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Ganadores y perdedores en el agronegocio de la palma aceitera (página 2)


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Agrega el dirigente gremial que "existe tecnología para la producción de biodiesel de alta calidad y el aceite de palma es una materia prima con muchos atributos favorables para su producción". El potencial de producción nacional es de dos millones de litros por día y, cuando este tope se alcance, posiblemente en 2009, podría salir del mercado el 60 por ciento de la producción de aceite de palma, que también ayuda a regular los precios (Jens Mesa Dishington, Fedepalma).

Por su parte, el ex ministro de Agricultura y desarrollo rural enfatizó que "Colombia ha encontrado un enorme yacimiento energético. No está en el subsuelo, sino por encima de este, se encuentra en toda la agricultura".

Programa nacional de biodiesel

El gobierno, para viabilizar el modelo productivo de agrocombustibles, promovió la conformación de la mesa nacional de biocombustibles por gremios (1),gobierno (2) y otros sectores (3) , lo que permitió que en el año 2006 se estructurara y pusiera en marcha el Programa nacional de biodiesel, que a su vez, estructuró y ajusto la normatividad jurídica y técnica; estableció arreglos institucionales, acciones en materia de campañas de promoción y educación sobre el nuevo producto, y principalmente oferto incentivos económicos; lo que atrajo un grupo representativo de inversionistas, a quienes les interesa el desarrollo de proyectos de plantas de biodiesel en las zonas palmeras, que actualmente se encuentran en diferentes etapas de implementación y entran en operación entre 2008 y 2009.

 Marco Jurídico: Ley 939 de 2004

*Plantea el inicio del programa de incorporación de aceite de palma al diesel que se consume en el país: enero de 2008 % de Incorporación: 5% (B5) en 2008 y 2009 10% (B10) en 2010. Incentivos tributarios:

Exención de impuestosIVA, global –

*Proyección de la capacidad instalada de producción de biodiesel:*2007: 86.000 toneladas/año 26,0 millones de galones/año

*2008: 410.000 toneladas/año 124,3 millones de galones/año

*2009: 200.000 toneladas/año 60,6 millones de galones/año

*Total: 696.000 toneladas /año 211,0 millones de galones/año

Alianzas Productivas

Las plantaciones de palma aceitera en Colombia, son "un triste ejemplo del cóctel de latifundismo con aspiraciones de eficiencia o modernidad que al pretender ser productivo se reafirma en su origen excluyente y monopolista del uso de la tierra (4)". Mondragón 1999, denomina estas alianzas como aparcerías en gran escala, en las cuales el indígena y el campesino entregan su tierra para que los terratenientes y empresarios se beneficien. Esta figura comenzó su regulación desde 1999 con el proyecto de ley agraria 151, que buscaba condicionar la recuperación de tierras indígenas a la elaboración de "proyectos productivos" pero desconocía la protección constitucional de los territorios colectivos y de a la diversidad cultural.

En síntesis, lo que se busca es que en los territorios de comunidades locales e indígenas, donde existan cultivos ilícitos que sean erradicados por las fumigaciones, estos, tengan como única opción los contratos de aparcería a gran escala. Mondragón 1999(5), define estos como "una contra-reforma agraria, en la cual se sustituiría la producción campesina por el dominio de grandes cultivadores, que se beneficiarían de la mano de obra campesina e indígena, con formas de servidumbre".

La ley forestal y el Estatuto rural, plantearon en su momento que el modelo productivo que se impondría en la política ambiental y rural, son las formas productivas que sean eficientes y competitivas, basado en una fuerte apertura a los inversionistas y a la concesión de tierras para establecer sistemas extractivistas de bosques naturales y para el establecimiento de monocultivos agroindustriales de exportación y de cultivos permanentes, dentro de los cuales está en primera línea la palma aceitera.

Estas leyes planearon que la forma como se involucrara a las comunidades indígenas, afrocolombianas y campesinas es mediante las alianzas productivas, para la explotación de los recursos madereros en los territorios colectivos y mediante convenios de asociación para el establecimiento de plantaciones de palma. Estas alianzas asociativas se han establecido en el Pacifico más que con consejos comunitarios, con agricultores independientes, y en el Sur de Bolívar con campesinos que tienen muchas décadas de ocupación de estos territorios, a quienes los empresarios y paramilitares les han ayudado a obtener los títulos legales, pero amarrándolos a contratos de asociación para establecer palma.  Tenencia de la tierra

La estructura de la tenencia de la tierra en Colombia sigue siendo de carácter feudal y es uno de los países que tiene mayor inequidad en la distribución de la tierra, en donde se concentra en muy pocas manos. En el territorio nacional tiene 114 millones de hectáreas, de éstas 51.3 millones de hectáreas son consideradas como superficie agropecuaria. La tenencia de la tierra tiene una relación directa con el ejercicio del poder (6), actualmente 30 millones de hectáreas se usan para la ganadería extensiva, un uso inadecuado generalmente asociado al latifundio (tradicional, de los narcotraficantes, de los paramilitares y de los agroindustriales) (7). El territorio nacional solo 10 millones de hectáreas son realmente adecuadas para la agricultura (8).

De esta área aproximadamente cinco millones de hectáreas se establece agricultura agro industrial, y el resto del área está constituida por suelos en zonas de ladera y también en zonas bajas tropicales no aptos para la agricultura intensiva de monocultivos, en donde existen principalmente sistemas productivos tradicionales de pequeños productores que son los que están sustentando gran parte de los alimentos que todavía se producen en el país. El rasgo característico de la relación entre el campesino o colono y la tierra en Colombia, ha sido la precariedad de las formas de ocupación y posesión. El Procurador General de la nación en su análisis crítico del Estatuto Rural, señala que el 85 % de los habitantes del campo carecen de títulos de propiedad de la tierra, siendo en su mayoría poseedores, ocupantes y tenedores de buena fe.

Para el caso de las zonas en donde se ha desarrollado el modelo productivo de la palma aceitera, desde, las empresas cultivadoras llegan a los territorios ancestrales de comunidades nativas y campesinas, despojando a dichas comunidades de sus tierras, y por lo tanto de todos los elementos necesarios para su supervivencia. El resultado final es el desplazamiento de las comunidades y finalmente les queda vía libre a los cultivos (9). Esta ha sido la triste historia del desarrollo de la palma aceitera desde hace décadas en las regiones del Medio y Bajo Magdalena y recientemente en el Chocó y en el Sur de Bolívar.

Este "modelo" ha afectado doblemente al sector campesino (10): los cambios inducidos en los usos del suelo, en particular en aquellas zonas donde se ha cambiado la vocación agrícola por el desarrollo de las actividades ganaderas, han dejado sin empleo a muchos de los jornaleros y pequeños productores rurales (en la práctica la fuente posible de empleo para los jóvenes es enrolarse en las fuerzas armadas del Estado o con los grupos armados que hacen parte del conflicto). Es así como las amenazas o el empleo de la violencia, sobre la población rural, obliga al campesino a vender (por lo general cinco a diez veces por debajo del precio del mercado) o en muchos casos tiene que dejar abandonadas sus parcelas (11).

En este contexto se ubica la situación de violencia (12) donde los neolatifundistas proponen la conformación de sociedades y alianzas productivas a los pequeños e incluso medianos propietarios y productores induciéndolos a asociarse a los proyectos de monocultivo, como en el caso de la palma aceitera, mediante un sistema de endeudamiento, con el sofisma de la "economía campesina de la palma" (13). En realidad lo que los empresarios buscan con estas alianzas es garantizar una oferta de materia prima permanente, sin tener ninguna vinculación laboral entre los latifundistas que controlan los procesos de elaboración y comercialización; pero que finalmente los campesinos quedan más empobrecidos (14).

Palma de aceite en el Meta

En Colombia el cultivo de palma de aceite se desarrolla de manera nucleada, al año 2006 habían reportados 7.000 productores de fruto y 51 plantas extractoras de aceite a nivel nacional, con un área plantada de 303.768 hectáreas de las cuales 183.905 ha (60.5%) están en producción y 119.863 ha se encuentran en etapa de desarrollo, con una producción aproximada de 3.518.135 toneladas (fruto) y 712.120 toneladas de aceite crudo.

En Colombia hay 51 plantas extractoras de aceite, distribuidas en las cuatro zonas. Zona Oriental: 24 plantas extractoras. Las cuales están distribuidas: 20 en el departamento del Meta, 2 en Casanare, 1 en Cundinamarca, 1 en Caquetá.

En el año 2006, la producción de aceite de palma crudo en la Zona Oriental alcanzó 219.000 toneladas, lo que representó el 30.7% de la producción total del aceite en Colombia. Sin embargo, la participación de la Zona Oriental en la producción nacional de aceite de palma cayó por segundo año consecutivo, una tendencia que representa desde1999.

Entre los aspectos socioeconómicos de la palma de aceite se pueden mencionar los siguientes:

*En el 2006, las exportaciones mundiales equivalen al 74% de la producción.

* Malasia e Indonesia concentran el 84% de la producción mundial y el 90%de las exportaciones.

* Colombia es el quinto productor mundial y el primero en América con 711.000toneladas.

*El aceite de palma participa con el 1.8%del PIB agropecuario nacional.

*Entre 1996 y 2006 las exportaciones pasaron de 46.000 a 243.000 toneladas.

*En el año2006, el consumo de aceite de palma en Colombia fue de 468.000toneladas.

*Generación de empleo: 94 mil en 78 municipios.

*Área potencial para el cultivo de la palma: 3.5millonesde hectáreas.

En el Departamento del Meta, según Fedepalma, en el año 2006 en el Departamento del Meta, existían 72.441 hectáreas (43.404 hectáreas en producción y 29.037 ha en desarrrollo) Sin embargo, la Corporación Colombia Internacional basados en fotografías aéreas al año 2007, da cuenta que en el Departamento existen 97.136 hectáreas plantadas.

En cuanto al comportamiento productivo del cultivo en el Departamento del Meta, comparando el año 2005 y el 2006 se observa un incremento en la producción de aproximadamente el 15.28%, equivalente en valores absolutos a 28.796 toneladas. (Se pasó de 188.395 toneladas a 217.191toneladas aproximadamente).

Evolución del área de palma africana

Años 2001-2006 en el departamento del Meta.

edu.red

Los municipios más productores en el Departamento del Meta en el año 2006 son: San Carlos de Guaroa 28.699 ha, San Martín 13.104 ha, Acacías 11.445 ha, Castilla la Nueva 7.012 ha y Cabuyaro con 4.522 ha. Estas cifras tomando en cuenta la información reportada por la Corporación Colombia Internacional en el año 2007.

El cultivo de palma en el Departamento del Meta durante los últimos años, ha tenido un crecimiento significativo, debido a las políticas impulsadas por el gobierno nacional, y al auge que ha tenido la implementación de la economía de escala en la región. Si se compara el área en el año 2001 al 2006 se observa que existe un incremento de 32.032 hectáreas.

La Federación Nacional de cultivadores de palma (Fedepalma) anunció que inversionistas y palmicultores del país tienen identificados 8 proyectos para producir biodiesel, a partir de la palma de aceite.

De acuerdo con el gremio, los proyectos demandarían una inversión superior a 100 millones de dólares y permitirían procesar cerca de 500 mil toneladas del fruto de palma de aceite al año. Por otro lado, señaló que estos estarían ubicados en Santa Martha, Codazzi, Magdalena medio, Cartagena, Llanos Orientales (2) uno de ellos en Castilla la Nueva, Tumaco y Bogotá. Por ahora la incursión de biodiesel proyectada para 2008, está a la espera de mayores investigaciones técnicas debido a que es necesario validar el proceso de implementación midiendo sus verdaderos alcances.

Manuelita es una de las plantas de extracción de aceite de palma que actualmente están en funcionamiento en el departamento del Meta . Otras plantas de bioenergía que están en perspectiva son: Biocastilla, Bioenergy, Petrotesting e Inversiones Nacionales.

Los esfuerzos en el país se han concentrado en un municipio con gran tradición de petróleo en Meta: Castilla la Nueva, un territorio en donde se están gestando las primeras plantas de biodiesel del país. La creación de Biocastilla S. A., empresa de transformación primaria y secundaria del fruto de palma y sus derivados, pretende ser el polo de desarrollo endógeno de este municipio y planea ubicarse como un centro de producción de agrocombustibles limpios.

edu.red

Para el segundo semestre de 2008, la planta podría procesar 40 toneladas por hora de fruta fresca de palma africana, y generar, en su etapa final, 35 toneladas de biodiesel al año, para que este sea el producto principal, junto con el aceite crudo de palma africana, así como otros subproductos como las esterinas, oleínas, palmiste, ácidos grasos y glicerina.

Frente a este panorama, en el departamento del Meta, las aéreas dedicadas al cultivo de palma aceitera continúan en expansión, desplazando cultivos que en otras horas producían alimentos para los metenses como el arroz, la soya, el maíz y otras especies de pancoger (plátano, cacao, yuca, papaya).

Apoyándose en las políticas nacionales, los gobiernos de turno en el Meta han desarrollado estrategias, sin importar la suerte ni la alimentación de miles de metenses, perdiendo el departamento en el periodo de 2004 a 2006, 45.270 hectáreas dedicadas a la producción de los granos (arroz, maíz, y soya), para ser dedicadas en especial a la palma aceitera (17.106 hectáreas en este periodo) y a los pastos, continuando así la praderización del Meta. Veamos las cifras de la Secretaria de agricultura y desarrollo rural del Meta.

Área establecida en los principales cultivos del Meta 2004 – 2006 (hectáreas)

Cultivo

2.004

2.006

Variación

Arroz

101.667

66.555

-35.112

Maíz tecnificado

17.535

11.918

-5.617

Maíz tradicional

10.032

8.646

-1.386

Soya

26.135

22.980

-3.155

Palma Aceitera

63.003

80.109

17.106

En el caso del arroz la perdida en hectáreas cosechadas, según reportes de Fedearroz y la Secretaria de agricultura y desarrollo rural del Meta, llega a las 35.112 hectáreas entre el 2004 y el 2006; mientras la expansión en palma entre el 2001 y el 2006 es de 32.032 hectáreas especialmente en municipios de vocación ganadera.

En cuanto a la posible crisis por desabastecimiento de alimentos debido a la destinación de tierras para producir materia prima para los combustibles, el Secretario de agricultura del Meta, Javier Aníbal Rojas dice que "esas tierras son nuevas y que las variedades utilizadas en maíz, caña y yuca no son utilizadas para la alimentación humana".

Y aunque el Secretario de Agricultura del Meta reconoce que el área del arroz ha venido disminuyendo para darle paso a la palma de aceite (utilizada para producir biodiesel), no precisó el número de hectáreas que han pasado del arroz a la palma. "Colombia en estos momentos está blindada frente a la crisis alimentaria porque somos de vocación campesina, la gran mayoría son agricultores y producen todo tipo de alimentos debido a la variedad térmica y de pisos que hay en la región", dijo el Secretario de Agricultura del Meta, Javier Aníbal Rojas (Llanos siete días, mayo 2 de 2008)

Municipios como San Martin, Castilla la Nueva y San Carlos de Guaroa ven desaparecer de su entorno los cultivos de maíz y soya para dar paso a una agricultura en palma aceitera de alta precisión, productores ausentistas y gran inversión en capital, al tiempo que aumenta la pobreza y el desplazamiento en alguno de ellos.

Área cosechada en los cinco municipios de mayor producción de palma aceitera en el departamento del Meta, 2006

Municipio

Arroz

Maíz Tecnificado

Soya

Subtotal granos

Palma

Acacias

964

70

230

1.264

11.445

Cabuyaro

8.848

70

810

9.728

4.522

Castilla la Nueva

6.176

 

 

6.176

7.012

San Carlos Guaroa

2.755

320

350

3.425

28.699

San Martin

2.745

 

 

2.745

13.104

Totales

21.488

460

1.390

23.338

64.752

Los problemas de la Palma: trabajo a destajo, productividad y costos

Los propietarios de las plantaciones de palma en Colombia se ubican en 78 municipios del país (15), de las cuales un porcentaje significativo se encuentra bajo el esquema de alianzas productivas y modelos de trabajo a destajo, que, según el gobierno nacional "está mejorando la calidad de vida de más de 4.500 pequeños productores y de sus familias". Pero que en realidad los que se están beneficiando son un puñado de empresas que controlan todo el proceso y también la mano de obra barata.

Para el sector palmero y para el gobierno uno de los mayores problemas es la baja productividad. Es por ello que se ha buscado pasar de rendimientos promedio de 4 toneladas de aceite crudo por hectárea a 7 y 8 toneladas. Adicionalmente el problema de las enfermedades y plagas, tiene fuerte incidencia en algunas regiones (16). Por ejemplo, en el Pacífico sur, muchos agricultores de palma en Tumaco, han sido fuertemente afectados por estos problemas fitosanitarios, lo que los ha llevado a abandonar los cultivos y han vuelto a los cultivos ilegales como única opción.

¿Por qué Colombia tiene costos de producción superiores a los principales productores de aceite de palma y otros aceites y grasas sustitutos? Entre estas se destacan: una tasa de cambio no competitiva, alto costo de la mano de obra, alto precio de la tierra, alto costo de transporte, la logística de comercialización y exportación, una alta incidencia de enfermedades y plagas en el cultivo, el bajo aprovechamiento de economías de escala, el alto costo del capital léase como tasa de interés, y finalmente los altos costos asociados con la inseguridad y los cultivos ilícitos.

Esta situación ha llevado a que no se pueda competir con los costos de producción que se tiene en los países del sureste asiático, en donde el Estado ha entregado a las transnacionales casi gratis el territorio nacional y las condiciones laborales son mucho peores que en Colombia. En la publicación El amargo fruto de la palma aceitera (17), se muestra que mientras el costo promedio de producción de una tonelada de aceite de palma en Colombia costo alrededor de 359 dólares en los años 2004 y 2005, en Malasia, la misma tonelada costo 246 dólares y en Indonesia de 158.

Impactos Ambientales

Son varias las investigaciones a nivel nacional y mundial que se han realizado en relación con los impactos ambientales de la palma aceitera sembrada como monocultivo en grandes extensiones, cultivo al que se le ha denominado desierto "verde" (18). De acuerdo con las realizadas por el Instituto de Investigaciones de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt, los impactos provocados por los monocultivos forestales, como es el caso del cultivo de la palma aceitera, son analizados sobre el agua, el suelo, la flora, la fauna y el paisaje, en tanto en el segundo se tratan los efectos sociales y económicos (19). Los suelos cambian sus características empobreciéndose y la capacidad agronómica de éstos, se pierde (20). Adicionalmente, se presenta un empobrecimiento de la biodiversidad vegetal y animal.

Para el caso del Chocó Biogeográfico, la sustitución de los bosques por palma, ha generado una explotación ilegal de madera, pues se han extraído muchas especies maderables sin ningún tipo de control estatal (21). En efecto, cuando los monocultivos forestales dan lugar a déficit en el ciclo hidrológico, esto no constituye una cifra negativa en el balance hídrico sino que se reflejará por ejemplo, en una escasez en el abastecimiento de agua para la gente local, para la cual el agua constituye un recurso esencial en materia de agua potable, para la agricultura, para el ganado y para la pesca.

En las plantaciones de palma aceitera ubicadas en zonas de alta pluviosidad, es necesario drenar las aguas, pues si la palma crece en tierras húmedas, el fruto se amarillea y no da el rendimiento esperado. Para maximizar el rendimiento, es decir la cantidad de aceite por fruto o por planta, hay que secar las tierras (22). Las plantaciones de palma aceitera necesitan de fungicidas, herbicidas, y plaguicidas, dado que al no tratarse de un cultivo autóctono, sembrado como monocultivo a gran escala, se ve sometido a muchas plagas y enfermedades. El más conocido es el herbicida Roundup, fabricado por Monsanto (23), cuyo elemento activo es el glifosato, que se usa también en las fumigaciones de cultivos ilícitos. El uso de este herbicida y de otros químicos sumamente tóxicos, provocan problemas en la salud de los trabajadores que se encargan de la aspersión de los mismos, siempre sin cumplir las más mínimas medidas de seguridad en el trabajo (24).

Los problemas ambientales generados por las plantaciones de palma en la región del Bajo Atrato (Chocó), han sido causados por  la intensa deforestación y el uso inadecuado del recurso bosque, que asociado con la intensa lluvia y el inadecuado uso del suelo, ocasionan la pérdida de la biodiversidad en la región. El Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt (25) afirma que "Es importante recordar que las plantaciones de palma no son bosques, son ecosistemas uniformes que sustituyen los ecosistemas naturales y su biodiversidad. Esto usualmente resulta en impactos sociales y ambientales negativos: decrece la producción de agua, se modifica la estructura y composición de los suelos, se altera la abundancia y composición de especies de fauna y flora, se pierde la base del sustento de la población nativa y en algunos casos se produce el desplazamiento de las comunidades negras, indígenas y campesinas de la zona". Algunos ejemplos ya se han documentado, como es el caso de "la zona palmera del municipio de Tumaco (Nariño)", en donde la destrucción del bosque primario ha estado asociada, en muchos casos, al establecimiento del cultivo de la palma.

¿Quién gana y quién pierde en el negocio del agrodiesel?

Sin comenzar todavía en forma el negocio del agrodiesel en Colombia, ya se  sienten lo impactos de este  nuevo modelo económico que se impondrá en buena parte de las regiones bajas tropicales potencialmente aptas para el cultivo de la palma aceitera. Ya existen múltiples evidencias en el mundo del eminente fracaso de este modelo de agrocombustibles para solucionar de una forma sustentable el problema de disponibilidad de combustibles, especialmente por los impactos ambientales, socioeconómicos y en la soberanía alimentaria. A pesar de estas evidencias, el gobierno nacional encabezado por el doctor Uribe, insistentemente se ha metido de lleno a promover este agronegocio, es así, como se han adecuado las leyes, y se les ha dado garantía e incentivos a los inversionistas a cambio de nada.

Para el caso de la palma aceitera, se diseño y aprobó a pupitrazo limpio el Estatuto de Desarrollo Rural (hoy en día declarado inconstitucional) para no solo entregar en concesión a los inversionistas grandes extensiones de tierras, que los campesinos poseedores no han podido legalizar; sino también legitimar e incorporar a este negocio, muchas de las tierras que terratenientes y paramilitares le han arrebatado a los campesinos a sangre y fuego; además muchas de estas nuevas tierras legitimadas por el Estado para ser destinadas al cultivo de palma son alimentadas por el negocio de lavado de dinero proveniente del narcotráfico.

Es de suma gravedad lo que está pasando en el Chocó Biogeográfico, en donde el cultivo de la palma se está imponiendo en los territorios colectivos de comunidades afrocolombianas, violando los derechos territoriales y destruyendo estos frágiles ecosistemas de bosques tropicales. Especialmente en el Norte del Choco ha habido un fuerte rechazo y expresiones de solidaridad nacional e internacional frente a este problema, aunque este modelo productivo sigue avanzando con el aval del Estado. Igualmente es muy crítico lo que está sucediendo en las regiones del medio y bajo rio Magdalena y otras zonas del Caribe, en donde estas plantaciones avanzan a pasos agigantados y de forma poco visible, puesto que en las regiones en donde predomina la posesión de tierras por campesinos, sin títulos de propiedad legales, además están sumergidos en medio de la guerra, y es precisamente allí donde este agronegocio de la palma se está estableciendo con mayor fuerza; negocio que se hace viable a través  de la legitimación de tierras a los inversionistas mediante la ley de justicia y paz y del Estatuto Rural. Pero lo triste de lo que está ocurriendo por ejemplo en el Sur de Bolívar, es que allí los campesinos no tienen quien los defienda, porque para el Estado ellos son invisibles.

Referencias bibliográficas

1. Fedepalma, Cenipalma, ANDI, ACP, Fendipetroleo y Fedispetrol.

2. Ministerio de Minas y Energía, Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Ministerio de Transporte, Colciencias, ECOPETROL – ICP.

3. Universidades, transportadores y organizaciones privadas.

4. Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra. (ACVC)

5. Mondragón, H. 1999. ¿Inversiones con violencia o inversiones para la paz? En: Revista de ciencias sociales América latina hoy, volumen 23, Pp. 61-65.

6. Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra. 2001. Ponencia presentada por la ACVC en la Conferencia Internacional "El otro Davos":El neoliberalismo, la cuestión agraria y el conflicto social y armado en Colombia.

7. Cartilla Propiedad de la Tierra y desplazamiento forzado en Colombia.

8. Fajardo, C.J. 2006. La "banda" presidencial: ¿patriota o realista? Agencia de prensa rural.

.

9. Comisión Intereclesial de justicia y Paz. Palma Aceitera en Colombia: Impactos ambientales  socioeconómicos y  efectos sobre la tenencia de la tierra, en comunidades campesinas, negras e indígenas.

10. Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra. 2000. Plan de desarrollo de la Zona de Reserva Campesina del Valle del Río Cimitarra.

11.  Ibíd.

12. Pérez, S. 1999. Sustitución de tierras, no de cultivos. En: Conocimiento y Humanismo N° 5, Universidad Autónoma de Colombia.

13. Martín Martín, V. 2005. Actualidad de la cuestión agraria en el mundo: viejo problema, ¿nuevos enfoques? IV Conferencia Internacional de Geografía Crítica. Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco – Grupo Internacional de Geografía Crítica. México D.F., 8-12 de Enero.

14. Medina Gallego, C. 1997. Autodefensas, paramilitares y narcotráfico en Colombia; Editorial de documentos periodísticos; Bogotá.

15. FEDEPALMA, Informe de Gestión 2006.

16. La pudrición de cogollo (PC) y la marchitez letal son un ejemplo, y a medida que se aumente el área cultivada, estas se volverán más agresivas y virulentas.

17. WRM Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales. 2001. El Amargo fruto de la palma aceitera: despojo y deforestación.

18. Pinzón Sánchez, A. 2007. El Plan Colombia II. Texto leído en el Circulo Simón Bolívar de Milán (Italia), el martes 13 de noviembre por Argenpress.

19. Human Rights Everywhere, Diócesis de Quibdo. 2004. El cultivo de la palma aceitera en el Chocó. Legalidad ambiental, territorial y derechos humanos.

20. Grupo Semillas. ¿La redención o el infierno para el Chocó biogeografico? Palma aceitera en los territorios de las comunidades negras de Jiguamiandó y Curvaradó, Chocó"

21. CENSAT. Colombia: ¿la redención o el infierno para el Chocó Biogeográfico? Palma aceitera en los territorios de las comunidades negras de Jiguamiandó y Curvaradó, Chocó. http://www.censat.org/A_A_Documentos_112.htm.

22. Comisión  Intereclesial de Justicia y Paz. Agronegocios de palma y banano  en el Bajo Atrato. Impactos ambientales y socioeconómicos.

23. Multinacional estadounidense comercializadora de Organismos Genéticamente Modificados.

24. WRM Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales. 2001. Boletín número 52. Los trabajadores de la empresa Plantaciones Unipalma de los Llanos S.A. denuncian situaciones de este tipo.

25. INSTITUTO ALEXANDER VON HUMBOLDT. "Incentivos Económicos Perversos para la Conservación de la Biodiversidad. El Caso de la Palma Aceitera", Boletín No. 21 de agosto del 2000. En Amicus Curiae "Explotación Maderera y Derechos Humanos en el Bajo Atrato – Chocó" Defensoría del Pueblo. Bogotá, 2002.

 

 

 

Emilio García Gutiérrez

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