Niños en situación de calle y trabajo infantil en Medellín, Colombia
Enviado por Julio César Córdoba Upegui
Resumen
Medellín es una ciudad que se encuentra en expansión y cada vez tiene más renombre en los diversos ámbitos mundiales, pero por diversos factores y problemáticas sociales propias del contexto socio-cultural, se ha venido presentando un fenómeno problemático llamado niños habitantes de calle y trabajadores.
Es mucho el desconocimiento que se presenta frente a esta temática y en las formas de actuar en dichos casos, razón por lo cual el presente trabajo intenta ayudar clarificando algunas de las preguntas más frecuentes frente al tema.
Los trabajos remunerados que se ofrecen a los niños se tipifican según el sexo, y aunque no todos ingresan a vivir en la calle de la misma manera, la mayoría lo hacen por razones bastante frecuentes: huir del conflicto armado, padres que no les brindan lo necesario, familias maltratantes, abandono, pares acosadores, drogadicción, entre otras. También se observa que a pesar de los programas aplicados por la alcaldía o algún otro ente, son de fuerte vocación asistencialista y no proveen integralmente al niño de lo que necesitan, contribuyendo a que finalmente deserten de dichos programas.
Palabras claves: niños habitantes de calle, niños trabajadores, maltrato infantil.
Abstract Medellin is a city that is expanding and is increasingly popularity in various fields worldwide, but several factors social issues own socio-cultural context has been showing a growing phenomenon called street children and working people it is much ignorance presented address this issue and even more in the way of acting in such cases, which is why this is sought to clarify some of the frequently asked questions on the subject. The works for children are some already stereotyped by gender, and while not all children enter homelessness in the same way most do it for the same reasons: the fleeing the armed conflict, parents who do not provide it necessary, abusive families, abandonment, peers, substance abuse, among others. It is also noted that despite the programs used by the city or any government body and these are very welfarist not provide the child with what they need at the time, helping these drop out of such programs.
Consideraciones previas a la temática
Para toda persona civilizada, es raro, o algo fuera de lo común ver a un niño habitante de calle.
En Colombia es un asunto frecuente, y se suelen ver pidiendo dinero o comida en las esquinas, delinquiendo, durmiendo en las aceras, viviendo bajo los puentes, residiendo en edificios abandonados y hasta en cajas de cartón, o en cualquier rincón, donde puedan dormir sin ser agredidos, ni descubiertos por la policía.
Para los propósitos del presente artículo, destacaremos lo concerniente a la ciudad de Medellín y las características que poseen los niños habitantes de calle de la misma. Habrá algunas condiciones parecidas o similares a las de otras regiones del mundo, como otras que son únicas del contexto socio-cultural de la región.
Dicho artículo se basa en documentos sobre investigaciones y aplicaciones desarrolladas sobre el tema, y con él pretendemos dar a conocer las diferencias entre dos tipos de niños en situación de calle y sobre las características físicas y emocionales que ambos presentan, además, algunas de las principales razones que auspician la ocurrencia de ambos casos. También se dará a conocer como estos niños comienzan a formar un vínculo con la vida en la calle, hasta el punto de llegar a ser habitantes de esta o vivir de la mendicidad. Igualmente se comentará como se presenta el inicio del consumo de sustancias psicoactivas.
El presente artículo asume posición frente a la política de prevención del problema en el contexto local, dado que las consecuencias de éste flagelo en la ciudad se asocian a otras problemáticas complejas y de deterioro social.
Medellín ofrece poca información que ilustre a padres y cuidadores sobre las razones que conducen a muchos de estos niños a la condición de calle, lo cual amerita el fortalecimiento de los conocimientos de la población sobre este malestar social, puesto que será la base sobre la cual se puedan diseñar mecanismos interventores que mejoren la calidad de vida de nuestros niños y niñas de la calle.
Los niños habitantes de calle o como también comúnmente son llamados "niños de la calle", son identificados como aquellos menores de edad que viven en las calles de una ciudad, en la cual se encuentran desprovistos de atención familiar o de protección de algún tipo, por parte de un adulto o del estado. Niño de la calle no es solamente aquel que duerme sobre cajas de cartón, bajo los puentes, en aceras o en edificios poco transitados, también se clasifican como niños de la calle aquellos que pasan todo el día o la mayor parte de su tiempo en ella, ya sea trabajando, delinquiendo o consumiendo sustancias psicoactivas y que cuando culminan su labor vuelven a sus casas para dormir.
Las labores, las motivaciones, los quehaceres diarios de los niños habitantes de calle son diversas, es por eso que la UNICEF (2002) creó dos categorías para explicar este término: "Niños de la calle son aquellos que están relacionados con algún tipo de actividad económica, que va desde la mendicidad a la venta modesta. La mayoría de ellos vuelven a casa al final del día y contribuyen con sus ingresos a la economía familiar. Ocasionalmente pueden asistir a la escuela y normalmente mantienen cierto sentido de comunidad familiar. Por último, los niños de la calle también son aquellos que realmente viven en esta, fuera de un medio familiar convencional. Los lazos familiares pueden existir todavía, pero son mantenidos sólo ocasional o involuntariamente" (informe sobre los niños de la calle Zimbabue)
En nuestro medio se encuentran testimonios como el de Juliet:
"Desde que me fui de casa a los 9 años, no he querido saber nada cerca de mis padres, porque ellos me prostituían; yo solo me hablo con mi hermana, que fue quien se voló conmigo". Juliet (agosto 13 del 2012)
También encontramos referencias sobre los niños que se encuentran privados de una atención familiar, de protección de un adulto, con padres poco capacitados para atenderle adecuadamente, cuando hacen parte de una familia maltratante, cuando han sufrido un desplazamiento forzado, o una deserción escolar, se convierten fácilmente en niños en vulnerabilidad de calle. Estos pasan gran parte de su tiempo en las calles de su barrio y además presentan problemáticas en los diferentes aspectos de sus vidas y manejan una estrecha relación con amigos vinculados a la calle y con baja autoestima:
"Mi papá era un borracho que nos golpeaba y mi mamá nunca nos defendió, cuando tenía 5 años golpeo a mi hermano menor hasta que lo mató, como yo camellaba con los duros del barrio fui llorando y les conté; ellos lo mataron y mi mamá dijo que fue culpa mía y me echó de la casa, desde eso vivo en la calle" Juan Camilo (Agosto 22 del 2011- muerto por tuberculosis en octubre del mismo año a los 21 años de edad).
En la ciudad de Medellín hay unos oficios infantiles ya "normalizados" para este tipo de población, como es el trabajo en los semáforos, los niños vendedores ambulantes, los que piden dinero o comida, los que realizan espectáculos callejeros o se vuelven ayudantes de algún trabajador artesanal. Pero hay otros que no son fácilmente reconocibles, como los "carritos", los que se prostituyen, los que trabajan realizando labores domesticas, los que migran a trabajar en fincas o minas, entre muchos otros. La situación de calle en algunos infantes los hace vulnerables para ser incluídos en células delictivas organizadas de la ciudad.
Según los informes presentados por UNICEF (2002), existen 100 millones de niños abandonados en todo el mundo, de los cuales 40 MILLONES pertenecen a América Latina y la mayoría de estos viven en las calles de las ciudades en las cuales pueden obtener beneficios económicos (Informe sobre los niños de la calle Zimbabue).
En el año 2007 el ICBF dio a conocer estadísticas sobre niños en situación de calle y la cifra fue de que de 4.457 niños habitan en las calles de las 16 principales ciudades del país (Colombia), el 81% de estos están entre los 12 y 17 años, otro grupo lo constituyen los menores de 7 años, que suman 171 niños y niñas que viven en las calles.
En el año 2001 el DANE en su III Censo Sectorial anuncio que el departamento de Antioquia era el que tenia mayor número de niños en situación de calle con respecto a Colombia, con una cifra de 565 individuos, pero esta cifra continuo incrementándose de manera tal que para el año 2007 fueron censados 835 niños en esta misma situación.
En el año 2012 se dio a conocer que hay un total de un 1 millón 800 mil niños y niñas que laboran en el país. Según el Departamento Nacional de Estadísticas -Dane- los trabajos en los cuales se destacan más niños son: la agricultura, en la cual los niños que trabajan son el 37,3%, lo siguen el comercio 30,5%; los servicios 7,8%; la industria 13,6; el transporte, almacenamiento, comunicaciones 6,9%; la construcción 2,1% y las actividades inmobiliarias 1,2%. (RCN radio, 2012)
Los habitantes de calle generan una percepción negativa, puesto que son asociados con algunas de las más viles y deplorables prácticas de la sociedad. Percepción que se acentúa si se trata de niños, ellos son una población generalmente calificada como la de menos jerarquía en nuestra cultura actual, son repudiados y aislados, tanto por su familia como por la sociedad (incluyendo su grupo de pares). Son individuos que viven entre la droga (ya que la mayor parte de la población en vulnerabilidad de calle la consume), la suciedad, la enfermedad y la agresión.
¿Pero como comienzan estos niños sus vidas en las calles? Llegan a ellas buscando un medio de sustento, ya sea para contribuir económicamente a sus familias o para encontrar algún tipo de aceptación o refugio en ellas cuando han sufrido desplazamiento forzado o deserción escolar. Cuando son abusados o violentados y las familias no poseen la capacidad de brindarles lo que necesitan (ya sea económico, afectivo o protección) de ahí que las calles se convierten en un atractivo sumamente fuerte para ellos, ya que muchos buscan los faltantes registrados en sus hogares, incluso, la necesidad de sentir que ellos mismos pueden dirigir su futuros o su destino, sin normas, horarios o programas impuestos por un adulto:
"Yo encontré en la calle el apoyo que no tuve en mi casa, mis papas vivían lejos y yo vivía con mis 5 hermanos en un apartamento en la ciudad; mis padres solo venían 3 veces al año y cundo mi hermano mayor murió no sentí necesidad de quedarme en un lugar que no me daba el cariño que necesitaba" Ana María (Agosto 28 del 2012)
En el primer encuentro para la vida en la calle un niño busca aquello que le era deficiente en su hogar, como hacerse acreedor de un grupo que garantice su protección. Por lo general estos grupos son organizaciones al margen de la Ley, con las que se genera un proceso de identificación, y para pertenecer a él es necesario que el nuevo integrante se inicie en el consumo de sustancias, o de otras transgresiones, que luego se irán convirtiendo en prácticas consuetudinarias, lo cual les permitirá encontrar en su nuevo grupo de pares la diversión y algunas otras ventajas de la vida en las calles, que los mantiene ocupados y alejados de la preocupación de una visión del mundo con una prospectiva de futuro.
En este tiempo y espacios, los niños como grupo, crean formas de obtener aquello que les falta mediante el hurto, robo a mano armada, indigencia, pequeños arreglos (como en supermercados, lavaderos de autos, quehaceres domésticos) o utilizar los lugares que les brinda el gobierno. Al estar inmersos en un grupo de dos o más personas, se sienten protegidos, así deban compartir las ganancias. En este tiempo ya conocen la sectorización de la ciudad, que no es la misma que se muestra en los mapas, ellos saben porque lugares pueden andar sin problemas y donde se les pedirá dinero o pueden convertirse en fáciles victimas de agresión, de esta forma van pasando los años y van adquiriendo una mejor posición en su grupo de pares, a la vez realizan una interiorización del entorno urbano, reconociendo los lugares que de alguna manera los benefician y de los que saben cómo sacar provecho, de manera que viven la vida bajo sus condiciones.
En la vida en la calle se dan situaciones confrontantes, lo que activa algunas crisis, como cuando un compañero muere por una sobredosis, o lo matan, o reciben una grave herida que los haga cuestionar sobre su futuro, e incluso, se da muy a menudo que su grupo de pares los hacen a un lado, o los traicionan, aunque en algunos casos entran a los programas gubernamentales que cuenta con educadores callejeros, llamados operadores (muchos de los cuales han vivido lo mismo, pero ahora se encuentran "regenerados").
Por último, el habitante de calle aprende a soportar la soledad, pues después de al menos dos años de vivencia en la calle se da cuenta que el grupo de pares con quien se inicio no le brinda lo suficiente, o las disputas y diferencias que llegan a presentarse ya no hacen la vida en grupo tan segura.
La forma de relación de este grupo de individuos es agresiva y basada en la desconfianza, ya que han sido rechazados y descartados desde sus hogares (o grupo familiar más cercano), produciendo en ellos sentimientos de aislamiento, tristeza y/o dolor. "El ser humano nace con un conocimiento intuitivo (inmediato) de sus necesidades organísmicas, a medida que se desarrolla, va empezando a construir un esquema de sí mismo con base a ese conocimiento. En los avatares de sus relaciones con el mundo y los otros, puede recibir dos clases generales de retroalimentación: consideración positiva incondicional y consideración positiva condicional. En tanto recibe ésta última, el sujeto, -que tiene necesidad de aceptación-, aprende a rechazar partes de su sí mismo que los demás desaprueban, con lo cual pierde parte de su proceso de satisfacción de esas necesidades que ya no reconoce de sí." (Carl Rogers, 2000) Con respecto a esto, los habitantes de calle poseen un sí mismo pobre, ya que las consideraciones positivas en este momento de sus vidas son infrecuentes, y también porque en su juventud temprana o niñez se retiraron de sus hogares, ocasionando que el desarrollo de su relación con el mundo se vea afectado negativamente, y como resultado final no reconocen partes valiosas e importantes de sí. La falta de conocimiento de sí mismo, hace que al momento de autoevaluarse, ésta sea errónea y sesgada negativamente.
Al vivir entre la droga, la suciedad, la enfermedad, la agresión, entre muchas otras cosas deplorables, no encuentran nada positivo hacia lo que son, se sienten inferiores, suponen que sus decisiones nunca serán ni han sido las correctas a lo largo de sus vidas, sienten que no pueden ni poseen derecho de ser felices, actúan con agresividad y atacan a los demás. Como dice Markus y Kunda (1986) "la autoestima influye en la autorregulación de la conducta, mediando en la toma de decisiones, influyendo en la elección de objetivos y en el establecimiento de planes de actuación".
Cuando estos jóvenes pasan por las diferentes crisis que viven en las calles, hace que todo lo malo que ven de ellos se incremente, llevándolos al estrés, la depresión, ocasionando que el desarrollo personal se vea limitado y/o sesgado y que caigan en conductas que refuerzan el concepto inadecuado que poseen de sí mismos y puede llevarlos a que atenten contra su ser físico y psíquico, de forma que la relación con sus pares, es problemática, ya que entre ellos mismos se han catalogado y esquematizado como los malos. Este fracaso en las relaciones se pueden dar por una disputa, un malentendido en el momento de expresarse, el relacionarse solo por conveniencia (este me protege o tiene más que yo), el aprovechar el momento, que entorpece la relación y produce falta de confianza y confiabilidad hacia las demás personas.
Muchos de los problemas, tanto familiares como con sus pares, son causados por desacuerdos con las personas que personifican la autoridad frente a una determinada situación, estos no los aceptan, produciendo dificultades a la hora de convivir en grupo.
En la ciudad de Medellín existen algunos componentes o características en estos niños que no se dan en otros lugares del mundo, como son sus formas de trabajo. Es muy común que estos niños trabajen en lavaderos de carros, transportando artículos o víveres en supermercados o en lugares como la plaza de mercado minorista, lo que les trae problemas de salud, ya que además de transportar grandes cantidades de artículos (que pesan casi lo mismo que ellos) la paga no es suficiente para el trabajo que realizan y no cuentan con un seguro de salud que los proteja de lesiones o dolores (RCN Radio, 2012). Algunos de los niños buscan una mejor paga, o un lugar en el cual puedan ganar más dinero, por tal razón algunos deciden migrar a lugares tales como las minas, donde están expuestos a una gran cantidad de riesgos, pero las gratificaciones económicas suelen ser más altas que en la ciudad. Otros trabajan en la mendicidad, ya sea para su subsistencia en la calle o como forma de colaborar en sus casas, es común también verlos vendiendo todo tipo de mercaderías, que ofrecen a altas horas de la noche en discotecas, tiendas, restaurantes y algunos otros lugares que permitan su acceso.
En Medellín existe un trabajo para estos niños denominado "carritos", que es aquel que transporta drogas y/o armas de un lugar a otro, ya que por ser menores de edad los policías no acostumbran requisarlos, estos niños o jóvenes se exponen a un gran riesgo, ya que de ser descubiertos por la policía pueden ir a reformatorios, y si son descubiertos por personas que estén involucradas en el mismo negocio y son rivales, pueden matarlos. Generalmente estos trabajos los desempeñan los varones, pues para el sexo femenino se encuentran trabajos como la prostitución, que se da en lugares específicos de la ciudad como el parque Bolívar, la Veracruz, algunas discotecas, etc.
Otro trabajo esquematizado para las niñas es el intercambio, el cual consiste en que la niña trabajará en algo determinado, como son los quehaceres domésticos, que generalmente no se le pagaran con dinero, si no con techo y comida (trabajan como internas), esto las expone a malas pagas, malos tratos y abusos de sus jefes.
Algunos niños y niñas obtienen sus ingresos del hurto, pero este es igual de riesgoso que el de "carrito", pues hay lugares que están protegidos por grupos de personas armadas que no toleran este tipo de actos.
"Cuando mi madre murió yo tenía 11 años y me fui a vivir con mi abuela, ella dijo que tenía que pagar mi propia comida, y fue por allá y hablo con el dueño de una heladería, trabaje dos semanas en las que no se me pago, cuando exigí la paga, el señor me dijo que tenía que irme una noche con el o no me daba nada, y luego cuando mi abuela hablo con él, él decía que yo no le estaba entrando la plata suficiente al negocio, que tenía que acostarme con los clientes si quería que yo ganara algo; llame a mi novio y le conté y él fue y le pego para que me diera la plata y con eso pagamos el hotel pa" dormir los primeros días" Marina (Noviembre del 2011)
En la ciudad de Medellín existen hogares de acogida para estos niños, en los cuales les ofrecen acogida, adopción y reintegración a sus familias, pero los procesos y espacios al parecer no son suficientes, ya que solo 1 de cada 100 niños es reintegrado de manera eficiente a la sociedad después de terminar el programa, convirtiendo a aquellos que no lo lograron en una población flotante, que se mantiene en el consumo de drogas. Hay organizaciones gubernamentales encargadas de proveer a estos niños de conocimientos (artísticos o les enseñan algún tipo de trabajo) para sus vidas, e incluso les pagan un lugar para vivir y cuando son mayores de edad les dan un plante para que lo inviertan y puedan conseguir un sustento económico que no se encuentre al margen de la ley y sea digno, pero estos individuos utilizan estos lugares como refugios, cuando las condiciones en las que viven se tornan mas difíciles, ya sea por las olas invernales o la violencia en la ciudad, de resto utilizan estos espacios para comer, dormir, asearse, entre otras ventajas que pueden obtener, razón por la cual esta es una población flotante, en la cual no duran un mes en una casa de acogida y las comienzan a tomar como lugares de paso que los proveen de algo que necesitan en el momento, como es protección, salud (pues acuden a estas cuando están muy enfermos), alimentación y aseo, pero la idea de que dejen la calle, los amigos que han hecho en ella, la droga, o vuelvan a sus hogares, o sujetarse a unos parámetros disciplinarios hace que descarten la idea.
Para que en la ciudad de Medellín se pueda llevar un proceso de resocialización más exitoso, creemos que es necesario que se intervenga a la población cuando se encuentra en las dos primeras fases de la vida en la calle, ya que en la última -la drogodependencia y su prolongada estadía en esta-, el individuo no ve mas formas de llevar su vida si no es en la calle.
Las mayorías de niños que viven en las calles abandonan sus hogares por que en estos no encuentran suplidas sus necesidades, lo cual evidencia la necesidad de instaurar un proceso que medie entre ellos y sus carencias, antes de que su única opción sean vivir en las calles. A pesar de la existencia de instituciones que buscan cumplir con esta labor, al parecer no cuentan con las lecturas y procedimientos adecuados, ya que muchos de estos niños han estado en estos lugares y expresan que "es mejor vivir en la calle y cuidarme solo, que estar de nuevo con mi familia, o alguien peor, a quien tenga que rogarle por comida y me griten por todo".
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Anexos
Para el presente artículo se tomo en cuenta unas entrevistas realizadas a personas que a pesar de tener su mayoría de edad, vivieron en la calle cuando eran niños o adolecentes. Estas personas se encontraban en una institución de la alcaldía en la cual se encontraban por problemas de salud.
Sistematización de la información:
Nombre: Marina
¿Qué edad tenias cuando comenzaste a vivir en la calle?
14 Años
¿Hace cuanto tiempo eres habitante de calle?
31 Años
¿Por qué comenzaste a vivir en la calle?
A los 9 años murió mi madre, a los 13 me mude con mi abuela, ella decía que tenía que trabajar y me empezó a llevar a un bar de prostitutas… a la semana me escape pal centro con un noviecito que tenia.
¿Te gustan los lugares que brinda el gobierno a los niños habitantes de calle?
Si, por que se ponen en contacto con los pocos familiares que tengo, pero no me gusta porque lo tratan de controlar a uno… prefiero conseguir mis propias cosas.
Nombre: Monica
¿Qué edad tenias cuando comenzaste a vivir en la calle?
13 Años
¿Hace cuanto tiempo eres habitante de calle?
6 Años
¿Por qué comenzaste a vivir en la calle?
Porque no me aguantaba a mi mamá…
¿Te gustan los lugares que brinda el gobierno a los niños habitantes de calle?
No, prefiero estar en las ollas o los patios, aquí si me dan comida pero en el patio y la olla uno pasa muy bueno.
Nombre: Fabiana
¿Qué edad tenias cuando comenzaste a vivir en la calle?
13 Años
¿Hace cuanto tiempo eres habitante de calle?
9 Años
¿Por qué comenzaste a vivir en la calle?
Problemas con mi familia de acogida.
¿Te gustan los lugares que brinda el gobierno a los niños habitantes de calle?
Cuando estoy enferma.
No me gusta, porque no me dejan consumir ni tener contacto físico con nadie, además te ponen a limpiar.
Nombre: Jennifer
¿Qué edad tenias cuando comenzaste a vivir en la calle?
11 Años
¿Hace cuanto tiempo eres habitante de calle?
7 Años
¿Por qué comenzaste a vivir en la calle?
Por problemas con mi papá.
¿Te gustan los lugares que brinda el gobierno a los niños habitantes de calle?
Si, por que puedo ir cuando quiero, dormir y me dan comida.
No me gusta permanecer mucho tiempo en ellos, son a veces como cárceles… prefiero estar consiguiéndome lo mío con mis amigos.
Nombre: Juan Camilo
¿Qué edad tenias cuando comenzaste a vivir en la calle?
5 Años
¿Hace cuanto tiempo eres habitante de calle?
16 Años
¿Por qué comenzaste a vivir en la calle?
Porque mi papá era un alcohólico que mato a mi hermano menor, yo hise que lo mataran y mamá me hecho de la casa.
¿Te gustan los lugares que brinda el gobierno a los niños habitantes de calle?
No, prefiero pedir plata para comprar bazuco.
Nombre: Daniel Tobon
¿Qué edad tenias cuando comenzaste a vivir en la calle?
15 Años
¿Hace cuanto tiempo eres habitante de calle?
6 Años
¿Por qué comenzaste a vivir en la calle?
Porque me volé de mi casa (Segovia) y me vine para la ciudad.
¿Te gustan los lugares que brinda el gobierno a los niños habitantes de calle?
Si, por que me dan lo que necesito, comida, ropa, dormida… pero prefiero estar con mis amigos de fiesta y comprar mariguanita.
Nombre: Ana María
¿Qué edad tenias cuando comenzaste a vivir en la calle?
15 Años
¿Hace cuanto tiempo eres habitante de calle?
17 Años
¿Por qué comenzaste a vivir en la calle?
Problemas con mi familia, ellos nunca estuvieron cuando los necesite, nunca me dieron su apoyo ni su cariño, ni siquiera cuando perdí mi bebé; encontré más apoyo en las drogas.
¿Te gustan los lugares que brinda el gobierno a los niños habitantes de calle?
Si, por que conozco gente que no está consumiendo todos los días y ayudando me siento útil.
Nombre: Francisco
¿Qué edad tenias cuando comenzaste a vivir en la calle?
12 años
¿Hace cuanto tiempo eres habitante de calle?
13 años.
¿Por qué comenzaste a vivir en la calle?
Porque en mi casa me pegaban mucho y era mejor estar afuera.
¿Te gustan los lugares que brinda el gobierno a los niños habitantes de calle?
Nunca me han gustado, prefiero estar afuera consiguiéndome lo mío, desde chiquito he sido así, ahora me toco estar en uno pero solo fue por el accidente que tuve, no espero sino poder caminar para irme otra vez.
Autor:
Viviana Rendón[1]
Enviado por:
Julio César Córdoba Upegui
[1] Estudiante de Psicología de la Fundación Universitaria Luís Amigó. En habilitación del trabajo de grado se desarrolló durante 2011-2012 una investigación –revisión- del tema.