Descargar

Análisis del discurso y memoria en la afasia de broca y la afasia de Wernicke (página 2)


Partes: 1, 2

Análisis del Discurso y Afasia

Pardo (2002), aborda el concepto de discurso, introduciendo las denominadas teorías cognitivas del discurso, que se caracterizan por centrar su reflexión en torno al conjunto de operaciones y procesos que se dan en un acto de lenguaje. En este sentido esta perspectiva es posible de abordar desde dos posiciones; la mentalista y la sociocultural. La primera busca dar cuenta de la relación que existe entre estructuras mentales y estructuras lingüísticas tratando de desentrañar el llamado proceso cognitivo de la información sobre el mundo social, explicando los mecanismos de producción y de comprensión discursiva haciendo uso de esquemas de conocimiento y de acción que ponen en evidencia la lógica de la organización de lo expresado discursivamente (por ejemplo con el uso de conectores). Sperber y Wilson (1994), han realizado estudios en los que se busca dar cuenta de los procesos inferenciales dentro del acto lingüístico, desarrollando la capacidad humana para identificar metáforas, metonimias, expresiones interpretativas, etc. Otro de los estudios observados es el realizado por Cifuentes (1998), quien introduce el concepto de corpora, como el conjunto de los actos discursivos en los que se encuentran las categorías discursivas que se pretende analizar, ya sean marcadores léxicos o gramaticales, recursos retóricos o demás fenómenos lingüísticos, a partir de los cuales se producen reglas de producción y de comprensión discursiva.

Esta idea de discurso, puede ayudarnos a entender como en las afasias referenciadas, éste sufre transformaciones que generan, por lo tanto, una necesidad de analizar la producción discursiva en otros términos. Si bien, las afectaciones en las áreas del lenguaje son cruciales en la producción discursiva de los afásicos, puede afirmarse que se produce discurso con matices que se analizarán luego de manera más compleja. El análisis del discurso entonces, puede operar en un sentido tanto crítico como metodológico. En su aspecto crítico, puede observar las relaciones entre poder y discurso y en su aspecto metodológico, puede permitir un acercamiento a los problemas que se presentan en el acto de habla. La perspectiva adoptada en el estudio del discurso por la llamada Escuela Conversacional Norteamericana, que hace parte del conjunto de corrientes de análisis del discurso, que no se centran sólo en los aspectos puramente lingüísticos y que tiene sus inicios en los trabajos de Sacks y en los trabajos publicados por Schegloff (1968), parten de considerar la importancia que tiene la Antropología, la Sociología y la llamada etnografía del habla en la producción discursiva. Autores como Sacks, Schegloff y Jefferson (1974), Bennet (1981); Rosenstein y McLauglin (1983), hacen especial énfasis en las interrupciones en la conversación que dividen en: solapamientos, interrupciones forzadas e intentos de interrupciones y categorizan las llamadas unidades básicas de la conversación (pares adyacentes que se analizaran más adelante), dividiéndolas de la siguiente manera: ofrecimiento, pregunta- respuesta, agradecimiento-agradecimiento, cierre-cierre, percepción-aceptación o rechazo, llamada (saludo)-respuesta, disculpa-aceptación o rechazo, insulto-respuesta, desafío-respuesta, acusación-negación o confesión, aserción-acuerdo o desacuerdo, jactancia-aprobación o ridiculización y cumplido-aceptación o rechazo. Estos pares adyacentes, se constituyen en una herramienta interesante para el análisis del discurso, a pesar de su carácter restrictivo, como estrategia para la conversación con afásicos (Cortes, 2001, págs. 97 – 99).

Según Sánchez y Pérez, el discurso se encuentra influenciado por factores como: el léxico mental de cada individuo, la eficacia con la que la información sintáctica puede ser almacenada, la naturaleza y el acceso del conocimiento propio semántico y episódico; las limitaciones de la capacidad de la memoria de trabajo[6]La profesora Pietrosemoli (2007), comparte la definición de los manuales, al considerar a las afasias como alteraciones de la capacidad lingüística considerada normal y que es característica del hablante sano, término que designa al hablante que tiene: "la capacidad… para producir habla bien estructurada desde el punto de vista de la señal lingüística y que esta apropiadamente relacionada con el contexto en el que se produce". (Pietrosemoli, 2007, pág., 305). Su análisis se inicia involucrando como metodología, el estudio de los turnos conversacionales, realizando algunas recomendaciones, -desde el punto de vista metodológico-, para el abordaje conceptual de estudios en el área. Parte básicamente de los trabajos de Schiffrin (1990) y Schiffrin et al (2001), quien y quienes consideran como principales características del análisis del discurso los siguientes elementos:

  • a. La lengua se produce siempre en un contexto, posteriormente se verá como este influye en el habla del afásico, ya que el habla regional no se pierde.

  • b. La lengua es sensible al contexto, como se evidencia en el ejemplo del afásico que utiliza la frase "caminar perro".

  • c. La lengua es siempre comunicativa y

  • d. La lengua está diseñada para la comunicación.

En este orden de ideas, el discurso conforma estructuras que transportan significados que logran acciones concentrándose en el texto como unidad de sentido. Pietrosemoli (2007), considera que el texto es la unidad de coherencia y cohesión que alcanza un nivel estructural, como objeto de análisis, ya que es mucho más amplio y complejo que la oración. Por lo tanto, de acuerdo a la estructura y la intencionalidad se puede hablar de textos expositivos, descriptivos, literarios, etc. y de acuerdo a la modalidad, se puede hablar de textos orales, escritos o mixtos, como los textos orales/escritos de un chat. En especial, lo que genera un interés básico en el análisis de poblaciones especiales es la aplicación de la rama de la lingüística que se denomina el análisis conversacional. Para Schegloff (2007), Fox et al. (1996) y Levinson (1992), la conversación es el ejemplo prototípico de manifestación del lenguaje, la forma más frecuente de exposición de las lenguas y la matriz de adquisición del lenguaje humano.

El análisis de la conversación ha demostrado que existe un mecanismo, una estructura y una génesis significativa de esta matriz de lenguaje y que ésta en términos de su estructura puede analizarse mediante los llamados turnos conversacionales. Para Pietrosemoli (2007), conversación hace referencia a: "todo intercambio lingüístico que se establece entre dos o más hablantes de una misma lengua con propósitos comunicativos y de una manera que se desprende naturalmente de las circunstancias que rodean ese intercambio". (Ibid, pág., 307). De esta manera, el turno conversacional hace referencia a las intervenciones individuales de cada participante. Con el apaciente afásico, principalmente con el paciente afectado por la Afasia de Broca, la autora reconoce la importancia de establecer una eficiente prontitud y adecuación, para mantener la estructura de la conversación, pese a los problemas en la articulación de algunas palabras, es decir, el sostenimiento de la conversación.

El discurso tiene como estructura la memoria de trabajo, el recuerdo, la memoria a largo plazo, el léxico mental individual, el almacenamiento de información sintáctico, el conocimiento semántico, el conocimiento episódico, el procesamiento y almacenamiento temporal, que han sido elementos importantes en los aportes teóricos y en la rehabilitación de la Escuela soviética. Estos elementos, tienen una relación estrecha con el discurso, ya que hacen referencia principalmente a la producción silábica, fraseal y finalmente discursiva, sin importar si se produce una pobre cantidad de palabras. La primera estrategia, entonces, debería tener en cuenta los turnos conversacionales. Es relevante reconocer la sincronía de la persona afásica para responder a los turnos conversacionales, que no se dan, sin embargo, en todos los casos de afasia, sino también en otros trastornos como la enfermedad de Alzheimer, la depresión y la esquizofrenia, criterio básico para proponer por ejemplo estrategias conversacionales para la mejora de los pacientes. A partir de este ejemplo, la profesora Pietrosemoli (2007), propone como elementos para la investigación, en lo respectivo a este tema, los siguientes campos:

  • a. Sincronía en la toma de turnos.

  • b. Duración de los turnos.

  • c. Duración de las pausas entre turnos de diferentes interlocutores.

  • d. Duración de las pausas dentro del turno de diferentes interlocutores.

  • e. Disposición hacia la concesión del turno al interlocutor.

  • f. Disposición hacia la iniciación de la conversación.

  • g. Variaciones de velocidad al comienzo, dentro o al final de los turnos.

  • h. Tendencia al encabalgamiento de turnos por parte de algún interlocutor.

  • i. Adecuación de pistas lingüísticas y no lingüísticas en la toma o concesión de turnos.

Otra estrategia de estudio que propone la profesora Pietrosemoli (2007), son los pares adyacentes. Esta categoría de análisis, se puede exponer a partir de algunos ejemplos de afásicos, que se relacionan con el uso de los pares[7]en el análisis conversacional. El análisis conversacional a partir de los pares adyacentes proporciona elementos importantes con respecto a la organización de los mismos en la estructura. Por ejemplo, los afásicos con afasia de Wernicke, tienden a tener problemas en la comprensión y en la organización de los pares adyacentes. En términos generales, los pares adyacentes invitan a la conversación y ponen en juego un tramado de respuestas coherentes. Sin embargo, se evidencia en la afasia en general, discordancia que desde lo lingüístico, puede ser estudiada desde los siguientes criterios y que pueden constituirse en campos futuros de investigación:

  • a. ¿Existe una concordancia entre los pares adyacentes observados en fragmentos de conversación?

  • b. Si no es así, ¿Cómo se manifiesta esta falta de concordancia?

  • c. ¿Se pueden establecer tipologías para estas discordancias?. Por ejemplo, se puede afirmar que existe una diferencia marcada entre aquellos pares adyacentes que implican una relación social, por ejemplo saludos, disculpas, aceptación o los que se remiten básicamente a obtener información?

  • d. ¿Es frecuente que la persona que padece el problema en la articulación, sea quien inicie el turno conversacional y la primera parte del par adyacente?.

Otro eje importante de análisis, son las reparaciones, que se comienzan a analizar, a partir de los planteamientos de Jefferson y Schegloff (1974). Para Fox et al (1996), la reparación es: "el proceso por el cual los hablantes corrigen errores presentes en el habla previa más inmediata". (Fox, 1996, Pág., 311). Con respecto a las reparaciones, se realizan las siguientes distinciones. En primer lugar, se analizan las reparaciones denominadas auto – iniciadas que son producidas por el hablante causante del error, en contraposición a hetero – iniciadas, es decir, iniciadas por el interlocutor que percibe el error. La segunda distinción, hace referencia a la auto – reparación, que ocurre cuando el error es realmente enmendado por el hablante que lo ha causado o hetero – reparación, cuando es llevada a cabo por el interlocutor. El planteamiento de Scheglof et al. (1974), consiste en considerar que el hablante sano establece una preferencia por la auto – reparación sobre la hetero – reparación y de la auto – iniciación sobre la hetero – iniciación. Se puede presentar también, un fenómeno conocido como desconocimiento del error, característico también de varias conversaciones en las que participan los afásicos con personas sanas. A partir de estos elementos se evidencian los siguientes puntos de análisis:

  • a. ¿Se observan las preferencias presentes en la normalidad de selección de la auto reparación y la auto iniciación?.

  • b. ¿En los casos en los que se observa abundancia de errores auto reparados, se observa algún patrón en la selección de los que finalmente son reparados?

  • c. ¿En los casos en que el interlocutor sano inicie la reparación, puede el interlocutor reconocer la fuente de error y finalmente repararla?

  • d. ¿Se pueden clasificar los elementos "reparados" de forma que se pueda hacer un diagnóstico de las principales dificultades del hablante: fonológicas, sintácticas, morfológicas, semánticas, etc?

  • e. ¿Hay uso de mecanismos no lingüísticos (gestualidad, por ejemplo), que ayuden o refuercen el proceso de reparación por parte del hablante con dificultades?.

Otro elemento importante de análisis, son los marcadores discursivos. Al introducir el concepto de marcador discursivo, definidos por Schiffrin, (1987, 1991), como elementos que establecen una secuencia en la comunicación o como elementos mínimos del habla, cuyo papel es el de estructurar el discurso y la interacción, se hace referencia al uso de la lengua y de los conectores para propiciar la conversación Se puede utilizar por ejemplo el conector y, que sirve como organizador de la secuencia conversacional. En muchos casos estos marcadores permiten el paso de una estructura ideacional, es decir de la unión o conexión de elementos dentro de la secuencia conversacional a una estructura que negocia una interacción. Se puede afirmar, en términos generales que el marcador discursivo y, tiene la posibilidad de generar coherencia y ofrece la eventualidad al afásico, de lograr articular de manera sincrónica la estructura de la conversación. Podemos observar en términos generales los siguientes elementos para el estudio:

  • a. ¿Cuál es la distribución de los marcadores discursivos en una determinada población especial, en relación con una población sana equivalente?

  • b. ¿Cómo podemos interpretar la predominancia de un tipo de marcadores sobre otro?. Por ejemplo, la predominancia de marcadores de verificación, tales como ¿no?, ¿ve/ves?, ¿verdad?.

  • c. ¿Cómo se relacionan los marcadores de manejo de información con las reparaciones. Por ejemplo ah.

  • d. ¿Se pueden sacar conclusiones sobre la correlación que existen entre el uso de un marcador discursivo y determinada enfermedad, trastorno o disfunción?

  • e. ¿Se puede observar en los afásicos, el uso de marcadores discursivos de por ejemplo: acuerdo/desacuerdo, de respuesta, de reparación y de causa resultado entre otros?

Otro de los elementos en los que se insiste es en la llamada entrevista sociolingüística. En cuanto a los aspectos metodológicos, se deben realizar una serie de recomendaciones para la recolección de datos. Se parte de la entrevista sociolingüística de Labov (1972). En ésta el investigador debe asumir el rol de coordinador de la conversación tratando de controlar variables como edad, genero, extracción social, etc. Otra estrategia de recolección de datos puede hacerse por intermedio del grupo familiar de la persona. Se debe analizar con precaución el tópico a trabajar durante la conversación. En este contexto Pietrosemoli (2007), escoge la conversación acerca de las prácticas religiosas, y propone la elaboración de un script o guion que oriente la conversación y permita establecer comparaciones posteriores. Hacer partícipes a varios hablantes, reduce la interferencia del entrevistador o encuestador y la solución conversacional puede enriquecerse utilizando pruebas como las que se usan para la evaluación de las afasias (prueba Token y Boston)[8]. Otro elemento importante que aparece en los estudios de Pietrosemoli (2007), consiste en indicar dentro de la conversación las particularidades del habla regional, que pueden influir en la apreciación de los textos en los turnos conversacionales. Por ejemplo, muchas situaciones gramaticales tanto de escritura como de habla, tienen que ver no específicamente con el trastorno, sino que son originados por las variantes del habla determinados por el contexto social y que el investigador no debe analizar en términos de errores, ya que es difícil establecer un standard del habla, visto éste como una forma única y adecuada de hablar y emitir, lo que genera comodidad para el investigador pero se aleja de la realidad de los hablantes. En la transcripción de datos, se hace énfasis en el uso de signos para la transcripción de las conversaciones, a partir de las propuestas de Levinson (1992). Estas son:

  • a. Para el uso de volumen alto: transcribir con mayúsculas.

  • b. Para una silaba prolongada, utilizar dos puntos (:).

  • c. Para un contorno de entonación ascendente que no necesariamente sea una pregunta (¿). Se utiliza el signo de pregunta.

  • d. Para una entonación continuada, se utiliza un punto (.).

  • e. Cuando a parecen emisiones enganchadas sin pausa, se usan dos iguales = =.

  • f. Cuando hay pausa de medio segundo cronometrado se usa tres puntos (…).

  • g. Cuando la palabra es inteligible se pone el número de silabas (2, 3, 4, etc).

  • h. Cuando hay un acento enfático, se ponen itálicas.

  • i. Negrillas para remarcar la palabra que se desea enfatizar o discutir.

La propuesta desde el análisis del discurso, impone por lo tanto, un abordaje multidisciplinar. La diversidad de los trastornos que acompañan a las afasias, necesitan en concepto de Villodre y Morant (2007), un abordaje que permita un tratamiento integral y personalizado. Los afectados con las afasias necesitan atención desde el punto de vista neurológico, neuropsicológico, logopedico, fisioterapéutico, psicológico, social y lingüístico. Sobre todo en los momentos posteriores al daño cerebral. Villodre y Morant (2007), consideran que se pueden distinguir dos tipos de estadios diferentes en el periodo de recuperación:

  • a. En una primera etapa denominada recuperación temprana, se deben tener en cuenta el conjunto de los procesos neurofisiológicos que afectan al paciente, como por ejemplo la reducción en el edema y la desaparición de las hemorragias.

  • b. Una segunda etapa denominada recuperación tardía, en la cual se debe apuntar a dos factores claves: el reaprendizaje del lenguaje y lo que podría denominarse como la reorganización del lenguaje en las áreas cerebrales (Kertesz, 1988).

Se ha demostrado que después de un periodo máximo de 2-3 años, la afectación observada en el paciente que ha sufrido un daño cerebral, se consideraba como irreversible. Otras posiciones consideran que los cambios presentados en un individuo con una patología cerebral, pueden generarse luego de muchos años de aparición de la condición inicial. Esto indica que la recuperación puede llevar muchos años.

Estudios llevados a cabo por Leger (2002), apoyan la tesis comprobada a través de imágenes funcionales cerebrales de que existe una participación de áreas derechas en la recuperación. Luria (1973, 1980), por ejemplo ha sostenido la importancia de la reorganización funcional, entendiendo ésta como el desarrollo de estrategias que compensan y sustituyen los defectos derivados del daño cerebral, como mecanismo de recuperación. Y como sostienen el mismo Luria (1966) y Tsvetkova (1973), las funciones que no han sido alteradas se pueden utilizar para compensar las afectadas. Además, los tratamientos deben apuntar a disminuir los efectos en tres esferas fundamentales: la psicológica, la emocional y social. Horner et al. (1994), sostienen que existen tres teorías que dan base a las intervenciones terapéuticas en las afasias:

  • a. Tratamiento de estimulación por facilitación. Este se sustenta en la teoría conductual de estímulo-respuesta. Autores como Helm – Estabrooks y Albert (1991) han hecho énfasis en métodos llamados de facilitación por intermedio de la estimulación. Por ejemplo la terapia de acción visual para la afasia global TAV, terapia de control de producciones involuntarias (estereotipias) y la terapia de entonación melódica, especialmente para tratar la afasia de Broca conocida como TEM.

  • b. Tratamiento neuropsicológico cognitivo o psicolingüístico. Este grupo de terapias buscan que el paciente por intermedio del uso de las funciones que permanecen intactas reorganice funciones y

  • c. Tratamiento de comunicación funcional. Este se fundamenta en la comunicación sin tener en cuenta el contenido lingüístico. Se privilegia por lo tanto, la competencia comunicativa, estimulando los aspectos pragmáticos del lenguaje.

Podría pensarse que el análisis del discurso, puede apoyar un tipo de tratamiento mejorando los aspectos funcionales de la comunicación y en especial, en lo que tiene que ver con la interacción paciente sano – afásico, mejorando, como lo define el tratamiento, su competencia comunicativa y la praxis en el lenguaje empleado.

Comentarios finales

Los estudios del análisis del discurso con poblaciones especiales, principalmente con afásicos, abren un nuevo campo de investigación en el que se pueden articular de manera sincrónica disciplinas como la lingüística, la psicología, la terapia del lenguaje, y la medicina, entre otras, en la búsqueda de posibilidades de recuperación para pacientes que padecen estas deficiencias y que desde el análisis del discurso, pueden encontrar estrategias como el diseño o estudio de los turnos conversacionales, las reparaciones y los marcadores discursivos, cuya función es constituirse en elementos para el abordaje metodológico de poblaciones que no son consideradas hablantes sanos, en puntos de apoyo para la rehabilitación de pacientes afásicos. En términos generales, los aportes del texto se remiten a las preguntas planteadas en cada una de las partes y que se abren como nuevo campo de acción en los estudios del análisis del discurso y ponen de manifiesto, la obligada referencia al manejo de estas afectaciones por parte de grupos de trabajo interdisciplinar, tal y como lo proponen Villodre y Morant (2007). Si bien es cierto, en algunos casos se desestima la incidencia de los aspectos sociolingüísticos en afectaciones que como la afasia, tienen un origen puramente fisiológico, es importante reconocer, que en la conversación, al hacer aparecer a dos o más hablantes en un espacio privilegiado para la comunicación, -independientemente de si consideramos a un hablante sano y a uno con afectaciones., se pueden generar estrategias que permitan rehabilitar o por lo menos sugerir, al análisis del discurso como elemento para una recuperación parcial o por lo menos, la contribución del mismo en los tratamientos de rehabilitación de los afásicos. En palabras de Pietrosemoli (2997): "Nuestro énfasis en poblaciones especiales es no sólo el resultado de la experiencia adquirida a través de los años, sino una invitación abierta a los profesionales que quieran, a través de la lingüística, ayudar en el proceso de rehabilitación de aquellas personas que por diferentes circunstancias hayan perdido, o disminuido de alguna manera sus habilidades naturales para comunicarse a través del lenguaje". (Pietrosemoli, 2007, págs. 318 -319).

Referencias bibliográficas

  • 1. Ardila, A. (2006). El Libro de las Afasias. Department of Communication Sciences and Disorders Florida International University Miami, Florida, EE.UU.

  • 2. Ardila, A. (1985). "Neuropsicología y Psiquiatría". En: Revista Colombiana de Psiquiatría. Vol XIV. N° 3. Págs. 361 – 373.

  • 3. Ash, S et al. (2010). "Speech errors in porgressive non-fluent aphasia". Brain and Language. Vol. 30.

  • 4. Atkinson R, Shiffrin R. (1968)."Human Memory: A proposed system and its control process". In: Bower, G. (Ed). The Psychology of learning and motivation, New York. Academic Press.

  • 5. Bastiaanse, R y Van Zonneveld, R. (2005). "Sentence production with verbs of alternating transitivity in agrammatic Broca"s aphasia". Journal of eurolinguistics 18. Pags 57 – 66.

  • 6. Benson, D.F., y Ardila, A. (1996). Aphasia: A clinical perspective. New York: Oxford University Press.

  • 7. Cifuentes, J. (1998). "Estudios de Lingüística cognitiva I y II". Alicante. Universidad de Alicante.

  • 8. Cortes y Camacho, (2003). "El discurso en algunas corrientes de análisis". Ed. Octaedro. EUB.

  • 9. DSM IV. Versión electrónica. Manual Diagnóstico y estadístico de los Trastornos mentales. American Psychiatric Association.

  • 10. Fox, B, Hayashi, M y Jasperson, R. (1996). Resources and repair: a cross-linguistic study of sintaxan repair". En: Ochs, E A, Schegloff y Thompson, S (Eds) Interaction and Grammar. Cambridge University Press. Pags 185 – 237. C

  • 11. Freeman, Kaplan y Sadock (1984). Compendio de Psiquiatría. Ed. Salvat. Barcelona. Pags 667 – 668.

  • 12. Goodglass, H. y Kaplan, E. (1996). "Evaluación de la afasia y de trastornos relacionado" (2ª Ed.). Madrid: Médica Panamericana.

  • 13. Helm-Estabrooks, N., Bayles, K., Ramage, A., & Bryant, S. (1995). Relationship between cognitive performance and aphasia severity, age and education: famales versus males. Brain and Language, 51. Pags 139 – 141.

  • 14. Hills, A, Wityk, R, Barker, P, Beauchamp, J, Gailloud, P, Murphy, K, Cooper O y Metter, E. (2002). "Subcortical aphasia and neglect in acute stroke: the role of crotical hypoperfusion. Brain 125. Pags 1094 – 1104.

  • 15. Kertesz, A. (1988). "What do we learn from recovery from aphasia?" En: S.G.Waxman (ed), Advances in Neurology, Vol 47: Functional recovery in neurological diseases. New York: Raven Press.

  • 16. Leger, A., Demonet, J.F., Ruff, S., Aithamon, B., Touyeras, B., Puel, M. Boulanouar, K., Cardebat, D. (2002). "Neural substrates of spoke language rehabilitation in an aphasic patient: an FMRI study". Neuroimage, 17. Pags 174 – 183.

  • 17. Labov, W. (1972). "Sociolinguistic Patterns". University of Pennsylvania Press.

  • 18. Levinson, S. (1992). "Pragmatics". Cambridge University Press.

  • 19. Luria, A. (1986). "Cerebro y lenguaje". Barcelona. Fontanella. 1978. Luria, A, Leontiev, A, Vigotsky, L. "Psicología y Pedagogía". Ed. Akal. Bolsillo. Madrid.

  • 20. Luria, A. (1991). "Sensación y percepción". México. Roca.

  • 21. Luria, A. (1985). "Cerebro y memoria". Colombia. Cartago.

  • 22. Moreno, J. y García Baamonde, M. (2003). "Guía de Recursos para la Evaluación del Lenguaje". Madrid. CCS.

  • 23. Pardo, N. (2002). "El análisis del Discurso en las Ciencias Sociales". En: Curso Internacional Análisis del Discurso en las Ciencias Sociales. Bogotá, Universidad Nacional. Instituto Caro y Cuervo.

  • 24. Pietrosemoli, L. (2007). "Análisis del discurso en poblaciones especiales: La conversación con afásicos. En: Análisis del discurso: ¿Por qué y para qué?. Ed. Los Libros del Nacional. Universidad Central de Venezuela. Págs. 305 – 320.

  • 25. Sabe, L, Courtis, M.J, Saavedra, M, M, Prodan, V, Lujan- Calcagno, Melian, S. (2008). Desarrollo y Validación de una batería corta de evaluación de la afasia: "Bedside del lenguaje". Utilización en la rehabilitación. En: Revista Neurología. Número 46 (8). Págs. 454 – 460.

  • 26. Sánchez, P y Rodriguez-Losada J. (1998). "Principios de Clínica Psiquiátrica". Departamento de Psiquiatría. Universidad Nacional de Colombia.

  • 27. Sánchez, N y Pérez, M. (2005) "Afasia acústico-amnésica: Alteración de la memoria en la producción del discurso y su rehabilitación. Presentación de caso". En: Plasticidad y restauración Neurológica. Vol. 4. Número. 1 – 2. Julio-Diciembre. Págs 21 – 23.

  • 28. Schacter D. "Implicit memmory: History and current status". Ed. Psychology. 1987; 13. Pags 501 – 518.

  • 29. Sharon A, McMillan, S, Delani G, Avanti, B, Morgan, B, Khan, A, Moore, P, Gee, J and Grossman, M. (2010). "Speech errors in progressive non-fluent aphasia"a Department of Neurology, University of Pennsylvania School of Medicine, USA. Department of Radiology, University of Pennsylvania School of Medicine, USA. En: Brain y Language.

  • 30. Schlegoff, E. (2007). "Sequennce Organization in interaction. A primer in conversation analysis". Vol 1. Cambridge University Press.

  • 31. Schegloff, E y Jefferson, G. (1974). "Una sistematización más simple para la organización de las itervenciones en la conversación". Language N° 50.

  • 32. Schegloff, E. (1971). "Notas sobre una práctica de la conversación; lugar de formulación". En: Sudnow, D. (compilador). Studies in Social Interaction, Glencoe, Illinois, Free Press.

  • 33. Schiffrin, D. (1987). "Discourse markers". New York: Cambridge University Press.

  • 34. —–. (1991). "El análisis de la conversación". En Panorama de la Lingüística moderna de la Universidad de Cambridge, Vol. IV: El lenguaje: contexto sociocultural. Madrid: Visor, 1991, 299-323

  • 35. Tsvetkova, L. (1972). "El proceso de denominación de los objetos y su alteración". Vaprosi Psixologi. Págs. 128 – 136.

  • 36. Tsvetkova, L (1988). "Afasia y enseñanza rehabilitatoria". Moscú. Ed. Enseñanza. Sacks, H, Sperber, Dan y Wilson Deirdre. (1986). "La relevancia". Madrid. Ed. Visor.

  • 37. Villodre R y Morant, A. (2007). "Intervención multidisciplinar en las afasias". En: Beatriz Gallardo, Carlos Hernández y Verónica Moreno (Eds): Lingüística clínica neuropsicología cognitiva. Actas del Primer Congreso Nacional de Lingüística Clínica Vol 1: Investigación e intervención en patologías del lenguaje. Valencia: Universitat. ISBN: 84-370-6576-3

 

 

Autor:

Henry Daniel Vera-Ramirez

Docente Corporación Universitaria Minuto de Dios

 

[1] Definidos en el manual como Trastornos de la Comunicación.

[2] Ardila (1985), ha aseverado que los trastornos que se presentan en el lenguaje de algunos afásicos, pueden parecerse al lenguaje utilizado por algunos pacientes esquizofrénicos. Para ello se hace necesario conocer los mecanismos de transmisión del lenguaje en el paciente. Algunas jergas afásicas, se pueden confundir fácilmente con el lenguaje del psicótico. Se señala que en le esquizofrénico la afectación no es realmente en el lenguaje sino en el pensamiento. Se presentan errores como la formación equivocada de palabras y frases y tendencia al concretismo. Ver: Ardila (1985). Neuropsicología y Psiquiatría. En: Revista Colombiana de Psiquiatría. Vol XIV. N° 3. Págs. 361 – 373. Por su parte, Pietrosemoli (2007), ha insistido en la relación de semejanza existente entre el discurso del afásico y del paciente con Alzheimer.

[3] Schacter (1987), dice que el léxico cognitivo, en la medida que es una abstracción lingüísticamente monitoreada por estructuras y funciones de conocimiento, proporciona las relaciones conceptuales que definen parte de la coherencia semántica del discurso. Ver: Schacter D. “Implicit memmory: History and current status”. Ed. Psychology. N°13. Págs. 501 – 518.

[4] Ardila (1985), divide las parafasias en: literales y verbales. Las literales se dividen a su vez en fonológicas y articulatorias. Las fonológicas hacen referencia a la perdida de la marca o acento y a la cercanía acústica o de sonido. Las articulatorias a la forma de la articulación y el punto de articulación. En cuanto a las verbales, distingue entre las semánticas y las morfológicas. En las semánticas se encuentra un mayor nivel de generalidad, se mantiene un mismo campo semántico, hay pérdida del sistema jerárquico y la presencia de circunloquios. En cuanto a las morfológicas se encuentra la conservación del morfema gramatical, perdida del morfema lexical y la presencia de unidades mayores (sintagmas, frases). Afirma que cuando una palabra esta tan transformada con respecto a la palabra original, de tal manera que ésta se hace irreconocible se habla de un neologismo afásico. Ver: Ardila (1985). Neuropsicología y Psiquiatría. En: Revista Colombiana de Psiquiatría. Vol XIV. N° 3. Págs. 361 – 373.

[5] El discurso consiste en una serie de constituyentes del lenguaje que se combinan en varias maneras para formar un número de unidades significativas diversas. Ver: Atkinson RC, Shiffrin RM. “Human Memory: A proposed system and its control process”. In: Bower GH (ed). The Psychology of learning and motivation, New York. Academic Press. 1968.

[6] En el trabajo de Sánchez y Pérez (2005), se hipotetiza que el lenguaje producido por el individuo con afasia acústico-amnésica tiende a ser similar a las ejecuciones de sujetos sin amnesia en términos de productividad y complejidad. Ver: Sánchez, N y Pérez, M. “Afasia acústico-amnésica: Alteración de la memoria en la producción del discurso y su rehabilitación. Presentación de caso”. En: Plasticidad y restauración Neurológica. Vol. 4. Numero. 1 – 2. Julio-Diciembre de 2005. Págs. 21-23.

[7] Para Pietrosemoli, la característica fundamental del par adyacente es que ésta unidad de análisis constituye un lugar obligante (espacio de habla), para el otro en condiciones naturales (Pietrosemoli 2007, pág. 309). Para Scheglof (2007), las principales características de los pares adyacentes son las siguientes: (i) son compuestos por dos turnos; (ii) por diferentes hablantes; (iii) hay un lugar adyacente, es decir uno después del otro; (iv) los turnos son relativamente ordenados. A su vez, estos se dividen en: first pair parts y second pair parts. Los primeros hacen referencia a tipos en los cuales aparece una pregunta, oferta, invitación, anuncio o requerimiento, los cuales inician algún intercambio conversacional. Los segundos son del tipo de respuesta, agradecimiento, recepción, declinación, de acuerdo o desacuerdo, etc. Tipos que son respuesta a los primeros. Los pares adyacentes, son entonces compuestos por tipos como: greeting – greeting, question – answer, offer – accept/decline. Consideremos por ejemplo, que la primera parte adyacente es Hola, o ¿Tú sabes qué hora es?, o ¿Te gustaría tomar una taza de café? y las segundas partes de los pares adyacentes fuesen en su orden: buenos días, cuatro de la tarde o no gracias. En términos de Schegloff (2007): “the pair types which they can partially compose: greeting–greeting (“Hello,” “Hi”), question–answer (“Do you know what time it is?”, “Four o’clock”), offer–accept/decline (“Would you like a cup of coffee?”, “No, thanks,” if it is declined). The basic practice or rule of operation, then, by which the minimal form of the adjacency pair is produced is: given the recognizable production of a first pair part, on its first possible completion its speaker should stop, a next speaker should start (often someone selected as next speaker by the FPP), and should produce a second pair part of the same pair type. (Schegloff, 2007, págs., 13 – 14).

[8] El Test Token consta de 20 tokens o fichas de cinco colores (rojo, azul, verde, amarillo, blanco), de dos formas (círculos, cuadrados) y de dos tamaños (grandes, chicos), que son manejados por el sujeto según las órdenes verbales del examinador. El examinador va dando instrucciones utilizando cada vez una mayor cantidad de palabras. La aplicación se complejiza cuando el examinado avanza en la respuesta. El total de instrucciones es de 62. (Lezak, 1983). El Test Boston tiene como objetivos diagnosticar la presencia/ausencia de un cuadro afásico, mediante el uso de 16 laminas, en cinco fases: habla de conversación y exposición, comprensión auditiva, expresión oral, comprensión del lenguaje escrito y escritura. Ver: Moreno, J. y García Baamonde, M. ”Guía de Recursos para la Evaluación del Lenguaje”. Madrid. CCS. 2003

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente