La polémica saltó a finales de 2008, cuando el entonces secretario del Tesoro de EEUU, Henry Paulson, y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, defendieron ante la Cámara de Representantes su plan inicial de auxilio financiero de 700.000 millones de dólares (el conocido como Plan Paulson).
Bloomberg denunció entonces a la FED y al Tesoro de EEUU por negarse a identificar a los beneficiarios de los casi 2 billones de dólares de los contribuyentes estadounidenses que repartió el banco central.
La agencia denunció el pasado 7 de noviembre a la Reserva Federal en virtud del principio de Libertad de Información para que aportara todos los detalles sobre sus 11 programas de crédito extraordinario puestos en marcha desde el inicio de la actual crisis. Sin embargo, los organismos públicos dieron la callada por respuesta, imponiendo una Ley del Silencio que, ahora, ha sido tumbada por un tribunal federal.
"Estará al frente de la Reserva Federal cuatro años más. El presidente de EEUU prefirió no dar alas a las especulaciones y eliminar toda incertidumbre posible, con la reelección, cuatro meses antes de lo previsto, de Ben Bernanke al frente de la autoridad monetaria de la primera economía del mundo". Al frente de la Fed Bernanke encara, tras su reelección, el "más difícil todavía" (Negocios – 26/8/09)
El ex profesor de Princeton puso los cimientos para evitar que se repitiera la Gran Depresión de los años 30. Ahora tiene otro mandato con desafíos a cuál más difícil.
"Ahora, Bernanke tiene que estabilizar al enfermo. Ha logrado sacarle de la UVI y trasladarle a planta, pero sigue monitorizado". Con este símil hospitalario, José Carlos Díez, de Intermoney, se refiere a que el peligro deflacionista, si bien se ha conseguido evitar, aún no ha desaparecido del todo, lo que, unido al creciente desempleo, puede desembocar en una crisis a la japonesa que sería desastrosa para la economía mundial.
En definitiva, ha sacado la economía de un profundo abismo, pero ahora tiene que reflotarla y evitar volver a caer en él. A esta ardua tarea se sumará otra no menos complicada: desmantelar los extraordinarios planes de liquidez al mercado. Los expertos no parecen preocupados en el cómo. "Será gradual", asegura Díez. Primero, deberá dejar expirar los planes de compra de hipotecas titulizadas por 1.250 millones de dólares y de las agencias Freddie Mac y Fannie Mae por 200.000 millones, así como agotar en octubre el paquete de 300.000 millones de dólares destinados a adquirir bonos del Tesoro.
Después, vendrán las subidas de los tipos de interés. El problema, por lo tanto, no es la forma sino el timing: cuándo estará la economía estadounidense lo suficientemente recuperada para seguir al alza de forma autónoma.
Tampoco hay que olvidar que, aunque en estos meses se han puesto los cimientos de la reforma financiera, está claro que el sistema bancario estadounidense no será el mismo en unos años. "Con el programa de reformas de Obama, la Fed va a salir reforzada, lo que contribuirá a conducir de forma más segura el profundo saneamiento que necesita el sistema financiero de EEUU", afirma un experto.
Hablar de los esfuerzos de Ben Bernanke para atajar la crisis crediticia en EEUU al frente de la Reserva Federal conlleva recordar quién estuvo detrás de la crisis. Alabado por propios y extraños (me excluyo), Alan Greenspan -que estuvo 19 años al frente de la entidad- fue señalado como impulsor de una burbuja que estalló con unas consecuencias nunca vistas en 70 años.
Los críticos (me incluyo) le achacan haber mantenido el precio del dinero en niveles demasiado bajos durante demasiado tiempo tras los atentados del 11 de septiembre contra el World Trade Center, una circunstancia que habría desatado la locura por el mercado de bonos.
Pero este factor ha hecho olvidar otros hitos del octogenario ex presidente de la Fed. Su famosa frase acerca de la "exuberante irracionalidad del mercado" fue, a posteriori, todo un adelanto de la sobrevaloración que por aquél entonces, en plena burbuja tecnológica, presentaban las bolsas. Tampoco hay que olvidar la rapidez y la decisión a la hora de bajar los tipos tras los atentados de Nueva York en 2001.
Intentando continuar con el manto de silencio: "La Reserva Federal ha pedido a la jueza Loretta Preska que retrase la ejecución de su decisión del pasado lunes que pedía que se hicieran públicas antes del 31 de agosto los nombres de las entidades que recibieran préstamos de emergencia de la institución, ya que podrían dañar a los bancos y no permitiría a la Fed presentar sus apelaciones". Fed: revelar los bancos ayudados les dañaría irreparablemente (El Economista – 27/8/09)
"La inmediata publicación de estos documentos destruirá las peticiones de exención del consejo y el derecho de apelar", según el organismo dirigido por Ben Bernanke. "Las instituciones cuyos nombres e información sean publicadas sufrirán también un daño irreparable". Así, el banco central quiere que Preska espere a que la Corte de Apelación de EEUU en Nueva York pueda examinar el caso, aunque todavía no ha dicho cuando presentará la apelación.
Además, la capacidad de la Fed "para gestionar la actual crisis financiera y cualquier otra futura se vería dañada", según el organismo, que añade que "heridas significativas recaerían también sobre la economía en general de EEUU".
La Fed se ha negado hasta ahora a nombrar a las instituciones financieras a las que ha prestado dinero o a publicar los activos que han sido puestos como colateral en los programas de emergencia, argumentando también que su revelación podría provocar un huida de los clientes e inversores.
¿La resurrección de Tobin?
"El presidente del organismo regulador de la City de Londres, lord Turner, ha expresado su apoyo a un nuevo impuesto a la banca a fin de evitar el pago de primas excesivas en la industria financiera". El regulador de la City de Londres apoya un impuesto a los bancos "socialmente inútiles" (Cinco Días – 26/8/09)
El primero que propuso un impuesto a las transacciones financieras fue el economista estadounidense James Tobin a comienzos de los años setenta, pero ni Washington ni Londres mostraron en su día interés por esa idea, apoyada en cambio por organizaciones no gubernamentales como ATTAC (Asociación para la Tasación de las Transacciones Financieras Especulativas).
El impuesto Tobin, en realidad, ha pasado por una serie de modificaciones desde que James Tobin lo creó en 1971 con la intención de reducir las fluctuaciones cambiarias y frenar la especulación. La idea se convirtió desde entonces en la causa predilecta de un gran número de ONG's, que perciben en ella un buen mecanismo de lucha contra la pobreza. El pasado agosto, el regulador financiero británico, Lord Turner, provocó un enorme escándalo al mostrarse a favor de su recuperación. También sugirió que ésta podría ayudar a reducir el tamaño al sector financiero, poniendo freno al exceso de beneficios y bonus.
El presidente del organismo regulador de la City de Londres, lord Turner, ha expresado su apoyo a un nuevo impuesto a la banca a fin de evitar el pago de primas excesivas en la industria financiera.
En declaraciones que publica la revista Prospect, Turner, presidente de la Autoridad de Servicios Financieros (FSA), calificó de "socialmente inútiles" muchas de las actividades desarrolladas por la banca a la vez que se preguntó si la City había crecido demasiado.
El presidente de la FSA ha sido criticado en el pasado por su postura considerada excesivamente condescendiente con las pagas excesivas a los banqueros y el organismo que preside corre peligro de perder muchas de sus actuales funciones si llegan al poder los conservadores, según se espera, el próximo año.
Su propuesta de aplicar un impuesto a los millones de transacciones que tienen lugar en la City serviría para reducir los ingresos de la banca y dejaría menos dinero disponible para el pago de primas millonarias, según explicó.
Según lord Turner, semejantes impuestos sería "una buena y sensata" fuente de ingresos con los que financiar bienes y servicios de utilidad social.
Anteriormente, la FSA había anunciado la introducción de nuevas normas a partir de enero próximo por las que se exigirá distribuir las primas en un plazo de tres años en lugar de proceder a su pago inmediato para esperar a ver así los resultados de la gestión de los altos ejecutivos.
En lo que se considera un cambio de rumbo, Turner dijo también que ya que la promoción del estatus de Londres como centro financiero global ha dejado de ser uno de sus objetivos prioritarios.
"La cuestión fundamental es la de si el nivel alcanzado por las pagas en los servicios financieros es consecuencia de una hipertrofia de ese sector derivada a su vez de una desregulación excesivamente simplista", señaló. "No es algo en lo que se hayan fijado ninguno de los políticos, pero creo que es un asunto importante de legítimo interés público", agregó lord Turner.
El presidente de la FSA rechazó, sin embargo, el plan propuesto por los conservadores de llevar a cabo una investigación de las eventuales prácticas anti-competitivas de los bancos porque en su opinión no serviría para hacer frente a las transacciones financieras globales.
Lord Turner también se ha opuesto a la idea de los liberales demócratas- segundo partido de la oposición- de separar las actividades de banca minorista de las de inversión, que encierran un riesgo mucho mayor.
Siempre en "nombre del mercado", la respuesta de la City no se hizo esperar y a las 48 horas: "La propuesta del presidente de la FSA, lord Adair Turner, de gravar con un impuesto las actividades "socialmente inútiles" de la banca ha suscitado un fuerte rechazo en la City. Banqueros, empresarios e incluso el propio alcalde de la ciudad, Boris Johnson, han criticado las palabras de Turner, y han asegurado que sólo beneficiaría a otros mercados rivales". No quieren más impuestos: la City se rebela contra las propuestas de la FSA (El Economista – 28/8/09)
Sus críticos le han acusado de extralimitarse en sus competencias y poner en peligro la posición de Londres como principal centro financiero de Europa.
El alcalde de Londres, citado hoy por el Financial Times, calificó de locos a quienes tratan de tirar piedras sobre su propio tejado. "A nadie en su sano juicio se le ocurriría proponer algo que va dirigido concretamente contra Londres. La City genera ingresos fantásticos para el Gobierno", señaló Johnson.
La Asociación de Banqueros Británicos fue también muy dura en sus críticas al regulador: "Si introducimos la regulación o los impuestos equivocados, podríamos perder muy pronto nuestra posición y perder muchos negocios, que se irían a otros países".
La Asociación de Gestión de Inversores y la de Aseguradoras Británicas atacaron también la propuesta por el impacto negativo que tendría en los inversores. "Es ilógico querer reducir de tamaño una de nuestras industrias más importantes", declaró un banquero, quien se preguntó si alguien quiere hacer de Londres "una sociedad marxista".
En ese sentido parece que nada ha cambiado, como indica Scott Talbott, jefe de asuntos gubernamentales de la Financial Services Roundtable, que representa a 97 instituciones estadounidenses del sector financiero, al afirmar al respecto: "Nos oponemos enérgicamente a que se grave con un impuesto al sector".
Donde dije digo, digo Diego (vuelvan a enterrar a Tobin)
"Enésima vuelta de tuerca a la Tobin Tax. El primer ministro británico, Gordon Brown, decidió ayer de improviso retirar su propuesta para implantar un impuesto a las transacciones financieras tras el aluvión de críticas que ha provocado su iniciativa, presentada por el premier este fin de semana durante la reunión de los ministros de Finanzas del G-20, según informa el Financial Times". Brown retira su propuesta para gravar las transacciones financieras (El Confidencial – 10/11/09)
Los Estados Unidos, junto con Canadá, lideran la corriente opositora a la denominada Tobin Tax, después de que Brown sorprendiese a los presentes en la cumbre celebrada en Saint Andrews (Escocia) con su plan. El líder laborista, que, según analistas, pretende recobrar el papel de caudillo global en asuntos financieros que ostentó brevemente hace un año durante el rescate a la banca, cosechó no obstante el respaldo de varios países europeos, Francia entre ellos.
Miembros del Gobierno británico habían sugerido anteriormente que el impuesto a las transacciones era el mecanismo favorito de Brown de entre cuatro opciones, entre las cuales se incluía recargar las pólizas de seguros, para aumentar los fondos para futuros rescates financieros. Pero el entusiasmo inicial de Londres por la propuesta se ha ido apagando después de que Rusia, EEUU, Canadá, el FMI y el Banco Central Europeo hayan puesto el grito en el cielo, acabando con una iniciativa que, según Brown, necesita el respaldo mundial para ser efectiva.
Tim Geithner, secretario del Tesoro estadounidense, ya ha advertido que "un impuesto diario a las transacciones financieras es algo para lo que no estamos preparados". Mientras, Dominique Strauus-Khan, cabeza del FMI, insistió en su postura habitual ante la Tobin Tax: "Es una idea muy vieja que no es realmente posible aplicar hoy en día".
La Tobin Tax forma parte, en palabras de Brown, de una serie de medidas encaminadas a "debatir un nuevo contrato social con las entidades" para que estén mejor preparadas ante futuras crisis. El líder laborista instó al inicio de la segunda jornada de la cumbre de Saint Andrews a encontrar una fórmula que "refleje la responsabilidad global del sistema financiero para con la sociedad".
Mientras tanto, SuperObama premia… a los culpables (?)
"Un estudio revela que el Gobierno de EEUU ha otorgado 21.000 millones de dólares en ayudas públicas a los bancos de EEUU líderes en la concesión de créditos subprime durante la burbuja inmobiliaria". Obama premia a los bancos líderes en créditos subprime (Libertad Digital – 29/8/09)
Un estudio del Center for Public Integrity (CPI, grupo de investigación de asuntos públicos financiado principalmente por fundaciones caritativas) concluye que quienes protagonizaron la mayor parte de los préstamos subprime están recibiendo suculentas sumas de dinero público. Y mientras, curiosamente, otras entidades son amonestadas por los reguladores financieros de EEUU por no conceder préstamos a gente de dudosa solvencia.
Este dinero proviene del programa que la Administración Obama, bajo el nombre de Making Home Affordable Program (MHAP, Haciendo asequible la vivienda), puso en marcha el pasado febrero para "estabilizar el mercado inmobiliario" y ayudar a quienes no pudieran pagar su hipoteca, con el fin de evitar nuevos embargos masivos.
Entre las dos actividades principales de este plan, una consiste en hacer modificaciones de las condiciones de las hipotecas (Home Affordable Modifications). Con un presupuesto de 75.000 millones de dólares, este programa otorga subsidios públicos a los prestamistas (bancos) que cumplan ciertos requisitos, para que éstos rebajen las cuotas de las hipotecas de los prestatarios en apuros y relajen las condiciones hipotecarias.
Según el estudio del CPI, de los 25 participantes en el programa, al menos 21 de ellos se especializaron en revisar o incluso crear préstamos subprime, y éstos recibirán más de 21.000 millones de dólares del bolsillo de los contribuyentes. Al contrario que los anteriores planes de rescate de la banca, en este programa de prevención de los embargos, no habrá ningún retorno sobre el dinero de los contribuyentes.
Buena parte "de este dinero está yendo directamente a las mismas instituciones financieras que en primer lugar contribuyeron a crear el desastre de las hipotecas subprime", comenta Bill Buzenger, director ejecutivo del centro de análisis. En la siguiente figura se muestran las 5 entidades que más fondos públicos han recibido del programa:
1. Countrywide Home Loans Servicing LP, Simi Valley, California: 5.200 millones de dólares.
2. J.P. Morgan Chase Bank NA, Lewisville, Texas: 2.700 millones.
3. Wells Fargo Bank NA, Des Moines, Iowa: 2.400 millones.
4. American Home Mortgage Servicing Inc., Coppell, Texas: 1.300 millones.
5. CitiMortgage Inc., O"Fallon, Missouri: 1.100 millones.
Estas cinco entidades estuvieron entre las 25 instituciones líderes en préstamos subprime desde 2005 a 2007, según la lista que realizó el mismo CPI. De hecho, Countrywide también lideró esa otra lista, con alrededor de 97.200 millones de dólares en créditos basura.
En la actualidad, Countrywide es propiedad de Bank of America, quien también posee otras entidades que recibirán fondos adicionales del MHAP. Wells Fargo y J.P. Morgan estuvieron en los lugares 8º y 12º de la lista subprime, respectivamente.
Según The Washington Post, el informe ha salido a la luz mientras la Administración Obama está empujando a los prestamistas a que ayuden activamente a los prestatarios. Según estimaciones del Departamento del Tesoro publicadas en el mes de agosto, menos del 10% de los prestatarios morosos que cumplieron los requisitos para las ayudas han recibido algún tipo de alivio a través del programa de Obama. La Administración persigue duplicar el número de prestatarios que reciban ayudas del programa antes de Noviembre.
No es de extrañar que este estudio haya causado estragos entre la industria prestamista. El máximo representante de uno de los lobbies más importantes de esta actividad, Scott Talbott, afirmó que se han simplificado excesivamente las causas de la crisis inmobiliaria, y se soslayado la complejidad de los mercados actuales.
Según Talbott, los prestamistas están trabajando duro para ayudar a los millones de propietarios de viviendas, tanto a través del programa federal MHA como de otros esfuerzos de prevención de embargos.
Otros analistas, como el investigador Mark Calabria, director de estudios sobre regulación financiera del Cato Institute, se preguntan si estos programas de modificación de las condiciones hipotecarias, pueden llegar a ser efectivos y ser una solución para los problemas actuales del sector inmobiliario y la economía norteamericana: "Una parte de los prestamistas saldrá adelante de todos modos. Otra, incluso con las modificaciones, probablemente quebrará de nuevo".
"Es probable que no sean más de un tercio de los prestatarios quienes experimentarán las modificaciones y finalmente resultarán sostenibles". Su escepticismo acerca de los resultados le hace ser reacio al plan de Obama: "Vamos a estar gastando miles de millones de dólares sin una clara guía de cuántos embargos vamos a evitar realmente", apostilla Calabria.
En este sentido, analistas de The Business Insider recuerdan que la modificación de las hipotecas es esencialmente caer en el mismo error de los préstamos subprime que causaron la presente crisis financiera.
Joe Wiesenthal lo expresa sin ambages en su titular: Of Course Predatory Lenders Have Returned As Loan Modifiers (Por supuesto los prestamistas predatorios han vuelto como modificadores de préstamos). Además de esto, "es frustrante ver a compañías como las subsidiarias de AIG y Lehman recibiendo más pasta del contribuyente", apuntan.
Las recompensas públicas de la mala gestión parecer estar a la orden del día. La FED recibe amplios poderes adicionales y disfruta de elevada discrecionalidad tras generar la burbuja y la consiguiente crisis, Obama renueva a Bernanke como presidente de la FED, el Tesoro de EEUU amplía la línea de crédito al FDIC después de su incompetencia y mala previsión, el Gobierno norteamericano otorga suculentas sumas de dinero a los prestamistas subprime… ¿Qué será lo próximo?
Timothy G-20 y la Capital Jazz Band
"No más dinero sin valor. El pasado jueves, Timothy Geithner, el secretario del Tesoro estadounidense, anunció que los bancos necesitaban más capital -y sin embargo, los títulos bancarios repuntaron-. Este fin de semana, los ministros de Finanzas del G-20 repitieron la misma sentencia -y que el capital tenía que ser de mejor calidad, con dividendos más bajos para los inversores-. Y, aún así, los títulos de los bancos han seguido subiendo". El capital bancario (Expansión – 7/9/09 – Por Lex / Financial Times)
Aunque el G-20 ha prometido seguir manteniendo los estímulos por el momento, parece que a los mercados se les escapa algo. Las acciones de los bancos deberían haber caído. El aumento de los requerimientos mínimos de capital reduce la rentabilidad sobre los títulos. Si los bancos se ven obligados a tener que mantener varios centavos o céntimos adicionales por cada dólar o euro que generen, los rendimientos se verán afectados. Incluso los años de vacas gordas podrían ser malos si durante ellos tienen que acumular reservas.
Además, está la amenaza de las ampliaciones de capital. En abril, el Fondo Monetario Internacional calculó que serían necesarios otros 875.000 millones de dólares (612,479 millones de euros) de capital para que los bancos estadounidenses y europeos aumentaran el capital común tangible como proporción del total de los activos al 4%. Llegar al 6%, lo normal a mediados de los años 90, costaría 1,7 billones de dólares. Teniendo en cuenta que la capitalización de mercado combinada de todos los bancos europeos y estadounidenses ronda los 2 billones de dólares, esto permite hacerse una idea del tamaño que podrían alcanzar las ampliaciones -si alguna vez llegara a implementarse un esquema "Basilea III"-.
Los inversores en renta variable no serían los únicos en sufrir las consecuencias; aquellos que depositen su dinero en deuda bancaria también tendrían que compartir la carga. Hasta el momento, los tenedores de bonos han ganado más con los rescates bancarios que los accionistas. Las acciones de los bancos operan cerca de un 40% por debajo del nivel del año pasado.
En cambio, las primas de los swap de impago de crédito sobre la deuda bancaria se aproximan a los niveles previos a la quiebra de Lehman Brothers, y los márgenes sobre la deuda subordinada bancaria estadounidense han vuelto a los registros anteriores a septiembre de 2008. Las críticas que el mercado de híbridos ha recibido últimamente, después de que los gobiernos europeos pidieran a los bancos beneficiarios de ayudas que aplazaran los pagos de cupones, pueden ser un indicio de lo que espera en el futuro. Al menos, disminuirá la importancia del eterno mercado de renta variable.
Otra vez, se necesitaron apenas 48 horas, para que los "sospechosos habituales" hicieran oír su voz: "La nueva regulación del sistema financiero recortará en un tercio a largo plazo la rentabilidad de los bancos de inversión estadounidenses y europeos, obligándoles a reducir bonus y eliminar empleos, según un estudio realizado por JP Morgan". La nueva regulación lastrará la rentabilidad de los bancos de inversión, según JPMorgan (Cinco Días – 9/9/09)
El informe, reflejado en la prensa británica, tiene una perspectiva pesimista de los cambios en la normativa, que incluye un endurecimiento de las normas de comercio de capitales y de derivados en los mercados.
Concretamente, calcula que los retornos de los bancos de inversión descenderán desde el 15% hasta el 11% en 2011, lo que conducirá inevitablemente a menores bonus en los bancos de inversión.
Las entidades de inversión se verán obligadas a operar en un entorno de rentabilidad reducida y responderán con reestructuraciones masivas, lo que incluye recortes de personal en algunas áreas y de las compensaciones en el consejo directivo.
Por el contrario, el panorama es bastante más optimista para los bancos que se centren en los tradicionales negocios de préstamos, que resultarán mucho menos afectados por la nueva regulación.
"El crédito tradicional será mejor lugar para operar que la banca de inversión", destacó el analista de JP Morgan, Kian Abouhossein, quien coincide en señalar con otros analistas del sector que el endurecimiento de la normativa recortará beneficios y bonus.
El informe recuerda que numerosos líderes políticos han pedido este tipo de cambios en la regulación financiera para evitar la complacencia en el sector financiero una vez recuperado, que podría llevar a la repetición de situaciones similares en el futuro.
A un año del estallido de la crisis… y la casa aún sin barrer
"La reforma regulatoria en Estados Unidos que impulsa el Partido Demócrata, por ejemplo, se ha entrampado en medio de las disputas entre diferentes reguladores, la ira de los bancos y la oposición de muchos legisladores que creen que un mayor rol del Estado en la economía sólo creará nuevos problemas". A un año del estallido de la crisis, la reforma financiera no se concreta (The Wall Street Journal – 10/9/09 – Por David Enrich y Damian Paletta)
Mientras tanto, los principales bancos estadounidenses no sólo han vuelto a ser rentables, sino que muestran cierta soberbia. Las ganancias han mejorado, los jugosos paquetes de remuneración están de vuelta, al igual que las apuestas riesgosas.
Las empresas han vuelto a vender productos financieros exóticos parecidos a los que derribaron a los mercados y a la economía mundial a fines del año pasado. Y el apetito por el riesgo ha vuelto a aumentar. Los cinco mayores bancos estadounidenses podrían haber perdido, en conjunto, cerca de US$ 1.000 millones al día en el segundo trimestre de 2009 en caso de que sus apuestas hubieran salido mal, un nivel récord.
Ahora, el gobierno estadounidense ha caído en una suerte de limbo regulatorio. El gobierno insiste en que se mantiene fiel a su compromiso de impedir que la historia se repita y ha solicitado nuevas facultades para hacerlo. Si hoy colapsaran los mercados o un banco importante se declarara en bancarrota, tiene pocas alternativas a su disposición, salvo lanzar un nuevo rescate. "No hay un cambio fundamental en la manera en que los bancos son gestionados o regulados", afirma Peter J. Solomon, un ex vicepresidente de Lehman que ahora dirige un banco de inversión en Nueva York. "Lo único es que hay menos bancos".
El equipo económico del gobierno estadounidense no oculta su beneplácito ante la aparente recuperación de los mercados financieros y la economía, pero insiste en que aún siente una necesidad urgente de establecer nuevas reglas de juego. "No nos hacemos ninguna ilusión de que, si no intervenimos, las cosas evolucionarán por su cuenta hacia una normalidad saludable", señala Lawrence Summers, director del Consejo Nacional Económico de la Casa Blanca durante una entrevista. "La preocupación… es que la reanudación de la confianza, que es positiva, no desemboque en un regreso de la arrogancia, que sería algo muy negativo".
Las finanzas mundiales han estado en una auténtica montaña rusa desde el 14 de septiembre de 2008, el día que colapsó Lehman. El Promedio Industrial Dow Jones se precipitó de un cierre de 11.422 puntos el 12 de septiembre de 2008 a 6.547 puntos el nueve de marzo de 2009. Más de un centenar de bancos en EE.UU. se han acogido a la ley de protección por bancarrota y Washington ha inyectado más de US$200.000 millones en entidades financieras.
En diciembre de 2008, el presidente ejecutivo de Bank of America, Kenneth Lewis, le dijo a un grupo de banqueros reunidos en una cena de gala en Nueva York, que esperarán una industria más humilde. "Tenemos un papel secundario en la economía, no uno estelar. Los servicios financieros son un medio, no un fin", aseveró en medio de aplausos. "Eso debería volvernos más humildes".
Desde entonces, el ánimo ha cambiado. El Dow Jones repuntó, algunos de los programas de rescate del gobierno están llegando a su fin y los grandes bancos están devolviendo los fondos que les facilitó el gobierno, lo que les permite zafarse del control de Washington.
Las ganancias de las cinco principales entidades de Wall Street, Bank of America, Citigroup Inc., Goldman Sachs Group Inc., J.P. Morgan Chase & Co. y Morgan Stanley, bordearon los US$ 23.300 millones en el primer semestre de 2009. La cifra supera con creces la pérdida de US$ 6.700 millones de igual lapso del año previo, aunque está muy por debajo de los US$ 49.800 millones registrados en el primer semestre de 2007, durante el apogeo de Wall Street.
Wall Street ha "retomado lentamente las viejas costumbres", señala Robert Glauber, quien encabezó hasta 2006 la Asociación Nacional de Corredores de Valores, el organismo que supervisa a Wall Street. "Tiene mala memoria".
Tal vez el mejor indicio de la renovada exuberancia de Wall Street es su persistente búsqueda de instrumentos financieros exóticos. El mercado de derivados de crédito, considerado uno de los grandes culpables de la desestabilización de los mercados, sigue siendo inmenso.
El valor nocional de los derivados de crédito circulando en el sistema bancario estadounidense alcanzaba, al 31 de marzo de 2009, los US$ 14,6 billones (millones de millones), según la Oficina del Contralor de la Moneda. La cifra representa una caída de 8% respecto de los tres meses anteriores, pero prácticamente triplica los US$ 5,5 billones de hace tres años.
Wall Street defiende el uso de productos complejos. "Un producto estructurado puede ser absolutamente apropiado para el comprador", señala Alex Samuelson, portavoz de Citigroup, una de las entidades que está promocionando nuevas clases de derivados a los inversionistas. "No son intrínsecamente malos", insiste.
"Este otoño, las previsiones de Goldman Sachs cambian a un ritmo tan frenético como las de los principales indicadores. El pasado mes, el principal indicador del banco estadounidense de crecimiento económico aumentó a un ritmo récord, de lo que se deduce que las economías occidentales experimentarán un importante repunte en la segunda mitad del año". Los mercados un año después del colapso de Lehman (Expansión – 10/9/09 – Por Gillian Tett y Nicole Bullock – The Financial Times)
Más llamativo resulta el denominado "índice de estrés financiero" de Goldman, que mide distintos elementos sobre la salud de los mercados, y que últimamente ha subido a niveles que no se registraban desde la quiebra de Bear Stearns en la primavera de 2008.
A principios de septiembre, en un correo electrónico dirigido a sus clientes en el que comparaba esta espectacular trayectoria con "una celebración del fenómeno Usain Bolt", Jim O" Neill, economista jefe de Goldman, escribía "si examinamos todo lo que consideramos que puede ser importante como indicador, hay buenas noticias para el G20 y para los mercados de activos".
Entre los mínimos alcanzados en marzo de este año y principios de septiembre, los mercados de valores mundiales de las economías avanzadas aumentaron un 59%, mientras que los de las potencias emergentes registraron un incremento del 76%.
El precio de los bonos corporativos también se ha incrementado, al igual que el de los bonos de los mercados emergentes. Mientras tanto, la tasa de préstamos interbancarios Libor ha caído en picado y las oscilaciones en el precio de los activos titulizados y de los derivados hacen pensar que los inversores están volviendo a optar por los activos que desencadenaron la tormenta crediticia, como la deuda hipotecaria de alto riesgo.
En los mercados de derivados crediticios, el diferencial de la oferta de swaps de impago crediticio sobre los bonos corporativos de más calidad de EEUU ha descendido, lo que, según el Instituto de Finanzas Internacionales, hace pensar en una mejora de la liquidez y a un funcionamiento más "normal de los mercados". No obstante, la vuelta a la normalidad dista mucho de ser global.
En lo que va de año, los fondos de bonos de alta rentabilidad han registrado ingresos netos de 21.500 millones de dólares, lo que supera a la media del total de ingresos anuales desde 1992, a excepción de 2003.
No obstante, la cuestión que se plantean los mercados es cuánto durarán estos ánimos. Después de todo, en los últimos dos años, los integrantes del mercado han vivido una serie de sobresaltos que han provocado planteamientos que en su día eran impensables. Algunos se preguntan si este optimismo puede resultar una ilusión temporal o puede ser la antesala de otro ciclo de volatilidad.
"Ahora mismo, todo el mundo reacciona positivamente ante las buenas perspectivas para el tercer y cuarto trimestres de este año, consecuencia de los estímulos del gasto y de los ajustes de los inventarios", aseguraba un directivo de unos de los mayores bancos de EEUU. "Pero me preocupa lo que pasará en 2010 o 2011 porque la situación todavía es delicada". Esa inquietud no resulta sorprendente, dadas las secuelas psicológicas que dejaron los acontecimientos del año pasado.
Esa "delgada" línea roja
"Este fin de semana han caído otros tres bancos en EEUU. Ya han quebrado un total de 98 entidades en 2009. El fondo que garantiza los depósitos de los estadounidenses (FDIC) entra en negativo, por primera vez desde 1991. El FDIC pide ayuda y reconoce que la banca de EEUU sigue en la cuerda floja". Los reguladores admiten que la banca de EEUU sigue en la cuerda floja (Libertad Digital – 5/10/09 – Por M. Llamas / A. Martín)
El fondo que garantiza los depósitos bancarios de los estadounidenses (FDIC) en caso de quiebra bancaria se ha quedado sin fondos. Y es que, a un ritmo de cinco quiebras bancarias semanales, el FDIC carece ya de recursos suficientes para garantizar el dinero de los depositantes.
El número de quiebras sigue aumentando: en 2007 cayeron 3 entidades; esta cifra ascendió a 25 en 2008; mientras que en 2009 ya son 98 los bancos fallidos. En total, EEUU contabiliza, por el momento, 126 bancarrotas desde el estallido de la crisis en 2007, con un coste financiero superior a los 43.000 millones de dólares para el FDIC.
El FDIC que, en la actualidad, asegura a 8.185 entidades financieras en EEUU con unos activos próximos a los 13,3 billones de dólares, funciona del siguiente modo: los bancos asegurados pagan una prima anual al fondo que, a su vez, invierte en deuda pública norteamericana. Cuando un banco quiebra, el Gobierno (el FDIC es una agencia federal) acude al rescate garantizando el total de los depósitos de los clientes con el dinero de ese fondo, hasta un máximo de 250.000 dólares (temporalmente, hasta 2013).
A finales de septiembre, el FDIC reconoció que el fondo de garantías había entrado en números rojos, por primera vez desde la crisis de los Savings & Loans en 1991. Es decir, el FDIC está en quiebra técnica.
Ante tal situación, el organismo que preside Sheila Bair ha recurrido a una línea de crédito extraordinaria facilitada por el Tesoro de EEUU -hasta un tope máximo de medio billón de dólares-. De hecho, la propia Reserva Federal (FED) estudia la posibilidad de acudir al rescate.
Asimismo, el FDIC ha llegado a un acuerdo para solicitar a los bancos el pago anticipado de sus primas obligatorias de los tres próximos años, como una medida adicional para recaudar recursos con el fin de garantizar los depósitos bancarios. La banca dispone de 30 días para responder sobre esta solicitud. Según Bloomberg, esta medida podría costar a Bank of America y a los grandes bancos de EEUU (Wells Fargo, JP Morgan y Citigroup) más de 10.000 millones de dólares.
El FDIC espera recaudar con esta medida un total de 45.000 millones de dólares. Dicha propuesta denota la intención de no recurrir en masa, al menos de momento, al crédito del Tesoro de EEUU. Así lo piensa Tim Yeager, profesor de finanzas, en declaraciones a Bloomberg: "Están haciendo todo lo que está en sus manos para evitar recurrir al Tesoro".
Para que la propuesta parezca más apetecible a las instituciones financieras, la agencia regulatoria ofrece un pequeño truco, haciendo uso de la "contabilidad creativa". El FDIC obtiene recursos adicionales anticipando a 2009 el pago de las cuotas bancarias de los tres próximos años, pero a cambio los bancos no deberán registrar las primas como un gasto a 30 de diciembre, sino que se registrará en los balances durante los siguientes tres años, reduciendo así el impacto sobre las ganancias de las compañías, según los analistas.
Pero con trampas contables o sin ellas, Mish piensa que inevitablemente tales pagos al FDIC acabarán afectando negativamente a los beneficios de la banca de EEUU, situación que podría empujar a la quiebra a quienes mantengan una posición más delicada. Según Brad Milsaps, analista consultado por Bloomberg, la propuesta no agravará los problemas en conjunto, aunque sí podría hacerlo para los bancos más necesitados de liquidez.
Por otro lado, en su último informe, el FDIC reconoce la delicada situación que atraviesa la banca de EEUU. De hecho, admite que cientos de entidades están en riesgo de quiebra. En concreto, el organismo admite que 416 entidades están al borde de la bancarrota, mientras que otros analistas elevan la lista no oficial del FDIC a 463 bancos. Esas 463 entidades en riesgo acumulan unos activos cercanos a los 300.000 millones de dólares.
La agencia federal pinta así un cuadro tenebroso acerca del futuro de la salud de las instituciones financieras en su último comunicado oficial. Ya admite abiertamente la delicada situación de insolvencia que atraviesan numerosas entidades. Además, el FDIC estima que las pérdidas derivadas de las futuras quiebras bancarias ascenderán a 100.000 millones de dólares hasta 2013, frente a los 70.000 millones previstos el pasado mayo. Como resultado, el FDIC registrará déficit (números rojos) hasta 2012, como muy pronto.
Además, por ley, el fondo debe alcanzar, como mínimo, el 1,25% del volumen de depósitos que asegura. El pasado marzo este ratio se situaba ya en el 0,27%. Al entrar en números rojos, el fondo ha entrado en déficit. En este sentido, el FDIC estima que no recuperará el ratio legal mínimo del 1,25% hasta dentro de ocho años.
Hasta aquí los datos oficiales. Sin embargo, existen cálculos mucho más preocupantes. Es el caso del Institutional Risk Analytics (IRA). Este organismo ha realizado un análisis del sector financiero estadounidense muy revelador. Mientras que el FDIC considera que 416 entidades están en riesgo de quiebra, el IRA eleva esta cifra a 2.256 bancos. El organismo califica a estas entidades con una nota (rating) de "F", peor que la de los bonos basura, y estima que alrededor de 1.000 entidades tendrán problemas de solvencia en los próximos meses.
Por si fueran pocas estas confesiones, el FDIC reconoce que a medida que han ido quebrando bancos cuyos depósitos estaban asegurados, "los activos líquidos del fondo de garantía de depósitos se han usado para proteger a los depositantes de las instituciones quebradas y se han intercambiado por derechos menos líquidos" sobre los activos de estas mismas entidades.
Es decir, mientras que al principio de la crisis la mayoría de activos del fondo eran líquidos -especialmente dinero en efectivo o títulos muy líquidos-, en la actualidad, esta clase de activos han caído en alrededor de 22.000 millones de dólares, mientras que el total de activos del fondo es de 65.000 millones, a fecha de 30 de junio 2009.
Según los analistas de Business Insider, "el FDIC ha estado intercambiando dinero en efectivo por basura -activos ilíquidos, presumiblemente papel de baja calidad", tales como los Mortgage Backed Securities (MBS), títulos respaldados por hipotecas cuyo valor corre el riesgo de no valer nada en el futuro.
La "solución" inglesa (en condicional, "of course")
"Los bancos y firmas de inversión británicos tendrían que aumentar sus reservas de liquidez y bonos gubernamentales en 110.000 millones de libras (120.383 millones de euros) y reducir su dependencia de la financiación a corto plazo en un 20% durante el primer año en el que se aplique la nueva normativa presentada hoy lunes por la Autoridad de Servicios Financieros (FSA)". La FSA endurece los requisitos de liquidez (Expansión – 5/10/09 – Por Brooke Masters y Patrick Jenkins / The Financial Times)
Si, como es de esperar, la FSA aumenta los requisitos durante los años sucesivos, los bancos y las firmas de inversión podrían tener que incrementar sus reservas de activos que se venden con facilidad hasta un total de 370.000 millones de libras o reducir su dependencia de la financiación a corto plazo en un 80% con respecto a los niveles actuales, además de incrementar su liquidez y sus bonos en un total de 170.000 millones de libras.
Actualmente, las entidades afectadas no superan los 300.000 millones de libras de activos admitidos, por lo que la normativa supondría un cambio radical con respecto a su actual modelo de negocio. La FSA ha prometido que las reformas no entrarán en vigor hasta que los reguladores estén convencidos de que la recesión está superada. Todo parece indicar que los reguladores comenzarán a estudiar un calendario para su puesta en práctica a partir de mediados del próximo año. Con estos nuevos requisitos de liquidez, la FSA se convierte en el primer organismo que intenta evitar que se repitan los colapsos de Lehman Brothers y Northern Rock. De esta forma, Reino Unido será el primer país en imponer nuevos requisitos de liquidez, aunque los países que forman el G20 se han comprometido a seguir su ejemplo.
La normativa de liquidez se aplica tanto a las instituciones con presencia en Reino Unido como a las sucursales y filiales de grupos extranjeros. Estas últimas, sin embargo, intentarán quedar exentas si justifican que el regulador de su país también va a aplicar una revisión al régimen de liquidez y si éste se muestra dispuesto a intercambiar información con la FSA. En el caso de que quedaran excluidas, las sucursales y filiales podrán depender parcialmente de los activos líquidos de su casa matriz. No obstante, tendrán que disponer de suficiente liquidez y bonos gubernamentales para mantenerse a flote durante un periodo de tiempo relativamente breve.
Todo apunta a que la normativa afectará a 210 entidades y grandes firmas de inversión que tienen sede en Reino Unido, así como a casi 200 sucursales de grupos extranjeros. Otras 90 entidades estarán sujetas a un régimen menos estricto, con un menor número de requisitos.
La FSA va "a por todas", también quiere seleccionar a los altos ejecutivos
"El regulador de la City de Londres ha advertido a las 5.000 mayores empresas de servicios financieros de que pretende involucrarse de forma más estrecha en la selección de sus altos ejecutivos, un movimiento que podría demorar importantes nombramientos". La FSA fija su mira en los altos cargos (Expansión – 15/10/09 – Por Brooke Masters / The Financial Times)
La Autoridad de Servicios Financieros (FSA) anunció a los máximos dirigentes a través de una carta la adopción de un nuevo enfoque "más intervencionista" con respecto a la supervisión, y que ya no se conformará con dar su aprobación en unos pocos días.
Según Graeme Ashley-Fenn, responsable de autorizaciones, decisiones e informes -y autor de la carta-, en el caso de las entidades más grandes, la FSA espera implicarse en una fase inicial analizando la lista de candidatos preseleccionados, de los que podría vetar a alguno.
La FSA dispone ya de más poder que muchos de sus organismos homólogos de todo el mundo para ejercer su influencia sobre las contrataciones. La carta pone de relieve un endurecimiento del proceso que ya se está aplicando. Según comentó el regulador presidido por Lord Turner, defensor de un enfoque más severo con la industria, desde el pasado octubre 18 de los 172 candidatos enviados a la FSA se han retirado, en muchos casos para evitar su rechazo.
Ashley-Fenn también advirtió a las firmas de que el regulador esperaría más información, y más oportuna, sobre los candidatos, incluidos informes de cazatalentos y otras diligencias. Los candidatos a consejero delegado y a consejeros ejecutivos y no ejecutivos tendrán que discutir con detalle su nuevo cargo en entrevistas de 90 minutos con una comisión de la FSA.
"A la hora de evaluar la competencia, esperamos que los directivos sean capaces de demostrar que entienden los riesgos inherentes en las empresas y los mercados, y de explicar sus planes para mitigar el riesgo de quiebra", explica la carta.
La FSA también tiene intención de redactar una misiva que resuma su interpretación de las prioridades del seleccionado, y exigirá informes sobre sus progresos como parte del proceso habitual de supervisión.
La carta forma parte de los esfuerzos por prevenir situaciones embarazosas, comentó Ashley-Fenn: "El objetivo es trabajar de forma más estrecha con las firmas y reducir el número de descartes". "Si las firmas colaboran antes con nosotros, esto nos dará tiempo para evaluar las incorporaciones y las diligencias aplicadas, y para preparar una exigente entrevista dirigida específicamente a la persona propuesta para el cargo".
Angela Knight, consejera delegada de la Asociación de Banqueros Británicos, advirtió de que la FSA debía tener cuidado para no gestionar ella misma las empresas. "Los responsables son aquellos que dirigen las empresas y los accionistas. No creo que queramos una situación en la que sea la FSA la que decida el tipo adecuado de persona para encargarse de una firma", señaló.
Mientras Goldman hace el trabajo de Dios, el FMI trabaja para el Diablo ("manos tijeras": too big for us)
"El Fondo Monetario Internacional (FMI) estudia la conveniencia de limitar el tamaño de las instituciones financieras en el mundo para evitar futuras crisis económicas globales, afirmó este lunes en México el primer subdirector gerente de ese organismo, John Lipsky" El FMI estudia limitar el tamaño de los bancos en todo el mundo (Libertad Digital – 19/10/09)
"Hay instituciones financieras que son consideradas demasiado grandes como para que fracasen", indicó Lipsky durante su participación en la conferencia internacional Retos y estrategias para promover el crecimiento económico, organizada por el banco central mexicano en Ciudad de México.
El funcionario señaló que varios de los países miembros del FMI le han pedido al organismo analizar la posibilidad de restringir el tamaño y alcance de los bancos. "Sin embargo, no existe una guía clara sobre el tamaño óptimo que debería tener un banco o un intermediario financiero", reconoció Lipsky.
En opinión del experto "todavía no es posible" tener respuestas precisas sobre este asunto, pero "en este contexto cualquier acción precipitada de los países podría tener consecuencias inesperadas" en la economía.
– ¿Otro futuro es posible? (todos a la calle)
Muchos estadounidenses protestaron por los altos bonos a ejecutivos.
Los bancos con problemas… (no son todos los que están, pero están todos los que son)
La cifra oficial de bancos y cajas de ahorro en problemas en Estados Unidos se disparó en el segundo trimestre a 416, desde 305 al final del período anterior, mientras que la industria anotó una pérdida de 3.700 millones de dólares. Los bancos con problemas financieros en EE UU llegan a 416 en el segundo trimestre (Cinco Días – 27/8/09)
La Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por su sigla en inglés) dijo que la industria pasó a una pérdida en el segundo trimestre, después de reportar una ganancia de 7.600 millones de dólares en el primer trimestre.
El negativo registro se debe principalmente a costos asociados a los crecientes niveles de préstamos incobrables y la caída en los valores de los activos.
El fondo de seguros de la agencia, utilizado para salvaguardar los depósitos de los bancos, se hundió un 20% en el segundo trimestre a 10.400 millones de dólares, desde 13.000 millones de dólares al final del primer trimestre.
La reducción en el fondo se produjo en gran parte por un aumento de 11.600 millones de dólares en el dinero que la FDIC reserva para las quiebras previstas de bancos. No obstante, la presidenta de la FDIC, Sheila Bair, afirmó que ya existen señales de recuperación económica, pese a las penurias de la industria bancaria.
"Mientras persisten los desafíos, está apareciendo evidencia de que la economía estadounidense está comenzando a crecer nuevamente", sostuvo Bair en un comunicado. "El rendimiento de la industria bancaria es -como siempre- un indicador retrospectivo", agregó.
Los reguladores han clausurado 81 bancos en lo que va del año, en comparación con los 25 del año pasado y los tres del 2007. "Esperamos que la cantidad de bancos en problemas y quiebras se mantenga elevada, pese a que la economía comienza a recuperarse", adelantó Bair.
Pese a la caída en el fondo de seguros, Bair manifestó que la FDIC no espera "por el momento" tener que cubrir su línea de crédito de 500.000 millones de dólares con el Departamento del Tesoro.
Los activos combinados de las entidades "en problemas" subieron a 299.800 millones de dólares, desde 220.000 millones.
Los llamados bancos en problemas son instituciones cuya calificación regulatoria ha sido rebajada debido a problemas relacionados con su liquidez, niveles de capital o calidad de activos.
Para el 20 de octubre de 2009 el número de quiebras bancarias en Estados Unidos superó la barrera de los 100. Las últimas entidades obligadas a cerrar por las autoridades federales fueron siete bancos pequeños en Florida.
El cierre de bancos costó a la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) -el fondo público que asegura los depósitos bancarios- cerca de US$ 25.000 millones hasta octubre de 2009.
Los "too big to fail"… ¿harán su "testamento vital"?
"La campaña global de los reguladores para obligar a los bancos de mayor tamaño a planear por adelantado su propia desaparición los obligará a simplificar sus estructuras legales, elevando potencialmente sus facturas tributarias, según el máximo dirigente del regulador financiero británico. El presidente de la FSA respalda los testamentos vitales para los bancos". (Expansión – 3/9/09 – Por Patrick Jenkins y Brooke Masters / The Financial Times)
En una entrevista con Financial Times, Lord Turner respaldó los movimientos internacionales para obligar a los grandes bancos de relevancia para el sistema a redactar "testamentos vitales", planes para desaparecer en caso de quiebra.
Pero el presidente de la Autoridad de Servicios Financieros (FSA) aseguró que este movimiento también contribuiría a reducir la complejidad estructural que emplean los bancos para minimizar los impuestos.
"Los testamentos vitales serán un recurso que obligará a clarificar y simplificar las estructuras legales", señaló.
"En el pasado, las autoridades de todo el mundo han mostrado una tendencia a ser tolerantes con la proliferación de complejas estructuras legales diseñadas para maximizar el arbitraje regulador y fiscal. Ahora es posible que tengamos que demandar una estructura legal clara".
Los abogados predijeron que los bancos mostrarían una férrea oposición a cualquier reestructuración global que pudiera suponerles un coste de varios cientos de millones de dólares. También advirtieron de que la implementación de esas medidas sería extremadamente difícil.
Louise Higginbottom, responsable fiscal del bufete Norton Rose, señaló: "Muchos bancos operan mediante una compleja serie de filiales y divisiones. La evolución de estas estructuras ha llevado muchos años y resultaría complicado eliminarlas de un golpe".
Tras la experiencia de la quiebra de Lehman Brothers hace un año, los políticos tanto de EEUU como de la UE han venido presionando para que se establezca un régimen que permitiese una desaparición ordenada de las instituciones financieras globales.
Las autoridades estadounidenses parecen estar más preocupadas por la creación de un régimen que clarificase los derechos de los distintos tipos de acreedores, mientras que Europa quiere garantizar que las reclamaciones trasfronterizas se resuelven de forma justa.
Lord Turner, que ocupa un asiento en el Consejo de Estabilidad Financiera, defendió la rapidez de respuesta de los reguladores ante la crisis bancaria.
"El mundo no dispone de un procedimiento de toma rápida de decisiones en materia de regulación internacional", señaló. "Pero tenemos que hacer que la maquinaria funcione tan bien como nos sea posible". Lord Turner destacó que las nuevas normas, que entrarán en vigor a finales de año, multiplicarán por entre tres y cinco los requisitos de capital sobre ciertas actividades comerciales de riesgo, aunque los requisitos globales de capital de un banco no sufrirían cambios esenciales.
"Ahora la carga recaerá sobre la otra parte", aseguró. "Podría haber productos en los que digamos sin rodeos que no deberías operar y te impondremos unos requisitos de capital tan altos que tendrás que pensártelo dos veces".
¿Quién se anima a ponerle el cascabel al gato?
"A juzgar por sus declaraciones, parece que los hedge fund europeos son más reacios a abandonar Londres de lo que habían dado a entender. Se había supuesto que la regulación propuesta por la UE provocaría su salida. En cambio, algunos gestores han hallado un medio de acatar las normas al tiempo que mantienen su ubicación". La regulación de los hedge fund europeos (Expansión – 11/9/09 – Por Financial Times)
GLG, Brevan Howard y RWC ya han creado los denominados UCITS, Organismos de Inversión Colectiva en Valores Mobiliarios. Man Group, el segundo mayor hedge fund de Europa, anunciará el nacimiento de su segundo fondo la próxima semana.
Los UCITS tienen varias ventajas. Las nuevas restricciones propuestas al apalancamiento no serán aplicadas; en su lugar, se examina el riesgo que corre el valor de los fondos. Al ser vehículos regulados por la UE, existentes desde 1985, también deberían ayudar a que los inversores recuperen la confianza en el sector.
Esto permite a los hedge fund un mayor acceso a reservas de capital disponibles a través de intermediarios que tradicionalmente exigen altos niveles de transparencia. Los bancos privados, por ejemplo, son unos de los distribuidores más importantes de dinero de los inversores para los UCITS.
Pese a ello, los UCITS no son la nueva senda hacia El Dorado. Los inversores estadounidenses, que representan cerca de la mitad del mercado global, están vetados. Además, los altos estándares de conformidad y gestión del riesgo, exigidos por los UCITS añaden una serie de costes. El establecimiento diario de precios, los sustanciosos costes administrativos y los competitivos esfuerzos de marketing hacen que la creación y mantenimiento de estos fondos resulten caros.
Como resultado, a los hedge fund más pequeños les resultará más difícil competir con los grandes. Se acabó la época de los fondos de 20 millones de dólares (13,7 millones de euros), una deshonra para un sector que debe casi todo su dinamismo a los recién llegados.
A partir de ahora, sólo podrán operar fondos con un mínimo de cien millones de dólares. En una industria que no ha recibido un sólo céntimo de los planes de rescate estatales, la ofensiva reguladora de Bruselas contra las inversiones alternativas hasta el momento no ha hecho más que aumentar la complejidad, incrementar las cargas informativas y desalentar el espíritu empresarial.
Quitando el "andador"… (¿los bancos pueden sobrevivir sin la ayuda estatal?)
"La Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC), la entidad que garantiza los depósitos en el sistema bancario de Estados Unidos y que se encarga de asumir el control temporal de las entidades que quiebran, se prepara para poner fin a un programa de asistencia lanzado el año pasado. La decisión podría convertirse en una prueba crucial de la capacidad de la banca estadounidense para sobrevivir sin la ayuda del gobierno". Una prueba crucial para la banca de EEUU (The Wall Street Journal – 12/9/09 – Por Damian Paletta y Mark Gongloff)
Se cree que el programa de la FDIC, que garantiza la deuda emitida por los bancos, contribuyó a estabilizar el sistema financiero durante la tormenta del año pasado. La agencia informó que evaluaba la posibilidad de dejar que el programa expire el 31 de octubre o que se extienda por otros seis meses para fines de "emergencia". Estos casos deben ser aprobados por la presidenta de la FDIC, Sheila Bair, y los bancos que recurran al programa deben pagar una alta comisión.
"A medida que los mercados de crédito y liquidez domésticos parecen normalizarse y disminuye la cantidad de entidades que utilizan el Programa de Garantía de Deuda, ahora es un momento importante para dejar en claro nuestra intención de finalizar el programa", dijo Bair.
Las garantías de la deuda de los bancos es parte del Programa de Garantía de Liquidez Temporal que Bair acordó implementar a regañadientes ante la presión del entonces secretario del Tesoro, Henry Paulson, y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke. Muchos creen que el programa ha contribuido a resucitar a la industria ya que le ha permitido a los bancos, tras previo pago de una comisión, emitir deuda con el respaldo del gobierno, lo que protege a los inversionistas en caso de un colapso.
Los bancos no han dejado pasar la oportunidad. Hasta el 4 de septiembre, la deuda respaldada por la FDIC en circulación rondaba los US$ 304.140 millones. Para implementar el programa, la FDIC tuvo que aludir a "un riesgo sistémico" a la economía de EEUU.
Los bancos tienen que emitir deuda para financiar sus operaciones. Cuando los mercados de crédito se congelaron el año pasado, el costo de emitir deuda se disparó ante las preocupaciones de que las entidades pudieran entrar en bancarrota. Muchos en el gobierno y la propia banca creen que el programa de la FDIC le permitió a los bancos acceder a financiamiento en un momento en el no había otras alternativas.
Ahora que se han aliviado las preocupaciones sobre la estabilidad del sistema bancario, muchas firmas financieras han conseguido emitir deuda a tasas relativamente convenientes sin una garantía del gobierno.
Las negociaciones al interior de la FDIC constituyen un prematuro ejemplo de cómo la industria bancaria y el gobierno central tratan de poner fin a estas relaciones interconectadas. En la tercera semana de septiembre, también expira una garantía del gobierno que protege a los inversionistas contra pérdidas de fondos de inversión en el mercado monetario. Sin embargo, los programas del gobierno serán más difíciles de descontinuarse en otras áreas, como el mercado inmobiliario.
Los mayores usuarios del programa de garantía de deuda han sido General Electric Co. y Citigroup Inc. La vocera de GE, Anne Eisele, dijo que la empresa ha emitido US$ 18.000 millones en deuda sin garantía estatal y ya ha anunciado que dejará de usar el programa.
La FDIC ha propuesto dos alternativas para cancelar el programa. Una es dejar que expire el 31 de octubre. Los bancos ya no podrían emitir más deuda con una garantía estatal después de esa fecha. Una segunda opción es acabar con el programa para la mayoría de los bancos el 31 de octubre, pero usar la garantía en casos de emergencia hasta el 30 de abril. Algunos funcionarios del gobierno opinan que la FDIC podría inclinarse por la segunda alternativa porque le otorga más flexibilidad al gobierno en caso de que los mercados de crédito se vuelvan a paralizar.
La propuesta de la FDIC postula que cualquier empresa que participe en esta instancia de "emergencia" tendría que pagar una comisión anualizada equivalente a 300 puntos base, es decir 3%, del monto de deuda emitida, significativamente más que los 75 puntos base que cobraba originalmente.
Los Reguladores se preparan para "regular" (¿será cierto esta vez?)
"Bajo la legislación que revelará la Comisión Europea el miércoles, tres nuevas agencias de supervisión paneuropeas redactarán un reglamento común para los bancos, las aseguradoras y los mercados de valores, y contribuirán a su cumplimiento". La UE planea la creación de tres organismos para regular las finanzas (Expansión – 22/9/09 – The Financial Times – Por Nikki Tait)
Se prevé que los planes para la esperada revisión del irregular sistema europeo de supervisión financiera sigan el enfoque de dos niveles explicado por primera vez en líneas generales en el informe De Larosière en febrero y refrendado posteriormente por los jefes de gobierno.
La circulación del borrador en Bruselas ha dado pie a una campaña de la Comisión Europea para obtener el mayor respaldo posible entre los estados miembros a un nuevo conjunto de reglas comunes.
Las propuestas incluirán la creación de un nuevo "Consejo Europeo de Riesgo Sistémico", formado por representantes de bancos centrales y grupos de supervisión financiera de los 27 países del bloque, encargado de analizar y controlar asuntos relativos a la estabilidad financiera.
También propondrán la fundación de organismos supervisores paneuropeos para los sectores de la banca, los seguros y la renta variable, que aumenten el control diario que realizan las autoridades nacionales. Los organismos tendrán más poder y recursos que los tres comités actuales de la UE, que sólo desempeñan un papel de coordinación.
Es probable que las nuevas autoridades reciban el cometido de diseñar reglas comunes para un amplio número de servicios financieros, desde los seguros a las apuestas bajistas. Bajo la legislación, la Comisión aún tendría que aprobar las normas antes de que entrasen en vigor, algo que podría limitarse en buena parte a dar su autorización.
El principio de la "responsabilidad fiscal" se reconocería formalmente en la legislación, lo que implica que la nueva estructura supervisora no debería inmiscuirse en las finanzas de los estados.
Pero las nuevas autoridades también podrían mediar en el caso de que surja una disputa con o entre estados miembros -aunque existiría un proceso de apelación, en última instancia a nivel del Consejo Europeo, donde la decisión final se tomaría en base a una votación por mayoría cualificada-.
"El presidente de la Reserva Federal de EEUU (Fed), Ben S. Bernanke, reconoció la necesidad de constituir un consejo regulador compuesto por las diferentes agencias encargadas de controlar el sistema financiero al que se le encomiende la tarea de vigilar e identificar los riesgos para la estabilidad financiera y coordinar la respuesta de las agencias ante potenciales riesgos sistémicos". Bernanke pide unir fuerzas en la supervisión del sistema financiero (Negocios – 1/10/09)
"Todos los reguladores y supervisores financieros, no sólo la Fed, deberían encargarse de evaluar los riesgos para el conjunto del sistema financiero como parte de sus habituales responsabilidades de supervisión", señaló Bernanke ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes.
Asimismo, el presidente del banco central estadounidense afirmó que la reforma financiera debe incluir los cambios legislativos necesarios para garantizar que las instituciones financieras con importancia sistémica se vean sujetas a una supervisión efectiva y consolidada, aunque no sean bancos.
En este sentido, Bernanke reclamó la necesidad de fijar un nuevo proceso resolutorio que permita al Gobierno enfrentarse a la posible caída de entidades financieras cuyo colapso desordenado suponga una amenaza para el conjunto del sistema financiero y la economía en general.
Por otro lado, el presidente de la Fed reiteró la "vital importancia" de mejorar la protección de los consumidores frente a las malas prácticas financieras, puesto que el refuerzo de la protección de los consumidores contribuirá a fomentar la confianza en las entidades financieras, así como en los mercados.
"El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, propone convertir la entidad en una especie de banco central mundial. Además, pretende aumentar los impuestos a la banca y a los fondos de alto riesgo (hedge funds) con la excusa de aumentar las ayudas al Tercer Mundo". El FMI pide un banco central mundial y crear un impuesto financiero (Libertad Digital – 6/10/09)
Strauss-Kahn pidió a los ministros de economía y gobernadores de los bancos centrales de todo el mundo que respalden la ampliación de funciones del organismo.
En la apertura de la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en Estambul, Strauss-Kahn afirmó que la institución que dirige "necesita un mandato más amplio", que incluya todo tipo de políticas macroeconómicas y financieras que afectan a la estabilidad global. "Esta crisis tuvo muy poco que ver con los movimientos de cuenta corriente y de monedas, el enfoque tradicional del Fondo", dijo el jefe del FMI.
En concreto, Strauss-Kahn ha propuesto convertir la entidad en una especie de banco central mundial, con una reserva grande de capital de la que puedan sacar dinero los países miembros cuando lo necesiten, lo que reduciría la necesidad de mantener reservas de divisas propias, informa Europa Press. No obstante, países como Brasil han indicado que sólo apoyarán esta medida si el acceso a esos recursos es inmediato e incondicional.
Por otro lado, el FMI estudia aumentar los impuestos a los grandes bancos del mundo y a los fondos de alto riesgo (hedge funds) con el fin de prestar más apoyo financiero a los países pobres.
Strauss-Kahn cree que es justo que el sector financiero deba pagar más para compensar los efectos que ha causado la crisis financiera en la economía mundial, sobre todo, en los países más débiles. Pese a ello, rechazó la implantación de una tasa Tobin global que grave las transacciones financieras internacionales. El FMI considera que, puesto que el sector financiero "está creando una gran cantidad de riesgos sistémicos para la economía mundial, es justo que este sector deba destinar parte de sus recursos a ayudar a mitigar los riesgos que ellos mismos han creado". La idea consistiría en crear una especie de fondo de seguro mundial para financiar a los países de bajos ingresos.
Por su parte, el presidente del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, señaló que el organismo persigue un programa ambicioso de reforma para reforzar la eficacia y legitimidad de la institución entre los países en desarrollo a los que sirve.
"El mundo necesita instituciones ágiles, hábiles, competentes y responsables", dijo Zoellick según el texto de su discurso ante los representantes de los 186 socios de la organización. "El Banco Mundial mejorará su legitimidad, eficiencia y responsabilidad y ampliará aún más su cooperación con Naciones Unidas, el FMI, los otros bancos multilaterales de desarrollo, los donantes, la sociedad civil y las fundaciones que se han convertido en actores cada vez más importantes del desarrollo", explicó.
El responsable del BM destacó que el mundo es muy distinto hoy a como era en 1944 cuando se creó el organismo y cuando los países emergentes de la actualidad eran en su mayoría colonias. Indicó que el siglo XXI exige un nuevo protagonismo para los países emergentes, que se han convertido, además, en una fuente de crecimiento que podría ayudar a crear una economía mundial más equilibrada.
El discurso de Zoellick llega cuando el organismo se prepara para realizar la primera ampliación de capital en 20 años, una iniciativa cuestionada por algunos miembros influyentes como Gran Bretaña y Francia. El Banco Mundial se ha comprometido a aumentar en al menos un tres por ciento el peso de los países en desarrollo en la institución, lo que les daría el 47% del poder de voto.
"El gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, aboga por separar los negocios básicos de los bancos de sus actividades más arriesgadas para impedir que ésos crezcan tanto que un Gobierno no pueda permitirse su quiebra, como ha ocurrido en el pasado". El gobernador del Banco de Inglaterra aboga por separar los negocios bancarios (Cinco Días – 21/10/09)
En un discurso pronunciado en Edimburgo, King hizo un llamamiento al Gobierno británico y a los de los otros países del G-20 para que reduzcan los riesgos bancarios mediante una mayor regulación y obligándolos a tener mayores reservas.
Los comentarios de King están en contradicción con lo que sostienen tanto el Ministerio de Finanzas como el regulador británico, que han rechazado la idea de obligar a los bancos a separar sus actividades.
"Nunca en la historia de las finanzas un número tan pequeño (de instituciones) ha debido tanto dinero a tanta gente (los contribuyentes). Y habría que añadir que hasta ahora con pocos resultados en materia de reformas", criticó el gobernador.
Las palabras de King se interpretan como una advertencia en el sentido de que la estructura de los bancos debe formar también parte de la agenda reguladora, que hasta ahora ha hecho hincapié sólo en el fortalecimiento del capital y la regulación de la paga de los banqueros.
Según King, las medidas adoptadas hasta ahora por los distintos gobiernos no han logrado resolver la cuestión clave de que si los bancos y las instituciones financieras saben que son demasiado grandes como para que se les permita quebrar, el contribuyente acudirá finalmente a su rescate.
"Los planes adoptados hasta ahora por el G-20 en materia de regulación financiera no son suficientes porque si los bancos saben que van a rescatarlos en cuanto tengan dificultades, van a seguir arriesgándose", señaló.
"Animar a los bancos a asumir riesgos que resultan en grandes dividendos y remuneraciones cuando las cosas van bien y en pérdidas para el contribuyente cuando se tuercen es algo que distorsiona la asignación de recursos y la gestión de los riesgos", añadió.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |