Impacto social del Geoportal de Energía, en la planificación, utilizando energías renovables (página 2)
Enviado por María Rodríguez Gámez
Por su parte, la ordenación energética, persigue como objetivo central y concepto rector, el desarrollo equilibrado de las regiones y la organización física del espacio [28, 29] y dentro de él, la ubicación armónica de los elementos correspondientes al perfil energético, entre los que sobresalen los sistemas renovables de energía, por su capacidad de inserción en el entorno y el aprovechamiento que realizan de las capacidades potenciales energéticas locales, en función del progreso equilibrado del territorio, destacándose entre sus objetivos encontramos: el desarrollo socioeconómico equilibrado y sostenible; la mejora de la calidad de vida de la sociedad, a través de su acceso al uso de los servicios e infraestructuras públicas y del patrimonio natural y cultural; la gestión responsable de los recursos naturales y la protección del medioambiente, de forma compatible con la satisfacción de las necesidades crecientes de recursos, así como con el respeto a los rasgos culturales y las peculiaridades locales y la utilización racional y equilibrada del territorio, mediante la definición de los usos aceptables para cada tipo de suelo, la creación de adecuadas redes de infraestructuras e incluso el fomento de las actuaciones que mejor persigan el fortalecimiento del espíritu comunitario
En esos objetivos se encuentran reflejados, los aspectos necesarios para el desarrollo de la sociedad, expresados de manera tan sencilla como clara, donde la calidad de vida de las personas, es el factor primario y eje central, en el que se promueven los objetivos del desarrollo económico.
La sociedad se encuentra en constante interacción con esos elementos, es su cliente principal y su ente regulador, siempre que se logre establecer un nivel de consumo adecuado, que al propio tiempo dinamice estos procesos. En la figura 2, se observa el modelo de la relación social existente entre naturaleza, sociedad y energía.
Figura 2. Relación social existente entre naturaleza, sociedad y energía
Fuente: Elaboración propia
Los recursos, procesos y mecanismos de producción y reproducción, se desarrollan en un mismo espacio, este es compartido entre todas las especies, infraestructuras, etc., es donde el hombre desarrolla sus actividades. Es en ese espacio, en el que se extrae todo lo que se necesita para lograr la calidad de vida deseada; también es necesario crear la estrategia de no destruir lo que existe, sino intercambiar y proteger lo que se tiene.
Estos mecanismos de extracción y aporte, no deben ser espontáneos, deben responder a diseños y planes de manejo integrado en el territorio, que permitan la recuperación de lo que se extraiga, basándose en el concepto de renovación de los recursos empleados.
El término desarrollo sostenible [30], perdurable o sustentable, se aplica al desarrollo socioeconómico, como es conocido, fue formalizado por primera vez en el año 1995, en el documento conocido como Informe Brundtland [31].
El mejoramiento de la calidad de vida en la sociedad, no tiene lugar sin un desarrollo económico ascendente, donde la introducción de nuevas tecnologías, juega un padrón de primera importancia para la aceleración de los procesos, de producción y reproducción de riquezas materiales, dirigidas a la satisfacción de las necesidades siempre crecientes de la sociedad y donde la generación energética está llamada a garantizar este crecimiento.
Las energías renovables se encuentran en capacidad, de ir asumiendo un papel importante en el aseguramiento del desarrollo futuro inmediato de la sociedad, introduciéndose primero para diversificar la matriz energética y aliviar la carga que descansa hoy en los combustibles fósiles y convertirse luego en la fuente preferencial de generación energética, que asegurará las tareas del progreso económico y social de forma sustentable, esto quiere decir, de manera que el territorio no dependa de recursos externos para el desarrollo, aunque los considere. Esta es una realidad tan discutida, como cierta.
Impacto social del Modelo de desarrollo energético territorial
Históricamente el esquema utilizado para el planeamiento, gestión, dirección, generación y distribución de la energía eléctrica, responde al modo centralizado del desarrollo energético, basado en tecnologías que dependen para su funcionamiento del consumo de combustibles fósiles, con factores de potencia capaz de satisfacer elevadas demandas, con polos de despacho y distribución dispuestos de forma centralizada, suponiendo el consumo de la energía en centros que se encuentran distantes del sitio de generación, donde se incrementa la ineficiencia del sistema por las pérdidas en la transportación de la energía.
Hasta nuestros días, la industria de generación eléctrica ha cifrado su supervivencia en ese paradigma, que como contradicción esencial presenta, el consumo final multidescentralizado de la energía, que disocia al ente social consumidor de la gestión productiva, abriendo campos a la insensibilidad social y el derroche de recursos naturales, con las sabidas consecuencias de impactos medioambientales que hoy amenazan la estabilidad de la vida en el planeta.
Tal vigencia tiene esa filosofía de hacer energía, que a pesar del reiterado debate sobre las causas del deterioro de las condiciones naturales esenciales para la vida y el agotamiento real histórico de los combustibles fósiles, que ha disparado el precio de estos a niveles insustentables, hoy la satisfacción creciente de la demanda eléctrica, se sigue planificando y logrando, a través de la penetración de sistemas que basan la generación en el consumo de portadores energéticos agotables, tomándose como pretextos la introducción de tecnológicos sofisticadas más eficientes; pero más costosas e igual de contaminantes, pues a pesar de los avances, solo logran aprovechar el contenido de la energía primaria contenida en los fósiles hasta un 39%, desperdiciándose el resto en una suerte de envenenamiento lento y progresivo del planeta.
Entre los objetivos más novedosos que se persiguen con la implementación del Modelo de Desarrollo Energético Territorial, se encuentra la sistematización de una planeación energética, que permita el aprovechamiento eficiente de los recursos renovables y su introducción en el escenario energético nacional, con una presencia relevante en cuanto el aporte de energía al sistema, de forma tal que se reduzcan los impactos negativos causados por las tecnologías tradicionales.
Aunque la finalidad de los sistemas convencionales y los renovables, coinciden en lograr la generación eléctrica, existen marcadas diferencias en cuanto a las fuentes de que se valen y el propio funcionamiento técnico de estos. Para las energías tradicionales es más rentable la centralización de la generación, a base de tecnologías que garantizan altas potencias, ello facilita el abastecimiento constante del combustible y un mejor control del manejo tecnológico.
Por su parte el carácter distribuido del potencial renovable, favorece la generación de la energía de manera descentralizada, previendo su consumo allí donde se produce y donde los problemas del abastecimiento de los recursos energéticos no preocupan, pues no necesitan ser abastecidos.
En el escenario de las renovables, los criterios utilizados tradicionalmente para el planeamiento energético con sistemas convencionales, ofrecen muy poco espacio útil, siendo necesaria la introducción de un nuevo pensamiento de planificación energética, que tome como referencia primaria el principio de descentralización territorial de la generación y el consumo, donde los territorios vayan alcanzando una mayor responsabilidad y puedan hacerse cargo de su destino energético, a costa de sus propios recursos renovables.
Esta meta involucra la promoción de una novedosa filosofía energética, basada en un paradigma que considera en primer lugar, la eficacia social de las energías y una alta eficiencia en su consumo, por encima de las ventajas económicas que se derivan de su explotación y que promueven su uso indiscriminado y el derroche.
Requiere presumir de una nueva forma de pensar en cuanto a la satisfacción de la demanda energética, sustentada en el aprovechamiento de los recursos renovables disponibles, mediante sus diversos modos de usos modernos, utilizando tecnologías y procesos al alcance de los territorios, reduciendo la penetración de tecnologías de generación basadas en la quema de combustibles fósiles y promotoras de dependencia energética y tecnológica.
Se necesitará un impulso para el fomento de una nueva manera de conciencia social, como forma superior del reflejo de la realidad objetiva [2] de los territorios, productora de sinergias sociales respetuosas con la naturaleza y comprometida en garantizar la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras, para lo cual es necesario cuidar de la salud del planeta y preservar los recursos naturales de su explotación extensiva e indiscriminada.
Este proceso de estudio alcanza su perfeccionamiento, en la medida que logra el componente participativo social deseado, para lo cual se prevé involucrar el sistema infraestructural administrativo desde la base, con la participación de los consejos populares, alcanzando una visión acorde a los intereses culturales de la comunidad.
Aunque en Cuba no existen grandes diferencias culturales entre unas regiones y otras, hay que reconocer, que desde el punto de vista de los intereses económicos y sociales, se presentan diferencias que van a incidir en la asignación de prioridades en el desarrollo, esta exigencia deberá considerarse como un criterio de integración y no de exclusión, dentro de la planificación territorial del desarrollo energético, es decir, satisfacer las necesidades del desarrollo económico, a la par de las exigencias que demanda el desarrollo social de los diferentes territorios.
En la figura 3 se muestra el Modelo de la relación social necesaria entre Sociedad y desarrollo energético, para que pueda cumplirse la demanda de la sociedad, por un esquema energético de nuevo tipo, amigable con la naturaleza y que asegure las expectativas del desarrollo económico y la satisfacción de las necesidades crecientes de la sociedad. Hacia ese fin están dirigidos los objetivos del modelo de desarrollo energético territorial.
Figura 3. Modelo de la relación social actual entre sociedad y desarrollo energético
Fuente: Elaboración propia
Esta estrategia supone la intervención permanente, del ente territorial y local en todo el proceso del desarrollo energético, desde la planificación, hasta el control de su consumo final.
El modelo de desarrollo energético territorial para la Isla de Cuba [4], se fundamenta en las garantías de la capacidad de los territorios para asumir esta responsabilidad, suponiendo la aceptación de que son ellos los que poseen las mejores posibilidades para gestionar el aprovechamiento de los recursos renovables.Su desarrollo implica el acceso de estos y todo el personal involucrado en el planeamiento energético, a los datos e información requeridas y que se prevé su publicación mediante el Geoportal de Energía para la Isla de Cuba [4], que tendrá como herramienta base el Sistema de Información Geográfica de Fuentes Renovables de Energía(SIGFRE)[4].
Se proyecta como un tipo de planeación energética propia, donde a partir de considerarse los lineamientos estratégicos del Estado, se gestiona el papel permanente de la sociedad y las responsabilidades locales, en función de lograr la autosuficiencia energética, donde las posibilidades van a estar dadas, en el empleo y consumo eficiente de los recursos energéticos renovables.
El modelo está integrado por un conjunto de acciones, que pretenden la determinación de la aptitud del territorio, para las inversiones en los sistemas productores, de transportación y distribución de energía, especialmente de los sistemas renovables y entre las principales actividades pueden señalarse las siguientes: Búsqueda, revisión y estudio de las regulaciones y normativas, así como documentación de consulta sobre la temática energética; actualización del estudio sobre el potencial de las energías renovables disponibles en el territorio desde el nivel local; puntualización de la compatibilidad territorial con los sistemas de energía renovable; determinación de los niveles de aprovechamiento de los recursos renovables territoriales; definición de las áreas que pueden ser empleadas para la instalación de los sistemas; estudios de la eficiencia energética de las instalaciones, a partir del sistema de distribución y transportación de la energía eléctrica existente; análisis de reducción de impactos medioambientales logrados con la introducción del recurso renovable y la disminución de los gastos asociados a los mismos; estudios de reducción de desastres para los sistemas renovables que se prevén introducir; análisis de prefactibilidad económica territorial para la implementación de los sistemas; elaboración (actualización) de los mapas de viabilidad del territorio para la introducción de las energías renovables, por tipo de estas; elaboración de los informes de propuestas sobre la introducción de las renovables; entre otras actividades.
El marco regulatorio como garante social, de los objetivos fijados en el planeamiento energético territorial
En la constitución de la República de Cuba, proclamada el 24 de febrero de 1976 en acto solemne y público, se refrenda en el Artículo 27 [32].-El Estado protege el medio ambiente y los recursos naturales del país. Reconoce su estrecha vinculación con el desarrollo económico y social sostenible para hacer más racional la vida humana y asegurar la supervivencia, el bienestar y la seguridad de las generaciones actuales y futuras. Corresponde a los órganos competentes aplicar esta política.
Más adelante en el propio artículo establece. …Es deber de los ciudadanos contribuir a la protección del agua, la atmósfera, la conservación del suelo, la flora, la fauna y todo el rico potencial de la naturaleza…
En los Lineamientos de la política, económica y social del país, aprobados el 18 de Abril de 2011, se plantea [33]: … A partir de las actuales condiciones del escenario internacional previsible, la política económica se dirige a enfrentar los problemas de la economía transitando por dos tipos de soluciones… en la segunda de las soluciones se refiere textualmente…Soluciones del desarrollo sostenible, a más largo plazo, que conduzcan a una autosuficiencia alimentaria y energética altas…
La desregulación o lo que es peor, la regulación condicionada a intereses privados y no sociales, la privatización propiamente dicha y la reestructuración, son condiciones históricas típicas que se han venido manifestando en el perfil del desarrollo energético a escala mundial, con un peso tal a escala social, que son capaces de distorsionar la voluntad política de los gobiernos, en la búsqueda de soluciones coherentes a los problemas del desarrollo social.
Las necesidades jurídicas asociadas a la protección del medio ambiente, han propiciado la vertiginosa evolución del Derecho Ambiental [34] y en este escenario como traídas de la mano, las energías renovables lucen con la capacidad necesaria, para hacer viables los propósitos de protección medioambiental.
Por su parte el Estado regulador, supone una reconsideración de las tareas públicas en su gestión y un repliegue a funciones de carácter ordenador y no prestador. La regulación es un determinado tipo de intervención pública, como función exclusiva del Estado, singularizada por su finalidad. Esta intervención pública responde al imperativo, de conciliar y armonizar las exigencias de funcionamiento eficiente de las diversas actividades y funciones económico sociales con las exigencias propias de la satisfacción de necesidades colectivas [35].
Conceptualmente el Marco Regulatorio energético podemos definirlo, como el conjunto de normas jurídicas (Leyes, Decretos Leyes, Reglamentos, Resoluciones, Manuales, etc…), acuerdos y decisiones de los órganos del estado o el gobierno, mediante las cuales el Estado imprime un carácter ordenador y regulador de la actividad energética, en relación con el resto de los elementos integrantes de la sociedad y para lo cual se prevé un nivel dado de eficacia social.
Está integrado además, por diversas regulaciones de organismos internacionales, que en la materia de preservación del medio ambiente y los recursos naturales, diseñan políticas y programas, que determinan los límites de incidencia e impacto del perfil energético a nivel internacional.
Estas normativas y regulaciones, se traducen como la máxima expresión de la voluntad política de los gobiernos u organismos internacionales, en relación con las acciones presentes y futuras del desarrollo energético y su influencia en el escenario económico y social de las naciones.
También lo integran un conjunto de normas y regulaciones técnicas, que persiguen alcanzar los más elevados niveles de economía, así como adecuados parámetros de calidad y eficiencia de los sistemas y su inserción armonizada con el resto de los componentes y elementos que integran el medio natural y la sociedad.
Múltiples han sido las aplicaciones que el hombre le ha dado a las energías renovables, de la misma forma que ha sido muy diversa la pretensión de su ordenación jurídica. La primera regulación que se tiene registro de ella, está relacionada con el aprovechamiento de la en energía solar en la arquitectura y data de la antigua Grecia; Sócrates señaló, que la casa ideal debería ser fresca en verano y cálida en invierno, explicando que "en las casas orientadas al sur, el sol penetra por el pórtico en invierno, mientras que en verano el arco solar descrito se eleva sobre nuestras cabezas y por encima del tejado, de manera que hay sombra" [36].
También en épocas muy antiguas y corriendo el año 212 antes de Cristo, se tiene conocimiento sobre la aplicación de la energía solar, en este caso con fines bélicos, cuando Arquímedes utilizó espejos incendiarios para destruir los barcos romanos que sitiaban Siracusa. Más tarde en el siglo XIII Roger Bacon propuso al Papa Clemente IV, una regulación para la introducción de la energía solar con fines beligerantes, basada en el empleo de espejos solares en las Cruzadas, pues "este espejo quemaría ferozmente cualquier cosa sobre la que se enfocara. Debemos pensar que el Anticristo utilizara estos espejos para incendiar ciudades, campos y armas" [36].
Una pretensión regulativa más específica y aguda, la encontramos en Roma, recogido en el Código de Justiniano, sobre la garantía de los derechos al sol, quedando incorporada en la ley romana y señalaba que "si un objeto está colocado en manera de ocultar el sol a un heliocaminus, debe afirmarse que tal objeto crea sombra en un lugar donde la luz solar constituye una absoluta necesidad. Esto es así en violación del derecho del heliocaminus al sol" [36].
En principio, el marco regulatorio del perfil energético moderno, se desarrolla y adquiere niveles relevantes, durante el escenario de la revolución industrial, que supuso un incremento acelerado de la demanda de energía eléctrica, alcanzándose su satisfacción a través de la sobre explotación de los recursos fósiles. La energía comienza a ser regulada como un simple producto del mercado, al margen de toda consideración social y medioambiental como un derecho de las personas. En este espacio el marco regulador se singulariza más por su finalidad mercantil y objeto económico, que por su eficacia como derecho social.
Ha quedado demostrado que esta política regulatoria, logra escudarse en los beneficios aportados al desarrollo por los sistemas convencionales de energía, soslayando las graves e irreversibles consecuencias de los impactos provocados al medio ambiente y el agotamiento de los recursos naturales.
Tal es el huella de esta doctrina regulatoria, que aún hoy, a pesar de la manifiesta voluntad política expresada a escala internacional, los resultados concretos siguen expresando con profunda preocupación, que se continúa considerando de manera preferencial a los combustibles fósiles en la generación de energía, reduciendo las expectativas por emprender las transformaciones que se requieren, en función de lograr una matriz energética sustentable por la viabilidad de los recursos que se utilizan y sostenible desde el punto de vista medioambiental.
La configuración del marco regulatorio energético a nivel global, se ha enfocado en la elaboración, aprobación y promulgación de diversas normas que protegen y regulan, la penetración intensiva de las tecnologías tradicionales de generación eléctrica, con una marcada tendencia a consagrar el uso de los combustibles fósiles, al propio tiempo que se promueven las posibilidades de modernización de estos sistemas, con la incorporación de novedosas y complejas tecnologías de generación y distribución inteligente, santificando la modalidad centralizada de gestión energética y la dependencia tecnológica asociada a la misma.
A nivel mundial, el impulso más significativo de las energías renovables, se gestó en los años ´90 tras la conferencia Internacional de Río. En este evento de las Naciones Unidas,se realiza una proclama de 27 principios dirigidos a la protección de la integridad del sistema ambiental y el desarrollo mundial; en el principio segundo se expresa: "De conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y los principios del derecho internacional, los Estados tienen el derecho soberano de aprovechar sus propios recursos según sus propias políticas ambientales y de desarrollo[37].
En la Agenda 21 acuñada en la Cumbre de la Tierra, se trazan las pautas del Plan de Acción que los estados deberían llevar a cabo, para transformar el modelo de desarrollo actual basado en una explotación de los recursos naturales como si fuesen ilimitados y en un acceso desigual a sus beneficios, en un nuevo modelo de desarrollo que satisfaga las necesidades de las generaciones actuales, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras [38].
Nuestro país no ha estado ajeno a esta política y a pesar de no haberse promulgado hasta la fecha, ningún documento jurídico específico en relación con las renovables, se ha venido manifestando una voluntad política estatal, consistente en la creación de espacios regulatorios, que propician el desarrollo de las energías renovables.
El 26 de Diciembre de 1974, se promulgó la Ley No. 1287 Ley Eléctrica Cubana[39]; pero no se toca en absoluto lo relacionado a las energías renovables, pues en ese momento histórico y para la situación económica del país en aquellos momentos, no constituía una prioridad el desarrollo del recurso renovable.
No obstante en fecha tan temprana como el año 1975, se creó el Grupo de Energía Solar, en el que se forjaron los primeros investigadores cubanos dedicados exclusivamente al estudio de las fuentes renovables de energía y su posterior introducción en el país; en el año 1976, se aprobó el Programa Gubernamental, "Investigaciones sobre el aprovechamiento de la energía solar en Cuba", y a finales de la década de los setenta, se formó el Grupo Asesor de Energía, continuador del Grupo de Trabajo para el Ahorro de Energía, perteneciente al Ministerio de la Industria Básica (MINBAS).
La voluntad política desplegada por la revolución,ha propiciado el ensayo de diversas regulaciones con un marcado sentido renovabilista en el campo energético, permitiendo el despegue de la actividad científica investigativa, en el amplio campo de las energías renovables. Paralelamente se avanzó en el estudio del potencial renovable del país y se comenzó la producción de colectores solares planos con tanques-termo, desarrollados por varias instituciones nacionales, llegándose a instalar más de 350 sistemas de calentamiento solar termosifónicos en obras sociales [40].
Fueron creadas un grupo de entidades comprometidas con el impulso de las fuentes renovables; Centro de Estudios de Tecnologías Energéticas Renovables (CETER), Centro de Estudio Termoenergética Azucarera (CETA), el Grupo de Biogás de Villa clara, el Área de Investigación y Desarrollo de Hidroenergía, la División Comercial EcoSol, el Centro Integrado de Energías del Agua (CITA), el Centro de Estudios de Eficiencia Energética (CEEFE), el Grupo de Aplicaciones Tecnológicas de Energía Solar (GATES), el Centro de Gestión de Información y Desarrollo de la Energía (CUBAENERGÍA), el Centro de Investigaciones de Energía Renovables (CIES) y el Frente de Energías Renovables. En este escenario de acción también figura con especial participación, la Sociedad Cubana para la Promoción de las Fuentes Renovables de Energía y el Respeto Ambiental (CUBASOLAR), que fue fundada en el año 1994 [40].
El cambio de paradigma basado en alcanzar un SEN sostenible, implica remover los cimientos de un sistema muy bien plantado a través de la historia, al que trastoca la médula espinal de los intereses económicos asociados al mismo, debiendo suponerse que esta no será una solución derivada de la voluntad, ni fruto de la espontaneidad medioambientalista de la sociedad. Se requiere la articulación de un marco regulatorio basado tanto en un conjunto de normas jurídicas como técnicas, que en el eje central de protección consideren el favorecimiento de la introducción de las energías renovables, en el planeamiento energético cubano.
Sus principios esenciales deberán enfocarse, a la utilización adecuada del potencial renovable de los territorios y localidades, en la producción y generación de energía, propiciando una política de austeridad en el consumo y la reducción de impactos medioambientales, priorizando la satisfacción de las necesidades sociales, en estrecha armonía con las posibilidades del territorio, mediante la articulación de una política energética renovable, que se defina en diversos perfiles amigables entre la sociedad, los recursos naturales y el medio ambiente.
La promulgación de las normas jurídicas basadas en las energías renovables, constituyen la forma más clara a través de la cual el Estado Cubano, da carácter jurídico a su voluntad política [41], debiendo resolver la aplicación de una estrategia renovabilista en la producción energética, con una base jurídica, administrativa y organizativa, que permita su instrumentación, así como la realización de una gestión integral e integrada del recurso renovable, por lo que el concepto de su marco institucional presupone, la existencia de una estructura organizativa estatal, dotada de autoridad y competencia suficiente, para la aplicación, ejecución y control de la política y la gestión del recurso renovable, encaminada al logro de un desarrollo económico y social sostenible.
Impacto social del Geoportal de energía
Ya hoy se encuentra en proyecto de ejecución una página web diseñada en software libre, que brindará información de diferentes parámetros que intervienen en el planeamiento con fuentes renovables de energía, En el anexo 16 se muestra la portada del Geoportal de Energía para la Isla de Cuba [4].
Dadas las características del proyecto, la opción por un software libre se perfila como la más adecuada ya que ha mostrado buenos resultados en la implementación de todos los componentes de una Infraestructura de Datos Espaciales (IDE).
En el sitio se muestra el mapa de Cuba, que integra el nivel de información necesaria para desarrollar el planeamiento energético, sustentado sobre la base de la infraestructura eléctrica existente y las posibilidades que brinda el potencial de recursos renovables, distribuidos en todo el territorio de la nación. La información es reflejada por capas que pueden ser vistas a través del menú.
Sólo con el acceso a la página web y de una manera muy sencilla, los decisores podrán tener información previa de la situación energética existente en todo el territorio, incluyendo las apreciaciones de impactos ambientales asociados al proceso de generación de energía y los resultados de los estudio de riesgos de desastres naturales, en relación con la infraestructura eléctrica [42].
El objetivo central del proyecto, es implementar un servicio de información a través de internet, que facilite el acceso a datos relevantes para la evaluación de los potenciales renovables, impactos ambientales, ordenación territorial, reducción de desastres, la demanda y la oferta de energías renovables, facilitando la toma de decisiones en el proceso de planeación energética del país.
Para ello, se establece un servidor de mapas y un Geoportal, de uso amigable e intuitivo. Ambos elementos tendrán un nivel de acceso adecuado, tanto a las necesidades de los usuarios como de sus gestores, respetando la confidencialidad de la información en su caso y cuando sea posible, facilitando la mayor interoperabilidad posible con otros sistemas y aplicaciones. Además, su diseño será conforme con los estándares internacionales.
El funcionamiento del Geoportal se prevé como una aplicación basada en una política de usuarios con diferentes roles; la primera funcionalidad está dirigida, a garantizar la información a los decisores sobre las diferentes variables, que pueden adoptarse durante el proceso de planeación energética; el otro rol corresponde a la entrada de los datos necesarios, como resultados del estudio de los recursos renovables en los territorios.
El Sistema de Información propuesto proporcionará acceso unificado a información, que mejorará la eficiencia de la operación, explotación, análisis, planificación y gestión del aprovechamiento energético en Cuba y ahorrará tiempo y capital financiero en la toma de decisiones, en particular: Información georreferenciada para la toma de decisiones en el proceso inversionista en la planificación y el ordenamiento de las energías renovables; las principales áreas que se impactan con la generación de energía, (aire, suelo y agua); gestión de reducción de impactos medioambientales, reducción de desastres; estudios de factibilidad económica.
La interoperabilidad de los servicios, permite compartir los datos con otros usuarios, proyectos y ministerios, como por ejemplo: Instituto de Planificación Física (IPF); El Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA); El Ministerio de la Agricultura (MINAGRI);La Infraestructura de Datos Espaciales de la República de Cuba (IDERC); otras instituciones del estado cubano.
Conclusiones
El Geoportal de Energía de la Isla de Cuba, constituye una opción viable que promueve el alcance de una visión integradora, sostenible y multidisciplinar, en los procesos de planeación, implantación, operación, consumo y control energético, integrando herramientas para su gestión, como los SIG y las TIC, mediante vínculos de accesos amigables y compartimentados, que garantizan la seguridad de las funciones y sirven de ayuda práctica a los decisores, durante la realización del desarrollo energético de la nación.
Recomendaciones
Se demuestra la necesidad de promover proyectos para el estudio y propuesta de normas jurídicas específicas, que favorezcan la introducción de los sistemas de energías renovables, en la diversificación de la matriz energética nacional.
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Acrónimos
SIG Sistemas de Información geográfica
TIC Tecnologías de la Informática y las comunicaciones
CEPAL Comisión Económica para América Latina y el Caribe
PCC Partido Comunista de Cuba
SEN Sistema Electroenergético Nacional
NGCIA National Center for Geographical Information and Analyses
MW Mega Watts
HW Hardware
SW Software
SWERA Solar and Wind Energy Resource Assessment
NREL Nacional Renewable Laboratory
SIGFRE Sistema de Información Geográfica de Fuentes renovables de Energía
OT Ordenación Territorial
IPCC Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático
JICA Agencia de Cooperación Internacional de Japón
MINBAS Ministerio de la Industria Básica
CETER Centro de Estudios de Tecnologías Energéticas Renovables
CETA Centro de Estudio Termo energética Azucarera
EcoSol División Comercial
CITA Centro Integrado de Energías del Agua
CEEFE Centro de Estudios de Eficiencia Energética
GATES Grupo de Aplicaciones Tecnológicas de Energía Solar
CUBAENERGÍA Centro de Gestión de Información y Desarrollo de la Energía
CUBASOLAR Sociedad Cubana para la Promoción de las Fuentes Renovables de Energía y el Respeto Ambiental
CIES Centro de Investigaciones de Energía Renovables
IDE Infraestructura de Datos Espaciales
IPF Instituto de Planificación Física
CITMA El Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente
MINAGRI Ministerio de la Agricultura
IDERC Infraestructura de Datos Espaciales de la República de Cuba
SIGFRE Sistema de Información Geográfica de Fuentes Renovables de Energía
Autor:
Dra. María Rodríguez Gámez,
Lic. Antonio Vázquez Pérez,
Dr. Miguel Castro Fernández,
Dr. Antonio Sarmiento Sera,
Téc. Liudmila Fuentes Pomares,
Ing. Juan Alejandro Martínez L.,
Ing. Téc. Noel E. Torres Caballero,
Jorge Y. Morales Salazar.
Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría, Centro de Investigaciones y Pruebas Electroenergéticas (CIPEL), Cujae, La Habana, Cuba.
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