La Cámara de Diputados se opuso al gobierno huertista e incluso la facción maderista fue sumamente crítica con sus acciones. Belisario Domínguez, diputado chiapaneco, escribió un discurso en el que condenaba la violencia desatada y acusó a Victoriano Huerta de asesino. Después de ser prohibida su lectura en el Congreso por parte de la Cámara de Senadores, lo difundió por escrito. Poco tiempo después fue asesinado y cuando los miembros de la Cámara exigieron que se investigara su muerte y se garantizara la vida de los miembros del Poder Legislativo, Huerta decidió disolver la Cámara y mandó arrestar a varios de sus miembros. Cuando la Cámara de Senadores tuvo conocimiento de estos hechos sus miembros acordaron disolver su propia Cámara, por lo que Huerta asumió facultades extraordinarias.
5.1 Relación con los Estados Unidos
Pocos días después de la decena trágica, Woodrow Wilson asumió la presidencia de los Estados Unidos. Wilson, que no simpatizaba con Huerta, envió a agentes para que le informaran la situación que prevalecía en el país. John Lind llegó a México para sustituir a Henry Lane Wilson y presentó a Huerta en agosto de 1913 cuatro propuestas del gobierno estadounidense:
1. Cese al fuego inmediato y armisticio definitivo.
2. Elecciones libres inmediatas con la participación de todas las facciones.
3. Que el general Huerta no participara en dichos comicios.
4. Acuerdo de todos los partidos de acatar el resultado y cooperar en el nuevo gobierno.
Las propuestas fueron rechazadas por medio del secretario de Relaciones Exteriores, Federico Gamboa, por lo que el presidente Wilson declaró a los Estados Unidos neutral en el conflicto. De esta forma ninguna de las dos facciones podría comprar armamento del país fronterizo.
El ascenso al poder de Huerta provocó que los antiporfiristas se levantaran en armas, iniciando lo que se conoce como «Revolución constitucionalista» en marzo de 1913 en el norte de México.
6.1 Plan de Guadalupe
Venustiano Carranza (al centro) en La Cañada, Queretaro, el 22 de enero de 1916.
Un día después del ascenso de Huerta al poder, Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila, se dirigió al Congreso local informando su desaprobación a la designación de Huerta como presidente nacional y asegurando que se rehusaba a someterse a su gobierno. El día 26 de marzo de 1913, reunidos en la Hacienda de Guadalupe, en Saltillo, Carranza y otras personalidades, entre las que destacan Lucio Blanco y Jacinto B. Treviño, proclamaron el Plan de Guadalupe, que desconocía a los tres poderes de la federación y comunicaba que se tomarían las armas para restablecer el orden constitucional. Se nombraba además a Carranza jefe del «Ejército Constitucionalista» y se le daba la facultad de ocupar interinamente la presidencia de México para convocar a elecciones.
6.2 Movimientos en el norte del país
Este movimiento se caracterizó por tener una naturaleza legalista, cuyos segundos mandos estaban compuestos por los principales políticos y burócratas del estado. Entre los militares que integraban sus filas estaban: Jesús Carranza (hermano del gobernador), Pablo González, Francisco Coss, Cesáreo Castro y Jacinto B. Treviño, veteranos de la lucha contra el gobierno de Díaz.
En el estado de Sonora, los generales Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles le brindaron su apoyo a Carranza de manera inmediata, tomando el liderazgo del movimiento en el estado junto con Salvador Alvarado, Manuel Diéguez y Adolfo de la Huerta, entre otros. Esta facción estuvo representada por una clase media con cierta capacidad militar, que contaba con experiencia para realizar pactos con grupos populares.
En Chihuahua, si bien la clase media había sido la protagonista durante la lucha contra Porfirio Díaz y su gobierno, la muerte de Abraham González y la adhesión al bando huertista de Pascual Orozco tuvieron como resultado que la lucha en el estado la dirigiera Francisco Villa, miembro de las clases bajas, por lo que sus lugartenientes y segundos mandos (entre los que destacan Maclovio Herrera, Rosalío Hernández y Toribio Ortega) también eran parte de los sectores populares.
Otros movimientos importantes fueron establecidos en los estados de Durango, donde los principales líderes rebeldes eran de origen popular (como Tomás Urbina, Orestes Pereyra, Calixto Contreras y los hermanos Arrieta (Domingo, Mariano y Eduardo); y en Zacatecas, encabezado por Fortunato Maycotte y Pánfilo Natera, el cual fue un movimiento de clase media y populares.
El 18 de abril tuvo lugar en Monclova, Coahuila, una convención a la que acudieron representantes del movimiento revolucionario de los estados de Chihuahua, Sonora y Coahuila, cuya duración fue de tres días, durante los cuales fue ratificado el Plan de Guadalupe, la unión de las fuerzas de los tres estados en un solo ejército, y el compromiso de Carranza para cumplir el Plan de Guadalupe, que le convirtió en el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y líder de la rebelión en el norte.
Conforme fue esparciéndose el movimiento se le hicieron adiciones al plan original, principalmente por parte de políticos coahuilenses y antihuertistas de Sonora y Chihuahua.
En el mes de mayo la División del Noroeste, al mando de Álvaro Obregón, tomó los poblados de Santa Rosa y Santa María, con lo que prácticamente se aseguró el control de Sonora. Por ello avanzó por la costa del Pacífico hasta llegar al centro de Jalisco. En Chihuahua y parte de la Comarca Lagunera operó la División del Norte de Francisco Villa. La División del Noreste, comandada por Pablo González, y la División del Centro, al mando de Pánfilo Natera, completaron las tropas constitucionalistas que se enfrentaron al régimen huertista durante la segunda mitad de 1913.
6.3 Movimientos en el centro y sur del país
A diferencia de la activa participación que se vivió durante esta etapa en el norte del país, las regiones del centro y sur del territorio nacional estuvieron poco involucradas en el proceso, salvo algunos movimientos de consideración.
En el centro del país, por el hecho que la población tuviera un carácter urbano-industrial y el control mantenido por el ejército huertista, la rebelión tuvo un débil desarrollo. En el estado de San Luis Potosí se levantaron en armas los hermanos Cedillo (Saturnino, Cleofás y Magdaleno), aunque actuaron de manera independiente a los antihuertistas locales que reconocían a Carranza como líder. En el estado de Hidalgo operaron Nicolás Flores, Vicente Salazar, Francisco Mariel y Daniel Cerecedo, y en Tlaxcala Máximo Rojas y Domingo y Cirilo Arenas.
En el sur, su lejanía con los Estados Unidos (en donde se compraban las armas para la revolución), de los principales frentes de batalla, y su virtual incomunicación del país, ocasionó que la población se viera renuente a participar en el conflicto armado.
Dentro de los movimientos de la zona destacó el de Zapata, que también luchó contra el gobierno federal al cual desconoció el 4 de marzo, aunque lo hizo como un movimiento independiente al llamado «constitucionalista». Además, los métodos drásticos y cruentos de represión utilizados en su contra por el gobierno huertista hicieron que el número de alzados aumentara considerablemente, pues los habitantes se vieron obligados a intensificar la lucha defensiva. En el estado de Guerrero operó Jesús Salgado, de filiación zapatista, los hermanos Figueroa (Rómulo, Francisco y Ambrosio; todos ellos ex maderistas), y Julián Blanco, en la costa de Acapulco. Al mismo tiempo, en Oaxaca operó Juan José Baños, mientras que en Tabasco participaron varios líderes como Ignacio Gutiérrez Gómez, Pedro Colorado, Fernando Aguirre Colorado, Ernesto Aguirre Colorado, Luis Felipe Domínguez y Carlos Greene, aunque sus acciones no llegaron a inquietar al gobierno.
6.4 Intervención estadounidense
El 9 de abril, seis barcos estadounidenses anclaron cerca del puerto de Tampico, y cuando uno de ellos se acercó al puerto, su personal fue aprehendido por soldados federales mexicanos. Aunque los estadounidenses fueron liberados al poco tiempo, el contraalmirante estadounidense Mayo pidió al general huertista Morelos Zaragoza un castigo ejemplar para quienes habían realizado las detenciones y exigió que se izara la bandera de los Estados Unidos, a la cual se le deberían rendir honores con 21 cañonazos. El gobierno huertista trató de llegar a un arreglo, pero todo fue en vano debido a que el presidente Wilson ya había dado instrucciones para la ocupación del puerto de Veracruz, evitando que Huerta recibiera un embarque de municiones procedentes de Alemania que era transportado en el Ipiranga. La infantería estadounidense tomó la aduana de Veracruz el 21 de abril de 1914, posteriormente todo el puerto y el día 22 el de Tampico.
Huerta rompió entonces las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos y envió a la mayor parte de su ejército al estado. Argentina, Brasil y Chile (grupo conocido como ABC) se ofrecieron a actuar como mediadores en el conflicto durante las conferencias en Niagara Falls, Canadá, el 20 de mayo de ese mismo año. El 24 de junio se firmó finalmente un acuerdo que establecía que los Estados Unidos reconocerían cualquier gobierno provisional que resultara del conflicto armado, compensarían a los ciudadanos estadounidenses que se vieran afectados por la revolución y que su gobierno no exigiría indemnización alguna por el incidente de Tampico.
Desembarco estadounidense en Veracruz.
6.5 Avance revolucionario y toma de Zacatecas
Para inicios de 1914 los revolucionarios dominaban casi todo el norte del país (a excepción de Baja California). En Durango, Pablo González y Jesús Carranza, (o Jesús Agustín Castro y Luis Caballero en su ausencia), habían tomado el liderazgo del movimiento cuando Carranza tuvo que salir hacia Sonora después de que fuerzas huertistas tomaron el control del estado a mediados de 1913. Para entonces, los hermanos Cedillo se habían convertido en la fuerza dominante de San Luis Potosí; en Tepic operaba exitosamente Rafael Buelna; en Jalisco Félix Bañuelos y Julián Medina; y en Michoacán José Rentería Luviano, Gertrudis Sánchez y Joaquín Amaro Domínguez. En Veracruz, la lucha estaba encabezada por Antonio Galindo, Cándido Aguilar, Hilario Salas y Miguel Alemán.
Durante marzo y abril de 1914 los ejércitos del norte comenzaron a avanzar hacia la capital, Obregón por occidente, Villa por el centro, y Pablo González por el este con la intención de derrocar a Huerta, lo que motivó y facilitó el estallido de numerosos alzamientos en los estados centrales del país.
Principales movimientos de la revolución constitucionalista.
6.6 Toma de Zacatecas
Especialmente, la ciudad de Zacatecas tenía una gran importancia para ambos bandos debido a que era un cruce ferroviario que debían de tomar los revolucionarios procedentes del norte del país antes de llegar hasta la capital. La ciudad, que se encuentra rodeada de altos cerros, presentaba un gran obstáculo para los atacantes. El general Medina Barrón, encargado de las defensas de la ciudad, colocó la artillería del ejército federal en la cima de dos de los cerros más altos: el de la Bufa y el del Grillo.
Felipe Ángeles llegó a Calera (a 25 kilómetros de Zacatecas) el 19 de junio de 1914 y salió a reconocer el terreno para la batalla. Francisco Villa se presentó en las inmediaciones de la ciudad el 22 de junio, y ordenó que la ofensiva comenzara a las 10 de la mañana del día siguiente.
Conforme a lo planeado, los villistas atacaron las posiciones federales en los cerros de la Bufa, del Grillo, la Sierpe, Loreto y de La Tierra Negra, mientras cuarenta cañones apoyaban el despliegue de la infantería que ascendía por los cerros que rodeaban la ciudad.
Alrededor de las 05:40 de la tarde las tropas federales comenzaron a abandonar sus posiciones y huir de forma desorganizada, poco tiempo después los revolucionarios tomaron los cerros de la Bufa y del Grillo, avanzando posteriormente sobre la ciudad. Las tropas de Villa mataron a una gran cantidad de soldados que trataban de huir, contabilizándose cinco mil muertos en el bando federal, por tres mil en el bando revolucionario.
A pesar de la victoria, Villa no pudo ser el primero en llegar a la capital debido a que Carranza bloqueó los envíos de carbón a la División del Norte, el cual era necesario para alimentar los ferrocarriles de Villa.
Por otro lado, Obregón bajó por Sinaloa y Jalisco, ocupando Guadalajara, desde donde se dirigió al centro del país. González bajó por Monterrey, Tampico, San Luis Potosí y Querétaro. Con estos avances el movimiento dejó de ser exclusivo del norte del país y abarcó prácticamente la mitad del territorio nacional, lo que al mismo tiempo ocasionó que otros sectores sociales se incorporaran. Además, conforme avanzaron las fuerzas revolucionarias, se tuvieron que establecer diversos pactos con los lugareños a cambio de apoyo, por lo que se hicieron decretos obreristas y agraristas.
6.7 Triunfo revolucionario
El 14 de julio de 1914 Huerta huyó de la capital y al día siguiente, 15 de julio, presentó ante el Congreso su renuncia. Se trasladó a La Habana, Cuba, y de ahí a Estados Unidos, donde fue detenido y enviado a la prisión de El Paso, Texas, donde murió en 1916.
Francisco Carvajal, entonces ministro de Relaciones Exteriores, quedó al frente del gobierno con la tarea de entregar la capital a las fuerzas revolucionarias y negociar la rendición de las fuerzas federales. Carbajal solicitó la mediación de los Estados Unidos, a lo que Carranza se rehusó. Después de pláticas entre el gobierno y carrancistas, el 14 de agosto de ese mismo año se firmaron los Tratados de Teoloyucan, en donde se presentaba formalmente la rendición incondicional del ejército federal.
Tropas Federales a la espera de Francisco Villa en la Ciudad de Torreón.
6.8 Guerra de facciones
Tras la renuncia de Huerta la capital fue rápidamente ocupada por el Ejército Constitucionalista ese mismo 15 de julio. Venustiano Carranza llegó a la ciudad acompañado de Álvaro Obregón el 20 de agosto y tomó el mando político y militar.
El hecho de que Carranza le hubiera negado la posibilidad de entrar a la capital y que no lo hubiera invitado a la firma de los Tratados de Teoloyucan creó un fuerte malestar en Francisco Villa, por lo que varios generales intentaron llegar a un arreglo pacífico. Se llevó a cabo entonces una reunión, cuyo resultado quedó plasmado en el Pacto de Torreón, en el cual se acordó que Carranza seguiría siendo el Primer Jefe, la División del Norte tendría el mismo rango que la del Noreste y Noroeste, y Felipe Ángeles fungiría asimismo como jefe de todo el Ejército Constitucionalista.
Poco después, Carranza convocó a los gobernadores y generales a una convención, en la que debía elaborarse un programa revolucionario.
Defensa Revolucionaria.
Convención de Aguascalientes
La apertura de la Convención se llevó a cabo el 1 de octubre en la Ciudad de México y fue presidida por Luis Cabrera. Sin la presencia de los delegados villistas ni zapatistas, Carranza presentó su renuncia durante la sesión del tercer día, aunque ésta no fue aceptada por los delegados. Se acordó además que la convención se trasladara a Aguascalientes con la finalidad de que asistieran villistas y zapatistas, además de que sólo participarían militares y no civiles.
Las sesiones fueron reanudadas el 10 de octubre en la ciudad de Aguascalientes, siendo presididas por Antonio I. Villarreal, José Isabel Robles, Pánfilo Natera, Mateo Almanza, Marciano González, Samuel Santos y Vito Alessio Robles. Con el traslado de la sede, Villa decidió enviar a sus delegados y Zapata hizo lo mismo. Carranza por su parte no asistió a la convención, ya que creía que Aguascalientes estaba amenazada por Villa. En su lugar se dirigió a Veracruz.
Durante las sesiones, que se prolongaron hasta el 13 de noviembre, los zapatistas pidieron que Carranza renunciara como Primer Jefe de la revolución y que se aceptara íntegramente el Plan de Ayala. En una carta leída a los presentes por Álvaro Obregón, Carranza aseguraba estar de acuerdo en renunciar si Villa y Zapata se retiraban de la vida pública y renunciaban como líderes de sus respectivos ejércitos. La Convención nombró a Eulalio Gutiérrez presidente interino. Al enterarse del nombramiento el 10 de noviembre, Carranza desconoció el acuerdo de la Convención y su derecho a nombrar presidente, declarando que Gutiérrez era un presidente espurio.
Las fuerzas carrancistas salieron de la capital al mismo tiempo que entraban los zapatistas. Días después llegaron las fuerzas de Villa, reuniéndose ambos generales y firmando el Pacto de Xochimilco, el cuál básicamente constituía una alianza contra Carranza. Presionado por Villa y Zapata, Gutiérrez no pudo gobernar, y el 16 de enero salió de la capital e intentó establecer su gobierno en San Luis Potosí, aunque al poco tiempo renunció de forma definitiva. Roque González Garza fue nombrado presidente provisional, gobernando del 17 de enero al 9 de junio de 1915.
Mientras tanto en Veracruz Carranza gobernó de facto el país: el 12 de diciembre de 1914 reformó el Plan de Guadalupe y poco después, el 6 de enero de 1915, promulgó una serie de leyes redactadas por Luis Cabrera.
El 10 de junio Francisco Lagos Cházaro recibió de la Convención el Poder Ejecutivo. La capital fue tomada de nuevo por los carrancistas el 2 de agosto y ante su llegada la Convención se trasladó a Toluca y posteriormente a Cuernavaca, en éste último sitio sin la presencia villista.
Francisco Villa, Eulalio Gutiérrez y Emiliano Zapata reunidos en Palacio Nacional.
6.9 Triunfo del constitucionalismo
Desde inicios de 1915 era claro que la lucha por el poder continuaría, ahora entre carrancistas, villistas y zapatistas. Los últimos dos grupos contaban para entonces con la ventaja de tener un ejército más numeroso y habían ocupado la capital, aunque conforme avanzó ese año la balanza se fue inclinando hacia el bando carrancista gracias a las victorias de Álvaro Obregón frente al ejército de Francisco Villa y a que, a pesar del pacto realizado en Xochimilco, nunca hubo una verdadera colaboración entre Villa y Zapata debido a que éste último tenía por objetivo mantener aislada su región, por lo que se mantenía a la defensiva.
El 6 de abril de ese año las fuerzas de Villa intentaron tomar Celaya, la cual estaba bajo el control de Obregón, quien pudo defender la plaza, causando alrededor de 2.000 bajas en el bando contrario. Una semana después, Villa volvió a intentar tomar la plaza, esta vez perdiendo alrededor de 4.000 soldados y fallando en su objetivo. Estas derrotas debilitaron fuertemente al ejército villista, el cual se dirigió a León con la intención de recuperar sus fuerzas. En total se desarrollaron cuatro batallas en el bajío guanajuatense, y a pesar de que todas las ganó Obregón, en la última, en el poblado de Santa Ana del Conde, un casco de metralla lo hirió en el brazo derecho, por lo que los médicos se lo amputaron.
Carranza logró recuperar el control de la capital en el año de 1916.
Convencionistas y constitucionalistas en diciembre de 1914.
Constitucionalistas, zapatistas y villistas en diciembre de 1915.
Participación de la Casa del Obrero Mundial
La «Casa del Obrero Mundial» había sido fundada durante la presidencia de Madero, el 22 de septiembre de 1912, por un grupo de trabajadores mexicanos y activistas extranjeros. Durante esta etapa la organización sirvió a manera de «unión» para agrupaciones sindicales y mutualistas posicionados en la Ciudad de México, además de que tuvo una composición plural, ya que tanto anarquistas como católicos integraban sus filas. Al ser derrocado Madero, en la COM se impuso una línea más radical que rechazaba el gobierno huertista. Tras el triunfo de la revolución constitucionalista en agosto de 1914 y el posterior exilio de Victoriano Huerta, Obregón reabrió la COM. Sin embargo, la lucha entre las facciones carrancistas y convencionistas causó debates sobre el camino que debía de seguir la organización. Los argumentos del pintor Gerardo Murillo (conocido por su seudónimo «Dr. Atl») y de Obregón convencieron a los dirigentes de la organización de aliarse con la revolución constitucionalista, misma que ya había definido su vocación social durante la guerra. El 17 de febrero de 1915 se firmó en la Ciudad de México una alianza entre la Casa del Obrero Mundial y la facción carrancista, misma que solicitaba de la primera «aportar voluntarios a las filas constitucionalistas», y a Carranza se le pedía «convertir en leyes las demandas de los obreros organizados».
Esto dio origen a los llamados Batallones rojos, grupos militares de trabajadores del Distrito Federal que tendrían por tarea «combatir a los campesinos-militares de la División del Norte y del Ejército Libertador del Sur durante la Revolución mexicana». El encargado de la organización fue el coronel Ignacio Henríquez, quien formó hasta seis batallones con sus 4 mil y 7 mil reclutados aproximadamente. Cabe mencionarse que los batallones tuvieron su mayor participación entre abril y septiembre de 1915.
Batalla de Columbus
En octubre de 1915 el presidente estadounidense le dio el reconocimiento de facto al carrancismo, aunque condicionó tal reconocimiento al «buen comportamiento» que mostrara Carranza hacia los intereses estadounidenses. A partir de ese momento la relación entre Wilson y Carranza mejoró, lo que hizo que Villa se sintiera traicionado por parte del gobierno estadounidense, al mismo tiempo que aseguró que Carranza había aceptado las condiciones estadounidenses a expensas de sacrificar la política y economía de México.
El 11 de enero de 1916 un grupo de soldados villistas detuvo un tren en Santa Isabel, Chihuahua asesinando a 17 ciudadanos estadounidenses, mineros e ingenieros, que habían ido al país por invitación de Carranza.
Poco antes del amanecer del 10 de mayo de 1916, Villa atacó con 400 hombres el poblado de Columbus, Nuevo México, al grito de «¡Viva México!» y «¡Viva Villa!» y los cuarteles del 13° regimiento de caballería. Durante el enfrentamiento fallecieron 7 soldados estadounidenses y 7 civiles, mientras el bando estadounidense aseguró haber dado muerte a entre 75 y 100 soldados villistas en suelo mexicano.
Ruinas de Columbus, Nuevo México, después del ataque de Villa.
Expedición punitiva estadounidense
Véase también: Batalla de El Carrizal
El ataque a Columbus ocasionó que el Congreso de los Estados Unidos diera autorización para castigar a los responsables del ataque, por lo que tropas estadounidenses se internaron en el país. De esta forma, un total 5.000 soldados al mando del general John J. Pershing encabezaron una expedición punitiva, de once meses de duración.
Durante la expedición los estadounidenses tuvieron altercados con la población civil, como el del 12 de abril en Parral, Chihuahua, e incluso con el ejército carrancista, en junio de 1916 en El Carrizal.
Las tropas, que llegaron a contar 15.000 en territorio mexicano, finalmente salieron del país en enero de 1917 sin haber podido encontrar a Villa.
Los generales Pershing y Bliss inspeccionan el campamento durante la expedición punitiva.
Congreso Constituyente
A pesar de que Carranza se había levantado contra el gobierno huertista con la promesa de restaurar la Constitución de 1857, optó por redactar una nueva constitución que cumpliera con las promesas hechas a campesinos y obreros durante el conflicto armado, esto con la finalidad de evitar que los principales actores quedaran insatisfechos y de nuevo se creara una inestabilidad social y política.
En diciembre de 1916, Carranza, virtual triunfador del conflicto, convocó a un Congreso constituyente formado exclusivamente por seguidores carrancistas y reunidos en la ciudad de Querétaro. Dicho congreso sesionó hasta el 31 de enero de 1917, tiempo durante el cual Carranza y sus íntimos (de tendencias moderadas) mantuvieron debates con grupos del mismo constitucionalismo de ideas más progresistas (entre los que destacan Pastor Rouaix y Francisco J. Múgica, entre otros). Entre las diferentes corrientes finalmente se llegó al acuerdo de promulgar la Constitución de 1917 el 5 de febrero, permaneciendo desde entonces vigente en el país.
Dentro de los artículos promulgados en la «Carta Magna» sobresalen:
Artículo 3°.- La educación que imparta el Estado debe ser laica, gratuita y obligatoria.
Artículo 27°.- El suelo y subsuelo pertenecen a la Nación, no pudiendo ninguna corporación religiosa ser propietaria.
Artículo 123°.- Regula las relaciones obrero-patronales en el país, concediéndole autoridad al Estado el derecho de intervenir en conflictos de este tipo.
Artículo 130°.- Regula la relación Iglesia-Estado, haciendo la separación y estipulando que los miembros religiosos no pueden poseer bien alguno o participar en la política interna.
Un día después, el 6 de febrero, Carranza expidió la convocatoria para realizar elecciones en los tres órdenes de gobierno, las cuales se llevaron a cabo en el mes de marzo. Carranza resultó electo presidente con el 98% de la votación para el período 1917-1920 y tomó posesión el 1 de mayo de ese mismo año.
ACTIVIDAD REVOLUCIONARIA Y CONTRARREVOLUCIONARIA DE 1916 A 1928
Carranza gobernó de 1917 a 1920, aunque no logró pacificar del todo al país ya que continuaron levantamientos villistas en el norte, zapatistas en el sur, otro movimiento contrarrevolucionario de Félix Díaz que duró hasta mediados de 1920, así como otras rebeliones en Chiapas, Oaxaca y Michoacán.
A grandes rasgos se pueden dividir en 3 grupos los movimientos anticarrancistas: los revolucionarios anticonstitucionalistas, en donde destacan los villistas, los zapatistas, los cedillistas en San Luis Potosí, los arenistas, ubicados en el estado de Tlaxcala, y los calimayoristas en Chiapas;[163] los contrarrevolucionarios, entre los que se encuentran los pelaecistas, quienes se ubicaron en la costa superior del Golfo de México, los felicistas, quienes apoyaron a Félix Díaz durante su incursión al país por Tamaulipas y lo siguieron posteriormente por Oaxaca, Chiapas y Guatemala y de regreso nuevamente por Veracruz, en una campaña que duraría hasta mediados de 1920, los soberanistas, que operaban en Oaxaca y cuyos principales líderes eran José Inés Dávila y Guillermo Meixueiro, mapachistas y pinedistas, conocidos comúnmente como «finqueros» y que operaban en el estado de Chiapas, y los aguilaristas, que se encontraban en Oaxaca. Finalmente también se encontraban alzados sin banderas, como los altamiranistas, cintoristas y los chavistas, quienes operaban en el estado de Michoacán.
Ejércitos rebeldes entre 1916 y 1920.
Asesinato de Zapata
Para acabar con el movimiento de Zapata, Carranza comisionó al general Pablo González Garza para que realizara una campaña de exterminio de la población. Las precarias situaciones de los habitantes, atenuadas por hambrunas y epidemias, también diezmaron a la población pero el movimiento zapatista persistió, por lo que González urdió un plan. Jesús María Guajardo, un coronel auxiliar de González, estando borracho o fingiendo estarlo, arremetió contra Carranza y González, cerciorándose de que un prisionero zapatista lo escuchara y más tarde le permitió huir. Cuando Zapata se enteró de lo dicho por Guajardo, lo invitó a integrarse a sus filas. Luego de una serie de negociaciones y de que Guajardo mandara a asesinar a varios ex zapatistas que se habían integrado a los carrancistas como muestra de sus supuestas intenciones, se concertó una reunión para sellar la supuesta alianza en la hacienda de Chinameca el 10 de abril de 1919. Cuando Zapata cruzó el portón, un clarín tocó el saludo y los diez soldados de la guardia de honor, que presentaban armas, le dispararon simultáneamente. Guajardo fue ascendido a general y recibió de Carranza 50.000 pesos por «notables servicios en el ejercicio de sus funciones militares».
Exhibición del cadáver de Zapata en Cuautla, Morelos.
Plan de Agua Prieta y asesinato de Carranza
Al momento de estar cerca la sucesión presidencial, Carranza favoreció a Ignacio Bonillas como su sucesor e intentó acusar a Obregón de conspiración, lo que ocasionó malestar en Plutarco Elías Calles, Obregón y Adolfo de la Huerta, quienes proclamaron el Plan de Agua Prieta, documento por medio del cual desconocían el gobierno constitucionalista y proclamaba la soberanía del estado de Sonora.
Ante la imposibilidad de hacer frente y defender exitosamente la capital ante el inminente ataque del grupo de Sonora, Carranza se dirigió hacia Veracruz con mobiliario del Palacio Nacional, máquinas para imprimir moneda y el erario nacional. Durante el trayecto fue emboscado y asesinado en Tlaxcalantongo, Puebla, el 21 de mayo de 1920.
Presidencia interina de Adolfo de la Huerta
Tras la muerte de Carranza, Adolfo de la Huerta fue nombrado por el Congreso de la Unión presidente provisional el 1 de junio de 1920. Durante su mandato logró que Francisco Villa dejara la vida militar al firmar los Convenios de Sabinas, con lo que se le otorgó el grado de general de división y la hacienda de Canutillo, en Chihuahua, a donde se retiró para dedicarse a labores del campo. En septiembre convocó a elecciones, en las que Álvaro Obregón fue electo para asumir la presidencia el 1 de diciembre de ese año.
Asesinato de Villa
El 20 de julio de 1923 Francisco Villa, acompañado del coronel Miguel Trillo, Rafael Medrano y Claro Hurtado, además de su asistente, Daniel Tamayo, fue emboscado por Jesús Salas Barraza a la entrada de Parral, muriendo el caudillo a las 8:15 de la mañana en el lugar. Ramón Contreras, miembro también de su guardia personal, fue el único que sobrevivió.
Hasta la fecha se han especulado las causas verdaderas de su asesinato, aunque generalmente éste es atribuido a órdenes de Obregón o Calles.
Presidencias de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles
Obregón fue presidente entre 1920 y 1924. De la Huerta quiso ser elegido presidente nuevamente, pero al ver que Obregón favorecía a Plutarco Elías Calles desconoció al gobierno, lo que desencadenó la denominada rebelión "de la huertista", que fue apoyada por las dos terceras partes del ejército nacional. El movimiento fracasó y el 11 de marzo de 1924 De la Huerta abandonó el país, exiliándose en Los Ángeles, California.
Plutarco Elías Calles fue nombrado presidente para el período de 1924 a 1928, tomando posesión el 1 de diciembre. Durante los dos últimos años de su gobierno la situación interna del país se volvió crítica debido a la posición de Calles respecto a la iglesia católica, lo que provocó el surgimiento de un movimiento armado conocido como «guerra cristera». Poco antes de terminar su mandato se reformaron los artículos 13 y 82, con lo que existiría la posibilidad de que Obregón fuera electo presidente nuevamente. En las elecciones realizadas el 1 de julio de 1928 Obregón resultó victorioso por un amplio margen, pero antes de asumir la presidencia fue asesinado en un restaurante de la Ciudad de México por José de León Toral, un fanático católico.
Tras la muerte de Obregón, Calles dio un discurso público en el que aseguró que la etapa de los caudillos llegaba a su fin y comenzaba el de las instituciones. En 1929 fundó el Partido Nacional Revolucionario, posteriormente llamado Partido de la Revolución Mexicana y finalmente Partido Revolucionario Institucional, el cual gobernó al país por más de 70 años.
LOGROS DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA
Varios son los resultados positivos de la revolución mexicana. Destacan entre ellos:
El cambio de la propiedad de la tierra. A principios de la década de 40, más de la mitad de la población rural pertenecía a los ejidos (aldeas) y poseía más de la mitad, de la totalidad de las tierras cultivables. También hubo un considerable aumento en el numero de granjeros independientes.
Las conquistas sociales. Se estableció, en 1915, el descanso dominical obligatorio, y la jornada máxima de 8 horas de trabajo. En 1916, se reconoció el derecho de huelga y se fijaron las nuevas relaciones de trabajo, entre patrones y obreros. En su época, estas disposiciones eran las más avanzadas del mundo.
La constitución de 1917 estipuló la jornada de trabajo de 8 horas como máximo. Quedaban prohibidas las labores insalubres y peligrosas para las mujeres en general y para los jóvenes, menores de 16 años. Quedó también prohibido el trabajo nocturno industrial. Los establecimientos comerciales no podían laborar después de las 10 de la noche.
La expropiación de las compañías petroleras puede haber tenido poca justificación económica, pero fue de gran importancia sociológica para ayudar a eliminar el sentido de inferioridad nacional.
Produjo un cambio profundo y vigorizante en la conciencia nacional. Los mexicanos pre revolucionarios habían encontrado sus valores en los elementos culturales europeos. Los conservadores habían peleado por preservar las actitudes e instituciones del imperio español y los reformadores habían tratado de introducir los valores del liberalismo occidental.
La nueva conciencia nacional encontró expresión en la obra de artistas y escritores. México fue la escena de un renacimiento que tenía algo de común con el Renacimiento europeo. Sobresalieron particularmente en las artes Visuales, la arquitectura y pintura de mayor importancia en el hemisferio occidental Tres figuras sobresalen en pintura: David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco; y un compositor como era Carlos Chávez.
Porfirio Díaz
Nació en Oaxaca el 15 de septiembre de 1830. Estudió en el seminario como alumno externo. Por consejo del liberal Marcos Pérez, ingresó en el Instituto de Ciencias y Artes a la carrera de Leyes que no terminaría. Posteriormente ingresa en la vida militar. Juana Catarina Romero fue su amada. Según la historia, Porfirio Díaz logró en 1857, que la empresa del Ferrocarril Transístmico, desviara el trazo de la vía hasta hacerla pasar a dos metros del chalet que construyó para Juana Catarina.
Se alistó en el Ejército, participando en tres guerras: la Guerra Mexicano-Estadounidense (1846-1848); la guerra civil (1858-1860) entre liberales y conservadores, llamada Guerra de la Reforma, en la que apoyó la causa liberal de Benito Juárez y la guerra patriótica (1863-1867) contra Maximiliano I, archiduque de Austria y emperador de México. El 23 de enero de 1860 Porfirio Díaz y sus fuerzas constitucionalistas sufrieron una derrota por parte de las fuerzas reaccionarias que obedecían a Cobos en el pueblo de Mitla. El 30 de enero de 1860 se le nombra Jefe de la Brigada de la Sierra, de la División de operaciones del Estado de Oaxaca. El 19 de abril del mismo año recibe una mención honorífica por el asalto y toma del Convento de la Concepción en Oaxaca.
El 5 de agosto de 1860 se vive una acción de guerra dada en Oaxaca por la División del Estado, en cuya batalla salió herido el coronel Porfirio Díaz. Durante la guerra de Reforma Porfirio Díaz libró 12 batallas, fue herido de gravedad, creó una policía secreta, sufrió peritonitis, instaló una fábrica de municiones, se volvió experto en ataques súbitos y emboscadas. Pero sobre todo en manejar hombres, adivinar pasiones y ambiciones, y aprovecharlas. En 1867 se casa con Delfina Ortega Díaz, su sobrina carnal, la hija de su hermana Manuela, en ese matrimonio tiene a sus hijos Porfirio y Luz.
Díaz no alcanzó la presidencia de México frente a Juárez en 1867, ni tampoco en 1871. Después de cada derrota encabezó sendas e infructuosas rebeliones militares, mediante las que pretendía alcanzar el poder. En el año 1876 protagonizó una prolongada serie de acciones militares y derrocó al presidente Sebastián Lerdo de Tejada, asumiendo la presidencia de la República. Según la Constitución mexicana, Díaz no podía permanecer en la presidencia durante dos mandatos consecutivos por lo que tuvo que renunciar en 1880 aunque continuó en el gobierno como secretario de Fomento. Fue reelegido en 1884 y consiguió la aprobación de una enmienda a la Constitución que permitía la sucesión de mandatos presidenciales, permaneciendo en el poder hasta 1911.
Su régimen estuvo marcado por logros importantes, pero también por un gobierno severo. Durante el mandato de Díaz, la economía de México se estabilizó y el país experimentó un desarrollo económico sin precedentes: se invirtió capital extranjero (sobre todo Estadounidense) en la explotación de los recursos mineros del país; la industria minera, la textil y otras experimentaron una gran expansión; se construyeron vías férreas y líneas telegráficas; y el comercio exterior aumentó aproximadamente en un 300%. Por otra parte, los inversores extranjeros agotaron gran parte de la riqueza del país, casi todos los antiguos terrenos comunales (ejidos) de los indígenas pasaron a manos de un pequeño grupo de terratenientes,y se extendió la pobreza y el analfabetismo. Las manifestaciones del descontento social fueron reprimidas por Díaz con mano dura, hasta que se produjo la Revolución de 1911, encabezada por Francisco Ignacio Madero. Díaz fue obligado a dimitir y a abandonar el país. El 2 de julio de 1915 a la edad de 84 años el General Díaz falleció en París. Sus restos descansan en el cementerio de Montparnasse de esta ciudad
Francisco I. Madero
Francisco Ignacio Madero González
Francisco I. Madero nació en la hacienda de El Rosario, Parras de la Fuente, Coahuila, el 30 de octubre de 1873. Hijo de Francisco Madero Hernández y de Mercedes González Treviño. Durante su juventud hizo estudios de agricultura en Maryland, estudios de Administración de Empresas en HEC (Hautes Études Commerciales) Jouy-en-Josas, cerca de París y en la Universidad de California en Berkeley. Regresó a México para casarse con Sara Pérez en 1903, en 1905 tuvo contacto con la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, a la cual apoyó económicamente para la reanudación de la edición del periódico Regeneración, sin embargo retiró su apoyo al PLM debido a las diferencias ideológicas con Ricardo Flores Magón; y en 1909 fundó el Partido Nacional Antirreeleccionista para competir contra el presidente Porfirio Díaz, quien ocupaba el cargo de manera casi ininterrumpida desde 1876. El mismo partido lo eligió candidato a la presidencia de la República y tras alcanzar un alto nivel de popularidad en las elecciones de 1910 el gobierno decidió encarcelarlo en San Luis Potosí bajo los cargos de conato de rebelión y ultraje a las autoridades. Logró escapar hacia Estados Unidos y desde San Antonio, Texas promulgó el Plan de San Luis, un llamado a las armas que posteriormente provocó la renuncia del Presidente Díaz en 1911 y una guerra civil con una duración alrededor de los diez años, además de la muerte de alrededor de un millón de mexicanos.
La situación política no se remedió con la renuncia de Díaz. Madero fue elegido presidente y tomó posesión del cargo el 6 de noviembre, su mandato presidencial se caracterizó por encabezar un gobierno democrático pero poco identificado con las clases marginadas y por conservar en su gabinete antiguos porfiristas, lo cual provocaría varios alzamientos armados entre los que destacan los del campesino Emiliano Zapata quien el 25 de noviembre proclamó el Plan de Ayala exigiendo la restauración de los derechos agrarios y desconociendo a Madero como presidente, mientras En marzo de 1912, Pascual Orozco signó el Plan de la Empacadora, con las mismas pretensiones que Madero, para combatir los levantamientos eligió al general Victoriano Huerta, quien, si bien no logró controlar al primero, derrotó al segundo.
Mientras esto sucedía Félix Díaz, sobrino de Porfirio, se levantó en armas pero fue capturado en Veracruz y estuvo a punto de ser ejecutado, pero Madero, desoyendo a sus colaboradores que aconsejaban fusilarle, le indultó. Orozco fue derrotado por Huerta y se vio obligado a huir a Estados Unidos. En febrero de 1913, un complot encabezado por Manuel Mondragón y Félix Díaz, liberó a Bernardo Reyes de la Prisión de Tlatelolco, lo proclamó líder de su movimiento e incluso llegaron a atacar el Palacio Nacional, pero las tropas del encargado de la plaza, Lauro Villar lograron detener a los invasores y asesinar a Reyes. Mondragón y Díaz se refugiaron en una fábrica de artillería conocida como La Ciudadela. Madero salió ese mismo día —9 de febrero— a arengar al pueblo a mantenerse leal al gobierno, y ante la herida de Villar, Madero nombró a Huerta nuevo jefe militar. Henry Lane Wilson, embajador norteamericano en México, preocupado por los intereses de las compañía de su país en México y por la política de Madero, decidió realizar un pacto con Díaz y Mondragón, con lo que comenzó la Decena Trágica. El 17 de febrero, Huerta suscribió un armisticio con Díaz, Lane Wilson y Mondragón, por el que se comprometían a colocar a Huerta en la presidencia a cambio de que éste se la entregara más tarde a Díaz. El 18 de febrero, un grupo de empresarios capitalinos —entre ellos Ignacio de la Torre y Mier, yerno de Díaz— declararon su fidelidad a Huerta. Ese mismo día, Gustavo A. Madero, hermano y asesor del presidente, fue arrestado y torturado hasta la muerte. El 19 de febrero, Madero y José María Pino Suárez, vicepresidente, fueron obligados a firmar la renuncia a sus cargos. Pedro Lascuráin se hizo cargo del poder ejecutivo 45 minutos y su único acto de gobierno fue nombrar a Huerta como secretario de Gobernación. Acto seguido renunció y Victoriano Huerta entró a la presidencia. El 22 de febrero de 1913 y pese a la promesa de los golpistas de respetar su vida y facilitar su exilio a la isla de Cuba, Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez fueron asesinados a un costado del Palacio de Lecumberri en la Ciudad de México.
Emiliano Zapata
Emiliano Zapata Salazar
Nació el 8 de agosto de 1879 en Anenecuilco, estado de Morelos (México), en el seno de una familia de pequeños propietarios de tierras, pero ante su pobreza, la familia Zapata diversificó sus actividades, encaminándolas a la pequeña ganadería. De ese modo los animales les permitieron autonomía de la hacienda azucarera vecina. Zapata siguió la educación primaría en la escuela de la aldea. A los 16 años perdió a su madre y 11 meses más tarde, a su padre. El patrimonio que heredó fue reducido, pero suficiente para no tener que emplearse como peón en alguna de las ricas haciendas que rodeaban Anenecuilco. Desde muy temprana edad, advirtió las grandes injusticias que se cometían en contra de quienes trabajaban la tierra. En 1902 ayudó a las personas del pueblo de Yautepec (Morelos) que tenían problemas con el hacendado Pablo Escandón, acompañándolos a la ciudad de México para exigir que se les hiciera justicia. En 1906 asistió a una junta de campesinos en Cuautla, para discutir la forma de defender frente a los hacendados vecinos las tierras del pueblo. Como represalias, en 1908, se vio forzado a incorporarse al noveno regimiento de Cuernavaca, forma de castigo, a la que se le conocía como leva, era frecuente durante el porfirismo. En septiembre de 1909 fue electo presidente de la junta de defensa de las tierras de Anenecuilco. Reunió un ejército de peones, la mayoría de ellos indígenas de Morelos, y con "Tierra y Libertad" como grito de guerra pasó a formar parte en 1910 de la Revolución Mexicana de Francisco Indalecio Madero, que pretendía acabar con el régimen de Porfirio Díaz. Zapata comenzó su guerrilla en marzo de 1911, tomaron Jojutla, Chinameca, y sitió Cuautla que estaba defendida por los porfiristas. Y mas tarde toma Cuernavaca. Al triunfo de los maderistas, Zapata se negó a deponer las armas ya que todavía no se habían devuelto las tierras a los indígenas. Mientras tanto los hacendados comenzaron hacer una campaña en contra de Zapata, tratándolo como un bandido. Dejó de confiar en Madero, que comenzó a ejercer como presidente en 1911, y se declaró en su contra, formulando su propio programa de reforma agraria (conocido con el nombre de Plan de Ayala), mediante el que pensaba redistribuir la tierra entre los campesinos. En febrero de 1913, Victoriano Huerta protagoniza un golpe de estado contra Madero, por lo que Huerta toma la presidencia y manda detener a Madero quien mas tarde muere asesinado. Durante las presidencias del dictador Victoriano Huerta (1913-1914) y del presidente constitucionalista Venustiano Carranza (1914-1920), continuó con sus movimientos en contra del gobierno, extendiendo su poder por todo el sur de México. Junto a Pancho Villa, que había aceptado el Plan de Ayala, entró en la ciudad de México en 1914. Un año después se trasladó a Morelos, donde prosiguió con la defensa de sus posiciones, frente a las tropas constitucionalistas. Zapata durante este tiempo creó las primeras Comisiones Agrarias, estableció el Crédito Agrícola además que inauguró la Caja Rural de Prestamos en Morelos. Luego en octubre de 1915 el gobierno de la Convención promulgó la Ley Agraria. El 10 de abril de 1919 fue asesinado en una emboscada organizada por el coronel Jesús Guajardo, en la hacienda de Chinameca. La acción causó una enérgica condena de la opinión pública y de gran parte de los propios sectores constitucionalistas.
Victoriano Huerta
Huerta nació el 23 de marzo de 1845 (fecha real) en la ranchería del Agua Gorda, municipio de Colotlán, Jalisco, hijo de Jesús Huerta y María Lázara del Refugio Márquez Villalobos. Cuando tenía quince años el general Donato Guerra visitó su ciudad natal y expresó su deseo de contratar a un secretario particular. Huerta que sabía leer y escribir por haber sido un caso raro por asistir a la escuela municipal que dirigía el sacerdote del lugar, se ofreció como voluntario y como recompensa a sus servicios y a la buena inteligencia mostrada se le recomendó y concedió una beca para estudiar en el Colegio Militar, donde obtuvo notas sobresalientes que lo hicieron merecedor de un reconocimiento especial; el Presidente Benito Juárez quien era el primer indígena en llegar a la presidencia, lo elogió durante su visita al colegio para entregar los reconocimientos a los cadetes con las siguientes palabras:
De los indios que se educan como usted, la patria espera mucho.2
Al graduarse fue comisionado al Cuerpo de Ingenieros y se desempeñó en labores topográficas en la región de Puebla y el Estado de Veracruz, donde conoció a Emilia Águila, con quien se casó el 21 de noviembre de 1880 y con quien tendría once hijos.
Para el año de 1890 Huerta había alcanzado el grado de coronel y siete años más tarde comenzaría una larga trayectoria en el combate a las rebeliones indígenas que se generaban por todo el país. En diciembre de 1900 combatió a los yaquis en Sonora y en 1902 a los mayas en Yucatán y Quintana Roo. Durante su estancia en el sureste desarrolló cataratas, una enfermedad que lo hostigaría la mayor parte de su vida.
Tras concluir su campaña en la Península de Yucatán Huerta recibió el grado de general brigadier, la Medalla al Mérito Militar y fue nombrado miembro de la Suprema Corte Militar de la Nación gracias a los esfuerzos de su amigo el general Bernardo Reyes, Ex Gobernador de Nuevo León y Secretario de Guerra y Marina. En 1907 pidió permiso por razones de salud y visitó a Reyes en Monterrey, ciudad donde trabajó como jefe de Obras Públicas dos años y medio aplicando sus conocimientos de ingeniería civil en el trazado de las calles. Cuando Reyes fue enviado a Europa en 1909 Huerta decidió regresar a la Ciudad de México y comenzar a impartir clases de matemáticas. Tras estallar la revolución convocada por Francisco I. Madero, Huerta solicitó su reincorporación al ejército y tras la renuncia de Porfirio Díaz, Huerta fue el encargado de escoltar el convoy presidencial de éste al puerto de Veracruz, cosa que a don Porfirio no le agradó del todo pues nunca confió plenamente en él.
Huerta permaneció fiel al ejército durante el gobierno interino de Francisco León de la Barra pero participó en algunas acciones de provocación al ejército rebelde comandado por Emiliano Zapata, lo cual levantó sospechas de insubordinación y tan pronto Madero asumió la presidencia ordenó su dimisión de las fuerzas armadas. Sin embargo, tras la rebelión de Pascual Orozco, Madero reconsideró su decisión y lo puso al mando de las tropas del gobierno federal. Huerta tuvo un desempeño impresionante y se convirtió en un héroe nacional. Mientras perseguía a Orozco rumbo al norte tuvo un altercado con el comandante rebelde Francisco Villa, quien se negó a regresar unos caballos que sus hombres habían robado a las tropas de Huerta. Enfurecido, lo mandó arrestar y ordenó fusilarlo. Los hermanos del Presidente Madero intervinieron y Villa sólo estuvo preso algunos días en la Ciudad de México, lo cual encolerizó a Huerta. Al regresar a la capital ratificó su lealtad al presidente Madero y mientras se sometía a un tratamiento de cataratas Madero lo hizo renunciar.
Tras la rebelión de Félix Díaz (en la que participaba su amigo el General Reyes), Huerta declinó las ofertas de los golpistas por temor a sólo ser utilizado. Sin embargo, tras la muerte de Reyes ofreció sus servicios a Madero quien lo volvió a poner al mando del ejército. A los pocos días, Huerta se unió a los sublevados pero fue descubierto por el hermano de Madero, quien lo arrestó y lo acusó frente al presidente. Madero no creyó las versiones y lo puso en libertad, sólo para enterarse dos días después que Huerta lo había traicionado aliado con Aureliano Blanquet, jefe del 29o. Batallón y se autonombraba Jefe del Ejecutivo, obligándolo a renunciar. Huerta y Félix Díaz, aliados con Henry Lane Wilson, embajador de Estados Unidos en México, habían suscrito el Pacto de la Embajada, también conocido como Pacto de La Ciudadela.
Al principio Félix Díaz se sorprendió por la noticia, pues el plan inicial era que Díaz ocuparía la presidencia al triunfo de la rebelión. Sin embargo, Huerta logró convencerlo de que lo dejase gobernar de manera interina para pacificar a los maderistas. El 22 de febrero de 1913 Madero y el Vicepresidente José Ma. Pino Suárez fueron arteramente ejecutados.
Tras una efímera presidencia provisional de 45 minutos por parte de Pedro Lascurain, Huerta asumió el poder en medio del caos e instaló una dictadura militar que llegó incluso a disolver al Congreso de la Unión.
Sin embargo, desde los primeros días del gobierno de Huerta , Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila, desconocería al presidente y formaría el Ejército Constitucionalista que a la postre terminaría derrotando al gobierno federal el 24 de junio de 1914.
Huerta se exilió en Barcelona, España y el ejército alemán conspiró con él para que retornara al poder. Regresó a América en mayo de 1915, llegando a Nueva York con su familia y luego a Newman, Nuevo México donde fue arrestado junto con Pascual Orozco. Antes de morir el 13 de enero de 1916, se le permitió salir de la prisión militar en Fort Bliss, Texas. Murió en El Paso, Texas, víctima de cirrosis hepática e ictericia. Fue enterrado en el cementerio "La Concordia".
Venustiano Carranza
Venustiano Carranza Garza
Revolucionario mexicano y presidente de la República (Cuatro Ciénegas, Coahuila, 1859 – Tlaxcalaltongo, Puebla, 1921). En 1887 Venustiano Carranza contrajo matrimonio con Virginia Salinas y participó activamente en la política local, alcanzando paulatinamente los cargos de presidente municipal de Cuatro Ciénegas, diputado local, senador y gobernador de Coahuila.
Al estallar la Revolución se adhirió al maderismo. Cuando en 1911, Francisco Madero ocupó la Presidencia interinamente, Carranza fue designado ministro de Guerra y Marina. En ese mismo año de nuevo fue nombrado gobernador de su Estado natal, hasta que en 1913, con el asesinato de Madero, proclamó el Plan de Guadalupe en el que no reconocía al gobierno usurpador de Victoriano Huerta y se nombraba Primer Jefe del Ejército Constitucionalista. Su bandera política era la obediencia a la Constitución y la restauración del orden alterado. En su lucha contra el huertismo, Carranza tuvo ayuda, desde el norte, de Álvaro Obregón, Pablo González y Francisco Villa, mientras que, en el sur, Emiliano Zapata iniciaba una lucha independiente.
En 1914, los Estados Unidos invadieron México, por lo que Carranza estableció acuerdos con los estadounidenses para evitar la intromisión en la política interna mexicana. En julio de ese año, Huerta renunció a la Presidencia y Carranza entró victorioso en la ciudad de México. Sin embargo, pronto surgieron las diferencias entre él y los demás jefes revolucionarios. Para intentar paliarlas se convocó a todos a una Soberana Convención Revolucionaria, en Aguascalientes, en la que se abrieron brechas irreconciliables y se declararon la guerra.
La autoridad de Carranza como Primer Jefe fue cuestionada, por lo que se retiró a Veracruz en donde estableció su gobierno y planeó la ofensiva en contra de Zapata y Villa. Expidió disposiciones agrarias, fiscales, laborales, judiciales y en materia de recursos petrolíferos y mineros. Instituyó el municipio libre, legalizó el divorcio, estableció la jornada máxima de trabajo y el salario mínimo.
En 1915 Obregón derrotó al villismo; Venustiano Carranza regresó a la capital del país, convocó un Congreso Constituyente que elaboró la nueva Constitución de 1917 y le eligió como presidente constitucional. Su gestión se caracterizó por la pacificación del país. En 1920, los generales sonorenses Plutarco Elías Calles y Adolfo de la Huerta no reconocieron, mediante el Plan de Agua Prieta, la autoridad presidencial. Carranza se sintió amenazado y decidió trasladar el gobierno a Veracruz, pero fue emboscado en Tlaxcalaltongo, Puebla, y asesinado.
Lázaro Cárdenas del Río
Presidente de México (Jiquilpán, 1891 – Ciudad de México, 1970). Procedente de una familia indígena muy modesta, apenas recibió una educación elemental.
En 1914 se unió a la Revolución mexicana (que había estallado cuatro años antes), dando comienzo a una carrera militar en la que ascendería con rapidez (diez años más tarde era general de brigada).
Lázaro Cárdenas saltó a la política bajo la protección de otro militar revolucionario, el presidente Calles: fue gobernador de Michoacán (1928), ministro del Interior (1930-32) y ministro de la Guerra (1932-34). En 1934 ganó las elecciones presidenciales, siempre bajo la protección de Calles, que seguía ejerciendo gran influencia en la vida política mexicana; pero, una vez en el poder, se emancipó de su tutela y adoptó una línea política propia, más inclinada hacia la izquierda. Incluso expulsó del país a su antiguo protector, que hubo de exiliarse en Estados Unidos (1936).
Cárdenas ejerció la presidencia entre 1934 y 1940. Creó el Partido Revolucionario Mexicano (que es el antecedente del actual PRI), en el cual se integraron un amplio espectro de reformistas y progresistas: comunistas y socialistas, liberales radicales, la Confederación de Trabajadores Mexicanos y la Confederación Nacional de Campesinos.
Bajo el lema «México para los mexicanos», Cárdenas llevó adelante una política de nacionalizaciones, especialmente trascendente por lo que respecta al petróleo; ello le enfrentó con Estados Unidos y le obligó a buscar compradores en Alemania. También se ocupó de proteger a la población indígena, impulsó la reforma agraria, combatió el latifundismo, nacionalizó los ferrocarriles y estableció una enseñanza pública laica, gratuita y obligatoria.
En definitiva, todo un giro socializante del México pos revolucionario, que hay que situar en el contexto de la depresión económica mundial de los años treinta y el New Deal de Franklin Roosevelt en Estados Unidos; en la lucha contra el fascismo ascendente de aquella época, fue significativa su acogida a los refugiados republicanos españoles que, perdida la Guerra Civil en 1939, huían del régimen de Franco.
El sexenio de Cárdenas, en resumen, fue un periodo de estabilidad política que legó a la posteridad avances significativos en materia de educación y obras públicas. Cárdenas dejó la presidencia en 1940, pero no la vida política: promovió la candidatura de Manuel Ávila Camacho para sucederle, y él mismo aceptó ejercer como ministro de la Guerra en 1942-45. También colaboró con el presidente Adolfo López Mateos (1961).
Barnat, Jaime. Historia Universal: Siglo XX: Imperialismo y Revolución. Nauta, Barcelona 1985.
Castillo Morales, Juan. Historia Universal: Edad Contemporánea 3º Año de educación Secundaria. Cuarta edición, Universo S.A. Lima, Perú 1974.
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Narrea, Manuel: Historia Universal 4. Tercera edición, Escuela Nueva S.A. Lima Perú.
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Lincografía:
http://www.barnsdle.demon.co.uk/russ/rusrev.htm
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http://www.portalplanetasedna.com.ar/rusa.htm
http: //www. wikipedia.com
Autor:
López García Yuston
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