Introducción
En el siguiente esquema se citan las corrientes y autores más importantes de esta época. En el apartado relativo a la Ilustración se incluyen sólo los ilustrados franceses, pero no se debe olvidar que Locke, Hume y Kant son también destacados defensores de este movimiento:
Racionalismo
a) Descartes (1596-1650)
Descartes trató de aplicar a la filosofía los procedimientos racionales inductivos de la ciencia, y en concreto de las matemáticas. Antes de configurar su método, la filosofía había estado dominada por el método escolástico, que se basaba por completo en comparar y contrastar las opiniones de autoridades reconocidas. Rechazando este sistema, Descartes estableció: "En nuestra búsqueda del camino directo a la verdad, no deberíamos ocuparnos de objetos de los que no podamos lograr una certidumbre similar a las de las demostraciones de la aritmética y la geometría". Por esta razón determinó no creer ninguna verdad hasta haber establecido las razones para creerla. El único conocimiento seguro a partir del cual comenzó sus investigaciones lo expresó en la famosa sentencia: Cogito, ergo sum, "Pienso, luego existo". Partiendo del principio de que la clara consciencia del pensamiento prueba su propia existencia, mantuvo la existencia de Dios. Dios, según la filosofía de Descartes, creó dos clases de sustancias que constituyen el todo de la realidad. Una clase era la sustancia pensante, o inteligencia, y la otra la sustancia extensa, o física. b) Spinoza (1632-1677)
La filosofía de Spinoza pretende una reforma del entendimiento, la religión y la política. Si se lo tuviera que comprar con Descartes se diferencia de éste por haberse ocupado de la política, excluyendo la problemática científica.
Spinoza se inspira en manuales de geometría euclidiana, lo cual revela su método: todo debe ser reducido geométricamente a partir de la idea de Dios, la cual es una idea innata. Por otra parte, en claro panteísmo, todo procede de Dios y todo permanece en él. La razón, es concebida como meramente deductiva y matemática, aspecto en el cual es posible encontrar las mayores similitudes respecto a Descartes.
Spinoza es quizá, un místico maravillado por la razón… o mejor, un racionalista inspirado en místicas intuiciones.
c) Malebranche (1638-1715)
Malebrache es el primero que se enfrenta con el problema donde lo ha dejado Descartes y, tratando de escapar al dualismo, concluye que -dada la heterogeneidad esencial entre alma y cuerpo- es imposible una acción recíproca. El cuerpo extenso capaz sólo de acción mecánica, no puede causar impresiones en el alma espiritual, inextensa. Las ideas, pues, no pueden provenir de los cuerpos; tampoco de la imaginación. Entonces, ¿son innatas? Imposible: ¿cómo podríamos adquirir una idea innata de cada detalle del universo? Nuestras ideas, según M., no son producidas por las cosas exteriores, sino por una iluminación divina con ocasión de las cosas exteriores. El conocimiento del hombre es, pues, una visión de las cosas en Dios (ontologismo), esto es, Dios se hace patente a nuestra experiencia. Vemos las cosas "en Dios". Las ideas son objetivas, en el sentido de que son iguales para todos; no son sensaciones subjetivas o variables. No es posible que la verdad (objetiva) proceda de las sensaciones (subjetivas) ni de la persona singular. El orden objetivo es ideal, las ideas existen en un mundo aparte, "el mundo ideal" (platonismo), que se sitúa en la Mente divina. Vemos la extensión "ideal" en Dios y a la vez vemos la existencia y naturaleza infinita de Dios. Por lo tanto, la evidencia de la verdad es la evidencia de Dios. El hombre conoce al Ser infinito porque conoce verdades objetivas.
Malebranche tiene una idea tan alta de la verdad que la considera absoluta. Si algo es verdad lo es eternamente. En consecuencia, todas las verdades que la razón adquiere, como las matemáticas, por ejemplo, son indicio del acceso que la razón tiene al Ser absoluto.
d) Leibniz (1646-1716)
EL pensamiento de Leibniz es claramente ecléctico. En su obra pueden encontrarse críticas a Descartes y a Spinoza con el objeto de descartar aquellos aspectos difíciles de conciliar en una síntesis que fucione la escolástica y el cartesianismo.
Condicionado por el contexto histórico (se buscaba en Europa un "equilibrio de fuerzas", basado principalmente en el conflicto), la unidad de los espíritus, respetando su pluralidad, será una preocupación central del proyecto filosófico de Leibniz. El nuevo orden que propone se basa en la idea de armonía en donde intereses contrapuestos pueden complementarse solidariamente. Al igual que Descartes y Spinoza, propone una unificación de todas las ciencias, pero su intención va más allá: la unificación de la ciencia abrirá el camino a la unificación de los espíritus. El método de Leibniz tiene también las características deductivo-matemáticas características del racionalismo. El objetivo de su matematización es la de analizar términos complejos para llegar a otros más simples e indefinibles, los cuales serían simbolizados al punto de crear un lenguaje universal que (al ser utilizado mediante claras reglas deductivas), impediría la aparición de nuevas teorías. Contrariamente a Locke intentará probar la existencia de ideas innatas. De acuerdo a su proyecto filosófico, estas ideas serían las "semillas" que permitirían llegar a un acuerdo entre todos los hombres.
Empirismo
a) Locke (1632-1704)
La teoría del conocimiento se convierte con Locke en una rama independiente de la filosofía. Su método es, lo que el denomina "método histórico", o un análisis descriptivo de lo que hay en la mente, semejante a la enumeración y clasificación que podría hacer un biólogo. El cometido de este análisis será el de comprender en alcance de nuestro conocimiento. Efectivamente, a diferencia de la posición racionalista, Locke partirá de la convicción respecto a la limitación del conocimiento humano. Esto no implica que no deba confiarse en la capacidad cognitiva del hombre, sino tan solo, limitar las pretensiones de conocimiento universal. Toda idea procede de la experiencia. A propósito de este tópico, debemos señalar que Locke distingue dos clases experiencias:
1. Experiencia externa: las ideas del hombre surgen cuando este tiene las primeras sensaciones que provienen de la experiencia externa. 2. Experiencia interna: cuando la mente reflexiona sobre las sensaciones derivadas de la experiencia externa (recuerdo, raciocinio) se produce la experiencia interna generando las ideas de reflexión. Ambos tipos de ideas son consideradas por Locke como ideas simples porque son producidas por la experiencia directa. Cuando la mente las recibe, se comporta pasivamente, pero luego, estas ideas se transforman en nuevas ideas, la mente se activa y las combina hasta elaborar ideas complejas las cuales no son otra cosa que combinaciones de ideas simples. Surgen así, tres categorías de ideas complejas:
1. Modos o propiedades
2. Substancias o soportes de los modos y
3. Relaciones
Las ideas son signos de las cosas en sentido en que son útiles para comunicar ideas los demás. Al parecer, Locke consideraba que las ideas eran independientes de las palabras puesto que sostenía que se pueden tener ideas y pensar sin necesidad de palabras.
b) Hume (1711-1776)
El término empirismo viene de la voz griega "empeiría" que se puede traducir como "experiencia". Cuando hablamos de "experiencia" en este contexto nos referimos más exactamente a la experiencia sensible o conjunto de percepciones. En un sentido amplio llamamos empirista a toda teoría filosófica que considera los sentidos como las facultades cognoscitivas adecuadas para la adquisición del conocimiento. A lo largo de la historia de la filosofía se han dado muchas formas de empirismo, unas radicales y otras moderadas; por ejemplo en la filosofía griega se puede citar la filosofía aristotélica y la filosofía atomista como filosofías más empiristas que la de Platón o la de Parménides. En el pensamiento medieval también encontramos autores muy inclinados al empirismo, como Guillermo de Occam, en la filosofía moderna el empirismo clásico, y en el siglo XX el neopositivismo.
En sentido estricto, utilizamos el término "empirismo" para referirnos al empirismo clásico o empirismo inglés, movimiento filosófico que habitualmente se contrapone al racionalismo clásico y que se caracteriza por las siguientes notas:
1. Los autores más importantes nacieron en las Islas Británicas, entre los siglos XVII y XVIII (Edad Moderna) y sus representantes más destacados son John Locke (1632-1704), George Berkeley (1685-1753) y David Hume (1711-1776), a quien se considera su máximo y más radical representante. 2. El objeto del conocimiento son las ideas, no el mundo exterior.
3. El origen del conocimiento está en los sentidos.
4. Rechaza las ideas innatas.
5. La experiencia (tanto la interna como la externa) es el criterio de validez y el límite del conocimiento; la experiencia interna es la percepción interna, la percepción de la propia vida anímica; la experiencia externa es la percepción externa o percepción de los objetos físicos. 6. Niega la intuición intelectual, aceptando sólo la intuición empírica, la intuición sensible.
7. Acepta la deducción sólo para la lógica y las matemáticas, y cree que para el conocimiento del mundo sólo es adecuada la inducción.
8. Toma como modelo de ciencia la Ciencia Natural.
9. Da –particularmente Hume– explicaciones psicologistas: reduce los distintos ámbitos de objetividad (el científico, el moral y el estético) a mecanismos, procesos y actividades psicológicos.
10. Apoya los ideales éticos y políticos de la Ilustración.
c) Berkeley (1685-1753)
Berkeley manifiesta ante todo la preocupación en los ámbitos teológicos por el materialismo de Hobbes y las doctrinas de librepensadores como Toland, Collins, Shaftesbury y Mandeville. Su obra principal "Principios del conocimiento humano: donde se investigan las principales causas de error, dificultad en la ciencias como también el fundamento y origen del escepticismo, ateísmo y irreligión" exhibe claramente las intenciones de su labor filosófica.
Berkeley dirá que la causa de todos los errores es suponer que la mente puede elaborar ideas abstractas (como las de "cuerpo" o "existencia" entonces critica así, la teoría de Locke sobre las ideas generales y propone un nominalismo absoluto: las ideas no son sino nombres de manera tal que toda idea o representación es individual, habiendo que tener mucho cuidado al usar las palabras.
Para Berkeley, solo conocemos ideas y además de las ideas no existe sino la mente que las percibe y Dios (que las hace percibir). Afirmar que existe un mundo material es la consecuencia de dejarse llevar por las falacias de la abstracción, considerando al "ser" de las cosas independientemente de su "ser percibidas".
Se dice que Berkeley no es un empirista consecuente puesto que su filosofía puede clasificarse como una metafísica inmaterialita ya que niega la existencia del mundo corpóreo y afirmando la existencia de sustancias espirituales como "Dios" y "alma" se encuentra en una posición totalmente opuesta a Hobbes.
Ilustración
a) Voltaire (1694-1778)
El carácter contradictorio de Voltaire se refleja tanto en sus escritos como en las opiniones de otros. Parecía capaz de situarse en los dos polos de cualquier debate, y en opinión de algunos de sus contemporáneos era poco fiable, avaricioso y sarcástico. Para otros, sin embargo, era un hombre generoso, entusiasta y sentimental. Esencialmente, rechazó todo lo que fuera irracional e incomprensible y animó a sus contemporáneos a luchar activamente contra la intolerancia, la tiranía y la superstición. Su moral estaba fundada en la creencia en la libertad de pensamiento y el respeto a todos los individuos, y sostuvo que la literatura debía ocuparse de los problemas de su tiempo. Estas opiniones convirtieron a Voltaire en una figura clave del movimiento filosófico del siglo XVIII ejemplificado en los escritores de la famosa Enciclopedia francesa. Su defensa de una literatura comprometida con los problemas sociales hace que Voltaire sea considerado como un predecesor de escritores del siglo XX como Jean-Paul Sartre y otros existencialistas franceses.
Todas las obras de Voltaire contienen pasajes memorables que se distinguen por su elegancia, su perspicacia y su ingenio. Sin embargo, su poesía y sus obras dramáticas abusan a menudo de un exceso de atención a la cuestión histórica y a la propaganda filosófica. Cabe destacar, entre otras, las tragedias Brutus (1730), Zaire (1732), Alzire (1736), Mahoma o el fanatismo (1741), y Mérope (1743); el romance filosófico Zadig (1747); el poema filosófico Discurso sobre el hombre (1738); y el estudio histórico Carlos XII (1730).
b) Diderot (1713-1784)
El nombre de Denis Diderot se encuentra estrechamente unido al de la Encyclopédie (Enciclopedia), uno de los símbolos de la Ilustración que desempeñó un destacado papel en la creación del clima ideológico desencadenante de la revolución francesa de 1789. Diderot nació en Langres, en la región francesa de Champaña, el 5 de octubre de 1713. Hijo de un maestro cuchillero de buena posición, se educó con los jesuitas, inició la carrera eclesiástica y llegó a recibir la tonsura en 1726. Estudió después en París y se graduó en artes en la universidad en 1732. Posteriormente se dedicó a ampliar su formación en leyes, literatura, filosofía y matemáticas. No parece, sin embargo, que, pese a tantas posibilidades, su vida fuese muy desahogada, ya que se dedicó a las traducciones e incluso a escribir sermones de encargo. Después de una crisis religiosa llevó una existencia desordenada, descrita en una novela que aparecería póstumamente en 1821, Le Neveu de Rameau (El sobrino de Rameau). Frecuentaba las tertulias de los cafés y en ellas conoció a pensadores ilustrados como Étienne Condillac y el ginebrino Jean-Jacques Rousseau.
En 1746, tres años después de contraer un matrimonio que pronto fracasaría, aparecieron sus Pensées philosophiques (1746), y en 1749 sufrió tres meses de arresto por Lettre sur les aveugles (Carta sobre los ciegos). En ambas obras, Diderot exponía su pensamiento, basado en un materialismo ateo que enfatizaba la dependencia del hombre respecto a los datos de sus sentidos. Desde 1745, Diderot venía trabajando, junto al matemático Jean Le Rond d´Alembert, por encargo de André Le Breton, en la traducción de la Cyclopaedia inglesa de Ephraim Chambers. Este trabajo lo llevó a concebir la idea de una gran enciclopedia que fuese el vehículo de las nuevas ideas contra las que consideraba fuerzas reaccionarias de la iglesia y el estado, y que sacase a la luz los principios esenciales de las artes y las ciencias. El fondo ideológico sería el racionalismo y la fe en el progreso de la humanidad. En 1750, después de cumplir el arresto, dio a la luz su Prospectus, que D´Alembert convertiría al año siguiente en el Discours préliminaire de la Enciclopedia. La publicación de la obra se fue realizando entre 1751 y 1772 con acogida variable, pero con un indudable éxito final. De los artículos publicados en la Enciclopedia, compuesta de 17 volúmenes de texto, Diderot escribió un buen número, pero, sobre todo, su tarea fue la de director y supervisor de la magna empresa, en la que además de los nombres citados intervinieron intelectuales como Charles de Montesquieu y Rousseau -que rompió su amistad con Diderot en 1758, el año en que D´Alembert dimitió y aquél quedó como director único de la obra-.
Pese a las numerosas prohibiciones y dificultades, la Enciclopedia llegaría a convertirse en un símbolo de las teorías revolucionarias y de los pensadores más avanzados del Siglo de las Luces.
c) Rousseau (1712-1786)
"Con Voltaire termina un mundo. Con Rousseau comienza otro" Goethe Rousseau, pese a ser colaborador de la Enciclopedia, fue el gran disidente. En 1749, en el concurso de la Academia de Dijon sobre el tema ¿Ha contribuido al mejoramiento de las costumbres el progreso de las ciencias y de las artes?, su respuesta fue que no, puesto que las ciencias y las artes se originan en los vicios, los alimentan y son el origen de la desigualdad entre los hombres. Esta problemática fue la desencadenante de su pensamiento. Las ideas de Rousseau se oponían abiertamente a las de la ilustración francesa puesto que desvalorizaba la cultura, la razón y la sociedad en favor del hombre en estado natural. Su valorización del sentimiento resultaba además, escandalosa. Del mismo modo, eran polémicos sus ideales políticos. Sin embargo, sus ideas tuvieron un enorme éxito y fue el ilustrado que más influyó en los futuros revolucionarios.
Construido sobre la estructura del paso del estado natural al estado de sociedad, el pensamiento de Rousseau propone un regreso utópico al primer estadio sin abandonar el segundo en tanto que abandonarlo ya no es posible.
Estado de naturaleza
El hombre 'natural' (primitivo) vivía aislado. Rousseau especula que carecía de una sociabilidad natural. A diferencia de Hobbes, tampoco cree que viviese en guerra contra todos. Introduce así la imagen del "buen salvaje", una suerte de inocencia natural (no existe el pecado original), la bondad es innata así como la igualdad absoluta. Tampoco hay moral. Pero esta condición natural, pertenece a un estado que ya no existe (quizá nunca haya existido, improbablemente vaya a existir alguna vez) pero resulta útil para reflexionar sobre la situación actual. El concepto de naturaleza sirve como punto de referencia y concepto directivo.
El paso al estado de sociedad
El hombre se vuelve menos feliz, menos libre y menos bueno. La idea del progreso es claramente atacada. Al aparecer la sociedad, el hombre comienza a perder la libertad y las desigualdades comienzan a ganar terreno cuando se establece el derecho de propiedad y la autoridad para salvaguardarlo. Entonces, la sociedad es un engaño, los hombres se unen supuestamente para defender a los débiles pero en realidad lo que hacen, es defender los intereses de los más ricos. Las diferencias son claras: ricos-pobres; poderosos-débiles; amos-esclavos. La coincidencia es el único reducto incólume, aunque casi ignorado. El hombre, fuera de sí, está alienado. Regreso a una sociedad de acuerdo a las exigencias "naturales" El primer paso es la transformación del individuo mediante la educación. En El Emilio el niño es educado con su mentor como el "buen salvaje" reproduciendo la experiencia de Robinson (novela de 1719) descubriendo por sí mismo, lo mejor de la cultura. A través de su programa educativo utópico, Rosseau critica a la educación ilustrada. El Contrato Social
Lo que sigue es la transformación de la sociedad. El programa del Contrato Social se basa en el establecimiento de "una forma de asociación (…) mediante la cual cada uno, al unirse a todos, no obedezca, sin embargo, más que a sí mismo y quede tan libre como antes" Rousseau Se trata pues, de una nueva modalidad de contrato social que devuelva al hombre su estado 'natural' sin que por ello deba dejar de pertenecer a una comunidad. No es, como quiere Hobbes, un contrato entre individuos, ni de los individuos con un gobertante, como propone Locke: es un pacto de la comunidad con el individuo y del individuo con la comunidad. Cada uno de los asociados se une a todos y a ninguno en particular.
Este pacto, crea la voluntad general que ni es arbitraria ni se confunde con las con la suma de las voluntades egoístas de las voluntades individuales de los particulares. Entonces aparece el concepto de soberanía, el soberano es la voluntad general, la cual es inalienable (no se delega, el gobierno no es sino un ejecutor de la ley que emana de la voluntad general, y puede ser siempre substituido), es indivisible (no hay división de poderes, como postulan Locke y Montesquieu.
Rousseau entiende establecer de este modo simultáneamente, la soberanía popular y la libertad individual. Porque, al hacer contrato con la comunidad, cada individuo está realizando también un contrato con sí mismo, en tanto que al obedecer a la "voluntad general", está siguiendo su propia voluntad.
El Contrato Social inspirará a los revolucionarios francés en 1789, a la comuna de 1870 y a los comunistas del siglo XIX. Inspiró también a Jefferson (1826), autor de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América.
El Idealismo Trascendental
a) Kant (1724-1804)
La orientación crítica que el empirismo inglés había iniciado, reconociendo y señalando los límites de la razón humana, y que la Ilustración había hecho suya, se convierte en la obra de Kant en un hito decisivo de la historia de la filosofía.
El objetivo de Kant es la creación de una filosofía esencialmente crítica, en la cual se establecen de un modo autónomo los confines y posibilidades efectivas de la razón humana. Este objetivo es el de un racionalismo que se proponga, en primer lugar, la elaboración del concepto mismo de la razón. Kant identifica este racionalismo con el iluminismo, y en realidad, el concepto de la razón a que él llega está en la línea que había comenzado con Hobbes y que el iluminismo había aceptado de Locke; es la línea que ve en la razón un órgano autónomo y eficaz para la guía de la conducta humana en el mundo, pero no una actividad infinita u omnipotente, sin límites ni condiciones.
Se pueden distinguir tres fases en el pensamiento de Kant:
– Primer período precrítico, hasta 1760. Prevalece el interés por las ciencias naturales, durante el cual sigue las huellas del pensamiento dominante en los primeros decenios del siglo XVIII.
– Segundo período crítico, hasta 1781, año en que se publica su obra principal "Crítica de la razón pura". Prevalece el interés filosófico y se determina su orientación hacia el empirismo inglés y el criticismo. Esta obra, que contiene la crítica a la que Kant somete a la razón humana, producirá, pese al escaso interés que despierta inicialmente, un giro total, que marcaría un nuevo estilo de pensamiento, un cambio radical en la orientación de la filosofía. Se evidencia una tendencia a evitar el error, más que el descubrimiento de la verdad, siguiendo la tónica de Descartes y de Locke y Hume, quienes ponen en duda diversas posibilidades de conocimiento. Esto lleva a Kant a concentrarse sobre los objetos de razón y sus límites, sus posibilidades, es decir, la crítica de la razón pura. Se inclina por una concepción de la metafísica como la ciencia de los límites de la razón humana, y no como un sistema de saber.
La filosofía crítica de Kant se halla en sus tres obras fundamentales: "Crítica de la razón pura", "Crítica de la razón práctica" y "Crítica del juicio". Los elementos de este sistema los denomina Kant "filosofía trascendental" o examen al que hay que someter a la razón humana para investigar las condiciones que hacen posible el conocimiento a priori. Kant afirma que para entender la experiencia (conocimiento a posteriori), es necesario tener conocimientos que no provengan de la experiencia (conocimiento a priori); aunque todo nuestro conocimiento empiece con la experiencia, no por eso procede todo él de la experiencia. Lejos del "sueño dogmático", sólo así el conocimiento empírico puede disponer de aquellas condiciones que exige el verdadero conocimiento (universalidad y necesidad) y que la sola experiencia no puede otorgar. Esto equivale a un cambio de método y a afirmar que no es el entendimiento el que se deja gobernar por los objetos, sino que son éstos los que se someten a las leyes del conocimiento, impuestas por el entendimiento humano.
Dando por sentado que son posibles la matemática y la física puras, se pregunta Kant si es posible la metafísica, a lo que concluye que todavía no se ha encontrado un camino seguro. Esto le llevará a la reflexión de que el pensamiento no conoce las cosas tal como son, pues "las cosas en sí" no se pueden conocer, lo que se conoce es "las cosas en mí" o fenómeno, en oposición al noúmeno o "cosa en sí". Esto es justamente lo que explora la Crítica de la razón pura.
– Tercer período postcrítico, desde 1781 hasta su muerte, que es el de la filosofía trascendental.
Kant se encuentra con el problema de la metafísica, las grandes cuestiones que exceden a la experiencia: Dios, la libertad y la inmortalidad entre otros.
En "Fundamentos de la metafísica de las costumbres" establece un hecho ineludible y es que el hombre es moral, se siente responsable y, por tanto, libre. Lo único bueno sin restricción es la buena voluntad, ya que es buena en sí misma, con independencia de los frutos que se logren al ponerla en acción. La guía de la buena voluntad es la razón, y no el instinto que busca siempre la satisfacción de sus propias necesidades; de aquí surge el núcleo de la moral en Kant: la moral consiste en la acción por deber. Define el deber como la necesidad de la acción por respeto a la ley. La ley, cuya representación tiene que determinar la voluntad, será que debo obrar sólo de modo que mi máxima pueda convertirse en ley universal, prescindiendo de mi sentir particular. Esta máxima será el principio subjetivo del querer, del mismo modo que la ley práctica será el principio objetivo de nuestra razón.
Ante la pregunta de por qué causa la razón pura puede convertirse en razón práctica, donde se mezclan los dos mundos, el nouménico y el fenoménico, responde Kant que es porque todo concepto moral dimana de la razón, y porque las representaciones puras del deber y de la ley moral le llegan al hombre a través de la razón.
A los principios objetivos que constituyen la voluntad, Kant los llama mandatos, los cuales se expresan a través de la fórmula del imperativo, que es un deber ser sin inclinación. El imperativo categórico es aquel que ordena actuar sólo según una máxima que pueda tornarse ley universal.
La clave para la autonomía de la voluntad, propia de los seres dotados de razón práctica, es la libertad; cuando el hombre se concibe como dueño de su libertad se incluye en el mundo inteligible, conociendo así la autonomía de la voluntad con su consecuencia: la moralidad.
En "Lecciones de Lógica", al final de su vida, Kant dice que en la pregunta ¿Qué es el hombre?, se resumen las de ¿Qué puedo saber?, a la que responde la metafísica, ¿Qué puedo esperar?, a la que responde la religión, ¿Qué debo hacer? a la que responde la moral. En estas cuatro preguntas, y en la distinción entre filosofía escolar y el concepto mundano de la filosofía o filosofía para la vida, la más importante, desemboca la filosofía de Kant.
Fuentes
3. http://www.mercaba.org/Filosofia/Moderna/nicolas_malebranche.htm
7. http://www.entradagratis.com/Enciclopedia-de-Filosofia/4798/Diderot,-Denis-pag.3.htm
9. http://www.nueva-acropolis.org.ar/Filosofia-moderna-Kant.386.0.html
Autor:
Dennis Luis Cabrera Mendoza