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Sector Industrial

Enviado por gparrag1


    1. Marco histórico
    2. Sector manufacturero
    3. Fuentes de financiación de la industria
    4. Principales subsectores
    5. Conclusión

    INTRODUCCIÓN

    Con el presente trabajo, se pretende dar a conocer el desarrollo del Sector Industrial en Colombia y los aspectos generales de dicho sector.

    Para hablar del desarrollo industrial colombiano, es necesario mencionar la época de la revolución industrial ocurrida en Europa, especialmente en Gran Bretaña, en el siglo que va desde 1750 a 1850 como una referencia histórica imprescindible.

    De igual forma deben tenerse en cuenta aspectos como el desarrollo del Sector Manufacturero, la relación del Sector Industrial con el resto de la economía, distribución geográfica de la industria, estructura del producto industrial y tasa de crecimiento.

    Otros aspectos importantes a mencionar son: Las fuentes de financiación, endeudamiento y capitalización de la industria y principales subsectores del Sector Industrial.

     MARCO HISTÓRICO

    Para hablar del desarrollo industrial colombiano, es necesario mencionar la época de la revolución industrial ocurrida en Europa, especialmente en Gran Bretaña, en el siglo que va desde 1750 a 1850 como una referencia histórica imprescindible.

    La revolución industrial no fue solamente una revolución política, fue principalmente una revolución tecnológica influida por la utilización de algunos descubrimientos en la industria, entre ellos el del vapor aplicado a toda clase de maquinarias y el de la lanzadera y la hiladora mecánica que transformaron la industria textil.  La influencia de la revolución industrial con sus características de desorden, sobre la clase trabajadora, produjo algunas reacciones cuyas consecuencias todavía se pueden apreciar: la de los destructores de maquinas, que fue duramente reprimida por el Estado, la del sindicalismo, la de los cartistas, o sea, aquella que se propuso lograr leyes favorables para el trabajador, y la que podemos denominar cooperativa.  Esta última tuvo por causa inmediata el hecho de que en Inglaterra muchos trabajadores de la época no siempre recibían su salario en dinero, sino en especie, con las consiguientes desventajas de mala calidad, pesa equivocada y precios muy altos.

    Aún en el caso de que recibieran el salario en dinero, por ser este demasiado bajo, obligaba a los trabajadores a someterse a los tenderos que por concederles crédito exigían un valor mayor por la mercancía, junto con las demás circunstancias desfavorables que acompañan a esta clase de ventas a crédito. De esta manera, los trabajadores pensaron que uniendo sus esfuerzos podrían convertirse en sus propios proveedores, originándose así la idea de las cooperativas de consumo.  Por otra parte el desempleo y las gravosas condiciones del trabajo cuando se conseguía, movieron a otros grupos de trabajadores a organizarse en cooperativas de producción y trabajo, que hoy se denominan trabajo asociado.

    En la ciudad de Rochdale (Inglaterra), dedicada por mucho tiempo a la industria textil, se presentaron algunas de las consecuencias de la revolución industrial, inconvenientes para los trabajadores, por lo cual algunos de ellos pensaron que debían agruparse y se constituyeron en una organización para el suministro de artículos de primera necesidad.

    Desde luego, para llegar a ese objetivo debieron antes, con gran esfuerzo de su parte, ahorrar cada uno en la medida de sus capacidades, logrando así reunir un pequeño capital de 28 libras esterlinas, una por cada uno de los socios.  Con ese exiguo patrimonio, fundaron una sociedad denominada "De los Probos Pioneros de Rochdale". La mayoría de estos hombres eran tejedores y en el grupo figuraban algunos más ilustrados que habían tenido participación en otras organizaciones de beneficio común. Para el 21 de diciembre de 1844, en contra de las opiniones de los comerciantes establecidos y de otros ciudadanos, abrieron un pequeño almacén, en la llamada Callejuela del Sapo, pero, para sorpresa de los comerciantes que les auguraron un rotundo fracaso, la incipiente institución fue creciendo e incluyendo en su organización a muchas personas de algunas localidades aledañas. Fue este el origen del cooperativismo de consumo en Gran Bretaña, cuyo desarrollo abarcó después no solo a la Europa Continental sino al resto del mundo.  El importante crecimiento debe atribuirse no a la importancia del poder económico, sino al valor de las ideas y a la fidelidad que estos iniciadores tuvieron para con esas ideas.

    MARCO TEÓRICO

    Los Antecedentes:

    El desarrollo del tejido industrial en nuestro país, fue el reflejo de la implementación del modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones ISI, impulsado por la CEPAL (basado en una elevación de protección a la producción nacional, completada con las políticas de crédito de fomento, con tasas de interés subsidiadas por el estado. Con éste esquema Colombia logró importantes avances en términos de crecimiento del PIB y del Ingreso per cápita en un marco de relativa estabilidad, pues nuestro país no ha registrado niveles de inflación incontrolables, y progreso en la diversificación de las exportaciones.

    Dicho modelo hizo propicio el desarrollo de algún tejido industrial hasta los años setenta, aprovechando las ventajas que la protección trae y favoreciendo el desarrollo industrial a partir de la protección y no la innovación. Lamentablemente, las limitaciones del mercado interior generaron una barrera muy clara a la industria colombiana  y la protección que en un primer estado de industrialización es un fenómeno positivo pero se convirtió en un fenómeno desastroso para la economía nacional.

    A partir de la década de los setenta, ninguna empresa industrial colombiana creció realmente más allá de las oportunidades del mercado interior y Colombia siguió viviendo de las exportaciones primarias de café, carbón, petróleo y otros productos, protegiendo el mercado interior y manteniendo una industria que para los años ochentas se hizo pequeña, ineficiente y poco competitiva con una participación nula en el mercado internacional.

    A partir de la década de los ochenta la economía mundial entró en un período de inflación, originada primordialmente por el alza en los precios del petróleo que obligó a los países desarrollados a aplicar políticas monetarias contraccionistas con la consecuente restricción del crédito y elevación de las tasas de interés. El sector manufacturero sufrió las mayores consecuencias de ésta crisis; la participación de las manufacturas en el PIB, que venían creciendo lentamente en los años sesenta y setenta, al finalizar los años ochenta descendió. Se vio además un gran descenso en el empleo de más de 13.850 trabajadores, el cual comenzó a recuperarse a partir de 1985 hasta 1989 pero sin alcanzar el porcentaje del crecimiento obtenido en 1979 (18.900 trabajadores).

    Al finalizar la década de los ochenta y comienzos de los noventa, hace su aparición el "neoliberalismo", como una respuesta teórica para "modernizar y hacer más competitivas las economías emergentes", aplicando aperturas de choque que fortalecerían y harían más modernas las economías, pensando en la importancia de las ventajas comparativas entre los países y bajo el supuesto de que el mercado internacional haría una distribución justa de los recursos y que los países en desarrollo crecerían más rápidamente gracias a las nuevas condiciones de mercado. La permanencia de mecanismos de protección estimuló la producción de bienes dirigidos a la satisfacción de las necesidades del mercado interno.

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    La política industrial diseñada en la actualidad pasa únicamente por el fortalecimiento de la apertura económica, sin corregir los errores del pasado. Los resultados obtenidos fueron los opuestos, las economías emergentes son cada vez más pobres y su participación en el comercio mundial es más limitado. Los países como Colombia pierden terreno en el ámbito mundial y la apertura de los mercados nos hace más vulnerables a las crisis mundiales y al comportamiento de los precios de bienes primarios quienes a pesar de la apertura siguen dándonos el pan de cada día en nuestro país.  

    El desalentador manejo macroeconómico de la economía que permitió la pérdida de competitividad de la economía en su conjunto, al dejar revaluar nuestra moneda en los años más cruciales de apertura y la falta de apoyo estatal para reanimar a la industria resultaron factores fatales en el camino colombiano hacia la "prosperidad económica" y por el contrario resultó en un proceso de des-industrialización negativa.

    En términos industriales el resultado fue bastante difuso, solo sobrevivieron algunas firmas especializadas, y el grueso de las industrias en nuestro país sufren de enormes dificultades para seguir adelante.

    En la actualidad, vivimos un proceso de ajuste estructural, para estabilizar nuestra economía, para cumplir por lo menos con las obligaciones salariales y las deudas contratadas durante las últimas décadas tanto interna como externamente.

    La inversión en Colombia sin contar las obligaciones del Gobierno en Educación y Salud será prácticamente cero para el año 2001.

    SECTOR MANUFACTURERO

    Uno de los índices que evidencian el mayor o menor grado de desarrollo de un país es la participación del sector manufacturero en el PIB total. la creciente participación de la industria y el sector servicios indica mayor grado de desarrollo, lo cual no quiere decir que en la producción (en términos de volumen y valor) sea baja en aquellos países que tienen una alta participación de la industria en su PIB.

    Por ejemplo en estados unidos, con mayor desarrollo económico, el sector agropecuario tiene bajo porcentaje 2% del total del PIB y, sin embargo, su volumen de producción es mayor que el de cualquier otro país. En cambio en la india, donde un 30% de su PIB proviene del sector agropecuario, no alcanza para alimentar a su propia población.

    LA INDUSTRIA MANUFACTURERA EN AMÉRICA LATINA

    A principios de la década de los 80ª la economía mundial entró en un periodo de inflación, originada primordial/ por el alza de los precios del petróleo que obligo a los países desarrollados a aplicar políticas monetarias contraccionistas con la consecuente restricción de crédito y elevación de las tasas de interés.

    El sector manufacturero sufrió las consecuencias negativas de lo ocurrido en estos años. La participación de las manufacturas en el PIB que venían creciendo lenta/ en los años 60ª y 70ª al finalizar los años 80ª descendió.

    Se registro un fuerte descenso en la capacidad de absorción de empleo en los sectores de producción que proporcionaban las ocupaciones más estables, más productivas, mejor remuneradas, y con mayor cobertura de la seguridad social.

    un problema adicional que afecta la incipiente estructura industrial de latino América es la alta dependencia de los hidrocarburos, lo que hace susceptible a las impredecibles e inestables variaciones de los precios del crudo y sus refinados en le ámbito internacional

    La década de los 90ª se caracterizó por la generalización de reformas económicas profundas en la región. La gran mayoría de países latinoamericanos iniciaron y mantuvieron procesos de apertura económica dentro de una concepción neoliberal; con el objeto de modernizar sus economías.

    En el desempeño de las economías de la región en esos años se observan 4 elementos principales. 1) tasas moderadas de crecimiento, alrededor del 2.5%, 2) mayor control de inflación a pesar de registrar cifras altas en comparación con las de países industrializados, América latina se ha alejado de las astronómicas cifras de la hiperinflación antes observadas en Argentina, Brasil, Nicaragua y Perú, en 1995, por ejemplo, la inflación fue del 25% promedio; 3) un déficit considerable y creciente en cuenta corriente, financiado por la afluencia de capitales extranjeros. La crisis de México a finales de 1994 se constituyó en una señal de alerta para estas economías sobre la forma de financiar su desarrollo y 4) los bajos coeficientes de ahorro nacional.

    LA INDUSTRIA MANUFACTURERA COLOMBIANA Y EL PIB EN COLOMBIA

    Al igual que para toda América latina, el desarrollo del sector industrial de nuestra economía se logro, desde sus inicios hasta 1989, gracias al modelo (impulsado por la CEPAL) de sustitución de importaciones, basado en la elevada protección a la producción nacional complementada con políticas de crédito de fomento con tasa de interés subsidiadas por el estado.

    Con este esquema Colombia logro importantes avances en términos de crecimiento del PIB y del ingreso per cápita en un marco de relativa estabilidad, pues nuestro país no ha registrado niveles de inflación incontrolables, y progresó en la diversificación de las exportaciones.

    La permanencia de mecanismos de protección estimuló la producción de bienes dirigidos a la satisfacción de las necesidades del mercado interno, sin importar la estructura de costos, tecnología, disponibilidad de materias primas, y si maximizar la eficiencia, aislándolo en esta forma de la competencia extranjera.

    En la medida en que el modelo de "crecimiento hacia adentro" se fue agotando, la participación del sector manufacturero en el PIB total se redujo. Creció sostenida/ a partir de 1960 cuando se ubicó en 16.5% hasta alcanzar en 1974 su máxima participación 23.5%. Desde este año empezó a retroceder poco a poco para ubicarse por debajo del 18% en 1999.

    La inversión industrial es parte fundamental de la modernización de la economía; la cual no sólo es renovación de equipos, sino también el cambio en la cultura corporativa en las diferentes empresas que integran la industrial implica un cambio en el desarrollo general, en la gestión, en el mercado, comercialización y en la investigación y desarrollo. Significa comprometerse con el concepto de calidad total.

    RELACIÓN DEL S.I. CON EL RESTO DE LA ECONOMÍA

    El S.I. Coadyuva al crecimiento de los demás sectores de la economía ya que demanda determinados porcentajes denominados coeficientes técnicos de producción de productos originados en otros sectores.

    El sector que más ha incrementado sus suministros al S.I. Es el agropecuario, ya que las únicas ramas de la industria que han seguido el desarrollo normal de crecimiento a pesar de la recesión son las de alimentos, bebidas y tabaco elaborado, surtidas principalmente del sector agropecuario.

     SUBSECTORES DEL S.I.

    • Maquinaria Eléctrica
    • Alimentos sin café
    • Transporte
    • Prod. Químicos
    • Textiles
    • Sust. Quimic. Ind.
    • Bebidas
    • Refineria petróleo
    • Papel
    • Plástico
    • Hierro y Acero
    • Productos Metálicos
    • Minerales no Metálicos 
    • Confecciones
    • Imprentas, Editorial.
    • Maquinaria no eléct.
    • Vidrio
    • Productos de caucho
    • Objetos de barro
    • Cuero y sus productos
    • Calzado
    • Tabaco
    • Madera

    DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LA INDUSTRIA

    Estudios realizados por el DANE y la ANDI en los años 90, mostraban el proceso de descentralización de la actividad industrial y en 1991 el gobierno comenzó a fomentar la descentralización del S.I. Para que fuese repartido en zonas de menor desarrollo económico y no todas en las grandes áreas metropolitanas.

    SALARIOS Y PRODUCTIVIDAD EN EL SECTOR MANUFACTURERO

    El promedio del sector agropecuario es tres veces menor que el sector manufacturero en salarios y productividad. Por ejemplo si la productividad media en el campo fuera de $100 por trabajador, en la industria sería $300 por trabajador; motivo por el cual existe gran diferencia entre el salario promedio rural y el fabril.

    FUENTES DE FINANCIACIÓN DE LA INDUSTRIA

    Los préstamos en moneda extranjera han sido un recurso importante para el Sector Industrial, el cual ante la imposibilidad de obtener las financiaciones adecuadas en Colombia toma los riesgos cambiarios que este tipo de financiación conlleva.

    La incapacidad de la banca para atender la demanda de crédito del Sector Industrial ha hecho que éste recurra al mercado extrabancario en volúmenes cuyo monto es muy difícil de estimar. Los intereses extrabancarios han llegado en algunos casos a superar el 50% nominal anual.

    Otra fuente importante de recursos para bancos y corporaciones ha sido la línea de crédito extendida al país por el Banco Mundial y su corporación financiera para préstamos con destino a la creación de nuevas industrias sustitutivas, de importaciones o creadoras de exportaciones, con plazos adecuados que han posibilitado el surgimiento de la mayoría de las grandes industrias del país en las últimas dos décadas.

    Otra institución que provee recursos para el fomento de la industria es el Fondo de Promoción de Exportaciones (Proexpo) ahora Banco de Comercio Exterior. Actualmente los fondos de fomento que pertenecían al Banco de la república fueron trasladados al Instituto de Fomento Industrial (IFI), pero el Emisor continúa manejando el crédito de fomento proveniente de líneas externas.

    En los años ochenta los préstamos constituyeron la principal fuente de recursos con una participación del 67.3% sobre un 29.9% de las fuentes internas y un 2.8% de aportes de capital.

    EL ENDEUDAMIENTO Y LA CAPITALIZACIÓN DE LA INDUSTRIA

    Uno de los más graves problemas que afronta la industria nacional es el excesivo endeudamiento, el cual se refleja en una debilitada liquidez general y de capital de trabajo. El deterioro financiero se refleja en los diferentes coeficientes financieros de las empresas. El excesivo aumento de la relación pasivos/patrimonio aumenta la inseguridad del capital, que ante el riesgo huye y profundiza la crisis, llevando muchas empresas a la quiebra o al concordato; figura que se utilizó como una antesala a la declaratoria de quiebra, para que con el aporte de los acreedores y propietarios se tratara de sacar a flote la empresa. Sin embargo hubo abusos por parte de algunos negociantes con ésta figura para dilatar el cumplimiento de sus obligaciones, en especial las laborales. En consecuencia surgió la Ley 550 de 1999 sobre intervención económica y reactivación empresarial, la cual se ha constituido en un excelente instrumento jurídico para evitar liquidaciones y ha puesto en la práctica fin a los concordatos.

    El mercado de capitales se ha visto como una muy eficiente fuente de recursos para el sector real de la economía, pero sólo a fines de 1991 el mercado accionario empezó a tener una participación importante en las operaciones bursátiles. La colocación de bonos apenas empezó a cobrar importancia al iniciarse la década de los noventa. Además los propietarios han sido reacios a la entrada de desconocidos en el manejo y decisiones de la empresa, por esto la Ley 27 de 1990 reglamentó la emisión de acciones con dividendo preferencial sin derecho a voto, las cuales fueron colocadas en el mercado por primera vez en septiembre de 1991. Esta modalidad de títulos valores ha estimulado nuevas colocaciones para capitalizar sociedades anónimas en la rama industrial.

    PRINCIPALES SUBSECTORES

    Por su aporte al valor agregado industrial las de mayor importancia son la Industria Alimenticia, la de bebidas, la de textiles y la industria química. Históricamente han sido los subsectores más representativos.

    1. La Industria Textil:

    Está compuesta por empresas dedicadas a la fabricación de hilos y telas, es una de las más antiguas en Colombia. Se calcula que su producción a mediados del siglo XIX satisfacía al rededor del 20% de la demanda interna, constituyéndose en uno de los primeros procesos de industrialización en el país. Las primeras industrias productoras de tejidos aparecieron a principios del siglo XX en Medellín y Barranquilla. El desarrollo de la industria textil en sus comienzos se dio bajo un manto de protección, con lo cual se posibilitó en la década de los treinta diversificar su producción y cubrir prácticamente toda la gama de hilados y tejidos, incluyendo los géneros más finos.

    Hoy ésta industria pese, a la seria crisis por la que atraviesa, continúa siendo de vital importancia para una buena parte del aparato productivo. Por un lado, los hilados y los tejidos consumen materias primas de origen nacional; por otro, surten de materiales a las empresas de confección de prendas; y por último, permiten la comercialización de una amplia gama de productos terminados y genera divisas por concepto de exportaciones. Con respecto a la inversión, desde 1992 la industria ha invertido más de US$600 millones en maquinaria y equipo para su modernización.

    Crisis Estructural del sector.

    La industria textil se caracterizó, hasta el decenio de los setenta, por ser una de las más avanzadas no sólo en el ámbito latinoamericano sino también en el mundial, lo cual le permitió ampliar los mercados y lograr una importante reputación por la calidad de sus productos. Sin embargo, a partir de 1975 entró en una crisis estructural que la dejó relegada tanto en los mercados externos como en el interno. Hasta este año la industria textil había aprovechado al máximo las políticas de estímulos a las exportaciones; pero no renovó sus equipos con lo cual habría logrado una mayor productividad y una mejor calidad en sus acabados. Por esta razón, al iniciarse un proceso de apertura del comercio internacional, la industria textil se encontró en desventaja frente a la agresiva competencia emprendida por los llamados "Jóvenes dragones" del sudeste asiático, como Hong Kong, Taiwan y Corea del Sur. Sin embargo en la década de los 80 en éstos países se encareció la mano de obra, mientras que en Colombia permanecía a un costo más bajo, algo que junto con la originalidad y buen gusto de sus diseños sirvió para recuperar los mercados internacionales perdidos, pues internamente esta industria predomina sobre la extranjera.

    Un estudio adelantado por la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín concluye que el sector textilero y de la confección no será competitivo si no reorganiza la administración de sus empresas e invierte en la capacitación de trabajadores, se integra horizontal y no verticalmente e invierte más en investigación y desarrollo tecnológico. La apertura de las importaciones, la informalidad que se ha apoderado del mercado unida al contrabando y al lavado de dólares que existe detrás de las importaciones y la baja de los aranceles afectaron gravemente este sector a partir de 1992. Esto coincidió con la negativa situación de los algodoneros, afectados por la competencia externa y la violencia interna. A mediados de 1993 el gobierno tomó medidas como la fijación de precios mínimos para la importación de textiles con el fin de proteger el sector, que a partir de 1996 se ha venido recuperando.

    1. La industria de Químicos, cauchos y derivados del petróleo.

    El crecimiento en términos reales de esta actividad industrial ha superado el de todas las demás en las últimas tres décadas. La actividad química, por estar relacionadas en sus materias primas con el petróleo y sus derivados, es la más susceptible al mercado internacional del crudo. El mercado afecta en mayor grado si se considera que el país debe importar cerca del 80% de sus fertilizantes nitrogenados (urea) y que éstos son los de mayor importancia en cultivos como el café y el banano. En general a industria química debe importar cerca del 61% de sus materias primas, lo cual significa que es uno de los sectores más beneficiados con la política de desgravación arancelaria.

    1. La Industria Metalúrgica.

    Esta industria ocupa unas 65.000 personas y ventas por unos $2 billones por año. La industria metalúrgica comprende una vasta gama de actividades, las cuales se han clasificado de la siguiente manera:

    • Metálicas básicas (siderurgia): Industrias básicas de hierro y acero, manufacturas de hierro y acero y manufacturas de metales no ferrosos.
    • Metalmecánica: Fabricación de productos metálicos, construcción de maquinaria no eléctrica, material profesional y científico y maquinaria, aparatos y artículos eléctricos.

    El desarrollo de la actividad siderúrgica se considera como otro índice del grado de industrialización de un país. En Colombia ésta actividad se inició a finales del siglo XIX. Su posterior desarrollo se dio con la creación de Empresa Siderúrgica de Medellín (Simesa) y con la Siderúrgica de Paz del Río S.A., que se convirtió en una empresa privada a partir de 1961. En 1978 nuestra industria ya contaba con ocho compañías, una amplia gama de producción de bienes intermedios y de uso final y con diferentes grados de integración. Con la apertura de la economía ésta industria ha tenido que hacer frente a la competencia de importaciones de Trinidad y Tobago, México y Venezuela a precios muy bajos para lograr colocar su producción excedentaria.

    1. La industria del cemento.

    La industria productora de minerales no metálicos (cemento y ladrillo) ocupa unas 30.000 personas y tiene ventas por $2.4 billones. La industria del cemento se inició en Colombia a principios del siglo XX con la creación en Bogotá de la planta de Cementos Samper, en 1909 con una producción de 8 a 10 toneladas de cemento por día. Pero sólo a partir de 1927 nació la moderna industria cementera con la iniciación de la producción en Cementos Diamante en Apulo Cundinamarca, como quiera que la capacidad de esta planta alcanzaba las 100 toneladas por día. En esta actividad se ha vinculado capital privado mexicano en un porcentaje considerable.

    Una de las principales características de ésta actividad es la concentración de la producción en pocas manos y grandes empresas, constituyéndose en un típico oligopolio; esquema que era operado hasta mediados de 1996 por empresarios colombianos. Esta industria no ha podido desarrollar toda su potencialidad en razón de que los controles al precio interno en varias épocas constituyeron un desestímulo. Dentro de una política de apertura los controles de precios o tendrán ningún sentido económico, pues la competencia extranjera no debe permitir la fijación abusiva de precios por cualquier cartel. Las características de esta actividad se pueden resumir en los siguientes términos:

    • Alta participación del valor agregado en la producción bruta del sector.
    • Bajo coeficiente entre empleo y producción bruta y el valor agregado, lo cual la hace altamente productiva frente a los demás sectores de la industria.
    • Intensiva en consumo de insumos energéticos.
    • Intensivas en uso de capital.
    • Baja dependencia de importación de bienes intermedios.
    • Separación de mercados regionales.
    • Producción interna muy competitiva en los mercados internacionales.

    En Latinoamérica Colombia ocupa un cuarto lugar de relativa importancia; participa con cerca de 9% del total de la producción.

    CONCLUSIÓN

    A pesar de los problemas que afrontamos, la globalización mundial y la tendencia al libre comercio es una realidad: ante las dificultades presentadas, el replanteamiento estratégico de nuestro país pasa ya no por la defensa del mercado interno sino por el fortalecimiento del aparato exterior de nuestra economía.

    La anhelada recuperación económica parece venirse encima, y la apuesta colombiana está pasando por el fortalecimiento de las exportaciones y el control del déficit fiscal para evitar a largo plazo el endeudamiento externo. Apuesta que puede funcionar si además se consigue la paz, y logramos recuperar el terreno perdido manteniendo una balanza comercial positiva que nos ayude a evitar los desequilibrios y que nos ayude a pagar nuestras deudas fomentando la inversión productiva pensando en un futuro no muy lejano.  

    Ante las dificultadas presentadas, el replanteamiento estratégico de nuestro país pasa, ya no por la defensa del mercado interno, sino por el fortalecimiento del aparato exterior de nuestra economía

    Sin embargo, "la política industrial diseñada en la actualidad pasa únicamente por el fortalecimiento de la apertura económica, sin corregir los errores del pasado"

    La política industrial del actual Gobierno parte de los mismos supuestos que destrozaron el tejido industrial con la apertura económica, el crecimiento mostrado por la industria nacional en los últimos meses es un fruto de la devaluación de la moneda más no de políticas activas de mejoramiento de la competitividad, infraestructura física, eliminación de costos de transacción etc. Lamentablemente se siguen defendiendo intereses  muy particulares y aparte de defender a las industrias existentes no existen políticas para el nacimiento de nuevas empresas con recursos realmente importantes.

    La economía colombiana tiene una organización industrial principalmente oligopólica, si el Gobierno sigue protegiendo los intereses de la ANDI, o de ACOPI, sin pensar en la posibilidad de ampliar los campos de competencia de la economía y sin fomentar la creación de nuevas empresas que no provengan de las organizaciones existentes simplemente fomentará la desigualdad social y defenderá a un grupo limitado de colombianos.

    Lo que resulta paradójico es que mientras el Gobierno dice apoyar a la industria, aumenta los costos de transacción mediante el aumento de recaudos por impuestos, no se esfuerza por mejorar la seguridad, no le brinda estabilidad a la inversión y no mejora la calidad en el transporte, con un sistema de inteligencia de mercados ineficiente. Factores que al sumarse impiden el desarrollo de una industria competitiva, sin ineficiencias en la distribución y para todos.

    En una sociedad en guerra, con casi tres millones de personas desempleadas, bajo una recesión económica inclemente, no es aceptable una política industrial que se limita a defender la poca industria que queda, que no invierte en ciencia y tecnología  y que a pesar de basar su política en el aparato exterior no apoya realmente las nuevas potencialidades de la economía colombiana.

     

    LUZ MARÍA GOMEZ S.

    ANDRÉS FELIPE PARRA

    MÓNICA MAZO GARCÉS

    INSTITUCIÓN UNIVERSITARIA DE ENVIGADO

    FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES

    CONTADURÍA PÚBLICA

    ENVIGADO