Las relaciones interdisciplinarias en las Ciencias Naturales, desde la Química
Enviado por Rolando Miguel Bermejo Correa
El tratamiento de las relaciones interdisciplinarias en las Ciencias Naturales, desde la Química, en la Educación de Jóvenes y Adultos
En la Escuela Cubana se presta especial atención al tratamiento de las relaciones interdisciplinarias, al que los pedagogos no pueden permanecer ajenos, pues de ser así los conocimientos, habilidades y valores continúan parcializados y de esta manera los estudiantes no comprenden las relaciones que se producen entre el todo y las partes en la compleja realidad objetiva.
Caballero Camejo, C.A., (2007), considera que el desarrollo material del mundo ha transitado de una forma de movimiento a otra, que aunque se manifiesta de forma gradual, siempre significa un salto decisivo en el desarrollo de la realidad objetiva.
Este autor se refiere a la forma geológica de movimiento de la materia, en la que se producen interacciones físicas, químicas y biológicas, como resultado del desarrollo de la Tierra. La forma del movimiento social es la superior y más compleja y contiene todas las formas de los movimientos precedentes mediados por las leyes de la forma social del movimiento.
Es importante destacar la importancia de la comprensión de la estructura de la materia en movimiento como principio metodológico para tratar la relación entre los objetos de estudio de las ciencias. Precisa, que cada forma de movimiento es analizada por diferentes ciencias, las cuales aportan un cuadro, un subconjunto de la realidad objetiva que existe y que genera la clasificación de las ciencias como una ordenación en su sucesión inherente de estas mismas formas de movimiento, pero no de forma aislada y reduccionista, sino que una ciencia se desarrolla de la otra, de forma similar a como se realiza la transición de las formas de movimiento, o sea, su desarrollo.
Se considera que las formas de movimiento de la materia se hallan en relación mutua y pueden pasar unas a otras. Cada forma superior –por ejemplo, la forma biológica, la vida de los animales, los vegetales, de los microorganismos- está relacionada con el desplazamiento mecánico, esto es imposible sin los cambios moleculares, químicos, eléctricos, entre otros.
Una peculiaridad esencial de los organismos vivos es la autorrenovación constante de sus componentes químicos, el metabolismo incesante, condición del mantenimiento de la vida. El propio objeto de la investigación ha condicionado el hecho de que el estudio de los procesos biológicos haya sido posible gracias a la estrecha cooperación de la Química con la Biología, estas ramas del saber se entrelazan del modo más estrecho, lo que hace surgir nuevas posibilidades en el estudio de la naturaleza orgánica.
Por otro lado, el fundamento de la vida se sustenta en procesos químicos, y cuando este fundamento se lleva al tratamiento de las relaciones interdisciplinarias entre las Ciencias Naturales, desde la Química, se constata que las mayores dificultades están en el limitado dominio de estos fundamentos, en la poca motivación por buscar estas relaciones, lo que conduce a no comprender, en toda su magnitud, la parte química de la vida.
Leontiev, A.N., expresa que "… para que los conocimientos puedan ser educados, debemos educar la relación que deberá establecerse con respecto a dichos conocimientos. En esto estriba la concientización del estudio "". [1]
Este autor se limita a la relación que debe establecerse entre los conocimientos, resaltando que es lo fundamental para lograr un estudio consciente, pero no tiene en cuenta que para la educación de ese conocimiento es una necesidad la integración con el sistema de habilidades y valores.
Estrada Cingualbres, R., (2007), plantea que un tratamiento interdisciplinario requiere de un enfoque dialéctico y didáctico en el que el problema de los objetivos, contenidos y habilidades se unan a métodos y formas de organización de estos durante el aprendizaje, y por ende, en la evaluación de dicho proceso.
A partir de lo anterior, en este trabajo se considera que es una necesidad la intención de asociar las relaciones interdisciplinarias con el sistema de conocimientos, habilidades, convicciones, valores y motivos.
Es de suponer la importancia del estudio de la Química para comprender los diferentes procesos biológicos, geográficos y físicos, sin embargo, no siempre se aprovechan todas las potencialidades que le permita encontrar a los jóvenes y adultos el carácter utilitario dentro y fuera del contexto escolar.
Estos contenidos químicos, biológicos, geográficos y físicos están dados en las clases de sustancias y funciones químicas orgánicas y su relación con las temáticas relacionadas con la geografía, la biología y la física, sólo así podrá comprender el estudiante la esencia de los fenómenos naturales cuando lo estudia en las diferentes disciplinas en que se proyectan las ciencias.
Caballero Camejo, C.A., (2007), plantea que "… la química, la biología, la geografía… están relacionadas entre sí que se hace difícil diferenciar los límites entre ellas, formándose ramas como la Química Orgánica, la Bioquímica,…".[2]
Este autor destaca, que aunque estas ciencias se encuentran separadas por disciplinas, esto no impide que en la estructura del contenido se encuentre las relaciones entre ellas, relaciones que son necesarias para la comprensión del conocimiento de forma integrada en correspondencia con la explicación que se exige ante cualquier fenómeno o situación en la vida cotidiana.
Addine Fernández, F., expresa que "las relaciones ciencia y disciplina son el reflejo de las relaciones interdisciplinarias según su contenido".[3]
Se considera que el tratamiento de las relaciones interdisciplinarias en las Ciencias Naturales, desde la Química, genera síntesis, en que se destaca el trabajo cooperativo como función básica en el trabajo interdisciplinario que modifica el modo de actuación del profesor y propicia nuevas formas de comunicación y socialización entre profesores, estudiantes y profesores, estudiantes y estudiantes, y otras personas de la comunidad.
Al hacer un análisis de la literatura se constatan diferentes definiciones y valoraciones relacionadas con el trabajo cooperativo.
Mestre Gómez, U., plantea "que el trabajo cooperativo como estrategia pedagógica no es una panacea pero sí un potencial para lograr aprendizajes significativos". [4]
Mourer, R.E., (1999), refiere que hay muchos motivos válidos para una enseñanza interdisciplinaria, entre ellas destaca que los estudiantes aprenden a trabajar cooperativamente con los demás.
Fiallo Rodríguez, J., (2001), refiere que las relaciones interdisciplinarias no se pueden entender solamente como la relación epidérmica entre una disciplina y las restantes, sino que implica, además, una labor de colaboración de un colectivo de personas, no puede ser el resultado de la actividad espontánea de un solo profesor. Precisa, como una ventaja de las relaciones interdisciplinarias, la de propiciar mejores relaciones de trabajo.
Salazar Fernández, D., expresa: "… se necesita de una actuación de cooperación e intercambio colectivo de reflexión y transformación educativa donde la interdisciplinariedad es una de las vías para el desarrollo de una didáctica desarrolladora "".[5]
Pring, R., (1977), plantea que la cooperación establece vínculos en el estudio de diferentes elementos didácticos, implica su colaboración plena y responsable; en su análisis enfatiza que la interdisciplinariedad conlleva a establecer relaciones como momentos necesarios de interconexión entre disciplinas, la cual condiciona una unidad entre ellas, estos nexos hacen que las disciplinas se integren en un sistema con dos funciones básicas implícitas en las relaciones interdisciplinarias: la interrelación (como la articulación entre las disciplinas) y la cooperación (como la colaboración plena y responsable).
Precisa que la cooperación es una forma de organización del trabajo científico que permite establecer vínculos de participación conjunta en su desarrollo, con la participación de diferentes especialistas, que se relacionan entre sí para ejecutar operaciones homogéneas sobre el trabajo colectivo.
Se comparte el criterio de Salazar Fernández, D., (2004), cuando expresa que:
…una disposición de cooperación entre los especialistas de cada disciplina particular…refuerza el papel de la comunicación y de las relaciones interpersonales e intergrupales en la determinación de un sistema de conocimientos, valores, principios necesarios para la proyección de las actividades… [6]
Leontiev, A.N., (1979), refiere que el trabajo, no sólo permite establecer relaciones con la naturaleza, sino además relaciones con las personas. Esto significa que el trabajo aparece como un proceso mediatizado por el instrumento y al mismo tiempo, mediatizado socialmente.
A pesar de no existir un criterio único todos estos autores aluden a la importancia del trabajo cooperativo en un colectivo lo que no es problema solamente de los componentes personales del proceso o una disciplina, sino que es necesaria la articulación entre ellas para llevar a vía de hecho las relaciones interdisciplinarias de manera efectiva.
Después del análisis anterior, se considera que el trabajo cooperativo implica intercambio, confrontación, ayuda mutua, comunidad de necesidades, intereses e inquietudes, en que los miembros de un colectivo o equipo de trabajo compartan el sentimiento de responsabilidad, y como los resultados del trabajo grupal son incluidos en el proceso de evaluación, se hace posible que el desempeño de uno de sus miembros ayude al grupo, y de esta manera transcurre no sólo en la escuela sino en proyectos de trabajo, la familia y su desempeño laboral.
En la Educación de Adultos, el trabajo cooperativo es esencial para probar ideas aplazadas por otras responsabilidades, que pueden ser comunes, explorar mejores vías para solucionar viejos problemas de la vida práctica que quizás en el plano individual no pueden lograr y satisfacer necesidades, intereses e inquietudes, se considera que el tratamiento de las relaciones interdisciplinarias en las Ciencias Naturales constituye una vía para la satisfacción de esas necesidades.
Las necesidades traen como consecuencia la aparición de los motivos, este surge a partir de ellas. Se transforman en motivo cuando aparece el objeto que las satisfaga y se expresa en intereses con carácter interdisciplinario, es este objeto quien recibe el accionar, se pueden tener necesidades, pero si no se percibe, si no se encuentra el objeto, la actuación no se orienta a la búsqueda de relaciones, por eso es importante crear las condiciones para que en el sujeto aparezca la necesidad de buscarlas.
Los jóvenes y adultos son motivados en la medida en que experimentan que sus necesidades e intereses son satisfechos, por tanto, es un punto de partida esencial para iniciar la planificación y organización de sus actividades de aprendizaje.
Diferentes autores han abordado los intereses, necesidades y motivaciones desde el punto de vista psicológico, entre ellos se encuentran Weiner (1985), Dweck (1985), Covington (1985), Biggs, J.B., (1985), Vigotsky, L.S., (1987), González, F., (1989), Pintrich y De Groot (1990), Beltrán, J., (1993), entre otros.
De una forma u otra tienen en cuenta que los intereses se refieren a la necesidad del sujeto para alcanzar una meta propuesta y se corresponden con los modos de actuación, para obtener información de alguna esfera; aquellos no funcionan aislados, sino en un complejo sistema que se construyen en estilos de vida, se orientan y unifican en lo que hace y piensa el sujeto.
Las necesidades son cualidades estables de la personalidad, de contenido emocional (positivo o negativo) constante que orienta al sujeto a una dirección de su comportamiento en forma de relación con los objetos y personas, garantizan la expresión creadora y activa de la personalidad y conducen a la búsqueda de nuevos niveles de relación.
Las motivaciones están determinadas por los motivos, que según Leontiev, A.N., (1975), es todo aquello que incita al hombre a actuar, para satisfacer una necesidad, toda actividad responde a un motivo, el que le da orientación, sentido e intención, cuando la actividad se despoja del motivo, carece de sentido.
El tratamiento interdisciplinario promueve la motivación. Una actitud creadora y de trabajo cooperativo permite en las personas adultas apropiarse de nuevas cualidades para que puedan abordar cualquier problema relacionado con varias disciplinas, por lo que necesita conocimientos amplios, comprendidos e integrados, habilidades desarrolladas y valores que les posibiliten enfrentar este reto.
Sin lugar a dudas, para el tratamiento de estas relaciones interdisciplinarias y para que el profesor las incorpore como una filosofía de trabajo ha de estar motivado para llevar a cabo actividades interdisciplinarias y estar consciente de la importancia que tiene la especialización tanto personal como profesional.
De la Cierva, R., plantea ""que la especialización ha de completarse con otros conocimientos de los demás campos del saber; de esta forma la educación debe estar dirigida a lograr una adecuada instrucción en una unidad indisoluble a la formación de la persona (que depende, sobre todo, del ejemplo, más que de las palabras, de padres y profesores), al cumplimiento de un objetivo cultural y un ambiente de cultura"". [7]
La constante especialización de las disciplinas no es excluyente de la concepción de las relaciones interdisciplinarias, sí es indispensable para lograr el mejor acercamiento a la realidad objetiva. Se consideran dos elementos esenciales para que el profesor de Química pueda realizar un adecuado tratamiento interdisciplinario en las Ciencias Naturales: el primero es la preparación sistemática en su disciplina, que sea un especialista en la materia que imparte, y el segundo, que cambie su posición al concebir la necesidad de estudiar de forma autodidacta y profundice en temas de otra disciplina que le posibilite el dominio de un nuevo conocimiento.
Para la concreción del tratamiento de las relaciones interdisciplinarias, desde la Química, se coincide con las consideraciones realizadas por Estrada Cingualbres, R., (2007), cuando refiere que son cuatro momentos los que se deben tener en cuenta: diagnóstico del estado real, análisis y selección de los contenidos de cada disciplina y asignatura, el tratamiento interdisciplinario en los diferentes colectivos y la evaluación del aprendizaje.
Destaca que el primer momento debe ser dinámico, al detectar las fortalezas y debilidades de los estudiantes, la socialización de los resultados en los departamentos y disciplinas, con el objetivo de analizar los problemas y lograr un acercamiento inicial en el trabajo interdisciplinario. Se debe tener en cuenta la opinión de los expertos, y los objetivos que se persiguen con la articulación interdisciplinaria sin apartarse de los objetivos generales del modelo del profesional.
En el segundo momento es importante tener en cuenta los resultados del diagnóstico y el intercambio con los especialistas de las demás materias para poder seleccionar los nodos (conocimientos, habilidades y valores) que podrán trabajarse interrelacionados. Enfatiza que para cada nodo de articulación se analizan las precedencias, las interrelaciones, la base conceptual, las habilidades relacionadas, la terminología, la bibliografía y los problemas de los textos relacionados con el nodo en cuestión.
Estos nodos interdisciplinarios permiten una estructuración sistémica de la disciplina, facilitan la precisión de los objetivos y ayudan a determinar las habilidades generales y específicas a lograr, así como las actividades interdisciplinarias.
El tercer momento está referido a la sensibilización de cada colectivo en estudiar objetivamente cuáles son los aspectos esenciales que serán objeto de relación.
El cuarto momento, permite realizar una comparación de la efectividad del proceso luego de implementada la opción interdisciplinaria.
Se considera que además de lo anteriormente expresado, deben tenerse en cuenta los elementos del conocimiento, pues sería casi imposible realizar un adecuado tratamiento a los nodos interdisciplinarios, en cuanto a su determinación, identificación y clasificación, si no se revela esa porción de la información, con sentido lógico, que debe aprender el estudiante.
Caballero Camejo, C.A., (2007), considera que a partir de la esencia temática de cada uno de los elementos del conocimiento de las disciplinas, se hallan los nodos interdisciplinarios. El nodo interdisciplinario, es la agrupación del contenido en el que convergen elementos de este correspondientes a distintas disciplinas. En función del alcance del nodo interdisciplinario, este puede ser general (representan el reflejo más profundo y universal de la realidad interdisciplinaria) y específico (si se deriva del general y refleja las propiedades más específicas de la realidad interdisciplinaria objeto de estudio).
Este autor, después de su anterior análisis, expresa que para la determinación de los elementos del conocimiento con los que se pueden hallar nodos interdisciplinarios, es necesario conocer cuál es la interrelación de las habilidades y los objetivos de los programas de Química, Biología, Geografía y Física para hallar regularidades y buscar una línea de acción común en función de la esencia de cada una de las habilidades intelectuales, prácticas y docentes, independientemente de los conocimientos de cada disciplina, ya que ellas forman parte de los nodos interdisciplinarios, en términos de habilidades.
El investigador cubano Fiallo Rodríguez, J., (2001), realiza un tratamiento interdisciplinario muy acertado cuando tiene en cuenta el desarrollo de las habilidades prácticas, intelectuales, docentes y el desarrollo de la educación en valores. Considera que las habilidades tienen un carácter práctico, de acciones con los objetos, otras se realizan en el plano mental, y se habla, entonces, de habilidades intelectuales, ambas interrelacionadas entre sí, pues las primeras presuponen trabajo intelectual, y estas, generalmente, son precedidas en el proceso de su formación por acciones externas con los objetos o sus representaciones.
Se refiere a habilidades muy relacionadas con el desarrollo del pensamiento lógico y que no se limitan a una disciplina, sino que encuentran su utilización en una gran diversidad de situaciones en el campo de otras disciplinas, como es el caso de la descripción y la observación (muy relacionadas entre sí, pues la primera es una forma de expresar lo observado) como vías para la apropiación y expresión del conocimiento. Como ejemplo se tiene que en Química y en Física se observa y se describen experimentos realizados en el laboratorio, y en Biología se observa y describe una planta o un animal, al igual que un experimento biológico.
Enfatiza este autor en las habilidades de comparación y de clasificación y como ejemplos expone que en la Química se comparan y clasifican las sustancias, en Geografía, se comparan y clasifican paisajes, en Física, se comparan y clasifican los movimientos mientras que en Biología se comparan y clasifican las plantas y los animales.
En cuanto a las habilidades docentes de utilización común para las diferentes disciplinas, entre ellas Química y Biología, considera el trabajo con el libro de texto y otras fuentes del conocimiento, las habilidades para tomar notas de clases, buscar información y las propias para elaborar fichas, resúmenes, cuadros sinópticos, esquemas, entre otras.
Tiene en cuenta, además, los valores para el tratamiento de las relaciones interdisciplinarias y que acertadamente ejemplifica: desde la Química, la Geografía, la Física y la Biología es posible formar cualidades de la personalidad mediante la realización de actividades escolares que exijan esfuerzo y dedicación: la exigencia en la realización correcta de los trabajos de laboratorio, la organización y disciplina en el trabajo, cuidado de los medios que dispone para el trabajo y la propiedad social en general, la formación laboral que se concreta en la escuela mediante actividades como el manejo de diferentes utensilios como son los beakers, erlenmeyers, pipetas, tubos de ensayo, lupa, microscopio, entre otros.
En cuanto a la educación ambiental, la Química vincula la solubilidad y disoluciones con la contaminación de las aguas, el efecto invernadero, la contaminación por smog, las afectaciones de la capa de ozono, las lluvias ácidas, la importancia de la naturaleza y las acciones que se pueden ejecutar para protegerla.
Referente a la educación sexual señala la importancia de la lactancia materna, las medidas higiénicas y las enfermedades de transmisión sexual como el VIH–SIDA.
Se considera que el tratamiento de las relaciones interdisciplinarias en las Ciencias Naturales, desde la Química, en un trabajo cooperativo, no puede concebirse solamente para abordar el contenido de las asignaturas que la integran, sino que constituye una vía para el desarrollo integral de los estudiantes, a fin de lograr transformaciones en ellos que impliquen el desarrollo del pensamiento con carácter interdisciplinario.
Caballero Camejo, C.A., (2007), hace alusión a situaciones de aprendizaje con un tratamiento interdisciplinario, en las que según este autor, los factores curricular, vivencial, motivacional y democrático son esenciales. Estas son:
-En la formación del concepto "reacción química", se puede partir de los cambios que los estudiantes han observado que ocurren en la maduración de un fruto o del proceso de continuidad de la vida en la Tierra, a partir del proceso de fotosíntesis o de los cambios que ocurren en la digestión de los alimentos, en los cuales se evidencian los rasgos comunes y esenciales del concepto de reacción química.
-Cuando se estudian "los hidrácidos", no sólo se deben analizar los usos externos del ácido clorhídrico, sino también mediante el proceso de digestión, e indagar en la función de este ácido en el jugo gástrico y por qué, en ocasiones, se orienta ingerir en dosis reguladas, a determinadas personas.
Se considera que en Cuba la temática ha sido abordada en los diferentes subsistemas de enseñanza, se constata que en la Educación de Adultos, son escasos los antecedentes que existen, no obstante, es imposible extrapolar las vías para el tratamiento de las relaciones interdisciplinarias utilizadas en otros subsistemas de enseñanza, a la Educación de Adultos.
Lo antes expuesto está dado por las características biopsicosociales de los estudiantes en este contexto, las que exigen una organización del aprendizaje centrada en la vida y no en las disciplinas, en metodologías que tengan en cuenta, como punto de partida, las experiencias y vivencias como la fuente más rica para aprender y una atención a sus diferencias individuales.
Velázquez Peña, E., (2005), considera que en el proceso de aprendizaje ocurre simultáneamente la formación individual y social, se desarrollan capacidades, hábitos y habilidades, al mismo tiempo que se desarrollan sentimientos, intereses, motivos y valores, es decir, se desarrollan conjuntamente todas las esferas de la personalidad.
La contextualización al tratamiento de las relaciones interdisciplinarias garantiza que las personas adultas estén motivadas a aprender, y sólo lo logran en la medida en que experimenten que sus necesidades, intereses e inquietudes tienen respuesta en las actividades interdisciplinarias que les orienta el profesor, sobre todo al tener en cuenta que sus primeras actividades sociales son atender a la familia y al trabajo y no estudiar.
El tratamiento de las relaciones interdisciplinarias, desde la Química, en un trabajo cooperativo es limitado, pues aun en la Educación de Adultos se presentan conocimientos fragmentados, habilidades inconexas y se tratan los valores de manera espontánea o a partir de patrones impuestos, y después se exige de la institución escolar, individuos cada vez más integrales, un ciudadano crítico, reflexivo y participativo incluido e insertado en el contexto social.
Es por ello la necesidad de este tratamiento interdisciplinario en un trabajo cooperativo que favorezca en las personas adultas un aprendizaje desarrollador, permanente y para toda la vida, al garantizar en ellos la apropiación activa y creadora de la cultura, el desarrollo de su autonomía y autodeterminación en correspondencia con los procesos de socialización, lo que se expresa en la transferencia del conocimiento para solucionar sus problemas en la vida práctica. Resulta entonces importante tener en cuenta las características de la Educación Adultos.
El adulto es un sujeto activo e independiente, capaz de tomar por sí mismo decisiones en su vida personal y profesional, posición que traslada, generalmente, a la actividad cognoscitiva en el proceso de aprendizaje y que el personal docente debe conocer al preparar sus clases y conducir este aprendizaje en su alumnado.
Por tanto, hay que tener presente que la necesidad de estudiar del adulto se relaciona estrechamente con la solución de los problemas que su vida y el proceso laboral y social generan, pues el adulto valora las enseñanzas recibidas según su situación concreta, sus necesidades y sus aspiraciones personales; por eso, para el adulto adquiere una significación especial la actividad del estudio sobre la base de necesidades y motivos. Esto se explica por el hecho de que el adulto, como sujeto independiente, trata por sí mismo de determinar los objetivos de sus estudios, elegir sus formas y métodos, regular el proceso de estudio y valorar los resultados obtenidos.
La adultez comienza cuando el sujeto adquiere responsabilidad socio laboral, su inicio marca el tránsito a la vida independiente, productiva, social y personal. Sería erróneo considerar que la adultez llega de pronto, en un momento determinado de la vida. La adultez se caracteriza por procesos de formación, períodos de tránsito y crisis del desarrollo. En su forma más general, los períodos de la adultez son: juventud, adultez media y madurez, como aparece reflejado en las orientaciones metodológicas de los programas de Facultad Obrera y Campesina
La juventud es el período del proceso de formación de la adultez de la asimilación de las nuevas normas "adultas" de comportamiento y de adaptación a nuevas funciones y papeles sociales y profesionales.
El joven no se apropia de golpe, de los diferentes papeles "adultos ", en unos casos actúa como adulto y en otras, no. El joven trata por todos los medios de destacar su independencia en la elección y adopción de decisiones, no obstante, con frecuencia realiza esta elección de manera impulsiva, bajo la influencia de las circunstancias y a menudo sustituye las decisiones tomadas.
El período de la madurez, que comienza a los 45 ó 50 años, se prolonga hasta la llegada de la vejez. En este período la persona adulta mira la vida de manera mucho más amplia que antes. El sentido de la vida para ellos se hace cada vez más profundo y diferenciado, los sentimientos y emociones por las pérdidas inevitables se compensan con la experiencia creciente.
El adulto llega al proceso pedagógico con estructuras biopsicosociales ya establecidas o en el caso del joven adulto por establecerse, de hecho rechazan la rigidez y la inflexibilidad pedagógica, aspectos que el profesor debe tener presente al momento de proyectar la dinámica del tratamiento de las relaciones interdisciplinarias; hay que recordar que el adulto posee mucho conocimiento empírico y ricas experiencias en diferentes órdenes, por tanto, exigirá calidad y rigor en todas las actividades que se le orienten.
Canfux Gutiérrez, J. y Pérez Villa, M.J., (2007), destacan las características generales de las personas jóvenes y adultas sobre las cuales se basa la pedagogía de su educación. [8]Estas son:
Las primeras actividades sociales de la persona adulta son atender a la familia y al trabajo, no es estudiar.
La composición sociocultural de los alumnos adultos es muy heterogénea lo que requiere de un estudio previo para proyectar el proceso de aprendizaje y el tratamiento individualizado.
La diversidad de instituciones docentes de donde proceden los adultos, el abandono de estudios por años, la falta de hábitos de lectura hace que tengan distintos niveles de conocimientos.
La actividad de aprendizaje de la Educación de Jóvenes y Adultos está estrechamente vinculada a las motivaciones de naturaleza económica y social y con respuesta de continuidad de estudios.
El adulto siente como deber y como derecho la necesidad de capacitarse en función de su realización individual y de su mejor participación en la sociedad, en las esferas política, económica y social.
La variedad de actividades laborales y de carácter social en las personas adultas obliga a adoptar vías y modalidades flexibles.
El adulto es un protagonista político y social, dondequiera que sean sus funciones y tareas, y como tal hay que tratarlo.
La conformación de los grupos en este subsistema de enseñanza es muy heterogéneo, dado, precisamente, por la composición sociocultural en la que incide la edad, procedencia de diferentes centros de estudio y de trabajo, mujeres con la condición de amas de casa, estudios que comenzaron y que por diversas razones tuvieron que abandonar, lo que trae como consecuencia necesidades, intereses e inquietudes diferentes, es por ello, que requiere un estudio previo para proyectar un tratamiento interdisciplinario consecuente con sus características y las del contexto que promueva la búsqueda de relaciones y permita dar solución a sus problemas de la vida cotidiana.
Los autores anteriores encuentran pertinencia en el término pedagogía para facilitar, orientar y dirigir la educación y el aprendizaje de los jóvenes y adultos, no obstante, se considera necesario resaltar que muchos especialistas e investigadores estiman llamar Andragogía a la ciencia que estudia la educación y aprendizaje de las personas adultas, entre ellos Cazau, P., (1999), De Albuquerque Cavalcanti, R., (2002), Alcalá, A., (2000), Aguilar Fernández, V., (1994), Cabrera Rodríguez, J., (2003) y Pino Guzmán, E.M., (2003).
El término Andragogía fue empleado por primera vez por el maestro primario alemán Alexander Kapp, en el año 1833 para describir la teoría educativa de Platón, pero el término no fue empleado con sistematicidad y casi cayó en desuso hasta que en el siglo XX fue retomado por Eugen Rosenback para hacer referencia a los elementos que conforman el currículum específico de la educación del adulto: profesor, método y filosofía.
Retoma fuerza este concepto, en la década de los sesenta, sobre todo en Europa y en América del Norte para hacer referencia a todo el currículum diseñado para llevar a cabo la educación integral de la población adulta.
Vidal Ledo, M. y Fernández Oliva, B., [s.a] en sus valoraciones acerca del tema, hacen referencia a que se discute sobre Pedagogía y Andragogía como si fueran aspectos contrapuestos, cuando realmente lo que se contraponen son los métodos de enseñanza clásica frente a nuevos métodos participativos, al tener en cuenta el entorno social en que el individuo se desarrolla.
Se considera que aun cuando la procedencia del concepto quede en tela de juicio entre los diversos criterios de su surgimiento y utilización, lo importante es que de una forma u otra se coincide con su significación como ciencia que estudia y proyecta la educación del adulto (a) como un ente psicológico, biológico y social.
El tratamiento de las relaciones interdisciplinarias, en un trabajo cooperativo, exige tener presente lo anteriormente expresado, pero no siempre en la práctica educativa se logra, al no considerarse su estructura y funcionamiento.
COMPENDIO DE TRABAJOS CON CARÁCTER INTERDISCIPLINARIO PARA LA EDUCACIÓN DE JÓVENES Y ADULTOS
Rolando Miguel Bermejo Correa: Doctor en Ciencias Pedagógicas, Lic. en Educación Especialidad Química, Master en Enseñanza de la Química, Profesor Titular.
Yanet Bermejo Crespo: Doctora en Medicina. Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral.
Ramón Guillén Rivero: Máster en Enseñanza de la Química, Lic. en educación, especialidad Química. Profesor Instructor.
Institución autorizada: Universidad "Ignacio Agramonte Loynaz", Camagüey. Cuba
Autor:
Dr. C. Rolando Miguel Bermejo Correa
[1] Alexei N. Leontiev. Actividad, conciencia, personalidad. Editorial Pueblo y Educaci?n. La Habana, 1981. p. 249.
[2] Cayetano Alberto Caballero Camejo. Un viaje did?ctico a la relaci?n interdisciplinaria de la Biolog?a y la Geograf?a con el aprendizaje de la Qu?mica. Disponible en http://www.psicolog?acient?fica.com. 2007.
[3] F?tima Addine Fern?ndez. Modelo para el dise?o de las relaciones interdisciplinarias en la formaci?n de profesionales de perfil amplio. Disponible en http://www.rieoei.or. 1999.
[4] Ulices Mestre G?mez. Algunas herramientas para la educaci?n de adultos: comunicaci?n educativa y aprendizaje cooperativo. Material impreso. Santiago de Cuba. 2007. p. 6
[5] Diana Salazar Fern?ndez. Interdisciplinariedad como estrategia did?ctica del estudiante en la actividad cient?fica investigativa. Material impreso. 2006. p. 441.
[6] Ibid., p. 51.
[7] Ricardo de la Cierva. Temas de hoy. Colecci?n ?qu? puedo hacer? Primera edici?n. Madrid. Espa?a. 1988. p. 84.
[8] Jaime Canfux Guti?rrez y Mar?a Josefa P?rez Villa. Pedagog?a de la Educaci?n de J?venes y Adultos. Curso 18. Pedagog?a 2007. ?rgano Editor Educaci?n Cubana. Ministerio de Educaci?n. 2007.p. 18.