Políticas de Prevención Para el consumo de Drogas en los Niños de la Calle (página 2)
Enviado por Mauricio Reyes Baldeon
Nuestro plan de investigación concierne los niños y el mundo tal como ellos lo viven y no los programas de asistencia para los niños de la calle. Así, no se busca juzgar los dierentes tipos de intervención. Sin embargo, dada la orientación general de la investigación, nos parece importante de localizarla en el campo de los projectos de tipo no-normativo. Estos son, en efecto, los que introducen el mínimo de modificaciones y de elementos ajenos en el mundo del niño de la calle. En este contexto, resulta más fácil de abordar al niño de la calle en su ambiente "natural".
A propósito de la orientación general de nuestro proyecto de investigación, nos limitaremos a formular dos observaciones:
La primera concierne la concepción general de la investigación. Desde el inicio, deseamos asociar a nuestros trabajos los educadores de la calle y los asistentes sociales, quienes tratan a diario (p. 114) con los niños. La investigación no debe superponerse sino integrarse a su trabajo. Las informaciones necesarias a nuestra investigación serán recolectadas en el marco de sus actividades cotidianas.
Evitamos así la intervención de investigadores extraños al mundo del niño y cuya presencia temporal podría constituir un elemento perturbador de efectos imprevisibles. Esperamos también poder utilizar gradualmente los nuevos conocimientos adquiridos para mejorar el bienestar del niño. La idea es que esta investigación contribuya, ya durante su realización, a un mejor conocimiento de las relaciones que el niño establece con el mundo de la calle y que le sea inmediatamente benéfica.
La segunda observación concierne la estabilización de la presencia del niño en la calle. En efecto, la experiencia enseña que las condiciones de internamiento del niño en establecimientos especializados son frecuentemente deplorables. Además, el número de niños es tan elevado que resulta prácticamente imposible de hacer beneficiar a todos ellos con este tratamiento y de asegurarles, así, un mínimo bienestar social y cultural. La libertad en la calle puede ser preferible a la privación de la libertad. Es indispensable, en consecuencia, reforzar la capacidad de autodefensa del niño. Al respecto, es muy importante acrecentar sus capacidades cognitivas, afectivas y sociales.
No es de olvidar, además, que una cultura particular, con valores y normas propios caracteriza el mundo del niño de la calle. Esta cultura no debe ser considerada como el producto de un proceso de desorganización social, ni explicada comparándola con la cultura de la clase media.
Nuestro proyecto de investigación se sitúa en esta óptica: de un lado, indagar lo que, en el mundo de la calle, puede ser idóneo para dar al niño más autonomía en relación con su medio ambiente y, de otro lado, desarrollar -en la medida de lo posible- actividades de apoyo en favor del niño que lucha por su supervivencia y, a menudo, también por la de su familia.
Esta investigación sobre los niños de la calle debe realizarse antes de investigar sobre el consumo de drogas por parte de estos mismos niños. Este consumo constituye, aparentemente, una de las (p.115) prácticas asumida por los niños para luchar por su supervivencia. Es el caso, en particular, cuando la inhalación de cola, de productos disolventes o de *marihuana constituye un medio de adaptación a las condiciones de vida en la calle. Se sabe, por ejemplo, que los productos disolventes y, especialmente la cola, disminuyen la sensación de hambre. Esta circunstancia es una de las causas de la gran difusión de estas drogas. Pero más alla de este aspecto , es de percibir tanto la dimensión social del consumo y como la dimensión simbólica e imaginaria de la modificación del estado de consciencia. Este proyecto de investigación sobre los niños de la calle busca explorar el contexto en el que se da el cosumo de la droga y no el consumo en sí.
Algunos problemas relativos al consumo de drogas
El consumo habitual y repetido de productos psychotrópicos es, como todo otro comportamiento humano, de naturaleza sistemática. Este comportamiento puede ser explicado como una la relacióntriangular entre la personalidad del consumidor, el producto que consume y el medio social en el que se desenvuelve. Tal relación puede ser representada de acuerdo con el esquema siguiente.
(p. 116) Las flechas que indican la influencia que ejerce cada uno de estos elementos sobre la relación bilateral existente entre los otros dos elementos y representada por los lados del triángulo. A partir de la constatación de estas relaciones, es posible, primero, plantear y profundizar una serie de aspectos y, segundo, precisar, con ayuda de los resultados obtenidos, las diferentes dimensiones del comportamiento toxicodependiente. La flecha(I) indica que el elemento droga influye sobre la relación existente entre la personalidad del consumidor y el medio social. Con respecto a este último, es de distinguir entre (a) el medio de origen (clase social, familia, escuela, amistades) y (b) el entorno que corresponde esencialmente al medio de la droga. Entre las más pobres poblaciones urbanas, estos dos medios se entrecruzan; pero, en la mayor parte de los casos no se confunden. La flecha (I) señala, en consecuencia, que la droga se interpone entre la personalidad y el medio. La droga puede constituir una especie de pantalla, que el consumidor espera cumpla una función de protección contra el medio; generalmente, contra el medio de origen. Pero esta flecha también indica que la droga puede ser consumida para mediatizar ciertas relaciones entre la personalidad y el medio. Los tópicos relacionados con los aspectos señalados por la primera flecha conciernen tanto los problemas de adaptación y de integración sociales como los de identidad del consumidor. Sin su producto, el consumidor no esta en condiciones de afrontar las dificultades que resultan de su incapacidad de inserción social. La droga tiene una doble función: constituye un medio tanto para huir de la realidad como para buscar obsesivamente una realidad que se desvanece. Esta duplicidad funcional de la droga es, así mismo, una fuente importante de conflictos en el universo simbólico de la persona dependiente1. Es alrededor de la droga, en consecuencia, que se organizan las relaciones entre la personalidad del consumidor dependiente y el medio social.
La flecha (II) muestra la influencia que ejerce la personalidad -la identidad- del consumidor sobre el eje formado por la droga y el medio (tanto el originario del consumidor como el de la droga). (p. 117)
El aspecto esencial es el de las representaciones del niño sobre si mismo y el mundo. La memoria del consumidor registra estas representaciones cuando éste se pone en contacto con su medioambiente.
Se trata de las representaciones del consumidor respecto a lo que le relaciona o le separa de su medio ambiente. Así, se vuelve al tema de la identidad, ya que ésta está parcialmente constituida por dichas representaciones. En resumen, la flecha (II) indica que la identidad del consumidor se inserta entre la droga y el medio.
Por último la flecha (III), muestra que el medio interviene sobre el eje formado por la personalidad y el producto (droga). Los tópicos referentes a esta relación son el control social, la socialización y la adquisición de un estatus social: nos preguntamos cómo, en el caso del consumidor dependiente, estas circunstancias han y continúan condicionado las relaciones entre la personalidad y el consumo de la droga. Por ejemplo, el medio de origen, o al menos uno de sus elementos -los compañeros-, es considerado como intermediario entre la personalidad y la droga. En efecto, el medio brinda, a menudo, la oportunidad de consumir la droga por la primera vez. Ahora bien, las condiciones materiales y sociales -en las cuales se produce el consumo- influencian frecuentemente impacto producido por la droga sobre el consumidor.
Las relaciones entre las tres flechas y los tres ejes o lados de la relación triangular permiten detectar una serie de temas constitutivos de una teoría del comportamiento toxicodependiente. La investigación empírica debe aportar nuevos conocimientos sobre la manera en que las diferentes dimensiones de la toxicodependencia están relacionadas.
Señalemos, para terminar, que esta lista de temas no es exhaustiva y que su composición revela, ante todo, una orientación de tipo sociológico.
1 Estos propósitos encuentran su fundamento en un contexto socioeconómico y cultural particular: la sociedad occidental desarrollada. Nada indica que puedan ser aplicados al universo de niños de la calle en América
Latina. En el párrafo siguiente trataremos de este problema.
La droga, la identidad y la adaptación: ¿tema apropiado en el caso de los niños de la calle?
El esquema triangular y la lista de temas que permite establecer son el fruto de investigaciones desarrolladas en un contexto socioeconómico y cultural preciso. Se trata de estudios referentes a los (p. 118) consumidores opiáceos y, en particular, a los heroinómanos, así como a los pluritoxicómanos. La aplicación de este modelo y la lista de temas, correspondiente a poblaciones y a un contexto socioeconómico y cultural diferentes, exige una prudencia particular. Su utilización reciente, en Francia, en relación a consumidores de disolventes ha dado resultados interesantes 2.
Los niños de la calle3 que viven en las grandes ciudades de América Latina pertenecen a una categoría social diferente a la que, según los estudios aludidos, pertenecen los adolescentes y jóvenes adultos europeos 4 que consumen inhalantes. La miseria, el grado de abandono y las carencias en el plano de la salud, de la formación escolar y de la familia, hacen que la lucha por la supervivencia sea un problema permanente. Se trata, en primer lugar, de la supervivencia física que es también el aspecto más evidente. Esta lucha y las condiciones en las cuales se desarrolla son quizás los elementos que diferencian la situación de estos niños de la de los niños habitualmente estudiados en Europa.
Sería erróneo, sin embargo, pensar que la lucha por sobrevivir sólo concierne la existencia física del niño. En efecto, algunos niños de la calle (nos referimos particularmente a los del Brasil) manifiestan necesidades espirituales. Por ejemplo, la necesidad de ser respetado por los adultos en general y, en particular, por los padres, los educadores, la policía y los jueces. Este respeto es, igualmente, esperado de la parte de los propios compañeros. Quizás estemos en presencia de una aspiración cuyo objetivo es la *integridad de la persona del niño y de los pocos objetos que le pertenecen; aspiración condicionada por el estatus social que el niño ocupa en la sociedad y que él siente como un problema de identidad. Al respecto, es de recordar que una necesidad fuertemente sentida por el individuo, pero que no puede ser satisfecha, afecta de manera profunda su identidad. En efecto, la imagen que tiene de si mismo y de los demás son dos componentes importantes de la identidad.
(p. 119) En relación con los niños que no sienten esta necesidad, varias razones pueden explicar esta actitud. Entre éstas, pueden señalarse la desconfianza hacia los trabajadores de la calle o los investigadores, la incapacidad para manifestarla de manera adecuada, el miedo ante las consecuencias que podría engendrar tal reivindicación. Pero existe, tal vez, otra razón de igual importancia: la imagen negativa de si mismo debida a las incesantes privaciones padecidas desde la infancia. Luego, como ya lo hemos dicho, la imagen de si mismo es un elemento especialmente importante de la identidad de la persona: para cada individuo, constituye la relación indispensable con su medio social. También influye en la imagen que se hace de los otros.
Pero la existencia del niño de la calle también esta marcada por la ausencia de referencias estables.
Toda relación puede ser perturbada por un acontecimiento imprevisto y súbito. Una gran parte de la energía y de la atención del niño es movilizada por los peligros potenciales de su medioambiente.
Está constantemente en movimiento con el fin de protegerse. Sabe reconocer, en su medioambiente, con facilidad los signos de peligro o de ocasión favorable. Tiene un sentido muy desarrollado de laobservación y es capaz de percebir rápidamente cualquier signo, cualquier acontecimiento directamente vinculado a su supervivencia. Debe asumir constantemente el presente, el momento que vive; esto le exige un gran esfuerzo síquico y afectivo. Esta energía es agotada por la instabilidad de las relaciones sociales que caracterizan el mundo de la calle; sin embargo, los renovados esfuerzos del niño para reconstituir sus defensas son asombrosas!.
En el mundo de la calle, innumerables señales están directamente relacionadas con la lucha cotidiana por la supervivencia. Pero estas señales no pueden ser consideradas como substitutos puros y simples de objetos de referencia permanentes y estables. En realidad, éstos son asimilables a indicaciones que provocan en el niño -generalmente de manera inmediata- ciertas conductas en lugar de otras. Así, pues, no se trata de modelos de comportamiento sino de elementos que desencadenan una actividad. El niño de la calle ha aprendido, desde su tierna infancia, cómo estas señales están relacionadas con su supervivencia. Esta circunstancia ha naturalmente (p. 120) condicionado, durante el proceso de socialización, su aprendizaje de las diferentes normas. La presencia de estas señales ha condicionado la inserción, en la personalidad del niño de la calle, de las normas preceptivas, de evaluación y de comportamiento. Al respecto, es de recordar que estas normas constituyen, de una parte, el intermediario indispensable entre el individuo y su medioambiente social y, de otra parte, un elemento integrante de su identidad. La hipótesis que se puede formular es la siguiente: las normas filtran y retienen todo lo que concierne la situación inmediata, en detrimento de una percepción relacionada con el porvenir5. Esta hipótesis deberá ser verificada en el marco de la investigación sobre los niños de la calle. A esta abundancia de señales inmediatas corresponde una falta de objetos de identificación duraderos, como personas adultas que sirvan de modelo para el niño. Esta carencia aparece desde la más temprana infancia, ya que las familias de las clases sociales más pobres se caracterizan, a menudo, por la inestabilidad crónica de las relaciones conyugales. Las familias organizan la supervivencia material, sin poder *satisfacer siempre las necesidades de identificación de los niños; en particular, de los niños de sexo masculino. Entre los niños de la calle, hay algunos que nunca han conocido sus padres porque fueron abandonados a su nacimiento y otros que abandonaron su familia por causa de la miseria y/o de las relaciones conyugales de sus padres. En estas familias, el padre esta, frecuentemente, ausente o bien su presencia es pasajera. Los compañeros de la madre son también padrastros de los hijos de otros hombres que les han precedido en el hogar. Las relaciones entre estos hombres y los niños que noson suyos son a menudo impregnados de una gran violencia. Miseria y violencia se conjugan y aceleran el abandono del hogar por el niño. También existe el niño que abandona su familia porque se da cuenta que la calle le permite satisfacer más fácilmente sus necesidades materiales. Algunos niños conservan con su familia un contacto más o menos continuo.
2 P. Angel, "Adolescence et solvants", Echo-Centurion, Paris 1987.
3 R. Lucchini, "Identité et survie : les enfants de la rue au Brésil" Working Paper 118, Institut des sciences économiques et sociales, Universidad de Fribourg 1988.
4 Ver: D. O'Connor, "Glue Sniffing and Volatile Substance Abuse", Gower 1986
(p. 121)La cuestión concerniente las necesidades y el proceso de identificación entre los niños brasileños de la calle no ha sido aún objeto de un estudio específico. Por el contrario, existen sobre este tema pasajes, más o menos largos, en la mayor parte de estudios sobre los niños habitantes de la calle. En estos se indica que el niño de la calle se caracteriza por su identificación insuficiente con los modelos de adultos estables 6. Esta constatación es en sí misma importante, pero debe ser profundizada. En efecto, los problemas relacionados con la identidad y con el proceso de identificación han sido analizados en un contexto socioeconómico y cultural muy diferente al contexto brasileño. Además, el tema de la identidad ha sido históricamente, sobre todo, tratado en las ciencias sociales en relación con los individuos pertenecientes a vastos grupo de la clase media. Es de preguntarse, en consecuencia, cómo se presenta el problema de la identidad para el niño de la calle,* sobretodo, sí tiene la misma importancia que en las sociedades donde la mayoría de la población pertenece a la clase media. Sin embargo, ciertas aplicaciones realizadas, en *Estados Unidos desde los años veinte, sobre grupos pertenecientes a la clase media han dado resultados interesantes en relación con la identidad de individuos que no pertenecen a dichas clases medias. En numerosos trabajos sobre inmigrantes y jóvenes delincuentes, se ha planteado la problemática de la adaptación social en términos de identidad deficiente o insuficiente7.
5 Este problema concierne una relación con el tiempo y los sucesos que los autores latinoaméricanos llaman "inmediatismo". Ver: Riccardo Lucchini, "Identité et survie : Les enfants de la rue au Brésil", Working Paper 118, Universidad de Fribourg 1988, pp. 23-29.
6 Educadores de la calle, participantes a un seminario en Porto Alegre (Brasil) del 13 al 15 de julio de 1987, hablaron de sus contactos con los niños de la calle: "El niño tiene el deseo de ser protegido, la fascinación por la seguridad y la estabilidad". Este deseo y esta fascinación corresponden a deseos cuyos diferentes grados de satisfacción determinan tipos de identidad diferentes. Respecto al tema de la identidad, ver: A.S. Orsetti et al., "Meninos de rua : educacao en meio aberto", Barvalle, Belo Horizonte 1987; C.A. Luppi, "Malditos Frutos do Nosso Ventre", Icone, Sao Paulo 1987; L. de Medeiros, "A criança de favela e sua visao do mundo : uma contribuiçao para repensar da escola", Dois Pontos, Rio de Janeiro 1986; M.L.V. Violante, "O dilemma do decente malandro", Cortez, Sao Paulo 1985; R.S.V. Arruda, "pequenos Bandidos", Global, Sao Paulo 1983; S.
Cheniaux, "Trapaceados e Trapaceiros", Cortez, Sao Paulo 1982; R.M. Fischer Ferreira, "Meninos da rua", CEDEC, Sao Paulo 1980; Z. de Andrade Gonçalves, "Meninos de rua e a marginalidade en Belem", Salesianos do Pará, Belem 1979.
7 La principal objeción que se puede hacer a estos estudios del comportamiento irregular concierne la noción de identidad insuficiente, noción evaluada en relación a standards de vida y a modelos de comportamiento propios a la clase media y a los cuales los miembros de las clases menos favorecidas no pueden conformarse. Los autores se refieren a una subcultura propia a las más pobres. Ver: J. Thrasher, "The Gang", Chicago 1927; Th. Sellin, "Culture Conflict and Crime", New York 1938; A. Cohen, "Delinquent Boys", Glencoe 1955; W.B. Miller, "Lower Class Culture as a Generating Milieu of Gang Delinquency", dans : Journal of Social Issues, 14, 1958.
(p. 122) Gracias a la fertilidad de las teorías de la identidad y de sus múltiples aplicaciones, se puede suponer que el consumo de drogas por los niños de la calle esta relacionado, entre otros problemas, al de la identidad. El modelo triangular -personalidad, droga y medio- será aplicado como guía para interpretar el material y las informaciones recogidas sobre el terreno. La investigación sobre los niños de la calle permitirá obtener un material importante sobre el medio social, así como sobre la manera de adaptarse a dicho medio. Es sobre este material que podrá ser integrada la investigación concerniente al consumo de la droga. Aun cuando la hipótesis de la identidad sea insuficiente para definir el problema del consumo de droga por los niños de la calle, nos parece indispensable utilizarlo.
En primer lugar, interpretaremos el consumo de droga como un medio utilizado por el niño para afrontar sus problemas de adaptación a su medioambiente. Se tratará, entonces, de saber cómo este consumo se inserta en las diferentes estrategias de supervivencia del niño y qué lugar ocupa.
También se puede suponer que el niño consume drogas para paliar la ausencia de un objeto de identificación. En este caso, el consumo de inhalantes (por ejemplo, la cola) o de productos del canabis estaría relacionada con el problema de la identidad. Desde este punto de vista, habría que diferenciar entre el caso de los inhalantes y el del canabis, que presentan diferencias en relación, tanto a la edad en la que son consumidas como a la situaciones en que tiene lugar el consumo.
Generalmente, en el Brasil, los niños comienzan con inhalantes y pasan después a productos del canabis (macunha).
Se puede suponer, en consecuencia, que esas drogas cumplen diferentes funciones. Siguiendo a B.
Carlini-Cotrim, puede también pensarse que el consumo de inhalantes sea valorada por la subcultura a la que pertenece el niño de la calle8. Valorizada por el grupo social al que pertenece el niño, relacionada al problema de la identidad y respondiendo a ciertas necesidades síquicas (el hambre, (p.123) por ejemplo), la utilización de inhalantes se basaría en un conjunto de motivaciones propias al mundo de la calle. Sin embargo, la hipótesis que nos parece la más interesante es aquella que sostiene que la droga cumple una función de intermediario entre el niño de la calle y el medio en el que se desenvuelve. Esta función es doble: de una parte, ayudaría a huir de la realidad ("la droga hace raro, permite soñar") y, de otra parte, permitiría el control de esta realidad ("la droga disminuye la ansiedad y el miedo, da seguridad").
Saber cuándo y cómo el niño consume las diferentes drogas y con qué relaciona este consumo nos parece de cierta importancia. Las explicaciones y las teorías desarrolladas en los paises industrializados de occidente son frecuentemente empleadas sin previa reflexión sobre la nueva realidad a la cual son aplicadas. Se peca así de exceso de etnocentrismo. Sin embargo, cuando tales esquemas de análisis se revelan adecuados, permiten progresar en el conocimiento de lo que conduce los individuos a consumir drogas.
¿Cuales son los efectos prácticos de una investigación sobre los niños de la calle que consumen drogas? De un lado, permite desarrollar nuevos instrumentos de investigación en el campo de la droga. De otra parte, si el consumo de drogas aparece como un medio útil para el niño con el fin de sobrevivir en la calle, el conocimiento de este comportamiento facilita el trabajo y lo hace más eficaz.
Las dos partes de la investigación
A nuestro conocimiento, ningún estudio sistemático ha sido todavía realizado, en América Latina, sobre el problema de los niños de la calle y el consumo de drogas. En el Brasil, donde este consumo está bastante generalizado, sólo un trabajo exploratorio y no publicado era disponible en 1987.9 Un trabajo de investigación referente a la ciudad de Brasilia estaba en gestación. 10 Este problema es, evidentemente, mencionado en diversos estudios sobre los niños de la calle, pero en ninguno se desarrolla un análisis sistemático (p. 124) del fenómeno. Existe así un vacío en el dominio de los trabajos publicados y accesibles en librería. Por el contrario, sería necesario indagar en cuanto a los trabajos inéditos y a los documentos.
8 B. Carlini-Cotrim, "O consume de solventes e outras drogas em crianças e adolescentes de baixa renda na grande Sao Paulo", manuscrit non-publié 1987, p. 12.
9 B. Carlini-Cotrim/E.A. Carlini, op. cit.
10 R. Bucher, CORDATO, CLN 205-Bloco D – 70843 Brasilia.
Las nociones que pueden muy bien resumir los objetivos de nuestro proyecto de investigación son las siguientes: documentación, comparación y prevención. Estos son desarrollados en los dos acápites siguientes.
4.1. La parte documental.
Antes de abordar el campo del consumo de drogas, aparece indispensable realizar, en algunos países y organizaciones internacionales, una investigación de orden documental. Este trabajo concierne, esencialmente, cuatro dominios:
a) El mercado "informal" constituido por los documentos inéditos como los informes de expertos, resúmenes de seminarios o cuadernos de notas de educadores de la calle. Entre las instituciones en las cuales es de indagar la existencia de este material, cabe señalar en particular: los ministerios suceptibles de ser interesados por el problema de la droga (Salud pública, Educación, Justicia), los organismos, privados o públicos, activos en el dominio de la prevención y de la asistencia a los toxicómanos y, por último, instituciones universitarias. De manera subsidiaria, se debería considerar la posibilidad de contactar algunos jueces de menores y parroquias. En cuanto a las organizaciones internacionales, es de pensar, especialmente, en la UNICEF, OMS, el BIT y la División de estupefacientes de las Naciones Unidas (Viena). Entre las Organizaciones no gubernamentales ONG), debe tomarse en cuenta el BICE (Oficina internacional católica de la infancia), CHILHOPE y DIE (Defensa internacional de la infancia). Esta lista no es exahustiva y puede ser modificada.
b) El segundo campo es el de la prensa hablada y escrita. El objetivo no es el de analizar el contenido de todo lo que se ha publicado sobre los niños de la calle y la droga. Se trata, más bien, de tomar contacto con los periodistas que conocen el problema de los niños de la calle y que poseen una documentación sobre el particular. (p. 125) Complementariamente, es de pasar revista los principalesórganos de prensa.
c) El tercer dominio concierne los educadores de la calle. El objetivo no es de proceder mediante la técnica del muestreo, sino de recoger testimonios significativos sobre el niño de la calle y la droga.
d) El cuarto dominio, referente al mercado del libro y la investigación bibliográfica, es de más fácil acceso que los tres precedentes y no presenta mayores dificultades.
Si, en primer lugar, la busqueda de documentos concierne el consumo de drogas por parte del niño, comprende también otros temas; por ejemplo:
a) tipos de drogas y mercados de la droga en los diferentes paises;
b) política de prevención y de represión en los diferentes paises;
c) supervivencia de la utilización ritual y tradicional de hallucinógenos en capas populares urbanas;
d) la consumo de drogas y la extensión del alcoholismo en las mismas capas populares.
Esta búsqueda de documentos es importante debido a que concierne el contexto más amplio en el que se sitúa el niño de la calle. El objetivo es realizar un balance de los diferentes aspectos de la situación. Al término de esta indagación, se podrán descubrir las lagunas existentes en la documentación y proponer las investigaciones para colmarlas.
La documentación sobre el consumo de drogas de parte de los niños de la calle será seleccionada en función de los temas siguientes:
a) la calle y la barriada como ámbito de vida;
b) las bandas de niños y de adolescentes y su subcultura;
c) la socialización del niño pobre entre el hogar y la calle;
d) la evolución del niño hacia la edad adulta;
e) los desplazamientos del niño en la ciudad y de una ciudad a otra;
f) relatos e historias biográficos;
g) el acceso a la droga y las modalidades de consumo;
h) utilización de niños en el tráfico de drogas.
(p. 126) En las entrevistas a realizarse con las personas que estan en contacto con los niños (educadores de la calle, periodistas, jueces de menores, sacerdotes, responsables de proyectos de asistencia social) se abordaran esos mismos temas y además algunos otros, como por ejemplo:
a) drogas utilizadas y frecuencia de consumo;
b) funciones de la droga en el grupo de niños;
c) iniciación en el consumo de la droga y situaciones típicas de consumo;
d) utilización del alcohol como substituto o como complemento de la droga.
La búsqueda de documentos y el aspecto empírico de la investigación no cubrirán el mismo periodo.
A partir de la documentación obtenida y de acuerdo con el modelo triangular, será posible establecer una lista de tópicos y problemas correspondientes a la segunda parte de la investigación. Además, la primera encuesta sobre los niños de la calle y su supervivencia proporcionará también informaciones valiosas para la elaboración de dicha lista. Todo esto nos facilitará la tarea de definir las técnicas de investigación en el terreno.
Por razones de tiempo, medios y eficacia, la búsqueda de la documentación sólo se llevará a cabo en algunos de los países latinoamericanos. Con este objeto, se ha tomado en consideración los países donde existen concentraciones importantes de niños de la calle. Es el caso de México, Venezuela, Perú, Colombia, Brasil y Argentina. La situación en este último país, en cuanto a este fenómeno de concentración, esta muy lejos de parecerse a la de los otros países mencionados. La existencia de niños de la calle es, a diferencia de lo acaecido en los otros países, un fenómeno reciente y producto de la difícil situación económica que vive actualmente Argentina. Estas circunstancias justifican que sea considerada para los efectos de esta investigación. El caso de Chile requiere una posterior evaluación.
(p. 127) 4.2. La parte empírica.
La realización de este aspecto de la investigación presenta un gran número de problemas teóricos y prácticos. Su inicio debe ser, en consecuencia, preparado cuidadosamente. Terminada la búsqueda de documentos, se dispondrá de tres instrumentos de trabajo indispensables para completar y concretizar el esquema conceptual de la parte empírica. Estos instrumentos son:
1. los resultados de la encuesta sobre los niños de la calle y su lucha por la supervivencia,
2. los resultados de la investigación de documentos,
3. el esquema triangular.
El material recogido mediante las dos encuestas será, en consecuencia, analizado conforme al esquema triangular. Esto permitirá, primero, formular con más precisión nuevas hipótesis de trabajo y, luego, testar en qué medida el esquema triangular puede ser utilizado en el caso de los niños de la calle. Sólo después de terminado este trabajo, será factible juzgar si -y cómo- la investigación empírica será realizable.
Aún no es posible de presentar, en detalle, los métodos de investigación aplicables a la recolección de datos; en razón a que la parte empírica concierne un dominio que, hasta hace dos años, era prácticamente desconocido. Esta circunstancia confiere a la parte empírica un carácter sobretodo experimental. Las técnicas tradicionales del muestreo, de la encuesta o de entrevistas estructuradas no son adecuadas al problema del consumo de drogas por parte de los niños de la calle. Al contrario y debido a que responde a la curiosidad del niño, una técnica adecuada es la entrevista libre a realizarse cuando una ocasión favorable se presenta. La misma importancia tiene la técnica de la observación y sus diferentes grados de participación. La colecta de material etnográfico y documentos iconográficos (fotos, dibujos) constituye, igualmente, una técnica interesante. Si mucho queda por hacer en el dominio de las técnicas, es indudable que, conforme a las circunstancias, se deberán imaginar nuevas técnicas de investigación adecuadas al estudio del problema del niño de la calle.
(p. 128) Volvamos brevemente al problema de la identidad y de la adaptación, tratado en el tercer acápite. El niño de la calle, como todo otro niño, esta confrontado a la dificultad de definir el lugar que debe ocupar en el medio social. Esta dificultad forma parte de un proceso pleno de incertidumbre y cuyo éxito no está, anteladamente, asegurado. Las incertidumbres, propias a esta lucha por la supervivencia, son debidas al hecho que la delimitación de los derechos y deberes no está claramente precisada. Las condiciones en que tiene lugar la lucha por la vida varían continuamente y el niño debe, en consecuencia, adaptarse rápida y cotidianamente. El debe reaccionar inmediatamente a cada uno de los sucesos diarios. No dispone de la continuidad necesaria para la formación de un status y de una identidad estables que son, en buena cuenta, los dos intermediariosmás importantes entre el sujeto, en nuestro caso el niño de la calle, y su medio social. Estos intermediarios desempeñan la función de filtros por los cuales pasan los estímulos provenientes del medio ambiente (impresiones, percepciones, observaciones).
Como dice A. Dashefsky11: "…identity is the sector of the personal system that maintains personal continuity through the coherent organization of information about the individual". La permanencia de la continuidad de la historia personal pasa, en consecuencia, por una organización coherente de las relaciones entre el individuo y su medio. La identidad es un sistema compuesto de cuatro elementos:
la identidad social, la identidad personal, la conciencia de sí mismo y la identidad del yo (A. Daschfsky). Los dos primeros elementos corresponden a las definiciones y juicios formulados por los demás sobre un individuo . El tercero esta constituido por la percepción y la imagen del individuo sobre sí mismo y, el último, corresponde a las imágenes parentales que las personas han interiorizado en la infancia. Estos cuatro elementos funcionan como conexiones entre el individuo y su medio. Este sistema constituye una unidad en la medida en que los cuatro elementos se condicionan recíprocamente. La identidad es pues un sistema abierto hacia el medio y que modela la imagen que el individuo se hace del mundo que le circunda. No se trata de un conjunto estático, (p. 129) sino de un sistema que se caracteriza por una constante redefinición de las relaciones existentes entre sus elementos. La importancia de esta redifinición no es la misma en todos los casos ni en todos los medios sociales. Varía en función de la socialización y de las competencias sociales acumuladas por los individuos. Al respecto, se puede hablar de diferentes grados de flexibilidad intelectual y de diferentes grados de empatía*. La socialización de los niños de la calle esta caracterizada por la inestabilidad de las relaciones afectivas con el mundo de los adultos. Inestabilidad que se repercute sobre el sistema de la identidad marcada por una concepción negativa de sí. Una identidad sobredeterminada condicionará todo lo que el niño tratará de hacer y la mayor parte de sus reacciones frente a los demás. Así, la desconfianza y la necesidad de atenciones son dos constantes del comportamiento de los niños de la calle12. El problema de la adaptación concierne el instante presente: un peligro surge, una ocasión favorable se presenta. No existen plazos largos en la vida del niño, ya que todo es constantemente cuestionado. Tal situación ejerce una gran coacción sobre quien la padece, puesto que es una devoradora insaciable de los recursos sicoafectivos. La hipótesis, en este dominio, sería que el consumo de inhalantes y de los productos del canabis reduce la presión ejercida por esta coacción cotidiana. Resulta aquí necesario determinar la facilidad, más o menos grande, de obtener la droga. Los inhalantes no son prohibidos y se les encuentra por todas partes. El niño los puede obtener sin mayor dificultad. Nada de raro, en consecuencia, que estos productos sean consumidos masivamente por los niños de la calle. El precio es otro factor que interviene. El ejemplo de la evolución del consumo de estos productos en una de las ciudades-satélites de Brasilia resulta bastante instructivo. La evolución ha sido fuertemente influenciada por el encarecimiento de la marihuana (macunha) entre 1985 y l987. Encarecimiento que se inserta en la espiral inflacionista general y cuya progresión se intensificó durante el año de l988. Esta es la razón de por qué el consumo (p. 130) de inhalantes (en particular, de la "cola de zapatero") tiende a substituir el de la marihuana. Este fenómeno concierne a todos los sectores, pero sobre todo a los niños más jóvenes que comienzan a consumir drogas. Ellos no tienen acceso al mercado de la marihuana porque, de una parte, no pertenecen aún a uno de los grupos que ya accede a este producto y, de otra parte, no poseen el dinero necesario para adquirirla. La carestía de la marihuana determina su secases y los niños mayores se resisten a proporcionarla a los niños que carece de dinero para pagar el precio elevado. Los niños se vuelven hacia los inhalantes, lo que va constituir su primera experiencia con el consumo de las drogas. El encarecimiento de la marihuana constituye, aparentemente, también el factor determinante para el consumo, simultaneo o alterno, de diferentes productos sicótropos (por ejemplo, medicamentos).
11 A. Dashefsky (Ed.), "Ethnic Identity in Society", Rand McNally, Chicago 1976, p. 5.
12 La identidad del niño de la calle, como toda otra identidad, no es de fácil acceso. Así, en el marco de la encuesta (1) sobre el niño y la calle, renunciamos a forzar el acceso por la utilización de técnicas habituales que estarían destinadas al fracaso (cuestionarios, test). Es más a partir de la observación de las actividades cotidianas del niño en la calle que vamos a llegar a su identidad y, en consecuencia, a su manera de concevir el mundo en el que vive.
Este ejemplo brasileño muestra como la escasez de un producto no tiene, necesariamente, el efecto de hacer disminuir el consumo, sino que engendra un proceso de substitución de un producto por otro. Si la escasez de una droga no esta acompañada de un mejoramiento de las condiciones de vida de los niños, provoca no sólo la búsqueda de nuevos productos, sino también de nuevas mezclas. En la ciudad-satélite citada, se remplazó la marihuana por las mezclas de alcohol, medicamentos e inhalantes.
Tanto el tipo de droga consumido como las mezclas de diferentes productos depende también del esfuerzo que el niño está dispuesto a hacer para obtenerlos. No se trata sólo de un esfuerzo pecuniario sino también de cierta actividad que debe realizar para procurarse el producto13. En el Brasil, los inhalantes son los productos más fácilmente accesibles; por tanto, los más consumidos por los niños de la calle.
Como ya lo hemos dicho, el consumo de drogas por parte del niño de la calle, en América Latina, no ha sido aún objeto de un (p. 131) estudio sistemático. Nuestras hipótesis restan provisionales y pueden ser, a cada instante, modificadas, remplazadas, completadas. La razón principal de la parte documental de la investigación es de permitir una mejor definición del marco conceptual de la parte empírica. Como por la encuesta sobre el niño de la calle y la supervivencia, la parte empírica será, por lo esencial, realizada con la colaboración de los educadores de la calle y de los asistentes sociales que están en contacto cotidiano con los niños. Ellos son, en efecto, los únicos aptos a vencer la desconfianza de los niños hacia todo lo que le es ajeno. La observación general y la observación participante serán las principales técnicas utilizadas. El consumo de drogas no debe ser aislada, artificialmente, del contexto cotidiano. Sólo el conocimiento de este contexto nos puede revelar el sentido oculto del consumo de drogas por parte del niño de la calle.
El objetivo de la investigación es de descubrir, teniendo en cuenta el contexto social y cultural específico, qué funciones el consumo de droga cumple en la existencia del niño de la calle. Tenemos así la ambición de descubrir algo a propósito del sentido que el niño da a éste consumo. Este objetivo es el más delicado que se espera alcanzar. Somos conscientes que sin un cambio de las condiciones de vida del niño de la calle, el consumo de drogas permanecerá muy importante. En todo caso, situando este consumo en un contexto social y cultural particular, podremos formular proposiciones concretas respecto a la prevención secundaria y terciaria. Suponemos que no se puede aplicar, sin modificación, los modelos de prevención habituales. Pero, ¿existe una prevención secundaria específica a la calle que no obligue el niño a abandonar la calle?
Los países comprendidos por la parte empírica de la investigación serán los mismos en donde se realice la indagación documental. La perspectiva cualitativa escogida es la mejor y, con el fin de obtener los mejores resultados, debe ser aplicada a un número limitado de casos. Por esta razón, así como por razón de eficacia, pensamos realizar parcialmente la parte empírica de la investigación en los proyectos referentes al estudio del problema de los niños de la calle.
(p. 132) A manera de conclusión, desearíamos formular, brevemente, algunas apreciaciones sobre el sentido que se puede dar al consumo de drogas por parte de los niños de la calle.
Se considera que el consumo de drogas acompañado de un estado de tóxico-dependencia es dañino tanto para el consumidor como para la sociedad. El consumo es condenado en nombre de una concepción del hombre, según la cual el ideal es que pueda vivir en harmonía consigo mismo y con su entorno. Pero para que esta harmonía pueda existir es necesario que existan ciertas condiciones relacionadas con la familia y la educación, la escuela y la formación profesional, la calidad del habitat y de la ciudad, el respeto de la persona y sus derechos y, por último, la situación político-social y económica. El consumo de drogas se da, sin embargo, frecuentemente cuando esta harmonía no existe o está muy amenazada. El niño de la calle está lejos de gozar de tal harmonía. El consumo de drogas deviene, en este caso, bastante probable. Un adolescente, habitante de una favela brasileña, señalaba la ausencia, en su *medio de vida, de referencias con connotaciones positivas: todos los días, al despertar, la misma confrontación con la ruina, la miseria y la falta de perspectivas. La repetición diaria de esta experiencia deviene insoportable. Sandrino, es su nombre, debe colocar, cada mañana, una pantalla entre él y la realidad: según él, para no volverse loco. Consume, cada vez más, droga; en particular, la "macunha" (marihuana) en alternancia con inhalantes. ¿Cómo decirle de abandonar la droga, si no se le puede ofrecer una real alternativa de vida?.
13 Este precio depende, evidentemente, también de numerosos otros factores, por ejemplo la valorización del producto por parte del grupo, los riesgos físicos que supone la busquela del producto, las ventajas que el niño puede obtener de la participación en el comercio del producto, el apoyo logístico que el grupo puede brindar, la actitud de la policía hacia el niño, en general y, en particular, en relación con la droga.
Autor:
Mauricio Juan Reyes Baldeón
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