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Los problemas de la Iglesia Católica Romana


  1. Los problemas de la Iglesia Católica Romana
  2. Las dos culturas de la Iglesia Católica
  3. La teología de la liberación
  4. Teologías casi posmodernas
  5. Fuente

Walter Truett Anderson (1933- ), politólogo, psicólogo social y escritor estadounidense. Su libro REALITY, Isn"t What It Used To Be, traducida al español como: La Realidad Emergente. Ya nada es como era, cuenta con el mayor número de ediciones y fue galardonado como "Uno de los 100 libros más importantes sobre el futuro".

Los problemas de la Iglesia Católica Romana

La infabilidad del papa. Se le exige ser infalible, y éstos son tiempos difíciles para ser infalible. Está claro que la infalibilidad ya no es lo que era.

La doctrina de la infalibilidad papal, según lo adoptado por el Primer Concilio Vaticano de 1869, declara que cuando el papa habla, ex cathedra, sobre cuestiones doctrinarias, sus definiciones son irreformables en sí mismas y no debido al consentimiento de la Iglesia.

Absolutismo. Armado de la tradición de la infabilidad, el papa es, como lo definiera un historiador de la Iglesia, el último de los monarcas absolutistas.

Guardiana de la verdad religiosa absoluta. La Iglesia Católica Romana aún se cree guardiana de la verdad religiosa absoluta, aunque el absolutismo ha estado librando una batalla perdida durante décadas:

Ya en 1962, cuando el papa Juan XXIII convocó al Segundo Concilio Vaticano, era obvio que existía una fuerte escisión entre los absolutistas y quienes aprobaban una actitud mucho más constructiva hacia las enseñanzas religiosas.

Doctrinas absurdas. La Iglesia se ahoga bajo el peso de sus doctrinas, y de su burocracia. En el Concilio, los obispos expresaron con claridad el secreto sentimiento de rechazo a ellas de muchos sacerdotes y creyentes. Era absurdo predicar que comer carne en viernes o no ir a la iglesia los domingos era un pecado mortal. El franco patriarca de Antioquía preguntaba: ¿Es esto razonable? ¿Cuántos católicos lo creen? En cuanto a los no creyentes, sólo sienten lástima de nosotros.

Terrible crisis. En este Concilio se revisaron muchas verdades oficiales pero, sin embargo, los documentos finales del concilio revelaron la terrible crisis en que se encuentra la Iglesia Católica Romana:

  • Se mantuvieron adheridos al mito de que las enseñanzas de la Iglesia son verdades eternas.

  • Negaron estar haciendo cambios, aun cuando en realidad los han estado haciendo.

  • Incapaz de dar un paso decisivo dentro del mundo posmoderno, la Iglesia atraviesa una profunda división, en la cual muchos de sus miembros se aferran con resolución al pasado, mientras que otros arman versiones completamente nuevas del cristianismo.

Desgaste alarmante. A pesar de que la Iglesia Católica Romana es la religión organizada más grande del mundo, con casi 900 millones de miembros, se está desgastando de manera alarmante y de muy diversas formas:

  • En 1971, el Vaticano encargó un estudio reservado que se filtró a la prensa y reveló que desde 1963 hasta 1969, más de 8000 sacerdotes habían solicitado permiso para abandonar los hábitos y casi 3000 los habían abandonado sin esperar el permiso.

  • El estudio estimaba que en los cinco años siguientes se irían 20000 más… y el cálculo resultó muy escaso. En Irlanda, uno de los grandes baluartes del catolicismo, existían a fines de 1987, 6000 sacerdotes y más de 1000 ex sacerdotes. En Estados Unidos existen hoy más de 17000 ex sacerdotes.

América Latina evangelista. En especial en América Latina, otro baluarte en donde se decía que se es católico por sólo respirar, está ocurriendo otro tipo de problema. Los latinoamericanos se están volcando de manera masiva hacia el protestantismo, en particular hacia el evangelismo. En las iglesias evangélicas se cantan himnos, se toman de las manos, se llaman por sus nombres. Richard Rodríguez informa que existen en este momento más de 50 millones de protestantes en América Latina, que las conversiones ocurren a razón de cuatrocientas por hora y que los demógrafos calculan que América Latina será evangelista para fines del siglo veintiuno. ¿Cuáles son las razones?:

  • En parte, parece que la gente identifica a la Iglesia Católica Romana con los fracasos de la región y su sufrimiento. Rodríguez escribe: Los generales no son el problema de América Latina. Las drogas no son el problema de América Latina…Latinoamérica sufre porque es católica.

  • Huyendo de los fracasos y del fatalismo, los jóvenes se sienten atraídos por los predicadores gringos con sus vestimentas elegantes. Los hombres y mujeres mayores responden a la esperanzada alabanza al Señor.

  • Los padres de la Iglesia Católica se reconfortan unos a otros diciendo que los descarriados regresarán, a pesar de que ven cómo se alejan cada vez más integrantes de sus rebaños.

Selección de creencias por sus miembros.

  • Entre quienes todavía pertenecen a la Iglesia, sus creencias son muy selectivas, lo contrario se supone que debe ser la fe en una religión con un cuerpo de doctrinas explícitas y un líder infalible.

  • El papa Juan Pablo II, en un intento desesperado por evitar que su rebaño se pierda en los distintos campos de pastoreo posmodernos, insiste en que la Iglesia debe enseñar la verdad…No una verdad humana y racional, sino la verdad que proviene de Dios….

  • En más de una ocasión ha declarado que los fieles no tienen el privilegio de elegir de entre las doctrinas de la Iglesia, sólo aquéllas que les resulten aceptables, sino que deben aceptar la autoridad de todo el conjunto.

  • Pero sus seguidores, muchos de los cuales ni siquiera parecen pensar demasiado en el asunto, se limitan a rechazar las enseñanzas de la Iglesia que no consideran humanas y racionales. Una encuesta realizada por el periódico The New York Times y la División de noticias de la Cadena CBS arrojó los siguientes resultados:

  • Un 68 por ciento de los católicos romanos en Estados Unidos están a favor de utilizar métodos artificiales de control de la natalidad, un 73 por ciento están a favor del divorcio y de los segundos matrimonios, y un 55 por ciento están a favor del aborto legal para salvar la vida de la madre, o en casos de violación o incesto.

  • Un 80 por ciento de los encuestados respondió afirmativamente que consideraban posible estar en desacuerdo con el Papa y aun así ser un buen católico.

  • En otro sondeo de opinión, el 90 por ciento de las personas preguntadas contestó a la publicación Time que creían que es posible no estar de acuerdo con el Papa y seguir siendo un buen católico.

  • Muchísimas personas consideran la doctrina religiosa como algo para ser pensado y aceptado de manera selectiva, no algo recibido desde Dios, que cambia con los tiempos.

  • Y una vez que se ha roto un solo eslabón en la cadena que une la moralidad personal con la doctrina religiosa, el daño es irreparable. Aunque la persona continúe disfrutando de la seguridad de pertenecer a la Iglesia, ya no es la misma antigua doctrina.

  • Freno al Dogma fue una de las leyendas de los carteles que se agitaron frente a Juan Pablo II cuando visitó San Francisco en 1987.

Los homosexuales.

  • Los homosexuales quisieron recurrir a la religión al ver toda su subcultura sacudida por la infinidad de muertes provocadas por el SIDA, pero los homosexuales católicos, según el periodista Bill Kenkelen, están particularmente enojados con la Iglesia Católica porque, a diferencia de otras denominaciones religiosas, les ha negado el respeto y la compasión debido al énfasis que ponen en que la homosexualidad es un pecado.

  • Los homosexuales conforman un grupo bastante más grande del que desean admitir las autoridades de la Iglesia y que sería una fuente constante de disenso mientras la Iglesia se aferre a sus doctrinas imperantes.

Las mujeres.

  • Las mujeres son otra fuente de disenso. Durante mucho tiempo fueron fieles y obedientes a sus enseñanzas, la verdadera fuerza de la Iglesia. Sin embargo las mujeres se han tornado cada vez más inquietas.

  • Muchas de las católicas romanas, incluidas las monjas, realizan campañas públicas para cambiar las enseñanzas oficiales en lo que respecta al aborto y el control de la natalidad.

  • Organizaciones tales como Católicos por la libre elección (Catholics for a Free Choice) publican encuestas que muestran que la mayoría de las mujeres católicas están de acuerdo con la afirmación de que la Iglesia se ha quedado en el tiempo, y que la gran mayoría (77 por ciento) no está de acuerdo con que el Papa nunca se equivoca, cuando habla sobre temas de fe y moral.

  • La insistencia en aferrarse a posiciones que disgustan a la mayoría de las católicas, el intento por ponerlas en práctica por la fuerza, la condición de miembros de segunda clase que poseen las mujeres dentro de la Iglesia y la negativa a que puedan ser ordenadas sacerdotes, no son sólo fuentes de problemas internos, sino factores determinantes en la decisión de renunciar, que toman muchas monjas y de elegir diferentes religiones, que adoptan otras mujeres.

Las dos culturas de la Iglesia Católica

Eugene Kennedy, profesor en la Universidad Loyola de Chicago, cree que la Iglesia se está desmembrando en lo que él denomina dos culturas, cada una con su propia realidad.

Primera cultura. El catolicismo de la Primera cultura es la Iglesia institucionalizada.

Segunda cultura. Los católicos de la Segunda cultura:

  • Son casi invisibles para la Primera cultura.

  • Se niegan a prestar demasiada atención a las luchas por el poder y a las disputas doctrinarias.

  • No son católicos distraídos que, al igual que los pobres, siempre han estado con la Iglesia.

  • Tampoco son rebeldes en actividad, ni están en las primeras filas de los que se pueden describir como disidentes.

  • Son psicológicamente independientes de esa Iglesia erigida sobre los cánones, tapizada de clericalismo y descrita como heroica.

  • No escuchan las discusiones arrogantes acerca de si el color azul debe reemplazar al púrpura en la liturgia y no pueden imaginar que esto tenga alguna importancia religiosa.

  • No siguen de cerca las noticias de estricto orden eclesiástico cuyo zumbido se escucha de manera constante en los vestíbulos de la Primera cultura.

Incapaz de comprender a estos católicos y quizás hasta de percibir su existencia, la Iglesia Católica Romana se mantiene ocupada en erradicar el disenso:

  • Veinticuatro monjas que firmaron un anuncio a toda página en The New York Times, afirmando el principio de libertad de conciencia en el tema del aborto, fueron obligadas a retractarse.

  • Leonardo Boff, vocero de la liberación teológica en Brasil, fue sentenciado a un año de silencio.

  • John McNeil, un sacerdote jesuita que alababa el amor homosexual, fue silenciado y más tarde excomulgado.

  • Charles Curran, quien abogaba por posiciones liberales sobre el control de la natalidad, el divorcio y la conducta sexual en sus cursos de teología moral en la Universidad Católica de América, fue despedido por una orden surgida de Roma.

  • Matthew Fox, un sacerdote californiano que mezclaba el catolicismo con la ecología, el feminismo y la espiritualidad de la Nueva Era, fue sentenciado a un año de silencio.

  • La figura principal de la mayoría de estas acciones disciplinarias no fue el papa Juan Pablo II, sino su lugarteniente, el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la agencia vaticana denominada Congregación de la Doctrina de la Fe, alguna vez conocida como el Santo Oficio de la Inquisición.

  • El cardenal Ratzinger ha llevado a cabo sus obligaciones con energía y, en el camino, también ha aumentado la posición de verdad absoluta de las doctrinas que estaba encargado de proteger. Declara que los fieles deben someterse, en intelecto y voluntad, no sólo a las enseñanzas que se refieren a la doctrina de infalibilidad sino también a otras enseñanzas ordinarias. Esto significa que deben entrar indefectiblemente en el reino de las verdades incuestionables o pronunciamientos tales como la prohibición del control de la natalidad.

  • El papa infalible lucha por evitar que su iglesia se extravíe dentro del disenso y la desorganización, también debe luchar contra los reaccionarios renegados que piensan que ya se ha extraviado en demasía, y producen, a su vez, una nueva clase de disenso y desorganización.

  • Los seguidores del arzobispo francés ultraconservador Marcel Lefebvre, quien fuera excomulgado en 1988, rechazan las reformas del Segundo Concilio y, de manera desafiante, celebran la misa tradicional, en latín y sin la ceremonia de dar la paz.

  • Un obispo norteamericano de la Sociedad Lefebvrista de San Pío X declaró: No cederemos ante el relativismo y el modernismo. Nuestro Señor nunca dijo: "Si yo estoy bien, tú estás bien". Nuestro Señor dijo: "Si me niegas, irás al Infierno".

  • Un miembro de la Congregación de San Pío en Nueva York dice: Con el fundamentalismo, hemos encontrado la estructura, las cosas están claras ahora, en blanco y negro.

La teología de la liberación

  • De todos los desvíos doctrinarios, el que más ha traído problemas es el de la teología de la liberación. Es irónico que esta explosión de activismo religioso/político haya tomado sus fuerzas de la Iglesia oficial desde el Segundo Concilio. Esta reunión:

  • Inspiró a los sacerdotes, que concebían a la Iglesia como protectora de los pobres, con la idea revolucionaria de que los líderes religiosos debían enseñarles cómo buscar una mejor vida en la tierra en lugar de esperar la recompensa en el más allá.

  • Esta idea abrió el camino a una comprensión posmoderna de que las estructuras sociales opresoras de valores y creencias eran meras creaciones humanas y pecadoras.

  • En Perú, Gustavo Gutiérrez dio una nueva interpretación a la doctrina del pecado para incluir acciones tales como el comportamiento de Estados Unidos hacia América Latina y el tratamiento que prodiga a los campesinos la oligarquía peruana.

  • En un congreso de obispos realizado en Colombia en 1968, los delegados de todo el hemisferio occidental adoptaron una lista de declaraciones radicales, con una orientación política, basados en las ideas de Gutiérrez.

  • A esta altura, buena parte del sacerdocio latinoamericano entró en franca oposición contra los regímenes político-militares y contra la tradicional posición de la Iglesia como aliada de las autoridades políticas y ausente de compromisos políticos. A sabiendas o no, se estaban declarando en guerra. Cabalgando sobre la euforia de los años 60, pensaron que el mundo aceptaría con facilidad estos nuevos ideales.

  • En los siguientes diez años, fueron asesinados 850 sacerdotes y monjas. Y el cardenal Ratzinger ha convertido en su primera prioridad la erradicación de la teología de la liberación, a la cual consideraba, junto con el papa Juan Pablo II, como una mezcla impía de cristianismo y marxismo.

  • Existen elementos definidos del pensamiento marxista en la teología de la liberación, en particular en el énfasis puesto en la lucha de clases, pero esta teología no es pura doctrina marxista.

  • Es un nuevo sistema de valores y creencias creado, tal como suelen ser los nuevos sistemas, a partir de trozos de antiguos sistemas de valores y creencias, sin sentir en apariencia ninguna obligación de digerir ninguno de ellos por completo.

  • Se dirige hacia una nueva concepción de la Iglesia, más como una institución del Tercer Mundo que como un institución europea, y más pluralista en sus doctrinas y prácticas que nunca.

  • En el aire flota un claro espíritu de innovación, que no se condice con el absolutismo:

  • Cristo se ha convertido en un revolucionario en Brasil y un ambientalista en Estados Unidos.

  • Dios mismo ha sufrido una operación de cambio de sexo.

  • Un sacerdote negro en Washington D.C. estableció una iglesia independiente denominada el Templo de Imaní, Congregación Católica Afro-americana, y celebra la misa con tambores, campanas, cencerros y canciones populares africanas.

Teologías casi posmodernas

  • El mundo posmoderno posee casi tantas teologías como cultos, sectas, movimientos, prácticas y opiniones. Existe más teología que nunca y… no existe ninguna teología en absoluto.

  • No existe una teología porque en realidad nunca existió. El término teología, como conocimiento de Dios, es una contradicción en sí mismo, porque Dios es el nombre que damos a aquello que está más allá de nuestro conocimiento.

  • La teología, como profesión de expertos en lo que está más allá de nuestro conocimiento, tuvo problemas desde el principio.

  • La mente humana desea entender el más allá, lo que Paul Tillich denomina la preocupación última. El siglo veinte, el siglo del espacio y la ciencia, se ha acercado a imágenes del más allá, muy distintas de las del caballero barbado pintado en la capilla Sixtina.

  • Diversos teólogos del siglo veinte han intentado y, en gran medida, han logrado producir ideas religiosas que tengan algo que ofrecer al mundo posmoderno, no tanto por lo que dicen acerca de Dios, sino por lo que dicen acerca de la condición humana.

  • Al igual que la visión renacentista de Adán de Pico de la Mirandola, como un ser capaz de crearse a sí mismo, ofrecen visiones de un rol humano creativo, dinámico en la realidad del mundo, tanto en la responsabilidad que tiene sobre ese mundo, como en la capacidad de moldearle.

  • La teología del futuro. El pensamiento de Wolfhart Pannenberg se conoce como la teología del futuro, debido a la idea de que experimentamos la libertad y la soberanía de Dios al enfrentar el poder del futuro violento, con sus vastas posibilidades y realidades nunca vistas.

  • La teología de la esperanza. Otro teólogo alemán, Jürgen Moltmann, ofrece la teología de la esperanza, en la cual se ve a Dios como creador de las condiciones que nos posibilitan innovar en el mundo y, a veces, lograr concretar nuestros esfuerzos, y entonces tener razón para la esperanza.

  • La teología del proceso. De todas las teologías contemporáneas, la teología del proceso, basada en la obra del filósofo y matemático inglés Alfred North Whitehead, es la que tenido mayor impacto sobre el pensamiento posmoderno. Whitehead llegó a Estados Unidos luego de una distinguida carrera como matemático en Cambridge y la Universidad de Londres. En 1924 fue profesor de filosofía en Harvard, donde desarrolló su metafísica del proceso.

  • Whitehead:

  • Sostenía una idea por completo distinta acerca de Dios, y una concepción radicalmente distinta acerca del modo en que tendemos a pensar sobre la realidad.

  • Su dios cambia junto con todo lo demás. No es un Dios permanente, y pensaba que nuestras nociones acerca de ese Dios no podían separarse de nuestro extraño hábito de pensar, que la realidad debe tener alguna existencia fuera de la conciencia.

  • Consideraba al Dios que hemos conocido la mayoría, como un producto de la búsqueda de los griegos de la causa última y la verdad última:

  • La noción de Dios como el conmovedor inconmovible se deriva de Aristóteles, al menos en lo que concierne al pensamiento occidental. La noción de Dios como eminentemente real es una doctrina preferida de la teología cristiana. La combinación de las dos en una doctrina sobre un creador aborigen, eminentemente real y trascendente, ante cuyo fiat nació el mundo y ante cuya voluntad impuesta éste funciona, es la falacia que ha llevado a la tragedia en las historias del cristianismo y el islamismo.

  • Dice que esta nociva separación del flujo de la permanencia está en las raíces de nuestro sentimiento de ser algo separado de Dios y también de nuestro equivocado pensar acerca de la naturaleza de la verdad misma.

  • Esto conduce al concepto de un Dios por completo estático, con una realidad eminente, en relación con un mundo por complejo fluyente, con una realidad deficiente.

  • En la concepción de proceso, no existe una realidad última de acuerdo con la cual las cosas suceden y, en consecuencia, no necesitamos de los absolutos que armamos para describir la realidad última y, en verdad, debiéramos cuidarnos de ellos.

  • Acuerda con los filósofos pragmáticos norteamericanos tales como William James, con quien ha hecho causa común, en pensar que el uso intolerante de las abstracciones es el principal vicio del intelecto.

  • Realizó su obra por la misma época en que Karl Mannheim llevaba a cabo su trabajo pionero dentro de la sociología del conocimiento y también entendía que tendemos a dar vida independiente a nuestras abstracciones. Su término para la objetivación era la falacia de la concretidad mal ubicada.

  • En la actualidad, su pensamiento está muy en boga entre los teólogos jóvenes, quienes consideran que es una manera provocativa y útil de proponer las grandes preguntas sobre el cosmos, y tiene muy poca popularidad entre los teólogos más conservadores, quienes no creen que eso sea teología.

  • Es provocativo y útil y no es teólogo. Es iconoclasta a nivel intelectual y, al hacer las grandes preguntas acerca de la naturaleza del cosmos, también revela que no se puede confiar en las respuestas finales.

  • Bernard Loomer. Una vez escuché a un anciano, dar un sermón como invitado en una iglesia. Loomer había pasado su vida en los niveles más altos de la filosofía religiosa. Durante muchos años había sido el deán de la Facultad de Teología en la Universidad de Chicago. Luego de todos esos años de pensar acerca de Dios, lo que tenía para decir era: Nacemos envueltos en el misterio, vivimos envueltos en el misterio y morimos envueltos en el misterio. Murió poco después de esto, y me dejó pensando en el privilegio que había tenido al poder escuchar una afirmación tan honesta y sentida de parte de un teólogo tan sabio.

Fuente

La Realidad Emergente de Walter Truett Anderson.

 

Enviado por:

Rafael Bolívar Grimaldos.