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Estrategia de educación ambiental en la comunidad costera de “Santa Rita”, Nuevitas

Enviado por Michel Conde Leyva


Partes: 1, 2, 3

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Fundamentos teóricos para la educación ambiental orientada a la conservación de los manglares en la comunidad costera de "Santa Rita"
  4. Estrategia de educación ambiental, orientada a la conservación de los manglares, en la comunidad costera de "Santa Rita", en la ciudad de Nuevitas, Camagüey
  5. Conclusiones
  6. Recomendaciones
  7. Bibliografía

Resumen

El presente trabajo tiene por objetivo diseñar una estrategia de educación ambiental, orientada a la conservación de los manglares, en la comunidad costera de "Santa Rita" del municipio Nuevitas, Camagüey. Para su tratamiento se utilizaron métodos teóricos, empíricos y matemático-estadísticos. En el diagnóstico realizado durante esta investigación de constataron insuficiencias en el conocimiento de la importancia de la conservación de los manglares e inapropiados modos de actuación en los habitantes de la comunidad, así como afectaciones en el estado de conservación de este ecosistema. Como resultado, se ofrece una estrategia estructura en cuatro etapas: organización y diagnóstico, planificación y ejecución, evaluación y monitoreo y reformulación. Cuenta con objetivos y acciones, que incluyen la selección y capacitación del grupo gestor y el trabajo directo con los miembros de la comunidad, en función de capacitarlos, por medio de talleres e implicarlos, a partir del intercambio, el diálogo y la reflexión, en tareas que contribuyan a mitigar los problemas que afectan a los manglares y, de modo general, al desarrollo comunitario. La estrategia propuesta fue valorada por el criterio de expertos, los cuales la consideraron factible y pertinente para su puesta en práctica.

Introducción

La educación ambiental en la actualidad tiene un reto incuestionable: dar respuesta a las problemáticas medioambientales que confronta el mundo y ponen en peligro la vida en el planeta. Una respuesta que haga posible la preparación de cada persona en contenidos, actitudes y valores que se manifiesten en su implicación transformadora en la conservación y uso sostenible del medio ambiente.

Entre esas problemáticas medioambientales que requieren prioridad se encuentra la pérdida de la biodiversidad, especialmente de aquellos ecosistemas amenazados por su fragilidad y vulnerabilidad, hoy en franco peligro ante los efectos del cambio climático. Tal es el caso de los manglares, presentes en casi el 70% de las costas de Cuba.

Precisamente, una de las causas que han provocado afectaciones en la zona costera es la disminución de los bosques de manglares debido a la tala indiscriminada, la contaminación y las afectaciones naturales (Fernández et al, 2009), la mayoría relacionadas con la acción irracional del hombre, sin la reflexión oportuna de los beneficios que estos ofrecen albergando una biodiversidad representativa, constituir áreas de reproducción y cría de especies marinas y contribuir a la protección de las zonas costeras. No menos significativo es su importancia industrial, especialmente por el valor de la madera, en ocasiones utilizada en exceso como combustible doméstico.

En la Estrategia Nacional de Educación Ambiental 2010-2015, se incluye entre los temas priorizados para el período que abarca, la conservación y uso sostenible de los manglares como componentes de la biodiversidad y ecosistema representativo de la zona costera, particularizando en la solución de los problemas con la participación no solo de las instituciones, sino también de la ciudadanía local.

En efecto, una de las tareas a emprender es la educación de las comunidades costeras, pues como expresa García (2003): "… la educación ambiental se constituye, junto a las investigaciones científicas, en herramienta primordial para el logro de esa disciplina y conciencia ambiental, las cuales son preciso alcanzar para manejar de manera sostenible los asuntos costeros y marinos (p.41).

La educación ambiental comunitaria favorece la búsqueda de alternativas locales para mitigar los problemas ambientales. Su puesta en práctica supone el diagnóstico integral de la comunidad, punto de partida para emprender acciones destinadas a preparar a sus pobladores en el conocimiento de los problemas, respetar sus creencias, costumbres y tradiciones, aprovechando aquellas que son útiles para la conservación y lograr que se conviertan en protagonistas en la gestión ambiental y en la solución de las principales afectaciones del medio ambiente, a partir del debate, el diálogo y la reflexión, pues de acuerdo con Fernández (2001):

La comunidad es un ámbito privilegiado, conlleva a fuertes implicaciones socializadoras entre sus miembros, teniendo en cuenta que no hablamos de un espacio geográfico solamente, sino de personas con una historia, una cultura, con intereses compartidos, capaces de transmitir las interrelaciones establecidas. Como proceso continuo existe una gran interdependencia entre el individuo y la sociedad, que a pesar de ser polos contrarios son necesarios (p. 13).

En este sentido, es importante tener presente que en la comunidad las personas participan en la gestión de los procesos de producción, deciden sus condiciones de existencia y definen su calidad de vida (Martínez, 2001). Estos rasgos favorecen el trabajo comunitario que adquiere singular significado en el país, donde están creadas todas las condiciones para emprender estrategias favorecedoras de la conservación del medio ambiente en todos los niveles, con énfasis en el local, así se corrobra en la afirmación de Valdés (2001): "… Cuba, ratifica la concepción del trabajo ambiental de pensar globalmente, pero actuar localmente, y que el trabajo educativo no sea realizado sobre las afectaciones ecológicas generales de otros países y regiones… (p. 7)".

Una de las comunidades del territorio nacional que posee serias afectaciones de los manglares y que, por tanto, requiere de un trabajo comunitario de educación ambiental es la comunidad costera de "Santa Rita", ubicada en la región sureste del Municipio Nuevitas, provincia Camagüey. Esta forma parte del Consejo Popular Centro Histórico y se caracteriza principalmente por la pesca comercial privada de especies marinas en la bahía, dadas las limitaciones que presentan las embarcaciones, las cuales entregan sus capturas a la Empresa Pesquera Industrial en la ciudad citada, con la que mantienen términos contractuales de comercialización de las especies capturadas y de abastecimiento de combustible y hielo para sus faenas. Además, esta comunidad consta con una extensa región donde predomina la vegetación natural representada, fundamentalmente por los mangles pertenecientes a cuatro especies: mangle rojo (Rhizophora mangle), mangle prieto (Avicennia germinans), mangle blanco o patabán (Laguncularia racemosa) y mangle batoncillo o yana (Conocarpus erecta) los que se localizan desde el estero del Gremio, hasta el estero de Florá.

En esta comunidad se detectó la disminución en número y talla de las entregas, además por un análisis de tipo técnico – ecológico – ambiental con los pescadores privados, con vistas a detectar las posibles causas de esta manifestación, se determinó que una de las principales es el deterioro observado en los manglares próximos a la comunidad, situación que por desconocimiento, inapropiados modos de actuación y el ineficiente trabajo educativo, ha provocado dificultades que demandan de un trabajo comunitario.

La educación ambiental comunitaria ha sido tratada por diferentes autores, entre los que se encuentran: Agüero (1999), Martínez (2001), Rodríguez (2001), Vázquez (2002), Cardoso (2003), Gómez (2004), Rodríguez (2004), Alfonso et al (2007), Francis (2009), González, García y Montolio (2009) y Maure (2009). La mayoría enfocan sus trabajos comunitarios tomando como centro la escuela y en función de la conservación del medio ambiente en general. Pero, Maure (2009) lo encamina a la participación comunitaria hacia la conservación de la flora silvestre en la península de Pastelillo, en la ciudad de Nuevitas y González, García y Montolio (2009) realizan su trabajo de educación ambiental para comunidades costeras. Este último, aunque incluye al manglar entre los ecosistemas a conservar, no particulariza en el mismo.

Sin embargo, proteger los manglares es hoy una tarea prioritaria por todo lo que representan para el medio ambiente, la pesca, la economía, la industria, la conservación de la biodiversidad y la calidad de vida de la población. En esta dirección, en la comunidad costera de "Santa Rita" por diagnósticos realizados y dado la experiencia del autor, se han constatado las siguientes dificultades:

  • Pobre conocimiento de la importancia de la conservación de los manglares y manifestación de inapropiados modos de actuación en los habitantes de la comunidad costera de "Santa Rita".

  • Limitado trabajo educativo con los miembros de la comunidad, ya que este se ha dirigido solo a los estudiantes de la primaria y no a un universo más amplio y diverso, representado por sus pobladores.

– Incremento de acciones negativas con respecto a estos ecosistemas, manifestado en: la tala selectiva, vertimiento de basuras y aguas residuales, elaboración con elevada frecuencia de hornos de carbón y la extracción de varas, de manera insostenible.

– Limitada sistematización teórica relacionada con la educación ambiental orientada a la conservación de los manglares en comunidades costeras.

Tales insuficiencias develan una contradicción entre las exigencias de las diferentes estrategias ambientales respecto a la conservación del manglar y el estado actual que estos presentan en dicha comunidad. Por todo lo antes expuesto, se plantea como problema científico de esta investigación: Insuficiencias en el desarrollo de la educación ambiental en la comunidad costera de "Santa Rita" (Nuevitas, Camagüey) que limitan la conservación de los manglares de la zona.

En correspondencia con está problemática se define como objeto de estudio: el proceso de educación ambiental en comunidades costeras.

Para contribuir a la solución del problema planteado se establece como objetivo: Diseñar una estrategia de educación ambiental, orientada a la conservación de los manglares, en la comunidad costera de "Santa Rita" del municipio Nuevitas, Camagüey.

El campo de acción se concreta en: la educación ambiental orientada a la conservación de los manglares en la comunidad costera de "Santa Rita" (Nuevitas, Camagüey).

Se pudo constatar, a partir de la revisión bibliográfica y de entrevistas con investigadores del Centro de Información, Gestión y Educación Ambiental, perteneciente al Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), que en la comunidad costera no se conocen antecedentes de estrategias de educación ambiental dirigidas a desarrollar el nivel de participación comunitaria para conservar los manglares. Por otro lado, desde lo teórico, aún resultan insuficientes las alternativas necesarias para direccionar el proceso de educación ambiental comunitaria, en la dirección tratada.

En función de dar solución al problema se partió de las preguntas científicas que se presentan a continuación:

– ¿Cuáles son los fundamentos teóricos y metodológicos que sustentan la educación ambiental orientada a la conservación de los manglares en comunidades costeras?

  • ¿Cuál es el estado actual de la educación ambiental orientada a la conservación de los manglares en la comunidad costera "Santa Rita" de, Nuevitas, Camagüey?

– ¿Qué características debe tener una estrategia de educación ambiental, orientada a la conservación de los manglares, en la comunidad costera de "Santa Rita"?

– ¿Qué grado de pertinencia tendrá la estrategia de educación ambiental, orientada a la conservación de los manglares, en la comunidad costera de "Santa Rita"?

En correspondencia con el objetivo trazado fue necesario cumplimentar las siguientes tareas de investigación:

  • Sistematización de los fundamentos teórico – metodológicos de la educación ambiental orientada a la conservación de los manglares en comunidades costeras.

  • Caracterización del estado actual de la educación ambiental, orientada a la conservación de los manglares, en la comunidad costera de "Santa Rita", Nuevitas, Camagüey.

  • Elaboración de una estrategia de educación ambiental, orientada a la conservación de los manglares, en la comunidad costera de "Santa Rita", Nuevitas, Camagüey.

  • Valoración de la pertenencia de la estrategia de educación ambiental, orientada a la conservación de los manglares, en la comunidad costera de "Santa Rita", Nuevitas, Camagüey.

Para el cumplimiento de las tareas se utilizaron diferentes métodos. Del nivel teórico, el análisis y la síntesis, el inductivo y el deductivo que fueron empleados durante toda la investigación, desde su concepción hasta la valoración de los resultados, permitiendo la revisión de las fuentes bibliográficas consultadas y la generalización de los aspectos teóricos y de toda la información concerniente a la temática abordada para profundizar en su esencia, partiendo del objetivo propuesto.

Fueron utilizados del nivel empírico: la observación, el análisis de las fuentes documentales, en particular de los registros del Consejo Popular, las encuestas a los vecinos y estudiantes, así como la entrevista a los decidores, todo lo cual permitió, en su conjunto, diagnosticar las dificultades en el proceso objeto de investigación.

El criterio de expertos se empleó con el objetivo de analizar y valorar los aspectos más significativos de la propuesta.

Entre los métodos matemático-estadísticos aplicados en la investigación para analizar los resultados de los instrumentos y la pertenencia de la propuesta se utilizó el cálculo porcentual y de la estadística descriptiva la interpretación de tablas y gráficos.

Se consideró como universo los 917 habitantes de la comunidad costera de "Santa Rita". Como muestra se seleccionaron intencionalmente los 52 niños de la comunidad que cursan estudios en la escuela primaria anexa "Santiago Alberto Delgado" y aleatoriamente 246 personas de la barriada que representan el 30% del total.

La novedad científica de la investigación consiste en que se aporta una estrategia de educación ambiental basada en acciones que promueven la capacitación, el intercambio, el diálogo, el protagonismo y la reflexión, lo cual contribuirá al enriquecimiento en conocimientos y a la participación de los habitantes en la conservación de los manglares de la región costera de "Santa Rita", lo cual posee escasos antecedentes en este municipio.

La tesis está conformada por: introducción, dos capítulos, conclusiones, recomendaciones, bibliografía y anexos. El Capítulo 1 incluye la fundamentación teórica el objeto y el campo de investigación relacionada con la educación ambiental comunitaria para contribuir a la conservación de los manglares. En el Capítulo 2 se presentan: una caracterización de la comunidad costera de "Santa Rita" y el diagnóstico de la educación ambiental de sus miembros. Además, aparece la estrategia elaborada y se ofrecen los resultados de su valoración, efectuada por el método de criterio de experto.

CAPÍTULO 1.

Fundamentos teóricos para la educación ambiental orientada a la conservación de los manglares en la comunidad costera de "Santa Rita"

En función de cumplimentar el objetivo propuesto en la presente investigación fue necesario sistematizar aspectos teóricos y metodológicos relacionados con el objeto y el campo de la investigación, los cuales se ofrecen en este capítulo. En el mismo se caracterizan los manglares y su estado de conservación, lo cual se ubica en el contexto de la conservación de la biodiversidad a nivel global. Además, se ofrece un análisis del rol fundamental que posee la educación ambiental en este sentido, especialmente en las comunidades costeras, partiendo de la definición de comunidad.

1.1. LA EDUCACIÓN AMBIENTAL EN LAS COMUNIDADES COSTERAS: ASPECTOS GENERALES.

El proceso de deterioro ambiental es en la actualidad una preocupación a nivel global, que demanda de una adecuada educación ambiental.

Esta ha sido definida desde diversos enfoques y puntos de vista, en varios eventos y por diferentes autores, ejemplo de ello son: Tbilisi (1977), Moscú (1987), Valdés et al (1992), Ministerio de Ciencias Tecnología y Medio Ambiente (1997), Méndez (2007) y Cardona (2008). Un análisis de las mismas, conduce a las siguientes regularidades:

  • La educación ambiental es considerada un proceso, catalogado como permanente, continuo, sistemático y revolucionario.

– Es una educación que abarca la relación medio ambiente y desarrollo.

– Es un proceso encaminado a la apropiación de conocimientos, habilidades, hábitos, sensibilidad, actitudes, conciencia, valores, competencias, experiencias y voluntad.

  • Dirigida hacia los planos: individual y colectivo.

  • Promueve las relaciones armónicas entre los seres humanos y, de ellos, con el resto de la sociedad y la naturaleza. También tiene como finalidad asegurar y elevar la calidad de vida de todos los ciudadanos.

  • La mayoría de las definiciones conciben a la educación ambiental desde la perspectiva del desarrollo sostenible, el cual para Bérriz et al (2010):

… incorpora la relación armónica necesaria entre la sociedad, la naturaleza, el desarrollo y la economía, como un proceso de creación de las condiciones materiales, culturales y espirituales que propician la elevación de la calidad de vida de la sociedad, con un carácter de equidad y justicia social de forma sostenida y basado en una relación armónica entre los procesos naturales y sociales, teniendo en cuenta como objeto, tanto las actuales generaciones, como las futuras (p.6).

En la presente investigación se asume la definición de educación ambiental dada por la Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba (1997), por considerarla un proceso continuo y permanente, por tanto sistemático y sujeto a regularidades, además de concebirla como una dimensión de la educación integral, dirigida a orientar los procesos económicos, sociales y culturales hacia el desarrollo sostenible. Precisamente, el trabajo emana de una institución estatal que tiene una incidencia especial en la economía del país. Esta expresa que es un:

… proceso continuo y permanente, que constituye una dimensión de la educación integral de todos los ciudadanos, orientada a que en la adquisición de conocimientos, desarrollo de hábitos, habilidades, capacidades, actitudes y en la formación de valores, se armonicen las relaciones entre los seres humanos y de ellos con el resto de la sociedad y la naturaleza, para propiciar la orientación de los procesos económicos, sociales y culturales hacia el desarrollo sostenible (p. 302).

La educación ambiental propicia que los individuos y la colectividad desarrollen modos de actuación a favor de la protección y conservación del medio ambiente, siempre que se logren sus principales objetivos, establecidos en 1975 en la "Carta de Belgrado", los cuales están dirigidos a promover: conciencia, conocimientos, actitudes, aptitudes y hábitos, capacidad de evaluación y participación (Novo, 1998, p.45).

Una de las tareas prioritarias en materia de educación ambiental lo constituye el trabajo en las comunidades, pues estas constituyen el contexto donde los individuos desarrollan sus actividades sociales y económicas, en ellas evoluciona la familia y en su estabilidad y prosperidad inciden diferentes factores.

La comunidad ha sido definida por varios autores. El sociólogo Ezequiel Ander Egg plantea que comunidad "… es una unidad social cuyos miembros participan de algún rasgo, interés, elemento o función común, con conciencia de pertenencia, situados en una determinada área geográfica en la cual la pluralidad de personas interaccionan más intensamente entre sí que en otro contexto" (citado por Apud, 1976, p.76).

También ha sido considerada por Arias (1995) como:

… un organismo social que ocupa determinado espacio geográfico. Está influenciado por la sociedad, de la cual forma parte, y a su vez funciona como un sistema más o menos organizado, integrado por otros sistemas de orden inferior – las familias, los individuos, los grupos, las organizaciones e instituciones – que interactúan, y con sus características e interacciones definen el carácter subjetivo, psicológico, de la comunidad, y a su vez influyen, de una manera u otra, en el carácter objetivo, material, en dependencia de su organización y posición – activa o pasiva – respecto a las condiciones materiales donde transcurre la vida (p.11).

Otros autores, ejemplo Caballero y Yordi (2004) plantean que la comunidad es:

El agrupamiento de personas concebido como unidad social, cuyos miembros participan de algún rasgo común (intereses, objetivos, funciones), con sentido de pertenencia, situado en una determinada área geográfica, en la cual la pluralidad de personas interactúan intensamente entre sí e influye – de forma activa o pasiva – en la transformación material y espiritual de su entorno" … (p. 24).

Por su parte, la Estrategia Nacional de Educación Ambiental considera a las comunidades como: "las poblaciones de barrios, caseríos y otros asentamientos humanos en el que confluyen diferentes organizaciones y una población heterogénea por los roles sociales que desempeñan, pero tienen intereses y problemas comunes al comparar un medio ambiente limitado por la propia demarcación que lo identifica lo cual genera además un sentido de pertenencia… " (Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, 2010, p. 10).

Fernández (2002) define comunidad como:

Organización social donde las personas se perciben como una unidad social, comparten un territorio, intereses y necesidades, interactuando entre sí y promoviendo acciones colectivas a favor del crecimiento personal y social, llegando a manifestar sentimientos de pertenencia como expresión de su identidad comunitaria (p.24).

Asimismo, Loret de Mola (2012) considera a la comunidad como:

Espacio de apropiación cultural entre los sujetos que en ella conviven y el proceso sociocultural, condición que le permite no solo ser percibida y valorada, sino desarrollarse y transformarse a partir de su representación como proceso que promueve el crecimiento tanto individual como colectivo denegado a la solución gradual y progresiva de las condiciones potenciadoras de su autodesarrollo (p.4).

Del análisis de estas definiciones, se destacan como rasgos que la definen, coincidentes o no entre las citadas, los siguientes: es un organismo social, ubicado en una determinada área geográfica, un espacio de apropiación cultural entre los sujetos que en ella conviven y el proceso sociocultural, funciona como un sistema, los miembros participan de algún rasgo común, poseen intereses y problemas comunes y un sentido de pertenencia.

No obstante, el autor de esta investigación asume la de Arias (1995), porque en ella se incluyen características que, a su modo de ver, son distintivas, entre los cuales se destaca: su funcionamiento como sistema más o menos organizado e integrado, caracterizado por patentar una relación permanente de sus individuos con el medio ambiente, tanto en el manejo, como en el uso constante de los recursos de que disponen.

Pero, esta interacción no siempre se basa en una relación armónica y sustentable que permita elevar la calidad de vida, conquistar nuevas metas y con ello, lograr el desarrollo integral de la comunidad, por tanto en ocasiones es necesario su educación ambiental.

En tales circunstancias, "… la educación ambiental debe orientarse hacia la comunidad o interesar al individuo en un proceso activo para resolver los problemas en el contexto de realidades específicas y debería fomentar la iniciativa, el sentido de la responsabilidad y el empeño de edificar un mañana mejor" (Conferencia Intergubernamental de Tbilisi, 1977, p. 27).

El trabajo de educación ambiental en las comunidades cobra especial significación, pues del papel activo de los individuos y factores organizativos depende el mejoramiento de las condiciones ambientales del espacio que ocupan. Precisamente, uno de los principios de la Estrategia Nacional de Educación Ambiental 2010-2015 es el desarrollo local, a partir de las potencialidades naturales, sociales, culturales e históricas que poseen las comunidades. Todo lo cual reafirma el siguiente precepto sostenido por Novo (1996): "… el protagonismo de las comunidades en su propio desarrollo es un principio que está en la raíz del desarrollo sostenible" (p. 94).

Para lograr tal propósito, la educación ambiental que se realice en el marco de la comunidad debe encaminarse al desarrollo de conocimientos básicos de sus principales problemas y de las fortalezas que poseen para enfrentarlos, además se necesitan desarrollar conciencia, actitudes y valores que los comprometan a participar en la conservación y manejo sostenible de los recursos.

En este sentido, es valido el rescate de costumbres, tradiciones y de toda la herencia cultural positiva que promueva la conservación del medio ambiente.

Desde esta perspectiva, la educación ambiental comunitaria, según Anónimo (2012) constituye:

… un proceso que permite reconocer valores y aclarar conceptos con el propósito de fomentar las aptitudes y actitudes necesarias para comprender y apreciar las interrelaciones entre el hombre, su cultura y su medio biofísico, entraña además la práctica en la toma de decisiones y en la propia elaboración de un código de comportamientos con respeto a las cuestiones relacionadas con la calidad de vida del medio ambiente (p.1).

Como se expresa anteriormente, la educación ambiental comunitaria es un proceso que requiere de la cooperación e interrelación de todos los miembros de la comunidad, en función de mitigar los problemas que le competen. Ello presupone determinados comportamientos que tienen como base el conocimiento y la comprensión respecto a la necesidad de conservar el medio ambiente, a partir de un adecuado tratamiento educativo, sistemático y permanente. Así, la educación ambiental comunitaria es concebida como: "… un proceso continuo y permanente (entiéndase la continuidad en función del tiempo y la permanencia en el sentido espacial), el mismo se ejecuta por todas las instituciones, organizaciones y medios disponibles e instrumentos económicos, científicos, sociales, culturales y ambientales a través de las vías formales, no formales e informales" (Anónimo, 2012, p. 2).

Maure (2009) considera que el trabajo comunitario constituye un elemento importante para lograr el desarrollo integral de una comunidad. También presta especial atención a la participación comunitaria por su importancia en el desarrollo de conocimientos y habilidades, en la satisfacción de necesidades espirituales, además de profundizar en la identidad y fortalecer la autoestima de la población.

Sin embargo, la participación comunitaria es posible siempre que los miembros de la comunidad conozcan y estén sensibilizados con sus problemas y con la necesidad de darle solución, lo cual requiere de conocimientos, de un trabajo educativo basado en el rescate de valores culturales y humanos, siendo esencial el rol educativo de los principales factores que la integran.

Es necesario para ello el trabajo en grupo, como escenario de aprendizaje, pues según Pérez (2013) "Lo importante es que en cualquiera de los casos, los hombres se sientan sujetos de su pensar, discutiendo su pensar, manifestado implícita o explícitamente en sus sugerencias y en las de sus propios compañeros. Es precisamente en el grupo donde se crea la trama de las relaciones sociales a través de los procesos comunicativos e interactivos que se desarrollan en el contexto de determinada actividad social" (p.5).

De ahí que, emprender el trabajo de educación ambiental comunitaria exige partir de los siguientes principios:

  • El conocimiento de la comunidad que se desea transformar.

  • La integración de todas las acciones conjuntas.

  • La participación consiente, activa y moderada de todos.

  • La diferenciación para lograr una comunidad "…que conozcan sus problemas y busquen sus soluciones para transformarlos, desarrollarlos y ante todo vivir en ella (Colectivo de autores, 1997, p. 8).

Una tarea priorizada en materias de educación ambiental es la que debe desarrollarse en las comunidades localizadas en las zonas costeras, por la importancia que estas poseen, dada la biodiversidad que albergan, así como por su significación para el desarrollo del turismo y la pesca, sin dejar de considerar que constituyen uno de los ecosistemas mas sensibles y vulnerables antes los fenómenos relacionado con el cambio climático.

Para tener una idea más exacta de la necesidad de una educación ambiental comunitaria en las zonas costeras, vale señalar que una de las mayores afectaciones esta relacionada con la contaminación.

Según plantean Fernández y Pérez (2009) la zona costera es el receptor final de la gran mayoría de las descargas contaminantes procedente de fuentes terrestres. En esta dirección, apuntan que en el inventario nacional de fuentes contaminantes realizado en el 2008, se identifico que el 48 % son de origen doméstico-municipal.

También agregan que otra de las afectaciones que se presentan están vinculadas con la biodiversidad, situación que responde a variadas causas, entre las cuales esta la deforestación de especies costeras, por construcciones y talas indiscriminadas para diferentes usos y la disminución de los bosques de manglares debido a la tala indiscriminada, la contaminación y las afectaciones naturales.

Sin embargo, la conservación de los manglares es de suma importancia porque estos albergan una gran biodiversidad y una alta productividad. Forman parte de los bosques costeros que, junto con los arrecifes coralinos, las playas arenosas y los pastos marinos, constituyen una de las barreras naturales que favorecen la mitigación de los efectos del cambio climático, especialmente los perjuicios del aumento del nivel medio del mar (Fonticoba, 2012).

La Estrategia Nacional de Educación Ambiental corrobora lo expresado y la concepción de dicho programa, pues entre las tareas priorizadas se encuentran el manejo de la zona costera, situación que demanda "… la coordinación del planteamiento de su desarrollo socioeconómico, el gobierno coordinado para la conservación y uso sostenibles de los recursos así como la solución de conflictos de intereses, con la participación de las instituciones y la ciudadanía local" (Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, 2010, p.9).

La educación ambiental para las comunidades costeras es dé interés de todos los que sienten la necesidad de ser protagonistas en la búsqueda de la solución de sus propios problemas ambientales, a partir de la aplicación de las herramientas para resolverlo y la formación de sus miembros de una verdadera conciencia social.

En el Acuario Nacional de Cuba, González, Garcia y Montolio (2003) llevaron a cabo un programa comunitario de Educación Ambiental para las comunidades costeras dirigido a docentes, que rebasa los límites de la escuela y porta las herramientas para las soluciones de los problemas comunitarios partiendo de los siguientes aspectos, los cuales son considerados provechoso para el autor, ellos son: aprender de la naturaleza en la naturaleza, aprender de manera divertida, creativa y afectuosa, aprender a partir de las potencialidades y necesidades de cada zona costera (p.24).

Estos son útiles pues contribuyen de modo afectivo a sensibilizar hacia el conocimiento y participación en la solución de los problemas ambientales de las comunidades costeras. Sin embargo, al reflexionar que la salida más efectiva es precisamente desde la perspectiva del desarrollo sostenible, que implica equidad y proyección futura, se propone tener en cuenta otro aspecto: aprender para propiciar la participación activa de todos en el desarrollo sostenible.

Las reflexiones anteriores refuerzan la necesidad de una educación ambiental que contribuya a la conservación y uso sostenible de los manglares, componentes de significación de las zonas costeras.

1.2. LOS MANGLARES EN EL CONTEXTO GLOBAL Y LOCAL.

Es conocido que entre los principales problemas ambientales identificados en diferentes niveles, especialmente nacionales y locales, se encuentra la pérdida de la biodiversidad es decir la: "Variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos entre otras los ecosistemas terrestres y marinos y otros ecosistemas acuáticos y complejos ecológicos de los que forman parte: comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los ecosistemas" (Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, 1997, p. 1).

Varios son los factores que inciden en estas pérdidas. Socarrás et al. (s/a) y Chamizo, Socarrás y Rivalta (2012) identifican entre los principales mecanismos de afectación a los siguientes: deterioro y fragmentación del hábitat, introducción de especies exóticas invasoras, explotación excesiva de especies de plantas y animales, contaminación del medio, el agua y la atmósfera, modificación del clima mundial y el desarrollo de agroindustrias, además de la deforestación.

Sin embargo, la conservación y uso sostenible de la biodiversidad es de suma importancia por su valor intrínseco, económico, cultural, ético y estético, reconocido en la Convención de la Diversidad Biológica y en la Estrategia Nacional para la Diversidad Biológica y Plan de Acción de la República de Cuba, basada en tres pilares fundamentales conservar, conocer y utilizarla sosteniblemente (Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, 1997).

Así, la conservación es concebida por Camacho y Ariosa (2000) como: "Manejo del uso, por parte de los seres humanos de organismos o ecosistemas con el propósito de garantizar su sostenibilidad. Incluye, además, el uso controlado sostenible, la protección, el mantenimiento, el restablecimiento y el incremento de las poblaciones, los ecosistemas y todos los recursos" (p. 28), es una de las vías fundamentales para la perpetuación de la biodiversidad.

Esta tienen dos variantes: la conservación in situ, representada por el sistema de áreas protegidas (respaldada por los Decretos 487/1936, 803/1933 y 1370/1936) y la conservación ex situ, que abarca las acciones que en este sentido desarrollan los acuarios y zoológicos, entre otros.

Pero, independientemente de ello, el conocimiento, conservación y uso sostenible de la biodiversidad es una tarea a desarrollar en cualquier parte donde este representado uno de sus componentes, especialmente en una comunidad, insertada o no en el Sistema de Áreas Protegidas. Esto responde a una necesidad ineludible por los valores que poseen (antes mencionados) y como una vía esencial para detener el acelerado proceso de su deterioro y pérdida en los diferentes niveles en los que esta se expresa: especifico, genético y de ecosistema.

Datos aportados por diferentes fuentes (Vales, 1999, Serrano et al, s/a) precisan que en Cuba, el 16% de las especies de la flora están en estado de grave amenaza de extinción y, alrededor del 2% han desaparecido. También se reporta que en 1998, existían 1174 especies con diferentes categorías de amenaza.

Para detener tal situación, la Estrategia Nacional de Educación Ambiental se pronuncia a favor del desarrollo de procesos educativos dirigidos a la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica, tomando como elemento esencial a los ecosistemas cubanos y su funcionamiento, con énfasis en las más vulnerables, entre los cuales cita a los ecosistemas costeros en general. También insta a promover la reducción de sus principales amenazas.

Precisamente, los manglares constituyen uno de los ecosistemas que en la actualidad están amenazados, dada la acción negativa del hombre sobre el medio ambiente y, en particular ante los efectos del cambio climático, situación que conduce al despliegue de acciones que contribuyan a su protección y conservación en los contextos global, nacional y local.

Menéndez, Guzmán y Priego (2006), Rodríguez, Menéndez, Guzmán, González y Gómez (2006), Oviedo, Menéndez y Guzmán (2006), Menéndez, Guzmán, Capote-Fuentes, Gómez y Sotillo (2006), Menéndez, Guzmán y Capote-Fuentes (2006), Gómez y Torres (2006), Hernández (2006), Capote y Menéndez (2006), Alcoholado y Menéndez (2006), González-Ferrer, Martínez-Darana y Cano (2006), Tratan desde diferentes aristas la importancia de los manglares, sus principales amenazas y estado actual.

Como ecosistemas especializados, Menéndez y Guzmán (2006) consideran que "Los manglares conforman extensas áreas de bosques costeros localizados en las zonas tropicales y subtropicales del planeta, estos ecosistemas se desarrollan principalmente donde existen deltas importantes que desembocan en el mar produciéndose acumulaciones de fango como sustrato y variaciones permanentes de salinidad" (p. 7).

Estos son bosques presentes en zonas con alta salinidad, representados por arboles de gran altura y formados por raíces zancudas y pneumatóforos. Los componen importantes recursos naturales de los cuales depende el hombre, además representan una frontera natural para el archipiélago (Serrano et al, s/a). Poseen un valor especial en la ecología de las zonas costeras y representan un sistema abierto que importa y exporta materiales (Menéndez, Guzmán y Priego, 2006).

A pesar de la significación que poseen los manglares, se conoce que estos son áreas de elevada fragilidad geoecológica y constituyen un sistema de transición entre el medio terrestre y marino. Rodríguez, Menéndez, Guzmán, González y Gómez (2006) identificaron 20 sectores correspondientes a las áreas ocupadas por manglares en Cuba y sostienen que, atendiendo a los grados de sensibilidad ecológica, en el 50% el grado de sensibilidad es alto y en un 25% es medio, lo que hace reflexionar en la necesidad de promover acciones de gestión desde una perspectiva sostenible.

Varias son las razones que justifican la conservación de los manglares. El simple análisis de sus funciones, como por ejemplo: protección costera contra la erosión del oleaje y el viento, evitan la penetración de la salinidad a los terrenos agrícolas, tienen efecto de sumidero de nutrientes y para la reducción de ciertas cantidades de contaminantes (Pérez et al, 2007), revela cuan importantes son.

El mangle en toda su variedad está considerado como el árbol más productivo del planeta; ocupa el 4,8% de la superficie emergida del archipiélago cubano y constituye una reserva forestal muy valiosa. Representa, no menos del 26% de la superficie boscosa del país y ocupa, por su extensión el noveno lugar en el mundo y el primero en el Caribe (Pérez. M et al, 2009).

Los manglares poseen un rol fundamental en el funcionamiento de los ecosistemas, ya que al ser plantas muy dependientes de las formaciones vegetales donde viven, sus poblaciones reflejan las alteraciones que puedan ocurrir por tala, quema o por fenómenos naturales, por lo que son considerados como indicadores ecológicos del nivel de conservación de los mismos. (Anónimo (s/f))

De acuerdo con Sutton y Sorenson (1997) entre los beneficios culturales y estéticos que brindan los manglares están el turismo ecológico y la producción y difusión de filmes sobre la vida silvestre. Además, tienen valor científico, ya que su estudio permite conocer el resultado de millones de años de evolución biológica en el planeta, así como constituyen una franja de bosque protectora de las costas, con función ecológica, económica y estratégica (Menéndez, Guzmán y Priego, 2006).

Así, mantiene el equilibrio de la zona costera impidiendo el avance de la instrucción costera y evitan la erosión en esta zona. Fonticoba (2012) expresa que desempeñan una función clave en la protección de la costa contra la erosión eólica y por oleaje. En otro sentido, el autor citado comenta que estos posen una alta productividad, pues albergan a muchos organismos y constituyen el habita de los estadios larvales de numerosas especies de molusco, crustáceos y peses, incluso, de manera temporal, de aves migratorias. De modo que, desempeñan un rol fundamental en la pesca litoral y de plataforma.

Partes: 1, 2, 3
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