Políticas de Prevención Para el consumo de Drogas en los Niños de la Calle
Enviado por Mauricio Reyes Baldeon
- La investigación sobre los niños de la calle
- Algunos problemas relativos al consumo de drogas
- La droga, la identidad y la adaptación: ¿tema apropiado en el caso de los niños de la calle?
Niño de la calle y el consumo de drogas. Proyecto de investigación en América Latina (p. 111)
Ricardo Lucchini
La investigación sobre los niños de la calle
Desde hace mucho tiempo se sabe que, en los países del Tercer Mundo, un gran número de niños
viven en las calles de las grandes ciudades. Innumerables publicaciones les han sido consagradas y numerosos programas de asistencia en su favor han sido organizados. Estos programas pueden ser clasificados en cuatro grandes categorías: a) de asistencia simple o caritativa; b) de asistencia combinada o formación; c) de conscientización; y d) mixtos. Diferentes son las maneras de llevarlos a cabo.
Otro criterio clasificatorio es la naturaleza normativa que puede no caracterizarlos. Los programas de naturaleza normativa se caracterizan por estar orientados a integrar al niño de la calle en la sociedad global, dándole los rudimentos socio-profesionales indispensables para su "entrada" en la sociedad.
Su naturaleza normativa esta determinada, de un lado, porque la manera de abordar el problema supone, a veces, una visión reformista de la sociedad y, de otro lado, porque su objetivo es proponer o imponer a los niños que viven en la calle un modelo de formación proveniente de un mundo que les es extraño. De la manera cómo estos programas son realizados depende que los niños participen más o menos activamente (p. 112) en su reintegración. La intensidad de esta participación puede ser también un criterio para clasificar los programas normativos.
El carácter normativo de los proyectos de asistencia simple o caritativa se basa esencialmente en los principios propios a la beneficencia: se debe dar a los más pobres. Esta acción en favor de las personas menos favorecidas se inspira sobre todo en el principio de ayuda que en una visión política y antropológica del problema. La meta no se transformar el individuo, sino aliviar su sufrimiento. En este sentido, la intervención caritativa simple es también no-normativa.
El carácter normativo de los programas de asistencia combinada o de formación se basa, en general, en un modelo de integración social del niño de la calle. Se busca esta integración, generalmente, mediante un trabajo remunerado y estable; en raras ocasiones, mediante el aprendizaje de un oficio.
Sin embargo, es indispensable señalar que la mayoría de los niños objeto de estas acciones son niños "en la calle" y "no niños de la calle". Estos, a diferencia de los primeros, son niños que no mantienen relaciones frecuentes con sus familias.
Los programas de índole no-normativa parten del mismo niño de la calle y de su experiencia vital. Su ambición consiste en no imponer al niño ni un modelo ni una acción ajenos a su mundo cotidiano.
Varias razones militan en favor de esta opción. Señalemos algunas de las más importantes:
a) En las aglomeraciones urbanas del tercer mundo, el número de niños de la calle aumenta constantemente. La pauperización progresiva de una parte importante de la población acelera este fenómeno.
b) Esta realidad hace utópico cualquier modelo que proponga, como solución del problema, la integración socio-profesional del niño de la calle.
c) Un orden social, económico y político que promueve nuevas desigualdades sociales y refuerza las antiguas es incapaz, sin reformarse, de solucionar el problema de los niños de la calle. (p. 113)
d) Salvo algunos casos excepcionales, la condición del niño de la calle corresponde a una situación permanente. Resulta, por tanto, necesario proporcionarle, debido a que continuará viviendo en la callen la calle, los medios necesarios para defenderse lo mejor posible.
De acuerdo con estas consideraciones, los programas de asistencia no-normativos organizan su trabajo con los niños : se trata, ante todo, de trabajar con el niño en tanto que sujeto activo y no de convertirlo en objeto pasivo de dicho trabajo. Así, se ambiciona dejar de lado todo modelo pedagógico preconcebido. El niño de la calle es un sujeto que debe ser respetado y estimado como tal. Las nociones de base son las siguientes: toma de consciencia y respecto de la especificidad de la persona del niño de la calle en relación con su entorno socio-cultural. Se trata, en concreto, de discutir con el niño sobre las molestias que padece y las que él causa a otras personas. La toma de consciencia concierne, ante todo, el por qué los sucesos que el niño enfrenta cotidianamente. Para que sea eficaz, esta doble conscietización debe ser acompañada de variadas acciones concretas de apoyo. Estas pueden consistir tanto en colaborar con la autoridad administrativa y judicial como en la organización, de parte de los niños, de algunas actividades de tipo cooperativo.
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