II.- MARCO TEORICO
Acepciones de Responsabilidad Social Empresarial o Responsabilidad Social Corporativa
Aunque no hay un criterio de consenso respecto al concepto de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), también llamada Responsabilidad Social Empresarial (RSE), la misma puede definirse como la contribución activa y voluntaria de las empresas al mejoramiento social, económico y ambiental con el objetivo de mejorar su situación competitiva y su valor añadido.
La Responsabilidad Social Corporativa, va más allá del cumplimiento de las leyes y las normas, dando por supuesto su respeto y su estricto cumplimiento. En este sentido, la legislación laboral y las normativas relacionadas con el medioambiente son el punto de partida.
El cumplimiento de estas normativas básicas no se corresponde con la Responsabilidad Social, sino con las obligaciones que cualquier empresa debe cumplir simplemente por el hecho de realizar su actividad. Sería difícilmente comprensible que una empresa alegara actividades de RSC si no ha cumplido o no cumple con la legislación de referencia para su actividad.
Bajo este concepto de administración y de management se engloban un conjunto de prácticas, estrategias y sistemas de gestión empresariales que persiguen un nuevo equilibrio entre las dimensiones económica, social y ambiental.
Como parte de la RSC destaca el interés por la sostenibilidad. Además, caben en ella las prácticas relacionadas con el buen gobierno de las compañías, como son: la democracia corporativa (las relaciones de poder al interior de la empresa); el espíritu de cooperación de la empresa (kyosei en japonés) con sus clientes, proveedores, competidores, gobiernos; los compromisos de transparencia que adquieren las empresas con la sociedad y que se hacen efectivos a través de la rendición de cuentas en forma, normalmente, de informes o memorias anuales verificables por organismos externos; la ciudadanía corporativa entendida como los derechos y obligaciones de la empresa dentro de la comunidad a la que pertenece. [1]
El concepto de responsabilidad social no es nuevo. Aunque como idea ya se le había tomado en cuenta en la primera parte del siglo veinte, su estudio moderno tuvo como pionero a Howard R. Bowen quien, en 1953, sugirió que las empresas deberían tomar en cuenta las consecuencias sociales de sus decisiones. Desde el aporte de Bowen hasta la actualidad, se puede observar que la responsabilidad social como corriente a pasado por una primera etapa filosófica (década de los sesenta), seguida de una etapa en la que se especificaron las responsabilidades de las empresas y se trasladó el discurso filosófico a la gestión empresarial (década de los setentas), luego se presentó una tercera etapa en la que se integra el discurso socialmente responsable a la dirección estratégica a través de la teoría de los stakeholders (década de los ochentas). A partir de los noventas ya no se considera a la responsabilidad social empresarial como un fenómeno aislado dentro de la empresa sino que atraviesa transversalmente a las diferentes áreas de la organización. En 1996, Peter Drucker complementa este punto de vista afirmando que နcada organización debe asumir la plena responsabilidad por el efecto que tenga en sus empleados, en el entorno, en los clientes y en cualquier persona o cosa que toque. Eso es responsabilidad social".[2]
La mayoría de las definiciones de la responsabilidad social de las empresas entienden este concepto como la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores.
Antecedentes:
1. Evolución de la RSE en el mundo:
La Responsabilidad Social es un concepto que aparece en forma explícita a mediados del siglo XX. Sin embargo, se puede afirmar que en términos éticos y morales ésta ha estado presente desde los inicios de la historia de la humanidad a través de normativas para garantizar correctas prácticas comerciales.
En las culturas Griega y Romana las actividades comerciales fueron consideradas como un နmal necesario" apareciendo restricciones filosóficas sobre el trabajo de los mercaderes. Posteriormente, en la edad media continúan las restricciones religiosas planteadas por la iglesia católica que consideraba como despreciables a las actividades comerciales y de negocios. Hacia el siglo XIII, ante el crecimiento del comercio en las ciudades europeas, Santo Tomás de Aquino estableció el concepto del precio justo determinado por los mercados y los márgenes de utilidad razonables obtenidos en el proceso de comercio.
La ideología Judía favorable al capitalismo, la reforma y el nacimiento de la ética protestante hacen que el comercio ya no sea visto como una labor denigrante. Entre los siglos XV y XIX el comercio y las industrias crecen de forma sostenida, convirtiendo a la ética capitalista en un eje fundamental del desarrollo de la humanidad.
Luego de la revolución industrial de fines del siglo XIX, las empresas cobran un rol mucho más protagónico en el sistema. Sin embargo, a raíz de la crisis de 1929, la labor empresarial es cuestionada, optándose por estados con mayores atribuciones Å“ lo que se mantuvo hasta pasada la segunda guerra mundial. Es a partir de la década de los cincuenta que las compañías empiezan a consolidarse. Así, las grandes corporaciones empiezan poco a poco, a manejar los hilos de la economía mundial hasta llegar a la situación actual en que las grandes empresas son más poderosas, en términos económicos, que la mayoría de los países. En esta consolidación, se han sugerido una serie de obligaciones a la labor empresarial, las cuales toman cuerpo en lo que se conoce como Responsabilidad Social Empresarial y que se fundamentan en la importancia de las mismas en le sistema. [3]
2. Evolución de la RSE en Latinoamérica:
En lo que se refiere a Latinoamérica, las primeras manifestaciones del movimiento de responsabilidad social, se presentaron en la década de los sesenta así, en 1965 a parece la Asociación de Reguladores Cristianos de las Compañías del Brasil (ADCE), que para 1977 mutaría a la ADCE UNIAPAC Brasil, que es una institución que se preocupa por difundir el concepto de responsabilidad social no sólo en Brasil, sino en toda la región. En la década de los ochentas el tema empieza a tener un mayor protagonismo en América Latina, desarrollándose seminarios y eventos. Así mismo, algunas empresas brasileras empiezan a utilizar de manera incipiente el Balance Social.
En los noventas, comienzan a aparecer una serie de instituciones promotoras del tema como Perú 2021 (1996), el instituto Ethos de Brasil (1998), Acción RSE (2000), Fundemos de El Salvador (2000), entre otras.
En el año 1997 un grupo de 150 empresarios y líderes civiles representantes de diferentes regiones de las Américas, se reunieron en un congreso pionero en Miami donde se lanzó la idea de una alianza hemisférica de organizaciones empresariales de RSE y otras (ONG`s, Universidades e Instituciones Públicas) consiguiendo así la creación de Forum Empresa. Actualmente la red cuneta con 16 miembros y su sede se ubica en Santiago de Chile.
3. Consolidación de la responsabilidad Social:
En la evolución e historia de la responsabilidad social en el mundo, se pueden apreciar una serie de hechos que han determinado su consolidación para inicios del presente siglo: creación de organizaciones específicamente de responsabilidad social, iniciativas de gobiernos e instituciones mundiales. Así, en el año 2000, el Reino Unido creó el Ministerio de Responsabilidad Social Corporativa y en el año 2002, en Francia se decide la formación del Ministerio de Desarrollo Sustentable. Cabe mencionar que en estos dos países es obligatoria la presentación de reportes sociales que acompañen a los informes financieros de las empresas.
En este sentido, se puede afirmar que existen tres hitos fundamentales en la consolidación de la responsabilidad social, estos son: el Global Compact, las Metas del Milenio y la Declaración de la Ciudadanía Corporativa en el marco del World Economic Forum.
¿Que es una empresa socialmente responsable? [4]
Podríamos afirmar que es una organización competitiva en términos económicos, que intenta cumplir de manera excelente sus cometidos para continuar siéndolo y asegurar su pervivencia. Pero ello obviamente no es suficiente, debe dar también respuesta satisfactoria a los siguientes seis requisitos:
1) Ofrecer productos y servicios que respondan a necesidades de sus usuarios, contribuyendo al bienestar.
2) Tener un comportamiento que vaya más allá del cumplimiento de los mínimos reglamentarios, optimizando en forma y contenido la aplicación de todo lo que le es exigible.
3) La ética ha de impregnar todas las decisiones de directivos y personal con mando, y formar parte consustancial de la cultura de empresa.
4) Las relaciones con los trabajadores han de ser prioritarias, asegurando unas condiciones de trabajo seguras y saludables.
5) Ha de respetar con esmero el medio ambiente.
6) Ha de integrarse en la comunidad de la que forma parte, respondiendo con la sensibilidad adecuada y las acciones sociales oportunas a las necesidades planteadas, atendiéndolas de la mejor forma posible y estando en equilibrio sus intereses con los de la sociedad.
Principales Responsabilidades Sociales de las empresas con los trabajadores y la comunidad:
Servir a la sociedad con productos útiles y en condiciones justas.
Respetar los derechos humanos con unas condiciones de trabajo dignas.
Procurar la autocontinuidad de la empresa.
Respetar el medio ambiente.
Proporcionar un empleo lo más estable posible.
Favorecer una formación permanente que asegure la cualificación de
los trabajadores, y su crecimiento intelectual.
Facilitar la reinserción laboral a una persona accidentada.
Participar en proyectos de desarrollo local y regional.
Ayudar benéficamente a colectivos necesitados.
III.- PROBLEMAS JURIDICOS EMPRESARIALES
Los graves desequilibrios de la sociedad:
La globalización, trajo consigo el libre comercio y el abaratamiento de las comunicaciones y el transporte, pero a su vez evidenció graves desequilibrios existentes. Según el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de España [5], se pueden dar algunas cifras significativas: de los 25 trillones de euros que constituyen el producto bruto mundial, dos terceras partes corresponden a 53.000 empresas multinacionales y sus 400,000 empresas auxiliares y la facturación de algunas multinacionales supera el Producto Interior Bruto de muchos países en vías de desarrollo. Lo que demuestra que el poder económico real está en manos de las grandes empresas, que con sus políticas, además de gobernar los mercados pueden condicionar a los propios gobiernos de las naciones.
Por tanto, si el poder está en las empresas, deben ser éstas las que inicien acciones serias para resolver los problemas de desigualdades sociales y pongan en práctica medidas para conseguir la salvación medioambiental del planeta. Lo que no debe ir en detrimento de los importantes esfuerzos que los gobiernos de los países deben seguir haciendo, en especial los de los países más ricos. Las Administraciones Públicas pueden jugar un importante papel como movilizadoras de proyectos sociales en colaboración con la sociedad civil. En este mundo aparentemente próspero hay 1.300 millones de personas que tienen acceso a menos de un euro diario de renta y 2.000 millones (1/3 de los habitantes del planeta) carecen de acceso a luz eléctrica, agua corriente o las más elementales condiciones sanitarias. Tampoco podemos olvidar el grave deterioro medioambiental del planeta, con algunos de los países más desarrollados a la cabeza de la contaminación y los más pobres degradando los recursos naturales que les quedan. Las empresas que intervienen en este proceso contaminante, dentro o fuera de sus países de origen, asumen graves responsabilidades y estarán cada vez más en el punto de mira en esta sociedad global.
La globalización tiene paradójicamente una doble visión, por un lado facilita el desarrollo de las economías emergentes al facilitar la actividad empresarial en regiones de menores costes salariales, beneficiándose de las tecnologías más avanzadas que no tienen fronteras, pero por otro lado ha acrecentado los desequilibrios, permitiendo que las diferencias entre países ricos y pobres aumenten. Como respuesta natural surge el imparable fenómeno de la inmigración con el tremendo coste humano y social que representa, aunque en principio aporte beneficios económicos a las sociedades oferentes y receptoras de mano de obra. Evidentemente en Europa éstos son mayores por sus bajos índices de natalidad. Pero no olvidemos que las reacciones ante los aspectos negativos de la globalización son cada vez más duras y exigentes y ésta va teniendo un creciente número de detractores en los supuestos estados de bienestar como en el que estamos.
Pero la globalización lleva también asociada una mayor transparencia de la información con la ayuda e implicación de los medios de comunicación, permitiendo conocer con más facilidad los abusos que algunas empresas puedan cometer en países foráneos, por lejanos que éstos sean. Es ya frecuente que empresas multinacionales dispongan de grupos internos de control con movilidad en los países en los que contratan, para evitar tales abusos (pago de salarios por debajo de los mínimos legalmente establecidos, explotación de niños, contrataciones ilegales, maquinaria peligrosa no protegida, condiciones de trabajo deficientes, etc.). Ante determinadas noticias o situaciones, independientemente de lo que hagan las propias empresas, e incluso de que sean positivos los resultados económicos que obtengan, los activos intangibles de las empresas (los más importantes) pueden desvalorizarse con gran rapidez, lo que podría asociarse a un riesgo de volatilidad de los mercados financieros, ante el conocimiento de actuaciones empresariales fraudulentas.
Tengamos en cuenta que los ciudadanos corrientes no estamos dispuestos a consumir productos o servicios, ni estar cerca, de organizaciones que tengan comportamientos no éticos, al menos si tenemos conocimiento de ello.
Críticas y respuestas a las críticas contra la
Responsabilidad Social Corporativa [6]
Algunos sectores de izquierda son críticos de las corrientes que promueven la
RSC por considerar que ésta sirve sobre todo como una forma de publicidad empresarial. Ellos destacan la paradoja de empresas nocivas para la salud o para el ambiente que pretenden mejorar su reputación mediante un discurso retórico acerca de la RSC (por ejemplo, una empresa de cigarrillos que compra el tabaco a campesinos pobres para contrarrestar las críticas sobre el cáncer de pulmón).
Del mismo modo, las críticas que pueden encontrarse están dirigidas a cómo la empresa capitalista construye un nuevo paradigma en cuanto a la intervención directa del capital en lo que podría llamarse la "gestión del riesgo social" o del conflicto social. Es decir: frente a un proceso de acumulación y concentración de capital a gran escala en el marco del proceso de Globalización del capital -maximizado en los ´90-, se ha potenciado también la concentración del ingreso y por ende la brecha entre ricos y pobres. Este incremento de la pobreza a raíz de esa concentración de riqueza en pocas manos, ha generado exclusión y conflictos sociales en ascenso. La RSC vendría a dar respuesta por parte del capital para "gestionar" dichos conflictos a fin de aplacar su ebullición y generar mecanismos sistémicos de contención social sin necesidad de alterar las relaciones sociales establecidas. También las críticas hace referencia al progresivo alejamiento de las empresas de fijar sus comportamiento basándose en parámetros regulados por ámbitos políticos que representan la conformación de gobiernos elegidos democráticamente por voluntad popular (como ser la readaptación de derechos del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, o del Pacto de Derechos Civiles y Políticos de la ONU) y reemplazarlo por normativa autorreferenciada (como la ISO 26000, que contiene redefiniciones sobre esos temas), es decir no consensuada con ningún otro sector mas que el empresario. Otra de las críticas que también tiene que ver con el objetivo de la RSC es en cuanto a la tendencia a la liberalización y mercantilización de la economía: las normas ISO vienen también a cumplir ciertas necesidades del capital para globalizar la producción y circulación de mercancías, pugnando por el "acceso a mercados" (apertura de mercados nacionales) y la "facilitación del comercio" (estandarización y liberalización del comercio), en consonancia con directivas de organismos como la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Otras críticas provenientes de los sectores sindicales toman parte de esta visión sobre RSC, y a ello suman su crítica centrada en el paulatino abandono por parte de las empresas transnacionales del "tripartidismo" dentro de los organismos internacionales como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), donde funciona dicha práctica basada en la participación de los sectores empresarios, de los trabajadores y del Estado en el mencionado organismo para el dictado de resoluciones vinculantes.
Algunos economistas liberales, como Milton Friedman (monetarista), consideran que la única responsabilidad social de la empresa debe ser la generación de ganancias en favor de sus dueños, accionistas y trabajadores en un marco de competencia libre y abierta. Si la empresa sacrificase ganancias en nombre de la responsabilidad social -piensa Friedman- sería menos atractiva para inversionistas, trabajadores y consumidores, y a la larga perecería frente a los competidores.
La RSC no constituye necesariamente una forma de responsabilidad jurídica, porque bien puede no estar prevista en las leyes y descansar simplemente en la libre decisión de las empresas. Sin embargo, incluso cuando no está respaldada en la ley, la violación de un compromiso social puede costarle a las compañías fuertes críticas en la opinión pública (sanciones mediáticas) e incluso una pérdida de accionistas (sanciones bursátiles). Algunos estudios de caso ilustran la manera cómo una empresa suele tener interés comercial en ser socialmente responsable. Ello no constituye una respuesta a la crítica de Friedman (pues el principio de Friedman, el del lucro, sigue cumpliéndose), sino que la modifica, pues es posible obtener más ganancias al administrar de manera socialmente responsable. En las empresas modernas, la Responsabilidad Social Empresarial es más que un conjunto de prácticas puntuales, es más bien un programa integrado y reconocido de prácticas y políticas socialmente responsables, que soporta la toma de decisiones y conlleva al éxito del negocio a largo plazo; sin embargo, la empresa, sigue funcionando como una entidad cuyo principal objetivo es el lucro, pero adaptándose a las exigencias de un nuevo mercado cada vez más preocupado por los problemas sociales y ecológicos que la misma produce.
Mucho de lo que se relaciona con la RSC es de cuestión moral. En este sentido los temas morales bien pueden ser definidos por quien lo invoca. Por ejemplo, las empresas no pueden establecer parámetros de lo que ellas consideran que debe ser la participación social (ISO 26000). Algo más adecuado sería que el sector al que se hace referencia sobre dicha participación -en este caso sectores sociales- defina por sí mismo los parámetros con los que entiende que debería ser esa participación social, por ejemplo.
IV.- APORTES Y PROPUESTAS DE SOLUCION
a) Las empresas que reconocen su responsabilidad social, se van sumando a diario; sin embargo, muchas de ellas aún no han adoptado las prácticas de gestión pertinentes. Cuando las empresas tienen que integrar la responsabilidad social en la gestión cotidiana de toda su cadena de producción, sus trabajadores y directivos deben de adecuarse a romper con el viejo molde y concientizarse de los nuevos parámetros, todo ello es tiempo e inversión, que muchas empresas no quieren asumir.
b) Si bien es cierto que la responsabilidad social sólo puede ser asumida por las propias empresas, las demás partes interesadas, en particular los trabajadores, los consumidores y los inversionistas deben desempeñar un papel fundamental, en los aspectos relacionados a las condiciones laborales, el medio ambiente o los derechos humanos, exigiendo a las empresas adoptar prácticas responsables sobre el comportamiento social y ecológico.
c) La acción social de la empresa es importante, pero evidentemente no es el único tópico de la RSE, también habría que discernir todo lo relativo a la aplicación del marco legislativo en el derecho civil, laboral, ambiental, penal etc., y su reglamentación, de lo que se entiende actualmente por Responsabilidad Social, que más allá de lo recogido en la legislación, se aplica con carácter voluntario. (Al respecto se anexa una encuesta argentina de agosto del 2007 que evidencia el rechazo a legislar la RSE)
d) A pesar de que, hasta ahora, el fomento de la responsabilidad social ha correspondido fundamentalmente a algunas grandes empresas o sociedades multinacionales, ésta es importante en todos los tipos de empresa y todos los sectores de actividad. El aumento de su puesta en práctica en las pequeñas y medianas empresas, incluidas las microempresas, es fundamental, porque son las que más contribuyen a la economía y a la creación de puestos de trabajo. Aunque muchas PYME ya han asumido su responsabilidad social, sobre todo a través de su participación a nivel local, una mayor sensibilización y un apoyo más importante a la difusión de las buenas prácticas podría contribuir a fomentar la responsabilidad social entre este tipo de empresas.
e) La RSE o RSC, se trata para muchas sociedades nacionales, de una actividad novedosa de la que aún queda por hacer una valoración a más largo plazo. La incidencia económica de la responsabilidad social puede desglosarse en efectos directos e indirectos. Se pueden derivar resultados positivos directos, vg. un mejor entorno de trabajo (que genere un mayor compromiso de los trabajadores e incremente su productividad), o efectos positivos indirectos a través del aumento de la atención que prestan a la empresa consumidores e inversores, que ampliará sus posibilidades en el mercado.
f)En los países en vías de desarrollo como el Perú, los esfuerzos se deberían centrar en la instauración del marco legislativo o reglamentario adecuado a fin de definir un entorno uniforme a partir del cual desarrollar prácticas socialmente responsables; así mismo, es preciso mejorar nuestros conocimientos sobre la incidencia de la responsabilidad social de las empresas en sus resultados económicos y realizar estudios adicionales al respecto, en esta investigación podrían colaborar las empresas, las autoridades públicas y las instituciones académicas.
g) Se debe ofrecer en las carreras empresariales cursos de responsabilidad social de las empresas a fin de formar habilidades en los directivos y trabajadores para los retos que necesitarán en el futuro.
h) Actualmente los consumidores no sólo quieren productos buenos y seguros, sino también tener la seguridad de que se producen de manera responsable desde el punto de vista social. Para la mayoría de los consumidores, el comportamiento social de una empresa influye en las decisiones de compra de un producto o servicio. Esto crea perspectivas comerciales interesantes, ya que un número considerable de consumidores afirma estar dispuesto a pagar más por tales productos, aunque por el momento sólo lo haga efectivamente una minoría. Las cuestiones que más preocupan a los consumidores son la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores, el respeto de los derechos humanos en el funcionamiento de la empresa y en toda la cadena de suministros (por ejemplo, la no utilización del trabajo infantil) y la protección general del medio ambiente, sobre todo la reducción de las emisiones los gases de efecto invernadero, o sea los que producen el calentamiento global. En Estados Unidos y el viejo continente cada vez se hace más común la creación de etiquetas sociales por parte de distintos fabricantes de bienes de consumo, incentivados por el mismo mercado, lo cual contribuye gradualmente a un cambio social positivo de las empresas, los minoristas y los consumidores. No obstante, las iniciativas de etiquetado social y ecológico tienen un alcance e impacto potencial limitados, porque se circunscriben a nichos específicos del mercado de la venta al por menor, y, normalmente a productos importados o de exportación, los cuales están al alcance de consumidores con alto poder adquisitivo. En consecuencia, su cuota de mercado está creciendo pero sigue siendo relativamente reducida.
i)La inversión socialmente responsable debe ser prioritaria en toda empresa, porque las políticas responsables en los ámbitos social y ecológico son para los inversionistas un indicador de buena gestión interna y externa. En países del primer mundo, la adopción de estas políticas contribuyen a minimizar los riesgos, anticipando y previendo crisis que pueden dañar la reputación y provocar caídas espectaculares del valor de las acciones.
V.- BIBLIOGRAFIA:
CANESSA ILLICH, Giuliana & GARCIA VEGA, Emilio; EL ABC de la Responsabilidad Social Empresarial en el Perú y en el Mundo; segunda edición, Asociación Perú 2021; Mayo 2007; Lima.
Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos – Conferencia Internacional de las Américas (CILA 2006).
VI.- ANEXOS:
Anexo 1: Perú 2021
PERU 2021 es una Asociación Civil sin fines de lucro creada por un grupo de empresarios comprometidos con el país y su futuro. Su misión es contribuir con el desarrollo de un proceso dinámico a nivel nacional para el logro de una visión compartida de largo plazo para el Perú; donde la empresa se convierta en un motor de desarrollo e incorpore la responsabilidad social como una herramienta de su gestión, contribuyendo al mejoramiento de la calidad de vida y competitividad de su entorno. Su visión es ser una institución empresarial respetada y conocida por contribuir a que el Perú sea el país que todos aspiramos, como resultado de lograr que este comparta permanentemente una visión de largo plazo que oriente el accionar de sus ciudadanos, gobernantes e instituciones.
Anexo 2: Artículo Latinoamericano relacionado a RSE
Encuesta evidencia el rechazo a legislar la RSE (Argentina)
Martes 14 de agosto de 2007
Según la encuesta online realizada por Revista Sinergia entre sus lectores, se observa una clara tendencia general a no legislar la Responsabilidad Social Empresaria. Sin embargo, cuando se especifican un poco más las preguntas, se observa que crece el rechazo en el caso de una ley coercitiva y que, por el contrario, resulta aceptable la idea de incentivar a las empresas que adhieran voluntariamente a una norma, lo cual, exigiría una ley.
Ante la pregunta ¿Cree usted que la RSE debe ser regulada por ley?", el 46% manifestó que en ningún caso debería ser así, mientras que un 21% consideró la posibilidad de hacerlo sólo como una excepción y un 8% restringió esta opción sólo a algunas cuestiones abarcadas dentro del gran abanico de temas abarcados por la RSE. Mientras tanto, un 17% cree que la ley debe tener el mayor alcance posible. La segunda pregunta, basada en algunas leyes y/o proyectos legislativos, hizo alusión directa a una ley que "obligara a las empresas" (sólo a aquellas con determinado número de empleados, como referencia de su volumen de incidencia) a publicar un balance social. Las cifras indican que el 57% cree que esto implicaría un retroceso, o sea que este tipo de leyes tiene un rechazo aún mayor que una ley general. Finalmente, la tercera pregunta se refería a otro de los tópicos comunes en materia de legislación: el incentivo a las empresas responsables (en realidad, a aquellas que suscriban voluntariamente a una norma sobre RSE). El 48% cree que esto sería un impulso, mientras que el 37% lo ve como algo inconducente. Lo sorpresivo es que el número de personas que ven viable este inventivo es mayor que el número de personas que se oponen terminantemente a una ley, pese a que estas motivaciones deban generarse necesariamente a partir de una norma…
Más allá de las opiniones sobre estos tres ítems, hay algo que debe ser remarcado: la palabra ley, no es bienvenida para los puristas de la RSE, que suelen marcar justamente como punto de partida de sus acciones responsables el hecho de que no les son exigibles. Incluso, si se habla de obligatoriedad o coerción hacia las empresas, la idea de una legislación es más rechazada. En cambio, si se pone al frente el discurso sobre un incentivo (y se deja en un segundo plano la necesidad de una ley como fundamento), las opiniones dan un vuelco. El eje de este cambio es que la ley marca aún más el carácter "voluntario" de la RSE, según la entiende la mayoría de las empresas.
Fuente: www.revista-sinergia.com
Por Franck Karlos Reyna Guevara (*)
notariareyna[arroba]msn.com
(*) Abogado Notario de la Provincia de Rioja, Departamento de San Martín.
[1] Wikipedia: (http://es.wikipedia.org/wiki/Responsabilidad_social_corporativa)
[2] CANESSA ILLICH, Giuliana & GARCIA VEGA, Emilio; နEl ABC de la Responsabilidad Social Empresarial en el Perú y en el Mundo"; segunda edición, Asociación Perú 2021; Mayo 2007; Lima; Pág. 15.
[3] CANESSA ILLICH, Giuliana & GARCIA VEGA, Emilio; op. Cit.; Pág. 25, 26.
[4] Conferencia Internacional de las Américas (CILA 2006).
[5] Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de España (http://www.mtas.es/insht/ntp/ntp_643.htm)
[6] Wikipedia: (http://es.wikipedia.org/wiki/Responsabilidad_social_corporativa)
Autor:
Franck Reyna Guevara
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