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El ensayo como herramienta de trabajo académico e investigativo (página 2)


Partes: 1, 2

En lengua castellana se han destacado entre los cultivadores más sobresalientes de este género grandes figuras de las letras españolas, como los miembros del grupo conocido como la Generación del 98, entre quienes sobresalen Ángel Ganivet, Miguel de Unamuno, Azorín, Pio Baroja, Antonio Machado y José Ortega y Gasset. En Latinoamérica sobresalen las figuras de Alfonso Reyes (México), Fernando Ortiz (Cuba), Arturo Uslar Pietri (Venezuela), José Vasconcelos (Perú), Rissieri Frondizi (Argentina) y otros. En Colombia por su parte, descuellan las figuras de Baldomero Sanín, Cayetano Betancur, Luis López de Meza, Rafael Carrillo, Luis Eduardo Nieto Arteta, Eduardo Caballero, Germán Arciniegas entre muchísimos otros, que muestran al continente americano como tierra fértil y gran escenario para el cultivo y desarrollo de este género.

Características

Son muchas y diversas las características de un ensayo y según la época, diversos autores han enfatizado en una u otra. Pero comúnmente, se pueden considerar los siguientes aspectos, como líneas generales que identifican y caracterizan a un documento de ensayo:

  • Extensión variable:

Aunque en ciertos círculos se señala la brevedad como uno de los rasgos característicos del ensayo, esto depende del autor, el propósito que persigue y el tema que aborde y no es una condición indispensable o forzosa, ya que existen ensayos cortos, de media extensión, pero también los hay de la extensión de un libro o libros que son una colección de diversos ensayos.

En algunos círculos académicos se llega a establecer, por ejemplo, que un ensayo no debe ser superior a determinado número páginas, pero dentro de los márgenes de libertad de un ensayo, está precisamente la libertad de extensión. No obstante, para el cumplimiento de determinados propósitos, por ejemplo, publicación, evaluación académica, tesina gradual, resultado de una investigación programada, etc., quienes los solicitan o exigen, pueden poner las condiciones de la extensión requerida, a la cual debe ajustarse el autor.

  • Estilo libre:

Aunque el autor debe ajustarse a algunas normas universales en la materia, respecto al estilo, un ensayo puede partir de los aspectos descriptivos del asunto tratado, hasta expresar la sensibilidad, imaginación y creatividad o la agudeza crítica y fuerza argumentativa del autor; pues el lector es alguien que tiene confianza en el conocimiento del autor sobre el tema expuesto. Pero el estilo es la manera empleada por el autor para llegar al lector, cautivarlo y ganarlo en favor de la obra, antes que un antídoto para desesperarlo y hacer que abandone el escrito tan pronto pueda. Un aspecto fundamental en materia de estilo es que el ensayo está más dirigido a la razón que a la imaginación, y a pesar de ser una especie de híbrido o centauro, que da cabida a enfoques dobles, pues en él se combina lo artístico y lo filosófico con lo científico, una de sus prioridades del estilo ensayístico es el carácter crítico y analítico de su enfoque y carácter, pero sin descuidar el sello personal que todo autor debe imprimir a su obra.

  • Tratar un aspecto particular de un tema abordado

Tal vez la característica más sobresaliente y relevante del ensayo es ésta, la cual establece que de manera sucinta y sin tratar agotarlo, el ensayo debe servir para apuntar ideas originales o sugerir teorías acerca de un asunto particular determinado, o sea, sobre un aspecto particular de una realidad que puede se más compleja. De ninguna manera se trata de una colcha de retazos ni una rapsodia de asuntos interminables o inconclusos que se tratan sin ninguna profundidad. De tal modo que, con la mayor seriedad, en un ensayo se debe tratar un solo asunto, y según la extensión disponible, abordarlo con mayor o menor profundidad o detalles, según la extensión lo permita.

  • Carácter reflexivo

Más que un comentario, una descripción, un resumen o una narración acerca del asunto tratado, el ensayo es ante todo una reflexión personal; aunque para sustentar los argumentos propios, se puede partir de los puntos de vista que ya otros han expuesto, los cuales se toman como base y cuya mención puede ser implícita o explícita, con citas textuales o referenciales; de lo cual se debe dejar testimonio en el cuerpo del ensayo. La fuerza crítica y analítica de un ensayo le es dada por los juicios evaluativos, críticos y analíticos que en él se sostengan. Estos juicios son los que le dan el poder de convicción y la fuerza a los argumentos que esgrima el autor, más que por los comentarios, opiniones y afirmaciones o conjeturas sin base que en él se hagan, aunque sean llamativas, pero sin base.

  • Carácter Discursivo.

Cuando se elabora un ensayo la situación de la mente y el entendimiento es la de un continuo discurrir (de dis-currere = correr de un lado para otro), en la medida que es un esfuerzo por concatenar, entrelazar, interconectar las ideas y conceptos emitidos, unos con otros; y no de cualquier manera, pues no se trata de una yuxtaposición de conceptos, o una suma de ideas puestas ahí.

En el ensayo debe haber una jerarquización de los conceptos expuestos, los cuales deben haber sido evaluados previamente, para poder darles la trama correspondiente, de tal manera que se alcance coherencia lógica en la composición y en el desarrollo mismo de la exposición, lo cual se captará rápidamente en la lectura del escrito.

Partes del ensayo

Hemos señalado como característica principal del ensayo, la libertad creativa del ensayista, en el sentido de no tener que seguir un riguroso orden metodológico. Pero la experiencia y el uso han generalizado una estructura cuyos componentes principales se presentan como una propuesta orientadora, especialmente para quien se inicia en la actividad ensayística.

Téngase en cuenta que las partes que se indican adelante, son una pauta para ensayos de considerable extensión, pero que en el ensayo corto no se diferencian físicamente, lo cual no obsta para que en el desarrollo general del ensayo, por corto que sea, no se tengan en cuenta y se desarrollen. Las partes en referencia, que deben formar un ensayo son:

  • EL TITULO

En sentido estricto, el título no es, propiamente, una parte sino el elemento identificador esencial del ensayo. Los títulos deben ser precisos, claros y sobrios para abarcar todo el contenido del tema. En general, es lo último que se define, debido a que el título debe ajustarse de acuerdo con los contenidos desarrollados en el cuerpo del trabajo.

Téngase en cuenta que un aspecto es el del tema sobre el cual se escribe –dependiendo de los propósitos con los cuales se hace-, en lo cual puede ocurrir que nos dan o asignan un tema o asunto – especialmente en el medio académico- y otro muy particular es el título que le asigna el autor a su escrito, de acuerdo con los contenidos que desarrolló. En este aspecto también prima la libertad del autor.

  • LA INTRODUCCIÓN

Como su nombre lo indica, es propiamente hablando la primera parte del trabajo, en la que el autor presenta y señala la importancia, orientación y alcances del ensayo. Tiene como función la de inducir al lector sobre el asunto a tratar y, de alguna manera meterlo en el asunto.

En ella se pueden considerar los siguientes aspectos:

Antecedentes. Son las circunstancias que llevaron al autor a preocuparse por el tema y ocuparse de él, como pueden ser su experiencia, dudas, preocupaciones, lecturas, investigaciones, actualidad del asunto, noticias, capacidad creadora. En el contexto académico se puede referir al debate de que es objeto en el medio.

Justificación. Se funda en dos aspectos o puntos esenciales:

  • 1. Interés del tema investigado, por su novedad, originalidad, relevancia y

  • 2. Utilidad o importancia, inferida de las consecuencias teóricas y prácticas que se desprenden de las distintas soluciones expuestas.

Objetivos. Los objetivos indican la finalidad o propósitos concretos que animaron al escritor en el compromiso intelectual asumido. Ellos presentan las intenciones concretas y el resultado que el autor espera del trabajo elaborado.

Motivación: Expresa los sentimientos ocultos del autor, velados en sus palabras, de ahí que, en la introducción debe plantear aspectos como:

  • 1. Significado del escrito en el campo del conocimiento respectivo.

  • 2. Alcances y limitaciones de lo planteado en el trabajo.

  • 3. La introducción debe concluir diciendo qué es lo que se pretende plantear con el tema tratado.

  • EL DESARROLLO, CUERPO O CONTENIDO CENTRAL DEL ENSAYO

En este punto el autor desarrolla o expone el contenido central o estructura del tema sobre el cual gira el asunto tratado y se desenvuelve la trabazón de las ideas, hiladas alrededor de él. En el cuerpo del trabajo se expone o desarrolla de manera estructurada y clara, la tesis, idea principal o parte central del documento, con sus secuencias complementarias y la información necesaria para demostrar o comprobar los argumentos centrales.

La secuencia de ideas puede arrancar con hechos históricos, anécdotas, acontecimientos recientes, noticias, datos históricos, principios o teorías filosóficas, evocaciones a propósito de, descripciones, mitos, creencias, o cualquier asunto apropiado a la circunstancia del tema y que contribuya a hacerle una entrada al tópico en forma atractiva. La forma de entrar obedece en gran medida a la estructura argumentativa, la trama planteada, el estilo del autor y la ilación lógica seguida por él en su plan expositivo de las ideas a desarrollar en el ensayo.

Algunos aspectos generales que se deben tener en cuenta al elaborar el plan del ensayo -el cual puede partir o estructurarse por medio de un mapa conceptual, que se desarrollará cuidadosamente en la redacción del ensayo-, son entre otros:

  • Las ideas expuestas en el trabajo, deben guardar entre sí una secuencia lógica de concatenación, orden y coherencia.

  • Exponer en forma clara y con lenguaje preciso, las ideas e inquietudes suscitadas por el tema abordado, así como las posibles salidas o alternativas que se puedan presentar.

  • También es importante que el ensayo planteé interrogantes, cuestionamientos o dudas, aunque estas no necesariamente se deben resolver, en el ensayo, pero sí suscitar inquietud en el lector.

La forma y contenido del ensayo puede variar, dependiendo del tipo de ensayo, de su extensión y de su objetivo. Cuando se trata de la disertación expositiva de una tesis, la secuencia a seguir podría ser:

  • 1. Presentar las distintas teorías en forma debidamente clasificada y fundamentadas con lógica.

  • 2. Asumir y presentar la posición crítica personal frente a estas teorías, acompañadas del respectivo análisis y el aporte personal al debate. No se debe olvidar que, por llevar la marca personal, la exposición de ideas del autor, es lo que le da el sello original a un ensayo. La crítica puede ser intercalada en la medida que se van exponiendo las diferentes teorías o posiciones ajenas. Igualmente se pueden recoger al final, como una capitulación de todo lo dicho en el trabajo y la presentación de la posición personal en forma sucinta.

  • 3. También se pueden presentar nuevos argumentos para sustentar la tesis central. Esto definirá si la tesis central quedó demostrada o no y bajo qué tipo de falla se desarrolla el trabajo analizado.

  • 4. Por último, se deben presentar las posibles soluciones o aplicaciones, consecuencias o implicaciones de las tesis expuestas, mediante una pequeña reseña, que puede hacerse en forma longitudinal, a través del tiempo.

  • LAS CONCLUSIONES

Constituyen la parte final del ensayo, en la cual, de manera sintética se presentan los resultados alcanzados; mostrando en forma lógica, las deducciones, inferencias, consecuencias o corolarios finales sacados del trabajo, o también, se muestran los resultados del examen hecho al tema tratado, señalando si se alcanzó a probar algo o no, de acuerdo con lo que se pretendía o a qué resultados se llegó, teniendo en cuenta las premisas o presupuestos de los cuales se partió.

En general, en las conclusiones de un ensayo no se acostumbra hacer recomendaciones; aunque si se pueden incluir los interrogantes o preguntas nuevas, suscitadas por las reflexiones realizadas, que serán objeto de ensayos posteriores o futuros o una invitación al lector para seguir profundizando sobre el mismo aspecto, con otros escritos similares.

El manejo del lenguaje

Se dice que expresarse bien es el resultado de pensar bien, y esto implica que la comprensión tiene mucho que ver con la expresión. Cuanto mejor comprendamos el lenguaje, mejor lo podremos emplear. Adquieren aquí gran significado las palabras de Juan Luis Vives, el filósofo español, cuando refiriéndose al uso del lenguaje, decía que "no hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre, que sus palabras".

En el ejercicio de elaboración de ensayos, el manejo y dominio del lenguaje es de vital importancia, ya que de ello depende en gran medida, la facilidad que el lector o el examinador tenga para desentrañar el sentido y el contenido básico del escrito, encontrar la coherencia y claridad de las ideas expuestas, identificar la relación interna entre sus partes y al mismo tiempo establecer su ilación lógica y unidad de sentido.

Respecto al dominio del lenguaje, otro famoso, Antoine de Saint Exupery, decía que "Uno es para siempre responsable de lo que domestica" lo cual, en otros términos no significa sino que la domesticación y enriquecimiento del lenguaje, es una tarea y responsabilidad eminentemente personal, pues nadie habla por mí y sólo yo soy responsable de lo que digo, así me lo hayan enseñado o lo haya aprendido de otros.

En la tarea o ejercicio de elaboración de ensayos, el manejo del lenguaje es un aspecto de vital importancia para el autor, ya que del uso adecuado que de él se haga, depende en gran medida, la facilidad que el lector o el examinador tengan para desentrañar el sentido y el contenido básico del escrito; encontrar la coherencia y claridad de las ideas expuestas; identificar la relación interna entre sus partes y al mismo tiempo establecer su logicidad y unidad de sentido.

Se dice que expresarse bien es el resultado de pensar bien, y esto implica que la comprensión tiene mucho que ver con la expresión. Cuanto mejor comprendamos y dominemos el lenguaje, mejor lo podremos emplear. Por eso, la perfección en el arte de escribir, no solo ensayos, sino todo tipo de literatura escrita, es una meta que tal vez no se domine jamás a la perfección.

Escribir ensayos implica el manejo de un lenguaje que se ubica en el nivel de expresión escrita culta, lo cual requiere ejercicio, constancia, voluntad y aprendizaje, condiciones que deben estar siempre unidas, si se espera progresar en éste campo.

En todas las áreas del conocimiento existe un lenguaje especializado, que adquiere sentido solo en el contexto de cada disciplina. Sin incurrir en vulgarismos, en la elaboración de ensayos no se debe caer en exageraciones y tecnicismos, ya que los ensayos no son rigurosos o especializados informes científicos.

Para obtener mejores resultados con el uso del lenguaje que se maneja en la redacción de ensayos, se recomienda, como condiciones generales, que su expresión sea:

  • ? Muy cuidadoso y apropiado al tipo de destinatario para el cual se escribe.

  • ? Adecuado, conciso y preciso, evitando divagaciones etéreas y especulaciones sin sentido.

  • ? Ajustado al tema y a la ocasión para la cual se escribe.

  • ? Sencillo, o sea, exento de rebuscamientos y pedantería.

  • ? Claro y natural, sin perder la elegancia y el buen gusto en las formas empleadas.

  • ? Sin exagerados personalismos, por eso se recomienda la redacción impersonal.

  • ? Objetivo y adecuado a las circunstancias y condiciones de cada ensayo.

  • ? Manejarse con sentido de plenitud, es decir comenzar y terminar la exposición de ideas en los párrafos y oraciones.

  • ? Consistente, que no es otra cosa que decir todo lo que tiene que decir y solo lo que tiene que decir.

El plan del ensayo

Todo ensayo, como trabajo intelectual que es, debe ser planeado, es decir, debe ser objeto de un plan inicial, de un esbozo o boceto, que se puede realizar utilizando un mapa conceptual en el que se arme la ilación o la red de lazos y relaciones entre las ideas. Dicho mapa, elaborado previamente con cuidado, servirá de guía para el desarrollo posterior del trabajo, sin mayores dificultades, pues se constituye en la carta de navegación que guiará su realización satisfactoria. Y este plan del mapa conceptual también debe contemplar o prever el manejo del lenguaje y la terminología que se va a emplear.

Lo anterior significa en otras palabras, que al hacer el mapa conceptual o estructura de lo que será el ensayo, no solo se deben contemplar las líneas temáticas que se van a tratar, sino que, al mismo tiempo se debe prever el tipo de lenguaje a emplear en su desarrollo, identificando terminología precisa. De ahí que la elaboración del mapa conceptual, incluya además selección del lenguaje, con su significación específica en el contexto del ensayo esperado. Esto implica no repetir muchas veces la misma palabra, sino buscar sinónimos para sustituirlas, tarea en la cual, las computadoras hoy se constituyen en una ayuda eficaz.

Como sugerencias para definir el mapa conceptual o plan de un ensayo, se sugiere tener en cuenta las siguientes consideraciones:

  • ? Definir los eventos moleculares o ideas bases, sobre las cuales se articulará el texto. Es decir, definir las líneas gruesas o argumentos fuertes que se van a exponer, sobre los cuales se van organizando las líneas delgadas o ideas secundarias. Orlando Fals Borda, dice que estas líneas gruesas son como la armazón o esqueleto de una obra, a la cual se le van agregando los materiales complementarios que le dan la forma definitiva.

  • ? Tener presente que la idea central, columna vertebral o tesis central, debe ser sustentada suficientemente, argumentada, explicitada o defendida en desarrollo del ensayo.

  • ? Definir las estructuras o fuentes de sustentación del argumento central, bien sea en doctrinas, corrientes de pensamiento, autores, a partir de los cuales se establecen los puntos de referencia del cuerpo argumental expuesto. En lo posible, definir las referencias y citas bibliográficas, o elaborar previamente un juego de fichas textuales o de resumen, cuyos contenidos, más adelante se puedan introducir en el cuerpo del trabajo.

  • ? Si las circunstancias lo permiten, el mapa conceptual o esbozo de composición, debe prever tentativamente el plan de oraciones, o sea, los contenidos a tratar en los diferentes párrafos, desde el primero hasta el último y las estructuras de enlace que habrá entre ellos, la cual puede ser de consecuencia, de contraste o de relación múltiple.

  • ?  El primer párrafo de un ensayo, normalmente ejerce la función de un "gancho" que se gana de salida al lector, quien, según lo planteado, se deja seducir e introducir al texto.

  • ? De igual manera, el párrafo final o las conclusiones, deben cerrar con tanta contundencia, que susciten en el lector nuevas inquietudes o actitudes de compromiso con el tema o la problemática tratada.

  • ? Definir la extensión aproximada que va a tener el trabajo, recordando que aun cuando hay libertad de extensión, ésta no debe ser tan corta que parezca una meditación, ni tan larga que semeje un tratado.

  • ? Pero sea cual fuere la extensión acordada, lo que no puede estar ausente es la exposición argumental de la tesis con sus pros y sus contras y la necesaria síntesis, que corresponde a todo trabajo de análisis, pues el ensayo, sin importar su extensión, debe ser una pieza completa.

La puntuación y los conectores

En el manejo adecuado del lenguaje, además del uso mesurado de una terminología de significación precisa, clara y elegante se requiere de una adecuada utilización de los conectores, ya que

"Los conectores son como las bisagras,

los engarces necesarios para que el ensayo

no parezca desvertebrado"

Los conectores pueden ser de relación, de consecuencia, de causalidad, de resumen y de énfasis, los cuales se deben manejar con tanto cuidado como los signos de puntuación.

Los signos de puntuación, el punto seguido y el punto aparte, la coma, el punto y coma, son los signos que le dan "oxígeno" a cualquier escrito, especialmente en su estructura de párrafos; ellos son como el medio de transpiración. Por eso, del conocimiento y uso de estas herramientas, sumadas a un lenguaje ágil, sencillo, preciso y conciso, depende que un ensayo sea ágil o pesado, liviano, monótono o interesante, en fin, que sean un "ladrillo" o una obra maestra.

Como recomendaciones de orden práctico que contribuyen a lograr una buena redacción del texto de un ensayo, se debe tener en cuenta:

  • ? Pensar bien las frases antes de escribirlas o leerlas detenidamente después de escribirlas. Revisar el contenido de cada frase que se escriba.

  • ? Evitar el uso de palabras de sentido impreciso, esas que sirven para todo, pero no tienen acepción concreta, por ejemplo, "cosa", "eso", "mundo".

  • ? Utilizar adecuadamente y sin exageraciones, los signos de puntuación.

  • ? Reconocer y aplicar los conceptos relativos a la estructura de un párrafo, teniendo en cuenta que en cada párrafo se expone o desarrolla una idea principal, que se amplía mediante ideas secundarias, las cuales, por lo general, van separadas por puntos seguidos y se distribuyen según la naturaleza del párrafo.

Aspectos formales

Acerca de la presentación física del escrito o los aspectos formales que se deben tener en cuenta, al presentar un ensayo, lo fundamental es:

  • Usar el tipo de papel adecuado, blanco, tipo folio, sin cuadros, rayas o agujeros o cualquier otro aspecto o detalle que distraiga la atención de quien lo lee. El color amarillento del papel viejo o su aspecto ajado, causa mala impresión.

  • Dejar los márgenes necesarios, tanto en los espacios superior e inferior, como en el derecho e izquierdo, teniendo en cuenta que éste último, por razones prácticas de encuadernación, debe ser más ancho.

  • Distribuir las ideas a desarrollar, en forma lógica, de tal modo que cada párrafo corresponda a una de ellas y tenga suficiente unidad de sentido y no sean demasiado largos ni demasiado cortos.

  • No abusar del uso de las mayúsculas fijas y el subrayado y en vez de éstas técnicas ya casi en desuso, preferir los tipos itálicos, las negrillas y comillas, para destacar palabras o conceptos importantes.

  • Procurar una adecuada corrección ortográfica. Cuando se trabaja en la computadora no desaprovechar la ayuda que esta máquina ofrece para mejorar la redacción y adecuar la ortografía.

El problema del estilo

A casi todos nos ocurre, que cuando conocemos o tratamos por primera vez a una persona, la enjuiciamos o nos formamos un primera imagen de ella por su aspecto, bien sea al presentarse físicamente, al hablar, escribir o comportarse; en una palabra, por su estilo. Las primeras impresiones que nos formamos de alguien, pueden resultar vitales así como el estilo de redacción para un escritor, puede resultar crucial y definitivo.

Pero cuando se llega a conocer a las personas, entran en juego otros factores, como su carácter, intelecto y personalidad, aunque en primera instancia, ha sido su aspecto externo o su estilo, lo que nos ha impresionado.

Todos cuidamos nuestro aspecto externo y nuestra presentación, es decir, nuestro estilo o apariencia, de igual manera, el escritor, en este caso el ensayista, debe pagar el tributo del inmediato impacto de su obra. Lo cual significa que debe prestar atención cuidadosa a lo que escribe, en cuanto a contenido y forma, para que su palabra escrita logre el impacto esperado.

En relación con el estilo del ensayista, Greville Janner señala que "el escritor de ensayos, como el atleta, debe tener una salida fulgurante y un final arrollador, si su objetivo es terminar en ganador" [1]

En cuanto al estilo, más que cuidarse del empleo de adornos y florituras innecesarias, el ensayista debe tener en cuenta un riguroso uso de la gramática y, sobre todo, mucha seguridad y claridad en la expresión de los conceptos que emite. Los contenidos deben ser claros, concretos, lúcidos y estructurados de tal forma que en sus párrafos o contenido se refleje la intención del ensayo como tal.

Téngase en cuenta, que en un ensayo, como en la mayoría de los escritos en los que se desea comunicar algo a un público amplio,

La elegancia de estilo depende más de la sencillez,

de la claridad y la precisión con que se escribe,

que del lenguaje rebuscado o los giros dudosos,

que puedan poner en peligro la comprensión del texto o,

peor aun, desvirtuar su sentido.

Para lograr un buen resultado en cuanto a estilo se recomienda que:

  • ? Una vez concebida la idea general, adelantadas las consultas y elaboradas las fichas del caso, o se hayan recolectado los datos y documentos necesarios para empezar el trabajo, se proceda a elaborar el mapa conceptual o plan inicial de oraciones -del cual se habló antes- del contenido general del trabajo, que será desarrollado posteriormente, como cuerpo del mismo.

  • ? Con base en el plan de oraciones se comenzará a desarrollar el trabajo, elaborando un primer borrador, en el que se van tratando los temas previstos.

  • ? Una vez elaborado el primer borrador, se debe dar una lectura inicial y hacer las correcciones del caso.

  • ? En la medida que va revisando, suprimir toda sobre-interpretación de las tesis y teorías expuestas y corregir cualquier omisión en que se haya incurrido.

  • ? Cuídese de utilizar un lenguaje sentimental o muy afectuoso y de expresar posiciones demasiado subjetivas y/o personalistas, sin fundamentarlas.

Finalizado su trabajo y sobre el borrador final, se pueden corregir los aspectos literarios y de estilo del documento escrito. Para lo primero se recomienda que tener en cuenta:

  • ? Eliminar las frases y palabras superfluas, datos y repeticiones innecesarias.

  • ? Corregir y aclarar las partes que parezcan confusas.

  • ? Utilizar sinónimos o palabras de más fácil comprensión en el contexto, cuando las exigencias o rigor del lenguaje lo hagan necesario.

  • ? Ajustar la extensión del trabajo a las exigencias previamente señaladas o a las necesidades del objeto con el cual cumple el trabajo.

  • ? HAGA USO DE SU CAPACIDAD DE SÍNTESIS.

  • ? Evitar caer en lo narrativo, en lo descriptivo o en lo simplemente enunciativo, no olvide que un ensayo exige sobre todo capacidad crítica y de análisis.

  • ? Cuidar y revisar personalmente o por terceros, la ortografía y la sintaxis, también el estilo.

  • ? No incluir términos o giros, solamente porque "suenan" o estén de moda, más bien, asegurarse plenamente de que se sabe exactamente lo que significa cada una de las frases, términos y palabras que utiliza en su trabajo.

  • ? Leer el trabajo cuantas veces sea necesario. Por eso, cuando de cumplir compromisos se trate, no hacerlo a la carrera; tomarse el tiempo necesario, si se quieren obtener buenos resultados y lograr impactar con el trabajo.

  • ?  Asegurarse de que en el trabajo está contenido lo que realmente se quiere decir o expresar y corregir todas las veces que sea necesario. Hacer todo a tiempo

  • ? Cultivar la disciplina de leerse uno mismo, de auto criticarse y de auto corregirse en lo que se escribe.

  • ? Cuando no se sienta plenamente seguro o tenga dudas, consultar un diccionario, hablar con un especialista o con una persona que conozca el tema tratado, sus opiniones pueden ser valiosas.

  • ? Al escribir, el estilo que mantenemos en el lenguaje oral, desaparece y el texto escrito no mantiene las inflexiones de la voz, por tanto, acostúmbrese a escribir en el lenguaje de la Real Academia, evitando todo giro localista, regionalismos y folclórico, pues se escribe para un público universal.

Finalmente, tenga en cuenta que los aspectos formales del ensayo también deben cuidarse. Fernando Vázquez [2]considera que los subtítulos sobran en ensayos de dos y tres páginas, pero que cuando el número de páginas es mayor, se puede recurrir a la subtitulación siguiendo una numeración o un orden lógico y secuencial o separando las partes significativas con numerales, sin olvidar la interrelación e interdependencia que debe existir entre las diversas partes del ensayo, el cual, aunque dividido en partes, debe conservar su unidad de sentido en una solución de continuidad cuya estructura lógica no se pierda.

Como herramienta de trabajo académico

Asumido como herramienta de trabajo académico el ensayo se constituye en un instrumento para el desarrollo de la creatividad y la libertad de expresión en la construcción de conocimiento, y sobre todo para la canalización de aprendizajes significativos. El ensayo es un mecanismo en el cual el estudiante tiene la posibilidad de confrontar el mundo de sus experiencias, conocimientos y posturas frente al mundo de la vida, recogiéndolas dentro de márgenes en los cuales la misma técnica del ensayo, le abre múltiples posibilidades de desempeño, pues sus características así lo ameritan.

Por otro lado, asumido como herramienta de trabajo académico, el ensayo, constituye un medio apropiado para el desarrollo por parte del estudiante, de personales habilidades y sobre todo para el cultivo de capacidades especialmente relacionadas con las formas del pensamiento que como mega habilidades críticas, se exigen para un desempeño satisfactorio en el marco de una sociedad del conocimiento, en donde las necesidades generadas por la marcada tendencia hacia la globalización, imponen la lógica de una sociedad conectada e intercomunicada para el desarrollo y acceso a la información, lo cual exige desarrollar nuevas formas de pensamiento, cuyas características básicas lo deben presentar como un pensamiento:

LÓGICO

AUTÓNOMO

CRÍTICO

COMPLEJO

HOLÍSTICO

ANALÍTICO

Como estrategia para el desarrollo del aprendizaje significativo, las fortalezas del ensayo radican en que, permite ordenar y exponer ideas, dado su carácter crítico y reflexivo.

Su esencia íntima radica en la capacidad para emitir juicios y apreciaciones personales, los cuales, aunque sustentados, constituyen un reto a la imaginación y la creatividad, pero al mismo tiempo es una puesta a prueba de la capacidad de confrontar los nuevos aprendizajes, con el mundo de la vida y de las experiencias que se poseen.

Otro aspecto que es vital en el ensayo como herramienta pedagógica es que es un género que va más dirigido a la razón que a la imaginación. Debido a esta característica, el ensayo permite sacar a la ciencia de su excesivo formalismo y poner la lógica al servicio del arte, pues conlleva un elemento formal y a su vez el encanto secreto de la expresión hecha con libertad creadora.

Como herramienta académica, el ensayo es muy apropiado porque:

  • Permite desarrollar formas de pensamiento lógico, crítico y analítico

  • Desarrolla la capacidad de juzgar y argumentar.

  • Genera capacidad de probarse a sí mismo, de confrontarse y confrontar lo que se sabe frente a situaciones concretas

  • Permite exponer resultados de indagaciones e investigaciones realizadas, con sentido propio y autonomía

  • Despierta la necesidad de leer e investigar para desempeñarse mejor.

  • Exige esfuerzo intelectual de construcción y sobre todo, de elaboración de ideas propias, lo que fortalece el desarrollo personal, la autonomía y la independencia intelectual, dando base a una personalidad intelectual propia.

  • Más que comentario, exige a su autor una reflexión constructiva y original

  • Tiene Carácter discursivo y por tanto argumentativo, exigiendo desarrollar esta capacidad lógica.

  • En él prevalece la posición personal, respecto al tema tratado, por eso no se debe confundir con una descripción, narración, copia, síntesis o resumen, en los cuales no necesariamente hay que aplicar el sello de lo personal.

  • La consistencia interna le es dada por la lógica y la coherencia conceptual, exigen una forma diferente a las que tradicionalmente ha exigido la formación clásica.

edu.red

Obras consultadas

FERNÁNDEZ DE LA TORRIENTE, Gastón. Cómo escribir correctamente. Bogotá: Norma, s. f.

HATZFELD, Helmut. Estudios de estilística. Barcelona: Planeta, 1975.

MARTÍNEZ UBÁRNEZ, Simón. Herramientas para escribir un ensayo, 2ed. Cali (Colombia): Universidad ICESI, 2000.

NIÑO ROJAS, Víctor Miguel. Competencias en la comunicación. Hacia las prácticas del discurso. Bogotá: Ecoe Ediciones, 2005

OLSON, David. El mundo sobre el papel. El impacto de la escritura y la lectura en la estructura del conocimiento. Barcelona: Gediza, 1998.

PARRA, Marina. Cómo se produce el texto escrito. Teoría y práctica. 2ed. Santa Fe de Bogotá: Magisterio, 1996.

PUPO PUPO, Rigoberto. El ensayo como búsqueda y creación. En: www.monografias.com

SERAFÍN, María Teresa. Cómo redactar un tema. Didáctica de la escritura. Barcelona: Paidós, 1989.

 

 

 

 

 

 

Autor:

Simón Martínez Ubárnez

Licenciado en Filosofía, Magíster en Filosofía y Letras. Docente Universitario. Autor de Herramientas para escribir un ensayo (www.icesi.edu.co) Y otras obras de uso docente.

[1] , JANNER, G. Cómo presentar con éxito nuestras ideas a los demás. Bilbao: Deusto, 1992. P. 80

[2] . Vázquez Rodríguez en op. cit. p8

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