. Bien es sabido que el ser humano recibe la influencia del medio social, misma que se da inclusive desde antes de su nacimiento. por medio de la madre a través de las emociones y sentimientos que ella experimente.
1.1. Definición del objeto de estudio
El estudio de la juventud como parte del desarrollo humano entraña muchas y variadas dificultades, entre las cuales se encuentra inclusive la relación entre el sujeto y el objeto de estudio. La complejidad del tema, origina una diversidad de enfoques a través de los cuales es posible aproximarse a ella, pero que sin embargo, traen consigo una serie de problemas metodológicos y epistemológicos a que se enfrentan quienes pretenden conocerla, motivo por el cual se justifica el que exista una amplia polémica acerca de la existencia del fenómeno de la juventud.
Es muy amplia la problemática referente a la juventud y son muchos los tópicos que se pueden abordar en relación con ella. Para efectos de delimitación, en este caso el objeto de estudio elegido corresponde a un fenómeno social de candente vigencia: el ejercicio de la sexualidad entre la juventud considerando el manejo de este término, con un valor como período global de desarrollo que abarca aspectos de la pubertad, adolescencia y lo que comúnmente se entiende por juventud en la voz popular.
Sin embargo, a manera de precisión se dirá que el termino pubertad será utilizado para designar el aspecto somático-fisiológico de los procesos de cambio registrados a ese nivel; la palabra adolescencia significará primordialmente los cambios psicológicos operados en esa fase de la evolución humana. El valor asignado al término juventud le atribuye un significado propio que va en el sentido de designar el aspecto social de una etapa global de desarrollo, de tal manera que al hablar de juventud podamos referirnos a la parte poblacional ubicada en el período cronológico comprendido de los 12 a los 29 años de edad (1), de la población total mexicana, cuya estructura poblacional es eminentemente joven según informan los Censos Generales de Población y Vivienda de 1970 y 1980.
Se aborda a la juventud desde el punto de vista de la clase social a la que pertenece ese grupo de edad en la sociedad mexicana, lo cual es primordial puesto que el individuo de cualquier grupo de edad responde a la vida en función de la clase social a la que pertenece. Así, observaremos que el modo de vida de los jóvenes provenientes de la clase trabajadora difiere de aquellos cuyos vínculos fundamentales de convivencia se relacionan con los grupos minoritarios de la sociedad económicamente poderosos, por la propiedad que ejercen sobre los medios de producción.
1.2. La esencia conflictiva del fenómeno de la sexualidad.
La práctica de la sexualidad en la actualidad manifiesta cierta esencia conflictiva que se puede observar a través de la revelación de su problemática en distintas variables en apariencia aisladas pero en estrecha concatenación entre sí, tales como:
a) Se observa que en los últimos años se ha venido gestando un cambio social en las actitudes hacia la sexualidad, que se manifiesta en una relajamiento en las normas que rigen la conducta sexual; la proliferación de relaciones sexuales prematrimoniales, el incremento de las uniones libres, la pérdida de vigencia del concepto de fidelidad en la relación amorosa, matrimonios prematuros y otro tipo de indicios que apuntan a una diferenciación en las actitudes y conductas sexuales de los jóvenes, respecto de las que tenían generaciones anteriores en el mismo campo. Por lo que se podría pensar que las
manifestaciones de la vida sexual humana se encuentran en proceso de liberación sexual, ya que es evidente que se están abandonando ciertas posturas de corte tradicional respecto a la conducta sexual en particular y de la conducta amorosa en general, pero que, sin embargo, tal liberación "…no es tan profunda como a primera vista pareciera" (2).
b) Existe un alto índice de separaciones de parejas, cuyas cifras detectadas se encuentran verdaderamente disparadas en comparación con las anotadas en períodos anteriores; problema específico que acarrea toda una serie de consecuencias negativas para los directa e indirectamente afectados, ya que tal experiencia es a todas luces traumática por la gama de sentimientos y el nivel de intensidad con que son experimentados. La situación es tal que el índice de divorcios en el Distrito Federal no es sólo el más elevado del país, sino que es también superior al índice nacional estadounidense. (3)
c) La práctica del aborto ha sorprendido por el alto número de casos conocidos, la mayoría de los cuales (96.5%) se ha llevado a la práctica en condiciones clandestinas (falta de higiene, intervención de personal no capacitado, ausencia de instrumental adecuado, etc.), con sus consecuentes efectos funestos para quien se somete a esta práctica verdaderamente riesgosa por las condiciones no adecuadas en las que se efectúa.
d) Los delitos sexuales en México, fundamentalmente agresiones a la mujer, de entre las cuales destaca la más dramática como lo es la violación sexual, constituyen una verdarera amenaza por su alto índice de frecuencia, así como por los resultados traumáticos que trae consigo para la persona afectada. La legislación al respecto ha sido reformada recientemente con un enfoque que intenta atacar estos problemas con medidas que aumentan su penalidad, pero que continúan sin contemplar la reparación del daño moral a las víctimas y mucho menos la prevención del problema, por lo que sigue mostrándose incompleto.
e) Informes de diversas investigaciones (4) efectuadas en el campo de la sexualidad, revelan la existencia de múltiples casos de disfunciones sexuales, tanto en hombres como en mujeres, y que confirman la hipótesis de que en la vida sexual, las dificultades han llegado a ser la regla y la actividad sexual apacible, completa y satisfactoria, la excepción.
Todo lo anterior nos proporciona una visión general acerca de lo que es el ejercicio de la sexualidad en la actualidad. Al adoptar un posición de investigación desde el punto de vista de la Psicología, sobre las causas que originan esta problemática, se advierte que la misma está determinada en última instancia por las relaciones sociales de producción por lo que escapa del dominio de la esfera psicológica, pero que a la vez intervienen en su desarrollo los siguientes factores en forma interrelacionada los cuales en su vinculación llegan a afectar a nuestro objeto de estudio, y mismos que son de índole psicológica.
1.3. Factores causales.
a) Factores intrínsecos al período de la juventud.
Como período que incluye a la pubertad y a la adolescencia, la juventud se caracteriza por una serie de cambios que le son propios y que no se limitan a la maduración del cuerpo, sino que también se dan en el plano psicológico, en el cual la evolución de una mentalidad en desarrollo da un salto cualitativo al abordar un nivel más elevado que le permite cambiar la concepción original del universo circundante, por otra línea de pensamiento que contempla un mundo nuevo que progresivamente se va descubriendo a través de la observación de sí mismo y de los demás. La evolución humana encuentra aquí un eslabón débil en su cadena de desarrollo continuo y permanente, debido a la inestabilidad psicológica que produce este desfase.
b) Carencia de educación sexual.
La etiología sexual de las neurosis descubierta por Sigmund Freud, demuestra la enorme importancia que tiene el hecho de que exista o no una adecuada orientación sexual desde las primeras manifestaciones de la sexualidad. La ausencia de una educación sexual real y objetiva conduce a una serie de trastornos en el ejercicio de la sexualidad en la vida adulta, mismos que contienen elementos psicopatológicos que dificultan una práctica sana y satisfactoria y que se manifiestan en un alto grado de inseguridad, inestabilidad emocional e incapacidad de mantener relaciones efectivas duraderas.
c) Reducción de la sexualidad a su aspecto genital.
El manto negativo que cubre a la sexualidad producto de la negación social de la misma a través de la vigencia de prejuicios, creencias, tabúes, etc., impide la actuación sana de la misma y permite su manipulación comercial, llegando al grado de adoptar un carácter de fetiche a través del material pornográfico que circula masivamente, difundiendo un modelo de sexualidad limitado a la expresión genital. Con esto propicia la concepción de que la vida sexual humana "….. consiste esencialmente en el impulso de poner los órganos genitales propios en contacto con los de una persona del sexo opuesto". (5)
d) Confusión de sentimientos, afectos y emociones.
Los cambios fisiológicos del cuerpo, que conducen a una maduración física en el período de la pubertad, en el contexto cultural de nuestra sociedad actual, genera una tensión excesiva como resultado de la acumulación confusa de sentimientos, afectos y emociones. La intensidad y arraigo de las emociones y sentimientos depende del significado que tienen para el sujeto los objetos y fenómenos que las provocan. Los cambios a nivel psíquico durante la adolescencia, modifican los sentimientos y los afectos, en base a una línea de pensamiento diferente dejando atrás los rasgos infantiles. El adolescente se desenvuelve en un mundo de pensamientos secretos, sentimientos inestables y ambivalentes; su método de análisis más frecuente es la introspección con el que evita las miradas indiscretas y se retrae en su intimidad plena de sentimientos y problemas. Un rasgo característico de la psicología de la adolescencia, es que el adolescente deja trazas objetivas de su trabajo introspectivo ya que gusta de atraer la
atención sobre sí.
e) Influencia de los medios masivos de comunicación.
Los medios masivos de comunicación han tenido una participación activa en la forma y el contenido de la educación de los últimos tiempos, sin embargo, esta participación ha dejado mucho que desear en virtud de que su principal objetivo es el lucro, a nivel de la instancia económica. A nivel de su instancia ideológica, su accionar corresponde a lo que se ha denominado como "aparatos ideológicos del Estado" (6). Los medios de comunicación de masas han funcionado hasta ahora, más como factores enajenantes que como educadores o liberadores. El carácter unidireccional de los medios masivos de comunicación permite la difusión de una información que, por lo general es fragmentaria, indiscriminada y superficial que, en definitiva, más que informar deforma y con ello anula o mínimamente disminuye la capacidad de crítica y de análisis del individuo. El carácter mercantil de la sociedad actual nos vende un modelo a seguir, un patrón de comportamiento, mediante las técnicas subliminales empleadas por la publicidad actual para vender a través de la manipulación del inconsciente, determinado tipo de productos. La juventud de hoy es una de las primeras generaciones que han crecido bajo esta influencia, con la televisión como compañía indispensable en el hogar. Esto nos lleva a considerar a la "seducción subliminal" (7) como uno de los factores determinantes de la problemática que se aborda, en tanto que se utiliza a la sexualidad como instrumento de control colectivo. El consumismo provocado por el sistema publicitario facilita la venta de mercancías, no obstante, una gran mayoría de la población, entre ellos cantidad de jóvenes, queda marginada del acceso a los bienes de consumo suntuarios, con sus consecuentes sentimientos de frustración.
f) Arraigo de una ideología individualista y competitiva en las relaciones interpersonales.
Los programas de educación formal son diseñados bajo la consigna de ganar o perder sentando así las bases para el desarrollo de una ideología competitiva, que es desarrollada a través de la acción de los distintos aparatos ideológicos con los que se tiene contacto en la educación no formal y que fortalecen una concepción individualista difícil de superar, pues es parte inherente del proceso de socialización. El componente individual de la identidad personal está presentado por los rasgos más antiguos, más tempranamente adquiridos. Este es el aspecto más duradero y menos modificable de la personalidad. El componente social de la identidad de una persona está representado en los aspectos de la personalidad posteriormente adquiridos; ésta es la capa menos duradera y más modificable del carácter, es por consiguiente más maleable.
1.4. Modelo alternativo a seguir.
Al pensar en las opciones que tienen los jóvenes ante esta situación desde el punto de vista de la intervención psicológica, se puede concebir en la adopción de un modelo alternativo de la sexualidad que esté basado en una identificación de la misma como un conjunto de sensaciones, emociones y sentimientos sexuales, de tal manera que rebase su actual reducción de modelo genital. Dentro de ello, se requiere la asimilación de un concepto diferente del amor y de su relación con la sexualidad, que sea comprendido como la fusión integral y consciente de los miembros de la pareja y no en el sentido de dependencia uno del otro, sino en base al respeto mutuo y al autoconocimiento previo.
1.5. Impedimentos sociales para su concreción real.
Sin embargo, la asimilación y concreción de esta conceptualización nueva del ejercicio de la sexualidad y de su relación con los sentimientos, es difícil de lograr en los estrechos marcos del sistema capitalista, en el cual se encuentra México como un país capitalista y dependiente y por ende, su juventud. Su estructura y funcionamiento, con sus determinantes económicos y sociales, impiden la integración total de cada individuo en la relación de pareja, en la medida en que utiliza y ondea la bandera del individualismo, fomentando la competencia, inclusive al interior de la pareja ya que son frecuentes las luchas por el poder en ella.
La dificultad en el cambio de tal concepción se acentúa al entrar en juego aspectos socioculturales característicos de nuestro objeto de estudio. Por ejemplo, se encuentra el machismo como fenómeno psicocultural que trasciende las clases sociales, pues se encuentra en cada una de ellas, en grado mayor o menor. El machismo es la exageración de las características masculinas y la superioridad del hombre elevada al extremo. En él, el desapego emocional es parte de la "superioridad" del hombre sobre la mujer, pues el macho establece una relación de dueño y protector, sin ningún círculo emocional o sentimental, pues él conquista y la mujer ama. El machismo es una característica cultural latina, no sólo mexicana, es un rasgo cultural que tiene el propósito de satisfacer una necesidad psicológica resultante del complejo de inferioridad de cada individuo del sexo masculino. "Las relaciones padre-hijo y las prácticas de crianza crean los sentimientos de inferioridad en el niño, los cuales se compensan a través de un mecanismo psíquico (sentimientos de superioridad) y de una institución cultural (el machismo). Esta compensación cultural crea ciertos rasgos culturales, los cuales conducen también a las prácticas (también culturales) de crianza y a las relaciones padre-hijo los cuales crean sentimientos de inferioridad en la nueva generación y perpetúan el machismo a través de la circularidad psicocultural" (8).
En tanto que el problema de la sexualidad se halla determinado por el modo de producción y distribución dominante que de suyo es enajenante y represivo, sólo mediante la toma de conciencia política podrá ser resuelto en un sentido que contribuya al cambio social. Esta aparente libertad y relajamiento en las costumbres ha servido más para apuntalar y reformar al sistema que para su genuina transformación. Mientras exista el modo de producción capitalista con sus características de alienación colectiva, no será posible erradicar las crisis sexuales que padecen no sólo los jóvenes, sino el conjunto de individuos que integran el sistema social, mismo que se encuentra actualmente en una crisis económica y política de carácter irreversible.
Por tanto, surge la vinculación que existe entre sexualidad y política ante el planteamiento de que no hay solución a la problemática sexual de los jóvenes en los marcos de un país como México. De donde se desprende la necesidad de que los jóvenes de hoy, conjuntamente con otros sectores progresistas se den a la tarea de realizar una práctica política que les permita construir un ambiente social más sano en el cual se pueda ejercer la sexualidad en condiciones mejores a las actuales.
La tesis central que este trabajo pretende demostrar consiste en comprobar la vinculación que existe entre sexualidad y política, mediante la exposición del carácter alienado de la conducta sexual actual, mismo que permite su uso como instrumento de control político, en tanto que es a través de la sexualidad como se controlan y manipulan conductas colectivas, en un sentido que beneficia a intereses particulares. Asimismo, como alternativa a esta situación se propone el papel que debe jugar el Psicólogo como agente de cambio de esta problemática social, desde el punto de vista de la intervención psicológica a un nivel preventivo y comunitario, enfatizando la necesidad de un enfoque interdisciplinario con una clara orientación social, no sólo al interior de la Psicología cuya enseñanza se encuentra parcializada en distintas corrientes, sino en la relación que ésta tiene con el conjunto de las Ciencias Sociales y de la aplicación en la praxis que esta vinculación debe tener en la intervención del Psicólogo en la solución de grandes problemas sociales.
2.1. Desarrollo psicosexual.
Una de las aportaciones más importantes del Psicoanálisis al conocimiento de la evolución humana, consiste en su entendimiento de la vida instintiva del niño. A través del psicoanálisis de adultos, Sigmund Freud descubrió y describió la sexualidad infantil, sus estudios, su polimorfismo y sus manifestaciones a lo largo de la adolescencia. En "una teoría sexual" Freud analiza y demuestra que es en la infancia cuando la sexualidad tiene sus primeras manifestaciones y afirma que este velo de ignorancia es fatal, pues a él se debe la ignorancia actual sobre las circunstancias fundamentales de la vida sexual. Afirma que las primeras impresiones infantiles dadas en los primeros 7 u 8 años de vida, no desaparecen, sino que dejan una hondísima huella en nuestra vida psíquica y de hecho constituyen un elemento determinante en el ulterior desarrollo.
La sexualidad es algo tan natural que aparece inclusive desde que el niño nace, Freud describió un período de desarrollo infantil al cual denominó "autoerotismo" a través del cual se ponen en juego determinadas sensaciones placenteras mediante el descubrimiento de las zonas erógenas corporales. El niño experimenta desde muy temprano las funciones psíquicas de la vida erótica (la ternura, el cariño, los celos, etc.), y la combinación de estos estados psíquicos con sensaciones somáticas de excitación sexual revela al niño la íntima relación de ambos fenómenos. Por tanto "…el niño está capacitado para la vida erótica (con excepción de la reproducción), mucho antes de la pubertad y al ocultarle sistemáticamente lo sexual, sólo se consigue privarle de la capacidad de dominar intelectualmente aquellas funciones para las cuales ya posee una preparación psíquica y una disposición somática" (1). El ocultamiento sistemático y la evasión constante del tema dan origen a sentimientos de culpabilidad, mismos que son relacionados con la sexualidad.
El niño pasa de la referencia materna a la referencia personal en el conocimiento del cuerpo, los orificios del cuerpo se transforman en zonas erógenas a través de los cuales se entra en comunicación con el mundo externo. La exploración del cuerpo y de sus partes genitales es indispensable para el desarrollo del niño y ésta es una actitud natural. En el curso de su evolución su atención se va centrando en sus órganos genitales, explorando a éstos como parte del descubrimiento de su sexualidad, a la cual ve como otro aspecto más de su persona. Sin embargo, este descubrimiento infantil no va acompañado de una adecuada orientación de parte de los adultos, pues por el contrario, se reprime cualquier manifestación sexual en vías de desarrollo, debido a la moral sexual represiva imperante a través de la cual se introyectan los valores de los adultos acerca de la sexualidad, en las mentes infantiles.
Se asumen actitudes erróneas de parte de los adultos cuando dan respuestas a las preguntas planteadas por los niños respecto al sexo, pues tales actitudes son por lo regular muestras de asombro y desconcierto, además de que generalmente son evasivas. Se evita por ejemplo, llamar a los órganos sexuales por su nombre utilizando términos cuyo significado se encuentra muy alejado de la esencia del objeto referido: al pene se le llama pajarito, colita, etc. Asimismo, se impide la visión del cuerpo desnudo y se relaciona su exposición involuntaria a sentimientos de turbación, vergüenza y abochornamiento. Para alejar al niño de sus actos de exploración sexual se le llega a amenazar con retirarle el amor y con actos de castración, así como con otras medidas punitivas.
Con esto, en lugar de satisfacer la sana curiosidad infantil, contribuyen a aumentarla pero ya no en forma natural. La masturbación infantil es un fenómeno completamente normal, pero los padres que no lo interpretan así pueden causar un perjuicio irreparable a la estructura psíquica del niño, la cual no está formada por completo, pues se encuentra en proceso de desarrollo en su etapa inicial. De los actos impulsivos de los niños, la masturbación adquiere un papel importante para los adultos, la cual es vista como un vicio enfermizo, que debe se eliminado de cualquier manera. En su desarrollo, el niño aprende a comprender que el órgano genital es algo del cual no se habla, con lo cual se le forma un conflicto poderoso, pues siente una atracción por él, junto a ello se encuentra la prohibición de masturbarse o siquiera tocarse el miembro con lo cual se origina el tabú del mismo. "Las medidas punitivas en contra de la masturbación únicamente deforman la personalidad infantil en desarrollo y no se logra con ellas, pues la excitación sexual natural se abre camino de manera patológica, o bien, lo que es más frecuente, el período de masturbación no pasa, sino que se fija por múltiples razones" (2) La ausencia de comunicación entre padres e hijos dificulta el proceso de desarrollo infantil, pues no le ayuda a despejar dudas acerca de su desarrollo psicosexual.
La relación placer-temor en la sexualidad provoca estados de angustia en el infante al no poder gozar con libertad sus sensaciones sexuales. La represión a los actos masturbatorios lo único que provoca es dar lugar a un niño miedoso, que desarrolla diversos síntomas neuróticos, pero que no renuncia a la masturbación y que por tanto aprende a mentir. Con esto se le provocan graves traumas psíquicos, que causan serios trastornos en su desarrollo. "El placer-temor conduce entonces a la fijación de una expectación angustiosa, que se presenta siempre que aparezca una sensación genital". (3) La represión sexual aplicada de manera constante y sistemática prolonga estos estados de angustia, que son acentuados en el período de la pubertad por la maduración de los órganos sexuales, propiciando con ello un desarrollo de la sexualidad ligada a sentimientos de culpa, angustia, temor y ansiedad. El conflicto que surge entre el deseo físico y los códigos sociales que se oponen a que sea expresado es uno de los problemas más intensos que el púber tiene que encarar.
En el período de la pubertad en nuestro contexto cultural, todo organismo está sujeto a una tensión excesiva derivada de los cambios psicofisiológicos. La evolución del individuo determina un cambio en el desarrollo de los órganos sexuales y de sus funciones, así como del cuerpo en general con la aparición de zonas vellosas en ambos sexos y con cambios en la voz. En el joven, los músculos aumentan en volumen y fuerza; en la mujer, la grasa se deposita en determinadas zonas dándole al cuerpo las características femeninas. A nivel interno, el organismo secreta hormonas que movilizan y mantienen toda la gama de cambios anotados. La excitación sexual es más clara centrándose en los genitales, manifestándose en un deseo de penetrar por parte del varón y de ser penetrada en la mujer. En esta época es cuando la joven inicia su menstruación, con lo cual se culmina el proceso de maduración sexual. El esquema corporal cambia a un ritmo muy rápido en este punto del desarrollo físico. La pubertad trae consigo un resurgimiento explosivo del instinto sexual que choca con los códigos sociales coercitivos, limitante que repercute en la adolescencia en el desarrollo de su identificación sexual a nivel psíquico.
Mientras que la pubertad es una etapa fisiológica en la que el individuo se convierte en apto para la procreación, la adolescencia es un fenómeno psicosocial cuyas manifestaciones varían según el momento histórico-cultural y la sociedad de que se traten. En numerosos pueblos primitivos, la adolescencia queda sancionada y es consagrada mediante ritos de iniciación que reconocen a quien ayer era niño el carácter de adulto en toda su extensión. Nuestra civilización obliga al adolescente a afirmarse en los planos social, psicoafectivo y sexual. El método de la introspección ayuda al adolescente a definir su identidad, la voluntad de afirmar su identidad se manifiesta en la utilización de los pensamientos abstractos y de la instrospección . El adolescente no cesa de plantearse el problema de sus relaciones con los demás. Su universo se ha hecho más complejo con la inclusión de nuevas áreas de desenvolvimiento social. La adolescencia, como parte integrante de lo que hemos definido como juventud, es una etapa de transición en la que se da un cambio a nivel psicológico por el que el joven empieza a formar una línea de pensamiento diferente, modificando sus sentimientos y afectos, así como sus relaciones con los demás.
A partir del momento en que el adolescente pone en tela de juicio los valores sustentados por sus padres, necesita otros modelos de identificación. Los medios masivos de comunicación le ofrecen bastantes opciones no siempre positivos, pues se dan imposiciones de ideales estereotipados. De los 15 años en adelante se acentúan las características psicológicas, es decir, los sentimientos, emociones y actitudes. La sexualidad del adolescente se transparenta siempre tras sus reacciones emocionales, sus comportamientos e incluso sus aficiones o gustos intelectuales.
En la adolescencia surge la novedad del amor y su combinación con la relación sexual, con posibilidades reales de concreción, percepción que aumenta la intensidad de los sentimientos amorosos, pero que, en virtud de la inestabilidad de la estructura emocional en vías de desarrollo, no se prolonga pues no permite el establecimiento de relaciones duraderas. La sensación creciente de ansiedad y angustia derivada, entre otras, de maduración del instinto sexual y su carencia de satisfacción contribuye a aumentar la tensión en el adolescente, que no encuentra la forma de desahogar los requerimientos sexuales de su joven cuerpo, pues la masturbación (mecanismo típico de alivio sexual en la adolescencia), se encuentra ligada a fuertes sentimientos de culpa, provocando con ello severas inhibiciones.
Además, ante la prolongada continencia la masturbación se vuelve a la larga insatisfactoria y desagradable, pues la ausencia del objeto de amor se resiente aún más, provocando disgustos y sentimientos de culpabilidad. De esta manera se conjugan, la excitación sexual con sentimientos de culpabilidad, que generan una compulsión abriendo caminos por vías neuróticas, hasta provocar una psiconeurosis que se agranda a medida que se prolonga la actividad onanista. "En estas condiciones la masturbación termina a la larga por debilitar el contacto con la realidad pues la facilidad con la que se obtiene la satisfacción niega la aptitud para emprender la conquista de una pareja adecuada. Se ha manejado que la masturbación es la solución al problema de la pubertad, esa concepción elude el problema". (4)
El ejercicio de la sexualidad se ve obstruido entonces desde su etapa inicial de madurez, por una conceptualización de la misma que la considera pecaminosa y además, la limita a su función reproductora por medio del intercambio genital. En los jóvenes su ejercicio es más limitado pues se les somete al criterio de la "mayoría de edad" para que puedan ejercer su sexualidad, con lo cual se efectúa el control sobre la juventud a través de la manipulación de su conducta sexual, con lo cual la negación de la sexualidad juvenil es la prolongación lógica de la negación de la sexualidad infantil. La diferencia entre ambos tipos de manifestación sexual, es que en los niños los impulsos son sexuales y en los adolescentes ya son propiamente genitales.
"La imitación de la actividad psíquica y de la crítica mediante la represión sexual es uno de los pilares más importantes del orden social burgués". (5). Esto se aclara de la siguiente manera: la represión de las tensiones y de los deseos sexuales requieren de una gran dosis de energía psíquica en todo individuo, este derroche desvía las energías del desarrollo de la actividad de la razón, de la crítica, de la creatividad. Así el potencial de desarrollo humano inherente en cada individuo es desviado mediante este tipo de represión. Mientras más libre, espontánea y sana sea la sexualidad, mayor es la sensación de libertad, aumentan los deseos de actividad y el sentido de la crítica; por el contrario, en la medida que se bloquea la actividad sexual de los jóvenes, declina su iniciativa e inventiva y disminuye su capacidad creativa.
El crecimiento fisiológico y la maduración psicosexual tienen una enorme importancia para la estructuración de la personalidad. Su trascendencia es debida en gran parte, al hecho de que los cambios experimentados durante la pubertad dan lugar al problema de la aceptación personal y social, pues aquí hacen su aparición sentimientos de inferioridad, inseguridad, timidez, etc., asociados con nuevas sensaciones y perturbaciones en el desarrollo sexual. Aquí se presenta la tendencia a evitar las relaciones sociales que puedan poner en evidencia defectos reales o presunto. El sexo y la edad son determinantes constitucionales más evidentes de la personalidad, pigmentación, fuerza, etc. La estabilidad o debilidad de la personalidad estará en función de las condiciones positivas o negativas en las que halla tenido lugar su desarrollo psicológico.
El condicionamiento producto de la socialización moldea la expresión de los sentimientos e instintos, la personalidad inicia su conformación desde la infancia. Las experiencias infantiles y su relación con la vida adulta ya ha sido demostrada a través del Psicoanálisis, de lo cual se puede inferir una gran responsabilidad en el desarrollo de la personalidad al tipo de socialización recibido, dentro del cual se encuentra el aprendizaje sexual. Desde la pubertad en adelante, el sexo queda enlazado con los modelos de conducta y personalidad que hayan sido desarrollados durante los primeros años.
El aspecto emotivo del adolescente no escapa a esta evolución que se da en el plano psicológico, sus características emocionales empiezan a cambiar hacia una fase más intensa. El cambio se traduce en un desarrollo de la sensibilidad del adolescente a estímulos que anteriormente pasaban desapercibidos. Se va estructurando así una nueva personalidad, pues se deja de ser niño y esto se muestra a los demás. La extrema susceptibilidad del adolescente se patentiza a través de cuestionamientos tales como ¿Quién soy yo?, ¿Qué represento o valgo?, ¿Qué soy para los otros?, etc. En estas condiciones un mínimo reproche o regaño puede tener consecuencias trágicas para el adolescente que no ha logrado un sentimiento de afirmación: esto que sucede con frecuencia, plantea el problema del autocontrol. El adolescente toma cada vez más conciencia de sus reacciones emotivas y este conocimiento intensifica su emotividad, lo que en repetidas ocasiones se traduce en la pérdida de su control.
2.2. La relación de pareja en los jóvenes.
"La tensión emocional lleva consigo un proceso activo de preparación para actuar, una concentración de la atención y una actividad mental aumentada. Pero algunas veces conduce a un estado de inhibición, a una desorganización de la conducta, e impide fijar la atención". (6) Las emociones son las vivencias afectivas más simples relacionadas con la satisfacción o insatisfacción de las necesidades orgánicas primarias. Los sentimientos se diferencian de las emociones en que están relacionados con las necesidades que han aparecido en el desarrollo histórico de la humanidad. La aparición de los sentimientos depende de las condiciones en que vive el hombre y sobre todo de su capacidad para relacionarse con los demás.
Los estados de ánimo son los estados emocionales más o menos prolongados que dan matiz determinado a todas las demás vivencias del individuo. Los efectos son vivencias emocionales relativamente cortas que se desarrollan con la intensidad, y es en base a estos estados de ánimo y afectos que se establecen la mayoría de las relaciones afectivas entre la juventud, pues la misma necesidad de efecto, que se acentúa en la adolescencia, impulsa la búsqueda de compañía. La sensación de aislamiento y soledad que provoca el arraigo del individualismo en su forma extrema, se deja sentir con intensidad en esta etapa de desarrollo, por lo que el joven busca compañía para contrarrestar esta sensación.
Sin embargo, la capacidad de amar se encuentra bloqueada por el sistema social en el que vivimos, pues la acción destructora continua y sistemática que sufre el individuo durante su proceso de socialización, a través de la labor de diferentes aparatos ideológicos y medios masivos de comunicación, han llevado a una deformación del concepto y práctica del amor.
Al analizar la conducta de las masas se puede observar que existe una gran demanda de consumo, en lo que se refiere a historias de amor, en sus distintas manifestaciones difundidas a través de revistas, cine, televisión, libros, etc. El ejemplo más al alcance son las telenovelas, verdaderas tragicomedias pero de amplio alcance social (los rattings lo demuestran). A través de los medios masivos de comunicación se nos facilita el consumo de determinadas historias, que por lo regular son historias de amor que sufren altibajos. El modelo expuesto en ellas, es el de un concepto del amor y de la sexualidad desarrollados en niveles diferentes y en forma separada. Se relaciona el acceso a la relación amorosa con el aumento de la capacidad adquisitiva y su indeseable derrumbe por el simple hecho de … tener caspa en el cabello, o arrugas en la cara.
Se concibe el surgimiento del amor como algo mágico que se da en forma espontánea, que no hay necesidad de analizar sino que simplemente se deja llevar uno por los sentimientos que se experimenten. Por ello mismo pocas gentes piensan que hay algo que aprender del amor ya que "para la mayoría de la gente el problema del amor consiste fundamentalmente en ser amado y no en amar, no en la propia capacidad de amar". (7)
La influencia de la sociedad de consumo determina a través de la publicidad, el comportamiento social a grado tal que introyectan un concepto del amor considerado como un objeto accesible por medio de trucos y artimañas y no como lo que verdaderamente es: una facultad psicológica del ser humano que le permite fusionarse con otro, susceptible de desarrollarse mediante el conocimiento de sí mismo, como paso previo y necesario a la identificación con el otro. Los medios utilizados para obtener el amor, van desde el cuidado del cuerpo en las mujeres, al éxito económico en los hombres.
En el contexto de nuestro objeto de estudio, la sensación de aislamiento empuja a la búsqueda de compañía de una manera irreflexiva, de tal forma que al inicio de una relación, la entrega sea total y se sienta eso como una experiencia única y dé lugar a la inferencia de pensar que por fin se ha encontrado el verdadero amor, esta sensación se agudiza aún más si se complementa con la actividad sexual. "Sin embargo, ese estar "locos" el uno por el otro, en lugar de ser una prueba de la intensidad del amor, únicamente refleja el grado de soledad anterior de ambos de la pareja". (8)
De esta forma, el concepto de amor vigente actualmente puede esquematizarse en la siguiente fórmula: atracción física + interés personal = amor. Se concibe al amor como un objeto y se llega a la negación del mismo como una facultad del ser humano. Por otro lado, se restringe el sentido humanitario, al reducir la capacidad de amar a los marcos de la relación dual de los miembros; es decir, se manifiesta cierto egocentrismo al restar importancia a las demás personas y aumentar la de los miembros de la pareja al grado tal que lo único que interesa es lo que concierne a los "enamorados". Dicho lo anterior sin contradecir la tesis Marcusiana de que "Bajo condiciones no represivas, la sexualidad tiende a "convertirse en eros" -esto es, tiende a la autosublimación en relaciones duraderas y en expansión (incluyendo las relaciones de trabajo) que sirven para intensificar y aumentar la gratificación instintiva". (9)
La intervención de la ideología dominante en el ejercicio de la sexualidad, se manifiesta en la decisión de ésta en: sensualidad y fecundidad, esto es en "amor carnal" y en "amor sublime". La inclinación de algunos jóvenes por dos clases de mujeres, una para el cuerpo y otra para el "alma". Amor sofisticado al extremo y atracción física, con una puede satisfacer su cuerpo y con la otra la que será su compañera de por vida en el matrimonio monogámico, mantendrá una relación de respeto y de reproducción.
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