Análisis del discurso y memoria en la afasia de broca y la afasia de Wernicke
Enviado por HENRY DANIEL VERA RAMIREZ
- Resumen
- Introducción
- Sobre la entidad clínica
- Memoria y lenguaje
- Análisis del Discurso y Afasia
- Comentarios finales
- Referencias bibliográficas
Resumen
En la semiología médica, las afasias ocupan un lugar importante y su estudio adquiere relevancia en la medida en que se puede apoyar el diagnóstico y la rehabilitación realizando una articulación con la lingüística. En este campo, el análisis del discurso puede aportar elementos claves para posibles análisis multidisciplinares, permitiendo de igual manera una mayor comprensión de estos trastornos y una mejora en la calidad de vida de los afectados. En este sentido, se parte de los aportes de la sociolingüística, en especial de los planteamientos de los estudios del discurso desde la llamada Escuela conversacional Norteamericana, la cual desde variados autores aborda el uso del análisis del discurso con poblaciones especiales, ofreciendo propuestas metodológicas que aportan al investigador del campo, posibles salidas integrales en el plano de la recuperación de pacientes con estas afectaciones. El presente artículo, intenta ofrecer una visión muy general de los avances teóricos y de las propuestas que existen acerca de la relación entre análisis del discurso y afasia.
Palabras claves: Afasia de Broca, Afasia de Wernicke, Análisis del discurso, apares adyacentes, turnos conversacionales, marcadores discursivos, entrevista sociolingüística.
Abstract.
In the medical semiology, aphasia play an important and its study is relevant in so far that have been forming various forms of diagnosis, based on recognizing the signs and in coordination with the language, can provide key elements multidisciplinary analysis possible, allowing the same way, a better understanding of these disorders and improved quality of life of those affected. In this sense, is part of the contributions of Professor Lourdes Pietrosemoli (2007), from the Andes University in Merida (Venezuela), who discusses the use of discourse analysis with special populations, from technical criteria, which allow you to find valid methods that provide the researcher in the field, testing different views of these disorders and therefore more relevant and complex approaches.
Key Words: Broca´s Aphasia, Wernicke´s Aphasia, Discourse Analysis, adjacency pairs, Conversational Shifts, discourse markers and sociolinguistic interview.
Introducción
El presente artículo, intenta ofrecer una visión muy general de las propuestas que existen acerca del análisis del discurso y la memoria con poblaciones especiales, sobretodo con afásicos. En la primera parte se recurre a la semiología médica, para las definiciones pertinentes a las afasias, principalmente las relacionadas con afectaciones en las áreas de Broca y Wernicke. En mayor profundidad, en esta parte se establece un breve marco histórico sobre el estudio de las afasias, desde los aportes de autores como Ardila (2006) y Ardila y Benson (1996). Luego se analiza la relación entre los sistemas fonético y fonémico y las correlaciones existentes entre la afasias y los tipos de errores cometidos en cada sistema, con el apoyo de autores como Hills et al. (2002); Ash et al (2010) y Bastiaanse y Van Zooneveld (2005). Posteriormente se analiza la relación de la afasia con la memoria, especialmente, teniendo en cuenta los planteamientos de la llamada Escuela Soviética con autores como Luria (1985, 1986, 1991) y Tsvetkova (1972, 1988). Luego se introducen conceptos relacionados con el análisis del discurso, desde una perspectiva sociolingüística con autores como Schegloff (1971, 1974, 2007), Pietrosemoli (2007), Fox et al. (1996), seguido de la relación entre la afasia e instrumentos de la sociolingüística, como son: los turnos conversacionales, los pares adyacentes, los marcadores discursivos y la entrevista sociolingüística, dentro del marco de los tipos de tratamiento para la rehabilitación de los pacientes con este tipo de afectaciones, con un enfoque multidisciplinar, propuesto por Villodre y Morant (2007). El artículo finalmente, se propone sugerir algunos campos de posible investigación y sugiere unas consideraciones finales que más que establecer conclusiones o afirmaciones cerradas, buscan generar preguntas sobre la relación entre afasias y discurso abordando ejemplos de los campos de estudio posibles formulando algunos puntos de reflexión frente a este amplio campo de estudio que implica una relación interdisciplinaria entre lingüística, psicología y medicina.
Sobre la entidad clínica
Ardila (2006), en el Libro sobre las afasias, establece un referente histórico para el estudio de las mismas, considerando como la primera aproximación conocida sobre una alteración del lenguaje con daño cerebral, el año 3.500 A.C. en el Antiguo Egipto. Sin embargo, la primera referencia que reconoce ya de manera más clara la influencia que tiene la lesión cerebral en las pérdidas verbales se encuentra en el Corpus de Hipócrates, presumiblemente escrito cerca del año 400 A.C. (Benton, 1964). Hipócrates dividió la afasia en dos clases de alteraciones: afonos y anaudos. Durante el imperio Romano, se describió el primer caso de alexia traumática. Ya en los siglos XV – XIX se encuentran descripciones de patologías del lenguaje; una de ellas es la realizada por Antonio Guaneiro, quien en el siglo XV describe dos pacientes afásicos, uno de ellos con un lenguaje fluido parafásico y el otro con una afasia no fluida.
Ya en el siglo XIX aparece una multiplicidad de descripciones relacionadas con las consecuencias de los daños cerebrales sobre la conducta. Bouillaud en 1825, clasificó dos tipos de patologías del lenguaje. La primera llamada articulatoria y la otra llamada amnésica, lo que podríamos denominar hoy y como se verá más adelante las formas motora y sensorial de la afasia. Lordat en 1843, propuso una dualidad semejante que permitía distinguir la pérdida en la competencia lingüística para producir palabras (asinergia verbal), diferenciada de la perdida para recordar las palabras (amnesia verbal). Hasta este punto, se encuentran en términos generales, descripciones parciales y el germen de una incipiente clasificación.
Ya en el siglo XVIII y comienzos del siglo XIX Franz Gall formula una teoría que iba a tener vital importancia; afirmaba que los hemisferios cerebrales estaban compuestos por órganos independientes en los cuales estarían ubicadas cualidades de tipo intelectual y moral. En la región orbital de los lóbulos frontales, se ubicaba el lenguaje. Esta visión frenológica, puede considerarse como la protociencia de lo que actualmente conocemos sobre las áreas cerebrales que afectan el lenguaje. El principal aporte de la frenología, en concepto de Ardila (2006), probablemente sea el hecho de que plantea, -si bien no muy precisamente-, que toda la actividad cognoscitiva, es el resultado de la actividad cerebral. Posteriormente en el siglo XIX, más precisamente en Paris en el año de 1861, se suscita un debate sobre la relación existente entre la capacidad intelectual y el volumen limitado del cerebro. En el mes de Abril de ese mismo año, se realizaron estudios sobre el cadáver de un paciente que había perdido el lenguaje. Esta observación evidenció una lesión importante en la zona frontal posterior y Paul Broca argumentó y puso en evidencia la importancia de las teorías localizacionistas. Dentro de los argumentos de Broca se encontraban que la capacidad para hablar podría encontrarse en la porción inferior posterior del lóbulo frontal.
Más adelante Broca estableció el hecho de que sólo el hemisferio izquierdo se encontraba afectado en los casos de pérdida de lenguaje. Broca afirmaba en 1865: "La afemia se relaciona con lesiones de la tercera circunvolución frontal del hemisferio izquierdo del cerebro" (Citado en Ardila, pág., 17). Constituyéndose éste en un hito en el estudio de las patologías del lenguaje. A partir de tal hallazgo se genera un intenso debate en torno a la denominación de esta alteración del lenguaje que en principio fue llamada afemia, con anteriores denominaciones como por ejemplo alalia. Trousseau que en el año de 1865, impugnó el término de afemia al que relacionó con el concepto de infamia, lo reemplazo por la palabra afasia, que hasta el día de hoy se conserva.
Un segundo hito en el avance de las teorías localizacionaistas, se presentó en el año de 1874, con la publicación de la tesis doctoral de Karl Wenicke. Este joven estudiante alemán, propuso una clasificación de dos tipos de afasia. Por una lado la afasia motora y por otro la sensorial. Posteriormente formuló la existencia de un tercer tipo de afasia que denominó como afasia de conducción. Más adelante junto a Lichtheim formuló un modelo de clasificación de las afasias que hasta el día de hoy se ha conocido como el esquema de Lichtheim – Wernicke. Para Sabe et al. (2008): El Esquema Lichtheim – Wernicke, asume la existencia de dos centros del lenguaje, uno sensorial y otro motor, interconectados mediante vías directas e indirectas, los cuales estarían a su vez conectados con un tercero, denominado centro conceptual (Sabe, 2008, pág., 454). Este hecho popularizó posteriormente la aparición de estudios que buscaban establecer correlaciones anatómicas con los diferentes tipos de afasias y esquemas referentes o diagramas para su explicación. Así la relación patología – centro cerebral, comenzó a estudiarse, gracias al análisis de individuos post – mortem.
Las correlaciones encontradas entre los datos clínicos y la patología existente, terminaron por abonar un terreno para que términos como el de imagen auditiva, esquema verbal, ceguera psíquica, encontrarán una ubicación en determinadas zonas a nivel cerebral. De hecho, -solo por poner un ejemplo-, se propuso un centro de la escritura, un centro de las imágenes auditivo – verbales y un centro de la lectura, entre otras. Como se observa en este breve recorrido histórico, los aportes de Wernicke y Broca fueron y siguen siendo fundamentales en el estudio de las afasias. Sin embargo Ardila (2006), resalta la influencia de otros investigadores entre los que se encuentran: Lichtheim (1885), Charcot (1877), Bastian (1898), Kleist (1934) y Nielson (1936).
Para adentrarnos ya en las características de la afasia, podríamos afirmar siguiendo a Hills et. al (2002), que la afasia es definida como: "aphasia are classically designated as cortical deficit, language deficits of hemispatial neglect following lesions to the basal ganglia, thalamus or other subcortical regions have been reported in many single case reports and case series (Hillis et. al, 2002, pág., 1094).
En términos generales, Freeman Kaplan y Sadock (1984), definen la afasia como la perdida de la capacidad, ya sea gradual o total, de producir lenguaje. Consiste en una incapacidad para pronunciar palabras y nombres y de indicar el uso de objetos habituales. Es un concepto que reúne y que hace referencia a todos los trastornos del lenguaje y de la comunicación. Las afasias pueden dividirse en formas llamadas motoras (o expresivas) y formas sensoriales (o receptivas). En las primeras, la comprensión se mantiene intacta, pero se pierde el lenguaje, mientras que en las segundas se pierde la comprensión. En la mayoría de los déficits de lenguaje se encuentra una combinación tanto de elementos motores como sensoriales. Las afasias son debidas sobretodo a lesiones cerebrales. Para estos mismos autores, existe un criterio común y generalizado en el que se atribuye este tipo de trastornos a tres causas básicas: (i) un accidente cerebrovascular, o llamado ictus, producido generalmente por una isquemia, (ii) un traumatismo craneoencefálico, generalmente producido por un accidente y (iii) y en último lugar, -siendo esta la causa menos frecuente-, infecciones producidas por abscesos cerebrales o encefalitis (Freeman, Kaplan y Sadock 1984). Por ejemplo, en los estudios realizados por Hillis et al (2002), se demuestra que:
(i) That pure subcortical infarctions are associated with cortical hypoperfusion in subjects with aphasia/neglect;
(ii) That reversal of cortical hypoperfusion is associated with resolution of the aphasia, and
(iii) That aphasia/neglect strongly predicts cortical ischemia and/or hypoperfusion.
El estudio realizado con ciento quince (115) pacientes del Hospital John Hopkins en la ciudad de Baltimore, incluía ochenta (80) pacientes con lesión en el hemisferio izquierdo y treinta y cinco con lesión en el hemisferio derecho, con un rango de edad entre veintitrés (23) años hasta los ochenta y seis (86) años, con una media de la edad de sesenta y un (61) años. A este grupo de pacientes se aplicó la siguiente batería de tests:
(i) Oral anda written naming of picture objects (n = 34 items).
(ii) Oral naming of objects with tactile input (n = 17 items).
(iii) Oral reading of words (n = 34 items) and pseudoworks (n= 25 items).
(iv) Spelling to dictation of words (n= 34) and pseudoworks (n=25).
(v) Spoken word/picture verification (n=51 items).
Para esta prueba cada dibujo fue presentado con conceptos semánticamente cercanos (por ejemplo, cake/pie), o cercanos desde el punto de vista fonológico (por ejemplo cake/snake) y con la palabra correcta (cake/cake). Siguiendo con otro grupo de pruebas de la siguiente manera:
(vi) Written Word/picture verification with semantic and visual foils and correct matches, as described with n = 51 items.
(vii) Repetition of words (n = 34) and pseudowords (n = 25).
(viii) Discrimination of spoken words versus pseudowords (lexical decision).
(ix) Spoken yes/no questions (five syntactically complex, five syntactically simple sentence structures) with no contextual cues to assist comprehension of the questions (e.g. Are lemas red?).
(x) Description of the cookie theft picture from the Boston Diagnostic Aphasia Examination
Las asociaciones encontradas entre afasia y pacientes con infartos en las regiones subcorticales fueron evaluadas encontrando entre estas una importante correlación. Afirma el estudio más adelante: "Subcortical infarction may cause aphasia or neglect either directly or through disruption of subcortical -cortical circuits, or may simply be temporally associated with cortical hypoperfusion that causes aphasia or neglect" (Ibid, pág, 1095). Para el primer análisis, el estudio seleccionó sujetos los cuales habían sufrido lesiones en el área subcortical en la masa blanca y en el tálamo. Como ya se había afirmado, había treinta y siete pacientes con lesiones exclusivas en el hemisferio izquierdo. En todos estos casos la afectación fue en el córtex izquierdo de la arteria media cerebral (MCA). Por otro lado, Ash et al. (2010), realizan un estudio de los errores producidos por población afásica con PNFA, progressive form of non – fluent aphasia. En el estudio se abordaron dieciséis (16) pacientes, por medio de material narrativo con el uso de dibujos en blanco y negro. Ash y et al. diferencian entre el sistema fonético o phonemics, entendiendo con este el conjunto o sistema de los fonemas de una lengua. En palabras de éste autor: "a phoneme is an abstract unit of speech which has psychological salience for the speaker" (Ash et al., 2010, pag, 2). Y el sistema fonético o phonetics, es el estudio de la realización física del sonido en el discurso. En la caracterización de los errores en el discurso, realizada por este autor, se distinguen estos dos niveles: el sistema abstracto de los sonidos en el lenguaje y el nivel concreto de la realización de los sonidos en el discurso. De tal manera que se pueden también distinguir dos tipos de errores: el error fonemico (phonemic error) y el error fonético (phonetic error). Un error fonemico ocurre cuando una persona produce un sonido, el cual está bien formado, en el sentido de ser un fonema de la lengua, pero no es claramente entendible o anticipable para quien escucha. Por ejemplo: …coming out the gar (jar), cuando en realidad se quería decir: coming out the bar. Los errores fonéticos ocurren cuando el sonido de la pronunciación, por ejemplo de una palabra existe en el lenguaje. Los sujetos utilizados en el estudio incluían un rango de edad, de entre diez (10) años hasta sesenta y nueve (69) años. Los hallazgos encontrados sugieren que el número de errores es mucho mayor a nivel fonémico que fonético. En la siguiente grafica (grafica 1), se observan los errores diferenciados en el estudio de Ash et al. (2010). Siendo 46 de tipo fonético y 206 de tipo fonémico.
Figura 1. Errores de tipo fonético y de tipo fonemico en el estudio de afásicos con PNFA. Tomado de Ash et al. (2010).
El estudio demuestra, por tanto, la manera en que las sustituciones como errores más comunes tienen que ver con el sistema fonemico, es decir con la realización física del discurso pronunciado, lo que supone, -como se verá más adelante-, por tanto la preponderancia del nivel articulatorio en la rehabilitación y la posible importancia de la conversación discursiva en la misma. La afasia es entonces, una perturbación del lenguaje debida a un trastorno cerebral orgánico. La característica que se impone es la incapacidad de expresar verbalmente los pensamientos. Al ampliar los tipos de afasia discriminados anteriormente, pueden encontrarse otros dos tipos:
a. Afasia Motriz: consistente en la incapacidad de hablar, aunque la compresión, -como ya se advirtió-, se conserva.
b. Afasia sensorial: que incluye la incapacidad de comprender el significado de las palabras o la utilidad de los objetos que se usan en la vida cotidiana.
c. Afasia nominal: consistente en la incapacidad de encontrar el nombre correcto de un objeto.
d. La afasia sintáctica: consistente en la incapacidad de disponer las palabras en la secuencia correcta (Freeman Kaplan y Sadock, 1984, pág., 825 – 826).
Como se verá más adelante, estas afectaciones, generalmente provocan en el individuo alteraciones relacionadas con el discurso y pueden generar problemas de memoria en el largo y corto plazo. Aquellos individuos que presentan capacidades bajas en memoria de trabajo, por ejemplo, tienden a mostrar dificultades con la coherencia del discurso y la cohesión en la mayoría de los géneros del discurso, ya que es difícil para ellos mantener y relacionar información previa con nueva información (Sánchez y Pérez, 2005, pág. 25).
Por otro lado, en el DSM IV (Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales), se hace referencia a una alteración de la comprensión o transmisión de ideas mediante el lenguaje en cualquiera de sus formas –lectura, escritura o habla-, debida a traumatismos o enfermedades de los centros cerebrales implicados en el lenguaje. Se hace referencia a trastornos que se inician en la infancia, la niñez y la adolescencia, relacionadas con la Comunicación [1]no expresamente la afasia, como entidad clínica-, entre los que figuran: trastorno del lenguaje expresivo, trastorno mixto del lenguaje receptivo – expresivo, trastorno fonológico, -antes llamado de la articulación-, y el tartamudeo. En estas entidades médicas, se mencionan los tipos de afasias como indicadoras de los trastornos ya descritos. Los tipos de afasias abordadas en el manual son: la afasia adquirida, que se asocia a una enfermedad médica y que es generalmente transitoria, la afasia de Wernicke o Afasia acústico – amnésica del tipo II y la Afasia de Broca.
La segunda, la Afasia de Wernicke o acústico – amnésica, se produce por una lesión en áreas temporo – parietales (área de Wernicke). Se caracteriza por un déficit para la comprensión, presentándose en el paciente un habla fluida, pero totalmente desprovista de sentido. Los individuos con este tipo de afasia pueden hablar con oraciones largas (logorrea), expresión verbal abundante y continua que hace en muchos casos, difícil interrumpir al paciente (Sánchez Pedraza y Rodríguez, 1998, pág., 99). En el caso de los pacientes con esta afasia el discurso no tiene ningún significado y tienden a agregar palabras innecesarias y neologismos, creando términos nuevos o empleando la reconsideración de varias palabras que sólo resultan comprensibles para el sujeto debido a su valor simbólico particular (Sánchez Pedraza y Rodríguez, 1998, pág., 100). Como se verá posteriormente en los estudios de la profesora Pietrosemoli (2007), estos pacientes tienden además a cambiar unas palabras por otras, fenómeno conocido como parafasia. Esto hace que su habla alguna vez haya sido denominada como "de ensalada de palabras". En algunos casos el número de sustituciones puede ser tan grande que hace que el habla sea ininteligible, fenómeno conocido como jergafasia.
Por ejemplo, alguien con afasia de Wernicke puede decir: "Usted sabe que el pichicho locucio y que quiero rodearlo y atenderlo como usted desea anteriormente", pero lo que en realidad quiere decir es: "el perro necesita ir fuera, así que lo llevaré a dar un paseo". Las personas con afasia de Wernicke tienen generalmente grandes dificultades para comprender y entender el habla incluyendo la propia. Por lo tanto, no son conscientes de los errores lingüísticos que se cometen al comunicarse, fenómeno conocido como anosognosia. En esta afasia, el grado de alteración de la comprensión lectora es muy variable, pudiendo en algunos casos llegar a utilizarse la lectura como método compensatorio en la rehabilitación. Estos individuos por lo general no presentan ninguna debilidad corporal porque su lesión cerebral no está cerca de las partes del cerebro que controlan los movimientos. La afasia de Wernicke también ha sido denominada como afasia sensorial, afasia receptiva, afasia central, entre otras. Sus características principales, se asocian con un lenguaje expresivo con fluidez normal, en el que puede existir un gran número de palabras por minuto (Ardila, 2006). Se observa en algunos casos también un incremento en el lenguaje por suma de silabas a las palabras y también de palabras a las frases. La excesiva producción de palabras, que como vimos se denomina logorrea, se debe a que se han perdido los límites de la frase, razón por la cual las oraciones no se terminan. No se presenta agramatismo, pero pueden aparecer excesivos elementos gramaticales (paragramatismo). La articulación es adecuada, con ausencia de palabras significativas. Por esta razón, es difícil determinar las ideas que el afectado intenta transmitir. Fenómeno conocido como habla vacía. En la siguiente tabla (Tabla 1), podemos encontrar las características básicas de algunos elementos del lenguaje en esta afasia:
CARACTERISTICA DEL LENGUAJE | DESEMPEÑO |
Lenguaje conversacional | Fluente, parafásico |
Comprensión del lenguaje | Anormal |
Repetición | Anormal |
Señalar | Anormal |
Denominar | Anormal |
Lectura | Cuando es en voz alta relativamente normal a anormal |
Comprensión | Relativamente normal a anormal |
Escritura | Anormal |
Tabla 1. Características del lenguaje versus desempeño en la Afasia de Wernicke. Construcción propia sobre los datos de Ardila (2006).
Otro elemento a destacar en la Afasia de Wernicke es la presencia de parafasias. Éstas se dividen en literales y/o verbales. Como ya se afirmó, también se encuentra presencia de neologismos y de jergofasia, debido a la cantidad de sustituciones parafásicas, derivando en una producción incomprensible. En este caso la jergofasia es un término descriptivo, más no un síndrome afásico. Otra característica de este tipo de afasia, tiene que ver con la imposibilidad de la comprensión del lenguaje oral. En algunos casos, el paciente no entiende prácticamente nada y en otros casos se encuentra un nivel bajo de comprensión, sobretodo en palabras y frases simples. El afectado puede llegar a comprender varias palabras, pero si se incrementa el número de palabras aparece lo que se conoce como fatiga, consistente en la incapacidad de comprender de manera adicional o de interrumpir la comprensión. Otros sujetos presentan problemas en la interpretación de fonemas, sobre todo de aquellos que son acústicamente más parecidos, fallando por lo tanto, en tareas de comprensión.
En cuanto a la calidad de la ejecución, se ha encontrado que esta puede variar dependiendo del paciente. Sin embargo la mayoría de los afectados logra ejecutar órdenes sobre el seguimiento a movimientos corporales. En cuanto a la repetición, se encuentra afectada en relación con su nivel de comprensión. Es decir, los pacientes que entienden poco repiten poco, mejorando su nivel de repetición con la comprensión. Cuando se les ordena que nombren objetos, en la mayoría de casos fracasan. La lectura se afecta de manera proporcional a la comprensión del lenguaje oral. Si hay una relativa mejor comprensión en la audición, se considera que las lesiones se sitúan en la zona posterior del área, sin afectar la corteza auditiva primaria. Si se evidencia una relativa mejor comprensión en el lenguaje escrito, se considera que las lesiones se presentan en una zona anterior del área. En cuanto a la escritura, esta es fluida, sin embargo las letras suelen estar combinadas en una forma no significativa, siendo las palabras correctas más bien escasas.
Se pueden distinguir dos clases de afasia de Wernicke, la que se podría denominar Afasia de Wernicke Tipo I y la Afasia de Wernicke Tipo II. La primera es también denominada síndrome insular posterior – istmo temporal. Luria (1966, 1977, 1980), la denominó afasia acústico – agnosica. Por su parte Kleist (1934) y Gazzaniga et al (1973), la denominaron sordera a las palabras y Vignolo (1969), la denominó agnosia verbal auditiva. El afectado presenta incapacidad para identificar los sonidos del lenguaje, sin afectación de la audición, no se comprende el lenguaje oral, ya que no se discriminan los componentes significativos o fonemas. El afectado puede leer en voz alta y la comprensión lectora se conserva, facilitando la comunicación escrita más que la oral. La escritura espontanea es normal, sin embargo en los dictados se evidencia incapacidad para comprender y discriminar su contenido. No se evidencia buena repetición. La Afasia de Wernicke Tipo II, conocida también como síndrome de la circunvolución temporal superior y media, ha sido también conocida por otros autores como afasia impresiva, por ejemplo Pick (1913), Weisenburg y Mc Bride (1935), la denominan afasia receptiva; Goldstein (1948) y Hecaen y Albert (1978), la denominan afasia sensorial. Luria (1966, 1967), la denomina afasia acústico – amnésica o solo afasia de Wernicke, por Benson (1979), Geschwind y Benson, (1971, 1985).
En este tipo de afasia la producción verbal suele ser fluida, con una cantidad normal de palabras, pero en algunos casos con logorrea. La articulación es buena lo mismo que la gramática. Sin embargo puede presentarse paragramatismo. En cuanto al contenido de la expresión verbal, se encuentra una disminución en la significatividad y una ausencia de palabras denominativas. La comprensión es siempre deficiente, la repetición puede ser normal pero con elementos lingüísticos como sílabas y palabras. Sin embargo, se ve afectada con frases y oraciones largas.
Con respecto a la afasia de Broca o llamada también síndrome triangular – opercular, que como vimos fue denominada en principio por Broca como afemia, históricamente se han presentado diferentes denominaciones que pueden abordarse desde los siguientes autores (Tabla 2):
DENOMINACION | AUTORES | |
Afasia Motora Eferente o Cinética. | Luria (1966, 1970). | |
Afasia Expresiva | Hecaen y Albert (1978); Pick (1913); Weisenburg y McBride, (1935). | |
Afasia Verbal | Head (1926). | |
Afasia Sintáctica | Wepman y Jones (1926) | |
Afasia de Broca | Nielsen (1938); Brain (1961); Benson y Geschwind (1971); Benson (1979); Lecours, Lhermitte y Bryans (1983). |
Tabla 2. Denominaciones de la Afasia de Broca, según el autor. Construcción propia sobre los datos de Ardila (2006).
Ardila[2]y Benson (1996), establecen las siguientes características básicas en el lenguaje del afásico afectado: lenguaje conversacional no fluente, comprensión del lenguaje relativamente normal, repetición anormal, capacidad de señalar relativamente normal, capacidad de denominar afectada o anormal. En cuanto a la lectura en voz alta, ésta es anormal, la comprensión es relativamente normal y la escritura anormal. Para Ardila (2006): "La afasia de Broca se caracteriza por un lenguaje expresivo no fluido, pobremente articulado, compuesto por expresiones cortas y agramaticales y producidas con gran esfuerzo. El lenguaje expresivo está compuesto básicamente por sustantivos, con una marcada deficiencia o ausencia de estructura sintáctica y agramatismo. El defecto en la articulación ha sido denominado de diversas maneras (apraxia del habla, desintegración fonémica, etc.)" (Ardila, 2006, pág., 61). Dentro de los errores más comunes, se encuentran los errores verbales articulatorios. Por ejemplo: para decir tres, se dirá tes, lo que se denomina simplificación silábica. Para decir tela se dirá lela, lo que se conoce como anticipación; para decir peso un paciente podría decir pepo, lo que se conoce como perseveración. Se puede generar sustitución de fonemas fricativos por oclusivos: fila – pila, seda – teda o Jairo – kairo. Hay además presencia de agramatismo, como cuando se dice: perro jardín en lugar de los perros están en el jardín.
Existe aún desacuerdo sobre la ubicación exacta o la topología de las lesiones responsables de la afasia de Broca. Se considera que lesiones que se limitan al área de Broca no son suficientes para producir la afectación. En el caso de este tipo de lesiones, generalmente sólo se observan leves defectos en la articulación, como lo que podría denominarse un acento extranjero, acompañado de una reducción en la capacidad para hallar palabras. Esta forma restringida de afasia de Broca podría denominarse como afasia de Broca tipo I (o afasia de Broca menor, o afasia del área de Broca). El síndrome completo de la afasia de Broca sólo puede extenderse si el daño afecta a la opercular, la circunvolución precentral, la ínsula anterior, y la sustancia blanca paraventricular y periventricular. Esta forma extensa o completa podría denominarse como afasia de Broca extendida o afasia de Broca tipo II. La afectación del lenguaje en ambas afasias, como se verá, tendrá influencia fuerte en la memoria de corto y largo plazo.
Memoria y lenguaje
El análisis sistemático de los diferentes tipos de discurso provee una fuente rica de material para examinar algunas de las relaciones complejas que existen entre la memoria y el lenguaje (Sánchez y Pérez, 2005, pág., 21). El estudio de la afasia de Wercnicke tipo II o afasia acústico-amnésica, la cual se caracteriza por la alteración del eslabón de la memoria verbal operativa, en la parte expresiva se caracteriza por la alteración del lenguaje espontaneo, repetitivo, y la denominación de objetos; lingüísticamente se altera el discurso narrativo y la conversación por falta de productividad pragmática, coherencia, complejidad y cohesión. En esta afasia, el análisis del discurso provee una fuente rica de material para el análisis de las relaciones complejas que se dan entre la memoria y el lenguaje, por ejemplo, la memoria verbal operativa. Luria (1986), propuso que este tipo de afasia es el resultado de la alteración de la memoria verbal operativa, que se relaciona principalmente con dificultades para:
a. La comprensión del lenguaje oral.
b. La alteración de subtextos y alegorías, por ausencia o enajenación del significado y del sentido de las palabras.
c. Dificultades en la parte expresiva por presentar parafasias verbales.
d. Alteraciones del lenguaje repetitivo y de la denominación de los objetos.
Sin embargo, la lectura y la escritura se mantienen prácticamente intactas. Reconociendo, además, que la base fisiológica de la memoria puede tener influencia de elementos de tipo específico e inespecífico. Estos pueden definirse de la siguiente manera:
(i) Inespecíficos: se destacan por la importancia de las formaciones que conectan los sectores internos de la zona temporal (hipocampo), el hipotálamo y los núcleos talámicos (circuito de Papez), que son fundamentales en la impresión y reproducción de las huellas de estímulos inmediatos.
(ii) Específicas: estas son garantizadas por las zonas posteriores, gnósicas de la corteza cerebral. Entre ellos están los sectores modal – específicos de la corteza occipital (visual), temporal auditiva, y parietal (táctil – cinestesica)[3].
Por su parte Tsvetkova (1972, 1988), sostiene que la base de este tipo de afasia, se relaciona con tres tipos de mecanismos diferentes. Uno de ellos se relaciona con la alteración de la memoria operativa, el otro con la alteración, -principalmente la disminución-, de volumen de la llamada percepción acústico y finalmente de un tercer mecanismo que altera la representación de las imágenes objetales. De igual manera, se observa en este tipo de afasia una ausencia o enajenación del sentido de las palabras, debido a la incomprensión del sentido oculto del texto, además de una alteración de la denominación de los objetos, presencia de parafasias[4]verbales y otras alteraciones del lenguaje.
El otro tipo de afasia reconocido en población adulta la Afasia de Broca, que como ya se ha visto, puede interpretarse como la incapacidad que tienen los individuos para transmitir ideas de lenguaje en cualquiera de sus formas -lectura, escritura, impresa y hablada-, se produce por lesión de la circunvolución frontal inferior (área de Broca) izquierda y áreas adyacentes. Se caracteriza por la casi imposibilidad para articular y el empleo de frases cortas (habla telegráfica), que son producidas con gran esfuerzo y aprosodia, es decir, con la desaparición absoluta de los elementos melódicos y rítmicos del lenguaje (Sánchez y Rodríguez, 1998, pág., 96). La afasia de Broca, por lo tanto, se caracteriza por ser una afasia no fluida (o de tartamudeo), afectando la fluidez y la organización temporal normales del habla, caracterizándose por la ocurrencia frecuente de uno o más de los siguientes fenómenos:
a. Repeticiones de sonidos y sílabas.
b. Prolongaciones de sonidos.
c. Interjecciones.
d. Palabras fragmentadas (por ejemplo, pausas dentro de una palabra).
e. Bloqueos audibles o silenciosos (pausas en el habla).
f. Circunloquios (sustituciones de palabras para evitar palabras problemáticas).
g. Palabras producidas con un exceso de tensión física.
h. Repeticiones de palabras monosilábicas (por ejemplo: yo-yo-yo le veo).
Un paciente con afasia de Broca puede decir, "caminar perro", pero en realidad está tratando de decir que sacará al perro de paseo. La misma oración también podría significar: "¿usted saca al perro a caminar?", o "el perro salió caminando al patio", dependiendo de las circunstancias. También suelen estar alteradas la lectura (alexia) y la escritura (agrafía). En esta afasia, la comprensión es mejor que la expresión, aunque ésta puede estar alterada en distintos grados. Debido a ello, los sujetos pueden ser conscientes de sus dificultades y pueden sufrir paralelamente trastornos en su estado de ánimo, debido a sus problemas de lenguaje. Según Freeman et al. (1984), eventualmente con ayuda de terapia adecuada, un cierto número de estos pacientes aprenden a utilizar palabras siempre y cuando exista un output verbal. Cuando se produce a muy temprana edad y debido a lo primitivo de la construcción de las frases, se generan trastornos del aprendizaje que dan lugar, por lo tanto, a un retraso grave en la adquisición del lenguaje verbal y no verbal.
En el estudio realizado por Bastiaanse y Van Zooneveld (2005), se reconoce la notoria dificultad que tienen los pacientes con este tipo de afasia en la producción de verbos y por lo tanto de la lógica de las acciones en la frase normal. En este sentido, las afasias afectan de modo significativo la emisión de discurso y tienen una relación importante con la memoria. El objetivo básico del presente artículo, es la revisión del uso del análisis del discurso[5]en poblaciones especiales, principalmente en afásicos. El discurso, como ya se dijo, implica o requiere recursos de la memoria de trabajo (MT), al mismo tiempo que se apoya en el recuerdo de información de la memoria a largo plazo (MLP). . El análisis del material discursivo, puede arrojar luces sobre la relación entre ésta afectación y la memoria, el tipo de memoria denominado por Luria (1986), verbal operativa, que afecta directamente al lenguaje.
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