Situación Actual de la Economía y el Comercio en América Latina (página 2)
Enviado por Miguel Fernando Vargas Machuca Corrales
Los Tratados de Comercio de los Pueblos (TCP) constituyen los instrumentos comerciales para implementar los principios del ALBA y consisten, básicamente, en pactos de cooperación que abarcan un amplio conjunto de temas, como energía, salud y cultura. Hasta la fecha, se han firmado dos TCP, uno por soberanía de los pueblos. Recientemente, los países adheridos a la ALBA han acordado aprobar tres proyectos de cooperación en los ámbitos de educación, cultura y comercio. Los dos primeros tienen por objeto realizar programas de alfabetización y crear un fondo para el desarrollo de la cultura. Con el tercero de ellos, denominado Proyecto Gran Nacional Alba Comercio Justo, se pretende crear una gran empresa de suministros industriales y otra dedicada a las exportaciones e importaciones, sobre la base de una lógica de comercio compensado, basada en el establecimiento de redes de tiendas y de almacenamiento y comercialización de los productos.
En diciembre de 2006 se celebró la segunda Cumbre de Jefes de Estado de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN) en Cochabamba, Bolivia. Dicha instancia ha ido consolidando su papel en la región mediante el análisis de una amplia agenda temática, en la que destacan las cuestiones relacionadas con la infraestructura. Los días 16 y 17 de abril de 2007 tuvo lugar en la Isla de Margarita, República Bolivariana de Venezuela, la primera Cumbre Energética Suramericana, en la que se acordó la Declaración de Margarita y se creó el Consejo Energético de Suramérica, integrado por los ministros de energía de cada país, que ha de elaborar una propuesta de lineamientos de la Estrategia Energética Suramericana, del Plan de Acción y del Tratado Energético de Suramérica, que se debatirá en la tercera Cumbre de Jefes de Estado de la CSN a celebrar en Colombia en 2007.
2. ESTADOS UNIDOS Y AMÉRICA LATINA
Durante 2006 y 2007, Estados Unidos ha dado prioridad en su agenda comercial a múltiples iniciativas orientadas a la apertura de mercados, tanto a nivel bilateral como multilateral, de acuerdo a una estrategia de "liberalización competitiva". Según dicha estrategia, los acuerdos de libre comercio son un medio de determinar el alcance que podrían tener los acuerdos multilaterales en el futuro, mediante el establecimiento de precedentes y la demostración de los verdaderos beneficios del comercio libre y justo (Schwab, 2007).
En el hemisferio occidental, Estados Unidos suscribió en 2006 acuerdos de promoción del comercio con Perú y Colombia, y a finales de ese año concluyó las negociaciones con Panamá. De forma análoga a acuerdos anteriores, estos son de amplio alcance y abarcan todos los aspectos del comercio, como inversiones, servicios, propiedad intelectual y compras públicas, entre otros, y su propósito es eliminar los aranceles y otras barreras impuestas al comercio de bienes y servicios.
A fines de 2006, se promulgó en Estados Unidos la ley de beneficios tributarios y servicios de salud, cuyo aspecto más interesante para América Latina y el Caribe es que contiene disposiciones sobre comercio en virtud de las cuales se amplía el alcance del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) y el Régimen de Preferencias Comerciales para los Países Andinos/Ley de Promoción Comercial Andina y Erradicación de la Droga (ATPA/ATPDEA) y se autorizan nuevas preferencias comerciales para los textiles y el vestido provenientes de Haití. Conforme a esa ley, también se establecen relaciones normales permanentes con Vietnam.
De forma análoga, la vigencia del SGP se prorrogó hasta el 31 de diciembre de 2008, cuestión que abarca a la mayoría de las preferencias correspondientes a 3.400 productos de 133 países en desarrollo. La nueva legislación supone normas más estrictas en materia de exenciones impuestas por necesidades de competencia, a fin de limitar el uso del SGP por parte de los países en desarrollo de mayores ingresos, lo que podría afectar a algunas exportaciones de países como Brasil e India, que figuran entre los principales usuarios del SGP. Mediante dicha legislación se eliminan las exenciones aplicables a todas las categorías de productos en el caso de países cuyas ventas externas del producto en cuestión sea 1,5 veces superior a la cantidad establecida para un determinado año calendario —alrededor de 180 millones de dólares en 2006— o supere en un 75% el valor de las importaciones de dicho producto.
Durante el bienio 2005-2006, las exportaciones de América Latina y el Caribe a Estados Unidos, en promedio, se valoran en 309.905 millones de dólares, de los que solo un 1,7% corresponde al SGP, un 7,6% a otros acuerdos preferenciales y más del 40% a exportaciones reguladas en los tratados de libre comercio. En 2006, el Departamento de Comercio de Estados Unidos ya incluyó en sus registros las preferencias correspondientes al CAFTA-RD. Más del 50% de las exportaciones de Chile, México, El Salvador y Honduras se realizan al amparo de los tratados de libre comercio (véase el cuadro IV.3). En 2006, fueron pocos los países de la región que se acogieron al SGP, mientras aumentó el monto de exportaciones realizadas en virtud de los recientes tratados de libre comercio. Solo cuatro países de la región (Brasil, Argentina, Colombia y Perú) figuran entre los veinte países que son principales beneficiarios del SGP
La vigencia de la ATPDEA se prorrogó durante seis meses en los casos de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. Posteriormente, se aprobó una medida similar que se aplicaría a los países que concluyeran el proceso de aprobación legislativa de un acuerdo de fomento del comercio con Estados Unidos. Solo Colombia y Perú están en vías de que se les otorgue la segunda prórroga automática, aunque es necesario que el Congreso de Estados Unidos apruebe los respectivos acuerdos de libre comercio. No obstante, en marzo de 2007, la mayoría demócrata del Congreso de Estados Unidos estudió la posibilidad de prorrogar las preferencias durante un período de dos años a partir de su vencimiento en junio de 2007.
La no renovación de la ATPDEA podría perjudicar a los países beneficiarios, especialmente a Bolivia y Ecuador, países con un menor desarrollo relativo en ese grupo. Entre las posibles consecuencias que se pueden generar de que la ATPDEA no se renueve destacan la destrucción de empleo, las presiones migratorias hacia Estados Unidos y la pérdida de bienestar, no solamente en los países andinos sino también de los consumidores estadounidenses (USITC, 2005; Durán, 2007).
Después de arduas negociaciones en el Congreso de los Estados Unidos, y luego de un acuerdo alcanzado por el Comité de Medios y Arbitrios, cuatro días antes de su expiración, el ATPDEA fue extendido por ocho meses más, por lo que el nuevo plazo de vencimiento quedó fijado para el 29 de febrero de 2008. Para Bolivia y Ecuador, esta prórroga es un alivio, que da un cierto respiro a los exportadores. Sin embargo, el plazo sigue siendo corto y provocando preocupación en muchos círculos empresariales. Por su parte, a Perú y Colombia les sirve de puente mientras sus gobiernos esperan la aprobación de los tratados de libre comercio que se negociaron durante los últimos dos años, pero si el Congreso de Estados Unidos no aprueba los acuerdos pendientes se verían forzados, junto con Bolivia y Ecuador, a pedir más prórrogas en el futuro.
En el primer cuatrimestre de 2007, el Congreso y el Gobierno de Estados Unidos abordaron en su agenda comercial, entre otras cuestiones, la forma en que las disposiciones laborales y en materia de medio ambiente se incorporarían a los acuerdos comerciales suscritos. Se llegó a un consenso conceptual con respecto a los acuerdos pendientes de aprobación por el Congreso, en el sentido de que los países deben observar en sus legislaciones y prácticas las obligaciones de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo de 1998 de la Organización Internacional del Trabajo. Asimismo, se incorporó la obligación de suscribir siete acuerdos relativos al medio ambiente y el compromiso de implementar los acuerdos multilaterales que se hubieran suscrito (Inside U.S. Trade, 2007a).
La ATPDEA, promulgada en 2002, sustituyó y amplió el Régimen de Preferencias Comerciales para los Países Andinos de 1991 (ATPA), cuyo propósito era estimular un desarrollo económico diversificado y combatir la producción de drogas y el narcotráfico. La ATPDEA permitió incorporar 700 nuevos productos con acceso libre de impuestos a la lista inicial, pasando a ser 6.300 la cantidad total de productos con acceso libre. Entre otros, figuran en dicha ley los siguientes productos: los artículos de cuero, el petróleo y los productos derivados, el cobre refinado, las flores frescas, los espárragos, los textiles, las confecciones, el calzado, el atún y las prendas de vestir confeccionadas con telas de origen estadounidense.
En 2006, más de la mitad de las importaciones de Estados Unidos procedentes de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, cuyo valor ascendió a 13.500 millones de dólares, ingresaron en Estados Unidos en virtud del programa de la ATPDEA, siendo Ecuador, Colombia y Perú los principales proveedores del grupo andino.
3. SITUACIÓN DE MERCOSUR
El año 2006 ha representado un período particular en la historia reciente del Mercosur. Por una parte, se ha argumentado que el establecimiento, a fines de año, del Parlamento del Mercosur y la realización de la Cumbre Social, han supuesto que el Mercosur deje de ser una iniciativa restringida a los gobiernos y las administraciones y haya ampliado sus vínculos con la sociedad civil. Por otra parte, ha aumentado la preocupación por otorgar un trato diferenciado a los socios de menor tamaño relativo y a los agentes económicos más débiles.
En el ámbito comercial, las exportaciones intrasubregionales aumentaron en más del 20%, generando un alza de medio punto en el coeficiente de exportaciones intrasubregionales, que pasó del 13% al 13,5% en 2006. Durante el primer trimestre de 2007 continuó ese impulso, y dicho coeficiente aumentó un punto más, pasando a ser del 14,5%. En gran medida, la recuperación del comercio intrasubregional en el Mercosur se debe al comercio bilateral entre Argentina y Brasil, con una tendencia hacia una mayor estabilización de esas corrientes comerciales. Hasta marzo de 2007 se observa una importante recuperación del comercio de manufacturas de origen industrial desde Argentina y Brasil, entre las que destaca el acusado aumento de las ventas de partes para vehículos, metales comunes y productos químicos.
4. LA COMUNIDAD ANDINA DE NACIONES: UNA DIFÍCIL RENOVACIÓN
En 2006 se produjo la salida de la República Bolivariana de Venezuela de la CAN. Actualmente, los países están finalizando las negociaciones para administrar el período de cinco años en que se mantendrán vigentes las ventajas recibidas y otorgadas, como se indica en el artículo 135 del Acuerdo de Cartagena.
A partir de la denuncia hasta que se cumplan los cinco años, la República Bolivariana de Venezuela queda comprometida a: a) mantener el trato nacional; b) prohibir las trabas al comercio originado en los países andinos; c) mantener los programas de liberación acordados previamente con sus antiguos socios; y
d) otorgar el beneficio de nación más favorecida hasta su pleno retiro. Además, los países acordaron continuar con el establecimiento de normas específicas que regulen, además del programa de liberalización de bienes, materias relacionadas con las salvaguardias, el mecanismo de solución de controversias, las medidas sanitarias y fitosanitarias y los obstáculos técnicos al comercio (decisión 641 de la Comisión de la CAN). Por otra parte, Colombia, Ecuador y la República Bolivariana de Venezuela acordaron mantener la plena vigencia de las disposiciones previstas en el Convenio de Complementación
en el Sector Automotor13 y sus instrumentos derivados. Paralelamente, el Secretario General de la CAN, así como los mandatarios de Bolivia y Ecuador, han realizado gestiones para que la República Bolivariana de Venezuela reconsidere su decisión y se reincorpore a la CAN (CAN, 2007c).
Por otra parte, los países miembros de la CAN suscribieron un Memorando de Entendimiento que da a Chile la condición de miembro asociado y acordaron el desarrollo de negociaciones para adoptar un acuerdo de asociación entre ambas partes. Con ese propósito se conformó una Comisión Mixta formada por representantes del Gobierno de Chile y funcionarios de la Secretaría General de la CAN (Gaceta Oficial del Acuerdo de Cartagena, decisión 645, 2006).
Las actividades preliminares de la Comisión Mixta concluyeron con la aprobación de la decisión 666, que contiene disposiciones sobre la participación de Chile en los órganos y mecanismos de la Comunidad Andina en su condición de país miembro asociado. En términos generales, la decisión faculta a Chile a participar con derecho a voz en las reuniones ordinarias y extraordinarias de los órganos e instituciones del Sistema Andino de Integración, entre otros el Consejo Presidencial Andino, el Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores y la Comisión de la Comunidad Andina. Las relaciones comerciales se seguirán rigiendo por los acuerdos de complementación económica suscritos entre sus países miembros y Chile.
La Comisión Mixta, creada en septiembre de 2006, sigue en funciones y se reunirá por lo menos una vez al año y en forma extraordinaria a petición de los países miembros. Se asignó a la Comisión la tarea de atender y resolver las diferencias surgidas en la aplicación de la decisión 666 (Gaceta Oficial del Acuerdo de Cartagena, 2006, decisión 645).
A pesar de la salida de la República Bolivariana de Venezuela del grupo, en términos de comercio intrasubregional las exportaciones se mantuvieron dinámicas y su valor superó los 12.700 millones de dólares. Si se excluye a la República Bolivariana de Venezuela de ese cómputo, la tasa de crecimiento del comercio intrasubregional se reduce del 23% al 10% y el coeficiente de comercio de exportaciones intrasubregionales desciende del 10% al 8%. Por lo tanto, la República Bolivariana de Venezuela sigue siendo un socio relevante para el resto de países andinos, ya que su mercado genera una demanda considerable de diversos productos regionales de importancia, como aceites vegetales, medicamentos, vehículos automotores, textiles y confecciones y productos pesqueros. Como contrapartida, la República Bolivariana de Venezuela seguirá proveyendo derivados del petróleo, sobre todo gasóleo, hidrocarburos licuados y aceites crudos, hierro, acero, equipos de transporte, productos químicos y cosméticos al resto de la subregión. Así pues, en todos esos sectores, la República Bolivariana de Venezuela y los demás países andinos han demostrado tener un alto nivel de complementariedad (CAN, 2007a).
Durante el primer trimestre de 2007, las exportaciones intrasubregionales continuaron creciendo, aunque con menor dinamismo que en 2006. El fuerte impulso proviene de las exportaciones colombianas a la República Bolivariana de Venezuela y del mayor dinamismo de las exportaciones de Perú hacia todos
los destinos, a excepción de la República Bolivariana de Venezuela y Ecuador, países cuya actividad exportadora hacia la subregión se ha desacelerado, con una retracción del 10% y el 15%, respectivamente.
A pesar de sus indudables logros como mecanismo de integración subregional, en particular en los últimos años, en los que se realizó un significativo esfuerzo de actualización, la CAN se encuentra en un momento en el que se han de realizar definiciones. En efecto, como señalan diversos autores, la CAN cuenta con una sólida estructura institucional y con un conjunto de normas que regulan el comercio de sus miembros (Pineda Hoyos, 2007; Machinea y Uthoff, 2007; González Vigil, 2005). Las más recientes son las normas del comercio de servicios de los miembros de la CAN. Aunque estas normas, cuya elaboración
se inició en junio de 1998 y su plena vigencia sufrió diversas demoras, entraron plenamente en vigor en diciembre de 2006, lo que dificulta la evaluación de su funcionamiento en la práctica, demuestran la voluntad de los actuales miembros de la CAN de avanzar en la profundización de su proceso de integración.
Por otra parte, la CAN y sus miembros se preparan para iniciar la negociación de un acuerdo de asociación con la Unión Europea. En ese sentido, el 19 de abril de 2007, en la trigésima Reunión ministerial de la Comunidad Andina y la Unión Europea, se confirmó la intención de iniciar las negociaciones en el marco de la siguiente reunión de la Comisión Mixta, que se celebraría a fines de mayo en La Paz, Bolivia. Sin embargo, las negociaciones se lanzaron en Tarija, Bolivia, el 14 de junio de 2007, durante la XVII Reunión Ordinaria del Consejo Presidencial Andino. El 17 de julio se establecieron las 14 mesas en las que se abordarían los distintos aspectos de las negociaciones y se acordó que la primera ronda se realice en Colombia del 17 al 21 de septiembre. En preparación de las negociaciones, la comunidad Andina aprobó el 13 de julio la decisión 670 relativa a la adopción del documento único aduanero y la decisión 671 relativa a la armonización de regímenes aduaneros, al igual que otras normas sobre administración aduanera. Las dos decisiones fueron pilares decisivos para que se celebraran las negociaciones entre ambas partes.
Hasta la fecha, los miembros de la CAN han definido el punto inicial de desgravación, el arancel base, para el 75% de las partidas arancelarias, así como del total del comercio con la Unión Europea (CAN, 2007e). Los países todavía deberán hacer esfuerzos para acercar sus líneas arancelarias y poder contar efectivamente con un arancel unificado.
Recientemente, en enero de 2007, mediante la decisión 663, se postergó nuevamente la vigencia de la Decisión 535 que aprobó el nuevo arancel externo común del grupo, prorrogándose las excepciones existentes hasta el 31 de enero de 2008.14 Con la prórroga referida, el panorama regional en cuanto al arancel externo común es el que figura en el cuadro, donde se puede observar con claridad las diferencias existentes entre Perú, con el 43% de las líneas arancelarias a nivel del 0%, y Ecuador y Bolivia, que poseen únicamente el 6% y Colombia, con el 3%. Asimismo, Perú mantiene el 40% de su arancel externo común al 12%, mientras Colombia mantiene crestas arancelarias que llegan a un máximo del 227% y Ecuador al 85,5%, aunque estas no superan el 1% del total del universo arancelario de 6.843 líneas
.
Por otra parte, "se avanzó en la aprobación de un conjunto de normas comunitarias en materia aduanera, quedando solamente pendiente las referidas a regímenes e ilícitos aduaneros. En transporte, se está perfeccionando la Decisión sobre transporte internacional de mercancías de carreteras con el fin introducir una serie de mejoras que faciliten este servicio" (CAN, 2007e). Asimismo, se espera que con la entrada en vigor de los compromisos comunitarios en materia de servicios, las negociaciones con la Unión Europea avancen también en ese ámbito.
Los acuerdos suscritos por Colombia y Perú con Estados Unidos aún no han entrado en vigor. En el primer caso, el proceso de aprobación en ambos países está en curso; en el segundo, está pendiente la aprobación en Estados Unidos. Bolivia y Ecuador buscan la ampliación de las preferencias arancelarias ATPDEA, que expiran a fines de febrero de 2008. Además, Colombia está negociando un tratado de libre comercio con los países del Triangulo del Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras), en tanto que Perú mantiene negociaciones con Tailandia y Singapur.
5. ESTADÍSTICAS FINALES
CONCLUSIONES
- Es necesario recuperar el ritmo de la integración en América del Sur, profundizándola para luego avanzar hacia una integración latinoamericana.
- La Comunidad Sudamericana de Naciones es el punto de partida, pero necesita fortalecerse.
- El ALCA permanece congelado
- La Ley de Promoción Comercial Andina y Erradicación de la Droga (ATPDEA) vencía en diciembre próximo, pero se ha extendido a febrero de 2008
- La Comunidad Sudamericana de Naciones, creada en 2004, pierde ritmo.
- La República Bolivariana de Venezuela abandona la Comunidad Andina; ingresa al Mercosur y promueve el Tratado Comercial de los Pueblos.
- Colombia y Perú suscriben TLC con Estados Unidos, el de Perú ya fue aprobado por el Senado de Estados Unidos.
- Uruguay, está dispuesto a negociar con Estados Unidos
- Surge iniciativa de asociación de países de América Latina con costa en el Pacífico orientada al comercio con Asia
- Un número considerable de países de la región intenta asociarse con países de fuera de la región (Estados Unidos, Unión Europea, Japón, China, Asia en general).
- Peligro de retraso normativo respecto de acuerdos extrarregionales.
- Al margen de negociaciones comerciales, hay un considerable espacio para avanzar en iniciativas de cooperación regional en energía, infraestructura, TICs, innovación y aspectos de cohesión social.
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Autor:
Miguel Fernando Vargas Machuca Corrales
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