11- Los shock traumáticos son muy comunes en el deporte. Ponga ejemplos y explique que primeros auxilios ud debe de aplicar en los distintos casos.
12- Un atleta que producto de estar mucho tiempo practicando la inmersión acuática lo sacan a la superficie con síntomas de asfixia presenta irritación en el conducto auditivo externo, tiene pérdida de la orientación del espacio anterior.
12.1- De acuerdo a los síntomas descritos anteriormente qué tipo de shock es el que se presenta.
12.2- ¿Qué primeros auxilios ud debe prestar como entrenador? Argumente su respuesta.
12.3- ¿Qué medidas profilácticas debe tomarse para evitar un shock como el descrito en esta pregunta?
13- Un nadador (A) presenta los siguientes síntomas (se encuentra pálido, tiene tinte verdoso de la piel y en la cara, sudor frío, abundancia de saliva, náuseas, debilidad general, sensación de pesadez en la cabeza, mareos, etc). Después aparecen los vómitos, al mismo tiempo soñolencia, estado deprimido, apatía, olvido, etc.
13.1- ¿De qué afección patológica padece el atleta? Argumente su respuesta.
13.2- ¿Qué primeros auxilios usted debe brindarle ante estos síntomas?
13.3- ¿Qué medidas profilácticas deben de aplicarse para que no ocurran estas patologías?
14- Si se aplica una metodología irracional del entrenamiento deportivo deben aparecer dos patologías deportivas muy parecidas.
14.1- Mencione el nombre de las mismas.
14.2- ¿Como usted puede diferenciar ambas patologías. Argumente su respueta.
14.2- ¿Cómo pueden eliminarse estas patologías?
Encuentro No 4
Tema I: Generalidades Salud y Enfermedades
Contenido:
Traumas y lesiones en la actividad deportiva, músculos, soma, tendones (tendinitis) y lesiones SNC Nocaut y Nardam. Contusión y convulsión. Lesiones medulares
Objetivo: Identificar los distintos tipos traumas que se puedan presentar durante la práctica de actividades físicas, así como sus características, asociando los traumas de SNC a distintos eventos propenso a so ocurrencia.
4.1.- Lesiones y enfermedades de los músculos, tendones y ligamentos.
4.1.1.- Distensión, ruptura completa e incompleta de los músculos y tendones.
El tejido muscular es muy elástico pero es susceptible a la ruptura, el tejido conjuntivo es rico en filamentos colágenos, casi no cede a la distensión y la tolera mejor sin sufrir la ruptura.
Los filamentos musculares están envueltos por una membrana que se llama sarcolema y con la ayuda del endomisio o perimisio interno se unen entre sí para formar los manojos musculares.
En el alargamiento del músculo que no está contraído, los elementos del tejido conjuntivo previenen la cesión del mismo, si la distensión es excesiva, antes que nada se lesiona el tejido conjuntivo (sarcolema y endomisio) y después el músculo.
El endomisio está compuesto de fibras colagenosas delgadas y frágiles entre las cuales están distribuidos los vasos sanguíneos, numerosos capilares y receptores nerviosos sensitivos; sus lesiones (rupturas) van acompañadas de hemorragias y son muy dolorosas. En la localización de la lesión en esta región puede observarse una verdadera distensión de manojos colágenos en el sarcolema y endomisio ("distensión" del músculo) sin violación de la integridad anatómica. Esta distensión puede tener lugar en el vientre muscular, pero con más frecuencia se produce en la parte del paso de los músculos a los tendones.
El diagnóstico de estas verdaderas distensiones se fundamenta en el análisis del mecanismo del surgimiento de la lesión: aparición del dolor en los músculos flexores cuando se efectúa la máxima extensión o al contrario en los extensores con la máxima flexión, que se observa cuando la amplitud de los movimientos sobrepasa lo normal. En estos casos solamente se observa dolor limitado en la palpación de la zona lesionada sin ninguna otra alteración ostensible. Las funciones propias de los músculos correspondientes, no están violadas y la amplitud de los movimientos en las articulaciones cercanas no está limitada.
La ruptura del tejido muscular se observa cuando al momento de una contracción activa muscular se recibe cualquier tipo de golpe o ésta se distiende (levantamiento de peso; en lucha, resistencia inesperada, retención de la pelota al momento de efectuar el golpe en fútbol, etc.). Por estos mecanismos traumáticos pueden romperse determinadas fibras musculares, o manojos o músculos completos, pueden también producirse rupturas completas o incompletas de los tendones y distensiones de las aponeurosis.
La ruptura de los músculos se observa con menos frecuencia de lo que muchos consideran. Con más frecuencia se lesionan los músculos largos, además el lugar más vulnerable es la parte del paso de los músculos a los tendones. Las rupturas más frecuentes son las de los músculos gemelos al pasar al tendón de Aquiles. Con mas frecuencia se lesionan los músculos que ya están alterados patológicamente; por ejemplo, después de alguna enfermedad infecciosa, degeneración grasosa del músculo o después del proceso inflamatorio crónico local, etc.
La ruptura completa de los músculos a veces se observa al recibir un golpe fuerte sobre un músculo contraído, por ejemplo, en el golpe por el zapato del futbolista sobre el músculo cuadriceps femoral contraído.
Al momento de la lesión del músculo o el tendón, el deportista siente un dolor agudo, acompañado de la violación de las funciones. En los movimientos el dolor se aumenta. Posteriormente aparece el equimosis. al palpar, si solamente están lesionadas algunas fibras o manojos musculares, es muy difícil revelar el defecto muscular. Si ésta tiene lugar, la ruptura es ocupada rápidamente por la sangre. Solamente se determina dolor a la palpación, el aumento de la dureza muscular está condicionada por la contractura dolorosa reflexógena y la hemorragia. Si hay una ruptura completa e incompleta considerable se observa un hundimiento de la piel en el lugar lesionado, que se aumenta en una tensión activa.
Al prestar los primeros auxilios es necesario darle una posición elevada a la extremidad, rociarle cloruro de etilo y colocarle una venda compresiva con hielo. En una herida o ruptura considerable de los músculos o los tendones es necesario la inmovilización en la posición que acerca lo más posible los extremos del músculo lesionado. En las rupturas completas de los músculos y los tendones es necesario el tratamiento quirúrgico.
Los casos que no exijan tratamiento quirúrgico, dentro de las 24 horas o más (depende de la gravedad) después de las lesiones se aplican diferentes procedimientos fisioterapéuticos (corriente de alta frecuencia, diatermia, lámparas, parafina, ultrasonido, etc.). Es muy importante el comienzo temprano de las tensiones activas ligeras para los músculos lesionados, después se le aplican pequeñas amplitudes de los movimientos activos y gradualmente se aumenta la carga.
Después de la ruptura completa o incompleta de algunas fibras y manojos musculares y tendinosos se permite el retorno al entrenamiento pasado 14-21 días de acuerdo con la gravedad de la lesión, el criterio médico y con las mayores precauciones. En una ruptura completa del músculo o el tendón hay que tener mucho cuidado para retornar a los entrenamientos; después de la operación deben pasar 3-4 meses.
En las rupturas incompletas de algunas fibras musculares, que se manifiestan pasado algun tiempo después de las clases por el dolor local moderado en la contracción muscular y por la limitación de la amplitud de los movimientos en el segmento lesionado, el retorno a los entrenamientos se permite pasados 4-5 días.
Con frecuencia en las lesiones de los músculos y los tendones (y también los ligamentos) a veces, equivocadamente se da la posibilidad al deportista de continuar participando en las competencias. Para esto en el lugar de la lesión se introducen novocaína, cortisona, se dan masajes y en la extremidad lesionada se colocan vendas, que permitan continuar la competencia. Todos estos métodos no son fisiológicos, lo único que necesita el deportista en este tiempo es reposo. Todos estos recursos le permiten al deportista continuar la actividad motriz, esto es "doping" quirúrgico, según lo definió Herbert Groh.
Con frecuencia estos recursos provocan diferentes complicaciones: traumas de repetición más graves, miositis osificantes, etc.
4.1.2.- Distensiones y rupturas completas e incompletas de los ligamentos.
Los ligamentos de las articulaciones están compuestos de fibras colágenas poco expansibles, de poca elasticidad, pero muy difíciles de romper.
Se diferencian tres tipos de lesiones de los ligamentos de las articulaciones. Con frecuencia nosotros hablamos de las distensiones de los ligamentos, pero en realidad la distensión tiene lugar muy pocas veces o en general no existe, ya que inclusive en la distensión de 1er. grado tienen lugar las rupturas completas o incompletas de algunas fibras colágenas y ruptura de los capilares.
En el examen se nota un dolor insignificante en los movimientos y en la palpación de los ligamentos lesionados, pequeña hinchazón, principalmente en el lugar de la inserción de los ligamentos a los huesos. La continuación de las clases de ejercicios físicos es posible, pero no es recomendable.
En el 2do. grado de la lesión de los ligamentos, tienen lugar las rupturas completas o incompletas de la región de su inserción y ruptura de un número considerable de capilares. En el exámen se determina la hinchazón manifiesta en la parte de la inserción de los ligamentos a los huesos, el dolor a la palpación y la tirantez de los ligamentos, alguna inseguridad de la articulación, limitación y dolor durante los movimientos en la articulación; en las lesiones de las extremidades inferiores se viola la función de apoyo. La continuación de los ejercicios después del trauma es imposible.
En el 3er. grado de la lesión tiene lugar el desprendimiento de la capa cortical del hueso en la parte de la inserción del ligamento (fractura por arrancamiento), la ruptura de gran número de capilares y de vasos menudos. En el examen se determina: gran hinchazón a consecuencia de la hemorragia, la cual podemos ver como aumenta, dolor agudo en la región del desprendimiento al palpar o tirar de los ligamentos lesionados y flojedad de la articulación. Las funciones de la articulación están violadas agudamente, la continuación de los ejercicios es imposible.
Al prestar los primeros auxilios en relación con la lesión de los ligamentos, antes que nada es necesario disminuir la hemorragia, provocada por la ruptura de los capilares y los vasos auxiliares.
Para esto se aplica frío (agua fría, hielo, pulverización de cloruro de etilo) se coloca una venda compresiva y en el segundo y tercer grado de las distensiones se inmoviliza la extremidad con yeso.
En la distensión de primer grado pasadas las 24 horas se indican procedimientos fisioterapéuticos (lámparas, baños, diatermia, párafina, etc.). E1 término medio del tratamiento de la distensión de primer grado es de 5 días. En este caso las clases de deporte pueden restaurarse pasados 7-10 días. Durante 2-3 semanas para evitar las repeticiones de las lesiones hay que vendar la articulación durante los entrenamientos.
En el tratamiento de las distensiones de 2do. grado, además de las medidas indicadas anteriormente durante 7 días se coloca el yeso; el cual lo cambian por una venda compresiva. A partir del cuarto día se dan procedimientos fisioterapéuticos como en las distensiones de 1er. grado. El término medio de tratamiento hasta la restauración de los entrenamientos es 21 días.
En las distensiones de 3er. grado de los ligamentos después de prestar los primeros auxilios se hace un bloqueo de alcohol-novocaína (10-25 ml. de solución de alcohol-novocaína en la parte de la lesión). En la hemartrosis (sangre en el interior de la articulación) se hace la punción de la articulación. El yeso se coloca de acuerdo a la gravedad de la lesión de los 14-21 días. Al cuarto día después del trauma se indican procedimientos fisioterapéuticos (baños de calor, parafina, gimnasia terapéutica, etc.). El término del tratamiento no es menos de un mes. Al retornar a los entrenamientos, pasadas 4-8 semanas después del trauma, es obligatoria la aplicación de las vendas elásticas ortopédicas para cubrir la articulación lesionada.
En la ruptura de los ligamentos, especialmente de la articulación de la rodilla, se observa flojedad y la violación de la capacidad de apoyo de la articulación. En estos casos es necesario el restablecimiento del aparato ligamentoso por la vía operatoria, a pesar de que después de esto, la capacidad de trabajo deportivo queda más o menos baja.
4.1.3.- Enfermedades de los músculos y los tendones.
4.1.3.1.- Miositis aguda.
Es la inflamación de los músculos, donde aparecen los dolores en los movimientos y en la palpación, que aparecen en las clases de ejercicios físicos en el período inicial de entrenamiento intensivo, son un fenómeno regular.
Los dolores se localizan principalmente en los grupos de músculos que llevan una carga fundamental. A medida que continúan los entrenamientos, los dolores del enfermo pasan rápidamente.
En algunos casos a pesar de la rebaja de la intensidad de los entrenamientos, los dolores aumentan y comienzan a sentirse no solamente al realizar los movimientos y palpaciones, sino también en reposo. En la palpación la consistencia de los músculos es casi cartilaginosa. Al mismo tiempo aparece la sensación de quebrantamiento general y la limitación considerable de los movimientos provocados por los dolores y el empeoramiento de la elasticidad de los músculos.
En estos casos la causa de la miositis es la falta de preparación de los alumnos para la ejecución de las cargas musculares de gran intensidad, y en particular, la falta de preparación para una corriente intensiva de los procesos metabólicos en los músculos. También tiene lugar por los desechos de los músculos, por los productos metabólicos que no han terminado de oxidarse, provocando fenómenos de intoxicación local (en los músculos), y después general (se siente quebrantamiento y aumento de la temperatura del cuerpo).
La rebaja aguda de la carga o un descanso corto completo, baños calientes o duchas, procedimientos calóricos, baños de vapor y especialmente masaje deportivo moderado por su fuerza y de larga duración, permiten liquidar rápidamente los fenómenos dolorosos.
4.1.3.2.- Miositis osificante.
Se llama así a la osificación parcial de los músculos. Señal de osificación temprana, es la aparición de una pequeña limitación de los movimientos en la articulación, que se encuentra cerca del lugar de la lesión de los músculos en la radiografía y se determina por un oscurecimiento en la parte del músculo correspondiente. La presión de esta región provoca el dolor, en la palpación se determina el endurecimiento. Con frecuencia este proceso se desarrolla dentro de algun tiempo después de haber pasado el trauma deportivo de los músculos (contusiones, rupturas parciales o distensión).
En determinados casos la miositis osificante se observa después de lesiones reiteradas. El proceso de formación del tejido óseo hay que considerarlo como consecuencia de la metaplasía del tejido conjuntivo (perimisio).
A medida que progresa el proceso de osificación la amplitud de los movimientos en la articulación se disminuye más y en la placa se ve la sombra de tejido condensado.
En los deportistas con frecuencia se encuentra una osificación parcial en el músculo braquial y aductores del muslo y del musculo cuadriceps. En la lesión de los músculos braquiales, la amplitud de los movimientos en la articulación cubital disminuye rápidamente hasta una contractura completa. En la osifícación de la parte media del cuadriceps, aumenta rápidamente la contractura de la extensión en la rodilla. Cuando hay sospecha de miositis osificante hay que alejar rápidamente todos los factores que aumenten la irritación en la región de la osificación. Se prohíbe la aplicación del masaje, parafina, rayos ultravioletas, corrientes de alta frecuencia, etc. A.U. Landa, recomienda utilizar la inmovilización de la extremidad durante 2-3 semanas y después pasar a la gimnasia terapéutica y la aplicación de calor (lámparas) durante 15-20 minutos. También se aplica electroforesis de cloruro de sodio (30-40 minutos) radioterapia y baños de radón.
En los casos en que el tratamiento conservador no de resultado se acude al tratamiento operatorio.
En la mayoría de los casos esta enfermedad termina con la invalidez deportiva.
4.1.3.3.- Peritendinitis crepitante y tenosinovitis aguda.
En la ejecución de una carga deportiva intensa de larga duración: carrera de larga distancia, muchas horas de entrenamiento en remos, tenis, esgrima, etc., a veces surge el sentido de incomodidad de los movimientos en la articulación; y después el dolor (dificulta el movimiento). Al terminar las distancias o el entrenamiento el dolor aumenta y durante las horas posteriores éste se intensifica. A1 mismo tiempo, aparece gradualmente la hinchazón. Estos dolores y la hinchazón se encuentran en la parte dorsal de la mano y el tercio distal del antebrazo, en los tenistas, esgrimistas y remeros; en la parte del tendón de Aquiles en los corredores y futbolistas; en la parte dorsal del pie y el tercio dístal de la superficie anterior de la pierna en los esquistas y corredores.
En la peritendinitis crepitrante, la presión de los tendones provoca un estado doloroso considerable. En la parte de la hinchazón, en la palpación se siente el llamado "crujido de nieve", provocado por la frotación de los tendones desplazados o movilizados sobre los tejidos exteriores. "El crujido de nieve" aparece solamente en aquellas partes donde los tendones están privados de vaina y están envueltos por tejido conjuntivo poroso. Se le conoce también con el nombre de tendinitis, sinovitis seca y crepitante.
Las causas del desarrollo de esta enfermedad pueden ser: preparación insuficiente del deportista, clima desfavorables (frío, agua, nieve, aire) provocando un enfriamiento local; zapatos estrechos, mojados o incómodos; el uso en el tenista o el esgrimista de raquetas o armas que no sean las habituales, mas pesadas; esquís con correas malas; etc.; así como la temprana incorporación a los entrenamientos y a la participación en competencias después de poco tiempo de haber rebasado una enfermedad (gripe, angína, etc.).
La tendovainitis o tenosinovitis surge en las partes donde hay vaina tendinosa, en las cuales durante un largo trabajo se agota el líquido sinovial. La frotación lleva a la lesión de la superficie interna de las envolturas tendinosas, a la aparición de hemorragias punteadas y después al edema e inflamación aséptica. En esto los tendones se aprietan y se dificulta el movimiento en la vaina.
En el tratamiento de la paratenovitis crepitante, tendovainitis (tenosinovitis) antes que nada es necesario garantizar la inmovilización de la articulación correspondiente con una férula de yeso de quitar y poner, en una posición ventajosa (el pié en ángulo recto con la pierna o mano en una ligera extensión).
Un buen resultado curativo produce la aplicación de la pomada de yodo (pomada de yoduro de potasio al 40%; 100 gr. yodo puro 1 gr.). Esta capa grasienta de la pomada se esparce en toda la parte hinchada y se coloca una venda de yeso. La venda se cambia 2 veces al día. También se aplican las lámparas de calor durante 20-30 minutos, 2-3 veces al día.
El acceso a las clases no se permite durante 7-10 días o más.
4.2.- Lesiones y enfermedades de las articulaciones.
4.2.1.- Lesiones peri-articulares.
4.2.1.1.- Lesiones del aparato cápsulo-ligamentoso.
Hacemos el estudio conjunto de las lesiones de la cápsula y de los ligamentos periarticulares por considerarlos una sola entidad funcional.
Este aparato está constituido por haces de fibras de tejido conjuntivo sólido con inserción en superficies sólidas y rígidas, casi siempre óseas móviles entre sí, que regulan sus movimientos; es rico en terminaciones sensitivas (corpúsculos de Ruffini) que dan cuenta a los centros de su estado de tensión.
Debemos pues, distinguir en él dos funciones:
1. Mecánica, como aparato de sostén.
2. Funcional, como órgano portador de nervios sensitivos que influyen en el tono muscular.
Las lesiones que se producen en el deporte en la cápsula y ligamentos casi siempre son cerradas y pueden ser debidas a traumatismos directos o indirectos. En el primer caso, llamado contusión peri-articular, el agente vulnerante actúa directamente sobre la articulación. Para conocer el mecanismo de producción de las lesiones por traumatismos indirecto hay que tener en cuenta que distorsión significa el movimiento de una articulación mas allá de sus límites fisiológicos que ella producirá la distensión o tensión que sobrepasa dichos límites del aparato cápsulo-ligamentoso; diríamos que ha sido vencida su resistencia elástica, sobreviniendo entonces la lesión de la cápsula o ligamentos. Estas las dividiremos en:
a) Agudas o inmediatas: esguinces, ruptura (parcial o total) y desinserción.
b) Crónicas o secuelas: calcificaciones y cicatrizaciones imperfectas con elongación (bostezos articulares).
4.2.1.1.1.- Lesiones inmediatas o agudas.
Son aquellas soluciones de continuidad micro o macroscópica producidas en un ligamento sano en el momento de su distensión, casi siempre provocado por un movimiento articular exagerado.
4.2.1.1.1.1.- Esguince.
Es una necrosis microscópica en el seno de un ligamento; donde el factor nervioso (reflejo simpático, vasodilatador y causante del dolor) y el factor humoral (para restablecer el equilibrio físico-químico tisular) en íntima y mutua relación desencadenan los síntomas típicos: dolor, contractura muscular y ligero edema (debido a la vasodilatación e hiperemia de estasis). Toda esta sintomatología no es de aparición inmediata y puede aparecer de 2 a 6 horas después de la lesión. Estos síntomas que de momento son muy pronunciados, ceden con solo el reposo.
4.2.1.1.1.2.- Desinserción.
Son las lesiones que siguen un orden de frecuencia a los esguinces. El dolor en las desinserciones es simultáneo a su producción. Por pequeño que sea el número de fibras desconectadas de su lugar de implantación, la capacidad funcional de la articulación queda comprometida. El dolor a la presión es típico en las superficies óseas de inserción, el edema aparece rápidamente y a las 24 o 48 horas surge una equimosis que nunca es tan intensa como en una fractura con arrancamiento. En caso de duda, debe hacerse el diagnóstico diferencial con esta última por medio de una radiografía. El dolor no cede tan rápidamente como en el esguince. En el tratamiento se hace inmovilización com yeso, el "bostezo articular"es bastante pronunciado.
4.2.1.1.1.3.- Rupturas.
Son las lesiones que asientan en las fibras intermedias de un ligamento o cápsula. Pueden ser parciales o totales. También la sintomatología de las rupturas son inmediata, como en las desinserciones y todo cuanto hemos dichos en esta puede aplicarse aquí, con la particularidad que el lesionado no refiere el dolor al hueso al parparlo o poner en tensión el ligamento por medio de movimientos articulares forzados. La importancia funcional puede ser bastante acentuada por pequeña que sea la ruptura.
Estas lesiones son raras en los cortos ligamentos de los tobillos y mas frecuente en los largos ligamentos laterales de la rodilla. El tratamiento es inmovilización con yeso; pero las rupturas totales deben ser operadas.
4.2.1.1.2.- Lesiones crónicas o secuelas.
Bajo la denominación global de lesión crónica calcificante post-traumática deben agruparse todas las enfermedades cuyo origen es una lesión aguda de un ligamento o cápsula e incluso de otras partes blandas con tendencia a la calcificación. Al persistir la flogosis, la hiperemia y la acidosis en una zona de mayor o menor extensión, el hueso comprendido en esta zona se descalcificará; los humores locales serán ricos en calcio, cuyo drenaje a la circulación general viene dificultado por el bloqueo de la circulación de retorno que exista en todo foco inflamatorio. Lógico es pues, que una gran parte de este calcio se deposite en la región del antiguo traumatismo, especialmente en las zonas necróticas, cuya interminable resorción da tiempo a que un proceso metabólico de tipo lento, como la fijación tisular cálcica, pueda llevarse a cabo. La flogosis envejece los tejidos, los hace más fibrosos, mas gelificados y en general, estos tejidos son más ricos en calcio.
Se describen casos de deportistas que después de una pequeña ruptura, desinserción o esguince, siguieron las prácticas deportivas sobreponiéndose al dolor de la lesión durante meses y meses. Practicada la radiografía se descubrió una descalcificación en la inserción del ligamento afectado, con dolores manifiestos al forzar la tensión del mismo. Al no seguirse un tratamiento radical de inmovilización, a los dos o tres meses apareció en la nueva imagen radiográfica sombras óseas poco densas en las inserciones y a lo largo del ligamento. La sintomatología siguió siendo la misma, con variaciones en la intensidad según el reposo relativo que guardaron los lesionados. Estos casos pueden mejorar con infiltraciones locales de novocaína y tratamiento con radioterapia.
4.2.1.2.- Higromas.
Son lesiones peri-articulares que consiste en la inflamación de las bolsas serosas que existen en algunas articulaciones (pre-rotulina, retro-olecraneana, subisquiática, latero-trocantérica) o en la formación de estas bolsas en lugares donde alguna prominencia es traumatizada por roces o presiones repetidas. Los higromas de las bolsas serosas ya existentes tienen también la etiología traumática de roces y presiones repetidas (codo de oficinista, etc), pero en el deporte vemos casos de bursitis traumática aguda de contenido hemático que aparece inmediata y rápidamente después de un golpe en una de estas bolsas. Lo más frecuente es la aparición de estas bolsas después de repetidos traumatismos sobre los lugares ya descriptos, con inflamaciones agudas después de cada golpe recibido en la misma y un estado crónico no inflamatorio, de tumuración fluctuante entre trauma y trauma.
El tratamiento puede ser médico o quirúrgico. El tratamiento médico consiste en el vaciamiento del contenido líquido mucinoso y la inyección de sustancias esclerosantes, como la quinino-urea. Cuando fracasa el tratamiento médico debe recurrirse a la extirpación operatoria de la bolsa serosa. Debe operarse en la fase fría y sin erosión de la piel, ya que haciéndolo en fase inflamatoria o con erosiones coexistentes acostumbran a infectarse o necrosarse los bordes de la herida. Una complicación posible de los higromas es su infección por entrada de gérmenes a través de la piel. Esta complicación los convierte en bursitis supurada.
4.2.2.- Lesiones intra-articulares.
4.2.2.1.- Lesiones de la sinovial.
La sinovial puede sufrir contusiones directas, con formación de hematrosis; pero mas que sufrir lesiones, lo que hace reaccionar de diferentes maneras en caso de sufrirlas son los demás elementos peri e intra-articulares. Forma una barrera de contención de las infecciones de fuera adentro de las articulaciones. A veces se inflama al existir lesiones internas de la articulación, produciéndose en ellas repliegues y franjas que por sí sola pueden molestar aún después de curadas aquellas. Por repetidas inflamaciones se engruesa y pierde su elasticidad, se da a este estado el nombre de paquisinovitis y se diagnostica por el especial ruido que se provoca al mover la articulación afectada.
En el deporte este estado se presenta en los casos en que se practica repetidas veces un ejercicio violento con una articulación lesionada, con frecuentes hidrartrosis o hemartrosis.
Otra afección producida por las repetidas inflamaciones y consiguiente aumento de la presión intra-articular debido a la hidrartrosis, es la hernia de la sinovial, a través de los tejidos cápsulo-ligamentoso, dando lugar a los gangliones o quistes sinoviales, cuyas localizaciones mas frecuentes son el hueco poplíteo en la rodilla y el carpo. Cuando estos ganglios son causa de molestias deben ser tratados quirúrgicamente.
Otra afección de origen sinovial es la osteocondromatosis múltiple, o sea, la formación a partir de la sinovial de cuerpos libres, que por lo general son numerosos.
El tratamiento de las sinovitis es a base de diatermia y radioterapia. La osteocondromatosis múltiple debe ser tratada quirúrgicamente, limpiando de cuerpos libres la articulación.
4.2.2.2.- Lesiones de los fibro-cartílagos intra-articulares.
Los fibro-cartílagos son formaciones existentes en algunas articulaciones: rodilla (meniscos), vértebras (discos intervertebrales), hombro (rodete glenoideo) y que aumentan la concordancia de las superficies articulares.
Las funciones de la articulación de la rodilla se violan considerablemente si se lesionan los meniscos. Ellos pueden lesionarse cuando al saltar se realiza un aterrizamiento desafortunado. Puede producirse una ruptura parcial o completa o tener lugar el desprendimiento del menisco.
Las lesiones de la parte no vascular del menisco en la región inmediatamente contigua a la envoltura sinovial tiene lugar hemorragias mas o menos fuerte, presentándose posteriormente la hemartrosis y sinovitis traumática.
En las lesiones de los meniscos se observan los siguientes mecanismos:
a) En la fijacïón de la pierna, con rotación forzada del muslo (futbolistas, esquiadores).
b) Extensión brusca de la pierna al pasar rápidamente de la posición de flexión profunda de piernas a la posición parada.
c) Flexión con amplitud máxima de la rodilla, especialmente en un relajamiento profundo al realizar la cuclilla.
d) Caída de gran altura con las piernas extendidas (aplastamiento de los meniscos).
Al momento de producirse el trauma, si no hay estrangulación del menisco se siente un dolor que puede pasar rápidamente, posteriormente se siente un pequeño dolor al hacer los movimientos activos y pasivos no recargados por el peso del cuerpo, y un dolor considerable en las articulaciones recargadas por el peso del cuerpo. La palpación de la rodilla lesionada es dolorosa y la articulación se hincha. En 1as lesiones y estrangulaciones del menisco entre las superficies articulares es imposible extender completamente la pierna, es decir, se observa el bloqueo de la articulación. La lesión del menisco rara vez se concluye con un completo restablecimiento de la articulación. Con frecuencia se observan las repeticiones de las lesiones (estrangulación) del menisco. El tratamiento operatorio más racional es la extirpación del menisco lesionado o de la parte de la ruptura. El menisco extirpado posteriormente se restablece por medio de la reconstrucción de la parte de la envoltura sinovial de la articulación que se trasladó al lugar del menisco extirpado.
4.2.2.3.- Lesiones traumáticas del cartíago intra-articular. (Hialino).
4.2.2.3.1.- Osteocondritis.
Son posibles en todas las articulaciones bajo la forma de osteocondritis. Pueden producirse por tres mecanismos:
a) Trauma directo.
b) Trauma indirecto.
c) Microtrauma o sobre carga.
Por trauma directo es difícil la lesión de los cartílagos articulares, pues en casi todas las articulaciones están muy protegidas. Es mas corriente la lesión por trauma indirecto o contragolpe en las distorsiones, luxaciones y movimientos bruscos de las extremidades en el sentido de su eje longitudinal al chocar uno contra otro los cartílagos de revestimiento (hialino) de los extremos óseos que forman la articulación.
Los síntomas inmediatos de una lesión del cartílago articular son: dolor, hidrartrosis o hemartrosis y ruido de roces al mover la articulación. Mas tarde estas lesiones, tanto por mecanismos directo como indirecto, pueden dar lugar a la formación de cuerpos libres intra-articular, por desprendimiento del fragmento del cartílago lesionado, bañado en el líquido sinovial y chocando con las superficies lisas del cartílago sano. El tratamiento de la osteocondritis traumática, sin desprendimiento del cartílago, o cuando este no se ha constituido en cuerpo libre intra-articular a pesar de estar algo desprendido, es a base de diatermia y radioterapia.
Cuando sintomatológicamente existen cuerpos libres intra-articualres, se procede a la artrotomía y extracción de los mismos.
Las lesiones por microtrauma repetido o sobrecarga son frecuentísimas en el deporte, constituyendo las artrosis.
4.2.2.3.2.- Artrosis.
La artrosis deportiva son enfermedades crónicas de las articulaciones con uso desmedido que con frecuencia se encuentran en los deportistas que practican durante algunos años. La causa es la influencia sistemática de la sobrecarga, combinada frecuentemente con la lesión de las articulaciones. También puede estar relacionada con las posiciones estáticas especiales, como en el geno valgo o varo que sobrecarga a uno u otro cóndilo y la platina tibial, ocasionando una artrosis más pronunciada en la interlínea interna o en la externa. Por este mecanismo puede llegar a desprenderse también porciones de cartílagos, con la consiguiente formación de cuerpos libres. Una sobrecarga durante largo tiempo lleva a la compresión de los cartílagos articulares y modifica la nutrición de los mismos ya que exprime el cartílago y expulsa el líquido nutricional.
El descanso entre las cargas resulta insuficiente para el restablecimiento de la alimentación normal del cartílago y de los procesos de regeneración fisiológica en éstos. La elasticidad del cartílago hialino comienza a disminuir, y deja de efectuar su poder amortiguador. En la continuidad de grandes cargas funcionales en el cartílago aparecen focos de ablandamiento, fisuras, separación de capas, es decir, surgen defectos del cartílago, e incluso el desnudamiento de la sustancia ósea. En la región de las partes articulares de los huesos bajo la influencia de las irritaciones surgen formaciones óseas anormales: espinas, ganchos, etc. Si al mismo tiempo tienen lugar los traumas de las articulaciones, todos los procesos indicados se aceleran.
En la fase inicial del desarrollo de la artrosis el deportista se queja de un gran cansancio en la articulación y dolores sordos y molestos que lo obligan con frecuencia a cambiar la posición de la extremidad. Por las mañanas tiene alguna limitación de movimientos, rigidez que se vence después de la gimnasia matutina. En los entrenamientos se exige un calentamiento mas largo para preparar el aparato locomotor para la ejecución correcta de los movimientos. A medida del desarrollo de la enfermedad, en las grandes cargas comienza a aparecer el dolor en la articulación. La ejecución de algunos movimientos llega a dificultarse.
La flexión y extensión completa llega a ser imposible. Con frecuencia se nota la aparición del crujido en los movimientos y después de cargas considerables, la hinchazón de la articulación.
En el examen se descubre borramiento de las prominencias de la articulación, pequeña atrofia de los músculos y alguna disminución de la amplitud de los movimientos. Si apretamos la bolsa articular a la superficie del óseo-cartílago el enfermo siente el dolor. Las radiografías puedan ser normales o se descubren neo-formaciones óseas en forma de espinas y exóstosis de la parte subcondral de la epífisis.
En los grados iniciales de la artrosis el tratamiento fundamental es una regulación correcta de las cargas deportivas y la exclusión de la sobrecarga. Es recomendable rebajar la intensidad de las cargas considerablemente durante 4-6 meses. Los tratamientos fisioterapéuticos son muy usados: electrofóresis de cloruro de sodio diariamente durante 25-30 días. Un mes de descanso, repetir y así durante 2 o 3 veces o más. También se aplican masajes, tratamiento con barro, baños radio-activos, etc.
4.2.2.3.3.- Lesión de los ligamentos cruzados de la rodilla.
En los traumas de la articulación de la rodilla con frecuencia tiene lugar la lesión de los ligamentos cruzados internos. En estos puede tener lugar la ruptura completa e incompleta. Estos pueden combinarse con otras lesiones de la articulación como sinovitis, hemartrosis, etc.
4.2.3.- Luxaciones.
Se llama dislocación o luxación al desplazamiento anormal de los huesos en las articulaciones, debido a un movimiento que va mas allá de los límites fisiológicos perdiendo la relación anatómica las superficies de la articulación de forma total o parcialmente. Como regla, la bolsa de la articulación se rompe, se lesionan considerablemente los músculos exteriores, y a veces el aparato vascular-nervioso. En los hombres las dislocaciones se encuentran 3-4 veces más que en las mujeres. En las extremidades superiores tienen lugar el 92 % de todas las dislocaciones (51.8 % en la articulación del hombro y 27.3 % en el codo).
Con frecuencia la victima nota que al momento de la lesión oyó el crujido en la articulación. Se queja de dolores fuertes en la parte de la articulación y se ve imposibilitado a mover la extremidad de la articulación lesionada.
En comparación con la otra extremidad se nota el cambio de la forma de la articulación: el hueso desplazado forma una eminencia bien visible y palpable, en el lugar de la articulación habitualmente aparece un hundimiento. Con frecuencia toda la extremidad adopta una posición incorrecta y la prueba de cambiar esta posición provoca un dolor agudo y una resistencia elástica. Las dislocaciones surgen a consecuencia de realizar un movimiento desmesuradamente amplio, de uno u otro segmento de las extremidades en la articulación o a consecuencia de un golpe se puede salir la extremidad de su articulación o de uno de los segmentos de las extremidades de su articulación con un segmento vecino. Con frecuencia surgen las repeticiones de las dislocaciones en un 3,7%·
Al tener lugar la dislocación uno de los primeros auxilios que se debe realizar es la inmovilización de la extremidad lesionada y colocada en la posición más cómoda para el enfermo. Para esto sobre la articulación se coloca una venda y sobre ésta una tablilla. Ni el profesor, ni el entrenador deben tratar de encajar (reducir) la luxación; ya que una reducción incorrecta puede traer como consecuencia la fractura de los huesos y la lesión de los tejidos blandos y los nervios. Los médicos son los únicos que tienen derecho para reducir las dislocaciones y casi siempre esto se hace bajo anestesia general o local.
4.3.- FRACTURAS.
Se llama fractura traumática a la violación de la integridad del hueso sano, que surge bajo la influencia de un trauma agudo mecánico. Como regla en la fractura se lesionan los músculos exteriores, fascias, nervios y vasos. De esta forma la fractura es una lesión grave, que separa al deportista de las filas por largo tiempo.
En condiciones normales para el surgimiento de la fractura siempre es necesaria la influencia de una fuerza contra el hueso, que sobrepase la fuerza de resistencia del tejido óseo. Esta fuerza puede ser un golpe con un bate, disco, bala, caída, al realizar un movimiento hacia delante, caerse y meter la pierna en un hueco, etc.
Las fracturas se distinguen en completas e incompletas o fisuras, cuando el vínculo entre las partes del hueso no está totalmente violado. También pueden ser fracturas abiertas (con lesión de la piel y salida de la rotura del hueso) y cerradas. Una gran significación tiene la distribución mutua de los fragmentos del hueso. En algunos casos no están desplazadas en relación unas con otras, las fracturas sin desplazamientos son las más favorables; hay otros casos en que hay desplazamiento de las roturas en direcciones laterales, a lo largo, etc., son fracturas con desplazamiento.
A veces los fragmentos se penetran unos a otros lo que con frecuencia se observa en la región esponjosa del hueso (fracturas enclavadas).
Por el carácter de la dirección, las fracturas se distinguen en transversales, oblicuas, espirales y conminutas o múltiples. También se distinguen las fracturas intra-articulares y las subperióstícas.
En el deporte con frecuencia se observan las llamadas fracturas de desprendimiento en el lugar de la inserción de los músculos al hueso. Por ejemplo, la fractura de desprendimiento de la espina iliaca anterior o del tubérculo de la tibia. Se observa en los corredores jóvenes en las carreras de corta distancia en el momento de la arrancada o en los corredores com obstáculos, saltadores y futbolistas, en caso en que aún no han terminado la osificación.
Las fracturas de un mismo carácter con frecuencia surgen en iguales condiciones. Por ejemplo, el gimnasta cuenta que se cayó de la paralela sobre la palma de la mano del brazo derecho y al producirse esto, él sintió un crujido en el antebrazo, antes que nada hay que sospechar de que tiene el radio fracturado cerca de la articulación de la muñeca o fractura de ambos huesos del antebrazo, etc. El diagnóstico de fractura se dará basado en los siguientes datos:
1) El informe de la victima sobre el mecanismo del trauma: la victima indica el lugar donde tuvo el crujido del hueso.
2) En el examen se observa la hinchazón y deformación de la dimensión del hueso, en el desplazamiento de los fragmentos con frecuencia hay acortamiento de la extremidad.
3) Presencia de movilidad patológica en el lugar de la fractura y crepitación (pequeño crujido al tratar de mover los fragmentos).
4) En la palpación hay puntos dolorosos agudos.
5) Golpeando cuidadosamente a lo largo del hueso se nota dolor en el lugar de la fractura.
6) No hay función en las extremidades.
7) Cambios característicos en la placa de Rayos X.
Como ya se dijo en las fracturas no solamente sufren los huesos, sino los tejidos exteriores, vasos, nervios, plexos nerviosos y claro está se altera el estado general del organismo, espacialmente si se desarrolla una infección y se desarrolla el proceso purulento en los huesos, es decir, osteomielitis, la cual puede surgir tanto en una fractura abierta como cerrada, cuando la infección se propaga por vía hematógena. En esta zona la resistencia de los tejidos contra las infecciones baja y hay condiciones favorables para el desarrollo de los microbios (sangre, tejidos dañados o muertos).
Las fracturas más graves son las fracturas intra-articulares, porque su tratamiento exige reposo, pero si la articulación no funciona se puede alterar la misma, perdiendo su movilidad y pueden producirse cambios en ésta (atrofia de los músculos, contracturas).
En los jóvenes a veces se observan fracturas subperiósticas, que no van acompañadas ni por desplazamiento de los fragmentos ni por crepitación, las cuales pueden equivocadamente considerarse como contusiones. Esto hay que recordarlo en cada caso de accidente; si por el mecanismo de los traumas se puede sospechar la fractura, hay que prestar los primeros auxilios como en la fractura, es decir; inmovilizar la extremidad con la ayuda de tablillas.
Antes que nada hay que tener en cuenta, que a la victima no se le debe quitar ni la ropa ni los zapatos, ya que esto puede ocasionarle dolor. La excepción de esta regla es cuando se presenten casos en que haya sospecha de una fractura abierta. En estos casos hay que descubrir el lugar de la fractura o la herida para colocar una venda estéril. Para no molestar a la victima no se le quita la ropa sino se le corta.
Las tablillas son recomendables para la fijación de los fragmentos que pueden ser diferentes, de acuerdo a la localización de la fractura.
El valor de esta tablilla consiste en que ésta toma cualquier forma y cualquier curvatura (en uno u otro ángulo); también se ajusta para la inmovilización cartones, tablas, pedazos de madera, chapas de madera y rollo de periódicos. Lo mejor de todo es fijar todas estas cosas a las extremidades con la ayuda de vendas, también pueden usarse toallas, pañuelos, cinturones, cordeles, etc. Las tablillas no se pueden colocar directamente en el cuerpo, sino sobre la ropa o sobre algo suave.
Hay que prestar una atención especial, para que la punta de la tablilla no se incruste en la piel y para no comprimir los vasos sanguíneos o los nervios que pasan cerca de los huesos, por ejemplo, la arteria humeral, o el nervio radial, etc.
También hay que observar el no apretar la piel por la férula en aquellos lugares donde el hueso no esté cubierto por los músculos suficientemente, por ejemplo, en la parte tibial de la pierna, en los cóndilos del hombro, etc.
La tarea fundamental que hay que solucionar por medio de la colocación de la tablilla es fijar con seguridad los fragmentos para hacerlos inmóviles. Esto garantiza una disminución considerable de los dolores en general y especialmente en el traslado de la victima y también disminuye el peligro de las lesiones complementarias por los fragmentos de puntas agudas.
Para esto es necesario colocar la tablilla de manera que esté inmovilizada por lo menos por dos articulaciones vecinas: una superior y otra inferior.
4.4.- Periostitis traumática y de sobretensión.
A consecuencia de un fuerte trauma o repetición del mismo (contusión del periostio), en los deportistas con frecuencia surgen las periostitis traumáticas (inflamación del periostio).
En los boxeadores la periostitis traumática surge a consecuencia de un golpe sobre la cabeza o sobre el codo del contrario, contra la superficie dorsal de los dedos de su mano; en los futbolistas a consecuencia del golpe por el zapato del contrario en la superficie anterior de la tibia, etc.
La periostitis traumática de las superficies inferiores de las apófisis espinosas de las vértebras lumbares (sobretodo 3ra. y 4ta.) puede observarse en los clavadistas, gimnastas, luchadores, levantadores de peso, al realizar una extensión excesiva y las apófisis espinosas se traumatizan unas contra otras.
En los futbolistas con frecuencia se observa la periostitis traumática en la parte de la inserción de los músculos adductores del muslo a los huesos pubis e ilíacos.
Con frecuencia estas periostitis surgen a consecuencia "de los tirones" de los tendones correspondientes, con frecuencia en el movimiento de extensión con separación máxima de las extremidades inferiores y apoyo del isquión al suelo lo que condiciona dolor considerable en la parte del perineo en la prueba de adducción del muslo. En la palpación de la rama inferior del pubis o del ilíaco con frecuencia se revela que los dolores a la presión se localiza en la región del periostio.
En caso de que haya sospecha de periostitis traumática es necesario hacer radiografía. A veces las placas descubren el desprendimiento de un pequeño pedazo de hueso con periostio; y en otros casos la estratificación del hueso y el engrosamiento de la cortical. Estos últimos se observan con frecuencia donde el periostio se haya traumatizado reiteradamente, ellos pueden tener el carácter de una hipertrofia de la capa compacta del hueso, y en otros casos surge exóstosis traumática, es decir pequeñas neoformaciones óseas en los bordes del hueso, espinas, ganchos, etc. La presencia de este tipo de exóstosis con frecuencia condiciona sensaciones dolorosas y por ejemplo si hay exóstosis dorsal del pie, la incomodidad al anudar el cordón de los zapatos o las botas es grande. Las causas fundamentales de estas exóstosis de la superficie dorsal del pie no son solamente los golpes reiterados con la pelota de futbol en el periostio de los huesos, sino también las pequeñas tracciones reiteradas a las cuales se someten las partes del hueso en los lugares de inserción de los tendones dorsales del pié en el momento de un golpe fuerte a la pelota de futbol con la punta del zapato.
En la superficie dorsal de los huesos del pié a consecuencia de la repetición de los traumas surgen determinados focos de hemorragia en los tejidos contusionados e inclusive las necrosis microscópicas de los tejidos, las cuales son fuentes de irritación, que provocan neoformación del hueso y consolidación, es decir, la exóstosis.
El surgimiento de la exóstosis pronunciada simultáneamente garantiza el fortalecimiento de la estabilidad mecánica de la parte del hueso correspondiente. La formación de este tipo de exóstosis es una ilustración clara de la posición correcta, referente a que las reacciones patológicas a veces muy difícil distinguir de las reacciones fisiológicas positivas.
Especialmente hay que separar la periostitis deportiva de la sobretensión que con frecuencia sufre la tibia, y pocas veces el peroné y la parte externa del hombro. El primer síntoma de la enfermedad es el dolor, que aparece en la superficie anterior de la pierna, después de un largo entrenamiento en carrera, marcha, saltos, etc., especialmente en el entrenamiento realizado en terreno duro o en otras partes.
En la superficie anterior de la pierna aparece pastosidad de la piel y luego el edema doloroso y duro.
En la placa radiográfica al principio no se ve nada y después se revelan la superposición de las capas periostales, las cuales se engrosan aún mas. Pasadas 3-4 semanas cuando los dolores no desaparecen palpando se determina un engrosamiento compacto considerable de la tibia en su tercio superior. En la placa las capas periostales adquieren una forma dispuesta de un hueso concéntrico que rodea la diáfisis. Después la intensidad del dolor disminuye gradualmente, las capas periostales comienzan a osificarse y mezclarse con la capa cortical. El tejido óseo pierde su estructura, surge esclerosis. Esto se propaga por el canal medular óseo. El último pierde su contenido y se hace homogéneo.
Las capas periostales, la sustancia cortical y el canal medular óseo se une en una masa compacta esclerótica parecida a un tumor.
Tratamiento de la periostitis.
Una de las condiciones más importantes y fundamentales del tratamiento efectivo de la periostitis traumática aguda es el reposo y la suspensión de cualquier tipo de ejercicios durante 12-14 -días. Al mismo tiempo se utilizan los métodos de tratamientos siguientes: radiación de la piel en la parte de la periostitis traumática con rayos ultravioletas (4-5 biodosis) en una superficie de unos 200-300 cm de manera que el foco patológico se encontrará en el centro de la superficie. Se dan 3-5 radiaciones (con intervalos de 3-4 días).
En la parte enferma debe colocarse una venda de gasa.
En casos crónicos se recomiendan inyecciones de novocaína y yodo (galvanizaciones).
En los tejidos blandos exteriores y el circulo directo de la parte traumatizada se inyectan 15-25 ml. al 1% de la disolución de novocaína. El curso de tratamiento está compuesto por 1-3 inyecciones con intervalo de l semana y 10-20 procedimientos de yodo galvanización diarias.
En caso de periostitis por sobretensión lo mejor es inmovilizar la extremidad con yeso durante 14-21 días. Posteriormente se aplican radiaciones ultravioletas (3-5 radiaciones con intervalo de 4-5 días) o terapia con corrientes de alta frecuencia.
Hay casos en que se suprima la carga deportiva durante 4-6 meses.
4.5.- Lesiones traumáticas del Sistema Nervioso.
4.5.1.- Lesiones cerebrales.
En la práctica de los deportes se pueden producir lesiones de los órganos del sistema nervioso como consecuencia de diversos traumas. Entre los órganos mas importantes que pueden lesionarse se encuentran el cerebro, la médula espinal y los plexos nerviosos y nervios periféricos.
Las lesiones cerebrales se pueden presentar como consecuencias de golpes y contusiones en la cabeza, en distintos deportes como el boxeo, ciclismo, motociclismo, hockey, gimnástica, acrobacia, clavado, atletismo, beisbol, futbol, etc.
La mayoría de estas lesiones se producen como consecuencia de golpes directos en la cabeza y con menos frecuencia como consecuencia de caídas y golpes cefálicos con objetos exteriores. Estos traumas son capaces de producir distintos grados de lesiones cerebrales, que tienen una repercusión mayor o menor sobre la actividad vital general del organismo, de acuerdo a la gravedad y el grado de lesión.
Las lesiones cerebrales pueden dividirse en tres grandes grupos:
a) Conmoción Cerebral.
b) Contusión Cerebral.
c) Compresión Cerebral.
La conmoción cerebral se presenta generalmente a consecuencia de traumas craneales que producen una movilización del cerebro dentro de la cavidad craneana, se caracteriza por una pérdida de la conciencia inmediata y pasajera, es decir; que se produce inmediatamente después del trauma y es de poca duración. La victima cae al suelo sin conciencia, no reaccionando a los diversos estímulos. Al recuperarse la conciencia el paciente queda obnubilado y desorientado presentando con frecuencia vómitos. En algunos casos se produce una hiporeflexia pupilar a la luz y a la acomodación. La piel se presenta pálida, fría y cubierta de sudor. El pulso con frecuencia se hace bradicárdico aunque en algunos casos puede encontrarse taquicárdico. La respiración se hace superficial y arrítmica y puede presentarse una hipotonía muscular de las extremidades con rigidez de los músculos de la nuca; así como presentarse disminución de los reflejos tendinosos, abdominales y plantares.
Todos los síntomas observados en la conmoción cerebral son consecuencia de los tres factores siguientes:
a) Microtrastornos funcionales (espasmos capilares) y orgánicos (microhemorragias) de los vasos cerebrales que alteran la circulación sanguínea cerebral.
b) Cambios bioquímicos del tejido cerebral, sobre todo de la corteza ocasionados por los trastornos vasculares señalados en el inciso anterior.
c) Inhibición de determinadas zonas del sistema nervioso central consecuencia de los factores señalados en los incosos anteriores.
La duración de la pérdida del conocimiento depende de la profundidad de los trastornos de la actividad cerebral y la gravedad general del cuadro de la repercusión de estos trastornos sobre el funcionamiento del sistema cardiovascular y respiratorio.
La duración de la pérdida de la conciencia puede variar entre pocos segundos y diez o veinte minutos. Una pérdida de la conciencia que dura una hora o más debe hacer pensar en una lesión cerebral más grave.
La conmoción cerebral se puede presentar: en el boxeo por golpes en la cabeza y el maxilar inferior (mandíbula), en el futbol por choque entre dos cabezas o al golpear el balón en gran velocidad con la cabeza, en el ciclismo, motociclismo y gimnástica por caídas de cabeza, etc.
En la contusión cerebral las alteraciones cerebrales son mas graves, ya que en estos casos se produce una lesión orgánica mayor del tejido cerebral. E1 mecanismo fundamental de la producción de la lesión cerebral en estos casos es el contragolpe del cerebro con la cara interna del cráneo en los golpes fuertes sobre la cabeza.
En la contusión cerebral la lesión cerebral que se produce es importante y ocasiona hemorragia y edema cerebral que produce trastornos vasculares reflejos intensos. Todo esto provoca los síntomas cerebrales generales: pérdida de la conciencia, vómitos, bradicardia, bradipnea, palidez de la piel y mucosa, medriasis, etc.; apareciendo mas tarde los síntomas focales del daño cerebral ocasionado: monoparesia; hemiparesia, monoplegia, hemiplegia, afasia (trastorno del habla), anisocoria (diferencia del tamaño entre las dos pupilas), los trastornos locales de la sensibilidad, convulsiones de un hemicuerpo o del brazo o la pierna de un lado, pudiéndose presentar además si existe fractura de los huesos de la base del cráneo otorragia y nasorragia.
Si la hemorragia del tejido cerebral continúa y el hematoma intracraneal aumenta aparecen y se intensifican los síntomas de compresión cerebral ocasionados por el aumento de la tensión endocraneana.
En algunos casos de compresión cerebral los síntomas iniciales pueden ser similares a los de la conmoción o contusión ligera, es decir, el paciente después de una pasajera pérdida de la conciencia vuelve a recuperarla para posterior y progresivamente volver a aparecer la obnubilación y aparecer de nuevo la pérdida de la conciencia, apareciendo o aumentando la bradicardia, la cefalea, los vómitos, las paresias de las extremidades, la dilatación pupilar del lado del hematoma, el nistagmus, el estrabismo y la arreflexia pupilar, violándose las funciones del sistema cardiovascular y respiratorio. Por tal motivo, es necesario hacer hincapié que entre la producción del trauma y la aparición de los síntomas graves de la lesión cerebral (hematoma endocraneal, hipertensión endocraneal) puede transcurrir un tiempo más o menos largo en que el paciente parece recuperarse y sentirse bien. Es por esto que en todo traumatismo craneal hay que mantener la observación médica durante un tiempo prudencial.
En una pelea de boxeo, un boxeador fue noqueado por un golpe en el maxilar inferior, recuperándose rápidamente después del noc-kout. Como el boxeador se sentía bien y no mostraba síntoma alguno de daño cerebral importante se le permitió ir a su casa después de la pelea, una vez en ella se acostó y se quedó dormido. Este boxeador murió esa noche por hemorragia cerebral que provocó un hematoma endocraneal.
Los hematomas se producen frecuentemente por fractura de los huesos de la base del cráneo en diversos deportes: en la gimnástica por caída desde los aparatos, en el boxeo como consecuencia de golpes en la región temporoparietal y en el ciclismo, motociclismo, etc., por caídas.
Los recursos de primeros auxilios de estas lesiones cerebrales son: acostar al lesionado con la cabeza algo levantada y colocar compresas frías o bolsa de hielo sobre la cabeza, en casi todos estos casos es necesario hospitalizar rápidamente al lesionado, transportándolo en vehículos apropiados (ambulancia) donde se le garantiza el máximo de reposo en el traslado.
Solamente en caso de ligera conmoción cerebral como en el boxeo después de un nockout ligero puede permitírsele al paciente regresar a su casa acompañado; y cuando exista la vigilancia de un familiar que pueda despertarlo periódicamente durante el sueño y la posibilidad de su rápido traslado al hospital si aparecen los síntomas señalados. La reanudación de la práctica deportiva de los atletas que han presentado lesiones cerebrales solo puede aceptarse si se ha producido el mas completo restablecimiento lo que solo es posible determinar por un cuidadoso examen neurológico de un especialista.
Nockout y Nock-down.
En el boxeo se entiende por nockout cuando el boxeador a consecuencia de un golpe cae sobre la lona sin conciencia y no puede continuar la pelea hasta el conteo de diez segundos. Por nock-down se conoce cuando el boxeador a consecuencia de un golpe pierde el equilibrio y apoya alguna porción de su cuerpo; además de la planta de los pies sobre la lona, generalmente una o las dos manos.
El nock-down se produce generalmente como consecuencia de golpes que repercuten sobre el aparato vestibular. Anteriormente hemos dicho que el nockout puede producirse por golpes en la región epigástrica y región precordial y hablamos sobre los mecanismos de producción de estos nockout. Ahora vamos a estudiar el nockout que se produce por golpes en la cabeza.
El mecanismo de la pérdida de la conciencia por golpes en la cabeza es la conmoción cerebral ya explicada; y la conmoción del aparato vestibular sobre todo en los golpes del mentón y del ángulo del maxilar inferior, que provoca una irritación refleja del cerebelo y del tronco cerebral y produce alteración del equilibrio y de los reflejos posturales (causa fundamental de la caída del boxeador), así como la irritación dentro del centro del nervio vago que produce los trastornos hemodinámicos asociados. En esta conmoción vestibular es característico los mareos intensos, el estado semi-inconsciente y los trastornos hemodinámicos ligeros.
En algunos casos de conmoción cerebral no llega a producir la pérdida total del conocimiento ni la caída del boxeador, presentando este solamente durante pocos segundos un estado de enturbiamiento de la conciencia que es el llamado nockout de pie o estado groggy. El resto de la sintomatología de este estado es pobre y se limita a mareos de corta duración, náusea ligera palidez y ligera bradicardia.
Sin duda alguna, en los golpes en la cabeza que producen el nockout se presenta más frecuentemente las lesiones más graves y serias del cerebro. En la literatura mundial están descritos infinidad de casos de muerte del boxeador después del nockout a consecuencia de la contusión y compresión cerebral por el hematoma.
Son muy indeseables también los nockout leves y repetidos que pueden provocar también complicaciones. Así por ejemplo en boxeadores que reciben en un tiempo más o menos largo repetidos nockout y nock-down y se puede desarrollar la neurosis post-traumática. Los fenómenos de la neurosis post-traumática se pueden presentar después de un único nockout y en general por cualquier trauma en la cabeza en otros deportes. Esta neurosís se caracteriza por cefalea, mareos sobre todo en los cambios de posición del cuerpo, trastornos del sueño (insomnio), alteraciones neuro-vegetativas, como debilidad general, apatía, depresión y mal humor y en algunos casos excitación, verborrea, alucinacionas y delirios y una gran intranquilidad motriz. También en estos casos se producen trastornos de la memoria, de la concentración y del pensamiento.
A veces el cuadro de la neurosis postraumática se presenta inmediato a la recuperación de la conciencia y se va intensificando progresivamente en el transcurso de los días, dependiendo del correcto o incorrecto tratamiento. Un cuadro grave de neurosis post-traumática puede desarrollarse después de recibirse varios nock-down en una misma pelea o a continuación de varios nock-down algunos producidos en corto tiempo, hay casos en que el cuadro clínico rebasa los límites de la verdadera neurosis post-traumática que aparecen síntomas que revelan lesiones orgánicas cerebrales y trastornos locales de la sensibilidad y los reflejos, etc.
En algunos casos (bastante frecuente en el boxeo profesional) a consecuencia de los golpes recibidos en la cabeza durante una actividad boxística se presenta el cuadro de la neurosis post-traumática, a la cual se agrega posteriormente síntomas psíquicos y orgánicos variables que conducen a estados Parkinsonianos "puchindrum" y hasta la demencia.
En el boxeo amateur contemporáneo se aplican medidas y reglas encaminadas a evitar los nockout o las lesiones cerebrales que producen.
Es necesario que el profesor o entrenador tenga conocimientos de este cuadro de neurosis post-traumática con el objeto de que a la menor señal o del más leve síntoma que pueda corresponder a ese estado en uno de sus boxeadores no le permita seguir entrenando y lo envíe al médico para su examen.
Profilaxis del nockout.
Una medida profiláctica de fundamental importancia para evitar el nockout consiste en el deber de los jueces de interrumpir rápidamente el combate donde uno de los boxeadores presente una superioridad evidente sobre su contrincante, o cuando uno de los boxeadores se encuentre en estado "groggy", o cuando uno de ellos o ambos no dominen la técnica de la defensa boxística, o cuando uno de ellos o ambos no cumplan las otras reglas del boxeo durante el combate, como por ejemplo, pegar con la cabeza, los codos, etc.
Estas medidas profilácticas deben aplicarse mas rigurosamente en caso de combate entre boxeadores jóvenes y como orientación general debe decirse que el nockout no debe producirse entre los jóvenes.
Otras medidas profilácticas de la lesión cerebral en los boxeadores son las siguientes:
1. No permitir el entrenamiento ni el combate durante un mes a todo boxeador que haya recibido un nockout intenso.
2. En caso de nockout leve puede permitirse después de dos o tres semanas de haber recibido el nockout el reintegrarse al entrenamiento, pero no a los combates.
Para los jóvenes entre 16 y 18 años la prohibición de combatir o entrenar después de un nockout debe prolongarse hasta el cuarto mes y para los comprendidos entre los 14 y 16 años hasta el sexto mes.
En casos de boxeadores adultos que reciben dos nockout en el transcurso de un período de tres meses, debe prohibírsele pelear durante tres meses.
De acuerdo con una resolución del Congreso Internacional de Boxeo, todo boxeador que sea noqueado tres veces en un año debe ser suspendido del boxeo por lo menos un año.
En todos los casos el reintegro a los entrenamientos y a los combates debe ser autorizado siempre por el médico después del estudio cuidadoso e individual de cada caso.
Creemos conveniente señalar aquí las medidas profilácticas de orden general que deben aplicarse en los distintos deportes para evitar las lesiones cerebrales. Estas medidas son las siguientes:
a) Dominio completo por el deportista de la técnica del deporte que practica.
b) La prevención de las lesiones en caso de caídas por la ayuda del entrenador (gimnástica, acrobacia); así como asegurar el buen estado de la pista (ciclismo; motociclismo, esquís, etc.).
c) Observaciones y cumplimiento exacto de las categorías de peso en los combates y peleas (lucha, boxeo, etc).
d) Control médico cuidadoso con el fin de no dar acceso a las competencias a los atletas que han recibido recientemente traumas cerebrales o han presentado enfermedades agudas.
e) El uso obligatorio de la indumentaria protectora específica en los distintos deportes (uso del casco en el motociclismo, ciclismo y hockey), uso de la careta y el peto en el beisbol, etc.
f) La exigencia del comportamiento correcto y caballeroso de los atletas en el entrenamiento y en las competencias evitando el "juego sucio".
g) Exigir el cumplimiento de la más correcta organización de los entrenamientos y competencias en cada deporte para evitar accidentes.
4.5.2.- Lesiones de la médula espinal.
Las lesiones de la médula espinal pueden presentarse en la práctica deportiva como consecuencia de diversos traumas. Los deportes en los cuales estas lesiones se presentan mas frecuentemente son: la lucha, la gimnástica, la acrobacia, el clavado y el esquís; y a menor escala, el ciclismo, motociclismo, futbol y hockey. Otros deportes raramente son capaces de producir estas lesiones.
Las lesiones de la médula que podemos encontrar como consecuencia del trauma deportivo son:
a) Contusión medular.
b) Distensión medular.
c) Ruptura completa o incompleta de la médula.
Esta última se asocia en ocasiones con la luxación o fractura vertebral.
Los mecanismos de producción mas frecuentes de estas lesiones son:
a) La distención excesiva de la médula, en las flexiones y extensiones del cuello que sobrepasan los límites fisiológicos de estos movimientos de la columna cervical.
b) La compresión o la estrangulación de la médula en las luxaciones y fracturas vertebrales.
c) Las lesiones vasculares de la médula y las meninges como consecuencia del trauma.
En la lucha, puede presentarse la distensión excesiva de la médula en los siguientes casos:
Cuando el luchador se encuentra en posición "de puente" haciendo una fuerte resistencia al contrario.
1) Al efectuarse las "llaves", doble llaves o semi-nelson.
2) Al ejecutar un puente rápido y hueco desde la posición de pie.
La distensión medular puede producirse además en los ejercicios desafortunados de la gimnástica, la acrobacia, el motociclismo. Las fracturas (con o sin luxación de vértebras) de la región cervical de la columna vertebral capaces de lesionar la médula, pueden presentarse en las caídas de cabeza en la gimnastica, la acrobacia, el motociclismo y el ciclismo y por choque de la cabeza con el fondo de la piscina en el clavado, etc.
También puede presentarse lesiones medulares por golpes fuertes sobre la columna vertebral, como por ejemplo por una patada fuerte en el futbol, por golpe con el martillo, en el atletismo, etc.
Los síntomas de las lesiones de la médula espinal dependen fundamentalmente del carácter y región de la lesión.
En la mayoría de las lesiones de la médula (distensión con hemorragia, contusión o ruptura incompleta o completa), se presenta el shock medular traumático. En estos casos, junto a los fenómenos generales del shock ya estudiados aparecen además los trastornos sensitivos y motores, también estudiados con anterioridad.
En las lesiones de la porción lumbosacra de la médula, aparece la paresia o parálisis flácida de las extremidades inferiores (paraplegia), en las de la porción cervical (cuadriplegia) y en las de la parte mas inferior del segmento cervical se presenta la parálisis flácida de las extremidades superiores y la parálisis espástica de las inferiores con trastornos de la sensibilidad (parestesia y anestesia). Puede presentarse además como consecuencia de la lesión medular trastornos que afectan a los mecanismos de la micción y la defección.
En todos los casos en que se produce parálisis, rápidamente aparecen los trastornos vasomotores y tróficos; frialdad, cianosis, edema y atrofia muscular de las extremidades; así como las escaras de decúbito en la región sacra y en los talones.
En las lesiones de la columna vertebral que origina hemorragia pueden constituirse hematomas que gradualmente comprimen la médula. El paciente comienza a presentar dolores y posteriormente y en forma gradual, aparecen y se intensifican los síntomas de los trastornos sensitivos y motores propios de la compresión medular que origina el hematoma.
Como todas las lesiones de la médula espinal son graves, es necesario conducir rápidamente al hospital a todos los atletas en que se presentan lesiones de la columna vertebral como consecuencia de un trauma deportivo, debiéndose tener un cuidado extremo, para que no se produzca flexión de la columna durante el traslado.
La profilaxis de las lesiones de la médula espinal en la práctica deportiva consiste fundamentalmente en la aplicación de las siguientes medidas:
a) Observación estricta de las reglas en las competencias de lucha y cumplir rigurosamente sobre todo aquellas que se relacionan con la aplicación de llaves al cuello.
b) La exigencia de la mas completa preparación técnica de los participantes en las competencias de lucha, esquí, clavado y gimnástica.
c) La exigencia técnica del más perfecto estado de las piscinas en el clavado, de los aparatos gimnásticos, del trampolín de salto, en el esquí, etc.
d) Impedir el juego sucio en el futbol, hockey, etc.
4.5.3.- Lesiones del Sistema Nervioso Periférico.
Entre las lesiones del sistema nervioso periférico en los deportistas con frecuencia se observan la neuritis y la neuralgia.
La neuritis es la inflamación de los nervios, que puede afectar a uno o más nervios.
Pueden tener diversas causas: infecciosas, tóxicas y mecánicas; siendo las de causa mecánicas las más frecuentemente observables en los deportistas como consecuencia de traumas deportivos diversos. Otro factor etiológico de consideración en la neuritis de los deportistas son los focos infecciosos del organismo (sobre todo en dientes y amígdalas), los que se asocian al stress de la gran actividad física que representa el entrenamiento, incrementando grandemente la importancia que tales focos infecciosos tienen como factor etiológico en la neuritis.
El cuadro clínico de la neuritis comprende síntomas generales comunes a todas, síntomas particulares en relación con el nervio o nervios afectados y el factor etiológico determinado.
Pueden ser afectados los nervios periféricos sensitivos, motores y mixtos.
En la rotura completa de un nervio motor se presenta una parálisis muscular con disminución del tono muscular (parálisis flácida) de los músculos inervados por el nervio lesionado, con desaparición de los reflejos correspondientes a dicho nervio, desarrollándose posteriormente la atrofia muscular de dichos músculos.
En caso de rotura incompleta se presenta solamente una paresia muscular con disminución de los reflejos correspondientes, produciéndose también posteriormente una atrofia muscular, pero menos marcada que en el caso anterior.
Las lesiones de los nervios motores se pueden acompañar de fenómenos de irritación, produciéndose en estos casos contracciones espasmódicas de los músculos inervados por el nervio afectado. A veces se presenta solamente una ligera disminución de las fuerzas y el tono muscular con ligera atrofia.
En las neuritis de los nervios sensitivos se produce una disminución o abolición de la sensibilidad de la zona y órganos inervados por los nervios afectados.
En los casos de neuritis de los nervios sensitivos que se acompañan de fenómenos de irritación aparecen el dolor y las sensaciones parestésicas (sensación de hormiguéo, de quemadura, de frialdad, de compresión, sensación de corriente eléctrica). En ocasiones se combinan los fenómenos de irritación y los de disminución de la sensibilidad en un mismo caso. Como se sobreentiende, todos los síntomas sensitivos y motores señalados se localizan en la zona en que se distribuye en la periferia el nervio afectado.
En las lesiones de las fibras vegetativas de los nervios periféricos se presentan trastornos vasomotores, secretores y tróficos en la zona inervada.
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