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Orientaciones virtuosas para llegar a ser un buen profesor de religión


    RESUMEN

    Sirva2 la presente Tesis para aconsejar al postulante a profesor, al profesor en ejercicio y a la autoridad académica, del Programa de Formación Cristiana de DUOC UC, a descubrir una orientación de virtudes.

    Más ampliamente, para todo profesor de religión que aspire a ser "bueno", cada día mejor, porque se sabe perfeccionable.

    Sirva, asimismo, como guía para todo profesor y estudiante cristiano.

    Estas páginas investigativas contienen una personal selección de orientaciones magisteriales, docentes y técnicas3 que ofrecen —dentro de un contexto panorámico referido a la educación superior chilena, y a la misión de DUOC UC en consonancia con la Iglesia— sólo una sugerencia de criterios de juicio para valorar las virtudes cristianas y su praxis.

    La integración de perspectivas filosóficas, teológicas, pastorales y sociológicas colaboran en guiar al lector hacia un personal discernimiento católico. Por lo tanto, no se fijan mediciones, evaluaciones y procedimientos basados en estándares técnicos4, sino que solamente se proponen una variedad de orientaciones virtuosas, como un alternativo "Plan B".

    INTRODUCCIÓN

    Esta Tesis es humilde: ofrece orientaciones recopiladas principalmente del Magisterio de la Iglesia, consejos que han sido regalados por DIOS en la obra de Revelación de JESUCRISTO, sabiduría divina probada en la historia de un Pueblo que, cuando la obedece, descubre que es verdadera y de utilidad universalmente benéfica. Contrario sería un libro que se arrogase una revolucionaria novedad en rebeldía a tal obediencia, o que enseñase como propias y originales ideas de otros.

    Asimismo, esta obra es modesta: se sabe limitada en su capacidad de expresar la grandeza de la sabiduría magisterial —pues su gracia está, justamente, en que sea inagotable, misterio siempre por descubrir—. Y tal pobreza de lenguaje se manifiesta incluso para interpretar correctamente los análisis y opiniones aquí citados, provenientes de otros autores. Finalmente, la modestia también la notará el lector en parte del contenido de su mismo título —"Para Llegar a Ser un Buen Profesor de Religión"—, aspecto que se intentará explicar un poco más adelante en estas páginas.

    También puede afirmarse que este escrito representa una convicción personal bien testimoniada.

    Tratar la importancia de la personalidad virtuosa ha sido motivada por un mejor conocimiento de experiencias particulares sobre los mismos profesores de religión —algunos que son colegas en DUOC UC, otros que han sido compañeros en este Magister, etc.—, y que han impactado al que aquí escribe respecto a su confesada moral privada en evidente contradicción con la exhibida públicamente, sus convicciones de Fe contaminadas por tendencias ideologizadas y por sesgos heredados del protestantismo, particularmente su distanciamiento del Magisterio, su escasa práctica de vida sacramental1, sus destempladas críticas al Papa, su desequilibrado énfasis bíblico; en fin, por su ignorancia elemental, muchas veces arrogante2.

    También lo ha animado la relevancia del mandato del SEÑOR JESÚS: "Que todos sean uno"3. Es decir, aquel ecumenismo bien entendido, el espíritu de hermandad que no cae en los excesos relativistas4.

    Una de las novedades que atañen concretamente a los profesores del PFC es el surgimiento de un cargo o, más bien, privilegio de coordinación docente y administrativo para ser puesto en práctica en cada sede de DUOC UC desde 2013, tema que será abordado en detalle como uno de los ejes de este trabajo, puesto que la figura del coordinador es una responsabilidad pastoral, y ello por sí mismo justifica que este proyecto posea ese mismo carácter.

    Pero su autor no pretende, necesariamente, ser nombrado como uno de los nuevos coordinadores, o por lo menos para iniciarse a partir de ese mismo año, si bien sinceramente está dispuesto a asumir algún día tan importante misión. A lo que sí aspira en lo inmediato, dados sus buenos antecedentes y calificaciones informadas, es a aumentar significativamente sus horas lectivas para trabajar más por el Reinado de NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, perfeccionándose diligentemente para ello.

    Por lo tanto, también esta obra quiere ser valiente, sin miedos al hacer propuestas calificadas como de Bien común.

    No aspira a agradar, entonces, el punto de vista particular de ningún profesor, cualquiera que sea, pues no responde al gusto de alguno de ellos para aprobar con una alta nota o calificación satisfactoria, lo que en términos paulinos significa que no les "halaga los oídos"5. Más bien, esta Tesis responde a la satisfacción personal de su autor por descubrir algunas verdades, de acuerdo a su acuciosa investigación y reflexión, y declarar así sus convicciones como aporte realmente significativo y eficiente si es que se lleva a la práctica en al menos algunas de sus propuestas en el transcurso del tiempo. Quiere aprovechar esta oportunidad para exponer realmente lo que piensa para los cambios que constituyen su esperanza.

    ¡Finalmente, esta Tesis es crítica cuando grita muy fuerte para advertir sobre algunas consecuencias graves que traería la exagerada planificación de las clases, que es contraria a la actual libertad de cátedra! Ese es un cambio que se anuncia para ponerse en práctica a partir de 2013 a la par con los nuevos coordinadores. Y es preocupante.

    Por lo tanto, ¿es posible un "Plan B"? Este proyecto quiere ser efectivo en ese grito para que no se transforme con los años en un alarido angustioso, en una espina clavada. Está concebido en la esperanza de prevenir antes que curar, a fin de que se logre una corrección pronta.

    1. Fundamentos de la propuesta

    El autor de esta investigación teológica-pastoral desea obtener el Magister en Educación Religiosa con mención Pastoral Educativa, razón por la que ha elegido este particular tema docente. Asimismo, tanto aquél como su profesor-guía son profesores del PFC, de DUOC UC, cursos de naciente inauguración, pues recién en 2013 cumplirían su primer quinquenio de vida.

    Sin embargo, el mismo Programa carece en la actualidad de una pauta de criterios orientadores —claramente definidos— acerca de un perfil docente cualificado, útil al postulante a profesor, al profesor en ejercicio y a la autoridad académica del PFC, en cuanto a: primero, evaluar y capacitar a profesores ya practicantes de educación cristiana del PFC; y segundo, decidir la contratación de postulantes a profesores del mismo.

    El contexto se enmarca dentro de la coordinación general de DUOC UC, según una misión y visión institucionales. Sin embargo, para los profesores del PFC esa misión y visión específicas aún no están determinadas institucionalmente de manera explícita. A pesar de lo cual, para el próximo año se proyectan cambios cruciales que aquí son considerados como promisorios desafíos.

    Oficialmente, la Fundación6 ha formulado y publicado su "Modelo Educativo", fundamentado en la Pontificia UC, por lo cual "DUOC UC participa en su declaración de principios […] y de la misión evangelizadora de ésta":

    "Seis hitos que definen nuestra vocación y desarrollo de las carreras impartidas, para crear un ambiente pertinente de aprendizaje integral DUOC UC ha desarrollado un modelo educativo sustentado en seis ejes definitorios:

    Un sistema estructurado de desarrollo curricular, que asegure la pertinencia, relevancia y efectividad de la formación impartida.

    Un plan de estudios donde las competencias que debe adquirir el educando constituyan el elemento articulador entre el Perfil de Egreso y cada una de las unidades formativas que lo integran.

    Un curriculum [objetivos y contenidos de enseñanza-aprendizaje] que se adecúe a las necesidades y posibilidades de cada estudiante, incorporando los atributos de nivelación, flexibilidad, modularización y articulación.

    Un sistema de evaluación transversal y permanente de las competencias progresivamente adquiridas por los educandos, en base a criterios de desempeño previamente definidos.

    Un enfoque pedagógico centrado en el aprendizaje activo de los alumnos.

    La constitución de un ambiente formativo idóneo, dotado de los medios materiales y educativos apropiados para una plena aplicación del modelo formativo, sustentado en una comunidad docente habilitada y comprometida con los propósitos que lo animan"7.

    Dicho Modelo Educativo oficial se basa en su "Plan estratégico 2011-2015", que define un Perfil Docente fundamental, el cual entiende como el conjunto de competencias clave de todo profesor de DUOC UC, transversalmente, al que agrega sub-competencias por cada escuela8.

    Sin embargo, vale reiterar que la situación actual de los docentes del PFC propiamente tales — hoy en su cuarto año de desarrollo— es que ese Perfil no se ha hecho específico para ellos, sino nebuloso, debido a que aún no está definido institucionalmente de manera explícita con orientaciones claras e inequívocamente expuestas, ni menos dialogadas ni, por lo tanto, asumidas.

    2. Problema a estudiar

    El problema es la falta de criterios y estándares conocidos en DUOC UC para la selección de los docentes del PFC. Por consiguiente, en esta Tesis monográfica se ofrece una propuesta de solución original9 a esa problemática. La razón de ser de una "Tesis" es, justamente, que sea originalmente novedosa al menos en algún aspecto de interés particular: obviamente, no en un sentido absoluto, pues siempre se es heredero de ideas y obras de otros autores, pero sí es esperable una originalidad en cuanto a la específica selección del tema a tratar y, sobre todo, a las preguntas, argumentaciones y soluciones de fondo propuestas. Por lo tanto, hay una cierta originalidad en abordar el tema de las orientaciones virtuosas para profesores de religión en el ámbito de la educación superior, en forma de antología, pues el autor no tiene noticia sobre la existencia de otra obra similar10, específicamente respecto al PFC.

    Ahora bien, es humanamente imposible medir la "bondad" o "intensidad" o "santidad" de la vida cristiana en una escala objetiva de perfeccionamiento vital-existencial11, cuyas cualidades son esencialmente interiores, pues la Fe cristiana enseña que sólo son juzgables por DIOS, exclusiva y directamente12. Pero la elaboración de los capítulos que acá se presentan prueban la existencia de algunos requisitos formales mínimos y fundamentales, considerados como "lineamientos", de carácter orientador, dados a conocer por el Magisterio pontificio, y particularmente por un documento propio de la Conferencia Episcopal de Chile13 y de la Vicaría para la Educación14, así como por la tradición neotestamentaria, en paralelo con los documentos propios de DUOC UC y entrevistas pertinentes citadas aquí.

    2.1. "Para Llegar a Ser"

    Este trabajo da cuenta en varias oportunidades del concepto del "buen profesor", que no es otra cosa que el ideal de suma excelencia. Como se mencionó hace poco, el hecho de que la Tesis se intitule en parte "Para Llegar a Ser un Buen Profesor de Religión" es desde ya un signo de modestia nada de falsa, porque la realidad es que todo el esfuerzo aquí planteado sólo puede ayudar a la aproximación de una respuesta a la pregunta implícita en esas mismas palabras. CRISTO dijo: "¿Por qué me llamas "bueno"? Ninguno es bueno, sino sólo DIOS"15. La respuesta del SEÑOR a su interlocutor fue finalmente que le siguiera16. "Ven y sígueme" es, por lo tanto, el comienzo de una comunión que lleva hacia ese Ser únicamente bueno17. Del grado de esa conectividad espiritual dependerá la diferencia entre la vida virtuosa y el pecado. Lograr esa relación filial es la única posibilidad —no hay otra— para que el hombre llegue a ser bueno, para vivir una vida buena, una vida que realmente valga la pena. Es un llamado divino, la vocación universal a la santidad.

    La convicción de esta Tesis es el optimismo de que existe ese camino de progreso, un cami no evolutivo sostenido por las gracias que el BUEN DIOS le regala a todo aquél que le sigue buscando. Pero si no existiese ese DIOS BUENO, entonces no habría ninguna razón para ser optimistas: la humanidad entera, en su soledad, estaría perdida. Por eso, estos dos verbos: "llegar a… ser… bueno", y no un verbo único "el ser bueno". "Llegar a ser" es propio de los hijos imperfectos de DIOS, creados así justamente para que le reconozcan como PADRE, y para que nunca se cansen de seguir caminando hacia Él. Razón nada de cruel, sino motivo y estímulo de vida sin fin en la eternidad que depara un cosmos misterioso e inconcebible.

    Por consiguiente, ¿cómo debería llegar a ser todo profesor de religión que aspire a ser "bueno"? Si ello se relaciona con "lo perfeccionable", y si existe la voluntad de buscar la verdad acerca de lo que significa "ser bueno" —según la Revelación de DIOS alcanzada definitivamente en JESUCRISTO—, entonces se hará evidente la esencia que deberían desear y, finalmente, encontrar todos los profesores de religión cristiana, al igual que todos los profesores del PFC.

    Los propósitos de este escrito pueden sintetizarse así:

    2.2. Objetivo general

    • Una propuesta de pautas orientadoras para discernir y vivenciar virtudes, para profesores de religión y profesores del Programa de Formación Cristiana de DUOC UC, en armonía con el perfil general docente de éste.

    2.3. Objetivos específicos

    • Diagnosticar la situación actual en su contexto.

    • Reconocer el perfil docente general de DUOC UC.

    • Reconocer requisitos formales mínimos y fundamentales, considerados como "lineamientos", de carácter orientador, dados a conocer por el Magisterio pontificio y episcopal, así como por la tradición neotestamentaria.

    • Valorar las competencias ya definidas y algunas dimensiones de sus puestas en práctica.

    • Criticar otros aspectos.

    • Proponer nuevos caminos para dicha paxis.

    3. Relevancia y utilidad de la investigación

    Hacer manifiesta y claramente, a lo largo de estas páginas, orientaciones y criterios que sirvan específicamente:

    • Para futuras Evaluaciones de Desempeño Docente del PFC: existe un índice de "eficiencia" ingenieril que implica a la coordinación del Programa, a la tutoría de un profesor externo —del UAP— observador de las clases, a la evaluación de los alumnos, a las notas de los exámenes finales, etc.18. El profesor virtuoso de Formación Cristiana que aquí se describe es el que puede mejorar y encontrar un equilibrio con respecto a todos esos factores. Ello requerirá de adaptaciones personales y coordinadas que la gracia divina desde ya auxilia.

    • Para futuros reclutamientos de postulantes a docentes del PFC, según las sugerencias aquí propuestas.

    • Para programas de formación y desarrollo de los presentes y futuros docentes del PFC, que se

    pudieran incorporar en las facultades universitarias de educación.

    • Para implementarlas en el Programa de Formación Docente, en forma de talleres conducentes a diplomados, dirigido a todos los profesores de DUOC UC, Programa que pertenece a la excelente iniciativa institucional llamada "Educación continua"19.

    • Debido a que se trata de una cuestión poco estudiada, sería un aporte para preparar el terreno a nuevos estudios con el fin de perfeccionar la presente Tesis y su coherente puesta en práctica.

    Capítulo Primero:

    EL MARCO REFERENCIAL

    Ahora se mostrarán puntuales definiciones sobre el área de actividad educativa (Misión), el objetivo general (Visión) y los objetivos específicos (Proyecto educativo), primero de DUOC UC y luego de su PFC. Sirve como contexto de coherencia para las descripciones, críticas y propuestas que se desarrollarán posteriormente.

    1. Institucionalidad de DUOC UC

    Son las definidas oficialmente por la propia Fundación Instituto Profesional y Centro de Formación Técnica DUOC UC.

    1.1. Misión

    "Formar personas en el ámbito técnico y profesional, con una sólida base ética inspirada en los valores cristianos20, capaces de actuar con éxito en el mundo laboral y comprometidas con el desarrollo del país"21.

    Se trata de un enunciado de principio, con varias copias impresas y enmarcadas conspicuamente en cada sede de DUOC UC. "Formar personas" es el objetivo de la educación. "Inspirada en los valores cristianos" es la referencia a las virtudes propias que primero vive y que luego enseña la Iglesia. "El desarrollo del país" implica, por lo tanto, no sólo su dimensión material sobre aspectos técnicos y profesionales con fines de lucro, sino también el sentido espiritual de todo ello reflejado en la malla de cursos, que transversalmente incorporan al PFC, así como a Ética y Antropología, paralelamente al ofrecimiento de actividades de Pastoral en cuanto a práctica sacramental, misiones, ayudas solidarias, etc. Todo lo cual hace una gran diferencia con instituciones laicas o laicistas de la educación superior, que proponen otros ofrecimientos formativos, también valorables.

    Este breve texto puede dar pie a una estimulante clase de introducción para cada curso del PFC, así como al compromiso eclesial y con la misma casa de estudios, según la experiencia del autor.

    1.2. Visión

    "Ser el líder de la Educación Superior Profesional y Técnica para que nuestros titulados sean los mejores de país"22.

    La Comisión Nacional de Acreditación (del MINEDUC) otorgó el período máximo, que es de 7 años, al Instituto Profesional —al mismo nivel de la Pontificia UC (de Santiago)— y 6 años al Centro de Formación Técnica, record nacional. Esa acreditación oficial abarca a los programas del total de las carreras impartidas por la Fundación DUOC UC —84 para el año 2013— en cuanto a docencia de pre-grado y gestión institucional.

    Entre todas las instituciones de educación superior en Chile, el IP de DUOC UC es el que tiene mayor porcentaje de sus programas acreditados: de los 357 vigentes, 291 están acreditados, lo que representa un 81,5%, seguido por la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación con 79,2%, la UC del Maule con 72% y en cuarto lugar el CFT de DUOC UC con 70,5%23. Todo ello refleja una madurez que "da cuenta de una cultura de mejora continua que ha producido el desarrollo de mecanismos permanentes de aseguramiento de la calidad"24.

    Al igual que con respecto a la "Misión" recién comentada —según la experiencia del autor—, enseñar este prestigio histórico puede dar pie a una estimulante clase introductoria para cada curso del PFC, así como al compromiso eclesial y con la misma casa de estudios, haciendo notar las diferencias con otros IP y CFT, e incluso con universidades.

    1.3. Proyecto Educativo

    "Tratándose de una institución fundada por la Pontificia Universidad Católica de Chile, DUOC UC participa de su vocación de servicio a la educación del país.

    Este signo distintivo se expresa en un proyecto educativo que reconoce, como responsabilidad inherente, el constituirse en un paradigma de gestión privada en el ámbito de la educación superior técnico-profesional, como cabal expresión del principio de libertad de enseñanza.

    Este proyecto educativo procura:

    • Proporcionar una formación de primer nivel, conforme a una modalidad de enseñanza que enfatice los aspectos prácticos por sobre los especulativos y familiarice a los alumnos con las más modernas tecnologías aplicables a cada especialidad, habilitándolos para efectuar aportes concretos y útiles a la empresa.

    • Imprimir en sus egresados "un sello distintivo", que se exprese en la formación de valores y virtudes personales, con base en una concepción antropológica cristiana, junto al desarrollo de actitudes y habilidades de liderazgo, creatividad, capacidad de logro y de trabajo en equipo.

    • Dotar a todas las instancias en que se materializa el proceso educativo de los atributos de excelencia académica y buen servicio, procurando la máxima eficiencia en la administración de los recursos, dentro de un ambiente grato y armonioso de relaciones personales.

    • Contribuir a la misión social de la [Pontificia] Universidad Católica, desplegando, de modo complementario, una labor de extensión educativa hacia sectores sociales de mayor debilidad, mediante la capacitación, la educación media técnico-profesional y otros programas de suplencia"25.

    2. Programa de Formación Cristiana

    No existe una declaración oficial sobre estos tres aspectos, por lo cual se proponen aquí:

    2.1. Misión

    Siguiendo el mismo modelo de oferta, que son los cursos teológicos del Programa de Formación General de la Pontificia UC, el PFC debe ser una ayuda eficiente a todos los estudiantes —sean creyentes, o no— para conocer el Cristianismo desde la fe y la razón, según una perspectiva de formación teológica y filosófica. Para los creyentes, el PFC pretende servirles en cuanto oportunidad para profundizar sus convicciones mediante el diálogo y relaciones comunitarias. Y para los no creyentes se les ofrece un acercamiento a la fe desde la razón26.

    Su consecuencia ulterior —como ideal intencionado, pero más allá del objetivo inmediato antes descrito— será la conversión, es decir, "la santificación y la salvación eternas"27, conformando su personalidad y futura vida profesional a CRISTO.

    El PFC es, por consiguiente, una forma de Pastoral Educativa por cuanto crea instancias y oportunidades para que todos sus miembros —principalmente sus alumnos— puedan experimentar encuentros vívidos con NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. "Todo en la Iglesia debe estar impregnado por el espíritu pastoral, que no es otra cosa que la preocupación primera por el anuncio íntegro del Evangelio"28.

    2.2. Visión

    Ser reconocido como experiencia eficiente de Iglesia, en cuanto invitación para conocer la Fe de JESUCRISTO, "sello distintivo" de DUOC UC.

    2.3. Proyecto Educativo

    La conformación de la personalidad cristiana en cada estudiante, durante los cursos del PFC, por parte de profesores de excelencia29, fieles al Magisterio y en armonía con el Proyecto Educativo de DUOC UC, particularmente respecto al "sello distintivo" explicitado en el segundo punto de aquél.

    La Historia confirma que cuando la institucionalidad no es armoniosa con el modelo que ha escogido, lo más probable es que fracase. En cambio, este modelo virtuoso propuesto es clave para el éxito siempre y cuando se aplique en coherencia y consecuencia de vida.

    Capítulo Segundo:

    EL MARCO DOCTRINAL-PASTORAL DEL PROGRAMA DE FORMACIÓN CRISTIANA

    El marco doctrinal está guiado por una pastoral educativa de orientaciones hacia una progresiva visión de virtudes, hacia un acercamiento descriptivo de lo que debería conformar al "Buen Profesor de Religión". Esas "Orientaciones Virtuosas" se encuentran a lo largo de todo el trabajo expuesto, y aquí sólo se quieren ofrecer algunos esbozos conceptuales presentes en su mismo título. No se exhibe una forma de "recetario", sino luces cada vez más claras que muestran realidades más definidas y concretas para llegar a ser más directamente aplicables.

    1. Virtudes

    Como ya se anunció, en lugar de "valores" se prefiere hablar aquí de "virtudes". A éstas el Magisterio las define así:

    "Son actitudes firmes, disposiciones estables, perfecciones habituales30 del entendimiento y de la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta según la razón y la fe"31.

    Toda virtud es consecuencia de la vida en comunión, que es lo esencial del Cristianismo32.

    Su fundamento está en el Amor gratuito de Dios para con todos sus hijos, y en cómo éstos lo aman y adoran a Él y muestran su amor caritativo hacia sus semejantes33, y entre ellos mismos como discípulos verdaderamente reconocibles del SEÑOR JESUCRISTO34. Hay que reiterar que del grado de esa conectividad espiritual dependerá la diferencia entre la vida virtuosa y el pecado.

    El filósofo alemán Josef PIEPER las explica como "la elevación del ser en la persona humana", tanto en sus aspectos naturales como en sus sobre-naturales35.

    Por eso, en el fondo, no hay diferencia esencial entre las llamadas virtudes infusas y las naturales —distinción sólo útil para un análisis racional—, pues toda virtud proviene del ESPÍRITU SANTO, que ordena al fin último, sobre-natural, que es DIOS mismo, mientras tanto perfecciona —en la praxis36— a la persona en el aquí y en el ahora, y naturalmente a la sociedad toda hacia el Bien Común.

    Y por eso son armoniosas. El filósofo chileno Jorge PEÑA las aplica como un todo coherente para el profesor:

    "Las virtudes forman un sistema, de modo que es necesario no sólo hacer unos actos aislados y ocasionales de fortaleza y virtud, sino poseer una actitud constante y habitual. Pero lo que es más difícil es que sólo se puede llamar "virtuoso" al que vive todas las virtudes. Las virtudes se reclaman mutuamente entre sí, de modo que no es virtuoso el que sólo vive la valentía pero no la justicia y la prudencia. Las virtudes forman un entramado en el que se co-implican entre ellas de modo ordenado, estructurado y armónico"37.

    La Iglesia define cuatro virtudes como "cardinales" —prudencia, justicia, fortaleza y templanza38— y tres referidas directamente a DIOS, por lo cual las llama "teologales" —fe, esperanza y caridad39—. Y nunca ha dejado de reflexionarse a partir de ellas, en incontables recopilaciones milenarias40. Más aún: el abanico se amplía a otros atributos íntimamente relacionados según este sentido bíblico:

    "Todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa de elogio, todo eso continúen practicándolo"41.

    Pero los "valores" se adquieren sin necesidad de fe ni de confianza en la gracia, sino sólo por la voluntad y el esfuerzo humanos42, según los sesgados secularismos humanistas. Si bien, por fe el cristiano cree que siempre la mano de DIOS invisiblemente guía con su gracia al que dice no creer, a fin de que se convierta.

    Sin embargo, la llamada discusión sobre "temas valóricos" sigue siendo muy problemática desde su fundamento, y por eso termina reducida a tres o cuatro eslóganes, sin que haya una auténtica deliberación sobre qué es la persona humana, base de la antropología cristiana. Hay que contestar a estas y a otras preguntas similares: ¿El ser humano es autónomo, o se debe a normas inscritas en su naturaleza? ¿Sí o no a la afirmación: "Todas las cosas tienen que ver con todas las cosas": la vivienda con la familia, la droga con la educación, la lectura con la sexualidad, el trabajo con la religión?43

    En cambio, las virtudes son gracia misteriosa de DIOS en los creyentes, ayuda verdaderamente sobrenatural a las mendigantes y limitadas fuerzas, orientadas para el propósito divino de la perfección en Él.

    Por eso, las virtudes —hay que reiterarlo— son un concepto evolucionado, especialmente desde ARISTÓTELES, para llegar a ser apropiado y enriquecido por el Cristianismo, de manera que ha alcanzado allí su punto culminantemente superior que lo ha hecho ser específico para la fe, la cultura y la sabiduría propia de los creyentes44. Y diferenciado, por lo tanto, de los "sistemas de valores", tan cambiantes, según su contexto histórico y socio-cultural, conformados a variadas necesidades, conveniencias y adaptaciones, muchas veces dictaminadas por unos pocos líderes. En contraste con las auténticas "virtudes", que son divinas de origen, y por consiguiente eternas y estables, pero flexibles en su adaptación. Su superioridad se basa en que son creaciones perfectas a fin de que el hombre, en su aplicación, aspire a su ideal. La imperfección se da en el camino, pero la superación es su dinámica natural. Ese es el desafío de cómo DIOS las creó para el hombre.

    Por ejemplo, el "valor" del amor al prójimo puede realizarse según una ética de fondo egoísta, auto-justificada, como es el caso de la utilización pragmática de un jefe sobre sus propios trabajadores, a quienes les paga y les da ciertos "beneficios" como recompensa de su explotación. Esos "valores" pueden legitimar la cultura vigente, justificando situaciones de injusticia según una errónea o tergiversada lectura del Evangelio, o según leyes muy imperfectas, mal hechas. En cambio, el amor que va más allá del deber legislativo es la "virtud" que mira a esos trabajadores como seres totales, personas con la dignidad de ser hijos de DIOS, jamás utilizables ni explotables. Y así su trato se irá perfeccionando, pues la ayuda de la gracia será imprescindible sobre los esfuerzos concientes por lograr nuevas y mejores relaciones, que no son otras que las que CRISTO instituyó: mayor igualdad y fraternidad. Porque bajo el Reinado de JESÚS, en la perspectiva del Evangelio, se pueden encontrar formas diversas de solidaridad en hechos concretos.

    Es más: las virtudes cristianas conducen a la relevancia social de la fe a la altura de la exigencia de los tiempos. Esa importancia es constitutiva a la fe misma, pues en definitiva "resulta de aquello que la fe cristiana entiende por "salvación". Esta salvación, lejos de acontecer en las nubes o en un alma aislada del mundo, tiene lugar en la praxis humana". Por eso, la valoración de las virtudes en la vida social "no es una simple consecuencia ulterior o una aplicación de ciertas normas éticas de la fe. Ella es un efecto directo de la fe cristiana auténtica"45.

    Y la educación cristiana en general, la evangelización de todo el curriculum, y sobre todo la propiamente religiosa, catequística, catequética y filosófico-teológica han de formar y fomentar al hombre virtuoso en razón de su salvación eterna46.

    "El objetivo de una vida virtuosa consiste en llegar a ser semejantes a DIOS"47.

    Pero no en un sentido de soberbia, sino de humilde filiación:

    "Todos los que son guiados por el ESPÍRITU de DIOS son hijos de DIOS […]. Y si somos hijos, somos también herederos: herederos de DIOS y co-herederos de CRISTO"48.

    Virtudes son los siete dones del ESPÍRITU SANTO —sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad, y temor reverente a DIOS—, que hacen ser dóciles y obedientes a sus inspiraciones49. Son también los frutos del ESPÍRITU SANTO, primicias de la gloria eterna, perfecciones que la Tradición enumera en doce: caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad , bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad50. El sacramento de la confirmación es el puente para acogerlas en el alma.

    El "profesor virtuoso" no es el perfecto, pues no existe más que un solo MAESTRO. Pero existen profesores de fe y de esfuerzo, que buscan su perfeccionamiento en la Ley de CRISTO. Aquéllos no se consideran a sí mismos virtuosos, pero sí otros les dan su reconocimiento. Hay humildad en creer que ello no es absoluto, sino que se hallan en el Camino del SEÑOR, el camino para "llegar a ser" virtuosos como Él.

    Y en ello auxilia MARÍA, MEDIADORA DE TODAS LAS GRACIAS. Por eso los cristianos, como hijos Suyos, le rezan:

    "Hay flores cuya frescura y lozanía jamás pasan y coronas que no se marchitan.

    Éstas son las que Tú esperas de tus hijos.

    Porque el más hermoso adorno de una madre es la piedad de sus hijos,

    y la más bella corona que pueden depositar a sus pies es la de sus virtudes"51.

    2. Perspectivas teológico-filosóficas

    Aquí se prevé la delicada cuestión sobre la capacidad de la autoridad docente para hacer juicios de discernimiento, haciendo conciente los peligros que implica el ser "pre-juicioso".

    Desde su entrevista inicial con el postulante, pasando por algunos instrumentos — principalmente, la aplicación de exámenes—, la evaluación a los profesores en ejercicio, otros factores que escapan a las facultades de aquél durante el transcurso del año52, según la realidad duoquiana53 actual y según propuestas propias de este proyecto duoquiano. Si el lector se dio el trabajo de buscar la página correspondiente a esa penúltima referencia, podrá reconocer entonces la complejidad de distinguir entre aspectos objetivos y subjetivos54 —en el esfuerzo por la adquisición de conocimientos—, que ahora se tratará esbozadamente sólo para destacar la importancia de estos factores sobre la humana capacidad de hacer tales evaluaciones.

    Desde la filosofía de KANT y de HEIDEGGER, el gran teólogo Karl RAHNER desarrolla una teoría epistemológica sobre cómo superar los límites de las categorizaciones mediante un método antropológico trascendental, que consiste básicamente en atender a los condicionamientos a priori para hacer posible el conocimiento de aquello por lo cual se pregunta. El sujeto cognoscente no aborda la pregunta desde el exterior, fuera de su conciencia, sino que examina en sí mismo cuáles son esas condiciones para hacer suyo ese objeto de conocimiento.

    Dice RAHNER: "Un planteamiento trascendental, en cualquier orden de cosas, se da siempre que uno pregunta —en la medida en que lo hace— por las condiciones de posibilidad del conocimiento de un objeto, determinado en el propio sujeto cognoscente"55.

    Es un método fenomenológico en que el conocer se manifiesta por sí mismo en distintos momentos, como sigue describiendo RAHNER: "El conocimiento pone en juego tanto lo que se conoce como a quien conoce, pues no depende sólo de las características del objeto, sino también de la estructura esencial del sujeto cognoscente. El condicionamiento recíproco y la relación de dependencia mutua, entre el sujeto que conoce y el objeto conocido, a la vez como conocido y cognoscible, constituyen la materia de un planteamiento trascendental" 56.

    Y el Cardenal RATZINGER —hablando de cómo los pre-supuestos filosóficos determinan el ejercicio de la exégesis bíblica— refiere lo nuevo que se ha aprendido sobre las modalidades y los límites del conocimiento: "Werner HEISENBERG, en el ámbito de las ciencias naturales, ha demostrado con su Unsicherheitsrelation57 que nuestro conocimiento no refleja sólo lo que es objetivo, sino que siempre está determinado también por la participación del sujeto, por la perspectiva en que éste plantea las preguntas y por su capacidad de percepción"58.

    ¿Por qué el sujeto cognoscente debería ser tan determinante en la comprensión de su objeto de conocimiento si éste es más grande que él? O mucho más complejo, profundo y misterioso que lo qué el pre-suponía y que lo que ahora supone. Si las suposiciones conducen al pre-juicio y éste al juicio injusto —es decir, el rumor infundado, el maltrato, la ofensa gratuita, la calumnia y finalmente a la condenación—, entonces por principio lo más prudente sería poner a aquéllas entre paréntesis, pues dada su inseguridad por falta de pruebas concluyentes, es mejor esperar a que se aclaren las cosas, en base a una confianza inicial en la bondad de la naturaleza humana.

    Además, hay que reconocer que el conocimiento y su comprensión son siempre parciales. Esto recuerda una metáfora sobre conocer el amor de CRISTO, aquel versículo bíblico que habla acerca de llegar a ser capaces "de comprender la anchura, la longitud, la profundidad y la altura" de Su amor, que excede a todo conocimiento59. Porque el LOGOS también está reflejado en el conocimiento que el hombre tiene sobre el mundo. En esto no cabe ser soberbios, sino humildes y modestos.

    Por lo tanto, aquel profesor-administrador debe luchar contra esa tendencia de imperfección; debe pedir la gracia de DIOS y hacer cada día más conciente ese peligro que conlleva el hacer pre-juicios, el tener una visión unilateral. Contra esa obstinación de insistir en su propio punto de vista sin abrirse a una realidad más rica. Contra esa costumbre tan arraigada de "ver el vaso medio vacío en vez de verlo medio lleno" y de ser ciego o tuerto por propia voluntad, "porque no hay peor ciego que el que no quiere ver", según el sabio dicho popular. Contra botar todo lo que se supone malo al mismo tacho de la basura, saber rescatar lo bueno con discernimiento. "Examínenlo todo; retengan lo bueno"60, es la exhortación de San PABLO.

    Pero para lograrlo, téngase mucho cuidado ante este engañoso peligro: cuando el profesor de religión tiene un grave vacío doctrinal sobre el Magisterio vivo, probablemente lo rellenará con errores teológicos, filosóficos e ideológicos, confusamente. En cambio, cuando el corpus de las enseñanzas apostólicas —impartidas actualizadamente por cada sucesor de San PEDRO— sustentan la formación del profesor, entonces éste podrá hacer consecuentemente un correcto discernimiento sobre pensamientos, análisis y opiniones particulares61.

    Y ante todas las cuales se abrirá con natural curiosidad y con actitud filosófica de aprender y de creer, y así irá contra esa ignorancia del fanático que dice "sólo estos autores", "sólo estos libros", pues el humanista, el universal, el sabio preferirán decir: "A ver… No lo había pensado desde ese otro punto de vista. ¡Qué interesante! Lo estudiaré. Sigamos conversando".

    El juicio equilibrado, la apertura al diálogo, la visión con altura de miras, la observación con perspectiva, la buena disposición a escuchar al otro y la auto-crítica para el ecumenismo62, son todas cualidades virtuosas, dignas de la muy grande responsabilidad que implica el educar a otros, más aún, el formar cristianamente. Virtudes imprescindibles para todo buen católico moderno (pero no modernista), fiel al Magisterio conciliar, y por lo tanto que sigue superando mentalidades fanáticas y sectaristas que existieron en tiempos y formas pre -conciliares entre toda la Cristiandad. Es un hecho profético el tan necesario regreso a las raíces por parte de las muy variadas confesiones del Cristianismo, que "sólo podrán sobrevivir en el tercer milenio en el espíritu y en la figura de una verdadera ecumenicidad"63.

    Pero la apertura cultural como actitud humanista no significa necesariamente caer en un relativismo anti-cristiano. Si se está en gracia santificante, si se confía en la guía del ESPÍRITU SANTO, si se posee una sólida base magisterial, entonces las actualizaciones, el diálogo y las libertades que ofrecen depuración a los errores, cerrazones, sugestiones, miopías, enceguecimientos y fanatismos pre-juiciosos co-laborarán, justamente, a la perfección del conocimiento y a la capacidad para comprenderlo. Quien así siga aprendiendo del ESPÍRITU demostrará la maravillosa virtud del equilibrio, sin duda una condición para llegar a ser un buen profesor de religión.

    3. El discernimiento: la praxis64 dará la inteligencia

    Por consiguiente, pidiendo la gracia de DIOS se puede tomar una decidida conciencia sobre la necesidad de superar el subjetivismo, que fácilmente puede conducir a una sesgadísima visión de la realidad y a una injusta discriminación contra las personas.

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