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Uslar Pietri. El hombre que fue (página 2)


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Por otra parte, aun a pesar de lo abundante que fue su incursión en este género, y aun a pesar de que sí lo hace en otros casos y otros géneros, Uslar Pietri no expone su concepción sobre el ensayo, o al menos yo no la he podido leer. Quizás esta actitud obedece un poco a lo que dice Rodríguez Ortiz (1983):

Que se sepa, todas y cada una de las consideraciones sobre el ensayo padecen la prueba de la definición desde la primera línea… No es extravagante entonces que las concepciones sobre el ensayo salven mal su propósito y decepcionen. Es más, su fin deliberado está destinado al fracaso. El género acostumbra a defenderse proclamando arbitrariedad… toda consideración sobre el ensayo es una proclama indirecta de estética y un grito contra las averiguaciones (pp. 9-10).

Así, al parecer, Uslar a sabiendas de esta situación, como que se ahorró el problema o la vergüenza de pasar por allí y no dijo lo que creía del género, que a mí me hubiera gustado saberlo, así como me gusta conocer el ars poética de todos los ensayistas, lo que piensan de la forma a la que apelan para darle rienda suelta a su pensamiento.

De lo poco que dice, se puede entrever que nuestro autor valoraba bastante este género. Particularmente, en una de las entrevistas que sostuviera con Arraíz (2007), Uslar Pietri critica a Gallegos por no tener una obra de pensamiento: "la obra de pensamiento de Rómulo Gallegos no existe. Nada, ni un artículo" (p. 37), afirma rotundamente, a la par que lo catalogaba de ser un hombre débil y perezoso.

En esta entrevista observamos algo que Uslar no practica en demasía como ensayista, volviendo al tema de la condición docente (expositiva o informativa) de Uslar en sus ensayos. Así como vemos a un hombre menos ecuánime y más vehemente en ese juicio sobre Gallegos, creo que también fue en los textos de opinión política en los que más se nota a un hombre exaltado, apasionado y vehemente, inclusive.

Se sabe de su permanencia en puestos políticos, en épocas no muy claras ni muy gloriosas, como sus cargos durante el gobierno de Gómez, su silencio ante Pérez Jiménez, su presencia en la Comisión Delegada del Congreso Nacional durante el Porteñazo; lo cual siempre le reprocharían sus oponentes políticos y literarios (imagino que los políticos lo acusaban de intelectual y los literatos, de político). Todos estos hechos lo habrían hecho sentirse obligado muchas veces a justificarse, ante los otros y ante sí mismo; su capacidad argumentativa al respecto sería más ejercitada. Es, pues, en los ensayos de contenido político en los que leo a un hombre que opina y no sólo a un hombre que enseña.

Ahora bien, en su novelística y en su cuentística creo que es posible encontrar momentos culminantes (relatos como La lluvia y la novela Las lanzas coloradas), así como momentos malogrados (Un retrato en la geografía, por ejemplo), pero en el ensayo tuvo una gran regularidad y homogeneidad. Se me haría más fácil, por ello, hacer una antología de cuentos de Uslar que una antología de ensayos. Con todo, recuerdo particularmente algunos textos, como el ya mencionado sobre Samuel Robinson (en Letras y hombres de Venezuela), o uno, muy narrativo y muy emotivo, sobre Borges, que forma parte del conjunto Fantasmas de dos mundos.

En líneas generales, en sus ensayos Uslar siempre se va a lo profundo, a lo que considera lo esencial, sin detenerse en lo aparentemente superficial, se va a lo ontológico antes que a lo fenomenológico; su línea es, pues, de acuerdo con lo que hemos venido diciendo, la interpretación de la historia, de la cultura, del espíritu de nuestros pueblos, un poco a lo Mariátegui o a lo Octavio Paz. Sin embargo, su visión de la historia es un poco la que ha sido siempre: la de los hombres representativos, por ello mismo un poco romántico y un poco grandilocuente.

Para mi gusto, creo que también hace falta el ensayo sobre lo cotidiano, un poco a la manera de Key Ayala, o a la manera del creador del género, Michel de Montaigne. Las observaciones que hace Uslar Pietri sobre lo cotidiano, lo corriente, lo de todos los días, están principalmente en sus libros de viajes; me parece que se trataba de un agudo y tenaz observador (el texto La ciudad de nadie, sobre Nueva York, es sencillamente excepcional), pero que no concedía demasiada importancia a nuestra petit histoire.

Otro asunto que echó de menos en la obra ensayística de Uslar Pietri, coincidiendo con lo que dice José Ramón Medina (s/f) en el prólogo de Mundo nuevo nuevo mundo (1998), es un poco de sentido del humor, quitarle algo de solemnidad al asunto, incluso hablar de lo baladí o intrascendente; si bien, como señala el citado autor, Uslar Pietri "ha utilizado la eficacia del ensayo en la mayor parte de las modalidades" (p. XV), con la excepción ya señalada.

Sobre este particular, las diversas modalidades que asume el género que nos ocupa, Rodríguez Ortiz (1983) señala:

Hay, entre otros, el [ensayista] doctrinario, el poemático, el crítico, el estético, el social, el concentrado, el paródico, el difuso, el largo, el costumbrista, el narrativo, el aforístico, el dramático, el mediano, el epigramático (pág. 11).

A éstos, yo añadiría: el ensayista apolíneo, el ensayista docente y Uslar Pietri, que no es lo mismo pero es igual.

Uslar Pietri prácticamente transitó toda la vida política de Venezuela del siglo XX, abrazando, a lo largo de este tránsito, todas las posturas, tesis políticas, cargos y funciones que pueden ejercerse, faltándole tan sólo uno: la presidencia, que podría haber sido el destino natural de quien recorre el camino de la administración pública de la manera que él lo hizo, aunque su suerte final en materia de política y en el ejercicio de cargos públicos terminó siendo lo contrario de lo que al principio fue. Creo que primero fue un funcionario acólito y después un hombre con conciencia, hasta finalmente convertirse en una especie de conspirador, en el buen sentido de la palabra. Pero ya veremos en detalle lo que ocurrió.

Como se sabe, Uslar Pietri nació despuntando el siglo XX, el 16 de mayo de 1906, en los últimos años del gobierno de Cipriano Castro (quien había asumido desde 1899). A los pocos años, en 1908, el General Juan Vicente Gómez, en un golpe de dados, se haría con el poder, y allí permanecería hasta 1935. Es decir, la mayor parte de la infancia, adolescencia, juventud y hasta el inicio de su edad adulta, Uslar Pietri viviría en un país donde predominaba la monolítica figura de un dictador.

Las vinculaciones de Uslar Pietri con el poder y con la administración pública las tuvo desde muy temprano. En primer lugar, sus padrinos fueron el mismo Cipriano Castro y su esposa, Zoila de Castro, para entonces Presidente de la República y primera dama, respectivamente. Por otra parte, el padre de nuestro autor, el coronel Arturo Uslar Santamaría, estuvo al servicio del Estado, primero con Castro y después con Gómez (tras una breve estadía en la cárcel), ocupando diversos cargos de no muy excesiva relevancia pública pero sí de gran importancia para la familia de nuestro escritor, ya que eran la fuente del sustento familiar. Por último, con los hijos del General Juan Vicente Gómez nuestro autor tendría una relación de amistad durante la adolescencia.

Según señala Arráiz Lucca (2005):

Aquel adolescente solía sentarse a la mesa del general Gómez con mucha frecuencia… De modo que la adolescencia de Uslar está vinculada con la experiencia del trato frecuente del poder absoluto (pág. 13).

No es de extrañar pues que, ya en su juventud, la primera postura asumida por nuestro escritor haya sido la de un conservador, acaso timorato y medroso por la suerte que podría correr el padre, como ya dijimos, un funcionario menor bajo el régimen gomecista.

… la participación política de Uslar en contra de la dictadura gomecista suponía daños a su familia que el joven no quiso asumir. Además, la amistad con los hijos de Gómez (…) seguía en pie (pág. 17).

Así que mientras se va calentando el panorama político, con miras a la manifestación política de la llamada generación del "28[2]Uslar discretamente se hace a un lado, guarda silencio y no apoya públicamente a este movimiento, donde estaban algunos de los que eran sus compañeros de generación literaria y de universidad. Si bien militaban en el mismo bando en relación con literatura (se hacían ver a sí mismos como la vanguardia), en política Uslar estaba en la acera del frente, o quizás más bien en la del medio.

Después y durante los sucesos de la semana del estudiante en febrero de 1928, y lo que ocurrió en abril de dicho año, mientras los participantes terminaron en la cárcel, detenidos o porque se entregaron, y algunos luego fueron al exilio, Uslar se limita a la preparación de la publicación de su primer libro. En palabras del mismo autor, y para tratar de hacer entender su actitud, establece una diferencia entre la generación literaria, muy reducida, con la cual sí tuvo vinculación, y lo que después se llamó, de manera general, la generación del "28, que "fueron aquellos estudiantes que protestaron contra Gómez en Caracas" (citado por Arráiz Lucca, 2007: 11).

Respecto a este momento, tan polémico en su vida, Uslar añade lo siguiente:

Cuando el movimiento tomó un cariz político, a mí se me planteó un problema: ¿debía seguir, sabiendo que esto le iba a ocasionar a mi padre, que era funcionario del gobierno en Aragua, problemas graves y de consecuencias impredecibles? […] era preferible cargar con la responsabilidad de abstenerme. Entonces, me aparté. No caí preso y continué mi carrera en la universidad hasta finalizarla (Eskenazi, 1988).

Probada su fidelidad, si no al régimen por lo menos a la familia y a los amigos, en el año 1929, una vez que Uslar concluye su doctorado en Ciencias Políticas, es nombrado Agregado Civil de la Legación de Venezuela y, también, Secretario de la Delegación de Venezuela ante la Sociedad de las Naciones, razón por la cual viaja a París.

Hay diversas versiones con respecto a esta partida. Arráiz Lucca (2005) refiere lo siguiente

Sobre los intríngulis de su nombramiento, nada se sabe, pero es evidente que los vínculos entre Uslar y los hijos de Gómez han debido contribuir con la designación. Por lo demás, no se trataba de un cargo de importancia… [y] No era un absoluto desconocido para (…) el general Gómez (pág. 22).

En tanto que Spinato (2001) asegura que fue otra la razón:

… la inocente atracción del joven en una órbita que no se limitó a la protesta literaria, indujo su familia a alejarlo de la vida cultural caraqueña. Temerosos de que su actitud pudiera afectar al respeto y las cargas de que gozaban muchos de sus familiares, sus padres hicieron que se le enviara a Francia como Agregado Civil de la Legación Venezolana. De este modo Arturo Uslar Pietri se sustrajo a las represiones y a los encarcelamientos de los meses sucesivos…

Uslar permanecerá en ejercicio hasta 1934, desarrollando su labor con discreta eficiencia y aprovechando al máximo la estancia en Europa para viajar y conocer otros sitios así como entrar en contacto con la flor y nata de la vanguardia artística del mundo. En ese año es llamado a regresar a Venezuela, donde le esperan nuevos cargos, así como el inicio de sus coqueteos con la política, por la cual se dejó seducir, aunque sin olvidar del todo su vocación literaria.

De vuelta en nuestro país, es designado Presidente de la Corte Suprema de Justicia del estado Aragua, donde permanecerá por muy poco tiempo: renuncia a principios de 1935, pero no pasa a ejercer ningún otro cargo ni durante lo que queda del gobierno de Gómez (que fallece, oficialmente, el 17 de diciembre de 1935) ni hasta unos meses después de que asumiera el general Eleazar López Contreras. Sin embargo, éstos no son meses vacíos en cuanto a la actividad política de Uslar Pietri, al contrario, se comienza manifestar su interés en participar más activamente, no sólo como un mero funcionario, sino como un hombre que tiene ideas, gracias a que en el nuevo gobierno de López Contreras hubo una mayor apertura política y libertad de expresión, para nuestro autor y para muchos venezolanos que habían permanecido callados por largos años.

Al respecto, un hecho importante lo constituye el comienzo de su actividad como articulista de la prensa, en el editorial del 27 de diciembre del diario El Universal. En dicho editorial Uslar, por primera vez, realiza un análisis directo de la realidad de nuestra nación[3]haciendo un llamado a la unidad. Igualmente, se vincula a la redacción del diario Ahora, donde también elabora los editoriales, entre ellos el célebre texto titulado Sembrar el petróleo, del 14 de julio de 1936. En los referidos editoriales, Uslar mayormente abordaba los asuntos políticos de la nación.

A la par de esta actividad en la prensa, Uslar se vincula con agrupaciones políticas, específicamente hablamos de la Organización Revolucionaria de Venezuela (ORVE), donde también estaban Rómulo Betancourt (quien luego se desvinculó para fundar el Partido Democrático Nacional, germen de Acción Democrática), Mariano Picón Salas, Alberto Adriani, entre otras figuras destacadas de la intelectualidad venezolana (Diccionario de Historia de Venezuela de la Fundación Polar, 1997; tomo 3: 512); gracias a este último, recién nombrado Ministro de Hacienda, Uslar Pietri regresa a ocupar un cargo en la administración pública, como jefe de la sección de Economía del referido Ministerio.

Así, Uslar inicia, a la par de un largo silencio como escritor (entre 1936 y 1945 no publica un solo libro), una larga permanencia en la administración pública, ininterrumpida hasta la caída de Medina Angarita. Después de la ya mencionada sección de Economía, llegará a ocupar diversos cargos, varios de ellos ministeriales, durante los años referidos. Así fue, sucesivamente: director de Información y director de Política Económica, en la Chancillería; Director del Instituto Técnico de Inmigración y Colonización; Ministro de Educación, todo esto durante el gobierno del General Eleazar López Contreras. Cuando asume Medina Angarita, Uslar Pietri siguió siendo hombre de confianza, de la más alta confianza, ya que es nombrado Secretario de la Presidencia de la República; por unos meses es el Ministro de Hacienda pero después regresa a ocuparse nuevamente de la Secretaría de la Presidencia; cuando ocurre el golpe de estado del 18 de octubre, Uslar Pietri era el Ministro de Relaciones Interiores.

En todos estos cargos, que Uslar desempeñó con su característica eficiencia, participó en importantes decisiones y acciones que contribuyeron a configurar una nueva etapa en la vida republicana de nuestra nación. Por ejemplo, estando en la Cancillería, como Director de Política Económica, promueve la negociación del primer Tratado Comercial con Estados Unidos (Arráiz Lucca, 2005: 42); como Ministro de Educación, reformula el proyecto de la primera Ley de Educación, la cual es aprobada (tomado de http://www.me.gov.ve). Es interesante señalar que Uslar es uno de los primeros en tomar en cuenta las ideas de avanzada que, en su momento, esbozo don Simón Rodríguez; esto se refleja en el espíritu de la Ley antes referida.

Al frente de este despacho, Uslar obtuvo otros importantes logros: la ampliación de la matrícula; la preocupación por el mejoramiento del magisterio, tanto en sus condiciones socio económicas como en su formación; la reforma de la escuela primaria, que se dividió en dos etapas; la enseñanza de la historia de Venezuela como una asignatura independiente de la historia universal (comunicación Nro. 1975, del 15 de septiembre de 1939); la creación de la Biblioteca Venezolana de Cultura. La gestión de Uslar Pietri al frente del Ministerio de Educación posiblemente ha sido una más significativas del siglo XX, aun a pesar de que apenas contaba 33 años cuando entra a ese despacho.

Paralelamente al ejercicio de estos cargos, Uslar Pietri participa activamente en y con agrupaciones políticas en ciernes. Además de su ya mencionada presencia en la fundación de ORVE, Uslar se integra en 1937 a las filas del Partido Agrario Nacional, cercano al gobierno de López Contreras; asimismo, en 1943, se encuentra entre los líderes y fundadores del Partido Democrático Venezolano (PDV), que también era un partido de gobierno. Uslar es el gran ideólogo del partido y del Estado y mantiene una viva polémica con el más acérrimo de los opositores de la Presidencia de Medina Angarita: un tal Rómulo Betancourt.

Es interesante señalar que, durante el gobierno del antes mencionado, Isaías Medina Angarita, es cuando Uslar Pietri estuvo más cerca de la cima del poder. No sólo porque desde el puesto de Secretario de la Presidencia podía mover muchos hilos, sino porque parecía ser el sucesor natural para ocupar la primera magistratura del país; estamos hablando de una época en la cual se sometía a elección, por sufragio directo y universal, sino que era designado por quien ocupara el cargo, es decir, el presidente de la República elegía a su sucesor. Así, como decíamos, parecía que Uslar era el hombre, pero tenía un handicap: no era militar y no era andino, rasgos que eran una constante de los presidentes de Venezuela desde Cipriano Castro hasta el que era para ese entonces, Isaías Medina Angarita.

En una entrevista, el mismo Uslar habla de ese momento:

Era muy difícil que me escogiera a mí: yo no soy tachirense, y la tradición de militares tachirenses se imponía, hubiera sido un atrevimiento, una osadía contra los instrumentos del poder. Un día [Medina Angarita] me dijo: "Vamos a hablar Arturo, vamos a hablar de la sucesión de la Presidencia. Tú deberías ser el Presidente de Venezuela, tienes todas las condiciones para serlo, pero desgraciadamente en las circunstancias actuales yo soy el heredero de Cipriano Castro, a pesar de que mi padre murió peleando contra él, y no sería posible que yo rompiera esa tradición. Vamos a ver en quién pensamos" (Arráiz Lucca, 2007: 20)

No le habrá dejado un muy buen sabor a Uslar el haber tenido que coadyuvar en la elección de alguien para que ocupara el cargo que él hubiera querido para sí. El elegido resultó ser Diógenes Escalante, quien sí había sido militar y era, por demás tachirense; con su nombramiento estuvieron de acuerdo inclusive los factores que más adversaban a Medina, como la Acción Democrática de Betancourt[4]El eventual sucesor:

Inicia su campaña electoral en agosto de 1945, pero a las pocas semanas, empieza a manifestar señales inequívocas de enajenación mental. Obligado a renunciar a su candidatura… vive hasta su muerte, recluido en un hospital psiquiátrico de Miami, retirado de toda actividad (Diccionario de Historia de Venezuela de la Fundación Polar, 1997; tomo II, pág. 232).

El estado mental del eventual sucesor a la presidencia desatará la grave crisis política que desemboca en el golpe de Estado del 18 de octubre de 1945, historia que ya todos conocemos, incluso hasta en sus más mínimas consecuencias. En este estado de cosas, Uslar termina yendo al exilio, a Nueva York. Interrumpe así su permanencia en la administración pública pero retoma la interrumpida actividad literaria. Como él mismo lo confiesa, si no hubieran derrocado a Medina el 18 de octubre, él no hubiera sido un escritor sino un político, un Betancourt más; ese golpe lo devolvió a las letras de golpe, como él mismo dijo:

Si no hubiera habido el 18 de octubre lo más seguro es que yo no hubiera hecho mi obra de escritor, o la mayor parte de ella, que es por lo que la gente más o menos me considera y respeta. Hubiera sido un político profesional, me hubiera tragado la política, hubiera figurado en el dudoso catálogo de los presidentes venezolanos… el 18 de octubre hizo que me reorientara y me devolviera a lo que fundamentalmente soy. Soy un hombre de pensamiento (citado por Arráiz Lucca, 2005: 61)

Uslar regresa a Venezuela, en 1950, tras un exilio de 5 años. Pero no regresa para integrarse a la política de inmediato, al menos ésas no eran sus intenciones. Además de comenzar con su programa de televisión, alternó sus labores al frente de la agencia de publicidad ARS y del Papel Literario de El nacional. No debería resultar extraño este alejamiento de la política y de la administración pública en tales circunstancias: haber vivido un golpe de Estado, haber sufrido la cárcel (aunque sólo por un mes), luego el exilio, no muy buenas condiciones económicas (sus bienes fueron confiscados), ser sometido a la vergüenza pública (se le acusaba de corrupción).

Pero, aún así, a mí no deja de sorprenderme, no sólo el hecho de que Uslar ha regresado al país después de un golpe de Estado a un gobierno legítimamente constituido (el gobierno de Gallegos, quien se impuso en las elecciones de 1948 y luego fue derrocado), sino su silencio ante dicho golpe y ante los diversos hechos acaecidos entre el momento de su regreso y la caída de Pérez Jiménez en 1958: el asesinato de Delgado Chalbaud (en 1950), a la sazón presidente de la Junta de Gobierno; el desconocimiento, por parte de Marcos Pérez Jiménez, de los resultados de las elecciones de 1952, donde había resultado electo Jóvito Villalba. Uslar, como en el "28, calló o se hizo a un lado (y si algo dijo, no fue públicamente, no lo he leído o no ha llegado hasta nosotros). No es mi interés juzgar, menos aún sin estar en sus zapatos; sólo doy constancia de mi perplejidad.

Durante las dos peores dictaduras que padeció Venezuela en el siglo XX, Uslar pareció dormir el sueño de los justos, políticamente hablando, sin mayores preocupaciones. Primero, como funcionario de gobierno con Gómez; luego, durante el gobierno de Pérez Jiménez, Uslar aparecía en televisión (en 1953 comienza la producción de su programa para la pantalla chica) y en otros espacios de la vida nacional, sobre todo de la cultura y la academia: en 1951 fue electo como Individuo de Número de la Academia Venezolana de la Lengua, correspondiente de la Real Academia Española; en 1954 le confieren el Premio Nacional de Literatura, junto con Picón Salas; en 1955 ingresa a la Academia de las Ciencias Políticas y Sociales.

Sólo en 1952, cuando es eliminada la autonomía universitaria, Uslar sucribe, junto a otros profesores, una carta de protesta, y al año siguiente renuncia a su cátedra (Miliani, en Diccionario Enciclopédico de las Letras de América Latina, 1995); y a principios de 1958, faltando pocos días para la caída del régimen, parece despertar del letargo; sale del silencio y suscribe, junto con otros, el Manifiesto de los intelectuales (14 de enero). Va nuevamente a la cárcel, pero esta vez es menos de una semana. De allí sale el 23 de enero, para sumarse a los que redactaban el acta constitutiva del nuevo gobierno en el Palacio de Miraflores. Es él quien le habla, por radio, a la nación en aquel momento. Es a él a quien consultan acerca de la conformación de la junta de gobierno, de la cual no quiso formar parte.

Ese mismo año marca también el regreso a la vida política y en el debate público, desde su columna Pizarrón que había retomado. Así, Uslar suscribe su nombre a la plancha del partido URD, para ser senador por el Distrito Federal. A la postre, es electo, en diciembre de 1958; y permanecerá como senador hasta 1973, cuando decide no presentarse nuevamente a elección. A lo largo de su vida parlamentaria, participa en la Comisión Especial para la redacción de la Nueva Constitución de 1961; asimismo, apoya la creación del Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes (INCIBA, luego CONAC) y del Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE).

El momento culminante de su vida en la política nacional lo marca la participación en las elecciones de 1963. Es interesante señalar que su plataforma para ser candidato no son las letras sino la televisión, ya que como él mismo señaló en algún momento, de cada diez venezolanos, nueve le conocían por su programa. Sin embargo, en vista de que la oposición no logró un consenso, Uslar se presenta a las elecciones apoyado por partidos minoritarios (como el Frente Nacional Democrático, que él mismo fundara junto con Ramón Escovar Salom) y obtuvo un 16%. El vencedor en los comicios es Raúl Leoni (con apenas un 32%)[5]. El sueño de Uslar Pietri de ser presidente nuevamente se había esfumado.

Como no quería ir para atrás ni permanecer en segundo plano- ya había sido ministro y casi presidente-, qué otra cosa podía aspirar. Se quedó viendo el poder desde lejos y suspirando como por un amor imposible. Renuncia al partido que nació para avalar su candidatura. Se limita a apoyar, tibiamente, la candidatura de Miguel Ángel Burelli Rivas, en 1967. Y en 1975 acepta la propuesta de Carlos Andrés Pérez de ser embajador ante la UNESCO, a la que renuncia en 1978, cuando era Vicepresidente del Consejo Directivo de este organismo internacional. Después de eso comienza a alejarse progresivamente de la política, o más bien, de los partidos y de los cargos públicos.

En relación con su credo político, Uslar nunca fue de izquierda, ni siquiera de cerca. Pero tampoco parecía ser claramente de derecha; menos aún con la derecha venezolana, con la católica derecha venezolana (claro que Uslar no era exactamente un ateo). En algunos de sus discursos dejó entender que debía haber liberalismo pero también debe existir la intervención del Estado, de un Estado fuerte, sobre todo en un país como Venezuela (Smith con Keynes). En Golpe y Estado en Venezuela, su postrer libro, recoge sus ideas sobre el tema[6]

Los ochenta ven reaparecer a Uslar Pietri en la política pero desde un nuevo rol: desde la oposición, haciendo duras críticas al sistema, tanto en la prensa como en la televisión. Ya para ese momento había abandonado, definitivamente, todo intento de ocupar algún cargo, incluyendo la presidencia. Sin embargo, esto no le impide aceptar tampoco la propuesta de estar al frente de la Comisión Presidencial para el Estudio del Proyecto Educativo Nacional, invitación que le extendiera el para entonces presidente Jaime Lusinchi.

El epílogo de la participación de Uslar Pietri en la vida política nacional parece un final de Shakespeare, con la conformación de un grupo que se dio en llamar Los notables, quienes comienzan por enviar una carta a la Presidencia; en esa misiva, entre otras cosas, aseguraban que se hacía necesario el cambio del sistema político venezolano, sustentado en el Pacto de Punto Fijo. Luego, en otra carta, se insta a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia a renunciar. Éstos renuncian. Por fin, solicitan la destitución del Presidente, Carlos Andrés Pérez. Y, en efecto, la Corte Suprema de Justicia ordena a aquél que se separe del cargo.

Casi a la inversa de lo que hacen muchos dirigentes de hoy día (que comienzan lanzando piedras a la policía y terminan siendo los que ordenan a la policía arremeter contra los estudiantes), el de Uslar fue un largo y extraño periplo, el que lo llevó a ser de un funcionario acólito a una suerte de conspirador, en el buen sentido, como ya dijimos; pasó de ser un ocupante de cargos públicos y aspirante a la presidencia, a un crítico feroz del sistema. Así como muchas veces pasamos, casi sin transición, a odiar a la persona que amábamos, cuando ésta nos ha abandonado.

Cronología

1906 Nace, un 16 de mayo, en la ciudad de Caracas, Arturo Uslar Pietri, hijo de Arturo Uslar Santamaría y Helena Pietro

1914 Luego de haber aprendido sus primeras letras en una pequeña escuela, ingresa al colegio Francés

1916 Se muda, junto con su familia, al estado Aragua, debido a que su padre es nombrado jefe civil de Cagua; poco tiempo después, se trasladan de la referida población a la capital del estado, Maracay.

1920 Comienza su carrera como escritor, publicando un artículo en el diario El comercio de maracay

1921 Por un período de seis meses permanece en Valencia, donde cursa como interno en el Colegio Salesiano

1922 Enferma de paludismo. Toda la familia se traslada a Los Teques. Allí culmina, al año siguiente, el bachillerato, en el liceo San José

1923 Publica sus primeros relatos, en la revista Biliken

1924 Comienza sus estudios de Derecho en la Universidad Central de Venezuela (UCV), razón por la cual se muda solo a Caracas

1925 Nace el único hermano del escritor, Juan Uslar Pietri.

1926 Trabaja en el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil del Distrito Federal

1928 Redacta el manifiesto del grupo Válvula. Publica su primer libro de cuentos: Barrabas y otros relatos

1929 Se gradúa de Doctor en Ciencias Políticas. Viaja a Francia, como Agregado Civil en la Legación de Venezuela

1931 Se publica en Madrid su primera novela: Las lanzas coloradas

1934 Regresa a Venezuela. Es nombrado Presidente de la Corte Suprema de Justicia del Estado Aragua, cargo que ejerce por pocos meses

1935 Junto con Alfredo Boulton crean la revista El ingenioso Hidalgo

1936 Miembro fundador del partido ORVE (Organización Revolucionaria de Venezuela). Trabaja en el diario Ahora. Es nombrado Jefe de la Sección de Economía del Ministerio de Hacienda; Director de Información y luego de Política de la Chancillería. Presidente de la Asociación de Escritores de Venezuela. Publica el conjunto de relatos Red

1937 Profesor de Economía en la UCV. Miembro del Partido Agrario Nacional (PAN)

1938 Participa en la creación de la Cátedra Libre de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV. Reelecto presidente de la Asociación de Escritores de Venezuela

1939 Director del Instituto de Inmigración y de Colonización. Ministro de Educación. Se casa con Isabel Braun Kerdel

1940 Nace su primer hijo. Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Puerto Rico

1941 Es nombrado Secretario de la Presidencia de la República

1943 Ministro de Hacienda. Fundador del Partido Democrático Venezolano (PDV)

1944 Vuelve a la Secretaría de la Presidencia. Es electo Diputado de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Nace su segundo hijo

1945 Publica Las visiones del camino y Sumario de economía venezolana para alivio de estudiantes. Ministro de Relaciones Interiores. Es derrocado Medina Angarita y Uslar Pietri, luego de un período en la cárcel, es enviado al exilio. Vive en Nueva York. Miembro vitalicio de la Academia de Ciencias Políticas de Nueva York

1946 Profesor de Literatura Venezolana, Española y Venezolana en la Universidad de Columbia (Nueva York)

1947 Se publica en Buenos Aires El camino de El Dorado

1948 Inicia la escritura de su columna Pizarrón en el diario El Nacional. Publica Letras y hombres de Venezuela

1949 Publica Treinta hombres y sus sombras y De una a otra Venezuela. Gana el concurso de cuentos de El Nacional. Regresa al país por un corto período

1950 Regresa definitivamente a Venezuela. Trabaja en la compañía de publicidad ARS. Director del Papel Literario de El Nacional. Dicta clases de Literatura Venezolana en la UCV. Gana el premio Arístides Rojas por El camino de El Dorado

1951 Fallece su padre. Publica Las nubes. Ingresa como individuo de número a la Academia Venezolana de la Lengua

1953 Se inicia la transmisión de su programa Valores humanos

1954 Recibe el Premio Nacional de Literatura, que comparte con Mariano Picón Salas

1955 Se incorpora como individuo de número en la Academia de Ciencias Políticas y Sociales. Publica: Pizarrón (selección de artículos de su columna), Breve historia de la novela hispanoamericana, Valores humanos (primer tomo de la serie)

1956 Doctorado Honoris Causa en la Universidad Central de Venezuela

1957 Se estrenan sus obras teatrales El día del Antero Albán y El Dios invisible

1958 Es arrestado por haber firmado el Manifiesto de los intelectuales, contra la dictadura de Pérez Jiménez. A la caída de éste, es corredactor del acta de constitución del nuevo Gobierno. Es electo senador por el Distrito Federal

1959 Asiste, en calidad de embajador, a la inauguración de la estatua de Simón Bolívar en Washington. Publica Materiales para la construcción de Venezuela. Se estrenan sus obras Chúo Gil y las tejedoras y La fuga de Miranda. Muere su madre.

1960 Individuo de Número en la Academia Nacional de la Historia. Publica Chúo Gil y las tejedoras y La ciudad de nadie.

1962 Publica De hacer y deshacer en Venezuela. Aparece en Buenos Aires su novela Un retrato en la geografía

1963 Candidato a la presidencia de la República. Electo senador nuevamente

1964 Fundador y presidente del Frente Nacional Democrático. Publica Estación de máscaras.

1965 Recibe la Orden al mérito, del gobierno de Francia. Publica Hacia el humanismo democrático

1966 Académico Correspondiente de la Academia Nacional de las Letras del Uruguay. Publica Pasos y pasajeros

1967 Renuncia a la Secretaría del Frente Nacional Democrático. Se le otorgan la Orden Rubén Darío del Gobierno de Nicaragua y la Orden Ciudad de Caracas. Publica Oraciones para despertar

1968 Elegido nuevamente senador. Publica Las vacas gordas y las vacas flacas.

1969 Director del diario El Nacional. Publica En busca del nuevo mundo

1971 Emprende un viaje alrededor del mundo. Le es otorgado el Premio Nacional de Periodismo. Publica La vuelta al mundo en diez trancos y Vista desde un punto (selección de artículos)

1972 Le confieren los siguientes galardones, premios y reconocimientos: la Orden de Mayo por el Gobierno de Argentina, el premio Merghentaler de la Sociedad Interamericana de Prensa, Premio Hispanoamericano de Prensa por el Ministerio de Información y Turismo de España y el Premio María Moors Cabot en Estados Unidos. Publica el poemario Manoa.

1973 Culmina su actividad como parlamentario, y decide no volver a presentarse en las siguientes elecciones. Miembro de la Academia Argentina de las Letras. En este mismo país se le otorga el premio Alberdi Sarmiento y en Brasil le confieren la orden Rio Branco. Recibe la orden Francisco de Miranda en su primera clase, otorgada por el gobierno de Venezuela

1974 Recibe del gobierno mexicano la Condecoración del Águila Azteca. Cesa en sus funciones como director de El Nacional

1975 Embajador de Venezuela ante la UNESCO. Publica El globo de colores.

1976 Publica Oficio de difuntos

1977 Vicepresidente del Consejo Directivo de la UNESCO

1979 Doctorado Honoris Causa por la Universidad de París. Vuelve a Venezuela. Retoma el programa Valores Humanos. Publica Escritura (poemas) y Fantasmas de dos mundos (ensayos)

1980 Realiza la serie de televisión Cuéntame a Venezuela. Publica Los ganadores

1981 Se le confiere la Orden Diego de Losada en su primera clase. Publica La isla de Robinson, que le vale el reconocimiento del Escritor del año

1982 Premio Nacional del Literatura, por segunda vez. Publica Fachas, fechas y fichas

1983 Inicia la serie de televisión Raíces venezolanas. Publica Bolívar hoy

1984 Doctorado Honoris Causa por las Universidades Simón Bolívar y de los Andes. Individuo de número de la Academia de Ciencias Económicas de Venezuela. Orden Isabel la Católica del gobierno de España

1985 Presidente de la Comisión para el Estudio del Proyecto Educativo Nacional.

1986 Reconocimiento por sus ochenta años de vida en el Congreso Nacional. Reactiva el programa Valores humanos. Publica Godos, insurgentes y visionarios (conjunto de ensayos) y el poemario El hombre que voy siendo

1987 Publica su ensayo sobre las artes visuales Giotto y compañía

1989 Doctorado Honoris Causa por la Universidad Metropolitana. Coordina la obra Iberoamérica, una comunidad

1990 Publica La visita en el tiempo, lo que le vale el Premio Príncipe de Asturias. En Francia lo condecoran con la Legión de Honor

1991 Recibe el premio Rómulo Gallegos por La visita en el tiempo. Fallece su hijo Arturo

1992 Encabeza el grupo de Los notables, que solicitan la dimisión del jefe de Estado, Carlos Andrés Pérez. Publica Golpe y Estado en Venezuela

1994 Aparece el que será su último libro: Del cerro de plata a los caminos extraviados

1996 Con motivo de sus 90 años, el Congreso Nacional le rinde un homenaje

1998 Le otorgan el premio Alfonso Reyes en México

2001 Fallece a los 94 años, el 25 de febrero, en la ciudad de Caracas

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Autor:

Rafael Victorino Muñoz

[1] Para el momento de escritura de estas l?neas, el texto de dicha disertaci?n se encuentra en imprenta, pr?ximo a aparecer en un volumen de ensayos.

[2] Con el nombre de ?generaci?n del 28? se identifica al grupo de universitarios que protagonizaron en el carnaval caraque?o de 1928 un movimiento de car?cter acad?mico y estudiantil que culmin?, por diversos conductos, en un enfrentamiento con el r?gimen de Juan Vicente G?mez. Lo que fue inicialmente un proyecto restringido al ?mbito de la Universidad, se transform? en una propuesta destinada a la modificaci?n del r?gimen pol?tico y a un cambio en los fundamentos de la sociedad y la cultura venezolanas (Tomado del Diccionario de Historia de Venezuela de la Fundaci?n Polar, 1997: 469).

[3] Precisamente, el editorial de ese d?a se titula Conocimiento de nuestra realidad.

[4] Entre muchas hip?tesis, se maneja la versi?n de que Escalante habr?a pactado con Acci?n Democr?tica, quien le apoyar?a, sacando del juego al ex presidente L?pez Contreras y sus correligionarios; Escalante se habr?a comprometido a gobernar por 2 a?os y reformar la Constituci?n, estableciendo el sufragio universal, directo y secreto, que era la aspiraci?n de muchos, inclusive los que estaban con Medina.

[5] Tomado de www.cne.gob.ve

[6] Extra?amente, Uslar parece que prefer?a hablar de pol?tica impl?cita e indirectamente, sin embargo, en Oraciones para despertar, que recoge algunos de sus discursos, as? como Hacia el humanismo democr?tico as? como la mencionada Golpe y Estado en Venezuela, s? expone muchas de sus ideas pol?ticas.

Partes: 1, 2
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