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Biografías de los miembros de la dinastía Borbón, la Casa reinante de España (página 2)


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Mecenas cultural, amante del teatro, amiga de actores y actrices, deportista, apasionada del baile, los toros y las romerías, la infanta gozaba de un gran respeto y cariño popular, y era realmente poquísimos quienes se atrevían a hablar una palabra en contra de la venerable infanta. Ya anciana, la infanta Isabel, percibía la nada despreciable cantidad de 250.000 pesetas de parte del Estado, y cierta vez, un parlamentario objetó que la vieja señora cobraba demasiado. Un compañero, arrobado, adujo: "¡Pero si siempre tiene su popular sonrisa en los labios!". A lo que el primero respondió castizamente: "Mire usted, si mi mujer dispusiera de esa cantidad, se estaría riendo a carcajadas todo el año…". Cuando se proclamó la II República y la Familia Real hubo de partir al exilio, sólo a la infanta Isabel el Gobierno le dio la posibilidad, si ése era su deseo, de quedarse en España. Sin embargo, la infanta, que estaba enferma y tenía casi 80 años, decidió irse.

Tan presumida y sociable que había sido, se había transformado en una mujer agotada y triste. Estaba paralítica y casi privada del uso de la palabra, debido a una afección medular. A la estación de la capital francesa llegó en camilla, y nadie la estaba esperando, aunque toda la Familia Real se encontraba ya en París y sin nada que hacer. La llevaron a una residencia de ancianos, en el convento de La Asunción, en Auteuil, donde su estado se fue agravando. Murió allí, el 23 de abril de 1931, cinco días después de partir hacia el destierro. El semanario Crónica le dedicó su portada con este pie: "Era, indiscutiblemente, la figura de la Familia Real más popular y querida en Madrid, por su espíritu democrático y castizo". No pudo soportar vivir lejos de su amado Madrid. Se la enterró, en solitario, sin pompa ni ceremonia alguna, en el cementerio parisino del padre Lachaise. Fue la primera que murió en el exilio y la última que volvió: su cadáver regresó a España 60 años más tarde, y lo enterraron en el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, donde solía pasar los veranos.

María de las Mercedes de Borbón y Habsburgo, Infanta de España y Princesa de Asturias

1880-1912

María de las Mercedes de Borbón y Habsburgo, hija mayor de los reyes Alfonso XII y María Cristina, nació en el Palacio Real de Madrid a las 8.20 horas de la noche del 11 de septiembre de 1880, anunciándose el acontecimiento al pueblo mediante el izado de una bandera blanca en el palacio y quince salvas de artillería. La niña fue bautizada en la capilla del palacio, en la ancestral pila de Santo Domingo de Guzmán, tres días después, por el arzobispo de Toledo, y sus padrinos fueron el Papa León XIII –representado por el nuncio en España—y la reina Isabel II, su abuela. Recibió una extensa lista de nombres: María de las Mercedes Isabel María Teresa Cristina Alfonsa Jacinta Ana Josefa Francisca Carolina Fernanda Filomena María de Todos los Santos. Por entonces, la familia real española se hallaba en una cuestión bastante precaria en cuanto a la sucesión. La dinastía, encarnada en Alfonso XIII y María Cristina, contaba con apenas una heredera, la misma Mercedes, y sus tías Isabel, Paz y Eulalia. Dos años después vendría al mundo su hermana María Teresa, y en 1885 falleció su padre, iniciándose la regencia de María Cristina con María de las Mercedes como princesa de Asturias y presunta heredera del trono. La reina regente se hallaba embarazada y María de las Mercedes sería heredera del trono hasta el nacimiento del primer hijo de Alfonso XIII, su hermano, en 1907.

Como princesa con enormes posibilidades de reinar, la reina regente deseaba para su hija un matrimonio conveniente, pero tratado de conciliar los intereses dinásticos con la felicidad de la infanta. María Cristina se dio a la tarea de buscar un príncipe de sangre y apellido Borbón, y su elección recayó en don Carlos de Borbón, príncipe de las Dos Sicilias, heredero de la rama borbónica que había reinado en las Dos Sicilias hasta la unificación italiana en 1878. Descendiente de los Reyes Católicos, de Juana I La Loca, de Felipe V y Carlos III de España y de tres reyes de las Dos Sicilias, joven, sano, fuerte y de agradable presencia, don Carlos había sido formado en las filas de las Fuerzas Armadas Españolas, llevaba apellido Borbón y había sido premiado por su valor y capacidad militar. Una de sus hijas, la condesa de Barcelona, contó muy posteriormente: "Cuando papá pensó en casarse con la princesa de Asturias, hubo muchos problemas, porque algunos sacaron a relucir lo del "carlismo" de su padre, pero la reina Cristina y Alfonso XIII, que estaban encantados con la idea, le apoyaron".

La requerida ceremonia de Petición de mano se realizó en el Palacio Real madrileño a mediados de diciembre de 1900, y la noticia fue recibida con conformidad en el parlamento, que dio su consentimiento al enlace. Se concedió a la destronada reina Isabel II el honor de ser madrina de la boda, pero, sintiéndose cansada y ya bastante anciana, no pudo viajar desde París.

El casamiento fue impopular al principio, por algunos disturbios populares que fueron fácilmente contenidos cuando las tropas fueron enviadas a las calles de Madrid. Pese a todos los conflictos que supusieron las celebraciones, hubo un gran número de celebraciones esplendorosas, y la boda se realizó el 14 de febrero de 1901. La pareja tuvo dos hijos, el infante don Fernando y la infanta doña Isabel Alfonsa, pero la muerte de la princesa de Asturias fue muy prematura, y conmocionó a España entera. Le sorprendió a los 24 años –el 17 de octubre de 1904— dando a luz a su única hija, Isabel Alfonsa. El pueblo madrileño demostró en sus funerales un gran cariño a la infortunada princesa. Su segundo hijo, el infante don Fernando (que automáticamente pasó a ser Príncipe de Asturias y primero en la sucesión al trono español), fallecería un año más tarde.

Don Alfonso de Borbón-Dos Sicilias y Borbón, Infante Heredero de España, Conde de Caserta

1907-1960

Fue el primer nieto de un abuelo al que no conoció, el rey Alfonso XII, e "Infante heredero" y primero en la línea sucesoria al trono español desde la muerte de su madre, en 1904, hasta el nacimiento del primogénito de Alfonso XIII, en 1907.

El hijo mayor de don Carlos, el infante Alfonso, fue una figura poco relevante. En abril de 1936, luego de haber intentado cortejar a su hermosa prima Isabel de Orleans-Braganza, el infante contrajo matrimonio con la princesa Alicia de Borbón-Parma. "A Alfonso –contó su hermana María— que ya no era tan joven, le adjudicaron una prima lejana que era hija del Duque de Parma. Fue a una cacería en Austria y allí conoció a Alicia, que era la hermana pequeña de la otra. Le gustó más y dijo: «Pues con ésta es con la que me caso». Y así fue".

Alicia María Teresa Francesca Luisa Pía Anna Valeria de Borbón, princesa de Parma, nacida en Viena el 13 de noviembre de 1917, era la séptima descendiente del matrimonio conformado por el príncipe Elías de Borbón, Duque de Parma y Piacenza (1880-1959) y la archiduquesa María Ana de Austria (1882-1940). Fue una de los 38 nietos del duque Roberto I de Parma, lo que la convierte en prima hermana del rey Boris III de Bulgaria (muerto en 1943), del archiduque Otto de Austria, del gran duque Juan de Luxemburgo y del reconocido Carlos Hugo de Borbón Parma, divorciado de Irene de Holanda. La madre de Alicia, María Ana de Habsburgo, tataranieta de Carlos III de España y bisnieta del emperador Leopoldo II de Austria, era prima hermana del rey don Alfonso XIII, al ser hija de un hermano de la reina María Cristina. Inexplicablemente, la princesa Alicia fue la única de ocho hermanos que contrajo matrimonio.

Doña Alicia procede de una rama de la Casa de Borbón que había reinado en el territorio italiano de Parma durante los siglos XVIII y XIX, y provenía de los Capetos franceses a través de los Borbones españoles. Alicia era descendiente del rey Felipe V de España; de Luis I, rey de Etruria, y de Carlos III, Duque de Parma y de la princesa Luisa de Francia. Decana de la dinastía española, la infanta doña Alicia es actualmente la última persona a la que el rey Alfonso XIII le concedió el tratamiento de Infanta de España. Junto a don Alfonso tuvo tres hijos, las princesas Teresa e Inés de Borbón-Dos Sicilias, y el infante don Carlos, actual duque de Calabria.

Ese título había sido heredado por Alfonso a la muerte de un tío napolitano, en 1960, y por entonces el infante se volvió atrás sobre la renuncia de su padre y reclamó para sí la jefatura de la Casa Real de las Dos Sicilias, dando lugar a no pocos disgustos y disensiones en el seno de su familia, que han llegado a nuestros días. Con su acción puso en duda la absoluta certeza que don Carlos, su padre, siempre tuvo de su españolidad y de la de sus hijos, y su convicción, refrendada por el propio rey Alfonso XIII, de que él y su familia eran príncipes españoles de pleno derecho y no príncipes de las Dos Sicilias. Don Alfonso falleció en Madrid el 3 de febrero de 1964 y fue enterrado en el Escorial.

S.A.R. Don Carlos de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma, Infante de España, Príncipe de las Dos Sicilias y Duque de Calabria

1938-

Realmente escasos son los españoles que saber que el duque de Calabria, don Carlos de Borbón-Dos Sicilias, y sus hijos ocupan, según la tradición dinástica, el lugar inmediato de los hijos del rey Juan Carlos en la sucesión de la corona española. Todo ello se debe a las renuncias del príncipe Alfonso de Asturias y del infante Jaime y las infantas Beatriz y María Cristina (hijas de Alfonso XIII), así como la de las infantas Pilar y Margarita (hermanas de Juan Carlos I), acontecimientos que dejaron vía libre en la sucesión a los descendientes de la hermana mayor del rey Alfonso, María de las Mercedes, princesa de Asturias entre 1885 y 1904, abuela paterna del infante don Carlos.

Nació el 16 de enero de 1938 en Lausana, Suiza, once días después que su primo hermano Juan Carlos. Hijo de Alfonso de Borbón-Dos Sicilias, duque de Calabria (aquel "Infante heredero") y de la princesa Alicia de Borbón-Parma. Al año siguiente a su nacimiento, la familia se trasladó a España., donde el príncipe asistió a la misma institución educativa que fue elegida para el futuro rey Juan Carlos. El 3 de febrero de 1964, en Viena, Austria, murió su padre el infante don Alfonso, y desde entonces Carlos se convirtió en Jefe de la Casa Real de la Dos Sicilias, ostentando el título napolitano de Duque de Calabria. Desde entonces, y en sus propias palabras, don Carlos se considera "depositario de una tradición que procuro conservar con decoro, salvando así su continuidad histórica".

En 1962, durante la boda de Juan Carlos y Sofía, en Atenas, Carlos conoció a quien sería su futura esposa, Ana de Orleáns, una belleza rubia de ojos cautivantes que era Princesa de Francia. Su Alteza Real la princesa Ana era una de los once hijos del Conde de París, Enrique de Orleáns, y la princesa Isabel de Orleáns e Bragança. Nació el 4 de diciembre de 1938 en Woluwé-Saint-Pierre, Bélgica.

La pareja se casó el 11 de mayo de 1965 en la Capilla Real de la dinastía francesa en Dreux, Francia. El conde de Barcelona apadrinó el casamiento, y concedió a su sobrino el Toisón de Oro, como muestra de su especial afecto. Y es que, contrariamente a otros familiares, don Carlos nunca se había mostrado dispuesto a escándalos, llamadas de atención ni excentricidades. Vivía entonces deliberadamente marginado del foco de la atención pública, decidido, como su mujer, a ser flanco de publicidades desmedidas. Muchos españoles se asombraron de ver que, ostentando la representación oficial de su primo Juan Carlos, el duque de Calabria acudió al aeropuerto de Barajas a recibir a algunos príncipes y jefes de Estado extranjeros invitados a los actos de entronización del rey, en 1975.

Luego, a lo largo de los siguientes treinta años, se lo ha visto en contados actos públicos, lo cual no deja de asombrar a todos. Acertadamente, la periodista Françoise Laot, especialista en temas de la realeza, observó: "Verdaderamente, el duque de Calabria no es ni un personaje oficial, pues no tiene casi empleo junto al rey, ni un español como los demás… Pero, si llegara a ser necesario para la corona, ¿se le ha ensalzado lo suficiente?".

Por un Decreto Real del 16 de diciembre de 1994, el Rey Juan Carlos I de España lo nombró Infante de España. Carlos vive actualmente en Madrid, junto a su familia. Tiene varias propiedades rurales en Toledo y Ciudad Real, así como acciones en importantes compañías como Repsol y Telefónica. El Infante Carlos de Borbón es uno de los dos pretendientes al trono del Reino de las Dos Sicilias junto con Carlos, Duque de Castro. La disputa surge a raíz de que el abuelo del Infante Carlos renunció a sus derechos al trono para poder ser pretendiente al trono de España. Sin embargo ellos aducen que la renuncia era potencial, y solo en caso de que se accediera efectivamente al trono de España, cosa que no sucedió.

De formación profesional financiera (trabajó en el Chase Manhttan Bank, Banca Popular Peruana y Banco Nacional de México, y fundó Consorcio Hispano-Arábigo y Central Financiera de Expansión), don Carlos es consejero y accionista de Grupo Dragados (10.000 acciones), Inmobiliaria Urbis (3.025 acciones), Cepsa (30.000 acciones), Viajes Marsans y de Sociedad Española del Acumulador Tudor, entre otras empresas. Además, preside la sociedad familiar Dehesa de la Higuera SA, que, con un capital social de 60.101 euros, se dedica a la explotación y cultivo de fincas rústicas. Don Carlos de Borbón-Dos Sicilias también es presidente del Real Consejo de las Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa.

Los Duques de Calabria han tenido cuatro hijas y un hijo:

S.A.R. doña Cristina de Borbón-Dos Sicilias y Orleáns, Princesa de las Dos Sicilias

Nacida en Madrid el 15 de marzo de 1966. Casada con el español Pedro López-Quesada y Martínez Urrutia. Su segundo hijo, Pedro López-Quesada y Borbón-Dos Sicilias, nació en Madrid el 1 de diciembre de 2003.

S.A.R. doña María de la Paloma de Borbón-Dos Sicilias y Orleáns, Princesa de las Dos Sicilias, Archiduquesa de Austria

Nacida en Madrid el 5 de abril de 1967, es la segunda hija del infante don Carlos de Borbón-Dos Sicilias y de la princesa Ana de Francia. La princesa María de la Paloma contrajo matrimonio en la finca familiar de "La Toledana", Ciudad Real, el 13 de julio de 1996, con el archiduque Simeón (Carlos Eugenio José Leopoldo) de Austria, hijo tercero del archiduque Rodolfo de Austria, y de la condesa Xenia Tschernyschev-Besobrasow, y nieto de Carlos I, el último soberano del imperio austro-húngaro, nacido el 29 de junio de 1958. El archiduque Simeón es descendiente directo del emperador del sacro imperio romano Carlos V, y del último emperador austrohúngaro, Carlos I. A lo largo de los siglos XIX y XX han sido frecuentes los enlaces matrimoniales entre miembros de las dinastías Borbón de las Dos Sicilias y Habsburgo de Austria.

El archiduque Rodolfo (nacido en 1919) fue el sexto hijo del emperador Carlos I de Austria y la emperatriz Zita, princesa de Borbón-Parma. En 1953 contrajo matrimonio en Nueva York con la condesa rusa Xenia Tschernyschev-Besobrasow, que falleció en un accidente de aviación en 1969. Una de las hermanas de Simeón de Austria, la archiduquesa Catalina, es una famosa historiadora y escritora de libros acerca de las dinastías reales, dedicándose especialmente a investigar la vida de las reinas de la Casa de Austria.

La princesa María y el archiduque Simeón han sido padres de cuatro hijos: el archiduque Johannes Rudolf Antonio María (1997), el archiduque Ludwig Christian Fransikus María (1998), la archiduquesa Isabelle Rocio Maravillas Lourdes (2000) y la archiduquesa Carlotta Adelaïde Teresa María (nacida en 2003).

S.A.R. don Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Orleáns, Príncipe Heredero de las Dos Sicilias, Duque de Noto

Nacido en Madrid el 16 de octubre de 1968. El 30 de marzo de 2001 contrajo matrimonio en la Capilla del Real Club puerta de Hierro, Madrid, con la española Sofía Landaluce Melgarejo, bisnieta de los duques de San Fernando de Quiroga. Nueve años había tardado la pareja en convencer a la familia de que ninguna ley de este mundo podría impedir que su historia de amor acabara en matrimonio. Nueve años de relación secreta –todo para no contradecir las normas de la Real Casa de las Dos Sicilias y del jefe de ésta, padre del príncipe Pedro, que esperaba un matrimonio más principesco para su primogénito.

El infante don Carlos es el depositario del legado dinástico de los Borbones de Nápoles y, como tal, debía defender la dinastía, las normas sucesorias de la Casa Dos Sicilias. El duque de Noto, sin embargo, ingeniero de Montes, impuso su amor, y se retiró a vivir a la finca La Toledana con Sofía, en la provincia donde la había conocido, en 1991, ya que el padre de Sofía, Manuel Landaluce, explotaba en la comarca de las propiedades de los Calabria una finca donde se caza perdiz y donde se organizan monterías.

En ésta cultivaron trigo, cebada y olivos, llegando, incluso, a instalar una piscifactoría. Ni un escándalo, ni un mal tono. Sólo una sufrida y ahogada pasión vivida en silencio y, lo más importante, el nacimiento, en 1993, de Jaime, que fue inscrito inmediatamente con los apellidos de Borbón Landaluce. La fuerza de la sangre de un nieto que visitaba con frecuencia a sus abuelos fue cerrando fisuras con los años entre los duques de Calabria y el duque de Noto, hasta que, finalmente, el infante don Carlos acabó por convencerse de que el abrazo de un niño inocente no tiene por qué estar reñido con el incumplimiento de las normas dinásticas.

En la ceremonia, oficiada por el sacerdote Marco Álvarez de Toledo y Marone –nieto de la infanta doña María Cristina-, actuaron como padrinos Manuel Landaluce, padre de la novia, y la duquesa de Calabria, madre del contrayente. La familia Real española estuvo representada por el príncipe de Asturias, la infanta Elena, el duque de Lugo, la infanta doña Margarita y su esposo, el duque de Soria, con sus hijos. Firmaron como testigos por parte del novio: don Felipe de Borbón, el duque de Calabria; sus hermanas, las princesas María, Cristina, Victoria e Inés; sus cuñados Pedro López Quesada y el archiduque Simeón de Austria. Todos felices de que Pedro y Sofía hubieran visto cumplido, al fin, el sueño de casarse.

La actividad empresarial del príncipe don Pedro Juan, con estudios de Ingeniería de Montes, se centra en cuidar y administrar la extensa finca familiar, "La Toledana", en la provincia de Ciudad Real, y en el campo de la cinegética. Es administrador único de Perdicampo, SL y Agrocinegética Borbón, SL, ambas domiciliadas en Ciudad Real. Los duques de Noto, aparte del mencionado Jaime, ha tenido dos hijos más, Juan (abril de 2003) y Pablo (28 de junio de 2004) de Borbón-Dos Sicilias y Landaluce.

S.A.R. doña Inés de Borbón-Dos Sicilias y Orleáns, Princesa de las Dos Sicilias

Nacida en Madrid el 20 de abril de 1971. Contrajo matrimonio el 15 de octubre de 2001 con el duque Michelle Carrelli Palombi dei Marchese Raiano, perteneciente a la aristocracia italiana, en la iglesia de Santa Leocadia, situada al norte de Toledo, España.

Los reyes Juan Carlos y Sofía y el Príncipe de Asturias actuaron como testigos del enlace, al cual asistió también la Condesa de Parí (abuela materna de la princesa Inés) y el duque de Braganza. La princesa Inés y Michelle Palombi tuvieron dos hijas, Teresa (6 de septiembre de 2003) y Bianca (2005), y residen en Roma.

S.A.R. doña Victoria de Borbón-Dos Sicilias y Orleáns, Princesa de las Dos Sicilias

Encantadora y dueña de una sonrisa radiante, Su Alteza Real la princesa Victoria de Borbón-Dos Sicilias y Orleáns, hija menor del infante don Carlos de Borbón y de la princesa doña Ana de Orleáns, nació en Madrid el 24 de marzo de 1976.

Pese a su cercano parentesco, la prensa española vio en esta rubia y hermosa princesa una perfecta para don Felipe, Príncipe de Asturias. Heredera de la simpatía y la bella sonrisa de su madre, el 27 de septiembre de 2003 contrajo matrimonio en la radiante ciudad manchega de Almagro (Ciudad Real), precisamente en la iglesia del convento de la Asunción de Calatrava con el armador griego Markos Nomikos. El enlace se celebró por los rituales cristianos católico y ortodoxo –la confesión religiosa del novio— y fue oficiada por el párroco de pueblo Nuevo del Bullaque (la localidad en la que se encuentra la finca La Toledana, propiedad del infante don Carlos) y el metropolitano ortodoxo de España y Portugal, Epifanias.

La princesa Victoria y Markos Nomikos han sido padres de un niño, Anastasios (nacido en Atenas el 27 de mayo de 2005), y una niña, Anna Nomikos.

Isabel Alfonsa de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, Infanta de España y Princesa de las Dos Sicilias

1904-1985

La infanta Isabel Alfonsa fue una mujer digna de su ascendencia borbónica española. En extremo sencilla y escasísima de recursos, pasó toda su vida dedicándose a sus caridades y a la gestión de sus tierras. Cuando, ya muy anciana, recibió la visita de algunos de sus primos napolitanos, éstos encontraron una anciana de la España profunda vestida de negro, en cuya casa las gallinas se codeaban con recuerdos de familia de la casa real. El recuerdo que de ella se guarda en Sevilla es excelente.

La infanta doña Isabel Alfonsa era la hija del Infante don Carlos de Borbón-Dos Sicilias y de la Princesa de Asturias, por tanto, era nieta de la reina María Cristina, sobrina de Alfonso XIII, hermanastra de la Condesa de Barcelona y tía carnal de Juan Carlos I. Infanta queridísima y popular, su vida es especialmente interesante. Nació en 1904 en el Palacio Real de Madrid, con la fatalidad de que su madre murió en el parto y a ella misma la dieron también por muerta. Se salvó porque el rey Alfonso XIII se acercó, le puso los dedos en la boca y exclamó: "¡Pero si está viva!". Estas circunstancias tan dolorosas hicieron que toda la familia se volcara en ella, por lo que vivió rodeada de cariño y atenciones. Se convirtió en la nieta preferida de la reina regente y en la sobrina predilecta del rey Alfonso XIII.

Tras la muerte de la princesa Mercedes, el querido cuñado de Alfonso XIII, el infante don Carlos siguió viviendo en el palacio real madrileño con sus hijos, Alfonso e Isabel Alfonsa bajo el cariño y el amparo de su suegra, la reina María Cristina, la "Abuela Bama" a la que adoraban. Ella los llamaba "Bela" y "Belito" y para ellos hacía juegos de manos y de magia. Era curioso para todos contemplar a aquella rígida reina regente de España sentada en el suelo, moviendo los biombos y santiguándose con los dedos de los pies ante las grandes carcajadas de los niños.

En 1929, la muerte de la reina Cristina sumió en un profundo luto a la familia real. Justamente para ese mismo año se había fijado la boda de la infanta Isabel Alfonsa con un pariente lejano suyo, el conde Juan Kanty de Zamoyski, y, aunque con pocos ánimos, se decidió no aplazar la ceremonia. La condesa de París nos da una vívida descripción de aquel acontecimiento en sus memorias: "El matrimonio tuvo lugar en la capilla de palacio. Todas las damas españolas vestían traje de corte blanco y oro, y las princesas extranjeras llevaban también en su mayoría vestidos blancos, o de plata, con mantillas blancas de hermoso encaje sostenidas por diademas. Todo era del más bello efecto".

"En el Real Palacio de Madrid", comenzaba el acta matrimonial, "a las 11.00 horas del día 9 del mes de marzo de 1929, constituidos en la real capilla y en virtud del real mandato para asistir a la celebración del concertado matrimonio de Su Alteza Real la Serenísima Señora Infanta doña Isabel Alfonsa de Borbón con Su Excelencia el Conde don Juan Kanty de Zamoyski…" Los padrinos fueron los Reyes. Alfonso XIII vestía uniforme de gala de la Armada. La reina, vestido de tisú de plata con mantilla blanca, diadema, collar y joyas de brillantes. Entre los presentes estaban los hijos de los monarcas, entre ellos el joven don Juan, padre del rey Juan Carlos, que por entonces tenía dieciséis años. "Su Alteza iba ataviada con un lindo vestido blanco y lucía el valiosísimo manto de encaje que llevó el día de su boda la reina doña Victoria y que perteneció a la reina doña Isabel II…". Así describió la prensa de 1929 la última boda real celebrada en España antes del exilio. Debido a que la madre del rey había fallecido hacía un mes, la corte estaba de luto oficial y la boda tuvo menos brillo del previsto. El vestido de la infanta estaba adornado con flores de azahar y llevaba el manto de encaje que perteneció a su bisabuela, Isabel II. No lucía ninguna joya. El novio vestía el uniforme de maestrante de Sevilla con la banda de Carlos III. El banquete nupcial se celebró en dos salones. Uno de ellos ocupado por los reyes, los novios, los infantes y los familiares más allegados al conde Zamoyski. El otro, por los demás invitados hasta alcanzar el medio centenar, las damas, los profesores y ayudantes. Los regalos fueron de lo más variado, desde un automóvil –obsequio del rey–, hasta la cartera del ministro de Justicia.

Isabel Alfonsa y el conde Zamoyski se marcharon a vivir a Eslovaquia, donde fueron perseguidos y desposeídos de todos sus bienes, primero por los nazis y después por los soviéticos. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, la pareja vivió temporalmente en el Principado de Mónaco, donde el conde tomó el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores del príncipe Rainiero III. Posteriormente, el matrimonio logró viajar a Sevilla prácticamente sin nada, tras una azarosa huida llena de peligros, con la ayuda del infante don Carlos.

El conde Zamoyski había invertido casi todos sus bienes en un balneario checo y, tras una estrepitosa ruina, la pareja hubo de establecerse en Sevilla bajo la protección de don Carlos, que les compró allí la finca llamada San José y Santa Elisa, a cuya explotación se dedicaron carentes de otros medios económicos. Allí, la infanta se dedicó al cuidado de sus hijos, trabajando ella misma en una huerta situada en la carretera de Carmona. Al poco tiempo de estar aquí, el matrimonio se separó amistosamente, por el carácter difícil del conde, aunque mientras vivió Isabel Alfonsa le ayudó económicamente con gran sacrificio. En Sevilla, doña Isabel vivió años entregada a la oración y al trabajo, y renunció a toda clase de privilegios. Esta circunstancia convirtió a la infanta en una persona muy popular ya que vestía como una mujer del pueblo y ella misma llevaba al mercado en su "jeep" los cántaros de leche y los productos de su huerta. Fue generosísima con los necesitados y con muchas instituciones religiosas. Repartió joyas y dio cuantiosas limosnas, mientras ella y sus hijos vivían en la mayor austeridad. Además, participó de las tradiciones de la ciudad y tuvo una gran devoción hacia la Virgen de los Reyes, a cuya procesión acompañó mientras pudo, y hacia la "Blanca Paloma", a la que regaló un precioso broche de brillantes con el escudo de Sevilla, que le había obsequiado la ciudad el día de su boda.

Sobre su carácter austero y sencillo, Camilo Olivares, canónigo de la Catedral de Sevilla, suele relatar esta anécdota: "Una vez asistió entre la multitud a la entrada de la Esperanza Macarena. Alguien avisó al hermano mayor de que estaba allí e hizo que dos hermanos se acercaran para que pudiera entrar en el templo. Les abrió paso un guardia municipal y una señora preguntó protestando quién era esa mujer. El testigo presencial que me lo refirió le aclaró que era la Infanta, con lo que la señora se quedó más conforme y exclamó: ¡Tiene que ser más humilde que la tierra, va peor vestida que yo!".

Doña Isabel Alfonsa falleció en 1985 en el Hospital del Aire, de Madrid, a consecuencia de una complicación cardiaca, y fue sepultada en el Pabellón de Infantes del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Isabel Alfonsa fue una princesa poco afortunada, tanto en su matrimonio como en su vida. Uno de sus dos hijos varones acabó trabajando, no de taxista, pero sí de conductor de camiones en la base de Torrejón. Su única hija, Teresa, bisnieta, como sus hermanos, de la reina María Cristina, ingresó, en el otoño de 1963, como monja de clausura en el convento de carmelitas descalzas de La Aldehuela. Si Alfonso XIII no hubiera venido al mundo, Isabel Alfonsa hubiera sido reina de España.

Doña María Teresa de Borbón y Habsburgo, Infanta de España

1882-1906

No muy agraciada físicamente, pero inteligente y dulce, la infanta María Teresa fue la segunda hija del rey Alfonso XII y la reina María Cristina. Nació en Madrid el 12 de noviembre de 1882 y en 1906, pocos meses antes del enlace de su hermano pequeño Alfonso XIII con la princesa Victoria Eugenia, se casó en la capilla del Palacio Real de Madrid con su primo hermano el príncipe Fernando de Baviera y Borbón, que era hijo de la infanta doña Paz y nieto de la reina Isabel II de España.

Con motivo de aquella boda, Madrid se vistió de fiesta, celebrándose banquetes, cacerías, excursiones y representaciones teatrales. El embajador alemán, el barón von Radowitz, dio un gran banquete con asistencia de todos los príncipes bávaros emparentados con el príncipe Fernando, y que fue muy comentado en la prensa española.

El enlace parece que había sido muy planeado desde la infancia de ambos novios, según demuestra la correspondencia entre las familias Borbón y Baviera. La infanta doña Isabel, "La Chata", deseaba arreglar una boda conveniente para su sobrina María Teresa. Según el historiador español Juan Balansó, esta infanta, que había vivido en la austera corte de su madre, la reina regente María Cristina, como una crisálida no tenía idea exacta de las diferencias entre hombre y mujer. No era bonita, pero poseía unos ojos lánguidos y cosía perfectamente. Era modesta y bondadosa.

A Isabel don Fernando –considerado el más serio de los hermanos Baviera—le pareció el candidato adecuado. No era ambicioso ni mujeriego, aunque se decía que –de mediado intelecto—estaba interesado únicamente en sus uniformes y en joyas, hasta el punto de que algunas de sus tías le dejaban las suyas como herencia. Ricardo Mateos ha escrito sobre el gusto de don Fernando por las alhajas, diciendo que le asomaba "un deje de feminidad que le daba un toque de distinción". Además, don Fernando de Baviera había nacido en Madrid, lo que hacía innecesaria su nacionalización sino que simplemente tenía que optar por la nacionalidad española que le correspondía por nacimiento. Fernando de Baviera estudió en la Academia Militar de Baviera y en la Universidad de Múnich, y posteriormente cumplió servicio en la Escuela de Equitación Militar de la capital bávara.

En todo caso, "La Chata" tomó nota y escribió a su hermana doña Paz, residente en Múnich: "Nuestra María Teresa vale mucho. Deseo que sea muy feliz. Pero sería una pérdida si tuviese que abandonar el país. Será muy difícil que encuentre lo debido, pues son muy pocos con los que puede contarse". La insistencia de doña Isabel surtió sus efectos, y pocos después, en febrero de 1904, los Baviera, al completo, llegaron en Madrid, para una planificada visita familiar con vistas a organizar un matrimonio entre "Nando" y Teresa. La infanta nunca había mirado a Nando más que como a un primo hermano pequeño, y durante la visita a Madrid ambos pudieron tratarse más a fondo.

La petición de mano tuvo lugar en octubre de 1905, y la noticia fue bien recibida por el pueblo español. Don Fernando fue el primer príncipe de Baviera a quien se concedió el rango de Infante de España, y desde entonces fue un personaje sumamente discreto y fiel a la corona española, negándose incluso a ser sepultado en el mausoleo borbónico de El Escorial mientras el rey Alfonso XIII –muerto en el exilio en 1941—no volviese a España a ocupar su lugar en el panteón de reyes.

Tras la boda, el matrimonio se instaló a vivir algunos años en el Palacio Real de Madrid, lo cual fue motivo de enorme alegría para el rey y la reina madre, que podía tener cerca de su querida hermana e hija. Unido a Alfonso XIII por una gran amistad y complicidad, don Fernando fue enviado ese año a Copenhague, a representar a Alfonso en los funerales del rey de Dinamarca, y ese fue el primero de sus interesantes viajes oficiales en representación de la corona. En 1907 el rey le envió a Estocolmo, a participar del entierro del rey Oscar II de Suecia, y al mismo tiempo para el bautizo del hijo mayor del príncipe heredero de Alemania en Berlín. En mayo de 1908, don Fernando representó a Alfonso XIII en un viaje oficial en la corte de Nicolás II de Rusia. Por su parte, la infanta María Terea llegó a ser una entrañable amiga para la reina Victoria Eugenia.

En un lapso de seis años, nacieron los príncipes Luis Alfonso, José Eugenio, Pilar y María de las Mercedes de Baviera y Borbón, todos ellos Infantes de España. Todos los hijos de María Teresa y Nando nacieron en España, en la residencia que habitaban en la Cuesta de la Vega, cerca del palacio real, amueblada con objetos heredados del rey consorte Francisco. La infanta falleció a los 30 años de edad luego de dar a luz a la menor de sus hijas, el 23 de septiembre de 1912. Su muerte fue un durísimo golpe para el rey Alfonso y especialmente para la reina Victoria, que perdió a la única amiga que había logrado hacer en su patria de adopción. Tras la muerte, el viudo vivió semienterrado con sus hijos en su hogar de Cuesta de la Vega y durante algún siguió representando al rey hasta sorprender a la corte anunciando su intención de casarse nuevamente.

La mujer que había conquistado su corazón se llamaba María Luisa de Silva y Fernández de Henestrosa, una de las virtuosas damas de compañía de la reina madre María Cristina. La mujer, catorce años mayor que el infante viudo, carecía de belleza, y era, según muchos, notablemente fea, pero don Fernando se hallaba realmente enamorado. La elección de Fernando no cayó bien al principio a la familia real, y a la reina madre se le hizo realmente difícil aceptar que una de las personas de su servicio sustituyera a su llorada hija. Fue muy dura con su dama, pero Alfonso XIII le resarció otorgándole con el tiempo el título de Infanta de España. Fernando alegaba, y no sin razón, que la estirpe nobiliaria de su mujer era superior a la de algunas casas reales europeas. Doña María Luisa fue primera y única persona no nacida en una casa real que recibió el infantazgo y el rango de Alteza Real en España, sin contar a Doña Letizia Ortiz Rocasolano, la actual Princesa de Asturias. La boda se realizó en 1914, junto a la familia real compartieron los amargos años de exilio, y el infante don Fernando falleció en 1958, tres años después que su mujer.

Luis Alfonso de Baviera y Borbón, Infante de España

1906-1983

Alto y rubio como sus antepasados de Baviera, el hijo mayor de la infanta doña María Teresa, Luis Alfonso, vino al mundo en Madrid el 12 de diciembre de 1906, siendo su madrina de bautismo la reina Victoria Eugenia. Permaneció soltero toda su vida, y fue, según Juan Balansó, un "hombre de pocas luces". Siendo general del ejército español, el infante asistió en el Palacio de La Zarzuela al acto de nombramiento del príncipe Juan Carlos como "príncipe de España" y sucesor de Francisco Franco. Cuando su cuñada Marisol quedó viuda, la quisieron casar con Luis Alfonso, pero el proyecto se frustró, y el infante falleció en la misma ciudad que lo vio nacer, el 14 de mayo de 1983 a los 77 años.

José Eugenio de Baviera y Borbón, Infante de España

1909-1966

Nieto de Alfonso XII y la reina regente María Cristina, el segundo hijo de la infanta María Teresa, el príncipe don José Eugenio nació en Madrid el 26 de marzo de 1909, y, al igual que su hermano mayor, fue apadrinado por la reina Victoria Eugenia.

Se cuenta que don José Eugenio tenía el aspecto español de su padre –a la que perdió cuando tenía cinco años de vida—y era el vivo retrato de su abuelo Alfonso XII. Egresado de la Academia militar española, se especializó en radiodifusión y estuvo destinado en la Estación de Radio Militar en las afueras de la capital española. Era un buen deportista en su juventud, pero su afición principal fue la música, algo que heredó de su abuelo el príncipe Luis Fernando de Baviera y de su abuela la reina María Cristina. No había concierto interesante en Madrid al que no asistiese, y una de sus mayores ambiciones era la de ser conocido como compositor. Escribió mucho de música y fue un constante mecenas.

En 1933, se casó en Urrugne, cerca de San Juan de Luz, Bajos Pirineos, Francia, con María de la Asunción Solange ("Marisol") de Messía y de Lesseps, la hija de veinte años del noble español Fernando de Messía y Fitz-James Stuart, 12º conde de Mora, 6º duque de Tamames, 3º duque de Galisteo, Grande de España, sobrino de la emperatriz Eugenia de Francia. José Eugenio conocía a Marisol de Messía desde niño, ya que habían compartido juegos en palacio. La razón era que la duquesa de Tamames, madre de Marisol era íntima amiga de la reina Victoria Eugenia. Su amistad continuó durante el exilio en Francia mientras en España se iban sucediendo los gobiernos de la Segunda República. En 1931, al proclamarse ésta, la princesa Marisol abandonó España con su familia camino de San Juan de Luz. Es en ese exilio cuando el infante José Eugenio se enamoró de Marisol.

Debido al origen plebeyo de la novia, el infante perdió para sí y su descendencia los derechos de sucesión al trono de España. En 1935, don José Eugenio estuvo presente en Roma en la boda de su gran amigo y primo, el infante don Juan, con la princesa María de las Mercedes de Borbón-Dos Sicilias, y tras la Guerra Civil José Eugenio y su esposa regresaron a Madrid, instalándose en una casa de la calle Orquendo, donde nació su hija Teresa ("Tessa") en 1941. Alejado de la mirada pública y viviendo sencillamente, a José Eugenio le seguían gustando los conciertos, y disfrutaba de reunirse con amigos y escuchar música. El infante, que admiraba y respetaba al dictador Francisco Franco –quien, a su vez, le tenía mucho cariño—llegó a figurar en la lista de príncipes reales que pudieron haber ocupado el trono de España tras la dictadura franquista. Don José Eugenio se halló también presente en los momentos claves de la vida del Conde de Barcelona y del movimiento monárquico en España. Cuando falleció accidentalmente el infante Alfonso (hijo pequeño del conde), José Eugenio de Baviera estuvo presente en la comitiva que llevó el cadáver del adolescente al cementerio portugués de Cascais acompañado por el rey de Italia, el duque de Braganza y el infante Alfonso de Orleáns.

Don José Eugenio murió relativamente joven, a los 57 años, luego de una severa neumonía. Murió en la ciudad de Mentón, Niza, Francia, en 1966, y, como infante de España, debería haber sido enterrado en el monasterio de El Escorial al lado de su madre, pero se había negado a ser enterrado allí mientras no hubiese de nuevo monarquía en España, por lo que su tumba se encuentra en la cripta de la catedral de Nuestra Señora de la Almudena de Madrid, donde se ha casado el actual príncipe de Asturias. Doña Marisol de Baviera falleció a los 83 años en Madrid el 30 de noviembre de 2005.

El infante don José Eugenio y doña Marisol de Messía fueron padres de tres varones y una mujer:

Doña Cristina de Baviera y Messía, Condesa de Odiel

Doña Cristina de Baviera y Messía, nació en 1936 en la capital francesa y fue bautizada con los nombres de María Cristina Paz Teresa Alfonsa Eugenia Rita de Todos los Santos; a día de hoy doña Cristina –bisnieta del rey don Alfonso XII de España— es una exitosa pintora que expone en muchas galerías. A sus 21 años se casó con don Juan Manuel de Urquijo y Novales, licenciado en ciencias económicas y ganadero. Por concesión de su madre, doña Cristina ostenta el título de Condesa de Odiel. Don Juan Manuel de Urquijo y Novales falleció en Madrid el 9 de octubre de 2002.

Don Fernando de Baviera y Messía

El segundo hijo del infante don José Eugenio, don Fernando Juan Luis José María Santiago de Todos los Santos de Baviera y Messía, nació en San Remo, Italia, el 3 de abril de 1937. Nació en esa ciudad ya que entonces sus padres se encontraban en la Villa que poseen en la Costa Azul, llamada Villa Teba. Su padre no deseaba que Fernando fuese francés por lo que hizo atravesar la frontera franco-italiana a Marisol y quedarse en San Remo. Es actualmente un gran aficionado a los automóviles y ha sido concesionario de BMW en España a la vez que vice-presidente de la Federación Internacional de Automóviles. Cuando se le preguntó en cierta ocasión porqué figuraba con la profesión de agricultor, contestó: "Es que cuando empecé a llevar las fincas de mi madre me di cuenta de que el no aplicar la nueva tecnología a la agricultura estaba mermando la capacidad de producción de las tierras, y entonces propuse un nuevo sistema de riegos. Mi madre, aconsejada por su administrador, desechó la iniciativa, y me dijo que me dedicara a estudiar, que cuando acabara la carrera ya tendría tiempo de ganar dinero. "No me hace falta acabar la carrera para ganar dinero" le dije. Inmediatamente me presenté en la casa Mercedes y les solté: "Soy la persona que necesitan: hablo alemán y me encantan los coches". Y así conseguí mi primer empleo".

Se casó en Biarritz, Francia, el 14 de mayo de 1966 con la barcelonesa doña Sofía Cecilia de Arquer y Aris, y tuvo una hija, doña Cristina de Baviera y Arquer (1974).

Doña María Teresa de Baviera y Messía

La tercera hija del infante es la más reconocida en las esferas sociales madrileñas, y recibió el nombre de su abuela, aunque le gusta que la llamen "Tessa". Se cuenta que nació durante un apagón de luz, por lo que los criados que atendían a doña Marisol levantaban antorchas y velas alrededor del lecho donde había nacido para ver su rostro. Fue una gran compañera de la infancia de los desamparados Alfonso y Gonzalo de Borbón-Dampierre, nietos de Alfonso XIII, y con quienes solía pasar largas temporadas de juego y estudios en el hogar de la reina Victoria Eugenia en Suiza. Tessa de Baviera se ha dedicado a varias actividades, especialmente al diseño de ropa y a la moda, y ha colaborado con diversos medios de prensa escrita, por ejemplo, con la revista Semana, en la que publicó una entrevista que le hizo a su tía la Condesa de Barcelona en 1984. A los 22 años se casó con don Alfonso Márquez y Patiño, marqués de Castro y dueño de numerosas distinciones nobiliarias y órdenes.

Alfonso Márquez y Tessa fueron muy amigos de los príncipes de Mónaco. En cierta ocasión el príncipe Rainiero III le dijo a Alfonso Márquez: "Alfonso, me gustaría que aceptaras el cargo de cónsul honorario de Mónaco en España. Es una idea que desde hace tiempo tengo en mente. He estado buscando la persona idónea y me gustaría que aceptaseis. Dada nuestra amista y, bajo mi criterio, creo que sois tú y Tessa las personas adecuadas para haceros cargo del Consulado". Durante las estancias de Tessa y Alfonso en Mónaco, que eran frecuentes, conocieron a mucha gente de Hollywood: actores como George Hamilton y Sami Davis Jr., a David Niven y Gary Cooper, todos amigos de la princesa Grace. Otros actores que Tessa ha conocido son Dudley Moore, Kira Douglas, Liza Minnelli, Robert Stack, Robert Redford, Joan Collins, Deborah Kerr y su marido Peter Viertel. En Mónaco también ha conocido a Harry Belafonte, Helmut Berger, Bella Darvi, Silvana Mangano, la princesa Soraya, Christian Dior, Jean Cocteau, Henry Kissinger… Cuando la princesa de Mónaco iba a Madrid con motivo de celebraciones de la Cruz Roja, se alojaba en casa de la princesa Marisol de Baviera.

Teresa de Baviera fue madre dos veces. Su primera hija, Myrta Márquez y Baviera nació en 1965 y sus padrinos fueron los entonces príncipes Juan Carlos y Sofía. La hija menor de Tessa, Sonia Márquez y Baviera, nació en 1969. Ambas se encuentran casadas y han dado nietos de doña Teresa.

Don Luis Alfonso de Baviera y Messía

Don Luis Alfonso Fernando María Santiago de Todos los Santos de Baviera y Messía, nació en la casa que sus padres ocupaban en la calle Oquendo de Madrid el 26 de enero de 1942, y falleció el 4 de diciembre de 1966 en accidente automovilístico en el Rallye Internacional "Costa del Sol" , en el que participaba como copiloto del francés Bernard Tramont, en la carretera nacional Cádiz-Barcelona, en el punto conocido como "Cantarriján", cerca de Almuñécar, Granada. El coche cayó por un terraplén y Luis quedó atrapado dentro. Se prendió fuego y no pudo salir con vida. Fue inhumado en la cripta de la catedral de Nuestra Señora de la Almudena.

Doña María de las Mercedes de Baviera y Borbón, Infanta de España

La tercera hija de la infanta María Teresa de España y sobrina de Alfonso XIII, recibió el nombre de María de las Mercedes, en recuerdo de su fallecida tía la princesa de Asturias. Nació el 3 de octubre de 1911 en Madrid, y fue una infanta que sintió toda su vida una gran afición por las bellas artes, y sobre todo por la poesía, escribió una gran cantidad de poemas y hasta publicó un libro con sus trabajos.

A sus treinta y cinco años, en la capilla de Ayete, de San Sebastián, en 1946, se casó con el príncipe Irakli Bagration-Mukhransky, hijo del príncipe Giorgi Alejandrovich Bagration-Mukhransky y de Helene Sigismonovna Zlotnicky. Irakli ostentaba la condición de Jefe de la antiquísima Casa Real de Georgia desde 1957, como descendiente de los últimos reyes de Georgia, una dinastía que reinó desde el año 574. El príncipe Irakli era príncipe de Kartli, príncipe hereditario de Mukhransky, y duque de los Lasos.

Especialistas en dinastías reales tan prestigiosos como Juan Balansó no consideraban la Casa de Georgia como una de las casas reales del Este de Europa.

Al respecto éste autor escribió: "¿Cabe otorgar algún crédito a los Bagration cuando claman descender nada menos que de un hermano de San José?". En el siglo XII-XIII con la reina Thamar, que reinó de 1184 a 1212, Georgia alcanza su apogeo. En 1799 el rey Jorge XII negoció un tratado con el emperador Pablo I de Rusia y dos años después se anexionó Georgia al imperio ruso. La familia desciende de Ambat, príncipe de los bagrátidas en 314, antepasado de Varaz-Tirots, virrey de Armenia (616-645), bisabuelo de Aschot III (726-761), tronco de las líneas de los reyes de Georgia, y de los reyes de Armenia (los últimos extinguidos por línea de varón). Jorge I (996-1027) unió los reinos de Abasgia e Iberia en el reino de Georgia. Fue el antepasado de Bagrat V, rey de Georgia (1360-1395) y rey de Imeritia (1360-1386).

El segundo hijo de éste, Constantino I (1405-1412) fue el fundador de las dos líneas de Bagration (reyes de Georgia, príncipes de Mukhransky), y reyes de Imeritia, estos últimos representados por la familia Bagration de Imeritia, Imeritinsky. De una de las ramas del linaje de los Bagration, los Mukhransky-que reinaron en parte de la actual Georgia. Los Bagration fueron una de las familias que reinaron en parte del territorio de la actual Georgia. La línea de Irakli era dueña de la provincia de Mukhrani. Tenían unos parientes Bagration que sí llegaron a ceñir la corona de Georgia y a principios del siglo XIX se sometieron al zar. La familia no sólo reconoció a los emperadores vecinos, sino que pasó a confundirse con la nobleza rusa y sus miembros prestaron servicios como ayas, chambelanes y otros cargos de la corte zarista. Muchos consideraban el matrimonio de una princesa rusa con un Bagration como morganático.

Por sobre todas las cosas, los Bagration afirman descender en línea directa de un hermano de San José y tío de Jesucristo, y que su genealogía llega hasta el Rey bíblico David, aunque sus orígenes probados se remontan "solo" al siglo VIII, año 711. En el siglo XIX una princesa Bagration se tomaba tan en serio esta pretensión que consideraba los oficios del Viernes Santo como verdaderos funerales de familia. En 1783, se firmó un tratado por medio del cuál, el Reino de Georgia, conservando su autonomía y su antigua Monarquía, quedaba bajo la protección del Imperio de Rusia. En 1801 murió el Zar Gueorgui XII de Georgia, y Alejandro I de Rusia, violando el tratado, anexó el Reino en forma definitiva y la Dinastía de los Bagration perdió el Trono. En 1921, tras la derrota de los mencheviques, por los bolcheviques, la familia real escapó al extranjero, pero en 1923 la nostalgia los hizo regresar. A su regreso el gobierno les devolvió la casa familiar, pero pronto comenzaron las opresiones y arrestos. Irakli venía ya de dos matrimonios rotos, y se cuenta que se encargó de hacer especialmente desgraciada a su tercera esposa. La infanta Mercedes y el príncipe Irakli fueron padres de dos príncipes:

Princesa María de la Paz Bagration-Mukhranskaya y de Borbón

La princesa María de la Paz Victoria Tamara Elena Antonietta Bagration-Mukhranskaya y de Borbón, nacida en Madrid el 27 de junio de 1947, llamada por su padre S.A.R. la princesa Mariam (o Miriam) Bagration, princesa de Georgia y Mukhransky, fue la primera hija de la infanta doña Mercedes de Baviera y el príncipe Irakli Bragration.

La princesa Paz habla el georgiano. Le sorprendió el golpe contra el presidente Zviad Gamsajurdia cuando se hallaba de visita en Tiflis. Es médica estomatóloga de profesión y, mientras vivió en España ejerció en la Seguridad Social de Madrid, además de tener abierta consulta privada. Siguió ejerciendo cuando en 1995 decidió fijar su residencia en Tiflis, capital de Georgia. Según se ha publicado, ella declaró: "A mi ni me mueven intereses por ningún trono. Carezco de la ambición que tienen los políticos. Prefiero ser médico, que es mi vocación". En 1998 fue nombrada por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, cónsul honoraria de España en Tiflis. En 2001 la princesa fue el principal artífice de que dos empresarios secuestrados en Georgia –Francisco Rodríguez y José Antonio Tremiño- pudieran regresar sanos y salvos. Así lo reconocieron las familias de éstos. En efecto, sin la actuación de la princesa el desenlace de ese secuestro se hubiera desarrollado de distinta manera. No solamente fue valiosísima su ayuda, según las esposas de los empresarios, sino que en los trece meses de secuestro la princesa puso en peligro su integridad física, viajando por la zona en un desesperado intento de ponerse en contacto con los bandidos.

La Princesa María Paz contrajo primeras nupcias en la iglesia de San Jerónimo el Real, de Madrid, y en el Templo Bizantino Ortodoxo de Madrid con arreglo al rito bizantino, el 24 de octubre de 1968 con don José Luis Blanco y Briones (1935-1985). Casada en segundas nupcias con don Tomás Ortiz y Valero, médico forense y psiquiatra. La princesa tuvo dos hijos: doña María de las Mercedes Tamara Blanco y Bagration-Mukhransky (nacida en Madrid el 14 de octubre de 1969) y don Luis Alfonso Ortiz y Bagration-Mukhransky (nacido en Madrid en 1983).

Príncipe Bagrat Bagration-Mukhransky

Bagrat Juan María Bagration-Mukhransky, segundo y último hijo de la infanta doña Mercedes de Baviera, nieto de la infanta doña María Teresa, y sobrino nieto del rey Alfonso XIII de España, nació en Madrid el 12 de junio de 1949, y ostenta los títulos de Príncipe Bagrat Bagration y Príncipe de Georgia y de Mukhransky.

Contrajo matrimonio en la Iglesia de San Jerónimo el Real, de Madrid, el 12 de noviembre de 1976 con doña María del Carmen de Ulloa y Suelves, hija de don Gonzalo María de Ulloa y Ramírez de Haro, décimo marqués de Castro Serna, conde de Adanero. La boda del príncipe Bagrat fue todo un acontecimiento en la época. Asistieron los grandes duques Wladimir Kyrilovich y Leonida de Rusia, los duques de Cádiz, y la infanta Pilar, hermana del rey Juan Carlos I. El principe Bagrat tiene dos hijos: el príncipe Juan Jorge Bagration-Mukhransky (nacido en 1977) y la princesa Inés (nacida en 1980).

María del Pilar de Baviera y Borbón, Infanta de España

Su Alteza Real, la princesa doña María del Pilar Aldegunda Luitpolda María de la Paz Teresa Luisa Fernanda Cristina Antonia Isidra Ramona Atocha María de las Mercedes Simona de Rojas y de Todos los Santos de Baviera, infanta de España desde el 26 de septiembre de 1914, fue la tercera y última hija de la infanta María Teresa (hermana del rey Alfonso XIII de España). Nació en Madrid el 15 de septiembre de 1912 y falleció a los cinco años de edad en esa ciudad el 9 de mayo de 1918 a consecuencia de una meningitis. El nombre de Pilar le fue impuesto como recuerdo de la tía de su madre, la infanta Pilar, hija de Isabel II.

S.A.R. Don Gonzalo de Borbón Dampierre (Duque de Aquitania)

1938-2000

Un familiar dijo de él que "es una persona que sólo dice tonterías". Su madre lo abandonó por un esposo italiano, y su padre era un ausente en su vida. Su exiliado abuelo, el rey Alfonso XIII, no consideró a sus nietos Alfonso y Gonzalo como miembros de la dinastía con derechos sucesorios a la Corona española, ya que su padre don Jaime, el infante sordomudo, había renunciado a la sucesión allá por 1933. Por lo tanto, pese a los muchos intentos por que los considerasen altezas reales e Infantes de España, nunca lo fueron. Tampoco disfrutaron ambos hermanos de una infancia feliz, debido al temprano divorcio de sus padres. Don Jaime se volvió a casar con una cantante prusiana, y la duquesa de Segovia, doña Enmanuela, pasó por el altar con un empresario milanés, mientras los dos niños eran confiados a internados o vivían, esporádicamente, en la residencia suiza de su abuela paterna, la reina Victoria Eugenia, que sentía por ellos predilección, tal vez por tratarse de sus nietos más desamparados.

Primo hermano del Rey Juan Carlos, don Gonzalo de Borbón, segundo hijo del infante don Jaime de Borbón y Battenberg y de la aristócrata franco-italiana Vittoria Emmanuela de Dampierre, nació en la ciudad de Roma el 5 de junio de 1937, justo un año después de su hermano mayor, Alfonso, duque de Cádiz, y a dos años de la boda de sus padres.

Alfonso y Gonzalo, con el permiso del general Franco, se instalaron en España en 1954. No dejaban de ser dos piezas importantes en el ajedrez de la sucesión del régimen. Algunos hicieron valer la condición de Alfonso de ser el primogénito del infante don Jaime, nacido antes que su hermano el conde de Barcelona. Si Alfonso desaparecía soltero, su hermano Gonzalo se convertiría, tras su padre, en el mayor de los Borbones. La renuncia de don Jaime, argüían, había sido engañosa y carecía de valor: un mero acto privado en el seno de una familia de desterrados, sin trascendencia legal ni dinásticamente legitima.

Gonzalo se instaló, junto a su hermano, en un apartamento ubicado en la calle de Castelló, en Madrid. Don Jaime se arrepintió de su renuncia, se tituló jefe de la Casa Real, en sus ramas españolas y francesa, y adoptó el título de Duque de Anjou. A su hijo menor Gonzalo le agració con el de duque de Aquitania, que no comenzó a utilizar sino hasta una década después.

Gonzalo de Borbón Dampierre intentó completar un par de carreras universitarias, pero acabó ejerciendo como agente de Bolsa. En 1975, actuó como testigo en el acto de aceptación por parte de su primo Juan Carlos de la sucesión de Franco «a título de Rey». En la década de los 80 hizo irrupción, como un meteoro, en la vida de la jet nacional. Entre sus íntimos causó cierto asombro, pues siempre había llevado una existencia más bien oscura, a la sombra de su hermano.

En 1982 se unió civilmente en México con una bella madrileña, doña Carmen Harto Montealegre, una divorciada encargada de las relaciones públicas de un restaurante madrileño que había probado "de todo un poco" en su vida: desde ser presentadora de televisión hasta reportera, pasando por efímera esposa de un marino mercante que la había hecho madre de un niño. A la ceremonia de boda no asistió ningún miembro de la familia, ni siquiera el hermano de Gonzalo, y el matrimonio, que duró apenas dos meses, no fue inscrito siquiera en el registro español: "No sesenta días, sino diez, son suficientes para tener conciencia de un fracaso conyugal; a las dos semanas de casarnos, ya le hablé a mi marido del nuestro", confesó Carmen, que jamás fue invitada a La Zarzuela.

Dos años más tarde, don Gonzalo se casó por la iglesia con la valenciana Mercedes Licer, modelo de profesión, y el matrimonio fue producto de un fugaz ataque de pasión: don Gonzalo le pidió matrimonio a la modelo el mismo día en que se conocieron. Como en el caso anterior, ni su hermano ni sus familiares asistieron al enlace, en la localidad de Olmedo. Y al año justo llegó la separación oficial: mientras Mercedes se encontraba de vacaciones en Venezuela, Gonzalo desmantelaba la casa, y cuando la señora regresó a su hogar se encontró únicamente con la cama.

Estos avatares matrimoniales fueron seguidos con interés por la prensa del corazón de la época, que convirtió a don Gonzalo en uno de sus protagonistas favoritos, sobre todo desde que en 1983 anunció, con bombos y platillos, la existencia de una hija ilegítima, Estefanía de Borbón, nacida en Miami en 1968, fruto de su relación con una norteamericana dos veces divorciada, Sandra Lee Landry. Para entonces, era de todos sabidos que el primo del rey era un cuarentón enamorado, que bebía alcohol sin moderación y que sus turbias amistades le llamaban "Gonzalón".

Contrariamente a su padre y a su hermano, don Gonzalo no se mezcló directamente en cuestiones políticas españolas ni recibió de Franco ningún título nobiliario ni tratamiento especial. Se consideraba "Alteza Real" por ser hijo de su padre, pero no así Infante de España. Don Gonzalo era demasiado amigo de la "dolce vita" y el holgazaneo como para entretenerse en otras cosas que no fuesen sus amigos y amigas. Siempre con discreción, eso sí, hasta que las tentadoras ofertas de las exclusivas millonarias que le ofrecían las revistas del corazón consiguieron que hiciese pública la vida que hasta entonces había mantenido secreta. Durante esos años, no quedó periodista en España que no le acusase de traficar con su intimidad. Entre sus más cercanos, causó cierto asombro, pues Gonzalo había llevado siempre una existencia más bien oscura, trabajando como empleado de una compañía de bolsa norteamericana.

La falta de cautela, prudencia y reserva de Gonzalo de Borbón Dampierre en su vida privada, que él convirtió en alboroto público, contrastó siempre con el silencio elegante que respecto a él guardó la Casa Real, que se limitó a borrarlo de sus listas de invitados, inclusos en los festejos más íntimos y privados. "Es una lástima", comentó azorado, "porque el día de Navidad nos reuníamos en el palacio de Oriente toda la familia a la mesa. Una vez conté los asistentes y éramos ciento uno, por lo que no me pude contener y exclamé en voz alta: ¡Como los dálmatas!".

Después de una vida muy azarosa, finalmente, en 1992, don Gonzalo encontró su suerte en su tercera esposa, Emanuela Pratolongo, una acaudalada y discreta mujer de negocios genovesa, con quien desde entonces vivió una existencia sosegada y feliz. Junto a ella asistió, tres años más tarde, a la boda en Sevilla de la infanta Elena con Jaime de Marichalar.

Poco antes de estabilizarse sentimentalmente, don Gonzalo confesó con amargura a la prensa: "Me voy de España, me voy del todo. Dejo mi casa, treinta años de mi vida. Y voy a explicar por qué me voy. Porque tengo una familia que es como si no existiese. Mi hermano Alfonso ha muerto accidentalmente hace dos años, por razones que quizá algún día se sabrán; ni a mí, ni a mi pobre hermano nos han tratado bien. Y como no soy una persona rencorosa, pues me voy, con mucha amargura".

Durante la minoría de su sobrino Luis Alfonso (único hijo superviviente de su hermano mayor Alfonso) don Gonzalo actuó como "regente" para los legitimistas que en Francia, y también en España, consideran que en su rama dinástica recae la legitimidad dinástica, como línea primogénita de la Casa de Borbón y le llaman "Luis XX de Francia" y "Luis II de España". La actuación de don Gonzalo en territorio galo fue, no sin sorpresa de muchos, tan activa como tenaz. El 7 de abril de 1989, don Gonzalo antepuso a su nombre el de Carlos, de manera que quedó convertido en "Charles Goncalve de Frania, Duque de Aquitania" y comenzó a presidir, junto a su anciana madre (casada con un tal Sozzani) los escasos actos "legitimistas" en Francia.

Sentada la cabeza, sin duda por la benéfica influencia de su mujer, Gonzalo de Borbón Dampierre, había dejado de interesar al gran público y ya sólo interesaba a su grupito de leales. Aquejado de leucemia, don Gonzalo falleció el 27 de mayo de 2000, en Lausana (Suiza), ciudad en la que residía junto a su tercera esposa desde hacía varios años. Antes de morir, pidió ser enterrado en el monasterio de las Descalzas Reales, de Madrid, junto a la tumba de su hermano mayor, el duque de Cádiz, y así fue. Don Gonzalo no tuvo descendencia con ninguna de sus tres consecutivas esposas.

S. A. R. Doña María Cristina de Borbón y Battenberg, Infanta de España, Condesa Marone

Afable y sencilla, María Cristina de Borbón y Battenberg era muy parecida físicamente a su madre, la reina Victoria Eugenia. Vino al mundo a cinco años de la boda de sus padres, en el Palacio Real de Madrid, el 12 de diciembre de 1911 y fue la cuarta de los hijos de Alfonso XIII. Recibió el nombre de su querida abuela, la reina madre María Cristina.

Tras el exilio de la Familia Real a Italia, cursó estudios en Roma. Cuando la joven y radiante reina Astrid de Bélgica, de 30 años, falleció en un brutal accidente de coche, en 1935, el destronado rey Alfonso XIII llegó a pensar que podría casar a su Cristina con el rey viudo, Leopoldo III. "¡Ni hablar!", le respondió la infanta, "yo no quiero ser reina de Bélgica, ni casarme con un viudo con tres hijos aunque, el pobre, sea muy guapo y muy simpático".

En 1936, en Roma, la infanta doña Cristina conoció por medio de su hermano, el Infante don Jaime, al riquísimo conde Enrico Marone Cinzano, heredero de las famosas bodegas turinesas que elaboran el conocidísimo aperitivo "Cinzano". Un día de otoño de tres años más tarde, Enrico Marone la llamó, la invitó a jugar al golf y esa misma tarde le declaró su amor y le pidió matrimonio. La rubia infanta aceptó encantadísima, y le confió el secreto, primero, a su madre, quien llamó por teléfono al rey para darle la noticia. "Oye, gorda, sé que hay un novio y que se quiere casar contigo. Dime quién es", le dijo su padre. "Se trata de Enrico Marone", le contestó la infanta. "¿A qué se dedica?", le preguntó el monarca. "Es el "rey del vermut". Es el que hace el Cinzano", le respondió Cristina. "¡Hombre, menos mal!", exclamó el rey; "por lo menos, no tendré que alimentarle".

Lo que la infanta no se atrevía a decir a su padre que el tal Enrico Marone no era un hombre soltero. "Está… casado", le explicó asustada la infanta. "¿Pero qué dices?", le gritó el rey levantándose del sillón. "Bueno… quiero decir que es viudo", aclaró ella. "¿Tiene hijos?", inquirió don Alfonso. "Sí… tres". El rey, medio divertido, le dijo a su hija: "No quisiste ni oír de casarte con el rey de Bélgica, que estaba en las mismas circunstancias y que, además, es un rey de verdad, y, ahora, me sales con que te vas a casar con éste". Alfonso XIII tardó en aceptar la triste realidad, sabía que su casamiento iba contra las leyes reales de matrimonio, pero doña María Cristina estaba muy enamorada, y, estigmatizada por la hemofilia, sería ya muy difícil casarla con un príncipe regio.

El casamiento se casó el 10 de junio de 1940, en la iglesia de San Camilo, en la capital italiana, pero casi no hubo invitados, fue explícitamente una boda familiar. "A mí me van a poner verde por dar el consentimiento", dijo el rey. "Así que, comunicaré la boda, pero dándola ya como celebrada. Lo único que te pido es que no tengas un niño antes de los nueve meses porque dirán que te tuviste que casar de penalti". La infanta y Enrico Marone –nombrado Conde Marone por el rey de Italia— tuvieron cuatro hijas, Victoria, Giovanna, María Teresa y Anna Sandra. Hasta la muerte de su marido, en 1968, la infanta tuvo residencias en Ginebra -cerca de su madre, quien terminó sus días en Lausanna- y en Turín. Luego residió preferentemente en España, junto a sus hijas.

La infanta retornó a España en el año 1947 desde Lisboa, donde, junto a su hermano Jaime, asistió a la Primera Comunión de su sobrino Juan Carlos, el actual rey de España, y desde aquella memorable fecha fueron numerosas las veces en que la distinguida infanta volvió a su tierra natal, especialmente a su amada Cataluña.

Tanto en el exilio italiano, como en España, con la vuelta de la monarquía, la infanta María Cristina desarrolló una intensa labor asistencial, presidiendo varias instituciones benéficas y colaborando con muchas otras obras de ayuda social. Doña María Cristina era Dama del Real Cuerpo Colegiado de Hijosdalgo de la Nobleza de Madrid, y desde 1979, hasta julio de 1983, fue presidenta de la Junta de Damas de la Asociación de Lucha contra el Cáncer. La infanta fue también, y hasta su muerte, presidenta de honor de la Fundación Götze, de Madrid, dedicada al cuidado de niños deficientes. Era conocido su compromiso personal con esas tareas, llegando a resolver por activas gestiones personales varias situaciones de verdadera angustia para jóvenes minusválidos de los que se ocupaba la fundación. Jugadora de bridge de alto nivel competitivo pese a sus 85 años, su participación entusiasta y sin protocolo en torneos de todos los clubes madrileños era habitual desde hace años. La competición navideña que llevaba su nombre había sido aplazada este año, oficialmente por motivo de obras en la casa-club de Puerta de Hierro.

La hermana del conde de Barcelona compartía con él y con su sobrino Juan Carlos una personalidad llana, abierta, proclive a acercarse al pueblo y a escuchar a la gente. En sus últimos años, regresando junto a sus hijas a su amada España -esta vez, en Comillas- en la que había vivido sus vacaciones de infancia en el Palacio de la Magdalena, doña Cristina había sabido recuperar, con su bienhumorada y accesible personalidad, con su respaldo a actos culturales y su presencia diaria en la vida de los valles occidentales, la relación directa y privilegiada de la familia real con la Montaña, cuyo recuerdo había perdurado durante más de medio siglo de ausencia. La infanta falleció en 1996 en Madrid, tras un paro cardiaco, cuando la familia festejaba el cumpleaños de la condesa de Barcelona, su cuñada. En una villa cántabra, Cabezón de la Sal, se proclamaron tres días de luto oficial por la muerte de su alcaldesa de honor.

Donna Victoria Marone Cinzano y de Borbón

Primogénita de la infanta doña María Cristina de Borbón y Battenberg y prima hermana del rey don Juan Carlos I de España, doña Victoria Marone nació en Turín (Italia), en el palacio que sus padres poseían en la vía de Vincenso Vela, el 5 de marzo de 1941. Fue bautizada con el nombre de Victoria en honor de su abuela, la reina Victoria Eugenia, que la amadrinó, en la Parroquia de los Santos Ángeles de Roma. En 1960 se comprometió en matrimonio con el joven español José Carlos Álvarez de Toledo y Gross, hijo de don Joaquín Álvarez de Toledo y Mencos, 8º Conde de Villapaterna, y de Julia Gross y Loring. La boda se realizó el 12 de enero de 1961 en Ginebra, Suiza, ciudad en la que los padres de Victoria poseían una magnífica residencia en la calle Toppfer.

El esposo de doña Victoria nació en Tánger en 1929, y era entonces el heredero de los condes de Villapaterna, pertenecientes a una familia de rancio abolengo español, y en cuyo árbol genealógico cuentan con un sinfín de condes, duques, marqueses y grandes de España. El título de Conde de Villapaterna, heredado por don José, había sido creado por el rey Fernando VI el 16 de enero de 1746 para don Antonio de Pando y Bringas, quien era por entonces ministerio de Hacienda y fue antepasado de don José. La pareja tuvo cuatro hijos: Victoria Eugenia, Francisco de Borja, Marco y Gonzalo. Una de las nietas de doña Victoria Marone, la jovencita Carla Codorniú y Álvarez de Toledo, actuó de dama de honor en la boda de los príncipes Felipe y Letizia en Madrid, en mayo de 2004.

Beatriz de Borbón y Battenberg, Infanta de España y Princesa di Civitella Cessi

La vida de la infanta Beatriz, vivo retrato de su abuela, la reina María Cristina, fue todo lo feliz que el exilio le permitió, ya que, como reconoció en el transcurso de una entrevista, "mi corazón se quedó en España". Perdió un hijo, a su marido, a sus padres, a todos sus hermanos –algunos en circunstancias terribles—, pero hasta el último momento la infanta mantuvo que Dios había sido muy bueno y fiel con ella y su familia, y que pese a todo ella y los suyos había tenido una vida feliz: "Hay muchísimas personas", confesó la infanta, "que han pasado por las mismas desgracias y no han tenido, en cambio, las alegrías que he tenido y tengo con el cariño y el cuidado de los míos, que me hacen la vida más fácil. Además, yo no espero nada, y aprovecho y disfruto cualquier cosa agradable, inesperada… Necesito muy poco para ser feliz. Además, yo no valgo nada… Muchas veces pienso que he hecho muy poco por los demás, aunque, eso sí, creo que nunca he hecho daño a nadie… ¡Pero eso no es suficiente!

Doña Beatriz fue la primera hija mujer de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, y recibió el nombre de su abuela materna, Beatriz, tras su nacimiento en el Palacio de La Granja de San Ildefonso (Segovia) el 22 de junio de 1909.

Doña Beatriz nunca olvidó la última noche en España cuando, abandonados por el propio rey, que se había marchado en la tarde del día 14 ("me han garantizado que a vosotros no os pasará nada", dijo el rey) estuvieron toda la noche todos reunidos en el dormitorio de su madre la reina, dormitorio que daba a la calle de Bailén, oyendo cómo los manifestantes gritaban contra Alfonso XIII. El día 15 abandonaron Madrid en tren hacia la frontera llevando, cada uno, una maletita con lo indispensable. "Mamá nos dijo a mi hermana Crista y a mí que no convenía que pensaran que nos llevábamos cosas, y que sólo podíamos llevar una maleta cada una…", confesó en una de sus últimas entrevistas. Y concluyó: "Yo llené la mía con mis fotografías… Por desgracia, cuando se quemó mi casa, mi hija Sandra, que casi se jugó la vida intentando que no se quemara mi colección, sólo pudo salvar dos álbumes de antes del año 1931…".

Aquel, según sus palabras, fue "un sufrimiento horrible, porque nos dolía mucho pensar que los españoles no nos querían como nosotros a ellos. Además, dejábamos atrás todo: país, afectos, amigos…". El primero hogar romano fue la Villa Tita Ruffo; después el gran hotel donde muriera Alfonso XIII. El palacio de Torlonia, donde ha fallecido la infanta, fue su tercer hogar romano desde que la Familia Real española abandonara el país.

Ya en el exilio, afectó profundamente a la infanta la separación, de hecho, de sus padres. Y un año después, en 1934, la terrible tragedia de que fue protagonista en Pretschah (Austria), donde Alfonso XIII veraneaba con sus hijos. Regresaban Doña Beatriz y su hermano menor, Gonzalo, de un paseo en automóvil. La aparición súbita de un ciclista obligó a un giro brusco y un topetazo, del que la infanta salió ilesa, pero que costó la vida al adolescente hemofílico. Al día siguiente, víctima de una hemorragia interna, murió el infante Gonzalo, a sus 19 años, en la tristeza de una casa de alquiler austriaca. Aquella fatal experiencia pesaría siempre dolorosamente en su ánimo.

Al igual que su hermana la infanta María Cristina, Beatriz de Borbón y Battenberg vivió su juventud estigmatizada por la hemofilia que padecieron sus hermanos Alfonso y Gonzalo y que ella podía portar —probablemente la transmitió a uno de sus nietos—. Tan notorio era su problema que cuando el general Primo de Rivera supo que su hijo Miguel la cortejaba a caballo cerca del Puente de los Franceses lo mandó a América.

La víspera de su boda con Alessandro Torlonia -a la que no asistieron ni su madre ni su hermano Alfonso- los Reyes de Italia dieron un baile en el que se conocieron Don Juan y Doña María de las Mercedes. Y en su palacio romano en el que ayer falleció vivían los Condes de Barcelona cuando nació Don Juan Carlos. Como tantos españoles del exilio Doña Beatriz rehízo su vida en Italia y escogió vivir allí hasta el fin de sus días, con la añoranza de la patria perdida por la ruptura que había representado el destierro. Para Alfonso XIII no fue fácil casar a sus hijas, sobre las que pesaba la sombra de la hemofilia. "Ninguna Casa Real reinante de aquella época estaba dispuesta a jugarse el porvenir enviando a uno de sus vástagos a pedir la mano de una de las dos", como recogió Juan Balansó en su obra sobre la Familia Real. Hasta que apareció el banquero Torlonia.

En 1935, cuando la Familia Real española llevaba ya cuatro años exiliada, tras la proclamación de la II República, la infanta doña Beatriz se casó en Roma con un corpulento, fornido y apuesto que le había "sorbido el seso" como dicen los españoles. Se trataba del aristócrata italiano Alessandro Torlonia, príncipe de Civitella Cesi, que pese a su rimbombante título no pertenecía al círculo de la realeza, sino al de la nobleza romana, como miembro de una familia de banqueros. Alfonso XIII se hizo de rogar para conceder la mano de su hija al acaudalado romano, pero finalmente lo hizo cuando se convenció de que su adorada hija no tenía otros pretendientes mejores. El consorte era hijo del príncipe don Marino Torlonia, IV Príncipe di Civitella-Cesi y de la estadounidense Maryelsie Moore. Su madre era hija de Charles Arthur Moore, un acaudalado hombre de negocios de Connecticut y de Kate Campbell, miembros de la alta sociedad de los Estados Unidos. Su madre había sido objeto de varias historias de la alta sociedad europea. Don Alessandro nació y murió en el Palazzo Torlonia, situado en el corazón de Roma. Al igual que haría años más tarde su hermana Cristina, Beatriz hizo una expresa renuncia a la sucesión dinástica que quedó plasmada en las capitulaciones matrimoniales.

Partes: 1, 2, 3
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