Icú le contestó a Oyá: – "Con tal de que tú me alimentes, estoy presto a servirte".
Hecho el trato, Oyá le dijo a Icú: -"Dentro de mi casa está Shangó, será un buen manjar para ti".
Icú accede y se planta en la puerta de la casa de Oyá, y cuando Shangó se disponía a salir, tan pronto llega a la puerta, escucha el agudo silbido de la muerte: "Fuliiiiiiiii…"
Amedrentado Shangó, vuelve hacia adentro, y Oyá se satisface estrechando el cuerpo de su amo, limpio de las huellas que antaño le dejaron los cálidos brazos de sus rivales.
EL QUE NO SABE VIVIR AQUI, APRENDE A VIVIR EN EL OTRO MUNDO
OSA SHE (9-5)
En cierta ocasión Oyá apresó a Shangó, y en la puerta de la estancia donde lo tenía preso, estaba la Muerte parada esperando, que Shangó saliera para atraparlo. Hasta que Oshún, mujer apuesta y decidida, determinó acabar con el martirio del joven que, desde hacía mucho tiempo le gustaba; conocedora de que Oyá, por apegarse a sus caprichos egoístas, había apresado a Shangó usando de carcelero a la Muerte, decide corromper la moral de ésta, burlar la vigilancia y arrebatárselo, cogió una botella de aguardiente, manteca de corojo, miel de abejas, jutía y pescado ahumado, cascarilla, nueve ocará y nueve pelotas de ñame amarillo y se dirigió hasta donde estaba la Muerte acechando a Shangó; le enseñó todo lo que traía y la invitó a comer.
La Muerte acepta y se sienta amigablemente y comienzan a comer y beber aguardiente, previamente preparado con Oñi y, Oshún, valiéndose de su astucia, apenas bebía y velando la ocasión que la Muerte bebía a grandes sorbos, mientras que Oshún bebía con moderación, hasta que por fin, la Muerte se emborracha y le propone algo deshonesto a Oshún, que indignada rechaza, dándole un puntapié y lanzándola al suelo.
Luego penetra en el llé de Oyá y le unta cascarilla a todo el cuerpo de Shangó hasta ponerlo todo blanco, y tomándole por un brazo, lo saca de la casa. Shangó al ver a la Muerte tendida en el suelo, envalentonado por la acción de la cascarilla, le dio tres patadas y sigue a su compañera. Ya lejos de aquel lugar, Oshún pretendió que Shangó, en pago de su actitud, le proporcionase una noche de placer, pero Shangó escarmentado, le promete que si alguna vez lo encuentra en un Tambor, le pagará esa deuda contraída con ella; por ahora déjame descansar en los brazos de Oyá. Y Oshún se resignó a esperar.
He aquí Osá-Shé (9-5), que dice: "Si no sabes vivir en este Mundo, aprenderás a vivir en el otro Mundo".
Y como usted ve, lo que ocurrió a Oshún, el bien que le hizo a Shangó y sin embargo éste seguía pensando en Oyá.
OSA OSHE: Falsedad, traición; persona que no cumple su palabra.
OBBARA OJUANI
(6-11)
Obbara es muy dado a las obras de caridad, todo lo que poseía, bien poco por cierto, lo repartía entre los pobres; dándose el caso de que muchas veces cuando sólo contaba con comida, con un mísero mendrugo de pan, se lo quitaba de la boca para darlo a algún infeliz a quien no tenía ninguna otra cosa que ofrecer.
Un día Eshú vio cuando una mujer llamada Mamairorá, botaba el pan que Obbara le había dado, y fue donde estaba Elegguá y se lo dijo y, éste a su vez, vuela y se lo pone en antecedentes a Obbara, que la mujer a quien él le daba frecuentemente su Oca, lo botaba al doblar de la esquina. Obbara calló y se guardó muy bien de no comentar este asunto.
Cuando días después, la referida Namairorá acudió en busca de la limosna, Obbara se la dio, y no sólo dio su Oca, sino también unos centavos que traía consigo, y tan pronto la mujer se fue, Obbara la siguió, y al doblar la esquina Namairorá arrojó el pan al suelo. Obbara tomó aquel bocado y enfrentándose a ella, le dijo: ¿Por qué lo arrojaste? Porque no voy a comerlo -respondió Namairorá.
– ¿Y por qué no botas las monedas? Porque voy a comprar Oca. Y Obbara dijo, pobre mujer, si hubieras guardado el Oca, las monedas te hubieran servido para comprar Oñí, botas el Oca y vas a comprar nuevamente Oca, y dijo, si no quieres Oca, dame las monedas, e irónicamente le dijo: te vendo éste.
– Y Namairorá le respondió: yo no quiero comprar.
Obbara dijo: Si no quieres Oca, ¿por qué quereis comprarlo? Para darlo a mis hijos.
Y Obbara dijo: "Olú-osó, dijisteis no ayudéis a levantar peso a persona alguna, porque ella subirá y tú caerás de cierta manera con gran perjuicio para ti".
OBBARA, ONIBBARA, ALABBARA, ELEBBARA, ICATE, CAMACATE, JODDALALLACHO, OBBARA – ICURO, BBOGUO – TINCHE, OMOBBA – LOLLO.
La demagogia de los iguoros
En Osha no debiera existir la demagogia, sin embargo existe. Pero… ¿por qué existe? Por la falta de comprensión y de cultura en la mayor parte de los Iworos que forman esta gran familia religiosa.
Estos administradores de Osha, que han tomado esta justa y recta Institución Religiosa como vehículo cómodo a sus fines comerciales, son los verdaderos demagogos que abundan en el campo de Osha.
Ejemplo: ¿Cuál es la razón, de que si una persona viene buscando Osha por su salud, el mayor de éste, la madrina o padrino, no quieren ni dejan que los caracoles del Santo lavado se tiren en el suelo, sabiendo ellos que si un Santo se lava y no se tiran los caracoles en el suelo, a este Santo no se le podrá dar animales de cuatro patas?
Y únicamente el interesado en lo sucedido, podrá darle animales de plumas. Pero es que este señor vino a buscar a este Santo por su salud, y la madrina, no teniendo en cuenta, que la salud de este sujeto puede depender de un animal de cuatro patas, que se lo de a ese Santo, y cuando no sea en el momento preciso del lavatorio, pudiera en el futuro, pero si no se han tirado al suelo los caracoles, en su oportunidad, para saber la letra que rige a ese Santo, ni se ha hecho Ozuboruro para que ese Santo hable en el presente o en el futuro, a la persona interesada por su salud o asuntos, etc., esa persona queda impedida de los beneficios de ese Santo, el cual adquirió para su bienestar, sea cual fuere.
¿Y sabéis, querido lector, cuál es el motivo de esta demagogia? El comercio, como antes dije, porque en un futuro no muy lejano, usted tendrá que darle, ya sea por necesidad o por enfermedad, un animal dé cuatro patas a ese Santo, pero no puede dárselo, porque no se hizo esto ni lo otro, y por tal motivo, tenéis que dárselo al Santo de su madrina o padrino. Esta es la causa.
Ahora bien, no crea el lector, que esto es solamente cosa de los criollos, este es un mal que venimos padeciendo desde la época de los africanos, porque ellos fueron los que le dieron forma ritual a nuestra Religión.
OTRA DEMAGOGIA
Sí, es una verdad, que nosotros estamos de cierta manera en Osha subordinados a nuestros mayores, ya sea madrina, padrino u oyubona, pero esa subordinación, debe ser a una persona responsable que en momentos dados responda al cumplimiento de su deber, y tales momentos son en cualquiera de los casos desesperados que se le presentan al ahijado en la vida.
Y si dado el caso que un ahijado, siendo iworo, pero que no ha hecho Ebbó, pero teniendo necesidad de que el Santo de cabecera hable para su bien, porque ningún otro Santo con más derechos que él, que fue el que le pusieron en la cabeza como padre o madre para su defensa en esta vida, ya sea por su enfermedad, tragedia, falta de trabajo o un bienestar futuro que tuviera necesidad de aclarar algo incierto; entonces también en esos precisos momentos, se usa la demagogia por parte de nuestros mayores religiosos y responsables. Porque en estos momentos, repito, alegan que el Santo no se puede sacar, ya que esa persona no ha hecho Ebbó, y esa determinación de esa madrina o padrino, no es más que un acto de incapacidad.
Porque sacando el Santo, es un alivio para el ahijado, puesto que de esa obra puede depender la tranquilidad y el bienestar de él, y en cuanto al Santo, no es cierto que el Santo reclame tal Ebbó, porque ello es potestativo a la madrina o padrino y en su defecto de la oyubona, ya que de esta manera pueden tener sujeto al menor, previéndole que no haga esto ni lo otro, porque no ha hecho el Ebbó.
Ahora bien, yo entiendo que esto no lo ha impuesto la generación de criollos, que esta forma ritual la impusieron los africanos, pero también estoy seguro, que en ellos existían como en nosotros existen, Iworos inspirados por la circunstancia del momento. Pero esta forma, no puede aplicarse en todos los casos, porque las palabras de Osha, que para sus creyentes son letras, serían retrospectivas por cuanto que en Itá de un Iyawó, si Osha pide que a los 7, 16 ó a los 21 días se le dé un animal de cuatro patas, para salvar a esa persona, hay que dárselo tenga o no hecho el Ebbó. Y como éste, tiene que ser para los otros semejantes.
Entonces, el Iworo que no hizo Ebbó, para un caso de necesidad imperiosa, puede sacar al Santo de cabecera, para que le indique el camino a seguir, y pudiera ser, que de ahí saliera para su Ebbó.
Teniendo en cuenta que estos Santos comieron y hablaron en un Itá con mayor responsabilidad, porque en el Itá donde hablaron es el índice de toda la vida.
Otro pequeño caso de demagogia es, el prohibirle a un Iworo que se siente a lavar un Santo porque no tiene hecho su Ebbó de tres meses; ¿acaso ese Ebbó es mayor que la ceremonia o consagración que hizo ese Iworo? Como mayor que es su madrina o padrino, le pueden prohibir que no eche collares, ni lave, ni haga santo a otra persona, si él mismo no ha hecho tal Ebbó Meta (de tres meses).
EL IWORO DEBE SABER LO QUE COMEN SUS ORISHAS.
Eleggua:
Chivo, Pollón que empiece a cantar, Gallo, Jutía, Cerdo. Hay Elegguá, que se le da jicotea; también lo hay que se le da palomas, pero los que comen palomas son tres solamente, tres Elegguá me refiero.
Addimú, para Elegguá son: pelotas de harina de maíz cruda con manteca de corojo. Quimbombó crudo, partido por el medio y untado de manteca de corojo. Ecó, Oñí y Grajeas. Galletas de harina de trigo, con o sin manteca de corojo. Bollito de frijoles de carita; Cocos secos o de Agua. Maíz de rosita; maíz tostado. Pescado y Jutía ahumada. Ecrú-aró, Olele. En fin, hasta animales de cuatro patas y un Tambor.
Oggun:
Chivo, Gallo, Jutía, Palomas y todos los animales que hay en este mundo.
Addimú: todos los de Elegguá, agregándole Frijoles de carita después de cocidos con manteca. Animales de cuatro patas y un Tambor.
Oshosi:
Chivo, Palomas, Gallos y Guineos.
Addimú: el mismo de Oggún.
Orishaoko:
Chivo, Gallo blanco, Guineos, Palomas blancas, Novillo.
Addimú: todo lo que produce la Tierra, cocido. Tambor.
Inle:
Carnero, Palomas, Guineos, Pescados.
Addimú: los mismos de Elegguá, a excepción de los cocos de agua.
Los Bellis:
No se le dan animales de cuatro patas, únicamente Pollones, Pollonas y Palomas.
Addimú: los mismos de Elegguá. Un Tambor.
Obbatala Oque:
Chiva, Gallina, Palomas, Guineos blancos.
Addimú: Pelotas de ñame, Merengues, Torre de ñame, miga, Natilla blanca, Arroz con leche, Horchatas de almendras, de anón, Chirimoya, Guanábana, Leche de vaca, de Chiva, Ecrú, Ecó con manteca de cacao y cascarilla. Pescado cocido o crudo, con manteca de cacao o cascarilla, Pan, Pelotas de gofio de trigo, Arroz blanco con babosas, Babosas, Pan de arroz y de Yuca. Tambor.
Obba Nani:
Chiva. Gallina, Palomas, Guineos; teniendo en cuenta que hay lugares que le dan Chivo capón.
Addimú: lo mismo que a Oyá.
Oya:
Gallinas, Palomas y Guineos.
Addimú: Olelé, Bollito de frijoles de carita, Aguidi, Ecó con manteca de corojo; Arroz con frijoles, Harina cocida con quimbombó. Todos los granos que hay cocidos; Cochinchin de guardarraya. Esta es una hierba parecida al canutillo, pero hueca.
Yemaya:
Carnero, Gallo, Pato (menos Ocute), Guineos. Ocute, Carnero, jicotea, Gallo, Guineos. También los Yemayás comen Palomas según la costumbre de origen.
Hay lugares que no se le dan Pato, ni a Mayelegún, ni Asabba y esto es un error, porque la única Yemayá que no come pato es Ocute, teniendo en cuenta que en el interior los Yemayá comen patos, hay lugares donde le dan Carneros y en otros Carneras.
En algunos lugares solamente le dan patos, alegando que la referida Yemayá no come carnero, ni carnera.
Ahora bien, suponiendo que alegan que Yemayá nada más come pato y las otras personas también alegan que Yemayá también come carnera, ambas partes tienen razón en lo que afirman, porque estos y los otros, tuvieron sus mayores africanos, de los cuales vinieron y aprendieron que los mencionados africanos, le daban a comer a Yemayá, aunque muchas de estas personas no eran Iworos, porque no tenían Santo hecho, pero se acostumbraron a llevar aquellos actos ceremoniales, como una tradición en la familia. Entonces no se duda que los africanos, sacrifican carneras a Yemayá y en otras partes solamente patos.
Ninguna de estas personas han sufrido percances, ni contrariedades en su vida por ejemplo: un tío del autor de este libro, el señor Secundino Angarica, que radica en el pueblo de Cimarronés, hoy Carlos Rojas, prov. de Matanzas; el padrino de él, que en aquellos contornos se conocía con el mote de Regalao, era un gran Ozainista, por cuya razón mi tío era un buen Ozainista, conocido ampliamente en toda la República y por añadidura Santero. A sus fiestas tradicionales asistían los africanos que a continuación relaciono:
AMINA; Tía de él y de mi madre;
MAIBO, prima de AMINA;
Ña FELICIA, que no conocía o no hablaba el castellano.
Y en esta casa todas las Yemayá comían patos, gallos y guineos hasta hoy en día y estos Orishas, están en manos de los hijos y siguen la misma tradición.
ADDIMU: Eerú-aró, Olelé, Aeara, Carne de cerdo, Mariquita de plátanos verdes, Carne de res cocida, Maiz fino, Pelotas de Ñame, Fu-fú de plátanos verdes con quimbombó, Harina con azúcar prieta y Harina con sal, Cochinchin de acelgas, de verdolaga, de bleo de hojas grandes, de cohollo de calabaza, de cohollito de guía de boniato, guengueré de hierbas de guardarraya, de llonllon, aqui-ollo, maíz fino ligado con frijoles negros, Oca de frijoles de carita, Coco seco, Rosita de maíz, Melado de caña.
Oshun:
Chivo capón, Gallina, Palomas, Guineos y cuando lo pida o por causa mayor, Venado.
Addimu: Olelé, Gofio de pelotas, Pelotas de Ñame, acará con epó de ochinchin de berros, de lechuga, de hierba de cerraja tierna, arroz amarillo, Harina de maíz con sal o con azúcar, Aguidi, Calabaza cocida impregnada de miel de abejas, llena de huevos cocidos o crudas, Ecó con manteea de corojo, Pescado crudo y cocido, Miel de abejas.
Aggallu:
Chivo capón, Novillo, Palomas, Guineos, Gallo blanco cuando lo pida.
Addimú: Fu-fú de plátanos verdes, Plátanos verdes asados, Quimbombó con ternilla de res, Costillas de res cocidas, Calacú de hojas de quimbombó, de espinacas, cohollo de boniato, de calabaza, de quimbombó, de verdolaga, de bleo de hojas grandes, de lentejas de oca, de arroz, Ecó eon manteca de corojo.
Shango:
Carnero, Novillo, Gallos, Palomas, Guineos, Jicotea.
Addimú: Quimbombó, Acará, Quimbombó partido por el medio y untado de manteca de corojo, Oca de arroz, de Yuca, Fu-fú obeguña, Harina de Maíz y todas las hierbas que se puedan hacer ochinchin o calacú, Oca de frijoles de carita.
Todas las frutas sirven de Addimú para todos los Santos, a excepción de los casos específicos, que hay que seleccionar la fruta que le corresponde a cada Santo.
La codorniz (Acuaro) se le da a todos los Santos, porque ella viene a ser un Ashé y es la más fresca de todas.
El Pan se le pone a todos los Santos.
El Chequeté viene a ser el vino de todos los Santos.
El Sará-ecó es el refresco de todos los Santos, inclusive de los muertos.
Todos los Iworos, deben tener especial cuidado, de no echar pan con sangre en la sopera de OBBATALA y mucho menos de Palomas, puesto que ello trae como consecuencia, trastornos, enfermedades, etc.
Ruegos de cabeza
Muchos Iworos neófitos e Iworos que han hecho un análisis concienzudo, de las distintas formas que han visto hacer la rogación de cabeza, con coco y agua, se preguntan con mucha razón, ¿cómo tratándose de una rogación de esta naturaleza, todos los Iworos no la hacen igual?
Hay quienes comienzan, rogando por los pies, otros tiran los cocos antes o después de comenzar el referido ruego, y la única respuesta adecuada a esta lógica interrogación, afirmaríamos que es, porque estos Iworos, desconocen totalmente la labor material, que están realizando, porque si tuviesen conciencia de ello, no ignorarían que cuando se llega a una cabeza, con todos los preparativos para rogarla, es porque previamente se le ha preguntado a la referida cabeza, con qué quiere alimentarse: cocos y agua, frutas, ellebale. En fin, con lo que ella elija y si esto es así, es innecesario preguntar cuándo se va a llevar a cabo la rogación.
Y refiriéndome a los Iworos, que comienzan a hacer la rogación de cabeza por los pies, diré: no, no sólo los Iworos de ahora, son los que hacen en tal forma las referidas rogaciones de cabeza. Esa costumbre inexplicable, data de la época de sus antepasados africanos o criollos, que son los verdaderos responsables de esa anomalía, ya que ellos, precisamente, fueron los que nos enseñaron que la cabeza es la que lleva a los pies. Pues decían, muy acertadamente por cierto: quítele la cabeza al cuerpo a ver si usted puede seguir andando, viviendo.
¿Y por qué se cometen esos desatinos en nuestra Religión Afro-cubana? Porque tanto en Africa, como en Cuba, existían personas que veían hacer una obra, y sin tener conciencia o conocimiento mejor de su origen, la imitaban, y ello ha traído como consecuencia esos yerros, que tantos trastornos han ocasionado a la humanidad.
Sin embargo, no ignoro que existe una rogación que, hay que comenzarla por los pies, y se realiza, cuando una persona está muy atrasada y atravesando una situación muy mala, para So Diddé.
Esta se hace, sentando a la persona en una silla colocada bien alta, de manera que los pies le queden colgando y, esta misma rogación se hace también, sentando a la persona en una mesa, pero nunca con otro objetivo que no sea para So Diddé. En caso, repito, de un gran atraso y es de un resultado muy efímero, puesto que la acción benefactora de esta rogación es brevísima en esta vida, por la sencilla razón de que es hecha en el aire y en el aire se queda.
El primer ruego de cabeza que se le hace a un Aleyo, tiene que ser de coco y agua, aún en el caso de hacerle Osha. Primeramente se le ruega la cabeza, como queda dicho, con agua y coco y después en Oddó, se le da el Ellebale indicado y, digo indicado, porque en Oddó a todos los Omolo-Ochas no se les da Ellelé, como en el caso de Elegguá, Shangó y Aggallú.
En Oddó, se le da a Elegguá Adieio, a Shangó un animal de cuatro patas Allacuá y después un Acuaro, y por tanto, a esa cabeza ya se le ha dado mucho Ellé. Y a Aggallú, cuando sea directo, se le dará Etú por la noche y en Oddó, coco y agua con su Allacuá y Acuaro correspondientes. Y cuando no sea directo, se hará en la forma indicada en Shangó.
Elerí se puede rogar con muchas cosas, según los casos, y siempre, de acuerdo con lo que ella elija, entre estas cosas: Obí-omí tutu, Ellelé, Addié, Etu, Acuaro, Ellá tutu, Ellá aro, Eran malú, Pescado y Jutía ahumada, Arenques, Babosas (indicando color y clase), Eru y colá; todas las frutas comestibles, Almendras, Nuez moscada, Pan, Ecó, Ñame crudo o cocinado, dos pájaros cazados (palomas rabiches y tomeguines), seso vegetal o de cualquier animal que haya comido Osha, según los casos, como se trata de Asiguere o Asiere.
En esos casos, se ruega la cabeza con leche de vaca o de chiva blanca y hay casos indicados, que tiene que ser con un poco del Ashé del que le pusieron en la Erí, que para eso y otras muchas cosas beneficiosas se guarda.
Grillelu
Al principio de la formación del Universo, cuando apenas había algo hecho, Olofi llamó a todos los sabios para que tomaran parte en la gran tarea de la vida, y los pueblos se edificaron sobre la faz de la Tierra.
Y fue, cuando cada cual creía que, así como estaba viviendo, vivía bien y cada uno le ponía a Olofi, la dificultad que creía más conveniente y todo eran obstáculos y problemas, para llevar a vías de hecho la buena obra, que Olofi se proponía realizar.
Entonces sucedió, que cuando ya todos los sabios entendían que era imposible llevar a vías de hecho toda aquella obra, Olofi, considerándose ya casi derrotado, se le apareció un espíritu y le dijo: – Olofi, para llevar su obra adelante, es necesario el sacrificio de 101 palomas, como Ebbó, para purificar con su sangre a los distintos fenómenos, que perturban la buena voluntad de los otros buenos espíritus.
Olofi, cuando oyó las palabras advertidas por el espiritu (GRILLELU), sus piernas se flaquearon, porque la vida de las palomas estaba vinculada a la vida de El, y a la de Oloddumare. Sin embargo, sentenció:
– "No queda más remedio para el bien de mis hijos".
Y se sacrificó por primera vez las palomas. El espíritu que le hizo la sugerencia a Olofi, lo iba guiando por todos los lugares donde había que echar una gota de sangre de las palomas, para purificarlo todo. Y así se hiciera todo lo que quería Olofi, que no era otra cosa que la voluntad de Oloddumare.
Y cuando terminó todo lo que Olofi quería, llamó a ese gran espiritu GRILLELU y le dijo:
– "Tú me has ayudado y bendigo tu obra por los siglos de los siglos y te reconocerán con el nombre de GRILLELU".
Gri-lle-lú, sinónimo de: Gri, cabeza; lle, mundo; lu, pueblo.
Este Elegguá rige en los Oddun siguientes: 1 Ocana, (1-10) Ocana Ofun, (9-8) Osá Unle.
Al Elegguá que le salga este Oddu, debe llevar nn nuñeco aparte, que se le debe de dar una paloma, solamente una, porque esa paloma equivale a las 101 palomas.
Y, esas 101 palomas no se les dan, a no ser en casos de enfermedad u otra cosa grave.
El Beello (Maja)
(OCANA)
El Beello era un hombre, como todos los demás, pero un día, se sintió enfermo y se fue a registrar y le salió una rogación por una enfermedad mala que le venía encima; más no hizo caso de tal advertencia y no se hizo la referida rogación.
Al poco tiempo, le salió una erupción por todo el cuerpo, y a consecuencia de la misma, se le cayeron los brazos y las piernas. Entonces mandó a su mujer, a que lo fuera a registrar otra vez, y entonces le salió que, para que volviera a ponerse bien, tenía él mismo que llevar a la orilla de un camino, por donde tenía que pasar Obbatalá, dos racimos de cocos, cuatro palomas en cada mano y así, se pondrá bien.
Pero, entendiendo que si ya él no tenía manos ni piernas, no podía llevar tales cosas de la rogación, tampoco lo hizo y se quedó arrastrándose para toda la vida.
ELLIOCO OCA (2-2)
Ellioco y Oca eran dos amigos inseparables, eran como hermanos y estaban muy mal de situación; ambos fueron donde Obbatalá y le contaron su situación. Este le mandó a hacer una rogación. Ocá hizo su rogación, se rogó la cabeza y pintó dos cocos de blanco y punzó y se los presentó cuatro días a la cabeza cuando se levantaba y acostaba, y cuatro días después, cogió los cocos y los llevó a los cuatro caminos, por donde Obbatalá tenía que pasar y tiró uno para acá y otro para allá, a derecha e izquierda. Obbatalá vio que Ocá hizo Ebbó, y entonces se anticipó pasando por delante de Ocá y con disimulo, dejó caer un saquito de dinero. Ocá lo vio y dijo:
– "Papá, mire lo que se le cayó".
Y Obbatalá le dijo:
– "No hijo, eso no es mío, es tuyo".
Y Ocá dijo:
– "No papá, no es mío, es suyo".
– "No hijo, es tuyo por cuanto el que anda bien, bien acaba; tú hiciste Ebbó y Olofi te reservó esto".
Viendo Ellioco que Ocá había cambiado de situación, le llamó la atención y no dijo nada y se fue a donde Obbatalá y se quejó. Obbatalá le preguntó:
– "Ellioco, el Ebbó que te mandé a hacer, ¿ya lo hiciste?"
Ellioco le contestó negativamente.
Obbatalá le dijo:
– "Ocá lo hizo y ese es el bien que tiene".
Entonces Ellioco empezó a cambiar de situación, empezó a tener problemas, a pasar trabajo, a tener pendencias, discusiones por su mala suerte y muchas veces fue acusado injustamente. Donde volvió a Obbatalá y éste le marcó Ebbó:
2 pájaros cazados, dos cocos, ecú, ellá, dos palomas, dos huevos y $2.40.
Después Ellioco decidió abandonar la ciudad e ir al campo, dada su mala situación, se llevó los 2 huevos y pidió trabajo en una finca. Un día, ya cansado de trabajar, quiso hacer una fiesta y enterró los dos huevos. El dueño de la finca se incomodó porque Ellioco hacía fiesta siendo un empleado de él, y viéndolo enterrar los dos huevos, llamó a la justicia para discriminarlo, diciéndole a la justicia que le había robado su dinero, que él mismo vio cuando lo enterró en la finca.
Entonces vinieron y lo prendieron y Ellioco dijo que registraran la finca y si no encontraban nada, que él reclamaría daños y perjuicios. Así lo hicieron las autoridades y no encontraron nada en el registro. Ellioco reclamó daños y perjuicios, y no teniendo el dueño de la finca dinero con que pagar, tuvo que perder su finca y Ellioco se quedó con ella.
UNLE IROSO (8-4)
Unle es cabeza, el Oddu número 8 dice: "Si mi cabeza no se vende, no hay quien me compre".
Unle se creyó que el era todo porque era cabeza, el orgullo y la superioridad engañaron a Unle, cosa de Olofi.
Olofi, viendo que Unle ya no era el hombre que él había creado, un día mandó una tormenta y derrumbó parte de su palacio, por tanto, Unle empezó a pasar trabajo, dado a que él era un hombre muy inteligente, pero ya un hombre de edad y le faltaba la agilidad para hacer ciertas cosas, mucho menos los trabajos que requerían la reconstrucción de su palacio, pero si lo hacía, podría enfermarse.
Había en esa tribu un albañil ahijado de Mofá, que por su situación desesperada fue donde Mofá, y este le marcó Ebbó y él lo hizo tal como lo indicaron. Y Mofá dijo, su situación es desesperada, pero ya lo vendrán a buscar para trabajar.
Resultó que Unle un día trajo a los sabios para la reedificación del palacio, pero estos tenían mucho conocimiento y muy poca práctica y en la liga del material olvidaron la arena y cuando ponían los ladrillos, como la mezcla no tenía arena, nunca quedaban firmes y por eso, salió discusión entre ellos y tuvieron que parar el trabajo. Entonces Unle reclama la terminación del trabajo, pero ellos le dijeron que hacía falta un albañil. Donde Unle tuvo que buscar un albañil que era el único que había en el pueblo y era precisamente el ahijado de Mofá, que había hecho Ebbó.
Pero cuando fueron a buscarlo, él se niega, alegando que él había sido maltratado, que de la única manera que el iba era, garantizándole que más nunca iba a quedarse sin trabajo, donde Unle tiene que firmar dejándolo como Jefe de los albañiles de palacio y con trabajos mientras viva.
Esto quiere decir que, al que le salga esta letra, aunque esté pasando trabajo, que haga lo que se le manda y lo que se le dice, al pie de la letra, que después tendrá su recompensa, pero que nunca crea que él es más que los demás, que ante Dios todos somos iguales, pues si uno tiene la inteligencia, el otro tiene la práctica y el otro la habilidad.
Oddi: sol, agua y tierra
(CIELO, TIERRA Y AGUA: ESTO ES LO QUE SIGNIFICA ODDI)
ODDI TONTI ODDI (7-7)
Era en el tiempo en que no se enterraba ningún cadáver. En Oddí nunca se había abierto un hoyo, los cadáveres se amortajaban y después los llevaban al pie de la Ceiba.
Y aconteció que Mofá tenía su señora y ésta decía que lo quería mucho, que no sabía qué iba a hacer sin él, que él era todo para ella en la vida, y eso no era la verdad de la mujer de Mofá.
Ellos tenían un hijo, pero a ella no le gustaban los muchachos y maltrataba a su único hijo, mientras Mofá lo acariciaba y le daba buen trato.
Todo esto lo hacía la mujer de Mofá porque tenía otro hombre, que no le daba nada, que no la atendía y con todo lo que ella decía, no quería mucho a Mofá, pues hasta su hijo le estorbaba y cuando se encontraba con el otro hombre, siempre le decía: ¡Qué aburrida y cansada estoy de Mofá!
Pero cuando estaba con Mofá, le decía que lo quería mucho.
Ya era tanto, lo que le había dicho a ese hombre, que estaba aburrida de Mofá, que un día éste le dijo:
– ¿Quieres deshacerte de Mofá?
Y ella le dijo que sí. ¿De qué manera?
Y él le dijo:
– Tú sabes que aquí los cadáveres se amarran y se llevan al pie de una ceiba y ella le dijo que sí.
Y él le dijo:
– Tú hazte la muerta esta noche, entonces todos vendrán a ver tu muerte y creerán que tú estás muerta de verdad; te amarrán y te llevarán al pie de la ceiba. Yo iré a ese lugar de madrugada y te llevaré para mi casa.
Así lo hizo la mujer de Mofá, se fingió muerta, la amarraron, la llevaron al pie de la ceiba, de donde el otro hombre vino y se la llevó para su casa. Pasaron varios días y este hombre vendía quimbombó en la plaza, y entonces pensó que teniendo la mujer en la casa, ésta se podía dedicar a este comercio y él hacer otra cosa. Así lo hizo, llevó a la mujer a la plaza y él se dedicó a otro trabajo y como Mofá no tenía mujer y él era el que tenía que hacer la comida para él y su hijo, mandó un día al muchacho a la plaza a comprar quimbombó y el único que vendía ese producto, era precisamente el hombre que le había arrebatado la mujer, de acuerdo con ella; fue un asombro para el muchacho llegar a aquel lugar y ver que la mujer que le iba a despachar era su mamá. Cuando el muchacho le llamó mamá, ella le contestó: yo no soy tu mamá.
Al llegar el muchacho donde estaba su papá, le contó lo sucedido en la plaza, el padre no le creyó y al siguiente día mandó al muchacho otra vez; esta vez, el muchacho compró el mandado y no le dijo nada a su mamá. El padre le dijo, muchacho tu mamá está muerta.
El muchacho le dijo, papá ve para que tú la veas. Y al tercer día fue el padre quien se dirigió a la plaza y fue directamente a donde vendían el quimbombó. La mujer de Mofá estaba entretenida arreglando algo y no había visto la llegada de éste.
Mofá, aunque de espaldas, conoció a su mujer inmediatamente. La agarró enseguida y la mujer gritaba. Mofá también gritaba y todos los que por allí pasaban, por la bulla se acercaban. Entonces cuando hubo bastante público, Mofá explicó la traición de su mujer y el público pedía que la matara y Mofá, propuso una muerte distinta a todas las que se habían dado en ese pueblo.
Teniendo en cuenta una segunda traición, preguntáronle cual era la muerte. Y él dijo que se abriría un hoyo bien hondo, bien hondo y la enterraría viva. El pueblo aceptó por cuanto que allí no se acostumbraba a que una mujer traicionara a su marido.
Después de decirle esta historia, al que se está registrando, se le dice que quiera mucho a su marido, si es mujer, y si es hombre, que quiera mucho a su mujer. Que nunca tenga dos hombres al mismo tiempo, que se lleve bien con los muchachos y que si tiene un vicio, que lo deje; que no averigüe chismes, que no sea curiosa porque Oddi tonti Oddi, es susto, enfermedad, muerte, tragedia, traición y hablando Oddí por bien es cielo, agua y tierra.
Oddí es derivado de Yoddi, que quiere decir día y tiene todo lo bueno que de este día se derive y es por lo que en su rezo se dice:
Co dima Icú Co dima, Ano Co dima, Ello Co dima,
Ofo que aricú babaaguá.
(Que dice: que pare la muerte, que pare la enfermedad, que pare la tragedia, que pare cualquier bochorno y que venga el bien por todas partes).
EN RESUMEN, ODDI TONTI ODDI ES:
Susto
Enfermedad
Muerte
Tragedia
Traición
HABLANDO POR BIEN ES:
Cielo
Agua
Tierra.
OSHE FUN (5-10)
Un hombre tenía una cría de cochinos muy grande, se dedicaba nada más que a criar cochinos; todos los días les llevaba comida una vez al día y cada vez que llevaba la comida, cogía uno de los más gordos que había en el corral, para matarlo.
Pero entre esos cochinos había uno, que se dio cuenta que todos los días faltaba uno y era el más gordo de todos. Entonces vio que era porque todos comían mucho y engordaban y desde ese momento pensó no alimentarse y en lugar de comer la comida buena que le traían sus dueños, para engordarlo, lo que hacía era comer tallos de plátanos machos y ristras de ajos para no engordar.
Y todos los días se arrimaba al mismo lugar de la cerca a rascarse y con el hocico abrió un hoyo en la cerca y allí agrupó a toda su familia y por ese lugar se escaparon él y toda su familia.
EN LA ROGACION: Tallos de plátanos y ristras de ajos; he ahí en Oshé Fún, cuando le dice: "La aguja que lleva el hilo, el uno preparó el agujero y los demás salieron por el mismo agujero".
Donde se le pregunta: ¿Cuál de sus antecedentes tenía Santo? Toda su familia tiene que tenerlo, por cuanto que es hereditario todo lo relacionado con sus antecesores, para con usted.
OFUN SHE (10-5)
Ofún era una persona que le gustaba criar hijos de otro, porque él no tenía hijos; en su casa había una señora con su esposo, que tenía una hija. Esta se llamaba Ananagú. Se trataban hasta de compadre.
Un día dijo Ofún:
– "Compadre, ¿por qué usted no me entrega a Ananagú, para criarla?
Donde los padres accedieron y le entregaron a Ananagú.
Ofún era un hombre muy menesteroso, su religión era crear y tener fenómenos del otro mundo, cosa muy seria, y los tenía en un rincón de su casa tapados con una sábana.
Un día Ofún llamó a Ananagú y le dijo:
– "Mira hija, en ese rincón tú nunca te acerques, ni intentes ver lo que hay detrás de esa sábana".
Pero un día la curiosidad tentó a Ananagú y dijo:
– "Yo voy a ver lo que hay detrás de esa sábana".
Cogió y puso una escalera y subió a ver lo que había detrás de la sábana, pero cuando lo vio, fue tan grande el susto, que cayó sin conocimiento.
En ese mismo instante, entró Ofun y la madre de Ananagú; que recogió a la niña del suelo muy apenada pero, con toda su pena, la madre le dijo a Ofún:
EGUANICOMIO (deme a mi hija, como yo se la entregué)
IGUONI OROJUNJUN, que quiere decir: Usted me le echó maldición.
EGUANICOMIO (démela como yo se la di).
El canto dice:
OROJUNJUN ECUANICOMIO OROJUNJUN
OGGUNDA ELLEUNLE (3-8)
Una vez una persona atravesaba una situación pésima, lo único que pensó para él comer fue hacer un jamo y se fue a pescar, pero el lugar donde él puso el jamo, era una laguna y esta laguna tenía su dueño.
El dueño del terreno donde estaba la laguna, en esa misma laguna, cuando Oggundá vino a poner el jamo, había un hombre que desde por la mañana estaba echando carnadas para pescar y no cogió ni un solo pescado.
Entonces cuando Oggundá puso el jamo cogió un pescado, un solo pescado en todo el día echando carnada; cuando vio que Oggundá con su jamo cogió un pescado y él no cogió nada, dijo:
– A mí me pertenece ese pescado por cuanto que la carnada es mía, y si no es por la carnada, el pescado no viene al jamo.
Y Oggundá dijo:
– Pero el jamo es mío y fue el jamo quien cogió el pescado.
El dueño del terreno, que a la sazón llegaba, dijo:
– El pescado es mío, porque esta laguna es mía, y como no se ponían de acuerdo, surgió una discusión entre ellos, se fueron a cuchillos.
Eso es: CUILANCUI, dice el Lucumí; MALAAMA, dice el Arará.
Olofi, viendo que entre esos personajes iba a salir algo malo, cogió el pescado y dijo: que se acabe la tragedia, la discusión, yo voy a partir la diferencia y dividiendo el pescado en tres partes, dio a cada uno una parte, por cuanto que los tres se consideraban con derecho al pescado.
ELLEUNLE OGGUNDA (8-3)
Unle era un Rey muy bueno, pero siempre resulta esto, que por ser demasiado bueno, la gente abusaba de él hasta el colmo de que hubo quien quería destronarlo y éste era Omolocun.
Omolocun le reviró contra él, la mitad del pueblo y Unle, viendo esta situación, se fue donde estaba Mofá y éste le marcó rogación que Unle hizo con Acucó, Oucó y un Asia bien grande blanca.
Entonces, después, fue y se escondió con la cabeza de su Ouco en el barco.
Entonces, Omolocun, viendo que tenía la mitad del pueblo y que Unle no se le veía por ninguna parte, dijo al pueblo, tenemos que hacer una fiesta para celebrar nuestro triunfo.
Compraron entonces Ocuaron, un Oúco y después que ocuaron el Oúco, cogieron la cabeza del Oúco y la botaron al mar. Acto seguido dieron comienzo a la fiesta y dado a la fuerte algarabía que formaron a Olofi le llamo la atención y dijo:
– "¿Qué es lo que pasa que hay tanta bulla?"
Olofi bajó diciendo:
– "¿Qué es lo que hay aquí?"
Dijeron bada, que Unle se fue y nosotros estamos celebrando fiestas para poner a otro, a Omolocun.
Olofi dijo:
– "¿Dónde está el animal que ustedes sacrificaron para la fiesta?"
Y estos dijeron:
– "Ya lo hemos matado".
¿Dónde está?, replicó Olofi. Aquí está su carne.
Dijo Olofi, enséñenmelo, y fueron enseñándole parte, por parte de la carne del chivo a Olofi.
Aquí está Elese Melli (las dos patas), dijo Olofi, bien.
Aquí está Acua Melli (las dos manos), Olofi dijo, está bien.
Aquí esta Ican, Nican, Nigarte, Egueñe o Aboonu (las dos costillas divididas en cuatro partes), dijo Olofi, está bien.
Aquí está Guenguere-alla, dijo Olofi, está bien.
Guenguere oloni, Olofi dijo, está bien.
Ida Otun, Ida Osi (falda izquierda y derecha), dijo Olofi, está bien. Adofli, Adofa, Ocan (el bofe, el hígado y el corazón); dijo Olofi, está bien.
Allaguala (el collar de la barriga), dijo Olofi, está bien.
También dijeron ellos, aquí está Aguoreo (el cuero) y otros.
Dijo Olofi, ¿ya terminaron? Sí señor, contestaron.
Y Olofi dijo, ¿dónde está la cabeza?, y ellos dijeron, la botamos. Entonces dijo Olofi:
– ¿Ustedes vieron un cuerpo que camine sin cabeza?
Y Unle, que estaba en el barco izó su bandera blanca, sacando la cabeza que decía:
ILLA MOILLE, ILLA MOILLE, ONA ONI CUA-CUA
Olofi dijo: La cabeza es la que lleva el cuerpo, quiere decir, que, si ellos no pensaron que esa cabeza, en la hora inesperada iba a ser reclamada y la botaron, ¿con qué cabeza iban a gobernar? Y como Unle era la cabeza que hizo rogación, pues él tenía que seguir gobernando.
OBBARA OSA (6-9)
Dos personas que les gustaba porfiar, el hijo del Babalawo y el hijo de la Muerte.
Un día estaban jugando, donde se le hizo tarde al hijo del Babalawo y éste se acordó que su papá le había dicho, que fuera antes que saliera la Luna. Entonces deja irme, antes de que salga la Luna.
– Diciéndole entonces el hijo de la Muerte, no te apures, ¿no ves que hoy no sale la Luna?
– ¿Cómo no va a salir?, contestó el hijo del Babalawo, si es Luna Nueva y sale esta noche; y como el hijo de la Muerte no le contestó, porque efectivamente la Luna salía esa noche, él quería discutir y hasta mentiras para discutir, volvió y dijo: – No, yo jugaré un rato más, porque la Luna no saldrá hasta el tercer día.
Donde el hijo de la Muerte le dijo: – no seas bobo, la Luna sale el primer día.
Dijo el hijo del Babalawo: – tú vas a saber más que mi papá que fue el que me lo dijo.
Era mentira, entonces el hijo de la muerte dijo, ¿qué te juegas que la Luna no sale hasta el tercer día? y dijo, la vida, a que la luna sale el tercer día. Y el hijo de la Muerte dijo: trato hecho.
Entonces, cada uno fue por su camino y cuando el hijo del Babalawo llegó a su casa, contó a su papá lo sucedido en la discusión con el hijo de la Muerte. Entonces el Babalawo le dijo: ¿muchacho qué tú has hecho? ¿Tú no sabes que la Luna sale el primer día? Y él le dijo: sí, pero ese bobo no me puede ganar a mí, porque yo soy el hijo de un Babalawo. Y el padre le dijo: por la discusión tú vas a perder la vida.
Entonces el hijo hizo una rogación: Oúco, Ecu, Ellá, Epó, bastante Epó y le untas al cuero del Ouco bastante Epó y, todo eso lo mandas a una loma bien alta y abres el cuero. Así se hizo, entonces un perro vino a lamer el Epó y pisó el cuero y lo manchó y cuando la Luna iba a salir ese día, se le manchó un lado de la cara y ella se avergonzó y no salió ese día; al otro día asomó la otra parte de la cara y le pasó igual. Entonces el tercer día asomó la cara, pero tarde.
Así el hijo del Babalao pudo ganar, gracias a la rogación que se le hizo. MAFEREFUN ORUNMILA.
OSA UNLE (9-8)
Olofi tenía una hija y fue la muerte Icú y se enamoró de ella, y éste se lo dijo a Olofi, que estaba enamorado de su hija. Se la pidió para casarse con ella, y éste se asombró que la muerte le pidiera la hija para casarse con ella. Donde Olofi le dijo a éste, está bien Icú, tú te comprometes a traerme cien cabezas (estas cien cabezas eran fenómenos del otro mundo). Y entonces tú podrás casarte con mi hija.
Pero Icú, que era de pensamiento ligero, dijo para sí, cien cabezas…, es mejor hacerle una proposición a Olofi y es para mi ventajoso. Le dijo a Olofi. ¿Para qué cien cabezas cuando usted sabe que hay un hombre que vale más esa sola cabeza, que otras cien cualquiera?
Dijo Olofi, ¿quién? Y contestó Icú, ese hombre es Iggui (el palo). Entonces, como Olofi sabía que Iggui era un hombre cumplidor de sus deberes y hacía las rogaciones sin faltar, que le marcaba Osha. Olofi accedió a la propuesta de Icú. Icú salió en busca de Iggui y se encontró con el carnero (Abbo), le contó a éste su entrevista con Olofi y díjole al carnero, si tú me ayudas en esto, yo te aseguro que nunca morirás.
Abbó aceptó y llamó a Oggá (que así se llama a la soga) y le dijo: Oggá yo necesito que tú me hagas un favor como amigo; Oggá como era su íntimo amigo, le dijo, sí, como no.
Bueno, dijo Abbó, vete a casa de Iggui y como es nuestro amigo, traélo acá y así, tú no trabajarás más, porque si logramos llevárselo a Olofi, estamos salvos. Entonces Oggá fue a casa de Iggui y cuando llegó ya éste estaba acostado y Oggá tocó tres veces a su puerta, pero como Iggui se había hecho rogación y en esa rogación le advertían que a nadie le abriera la puerta después que él se acostara. Oggá tocó e Iggui contestó: – ¿Quién es? dijo Oggá, – yo tu amigo Oggá, abre Iggui. – Dijo Iggui, no puedo, ya estoy acostado.
Viendo Oggá que Iggui no abría la puerta, se fue donde Abbo, éste se encolerizó al saber el fracaso de Oggá.
Entonces Abbo sabía que Iggui le gustaba el coco y cogió un coco y fue para la casa de Iggui y tocó su puerta. Díjole Iggui, ya no puedo abrir, estoy acostado. Abbo le dijo: – no me abras toda la puerta, para que veas lo que traigo, mostrándole el coco.
Cuando Iggui abrió un poquito la puerta y estiró la mano para coger el coco, Abbo lo cogió, lo tumbó y lo echó en una caja; se la puso a la cabeza y salió caminando para llevárselo a Icú.
Pero Oyá, que sabía esto, se escondió y cuando Iggui venía traído por Abbo en la caja, mandó al viento y se formó un remolino que cegó a Abbo. Entonces Oyá aprovechó y sacó de la caja a Iggui y le echó nueve manillas en la caja a Abbo. Pasado el remolino, Abbo siguió. Icú esperaba en un lugar secreto cuando oyó el silbido del viento, que era éste: "ERI MODA, MODA, MODA, FITI, GUOO UNNNN".
Icú desapareció, que estaba escondido y Abbo continuó su viaje hasta donde Olofi.
Pero ya Onibode, el guardián de Olofi, lo esperaba. Abbo se presentía algo, no quería entrar y daba pasos para atrás. Fediceñe (que quiere decir, tercia); Olofi le decía, Guele (que quiere decir entra), dijo: Abbo Fediceñe, terciaba; viendo Olofi que Abbo no quería entrar, dijo: Múrele, múrele gualeo (que quiere decir: apúrense, cójanlo) y los demás contestaban, Abbo firolo gualo, Abbo firolo.
Entonces Olofi dijo y maldijo a Abbo, Shangó que te coma, Egun que te coma.
PERSONAJES DE ESTA HISTORIA:
Icú – la muerte.
Iggui – el palo
Oggá – la soga.
Abbo – el carnero.
ODDI IROSUN (7-4)
Olofi tenía tres hijos, uno se llamaba Achama, el otro Achamaruma y el más chiquito Elloquile; como los tres ya eran bastante crecidos y podían trabajar, un día Olofi llamó a los tres y les dijo: Achama, Achamaruma, Elloquile, ya ustedes pueden trabajar. Y a cada uno le entregó un Addá (machete).
Lo único que sabían hacer estos muchachos, era cortar guano de palma; eran desmochadores. Pero Elloquile, con su machete hizo Ebbó. Así es que el primer día que vinieron del trabajo, Elloquile se demoró porque no tenía machete. El había hecho Ebbó con su machete, como Mofá le había indicado.
Al llegar los dos mayores a la casa, Olofi les preguntó por su hermano chiquito y ellos, como le tenían envidia, le dijeron: "Tu hijo, el vago ese, allá lo dejamos durmiendo".
Elloquile llegó después, Olofi lo interrogó y este, como había hecho Ebbó en casa de Mofá, temía decirle la verdad a su papá. Su papá lo regañó.
El segundo día pasó igual; al tercer día, Olofi buscaba desde hacía tiempo una pluma de loro que no la había por ninguna parte, entonces, como Elloquile no tenía machete, arrancaba las pencas de guano con las manos, se encontró con lo que Olofi estaba buscando. Ya sus hermanos se habían retirado para su casa, llegaron y Olofi les preguntó por su hermano menor, y estos dijeron: "Tú no sabes que ese es un vago; allá está durmiendo".
En ese mismo momento se presentó Elloquile, que acababa de llegar y entonces Olofi vio que traía en la mano un bulto. Elloquile dijo: No papá, yo no soy un vago, lo que pasó es que el día que nos diste los machetes, yo fui a casa de Mofá y éste me registró y me dijo que tenía que hacer Ebbó con mi Addá. Yo hice tal Ebbó con él y al no tener Addá, yo tenía que trabajar con mis manos, arrancaba las pencas de guano con mis propias manos y arrancando tales pencas de guano, me encontré con lo que tú buscabas y quieres tener desde hace tiempo.
Esto fue una sorpresa para Olofi, le sirvió de gran regocijo encontrar lo que hacía mucho tiempo estaba buscando. Esto era precisamente una virtud para Elloquile.
Olofi comprendió que los hermanos mayores envidiaban a Elloquile, agarró a Elloquile por la mano y le dijo: "sal para la calle y grita con todas tus fuerzas:
TANI LOBBA, LOGGUO MI ADDA OLOGGUO, ADDA ORICHA
(Que quiere decir: El machete que está en mis manos fue quien me hizo Rey y este machete era Osha).
IROSO TONTI IROSO (4-4)
Era un tiempo en que el dinero eran caracoles, había un Aguó, que se llamaba Obé y estaba muy mal; llegaba el día y por dondequiera que se metía le salía mal; llegaba la noche y también mal. Entonces fue donde Mofá y le salió "Iroso Melli", Maferefún Shangó.
Mofá le dijo que él era hijo de Shangó y que padecía del estómago; que él estaba mal y la muerte lo perseguía. También le dijo que tenía un amigo que siempre andaba junto con él como si fueran hermanos y que se vestían iguales; que no lo hiciera más porque la muerte estaba buscando a ese amigo y podía tropezarse con él.
Obé le contestó que sí, que todas sus cosas estaban mal y Mofá le dijo que tenía que hacer Ebbó con una lata de Epó, ellá, adiee, acuco, para Shangó; la ropa que tenía puesta y seis Esos (frutas) en cada mano. Y que ese Ebbó tenía que ponerlo donde hubiera un árbol seco, que vaciara la lata del Epó al pie de ese árbol y que así encontraría su suerte. Que él tenía que pasar un susto muy grande y que cuando se asustara, fuera a ver por qué se había asustado.
Obé no tenía dinero para el Ebbó, pero cogió todo lo suyo y lo vendió e hizo el Ebbó y se puso a buscar el palacio en ruinas, hasta que después de tanto andar lo encontró.
En ese palacio vivió un Rey muy rico que a su muerte, no se encontró el dinero que tenía. Miró y vio que detrás del palacio había un árbol seco, fue y vació la lata de Epó al pie de ese árbol seco, pero cuando ya estaba acabando, vio que el palo se mueve y le viene encima.
Salió corriendo muy asustado, pero en eso se acuerda que Mofá le había dicho que cuando se asustara, volviera hacia atrás a ver por qué se había asustado.
Retrocede Obé de nuevo a ese lugar y se encontró con que debajo del agujero que había hecho la caída del árbol, había muchísimo dinero. Se va y se lo dice a Mofá, éste fue y cogió también.
Fue y se lo dijo a sus amigos, los cuales también fueron y se hicieron ricos.
Pasó el tiempo y Obé no se ocupaba de nada, ni de hacer Ebbó, pues en este Oddun hay que estar haciendo todos los meses Ebbó.
Y como ya él se veía muy rico, se abandonó. Y en eso le viene la mala suerte y vuelve a quedar como antes y todos los amigos suyos, en cambio, quedaron ricos.
Y Obé, se quedó pobre.
Elleunle Tonti Elleunle (8-8)
Había en un pueblo donde Obbatalá reinaba, una divergencia entre mayores y menores porque Obbatalá tenía confiado a los mayores el gobierno y administración del referido pueblo, por sus experiencias y prácticas, dado sus edades.
Todo marchaba perfectamente bien, hasta que un día, los menores se reunieron y acordaron, entre otras cosas, ir donde Olofi, ya que se consideraban relegados, en todas las labores y trabajos que se realizaban en el reinado de Obbatalá; para pedirle a Olofi, que les diesen participación en todas esas funciones al igual que a los mayores, porque ellos, sin dejar de ser cierto que eran menores, pero se consideraban tener tanta capacidad e inteligencia como los mayores. Y así lo hicieron.
Olofi esperó pacientemente, que acabaran de hacer sus demandas o peticiones, y después les contestó: "Hijos míos, es verdad que vosotros teneis bastante capacidad y talento, pero les falta la práctica de los mayores. Entonces los menores, le dijeron, que si no ejercían, cómo iban a tener práctica. Por lo que Olofi les prometió que ejercerían y mandó a buscar a Obbatalá y a los mayores. Explicándoles a estos la causa por la cual los había mandado a buscar, que no era otra que, para exponerles la petición que habían hecho los menores, y como él entendía que ello era de justicia, sin dejar de comprender la objeción a que se refería Obbatalá, tocante a que les faltaba la práctica.
A los mayores no les gustó la postura observada por los menores ya que ellos siempre los condujeron por un buen camino, no obstante, como mayores al fin, aceptaron la petición de los menores, retirándose cada uno a sus respectivas casas.
Y entonces sucedió, que Olofi tenía que hacer un nuevo edificio para Obbatalá y les dijo a los menores, pues bien: ahí tenéis el nuevo palacio que vais a construir, así como los materiales y todos los menesteres necesarios para la construcción de dicho palacio; podéis empezar cuando queráis. Y los menores, rebosados de alegría y satisfacción, dieron comienzo a la obra, terminándola en poco tiempo. No se podía negar que era una obra preciosa, magnífica, regia en construcción; en fin, no le faltaba nada.
Los menores, jóvenes arquitectos, albañiles, mecánicos, carpinteros, etc., muy contentos y satisfechos, le entregaron el palacio a Olofi y a su vez le dijeron, "ya usted ve cómo teníamos razón cuando le decíamos a usted que podíamos hacer todo lo que hacían los mayores". Olofi les respondió: "Está bien, hijos míos, todo está muy bien, a simple vista. Ahora esperemos que llueva para poder complementar vuestro éxito".
Y sucedió, que varios días después llovió y todo el palacio se mojó. Entonces Olofi mandó a buscar a los menores y les dijo, que todo el palacio se había mojado. Entonces los menores arrancaron todas las lozas de la azoteca y las volvieron a colocar por segunda vez. A los pocos días llovió otra vez y el palacio se volvió a mojar.
Olofi volvió a mandar a buscar a los menores y les replicó que nuevamente el palacio se había mojado. Entonces los menores quisieron otra vez levantar las lozas y Olofi les dijo: "Esperad, por cuanto ustedes no saben el motivo por el cual se moja el palacio". Y entonces Olofi mandó a llamar a los mayores, que vinieron en compañía de Obbatalá; explicándoles el motivo por el cual los había mandado a llamar y al mismo tiempo les pidió que averiguaran qué ocurría que el palacio se mojaba cada vez que llovía.
Todos partieron hacia el palacio y cuando llegaron a la azotea, pudieron observar que las lozas tenían un gran parecido tanto en la parte superior como en la inferior y que todas, estaban mal colocadas, al revés. Los mayores notaron la diferencia, pero no dijeron nada a Olofi, sólo le dijeron que, si los menores se creían capacitados para hacer la obra solos, ahora pedían que los dejaran actuar solos a ellos. No obstante podían, si así lo querían, quedarse los menores para que vieran cómo ellos lo hacían. Los menores aceptaron y vieron como nada más era una simpleza lo que había que hacer en la azotea; las lozas estaban puestas al revés y no les quedó más remedio que aceptar su derrota.
Entonces Olofi sentenció: "Desde hoy en adelante, hasta después de la muerte, necesitarán de los mayores".
Pues bien, hasta hoy en día, usted puede comprobar que sus mayores les hacen falta en el Itutu y después del Itutu para refrescar los santos que se quedan.
Ahora bien: Babbá Elliobe o séase Elleunle Melli (8-8); Elló ya usted sabe que significa: tragedia, dificultad, decepciones, pasar trabajo. Uón o un, preposición; le, abreviativo de llé: casa. Y lo que significa el vocablo Elleunle Melli: Dos Babbá (personas); Elli: problema, acción y Obé: cortar.
Babbá Elliobe: Persona que corta los problemas y acciones de esta vida, siempre que esto se derive de tragedia, lucha, posesión y todo lo que tenga alguna significación en esta vida.
Y por eso, la palabra Otonú es empleada muchas veces en Unle, porque Oto significa acabar, Onú el más allá. Al emplear este vocablo, está significando que todo resultará con calma, con asiento, es la palabra Otonú que muchas veces se le califica a Unle. Otonú significa tronchar o cortar lo que viene del más allá. A Unle Melli o Babbá Elliobe, también se le puede dar el calificativo de Oggüe Unle, porque Oggüe quiere decir acompañar. La palabra Oggüe no importa que sean Elleunle Melli, para poder emplear en Unle, por ejemplo: Oggüe bara ya usted está diciendo Unle bara y así sucesivamente con todos los Unle acompañados de otra letra.
Ahora bien, el que está registrando a una persona y le salga Elleunle, tiene que tener en cuenta que Elleunle es cabeza, por lo que hay que aconsejar calma y paciencia teniendo en cuenta que esta cabeza tiene más pronto el Ellilá que el Obbara y cualquiera otra letra menor porque de ella se deriva y aquí tenemos el caso: Elleunle Obbara, ahí habla Shangó a pesar de estar Elleunle delante, por lo que usted puede comprobar que Elleunle le da fuerza a Obbara para llevarlo a Ellí.
Ellí es derivado de Allee, que significa mundo. Entonces Elleunle acompañado de cualquiera otra letra, hay que tener en cuenta la potencialidad de este Oddun de cabeza, el efecto que esta letra puede surtir lo mismo con Iré que con Osobo.
Y si nos fijamos un poco, podemos ver a la persona que le acompañe este Oddu, antes de llegar a la meta de su vida, que la mayoría de las veces, es muy larga, por cierto, cuántos trabajos, dolores, sacrificios y penalidades, desengaños, no pasa en este mundo; pero en cambio aunque sea en las postrimerías de su vida, Olofi le concede un rasgo de felicidad como casa, familia, haciendas o propiedades, etc.
Debo advertirle, que Elleunle Melli es el único Oddun que puede acompañar a cualquier Osha que se haga, por ejemplo: Si usted hace Elegguá, Oggún, Oshosi, Inle, Orishaoko, Oyá, Oshún, Yemayá, Shangó y Aggallú, saliendo (8-8) lo mismo en Elegguá que en el Santo que se haya hecho, está correcto porque Elleunle es cabeza y responde a una firmeza y estabilidad de lo que se haya hecho.
Es aconsejable también a los Aleyos e Iworos, que le salga Elleunle Melli, de cuidarse por todos los medios de la separación de un ser querido, ya sea familia, esposo o amigo: advirtiéndole que deben usar bien la cabeza a menudo.
Hay Iworos que cuando sus ahijados traen esa letra le temen a esa cabeza, sin reconocer que aquí cada cual tiene que cumplir su destino, porque hay padre que es limpiabotas y su hijo puede llegar a ser un alto personaje.
IROSO FUN (4-10)
Este es un hombre que era muy aficionado a la caza, desde la niñez, por lo que no podía dejar de cazar todos los días. Pero viendo Obbatalá que se estaban acabando los pájaros, puesto que ya cazaba por gusto, fue a la casa de ese individuo, que se llamaba Oshosi y le dijo: "Yo no quiero que caces más por ahora, así es que dame tu flecha para estar seguro que tú no vas a cazar más", y se la llevo.
Pero el joven no podía estar sin cazar y se fue a casa de un amigo y le dijo: "Estoy triste porque no tengo flecha, la que tenía Obbatalá me la quitó". Y el amigo le contestó: "Chico, yo tengo una flecha que dispara sola, te la voy a prestar". Tú te pones en medio de la selva y ella dispara sola, y así lo hizo, desobedeciendo a Obbatalá. Pero resultó que cuando puso la flecha, lo hizo en dirección de la ciudad y cuando se disparó, fue a caer en medio de la plaza del mercado, en el momento que su misma madre estaba de compras, y la mató con su misma flecha por desobediente.
BARACOLLI Y ELLIGUEI (2-4)
Eran dos amigos que siempre estaban juntos, en la risa y en el llanto, o sea, en la fiesta y en los momentos duros que tiene el hombre en la vida.
Baracolli era un hombre práctico, un poco recto en sus asuntos, jamás se preocupaba o se fijaba en los asuntos ajenos; la envidia y el orgullo para él era algo repugnante. En fin, la modestia era su personificación. En cambio Elliquei, era todo lo contrario a su amigo, un hombre mal humorado, pendenciero y egoísta, inconforme e inmodesto.
Un día hablaban Baracolli y Elleguei, de la mala situación que venían atravesando y parece cosa del destino que los dos hombres no tenían más que diez centavos cada uno en sus respectivos bolsillos y fue entonces que a Baracolli se le ocurrió decirle a su amigo Elliguei que tenía una idea y le preguntó a Elliguei que cúal luminosa idea era esa, y Baracolli le dijo: hacer Ebbó con el dinero que nos queda, tal vez, así Olofi nos ayude, a lo que contestó Elliguei que a todo le ponía obstáculo, pretexto, no chico porque Mofá con diez centavos no me va a hacer Ebó y Baracolli le dijo, probemos Elliguei, quién sabe.
Elliguei dijo, bueno, hazlo tú, que yo compraré algo de comer, pues tengo mucha hambre y así lo hizo, compró cinco centavos de bollitos y se los comió.
Baracolli se fue a casa de Mofá y habló con él, y éste le dijo después de oírlo, "sí te ayudaré Colli", y Colli hizo Ebbó. Mofá le advirtió que tenía que abandonar el pueblo para encontrar su bien, así lo hizo Baracolli, inmediatamente salió sin rumbo fijo. Mofá, cuando Baracolli salía, lo llamó y le dio cinco centavos, y le dijo: para que tengas algo para el camino y Baracolli salió despidiéndose de Mofá que le echó la bendición (Omaré omó, qui Oloddumare, ogueo, qui bogüo ocha agüeo), y con estas palabras de Mofá salió Baracolli sin saber dónde ir: anduvo todo el día y parte de la noche y llegó a un lugar muy pintoresco, por obra de la naturaleza, ya que el mismo se encontraba en una faja de tierra, que por ambos lados había agua, de un lado el río y del otro el mar.
Y como Baracolli estaba cansado y sediento, cogió su sombrero para coger agua del río y beber, y cuando se agachaba para hacerlo, se le caen en el agua los cinco centavos que Mofá le dio para el camino.
Baracolli tomó el agua y cuando acabó de tomar, dijo, se me cayeron los cinco centavos al río, pero gracias a Dios y a los Santos que llegué a este lugar tan divino para beber un poco de agua y descansar un rato. Y Baracolli se durmió en ese lugar y soñó que lo tiraban de los pies, lo echaban al mar e infinidad de molestias que perturbaban su sueño.
Al romper el alba, Baracolli despertó, estaba contento por haber descansado y fue cuando vio venir hacia él a una vieja desgreñada, harapienta y cuando la vieja se detuvo junto a él, le dijo: Buenos días, señora. Y la vieja le contestó sonriéndole, ¿cómo estás hijo, dormiste bien? Baracolli le contestó: perfectamente bien.
Entonces la vieja le preguntó: ¿No te molestó nadie en este lugar tan solitario? El le dijo que no. Entonces la vieja le dijo: Bueno hijo, yo voy a ayudarte: ¿Tú ves aquella mata de güiras que está allí? Tú coges tres güiritas, la más grande, cuando te vayas a ir las tiras y no miras para atrás; la otra, cuando tú estés entrando en el pueblo que encuentres y la última, en el lugar que tú vayas a parar. Así lo hizo Baracolli y el resultado fue que cuando tiró la última güira, contenía una fortuna con gran asombro y admiración para Baracolli. Recogió su fortuna y no tardó mucho tiempo en hacerse uno de los hombres más grandes en nombre y fortuna de esos contornos.
Pasado algún tiempo, Baracolli fue de paseo al pueblo de donde él había salido pobre y con cinco centavos en los bolsillos; llevó grandes regalos a Mofá y procuró encontrar a su viejo amigo Elliguei y lo encontró. Se abrazaron estos viejos amigos muy contentos y comieron juntos. Elliguei le contó a su amigo que él seguía igual de situación, entonces Baracolli le contó la odisea a su amigo y le dijo que todo se lo debía al Ebbó que había hecho; ofreciéndole dinero y este lo rechazó por su orgullo y envidia.
Queriendo imitar a Baracolli, le pidió diez centavos y fue a casa de Mofá para hacerse Ebbó con cinco centavos, y cuando éste le dijo que con cinco centavos no se podía hacer un Ebbó, que él tenía que pagar $4.20 por su Ebbó, él le contestó a Mofá que si él tuviera $4.20 no se hubiera gastado el trabajo de llegar hasta allí. Y acto seguido se retiraba de la casa de Mofá sin despedirse siquiera, y salió por el camino que le contara su buen amigo Baracolli, llegó al lugar indicado por Baracolli donde le hablara del río, el mar y la vieja y vio también la mata de güira. Por todo esto que vio, se dio cuenta que su amigo no lo había engañado y entonces dijo, tengo sed y se agachó para beber el agua al río y se acostó a dormir; diciendo antes, bueno, vamos a ver cuándo llega la vieja hechicera. Se durmió y los fenómenos no lo dejaron dormir, y cuando despertó, al romper el alba, al poco rato venía la vieja y cuando la vio, dijo, ahí viene la hechicera.
Cuando la vieja llegó, ésta lo saludó y él le contestó entre dientes. Hecho esto, la vieja se dio cuenta inmediatamente, pero no dijo nada, y le pregunto: Hijo mío, ¿qué te trae por aquí? Elliguei le contestó: A usted qué le importa. La vieja le dijo: Hijo, yo quiero ayudarte. Este respondió: Pues ayúdame si me vas a ayudar y no esté dando tanta conversación. La vieja dijo, bueno hijo, ¿tú ves aquella mata de güira que está allí? Cuando te vayas coges tres güiritas, la grande la botas aquí, la tiras para atrás y no mires a dónde cae; la mediana la tiras cuando tú estés entrando en el pueblo y la más chica la tiras cuando tú llegues a tu casa. Y la vieja se retiró.
Acto seguido Elliguei salió y cogió las tres güiritas, y en vez de hacer lo que la vieja le indicó, hizo lo contrario y dijo: Esta se cree que yo soy bobo. Voy a botar la más grande… Y botó la más chiquita. A la entrada del pueblo botó la mediana y cuando llegó a su casa, tiró la güira más grande, saliendo de ésta una serpiente que se le tiró al cuello y lo mató.
En este Oddun hablan también los muertos; si no tiene los Belli y Olocun, tiene que cogerlos. Si los tiene, Maferefún Belli, Maferefún Olocun. Tiene que darle comida y fiesta a los Bellis y comida al mar y al río. Y para su suerte, si no tiene Ozaín, búsquelo.
EL TIGRE Y EL GATO (3-7)
El tigre y el gato vivían juntos, en completa armonía dentro de la casa; hasta un día que, tratando cada uno de quedarse dueño de la casa, fueron cada uno por su lado a mirarse. Y como los dos pretendían lo mismo, les salió la misma rogación, que era, un ratón y un pedazo de carne de venado. Salió cada uno a buscar lo antes dicho, pero que el gato se puso de acuerdo con Elegguá, y el tigre confiado de su fuerza y su valor, se metió en el monte con la seguridad de que cogería un venado entero.
El gato quería aunque fuera un pedazo y Elegguá se encaramó encima de una mata, con una gran piedra y cuando el tigre mató al venado, dejó caer la piedra y lo derrengó. Entonces bajó y ayudó al gato a sacarle un pernil al venado, y así el gato pudo hacer la rogación.
Desde entonces el gato vive tranquilo, recibiendo las caricias de su amo, mientras que el tigre tiene que seguir buscándose por el monte la comida.
¿POR QUÉ SE MATA EL GALLO? (3-3)
(De una discusión surgida entre tres personas, se pierde una)
Era en la época que Elegguá y Oggún andaban separados y no se llevaban bien; por tanto, Olofi no les tenía confianza y siempre lo dejaban dormido. Dándose cuenta de eso el Gallo, pensó que con su voz podría ganarse la confianza de Olofi, como así sucedió, y siempre alerta el Gallo, cada vez que llegaba una hora cantaba, y así Olofi se despertaba.
Olofi se fijó en eso y le dio toda la confianza al Gallo que, no tardó en hacer alardes de esa confianza. Todos los días se paseaba por todos los rincones del palacio y sabía todas las cosas que había en el mismo.
Oggún, que le tenía odio al Gallo, le dijo un día a Elegguá, para captarse la simpatía de éste: – Oye, Elegguá, ¿tú sabes lo que me dijo el Gallo?; que Olofi no era serio, que hacía y deshacía con la virgen, allá adentro del cuarto y que cuando salía se hacía el serio.
Tan pronto Oggún le dijo esto a Elegguá, éste fue corriendo donde estaba Olofi y le dijo: – Olofi, Oggún dice que el Gallo le dijo que, usted no era serio, que nada más que hacía y deshacía con la virgen, allá arriba en el aposento.
Como Elegguá había visto una momia que Olofi tenía detrás del armario, él se preparó para cuando comenzara el careo entre el Gallo y Oggún.
Inmediatamente, Olofi llamó al Gallo y a Oggún y le preguntó a éste: ¿Es cierto que el Gallo dijo lo que acaba de manifestarme Elegguá, que yo no soy serio y que hacía y deshacía con la virgen en el aposento? – Sí, es cierto, que el Gallo me lo dijo.
Entonces Olofi le preguntó al Gallo, si era verdad lo que decía Oggún.
El Gallo negó los cargos que se le hacían y a su vez acusó a Elegguá y a Oggún de pendencieros y revolucionarios. Entonces, Elegguá le dijo: – Bueno Olofi, usted sabe que nosotros no entramos al palacio y en cambio el Gallo sí lo hace. Nosotros no podemos saber que usted tiene detrás del armario una mujer desnuda escondida.
Olofi al oír esta aclaración de Elegguá, se estremeció ya que no era verdad que detrás del armario hubiera una mujer desnuda alguna. Pero sí era cierto que guardaba detrás del armario una momia, nuestro origen.
Esto lo vio Elegguá en un descuido del Gallo y fue lo suficiente para pensar en la forma que iba a traicionar al Gallo.
Entonces Olofi, entendiendo que ni Elegguá, ni Oggún nunca habían pasado por donde estaba la momia, inmediatamente Olofi dijo:
– Bueno Acucó, por andar en compañía de dos personas, desde hoy en lo sucesivo, tú serás comida y alimento de los otros. Ocuá Oggún comanselo.
Y desde entonces, desde ese momento, Oggún y Elegguá andan y comen juntos hasta el sol de nuestros días.
Sin embargo, el Gallo hasta el día de hoy, cuando ve a otro Gallo, quiere fajarse porque desde aquel día, siempre hubiera deseado andar solo; cosa ésta que no puede ser, porque si anduviera solo no fuera Oggundá.
LA HIJA DE OLOFI
IROSO FUN (4-10)
Había una vez un Rey que tenía a su hija gravemente enferma.
Era única hija y llamó a todos los mejores médicos, a los hechiceros y adivinos más famosos de su reino para curar a su hija. Y ninguno de estos sabios y adivinadores dieron con la enfermedad de su hija.
Ya no tenía esperanza de salvarla, y el Rey estaba muy triste y disgustado; cuando ocurrió que un día, el Rey estaba sentado en su habitación llorando, entró el lacayo del Rey y le preguntó qué le ocurría, aunque éste ya lo sabía. Le contestó que ya su hija no tenía salvación.
El pobre Omo-odo le dijo, que si él se lo permitía le iba a dar indicación de un curandero que él conocía, que tal vez le curaría a su hija. El Rey pensó que su hija ya no tenía salvación, pero que mientras tenía vida, había que hacer por ella, y le contestó al Omo-odo: – Acepto, pero con una condición, que si mi hija no se cura con los remedios que el curandero le recomiende, lo mataré a él y a ti. Porque yo no puedo creer, que si todos los sabios del mundo no han podido ni siquiera diagnosticar la enfermedad que padece mi hija, cómo es posible que un simple curandero vaya a lograr tal milagro.
– Pues bien, tráelo.
Y Omo-oddo fue en busca del curandero, y lo trajo, haciéndole saber todo lo que el Rey le había advertido, y a pesar de todo eso, el curandero fue donde estaba el Rey y éste le hizo la misma advertencia, al igual que a Omo-oddo.
El curandero oyó la advertencia del Rey y le contestó: – Yo salvaré a su hija de la muerte haciéndole Ebbó, pero es con la camisa del hombre más feliz que existe en su reino.
Con eso me basta, y le repitió: – con la camisa del hombre más feliz que exista en su reino.
Y el Rey aceptó. El Rey puso en movimiento a todo el poder del reino, y sucedió que ni entre los ricos, ni entre los pobres de los pueblos de su reinado, se encontraba una persona feliz. Porque el que tenía dinero o joyas, le sucedía esto y lo otro, y los pobres eran incontables y padecían de mil calamidades.
Y no encontrando en ninguno de los pueblos de su reino a este singular hombre, salieron para los bosques y montes. Ya en estos lugares, agotados y cansados, vieron a un hombre con un taparrabo y sin más ropas puestas, que brincaba y saltaba muy contento y alegre.
Entonces todos se le acercaron y le preguntaron si él era feliz, y él contestó alegre y sonriente: Claro que lo soy, ¿no me ven qué feliz soy?
Inmediatamente apresaron al hombre y lo llevaron ante la presencia del Rey, su corte y todos los habitantes del pueblo, los sabios, los médicos que atendían en la enfermedad a la hija del Rey. Cuando todos estuvieron reunidos, trajeron al curandero y también a los verdugos que matarían al curandero si fracasaba en su empeño.
Entonces el Rey le dijo: – Ahí tienes al hombre más feliz que hay en el reino, ahora mi hija se curará. Y el curandero miró al hombre y vio que no tenía camisa, y le dijo al Rey: – Recuerde que yo le dije, que el Ebbó había que hacerlo con la camisa del hombre más feliz, y este hombre no tiene camisa.
La hija del Rey murió y el Rey no pudo matar a nadie, pues el curandero pedía la camisa para el Ebbó, que el hombre más feliz no tenía.
Historia de Oggun Y Oshosi (4-3)
Oggún, a pesar de manejar bien el machete, le costaba mucho trabajo conseguir su comida, porque veía un venado y empezaba rápidamente a cortar las malezas del bosque para llegar a él y el ruido y el tiempo que demoraba hacían que su presa se le fuera y se lamentaba que nunca lograba cazar.
Igualmente le sucedía a Oshosi, que era un gran cazador y tirador de fechas que lograba dar muerte al venado, pero en cambio no podía ir a cogerlo dentro de las malezas del monte.
Entre tanto, Eshú le decía a Oggún, que había otro más poderoso que él e igualmente le decía a Oshosi. Estando ambos intrigados y enemistados, a pesar de no conocerse. Pero Oggún se decidió a ir a ver a Motá y éste le mandó a hacer Ebbó. Y a Oshosi lo mismo. Ambos hicieron su limpieza y fueron a ponerla en el camino.
Oggún puso el suyo al pie de una mata y siguió su camino hasta otra mata y allí se sentó. Oshosi, sin ver a Oggún, dejó su Ebbó y fue a tropezar con Oggún; lo cual fue motivo para que tuvieran una discusión. Oshosi le dio una satisfacción y entablaron una conversación sobre la mala situación. Donde ambos se lamentaban que teniendo comida no la podían alcanzar.
En eso Oshosi vio un venado a lo lejos, sacó su flecha e hizo blanco, y le dijo a Oggún: – Usted ve, ahora no puedo cogerlo, y Oggún contestó: – espera un momento. Y con su machete abrió un trillo y llegó donde estaba el venado y lo compartieron.
Desde entonces, ambos convinieron en que era necesario ser él uno para el otro, pues ellos separados no eran nadie. Por lo que se unieron para siempre haciendo el pacto en casa de Motá.
Por esa causa son inseparables.
IROSO UNLE (4-8)
Había en un lugar un hombre, ya entrado en edad, que era el único en aquella comarca que sabía hacer zapatos, ya que en aquellos tiempos todo el mundo andaba descalzo.
Hizo un par de zapatos para él y otro para sus familiares, los cuales les gustaron mucho. Todos los vecinos de aquel pueblo quisieron hacer zapatos, y fue tanto el trabajo que tenía que hacer aquel hombre, que tuvo que emplear a un muchacho para que lo ayudara.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |